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Lenguas indígenas
y lenguas minorizadas
Estudios sobre la diversidad
(socio)lingüística de la Argentina
y países limítrofes
ISBN 978-950-23-2418-0
1. Linguística. I. Hecht, Ana Carolina II. Messineo, Cristina, comp. III. Hecht, Ana Carolina,
comp.
CDD 410
Eudeba
Universidad de Buenos Aires
1ª edición:
© 2013
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Ciudad de Buenos Aires
Tel.: 4383-8025 / Fax: 4383-2202
www.eudeba.com.ar
Impreso en la Argentina
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
Presentación. ...........................................................................................................
Cristina Messineo y Ana Carolina Hecht
Capítulo 13: “Me gustaría que no se pierda, que adonde vayas lo lleves…”.
El hablar quechua mezclado en migrantes bolivianos................................... 255
Patricia Dreidemie
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Presentación
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Presentación
a la región del Gran Chaco (toba, chorote, maká, mbya y quechua boliviano).
Estudios descriptivos, tipológicos y de contacto lingüístico” (PICT Bicentenario
0136 -ANPCyT-FONCyT y UBACyT 081). Dir.: Cristina Messineo.
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Presentación
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Presentación
aulas bilingües del Chaco con el fin de proponer posibles ejes de trabajo
para una descripción del plurilingüismo escolar. De este modo, se de-
scriben algunos de los “estatus prácticos” de estas lenguas en las aulas, y
se los relaciona con los roles de los docentes indígenas en las prácticas
institucionales. Lejos de ser homogéneo, este estatus se caracteriza por su
variación, patente en las relaciones entre usos lingüísticos y organización
escolar en las dinámicas de gestión del plurilingüismo en las aulas.
La tercera parte de este libro se centra en los usos y representaciones
de las lenguas, así como en las ideologías lingüísticas que subyacen a las
valoraciones y prácticas lingüísticas. En el capítulo 12, Susana Skura y Lucas
Fiszman estudian los procesos de mantenimiento y retracción lingüística del
ídish (judeolengua) hablada por los judíos en la Argentina. Centralmente,
se reconstruyen las ideologías lingüísticas que subyacen a las prácticas
lingüísticas en ídish y que consideran a esta lengua como transnacional,
como puente entre judíos de diferentes orígenes, como lengua diaspórica
en oposición al hebreo, como contraseña y material propicio para los
juegos de palabras y otras formas de comicidad, entre otros.
En el capítulo siguiente, Patricia Dreidemie expone una aproxima-
ción sociolingüística a las prácticas comunicativas de los hablantes de
quechua en Buenos Aires. A partir de una investigación que se enmarca
en la lingüística de campo y sobre la base de un estudio etnográfico, la
autora presenta una cartografía de los modos de habla de la población
migrante quechua-boliviana, el rol simbólico que desempeña el quechua
como recurso de membresía y de reconfiguración política y una tipología
de hablantes que considera las ideologías lingüísticas y las competencias
de los propios sujetos.
El trabajo de Carolina Gandulfo se centra en el análisis de los usos
del guaraní correntino y del castellano en el marco del sistema educativo
provincial. A partir de la observación participante de situaciones en el
aula y de entrevistas abiertas a docentes y miembros de la comunidad de
un paraje rural de Corrientes, el trabajo da cuenta del contraste entre el
uso real de las lenguas en situaciones comunicativas y de las ideologías
lingüísticas de los actores sociales respecto de esos usos. El discurso de la
prohibición y su relación con las ideologías que suponen que cada lengua
tiene un lugar “correcto” para ser usada permiten identificar dos ámbitos
diferenciados de uso: el guaraní para los ámbitos privados o domésticos,
y el castellano para los públicos u oficiales.
