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Universidad de Flores

Facultad de Psicología y Ciencias Sociales


Intervención Psicológica en Servicios de Salud
Profesores:
Titular: Dr. Edis Buscarons
Ayudante: Lic. Sandra Sorbara

Tema​: Violencia de Género

Alumnas y Alumno:
Gustavo Ambrune ​ 5.779
Legajo: 1
Nadia Cañete Legajo: 14.145
Viviana Gonzalez Siciliano Legajo: 14.940

Fecha de entrega
18-06-15
Índice

Introducción……………………………………………………………………………….…….3
Violencia……………………………………………………………………………….………..4
Registro de Femicidios………………………………………………………………….……..5
Tipos de Violencia……………………………………………………………………...………6
Ámbito Internacional……………………………………………………..…………………….7
Ámbito Nacional………………………………………………………………………………..8
Violencia en las relaciones de pareja……………………………….…………………...…11
Femicidio…………………………………………………………………….……………...…13
La casa del Encuentro (Femicidio)……………………………...……………………….....14
Modelo Ecológico Multimodal………………………………………………………….…....14
Las Comisarías de la Mujer y la Familia………………………………………...……...….19
Sistemas de información y niveles de intervención………………………………............19
Integración de niveles y tipos de información…………………………………………..….20
¿Qué debe hacer el profesional de la salud ?................................................................21
Tipos de denuncia y Recursos………………………………………………………….……22
Régimen legal Argentino. Evolución y dificultades………………………………………...22
Conclusión…………………………………………………………………………………...…33
Bibliografía………………………………………………………………………………….…..34
Introducción

En el siguiente trabajo práctico, se presentará el tema Violencia de Género.


En un primer momento se tratará de definir el término Violencia, luego el término
Género, para tener en claro el concepto de cada palabra, de esta forma adentrarnos y
empezar a desarrollar el tema seleccionado.
Violencia de Género fue el contenido escogido por nosotros, ya que en este momento y
actualmente, es el título que encabeza cada noticia por las mañanas.
Esta violencia desmedida a comenzando a llamar la atención, por la gran cantidad de
muertes principalmente de mujeres, que se da a conocer dia a dia, en las diferentes
zonas de la Provincia de Buenos Aires y el resto de las Provincias. Con estas muertes,
se ha comenzado a escuchar el término FEMICIDIO, el cual definiremos a lo largo del
desarrollo del material presentado.

La intención de esta presentación es


● Generar información sobre este nuevo término Femicidio.
● Aportar información actualizada de las leyes que existen y lo abarcativo de las
mismas.
● Brindar conocimiento de las intervenciones que nos corresponde a nosotros
como personal de salud.

Es de suma importancia estar constantemente al tanto de las problemáticas que surgen


en nuestra sociedad, ya que en un futuro se nos puede presentar algún caso de
Violencia de Género y de esta modo, poseer herramientas útiles para poder
desempeñar nuestra tarea como nos concierne.
Desarrollo

A continuación se definen algunos términos que atraviesan el análisis:

VIOLENCIA (OMS, 2002) “Uso deliberado de fuerza física o poder, ya sea en grado de
amenaza o efectivo, contra uno mismo “o una misma” u otro grupo o comunidad, que cause o
tenga muchas posibilidades de causar lesiones, daño, muerte, trastornos psicológicos,
trastornos en el desarrollo, o privaciones”.
VIOLENCIA DE GÉNERO Aquellas formas de violencia que son ejercidas por los varones
contra las mujeres por el hecho de serlo y por la posición social que ocupan en la sociedad
patriarcal en la que vivimos.

Violencia hacia mujeres, niños, niñas y adolescentes


La violencia hacia las mujeres, niñas y niños constituye una consecuencia de las
relaciones de desigualdad basadas en el poder de los varones. En tal medida, estas
violencias, aunque se expresen en espacios públicos o privados siempre se anudan a
procesos socio-históricos. Ellas se enlazan a relaciones de poder, lo cual pone de
manifiesto su dimensión política. A partir de la lucha de los movimientos de mujeres y
socio-sexuales, de las conquistas normativas, la ​violencia de género ​ha comenzado
a considerarse una violación de los derechos humanos. Existe un amplio consenso
entre diversos actores públicos y privados, comprometidos con la defensa de los
derechos humanos de las mujeres acerca de que la violencia contra las mujeres
persiste y continúa, cobrando vidas de mujeres y niñas, niños y adolescentes, dejando
secuelas físicas y psíquicas, las más de las veces irreparables. Estas violencias
atraviesan geografías, clases y etnias.

La violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, asume distintas expresiones como


violencia:
·​ Física

·​ Sexual

·​ Psicológica

·​ Patrimonial

·​ Económica

·​ Siendo la expresión más contundente el ​FEMICIDIO​.


Año 2008 a 2014

En 7 años registramos 1808 Femicidios.

Año 2008 = 208 Femicidios y 11 Femicidios “Vinculados” de hombres y niños

Año 2009 = 231 Femicidios y 16 Femicidios “Vinculados” de hombres y niños

Año 2010 = 260 Femicidios y 15 Femicidios “Vinculados” de hombres y niños

Año 2011 = 282 Femicidios y 29 Femicidios “Vinculados” de hombres y niños

Año 2012 = 255 Femicidios y 24 Femicidios “Vinculados” de hombres y niños

Año 2013= 295 Femicidios y 39 Femicicios “Vinculados” de hombres y niños

Año 2014= 277 Femicidios y 29 Femicicios “Vinculados” de hombres y niños

Estas violencias ocurren con mayor frecuencia en el ámbito privado (particularmente en


