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IDEAS, REFLEXIONES Y PROPUESTAS AULARIA l EL PAÍS DE LAS AULAS

Nada es más infiel a la realidad que la telerrealidad

El transformismo
televisivo
Construcción de la realidad

Jorge Chalmeta Cárdenas


Profesor de Comunicación, Imagen y Sonido, en el IES Albaida de Almería
jchc.diseo@gmail.com

E
s muy posible que en estos días estemos En este orden de la fabulación, se sustantiva y deja
asistiendo a una vuelta de tuerca más del de ser un electrodoméstico para pasar a ser uno más,
torticero ejercicio de la libertad de expre- sino el más indispensable, en núcleo familiar. Fiel a
sión que es garante de los demás derechos las teorías de Marshall McLuhan, se convierte en una
que se suponen a una sociedad, también supuesta- extensión de ella misma y, así, se evita tener que salir
mente, democrática. Defiende el autor que, en la eta- al mundo para encontrar contenidos, repite sus ar-
pa postmoderna, la televisión hace mucho que dejó gumentos hasta hacerlos ciertos y eleva a sus perso-
de ser una ventana al mundo, superando también la najes a chamanes de una tribu, en la que los especta-
fase de hacer espectáculo de la realidad; ahora la te- dores somos una masa pasiva dispuestos a engullir
levisión crea su propia realidad y es hacedora de la todo lo que ella nos mastica.
nuestra. Como en un ejercicio de narcisismo extre- Se programa para un público acostumbrado al mun-
mo, la televisión se mira a sí misma y fagocita de los do audiovisual, por lo que no
personajes que crea, elevando el concepto de endo- es fácil satisfacerle, y necesi- Los espectadores somos
gamia a un punto antes desconocido en el medio. tado de entretenimiento que una masa pasiva dispues-
le aleje de una, no siempre,
Ficción/verosimilitud gratificante experiencia dia- tos a engullir todo lo que
La televisión abandona su antigua vocación de es- ria. Espectadores que no es- dice la televisión mientras
cribano de la realidad, en la que las interpretaciones tán dispuestos a hacer el es- ella nos mastica.
parciales se podían achacar a las erratas propias del fuerzo necesario para hacer
oficio, o a una mirada desde la óptica imperfecta de un uso selectivo de la televisión. Gente que busca iden-
un medio arbitrario e interesado.Ahora explora el te- tificación con personas que han «triunfado» sin ne-
rreno de la autoría, quiere contarnos sus historias de cesidad de demostrar nada más allá de su capacidad
ficción, pero sin renunciar a la verosimilitud que le para venderse al medio. Ciudadanos desencantados
otorgamos. Nos regala un espejo en el que proyec- con la política; incrédulos ante lo que cuentan inte-
tarnos, pero nos vemos con sus ojos y nos inclui- lectuales y especialistas, tal vez porque les resulta tan
mos en un espacio ficticio, tan real como lo fue el País irreal lo que cuentan como distante su lenguaje. Es-
de las Maravillas para Alicia. pectadores que, a modo de sueño americano más fac-

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tible que los derivados del esfuerzo, imaginan que ellos retuerce en función de lo que nos cuentan unos per-
pueden saltar de la platea al escenario y ser actores sonajes, a los que atribuimos categoría de líderes por
en este nuevo teatro de la realidad inventada. el mero hecho de salir por la pantalla.
Medio y espectadores unidos en el viaje alucinó- Con su poder de convicción, crea imaginarios co-
geno hacia el paradigma postmoderno, en el que des- lectivos sin referentes reales, pero que tienen un po-
aparecen las grandes sentencias, en las que el saber der aleccionante realmente sorprendente. Una Belén
no es uno, sino que el conocimiento se fragmenta y Esteban cualquiera puede hacer un agudo análisis po-
desmitifica, y los valores son una moneda fácilmente lítico de la situación económica del país. El intelectual
canjeables por popularidad y los réditos que la acom- del momento es alguien cercano a nosotros, del que
pañan. Un mundo en que lo virtual sustituye a la trans- sólo nos diferencia una cuestión de oportunidad, y su
piración, donde podemos hacer el amor sin inter- fino argumentario se cimenta en su capacidad pul-
cambio de humores; donde proyectamos nuestras iras monar a la hora de esputar gritos más potentes que
contra personajes de composición barata; donde la sus amables contertulios. Nos resultan mucho más
narración no cuenta, sino que retiene, y donde los per- creíbles los personajes que podríamos ser nosotros
sonajes se construyen mediante vacíos que permi- mismos; probablemente porque la manera más có-
tan moverlos, a voluntad, por un espacio relacional moda de relacionarse con el mundo es la que se so-
cambiante, a interés del medio. mete a nuestros criterios.

