Sunteți pe pagina 1din 22

Los contratos electrónicos de consumo en el Derecho Argentino

por JOHN GROVER DORADO (h)


26 de Octubre de 2016
www.saij.gob.ar

SISTEMA ARGENTINO DE INFORMACIÓN JURÍDICA


Id SAIJ: DACF160582

I.- INTRODUCCIÓN.

En el último tiempo, el Derecho de los Contratos se ha visto en la necesidad de reconsiderar viejos dogmas
ante los cambios impuestos por avances tecnológicos en materia de comercio electrónico. Si bien la esencia
dinámica del Derecho Comercial, comprensivo del Derecho de Consumo, permite una gran flexibilidad frente
a nuevas realidades del mercado y la economía -entre las que incluimos a las nuevas formas de contratación
a través de Internet-, entendemos que tal capacidad de adecuación resulta por sí misma insuficiente para
regularlas con precisión.

En el presente artículo, nos referiremos a las soluciones jurídicas que se han esbozado frente a los diversos
problemas que trae aparejada la contratación por medios electrónicos, en particular, aquellos que debe
afrontar normalmente un consumidor. Para ello, proponemos un análisis jurídico integral, que comprenda
disposiciones normativas del Derecho Argentino -en particular de los cambios introducidos por el Código
Civil y Comercial (Ley 26.994)-, del Derecho Comparado, como así también de la Doctrina y Jurisprudencia,
donde se considerarán simultáneamente instituciones y conceptos clásicos como la autonomía de la
voluntad, la oferta y la aceptación en la formación de los contratos, la libertad de formas y la libertad
probatoria, la buena fe, la responsabilidad civil, los usos y costumbres del comercio, entre otros vinculados
principalmente con el Derecho de los Contratos y el Derecho Comercial, y conceptos e institutos más bien
contemporáneos como los contratos de adhesión, los contratos concluidos por medios electrónicos, la firma
electrónica y la firma digital, las cláusulas y situaciones jurídicas abusivas, el derecho a la información
adecuada, y demás vinculados principalmente con el Derecho de Consumo y con el Derecho Informático.

II.- PRINCIPIOS GENERALES APLICABLES A LOS CONTRATOS ELECTRÓNICOS.

En esta primera sección, trataremos conceptos y principios generales que atañe a todo tipo de contratación
electrónica, comenzando por una noción básica de contrato electrónico y sus características jurídicas
esenciales, prosiguiendo con el tema de la formación del consentimiento, y, finalmente haremos referencia a
lo vinculado a su forma y prueba.

2.1. CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS.

Podríamos definir a los contratos electrónicos como acuerdos de voluntad cuya celebración se perfecciona
sin la presencia física de las partes contratantes y a través del uso de medios electrónicos.

De la definición propuesta, emergen sus características esenciales, a saber:.

a) Es claro que no hay "presencia física" de las partes contratantes al momento de perfeccionarse el
consentimiento contractual.

En principio, creemos que normalmente la contratación electrónica formará parte del género "contratos a
distancia" o "contratos entre ausentes", cuyas principales características son, justamente, la distancia
geográfica entre las partes contratantes, y el transcurso de un tiempo jurídicamente relevante entre la oferta
y la aceptación.

Es de rigor destacar que los usos y costumbres del comercio electrónico marcan que los contratos por
medios electrónicos se celebran, en su gran mayoría -y en particular aquellos que regulan relaciones de
consumo-, mediante la modalidad "click-wrap", que, como se verá ut infra, presupone que las cláusulas y
condiciones que se aceptan mediante "click" se encuentran previamente redactadas por su proveedor de
modo unilateral. De este modo, ese lapso entre oferta y aceptación, como así la ausencia física de los
contratantes, determinan su inclusión en la categoría de contratos a distancia.
Ahora bien, dada la instantaneidad en la comunicación que permiten las redes telemáticas actuales, es
perfectamente posible la manifestación de la voluntad de manera concomitante e inmediata, es decir, sin un
lapso considerable entre la oferta y la aceptación, de lo cual se colige que no toda contratación electrónica
es exactamente asimilable a la categoría de "contrato entre ausentes" (1). Volveremos sobre ello al
referirnos al consentimiento contractual (acápite 2.2).

b) En relación a los contratantes, los contratos electrónicos pueden ser clasificados según el tipo de relación
que tiendan a regir, a saber: relaciones entre comerciante y consumidor (Business to Consumer o B2C),
entre comerciantes (Business to Business o B2B) o entre consumidores (Consumer to Consumer o C2C). En
el presente trabajo, nos referiremos principalmente a la relación proveedor-consumidor (B2C), pues es la
que interesa al Derecho de Consumo, y sobre la que haremos hincapié en el presente trabajo (2).

c) La contratación electrónica se destaca por la forma de manifestación del consentimiento a través de un


medio electrónico. Debe entenderse por tal a aquella que "se realiza mediante la utilización de algún
elemento electrónico, con influencia decisiva, real y directa sobre la formación de la voluntad, el desarrollo o
la interpretación de un acuerdo"(3).

d) La modalidad más usual de celebración de contratos electrónicos es a través de los llamados "contratos
click-wrap" (4), que son aquellos en los que una de las partes (aceptante) manifiesta su voluntad de aceptar
las condiciones o cláusulas redactadas por la otra (predisponente) mediante un simple "click" en la leyenda
"Acepto", "Estoy de acuerdo" o similar, que aparece normalmente al final del documento escrito que se
muestra en el dispositivo del usuario.

Si bien usados mayormente en sus inicios para licencias de uso de software, ya sean adquiridos en formato
físico o en formato digital, los contratos click-wrap también se utilizan para otorgar licencias de otros
productos digitales disponibles en la red, como por ejemplo, libros digitales, música, video juegos, entre
otros, y para la aceptación de servicios digitales, como por ejemplo, adherirse a una base de datos o a una
red social, obtener un espacio virtual para crear y moderar un blog, adherirse a una plataforma de compra-
venta o subasta de bienes o servicios en línea, etc.

En lo que respecta al formato en que se presenta típicamente el contrato en la pantalla del usuario, por lo
general aquel trae aparejadas serias dificultades. Por ejemplo, suele aparecer en idioma extranjero, o con
deficiencias en la traducción que lo hacen inentendible. Asimismo, se requiere que el usuario acepte las
condiciones generales antes de utilizar el producto o gozar del servicio, pero después de haberlo adquirido,
incluso cuando el consumidor no pudo tener acceso a ellas para leerlas, lo cual genera ciertas dudas en
cuanto a su legalidad. Finalmente, al pie de dichos contratos, se estila colocar la leyenda "Acepto", "Estoy de
acuerdo" u otra similar, marcada por defecto, sin requerir acción alguna del usuario. Como veremos, estos
problemas pueden generar situaciones abusivas sobre las que volveremos ut infra en el acápite 4.3.

2.2. FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO.

Una de las cuestiones más debatidas dentro de la contratación electrónica es la relativa a la formación del
consentimiento.

Es menester tener presente que, con anterioridad a la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial (Ley
26.994 (5), en adelante "CCC"), el Código Civil (Ley 340 y modificatorias (derogadas), en adelante "CC") no
consagraba normas expresas y claras respecto de este tipo de contratación, por lo cual era necesario
remitirse a sus principios liminares, de los cuales podía inferirse su validez (6).

El actual CCC, no sólo comprende aquellos principios, sino que además regula de manera más precisa la
contratación por medios electrónicos de la siguiente manera:

a) Autonomía de la voluntad: en relación a los principios aplicables a todos los actos jurídicos y contratos,
cabe traer a consideración que en materia contractual rige el principio de la autonomía de la voluntad, según
el cual lo pactado por las partes forma una regla a la cual deben someterse como a la ley misma (arts. 957,
959 y 2651 del CCC). El fundamento del mismo radica no sólo en el respeto de la voluntad de los
contratantes, sino también en el respeto hacia el orden público económico, pues la mayoría de las relaciones
jurídicas nacen y dependen de la fuerza obligatoria de los contratos (7).
Tal principio, a su vez, presupone que tales actos jurídicos hayan sido efectuados con discernimiento,
intención y libertad, todos ellos elementos de la voluntad, los cuales, ausentes en cualquiera de las partes,
genera nulidad por vicio en la voluntad, sea que se trate de error, dolo o violencia (arts. 267 a 278 del CCC).
Asimismo, presupone que haya habido una manifestación de tal voluntad (art. 260 CCC), sea oralmente, por
escrito, por signos inequívocos o por la ejecución de un hecho material por consentida por hecho material
(arts. 262 CCC), o bien tácita, a través de actos por los cuales se la puede conocer con certidumbre (art. 264
CCC).

b) Consentimiento - Contratos entre ausentes: un tema íntimamente vinculado con la autonomía de la


voluntad es el del consentimiento contractual. Cabe recordar que el consentimiento es el elemento esencial
del contrato determinado por la convergencia entre una oferta y una aceptación válidamente expresada (arts.
971, 972 y 978 del CCC).

Tratándose de contratos entre ausentes, cabe resaltar que el Código de Vélez si bien los contemplaba, lo
atinente al consentimiento estaba regulado según los medios conocidos en aquella época, a punto tal que,
su manifestación estaba prevista realizarse por dos vías, a saber: por medio de agentes o por medio de
correspondencia epistolar (art. 1147 CC). Si bien por analogía podía entenderse que las comunicaciones
electrónicas punto a punto encajan en el concepto de "correspondencia epistolar", la subsunción de los
contratos electrónicos -una realidad jurídica más compleja que la mera "correspondencia epistolar", pues
aquellos permiten una celebración a partir de una voluntad consensual instantánea- a la regulación de los
contratos entre ausentes devenía forzada, siendo necesaria una regulación expresa y precisa, que, en
efecto, el CCC viene a introducir.

c) Oferta: el CCC, al referirse a la fuerza obligatoria de la oferta, establece que la oferta "hecha a una
persona presente" o "formulada por un medio de comunicación instantáneo", sin fijación de plazo, sólo
puede ser aceptada inmediatamente (974 CCC).

El pragmatismo de la citada norma, al equiparar los contratos entre presentes a los que se celebran por un
medio de comunicación instantáneo -donde parecería leerse fundamentalmente al supuesto de los contratos
electrónicos que permiten una manifestación de la oferta de manera instantánea (vgr. servicios de Internet
tales como telefonía IP, mensajería instantánea en la que ambas partes se encuentran en línea,
videoconferencias, etc.)-, resulta una buena solución legislativa, pues evita la discusión respecto de si la
contratación electrónica es "entre presentes" o "entre ausentes", ahorrando así conceptos ontológicos que
compliquen los conceptos jurídicos de "presencia" y/o "ausencia" (8).

d) Invitación a ofertar: también el CCC establece que "la oferta dirigida a personas indeterminadas es
considerada como invitación para que hagan ofertas, excepto que de sus términos o de las circunstancias de
su emisión resulte la intención de contratar del oferente" [...] (art. 973 CCC).