el espacio de relaciones íntimas) y operan como forma de dominación y control hacia
todas las mujeres, perpetuando así la posición inferior y la subordinación de las
mujeres (UNPFA, 2008). Dentro de las distintas expresiones que asume la violencia
familiar contra las mujeres se pueden distinguir: ​La violencia contra la mujer en la
relación de pareja Las mujeres son particularmente vulnerables al maltrato infligido por
la pareja en las sociedades en las que existen importantes desigualdades entre
varones y mujeres y rigidez en los roles de los géneros. Aunque las mujeres pueden
agredir a sus parejas masculinas y también se dan actos violentos en parejas del
mismo sexo, la violencia de pareja es soportada en forma abrumadoramente
mayoritaria por las mujeres e infligida por los hombres. Respecto de este tipo de
violencia se reseñan tanto la ​violencia física como la ​psicológica y ​sexual.​ La
denominada ​violencia económica ​que se traduce en una serie de mecanismos de
control y vigilancia sobre el comportamiento de las mujeres en relación con el uso y
distribución del dinero, junto con la amenaza constante de no proveer recursos
económicos. ​La violencia contra niños, niñas y adolescentes. Las agresiones físicas,
sexuales y psíquicas, además del abandono, constituyen formas de maltrato de niños,
niñas o adolescentes. Se considera también violencia no solo aquella que se ejerce
directamente, sino también indirectamente. Los niños que son testigos de violencia
también son “niños golpeados”, debido a que presentan la misma sintomatología
psicológica que los que sufren maltrato directo (Jaffe y otros, 1986). La perspectiva de
género resulta fundamental en para la comprensión de la complejidad de la violencia en
el ámbito familiar hacia las mujeres, las niñas, niños, los y las adolescentes. Ella
incluye la dimensión política de estos procesos, al tiempo que permite comprenderlos
en el marco de procesos socio-históricos. Si bien la violencia familiar hacia las mujeres,
niños y niñas puede leerse desde la perspectiva de género, ya que en todos los casos
remite a la violencia de género; resulta fundamental distinguir algunos términos.
Violencia de género, violencia contra las mujeres y violencia familiar​.
Es habitual escuchar en los medios de comunicación y en conversaciones cotidianas
que cuando una mujer es asesinada por su pareja lo llamamos violencia de género.
También se lo suele llamar violencia familiar. Y, ocasionalmente, violencia contra o
hacia las mujeres.
¿No es violencia de género cuando una mujer agrede a un varón?
La razón por la cual no se trata de violencia de género, es que cuando una mujer
agrede a un varón no lo hace basándose en el género, sino en otras razones. No es el
género varón lo que “habilita” o “da lugar” a la agresión; de manera contraria a lo que
ocurre con la agresión de un varón hacia una mujer..
La violencia contra las mujeres, ​es aquella que se ejerce contra las mujeres por el
hecho de ser mujeres​. Aquí se trata puntualmente de las mujeres. Decimos mujeres y
no mujer, porque consideramos que si decimos mujer estamos haciendo referencia a
una uniformidad que no es tal en la realidad. Hay diversidad de mujeres en todos sus
aspectos, por ese motivo lo mencionamos de esta manera.
¿Qué es lo que diferencia exactamente la violencia de género y la violencia
contra las mujeres?
La violencia familiar, es la que ocurre dentro del ámbito de las relaciones afectivas que
se denominan “familia”. Los grupos más vulnerados en el marco de la violencia familiar
son: mujeres, niños, niñas, adolescentes, personas con discapacidad y personas de la
tercera edad. No es lo mismo, pero existe una fuerte relación entre la violencia familiar
y la violencia hacia las mujeres.
Distinguir la violencia de género, la violencia hacia las mujeres y la violencia
familiar​, es una decisión teórica y política. Teórica porque refieren a diferentes marcos
conceptuales desde los cuales se analizan estas situaciones. Política, porque la
indiferenciación de estos modos de violencia conlleva equivalencias que lejos de ser
“errores” refuerzan las relaciones de poder desigual. Por ejemplo, cuando se produce
una equivalencia entre violencia de género y violencia hacia las mujeres, se invisibilizan
las diversos sexos-géneros. Por ejemplo, cuando se produce una equivalencia entre
violencia de género, violencia hacia las mujeres y violencia familiar, se invisibilizan
todos los ámbitos en los que se ejercen violencias de género y hacia las mujeres.
Todos esos ámbitos (ciencia, escuelas, instituciones de salud, de la justicia, medios de
comunicación) lejos de ser neutrales, participan de formas más o menos sutiles
reforzando estereotipos, reproduciendo y produciendo desigualdades y violencias.

​Ámbito internacional

Declaración de Naciones Unidas sobre la Eliminación de la violencia Contra la Mujer


(1993): “Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o
pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción arbitraria de la libertad, tanto
si se produce en la vida pública como en la privada.
Se entenderá que la violencia contra la mujer abarca los siguientes actos, aunque sin
limitarse a ellos:
a) La violencia física, sexual y psicológica que se produzca en la familia, incluidos los
malos tratos, el abuso sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con la
dote, la violación por el marido, la mutilación genital femenina y otras prácticas
tradicionales nocivas para la mujer, los actos de violencia perpetrados por otros
miembros de la familia y la violencia relacionada con la explotación
b) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada dentro de la comunidad en
general, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación sexuales en el
trabajo, en instituciones educacionales y en otros lugares, la trata de mujeres y la
prostitución forzada;
c) La violencia física, sexual y psicológica perpetrada o tolerada por el Estado,
dondequiera que ocurra.
Esta definición marcó un precedente importante puesto que, por primera vez, colocó la
violencia contra las mujeres en el marco de los Derechos Humanos, porque amplió el
concepto de violencia contra las mujeres tanto en el contexto familiar, como de la
comunidad o del Estado y porque resaltó que se trata de una forma de violencia
basada en el género, de modo que el factor de riesgo para padecerla es precisamente
ser mujer.
Ámbito Nacional. Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus
relaciones interpersonales (2008). Se entiende por violencia contra las mujeres toda
conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito
público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida,
libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como
así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el
Estado o por sus agentes. Esta definición trae al ámbito nacional algunos puntos muy
importantes como son la ampliación del contexto de la violencia tanto a la esfera
pública como la privada, el concepto de desigualdad de poder entre varones y mujeres
y la posibilidad de que la violencia sea llevada a cabo, no sólo por individuos sino
también de manera estatal e institucional.

Doméstica: Aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar,
independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el
bienestar, la integridad física, psicológica,sexual, económica o patrimonial, la libertad,
comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres.
Se entiende por grupo familiar el originado en el parentesco sea por consanguinidad o
por afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o noviazgos. Incluye las
relaciones vigentes o finalizadas, no siendo requisito la convivencia.

Institucional ​Aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y


agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como
fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas
públicas y ejerzan los derechos previstos en esta ley. Quedan comprendidas, además,
las que se ejercen en los partidos políticos,sindicatos, organizaciones empresariales,
deportivas y de la sociedad civil.

Tipo de Violencia: Física Psicológica Sexual Económica Simbólica Contra la libertad


reproductiva. La Ley referencia laViolencia contra la Libertad Reproductiva y la
Violencia Obstétrica como modalidades (art. 6), entendiéndolas como formas en las
que se manifiestan los distintos tipos de violencia.Aquí entendemos la modalidad en
tanto ámbito en el que se ejercen los distintos tipos de violencia. Por ese motivo
laViolencia contra la Libertad Reproductiva y laViolencia Obstétrica son considerados
tipos de violencia para los fines analíticos del Observatorio.

Laboral: Aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o
privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o
permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad,
apariencia física o la realización de test de embarazo. Constituye también violencia
contra las mujeres en el ámbito laboral quebrantar el derecho de igual remuneración
por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico en forma
sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su exclusión laboral

Mediática: ​Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a


través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta
promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine,
deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la
utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas,
legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores
de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.

Según la Organización Mundial de la Salud el concepto género se refiere a los


conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que
cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres. Las diferentes
funciones y comportamientos pueden generar desigualdades de género, es decir,
diferencias entre los hombres y las mujeres que favorecen sistemáticamente a uno de
los dos grupos.

