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Relación entre violencia intrafamiliar y uso de métodos

anticonceptivos en Colombia
Eduardo Andrés Bustamante Ochoa
Verónica García Vásquez
Laura Elizabeth Moreno Gama

–Introducción. –I. Marco teórico. –II. Metodología. –III. Modelo propuesto. –


IV. Contrastación empírica. –V. Resultados. –Conclusiones. –Referencias.

Resumen: Colombia presenta problemas de violencia social y cultural que han generado
consecuencias profundas sobre la dinámica familiar y reproductiva. La violencia doméstica ha
comenzado a ser considerada como un problema de salud social con efectos negativos directos
en las mujeres por tener incidencia directa sobre las decisiones reproductivas de los hogares.
Es por esto, que resulta importante estimar la relación directa entre el uso de métodos
anticonceptivos y los distintos tipos de violencia de género presentados al interior de las
familias. Los resultados muestran, que en Colombia existe una clara incidencia de la violencia
física, sexual y reproductiva sobre la probabilidad de uso de métodos anticonceptivos
modernos, diferencias significativas a nivel regional y educativo, y la necesidad de un mayor
control estatal sobre ellas para garantizar la efectividad de las políticas públicas dirigidas a la
planificación familiar reproductiva.
Palabras clave: Género, Abuso Doméstico, Salud Reproductiva, Planificación Familiar.
Abstract: Colombia presents problems of social and cultural violence that has generated
profound implications on the family and reproductive dynamics. Domestic violence has begun
to be treated as a social health problem with direct negative effects on women because it has a
direct impact on the reproductive decisions of the households. For this reason, it is important
to estimate the direct relationship between the use of contraceptive methods and the different
types of gender violence presented in families. The results show that in Colombia there is a
clear incidence of physical, sexual and reproductive violence on the probability of using
modern contraceptive methods, significant at differences at the regional and educational level,
also the need for greater state control over them to guarantee the effectiveness of public
policies aimed at reproductive family planning.
Key words: Gender, Domestic Abuse, Reproductive Health, Family Planning.
JEL classification: J16, J12, I12, J13.

1
Introducción

La violencia de pareja ha sido considerada como un problema de salud pública a nivel mundial
por generar problemas directos sobre la integridad física (golpes, moretones, fracturas, lesiones
graves, laceraciones, entre otras) y psicológica (depresión, ansiedad, trastornos postraumáticos,
entre otros) de las mujeres e integrantes familiares (Koenig, Ahmed, Bazle, & Alam, 2003;
Dalal K. , 2008). Una de las consecuencias indirectas de la violencia de pareja es la afectación o
coerción indirecta que sufren las mujeres maltratadas y abusadas de edad reproductiva con
respecto al acceso y uso regular de métodos anticonceptivos y prácticas de abortos; así como
también, reportan más casos de embarazos no deseados, pérdida de niños durante la infancia y
mayor uso de los servicios comunitarios y de salud (Kishor & Johnson, 2004; World Health
Organization, 2005). Pese a los continuos esfuerzos del Gobierno Nacional por erradicar los
feminicidios1, la violencia sexual y cualquier tipo de violencia de género, las cifras oficiales
presentadas para Colombia con respecto a la violencia contra la mujer brindan un panorama
desalentador; por ejemplo, según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y la
Universidad de la Sabana, el feminicidio para el 2016 presentó un aumento del 22%, pasando
de 100 muertes en 2015 a 122 muertes en 2016 (Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, 2017).

En el mismo informe, con respecto a la violencia sexual2 en el 2015 se presentaron 14021


denuncias por violencia sexual mientras que, para 2016, esta cifra aumentó a 15082, lo que
demuestra un aumento del 7% en un corto lapso de tiempo; lo más alarmante, es que el
41,43% de los casos son situaciones en la que niñas entre los 10 y 14 años se ven
comprometidas, seguido por los casos ocurridos con niñas entre 5 y 9 años, siendo el 21,07%
del total de casos. No obstante, también hay que señalar que se han tenido avances a nivel
general, en temas de violencia intrafamiliar como se muestra en el Gráfica 1; donde se

1 Feminicidio entendido como el asesinato de mujeres por parte de hombres motivados por el odio, desprecio,
placer o un sentido de propiedad naturalizado de la mujer (Caputi & Russell, 1979).
2 Entendida como “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones

sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una
persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en
cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo (Jewkes, 2002).

2
evidencia una tendencia decreciente en los últimos 6 años3 de casos reportados de violencia de
pareja y de riñas con otros miembros del hogar (periodicidad mensual), así como también,
incrementos significativos para ambas series en épocas de fiestas de mitad (meses de mayo y
junio) y fin de año (octubre, noviembre y diciembre).

Gráfica 1. Tendencia de los casos reportados de violencia de pareja y con otros miembros familiares desde la
segunda mitad del año 2010 y el mes de febrero del 2017 (se excluye el año 2013 por falta de datos)

Fuente: Elaboración propia. Datos obtenidos de los reportes mensuales del Instituto Colombiano de Medicina
Legal y Ciencias Forenses, 2017.

Las frecuentes exposiciones de la mujer frente a los diferentes tipos de violencia intrafamiliar
generan problemas severos, no solo desde el punto de vista físico y psicológico, sino también
económicos y de integración social. Este es el caso del uso de métodos anticonceptivos en sus
relaciones, constituidos como la herramienta más eficiente para la planificación familiar (Mesa
& Junca, 2011) y por esta razón son el medio con el que la mujer cuenta para postergar su
embarazo en caso de que no lo desee. No obstante, situaciones de violencia combinados con
otras características socioeconómicas, ponen a la mujer en una condición de vulnerabilidad que

3 Del análisis se exime al año 2013, debido a la ausencia de datos encontrados en la página oficial del Instituto
Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Recuperado de: http://www.medicinalegal.gov.co/boletines-
estadisticos-mensuales

3
la cohíbe de ser quien toma la decisión de planificación en su hogar, o al menos ser parte activa
de la toma de dicha decisión.

A escala mundial según la Organización Mundial de la Salud —OMS—, el uso de métodos


anticonceptivos ha aumentado de un 54% en 1990 a un 57.4% en 20154, sin embargo, para el
caso colombiano, la utilización de los anticonceptivos muestra avances importantes; ya que, la
Encuesta de Demografía y Salud (ENDS) muestra que de 1990 a 2015, este porcentaje ha
pasado de 66.1% a 81% de mujeres entre 19 y 49 años (Ministerio de Salud y Protección
Social, 2015, pág. 61). A simple vista, parece que la violencia intrafamiliar no interfiere en la
utilización de métodos anticonceptivos, no obstante, ante la ausencia de estudios específicos
dirigidos a esta problemática, el presente trabajo tiene como objetivo analizar la relación que
existe entre la violencia contra la mujer (en cualquiera de sus facetas) y el uso de métodos
anticonceptivos, para así constatar si las mujeres víctimas de violencia son menos o más
propensas a usar métodos anticonceptivos en sus relaciones.

Más allá de la ausencia de estudios sobre esta problemática, también interesa constatar si en
Colombia los niveles de riqueza, educación y rol dentro del núcleo familiar son factores
determinantes frente a las decisiones de uso de métodos anticonceptivos; ya que, estudios
anteriores como el estudio de la OMS sobre salud de la mujer y violencia doméstica han
demostrado, que las mujeres con mayores niveles educativos y clases sociales son menos
propensas a sufrir de la violencia por parte de su compañero sentimental (Organización
Mundial de la Salud (OMS), 2005, pág. 10).

A. Planteamiento del Problema


1. Formulación del Problema
Las condiciones socioeconómicas de las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar (física,
sexual, económica, psicológica, entre otras) en Colombia inciden de forma diferenciada en sus
decisiones de planificación familiar, mediante el uso de métodos anticonceptivos.

4 Dato encontrado en la página principal de la OMS el 23 de junio de 2017:


http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs351/es/

4
El uso de métodos anticonceptivos y condiciones socioeconómicas de las mujeres en situación
de vulnerabilidad (víctimas de violencia intrafamiliar) inciden de forma diferente en las
decisiones de maternidad

2. Objetivos
a. Objetivo general
Observar y analizar los determinantes que inciden en las decisiones de la mujer para la
utilización de métodos de planificación familiar enfocados a grupos de mujeres en situación de
vulnerabilidad (víctimas de abuso sexual o violencia intrafamiliar) en edad reproductiva (15 a
49 años), con el fin de documentar la relación entre violencia y el uso de métodos
anticonceptivos.

b. Objetivos específicos
Evaluar las condiciones socio-económicas que influyen en las decisiones de la mujer
sobre la utilización de métodos de planificación familiar.
Formular recomendaciones que contribuyan al mejoramiento y focalización de políticas
públicas dirigidas a la promoción de uso de métodos anticonceptivos.