Es de destacar que esta norma, dentro del ámbito del comercio electrónico, se refiere principalmente al
supuesto de los sitios web que muestran catálogos de productos u ofrecen servicios, los cuales, siempre y
cuando estén dirigidos a persona indeterminada, resultan invitaciones a ofertar.

Cabe recordar, no obstante, que si están dirigidos a consumidores, la oferta es vinculante en todos sus
términos (7 Ley 24.240 de Defensa del Consumidor (9), en adelante LDC), como lo veremos ut infra.

e) Aceptación: una de las principales modificaciones que introduce el CCC, vinculada con el momento de
perfeccionamiento de un contrato, es la consagración de la teoría de la recepción de la aceptación de la
oferta (art. 971 y 980 CCC) por sobre la anteriormente vigente teoría de la expedición (art. 1154 CC),
considerándose en la ley ahora vigente que "la manifestación de voluntad de una parte es recibida por la otra
cuando ésta la conoce o debió conocerla, trátese de comunicación verbal, de recepción en su domicilio de
un instrumento pertinente, o de otro modo útil" (983 CCC).

Tal cambio resultaba necesario para evitar que la regla de la expedición devenga forzada en la realidad de
los contratos entre ausentes, y en particular como consecuencia de la irrupción de nuevas formas de
contratación, en particular, del comercio electrónico, en razón de que las comunicaciones instantáneas
suprimen para muchos casos la diferencia temporal entre la expedición y la recepción de la oferta, y así, el
fundamento que justificaba la adopción de aquella teoría, es decir, el de evitar que el aceptante corra con los
riesgos durante ese lapso.
f) Retractación de la aceptación: la regla está dada por el art. 981 CCC: "La aceptación puede ser retractada
si la comunicación de su retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que ella". No obstante,
como luego se verá (punto 3.1. inciso d), cuando existen contratos de consumo, dicha regla se modifica.

g) Contratos de adhesión: finalmente, reviste importancia como modificación en materia de contratos


electrónicos -en particular aplicables a los contratos click-wrap-, la introducción de los "contratos de
adhesión" en el CCC10, figura que si bien se encontraba reglada por la LDC, naturalmente sólo regía para el
caso en que exista una relación de consumo. Volveremos con detenimiento sobre el tema en el punto 3.2.

De la lectura de estas normas, puede afirmarse que, la legislación argentina goza de un marco adecuado y
actualizado en materia de formación del consentimiento en la contratación electrónica. Así, conforme a lo
expuesto, entendemos que la flexibilidad de las normas citadas permiten inferir que los contratos celebrados
por medios electrónicos pueden perfeccionarse: a) de acuerdo a las reglas de los contratos entre presentes
-siempre y cuando exista una comunicación interactiva que permita manifestar la voluntad de manera
instantánea-, y, b) de acuerdo a las reglas de los contratos entre ausentes, para los casos en los que no
exista comunicación interactiva instantánea.

2.3. FORMA Y PRUEBA.

El Código Civil y Comercial, en materia de forma y prueba del acto jurídico, estipula que, siempre que no
exista forma alguna impuesta por ley, la manifestación de la voluntad puede realizarse por cualquiera que las
partes estimen conveniente, rigiendo en su plenitud el principio de libertad de formas (art. 284 CCC).

Los usos y costumbres en el comercio electrónico marcan que los contratos electrónicos suelen celebrarse
por escrito, a través de contratos de adhesión llamados "Términos y Condiciones de Uso", que es un
documento electrónico al cual el aceptante adhiere, expresando su consentimiento mediante un "click" -hoy
en día es más usual un "toque" o "touch"- en su dispositivo.

Nada obsta, sin embargo, a que el consentimiento se exprese de cualquier otra forma escrita (vgr. por email,
por mensajería instantánea, etc.) o incluso lo sea verbalmente (vgr. vía videoconferencia, telefonía IP, etc.).

En relación a la firma, elemento esencial de la expresión escrita, el CCC dispone que "en los instrumentos
generados por medios electrónicos, el requisito de la firma de una persona queda satisfecho si se utiliza una
firma digital, que asegure indubitablemente la autoría e integridad del instrumento" (art. 288 CCC).

Cabe recordar en este punto que, en el marco de la contratación electrónica, es especialmente relevante
poder demostrar dos cuestiones, a saber: que quien contrata es efectivamente quien dice ser (autoría) y que
su declaración de voluntad, ya sea la oferta, la aceptación o una modificación de éstas, se recibe tal como
fue expresada (integridad).

Ahora bien, la única forma de acreditar de manera indubitable ambos extremos es a través de la firma digital
(11). De acuerdo a la ley 25.506 (12) (en adelante, LFD), un documento firmado digitalmente en las
condiciones que allí se establecen (13), hace presumir iuris tantum tanto su autoría ("Se presume, salvo
prueba en contrario, que toda firma digital pertenece al titular del certificado digital que permite la verificación
de dicha firma"; art. 7 LFD) como su integridad ("Si el resultado de un procedimiento de verificación de una
firma digital aplicado a un documento digital es verdadero, se presume, salvo prueba en contrario, que este
documento digital no ha sido modificado desde el momento de su firma"; art. 8 LFD). Ello significa que no
será el firmante quien deba acreditar ambos extremos, pues se presumen. Por el contrario, la carga de la
prueba se invierte, y será quien alegue que la firma no corresponde al titular del certificado digital o que el
documento digital ha sido alterado desde su firma quien deba acreditar tales extremos.

Creemos que si bien la introducción del concepto de "documento firmado digitalmente" equivale
funcionalmente a un documento con firma manuscrita (14) (art. 3 LFD), es decir, a un instrumento particular
firmado o "instrumento privado" (art. 287 CCC), en rigor, la LFD le otorga una categoría intermedia entre
instrumentos públicos (arts. 289 y ss. del CCC.) e instrumentos privados (arts. 313 y ss. del CCC), pues al
existir una inversión de la carga probatoria que surge de las presunciones legales de autoría e integridad
(arts. 7 y 8 LFD), el documento firmado digitalmente acaba por asimilarse más a un instrumento público que
a un instrumento privado.
De todas formas, la firma digital no es usada habitualmente en los usos y costumbres del comercio
electrónico, máxime cuando se tratan de contratos B2C y C2C. Así, puede considerarse que la manifestación
del consentimiento que un usuario normalmente expresa en un contrato electrónico, es, en rigor, una firma
electrónica (15) (concepto que es definido negativamente por el art. 5 LFD: ""se entiende por firma
electrónica al conjunto de datos electrónicos integrados, ligados o asociados de manera lógica a otros datos
electrónicos, utilizado por el signatario como su medio de identificación, que carezca de alguno de los
requisitos legales para ser considerada firma digital"). En efecto, el documento firmado electrónicamente
equivale a un "instrumento particular no firmado" (arg. arts. 287 y 288 CCC), lo cual supone dos
consecuencias, a saber: a) que su valor probatorio estará supeditado a la ponderación de pautas tales como
"la congruencia entre lo sucedido y narrado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos y prácticas del
tráfico, las relaciones precedentes y la confiabilidad de los soportes utilizados y de los procedimientos
técnicos que se apliquen" (art. 319 CCC); y b) la exclusión de las presunciones de autoría e integridad a
nivel probatorio, pues la legislación exige que "en caso de ser desconocida la firma electrónica corresponde
a quien la invoca acreditar su validez" (art. 5 LFD). De esto último se colige que, debería ser el firmante
quien acredite que elaboró el documento electrónico, que lo envió, que fue recibido por el destinatario, y que
no fue alterado ni interceptado.

Por supuesto que, si se trata de contratos formales (vgr. que deban celebrarse por escrito), el rigor de la
exigencia probatoria se verá mitigado si existe principio de prueba instrumental, considerándose como tal a
"cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su causante o de parte interesada en el asunto, que
haga verosímil la existencia del contrato" (art. 1020 CCC).

No obstante, en el ámbito de los contratos de adhesión, somos de la opinión que debería aplicarse la
solución contraria, pues es el predisponente el que se encuentra en mejores condiciones de probar.
Coincidimos con Prenafeta Rodríguez en que "la carga de la prueba corresponde en estos casos al
predisponente, quien deberá probar no sólo la existencia y contenido de dichas condiciones generales, sino
también la correspondencia entre la información, entrega y justificación documental y el momento de sus
respectivos envíos. En cuanto a la prueba de la efectiva aceptación de dichas condiciones, existe la
posibilidad de que una tercera parte archive las declaraciones de voluntad de los contratos electrónicos,
consignando la fecha y la hora de éstas, si bien también acredita la aceptación la recepción del producto en
el domicilio o dirección de correo electrónico que se haya designado, o bien a través de la descarga en el
ordenador del comprador. A lo anterior uniríamos la información que nos aportan los sistemas de pago
utilizados, ya que, si, por ejemplo, el precio del producto o servicio se pagara con una tarjeta de crédito,
tendríamos un elemento más a tener en cuenta en caso de que fuera necesario acreditar este
consentimiento" (16).

De allí que, será el predisponente quien deba acreditar la existencia del contrato electrónico conforme al
principio de libertad probatoria consagrado en el citado art. 284 del CCC, y "por todos los medios aptos para
llegar a una razonable convicción según las reglas de la sana crítica, y "con arreglo a lo que disponen las
leyes procesales, excepto disposición legal que establezca un medio especial", según lo prescripto por el art.
1019 del CCC.

III.- LOS CONTRATOS ELECTRÓNICOS EN EL DERECHO DE CONSUMO.

El Derecho Argentino consagra y regula expresamente los contratos de consumo (17) tanto en el Código
Civil y Comercial (Libro Tercero, Título III) como en la Ley 24.240 y modificatorias, comprendiendo a los
contratos electrónicos como especialmente idóneos para hacer surgir una relación de consumo (18).

Entre las normas del CCC que rigen los contratos de consumo, al definirse tanto a los contratos celebrados
fuera de los establecimientos comerciales (art. 1104 CCC (19)), como a los contratos celebrados a distancia,
se consideran a los medios electrónicos como especialmente idóneos para su conclusión (art. 1105 CCC
(20)). Se aclara asimismo que, para los casos en donde se exige que el contrato sea por escrito, tal requisito
se da por satisfecho cuando aquel contiene un soporte electrónico u otra tecnología similar (art. 1106 CCC).

En el mismo sentido de admisibilidad de los contratos electrónicos se pronuncia la LDC, a pesar de utilizar
conceptos distintos a los del CCC, cuales son los de "venta por correspondencia", es decir, aquella en la que
"la propuesta se efectúa por medio postal, de telecomunicaciones y/o electrónico y la respuesta a la misma
se realiza por iguales medios" (art. 33 LDC), y de "venta domiciliaria", definida como "la oferta o propuesta
de venta de un bien o prestación de un servicio efectuada al consumidor fuera del establecimiento del
proveedor" (art. 32 LDC). En este último caso, además se requiere que el contrato deba ser instrumentado
por escrito y con las precisiones establecidas en los artículos 10 y 34 LDC (art. 32 LDC in fine), que luego
comentaremos in extenso.