Televisión y realidad Telerrealidad


El «directo», la vida emitida, la verdad mostrada
En la lógica del mensaje postmoderno no es posi- sin tiempo para su edición, es la estrategia perfecta
ble considerar a la realidad para satisfacer la necesidad de verosimilitud, que jun-
como una máxima común. En to con la hipervisibilidad, es la base de la llamada te-
La actualidad se impone al una cultura de lo fractal, don- lerrealidad.
conocimiento histórico, lo de se ensalza el individualis- La telerrealidad crea su propio universo referencial,
verosímil se impone a lo mo, lo breve y concreto, lo pero como no debe perder el nexo que le une con
real, lo visto a lo vivido y lo personal y lo íntimo frente a la audiencia, lo hace creando espacios indefinidos, pero
lo general, no es extraño en- con los que experimentamos cierto sentimiento de
recibido a lo conquistado contrarnos con una televi- proximidad. El tiempo también se modela a conve-
sión donde priman los pro- niencia, y nos muestran un tiempo incierto en el que
gramas de testimonio, de convivencia desnaturaliza- no nos podemos identificar plenamente, pero tam-
da, pero con visos de realidad cercana, o cualquiera poco lo sentimos tan lejano como para no poder cap-
otros en los que la realidad se crea para ser vista. tar nuestra atención. Mediante estas formas de con-
Así como la actualidad se impone al conocimiento tar se mantiene una cercanía suficiente para mante-
histórico, lo verosímil se impone a lo real, lo visto a lo nernos pegados al televisor, pero, a la vez, se mantie-
vivido y lo recibido a lo conquistado. Diariamente nos ne el necesario nivel de profilaxis anímica que evita
recuerdan que una mentira se convierte en verdad una peligrosa inmersión del espectador en los con-
cuando la repetimos suficientemente. Vemos vida en tenidos comprometidos; ya que el medio no tiene asu-
lo que es actuación y nuestra jerarquía de valores se mir la responsabilidad derivada. En consecuencia, vi-

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vimos, vivimos-viendo, pero no vivimos tanto como co;