El término género Se usa para describir aquellas características de mujeres y


hombres que son socialmente construidas, en contraste con aquellas que son
biológicamente determinadas y engloban los atributos que construyen la identidad de
género y determinan los roles de género. El análisis de género identifica, analiza y
ayuda a actuar sobre las desigualdades que surgen debido a los diferentes roles de las
mujeres y los hombres y a cómo estas desigualdades ponen en desventaja a las
mujeres.
LA VIOLENCIA EN LAS RELACIONES DE PAREJA

Intensidad de violencia
Va variando desde aspectos más sutiles hasta llegar, en el peor de los casos. Cuando
comienza la relación , el proceso de enamoramiento, con sus idealizaciones de amor
romántico, esconden a menudo el potencial violento o dominador del varón. De hecho,
éste no se hace evidente hasta que la relación de pareja se ha “consolidado” de forma
más estable, momento en el que el maltratador percibe la existencia de mayores lazos
que atan a la mujer a la relación (sociales, económicos o familiares) y que dificultarán
su marcha, sintiéndose con más poder y derecho a dominar y someterla. La aparición
de formas tempranas de agresión verbal o psicológica, muchas veces subestimadas
como chistes o manías, o camufladas como pequeños ataques de celos, pueden ser el
precedente de la posterior aparición de las primeras agresiones físicas o la agravación
de las agresiones psicológicas. Estas conductas normalizadas de “maltratos leves”,
nombrados por Bonino (1995) como micromachismos, reafirman la asimetría de poder
en la pareja, reduciendo la autonomía de la mujer y buscando la dependencia tanto
emocional como social y económica. Estas primeras agresiones no son visibilizadas ni
por la mujer ni por los/ as que la rodean, siendo naturalizadas en un contexto cultural
patriarcal y machista, hasta que alcanzan sus niveles más severos y evidentes, con
agresiones psicológicas graves y manifestaciones físicas de la violencia. Cuando estos
maltratos severos son visibilizados, la dependencia y la sumisión de la mujer es tal que
es mucho mayor la dificultad para salir de la relación violenta, sintiéndose cada vez en
un mayor estado de indefensión y además, más aislada del entorno que podría
ayudarla.

En paralelo se da otro proceso que facilita el mantenimiento de los vínculos violentos,


el ciclo de la violencia​, desarrollado por Leonor Walker (1979).
En él se explica cómo la violencia tiene una ​dinámica cíclica con tres fases​:
1) Fase de acumulación de la tensión​. Esta fase suele estar caracterizada por un
incremento progresivo de la tensión y la irritabilidad del violento y cambios repentinos
en su estado de ánimo, que darán lugar a la aparición de los primeros roces, tiranteces
e incidentes “menores” de maltrato (reproches, gritos, miradas o gestos).
2) Fase de explosión de la violencia​. En esta fase la acumulación de tensión alcanza su
límite y se produce su descarga a través de conductas de violencia física, psicológica
y/o sexual de manera más intensa y grave. En esta fase la víctima tiene una mayor
probabilidad de sufrir daños o lesiones más graves y, en casos extremos, puede
suponer un riesgo muy alto para su propia vida.
3) Fase de luna de miel. Tras el cese de la violencia, el agresor puede disculparse o
justificar la violencia en un intento de minimizar su repercusión. En esta fase, el violento
realiza promesas de no repetir el maltrato e intenta convencer a la mujer de que le dé
otra oportunidad y no “rompa” la familia e, incluso, puede mostrarse de acuerdo con la
posibilidad de someterse a algún tipo de terapia, mostrándose cariñoso y procurando
una mayor atención con la mujer. Esta fase acaba con una nueva acumulación de
tensiones que, tarde o temprano, volverán a desencadenar el ciclo.

Con los años y con la repetición de los episodios de violencia, la fase de reconciliación
tiende a desaparecer, llegando a ser el uso de la violencia de carácter continuo y
habitual, y la intensidad de las agresiones va en aumento. Las mujeres en situación de
violencia suelen tener sentimientos ambivalentes hacia sus parejas, por quienes
sienten amor y afecto pero también un gran temor. Además, como se mencionó
anteriormente, han sido educadas en función de los estereotipos de género, como
cuidadoras y protectoras, por lo que frente a los primeros síntomas de violencia de la
relación tienden a pensar que son conductas causadas por variables externas como el
alcohol o el trabajo y que va a poder manejar la situación y que los van a cambiar. Con
el tiempo, las agresiones siempre injustificadas e infundadas son cada vez más graves,
y la mujer comienza a ver que no puede controlar la situación y que debe separarse,
pero los condicionantes para lograr esta separación son muchos y complejos. En
ocasiones, los momentos en los que la mujer comienza a negarse a ser maltratada y
empieza a plantear su deseo por terminar la relación, son también momentos en los
que se encuentra en mayor riesgo, pues el varón violento se va a dar cuenta que ella
24 busca escapar a su control y va a desplegar una serie de recursos -tanto
psicológicos, como físicos-, para evitarlo. En este momento entra en juego la consigna
de que la mujer es suya o de nadie, siendo éste el motivo por el que encontramos
tantos Femicidios en contextos de separación de las parejas.

FEMICIDIO

El Femicidio es una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, es el
asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad.
El concepto fue desarrollado por la escritora estadounidense Carol Orlock en el año
1974. La feminista Diana Russel lo utilizó públicamente en 1976, ante el Tribunal
Internacional de los Crímenes contra las Mujeres, en Bruselas. FEMICIDIO/
FEMINICIDIO En diferentes lugares de América Latina se utilizan estos dos conceptos
para definir el asesinato de una mujer en el contexto de desigualdades estructurales
basadas en la preeminencia del dominio, el control, la posesión del varón cuando no se
cumplen estos objetivos, el varón agresor llega hasta el aniquilamiento. Ambas
definiciones están basadas en el cuestionamiento y la visibilización del extremo de la
violencia de género basada en la cultura patriarcal. Marcela Lagarde, en 1997, utiliza la
definición de Feminicidio anexando a esta definición, entre otros elementos, los
factores de impunidad para la persecución y clarificación de los hechos, y la
complicidad de organismos del Estado que no en todos los casos persiguen y
condenan a los asesinos de mujeres. Es decir, un estado patriarcal que legitima la
violencia de género por inacción u omisión, tal como sucede en México, en Ciudad
Juárez. Actualmente hay un acuerdo social y político en entender la violencia de género
como una grave violación a los derechos humanos, del derecho a vivir una vida libre de
violencia sexista. Es por este motivo que en este libro y como Observatorio hemos
asumido la definición de Femicidio.