En el capítulo 15, Héctor Andreani estudia, desde un enfoque et-
nográfico, la variedad lingüística del quichua santiagueño. A partir de las
ideologías lingüísticas implícitas y explícitas sobre la lengua y sus hablantes,
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
C.M y A.C.H
Buenos Aires, junio de 2013
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Capítulo 1
1. Introducción
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Capítulo 1. Las lenguas indígenas de la Argentina. Diversidad sociolingüística...
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Capítulo 1. Las lenguas indígenas de la Argentina. Diversidad sociolingüística...
kollas (antiguos
Salta y Jujuy, y
atacamas, diaguitas
quechua grandes centros
y omaguacas) y
Quechua urbanos
migrantes bolivianos
Corrientes; también
Misiones, Chaco,
guaraní correntino / criollos / no
Formosa, N de Entre
goyano indígenas
Ríos y grandes
centros urbanos
Frontera con
guaraní paraguayo / migrantes
Tupí-guaraní Paraguay y grandes
jopará paraguayos
centros urbanos
chiriguano-chané chiriguanos y
N y NE de Salta
(avá guaraní) chanés
tapiete tapietes Tartagal (Salta)
Salta, Formosa y
wichí wichís
Chaco
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toba chorote
contacto de lenguas
relacionado con pro- guaraní
mocoví correntino
cesos migratorios
internos y de países rankulche
limítrofes
mapuzungun
chorote
ava guaraní
tehuelche
chorote
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Capítulo 1. Las lenguas indígenas de la Argentina. Diversidad sociolingüística...
Desde fines del siglo xix, han existido intereses de diversa índole
para censar a la población indígena de nuestro país. El primer Censo
General de la República Argentina se realizó en el año 1869, cuando los
jefes de los ejércitos de la frontera censaban a los indígenas con un cri-
terio militar, es decir, contándolos como enemigos. Luego se realizaron
otros censos nacionales (1895, 1914, 1947 y 1960) con criterios semejantes
de omisión y ocultamiento de las poblaciones indígenas. Recién en 1966
se proyectó el Primer Censo Indígena Nacional, que quedó trunco con
el derrocamiento del presidente Arturo Illia. La estadística parcial se dio
a conocer en 1968, con un número de 165.000 indígenas en el territorio
argentino. Luego siguieron tres décadas de censos nacionales (1970, 1980
y 1991) que ignoraron la presencia de indígenas en nuestro país. Con la
reforma constitucional de 1994 y el reconocimiento de los pueblos indí-
genas, la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) de 2004
y 2005 y el Censo Nacional de 2010, realizados por el Instituto Nacional
de Estadísticas y Censos (INDEC) arrojan cifras notablemente superiores.
De acuerdo con estos resultados, 955.032 personas se reconocen como
pertenecientes o descendientes en primera generación de al menos treinta
pueblos indígenas en nuestro país, algunos de ellos invisibilizados por la
metáfora de “pueblos extinguidos”, como los comechingones, los charrúas,
los huarpes y los onas.
Los datos del INDEC revelan una diversidad antes ignorada y una
notable presencia de población aborigen en la Ciudad de Buenos Aires y
en el Gran Buenos Aires. Los pueblos más numerosos son los mapuches
(113.680 personas), los kollas (70.505), los tobas (69.452) y los wichí
(40.036). Entre los grupos indígenas menos numerosos se encuentran
los onas (con 696 personas), los chulupíes (553) y los tapietes (524). En
la Ciudad de Buenos Aires y en los 24 partidos del Gran Buenos Aires
habita población toba (14.466 personas), kolla (10.829), mapuche (9745),
guaraní (9089), tupí-guaraní (8483), diaguita y diaguita-calchaquí (6217),
ava-guaraní (3268), tehuelche (1664), rankulche (1370), huarpe (1136) y
ona (114), lo que asciende a una cifra aproximada de 66.000 personas. No
obstante, según los datos del INDEC, solo un 35% de las personas que se
reconocen como pertenecientes a un pueblo indígena hablan o entienden
la lengua vernácula. De esta manera, los índices de vitalidad de una lengua
no siempre están determinados por la cantidad de personas, sino por el
uso real o efectivo de la lengua en situaciones comunicativas. A modo de
ejemplo, el siguiente gráfico muestra algunos de los contrastes entre la
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Y VS en las intransitivas:
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(15) e-k-chemale-sh- k’
1-ABS(M/F)-lastimar-EP-REAL
‘Yo me lastimé’.
