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TERMINOS PROCESALES

En materia de procedimiento hablar de TÉRMINO es hablar de tiempo. En efecto, cuando en la práctica se menciona que las partes gozan de
cierto “término” para por ejemplo, ofrecer sus pruebas, nos referimos al tiempo del que disponen para efectuar dicho trámite.
Resulta necesario que el desarrollo del procedimiento se encuentre regulado en “términos” para evitar el caos, ya que de no indicarse con
precisión y anticipación el término o el tiempo en el que deberá desarrollarse el juicio, no habría seguridad para las partes al estar a expensas de la
autoridad jurisdiccional, o bien no habría seguridad en cuanto a las determinaciones del juzgador, pues podrían ser impugnadas en cualquier
tiempo, lo que desde luego no es permitido, pues en el juicio cada parte dispone del tiempo necesario para hacer valer sus derechos o bien para
cumplir de manera voluntaria con sus obligaciones.
El Artículo 59 del Código de Procedimientos Civiles dispone que: “Una vez concluidos los términos fijados a las partes, sin necesidad de que se
acuse “rebeldía, seguirá el juicio su curso y se perderá el derecho que, dentro de ellos, debió “ejercitarse, salvo los casos en que la ley disponga
otra cosa.”
A fin de evitar confusiones es menester tener presente a partir de cuando comienza a correr el término dentro del cual se hace o hará valer el
derecho; al efecto el Artículo 56 del Código de Procedimientos Civiles indica que los términos judiciales empezarán a correr el día siguiente al en
que quedare legalmente hecha la notificación, y contará en ellos el día del vencimiento.
Por su parte el Articulo 58 ordena que en ningún término se contarán los días en que no puedan practicarse actuaciones judiciales, lo cual es
fácilmente entendible, puesto que si no se practica actuación por partes del órgano jurisdiccional, no sería justo que las partes soportasen la carga
de ver perdido su derecho cuando ni siquiera las puertas del juzgado o tribunal estuviesen abiertas.
El Artículo 62 del Código de Procedimientos establece reglas especiales para la citación de personas que se hallen fuera del lugar del juicio, al
establecer que al término fijado se le aumente un día por cada cien kilómetros o fracción que exceda de la mitad, esto siempre y cuando se trate de
domicilios situados en territorio nacional, pues si el demandado residiere en el extranjero el Juez ampliará el término de emplazamiento en todo lo
que considere necesario, atendidas las distancias y la mayor o menor facilidad en las comunicaciones.
Por otra parte el Artículo 64 indica que cuando no se señale término para la práctica de un acto judicial o para el ejercicio de algún derecho
durante el juicio, se tendrá por señalado el de tres días.

DÍAS Y HORAS HÁBILES.- El Artículo 31 del Código de Procedimientos Civiles ordena que las actuaciones judiciales sean practicadas para su
validez en días y horas hábiles, señalando que son hábiles todos los días del año, excepto los sábados, domingos, aquellos que las leyes declaren
festivos o vacacionales o cuando de hecho se suspendan las labores por orden del Tribunal Superior de Justicia.
En cuanto a las horas hábiles, el mencionado precepto indica que lo son las que medien desde las siete a las diecinueve. Así mismo que una vez
iniciada la diligencia en día y hora hábiles, deberá concluirse y será válida, aun cuando se actúe en horas inhábiles, sin necesidad de
determinación especial del juez.

LA PRECLUSIÓN

La Preclusion- Cuando las partes hacen uso del derecho procesal que les corresponde, o cuando por cualquier causa no hacen uso de tal derecho,
aparece la figura procesal llamada “PRECLUSIÓN”, dicha palabra a la fecha no se encuentra reconocida por la Academia de la Lengua Española,
si embargo en la práctica forense es utilizada, para como lo indican los maestros DE PINA Y LARRAÑAGA7, “designar el “efecto producido en
un proceso cuando se deja pasar, sin utilizarlo, el momento “señalado por la norma que lo rige para realizar un determinado acto”.

CADUCIDAD DE LA INSTANCIA.

Supone la terminación anormal del proceso por inactividad de las partes durante el tiempo prefijado en la ley. Cuando la actividad procesal se
desarrollaba a impulsos de las partes, no cabe duda de que el proceso quedaba paralizado cuando ese impulso de parte no existía.