En esta sección, nos referiremos a las normas que rigen para los contratos electrónicos de consumo,
destacando que en las cláusulas generales predispuestas suelen presentarse variadas problemáticas, entre
las que se destacan aquellas que pueden presentarse al momento de la formación del consentimiento, y a la
inclusión de cláusulas y situaciones jurídicas abusivas.

3.1. NORMAS ESPECÍFICAS EN MATERIA DE CONSENTIMIENTO.

Las reglas que comentáramos sobre formación del consentimiento en el punto 2.2., encuentran importantes
modificaciones, en rigor, adaptaciones a las características propias de una relación de consumo, donde el
equilibrio contractual es dispar. En particular, lo concerniente a la oferta, al deber de información, y a la
revocación de la aceptación, gozan de regulación específica, a saber:.

a) Oferta: Es explícito el art. 1108 CCC al disponer que "las ofertas de contratación por medios electrónicos o
similares deben tener vigencia durante el período que fije el oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo
que permanezcan accesibles al destinatario", y que, además, "el oferente debe confirmar por vía electrónica
y sin demora la llegada de la aceptación".

En el marco de la LDC, la oferta pública e indeterminada, bajo ciertas condiciones, es vinculante para el
proveedor, disponiendo al respecto el artículo 7 que: "La oferta dirigida a consumidores potenciales
indeterminados, obliga a quien la emite durante el tiempo en que se realice, debiendo contener la fecha
precisa de comienzo y de finalización, así como también sus modalidades, condiciones o limitaciones. La
revocación de la oferta hecha pública es eficaz una vez que haya sido difundida por medios similares a los
empleados para hacerla conocer. La no efectivización de la oferta será considerada negativa o restricción
injustificada de venta, pasible de las sanciones previstas en el artículo 47 de esta ley" (21).

b) Publicidad: no debemos olvidar que la publicidad que realizan los proveedores a través de los medios de
comunicación también juega un rol importante en esta parte de la formación del consentimiento contractual,
en tanto no puede resultar aquélla caldo de cultivo de engaños diversos en perjuicio del consumidor.

Según lo establece el tanto el art. 1103 CCC y el art. 8 LDC, con idéntica redacción, "las precisiones
formuladas en la publicidad o en anuncios prospectos, circulares u otros medios de difusión obligan al
oferente y se tienen por incluidas en el contrato con el consumidor". Asimismo, agrega el citado artículo de la
LDC que "en los casos en que las ofertas de bienes y servicios se realicen mediante el sistema de compras
telefónicas, por catálogos o por correos, publicados por cualquier medio de comunicación, deberá figurar el
nombre, domicilio y número de CUIT del oferente".

El CCC, por su parte, prohíbe toda publicidad que: "a) contenga indicaciones falsas o de tal naturaleza que
induzcan o puedan inducir a error al consumidor, cuando recaigan sobre elementos esenciales del producto
o servicio; b) efectúe comparaciones de bienes o servicios cuando sean de naturaleza tal que conduzcan a
error al consumidor; y c) sea abusiva, discriminatoria o induzca al consumidor a comportarse de forma
perjudicial o peligrosa para su salud o seguridad" (art. 1101 CCC). Agrega también que los consumidores
afectados o quienes resulten legalmente legitimados, podrán interponer acciones judiciales que persigan la
cesación de la publicidad ilícita, la publicación, a cargo del demandado, de anuncios rectificatorios y, en su
caso, de la sentencia condenatoria (art. 1102 CCC).

La Jurisprudencia Nacional tiene dicho al respecto de que la omisión de informar en la publicidad las fechas
de inicio y finalización de la oferta implican una clara violación a lo dispuesto por los artículos comentados; y
que una referencia en forma genérica ("durante el verano"), no conlleva o suple la formulación de las
precisiones requeridas por la norma. En este sentido, expresó el sentido del comentado art. 7 LDC: "la
obligación [...] está dirigida a la protección de los potenciales adquirentes, consumándose la infracción por el
sólo peligro emergente de la omisión incurrida, con independencia de la existencia de daño concreto
respecto a una persona en particular, por lo que resulta irrelevante la ausencia de quejas por parte de
quienes adquirieron los bienes (cfr. Sala III de este Fuero in re cons. IV, Causa N° 39.613/05 "Frávega S.A.
c/ DNCI- Disp. 885/05 (Expte SO 1:48315/05)", de fecha 29/06/07)" (22).
c) Deber de Información: el CCC, además de prever la obligación genérica del proveedor de informar al
consumidor del contenido mínimo y esencial del contrato (art. 1100 CCC (23)) y de la facultad de revocación
de la aceptación (art. 1111 CCC (24)), establece que, cuando se utilizan técnicas de comunicación
electrónica o similares para la celebración de un contrato de consumo a distancia, deben informarse "todos
los datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para comprender los riesgos derivados de
su empleo, y para tener absolutamente claro quién asume esos riesgos" (art. 1107 CCC).

En el mismo sentido, la LDC establece de manera genérica el derecho del consumidor a recibir información
cierta, clara y detallada sobre todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios
a los que accede, y las condiciones de su comercialización. Asimismo, se prevé la gratuidad de dicha
información para el consumidor, la cual además debe ser proporcionada con claridad necesaria que permita
su comprensión, sea en soporte físico o bien por cualquier otro medio alternativo de comunicación que el
proveedor ponga a disposición, siempre y cuando el consumidor o usuario haya optado de forma expresa tal
medio (art. 4 LDC).

Finalmente, es de destacar una flamante reforma al art. 38 LDC (25), relativo a los contratos de adhesión o
en formularios, la cual dispone una nueva obligación para los prestadores de bienes o servicios, consistente
en la publicación en su sitio web de un ejemplar del modelo de contrato a suscribir, como así también su
disponibilidad en sus locales comerciales, debiendo entregar sin cargo y con antelación a la contratación, un
ejemplar del modelo del contrato siempre que el consumidor así lo solicite.

d) Aceptación mediante "click": mucho se ha debatido respecto de si la mera acción de hacer un click en los
contratos electrónicos de adhesión y de consumo, es una forma de manifestación de la voluntad del usuario,
y si, como tal, es suficiente para configurar una aceptación válida y sea susceptible de perfeccionar un
contrato.

En justificación de la validez del contrato, se ha dicho que: "Cada vez más se utiliza en la práctica de este
contrato la ayuda de una ingeniería informática (plataformas diseñadas de manera clara) en la búsqueda de
una clara manifestación de voluntad del usuario, a fin de garantizar una prueba más eficaz al empresario, de
la anuencia de aquel comprador. Así son utilizadas diversas formas como: en la ventana o en la página web
el contrato se presenta arriba y los botones para la aceptación abajo; la opción de aceptación sólo es
liberada después de corrido todo el contrato a través de la barra lateral (scrow roll); la sección ya empieza
con la opción marcada en "no acepto", haciendo con que el usuario o adquiriente tenga que obligatoriamente
cambiar la opción para seguir; etc. Las maneras son muchas para ilustrar, una más creativa que la otra, en la
búsqueda de que el consentimiento y la manifestación sean eficaces" (26).

En el mismo sentido, favorable a su validez, también se ha pronunciado la jurisprudencia norteamericana en


varios casos, en los que se ha admitido "la existencia de "eficacia jurídica" en estos contratos, al entenderse
que al "aceptar" a través de la pantalla se manifiesta consentimiento y constituye una "aceptación on-line";
que efectivamente se "firmó el contrato" oprimiendo el botón "acepto"; y que por ese medio fue celebrado un
"contrato" o aún un "contrato de suscripción" (27). En esta misma tesitura se ha pronunciado el leading case
"Hotmail vs Van$ Money Pie" (28), en el cual se consideró como un contrato válido entre las partes a las
condiciones de uso del servicio de Hotmail, ya que el demandado había aceptado las mismas mediante un
click. Además, se señaló que hubo incumplimiento contractual, ya que en las condiciones de uso de los
servicios de Hotmail se prohibía la utilización de las cuentas de correo electrónico para el envío de mensajes
comerciales no solicitados (más conocidos como "Spam"), así como, su utilización para el envío de
pornografía, ambas cuestiones que dieron origen a un reclamo por daños derivado del referido
incumplimiento.

En la Unión Europea, la Directiva 2000/31/CE, relativa a determinados aspectos jurídicos de los servicios de
la Sociedad de la Información, en particular, del comercio electrónico en el mercado interior ("Directiva sobre
el comercio electrónico"), también ha consagrado la obligación de los Estados miembros de la Unión
Europea de garantizar la validez jurídica de los contratos por vía electrónica (29). También, de una manera
más precisa, para los contratos de consumo rige la Directiva 2011/83/UE ("Directiva sobre los derechos de
los consumidores"), la cual no sólo dispone expresamente la inclusión de los contratos electrónicos bajo el
concepto amplio de "contratos a distancia" (art. 2 inc. 7), sino que además incluye a los contratos cuyo objeto
es un "contenido digital" (debe entenderse por tal a "los datos producidos y suministrados en formato digital,
como programas, aplicaciones, juegos, música, vídeos o textos informáticos independientemente de si se
accede a ellos a través de descarga o emisión en tiempo real, de un soporte material o por otros medios"
[considerando 19]), además de establecer una detallada regulación del procedimiento de contratación por
Internet, que incluye disposiciones relativas a: la obligación de informar al consumidor (art. 6), en particular
en los contratos celebrados por medios electrónicos, "de una manera clara y destacada, y justo antes de que
el consumidor efectúe el pedido" (art. 8 inc. 2); los requisitos formales de los contratos a distancia (art. 8),
entre los que destacan la confirmación expresa del consumidor de que es consciente de su obligación de
pago previo a efectuar un pedido, el etiquetado fácilmente legible con la expresión "pedido con obligación de
pago" o una formulación no ambigua que indique que la realización del pedido implica la obligación de pagar
al comerciante cuando el pedido se hace activando un botón o función similar (art. 8 inc. 2), la indicación de
modo claro y legible de restricciones de entrega y modalidades de pago aceptadas (art. 8 inc. 3), la
confirmación del contrato celebrado en un soporte duradero y en un plazo razonable (art. 8 inc. 4); el
derecho de desistimiento (arts. 9 a 16), con las naturales excepciones establecidas para "el suministro de
grabaciones sonoras o de vídeo precintadas o de programas informáticos precintados que hayan sido
desprecintados por el consumidor después de la entrega" (art. 16 inc. i), y para "el suministro de contenido
digital que no se preste en un soporte material cuando la ejecución haya comenzado con el previo
consentimiento expreso del consumidor y con el conocimiento por su parte de que en consecuencia pierde
su derecho de desistimiento" (art. 16 inc. m); la eliminación de tasas por utilización de ciertos medios de
pago (art. 19); la transmisión del riesgo de pérdida o deterioro en los contratos en que el comerciante envíe
los bienes al consumidor (art. 20); la prohibición de las "opciones por defecto" para pagos adicionales (art.
22); la eximición de pago respecto del consumidor que no solicitó el suministro de algún servicio de
contenido digital (art. 27); entre otras (30).