para que la vida nos roce. El espectador se puede sen- ¤ la fascinación por el desorden;
tir, y llegar a ser, copartícipe, o coautor, en el proce- ¤ la hibridación de los géneros, con la dilución de
so de creación de realidades. las fronteras entre información y entretenimiento, y
A nivel estético, la naturaleza espacio-temporal in- ¤ la creación de «mundos posibles» del orden de
cierta en la que se mueve el mundo televisivo entronca lo imaginario, pero anclados en la realidad, con la sub-
perfectamente con la tradición teatral postmoderna, siguiente difuminación de las fronteras entre realidad
donde los escenarios pretenden el no-lugar; donde y ficción.
las puestas en escena se hacen sin referente tempo- La ventana se ha transformado en un laboratorio
ral, aun con los clásicos, y donde la performance en- donde se hacen simulacros de la realidad. Ya no nos
cuentra su espacio natural en el hacer ver, más que en permite ver la vida del otro, sino que se alza como
el narrar.Ya no se cuenta una historia, sino que se va símbolo de una vida virtual al alcance de nuestro man-
creando en función de lo que dictan los intereses de do a distancia. Hace algún
la audiencia, si es que aun podemos pensar que la tiempo que se bajo la per- Ya no se cuenta una histo-
audiencia tiene intereses propios no sometidos a esta siana extendimos una panta- ria, sino que se va creando
nueva dinámica. lla en la que nos proyectan en función de lo que dictan
un mundo, tan cercano a
nuestras fantasías inmediatas,
los intereses de la audien-
Transformación de la realidad y dis-
que nos resulta vivido, y vi- cia televisiva
curso televisivo
vible.
Si atendemos a un ecosistema en el que los conte- La duplicación de la realidad mediante el humor, la
nidos son fractales, el medio es endogámico, el pú- caricatura, la imitación de famosos, el cotilleo, la apo-
blico es converso nuevo y no nos olvidamos del po- logía del cutre-pensamiento o la elevación de los te-
der de convicción que hemos otorgado a la caja, mu- mas banales a cuestiones de Estado, es uno de los pe-
cho menos tonta y menos inocente de lo que se cuen- destales en los que se asienta la transformación de
ta; concluiremos que la televisión tiene la facultad la realidad. Pero de todos los artificios, el más audaz,
de «reconstruir», en nuestras mentes, una realidad a juicio del autor del libro, es la proliferación de rea-
que no tiene ninguna vinculación con la experiencia lities de segunda generación, donde la televisión crea
real. su propia realidad sin tapujos.
El autor del libro al que se refiere este escrito, Gé-
ard Imbert, (Nota 1), enumera algunas líneas direc- Los programas de cotilleo
trices en las que se sustenta la mencionada «recons- En mi opinión, merecen un especial interés los pro-
trucción», que yo transcribo por resultarme muy cla- gramas de cotilleo que se han ido convirtiendo en pu-
rificantes: ros realities. Hace años asistimos a como, en Tómbo-
¤ capacidad que tiene el medio de construir su pro- la, los entrevistadores se convertían en los protago-
pia realidad, a través de la puestas en discurso y pues- nistas. Hoy, en Sálvame, vemos que los personajes se
ta en relato; hacen colaboradores y los colaboradores desarrollan
¤ la emergencia de lo privado en el discurso públi- un personaje. Pasan de entrevistadores a entrevista-