I. Marco Teórico
La literatura existente acerca del análisis de los planes y programas del Gobierno Nacional, en
materia de salud sexual y reproductiva es amplia y presenta suficiente evidencia que sustenta la
pertinencia de este estudio investigativo. Para el caso colombiano, trabajos como el de (Miller
G. , 2009), muestran que el país ha realizado acciones dirigidas a la reducción de la tasa de
fecundidad a través de Profamilia5 y que los programas dirigidos a la salud sexual y
reproductiva han tenido un impacto positivo en la reducción del tamaño de las familias. Sin
embargo, existe una variedad de autores que señalan que el problema persiste a pesar de los
esfuerzos del Gobierno; uno de ellos, es (Pérez, 2006) quien sostiene que, aunque la
fecundidad en el país ha disminuido durante las últimas décadas, esta sigue siendo alta, aún si
se compara con otros países con niveles similares de desarrollo.

5Profamilia es una organización privada sin ánimo de lucro que promueve el respeto y el ejercicio de los derechos
sexuales y derechos reproductivos de toda la población colombiana.

5
Partiendo del hecho de que uno de los mecanismos más útiles para obtener el tamaño óptimo
en las familias es el uso de métodos anticonceptivos (Mesa & Junca, 2011), es importante
revisar la relación entre violencia (psicológica, económica, física, sexual, entre otras) y el uso de
métodos anticonceptivos para el caso colombiano. Algunos artículos relacionados como el de
(Murad, Calderón, & Gómez, 2013), encuentran que lo que en mayor medida determina la
libertad económica en las mujeres son las condiciones en las que vive el día a día y que la
exposición a la violencia no aporta variaciones significativas en este caso. No obstante, la
autonomía sexual y reproductiva es condicionada ante el hecho de haber sido víctima o no de
alguno de los tipos de violencia intrafamiliar, es decir, se encontraron grandes diferencias en las
decisiones de planificar, tanto de mujeres solteras como las que viven en pareja; de hecho,
existe evidencia que en términos generales las mujeres víctimas de violencia de pareja en
Colombia tienden a desear menos hijos y a tener menor autonomía frente a las decisiones de
uso de métodos anticonceptivos (Murad, Calderón, & Gómez, 2013, págs. 74-80).

Adicionalmente, (Murad, Calderón, & Gómez, 2013) también señalan que el uso de métodos
anticonceptivos es el elemento crucial en la autonomía reproductiva ya que a través de este
mecanismo se le permite a la mujer postergar su embarazo. Sin embargo, y pese a que sus
resultados muestran que el 97% de las mujeres aprueban el uso de métodos anticonceptivos
para evitar quedar embarazadas, es posible identificar diferencias sobre su uso y la exposición a
la violencia cuando se controlan variables socioeconómicas y culturales como los niveles de
riqueza, años de estudio, regiones, roles familiares, entre otros.

En el ámbito internacional, (Guedes, Knerr, & García, 2013) se evidenció que el riesgo de
embarazo no deseado puede obedecer directamente a un coito forzado o a la dificultad de
negociar el uso del condón o de métodos anticonceptivos en una relación de maltrato, o
indirectamente a comportamientos sexuales de alto riesgo vinculados con antecedentes de
abuso sexual en la niñez o la adolescencia6. Del mismo modo, (Bourey, Stephenson, & Hindin,
2013) lograron identificar que para las mujeres que tuvieron un hijo que ellas no deseaban,
existía un mayor riesgo de perdurar la violencia ejercida por su cónyuge comparado con las que
no son víctimas de violencia.

6Estudio realizado con el apoyo de la Organización Mundial de Salud (OMS) y La Organización Panamericana de
Salud (OPS)

6
Cuando el análisis se enfoca en la relación, entre violencia causada por sus parejas y uso de
métodos anticonceptivos se encuentran una serie de trabajos que merecen ser resaltados, dados
los resultados encontrados. Uno de ellos es (Panchanadeswaran, y otros, 2010), quienes
hicieron un estudio en 38 barrios de Nueva York y llegaron a la conclusión que para las
mujeres que experimentaron violencia doméstica, el uso esperado de condones es mucho
menor que las que no han sido víctimas, y las mujeres víctimas de violencia en el último año de
su análisis tienen una menor proporción de usar condón comparadas con las no víctimas. Por
su parte, (Teitelma, Ratcliffe, Morales-Aleman, & Sullivan, 2008) concluyeron que, para 2058
mujeres adultas y jóvenes sexualmente activas, el abuso verbal y físico experimentado en la
adolescencia se asocia con abuso verbal y físico en la adultez, así mismo, las mujeres no
violentadas en sus relaciones maritales tienen 66% mayor probabilidad de usar condón al
momento de tener relaciones con sus parejas que sus similares violentadas.

Entre algunos estudios de evaluación de impacto, se destaca a (Williams, McCloskey, & Larsen,
2008), quienes realizaron un estudio para una muestra de 225 mujeres en la Clínica de Boston,
115 fueron abusadas y 110 fueron parte del grupo control para analizar el impacto de la
violencia en sus relaciones; entre los resultados, se destaca que las mujeres que experimentaron
abuso emocional y físico tienen menos probabilidades de reportar cuál es el método de
planificación familiar usado con sus parejas comparado con las no abusadas. Sin embargo, de
este estudio no se puede hablar fácilmente de causalidad entre violencia doméstica y uso de
métodos anticonceptivos por ser una muestra tan pequeña y tener poco poder de
comparabilidad entre ambos grupos poblacionales.

Finalmente, factores como el acceso a un trabajo estable, y por ende, a un salario mejor
remunerado que le permita a la mujer participar en el sistema bancario y tener libertad en sus
transacciones económicas, dota a las mujeres de mayores probabilidades de tomar decisiones
conjuntamente con la pareja sobre el uso de métodos anticonceptivos (Murshid & Ely, 2016).
Por otro lado, (Pallitto, y otros, 2013) consideran que, si la violencia causada por parte de la
pareja se redujera en un 50%, los embarazos no deseados se reducirían entre un 2% y un 18%,
y el aborto entre un 4.5% y un 40%.

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II. Metodología
Siguiendo a (Coker, 2007), los distintos canales estudiados en la literatura existente y que
reflejan la relación entre la violencia de pareja e intrafamiliar con respecto al uso de métodos
anticonceptivos son: la negociación de uso de anticonceptivo y la coerción reproductiva. No
obstante, entre las distintas metodologías que se llevan a cabo para demostrar esta relación son
básicamente cualitativas, cuantitativas y mixtas; las cuales, se han efectuado desde dos
principales enfoques: de victimización femenina y de perpetración masculina con respecto al
uso de métodos anticonceptivos.

A. Enfoque de victimización femenina y uso de métodos anticonceptivos


En términos generales desde este enfoque se aprecia una relación negativa y significativa, entre
la victimización femenina ejercida mediante la exposición directa de las mujeres a los diferentes
tipos de violencia de pareja y el uso de métodos anticonceptivos; adicionalmente, algunos de
ellos también encuentran la misma relación negativa del uso de métodos anticonceptivos con
respecto al abuso de substancias alcohólicas y una relación positiva entre la violencia de pareja
y el número de encuentros sexuales sin protección. Entre los que estudian la negociación de
uso de métodos anticonceptivos, se utilizan variables explicativas relacionadas con la violencia
de pareja surgida a partir de la solicitud de anticonceptivo por parte de las mujeres, la violencia
que limite la capacidad o conocimiento de su uso y las relaciones de poder en las relaciones o
grupos familiares. Por su parte, estudios relacionados con la coerción reproductiva mediante la
violencia de pareja usan variables explicativas relacionadas con presiones verbales, físicas y
psicológicas con el objetivo de promover el embarazo o la directa interferencia en el uso de
algún método de anticonceptivo.

Estos estudios son en su mayoría de corte transversal y solo una pequeña parte de ellos son
realizados mediante la estimación de datos de panel como se resumen en los siguientes
numerales.

1. Métodos cualitativos
Entre los trabajos destacados están (Dávila & Brackley, 1999), que estudian la relación entre la
violencia de pareja y la negociación del uso de métodos anticonceptivos de las mujeres auto-
clasificadas como mexicanas o méxico-americanas mediante resultados estadísticos obtenidos
de entrevistas y encuestas semiestructuradas para la recolección de información relacionada

8
con la violencia intrafamiliar y enfermedades de transmisión sexual. Entre sus principales
resultados, se destaca el surgimiento de violencia física y sexual generada por el requerimiento
de las mujeres del uso de preservativos; además, se destacan características significativas como
el nivel educativo de los victimarios y el desconocimiento de los métodos anticonceptivos, que
los llevaba a cometer actos de injuria y violencia psicológica sobre sus compañeras sexuales.