En el ámbito del Derecho nacional, también con anterioridad a la entrada en vigencia del nuevo CCC, se
había consagrado la validez de este tipo de aceptación. La Jurisprudencia, para justificar la existencia de un
acuerdo de voluntades entre las partes, ha dicho sobre los click-wrap agreements lo siguiente: "En los
contratos informáticos la aceptación queda sujeta a la posibilidad de verificar -previamente- por parte del
adquirente las condiciones generales de contratación. Dichas condiciones generales y su aceptación
constituyen un documento electrónico. Para respaldar su legitimidad, se ha utilizado la modalidad de
presentarlas de modo inevitable o forzoso para el usuario a fin de acreditar que las tuvo que leer antes de
contratar. Ello servirá como prueba documental de la aceptación de la oferta en el caso de que el cliente
niegue haber visto las condiciones a las que quedaba sometido. En esta línea hermenéutica, la Corte de
California (USA) consideró que el usuario queda vinculado por la condiciones generales al pulsar el botón
que dice "aceptar", luego de haber tenido oportunidad de leerlas (Lorenzetti, Ricardo L, Comercio electrónico
y defensa del consumidor, La Ley 2000-D, 1003). Es decir, se emplea lo que se denomina el clik wrap
agreement. Se trata de una modalidad en el que el acuerdo se expresa mediante la pulsación o cliqueo del
mouse o ratón de la computadora; dicho en otros términos, cuando el internauta desea ingresar a un sitio, a
un web site, se le presenta un texto, un dialogue box que contiene una lista de condiciones generales (terms
and conditions, usage agreement) donde aparecen la opción de aceptar o no por su parte (Feldstein de
Cárdenas, Sara, Contrato cibernético internacional (¿una realidad o un enigma?) en la obra "Obligaciones y
contratos en los albores del siglo XXI", Ameal Oscar J. y Tanzi, Silvia Y. Abeledo Perrot, Buenos Aires
2001)"(31).

e) Revocación de la Aceptación: otra de las normas importantes en los contratos de consumo reguladas en
el CCC, dispone que "en los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a distancia, el
consumidor tiene el derecho irrenunciable de revocar la aceptación dentro de los diez días computados a
partir de la celebración del contrato" (1110 CCC). La notificación de tal revocación al proveedor debe hacerse
por escrito o medios electrónicos o similares, o mediante la devolución de la cosa dentro del plazo referido
(art. 1112 CCC).

Resulta casi idéntica la redacción del art. 34 LDC, conforme al cual, para las ventas domiciliarias y por
correspondencia, "el consumidor tiene derecho a revocar la aceptación durante el plazo de DIEZ (10) días
corridos contados a partir de la fecha en que se entregue el bien o se celebre el contrato, lo último que
ocurra, sin responsabilidad alguna. Esta facultad no puede ser dispensada ni renunciada".

Inclusive la LDC va más allá, al disponer específicamente que "el vendedor debe informar por escrito al
consumidor de esta facultad de revocación en todo documento que con motivo de venta le sea presentado al
consumidor. Tal información debe ser incluida en forma clara y notoria" (art. 34 LDC). Finalmente, agrega
que en el caso en que el consumidor ejerza la revocación de la aceptación, "debe poner el bien a disposición
del vendedor y los gastos de devolución son por cuenta de este último" (art 34 in fine).

En sentido similar, el CCC, viene a reglamentar los efectos de la revocación, a saber: a) "si el derecho de
revocar es ejercido en tiempo y forma por el consumidor, las partes quedan liberadas de sus obligaciones
correspectivas y deben restituirse recíproca y simultáneamente las prestaciones que han cumplido" (art. 1113
CCC); b) "La imposibilidad de devolver la prestación objeto del contrato no priva al consumidor de su
derecho a revocar. Si la imposibilidad le es imputable, debe pagar al proveedor el valor de mercado que la
prestación tiene al momento del ejercicio del derecho a revocar, excepto que dicho valor sea superior al
precio de adquisición, en cuyo caso la obligación queda limitada a este último" (art. 1114 CCC); y, en
concordancia con el art. 34 in fine LDC, c) "El ejercicio del derecho de revocación no debe implicar gasto
alguno para el consumidor. En particular, el consumidor no tiene que reembolsar cantidad alguna por la
disminución del valor de la cosa que sea consecuencia de su uso conforme a lo pactado o a su propia
naturaleza, y tiene derecho al reembolso de los gastos necesarios y útiles que realizó en ella".

Cabe destacar, por último, que la revocación de la aceptación, no obstante, salvo pacto en contrario, goza de
una excepción específica para cierto tipo de contratos electrónicos, pues se trata de bienes inasibles que no
admiten devolución: los contratos de suministro de grabaciones sonoras o de video, de discos y de
programas informáticos que han sido decodificados por el consumidor, así como de ficheros informáticos,
suministrados por vía electrónica, susceptibles de ser descargados o reproducidos con carácter inmediato
para su uso permanente (art. 1116 inc. b).

3.2. ADHESIÓN A CLÁUSULAS GENERALES PREDISPUESTAS.

En el capítulo 3° del Título II del Libro Tercero del CCC, correspondiente a la formación de los contratos, se
regulan expresamente los contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales predispuestas,
previéndose actualmente normas destinadas a regir tal forma de contratación de manera general, y no sólo
en relación a los contratos de consumo, tal como se lo hacía con anterioridad al CCC, donde, al no existir
normas expresas en el CC, imperaban solamente las normas de la LDC.

Es de destacar asimismo que, al hacerse expresa referencia a la aplicación de estas normas a la


contratación electrónica (art. 985 in fine CCC), todo contrato electrónico de adhesión, sea de consumo o no,
debe cumplir con ciertos requisitos formales y sustanciales mínimos en relación a las cláusulas generales
predispuestas que lo integran, a saber: a) deben ser comprensibles y autosuficientes; b) su redacción debe
ser clara, completa y fácilmente legible; y, c) se tienen por no convenidas aquellas que efectúan un reenvío a
textos o documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente, previa o simultáneamente a la
conclusión del contrato (Art. 985 CCC).

En definitiva, si bien se reconoce pacíficamente que los contratos electrónicos son contratos válidamente
celebrados y aceptados por la legislación incluso cuando se hace un simple "click" en los contratos de
adhesión, ello no significa que no debamos advertir ciertas circunstancias que los diferencian del resto, y que
analizados principalmente bajo el prisma ius consumerista, pueden llegar a plantear serios
cuestionamientos.

Tal como lo dijimos con anterioridad, los contratos de adhesión, vale decir, aquellos que confeccionados
unilateralmente por el predisponente, no dan al consumidor/usuario la posibilidad de discutir cada una de las
cláusulas del contrato sino que sólo le confieren la posibilidad de aceptar o rechazar en bloque dichos
términos.

Sostiene Basilio al respecto: "En este actual modelo de contratación, el usuario o adquirente no tienen la
posibilidad de manifestar su disconformidad con los términos del contrato. Así quedan restringidos y
limitados a la simple aceptación, no teniendo oportunidad de modificar, crear o extinguir obligaciones
contractuales de la manera que les convienen. Estos instrumentos son hechos de manera estandarizada,
buscando abarcar la mayor cantidad de usuarios posibles, pues son hechos en masa. Del mismo modo, la
autonomía de la voluntad queda limitada a la simple aceptación de todos los términos del contrato para su
conclusión y perfeccionamiento, o a la "no aceptación", volviendo así al status quo ante, donde el contrato
nunca va a llegar a perfeccionarse (en este caso, el usuario o adquiriente quedará sin el servicio o producto
deseado)"(32).

Es así que, entendemos que, si bien la contratación electrónica se encuentra ahora más regulada por
normas expresas del CCC y la LDC, todas ellas con la suficiente flexibilidad en materia de consentimiento
contractual, asimismo, existe debe advertirse una limitada autonomía de la voluntad en los contratos de
adhesión. Evidentemente, dejar a la parte más débil una mera posibilidad de contratar o no, sin siquiera
poder discutir el contenido de cualquier cláusula impuesta por la parte más fuerte de la relación de consumo,
constituye una gran restricción a la voluntad. No obstante, esta desigualdad per se no alcanza para invalidar
un contrato. En todo caso, para compensar una desigualdad fáctica, será menester que el ordenamiento
jurídico equilibre la balanza a través de una desigualdad jurídica que consista en una tutela favorable a los
intereses de los consumidores. Y ello, se hará a través de la posibilidad de revisar aquellos contratos que
contengan prácticas o cláusulas abusivas, temas que analizaremos a continuación.

3.3. PRÁCTICAS Y SITUACIONES JURÍDICAS ABUSIVAS.

El art. 8 bis LDC, referido al "Trato digno y prácticas abusivas", establece que los proveedores deberán
garantizar condiciones de atención y trato digno y equitativo a los consumidores y usuarios. En el mismo
sentido, el art. 1097 CCC impone la obligación de los proveedores de garantizar condiciones de atención y
trato digno a los consumidores y usuarios, y de abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los
consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias. Bajo estos conceptos,
comprenderemos a todas las prácticas comerciales tendientes a limitar, restringir, tornar difusos o negar
derechos del consumidor.

El art. 1120 del CCC, en lectura conjunta con el 1119 CCC, bajo el título de "situación jurídica abusiva",
define a esta noción como una pluralidad de actos jurídicos conexos que tiene por objeto o por efecto
provocar un desequilibrio significativo entre los derechos y las obligaciones de las partes, en perjuicio del
consumidor.

A continuación, proponemos enumerar y describir brevemente cuales son -sin ánimo de agotar la casuística-
las prácticas y situaciones abusivas más usuales que pueden presentarse frente a quien adhiere a cláusulas
predispuestas por medios electrónicos, a saber:

a) Incumplimiento del deber de información: el consumidor se encuentra en una posición de evidente


inferioridad respecto del proveedor de bienes o servicios en cuanto a la poca o casi nula información con la
que cuenta antes de celebrar un contrato.

De allí que resulte lógico que, a fin de poder tomar una decisión razonada, el proveedor deba respetar lo
dispuesto por el citado art. 4 LDC, el cual dispone la obligación de suministrar al consumidor en forma cierta,
clara y detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee;
y que tal suministro debe ser gratuito, sea en soporte físico o por cualquier otro medio alternativo de
comunicación que el proveedor ponga a disposición.

En este mismo sentido, la Resolución de la Secretaría de Coordinación Técnica Nº104/2005 del Ministerio de
Economía y Producción, que incorpora a la legislación nacional la Resolución Nº 21 del Grupo Mercado
Común del MERCOSUR, de fecha 8 de octubre de 2004, relativa al Derecho de Información al Consumidor
en las Transacciones Comerciales Efectuadas por Internet33, establece que, concretamente, el proveedor
deberá proporcionar al consumidor, en su sitio en Internet, en forma clara, precisa y fácilmente advertible, la
información que a continuación se detalla: "a) Características del producto o servicio ofrecido conforme a su
naturaleza; b) Disponibilidad del producto o servicio ofrecido, así como las condiciones de contratación del
mismo y en su caso las restricciones y limitaciones aplicables; c) El modo, el plazo, las condiciones y la
responsabilidad por la entrega; d) Los procedimientos para cancelación de la contratación y acceso completo
a los términos de la misma antes de confirmar la transacción; e) El procedimiento de devolución, intercambio
y/o información sobre la política de reembolso, indicando el plazo y cualquier otro requisito o costo que
derive del mencionado proceso; f) El precio del producto o servicio, la moneda, las modalidades de pago, el
valor final, el costo del flete y cualquier otro costo relacionado con la contratación, dejando expresa
constancia que los posibles tributos de importación que resulten aplicables, no se encuentran incluidos en el
mismo; g) Advertencias sobre posibles riesgos del producto o servicio; h) El procedimiento para la
modificación del contrato, si ello fuera posible".