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dos, de comentaristas a comentados, entrevistan en- sistencia. En una realidad cambiante, la identidad va
tre ellos, se pelean, comen, se van del programa, co- perdiendo puntos de ancla con nuestra experiencia
mentan vídeos en los que ellos son el objeto... Para vital y se convierte en un espacio en constante equi-
mí, es el mejor ejemplo de rentabilidad por endoga- librio entre el yo íntimo y el mostrado para ser visto.
mia. Si alguna vez fue posible el cuento de la lechera, La constante puesta a prueba de la personalidad, in-
Sálvame es un el mejor exponente que conozco. cluso de la dignidad, a la que se somete a los partici-
pantes en realities, y por identificación al público que
Fenómenos de distorsión de la realidad los soporta, pone de manifiesto inseguridades e in-
coherencias, minando el sentimiento de unicidad, y
Con la postelevisión se normalizan los espacios de potencia el combate entre la persona (intimidad) y
hibridación donde la información se confunde con la el personaje (imagen pública). En este ejercicio de
ficción, se pasa de la euforia transformación de la realidad, cobra especial impor-
a la apatía, se fantasea con vi- tancia la deconstrucción de uno mismo, como el cóm-
El discurso es redundante, das paralelas, aunque posi- plice necesario, para la creación de una identidad co-
con una gramática en la bles, se pone en cuestión la lectiva que soporte la asunción del personaje televi-
que la velocidad, la hipervi- noción de realidad. Desde sivo, desprovisto de valores morales e intelectuales,
esta óptica desaparece la ne- como parte de la realidad social.
sibilidad y la desmesura cesidad de narrar y todo son
son rasgos definitorios. personajes mostrados, pre- Hibridación
sente continuo. El discurso En lo referente a la hibridación, Gérard Imbert nos
se hace redundante, el espectáculo articula la gramá- presenta la siguiente enumeración de fenómenos de
tica de un discurso en el que la velocidad, la hipervi- hibridación:
sibilidad y desmesura expresiva son rasgos definito- ¤ Entre categorías narrativas, dentro de los géne-
rios. ros televisivos, con la evolución de ciertos formatos
El laboratorio cibernético genera simulacros en los que se sitúan en los límites de los géneros, como ocu-
que la realidad virtual permite, a la vez, alejarse del rre algunas series.
modelo referencial y producir efectos similares a los ¤ Entre categorías perceptivas: eufórico versus dis-
de la experiencia real. El tiempo representado, siem- fórico.
pre en presente, se confunde con el tiempo real. La ¤ Entre categorías simbólicas (de aprehensión de la
realidad representada sustituye a la realidad vivida, el realidad en términos antropológicos): orden versus
tiempo fluido deja paso a un tiempo congelado, el desorden.
espacio sugerido se impone al espacio habitado. Poco ¤ Entre categorías axiológicas: bueno versus malo.
a poco la virtualidad se va enredando en el espacio ¤ Entre categorías estéticas: bello versus feo.
real y los espectadores vamos perdiendo el la capa- ¤ Entre categorías comunicativas (confusión de ro-
cidad de diferenciar lo real de lo imaginario. les actanciales): espectador-actor, personaje-narrador
En estos juegos de realidad virtual, la identidad, como y ver-ser visto.
lugar en el que nos reconocemos y por eso nos sen- Navegamos entre el experimento sociológico y el
timos seguros de quienes somos, va perdiendo con- puro entretenimiento. Asistimos a la definición a tra-

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vés del lo definido. Nos movemos en un espacio in- En la otra vertiente, hace tiempo que sabemos que
forme donde no existen lugares para un saber común. el exceso de información puede producir ruido; por
Admitimos un sistema de valores en el que el pasti- eso no resulta extraño que
che tiene tanto o más valor que el original (una es- sea más venerado un perso-
trategia muy utilizada en el arte postmoderno), la real naje, de los que ha entrado La telebasura pretende
y lo ficticio se confunden, el espacio no tiene dimen- en el juego que propone el ofrecernos un reflejo de la
siones concretas y el tiempo deja de fluir, de la ma- nuevo show (evitaré nombrar realidad social y, como tal,
nera en la que conocemos, el gusto, en el sentido kan- a cualquiera de los nombres
tiano, deja paso al regodeo en al fealdad y las estéti- que todos tenemos en la ca-
informarnos de los cambios
cas del exceso. beza por no generar más vó- en la sensibilidad colectiva
La influencia televisiva es tal que «si no apareces, no mito del necesario), que los
existes». Como altavoz tiene una doble misión: por profesionales, intelectuales e, incluso, artistas que no
un lado la de dar relevancia a los mensajes que pre- se han plegado a las nuevas exigencias de la fama y el
tenden inocular en el público, edificando ese mundo éxito social. Por otra parte, en los estados con de-
autoreferente y, por otro lado, la de silenciar todo lo mocracias asentadas, para quienes puedan pagársela,
que no sigue las directrices de la dinámica pretendi- el poder tiene claro que la mejor manera de silenciar
da. el mensaje de los disidentes es la profusión de men-
sajes proselitistas hasta la saturación del público.
Poder de seducción
Como medio difusor de mensajes adoctrinantes, la De lo informe a lo deforme
televisión sabe del valor de la redundancia, de la hi-
pervisibilidad como medio para crear realidades, de En su vocación de estercolero ventilado, la teleba-
poder de seducción que supone la identificación. Y sura pretende ofrecernos un reflejo de la realidad so-
también sabe de la importancia crear lazos con una cial y, como tal, informarnos de los cambios en la sen-
realidad indeterminada en tiempo, espacio, valores, sibilidad colectiva. Se olvida, según mi criterio perso-
etc., para mantener a la audiencia; por eso ha descu- nal, de que más que un notario de la realidad es un
bierto el poder de la hibridación para crear novedad autor de ficciones avaladas, por lo que esos cambios
y seguir sorprendiendo a un consumidor que podría sociales no es algo de lo que los medios no tengan
saturarse de las «viejas fórmulas».Así, en el nuevo uni- responsabilidad.
verso de lo indefinido, las formas de hibridación, ex- En un primer estado de la neotelevisión se simulaba
puestas anteriormente, evitan que el espectador vin- la realidad, con un cierto grado de espectacularización,
cule con experiencias pasadas y proponen soluciones en la fase en la que estamos hoy se crean personajes,
que desorientan y fidelizan a un espectador ávido de situaciones, pruebas o cualquier otra cosa que justifique
novedades y expectativas. la atención de una audiencia receptiva a lo novedoso.

