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LA DÉCADA DEL 60

El Gobierno de Frondizi
La década de los 60, marca en la Argentina, el comienzo de un período muy largo de
gobiernos no elegidos por el pueblo.
Los gobiernos constitucionales de Frondizi, Guido e Illia, son reemplazados, en la
postrimería de la década (1966) por un sistema ilegítimo, el de Juan Carlos Onganía. De
allí en más, casi en forma ininterrumpida, el país fue dirigido por gobiernos "de facto"
hasta 1983, excepto en un corto período, entre 1973-1976 en que el peronismo gobernó
por elección del pueblo.
Ya en el año 1960, en San Luis había estallado un conato revolucionario encabezado por
el general retirado Fortunato Giavannoni, que fracasó al no encontrar apoyo.
En los últimos meses del año hubo nuevos problemas con el Ejército.
El presidente Frondizi, cuyo gobierno había comenzado el 1º de mayo de 1958, debió
salir al encuentro de las versiones sobre su renuncia. Como una forma de tranquilizar a
los militares el Poder Ejecutivo en diciembre de 1960 declaró proscripto al
Partido Justicialista.
Los años de gobierno de Frondizi fueron difíciles. Hubo huelgas de médicos,
de ferroviarios, de petroleros.
Uno de los peores problemas fue a raíz de su política de exploración y extracción de
petróleo por parte de empresas privadas, contratadas por YPF.
Esto desató una batalla desde la oposición e inclusive en el
propio partido del presidente.
En los últimos meses del año hubo nuevos problemas con el Ejército.
También fue grande el movimiento estudiantil ante el proyecto del Poder Ejecutivo para
autorizar la creación de Universidades privadas.
Los estudiantes se dividieron bajo las consignas: "enseñanza laica" y "enseñanza libre".
En febrero de 1961, el dirigente socialista Alfredo Palacios fue elegido Senador por la
Capital Federal. Su triunfo creó cierta inquietud en el seno de las Fuerzas Armadas, ya
que su éxito se apoyó en la defensa a la Revolución Cubana.
En tanto, el presidente Frondizi logró que el entonces Comandante General del Ejército,
general Carlos Toranzo Montero renunciara a su cargo, como Comandante General del
Ejército.
También solicitó la renuncia del Ministro de Economía Álvaro Alsogaray; lo reemplazó
por Roberto Alemann. Se dio por terminada la estabilización y se adoptó una política
social más flexible.
A mediados de ese año, otro hecho sacudió a las Fuerzas Armadas; el comandante
Ernesto "Che" Guevara, Ministro de Industrias de Cuba, fue recibido, en Buenos Aires
por el presidente Frondizi.
Cuba buscaba que la Argentina fuera mediadora en el conflicto con EEUU.
Al término de una gira por Oriente, donde se intentó abrir mercados para la producción
nacional, el presidente argentino, Arturo Frondizi se reunió con el entonces presidente
estadounidense, John F. Kennedy desmintiendo en esa oportunidad la versión de la
complicidad de funcionarios argentinos con el gobierno cubano.
El programa desarrollista que en 1958 sintetizó Frondizi se basó, fundamentalmente en
una renovación técnica y científica. Pero su mayor fe estaba puesta en los capitales
extranjeros.
Éstos llegaron en cantidades relativamente considerables entre 1959 y 1961.
Su influencia se notó en la transformación de los servicios o en las formas de
comercialización. Lo más característico, en una primera etapa fue la presencia de los
supermercados.
También se notó una modificación de los hábitos de consumo estimulado por la
presencia de la TV.
En la industria se estancaron los textos, el calzado, aún los electrodomésticos; en
cambio los nuevos ramos; petróleo, acero, celulosa, petroquímica, automotores
crecieron rápidamente, debido en parte a los efectos de la promoción y también porque
había un mercado insatisfecho.
Así es como se creó una brecha entre dos sectores; uno en progresiva expansión
relacionado a la inversión, al consumo de sectores de mayor capacidad y otro el
tradicional, vinculado al consumo masivo.
Sin lugar a dudas la gran inversión de las empresas extranjeras provocó esta brecha tan
amplia y quienes sufrieron fueron muchos trabajadores ya que el empleo industrial
tradicional se estancó; se deterioraron los ingresos de los asalariados.
Por otra parte el peronismo proscripto buscó formas alternativas para expresarse. Lo
encontró en el movimiento sindical organizado, como la C.G.T.
o las 62 Organizaciones.
