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A) Presencia
La presencia de un buen orador se ve afectada positivamente por la seguridad
del mismo; ésta se logra cuando existe una preparación integral, dominio del tema y
recursos de apoyo que lo sustenten. El orador debe vestir adecuadamente según la
ocasión y el público al que se dirige, mostrando así respeto por su audiencia y
logrando un ambiente de respeto y confianza. La movilidad es importante durante una
presentación oral; el desplazarse muestra el entusiasmo del expositor, además de
variar el estímulo a la audiencia y evitar que aparezcan malos hábitos durante la
presentación. La postura que se adopte al iniciar una exposición oral es decisiva, ya
que marca desde la credibilidad hasta la atención del público.
Se recomienda entrar con paso firme y decidido, con los hombros hacia atrás y
la barbilla levemente hacia arriba, esto ayuda a mostrar seguridad y dominio del tema.
B) Conocimiento y credibilidad.
Entre más se conozca de un tema, más herramientas se tienen para brindar al
público una exposición amena e interesante.
La preparación y dominio sobre el tema apoya la seguridad, la honestidad y el
entusiasmo del orador, lo que logra mantener por más tiempo la atención de la
audiencia, además de contener un mensaje coherente, lógico y estructurado. Para
lograr credibilidad ante un grupo de personas es necesario mostrar honestidad, es
mejor reconocer nuestras limitaciones ante el público que “inventar” respuestas, no
olvidemos que al ser honestos nos estamos ganando credibilidad.
C) Dinamismo.
Un buen orador debe ir a la vanguardia, utilizando tecnología que permita
mostrar de manera dinámica el contenido. Es importante apoyar la presentación en
técnicas y recursos innovadores que logren captar la atención de la audiencia, lograr
un mayor procesamiento de la información y variar el estímulo proveído al público. Se
recomienda al comenzar “prender” a la audiencia compartiendo el entusiasmo inicial y
manteniéndolo durante la exposición.
D) Comunicación verbal.
Es importante cuidar el lenguaje que se utiliza en la presentación oral, éste
debe estar al nivel de la audiencia, así se logrará un mensaje claro y una mejor
conexión con los asistentes. El buen orador siempre se dirige al público de una
manera considerada, respetando sus ideas y opiniones, al mismo tiempo que muestra
asertividad para defender las suyas. Cuidar la dicción mejora la claridad de nuestras
palabras. Las pausas al hablar pueden ayudar a hacer cambios de material de apoyo,
descansar la garganta, así como crear intriga o expectación en el público.
E) Comunicación no verbal.
La comunicación no verbal es aquella que se integra de mensajes no hablados,
como el volumen, tono y ritmo. Se recomienda variar el volumen de la voz para
acaparar la atención del oyente, ayudando a evitar el tedio.
El ritmo es determinado por la naturaleza del tema, entre mayor sea su
complejidad menor debe ser el ritmo. Los movimientos faciales deben ir de acuerdo a
la naturaleza del tema, así se apoya la comunicación verbal con la no verbal. Se debe
tener cuidado al utilizar las manos, ya que éstas pueden ser un distractor; lo ideal al
hablar en público es no traer ningún objeto en ellas con la finalidad de tener mayor
libertad de movimiento y evitar desvíos de atención. Es importante establecer contacto
visual con el auditorio, esto logrará mayor integración y atención hacia la
presentación. El medio ambiente debe ser agradable para el orador y el público, un
lugar bien iluminado, ventilado y confortable ayuda a que el estado de ánimo de las
personas sea adecuado para una mayor receptividad.
Aprender:
Mantente siempre dispuesto a aprender. Aquí algunas recomendaciones:
Estudia siempre.
Escucha o mira noticieros.
Lee clásicos literarios.
Lee cultura general.
Observa, no sólo mira.
Analiza, no sólo escucha.
Vocabulario:
El vocabulario es la riqueza de palabras que posee el orador para hacer uso de
ellas en el momento adecuado. Modos de adquirir tal riqueza:
Lee buena literatura.
Consulta el diccionario mientras lees.