(Casa del encuentro) FEMICIDIO “VINCULADO”

En esta definición se registran dos categorías: I. Personas que fueron asesinadas por
el femicida, al intentar impedir el Femicidio o que quedaron atrapadas “en la línea de
fuego”. II. Personas con vínculo familiar o afectivo con la mujer, que fueron asesinadas
por el femicida con el objeto de castigar y destruir psíquicamente a la mujer a quien
consideran de su propiedad. De esta manera, el objetivo del femicida sería en todos los
casos la destrucción de la mujer, no necesariamente física, sino psicológica y
emocional, sirviendo como vehículo la muerte de personas del entorno de la mujer.
Este tipo de violencia, resultado de la desigualdad histórica entre hombres y mujeres,
sostenida en el tiempo por patrones culturales que naturalizan tales inequidades, no es
sólo un “tema de mujeres” sino por el contrario, es un problema integral que afecta a
las mujeres por el hecho de serlo pero que no se ciñe a lo “femenino y singular”, sino
que expresa las injusticias de un sistema desigual.

​EL MODELO ECOLÓGICO MULTIDIMENSIONAL

La violencia es una cuestión compleja que ha intentado explicarse, desde su


surgimiento, con diversas herramientas teóricas. Así, los intentos por definir los factores
causales de la violencia doméstica oscilaron entre tendencias biologicistas,
psicologizantes y sociologizantes. Desde razones ligadas a cualidades intrínsecas de
los varones, quienes según esta postura, no pueden evitar los impulsos agresivos que
invaden su comportamiento. Pasando por la psicopatologización de las personas
violentos, quienes fueron consideradas como “enfermas mentales” con la
desresponsabilización y minimización que esto conlleva. Y el alcoholismo como
productor de la violencia. Hasta las teorías que intentando superar los reduccionismos
individualistas de las primeras se volcaron por explicaciones extremas que encontraban
en la desigualdad y la opresión social que genera la división de clases, las causas de la
violencia hacia los adultos mayores, las mujeres y los niños como una expresión más
en el ámbito intrafamiliar de la opresión social. Algunos movimientos feministas
sostuvieron estas posturas más sociologizantes y teorizaron sobre la opresión de la
mujer por un sistema patriarcal cuya esencia es la jerarquización de un sexo sobre otro
fundamentado en una división construida socialmente, la categoría de género. Todas
estas explicaciones, con los marcos teóricos que las sustentan tienen un punto en
común, todas son reduccionistas, ninguna por sí sola puede explicar la problemática
por la complejidad de la misma. Sin embargo, desmerecerlas por completo también
sería erróneo. Por este motivo, el Modelo Ecológico, integra algunos de estos
elementos con la certera convicción de que ninguno es causal directo, sino que son
varios los factores imbricados para favorecer y sostener social e individualmente la
violencia en todas sus formas.
Algunas teorías refuerzan mitos socialmente aceptados, orientando la
culpabilidad en la víctima y justificando las acciones masculinas. Por ejemplo,
considerar que la mujer goza a partir de la violencia del varón no sólo es erróneo sino
que corre el eje de la responsabilidad. Si bien existen relaciones sado – masoquistas
estas se producen en el marco de un consenso mutuo entre hombres y mujeres.
Cuando no hay derecho a decidir, hay violencia. Lamentablemente, el conocimiento
popular está impregnado de estas falsas creencias.
El Modelo Ecológico fue elaborado por Urie Bronfenbrenner (1978) para la
comprensión de los diferentes entornos en los cuales se desarrollan los niños
(extensible a todas las personas) con una perspectiva sistémica que integra los
diferentes ámbitos que directa e indirectamente intervienen en su crecimiento. Define 4
entornos en los cuales la persona interactúa con otros y con el medio, estos son:
macrosistema, exosistema, mesosistema, microsistema. En este orden, el autor
considera que por ser consideradas estructuras seriadas, el macrosistema incluye a los
otros entornos, y cada uno de ellos circunscribe al otro. Esta es una descripción teórica
que ordena la comprensión de la temática a estudiar, pero es fundamental comprender
que la interacción de las personas con los diversos entornos, directa e indirectamente,
es una característica inherente al ser humano que no puede obviarse.
Para el estudio de la violencia familiar, Belsky (1980) adaptó este modelo
conservando la estructura original, pero desarrollando el microsistema añadiéndole un
nivel de análisis individual, constituido por cuatro dimensiones: cognitiva,
comportamental, interaccional, psicodinámica.​[1] El resultado es el Modelo Ecológico
Multidimensional, un paradigma superador y coherente que permite visibilizar el
entramado de elementos constitutivos del problema.

Se definirán brevemente cada uno de los entornos:

Macrosistema​: se refiere a las formas de organización social, sistemas de


creencias y estilos de vida que marcan y organizan a las instituciones sociales,
conductas, actitudes y pensamientos individuales de cada miembro de una cultura
determinada, a partir de valores colectivamente producidos y reproducidos en cada
sociedad y cada momento histórico.
Exosistema: integrado por las instituciones que vehiculizan las ideologías y creencias
de la sociedad, mediando entre la cultura y el nivel individual. En este entorno se
considera la participación directa de la persona en alguna de estas instituciones, como
la escuela, el trabajo, organizaciones recreativas, religiosas. Como también aquellas en
las cuales no participa directamente pero que influyen indirectamente en su vida, como
los medios masivos de comunicación, organismos judiciales y de seguridad, entre
otros​[2]​.
Microsistema: es el entorno más inmediato en el cual la persona interactúa cara a cara
con su red personal más próxima. La familia es considerada la estructura básica de
este entorno. Ya se mencionó que para la comprensión más exhaustiva de la
problemática de la violencia se incorporó a este subsistema un ​nivel individual
constituido por 4 dimensiones interdependientes:
Dimensión conductual​: abarca los diferentes comportamientos de la persona en
relación con los otros y el entorno que la rodea.
Dimensión cognitiva​: comprendida por los esquemas de pensamiento y los modos de
percibir el mundo.
Dimensión psicodinámica​: implica los sentimientos, defensas, conflictos conscientes e
inconscientes.
Dimensión interaccional​: son las pautas de relación y de comunicación con otras
personas.

La violencia desde el Modelo Ecológico Multidimensional

El abordaje de la problemática de la violencia requiere dar cuenta del marco teórico


desde el que se planteará la misma. En cuanto consideramos a la violencia en su
multideterminación, donde no existe una relación causa-efecto, sino una confluencia de
una multiplicidad de factores, la modalidad para abordar la temática se centrará en el
modelo ecológico propuesto por Urie Bronfenbrenner.
Desde el modelo ecológico se considera simultáneamente los distintos contextos en los
que se desarrolla una persona, abriendo así la mirada a los múltiples determinantes
que están en la base de la violencia. Bronfenbrenner postula que la realidad familiar, la
realidad social y la cultura, pueden entenderse organizados como un todo articulado,
como un sistema compuesto por diferentes subsistemas que se articulan entre sí de
[3]
manera dinámica.​ De esta manera considerará la interacción dinámica entre

diferentes niveles: el microsistema, el ecosistema, el microsistema y el nivel individual.


