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Su Santidad Francisco.
Amado hermano.
Hace ya muchos años le escribí a Su Santidad Juan Pablo II
reclamándole la falta de fe en la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, de los
fieles católicos mexicanos. Los viajes que realizó y las correcciones al respecto
fueron suficientes para que se retomara esta verdad como la principal para el
auténtico móvil religioso.
Hace siete años le escribí a Su Santidad Benedicto XVI una carta-
https://es.scribd.com/document/386212307-y luego de su dimisión le escribí
otras dos -https://es.scribd.com/document/385971601 y
https://es.scribd.com/document/386111391- donde le expongo la importancia de
actualizar la materia de la hostia a lo que se expone en el Evangelio Esenio de
la Paz-http://www.slideshare.net/ajjian/el-evangelio-esenio-de-la-paz-240-pags-
presentation – al que yo he versiculado y renombrado como El Evangelio de la
Salud y de la Paz -https://es.scribd.com/document/385906520 -. La enseñanza
principal de este evangelio es la limpieza y regeneración física que puede
alcanzarse mediante el respeto de la leyes de la naturaleza apoyándose en la
guía de los ángeles del aire, del agua, de la luz del sol y de la tierra, que aunado
a una alimentación crudívora sin el uso del “fuego de la muerte” para su
preparación, asegura Jesús, devolverá la salud y vitalidad a nuestros enfermos
organismos. Pero quizá el punto central de este evangelio sea la respuesta a la
pregunta de cómo hacer nuestro pan cotidiano sin el uso del fuego, narrado en
el capítulo 24:
semilla que está sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el cual
hay fruto de árbol que da semilla. Que les sirva de alimento.
“Un litro de trigo por un denario, y tres litros de cebada por un denario;
y no dañes el aceite de oliva ni el vino”.
Si para Dios un día es como mil años y mil años como un día (Salmo 90,
4) y Jesús dice destruid este templo y lo reconstruiré en tres días, si bien se
refería al templo de su cuerpo y sucedió su asombrosa resurrección, bien pienso
que también se refiere al tiempo para realizar su misión salvífica en el mundo
entero, que estamos para cumplir el segundo milenio o sea el segundo día, de su
resurrección que es el hecho que lo hace distinto a cualquier profeta, que será por
el 2030 y tantos, es decir, a 2000 años de haber sufrido la muerte de cruz y
resucitar al tercer día para no volver a tener que sufrir la muerte y conservar para
siempre su cuerpo glorificado, con el que se presentará nuevamente para reinar
junto con sus elegidos, por mil años, el tercer día, para acabar de instaurar el
Reino de los Cielos en la tierra con el descenso de la Nueva Jerusalén:
Apocalipsis 20, 4:
4 Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron en ellos, y se les dio poder para juzgar.