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Cuando el contenido no es el soporte de lo con- Alimentada por la insatisfacción que produce la re-
tado, cuando la historia se diluye en la mistela de la alidad en el público, la televisión, en una suerte de tru-
actualidad «recreada», lo real pierde solidez y lo no- co de magia, nos duplica la realidad, pero no en un
vedoso se convierte en lo ejercicio mimético, sino como proyección anamórfi-
único capaz de capturar la ca que nos hace creer en que hay otros «mundos po-
La televisión nos duplica la atención del auditorio. Por sibles». De acuerdo con esta pretensión, hay temas
realidad,como proyección eso los contenidos se repi- tabú (como la muerte), una proliferación de lo mi-
anamórfica que nos hace ten, aunque cambien la for- núsculo como sistema inmunológico ante lo mayús-
creer en que hay otros ma de mostrarlos para que culo y se mira hacia la misma programación, como
la fauna expectante pique en ocurre con los programas de zapping o los que pa-
«mundos posibles» un cebo conocido. Cuando rodian a otros (estos me resultan especialmente pe-
los contenidos son repeti- ligrosos, porque en su supuesta actitud crítica esconde
tivos, el contar debe recurrir a recursos a recursos una misma manera de hacer y, probablemente, unos
formales que permitan dar la sensación de novedad y objetivos semejantes).
el mejor caldo de cultivo para estas técnicas lo pres- Como en Carnaval recurrimos a la máscara para
ta el espacio de la hibridación y la informidad. poder realizar los excesos que durante el año no se
Si la hibridación permite el tránsito entre espacios nos permiten, en la cultura de lo deforme y el exce-
definidos, la informidad facilita el modelado interesa- so encontramos un espacio de liberación de lo real.
do de la realidad televisiva, a conveniencia. Se puede Poco a poco abandonamos el espacio de lo real y nos
simular una realidad en un espacio experimental (como adentramos en una dimensión que no tiene vínculos
Gran Hermano) y hacernos creer que es nuestra pro- con la realidad, un espacio de antimoralidad y de ex-
pia realidad, que son reales, que somos iguales a ellos. hibicionismo-voyeurismo, donde las presiones de la
vida diaria no tienen cabida; donde el exceso, la cari-
Los mitos catura y la sublimación de la fealdad actúan como una
A criterio de Gérard Imbert, la nueva televisión ha vacuna contra la degradación por el paso del tiem-
conseguido crear tres mitos en los que se sustenta: po.
¤ La transparencia: debido al directo, al acontecer El hiperrealismo reinante nos lleva a la estética de
sin guión, a la supuesta muestra de un fragmento de la deformación. Lo que triunfa es lo grotesco como
cotidianidad. contrapeso del la vetusta estética de lo bello. Lo kitsch,
¤ La cercanía: en ese espacio-tiempo indefinido pero como estética de lo grotesco, se muestra como un
cercano permite todo tipo de identificaciones. producto perfectamente rentable, en términos tele-
¤ La participación, o impresión de interactividad: visivos. Por último, en el orden del sentir, la televisión
basado en la confusión de espectador-autor que pro- encuentra otro filón en lo friki, elevando el esperpento
ponen los concursos (en los que vota y/o las llamadas humano al orden del ídolo de masas (en la peor de
de teléfono o SMS). sus acepciones). Si la informidad es una de las bases