Desde el Microsistema, se considerarán factores de riesgo para la aparición del
maltrato, el conjunto de prejuicios imperantes en nuestra cultura acerca de la diferencia
de género.
Los prejuicios funcionan determinando actitudes y conductas negativas. Los mitos
sociales y culturales imperantes en la sociedad forman parte de una matriz social y
psicológica que de manera inconsciente tiñen espontáneamente las actitudes de las
personas. A través de la socialización, los individuos son influidos por mensajes que
van modelando algunos rasgos de su personalidad y también modos de
comportamiento. Estos mensajes son informaciones erróneas que se elevan al nivel de
conocimientos generales. Distorsionan la realidad ya que no surgen como un dato de
ésta ni como hipótesis científicas, por lo que se imponen como obstáculos a una
reflexión clara.
Sabemos que estas creencias y valores culturales no se encarnan directamente en las
personas sino que se encuentran mediatizados por espacios que constituyen el
entorno social más visible: instituciones educativas, recreativas, laborales, judiciales,
medios de comunicación, instituciones religiosas, formando el exosistema. Según el
funcionamiento y la estructura de dichas instituciones favorecerán la retroalimentación
de la violencia. Esto último alude a la llamada “legitimación institucional de la violencia”,
cuando las instituciones reproducen en su funcionamiento modelos verticales y
autoritarios, usan métodos violentos para resolver conflictos institucionales, lo cual se
transforma en un espacio simbólico propicio para el aprendizaje y/o legitimación de las
conductas violentas en el nivel individual.
No podemos dejar de tener en cuenta el contexto laboral y económico, como factores
influyentes, demostrado a través de investigaciones en torno a la violencia familiar,
donde señalan que existen factores de riesgo asociados con el problema del
desempleo y el estrés económico.
Cabe señalar también los recursos con los que cuenta una comunidad en relación al
problema de la violencia hacia, donde también se pueden encontrar factores que
contribuyen a perpetuar el fenómeno. Lo expuesto da cuenta de la interacción entre
diferentes sistemas, en este caso el exosistema y el macrosistema. A éstos se agrega
el microsistema que abarca los elementos estructurales de la familia, los patrones de
interacción familiar y las historias personales de quienes constituyen la familia.
La violencia se aprende, se aprende de modelos familiares, sociales y culturales y se
transmite de generación en generación. La transmisión intergeneracional de la violencia
es un factor de riesgo con mucha influencia desde el nivel del microsistema (la familia).
Los roles de género diferenciados para hombres y mujeres. Socialización que conduce
a que las mujeres deban cumplir adecuadamente tres roles: madre, esposa y ama de
casa, tareas vinculadas al cuidado de los otros y a lo doméstico, mientras que los
hombres han sido socializados para desarrollarse en el ámbito público, lo cual pone al
[4]
descubierto la desigualdad de poder entre hombres y mujeres.​

Las Comisarías de la Mujer y la Familia


Son actores fundamentales en la atención de los casos y también en la red local que se
conforma para el apoyo y seguimiento de las mujeres y personas víctimas de violencia.
Específicamente, las CMF cuentan con personal policial especializado y con la
presencia de equipos interdisciplinarios integrados por profesionales capacitados/as
para brindar un espacio institucional idóneo en el que se les ofrece orientación,
contención y asesoramiento a quienes sufren situaciones de violencia intrafamiliar y
abuso sexual. Las mismas han sido creadas como unidades policiales especializadas
en violencia de género para desarrollar tareas de prevención, atención, contención y
derivación en casos de violencia familiar y abuso sexual (Resol. MS Nro. 667/06).

Sistemas de información y niveles de intervención


En el caso de la información producida por las Comisarías de la Mujer y la Familia y
Oficinas de Atención a las Víctimas de Violencia de Género, pueden reconocerse los
siguientes niveles: El nivel de la intervención directa (el caso a caso). El nivel de
monitoreo de gestión de cada Comisaría de la Mujer y la Familia y Oficina de Atención
a las Víctimas de Violencia de Género. El nivel de la Dirección General de
Coordinación de Políticas de Género, que integra al conjunto de las Comisarías de la
Mujer y la Familia y las Oficinas de Atención a las Víctimas de Violencia de Género. El
nivel de evaluación epidemiológica para el seguimiento de la problemática en términos
de perfiles poblaciones, y eventualmente incidencia y prevalencia de demanda. El nivel
de evaluación de la red asistencial para la caracterización de los actores e instituciones
que intervienen en el tema y que se vinculan con la “ruta crítica” que transitan las
víctimas de violencia. La heterogeneidad de potenciales productores y usuarios/as de
la información exige llevar adelante acciones tendientes a integrar múltiples
perspectivas e introducir definiciones operacionales y conceptuales integrables entre
distintos niveles. La integración entre niveles puede y debe concebirse en dos
dimensiones mutuamente dependientes:
a) por una parte en lo que respecta al modo de producir la información para integrar
distintos niveles de análisis y con distintos fines.
b) por otra parte, en lo que respecta al modo operativo para organizar el tratamiento y
difusión de la información, garantizando el retorno a todos los niveles en que puede ser
utilizada.
En el primer caso la propuesta apunta a los productos que se quieren alcanzar, en el
segundo a las condiciones de producción para alcanzarlos.

Integración de niveles y tipos de información


Se trata de identificar las dimensiones a relevar, y el modo en que se integrará en el
sistema la información de distinto tipo y alcance. Ningún “dato” aislado es de por sí
informativo. Se requiere vincular e integrar con información y conocimientos
provenientes de diversas fuentes y niveles de análisis. Como hemos visto esto
involucra varias cuestiones: Por una parte, temas vinculados al diseño del instrumento
y el tipo de información que éste releva:
a) qué o quién es el referente de la información, esto alude a lo que metodológicamente
se denomina “unidad de análisis”;
b) qué aspectos o dimensiones evaluaremos de esos referentes o unidades de análisis,
es decir, qué variables serán consideradas;
c) con qué procedimientos o indicadores relevaremos la información.
En un mismo instrumento se puede relevar distintas “unidades de análisis”.
Sin duda en el instrumento de registro de las Comisarías de la Mujer y la Familia, la
unidad principal es la “víctima”. Pero se registra también información que corresponde
a otros sujetos y/o entidades. Por ejemplo, se releva información sobre el “victimario”,
la “familia de la víctima o el victimario”, la “red asistencial”, “la o el consultante” (cuando
consulta alguien distinto a la víctima). En todos los casos la “fuente de información” o
directamente el/la “informante” es la propia víctima o la persona que consulta, pero
parte de lo que nos informa refiere a otras unidades de análisis. En cada caso, se
deberá fundamentar por qué son importantes dichas entidades o unidades, qué se
busca con ello y si es conveniente registrar o indagar sobre ese asunto.

¿Qué debe hacer el profesional de la salud ?

