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tan las bases de un intento de reconstruir de propuestas ideológicas encaminadas a reforzar la lucha antifranquis-
la razón, que va adquiriendo un dinamis- ta, y marco al mismo tiempo de un dinámico mundo de la edición. La
mo progresivo hasta cristalizar en las pri- labor de publicación de libros realizada desde esta empresa indepen-
meras protestas universitarias de 1956. diente, producto de un proyecto político concebido por cinco amigos,
constituye un caldo de cultivo del pensamiento de oposición al régimen,
Sin embargo, son los años sesenta los ver- así como un paso decisivo en la tarea de recuperar la memoria histórica
daderos testigos de un intenso diálogo tan vapuleada por el franquismo.
entre ambos sectores de la oposición, des-
plazando definitivamente la llama de la José Martínez Guerricabeitia, Nicolás Sánchez-Albornoz, Ramón
lucha al interior, lo que permite llevar a Viladás, Vicente Girbau y Elena Romo son los nombres que se encuen-
cabo un proceso de comunicación con la tran detrás de ese Ruedo Ibérico sito en el número 5 de la rue Aubriot
cultura perseguida, marginada y excluida desde el régimen. En el logro pero con la mirada y el pensamiento puestos en el interior de España.
de dicho diálogo tiene una incidencia determinante la coexistencia de Se trata de un grupo cuyos componentes eran de procedencia social y
dos universos generacionales, debido a la entrada en escena de una política muy diferente, pero que compartían un espíritu opositor a la
nueva oleada de gente más joven que decide tomar el camino del exilio dictadura de la que eran víctimas, y un entusiasmo activo que les impul-
reduciendo así esa distancia geográfica e intelectual mantenida durante saba a diseñar una acción práctica coherente con las causas políticas que
casi dos oscuras décadas. les habían unido en la capital francesa.
Confusión y desapego por el presente, esperanza y confianza en el futu- Desde el primer éxito de ventas con el que inaugura su trayectoria,
ro son los dos rostros que la misma frontera ofrece a los que, forzados o La guerra civil del historiador británico Hugh Thomas que abre la
impulsados por su coraje, deciden atravesarla. En el caso de los que fue- colección España contemporánea, la editorial se convierte en referente
ron protagonistas o testigos de la guerra civil, el paso del tiempo hará del antifranquismo y de la libertad, sobre todo, para todos aquellos que
que progresiva y quizás inconscientemente den la espalda a ese país que permanecían en el interior a la espera de obras escritas desde
había decidido prescindir de ellos para relegarles al olvido más humi- parámetros que conseguían escapar a los impuestos por los mecanismos
llante; para los que optaron por descubrir nuevos horizontes más allá de censores del régimen.
la férrea frontera en pos del enriquecimiento material o de espíritu, la
existencia transcurrirá a caballo entre dos mundos, manteniendo una Pero además, el trabajo desarrollado por
actitud a la escucha de la realidad presente a este lado los Pirineos. En esta editorial permitió sentar las bases de
cualquier caso, para unos y otros, la salida del país no impedirá que la la que será en adelante su mayor arma de
mirada permanezca siempre dirigida a él, para recordarlo, modelarlo o combate, la publicación bimestral
sencillamente reinventarlo. Cuadernos de Ruedo Ibérico. Revista auspi-
ciada por el incansable José Martínez, de
Es precisamente en ese contexto de restablecida comunicación entre la marcado carácter político, rigurosa y
oposición del exilio y la del interior donde se alberga la creación en 1961 extremadamente cuidada en su presenta-
de las Editions Ruedo Ibérico, en un París convertido en foco de atrac- ción, que se va a configurar en expresión
ción de sectores de la juventud española opuestos al régimen, receptor del vínculo establecido entre la oposición
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La primera etapa comprende los números 1 al 24 que se extienden en El contenido de estos primeros veinticua-
un período de cuatro años, de junio de 1965 a mayo de 1969. Se trata tro números testimonia de la urgencia por contrapesar la política infor-
de una etapa caracterizada por la homogeneidad formal y temática: por mativa de un franquismo en proceso de descomposición, al mismo
un lado, presenta un sumario que mantiene una serie de secciones fijas tiempo que alberga una pluralidad de enfoques gracias a la labor de
dedicadas a la actualidad política española o internacional, a la reflexión coordinación realizada por José Martínez, nexo de ese crisol de encuen-
y el análisis político, así como a la creación artística sea en su expresión tros en el que se constituye CRI. Representativas de los diferentes cír-
literaria o gráfica; y por otro, participa de un pensamiento marxista que culos de oposición, las páginas son puestas al servicio de una finalidad
resulta omnipresente en cada uno de los trabajos publicados. compartida, la de convertirse en motor del proceso de reconstrucción de
una izquierda opositora disgregada y dividida durante más de dos déca-
Los colaboradores de este primer período representan en sí mismo una de das. Se trata de una ardua tarea encaminada a establecer los lazos indis-
las riquezas de las páginas de la revista debido a la diferente procedencia pensables para un reencuentro entre la actividad desarrollada en el exi-
geográfica y de afiliación política. Exiliados residentes en París y disiden- lio y el impulso que despliegan las fuerzas del interior, lo que constitu-
tes del Partido Comunista, y jóvenes próximos al FLP, unos recién llega- ye paradójicamente la riqueza de su proyecto y la fragilidad del mismo.
