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Como ejemplo de esto podemos citar, para el caso de Panamá, el inicio de las
luchas obreras temprano en la década de los años 80’s del siglo XIX, cuando
hubo protestas y huelgas de parte de los obreros que trabajaban en las obras
del Canal Francés, en que reivindicaban mejores condiciones laborales y
establecían una plataforma de discusión política en razón de esta situación la
cual no fue aceptada de buen grado por parte de los directivos de la Compañía
Universal del Canal Interoceánico, los cuales no aceptaban las protestas y
huelgas al estilo de las que ya para esas fechas se producían en Europa y que
habían producido verdaderos brotes revolucionarios peligrosos para la
“estabilidad” de dichas naciones.
Como prueba de ello podemos citar las luchas obreras de Chicago, que
culmina con la gesta del 1º de mayo de 1886, pero igualmente hubo
situaciones similares en ciudades como Nueva York, Boston, Philadelphia,
Pittsburg, Kansas City, Cincinatti, etc. Por lo cual, y al ser la construcción del
Canal de Panamá una acción estratégica para la expansión del capitalismo a
escala mundial, como en efecto sucedió (principalmente a favor del
posicionamiento fuerte de los Estados Unidos en el concierto de las potenciales
mundiales), no resulta descabellado que los dirigentes sindicales y políticos de
Europa vieran una oportunidad de enfrentar al sistema allí donde buscaba su
mayor fortalecimiento.
Para esa época llega a Panamá el conocido dirigente anarquista español, José
María Blázquez de Pedro, quien en varias ocasiones había sido encarcelado en
su país natal como reacción del gobierno a su activismo político. En efecto, las
compuertas del Canal de Panamá se abren formalmente para la navegación el
15 de agosto de 1914. Dos meses más tarde, el 14 de octubre de 1914, José
María Blázquez de Pedro publica su primer artículo en la ciudad de Colón. No
se conoce a ciencia cierta la fecha de arribo del ácrata salamantino a la ciudad
de Colón, pero llama la atención, sin lugar a dudas, que esta publicación
coincida con el período de inauguración de la gran zanja canalera.
José María no arribó solo a las playas panameñas; llegó en compañía de tres
hermanos: Martín, Bernabé y Eusebia Margarita Luego de su traslado a
Panamá, la familia Blázquez de Pedro habitaba en el número 45 de la Calle 13
Oeste. Este dato lo aporta José María en su artículo “El Supremo Educador”,
publicado en julio de 1917 y que luego aparece en su libro “Observaciones de
un Andariego en Panamá”, impreso en los talleres del diario “El Tiempo” en
agosto de 1922.
En el seno del Grupo convivirán distintos matices ideológicos, que van desde
las posiciones liberales avanzadas, pasando por el socialismo y el anarco-
sindicalismo. Existían, pues, individuos en los cuales había una doble visión
ideológica que se entrelazaba con sus posiciones políticas. De allí que no sea
extraño encontrar algunos nombres de miembros, o allegados al Grupo
Comunista, que también se agitaban en las agrupaciones liberales.
José María Blázquez de Pedro, quien dirigía el movimiento de los Inquilinos fue
deportado del país antes de la intervención norteamericana del 12 de octubre
de 1925. En los periódicos de la época se indica que José María fue arrestado
en plena calle, el jueves 24 de septiembre de 1925; y fue conducido a la Policía
de Balboa (territorio de la antiguamente llamada Zona del Canal). Para el día
26 de ese mes ya se encontraba fuera del país, deportado en Cuba, en donde
existía un gobierno abiertamente declarado enemigo de los anarquistas y
comunistas. No se tienen tampoco mayores relatos acerca de los motivos de
su deportación y si existía algún tipo de acuerdo entre el gobierno panameño y
el gobierno cubano acerca del tipo de conducta que se mantendría con
Blázquez de Pedro y su hermano Martín, también apresado y deportado junto
con él, pero las crónicas de la época relatan que fueron torturados en la cárcel
de forma brutal y frecuente, por lo cual ambos contrajeron tuberculosis y
fallecieron en Cuba.
Una vez este movimiento es sofocado con violencia por las tropas
estadounidenses acantonadas en Panamá, los sectores dominantes de la
sociedad panameña logran acallar por algún tiempo los clamores populares; sin
embargo, prontamente, el día 4 de abril de 1930 se funda el Partido Comunista
de Panamá, siendo su primer Secretario General el Dr. Cristóbal Segundo,
amigo y abogado personal de José María Blázquez de Pedro.
