Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
1
Marx define la plusvalía en “El Capital” (capitulo IX) como el tiempo de trabajo extra realizado
por un obrero. Es decir, es la parte de la jornada de trabajo que traspasa los límites del trabajo necesario
para la subsistencia del obrero, que es apropiada por el capitalista.
(Fabio Mascaro Querido, 2009). Más que de una crisis cíclica de tipo “clásico”, se
trataría de una crisis global de la civilización capitalista, cuya expresión más dramática
es la degradación absolutamente destructiva del ecosistema, indispensable para sustentar
los absurdos índices de consumo de los países más ricos. No por azar, hoy en día, detrás
de palabras tales como “ecología” y “medio ambiente”, se esconde nada menos que la
continuidad de las condiciones de reproducción social de ciertas clases, de ciertos
pueblos e incluso de ciertos países (Fabio Mascaro Querido, 2009).
Mujer y trabajo:
Nos abocaremos a caracterizar el lugar que ocupa la mujer en el mundo del
trabajo en la Argentina reciente aseverando como rasgo fundamental que se observa en
el periodo 2003/2006 un aumento del empleo y una disminución del desempleo
femenino aunque la inequidad de género persiste. En el 2006 las mujeres continúan
teniendo más posibilidad de estar desocupadas, en este año el 15,1% de las mujeres
estaba desocupada y solo el 8,7% de los hombres.
Según un informe de la OIT en nuestro país del total de la masa laboral un 45%
son mujeres y de ese total la informalidad es más del doble y en materia de salarios hay
una brecha media del 30% menos entre lo que reciben las mujeres relacionado con los
hombres.
Según el informe de SEL Consultores el trabajo en la economía informal entre los
hombres se sitúa en torno al 37% mientras que entre la población femenina supera el
49%.
En la franja del 30% de los hogares más pobres el 77 por ciento de las mujeres se
encuentra en situación de vulnerabilidad laboral esto quiere decir: sin trabajo, con
empleo precario o con programas de asistencia social. Mientras que en mujeres de
hogares con mayor nivel de ingreso las actividades precarias alcanza solo el 14 por
ciento de las ocupadas, esto refleja la segregación del mercado laboral.
Los diferentes niveles de ingreso, la inserción en el mercado laboral o la no
pertenencia a él, los distintos perfiles ocupacionales se encuentran en estrecha relación
con las disparidades existentes también en el acceso y la calidad del sistema previsional.
La situación de las mujeres es particularmente critica ya que las desventajas y
discriminaciones que se observan en el mercado de trabajo también se traducen en el
sistema previsional (subestimación del trabajo reproductivo, trayectorias laborales
femeninas intermitentes, sobrerepresentación femenina en economía informal).
Otra problemática que atraviesan las mujeres particularmente las de menores
ingresos es la concentración en segmentos de empleo que tienen menores beneficios y
derechos que el resto de los trabajadores y trabajadoras asalariadas. Un ejemplo de esto
es el servicio domestico no remunerado que en el periodo 2003 – 2006 explica el 18,7%
de la ocupación femenina mayor de 14 años.
Las mujeres trabajadoras del servicio domestico se caracterizan por ser en
mayor proporción jefas de hogar y por tener edades más avanzadas –
relativamente envejecidas- en relación con sus congéneres del sector privado.