Otro de los trabajos destacados son los trabajos realizados por (Lichtenstein, 2005; Rosen,
2004) que estudian la relación entre la coerción reproductiva y el uso de métodos
anticonceptivos mediante encuestas y entrevistas personalizadas; las cuales, contenían
preguntas relacionadas con la violencia en las relaciones íntimas, las prácticas de uso del
condón y los desequilibrios de poder o creencias en las relaciones íntimas y en los roles de
género. Entre sus principales conclusiones se destaca que las relaciones de poder en la vida de
pareja tienen un impacto significativo sobre la habilidad de las mujeres para negociar el uso de
métodos anticonceptivos; tanto así, que (Lichtenstein, 2005) encontró que las mujeres en una
relación con una pareja VIH-positiva no tenían la capacidad de negociar el sexo y el uso del
condón, siendo forzadas a tener sexo mediante amenazas, violencia y aislamiento. Por su parte,
(Rosen, 2004) encuentra que los compañeros sexuales de mujeres adolescentes toman las
decisiones de anticoncepción debido al miedo de las mujeres frente a posibles confrontaciones
o manifestaciones de violencia.

2. Métodos cuantitativos
Entre los trabajos destacados que estudian la relación de la violencia de pareja y la negociación
de uso de métodos anticonceptivos, empleando un modelo logístico de corte transversal (Lang,
Salazar, Wingood, DiClemente, & Mikhail, 2007) encontraron que con respecto a quienes no
solicitan el uso de preservativo, el abuso físico era 8 veces más probable en parejas donde las
mujeres solicitan el uso de preservativos y 14 veces más probable de sufrir abuso físico en
parejas donde las mujeres sufrieron violencia de género reciente y que habían pedido a su
pareja que usaran un condón. Por su parte, y usando igualmente un modelo logístico de corte
transversal, (Mittal, y otros, 2004; Decker, y otros, 2014) encontraron que la percepción o
temor de una mujer frente a la violencia potencial puede limitar su capacidad y confianza en la
negociación del uso del condón; lo cual, no solo es un comportamiento riesgoso por alterar las
decisiones de uso de métodos anticonceptivos, sino también porque se demuestra en el mismo

9
estudio que aumenta el número de compañeros sexuales en riesgo de infectarse con
enfermedades de transmisión sexual.

Otros trabajos como el de (Pallitto, y otros, 2013), utilizaron modelos logísticos con datos de
corte transversal para 10 países con bajos y medianos ingresos. Sus resultados muestran una
relación positiva entre la violencia de pareja y el número de casos reportados de embarazos no
deseados y de abortos clandestinos; así mismo, clasifican a la violencia de pareja como un
factor de alto riesgo para el desarrollo de los países de ingresos bajos y medios por su efecto
nocivo sobre las tasas de natalidad. Por su parte, (Raj, Mcdougal, Reed, & Silverman, 2015)
realizan un modelo de panel de datos con efectos fijos para analizar la relación entre violencia
de pareja y tipos de métodos anticonceptivos; encontrando, que la violencia de pareja
incrementa el uso de anticonceptivos en los que los compañeros sexuales no tienen poder de
decisión como la píldora anticonceptiva, pero disminuye el uso de métodos que requieren de
su cooperación como el condón o apoyo logístico-económico como la esterilización.

Adicionalmente, (Stephenson, Koenig, & Ahmed, 2006) hicieron un estudio con un modelo de
ratios de Hazard para medir la relación entre el abandono del uso de métodos anticonceptivos
y la violencia física sobre las mujeres, así como también de las presiones culturales por las
tradiciones comunitarias. Entre sus principales resultados, se encuentra una relación negativa
entre el uso de métodos anticonceptivos modernos y el número de mujeres víctimas de
violencia física declarada; así como también, la misma relación se presenta con respecto a la
presión de la comunidad por las creencias culturales y roles femeninos socialmente aceptados.

3. Métodos mixtos
Entre los trabajos de metodología mixta que incluyen tanto un análisis cualitativo como
cuantitativo, se destacan los trabajos de (Kalichman, Williams, Cherry, Belcher, & Nachimson,
1998; Teitelma, Tennille, Bohinski, & Jemmott, 2011). Ambos estudios encontraron que la
percepción de una mujer o el temor a la violencia potencial puede limitar su capacidad y
confianza en la negociación del uso del condón; por un lado, (Kalichman, Williams, Cherry,
Belcher, & Nachimson, 1998) halló que las mujeres abusadas sexualmente eran más propensas
a tener miedo a negociar el uso del condón por temor a la violencia física. No obstante, el
trabajo de (Fanslow, Whitehead, Silva, & Robinson, 2008) encuentra un resultado contrario

10
para las mujeres en Nueva Zelanda, argumentando que las mujeres que habían experimentado
violencia de pareja son más propensas al uso de algún método anticonceptivo.

B. Perpetración masculina y uso de métodos anticonceptivos


Este enfoque tiene en cuenta los hechos o comportamientos de sabotaje anticonceptivo o
promoción del embarazo en sus parejas femeninas mediante la presión verbal, aislamiento
social, chantajes o amenazas condicionadas a no quedar embarazadas o la interferencia directa
con la anticoncepción.

1. Métodos cualitativos
Estudios como los de (Miller, Levenson, Herrera, Kurek, & Stof, 2012; Thiel de Bocanegra,
Rostovtseva, Khera, & Godhwani, 2010; Miller E. , y otros, 2007) encuentran que las parejas
de las mujeres no les permitían obtener o disponer de anticonceptivos orales, saboteaban o
usaban preservativos inconsistentemente con el propósito de atarla a su compañero mediante
un hijo.

2. Métodos cuantitativos
Entre los trabajos destacados encontramos modelos logísticos con datos de corte transversal
realizados por (Miller E. , y otros, 2010; Clark, Allen, Goyal, Raker, & Gottlieb, 2014). Entre
sus principales conclusiones, (Miller E. , y otros, 2010) halló una relación positiva y
significativa entre la violencia de pareja dentro de la coerción reproductiva; ya que, el 79% de
las mujeres que experimentan el sabotaje anticonceptivo también experimentaron violencia de
pareja, mientras que el 74% que experimentó presión o coerción de embarazo también
informó ser víctima del mismo flagelo. Por su parte, (Clark, Allen, Goyal, Raker, & Gottlieb,
2014) obtuvieron una relación más baja, también con mujeres víctimas de violencia de pareja;
ya que, solo el 47% de las mujeres que experimentaron sabotaje anticonceptivo pertenecían a
este grupo de víctimas y el 34% habían experimentado coerción o presión para embarazarse.

Otro trabajo que explica el sometimiento cultural de las mujeres frente a las decisiones del uso
de anticonceptivos es el realizado por (Clark, y otros, 2008), quien analiza la relación entre los
distintos tipos de violencia de pareja e intrafamiliar con respecto al conocimiento y experiencia
de uso de métodos anticonceptivos modernos. Los resultados presentados, muestran que no
solo las violencias físicas, sexuales y de autonomía anticonceptiva causados por la pareja

11
interfieren en la apropiación del conocimiento sobre los anticonceptivos modernos, también
miembros del núcleo familiar muestran una interferencia negativa significativa.

III. Modelo propuesto


Siguiendo a (Dalal, Andrews, & Dawad, 2012) se define un modelo logístico cuya variable
explicada es la probabilidad de uso de algún método anticonceptivo moderno dentro de la
población femenina sexualmente activa. Sea una variable binaria tal que:

Mujeres que usan algún método de anticonceptivo moderno


(1)
En otro caso

Cuya probabilidad de usarse algún método anticonceptivo moderno es un que


asume una distribución logística de probabilidad expresada como una combinación lineal de un
vector para toda mujer i=1,…,n que representa las variables
explicativas comprendidas por los diferentes tipos de violencia de pareja e intrafamiliar ( )y
otras variables de control que influyen en las decisiones finales sobre el uso o no de métodos
anticonceptivos . Su expresión general puede señalarse de la siguiente
forma:

(2)

Cuyo vector son estimadas mediante la función logística siguiente:

(3)

Lo anterior permite calcular los Odds Ratios (OR) de la relación logística definida como el
cociente entre la probabilidad de que las mujeres usen algún método moderno anticonceptivo
entre la probabilidad de que este no sea usado:

(4)

12
Adicionalmente se calculan los efectos marginales del modelo logístico definidos como la
derivada parcial de la variable dependiente, en este caso de la probabilidad de uso de algún
método conceptivo moderno con respecto a cada una de las variables explicativas de la
siguiente forma:

(5)

Tanto los Odd ratios como los efectos marginales se calculan luego de la estimación y
especificación del modelo econométrico de la ecuación (3).