PRESCRIPCION

La prescripción es un medio de adquirir un derecho o de liberarse de una obligación por el transcurso del tiempo.
La prescripción liberatoria es una excepción para repeler una acción por el sólo hecho que el que la entabla, ha dejado durante un lapso de tiempo
de intentarla o de ejercer el derecho al cual ella se refiere.
Es un medio de extinción de la obligación
Es un medio de extinción de la acción

Elementos: en ambas especies concurren dos elementos:


Objetivo: transcurso del tiempo
Subjetivo: inacción del titular del derecho

Sujetos:

El derecho a prescribir corresponde a toda clase de personas, ya sean físicas o jurídicas, incluídas las de carácter público, y del mismo modo éstas
son pasibles de perder sus derechos y acciones patrimoniales en virtud de la prescripción cumplida.

Caracteres:

Legal: la ley fija los plazos e impone los requisitos para producir efecto.
No puede declararse de oficio: la prescripción sólo puede ser invocada por parte interesada y el juez no puede declararla de oficio

DIFERENCIAS
Precluye El Derecho, Prescribe La Acción, Caduca La Instancia.

RESOLUCIONES JUDICIALES

Por Resolución Judicial entendemos la respuesta que el órgano jurisdiccional otorga a las solicitudes planteadas por las partes en el
procedimiento; así cuando las partes peticionan la continuación del juicio, el juez resolverá precisamente sobre lo solicitado, concediéndolo o
negándolo pero siempre fundando y motivando su “resolución”, debiendo además otorgar su respuesta dentro del término que la ley le ordena.
Así mismo la resolución judicial desde luego ser otorgada por escrito, en español, o como lo indica el Código de Procedimientos Civiles, en
“castellano”, sin emplear abreviaturas, o raspaduras, escribiendo las cantidades con número y letra y ser firmadas por el servidor público a quien
le corresponda certificar el acto, todo lo anterior según se ordena en los artículos 18, 19, 20 y 21del Ordenamiento Procesal Civil consultado; pues
si falta alguno de los requisitos mencionados la resolución se encontrará afectada de nulidad.
Hemos dicho que la resolución debe encontrase fundada y motivada ya que es así como lo ordena la primera parte del Artículo 16 de la
Constitución Política del País al estatuir: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles, o posesiones, sino en virtud de
mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.”
Debiendo entender entonces que si una resolución no se encuentra fundada y motivada se causa una “acto de molestia” al particular, pues el
resolutor no cumple con la obligación impuesta por la ley, en el sentido de señalar cual fue precisamente el fundamento legal utilizado para
conceder o negar lo solicitado por el particular que sufre dicho “acto de molestia”.
Toda resolución, además, deberá ocuparse de cada una de las situaciones planteadas, es así como en su parte conducente lo ordena el párrafo
segundo del Artículo 55 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Nuevo León, al indicar: “Todas las resoluciones sean decretos,
autos o sentencias interlocutoras deben ser claras, precisas y congruentes con las promociones de las partes, resolviendo sobre todo lo que éstas
hayan pedido...”. Lo anterior significa que las resoluciones judiciales además de estar debidamente fundadas y motivadas también deberán ser
exhaustivas, es decir, ocuparse de todas y cada una de las cuestiones planteadas, a fin de que no sean atacadas por alguno de los medios de
impugnación.

TIPOS DE RESOLUCIÓN

Una vez entendido lo que es en sentido amplio una resolución, nos encontramos con la clasificación que de ellas hace el legislador en el Artículo
51 del Código de Procedimientos Civiles mencionado, literalmente dice:
“Artículo 51- Las resoluciones son:
I.- Simples determinaciones de trámite y entonces se llamarán decretos.- Luego, por “DECRETO” debemos entender que se trata de una
resolución que no impulsa el procedimiento, pues como su propia definición lo indica se trata de una “simple determinación de trámite”, dicho en
otros términos, que no resulta de trascendencia en el juicio; como ejemplo de un decreto podemos citar la resolución que recae a la petición de
que se otorgue una copia certificada de lo actuado, pues si se concede o se niega el otorgamiento de tal copia, en nada impulsa el procedimiento,
mismo que como se expuso en otra parte, busca normalmente la obtención de una resolución definitiva, en consecuencia,. el “decreto” es la
resolución que se pronuncia en juicio sin que tal resolución trascienda al resultado definitivo de aquél.