Usa una pequeña libreta para anotar las palabras nuevas que escuches.
Lee periódicamente un diccionario de sinónimos y antónimos.
Recuerda: "VAGO NUNCA, PRECISO SIEMPRE", "CONFUSO NUNCA, CLARO
SIEMPRE". "EL PODER NO ESTA EN LA LENGUA, SINO EN LA PALABRA".
Memoria:
La memoria es la capacidad mental de retener impresiones o estados y evocar
o llamar al consciente tales impresiones.
Las fases son:
Percepción
Almacenamiento
Evocación.
A continuación, recomendaciones para mejorar la memoria:
Presta atención. Es decir, dirige tus facultades mentales a un objeto específico.
Concéntrate, fija tu pensamiento con deseo de aprender, entendiendo el valor del
tema para el futuro y mirando sin distracción.
Ten un concepto claro y definido del asunto a memorizar.
Practica la repetición en voz alta.
Asocia ideas
C) Trasmite Credibilidad
La confianza es primordial para un orador con ello logra ganarse el respeto de
la audiencia.
A) Introducción
Es el inicio del discurso, sirve para motivar la atención del público hacia las
palabras del orador y para dar a conocer, brevemente, en que consistirá el tema a
tratarse y los objetivos que se esperan alcanzar. Pueden utilizarse hasta cinco formas
diferentes de introducción, cada una de ellas según el público y la ocasión en que
toque pronunciarlas:
Fraseológico:
Puede iniciarse mencionando una frase célebre, un poema, las letras de una
canción o un pasaje bíblico que tenga relación con el tema a tratarse. Por ejemplo,
para un discurso sobre "El éxito" se puede iniciar diciendo: Señores, como decía el Dr.
Cristian Barnard, "El éxito comienza con la voluntad del hombre... piensa que puedes
y podrás,… todo está en el estado mental del hombre".
Anecdótico:
El público es un grupo de personas que siempre muestran curiosidad por
conocer algo peculiar sobre el expositor o sobre el tema que se está presentando.
Contar una anécdota de nuestra vida o sobre otra persona suele cautivar la atención
de los oyentes. Por ejemplo: “Amigos, quiero contarles lo que me ocurrió la noche en
que, en vez de besar a mi esposa bese a su hermana gemela, ese día yo estaba…”
Humorístico:
También es válido contar un chiste u ocurrencia graciosa que tenga relación
con el tema. No siempre los discursos tienen que ser serios o aburridos, la jocosidad
le pone la chispa de vida a la exposición y evita que el público se canse o se aburra.
Ejemplo: "¿Mamá, las pasas vuelan?" No hijito, ¿porque? "¡Ah... entonces me comí
una mosca!"
Interrogativo:
Esta introducción consiste en hacer preguntas al público sobre el tema a
abordarse, pero nunca esperar una respuesta pues las preguntas son sólo de tipo
referencial. El hacer preguntas sirve para demostrar al público que nosotros sabemos
algo que ellos no saben y que estamos ahí para instruirlos. Ejemplo: ¿Sabían ustedes
que don José de San Martín era “drogadicto”? ¿Sabían ustedes que Ramón Castilla
nunca liberó a ningún negro?
Teatralizado:
Es una forma efectiva de llamar la atención del público y comunicarle el tema
que vamos a exponer. Se hace uso de la mímica, expresividad corporal y mucho
ingenio. Por ejemplo, salir al frente y soltar un vaso de vidrio al suelo; éste se hará
añicos pero nos dará pie para hablar, por ejemplo, de la Ley de la gravedad, sobre la
destrucción del mundo o sobre cualquier otro tema relacionado.
B) Desarrollo
Es la parte medular del discurso, en ella el orador desarrolla su idea central de
forma clara y detallada. En el desarrollo se explican los argumentos en los que se
basa nuestra teoría o hipótesis, también sirve para refutar las ideas, ejemplificar una
demostración y adoptar una posición académica especifica. Algunas
recomendaciones dignas de tenerse en cuenta en el desarrollo del discurso son las
siguientes:
Documentarse ampliamente sobre el tema a exponerse.