Asimismo, se dispone complementariamente que el proveedor debe proporcionar al consumidor en su sitio


en Internet, de manera clara, precisa, y de fácil acceso, al menos, la siguiente información: "a) Denominación
completa del proveedor; b) Domicilio y dirección electrónica del proveedor; c) Número telefónico de servicio
de atención al cliente y, en su caso, número de fax y/o correo electrónico; d) Identificación del proveedor en
los registros fiscales y/o comerciales que correspondan; e) La identificación de los registros de los productos
sujetos a sistemas de autorización previa; f) El plazo, la extensión, las características y las condiciones a la
que está sujeta la garantía legal y/o contractual del producto según corresponda; g) Copia electrónica del
contrato; h) El nivel de seguridad utilizado para la protección permanente de los datos personales; i) La
política de privacidad aplicable a los datos personales; j) Métodos aplicables para resolver controversias, si
estuvieran previstos; k) Las lenguas ofrecidas para la celebración del contrato".

Pese a la precisión de la información requerida, los usos y costumbres en el comercio electrónico, basadas
en la automatización de los procesos de adquisición de bienes y servicios, y que reflejan una pulsión de
consumo inmediato, no permiten hablar de un cumplimiento estricto del derecho a la información tal cual
está consagrado en sendos textos legales. Así, es usual que en la práctica no se informe debidamente al
consumidor, sobre todo cuando, por las dimensiones, disponibilidad y diseño del sitio web y/o plataformas de
intermediación entre compradores y vendedores, existen limitaciones para brindar tanta información, y que,
por tal motivo, el proveedor deba remitir al consumidor a otra fuente de información, normalmente, un enlace
o número telefónico en el mejor de los casos. Es de destacar en este sentido que, la legislación nacional no
contiene una excepción que flexibilice tal exigencia, cuando, de lege ferenda, por ejemplo, la Directiva
Europea de los Consumidores sí lo prevé (34).

b) Texto en idioma extranjero o con deficiencias en la redacción: es usual que el texto del contrato al que el
consumidor pretende adherir aparezca en idioma extranjero, o con deficiencias en la traducción o en el
formato o en su redacción, de modo tal que lo hagan inentendible, sobre todo cuando se trata de
proveedores con presencia multinacional. Además, algunos pueden incluir lenguaje técnico que escapa al
entendimiento de un consumidor promedio. Todo ello, claramente contraviene el artículo 10 LDC, que
prescribe que "la redacción debe ser hecha en idioma castellano, en forma completa, clara y fácilmente
legible", y el art. 985 CCC, que exige que las cláusulas generales predispuestas deban ser "comprensibles y
autosuficientes", como así su redacción deba ser "clara, completa y fácilmente legible". También, creemos
que será de aplicación lo prescripto por la Resolución 906/9835 de la ex Secretaría de Industria, Comercio y
Minería, relativa a la adopción de ciertas medidas en relación a los contratos escritos de consumo, a los
textos incluidos en documentos que extiendan los proveedores, por los que se generan derechos y
obligaciones para las partes y/o terceros, y a las informaciones que brinden por escrito los proveedores a los
consumidores.

c) Falta de acceso al texto legal: en los contratos electrónicos de adhesión, por lo general se requiere que el
usuario acepte las condiciones generales antes de utilizar el producto o servicio, pero después de haberlo
adquirido, incluso cuando no pudo tener acceso a ellas para leerlas. En otras oportunidades, el texto puede
estar en un hipervínculo o link dentro de la página, pero que remita a otra pestaña o ventana emergente
(pop-ups). Entendemos que tanto la disponibilidad del texto legal del contrato que sea posterior a la
adquisición del producto o servicio, como la remisión mediante enlaces o hipervínculos, transgreden
literalmente el texto del art. 10 LDC, particularmente cuando se dispone que la redacción no podrá contener
reenvíos a textos o documentos que no se entreguen previa o simultáneamente, y que, cuando se incluyan
cláusulas adicionales, estas deberán ser escritas en letra destacada y suscritas por ambas partes. En el
mismo sentido, se pronuncia el art. 985 CCC: "Se tienen por no convenidas aquellas que efectúan un
reenvío a textos o documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente, previa o
simultáneamente a la conclusión del contrato".

d) Leyenda "Acepto" o "Estoy de acuerdo": en la dinámica contractual por medios electrónicos se estila, o
bien mostrar el texto del contrato sin darle al usuario la opción de aceptar mediante un click36, o bien a dejar
marcada por defecto la opción que implica la aceptación de los términos del contrato, sin requerir acción
alguna del usuario más que un click.

Entendemos que tales prácticas resultan cuestionables: en el primer caso, porque no basta para el
perfeccionamiento de un contrato la mera disponibilidad del texto legal a adherir, sino una acción positiva del
usuario; en el segundo caso, entendemos que se trata de un recurso utilizado por muchos sitios web que, so
excusa de hacer más sencillo para los usuarios los pasos a seguir para realizar con éxito las transacciones,
terminan por llevar a su máximo nivel al proceso de automatización de la expresión de la voluntad. Creemos
que lo correcto sería que la opción de "Aceptar", aparezca al final del texto, que requiera que el usuario baje
(scroll down) hasta el final del mismo para encontrarse con ella, y que no aparezca marcada o en todo caso
aparezca marcada la opción de "no aceptar", de modo que requiera de una acción positiva que no deje lugar
a dudas de la verdadera voluntad del usuario.

De lege ferenda, entendemos debiera adoptarse una solución similar a la establecida en ya referida Directiva
Europea de los Consumidores (art. 2237), en el sentido de exigir el consentimiento expreso del consumidor,
rechazando la aceptación que se haya inferido de la utilización de opciones por defecto.
e) Presunción del consentimiento del usuario respecto de cláusulas adicionales: esta es una práctica abusiva
harto habitual, que consiste en no dejar explicitadas en el cuerpo principal del contrato algunas cláusulas
que tienen efectos jurídicos, de las cuales se hace mención o remisión a través de un link o hipervínculo.
Aquí, se induce al consumidor mediante alguna de las disposiciones que se muestran en el cuerpo principal
del contrato a aceptar cláusulas "adicionales", presumiéndose que el usuario las ha leído previamente. Acá,
nuevamente, encontramos útil la aplicación del art. 10 LDC, en la parte pertinente que alude a que la
redacción debe ser "sin reenvíos a textos o documentos que no se entreguen previa o simultáneamente".

De lege ferenda, entendemos que debiera incorporarse a la LDC una disposición similar a la del comentado
art. 22, pero también similar a la del art. 27 de la Directiva Europea de los Consumidores, esta última en el
sentido de que todo suministro de servicio que no haya sido expresamente informado al consumidor, sea
que se trate de obligaciones principales o accesorias al contrato, no puede hacer presumir su
consentimiento, ni siquiera de su silencio (38).

f) Inexistencia de previsión de garantía o de asesoramiento posterior: en los contratos electrónicos que el


consumidor celebra con prestadores internacionales no radicados en el país, nada se dice sobre la garantía
o asesoramiento a los cuales puede acudir ante un defecto en un producto o una mala prestación del
servicio contratado, contraviniendo lo dispuesto por el art. 10 inc. d), 11 y 12 (cuando se trata de cosas
muebles no consumibles) y 23 y 24 LDC (cuando se trata de servicios).

g) Inexistencia de posibilidad de dar de baja el servicio contratado por el mismo medio a través del cual se
contrató: en este caso, es evidente la violación al artículo 10 ter de la LDC, que dispone lo siguiente:
"Cuando la contratación de un servicio, incluidos los servicios públicos domiciliarios, haya sido realizada en
forma telefónica, electrónica o similar, podrá ser rescindida a elección del consumidor o usuario mediante el
mismo medio utilizado en la contratación". De ello se colige que, si se contrató por medios electrónicos, por
ejemplo, en el sitio web del proveedor, debería estar disponible el mismo medio para rescindir el contrato
suscripto, cuestión que no ocurre en la práctica, debiendo acudir la mayoría de las veces el consumidor de
manera personal a firmar la baja del servicio.

3.4. CLÁUSULAS ABUSIVAS.

Los contratos electrónicos de adhesión de los que emergen relaciones de consumo pueden dar lugar a
cláusulas leoninas.

En el Código Civil y Comercial, el art. 1119, se las define de la siguiente forma: "Sin perjuicio de lo dispuesto
en las leyes especiales, es abusiva la cláusula que, habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por
objeto o por efecto provocar un desequilibrio significativo entre los derechos y las obligaciones de las partes,
en perjuicio del consumidor". En particular, el art. 988 CCC, para los contratos de consumo, considera que
deben tener por no escritas: "a) las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente; b) las
que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían derechos del predisponente que
resultan de normas supletorias; y c) las que por su contenido, redacción o presentación, no son
razonablemente previsibles".

En el mismo sentido, pero con una redacción distinta -aunque también enunciativa-, el art. 37 LDC dispone
que: "Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no convenidas: a) Las cláusulas que
desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños; b) Las cláusulas que importen
renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la otra parte; c) Las
cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio
del consumidor.

En base a la noción que se determina o se infiere de estas normas, entre los términos más cuestionados que
usualmente encontramos en la contratación electrónica, destacamos los siguientes:

a) Ley y jurisdicción aplicable: es harto habitual encontrar cláusulas de prórroga de jurisdicción o


competencia, las cuales tienen como fin beneficiar los intereses del proveedor de bienes o servicios (vgr.
establecer que la ley o juez competente será el del lugar donde el proveedor tiene su establecimiento
principal), y/o perjudicar los intereses del consumidor (vgr. cuando de tal prórroga resulta de aplicación una
ley extraña al consumidor o una competencia de difícil o imposible acceso por los altísimos costos derivados
de un eventual reclamo judicial).
Son particularmente estas cláusulas, en tanto su aceptación sin más implicaría una elusión inaceptable de la
legislación nacional, amén de constituir una renuncia o restricción de los derechos del consumidor o una
ampliación de los derechos del proveedor de red social (arts. 988 b) CCyC y 37 inc. b) LDC). Asimismo, tales
cláusulas podrían afectar el principio de gratuidad en el acceso a la justicia (art. 53 LDC) al imponer al
consumidor la carga económica de un eventual litigio en el extranjero.

b) Lugar de cumplimiento: es también usual que el predisponente establezca un lugar de cumplimiento


favorable a sus intereses y perjudicial para el consumidor, dándose esto último cuando se trata de un lugar
distinto a aquel donde el consumidor recibió o debió recibir la prestación.