II.- Decisiones sobre materia, que se llamarán autos, debiendo contener los fundamentos legales en que se apoyan.- Los AUTOS en cambio, al
versar “sobre materia”, son resoluciones por medio de las cuales el procedimiento se ve impulsado, pues es por medio de ellos que se aprecia el
avance del juicio; cuando por ejemplo se tiene al actor por presentando su demanda, o al demandado por contestando en tiempo dicha demanda
que en su contra fue planteada, en ambos casos, el juzgador fundamenta su resolución, aceptando a trámite ambos escritos, es decir, el del actor
cuando se le tiene por promoviendo el juicio, y al demandado cuando habiendo contestado se le tiene, precisamente por oponiendo sus
excepciones. Luego, son los AUTOS verdaderas resoluciones sobre materia, puesto que inciden en cuanto al resultado definitivo del
procedimiento.

III.- Sentencias definitivas o interlocutorias.”.-Artículo 51, pueden ser “INTERLOCUTORIAS” o “DEFINITIVAS”, las primeramente nombradas
son aquellas que resuelven una cuestión incidental en el juicio.
El incidente será resuelto mediante una sentencia INTERLOCUTORIA, la que desde luego no tomará en cuenta el fondo del negocio puesto que
se trata de poner fin a una cuestión “incidental”, por lo demás, en cuanto a los requisitos de forma y fondo ésta clase de sentencias debe reunir los
mismos que la DEFINITIVA, resolución ésta última que versará sobre las cuestiones debatidas en el pleito, y por medio de la cual será decidida
tanto la primera como la segunda instancia del juicio, puesto que el fin normal del procedimiento es por medio de la sentencia.
Así las cosas, mediante la sentencia se pone fin a la controversia, sea ésta de carácter incidental o bien se trate del juicio en lo principal, de tal
manera que el juez utilizará sus conocimiento para decidir en derecho cuál de los contendientes demostró tener la razón en caso de la jurisdicción
contencioso, o si demostró la procedencia en el caso de la jurisdicción voluntaria, pero sea como fuere, es mediante la sentencia que se decidirá la
cuestión propuesta al juez.

REQUISITOS DE LA SENTENCIA

En principio se indica en el mencionado Artículo 402 que las sentencias deben ser CLARAS, PRECISAS Y CONGRUENTES con las demandas
y las contestaciones y con las demás pretensiones deducidas oportunamente en el pleito, siendo la resolución en nuestra materia de Derecho
Procesal Civil, de las llamadas de “estricto derecho”, ya que sólo lo oportunamente alegado será materia de la sentencia, por lo que aquello que
no fue alegado como pretención o excepción, fatalmente no será tomado en cuenta para resolver el procedimiento y, si el juez toma en cuenta ese
algo que no fue alegado por las partes violenta el PRINCIPIO DE CONGRUENCIA con el que debe cumplir en la sentencia.

REQUISITOS FORMALES

Volviendo a los REQUISITOS FORMALES, éstos no se dejan al arbitrio del juez, sino que son regulados según se ordena en el Artículo 405 del
Código Procedimiental invocado, al indicarse que el juez principiará expresando el lugar y fecha en que se dicte el fallo, así mismo deberá
expresarse los nombres, apellidos y domicilios de los litigantes; los nombres y apellidos de sus apoderados o abogados directores, y el objeto y
naturaleza del juicio.
También deberá quedar perfectamente identificado el expediente al citar el número progresivo con el que fue registrado en el Libro de Gobierno
que al efecto lleva cada juzgado, requisito que si bien no es ordenado por el Código, en la práctica deviene indispensable a fin de que el
expediente a resolver quede perfectamente identificado, puesto que una copia autorizada de la sentencia queda en el archivo del juzgado o
tribunal, documento que para que cumpla con su función, como se dijo, debe quedar plenamente identificado.

ESTRUCTURA DE LA SENTENCIA
A nuestro parecer, en cuestión de este tema escogimos al maestro Cipriano Gómez Lara, para tomar estructura de la sentencia, ya que es la más
completa, en lo cual lo divide en cuatro consideraciones especiales referidas a estas partes de la sentencia:

a) PREÁMBULO. En el preámbulo de toda sentencia, debe señalarse, además del lugar y de la fecha, el tribunal del que emana la resolución, los
nombres de las partes, y la identificación del tipo del proceso en que se está dando la sentencia. Es decir, en el preámbulo deben vaciarse todos
aquellos datos que deriva para identificar plenamente el asunto.
b) RESULTÁNDOS. Los resultandos, son simples consideraciones de tipo históricos descriptivo. En ellos se relatan los antecedentes de todo el
asunto, refiriendo la posición de cada una de las partes, sus afirmaciones, los argumentos que ha esgrimido, así como la serie de prueba que las
partes han ofrecido y su mecánica de desenvolvimiento. Debe tenerse mucho cuidado en precisar que en esta parte de los resultandos, el tribunal
no debe hacer ninguna consideración de tipo estimativo o valorativo.
c) CONSIDERANDOS. Los considerandos son, sin lugar a dudas. La parte medular de la sentencia. Es aquí donde, después de haberse relatado
en la parte de resultandos toda la historia y los antecedentes del asunto, se llega a las conclusiones y a las opiniones del tribunal, resultando de
confrontación entre las prestaciones y las resistencias, y también a través de la luz que las pruebas hayan arrojado sobre la materia de la
controversia.
d) PUNTOS RESOLUTIVOS. Los puntos resolutivos de toda sentencia, con la parte final de la misma, en donde se precisa en forma muy
concreta si el sentido de la resolución es favorable al actor o al reo; si existe condena y a cuánto monta ésta, se precisa los plazos para que se
cumpla la propia sentencia y, en resumen, se resuelve, el asunto.

LA COSA JUZGADA

Así, una vez que la sentencia no pude ser atacada por algún medio de impugnación, sea ordinario o extraordinario, se está ante la presencia de la
llamada COSA JUZGADA o VERDAD LEGAL, tal y como lo refiere el Artículo 406 del Código de Procedimientos Civiles , al indicar que “la
cosa juzgada es la verdad legal”, y que contra ella no se admite recurso ni prueba de ninguna clase, salvo en los casos expresamente determinados
por la ley.
Lo anterior quiere decir que la sentencia una vez declarada firme, representa la voluntad de la ley, representada ésta por el juzgador que emitió tal
resolución y que en tal tesitura tanto los particulares como los órganos del Estado encargados de hacerla cumplir tienen el deber ineludible de
respetarla, aún y cuando, como sucede en ocasiones, la “VERDAD LEGAL” no sea representativa de la verdad histórica, pero, aun y eso, es decir
que la sentencia no refleje lo realmente sucedido, dado a que es la representación de la ley, estamos ante la presencia de la obligación de acatar lo
resuelto.

LA EJECUCIÓN DE LAS SENTENCIAS.


Ejecución De Las Sentencias.- Según lo ordenado por el Artículo 459 del Código al que nos hemos venido refiriendo, el juez que haya conocido
del negocio en primera o única instancia será el competente para ejecutar la sentencia, esto quiere decir que aún y cuando la sentencia haya sido
materia de estudio por virtud de la interposición del recurso que corresponda, será el juez que primeramente conoció del negocio judicial quién se
encargará de ejecutar lo sentenciado, razón por la cual será ante dicho órgano jurisdiccional en donde se efectuarán las gestiones del caso para
lograr que sea ejecutada la determinación a la cual estarán sujetas las partes que contendieron en el procedimiento ahora resuelto en definitiva.
El vencido en juicio estará siempre ante la posibilidad, si bien ilícita, de no acatar lo ordenado por el juzgador, en tal situación el vencedor en
dicho juicio tendrá la facultad de solicitar del juzgado que proceda a la ejecución forzosa de lo sentenciado, abriéndose lo que en la práctica
forense se denomina “LA FASE DE EJECUCIÓN DE SENTENCIA”.
Una vez que sea solicitada la ejecución, el juez señalará un término de tres días para que el vencido cumpla de manera voluntaria con lo ordenado,
ello según el Artículo 463 del Código de Procedimientos Civiles en vigor en el Estado, apercibido legalmente de que si deja de cumplir se
emplearán en su contra los medios de apremio que señala el Artículo 42 del Ordenamiento Procesal citado, lo cual quiere decir que se procederá a
la ejecución coactiva, estando por ende ante la autorización de invadir la privacidad del vencido en juicio, pues se trata de obtener algo en contra
de la voluntad del gobernado, pues ya no es está ante la presencia de un obligado en los términos del contrato, sino ante una persona “sometida”
en razón a la “voluntad de la Ley”, por ser la sentencia ejecutoria la representación de tal “voluntad”, es decir, ya no impera la voluntad de los
contratantes, sino la voluntad de la Ley, pues habiéndosele dado la oportunidad de cumplir voluntariamente con lo sentenciado asume una actitud
contumaz en contra de la orden de autoridad, razón por la que legalmente procede hacer valer la determinación aun por medio de la coacción, es
decir, utilizando esa violencia mesurada que la Ley autoriza sea aplicada a fin de hacer cumplir lo ordenado por la autoridad.