Este movimiento sindical presionó, hostigó, actuó como verdadera oposición política.
A lo largo de 1961 tres paros generales consiguieron quebrar la rígida política de
salarios; llevaron a la renuncia a tres ministros de Economía y devolvieron al
sindicalismo una fortaleza que parecía haber perdido.
Frondizi fracasó en su intento por integrar a los líderes sindicales a su
empresa política.
Los años 62 y 63 fueron un lapso durante el cual el sindicalismo peronista no sólo
mantuvo su poderío, sino que logró acrecentarlo con la recuperación de la C.G.T.
El 62 fue un año de aguda recesión económica, resultado de las caídas de las
exportaciones y el aumento de las importaciones industriales,
estimulado por el programa desarrollista.
Las medidas para frenarla fueron la devaluación del peso y el alza
de los precios agropecuarios. Políticamente el año 1962 se caracterizó por ser un año
con grandes sobresaltos.
La Argentina, se abstuvo en la 7ª. Reunión de países de la Organización de los Estados
Americanos (OEA), efectuada en Punta del Este (Uruguay), en la decisión de expulsar a
Cuba del sistema americano.
Esta situación irritó nuevamente a la cúpula militar.
Los resultados de las elecciones del 18 de marzo para gobernadores provinciales,
trajeron un nuevo malestar, ya que si bien el partido gobernante (UCRI) triunfó en
varios distritos, los candidatos del peronismo ganaron ampliamente en las principales
provincias, incluyendo el distrito clave de Buenos Aires.
Frondizi hizo lo imposible para capear la situación; intervino las provincias donde
habían triunfado los peronistas; cambió todo su gabinete; designó a Aramburu como
mediador con los partidos políticos, pero éstos se mostraron indiferentes.
Esto era lo que los militares esperaban. El 28 de marzo de 1962 los militares depusieron
a Frondizi.
La titularidad del Poder Ejecutivo recayó en el entonces presidente del Senado, José
María Guido. Se cambió el gabinete y el designado Ministro de Economía Federico
Pinedo provocó una espectacular devaluación. Rápidamente fue reemplazado por
Álvaro Alsogaray, quien reiteró su anterior receta estabilizadora.
De Frondizi a Illia
Luchas intestinas en el Ejército hicieron crisis en el mes de setiembre de 1962 con la
contienda denominada "Azules y Colorados".
El triunfo fue de los "Azules" que respondían al general Juan Carlos Onganía, a quien se
lo designó comandante en jefe del Ejército.
Pese a la política tan conflictiva, ésta no influyó en la situación económica del país. La
inflación fue baja; crecieron las exportaciones y la producción industrial continuó en
ascenso.
El 2 de abril de 1963, se sublevó la Marina encabezada por el almirante Isaac Rojas. Su
objetivo era evitar las elecciones ya convocadas y de este modo erradicar la
participación del peronismo, si bien éste estaba prohibido por decreto.
El enfrentamiento con el Ejército fue violento; pero la sublevación fue sofocada. No
obstante los "azules" debieron anunciar la proscripción del peronismo.En medio de
grandes confusiones y negociaciones se llegó a las elecciones de julio de 1963.
Los peronistas decidieron votar en blanco, ya que los candidatos Solano Lima- Begnis,
pertenecientes al Frente Nacional y Popular fueron proscriptos por el gobierno.
Perón desde Madrid había impartido la orden de que se votara a dichos candidatos.
De cualquier forma una proporción de los votos justicialistas fue a favor del candidato
de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCR), Arturo Illia, quien con el 25% de los
sufragios obtuvo la primera minoría, y luego la nominación en el Colegio Electoral.
Arturo Illia asumió la presidencia el 12 de octubre de 1963 y gobernó hasta junio de
1966.
Su presidencia se caracterizó por el respeto a las normas, por no abusar de los poderes
presidenciales y por evitar conflictos o tratar que éstos decantaran naturalmente.
Los contratos petroleros suscriptos por Arturo Frondizi fueron anulados y renegociados.
En el año 1964 la Argentina recibió a dos presidentes de países extranjeros: el de la
República Federal de Alemania, Heinrich Luebke y el de Francia Charles De Gaulle.