El art. 1109 CCC, de aplicación al caso particular, es explícito en tal sentido: "En los contratos celebrados
fuera de los establecimientos comerciales, a distancia, y con utilización de medios electrónicos o similares,
se considera lugar de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió recibir la prestación. Ese
lugar fija la jurisdicción aplicable a los conflictos derivados del contrato. La cláusula de prórroga de
jurisdicción se tiene por no escrita".

c) Políticas de Privacidad: en muchos de los contratos que tienen por objeto el suministro de contenido
digital, y en los que se requiere una recolección y procesamiento de datos personales, es usual incluir ciertas
condiciones de protección de esos datos, conocidas como "Políticas de Privacidad". Si bien éstas
generalmente se encuentran en documentos separados y a los cuales remiten las condiciones generales del
servicio, en realidad, se trata de cláusulas que integran el contrato principal, y que resultan esenciales a los
fines de informar al usuario si existe una base de datos en la que se van a incluir sus datos personales,
quién es el responsable de la misma, cuál va a ser la finalidad, si se van a ceder o no y a quién, y cuáles son
sus derechos (acceder a los datos que se tenga sobre él, modificarlos, eliminarlos, someterlos a
confidencialidad, etc.).

Entendemos que, en muchas oportunidades, estas políticas pueden encontrarse reñidas con las
disposiciones de orden público de la Ley 25.326 (39) de Protección de Datos Personales (vgr. en materia de
consentimiento del titular de los datos, de tratamiento de datos sensibles, de derechos del usuario de
informarse, acceder, rectificar, actualizar y/o suprimir sus datos personales erróneos o falsos), generando así
una disparidad en el equilibrio contractual que implique una renuncia de derechos del consumidor o una
ampliación de los derechos del proveedor de red social (arts. 988 b) CCyC y 37 inc. b) LDC), y por lo tanto,
que dé lugar a una cláusula abusiva (40).

c) Licencias de Propiedad Intelectual: dentro de la contratación de servicios informáticos que permiten al


usuario subir y personalizar contenidos digitales, normalmente con el objeto de compartirlo con otros
usuarios (blogs, video juegos en red, redes sociales, etc.), una de las cláusulas que usualmente se
manifiestan como leoninas por constituir una renuncia a derechos del usuario (en este caso, derechos
vinculados con la imagen y la propiedad intelectual), son aquellas que otorgan de manera "irrevocable",
"perpetua" y con "licencia mundial", los derechos sobre el material escrito, fotográfico o audiovisual del
usuario al proveedor del servicio informático, quien, a su vez, ve ampliados sus derechos a disponer libre e
irrevocablemente de derechos de propiedad intelectual, cuando en realidad, la licencia debiera ceñirse a
otorgar una autorización para que el proveedor pueda disponer de dicho material con la única y exclusiva
finalidad de prestar el servicio al usuario en los términos explicados las condiciones generales de
contratación (arts. 988 b) CCyC y 37 inc. b) LDC).

Cabe destacar que, si el contenido de propiedad intelectual involucra datos personales y/o derecho a la
imagen y/u otros vinculados con derechos personalísimos, las consecuencias patrimoniales derivadas de su
violación no pueden ser fijadas como daño directo por la Autoridad de Aplicación (art. 40 bis LDC), rigiendo
el principio de reparación plena (art. 1740 CCC (41)).

d) Arbitraje: entendemos que, en principio, nada obsta a la validez de las llamadas "cláusulas
compromisorias", que tienen por objeto prever un arbitraje como mecanismo de solución de disputas que
surjan en caso de incumplimiento contractual.

Sin embargo, creemos que tales estipulaciones encontrarían reparos en cuanto a su validez cuando
impliquen cualquier limitación en el ejercicio de acciones judiciales u otros recursos, o de cualquier manera
condicionen el ejercicio de los derechos de los consumidores (vgr. estableciendo un arbitraje con expresa
renuncia de todo reclamo o recurso judicial posterior).
En este mismo sentido se pronuncia la Resolución 26/2003 (42) de la Secretaría de Coordinación Técnica,
modificatoria de la Resolución 53/2003 de la ex Secretaría de la Competencia, la Desregulación y la Defensa
del Consumidor, la cual determina a título meramente enunciativo ciertas cláusulas que no pueden ser
incluidas en los contratos de consumo, por ser opuestas a los criterios establecidos en el artículo 37 de la
Ley N° 24.240 y su reglamentación.

e) Exención o disminución de responsabilidad civil: aquellas cláusulas que excluyan o limiten la


responsabilidad del proveedor por los daños causados al consumidor por el producto adquirido o el servicio
prestado y/o respecto de cualquier resarcimiento o reembolso legalmente exigible, serán consideradas
abusivas en los términos de los artículos 988 inc. a) CCC, 37 inc. a) LDC y la citada Resolución 26/2003.

En relación a la responsabilidad contemplada por la LDC, sea cuando existe una deficiente prestación del
servicio (art. 23 LDC), o cuando resulta del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio (art. 40
LDC), ambas en perjuicio del consumidor, cabe resaltar que aquella será solidaria para el productor, el
fabricante, el importador, el distribuidor, el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o
servicio.

Ahora bien, como se dijo anteriormente, la solidaridad aplica a los daños patrimoniales y no a los daños
derivados de "la violación de los derechos personalísimos del consumidor, su integridad personal, su salud
psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas, las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida
ni, en general, a las consecuencias no patrimoniales" (Art. 40 bis in fine LDC).

En este último caso, rigen los principios generales de la responsabilidad civil (arts. 1708 y ss. CCC), en
especial, el citado art. 1740 relativo a la reparación plena, el art. 1741 relativo a la indemnización de las
consecuencias no patrimoniales (43), y el art. 1770 relativo a la protección de la vida privada (44).

No obstante, creemos que cualquier otro tipo de limitación contractual de responsabilidad derivada de
consecuencias no patrimoniales también será una cláusula abusiva, en los términos de los arts. 988 CCC y
37 LDC.

En base a lo expuesto, cabe concluir que, no obstante las diversas normas específicas que puedan aplicarse
de acuerdo al producto o servicio que sea contratado, y los bemoles que pueda tener cada cláusula en
particular, para todos los casos resulta aplicable el art. 10 del CCC cuando tales cláusulas constituyan un
abuso del derecho, es decir, cuando se contrarían los fines del ordenamiento jurídico o se exceden los
límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.

Tomando como base de dicho principio, el CCC introduce normas específicas que regulan las consecuencias
jurídicas cuando existen cláusulas abusivas en los contratos de consumo.

Conforme al 1118 CCC, las cláusulas -emerjan o no de contratos de adhesión- pueden ser declaradas
abusivas "aun cuando sean negociadas individualmente o aprobadas expresamente por el consumidor" (45).

El límite legal, no obstante está dado por el art. 1121 CCC, cuando dispone que no pueden ser declaradas
abusivas: "a) las cláusulas relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio procurado; y b) las que
reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en normas legales imperativas".

Asimismo, con buen criterio, el Legislador establece en el art. 1122 CCC una serie de pautas a tener en
cuenta en relación al control judicial de estas cláusulas (46), a saber: "a) la aprobación administrativa de los
contratos o de sus cláusulas no obsta al control; b) las cláusulas abusivas se tienen por no convenidas; c) si
el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir sin
comprometer su finalidad; d) cuando se prueba una situación jurídica abusiva derivada de contratos
conexos, el juez debe aplicar lo dispuesto en el artículo 1075" (47).

Finalmente, la sanción establecida en el art. 37 LDC es también la consideración de los términos abusivos
como no convenidos, sin perjuicio de la validez del contrato y de su eventual integración en sede judicial.
Prevé dicha norma que para dicha consideración, la interpretación del contrato deberá hacerse siempre en el
sentido más favorable para el consumidor (mismo sentido que el art. 987 (48) para las cláusulas
predispuestas y del 1094 y 1095 del CCC para los contratos de consumo (49)), y que, cuando existan dudas
sobre los alcances de su obligación, se estará a la que sea menos gravosa. Por último, estipula la sanción
de nulidad tanto para el caso de prácticas como de cláusulas abusivas de la siguiente forma: "En caso en
que el oferente viole el deber de buena fe en la etapa previa a la conclusión del contrato o en su celebración
o transgreda el deber de información o la legislación de defensa de la competencia o de lealtad comercial, el
consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad del contrato o la de una o más cláusulas. Cuando el juez
declare la nulidad parcial, simultáneamente integrará el contrato, si ello fuera necesario" (art. 37 LDC in fine).

IV.- CONCLUSIÓN.

El avance de las tecnologías de la información y comunicación ha desarrollado herramientas suficientes para


la consolidación del comercio electrónico en nuestras vidas cotidianas, obligándonos a repensar conceptos
tradicionales del Derecho.

En este sentido, vimos en la primera parte del presente artículo que la contratación por medios electrónicos
nos obliga a reconsiderar el concepto de consentimiento contractual, traducción concreta de la autonomía de
la voluntad, el cual es un elemento esencial para la formación de un contrato. Si bien su validez es admitida,
al ser un contrato de adhesión, la autonomía de la voluntad se encuentra limitada a la simple aceptación o
no, sin posibilidad de modificación de las cláusulas impuestas por el predisponente. Estas limitaciones no
derivan del mecanismo empleado sino de la voluntad de la parte estipulante del contrato, aquél que elabora
todo el contenido del mismo.

Asimismo, al perfeccionarse en un ámbito virtual, también pueden generarse serios cuestionamientos en


relación a la prueba, al incumplimiento del deber de información, a la falta de acceso al texto legal o a ciertas
deficiencias en su redacción, a la leyenda "Acepto" o "Estoy de acuerdo", a la presunción del consentimiento
del usuario respecto de cláusulas adicionales fuera del contrato, a la inexistencia de garantía o de
asesoramiento posterior, a no permitir dar de baja el servicio contratado por el mismo medio por el cual se lo
contrató, y por supuesto, pueden ser caldo de cultivo de otras situaciones jurídicas y cláusulas abusivas para
los intereses de los consumidores.

Como vimos, la mayoría de estos casos podrían resolverse a través de la aplicación de las normas del
Código Civil y Comercial, y, fundamentalmente, de la Ley de Defensa del Consumidor, y otros, dadas sus
particularidades, demandarían, de lege ferenda, de una reglamentación específica -al estilo de la Directiva
Europea de los Consumidores- en aras de salvaguardar la seguridad jurídica, sin entorpecer el dinamismo
propio del tráfico comercial electrónico que encuentra a la red Internet como su máximo canal de desarrollo.

JURISPRUDENCIA NACIONAL:.

- "AOL ARGENTINA SRL c/ GCBA s/otras causas con tramite directo ante la Cámara de Apelaciones";
Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, Sala I, 29/12/2005; Publicado en elDial.com, AA3200, 08/03/2006.

- "Prosegur Activa Argentina S.A. c/ DNCI - Disposición N° 248/2009 (Expte. S01: 20584/07)", Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, SALA II, 15/12/2009, Publicado en el-
Dial.com, AA5CFE, 25/03/2010.