A. Contrastación empírica
Los datos utilizados para el desarrollo metodológico de este trabajo se obtuvieron de la
Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) correspondiente al año 2015, realizada por
Profamilia y el Ministerio de Salud y Protección Social. Para la formulación econométrica se
usa un modelo logístico binario con errores corregidos por la estimación de la varianza con
estadística robusta de la siguiente forma:

(6)

Este estudio se restringió a la población de mujeres sexualmente activas7, donde es una


variable binaria que toma el valor 1 si se usa algún método anticonceptivo moderno y cero en
el caso contrario; es la variable de violencia de pareja o intrafamiliar ejercida sobre las
mujeres (física, psicológica, sexual, económica, anticonceptiva, entre otras);
representa la sumatoria de los efectos de las 9 variables de control que comprende los niveles
de ingreso, grupos de edad, regiones, tipo de residencia, niveles de educación, raza, estado civil,
rol familiar y una dummy que representa si la mujer trabaja; por último, la varianza del modelo
( ) se estima corrigiendo los errores de medición por observaciones extremas o muy alejadas
de la media muestral8.

7 Sexualmente activas se refiere a mujeres que han tenido, al menos, una relación sexual en los últimos 30 días
previos a la fecha de encuesta.
8 Comúnmente conocida como el estimador de varianza del sándwich, que para este caso en específico puede

expresarse: (Greene, 2007).

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Con respecto a la violencia intima de pareja, se evalúa su relación con el uso de métodos
anticonceptivos en las distintas expresiones definidas por la ENDS 2015 como violencia de
género9. Una de las principales es la violencia física, la cual se ha definido para este estudio
como cualquier manifestación o accionar que hace uso de la fuerza física para infringir dolor
directa o indirectamente que pueda afectar o amenazar la salud, vida e integridad física de la
mujer. Otra de las violencias de género tratadas es la violencia sexual, definida por la ENDS
2015, como toda acción consistente en obligar o acosar a una persona a tener contacto físico,
verbal de tipo sexual o a participar en otras interacciones sexuales mediante el uso de fuerza,
intimidación, coerción, chantaje, soborno, manipulación, amenaza o cualquier otro mecanismo
que anule o limite la voluntad personal.

Adicionalmente, en este trabajo también se hace alusión a otros tipos de violencia medidos por
la ENDS 2015: la violencia psicológica, entendida como cualquier acción u omisión directa o
indirecta destinada a degradar, intimidar, manipular, aislar, chantajear, amenazar, humillar u
otra acción que vaya en detrimento de la salud emocional, psicológica y de desarrollo personal;
la violencia económica, entendida como cualquier acción u omisión orientada al abuso
económico, el control abusivo de las finanzas, recompensas o castigos monetarios a las
mujeres por razón de su condición social, económica o política; la coerción anticonceptiva,
entendida para este estudio como cualquier tipo de coacción, manifestación o potestad
decisoria sobre las decisiones anticonceptivas y/o reproductivas de las mujeres por concepto
de prohibiciones u obligaciones impuestas a voluntad del conyugue y/o compañero sexual10.

IV. Resultados

A. Caracterización demográfica y estadística descriptiva


En la encuesta de la ENDS 2015 fueron entrevistadas 38767 mujeres, de las cuales, 33071
corresponden a las mujeres en edad reproductiva y fueron objeto de este trabajo. Como se
observa en la Tabla 1, del total de mujeres en edad reproductiva 15551 mujeres (47% del total
de mujeres en edad reproductiva) usan algún tipo de anticonceptivo moderno; mientras que,
3401 mujeres (cerca del 10% del total de mujeres en edad reproductiva) no usan ninguno o

9 Esta se define como cualquier acción hostil basadas en ejercicios de poder y en relaciones de dominación por
razón de género.
10 Ver definición de la ley 1257 del 2008 que especifica en detalle la definición de los distintos tipos de violencia de

género en: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=34054

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algún anticonceptivo moderno. Para este estudio, se omitieron las mujeres que emplean
métodos anticonceptivos tradicionales y folklóricos por no considerarse realmente efectivos;
por lo tanto, y como se muestra en la Gráfica 2, se omitieron mujeres que usen métodos
anticonceptivos como: abstinencia periódica, retracción, amenorrea de lactancia y otros
tradicionales.

Gráfica 2. Porcentaje de uso de los diferentes tipos de anticonceptivos (modernos, tradicionales y folklóricos)
usados por mujeres en edad reproductiva

Fuente: elaboración propia. Descripción estadística de los tipos de anticonceptivos. Datos obtenidos de la
Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS, 2015).

Las estadísticas correspondientes a la violencia de género (física, psicológica, sexual, económica


y anticonceptiva) vistas en la Tabla 1, muestran su relación con respecto al uso de métodos
anticonceptivos modernos y una prueba de asociación estadística exacta de Fisher para
determinar si, a priori, hay asociaciones significativas entre las distintas violencias y el uso de
métodos anticonceptivos. Primero, se observa que el 12.5% (4146 casos) de las mujeres en
edad reproductiva que sufren de algún tipo de agresión física usan anticonceptivos modernos,

15
mientras que el 2.5% (824 casos) no lo usan; sin embargo, pese a esta diferencia, la prueba de
medias muestra que hay una asociación significativa entre la violencia física y el uso de
anticonceptivos. Análogamente, la presión anticonceptiva muestra una asociación estadística
muy significativa también, no obstante, el número de víctimas de esta violencia no sobrepasa el
2% de las mujeres en edad reproductiva; lo cual, demuestra que la falta de autonomía en el uso
de anticonceptivos no tendría un efecto tan representativo en comparación los demás tipos de
violencia.

Gráfica 3. Porcentaje de mujeres víctimas de violencia de género (física, psicológica, sexual, económica y
anticonceptiva) con respecto al total de mujeres en edad reproductiva

Fuente: elaboración propia. Descripción estadística de las diferentes violencias de género. Datos obtenidos de la
Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS, 2015).

Con respecto a las otras violencias (psicológica, sexual y económica), a primera vista se muestra
una disociación con respecto al uso de anticonceptivos, no obstante, la gran cantidad de casos
registrados con respecto al total de mujeres visto en la Gráfica 3 y los factores
socioeconómicos que pueden influir directa o indirectamente en los resultados de esta relación
son una motivación adicional para examinar a cada una de ellas. Uno de esos factores es el
índice de riqueza, que como se observa en la Tabla 1, tiene una alta asociación estadística con
el uso de anticonceptivos y muestra una alta concentración de mujeres en edad reproductiva
(cerca del 33%). A su vez, la Tabla 1 muestra que en los grupos de edad hay un pico máximo
de uso de métodos anticonceptivos entre los 30 y 34 años, además de una asociación

16
significativa con el uso de métodos anticonceptivos; sin embargo, en la Tabla 2, se muestra
que este también es el grupo con más porcentaje de víctimas de violencia física y sexual, y que
ambas violencias se asocian estadísticamente a los grupos de edad.

Con respecto a otras variables de control como el nivel educativo, se observa que la mayoría de
mujeres que usan anticonceptivos modernos tienen un nivel de estudios secundarios y
universitarios (22% y 14.8% del total en edad reproductiva); así mismo, como se muestra en la
Tabla 2, estos son los niveles educativos que más casos reportan de violencia física y violencia
sexual. Ahora, a nivel regional, el uso de anticonceptivos es bastante homogéneo, pues el
porcentaje de uso de anticonceptivos no difieren en mucho; sin embargo, el número de casos
de violencia física se concentran en las regiones del Caribe, Centro-Oriente y Pacífico. Cabe
destacar, que el 37.6% de las mujeres en edad reproductiva encuestadas y que usan
anticonceptivos modernos no pertenecen a los grupos minoritarios. Por otro lado, esta
categoría reporta el 15.8% y 10% de los casos reportados de violencia física y sexual
respectivamente.

Con respecto al estado civil de las mujeres en la Tabla 1, se observa que las mujeres en unión
libre (26.1%) planifican más que las casadas (10.4%), sin embargo, son las mujeres en unión
libre que reportan el mayor número de casos de violencia física y sexual como se muestra en la
Tabla 2, con 10.7% y 5.1% respectivamente del total de las mujeres en edad reproductiva. Por
otra parte, cuando se observa el rol familiar de las mujeres que usan anticonceptivos, la
mayoría son esposas (26.8%), pero también, es el rol que reporta el mayor número de casos de
violencia física (10%) y sexual (4.9%) con respecto al total de mujeres en edad reproductiva.
Por último, se muestra una asociación significativa entre la condición de trabajadora de una
mujer y el uso de anticonceptivos, sin embargo, pese a que alrededor de un 27.1% de las
mujeres que trabajan usan anticonceptivos, el 13.1% y 7.9% de estas mujeres reportan casos de
violencia física y sexual respectivamente, independientemente de su autonomía económica.