Cerciorarse de la veracidad de los datos a exponerse, no sea que nos retruquen y nos
hagan pasar un mal momento.
Elaborar un pequeño esquema de las ideas a presentarse.
Citar ejemplos, anécdotas, cifras y/o casos reales relacionados con el tema para
hacerlo más didáctico.
Y sobre todo, hacer un discurso ameno y no muy extenso.
Otras recomendaciones que nos brindan los especialistas son las siguientes:
Considerando el carácter inconstante de la atención, un discurso largo puede resultar
fastidioso, no debe durar más de 45 minutos.
Si el esquema del discurso es complicado y los pasos a seguirse no son claros, puede
perturbar la atención de los oyentes.
La exposición de la parte central de nuestro discurso debe poseer un atractivo interés
para los oyentes.
El auditorio debe mantenerse atento; concentrado en nuestra charla, esto se logra por
medio de preguntas adecuadas, dinámicas grupales y dejándolo participar.
C) Conclusión
La conclusión es la parte final del discurso, en ella el orador hace un breve
resumen de lo tratado, mencionando los puntos más importantes de la exposición o
realizando recomendaciones que se desprenden del tema central. La conclusión es un
elemento estratégico pues lo que se dice queda sonando en los oídos del público y
tiene mayor probabilidad de quedar en la memoria. Para efectos de conclusión y/o
despedida, recomendamos las siguientes 05 formulas:
Fraseológico:
Se puede culminar mencionando una frase célebre o algunas palabras
impactantes o motivadoras. Por ejemplo: “Y ya para terminar permítanme decirles
que, ‘el éxito está compuesto de 1 % de inspiración y de 99 % de transpiración’,
Muchas gracias."
Con Vivas o Hurras:
Esta es una forma de conclusión que tiene por objeto dejar motivados a los
oyentes a través de su participación activa y “cantada”. Por ejemplo: _ "Y ya para
terminar, queridos amigos: ¡Viva la oratoria!” _ ¡Viva! -contesta el público. _ “¡Viva el
éxito!” _¡Viva! –vuelven a contestar los oyentes.
Por Respuesta del Público:
En esta modalidad el orador hace una serie de preguntas al auditorio para que
le contesten a través de un “Si” o un “No”. Las preguntas deben ser siempre de corte
positivo. Por ejemplo: _ Señores, ¡¿somos los mejores?! _ ¡Sí! -responde el público.
¡¿Somos triunfadores?! _ ¡Sí! -vuelve a contestar el auditorio.
Por agradecimiento:
El orador culmina su exposición agradeciendo a los organizadores,
auspiciadores, público presente y algunas veces a los oradores que lo antecedieron.
Ejemplo: _ "Y para culminar quiero expresar mi agradecimiento a la Cámara de
Comercio por haber permitido mi presencia esta noche... Hasta pronto"
Mixto:
Es una forma que combina indistintamente los diferentes tipos de conclusiones
existentes. Pueden mezclarse una forma fraseológica con una de agradecimiento.
Ejemplo: “Para despedirme quiero expresar mi agradecimiento a la Universidad
Nacional de Trujillo por haberme permitido estar con ustedes y sobre todo reiterarles
aquellas palabras cristianas que dicen: ¡Sed firmes hasta el fin y recibiréis la corona
de gloria…Hasta siempre.”
C) Conferencia – Entrevista.
Se trata de una modalidad que últimamente se realiza mucho en algunos
ámbitos, al margen de la radio y la televisión. En este caso el conferenciante expone
el tema de una forma breve y seguidamente deja paso al presentador para que este
formule preguntas a las que el conferenciante va respondiendo ampliamente y sin
límite de tiempo.
22.- DIALECTICA
Es el proceso ontológico y lógico resultante de las tensiones entre contrarios.
En oratoria pueden convertirse en un conjunto de preguntas y respuestas que
conducen a una verdad o a una definición. Muchos oradores utilizan ésta técnica para
desarrollar su conferencia. Empiezan por formularse preguntas sobre el tema que
tratan, preguntas que a la vez van contestando hasta llegar al objetivo que pretenden
alcanzar en su disertación.