Por otra parte sus hogares tienen mayor presencia de menores en el hogar y el
nivel de pobreza es más alto, estas trabajadoras se caracterizan por tener un nivel
educativo significativamente mas bajo que las asalariadas del sector privado:
mas de las tres cuartas partes no concluyó el nivel medio educativo. Finalmente,
es mayor la proporción de migrantes internas y de otros países, en relación con
el resto de las asalariadas (Gherardi, N. y Zibecchi, C. 2010, pág. 9)
2
Entendemos los repertorios de acción colectiva como un conjunto ilimitado de rutinas que son aprendidas,
compartidas y ejercidas mediante un proceso de selección relativamente deliberado, una manera de actuar
colectivamente en defensa o prosecución de intereses compartidos a lo largo del tiempo y del espacio (Tilly, 1996)
1- Tal vez el punto más importante a tener en cuenta es la disolución de la
propiedad privada de los medios de producción en una propiedad colectiva. La
disolución de la relación tradicional capital–trabajo por la fusión del trabajo y el capital
es decir el trabajador es también el dueño colectivo de los medios de producción. Este
es un principio fundamental en la desalienación del trabajo y en la construcción de un
trabajador que es el dueño del fruto de su trabajo. La construcción de un trabajador
“sujeto pleno”.
2- Íntimamente vinculado al punto anterior, la Economía Popular al no dividir las
relaciones sociales de producción en propietarios y trabajadores enarbola una lógica
democrática en el proceso de toma de decisiones, es decir, las decisiones que confieren
a la producción, distribución y consumo recaen sobre un proceso colectivo que asumen
los trabajadores en su totalidad.
3- Existe una reconceptualización de la relación hombre/naturaleza ya que la
Economía Popular no se rige por la valorización del capital sino por criterios de
producción que ponen en el centro al hombre y la mujer y no al capital. Es decir, la
Economía Popular rompe con la lógica capitalista que hace imperar al valor de cambio
por sobre el valor de uso y se sustenta en la producción de bienes socialmente
significativos, es decir, pondera el valor de uso de las mercancías.
4- El cuarto punto esta íntimamente vinculado al anterior y es que en la Economía
Popular se fomentan otras prácticas de consumo ya no vinculadas a las lógicas de
producción capitalista y de auto-realización del capital sino un consumo responsable y
vinculado a la satisfacción de las necesidades reales3 de la sociedad.
5- Se da una distribución proporcional de los ingresos en relación al tiempo de
trabajo desarrollado, es decir anula el principio básico del capitalismo: la plusvalia. Ya
no se produce un excedente cuyo destino sea la apropiación por parte de la clase
propietaria sino que el resultado del trabajo se divide en forma proporcional al trabajo
realizado entre los trabajadores.
6- Íntimamente vinculado a los puntos anteriores y subyaciendo en cada una de
sus prácticas, se encuentran una serie de valores necesarios para su desarrollo pleno y
que apuntan a la deconstrucción simbólica de la dominación del capital: justicia,
honestidad, transparencia, responsabilidad social y cooperación.
3
Entendemos por necesidades reales como una conjunción socio-histórica determinada espacio-
temporalmente.
Conclusión:
Frente a la lógica del capital, regida por la racionalidad económica y las leyes de
mercado, cuyo fin último es la autorealización del valor de cambio necesario para
garantizar la acumulación capitalista, está emergiendo una política territorializada (una
política del lugar, del espacio y del tiempo), movilizada por el derecho a la identidad
cultural de los pueblos, legitimando reglas plurales y democráticas de convivencia
social.
El territorio es el lugar donde se reafirma la identidad, no como un factor
productivo, sino como el espacio social donde los actores sociales desarrollan
proyectos autogestionados para satisfacer necesidades, aspiraciones y deseos de los
pueblos que el modo capitalista de producción no puede cumplir.
Cuando las fronteras de la dominación tocan las de la vida se multiplican las
resistencias afirma Ana Esther Ceceña (2004). La profundidad alcanzada por los
mecanismos de desposesión disminuye la capacidad de incorporación al sistema de un
conjunto creciente de personas. Es la exclusión la que empuja a los pueblos a la
construcción de otras pautas de socialización, otros modos de vida. La insubordinación
de los excluidos, la insurrección, cuando la disputa es por elementos esenciales para la
conservación de la vida (el territorio y los recursos para la subsistencia por ejemplo), se
convierte en un mecanismo de supervivencia.