B. Resultados de la estimación del modelo


Los resultados del modelo que presentan la relación entre los diferentes tipos de violencia de
pareja se resumen en la Tabla 311. En esta, se muestra una diferencia significativa entre las
mujeres víctimas y no víctimas de violencia física, con alrededor de 13% más de probabilidad

11 Ver los resultados completos de la estimación del modelo logístico en los anexos.

17
de usar métodos anticonceptivos para mujeres víctimas de experiencias violentas de este tipo.
Así mismo, la presión anticonceptiva, que es un tipo de violencia que afecta directamente la
autonomía de uso de métodos anticonceptivos, muestra ser significativa y presentar una mayor
probabilidad a planificar de las mujeres víctimas alrededor de un 100% adicional con respecto a
las mujeres no víctimas de esta violencia.

Por su parte, las mujeres víctimas de violencia sexual muestran una probabilidad menor
alrededor de un 12% de usar métodos anticonceptivos en comparación con mujeres que no
han reportado haber sufrido experiencias de violencia sexual. Con respecto a la violencia
económica, se muestra que la probabilidad de usar métodos anticonceptivos es mayor en un
8% para mujeres víctimas con respecto a mujeres no víctimas; sin embargo, la significancia de
esta diferencia es muy débil, por lo que no es tan claro este resultado. Por último, los
resultados muestran que la violencia psicológica no es predictor significativo en la decisión de
usar métodos anticonceptivos.

Los Odds Ratios (OR) del modelo logístico en relación con las variables de control muestran
en general los mismos resultados. En la Tabla 3, se muestra una enorme brecha entre los tres
quintiles más bajos del índice de riqueza (59.6% de las mujeres sexualmente activas) y los dos
más altos (40.4% de las mujeres sexualmente activas); ya que, entre las mujeres pertenecientes a
las categorías del índice de riqueza de “Los más pobres”, “Pobres” y “medios” no muestran
diferencias significativas entre ellos con respecto al uso de métodos anticonceptivos, sin
embargo, se evidencia que las mujeres pertenecientes a las categorías de “Ricos” y “Los más
ricos” tienen una probabilidad más alta de usar métodos anticonceptivos en comparación con
las mujeres pertenecientes a la categoría de “Los más pobres” alrededor de un 23% y 42%
respectivamente.

Otro de los resultados importantes con respecto a las variables de control es que las mujeres en
edad reproductiva menores a los 15 años de edad son alrededor de 48% menos propensas a
usar métodos anticonceptivos si se compara con las mujeres pertenecientes al grupo de edad
de 15 a 19 años, que es en el rango en que la mayoría de las mujeres inician su actividad sexual;
sin embargo, hay que señalar que para este grupo de edad, el número de mujeres sexualmente
activas solo representan un 0.28% del total. Ahora, el grueso de mujeres sexualmente activas
correspondientes a el grupo de edades de entre 20-24, 25-29 y 30-34 años con 18.87%, 21.12%

18
y 19.21% del total, muestran un porcentaje de probabilidad mayor de usar métodos
anticonceptivos modernos de un 24%, 49% y 60% en comparación con las mujeres entre 15 y
19 años. Lo anterior, permite afirmar que en Colombia el pico máximo de actividad sexual de
las mujeres se encuentra en el grupo de edad de entre 25 y 29 años, luego del cual comienza a
decrecer, no obstante, la tendencia probabilística de uso de métodos anticonceptivos es
siempre creciente a medida que aumenta sus años de vida.

Cabe resaltar que no hay diferencias significativas con respecto a la probabilidad de uso de
métodos anticonceptivos entre la mujer que vive en zonas urbanas y rurales, no obstante, si
hay diferencias altamente significativas a nivel regional; los resultados muestran, que la mujer
que vive en la región Caribe tiende a ser más vulnerable; ya que, las regiones del Centro-
Oriente, Centro-Sur, Llanos Orientales, Eje Cafetero y del Pacífico muestran una probabilidad
mayor de uso de anticonceptivo en alrededor de 55%, 22%, 48%, 73% y 46% respectivamente.
Por su parte, se identifica un grupo vulnerable en materia de política anticonceptiva en las
mujeres con estudios universitarios; ya que, pese a registrar un mayor porcentaje de
probabilidad de uso de anticonceptivo en comparación con las mujeres sin educación del 39%,
estas representan un 37.41% del total de mujeres sexualmente activas mientras que las mujeres
con primaria y secundaria registran probabilidades superiores al 82% y con representatividades
del 15.94% y 45.29% respectivamente sobre el total de las mujeres activas sexualmente.

Entre otros resultados de los OR se destacan diferencias significativas mayores de probabilidad


de uso de anticonceptivo aproximadamente en un 40% para mujeres no pertenecientes a grupo
minoritarios raciales; ya que, estos grupos no mostraron diferencias significativas entre sí.
También se destaca que, las mujeres casadas tienen menos probabilidad de usar
anticonceptivos que las solteras, pero también más probabilidad que las que viven en unión
libre; de hecho, a medida que se aumenta la autoridad o importancia del rol familiar se
incrementa la probabilidad de uso de anticonceptivo, y el hecho, de que las mujeres trabajen
aumenta la probabilidad de uso de métodos anticonceptivos alrededor de un 10% con respecto
a las que no trabajan.

Ahora, al observarse los efectos marginales de cada variable en la Tabla 4, se observan los
cambios en probabilidad de usar métodos anticonceptivos de los diferentes tipos de violencia y
de las variables control. Primero, observamos que el cambio en probabilidad para las mujeres

19
que sufren de violencia física se incrementa significativamente en 1,7% con respecto a las que
no son víctimas; del mismo modo, para las mujeres víctimas de presión anticonceptiva se
incrementa significativamente el cambio en probabilidad alrededor de 10% con respecto a las
mujeres que no experimentan ningún tipo de presión a usar o no algún tipo de anticonceptivo
moderno. Por el contrario, el ser mujer víctima de violencia sexual reduce significativamente el
cambio en probabilidad alrededor de un 1.8% con respecto a quien no sufre de violencia
sexual; adicionalmente, se evidencia que para Colombia la violencia psicológica no es un
predictor que genera cambios significativos en la probabilidad de usar métodos
anticonceptivos, mientras que el ser víctima de violencia económica muestra un cambio
significativamente débil alrededor de un 1.2% con respecto a quien no ha experimentado este
tipo de violencia.

Con respecto a las variables de control, se observa la misma ruptura observada en los
resultados de la Tabla 3, en relación a los tres primeros quintiles del índice de riqueza, y cuyas
diferencias entre sí no representan cambios significativos a la probabilidad de usar
anticonceptivos; por el contrario, las mujeres pertenecientes a las categorías de “Ricos” y “Los
más ricos” tienen un incremento significativo de 2.9% y 4.8% respectivamente de cambio en
probabilidad de usar anticonceptivos con respecto a las mujeres más pobres. En relación a los
grupos de edad, las mujeres en edad reproductiva menores de 15 años decrecen
significativamente 13% de cambio en probabilidad con respecto al grupo de mujeres de entre
15 y 19 años; no obstante, se observan incrementos cada vez más significativos de cambio en
la probabilidad de uso de anticonceptivos a medida que incrementa la edad de las mujeres, por
ejemplo, incrementos de 3.5%, 6.3%, 7.3%, 8.9% y 8.7% para grupos de edades de 20-24, 25-
29, 30-34, 35-39 y 40-44 respectivamente en comparación con las mujeres de entre 15 y 19
años.

A nivel regional, el hecho de pertenecer a regiones como el Eje Cafetero, Centro-Oriente, los
Llanos Orientales, el Pacífico y Centro-Sur les reporta a las mujeres un incremento significativo
de cambio en probabilidad de 8%, 6.6%, 5.9%, 5.7% y 3.2% respectivamente en comparación
con la mujer perteneciente a la región Caribe. Así mismo, se observa como pasar a un nivel de
estudios primarios o secundarios representa un incremento muy significativo de cambio en la
probabilidad de usar anticonceptivos alrededor de un 10% en comparación con las mujeres
que no tienen ningún estudio; por su parte, este efecto no es tan considerable para las mujeres

20
con estudios universitarios con un incremento de cambio en la misma probabilidad alrededor
de un 5.6%. Por otra parte, el ser una mujer no perteneciente a grupos minoritarios raciales
representa un incremento significativo del cambio en probabilidad de usar anticonceptivo; lo
cual, refleja la vulnerabilidad de estos grupos poblacionales minoritarios.