Heráclito fue el precursor de la dialéctica, y su creador fue, según Aristóteles,
Zenón de Elea, discípulo de Parménides. Platón transformó la dialéctica en un método
científico, y Hegel creó los cuatro principios de la dialéctica: totalidad, de venir,
contradicción y transformación cuantitativa.
http://jadedib.blogspot.com/2011/06/todo-sobre-la-oratoria.html
Por que a menudo “hay que escuchar más con los ojos que
con los oídos”.
Si bien es cierto que, por instinto, todas las personas sienten la necesidad de
comunicarse a través de palabras, gestos o actitudes, el acto de hablar en sí,
no es mecánico. Lograr ser comprendido, y a su vez comprender a los demás,
implica una serie de factores como por ejemplo dominar la claridad
expresiva.
Dominando la Emociones.
Resulta importante entender primero que para lograr convertirte en un buen
orador, deberás aprender a tener dominio sobre tus emociones.
El miedo escénico es una forma más de timidez social. Surge como
consecuencia de poseer y sobre todo de cultivar pensamientos que limitan la
actuación de la persona frente a un grupo de semejantes. Puede ser
considerado una reacción o mecanismo de defensa natural ante la
incertidumbre de algo nuevo, de algo pocas veces practicado.
Sin embargo una vez transcurrido el evento pueden ocurrir dos cosas: si se
sufrió una mala experiencia el cerebro confirmará y afianzará aún más ese
temor. De otra manera, si fue una sensación agradable el cerebro almacenará
tal evento como algo positivo, por ello aquí debe entenderse como el temor
al hablar en público es algo subjetivo, no es algo objetivo. En realidad la
práctica de hablar en público no representa un peligro real a nuestra vida,
todo depende en buena parte de las experiencias vividas.
Ahora bien, llegando a este punto la pregunta de rigor es: ¿Las malas
experiencias en la oratoria han afectado mi autoestima de tal forma que
ahora me resulta más difícil hablar en público?
Muy bien, espero este tópico te sea de mucha ayuda, gracias por tu tiempo.
http://cursodeoratoriaonline.com/el-dominio-de-las-emociones-vencer-el-miedo-al-hablar-en-
publico/
Así que es normal que tengamos miedo. Esa es la primera idea a tener en cuenta para combatir ese
temor: el miedo es una respuesta natural de nuestro cuerpo para afrontar situaciones peligrosas. Como
hablar en público no es peligroso, escuché hace poco un consejo antes de salir al estrado: beber un vaso
de agua. Porque así le damos a nuestro cuerpo la señal de que no estamos ante un peligro (¿quien pararía
a beber si realmente estuviera en peligro?) y se relaja. También pueden ser útiles, en este sentido,
respiraciones profundas que nos ayuden a calmarnos.
Por otra parte, el temor que nos invade, esos nervios previos a empezar nuestra intervención, me parecen
hasta buenos. Siempre y cuando el temor no nos paralice, claro. Un estado de ligeros nervios,
controlables, equivale a un estado de activación necesario para afrontar la tarea de hablar en público.
Pero antes de llegar al momento de saltar a la palestra, podemos tener en cuenta algunas ideas que nos
pueden ayudar a prepararnos para ese reto:
– Prepara muy bien tu charla. Aunque seas un experto, aunque conozcas muy bien el tema. Trabaja en
las ideas que quieres transmitir, haz un esquema de tu intervención. Si te sirve, escribe tu discurso.
– Ten en cuenta que no tienes que dar mucha información, céntrate en tres o cuatro ideas principales.
Sé breve y conciso. Si tienes que presentar muchos y complejos datos te generará más nerviosismo.
– Conoce a tu audiencia y adapta tu charla a lo que les puede interesar. Así podrás estar mejor
preparado ante posibles preguntas.
– No memorices tu discurso porque te hará sentir más nervioso. Lo importante es dominar las ideas que
quieres transmitir y podrás explicarlas fácilmente y con seguridad.