•Recibir y atender a la persona Respetar intimidad y privacidad

•Pedirle que relate lo que sucedió

•Brindar contención, establecer una relación de confianza

•Permitir la expresión de emociones

•No realizar la exploración física ni preguntas delante del supuesto agresor

•Detallar en el informe lesiones: tamaño, número, localización, posible causa

•Informar sobre los riesgos de permanecer en la situación de violencia

•Denunciar en casos de personas con incapacidad para hacerlo

•Evitar intervenciones que tiendan a revictimizar

•Informar de los recursos disponibles



•​DOS TIPOS DE DENUNCIAS​:

VOLUNTARIA: ART 1º ​ “Toda persona que sufriese lesiones o maltrato físico o psíquico por parte de alguno de los integrantes del

grupo familiar podrá denunciar estos hechos en forma verbal o escrita. . .”

OBLIGATORIA: ART 2º ​”Cuando los damnificados fuesen menores o incapaces, ancianos o discapacitados, los hechos deberán ser

denunciados por sus representantes legales y/o el Ministerio Público. También estarán obligados a efectuar la denuncia los servicios

asistenciales sociales o educativos, públicos o privados, los profesionales de la salud y todo funcionario público en razón de su labor.”

Recursos

•Protección de derechos. Informes: 0800 222 4567


•Programa “Las víctimas contra las violencias”. Línea 137. Ministerio del interior de la
Nación.
•Línea telefónica Provincia de Buenos Aires 0800-666-5065
•OVD Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia. Lavalle 1250

Régimen legal Argentino. Evolución y dificultades.