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b) xas-ula wí kokhóya
serpiente(AG) yo(PAC) morder
‘La serpiente me mordió’.
(19) a) há wadúkiya
yo(AG) ir
‘Yo voy’.
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b)
wí qa:lálma
yo(PAC) enfermar
‘Me enfermé’.
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(20) a) a-la’an
1A-matar
‘Mato’.
b) a-kelisie’n
1Sa-cantar
‘Canto’.
(21) a) si-nil’lia’
1So-tener hambre
‘Tengo hambre’.
b) si-lia’an
1O-matar
‘Me mata(n)’.
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Capítulo 1. Las lenguas indígenas de la Argentina. Diversidad sociolingüística...
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Tridimensional Ausente,
Extendido Extendido
(no Próximo Distante fuera de la
vertical horizontal
extendido) vista
Masculino da zi ñi na so ka
Plural
(a)dawa (a)ziwa (a)ñiwa (a)nawa (a)sowa (a)kawa
paucal
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Capítulo 1. Las lenguas indígenas de la Argentina. Diversidad sociolingüística...
Toba
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ESPACIO TIEMPO
na próximo presente
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Capítulo 1. Las lenguas indígenas de la Argentina. Diversidad sociolingüística...
(37) to-qoy-na
‘Esta ropa (la toco)’.
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Capítulo 1. Las lenguas indígenas de la Argentina. Diversidad sociolingüística...
(39) Che-rendu-mí-na
1SG-oír-un.poco-fórmula.de.cortesía
‘Oíme un poco, por favor’.
2.2.5. Evidencialidad
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La forma ka, en cambio, señala que los sucesos a los que el hablante
se refiere en su enunciado no han sido constatados o verificados por él
mismo, ya que están fuera de su campo visual:
3. Conclusiones
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Abreviaturas
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Referencias bibliográficas
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Capítulo 2
1. Introducción
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Capítulo 2. Situación sociolingüística del tehuelche a fines del...
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Cantidad de
Extensión Cantidad de
Año de habitantes
Reserva original en habitantes en
creación según el primer
hectáreas 1984
censo
Camusu Aike 1898 50.000 259 (1913) 42
Lote 119 1920 25.000 25 (1943) 5
Lote 6 1922 20.000 37 (1935) 1
Lote 28 bis 1922 15.000 34 (1935) 4
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1. Chapman (1973: 3-4 y 1998: 13) sostiene que, durante las últimas décadas del
siglo xix y la primera del xx, los selk’nam fueron diezmados por los blancos. Mu-
chos murieron a causa de enfermedades transmitidas por estos, pero muchos otros
fueron asesinados por los cazadores de indios, personajes siniestros que cumplían
órdenes de los hacendados de Tierra del Fuego, quienes ofrecían dinero para que
los mataran, con el objetivo de erradicarlos de sus tierras y dedicarlas a la cría de
la oveja. Se cuenta que pagaban una libra esterlina por oreja, cabeza o testículos
de indígenas (véase también Martínez Sarasola, 1992: 313-314 y 528).
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Capítulo 2. Situación sociolingüística del tehuelche a fines del...
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Capítulo 2. Situación sociolingüística del tehuelche a fines del...
