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Astrónomos-astrólogos

en la Nueva España
de l esta m e n to oc up ac io na l a l a c om u nid a d c ie nt íf ic a

En la Nueva España de los siglos co- ducto acabado, in vitro, sino siempre especialmente a contribuir al conoci-
loniales, muchos hombres de ciencia cambiante, en constante renovación, miento de las grandes figuras de la As-
se dedicaron a estudiar la Astro n o- in fieri. tronomía como don Carlos de Sigüen-
mía-astrología. En el escenario social Si bien son muchos los casos de za y Góngora— López de Bonilla fue
que les tocó vivir, junto a los matemá- astrónomos-astrólogos destacados en uno de los hombres de ciencia que
ticos y los técnicos, formaron uno de la Nueva España, pre s e n tamos ta n se mantuvo estrictamente en la tradi-
los esta m e n tos científico-técnicos, sólo los principales aportes de tre s ción escolástica, imperante aún du-
agrupación característica de la época personajes representativos de las ten- rante el escenario temporal en el que
que ordenaba y controlaba el lugar, dencias más importantes de sus re s- le tocó actuar. Sin embargo, es digno
la función y la posición social de sus pectivos escenarios. Dos de ellos se de atención por su enorme aporte a
miembros. En este tipo de ord e n a- sitúan en el siglo XVII, Gabriel López la divulgación de los Pronósticos, Lu-
miento social, las re a l i zaciones de los de Bonilla y el mercedario fray Diego narios o Reperto r i o s, tex tos de gra n
actores particulares sustentan las ba- Rodríguez; el terc e ro constituye un demanda en la sociedad novohispana
ses de nuestras raíces científico-técni- caso de excepción, la única mujer que de los siglos XVII y XVIII. Los que pro-
cas. Las publicaciones que nos legaron escribió y publicó un trabajo de índo- dujo se enmarcan en la sólida y pre-
y el desarrollo de sus vidas profesiona- le astronómico-astrológico, doña Fran- valeciente tradición ortodoxa, mez-
les permiten establecer algunas cara c- cisca Gonzaga de el Castillo, quien tra- clada con fuerte tinte hermético, de la
terísticas del proceso de construcción bajó hacia la mitad del siglo XVIII. cual no se alejó y con ello pudo man-
de la ciencia y la tecnología nacional. tener su prestigio social y su integri-
P roceso que tiene el carácter diná- Gabriel López de Bonilla dad frente a la constante vigilancia y
mico de toda estructura que se gene- c o n t rol social del Santo Tribunal de
ra, modela y tra n s forma en vincula- Escasamente estudiado por los histo- la Inquisición.
ción con el entorno social y que como riadores de la ciencia colonial novo- Se creía que López de Bonilla ha-
tal no puede ser considerado un pro- hispana —quienes se han dedicado bía nacido en la Nueva España; sin

