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Así que, lo primero, vamos a echar una ojeada a lo que es el fundamento de la doctora
Young-Sowers.
Así como el ADN se puede activar o desactivar por actitudes, creencias, nutrición y
ambiente, lo mismo es verdad para nuestro ADN espiritual: también puede ser activado…
(…) Cuando pensamos bien de nosotros y de los demás, mejoramos varios genes que se
ocupan de respuestas emocionales en particular (…) Este grupo de genes nos ayuda a
pacificar nuestra necesidad de controlar personas y circunstancias, sentir competitividad y
todo lo que parezca salirse de control.
(…) Ya que nuestros grupos de genes están ligados a nuestra forma de pensar y sentir, que
afecta nuestro cuerpo físico, he identificado el centro de energía apropiado o chakra que
corresponde a cada uno (…) Todo lo que pensamos se mueve a través de estos pequeños
vórtices de energía rotatorios, influenciando nuestro comportamiento y nuestra salud.
Se ubica entre el ano y los genitales. Está unido con el hueso coxal.
Desequilibrio
Los pensamientos y las acciones giran todo el tiempo en torno a la posesión y la seguridad
materiales, el sexo, la bebida, la comida, etc. Hay estreñimiento, violencia, sobrepeso,
enojo, necesidad de imponer los criterios propios, dificultad para desprenderse de las
cosas y dar.