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Charles Proteus Steinmetz, el Hechicero de Schenectady

Nació en 1865 en una ciudad entonces alemana y hoy polaca con el nombre de Carl Augustus Rudolph
Steinmetz, y su brillantez en las matemática y la física lo convirtió en una estrella en su universidad, pero su
actividad política (era socialista militante) le forzó a huir a los EE UU en 1888. Allí comenzó a trabajar para una
compañía eléctrica en Nueva York con tal éxito que a los pocos años nada menos que Thomas Edison adquirió
la empresa sólo para hacerse con sus servicios. Descubrió la Ley de la Histéresis o Ley de Steinmetz, y su
habilidad era tal que llegó a montar un laboratorio en la ciudad de Schenectady donde se dedicaba a sus
experimentos y a donde peregrinaban científicos y tecnólogos (Einstein y Tesla eran sus amigos) para
hablar con él y para someter problemas a su consideración. Se contaba como anécdota que General
Electric le contrató para reparar un problema en un generador, y Steinmetz estuvo varios días haciendo cálculos
hasta que se subió a una escalera y marcó un punto de la carcasa con tiza, diciendo: aquí hay varias bobinas
defectuosas. Una vez reemplazadas el generador funcionó a la perfección, y él presentó una factura por 10.000
dólares que Edison protestó, a lo que respondió con su desglose: marca de tiza, 1 dólar, saber dónde ponerla,
9.999 dólares. Excéntrico, se cambió legalmente el nombre por Charles Proteus y llevó una complicada vida
familiar en su mansión de Schenectady. Y todo ello padeciendo desde su nacimiento de cifosis, una deformación
de la espalda de carácter genético que había heredado de su padre y abuelo. A pesar de su minusvalía se
convirtió en uno de los personajes públicos más conocidos de principios de siglo, por su talento y su capacidad.
Murió, respetado como el gran ingeniero que era, en 1923.

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