María Luisa Rodríguez Sala

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embargo, era originario del arzobispa- La actividad profesional de este rregidos, enmendados y, por supues-
do de Toledo. Pasó a tierras mexicanas astrónomo-astrólogo relacionada con to, en muchos casos, rechazados.
aún siendo joven en el año de 1628 los Pronósticos inició casi desde su López de Bonilla logró, si bien con
y aquí desarrolló su vida académica y llegada a la capital de la Nueva Espa- rigurosas observa c i o n e s, la acepta-
familiar; salvo su hijo mayor, los de- ña. En 1632 escribió su primer trabajo ción de numerosos trabajos a los que
más nacieron en la ciudad de México y presentó su solicitud a la Real Au- llamó Diarios o Discursos. Su estruc-
y ocuparon una aceptable situación diencia para su impresión, en un trá- tura era compleja, después del título
socio-económica. Uno de ellos, ta m- mite estrictamente civil que después se insertaba la justificación, que se lla-
bién de nombre Gabriel, empare n t ó se volvería de índole religioso a partir maba “Al prudente lector”; enseguida
con el sabio Sigüenza y Góngora a tra- del edicto de 1649, cuando se hizo in- a p a recían las “No tas vulgares y fies-
vés de su matrimonio con doña Inés, dispensable contar con la aprobación tas movibles” que referían ta n to las
hermana del último. Este lazo fa m i- del Santo Oficio de la Inquisición, lo fechas más importantes del santo ral
liar, firmemente comprobado con do- cual dificultó enormemente la publi- como las características generales del
cumentación inédita, es parte de una cación de estos tra b a j o s. Los auto re s año. La siguiente parte, la más am-
vinculación académica entre los Ló- cuidaban todos los detalles para no plia, era primordial, estaba dedicada
pez de Bonilla, sus descendientes y Si- caer en ninguna sospecha de tra n s- a las fechas en que se iniciaban las es-
güenza y Góngora. Don Gabriel vivió gresión religiosa, pero aún así la ma- taciones climáticas y se considera b a
hasta aproximadamente 1668. yoría fueron duramente revisados, co- en ella la aparición de fenómenos ce-
lestes, eclipses y cometas.
La vinculación de la astrología na-
tural con la magia hermética quedó de
m a n i f i e s to en sus Pronósticos y por
ello los inquisidores criticaron y cen-
s u ra ron fuertemente estos tra b a j o s.
López de Bonilla, dentro del esque-
ma escolástico, fue capaz de mostrar
un espíritu ligeramente hetero d oxo,
y nunca tuvo inconveniente en va-
lerse de recursos herméticos y deter-
m i n i s tas que estaban ya en uso, y que
las autoridades inquisitoriales ta n to
persiguieron.
Tal vez su obra más importante
no fueron sus escritos pronosticales,
sino su libro dedicado al estudio de
los cometa s, en el que pretendió tran-
quilizar los exa l tados ánimos de los
p o b l a d o res de la Nueva España. Lo
publicó en 1654 y en él incluyó des-
de la creación de la Tierra hasta los
efectos de los cometas en la salud de
los seres humanos, pasando por su
concepción sobre la formación de los
cometas. Esta obra reflejó con mayor
claridad que los Discursos la influen-
cia del hermetismo, al considerar que
cada objeto y elemento poseía un ca-

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rácter específico y que todo era en- de los Pronósticos, Lunarios, Efemé- la Nueva España imprimió, en 1757,
s e ñ a n za de la astrología de Hermes rides, Almanaques o Piscatores había un conjunto de trabajos sobre los te-
Trimegisto. pasado, aún quedaban re m i n i s c e n- mas re q u e r i d o s. Los encabezó el del
cias y reclamos sociales por disponer mercedario fray Manuel Domínguez
Doña Ma. Fr a n c i s caGonzága de el Castillo de su contenido. Los societarios y ha- de Lavadera y contó con la colabora-
bitantes de poblaciones grandes y pe- ción de varios personajes ra d i c a d o s
Sin duda alguna, el rescate de la obra queñas re q u i r i e ron a lo largo de los en la ciudad de México, en Puebla de
de esta mujer del siglo XVIII ha sido un tiempos conocer con anticipación las los Ángeles y en la ciudad de Sala-
verdadero hallazgo científico. Si bien predicciones sobre el futuro inmedia- manca en España. El último de los
se tenía noticia de su existencia, nin- to, saber las fechas de las festividades ocho trabajos publicados fue el de do-
guno de los historiadores que la han religiosas, de la aparición de tempo- ña María Francisca, Ephemeris calcu -
mencionado aportó mayor info r m a- rales y sequías, así como de fenóme- lada al Meridiano de México para el
ción sobre su obra. La astrónoma vivió nos celestes, pero particularmente la año del Señor de 1757.
durante la primera mitad de la centu- oportunidad para proceder a la siem- En conjunto, todos esos trabajos as-
ria y presenció la vitalidad cultura l bra y cosecha, a la navegación o a la tronómicos comparte un formato si-
del siglo de las luces, especialmente el curación de enfermedades y aplica- milar, muy parecido al encontrado en
movimiento de asimilación de lo mo- ción de tra ta m i e n tos a humanos y las obras del siglo XVII. Contienen de-
derno frente a la escolástica tradicio- animales. Fue así como un grupo de dicatoria, notas cronológicas, cómpu-
nal. Si bien el auge de la elaboración astrónomos-astrólogos radicados en to eclesiástico, fiestas movibles, tem-