Estas ocho comunidades –cifra que resulta mínima en contraste con otras
provincias patagónicas en las que el número de comunidades supera
las 80– pasaron a ser reconocidas tácitamente por el Estado provincial,
o al menos por dicha secretaría. Tres de ellas se identifican como
rurales –Paisman Vera (tehuelche), Copolque (tehuelche), Limonao/
Villa Picardo (mapuche)–, cuatro como urbanas –Willi Mapu (Caleta
Olivia), Millanahuel (Río Turbio), Fem Mapu (Puerto Santa Cruz) y
Aitué (Río Gallegos)– y Camusu Aike (tehuelche) se identifica como
“abierta” (rural-urbana). Una de las comunidades rurales, a su vez, se
identifica como mapuche, las otras tres como tehuelche, y las urbanas
(constituidas públicamente luego de 2004, a excepción de Willi Mapu,
que se constituyó en 1992) como mapuche-tehuelche.
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5. Conclusiones
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Capítulo 2. Situación sociolingüística del tehuelche a fines del...
2. Para Denison (1977: 21), el suicidio de una lengua implica la voluntad social de
no transmitirla a los hijos, hecho bastante común en aquellos contextos en que
las actitudes de la sociedad general son negativas.
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Referencias bibliográficas
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Capítulo 2. Situación sociolingüística del tehuelche a fines del...
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Capítulo 3
Marisa Malvestitti
1. Introducción
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4. Por ejemplo, señala Félix Manquel, marido de Agustina Quilchamal (la principal
consultante de Federico Escalada), que ella “sabía tres ‘aleto de indígena. Sabía
hablar en tehuelcho, sabía hablar en pampa y… mapunche… cuatro ‘aleto claro,
con castellano” (Perea, 1989: 44; cfr. también Escalada, 1949: 298).
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Capítulo 3. Desplazamiento y mantenimiento lingüístico de dos lenguas indígenas...
Isidora Real, casi 70 años, vive en Valcheta desde hace 25 años con un
Anglomestizo… nació en Viedma [de padre español] pero fue criada
con la madre y habla puelche como lengua materna; además perfec-
to araucano y español… (Lehmann-Nitsche, 1915-1916; Malvestitti y
Orden, 2014: 106-107).
Fui a visitar al anciano indígena Millaluan [= Guanaco de oro, en len-
gua araucana], llamado Bartolo Alfaro desde que se hizo cristianizar…
(Lehmann-Nitsche, 1915-1916; Malvestitti y Orden, 2014: 106-107).
Cabe informar respecto a la personalidad del narrador: tiene como 80
a 85 años; es de padre araucano y de madre puelche; vive en Primera
Angostura, sobre la costa sud del Río Negro, algo al Oeste de Carmen
de Patagones, donde posee buenos campos y un lindo establecimiento
rural con casas y galpones de material; habla como idioma propio, el
araucano, y sabe el puelche del cual es uno de los últimos representan-
tes; sus numerosos hijos prefieren el castellano al araucano. La leyenda
que me contó, dijo haber oído cuando joven en lengua puelche […]
(Lehmann-Nitsche, 1919: 182-183).
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rancho” para uso de los misioneros. En los cuarenta años transcurridos hasta
la visita de Lehmann-Nitsche, las condiciones de su vida material parecen
haber prosperado, según se observa en el fragmento citado, y también se
habría producido una variación en la elección de la lengua hablada en el
entorno inmediato, por lo que el günün a iajüch perdió terreno frente a
las otras dos lenguas empleadas en el ámbito de la cotidianeidad.
También en el año 1915, Tomás Harrington, docente rural que residió
muchos años en el área, refiere que en LefiNgiyeu, paraje de la meseta
chubutense, conoció a la anciana Trruúlmani (Agustina Moreira), cuyas
niñez y adolescencia “habían transcurrido peregrinando por el centro de
Río Negro y Chubut” (Harrington, 1946: 240). Observó sus prácticas comu-
nicativas por haber vivido en su casa durante cinco meses, y en relación
con ello afirma que: “…solía entenderse en araucano con su madre, la
centenaria Máshal, aunque a menudo recurrían a una lengua distinta. Me
informó Trruúlmani que esta lengua era la pampa… Trruúlmani poseía
extensos conocimientos de la yájītch y los suficientes de la áyin (habla
del AóenīKēnk) para entender una conversación y emitir palabras y frases
vulgares. A mi pedido, cantaba en aquella, interrumpiéndose si aparecía
alguien, así fuese uno de sus vástagos o su hermana Teguítsüm” (Harring-
ton, 1946: 238, 240).