Con respecto a el rol de las mujeres dentro de su núcleo familiar, las mujeres solteras y en
unión libre presentan efectos marginales aproximados de 2.5% y -2.5% respectivamente; lo que
implica, que el estar soltera representa un cambio positivo en probabilidad, mientras que el
estar viviendo en unión libre representa un cambio negativo. Por su parte, ser casada implica
un incremento significativo en probabilidad de usar anticonceptivos alrededor de 2.5% con
respecto a las mujeres cabeza de familia; adicionalmente, se observa que a medida que se
reduce la autoridad dentro del rol familiar se disminuye significativamente el cambio en
probabilidad de usar anticonceptivo, a excepción, del rol de Nieta o Criada de la Casa en
donde los resultados no son concluyentes. Por último, hay un cambio sutil, pero significativo
de cambio incremental en probabilidad en 1.3% cuando las mujeres trabajan con comparación
con quienes no.

No obstante, ante la no significancia de la violencia psicológica y económica y la baja cantidad


de mujeres víctimas de presión anticonceptiva, la significancia y mayor cantidad de casos
registrados de víctimas de violencia física (15%) y sexual (8.2%) sugieren que el enfoque de la
política pública debe estar dirigido a tratar específicamente estas dos problemáticas sociales.

V. Conclusiones
Este estudio proporciona evidencia de la relación positiva entre la violencia física, así como
también, una relación negativa de la violencia sexual con respecto a la misma. Los resultados
sugieren que el ser víctima de violencia física implica 13% más de probabilidad de usar
anticonceptivos, mientras que, el ser víctima de violencia sexual implica un 12% menos de
probabilidad de usar anticonceptivos; esto implica, que los mayores problemas para el país en
materia de autonomía anticonceptiva son la violencia física y la violencia sexual, ya que afectan
a un mayor porcentaje de mujeres en edad reproductiva y sexualmente activas.

Los resultados también muestran una brecha entre los tres primeros quintiles del índice de
riqueza y los dos más altos, evidenciando que a medida que se incrementan los niveles de

21
ingreso la probabilidad de usar anticonceptivos es mayor; sin embargo, la población de mujeres
perteneciente a los quintiles más altos, son quienes registran un menor número de casos de
violencia física (3.9%) y violencia sexual (2.61%) en comparación con los otros niveles más
bajos que registran un 18.3% y un 9.98% respectivamente. Con relación a los grupos de edad,
se ha encontrado para Colombia, que el hábito de usar anticonceptivos aumenta con la edad y
llega a su máximo entre los 30 y 34 años de edad; no obstante, a esta edad también se presenta
el mayor número de casos de violencia física y sexual, lo que lo hace un grupo neurálgico en
materia de prevención, manejo y control de conflictos intrafamiliares para mejorar los niveles
de autonomía anticonceptiva.

A nivel regional, el Caribe es la región del país que presenta una menor probabilidad de uso de
anticonceptivos y también, junto a Centro-Oriente, quien más reporta casos de víctimas de
violencia física y sexual. Desde el punto de vista del nivel de estudios, se identifica que las
mujeres con estudios universitarios (18.4% de mujeres en edad reproductiva) son un grupo con
riesgo en comparación con grupos de mujeres de menor nivel de educación como secundaria
(26.7% de mujeres en edad reproductiva) y primaria (11.3% de mujeres en edad reproductiva),
que registran probabilidades de usar anticonceptivos de entre 40% y 45% mayores. Otro de los
resultados destacables, es que las mujeres en unión libre (32.2% de mujeres en edad
reproductiva) presentan alrededor de un 6% menos probabilidad de usar anticonceptivos en
comparación con las mujeres casadas (12% de mujeres en edad reproductiva); lo cual, muestra
la necesidad de un replanteamiento del grupo poblacional al cual deben dirigirse las nuevas
políticas. Por último, se encontró una relación positiva entre la independencia económica
(mujer trabajadora) y la autoridad correspondiente al rol familiar con respecto la mayor
probabilidad de uso de anticonceptivos.

VI. Recomendaciones
Garantizar la efectividad de las políticas públicas anticonceptivas mediante un proceso
de prevención, seguimiento y control de casos de violencia física y sexual.
Brindar atención especial a mujeres pertenecientes a los tres quintiles más bajos del
índice de riqueza entre edades de 30 y 34 años, por ser uno de los grupos poblacionales
más susceptibles a sufrir de casos de violencia física y sexual.

22
Focalizar una política específica anticonceptiva a mujeres con estudios universitarios,
debido a que muestran una probabilidad de uso de anticonceptivos muy inferior en
comparación con mujeres de niveles de estudios más bajos.
Fomentar la formalización e inserción laboral de las mujeres, con el propósito de
mejorar el grado de autonomía anticonceptiva y evitar conflictos intrafamiliares.

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Anexos

Tabla 1. Resumen estadístico y prueba de diferencia de medias con respecto al uso de métodos anticonceptivos
modernos para las mujeres en edad reproductiva
Prueba de
diferencias de
Coeficientes de los Frecuencia de casos de Porcentaje sobre el total de
medias frente al uso
Modelos, Estadísticos y mujeres en edad mujeres en edad
de anticonceptivo
Niveles de Significancia reproductiva reproductiva
(significancia
estadística)
Usa No usa Usa No usa
anticonceptivo anticonceptivo anticonceptivo anticonceptivo Exacta Chi-
Variables Desagregadas
moderno moderno moderno moderno de Fisher Cuadrado
(15551 casos) (3401 casos) (47%) (10%)
Violencia Física 0.003***
No víctima 11405 2577 34.5% 7.8%
Víctima 4146 824 12.5% 2.5%
Violencia Psicológica 0.240
No víctima 7531 1685 22.8% 5.1%
Víctima 8020 1716 24.3% 5.2%
Violencia Sexual 0.292
No víctima 13343 2894 40.3% 8.8%
Víctima 2208 507 6.7% 1.5%
Violencia Económica 0.345
No víctima 13136 2895 39.7% 8.8%
Víctima 2415 506 7.3% 1.5%
Presión de Anticoncepción 0.000***
No víctima 15023 3345 45.4% 10.1%

28
Víctima 528 56 1.6% 0.2%
Índice de Riqueza 0.000***
Los más pobres 3904 960 11.8% 2.9%
Pobre 4682 1084 14.2% 3.3%
Medio 3220 715 9.7% 2.2%
49.1517
Rico 2283 416 6.9% 1.3%
Los más ricos 1462 226 4.4% 0.7%
Grupos de Edad 0.000***
13-14 37 22 0.1% 0.1%
15-19 1378 470 4.2% 1.4%
20-24 2774 774 8.4% 2.3%
25-29 3018 664 9.1% 2.0%
187.8114
30-34 3073 603 9.3% 1.8%
35-39 2813 466 8.5% 1.4%
40-44 2458 402 7.4% 1.2%
Región 0.000***
Caribe 3241 995 9.8% 3.0%
Centro-Oriente 3227 550 9.8% 1.7%
Centro-Sur 2009 489 6.1% 1.5%
Llanos orientales 2064 416 6.2% 1.3% 164.8552
Eje cafetero 2490 386 7.5% 1.2%
Pacífico 2520 565 7.6% 1.7%
Tipo de residencia 0.175
Urbana 11520 2481 34.8% 7.5%
Rural 4031 920 12.2% 2.8%
Nivel Educación 0.000***
Sin educación 236 93 0.7% 0.3%
Primaria 3131 580 9.5% 1.8% 46.8722
Secundaria 7277 1548 22.0% 4.7%
Universitaria 4907 1180 14.8% 3.6%
Tipo de Raza 0.000***
Afro-descendiente 1489 443 4.5% 1.3%
Nativa colombiana 1449 425 4.4% 1.3%
Gitana 9 1 0.0% 0.0%
Raizal de San Andrés 146 51 0.4% 0.2% 89.0893
Palanquero de San Basilio 31 9 0.1% 0.0%
Otro 12427 2472 37.6% 7.5%
Estado Civil 0.000***
Casada 3425 542 10.4% 1.6%
Soltera 2182 541 6.6% 1.6%
Unión libre 8631 2013 26.1% 6.1% 64.6849
Viuda 81 16 0.2% 0.0%

29
Divorciada 42 12 0.1% 0.0%
No viviendo con la pareja 1190 277 3.6% 0.8%
Rol familiar 0.000***
Cabeza de familia 2522 526 7.6% 1.6%
Esposa 8858 1628 26.8% 4.9%
Hija 2830 743 8.6% 2.2%
Nuera 615 234 1.9% 0.7%
Nieta 250 67 0.8% 0.2%
Madre 1 0 0.0% 0.0%
Suegra 7 0 0.0% 0.0%
194.8298
Hermana 111 43 0.3% 0.1%
Otro pariente 175 82 0.5% 0.2%
Adoptada 34 11 0.1% 0.0%
No es pariente 91 39 0.3% 0.1%
Cuñada 40 24 0.1% 0.1%
Criada en casa 17 4 0.1% 0.0%
Mujer Trabajadora 0.000***
No trabaja 6597 1627 19.9% 4.9%
Si trabaja 8954 1774 27.1% 5.4%
Nota: * Nivel de significancia con 90% de confianza; ** Nivel de significancia con 95% de confianza; *** Nivel
de significancia con más del 99% de confianza.