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go de contador de la Universidad, que
también desempeñó durante el resto
de su existencia. Como puede apre-
ciarse, fray Diego fue un unive rs i ta-
rio de larga trayectoria institucional,
durante la cual tuvo que sortear y so-
lucionar serios problemas financieros,
dada la siempre difícil situación eco-
nómica por la que atravesó la Unive r-
sidad. No es extraña la necesidad de
recursos en este tipo de instituciones,
la cual se repite permanentemente a
lo largo de los siglos.
Fray Diego fue un autor que nos
legó tanto obra manuscrita como im-
p o ra l e s, ve l a c i o n e s, juicios del año no. De él se han ocupado varios au- presa. En el espíritu de la cultura ba-
—p ronóstico general para cada esta- tores, entre los que destaca el doctor rroca, su actividad se caracterizó por
ción—, pronósticos para cada día del Elías Trabulse. Sin embargo, como to- un pragmatismo de base teórica, or-
año y, finalmente, pronóstico de los do trabajo histórico, siempre se locali- denado por la prudencia que aún no
eclipses. El último apartado siempre za nueva información y se contempla permitía a sus acto res salirse de la
se incluye en los trabajos de este tipo, al personaje desde distintas perspec- disciplina y el orden que regía a las
ya que para la población ese aconteci- tivas. Nuestro trabajo enfoca a fra y instituciones civiles y re l i g i o s a s. Su
miento astronómico representaba una Diego desde sus diferentes fa c e ta s, vocación profesional se re vela tem-
permanente fuente de inquietudes y como religioso mercedario, como as- pranamente en las matemáticas y, a
temores. Su predicción les preparaba trónomo-astrólogo, como miembro y partir de ellas, incursiona en campos
para el suceso y desde la perspectiva catedrático de la Real y Pontificia Uni- científicos aledaños que guardan es-
científica requería conocimiento es- versidad, como técnico y, fundamen- trecha relación. En ellos aporta cono-
pecializado para determinar con cier- talmente, como autor de una amplia c i m i e n tos teóricos y aplicados, a la
ta exactitud la fecha del eclipse. literatura científico-técnica. ciencia de los números, a la astrono-
A pesar de poder situar a doña Ma- El mercedario fue un excelente mía, la astrología, la geografía, la in-
ría Francisca en el contexto científico estudiante dentro del contex to de la geniería y la gnomónica. En el nivel
del momento, la escasa info r m a c i ó n educación religiosa monacal y volcó empírico y de aplicación técnica, in-
existente sobre la astrónoma novo- su preferencia hacia las matemáticas. c u rsiona en la instrumentación me-
hispana es una comprobación de la En ellas fue su maestro el Vicario ge- diante la construcción de relojes de
difícil situación que ocuparon las mu- n e ral de los merc e d a r i o s, fray Juan sol y apara tos de ingeniería y astro-
j e res que pre t e n d i e ron destacar en Gómez. En la Universidad fue bachi- nomía.
la cerrada vida estamental académica ller en artes y teología y tardíamente De él se conocen seis manuscritos,
de la etapa colonial; lo que, desde lue- la orden de la Merced le concedió el de los cuales dos existen en el Fondo
go, no fue privativo de la cultura espa- grado de Presentado, que equivalía a reservado de la Biblioteca Nacional de
ñola, sino una constante en el mun- la maestría universitaria. Dentro de la México, los demás están desapare c i-
do occidental. Universidad fray Diego fue el primer d o s, pero contamos con dos copias
catedrático de matemáticas, materia que fueron rescatadas a tiempo de ese
Fray Diego Rodríguez que se instituyó por solicitud de los a c e r vo. Tres de los seis manuscrito s
estudiantes de medicina en 1637. La cubren temas de matemáticas —loga-
El tercero de los astrónomos es uno de ocupó durante casi treinta años, has- ritmos y ecuaciones— y geometría,
los más destacados hombres de cien- ta su muerte en 1668. Su valía como en dos trata del cálculo de eclipses de
cia del periodo colonial novo h i s p a- matemático lo llevó a obtener el car- Sol y de Luna con base en ta b l a s, el