Para fines de la década de los años 60’s la situación política del país era de un
terrible caos, y ya para el año 1967 los enfrentamientos callejeros eran
constantes entre la policía y los grupos de estudiantes y obreros. En ese año
se intentó aprobar un grupo de tratados sobre el Canal de Panamá, conocidos
como los Tratados 3 en 1, que de alguna forma representaban una manera de
disimulada de mantener el estado de cosas reinante, lo que no reivindicaba
para nada las aspiraciones de la población panameña de la salida total de las
tropas estadounidenses del territorio nacional y la devolución de las
instalaciones del Canal de Panamá y el espacio denominado Zona del Canal.
Esto no fue aprobado y, en medio de duros encuentros entre la policía y los
sectores populares se produjo una profundización del desgaste social
imperante, siendo los liberales los principales protagonistas de los hechos,
como gobierno.
Aún así, debido a las diferentes posiciones existentes entre los sectores de
izquierda, se produce la escisión interna dentro del Partido del Pueblo y de la
Federación de Estudiantes de Panamá, ya que el Frente Estudiantil
Universitario, FER-29, fundado a raíz del golpe de Estado en 1969, decidió
separarse de ambas estructuras políticas y adoptar un camino independiente,
que le llevó a convertirse en el principal grupo opositor de izquierda en el país,
aunque estaba más comprometido en el denominado Movimiento Estudiantil.
Todos estos breves comentarios deben servir para mencionar que el accionar
político de los grupos de izquierda en la historia de Panamá se ha mantenido,
salvo ciertos momentos concretos de la historia nacional, en el ámbito
estudiantil, sindical e intelectual, ya que nunca se constituyeron de por sí en
una alternativa electoral fuerte, como ha sucedido en otros países de América
Latina, dado que las condiciones sociales, económicas, históricas, culturales,
políticas no les permitieron incursionar con fuerza en el plano de la vida
nacional, estando circunscritos a espacios muy delimitados de la dinámica
social integral panameña.
1. Grupo Comunista.
2. Liga Inquilinaria.
3. Partido Comunista de Panamá.
4. Partido Socialista.
5. Partido del Pueblo de Panamá.
6. Federación de Estudiantes de Panamá.
7. Unión de Estudiantes Universitarios.
8. Frente de Reforma Universitaria.
9. Sindicato de las Bananeras en Puerto Armuelles y Changuinola.
10. Frente Estudiantil Revolucionario 29 de noviembre.
11. GUAYKUCHO-NIR.
12. Partido Socialista de los Trabajadores (trotskista)
13. Partido Revolucionario de los Trabajadores.
14. Partido Acción Popular.
15. Sindicato Único de Trabajadores de la construcción (autodenominados
como agrupación de izquierda, aunque con un pobre sustento ideológico
real)
16. FRENADESO (el mismo comentario que en el caso anterior, aunque agrupa
a la mayoría de los grupos, organizaciones, que representan a los sectores
populares)
17. Partido Alternativa Popular (actualmente en formación y que surge como
producto del constante planteamiento de la inexistencia de una alternativa
popular en el marco electoral, anteriormente eran parte del FRENADESO,
pero al parecer situaciones de diverso tipo los han ubicado en ámbitos
diferentes)
Adicionalmente, hay que destacar que han existido y todavía existen otros
grupos estudiantiles dentro de la Universidad de Panamá, pero antes y en
estos instantes no han contado ni cuentan con peso específico suficiente en la
vida política nacional. Se han convertido en pequeños grupos de expresión a
lo interno de la Universidad de Panamá que no influyen, bajo ningún aspecto
en la vida nacional, ni siquiera como grupos generadores de opinión.
La realidad es que poco a poco los grupos o asociaciones de corte izquierdista
en Panamá tropiezan con el hecho de que se encuentran en un proceso de
languidecimiento sostenido que les llevará a ser cada vez menos presentes en
el ámbito político nacional, ya que la fuerza de su discurso se ha perdido y no
tienen muchos espacios en los que se les considere como entes con
beligerantes de peso y con capacidad de movilizar sectores importantes de la
sociedad panameña.