En Argentina, la cuestión de género es novedosa y no ha sido objeto de debate durante
años. Al tiempo de la sanción del código penal (1921) no había preocupación por estos
aspectos y su tipología se expresa neutralmente con respecto a los sexos. Este cuerpo
legal no aporta una definición de violencia de género, por lo que se ha tenido que
recorrer un largo camino para arribar a ese conocimiento.
La evolución normativa relativa a la cuestión y que consideramos significativa, es la
siguiente:
1968. Se promulga la Ley Nº 17.711 que otorga a las mujeres la plena capacidad civil,
igualándolas jurídicamente a los hombres.
1984. Ley N° 23.077, que incrementó la pena del secuestro cuando la víctima fuera una
mujer, modificada por la Ley N° 25.742 de 2003, que agregó al sustantivo “mujer” el
adjetivo “mujer embarazada”
1985. Ley N° 23.179. Argentina ratifica la convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra las mujeres, la convención Americana de Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como su Protocolo
Facultativo y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
1987. Ley N° 23.515 de patria potestad compartida.
1993. Ley N° 24.270, sobre Impedimentos de Contacto de Menores de Edad con sus
Padres no Convivientes, por la que se reprime al “padre” o al tercero que, ilegalmente,
impidiere u obstruyere el contacto de menores de edad con sus padres no convivientes.
1994. La reforma constitucional les asigna a las convenciones internacionales la misma
jerarquía que la Constitución (la mayor en la pirámide legal) colocando a las mujeres en
un plano de igualdad jurídica y reconociendo los derechos.
1994. Ley N° 24.417 de Protección contra la Violencia Familiar.
1999. Ley 25.087, modificación de la normativa sobre delitos sexuales, en la que se
eliminaron conceptos como “honestidad” como bien jurídico tutelado, la supresión del
concepto “mujer honesta” en el estupro.
2008. Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Aborda los casos de violencia de género en la esfera intrafamiliar.
2010. Ley Nº 26.485, para "Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las
mujeres". Establece una definición de violencia contra las mujeres, que no solo abarca
el ámbito privado sino que especifica la violencia ejercida en ámbitos públicos.
2012. Ley 26.791. Modifica el artículo 80 del Código Penal incorporando (entre otras) la
figura de “femicidio”.
2015. El 5 de junio se creó en el ámbito de la Secretaria de Desarrollo Humano de la
Nación la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de femicidio y de
homicidios agravados por el género, conforme al cumplimiento de los compromisos y
obligaciones asumidos por el Estado Argentino con los acuerdos internacionales.
Esta evolución nos permite observar tres etapas; 1) Donde se pone la mirada en el
ámbito familiar, estableciendo una protección limitada por hechos de violencia que
afectan a todos los miembros de la familia, sin distinción de género. 2) Con la sanción
de la Ley N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones
Interpersonales, cuyo antecedente es la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Convención de Belém do Pará,
poniendo el acento exclusivamente en la mujer, se protege a las víctimas de violencia
ocasionados por su pertenencia al género femenino, sin perjuicio de que la misma se
haya producido dentro o fuera del grupo familiar, constituyendo tales hechos una
cuestión de interés público. 3) La observamos como consecuencia de la incorporación
de los delitos de género al código penal con la sanción de Ley 26.791.
Estas etapas constituyen a nuestro entender el bloque normativo en materia de
violencia de género, que ha puesto en movimiento el accionar del Estado para la
protección de los bienes jurídicos tutelados.
El nuevo paradigma legal en los derechos de la mujer en Argentina
La Ley 26.485
Ley 26.485, considerando además su reglamentación parcial a partir del Decreto
1011/2010, no arrojó resultados acabados para garantizar la igualdad de género y
eliminar la discriminación a las mujeres.
La norma legal define distintos tipos de violencia de la siguiente manera:
a) Física:
Se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo
y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad.
b) Psicológica:
Se genera al causar daño emocional y disminución de la autoestima o perjudicar y
perturbar el pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones,
comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento,
restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o aislamiento.
c) Sexual:
Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso
genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o
reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación,
incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de
parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación,
esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
d) Económica y patrimonial:
Se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la
mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes,
pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos,
instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos
patrimoniales.
e) Simbólica:
A través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmite y
reproduce dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales,
naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
Por su parte se prevé que según las maneras en que se manifieste en diferentes
ámbitos las modalidades son:
d) Doméstica:
Es la ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar,
independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el
bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, la libertad,
comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres.
Se entiende por grupo familiar el originado en el parentesco sea por consanguinidad o
por afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o noviazgos. Incluye las
relaciones vigentes o finalizadas, no siendo requisito la convivencia.
e) Institucional:
Es la realizada por los funcionarios, profesionales, personal y agentes pertenecientes a
cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como fin retardar, obstaculizar o
impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos
previstos en esta ley. Están comprendidas, además, las que se ejercen en los partidos
políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, deportivas y de la sociedad civil.
f) Laboral:
Es la forma de discriminación a las mujeres en los ámbitos donde desarrollan su
trabajo ya sean estos públicos o privados y que obstaculiza su acceso al empleo,
contratación, ascenso, estabilidad o permanencia en el mismo. Cuando se exigen
requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la realización de test
de embarazo. Lo constituye también el quebrantar el derecho de igual remuneración
por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico en forma
sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su exclusión laboral.
g) Amenaza a la libertad reproductiva:
Es la que vulnera el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el
número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos, de conformidad con la Ley
25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable.
h) Obstétrica:
Aquella que es ejercida por el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos
reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado y un abuso de
medicalización.
i) Mediática:
Es la publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de
cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva
la explotación de mujeres o injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente
contra la dignidad, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en
mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya
patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia
contra las mujeres.
Esta norma no es una ley de género, porque se formuló para la mujer no para el género
opuesto. No obstante en ella se menciona frecuentemente a la “cuestión de género”,
pero en este caso se debe circunscribir a la violencia de género contra las mujeres, que
es definida como “toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta,
tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de
poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual,
económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan
comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Se considera
violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción omisión,
disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con
respecto al varón”. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará) que es inspiradora de la
norma analizada, establece en el artículo 1° que se debe entender por violencia contra
la mujer “Cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el
privado
La ley de Nº 26.791
Esta norma introduce modificaciones al artículo 80 del código penal argentino,
incorporando el delito de “femicidio”, instalando las cuestiones de género en el
colección legal. Según nuestro sistema, entendemos como violencia de género aquella
que se expresa con un sujeto pasivo femenino y un sujeto activo masculino, enmarcado
en un contexto propio que persigue dominar y someter a la víctima. Ese contexto es
conforme a lo expresado, el género femenino, la condición de mujer. Así, corresponde
expresar que no cualquier ejercicio de violencia contra una mujer es violencia de
género, sólo lo será la que se efectúa por el hecho de corresponder al género
femenino.
El nuevo texto (en lo pertinente) del artículo 80 del código penal (Título I, Delitos contra
las personas, Capítulo I, Delitos contra la vida) introducido por la Ley Nº 26.791, es el
siguiente:
Art. 80: “Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo
dispuesto en el art.52, al que matare:
Inciso 1: A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con
quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia.
Inciso 4: Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual,
identidad de género o su expresión.
Inciso 11: A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare
violencia de género.
Inciso 12: Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene
o ha mantenido una relación en los términos del inc.1°. Cuando en el caso del inciso 1
de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de atenuación, el juez podrá
aplicar prisión o reclusión de ocho a veinticinco años. Esto no será aplicable a quien
anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima.
Análisis
Inciso 1ro:
En el Homicidio agravado por el vínculo y por la relación con la víctima, el bien jurídico
protegido es la vida humana como en cualquier homicidio, considerando a la persona
en toda su integridad. El delito se configura al matar al ascendiente, descendiente,
cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación
de pareja, mediare o no convivencia. Se agrega la figura del “ex cónyuge”, sin hacer
distinción sobre la mantenimiento del matrimonio. Lo apreciable es la existencia, actual
o del vínculo entre el provocador y la víctima, de la misma manera que la persona con
quien aquel “tiene o haya tenido una relación de pareja, con o sin convivencia”. En
estos casos se aplica una mayor pena. Por lo expuesto, quedan alcanzados en la
agravante el homicidio del concubino y de la novia (si hubo una relación de pareja y no
meras relaciones pasajeras). En estos casos el tipo penal comprende sólo el
denominado “femicidio íntimo”, cuando se trate del asesinato de una mujer, con quien
el agresor haya tenido una relación afectiva, familiar o de pareja. Sólo puede ser sujeto
activo del delito aquel que reúne la condición requerida normativamente, y el sujeto
pasivo también debe ser ascendiente, descendiente o cónyuge. Ahora si se trata del
homicidio del ex cónyuge, de la pareja o del conviviente, entonces estamos ante un
delito común de sujetos indiferenciados. En cualquier caso, los sujetos son indiferentes
al sexo, o sea que pueden pertenecer al sexo masculino o al sexo femenino, extremo
que demuestra que esta clase de homicidios no configuran delitos de género. Se trata
de un delito doloso y es admisible el dolo eventual con respecto al resultado, pero no
en caso de imprudencia. El error excluye el tipo agravado. La consumación se produce
con la muerte del sujeto pasivo, bastando con que concurran los vínculos y relaciones
exigidas, siendo admisible la tentativa. En cuanto a las “circunstancias extraordinarias
de atenuación”, no resultarán de aplicación cuando el homicidio se hubiere cometido en
ocasión de violencia de género. Esto ocurre siempre que la muerte haya sido de una
mujer, si la muerte se produce sobre un varón, pueden resultar aplicables las
circunstancias extraordinarias de atenuación. La regla beneficia a la persona de sexo
femenino.
Inciso 4to:
El delito se configura al tiempo de matar con la intención manifiesta del autor por odio
o aversión a la víctima, por su condición de pertenecer a un determinado género, por
su orientación sexual o por identidad de género. Se entiende por identidad de género a
la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual
puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo
la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia
o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole,
siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de
género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales. Son categorías de
identidad de género el travesti, al transgénero, (un hombre o mujer que se comporta y
viste de forma permanente como una persona del género contrario y ya es parte de su
estilo de vida, aunque está conforme con su sexo biológico) y el transexual. Se trata de
un delito doloso, de dolo directo por su carácter de misógino. .
Inciso 11:
La norma conceptualiza al Femicidio. La palabra misoginia proviene del griego "miseo"
(odiar) y "gyne" (mujer), se refiere al odio, rechazo y desprecio de los hombres hacia
las mujeres y lo vinculado con lo femenino. El término femicidio o feminicidio, implica la
muerte de una mujer en un contexto de género. No es femicidio una expresión de
violencia, por el solo hecho de haber sido ejecutada contra una mujer. Para que lo sea,
se debe estar frente una mujer vulnerable agraviada por su condición y dentro del
contexto de género. En el femicidio, el autor del delito siempre es un hombre y no se
trata de una figura neutral sino de una categoría jurídica distinta y con características
distintas que se diferencia de los tradicionales delitos contra la vida o contra la
integridad corporal. El bien jurídico protegido es la vida de la mujer víctima del delito y
la mayor penalidad está dada por la condición del sujeto pasivo y el ejercicio de
violencia en un contexto de género, donde existe una ambiente de subordinación y
sometimiento de la mujer hacia el hombre, basada en una relación asimétrica de poder.
Para que el tipo penal del femicidio se configure se deben dar las siguientes
circunstancias:
a) Que el autor del homicidio sea un hombre.
b) Que la víctima sea una mujer.
c) Que el agresor haya matado a la víctima “por ser mujer” (pertenencia al género
femenino).
d) Que el asesinato se haya perpetrado en un contexto de violencia de género.
El delito es doloso, de dolo directo y no resultan admisibles ni el dolo eventual ni las
formas imprudentes. La consumación se ocasiona con la muerte de la mujer y admite la
tentativa.
Inciso 12:
Aquí se pena a quien haya cometido el homicidio con un propósito determinado:
“causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación
en los términos del inc.1°”, esto es, una relación de pareja, mediare o no convivencia
(se incluye a la relación formal como a la informal; noviazgo o concubinato, por
ejemplo). El delito demanda que se cause la muerte de “una persona” para que otra
sufra por ese hecho. No es relevante el vínculo que ésta persona tenga con la víctima.
Lo que define al delito es su disposición subjetiva, es decir la finalidad del actor de
causar sufrimiento, que se haya matado con dicho propósito, aunque no se haya
obtenido el fin perseguido. Se trata del llamado homicidio “transversal”, ya que se trata
de la desaparición física de un ser que incluso podría no ser conocido por el autor ,
pero que mata “con el propósito de lograr el dolor o sufrimiento ajeno o herirla
íntimamente en sus sentimientos”, se persigue la muerte de un inocente en lugar de
otro, es decir entendiendo que la muerte de aquella va a generar un dolor, un
sufrimiento o un padecimiento, tanto psíquico como físico. Es una actitud que se
emparenta con el ensañamiento, y en general se expresa matando a un ser querido por
la víctima, o matar al hijo para que la madre sufra. Es un tipo de homicidio equiparable
a la “venganza transversal”, figura receptada en otras legislaciones positivas. A pesar
de tratarse de un delito de resultado material, la tentativa es admisible.
Dificultades
Cualquiera sea el criterio adoptado para la consideración jurídica del femicidio no
puede dejar de reconocerse que la incorporación de la figura al código penal, sirve al
menos para visibilizar la problemática sexista, asumiendo la condición femenina como
el sujeto pasivo del delito. Si bien pueden observarse objeciones (desde distinto
ámbitos doctrinarios que exceden el marco del presente) no puede dejar de observarse
la escalada de la violencia de género y la necesidad de su conceptualización punitiva.
Claro que este extremo se aplica sobre las consecuencias y no sobre las causas que lo
originaron, pero la solución no es competencia de la política penal, pero entendemos
que es de vital para su erradicación y de ahí la importancia de su contribución. Va de
suyo que serán necesarias la utilización de las herramientas sociales, laborales y
económicas, deben ser pensadas y utilizadas en la lucha contra la violencia sexista. La
declaración de la Ley N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus
Relaciones Interpersonales, tiene como finalidad la de “promover y garantizar el
derecho de las mujeres a vivir una vida sin violencia”, aspiramos que la ley sea
efectivamente cumplida y obtenga el fin perseguido, pero por sí solo no basta si no
existen los mecanismos efectivos para hacerla operativa y que la misma con cumpla
los fines para los cuales fue creada. En nuestro país el problema no es consagrar
derechos (en muchos casos ya existen), sino que no se pueden gozar íntegramente
ante la falta de herramientas para ponerlos en funcionamiento. La cuestión de género
no solo se expresa en cuestiones vinculares, sino que además hay cientos de mujeres
mueren al año por abortos clandestinos, y otras han desaparecido como consecuencia
de la trata de personas, aspectos que aún no han sido regulados (como en el primer
caso) o debidamente normados (como en el segundo). Sin embargo, observamos un
principio de solución a la problemática analizada con las normas examinadas, pero es
necesario implementar con celeridad los siguientes aspectos para superar las
dificultades:
1. Creación de fueros regionales especializados en violencia contra las mujeres con
competencia en materia civil y penal, que contemplen la diversidad regional y sus
particularidades.
2. Pronta reglamentación de la Ley 26.485 y asignación presupuestaria de recursos.
3. Incorporación de la temática "violencia contra las mujeres" en todas los planes
educativas nacionales y provinciales.
4. Desarrollo de un programa nacional para la Igualdad de Oportunidades entre
mujeres y varones.
Código Penal comentado en​ www.pensamientopenal.com.ar
AROCENA Gustavo – CESANO José ​“El delito de femicidio. Aspectos
​ d. B de F, Buenos Aires- Montevideo,
político-criminales y análisis-dogmático-jurídico” E
2013.
Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer “Convención de Belem Do Pará”, suscripta en Belem do Pará República
Federativa del Brasil, el 9 de junio de 1994.
Ley N° 26.485 y su Exposición de Motivos. Honorable Cámara de Diputados de la
Nación.
Decreto 1011/2010
Ley 26.791 y su Exposición de Motivos. Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