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restante lo dedicó al modo de fabricar A partir del análisis de su trabajo matemática. El conocimiento de los
relojes horizo n tales y verticales con impreso como de los manuscritos, sa- a vances astronómicos que él llama
una clara orientación matemática. bemos que conoció y aplicó las teo- modernos podría inducirnos a ave n-
Por lo que se refiere a su obra pu- rías de Kepler, prueba de ello es la turar que, si bien fue tychoniano, tam-
blicada, sólo se conoce una y se en- circularidad que otorga al movimien- bién pudo haberse ubicado un poco
cuentra en el Fondo re s e r vado de la to de los astros y, consecuentemente, más allá, en una postura ligeramen-
Biblioteca Nacional de México. Se ti- al de los cometas; así como su postura te más avanzada, la semi-tychoniana
tula D i s c u rso Etheorológico del Nuevo de aceptación de la armonía unive r- que admitía el movimiento diurno de
Cometa visto en aqueste Hemisferio Me- sal que expondrá en su musicalidad la Tierra.
xicano y generalmente en todo el mun -
do este año de 1652. Forma parte de un
conjunto de impresos de la autoría de
Carlos de Sigüenza y Góngora, Euse-
bio Francisco Kino y Gaspar Juan
Evelino. El rico contenido de su obra
constituye una clara re f e rencia a la
modernidad del pensamiento de Fray
Diego. Rompe con el sistema aristo t é-
lico de la simetría esférica al adherir-
se a las concepciones de los auto res
modernos. Acepta la postura, más que
copernicana o kepleriana, que corres-
ponde al sabio astrónomo Tycho Bra-
he, quien muy acorde con el contexto
cultural, propuso un sistema geohe-
liocéntrico que alcanzaría gran re s o-
nancia en su momento. Fray Diego se
adhirió a ese sistema que pro p u g n ó
por dejar a la Tierra en reposo en el
c e n t ro del unive rso y a la Luna y al
Sol girando en torno a ella; empero ,
en un paso modernizador, acepta b a
las ideas de Copérnico relativas a los
planetas y los hacía girar en torno al
Sol. De este modo, fray Diego recha-
zaba la cosmología aristotélica, pero
conservaba el principio geoestático.
En ninguna parte de su escrito com-
promete su postura y se cuida muy
bien de señalar qué pasaba con la Tie-
rra; no la incluye de manera implíci-
ta en su movimiento en torno al Sol,
aunque prudentemente, tampoco la
excluye. En observancia de un típico
rasgo barroco, se mantiene, ve l a d a-
mente, sin dar ocasión a una impug-
nación abierta.