Casi quince años más tarde, Harrington refiere haber interactuado
con otros indígenas también conocedores de “las tres lenguas indias”, que
contaban además con un mayor o más “discreto” conocimiento del espa-
ñol (Harrington, 1946: 242-243). En las presentaciones de cada uno de los
consultantes, aporta datos que confirman que el günün a iajüch era una
lengua hablada usualmente con los padres o mayores y que su empleo
decrecía cuando estos desaparecían; en cuanto a los descendientes, observa
que en ciertos casos “hijos y sobrinos sabían algo de la yajitch, tres o cuatro
docenas de palabras y alguna frase de las más usuales” (Harrington, 1946:
261), y en otros casos, los hijos y nietos de los hablantes “ya no hablaban
su idioma” (Harrington, 1946: 244).
La tendencia operó hacia un bilingüismo sustractivo, que resultó,
luego de siglos de coexistencia con la lengua mapuche, en la desaparición
del günün a iajüch en la estepa centro-sur patagónica. En su relevamiento,
Harrington reconoce haber contado con “nueve maestros” de esta lengua
(Harrington, 1935: 60, nota 1) y propone una nómina de treinta y seis
personas hablantes, e hipotetiza que “en el territorio de Santa Cruz, había
posiblemente 12 o 15 personas más… y unas pocas en la región de Val-
cheta, Treneta y Pajalt, del Río Negro, ignorando [los consultantes] cuántas
sobrevivían por estar desligadas de ellas hace años” (Harrington, 1946:
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Capítulo 3. Desplazamiento y mantenimiento lingüístico de dos lenguas indígenas...
Williche, antes, pero esos williche dice que era primero que lo… que-
daron antes, dice que había, williche le decían, esos criados aquí. Esos
eran los williche. Pero yo cuando conocí parece que no quedó nada…
No lo conocí ninguno.
Williche… esos eran diferentes… más tiempo de antes. Esos saben hablar
puro en la lengua nomás saben…. esos son gente de antes, ese sí que
es verdadero de antes.
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Familia de mi mamá, conocí una sola abuela. Ella hablaba. Ella cuando
cumplía el año cualquiera nietito, ella cantaba mi abuela, cantaba, qué
lindo que cantaba. Pero ella cantaba apenas venía aclarando, ella estaba
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Capítulo 3. Desplazamiento y mantenimiento lingüístico de dos lenguas indígenas...
Todo eso son gente mapuche… No hablan más mapuche, puro wingka
son. Muy poco hablan… Y si le dicen, alguno si hay [en la casa], puede
enseñar, sí, alguno, alguno tendrán que seguir… En parte saben y en
parte no… Les dije yo: ‘Hay que aprender, hay que enseñar de chico,
cómo, si no son wingka, ustedes son mapuche’. Y por ahí dicen los
chicos: ‘may, may’, dicen. El maestro también ahí… le gusta mucho la
palabra mapuche.
solamente datos de Chubut, La Pampa y Buenos Aires–, casi treinta años más tar-
de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) estima que, de una
población mapuche que alcanzaría 113.680 habitantes, un 17,3% habla la lengua,
un 2,2% la habla regularmente en el ámbito familiar y un 3,6% la considera su
lengua materna –con las dificultades teóricas que plantea este concepto–. Los
guarismos aumentan ligeramente si en la muestra se consideran sólo las provincias
patagónicas: 21,8%, 2,9% y 4,5%, respectivamente. En cuanto a la Línea Sur, una
proyección de nuestros datos de campo sugería hace diez años que alrededor de
un 5% de los pobladores de los parajes eran hablantes (Malvestitti, 2003).