Conclusión

La producción de información de modo sistemático constituye una de las herramientas


más valiosas para profundizar el conocimiento, la investigación y la difusión de la
problemática de la violencia contra las mujeres. Los desafíos para la construcción y
generación de información, que sea significativa para las personas involucradas en la
problemática que abordamos, comienzan a ser un verdadero trabajo para todo el
personal involucrado y que trabajan en este tema. A su vez, hay que tener en cuenta
los diferentes contextos geográficos y culturales. Crear conciencia de la importancia y
la relevancia de los registros, que constituyen el instrumento básico, para la producción
de información. Se debe tomar conciencia, de la responsabilidad que existe en destinar
tiempo y esfuerzo para registrar datos y comprender el proceso. Todas y cada una de
las prácticas que rodean e involucran el Registro de Consultas sobre violencia contra la
Mujer en los Equipos Interdisciplinarios de las Comisarías de la Mujer y la Familia y las
Oficinas de Buenos Aires de Atención a las Víctimas de Violencia de Género, pueden
abandonar el status de rutinas administrativas, para ser pensadas y vividas como una
contribución y una pieza fundamental, en el camino de dimensionar un problema
público, ​sobre el cual el Estado tiene la obligación y el compromiso de trabajar para su
erradicación.​
Se debe prestar especial atención y desarrollar políticas, respecto a las mujeres
adolescentes y jóvenes que son el ​principal grupo de riesgo​, tanto de ​homicidios
como de ​suicidios​ y ​violaciones​, lo cual se ve acentuado en algunas Provincias.

Bibliografía

● file:///C:/Users/Claudia/Desktop/MapadeViolenciadeGeneroen Argentina 1.pdf


● Teubal, Ruth. Violencia familiar, trabajo social e institucional. Editorial Paidós.
Buenos Aires, 2002.

● OMS Informe Mundial sobre la violencia y la salud, 2002

● Belsky, J.:​ ​Child maltreatment: An ecological integration. American


Psychologist. New York. (1980).
● Brofenbrenner, Urie. La ecología del desarrollo humano. Editorial Paidós.
Barcelona, 1987.
● Burín, Mabel: “Estudios de género. Reseña histórica.” En Burín, M y Meler I.
Género y familia. Poder, amor y sexualidad en la construcción de la subjetividad.
Paidós. Buenos Aires. 1998.
Estadisticas y graficos revisado el 20-06-15 en la pagina:
http://www.ovd.gov.ar/ovd/
● Código Penal comentado en​ ​www.pensamientopenal.com.ar

● AROCENA Gustavo – CESANO José ​“El delito de femicidio. Aspectos


​ d. B de F, Buenos Aires- Montevideo,
político-criminales y análisis-dogmático-jurídico” E
2013.

● Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra


la mujer “Convención de Belem Do Pará”, suscripta en Belem do Pará República
Federativa del Brasil, el 9 de junio de 1994.

● Ley N° 26.485 y su Exposición de Motivos. Honorable Cámara de Diputados de la


Nación.

● Decreto 1011/2010
Ley 26.791 y su Exposición de Motivos. Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

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