Otro hecho importante fue la ida de Miguel Fitzgerald a las Islas Malvinas, donde
colocó una Bandera argentina. Entretanto, la dirigencia peronista organizaba la vuelta de
su líder; el general. .
El presidente Illia reaccionó ante la presión incesante del sindicalismo eludiendo el
enfrentamiento. Esto llevó a que se hablara de incompetencia.
A fines de 1964, Juan Domingo Perón embarcó en Madrid rumbo a la Argentina, pero
antes que el gobierno argentino se viera obligado a decidir qué hacer, las autoridades
brasileñas lo detuvieron y lo enviaron nuevamente a España. Fracasado el retorno, los
dirigentes sindicales que respondían a Vandor (dirigente sindicalista) y a caudillos
provinciales neoperonistas, decidieron poner fin al acatamiento a Perón.
Quisieron independizarse, por eso a las elecciones provinciales de Mendoza, tanto
Perón como Vandor apoyaron a candidatos distintos.
El peso de Perón, sin lugar a dudas era todavía muy fuerte y fue lo que se impuso.
La competencia Vandor- Perón se llamó "El empate peronista", ya que Vandor se
imponía en el escenario laboral y Perón en el espacio político.Mientras tanto la guerrilla
amenazaba en forma incipiente; se detectaron pequeños grupos en Salta y miembros de
Tacuara comenzaban a colocar bombas en varios supermercados.
Un atentado contra el ex-presidente Frondizi no cobró víctimas.
En 1965 el ambiente político continuó complicado ante las elecciones de 1966.
Se sabe que muchos integrantes del Ejército, por entonces trabajaban en la destitución
de las autoridades constitucionales y en los planes futuros.
En marzo el gobierno proscribió al Partido Justicialista, pero autorizó al peronismo a
presentarse como Unión Popular, controlada por el sindicalismo vandorista.
En las elecciones de diputados de este año, la Unión Popular, obtuvo la mayoría de
votos y pasó de 8 a 52 legisladores.
En los últimos meses, Perón envió a Argentina a su esposa María Estela Martínez, con
el fin de frustrar la candidatura a gobernador de Mendoza de un candidato peronista que
no merecía la confianza del líder.
También, la posibilidad del envío de tropas argentinas a Santo Domingo, como
consecuencia de la intervención impuesta por Estados Unidos, provocaron disturbios,
razón por la cual una vez más el presidente Arturo Illia aseguraba su decisión de no
intervención en la problemática de Santo Domingo.
Las Fuerzas Armadas no miraban con simpatía al gobierno de Illia, donde tenían
predicamento los derrotados militares colorados, quienes se abstuvieron de hacer
planteos. Poco a poco Onganía fue adquiriendo primacía. En 1965 en una reunión de
Jefes de Ejércitos americanos en West Point, manifestó su adhesión a la llamada
"Doctrina de la Seguridad Nacional".
Según ésta las Fuerzas Armadas eran la garantía de los valores supremos de la
nacionalidad y debían obrar cuando éstos se vieran amenazados, particularmente por la
subversión comunista.
Pero, ante la designación de un nuevo Secretario de Guerra se produjo el retiro del
general Onganía como Comandante en Jefe.
Fue reemplazado por el general Pascual Pistarini.
La visita del Sha de Persia y del rey de Bélgica Balduino con su esposa la reina Fabiola,
constituyeron los dos acontecimientos sociales más importantes del año.
Otro acontecimiento importante fue la llegada del coronel Jorge Leal al Polo Sur.
El 28 de junio de ese año, las Fuerzas Armadas anunciaron la decisión de derrocar al
gobierno constitucional de Arturo Illia.
Un amplio consenso acompañó este golpe de estado. Grandes sectores empresarios, la
mayoría de los partidos políticos e inclusive grupos de extrema izquierda apoyaron el
golpe.
Pero no se dieron cuenta que con el nombramiento del general Juan Carlos Onganía
como nuevo presidente, se rompía el sistema institucional.

El Gobierno de Onganía
El 29 de junio de 1966, el general Juan Carlos Onganía, asumió el gobierno.
El Estatuto de la Revolución Argentina se adosó a la Constitución Nacional. Por ese
Estatuto juró Onganía.
Se disolvió el Congreso, se intervinieron todas las provincias y organismos del Estado
y se destituyó a los miembros de la Corte Suprema.
Los bienes de los partidos políticos fueron confiscados y vendidos; de este modo se
confirmaba lo irreversible de la clausura de la vida política.
