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La adolescencia es una etapa de la vida caracterizada por el cúmulo de cambios que se producen.
A los adolescentes no solo les afectan los cambios físicos pues también hay cambios importantes a
nivel de desarrollo emocional y mental. Sus cerebros funcionan de una forma acelerada, tienen
que asumir los cambios que se están produciendo en su cuerpo y en sus vidas y a veces sienten
que nadie les puede entender. Los cambios físicos en los adolescentes son evidentes pero los
emocionales tal vez nos pasen más desapercibidos. Puede que les invada la tristeza, que sientan
ganas de llorar, que estén más rebeldes de lo normal.
Hasta el momento, las causas de los trastornos emocionales no han sido adecuadamente
determinadas. Aunque algunas causas pueden incluir factores tales como la herencia, desórdenes
mentales, dieta, presiones y el funcionamiento familiar, ningún estudio ha podido demostrar que
alguno de estos factores sea la causa directa de los trastornos emocionales o del comportamiento.
Algunas de las características y comportamientos típicos de los niños con trastornos emocionales
incluyen:
Las familias de niños con trastornos emocionales pueden necesitar ayuda para comprender la
condición de su niño y aprender a trabajar efectivamente con él o ella. Pueden recibir ayuda de
psiquiatras, psicólogos u otros profesionales en salud mental que trabajan en el sector público o
privado. Los niños deben recibir servicios basados en sus necesidades individuales, y todas las
personas que trabajan con ellos deben estar al tanto del cuidado que están recibiendo. Es
importante coordinar todos los servicios entre hogar, escuela y comunidad terapéutica,
manteniendo abiertas las vías de comunicación.
Problemas de autoestima: en ocasiones si los adolescentes reciben muchas críticas ya sea
de sus padres o de otros compañeros puede instalarse en ellos la idea de que no sirven
para nada, de que todo lo hacen mal.
Timidez excesiva: el exceso de timidez puede causar a los adolescentes problemas para
relacionarse con normalidad con sus compañeros y con los adultos.
Estrés: es uno de los grandes problemas de los adolescentes. Son muchas las causas que
les pueden provocar el estrés. Lo que los padres les exigimos, el tomar las decisiones
adecuadas en lo referente a los estudios, ser aceptados por el grupo de amigos, etc.
La depresión es una enfermedad mental que se caracteriza por un trastorno en los estados de
ánimo de la persona. Es algo más que sentirse “triste” algunos días. En los adolescentes, la
depresión es común debido a que se encuentran en el proceso normal de maduración, reciben la
influencia de las hormonas sexuales y están generalmente, en conflicto de independencia con sus
padres. Otros factores que pueden influir en la depresión de un adolescente son: la muerte de un
amigo o pariente cercano, la ruptura con su novio/a y el fracaso en la escuela. Además esta
enfermedad, es más probable en aquellos adolescentes que padecen baja autoestima y que son
muy autocríticos con ellos mismos.
Este tipo de enfermedad tiene cura. Si el adolescente presenta dos o más síntomas, se deberá
recurrir a ayuda terapéutica ya que, cuanto más pronto la depresión se diagnostique y comience a
ser tratada, más sencilla será de curar y el tiempo de recuperación será más corto. Es por eso que
los padres deben estar atentos a sus hijos, controlar sus comportamientos y brindarles su apoyo
en el caso que necesiten ayuda porque este tipo de enfermedad si no es tratada a tiempo puede
derivar en drogadicción, alcoholismo, tabaquismo, violencia y comportamientos imprudentes,
efectos sobre el desempeño escolar y las relaciones interpersonales y, hasta puede llegar al
suicidio.