JURISPRUDENCIA EXTRANJERA:.

- "Compuserve, Incorporated v. Patterson, Richard S." - Court of Appeals, Sixth Circuit, 1996/07/22.

- "Lawrence Groff v. AOL (America Online, Inc.)" - Superior Court State of Rhode Island, 1998/05/27.

- "Hotmail Corp. v. Van$ Money Pie", No. 98-20064, 1998 WL 388389 (N.D. Cal. Apr. 16, 1998); "Spera,
Carlos v. AOL (America Online, Inc.)" - Superior Court Nueva York, 1998/01/27.

- "Steven J. Caspi et al. v. The Microsoft Network L.L.C. and Microsoft Corporation" - Superior Court of New
Jersey, Appellate Division, 1999/07/02.
SITIOS WEB:.

Eur-Lex - Legislación de la Unión Europea:. http://eur-lex.europa.eu/es/index.htm Dirección Nacional de


Defensa del Consumidor:. http://www.consumidor.gob.ar Infoleg:.

Información Legislativa: http://infoleg.mecon.gov.ar/ Notas al pie:

El autor es abogado especialista en Derecho de Alta Tecnología por la Universidad Católica Argentina, y es
Magister (LLM) en Derecho de las TIC por las universidades de Hannover, Alemania y Oslo, Noruega.

1) Cfr. LORENZETTI, Ricardo Luis, "Tratado de los Contratos ", Parte General, Editorial Rubinzal Culzoni, 1°
Edición, Santa Fe, 2004, p. 276-277.

En este punto seguimos al citado autor, quien hace una distinción que creemos relevante destacar:

a) Contratos celebrados en forma instantánea: En estos supuestos en que no hay tiempo relevante que
transcurra entre la oferta y la aceptación no existe el problema y, por lo tanto, son celebrados entre
presentes. No interesa que las partes no estén físicamente presentes, o que estén en lugares distantes.

b) Contratos no instantáneos: En estos casos hay un tiempo relevante entre la oferta y la aceptación,
entendiendo por tal un lapso que pueda dar lugar a la ocurrencia de un riesgo [...]" (ob. cit. p.276) 2) Los
artículos 1° y 2° de dicha la LDC definen al consumidor y al proveedor respectivamente:

ARTICULO 1º - Objeto. Consumidor. Equiparación. La presente ley tiene por objeto la defensa del
consumidor o usuario, entendiéndose por tal a toda persona física o jurídica que adquiere o utiliza bienes o
servicios en forma gratuita u onerosa como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o
social.

Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo, como consecuencia o en
ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social.

ARTÍCULO 2º - Proveedor. Es la persona física o jurídica de naturaleza pública o privada, que desarrolla de
manera profesional, aun ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación, construcción,
transformación, importación, concesión de marca, distribución y comercialización de bienes y servicios,
destinados a consumidores o usuarios. Todo proveedor está obligado al cumplimiento de la presente ley.

No están comprendidos en esta ley los servicios de profesionales liberales que requieran para su ejercicio
título universitario y matrícula otorgada por colegios profesionales reconocidos oficialmente o autoridad
facultada para ello, pero sí la publicidad que se haga de su ofrecimiento. Ante la presentación de denuncias,
que no se vincularen con la publicidad de los servicios, presentadas por los usuarios y consumidores, la
autoridad de aplicación de esta ley informará al denunciante sobre el ente que controle la respectiva
matrícula a los efectos de su tramitación.

3) ANZIT GUERRERO, Ramiro - TATO, Nicolás - PROFUMO, Santiago, "El Derecho Informático. Aspectos
fundamentales.", Editorial Cathedra Jurídica, Buenos Aires, 2010, pág. 19.

4) Cabe aclarar que los contratos click-wrap deben su nombre a una variación de los que se conocen como
contratos shrink-wrap (en referencia a que con la mera acción de romper el celofán con el que está envuelta
la caja de un programa de computación, inmediatamente el usuario acepta las condiciones generales de las
licencias de uso de software). También se usan los términos web-wrap o browse-wrap, para hacer énfasis en
la adhesión a cláusulas generales habitualmente publicadas en sitios web o en los navegadores de Internet
respectivamente.

5) B.O. 08-10-2014.
6) Eran aplicables los arts. 913 a 920 (expresión de la voluntad), 923 a 943 (vicios de la voluntad), 974
(libertad de formas), 1144 y 1148 a 1156 (oferta y aceptación), 1197 (autonomía de la voluntad), entre otras.

7) Conf. BORDA, Guillermo A., "Manual de los Contratos", 20° Edición, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2004,
pág. 117.

8) Cfr. LORENZETTI, Ricardo Luis, ob. cit., p. 275-276.

9) B.O. 15/10/1993.

10) El art. 984 CCC define al contrato por adhesión como "aquel mediante el cual uno de los contratantes
adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el
adherente haya participado en su redacción".

11) La firma digital se crea mediante un sistema de cifrado de clave pública y de clave privada basado en un
algoritmo matemático asimétrico. Nuestra ley 25.506 la define en su art. 2: "Se entiende por firma digital al
resultado de aplicar a un documento digital un procedimiento matemático que requiere información de
exclusivo conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control. La firma digital debe ser
susceptible de verificación por terceras partes, tal que dicha verificación simultáneamente permita identificar
al firmante y detectar cualquier alteración del documento digital posterior a su firma".

12) B.O. 14/12/2001.

13) Principalmente debe destacarse que el firmante debe contar con un certificado digital expedido por un
Certificador Licenciado (en la Argentina, actualmente existen 3 entidades públicas y 5 empresas privadas
que actúan como tales), quien deberá cumplir las políticas de certificación establecidas por la Autoridad
Certificante Raíz (Jefatura de Gabinete de Ministros).

14) Cabe recordar, que la firma digital no es aplicable a ciertos actos jurídicos, pues expresamente se
excluyen las disposiciones por causa de muerte, los actos jurídicos del derecho de familia, los actos
personalísimos en general, y los actos que deban ser instrumentados bajo exigencias o formalidades
incompatibles con la utilización de la firma digital, ya sea como consecuencia de disposiciones legales o
acuerdo de partes (art. 4 LFD).

15) La firma electrónica comprende a toda aquella forma o medio de firmar electrónicamente un documento
digital, en el marco de una relación telemática entre dos personas. Dentro de este amplio concepto, se
incluye a la firma digital, que es una especie particular de firma electrónica, caracterizada por la aplicación
de la criptografía asimétrica (public key infrastructure o PKI), que funciona con dos claves, una pública y otra
privada. Asimismo, a los fines de garantizar la identidad y la integridad del firmante y del documento digital
respectivamente, requiere para su validación de la aprobación de toda una estructura de terceros
controladores, quienes expiden certificados digitales válidos.

16) PRENAFETA RODRÍGUEZ, Javier, "La prestación del consentimiento por medios electrónicos", Mayo
2003, publicado en: http://noticias.juridicas.com/articulos/20-Derecho%20Informatico/200305-65511144
103313 31.html.

17) ARTICULO 1093.- Contrato de consumo. "Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o
usuario final con una persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa
productora de bienes o prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o
goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o
social".

18) ARTICULO 1092.- Relación de consumo. Consumidor. "Relación de consumo es el vínculo jurídico entre
un proveedor y un consumidor" 19) ARTICULO 1104.- Contratos celebrados fuera de los establecimientos
comerciales. Está comprendido en la categoría de contrato celebrado fuera de los establecimientos
comerciales del proveedor el que resulta de una oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido en el
domicilio o lugar de trabajo del consumidor, en la vía pública, o por medio de correspondencia, los que
resultan de una convocatoria al consumidor o usuario al establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando
el objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación, o se trate de un
premio u obsequio.

20) ARTICULO 1105.- Contratos celebrados a distancia. Contratos celebrados a distancia son aquellos
concluidos entre un proveedor y un consumidor con el uso exclusivo de medios de comunicación a distancia,
entendiéndose por tales los que pueden ser utilizados sin la presencia física simultánea de las partes
contratantes. En especial, se consideran los medios postales, electrónicos, telecomunicaciones, así como
servicios de radio, televisión o prensa.

21) ARTICULO 47. - Sanciones. Verificada la existencia de la infracción, quienes la hayan cometido serán
pasibles de las siguientes sanciones, las que se podrán aplicar independiente o conjuntamente, según
resulte de las circunstancias del caso: a) Apercibimiento. b) Multa de PESOS CIEN ($ 100) a PESOS CINCO
MILLONES ($ 5.000.000). c) Decomiso de las mercaderías y productos objeto de la infracción. d) Clausura
del establecimiento o suspensión del servicio afectado por un plazo de hasta TREINTA (30) días. e)
Suspensión de hasta CINCO (5) años en los registros de proveedores que posibilitan contratar con el
Estado. f) La pérdida de concesiones, privilegios, regímenes impositivos o crediticios especiales de que
gozare.

En todos los casos, el infractor publicará o la autoridad de aplicación podrá publicar a costa del infractor,
conforme el criterio por ésta indicado, la resolución condenatoria o una síntesis de los hechos que la
originaron, el tipo de infracción cometida y la sanción aplicada, en un diario de gran circulación en el lugar
donde aquélla se cometió y que la autoridad de aplicación indique. En caso que el infractor desarrolle la
actividad por la que fue sancionado en más de una jurisdicción, la autoridad de aplicación podrá ordenar que
la publicación se realice en un diario de gran circulación en el país y en uno de cada jurisdicción donde aquél
actuare. Cuando la pena aplicada fuere de apercibimiento, la autoridad de aplicación podrá dispensar su
publicación. El CINCUENTA POR CIENTO (50%) del monto percibido en concepto de multas y otras
penalidades impuestas por la autoridad de aplicación conforme el presente artículo será asignado a un fondo
especial destinado a cumplir con los fines del Capítulo XVI -EDUCACIÓN AL CONSUMIDOR- de la presente
ley y demás actividades que se realicen para la ejecución de políticas de consumo, conforme lo previsto en
el artículo 43, inciso a) de la misma. El fondo será administrado por la autoridad nacional de aplicación.

22) "Prosegur Activa Argentina S.A. c/ DNCI - Disposición N° 248/2009 (Expte. S01: 20584/07)", Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, SALA II, 15/12/2009, Publicado en
elDial.com, AA5CFE, 25/03/2010.

23) ARTICULO 1100.- Información. "El proveedor está obligado a suministrar información al, consumidor en
forma cierta y detallada, respecto de todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y
servicios que provee, las condiciones de su comercialización y toda otra circunstancia relevante para el
contrato. La información debe ser siempre gratuita para el consumidor y proporcionada con la claridad
necesaria que permita su comprensión".

24) ARTICULO 1111.- Deber de informar el derecho a la revocación. "El proveedor debe informar al
consumidor sobre la facultad de revocación mediante su inclusión en caracteres destacados en todo
documento que presenta al consumidor en la etapa de negociaciones o en el documento que instrumenta el
contrato concluido, ubicada como disposición inmediatamente anterior a la firma del consumidor o usuario.
El derecho de revocación no se extingue si el consumidor no ha sido informado debidamente sobre su
derecho".