dos a la capital parisina en los primeros sesenta en calidad de becarios y
otros desde el interior, constituyen el núcleo de la materia redaccional y Sin embargo, y a pesar de responder a las expectativas del interior, el
expositiva de estos primeros CRI. éxito cualitativo de CRI no está exento de obstáculos, pautados no sólo
por la precariedad financiera de la empresa en la que se inscribe y las
Entre los colaboradores podemos citar a difíciles condiciones de distribución y comercialización de la revista en
Manuel Castells, Ignacio Quintana, el interior, sino también por las deficiencias del funcionamiento interno
Eduardo García Rico, Luciano Rincón, del consejo de redacción, debido al regreso a España de buena parte de
Fernando Claudín, Francisco Fernández- los colaboradores, lo que provoca una primera interrupción de las publi-
Santos o Jorge Semprún, protegidos en caciones bimestrales.
su mayor parte por pseudónimos, que
representan diferentes vías de acceso y Tras una ausencia de doce meses en el mercado, entre junio de 1969 y
penetración en el movimiento de oposi- mayo de 1970, CRI sale de nuevo a la calle para retomar su ritmo de
ción al régimen, pero que comparten el apariciones, iniciando así una segunda etapa que se extiende entre el
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Tras esta significativa ausencia, CRI anuncia su Segunda época en el El origen de las discontinuidades está marcado por una circunstancia
número triple 43-45 correspondiente al primer semestre de 1975. Su determinante: el posicionamiento político que separa progresivamente a
presencia en el mercado supone ya un auténtico logro que testimonia de CRI de la oposición antifranquista a la que había servido de catapulta
su capacidad para superar un período crítico, como lo es la situación durante la década anterior. Esta actitud de desacuerdo fundamentada en
social y política que precede y sucede a la muerte de Franco. Pero esta la crítica radical a los supuestos de una izquierda que se considera ha
nueva etapa que comienza y se extiende hasta el número 54, en diciem- dejado de ser representativa por contribuir a legitimar el sistema políti-
bre de 1976, quiere ir más allá en el deseo de superar las dificultades de co en el que está inmersa, incide directamente en la configuración, fun-
orden interno que tradicionalmente habían acompañado a la publica- cionamiento y contenido de estos recién aparecidos CRI.
ción, por lo que despunta con unas exigencias de definición ideológica
que se distancian de los principios y actitudes de la denominada oposi- Los colaboradores de la revista, entre los que hay que incorporar el
ción democrática y que se constituyen en condiciones sine qua non para pseudónimo Felipe Orero que esconde la identidad del propio José
la propia supervivencia de la revista. Martínez o la firma de Francisco Carrasquer, comienzan a esculpir la
brecha de la disidencia y deciden continuar el camino de la crítica carac-
Una serie de continuidades y discontinui- terizado por conceder el protagonismo a las movilizaciones sociales no
dades se perfilan a lo largo de los núme- representadas en los encuentros de negociación y plataformas unitarias,
ros creados en el transcurso de esos dos defender los principios revolucionarios como premisas válidas de actua-
años decisivos que introducen CRI en el ción política y manifestar su interés en abrir nuevos caminos de partici-
incierto posfranquismo (1975-1976). En pación política ante una sociedad en vías de transformación.
cuanto a las primeras, podemos afirmar
que esta segunda época guarda una fide- Durante los primeros meses de postfranquismo, CRI trata de confor-
lidad a la esencia, armas y objetivos de marse en instrumento útil de oposición, por lo que número a número va
aquel primer número con el que la revista depositando los cimientos de una apuesta por la recuperación del pen-
se presentaba en sociedad en 1965 confi- samiento libertario y de su trayectoria histórica, lo que distancia la
gurándose en puente conector de la opo- publicación de los postulados de la izquierda democrática, con la que
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