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categoría de
análisis
Estudios de
Género para la
Formación
Profesional
1
El género como categoría de
análisis
En este módulo vamos a comprender, principalmente, qué significa la
categoría de género, cuáles fueron sus orígenes, evolución y debates para
su conformación. Es importante, para adentrarse en la lectura, saber que
no delinearemos un concepto cerrado, sino que lo dejaremos abierto para
seguir nutriéndolo de contenido con los siguientes objetos y con los
debates teóricos actuales que veremos en el módulo 2.
Se recomienda leer las notas al pie.
1En las presentes lecturas haremos uso de la equis (x), como forma de utilizar un lenguaje inclusivo,
que hace referencia a todo el universo de expresiones de género que trasciende la bi-categorización
masculino y femenino. Intervenir en el lenguaje formal, androcéntrico y sexista, es una de las formas
de disputar las relaciones de poder de género.
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explicaciones causales universales. Dentro de esta mirada asimiladora,
género se convirtió en una palabra académica moderada, que dotaba a los
estudios de un halo de mayor corrección metodológica y objetiva que la
palabra mujer o incluso que la utilización de la palabra feminismo. Este
recurso de asimilar los estudios de género a los estudios de fenómenos que
ocurren o en los que están involucradas cosas de mujeres se volvió
aceptable académica y políticamente en algunos espacios donde estudios o
políticas feministas resonaban como parciales o poco objetivos (Lamas,
1999; Harding, 2001; Scott, 2008).
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sexual no son biológicas, ni físicas, ni psicológicas, sino que devienen de
relaciones de poder, que legitimadas simbólicamente en el entramado
social generizan, dotan de determinado contenido a las relaciones basadas
en la diferencia sexual, como un orden legitimador del patriarcado y, por
tanto, de una específica autoridad masculina. Es necesario a su vez, que
revisemos cómo fue históricamente acuñada la idea de género, pues ésta
fue retomada por las teorías feministas del paradigma biomédico.
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Haciendo un esfuerzo de síntesis y siguiendo de lo expuesto por Joan Scott
(1996), podemos presentar tres corrientes de pensamiento feminista que
realizaron arduos trabajos para dar respuesta a aquella pregunta:
Tanto uno como otro enfoque consideraba que la compresión por parte de
las mujeres de estas situaciones de subordinación las llevaría a reconocer
la causa común de desigualdad y unirse para su transformación.
Las teóricas marxistas, dada la escuela de pensamiento a la que
pertenecían, realizaron un análisis más histórico respecto a las preguntas
del género como categoría social de la diferencia. En un rechazo
fundamental a las explicaciones biológicas, cuestionaron la naturalidad de
la división sexual del trabajo en el sistema capitalista. Entendieron que el
sistema patriarcal y el sistema de capital eran dos sistemas diferenciados
pero que interactuaban para producir la reproducción de estructuras
sociales y económicas de dominación operadas por el varón en el orden
social concreto (Scott, 1996).
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Figura 1: Elaboración propia
Sistemas
¿Cómo explicar el valor superior
Simbólicos asignado a los hombre sobre las
mujeres?
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eficiente de la desigualdad, fundamentaba la misma división entre
masculino y femenino.
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Figura 2: Elaboración propia
Símbolos
culturalmente
disponibles que
evocan
representaciones
Producto del
consenso social en
vez del conflicto
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Figura 3: Elaboración propia
Género como
campo primario
donde se articula el
poder
Estructura la
percepción y
organización
concreta y simbólica
de la vida social
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como poder productivo de los cuerpos que controla (Butler, 2002). Es
decir, produce aquello que nombra.
Esto llevó a gran parte del feminismo, a partir de los años 90, a pensar
sobre si el género es la única categoría explicativa de la desigualdad.
Feminismos negros, chicanos, latinoamericanos y asiáticos comenzaron a
visibilizar que el género, a su vez, se encuentra intersectado con otras
categorías de desigualdad como la raza o la clase, las que no habían sido
originalmente consideradas por las feministas blancas. Apuntaron a que las
economías de desigualdad, violencia y exclusión no se desarrollan de igual
manera entre mujeres blancas, de clase media e instruidas, que entre
mujeres negras, de clases menos favorecidas y con escaso acceso al
sistema educativo.
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como algo contextualmente definido, repetidamente
constituido, entonces debemos preguntarnos de forma
constante qué es lo que está en juego en las proclamas o
debates que invocan el género para explicar o justificar sus
posturas, pero también cómo se invoca y reinscribe la
comprensión implícita del género. (Scott, 1996,
http://www.inau.gub.uy/biblioteca/scott.pdf).
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Referencias
Butler, J. (2002): Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos
del “sexo”. Buenos Aires: Paidós.
Scott, J. (1996) El género una categoría útil para el análisis histórico. En M. Lamas
(Comp.), El género: la construcción cultural de la diferencia sexual (pp. 265-302).
México: PUEG. Recuperado de http://www.inau.gub.uy/biblioteca/scott.pdf.
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