25) Texto según Ley N° 27.266 (B.O. 17/8/2016).

26) BASILIO, Aislan Vargas, "La limitación de la autonomía de la voluntad en los contratos electrónicos
(clickwrap agreements)", publicado en ElDial.com, elDial DCE45.

27) BASILIO, Aislan Vargas, cit. El autor cita los siguientes casos: "Compuserve, Incorporated v. Patterson,
Richard S." - Court of Appeals, Sixth Circuit, 1996/07/22; "Lawrence Groff v. AOL (America Online, Inc.)" -
Superior Court State of Rhode Island, 1998/05/27; "Hotmail Corp. v. Van$ Money Pie", No. 98-20064, 1998
WL 388389 (N.D. Cal. Apr. 16, 1998); "Spera, Carlos v. AOL (America Online, Inc.)" - Superior Court Nueva
York, 1998/01/27; y "Steven J. Caspi et al. v. The Microsoft Network L.L.C. and Microsoft Corporation" -
Superior Court of New Jersey, Appellate Division, 1999/07/02.
28) Para un análisis más detallado del caso, ver: GALLO, Gontzal "Análisis de los clickwwrap a través del
caso Hotmail", publicado en: http://www.delitosinformaticos.com/trabajos/clickwrap.htm.

29) Directiva 2000/31 del 08 de junio de 2000. Artículo 9.- 1. "Los Estados miembros velarán por que su
legislación haga posibles los contratos por vía electrónica. Los Estados miembros garantizarán, en particular,
que el régimen jurídico aplicable al proceso contractual no entorpezca la utilización real de los contratos por
vía electrónica, ni conduzca a privar de efecto y de validez jurídica a este tipo de contratos en razón de su
celebración por vía electrónica"). Para ver su texto completo en español: http://eur-
lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do ?uri=CELEX:32000L0031:ES:HTML 30) Directiva 2011/83/UE del
Parlamento Europeo y del Consejo del 25 de octubre de 2011. Para ver su texto completo en español:
http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2011:304:0064:0088: ES:PDF 31) (Del voto del
Dr. Esteban Centanaro; Considerando VII)"AOL ARGENTINA SRL c/ GCBA s/otras causas con tramite
directo ante la Cámara de Apelaciones"; Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y
Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Sala I, 29/12/2005; Publicado en elDial.com, AA3200,
08/03/2006.

32) BASILIO, Aislan Vargas, cit.

33) Para mayor información, consultar la Revista N° 75 de Julio de 2005, publicada por la Subsecretaría de
Defensa de Consumo, págs. 21 y 22., en: http://www.mecon.gov.ar/secdef/revista/rev75.pdf.

34) "Artículo 8.- Requisitos formales de los contratos a distancia. [...] 4. Si el contrato se celebra a través de
una técnica de comunicación a distancia en el que el espacio o el tiempo para facilitar la información son
limitados, el comerciante facilitará en ese soporte específico, antes de la celebración de dicho contrato,
como mínimo la información precontractual sobre las características principales de los bienes o servicios, la
identidad del comerciante, el precio total, el derecho de desistimiento, la duración del contrato y, en el caso
de contratos de duración indefinida, las condiciones de resolución a que se hace referencia en el artículo 6,
apartado 1, letras a), b), e), h) y o). El comerciante deberá facilitar al consumidor las demás informaciones
que figuran en el artículo 6, apartado 1, de una manera apropiada con arreglo al apartado 1 del presente
artículo".

35) Puede consultarse su texto completo en: http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/55000-59999/


55384/norma.htm 36) Según lo destaca Gontzal Gallo, cit., en "Ticketmaster vs. Ticket.com" se señaló que,
contrariamente, el mero de hecho de poner en pantalla un acceso a las condiciones generales no implica
que ellas sean admitidas, si no se ha previsto que a tal fin sea oprimido el botón "Acepto".

Sobre el mismo tema, a nivel nacional, es interesante el fallo "Despegar.com.ar S.A. S/ Infracción Ley
18.829? de la Sala "A" de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico de la Capital
Federal, del 22/10/2008, en cuanto se deja sentado que tratándose de una transacción realizada por
Internet, no basta con un simple enlace o link en la página del vendedor para garantizar que el comprador se
haya interiorizado de las condiciones de contratación.

37) "Artículo 22.- Pagos adicionales.- Antes de que el consumidor quede vinculado por un contrato u oferta,
el comerciante deberá buscar el consentimiento expreso del consumidor para todo pago adicional a la
remuneración acordada para la obligación contractual principal del comerciante. Si el comerciante no ha
obtenido el consentimiento expreso del consumidor, pero lo ha deducido utilizando opciones por defecto que
el consumidor debe rechazar para evitar el pago adicional, el consumidor tendrá derecho al reembolso de
dicho pago".

38) "Artículo 27.- Suministro no solicitado.- Se eximirá al consumidor de toda obligación de entregar
contraprestación alguna en caso de suministro no solicitado de bienes, agua, gas, electricidad, calefacción
mediante sistemas urbanos, de contenido digital o de prestación de servicios no solicitada, prohibido por el
artículo 5, apartado 5, y el anexo I, punto 29, de la Directiva 2005/29/CE. En dicho caso, la falta de respuesta
del consumidor a dicho suministro o prestación no solicitada no se considerará consentimiento".

39) B.O. 02/11/2000.


40) El tema ha sido tratado in extenso en un artículo del autor. Cfr. DORADO, John Grover, "Derecho a la
privacidad y protección de datos personales en las condiciones de uso y políticas de privacidad de las redes
sociales", El Derecho, Buenos Aires, 9/06/2016, ISSN 1666-8987, Nº 13.974, AÑO LIV, ED 268.

41) ARTICULO 1740.- Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución
de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente imposible,
excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el caso de daños derivados de la
lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación
de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del responsable.

42) Puede consultarse su texto completo en: http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/85000-89999/


87667/norma.htm 43) ARTICULO 1741.- "Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Está
legitimado para reclamar la indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si
del hecho resulta su muerte o sufre gran discapacidad también tienen legitimación a título personal, según
las circunstancias, los ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél recibiendo
trato familiar ostensible. La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es
interpuesta por éste. El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y
compensatorias que pueden procurar las sumas reconocidas".

44) ARTICULO 1770.- Protección de la vida privada. "El que arbitrariamente se entromete en la vida ajena y
publica retratos, difunde correspondencia, mortifica a otros en sus costumbres o sentimientos, o perturba de
cualquier modo su intimidad, debe ser obligado a cesar en tales actividades, si antes no cesaron, y a pagar
una indemnización que debe fijar el juez, de acuerdo con las circunstancias. Además, a pedido del
agraviado, puede ordenarse la publicación de la sentencia en un diario o periódico del lugar, si esta medida
es procedente para una adecuada reparación".

45) El art. 986 CCC define a las cláusulas particulares como "aquellas que, negociadas individualmente,
amplían, limitan, suprimen o interpretan una cláusula general", agregando que, "en caso de incompatibilidad
entre cláusulas generales y particulares, prevalecen estas últimas".

46) El art. 989, referido al control judicial de las cláusulas abusivas en los contratos de adhesión establece lo
siguiente: "La aprobación administrativa de las cláusulas generales no obsta a su control judicial. Cuando el
juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir sin
comprometer su finalidad".

47) "ARTICULO 1075.- Efectos. Según las circunstancias, probada la conexidad, un contratante puede
oponer las excepciones de incumplimiento total, parcial o defectuoso, aún frente a la inejecución de
obligaciones ajenas a su contrato. Atendiendo al principio de la conservación, la misma regla se aplica
cuando la extinción de uno de los contratos produce la frustración de la finalidad económica común".

48) ARTICULO 987.- Interpretación. "Las cláusulas ambiguas predispuestas por una de las partes se
interpretan en sentido contrario a la parte predisponente".

49) ARTICULO 1094.- Interpretación y prelación normativa. "Las normas que regulan las relaciones de
consumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el de
acceso al consumo sustentable. En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes
especiales, prevalece la más favorable al consumidor".

ARTICULO 1095.- Interpretación del contrato de consumo. "El contrato se interpreta en el sentido más
favorable para el consumidor. Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se adopta la que
sea menos gravosa".

[-]
CONTENIDO RELACIONADO
Jurisprudencia
 "Frávega S.A. c/ DNCI- Disp. 885/05 (Expte S01:48315/05)".
SENTENCIA.CAMARA NAC. APELAC. EN LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO FEDERAL. , 29/6/2007.
"Prosegur Activa Argentina S.A. c/ DNCI - Disposición N° 248/2009 (Expte. S01: 20584/07)", Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, SALA II, 15/12/2009.
"AOL ARGENTINA SRL c/ GCBA s/otras causas con trámite directo ante la Cámara de Apelaciones";
Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la CABA, Sala I, 29/12/2005.
Legislación
 Código Civil y Comercial de la Nación
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1104
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1105
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1106
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Art. 32
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Art. 33
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1108
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1103
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1101
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1102
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 LEY DE FIRMA DIGITAL
LEY 25.506. 14/11/2001. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 287
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 289
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 313
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 319
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1020
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1019
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1100
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1111
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1107
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Art. 4
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Art. 38
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1112
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Art. 34
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1114
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1116
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Art. 37
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Art. 23
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Art. 40
Ley 24.240. 22/9/1993. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1708
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1740
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1770
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1741
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 988
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1118
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1121
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general
 Código Civil y Comercial de la Nación Art. 1122
LEY 26.994. 1/10/2014. Vigente, de alcance general

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- "ANZIT GUERRERO, Ramiro - TATO, Nicolás - PROFUMO, Santiago, "El Derecho Informá-tico. Aspectos
fundamentales. ", Editorial Cathedra Jurídica, Buenos Aires, 2010.

- "BASILIO, Aislan Vargas "La limitación de la autonomía de la voluntad en los contratos electrónicos
(clickwrap agreements)", publicado en ElDial.com, elDial DCE45.

- "BORDA, Guillermo A., "Manual de los Contratos", 20° Edición, Abeledo Perrot, Buenos Ai-res, 2004.

- "DORADO, John Grover, "Derecho a la privacidad y protección de datos personales en las condiciones de
uso y políticas de privacidad de las redes sociales", El Derecho, Buenos Aires, 9/06/2016, ISSN 1666-8987,
Nº 13.974, AÑO LIV, ED 268.

- "GALLO, Gontzal "Análisis de los clickwwrap a través del caso Hotmail", publicado en:
http://www.delitosinformaticos.com/trabajos/clickwrap.htm - "LORENZETTI, Ricardo Luis, "Tratado de los
Contratos ", Parte General, Editorial Rubinzal Culzoni, 1° Edición, Santa Fe, 2004.

- "PRENAFETA RODRIGUEZ, Javier, "La prestación del consentimiento por medios electró-nicos", Mayo
2003, publicado en: http://noticias.juridicas.com/articulos/ 20-Derecho%20Informatico/200305-
6551114410331331.html

S-ar putea să vă placă și