– Prepara una presentación (en power point, por ejemplo). Si no dispones de los medios técnicos, lleva
notas de tu discurso. Te ayudará a seguir tu argumentación y tendrás un referente al que agarrarte. Te
dará seguridad.
– Practica tu discurso en voz alta varias veces (cuatro o cinco), visualízate delante de tu público. Ponte
ante un espejo, practica ante personas de confianza. Pero no te obsesiones, porque repetir
exageradamente tu discurso solo te generará más ansiedad.
– No te impongas a ti mismo ser perfecto. Cometer un error no es un problema, a todos nos ha pasado.
Y la mayoría de veces, el público no lo va a notar.
– Sé tú mismo. Habla con naturalidad.
– Y, finalmente, ten mentalidad positiva: ¡Yo puedo hacerlo! La confianza en uno mismo es
fundamental para este y para cualquier reto.
No hay reglas o tratamientos mágicos que nos quiten el miedo a hablar en público. El mejor tratamiento
es la práctica, el enfrentarnos a nuestros temores y salir victoriosos, en este caso, consiguiendo llevar a
cabo nuestro discurso.
https://comunicacionyotrashierbas.wordpress.com/2012/04/16/combatir-miedo-hablar-en-
publico/
Muchos consejeros te dirán que comiences tu discurso con un chiste, pero esto no siempre
funciona, especialmente cuando no se trata de un discurso que se preste para el humor. La
autenticidad es clave para lograr empatía y conexión con la audiencia.
Un discurso es prosa, pero un gran discurso se caracteriza por momentos de poesía. Discursos
como el de Martin Luther King y su célebre frase “Tengo un sueño”, en Winston Churchill,
Ronald Reagan…haz tu discurso más memorable con herramientas como la aliteración, la
cadencia, el ritmo, la rima y la repetición.
El Presidente Lincoln dio uno de sus discursos más magistrales con tan solo 270 palabras. Los
mejores discursos son los que dejan a la audiencia pensando en que quieren oír más. No
adviertas que será breve, simplemente dilo.
Un gran discurso nunca está complete hasta que ha sido dado. Recuerda que la mayoría de las
obras que han sido publicadas fueron reescritas muchas veces.
En sus primeros años en el mundo de la política, Churchill comenzaba sus discursos en silencio
y sus audiencias temían que algo hubiese ocurrido, y en ese momento de temor, comenzaba a
hablar y apaciguar a las masas.
El discurso no es solo acerca de tus ideas sino acerca de ti, encuentra una manera de ganarte
a la audiencia, incluso si no están de acuerdo con lo que dices.
6. Los grandes oradores comparten anécdotas
En 2005, Steve Jobs dio el discurso de graduación en la Universidad de Stanford y tuvo una de
las mejores frases de apertura de todos los tiempos: “Hoy quiero contarles 3 historias de mi
vida. Eso es todo. No es nada del otro mundo. Solo 3 historias”.
Los expertos recomiendan practicar todos los discursos importantes por partes, aunque es
aún mejor si puedes practicar frente a una audiencia. Abogados, políticos y polemizadores
realizan varios ensayos para que sus presentaciones finales sean lo mejor que pueden ser.
http://noticias.universia.es/empleo/noticia/2014/02/03/1079363/8-habitos-oradores-mas-
efectivos.html
nque entretenidas, las grabaciones del programa del Doctor Ozson todo
menos espontáneas. Antes de que empiece el show propiamente tal, el
público que asiste el estudio del Centro Rockefeller ve la actuación del
comediante residente, Richie Byrne, quien los hace reír – y relaja – por 20
minutos, para luego pasar a una curiosa interacción: las cámaras se acercan
a la audiencia mientras él les dice: “ahora rían, ahora asómbrense, ahora
pongan cara de asco...”.
Los oradores que comienzan a veces evitan los ensayos porque piensan que
les va a restar espontaneidad. De la misma manera, ejecutivos y políticos
evitan ensayar en frente de su equipo porque no quieren verse ridículos.
http://mba.americaeconomia.com/articulos/reportajes/los-secretos-de-los-mejores-oradores