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de la construcción espacio-temporal de la televisión puntos:


actual, los personajes monstruosos no son más que Sálvame: como ya he dicho, es la máxima expresión
otra de las consecuencias y, a la vez, una de sus es- de la endogamia televisiva, un programa de cotilleo
trategias torticera. Elevando al más desafortunado a que es un reality, en el que
los altares de la nueva religión, nos abrimos la puer- colaboradores que son, prác-
ta a nuestra posible canonización. ticamente, analfabetos suel- Derivan a espacios sin crítica
Para terminar este apartado me parece que lo más tan sentencias dignas de un social y llevan a formar parte
pertinente es reproducir literalmente una frase del li- estadista de prestigio, donde de rebaños incapacitados
bro que reza: se insultan, comen en direc-
para responder ante los
«¡Nada es más infiel a la realidad que la telerreali- to, hablan por teléfono o se
dad!» pelean con el público asis- acontecimientos sociales
tente, o donde los colabo-
Conclusiones radores son a la vez el objeto de la «información».
Proliferación de personajes: ya no existe diferen-
La postelevisión adolece del mismo mal que en- ciación de funciones lo mismo enseñan una teta, que
cuentro en muchos de los postulados del postmo- nos venden su operación que nos comentan una cum-
dernismo artístico, como es el hecho de que al ne- bre de G-20. Hay una pérdida del pudor en el que se
gar el conocimiento común y el valor de la historia, permite todo.
andan descubriendo Américas en pleno siglo XIX.Así Sé lo que hiciste…: es otro programa que me resul-
piensan que han descubierto la estética de lo defor- ta altamente peligroso porque parece burlarse de la
me cuando hay muchísimos ejemplos en la historia telebasura y, con esa acreditación, no hace otra cosa
del arte, como El Bosco, Goya o, vinculados a la mo- que repetir el esquema.
dernidad de la que recelan, Dubuffet, Klee, Picasso, Ba- Nuevos informativos: como Diario de la 2, en el que
con o Saura, entre unos cuantos miles. la información se presenta de una manera distendi-
Travestidos bajo el sayo de la actitud crítica se nos da y liberada del paso de la gravedad, como si la in-
presentan como uno de los garantes del sistema de- formación no pudiera tener interés por sí misma.
mocrático, pero no hacen más que derivar intereses Hay otros muchos programas, la mayor parte de
a espacios ausentes de crítica social y nos llevan for- ellos no se libran del abotargamiento generalizado.
mar parte de rebaños incapacitados para la respues- La televisión se ha convertido en una máquina de
ta ante los acontecimientos sociales. Posiblemente es generar famosos por visibilidad, comentaristas sin cré-
por este argumento por el que ningún gobernante se dito, monstruos que nos devuelven un reflejo mejo-
ha decidido nunca a exigir a las televisiones que cum- rado de nosotros mismos, historias sin contenido y
plan con el código deontológico que firmaron para sensaciones sin vivencias.
poder mantener su concesión, que no olvidemos, es Televisión… estos postmodernos han redescubierto
de servicio público. el concepto de «pan y circo”.
En el tiempo que ha trascurrido desde la publica-
ción del libro hasta ahora, creo que está ocurriendo Nota 1. Gérard Imbert. (2008): El transformismo
otro cambio o, mejor dicho, una vuelta de tuerca más televisivo. Neotelevisión e imaginarios sociales, Cáte-
en la desvirtuación de la realidad que nos presenta dra.
la televisión, de la que voy a destacar los siguientes

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