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U7M3
¿Por qué necesitas contar lo que te pasa? Recordar o informar da vida y orden a tu
experiencia, permite que la comprendas mejor, viéndola desde otras perspectivas;
cuando te enfrentas a la experiencia de otros, puedes identificarte con lo que les
pasa e iluminar tu propia experiencia. Cuando relatas algo, realizas un texto
narrativo.
Espacio (7)
Narrador (5)
Narratario (6)
Narratario
Narrador
(4) Contexto de recepción: el punto de vista particular del lector que recibe
la obra, según su cultura, edad, ideología particular, etc. (incluso su
estado de ánimo). La época del lector también será importante en el circuito
de comunicación literaria. Si aquél es contemporáneo a la producción de la
obra, buscará ver reflejados su realidad y visión de mundo. En el caso de no
serlo, cotejará el contexto de producción de la obra con el suyo, buscando qué
ha trascendido, qué puede aprender de épocas anteriores, o comparando
distintas visiones de mundo, por ejemplo.
(7) Espacio: el lugar en que existen los personajes que actúan en la obra
narrativa se conoce como espacio. Éste se refiere tanto al espacio físico como
al cultural y sicológico.
(8) Personajes: los personajes son personas posibles que interactúan entre ellas
o con su medio. En el caso de ser animales o cosas personificadas,
representan seres humanos, con todas las dimensiones que ello implica:
sociales, personales, sicológicas, morales, etc.
(9) Mundo posible: el espacio en que los personajes actúan implica cierta
“lógica” de realidad. Así como nuestro mundo físico está gobernado por ciertas
leyes, los textos narrativos generan mundos donde se aplican leyes según el
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tipo de realidad que representan. Se dividen en mundos parecidos al real y
mundos no reales.
Oralidad. Las formas literarias orales se remontan hacia los tiempos en que el hombre
comenzó a construir su memoria e identidad. En el caso de la narrativa, están
directamente relacionadas con la construcción histórica y moral, y el reforzamiento de
la identidad a partir de héroes o dioses. Los relatos orales tienen en común una
organización muy simple, y tendencia a la repetición e imitación de episodios,
estructuras y enunciados, para facilitar su memorización. En muchos casos,
cuentacuentos, juglares, trovadores, Minnesingers y otros narradores orales tenían la
posibilidad de interactuar con su público, modificando la historia según sus
necesidades. Ejemplos de literatura oral son los mitos, las leyendas, los romances y los
cuentos infantiles.
Escritura. Una vez que el hombre fija sus relatos en textos, se abren nuevas
potencialidades para éstos. Ya no solo tiene que ver con recordar y reconocerse, el
texto permite una permanencia de lo dicho y abre la posibilidad para la contemplación:
reflexionar sobre las acciones, las connotaciones, los matices, las estructuras. Cuanto
pierde el relato oral en interacción o agilidad, lo gana en profundización,
experimentación formal y detalle iluminador.
Cine. El cine es una forma de narración audiovisual. Utiliza distintos códigos para
generar el relato (proxémicos, kinésicos, paralingüísticos, verbales, icónicos,
musicales, etc.), pero en términos de los elementos básicos, funciona como cualquier
narración: un emisor (la cámara) nos muestra una secuencia de acciones realizadas
por personajes en un mundo, que conforman una historia y en la que vemos reflejados
la condición humana y un contexto determinado. El cine utiliza la visualidad como un
lenguaje en sí mismo, con sus propios códigos; la música, para apoyar sus propósitos
estéticos, y el lenguaje verbal no solo como una forma de interacción, sino también
como generador de discursos.
Cómic. El cómic es una secuencia de imágenes y texto que relatan una historia. A
medio camino entre el cine y la narrativa, busca que el lector complete las secuencias
a partir de los indicios entre una escena y otra. Cuenta con un narrador que completa
la información entre una imagen y otra, o entrega perspectivas, comentarios sobre lo
narrado, apelaciones al lector, etc.
Los relatos literarios apuntan a una narración que no solo informe sobre lo que ocurre,
como pasa con el periodismo, sino que lo haga de forma estética. De ahí que la
disposición de los hechos sea tanto o más importante que el acontecer en sí.