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no se limita en absoluto a la «filosofía de las ciencias»), y LOS MANDAMIENTOS DE

el necesario desarrolló de las ciencias sociales, humanas LA COMPLEJIDAD


y políticas. No digo de· ningún modo que la acción políti­
ca será deducible de estas ciencias.
La acción política, más aún que el conocimiento
complejo, depende en sí misma de la estrategia, por tan-
to, del arte. Todo debe contribuir al arte nuevo del pen-
I
samiento y de la acción política. Lo que decía Saint-Just f
sigue siendo verdadero: «Todas las artes han produci- \.,
do sus maravillas; solamente la política no ha produ-
ciclo más que monstruos».
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La ciencia «clásica» se fundaba en la idea de que la
complejidad del mundo de los fenómenos podía y debía
resolverse a partir de principios simples y de leyes gene­
rales. De este modo, la complejidad era la apariencia de
lo real, y la simplicidad, su naturaleza misma.
De hecho, es un paradigma de simplificación caracte­
rizado a la vez por un principio de generalidad, un princi­
pio de reducción y un principio de disyunción, que man­
daba la inteligibilidad propia del conocimiento científi­
co clásico. Este principio se reveló de una extraordinaria
fecundidad en el progreso de la física, de la gravitación
newtoniana a la relatividad einsteiniana, y el «reduc­
cionismo» biológico ha permitido concebir la naturaleza
físico-química de toda organización viviente.
Pero actualmente los mismos progresos de la física
nos hacen considerar las insuperables complejidades de
la partícula subatómica, de la realidad cósmica, y los
mismos progresos de la biología nos abren los proble­
mas inseparables de autonomía y de dependencia que
conciernen a todo lo viviente. Por ello, el desarrollo de
los conocimientos científicos pone en crisis la cientifici­
dad que había suscitado este desarrollo.
A partir de ahí, podemos preguntarnos si una refle-

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nociones a la vez complementarias, concurrentes y anta­ TEORÍA Y MÉTODO
gonistas.
13. Es preciso pensar de forma dialógica y mediante
macroconceptos,l que unan de forma complementaria
nociones eventualmente antagonistas.

* * *

De este modo, me l:te esforzado en extraer un paradig­


ma de comple_jidad que comporte estos «mandamien­
tos». Es cierto que una descripción puramente local o un
estudio estrictamente analítico pueden ignorar estos
mandamientos. Pero la reintegración del objeto aislado
y del estudio analítico en su contexto los requiere nece­
sariamente. El paradigma de complejidad no «produce»
ni «determina» la inteligibilidad. Únicamente puede inci­ Una teoría no es el conocimiento; permite el conoci- \
tar a la estrategia/inteligencia del sujeto investigador a miento. Una teoría no es una llegada; es la posibilidad de )
considerar la complejidad del problema estudiado. Inci­ una partida. Una teoría no es una solución; es la posibili­
ta a distinguir y a hacer comunicar en lugar de aislar y dad de tratar un problema. Dicho de otro modo, una teo­
poner en disyunción, a reconocer los rasgos singulares, ría sólo cur'nple su papel cognitivo, sólo adquiere vida,
originales, históricos del fenómeno en lugar de unirlo con el pleno empleo de la actividad mental del sujeto. Y
pura y simplemente a determinaciones o leyes generales, es esta intervención del sujeto lo que le confiere al térmi­
a concebir la unidad/multiplicidad de toda entidad en lu­ no de método su papel indispensable.
gar de heterogeneizarla en categorías separadas o de ho­ Se debe concebir la palabra método con fidelidad
mogeneizarla en una totalidad indistinta. Incita a dar respecto de su sentido originario y no en su sentido deri­
cuenta de los caracteres multidimensionales de toda vado, degradado, en el seno de la ciencia clásica; en efec­
realidad estudiada. to, en la perspectiva clásica, el método no es más que un
corpus de recetas, de aplicaciones cuasi mecánicas, que
tiende a excluir a todo sujeto de su ejercicio. El método
se degrada en técnica, puesto que la teoría se ha vuelto
programa. Por el contrario, en la perspectiva compleja,
la teoría está engramada, y el método, para ser puesto en
funcionamiento, necesita estrategia, iniciativa, inven­
2. Para la definición de «macroconcepto•, cfr. El Método, 1, p. 426, ción, arte. Se establece una relación recursiva entre mé­
yll, p.430. todo y teoría. El método, generado por la teoría, la rege-
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