LOS RECURSOS

Podemos señalar que por recurso se entiende aquel medio de defensa que el legislador otorga a los litigantes, para ser usado en contra de
resoluciones que lesionen los intereses de ellos, o dicho en otros términos, al recibir una resolución contraria a los intereses de los litigantes, éstos
pueden defenderse de dicha resolución por medio de los recursos que la ley concede.
Así, para evitar injusticias, en la medida de lo posible desde luego, se prevén los medios efectivos en contra de tales resoluciones que lesionan los
intereses legítimos de las partes.
La idea de recurso es perfectamente entendible, pues independientemente de cual sea su nombre, todos ellos, tienen como propósito Revocar,
Modificar o Confirmar la resolución impugnada.
En efecto, al momento de interponer un recurso, lo que se pretende es que la resolución combatida sea revocada en la parte que causa el agravio o
la lesión a los intereses legítimos de alguna de las parte, debiendo el interesado al hacer valer el medio de defensa, cumplir con los requisitos que
la ley procesal marca, a fin de que no sea declarado infundado.

TIPOS DE RECURSOS

En la especie, el Código de Procedimientos Civiles señala como recursos, ACLARACIÓN; REVOCACIÓN; APELACIÓN y DENEGADA
APELACIÓN.
ACLARACIÓN puede ser intentado una sola vez y en contra de sentencias definitivas, interponiéndose por escrito ante el mismo juez que la
pronunció dentro del día siguiente a la notificación del fallo, teniendo por propósito aclarar cualquier contradicción, ambigüedad u obscuridad de
la sentencia o parte de ella; debiéndose mencionar en el propio escrito en el que se interpone el recurso, claramente cual es la parte de la sentencia
que se pretende sea aclarada o bien el hecho que se haya omitido en la resolución.

LA REVOCACIÓN es el recurso que procede sólo respecto de autos que no aceptan la apelación, así como en contra de los decretos, esto según
el Artículo 419 del Ordenamiento Procesal consultado, luego el recurso a estudio no procede en contra de sentencias interlocutorias ni definitivas,
ni en contra de autos que puedan ser impugnados mediante el recurso de apelación;.

LA APELACIÓN es el recurso por medio del cual, el tribunal de segunda instancia confirma, revoca o modifica, a solicitud de parte agraviada,
las resoluciones dictadas en la de primera.
De lo anterior se desprende que será en el Tribunal Superior de Justicia en donde se estudiará si resulta fundado y procedente el recurso de
apelación. En el entendido de que fundado y procedente son situaciones diversas que no deben confundirse, pues por “procedente” se entiende
que el recurso debe ser estudiado, y por “fundado”, que quien hizo valer la apelación efectivamente demostró que la resolución recurrida le causó
un agravio reparable solo en la segunda instancia.
El recurso de apelación sólo podrá ser tramitado a petición de parte agraviada, es decir, no existe la llamada “revisión de oficio” o “apelación de
oficio”, figuras procesales conocidas en otras legislaciones.

DENEGADA APELACIÓN.- puede ser opuesto en contra de la resolución que niega la procedencia del recurso de apelación, esto sucede cuando
la parte que recibe una resolución contraria a sus intereses hace valer el recurso de apelación, y la resolución que pronuncia el juez que dictó la
resolución recurrida, niega la procedencia de la apelación, luego se hace valer la DENEGADA APELACIÓN, recurso que tiene como propósito
que el Tribunal Superior de Justicia estudie si resulta o no procedente el recurso de apelación.

EL AGRAVIO.-“Se entiende por agravio, la lesión de un derecho cometida en una resolución judicial, por haberse aplicado indebidamente la ley,
o por haberse dejado de aplicar la que rige el caso; por consiguiente, al expresarse cada agravio, debe el recurrente precisar cuál es la parte de la
sentencia que lo causa, citar el precepto legal violado, y explicar el concepto por el cual fue infringido, no siendo apto para ser tomado en
consideración, en consecuencia, el agravio que carezca de estos requisitos”
.

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