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ECLIPSE

Los eclipses de Luna o de sol requieren un alineamiento casi exacto entre el Sol,
el planeta Tierra y su satélite. Cuando la Luna se sitúa en medio, puede proyectar
su sombra sobre una pequeña región de la superficie terrestre y producir o uno de
los mayores espectáculos de la naturaleza: un eclipse total de Sol. Si es la Tierra
la que se sitúa entre el Sol y la Luna, entonces nuestro planeta proyecta su
sombra sobre la región donde se sitúa la Luna, pudiendo quedar ésta totalmente
ensombrecida. Esto último es lo que ocurrió el pasado 27 de julio.

Evolución de un eclipse lunar (GYI)


Los eclipses, del tipo que sean, han llamado siempre la admiración del ser
humano, desde las antiguas civilizaciones hasta hoy, por lo inusual y cautivador
del fenómeno. Además, los eclipses son perfectamente predecibles gracias a
nuestro conocimiento de la mecánica celeste. Mientras que los eclipses de luna
suceden en la fase de luna llena y son visibles desde una gran parte del planeta,
los eclipses de sol coinciden con la luna nueva, y sólo se pueden observar desde
la franja por donde se pasea la sombra proyectada de la Luna, de unos pocos
cientos de kilómetros de ancho como máximo. Por lo tanto, es normal que en
nuestra vida tengamos unas cuantas oportunidades de ver eclipses totales de luna,
pero casi ninguna de ver un eclipse total de Sol, a no ser que viajemos.

El ingeniero frances Sylvain Chapeland grabó el vídeo durante un eclipse solar total en
marzo de 2015 (Sylvain Chapeland)
No habrá que esperar mucho

Para observar un nuevo eclipse total de luna desde Europa no habrá que esperar
demasiado. Durante la madrugada del próximo 21 de enero del 2019,
seguramente pasando algo más de frío que el que tuvimos el pasado 27 de julio,
podremos volver a observar a la Luna escondiéndose tras la sombra terrestre. La
fase de totalidad de este eclipse no será tan larga como la que vimos
recientemente, ya que la Luna cruzará la umbra terrestre rozando su borde.

Lo que sí es común en todos los eclipses de Luna es el color anaranjado


característico que adopta nuestro satélite. Éste se debe a los rayos solares que se
filtran y desvían al pasar por el perfil de la atmósfera de la Tierra, y se proyectan
sobre la Luna con el mismo color que se ve en el cielo del atardecer o del
anochecer. Otros próximos eclipses totales de Luna visibles desde parte de
Europa serán el 16 de mayo del 2022 y el 14 de marzo del 2025.

El próximo eclipse solar


(iStock)
Si queremos experimentar las emociones que se sienten al encontrarse bajo la
sombra de la Luna, tendremos que buscar cuándo es el próximo eclipse total de
Sol, y seguramente empezar a ahorrar porque nos tocará viajar. El próximo 2 de
julio de 2019, por ejemplo, la sombra lunar se paseará por una región del océano
Pacífico, Chile y Argentina. Si nos encontramos en alguno de esos lugares,
podremos ver como la Luna oculta totalmente el disco solar durante algo más de
4 minutos, anocheciendo completamente a pleno día.

Para poder ver un eclipse total de sol sin movernos de la Península Ibérica
tendremos que esperar algo más, pero no demasiado. Pensemos que el último fue
el 2 de octubre de 1912. Pues bien, el 12 de agosto del 2026, a última hora de la
tarde, la sombra de la Luna cruzará desde Galicia hasta Valencia, cubriendo una
buena parte del norte de España, lo que promete ser un gran espectáculo justo
antes de la puesta de Sol.

Y por si no tuviéramos poco, sólo un año más tarde, el 2 de agosto del 2027, se
podrá ver un eclipse total de sol desde buena parte del norte de África,
incluyendo, aunque por poco, el sur de España. También el 26 de enero de 2028
pasará algo similar, aunque en este caso la Luna, al encontrarse cerca del punto
más lejano de su órbita, no llegará a ocultar por completo al Sol, y se producirá lo
que se conoce como un eclipse anular.

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