Los ministerios fueron reducidos a cinco. Se creó una suerte de Estado Mayor de la
Presidencia, integrado por los Consejos de Seguridad, Desarrollo Económico y Ciencia
y Técnica.
En general la sociedad no reaccionó, excepto la Universidad.
Las Universidades eran vistas como la cuna del comunismo; el lugar de propagación de
doctrinas disolventes y un foco de desorden.
Las Universidades fueron intervenidas y se terminó con su autonomía académica. En la
noche del 29 de julio de 1966, en la denominada "noche de los bastones largos", la
policía apaleó a estudiantes y profesores de algunas Facultades de la Universidad de
Buenos Aires, provocando un importante movimiento de renuncias de docentes.
La censura se extendió a las costumbres de la gente. La represión tenía que ver con el
intento de erradicar el comunismo. Determinadas manifestaciones culturales se las veía
como sinónimo de una expresión de la izquierda.
La dictadura militar fue muy dura. Al menor atisbo de huelga, se producían los
despidos.
Antes de redefinir la política económica se redujo el personal en la Administración
Pública y en algunas empresas del Estado, como Ferrocarriles.
Otra medida espectacular fue el cierre de la mayoría de los ingenios azucareros de la
provincia de Tucumán, que venían siendo ampliamente subsidiados.
Toda la protesta sindical fue acallada. Se sancionó una ley de arbitraje obligatorio, que
condicionó la posibilidad de hacer huelga. El Plan de lucha de 1967 encontró una acción
agresiva muy fuerte; despidos masivos, retiros de personería sindical, intervenciones.
Por lo tanto la C.G.T. decidió suspender la medida.
La designación como Ministro de Economía y Trabajo de Krieger Vasena provocó la
reacción de los sindicatos.
Una fuerte devaluación del 40%, la suspensión de los convenios colectivos de trabajo, la
sanción de una ley de hidrocarburos, que permitía la participación de las empresas
privadas en el negocio del petróleo y la sanción de la ley de alquileres que facilitaba los
desalojos, fueron las medidas con las que comenzó su gestión el nuevo ministro.
También se suspendieron los aumentos de los salarios por el término de 2 años; después
de un pequeño aumento, se congelaron tarifas públicas y de combustibles y se
estableció un acuerdo de precios con las empresas líderes.
El Plan económico arrojó resultados positivos; se produjo un aumento del 5% del PBI.
La inflación de 1967 no superó el 10% y la balanza de pagos tuvo un superávit de 200
millones de dólares.
Se redujo el déficit fiscal. Para 1969 esta política trajo aparejada una prolongada
estabilidad. Esto permitió que las inversiones del Estado fueran considerables,
especialmente en obras públicas: la represa hidroeléctrica de "Chocón–Cerros
Colorados", con el fin de solucionar un fuerte déficit energético: puentes sobre el río
Paraná y otras obras viales, constituyeron junto con las obras privadas las inversiones
más importantes. Esta situación favoreció fundamentalmente a los contratistas del
Estado.
Por otro lado, existían otros sectores que se vieron perjudicados: los sectores rurales y
los empresarios nacionales, por la falta de protección y la desnacionalización.
Además y a pesar de que se los estimuló a la tecnificación y a la modernización se
sintieron perjudicados por las fuertes retenciones a la exportación. Tucumán, Chaco,
Misiones sufrieron enormemente al suprimirse las protecciones.
A lo largo de 1968 empezaron a notarse los primeros indicios del fin de la bonanza.
Raimundo Ongaro, dirigente gráfico de orientación sindical en marzo del 68 ganó la
conducción de la C.G.T., que a poco se dividió.
La C.G.T. de los argentinos, cuyo líder fue el mismo Ongaro, encabezó un movimiento
de protesta que por supuesto el gobierno controló con amenazas y ofrecimientos.
El grupo de Vandor, carente por entonces de espacio para su política y los llamados
"participacionistas", se reunieron. Augusto Vandor fue asesinado el 30 de junio de 1969,
en su oficina de la Unión Obrera Metalúrgica.
En ese grupo de Vandor tenían centradas las esperanzas algunos militares que rodeaban
a Onganía en que se podría iniciar el tiempo social.
Por otro lado los empresarios rurales fueron escuchados por ciertos militares, quienes
querían un desarrollo más nacional, más popular.
