Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
c
i i
Para concluir, vale referir las diferencias del enfoque anarquista con la estética
marxista ortodoxa, que pueden condensarse en tres aspectos cardinales: 1) La
visión del compromiso social del arte y el artista; donde aunque ambas
filosofías exigen vincularse a la lucha por la libertad y la igualdad, el
Anarquismo enfatiza que éste es también el combate por un arte libre de
constricciones internas y externas a él que lo empobrecen y someten, mientras
que el Marxismo llama al artista a la lucha más como obligación social. 2)
Relaciones entre forma y contenido en el arte; pues para los anarquistas no
tiene sentido establecer cánones preceptivos en forma o contenido (como el
³realismo socialista´, que la ortodoxia marxista -leninista ha considerado por
tanto tiempo como la verdad revelada); la estética libertaria llama a la
experimentación (³culto a lo ignoto´, diría André Reszler), sin despreciar jamás
lo que hay de vital en la tradición (³culto a lo conocido´). Apuntemos que en
este punto no ha dejado de haber entrecruzamientos de una a otra perspectiva,
pues hay anarquistas que se han sentido tentados a bosquejar pautas
inmanentes al arte revolucionario, mientras que no han faltado marxistas
heterodoxos que, citando a Trotsky, han planteado que se debe ser ³marxista
en política y anarquista en el arte´. 3) Interpretación del fenómeno artístico; ya
que aceptando como los marxistas que el arte tiene obvias raíces histórico -
sociales, la estética anarquista reivindica la autonomía del proceso creador,
pues explicar la actividad artística por un determinismo estrecho ± patente
inclusive en el propio Marx y en seguidores tan rigurosos como Luckács o los
teóricos del marxismo estructuralista ± impide potenciar su función innovadora
y subversiva, la cual reiteramos que para el Anarquismo está no sólo en el
contenido y su significación social, sino también en la forma y en el acto libre
de la creación.
- -