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Sin embargo, el prudente fra i l e solían conformar un núcleo activo de
asegura su postura religiosa y su po- estudios científicos al cual se unían
sición social y académica universita- otros colegas en frecuentes reuniones
ria. Así, termina su trabajo impre s o en que se discutía sobre los ava n c e s
con la barroquísima prosopopeya, en de sus disciplinas. Si bien fray Diego
ella emplea múltiples símbolos que y López de Bonilla se movieron pro-
hábilmente entre l a za para describir fesionalmente dentro de los rígidos
la aparición, tra y e c toria y significa- rasgos del esta m e n to ocupacional al
ción del cometa, su identificación y que pertenecieron, en la Unive rsidad
estrechísima vinculación no sólo con y en el Santo Oficio de la Inquisición,
la imagen, sino con la conceptualiza- cada uno de ellos, a través de su res-
ción de la Inmaculada Virgen María, puesta frente a las nuevas corrientes
y, simultáneamente, con la importan- del pensamiento, muestra algunas
cia de la Universidad, de la “Academia tendencias a la formación de una in-
Americana”. Así su Discurso Ehteo- cipiente comunidad científica. Su cui-
rológico lleva un doble significado, dadosa aceptación del pensamiento
a s t ronómico y religioso, muy en el innovador, sus inquietudes pro f e s i o-
sentir de la cultura barroca, de la cual nales, su vinculación en torno a la
era un gran representante. astronomía-astrología parecerían se-
Fray Diego también cultivó la ve r- ñalar en estos dos personajes cierta
tiente técnica y en ella destaca por los de sol que fueron colocados en edi- independencia cognoscitiva. Especial-
la búsqueda de solución a las proble- ficios públicos y orientados a la latitud mente en el caso del mercedario crio-
máticas específicas de su contexto, del sitio en que serían instalados. Uno llo podemos decir que se movió en
como la mayoría de los miembros de de ellos quedó en el propio convento el vértice de dos etapas fundamenta-
los esta m e n tos profesionales en la m e rcedario, otro más, el único que les, va del hermetismo al mecanicis-
Nueva España de los siglos XVI y XVII. aún existe, en el Conve n to de Santo mo, inicio del modernismo científico.
En el caso del mercedario, sus activi- Domingo de la ciudad de Oaxaca. De aquellas conceptualizaciones a
dades técnicas asumen una vincula- También fue capaz de construir relo- punto de decaer, pero aún presentes
ción directa con lo estético, como su jes portátiles, uno para su propio uso, y vigentes en el afán de sostener el
labor para la instalación de las campa- otro que obsequió a la virreina, la mar- o rden firmemente establecido, pasa
nas de la Catedral Metropolitana, que quesa de Mancera. fray Diego a lo todavía imaginario, a
le llevó arduos meses de trabajo, pri- los nuevos temas, a las teorías que
m e ro para bajar las antiguas y des- Rasgos de la comunidad científica e m p i e zan a configura rse y las intro-
pués para subir las 21 nuevas fa b r i- duce por medio de su cátedra, tertu-
cadas en poblaciones cercanas a la Fray Diego convivió con López de lias y aportaciones técnicas. López de
capital. Las obras se lleva ron a cabo Bonilla, Sigüenza y Góngora y otro s Bonilla, si bien a la zaga de Rodríguez,
durante los años de 1654 y el siguien- profesionales de la astronomía-astro- o s t e n ta también algunos incipientes
te, y aún pueden contemplarse en las logía. Como ellos, también ocupó par- rasgos de heterodoxia, que en alguna
bellas torres de nuestra Catedral Me- te de su tiempo en la redacción de forma lo señalan como miembros de
tropolitana. Pronósticos, que publicó bajo el seu- un estamento profesional que busca-
O t ra de las aportaciones en que dónimo de Martín de Córdoba. Inclu- ba transfo r m a rse en una comunidad
el religioso conjunta la aplicación de sive, mantuvo reuniones con quienes científica.
sus conocimientos matemáticos, as- se dedicaban a la misma actividad. Su No podemos decir lo mismo de do-
t ro n ó m i c o s - a s t rológicos y algebra i- pertenencia a la Orden Mercedaria le ña María Francisca, la escasa info r-
cos con lo estético está representada pro p o rcionó un ambiente académi- mación sobre su actividad pro f e s i o-
en la confección de sus relojes. Cons- co distinguido para el cultivo de varias nal y las características de su único
truyó cuando menos una docena de disciplinas. Los miembros de la orden trabajo imposibilitan su ubicación en