Esto trajo tensión entre Onganía y el Ministro de Economía. Entonces, a mitad de año
Onganía relevó a los tres Comandantes en Jefe y reemplazó a Julio Alsogaray por
Alejandro Lanusse.
Por otro lado grupos que apoyaban a Krieger Vasena, pensaron en buscar una sólida
política a las desavenencias con Onganía.
En 1969 estalló en Córdoba un movimiento que se venía gestando entre estudiantes de
Universidades de distintas provincias y un fuerte grupo sindical de Córdoba, provincia
argentina, donde se concentraban las principales fábricas automotrices.
El 29 de mayo de 1969, a raíz de una huelga general, obreros y estudiantes poblaron las
calles cordobesas. Se produjo un fortísimo enfrentamiento con la policía que generó aún
más violencia.
Finalmente, intervino el Ejército y el 31 de mayo, lentamente se reestableció el orden.
Para Onganía se había perdido su más poderosa arma: el imperio del orden de su
gobierno.
Comenzó por entonces una ola de movilización social. Uno de ellos fue un nuevo
activismo sindical, que se manifestó en Rosario (Provincia de Santa Fe), en Córdoba,
otro en Cipolletti (Provincia de Río Negro) y en la zona frutícola del Valle del río
Negro, Neuquén.
Más adelante ocurrió en Neuquén y en General Roca, pero en donde adquirió gran
magnitud fue en Mendoza, en julio de 1972. A partir de entonces algún episodio
ocasional, dará lugar a una protesta callejera para expresar el descontento y para
demandar. Se manifestaba en cualquier espacio, villas, barrios, pequeñas ciudades.
A esta situación hay que agregar la acción guerrillera que ya había comenzado
tímidamente en 1960, al calor de la revolución cubana.
Desde 1967 fueron surgiendo nuevos grupos: "Fuerzas Armadas Peronistas",
"Descamisados", "Fuerzas Armadas Revolucionarias" (FAR), "Fuerzas Armadas de
Liberación", y hacia 1970 aparecieron los dos movimientos que tuvieron más
trascendencia:"Montoneros", surgido del intrismo católico, nacionalista y peronista, y el
"Ejército Revolucionario del Pueblo" (ERP), vinculado al grupo trotskista del Partido
revolucionario de los Trabajadores.
En 1970 los Montoneros, secuestraron y asesinaron al Teniente General Aramburu y
poco después FAR ocupó la ciudad de Garín, a pocos km de la Capital Federal.
Los Montoneros hicieron lo mismo en La Calera, Córdoba.
"Montoneros" fue la organización guerrillera que absorbió a casi todas las otras, a
excepción. del ERP.
Fue la que menos se sintió atada a tradiciones o lealtades políticas previas. Triunfó entre
la juventud peronista, ganó espacio y fue reconocida por Perón por su formación
intelectual
No estuvieron demasiado orientados hacia el movimiento sindical, pero sí en buscar
apoyo en los sectores marginales,en barrios, en villas, fundamentalmente cultivadas por
los sectores de los sacerdotes tercermundistas, encabezados por el brasileño Helder
Camara.
Proclamaban su preocupación por los pobres, así como la necesidad de comprometerse
activamente en conseguir la reforma social y en asumir las consecuencias de ese
compromiso.
En Argentina, los religiosos militantes de este movimiento iban a las zonas pobres,
particularmente a los barrios de emergencia y promovían la formación de
organizaciones solidarias e impulsaban reclamos y acciones de protestas ,que inclusive
incluían huelgas de hambre.
Por 1969, Onganía al ver su autoridad resentida, la salida de los capitales extranjeros y
una posibilidad de que reapareciera un brote de inflación, intentó modificaciones.
Entonces reemplazó a Krieger Vasena. Esto no alcanzó.
Los sindicalistas estaban muy fuertes, el sector rural, hasta entonces sacrificado, elevó
su protesta y mantuvo un duro entredicho con los frigoríficos extranjeros.
Por otra parte Onganía estaba cada vez más aislado de las Fuerzas Armadas.
Además, el episodio de Aramburu creó ciertas dudas de la posible convivencia de
Montoneros y Onganía.
Todo esto provocó un movimiento militar en junio de 1970, y depusieron a Onganía.
El General Levingston fue, entonces designado Presidente. Llamó bastante la atención
ya que Levingston era poco conocido e inclusive en ese momento estaba ausente del
país.

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