Es la mujer un actor central en la construcción de estas otras pautas de
sociabilidad, por su carácter marginal en el desarrollo de la sociedad capitalista.
Alguna vez, la feminista anarquista Emma Goldman (2011) dijo: “La mujer es el
obrero del obrero”, aludiendo a la doble explotación que viven las mujeres.
Emma Goldman se refería a las exigencias de la maternidad y del trabajo
doméstico, aportes visibles -invisibilizados- de la mujer a la economía, aunque sin ellos
el costo de la producción de la fuerza de trabajo sería mucho más alto.
En las últimas décadas, a la doble jornada (la doméstica y el trabajo remunerado)
se ha sumado una tercera: el trabajo comunitario, ya que la mujer se abocó a la
construcción de repertorios de lucha que en un triple proceso van garantizando la
subsistencia y el sustento de las familias y van construyendo otras relaciones sociales,
portadoras de ese cambio social necesario a la hora de pensar deconstruir la lógica de
dominación del capital sobre la naturaleza y sobre el trabajador y la trabajadora.
Bibliografía:
Antunes, Ricardo: “La sustancia de la crisis” Revista Herramienta Nº 41,
Ediciones Herramienta, Bs. As., 2009.
Arencibia, Fabiana: “Profundizar cual modelo”, en Red Eco, 29/01/2011.
Benjamin, Walter: “Estética y Política”, Las Cuarenta, Bs. As., 2009.
Ceceña Ana Esther: “Estrategias de construcción de una hegemonía sin limites”
en Hegemonías y emancipaciones en el siglo XXI”, CLACSO, Bs. As., 2004.
Gherardi, Natalia y Zibecchi, Carla: “El derecho al trabajo y la ocupación de las
mujeres: una visión regional para América Latina”, en Di Pietro, M. Paula (Comp.)
Género y empleo: iniciativas de la sociedad civil como modelos para la construcción de
política públicas con mirada de género, ELA, Bs. As., 2009.
González Bazán, Elena Luz: “Trabajo de la mujer: Informalidad y menores
salarios. Una igualdad inexistente”, en argenpress.info, 10/03/2010.
Gramajo Sandra: “La construcción social de la mujer y de la ciudadania en la
Argentina del siglo XX” Omnibus Nº 34 Año VII, Bs. As., 2011.
Harvey, David: “El nuevo imperialismo. La acumulación por desposesión”
Socialismo Register, CLACSO, Buenos Aires, 2004.
http://www.indec.gov.ar/
http://www.mecon.gov.ar/
http://www.trabajo.gov.ar
Löwy, Michael: “Ecosocialismo. La alternativa radical a la catástrofe ecológica
capitalista”, Ediciones Herramienta y Editorial El Colectivo, Bs. As., 2011.
Marx, Carlos: “Contribución Crítica de la Economía Política”, Editorial
Progreso, Moscú, 1989.
Mascaro Querido, Fabio: “Revolución y (crítica del) progreso: la actualidad
ecosocialista de Walter Benjamin”, en Revista Herramienta Nº 43, Herramienta
Ediciones, Bs. As., 2009.
Mészáros, Istvan: “A crise estrutural do capital”, Voi Tempo Editorial, Sao
Pablo, 2009.
Razeto, Luis: “La economía de solidaridad concepto, realidad y proyecto”, en
Revista Persona y Sociedad, Volumen XIII, Nº 2, Santiago de Chile, 1999.
Seoane, Javier: “La conformación del campo de las ciencias sociales y la
concepción científica del mundo”, 2003. Documento digital:
http://jseoane.blogspot.com.ar/2007/09/la-conformacin-del-campo-de-las.html
Tilly, Charles: “The Contentious French”, Harvard University Press, Cambridge,
Mass, 1986.
Tiriba, Lía. Economía popular y movimientos populares. (y una vez más, el
trabajo como principio educativo). Contexto e Educação, núm.54, Ijuí, Inijui, Brasil,
1999.