Fuente: elaboración propia. Descripción estadística de las diferentes violencias de género y variables de control.
Datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS, 2015).

Tabla 2. Resumen estadístico y prueba de diferencia de medias con respecto la violencia física y la violencia
sexual

Coeficientes de los
Prueba de asociación Chi-
Modelos, Estadísticos y Violencia Física Violencia Sexual
Cuadrado
Niveles de Significancia
Porcentaje de Porcentaje de
mujeres en mujeres en Violencia Violencia
Variables Desagregadas Víctima Víctima
edad edad Física Sexual
reproductiva reproductiva
Índice de Riqueza 0.000*** 0.000***
Los más pobres 1858 5,6% 973 2,94%
Pobre 2389 7,2% 1389 4,20%
Medio 1485 4,5% 938 2,84% 165.18 52.47
Rico 840 2,5% 559 1,69%
Los más ricos 447 1,4% 303 0,92%
Grupos de Edad 0.000*** 0.000***
13-14 5 0,0% 53 0,2%
15-19 361 1,1% 427 1,3%
586.76
20-24 1095 3,3% 602 1,8%

30
25-29 1342 4,1% 728 2,2% 2114.58

30-34 1495 4,5% 816 2,5%


35-39 1423 4,3% 795 2,4%
40-44 1298 3,9% 741 2,2%
Región 0.000*** 0.000***
Caribe 1370 4,1% 730 2,2%
Centro-Oriente 1345 4,1% 777 2,3%

Centro-Sur 1021 3,1% 605 1,8%


Llanos orientales 1114 3,4% 671 2,0% 145,5843 104,9169
Eje cafetero 899 2,7% 706 2,1%
Pacífico 1270 3,8% 673 2,0%
Tipo de residencia 0.470 0.000***
Urbana 5294 16,0% 3276 9,9%
Rural 1725 5,2% 886 2,7% 0.52 33.34
Nivel Educación 0.000*** 0.000***
Sin educación 150 0,5% 86 0,3%
Primaria 1552 4,7% 851 2,6%
239,1922
60,2787
Secundaria 3495 10,6% 2040 6,2%
Universitaria 1822 5,5% 1185 3,6%
Tipo de Raza 0.000*** 0.000***
Afro-descendiente 848 2,6% 379 1,1%
Nativa colombiana 1 0,0% 1 0,0%
Gitana 87 0,3% 42 0,1%
Raizal de San Andrés 9 0,0% 5 0,0% 60.21 22.46
Palanquero de San Basilio 850 2,6% 444 1,3%
Otro 5224 15,8% 3291 10,0%
Estado Civil 0.000*** 0.000***
Casada 0 0,0% 719 2,2%
Soltera 1079 3,3% 586 1,8%
Unión libre 3543 10,7% 1691 5,1%
Viuda 127 0,4% 71 0,2% 6306,47 1256,78
Divorciada 83 0,3% 44 0,1%
No viviendo con la pareja 2187 6,6% 1051 3,2%
Rol familiar 0.000*** 0.000***
Cabeza de familia 1970 6,0% 1174 3,5%
Esposa 3293 10,0% 1607 4,9%
Hija 1131 3,4% 928 2,8%
Nuera 243 0,7% 98 0,3% 2134,78 652,55
Nieta 85 0,3% 110 0,3%
Madre 11 0,0% 5 0,0%

31
Suegra 8 0,0% 7 0,0%
Hermana 74 0,2% 61 0,2%
Otro pariente 80 0,2% 66 0,2%
Adoptada 18 0,1% 19 0,1%
No es pariente 56 0,2% 48 0,1%
Cuñada 35 0,1% 27 0,1%
Criada en casa 14 0,0% 9 0,0%
Mujer Trabajadora 0.000*** 0.000***
No trabaja 2557 7,7% 1565 4,7%
514,45 223,84
Si trabaja 4462 13,5% 2597 7,9%
Nota: * Nivel de significancia con 90% de confianza; ** Nivel de significancia con 95% de confianza; *** Nivel
de significancia con más del 99% de confianza.

Fuente: elaboración propia. Descripción estadística de las diferentes violencias de género y variables de control.
Datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS, 2015).

Tabla 3. Resumen de los Odds Ratios del modelo logístico sobre el uso de métodos anticonceptivos con respecto
a los distintos tipos de violencia de pareja e intrafamiliar

Coeficientes de los Modelos, Estadísticos y Niveles de Significancia

Presión de
Variables Desagregadas Física Psicológica Sexual Económica
Anticoncepción

Tipo de Violencia
No víctima 1 1 1 1 1
Víctima 1.127 1.019 0.881 1.089 1.995
2.52** 0.42 -2.31** 1.54* 4.83***
Índice de Riqueza
Los más pobres 1 1 1 1 1
Pobre 1.075 1.072 1.070 1.072 1.073
1.10 1.05 1.03 1.06 1.08
Medio 1.061 1.056 1.054 1.058 1.057
0.75 0.69 0.67 0.72 0.70
Rico 1.229 1.221 1.217 1.225 1.218
2.30** 2.23** 2.20** 2.27** 2.20**
Los más ricos 1.420 1.411 1.403 1.416 1.406
3.35*** 3.29*** 3.24*** 3.33*** 3.26***

Grupos de Edad
13-14 0.526 0.524 0.526 0.524 0.510

32
-2.40** -2.42** -2.41** -2.41** -2.54**
15-19 1 1 1 1 1
20-24 1.235 1.241 1.239 1.239 1.242
2.92*** 2.99*** 2.97*** 2.96*** 3.00***
25-29 1.487 1.492 1.493 1.491 1.494
5.09*** 5.13*** 5.14*** 5.12*** 5.14***
30-34 1.596 1.604 1.607 1.603 1.597
5.67*** 5.73*** 5.75*** 5.72*** 5.68***
35-39 1.805 1.815 1.819 1.814 1.809
6.69*** 6.75*** 6.77*** 6.74*** 6.71***
40-44 1.773 1.779 1.781 1.779 1.773
6.24*** 6.27*** 6.28*** 6.27*** 6.23***

Región
Caribe 1 1 1 1 1
Centro-Oriente 1.549 1.554 1.560 1.553 1.561
7.13*** 7.19*** 7.24*** 7.18*** 7.25***
Centro-Sur 1.218 1.225 1.232 1.223 1.230
3.02*** 3.11*** 3.21*** 3.10*** 3.17***
Llanos orientales 1.470 1.482 1.493 1.480 1.488
5.68*** 5.81*** 5.91*** 5.79*** 5.86***
Eje cafetero 1.735 1.735 1.749 1.735 1.740
7.97*** 7.97*** 8.09*** 7.97*** 8.01***
Pacífico 1.453 1.462 1.469 1.463 1.467
5.75*** 5.83*** 5.92*** 5.86*** 5.90***
Tipo de residencia
Urbana 1 1 1 1 1
Rural 1.014 1.008 1.002 1.010 1.009
0.22 0.13 0.03 0.15 0.14

Nivel Educación
Sin educación 1 1 1 1 1
Primaria 1.885 1.885 1.883 1.881 1.896
4.83*** 4.82*** 4.81*** 4.80*** 4.88***
Secundaria 1.816 1.817 1.815 1.815 1.839
4.60*** 4.60*** 4.59*** 4.59*** 4.70***
Universitaria 1.390 1.383 1.377 1.384 1.405
2.45** 2.41** 2.38** 2.42** 2.53**

Tipo de Raza
Afro-descendiente 1 1 1 1 1
Nativa colombiana 1.065 1.063 1.058 1.061 1.053

33
0.75 0.73 0.67 0.70 0.62
Gitana 2.651 2.582 2.557 2.596 2.437
0.97 0.94 0.93 0.94 0.89
Raizal de San Andrés 1.159 1.162 1.160 1.163 1.149
0.80 0.81 0.81 0.82 0.75
Palanquero de San Basilio 1.208 1.192 1.180 1.196 1.193
0.48 0.44 0.42 0.45 0.44
Otro 1.417 1.409 1.406 1.410 1.403
5.26*** 5.18*** 5.15*** 5.19*** 5.11***

Estado Civil
Casada 1 1 1 1 1
Soltera 1.217 1.201 1.187 1.202 1.199
2.17** 1.96** 1.90** 2.03** 2.01**
Unión libre 0.839 0.842 0.845 0.839 0.842
-3.16*** -3.08*** -3.03*** -3.14*** -3.10***
Viuda 0.922 0.942 0.961 0.936 0.960
-0.30 -0.22 -0.15 -0.24 -0.15
Divorciada 0.680 0.698 0.707 0.691 0.712
-1.11 -1.03 -1.00 -1.06 -0.97
No viviendo con la pareja 0.907 0.942 0.966 0.926 0.958
-1.04 -0.64 -0.37 -0.83 -0.46