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una organización social jerarquizada. bros están predeterminados y fijados por efecto de la influencia del contex-
Sin embargo, si tan sólo nos re f e r i- por el provecho colectivo sobre el in- to social.
mos a los rasgos de sus Efemérides dividual. Este rasgo, presente en todo La difusión de las actividades de
sin duda este aporte está aún to ta l- estamento profesional, limita el surgi- estos tres actores de la vida académica
mente inmerso en la corriente tradi- miento de una independencia y au- de la Nueva España de los siglos XVII y
cional y es posible que ta n to ella co- tonomía de la estructura que consti- p r i m e ra mitad del XVIII son un apor-
mo quienes escribieron las otras obras tuye la característica esencial de la te más al conocimiento de la cons-
que aparecen conjuntamente, hayan comunidad científica. trucción de una ciencia y técnica viva
pertenecido a un esta m e n to pro f e- Sin duda, como ya se compro b ó y fuertemente presente en la socie-
sional de cultiva d o res de una astro- en varios trabajos sobre científicos en dad novohispana. López de Bonilla y
nomía-astrología tradicional. la Nueva España, fue a partir del mo- fray Diego Rodríguez son los antece-
Estos datos sugieren la coexisten- mento histórico en que lo individual sores y maestros de las generaciones
cia de características de ambas jerar- o subjetivo adquiere prioridad sobre que continuaron su obra, entre ellas la
quías organizacionales, el estamento lo colectivo, cuando cada esta m e n to matrona mexicana, doña María Fran-
profesional y la comunidad científica. pudo superar esa fase de su desarro- cisca, y que mantuvieron vigente un
Pero, si bien tienen rasgos externos llo como estructura social y pasó a tipo de publicaciones de gran consu-
de comportamiento, función y posi- conformar una organización indepen- mo social, los Pro n ó s t i c o s, Re p e r to-
ciones sociales de sus miembros que diente del contexto colectivo en que rios, Efemérides o Diarios que permi-
permitirían considerarlas afines, una se desenvolvía, y con ello adquirir el tieron a los habitantes de ciudades y
diferencia de fondo las mantiene se- rasgo distintivo de la comunidad cien- poblados regir parte de su vida coti-
p a radas y señala hacia dos etapas o tífica. Desde luego, este transitar ha- diana, confiados en lo que los especia-
niveles de un mismo tipo de organiza- cia una nueva fase organizacional no listas les anunciaban con antelación.
ción social. Así, mientras en la comu- se produce, como ningún cambio so- Por otra parte, permite distinguir algu-
nidad científica se conserva y re s p e- cial, de manera tajante y definitiva . nas características del proceso que,
ta la individualidad o subjetividad, y Las características de una y otra gra- partiendo del natural desarrollo de las
su ejercicio se constituye en un rasgo dualmente se tra n s forman y funden disciplinas y de los cambios de escena-
fundamental del ámbito de lo colecti- rios a lo largo de los siguientes siglos,
vo, en el estamento profesional priva paulatinamente llevó a la transforma-
la situación contraria, el comporta- ción de los estamentos profesionales
m i e n to y desempeño de sus miem- en las comunidades científicas. 0

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS I MÁGENES


R o d r í g u e z -Sala, María Luisa (coord.). 2004. Del esta - P. 59: Domínguez de Lavandera. Eclipse, 1756. P. 60:
mento ocupacional a la comunidad científica: astróno - Gabriel López de Bonilla. Portada de obra sobre los co-
María Luisa Rodríguez Sala
mos-astrólogos e ingenieros (siglos XVII al XIX). Instituto metas, 1653. P. 61: Eusebio Francisco Kino. Mapa ce-
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