Rol familiar
Cabeza de familia 1 1 1 1 1
Esposa 1.203 1.204 1.201 1.207 1.199
3.05*** 3.07*** 3.02*** 3.10*** 3.01***
Hija 0.864 0.861 0.856 0.862 0.863
-1.99** -2.04** -2.12** -2.02** -2.00**
Nuera 0.776 0.774 0.769 0.775 0.774
-2.57** -2.61** -2.67** -2.59** -2.60**
Nieta 0.899 0.900 0.904 0.899 0.898
-0.69 -0.68 -0.65 -0.68 -0.69
Hermana 0.564 0.565 0.566 0.567 0.569
-3.01*** -3.00*** -3.00*** -2.99*** -2.96***
Otro pariente 0.572 0.571 0.566 0.573 0.565
-3.73*** -3.75*** -3.80*** -3.72*** -3.80***
Adoptada 0.739 0.733 0.733 0.733 0.740
-0.84 -0.86 -0.86 -0.86 -0.83
No es pariente 0.553 0.551 0.553 0.554 0.550
-2.93*** -2.94*** -2.92*** -2.91*** -2.94***

34
Cuñada 0.435 0.433 0.430 0.433 0.434
-3.02*** -3.04*** -3.07*** -3.04*** -3.06***
Criada en casa 0.933 0.929 0.936 0.923 0.925
-0.12 -0.13 -0.12 -0.14 -0.14
Mujer Trabajadora
No trabaja 1 1 1 1 1
Si trabaja 1.093 1.095 1.099 1.096 1.094
2.15** 2.19** 2.28** 2.22** 2.18**
Nota: * Nivel de significancia con 90% de confianza; ** Nivel de significancia con 95% de confianza; *** Nivel
de significancia con más del 99% de confianza.

Fuente: elaboración propia. Estimación de los Odds Ratios del modelo logístico con respecto a las diferentes
violencias de género. Datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS, 2015).

Tabla 4. Resumen de los efectos marginales del modelo logístico sobre el uso de métodos anticonceptivos con
respecto a los distintos tipos de violencia de pareja e intrafamiliar

Coeficientes de los Modelos, Estadísticos y Niveles de Significancia

Variables Presión de
Física Psicológica Sexual Económica
Desagregadas Anticoncepción

Tipo de Violencia
No víctima 1 1 1 1 1
Víctima 0.017 0.003 -0.018 0.012 0.098
2.52** 0.42 -2.31** 1.54* 4.83***
Índice de Riqueza
Los más pobres 1 1 1 1 1
Pobre 0.011 0.010 0.010 0.010 0.010
1.10 1.05 1.02 1.05 1.07
Medio 0.009 0.008 0.008 0.008 0.008
0.75 0.69 0.66 0.72 0.70
Rico 0.029 0.028 0.028 0.029 0.028
2.31** 2.24** 2.20** 2.27** 2.20**
Los más ricos 0.048 0.047 0.046 0.047 0.046
3.45*** 3.39*** 3.33*** 3.42*** 3.35***
Grupos de Edad
13-14 -0.131 -0.132 -0.131 -0.131 -0.137
-2.17** -2.20** -2.18** -2.18** -2.30**

35
15-19 1 1 1 1 1
20-24 0.035 0.036 0.036 0.036 0.036
2.85*** 2.91*** 2.90*** 2.89*** 2.93***
25-29 0.063 0.064 0.064 0.064 0.064
4.87*** 4.90*** 4.91*** 4.90*** 4.92***
30-34 0.073 0.074 0.074 0.074 0.073
5.42*** 5.47*** 5.49*** 5.47*** 5.42***
35-39 0.089 0.090 0.090 0.090 0.090
6.41*** 6.46*** 6.48*** 6.46*** 6.43***
40-44 0.087 0.088 0.088 0.088 0.087
6.06*** 6.09*** 6.10*** 6.10*** 6.06***
Región
Caribe 1 1 1 1 1
Centro-Oriente 0.066 0.066 0.067 0.066 0.067
7.26*** 7.32*** 7.38*** 7.31*** 7.39***
Centro-Sur 0.032 0.033 0.034 0.032 0.033
3.07*** 3.16*** 3.26*** 3.15*** 3.23***
Llanos orientales 0.059 0.060 0.061 0.060 0.061
5.89*** 6.03*** 6.14*** 6.02*** 6.09***
Eje cafetero 0.080 0.080 0.081 0.080 0.081
8.36*** 8.36*** 8.49*** 8.36*** 8.40***
Pacífico 0.057 0.058 0.059 0.058 0.059
5.91*** 5.99*** 6.09*** 6.02*** 6.07***
Tipo de residencia
Urbana 1 1 1 1 1
Rural 0.002 0.001 0.000 0.001 0.001
0.22 0.13 0.03 0.15 0.14
Nivel Educación
Sin educación 1 1 1 1 1
Primaria 0.101 0.101 0.101 0.101 0.102
4.23*** 4.23*** 4.22*** 4.22*** 4.28***
Secundaria 0.096 0.096 0.096 0.096 0.098
4.02*** 4.02*** 4.01*** 4.01*** 4.10***
Universitaria 0.057 0.056 0.055 0.056 0.059
2.30** 2.26** 2.23** 2.27** 2.37**
Tipo de Raza
Afro-descendiente 1 1 1 1 1
Nativa colombiana 0.010 0.010 0.009 0.010 0.009
0.75 0.73 0.67 0.70 0.62

36
Gitana 0.123 0.120 0.119 0.121 0.114
1.38 1.32 1.30 1.32 1.23
Raizal de San Andres 0.024 0.024 0.024 0.024 0.022
0.83 0.84 0.83 0.85 0.78
Palanquero de San 0.030 0.028 0.026 0.028 0.028
Basilio
0.50 0.46 0.44 0.47 0.47
Otro 0.053 0.052 0.052 0.052 0.051
4.89*** 4.82*** 4.80*** 4.83*** 4.77***
Estado Civil
Casada 1 1 1 1 1
Soltera 0.025 0.024 0.022 0.024 0.023
2.21** 1.99** 1.93** 2.06** 2.03**
Unión libre -0.025 -0.025 -0.024 -0.025 -0.025
-3.25*** -3.17*** -3.12*** -3.23*** -3.18***
Viuda -0.011 -0.008 -0.005 -0.009 -0.006
-0.29 -0.22 -0.14 -0.24 -0.15
Divorciada -0.059 -0.054 -0.053 -0.056 -0.051
-1.00 -0.94 -0.91 -0.97 -0.89
No viviendo con la -0.014 -0.008 -0.005 -0.011 -0.006
pareja
-1.03 -0.63 -0.36 -0.82 -0.46

Rol familiar
Cabeza de familia 1 1 1 1 1
Esposa 0.026 0.026 0.025 0.026 0.025
2.97*** 2.98*** 2.94*** 3.02*** 2.93***
Hija -0.022 -0.023 -0.024 -0.023 -0.022
-1.98** -2.03** -2.11** -2.01** -1.99**
Nuera -0.040 -0.040 -0.041 -0.040 -0.040
-2.49** -2.52** -2.58** -2.50** -2.51**
Nieta -0.016 -0.016 -0.015 -0.016 -0.016
-0.67 -0.66 -0.64 -0.67 -0.68
Hermana -0.098 -0.098 -0.097 -0.097 -0.096
-2.67*** -2.67*** -2.66*** -2.65*** -2.64***
Otro pariente -0.095 -0.096 -0.097 -0.095 -0.098
-3.36*** -3.37*** -3.41*** -3.35*** -3.42***
Adoptada -0.048 -0.050 -0.050 -0.050 -0.048
-0.77 -0.79 -0.80 -0.79 -0.77
No es pariente -0.102 -0.103 -0.102 -0.102 -0.103
-2.59*** -2.60*** -2.58*** -2.58*** -2.59***
Cuñada -0.152 -0.153 -0.154 -0.153 -0.152

37
-2.58*** -2.59*** -2.62*** -2.59*** -2.61***
Criada en casa -0.010 -0.011 -0.010 -0.012 -0.012
-0.12 -0.13 -0.12 -0.14 -0.14
Mujer Trabajadora
No trabaja 1 1 1 1 1
Si trabaja 0.013 0.013 0.013 0.013 0.013
2.15** 2.19** 2.28** 2.22** 2.18**
Nota: * Nivel de significancia con 90% de confianza; ** Nivel de significancia con 95% de confianza; *** Nivel
de significancia con más del 99% de confianza.

Fuente: elaboración propia. Estimación de los efectos marginales del modelo logístico con respecto a las
diferentes violencias de género. Datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS, 2015).

38

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