8. La ECPI (2004-2005) pone de manifiesto la edad adulta o avanzada de quienes
han sido socializados en mapuzungun: un 2,5% de la población mapuche encues-
tada tiene más de 40 años; entre ellos, el 58% son mayores de 65 años.
9. Entre ellos hay personas competentes en recrear estructuras lingüísticas y diversos
géneros discursivos en mapuche y expresarse eficazmente en la variedad regional
de español: por un lado, están quienes hablan las dos lenguas, y que cuentan
con una mayor eficiencia en el habla del español, pero poseen una competencia
cultural notable en mapuche; por otro lado, están quienes sólo conocen palabras
o frases sencillas en la lengua.
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Capítulo 3. Desplazamiento y mantenimiento lingüístico de dos lenguas indígenas...
11. En otro artículo, el número 31, esta ley propone la incorporación de horas de
clase a cargo de docentes “indígenas que hablen su lengua y deseen transmitirla
a sus descendientes, asimismo sus pautas culturales, historia y tradiciones”. San-
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4. Conclusiones
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Referencias bibliográficas
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Capítulo 3. Desplazamiento y mantenimiento lingüístico de dos lenguas indígenas...
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Capítulo 4
Jimena Terraza
1. Introducción
* Una versión anterior de este artículo fue publicada en las Actas del XXII Con-
greso de Geohistoria Regional, que tuvo lugar en Resistencia los días 4 y 5 de
octubre de 2002.
1. Según la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas de 2004-2005, son
27.974 los wichís mayores de cinco años que consideran al wichí como su lengua
materna (población total: 40.036). Los datos que se consignan en el siguiente
cuadro provienen de esta fuente:
Lengua
Población de Lengua hablada
comprendida o Lengua materna
más de 5 años en la casa
hablada
Provincias de Chaco,
30.649 93,6% (28.687) 90,8% (27.829) 90,7% (27.798)
Formosa y Salta
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Capítulo 4. Notas de campo sobre el rol de la lengua en comunidades wichí...
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Capítulo 4. Notas de campo sobre el rol de la lengua en comunidades wichí...
Las entrevistas que llevé a cabo en estas localidades son del tipo
semidirigidas (Savoie-Zajc, 2008: 340; traducción propia):
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Capítulo 4. Notas de campo sobre el rol de la lengua en comunidades wichí...
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sobre la ruta número 5. En esta ciudad, los habitantes wichí viven en seis
enclaves diferentes: La Misión, El Camping, El Obraje, La Lagunita, Las
Palmas y Betania. La población total de Apolinario Saravia es de aproxima-
damente 7000 habitantes, de los cuales unos 300 son aborígenes. En esta
ciudad recogimos información sobre la opinión relativa al comportamiento
lingüístico de 76 personas,8 entre las cuales no registramos ningún menor
de 30 años que declarara hablar la lengua. Esto no significa necesariamente
que todos los mayores de 30 la hablen. De hecho, entre las personas en-
trevistadas que tienen entre 30 y 50 años (16 en total), sólo seis declaran
hablarla. Estos datos permiten ver claramente que la transmisión de la
lengua ya ha sufrido un corte importante.
Los grupos wichí de El Quebrachal (124), San José de Metán (125) y
El Galpón (126), situados al sur de Apolinario Saravia, en el departamento
de Anta y Metán, son menos numerosos que los de las demás localidades.
En El Quebrachal (unos 10.000 habitantes), El Galpón (aproximadamente
8000 habitantes) y San José de Metán (conocida como Metán, con unos
30.000 habitantes), hay solamente un barrio wichí que congrega a unas 100
personas (aproximadamente 20 familias) cada uno. En estos enclaves, la
situación de la lengua es aún más alarmante. En una muestra poblacional
de 121 personas, sólo encontramos dos personas (de aproximadamente
65 años) que declaran saber hablar el wichí, pero que lo utilizan espo-
rádicamente. El resto de los entrevistados, aunque se identifican como
“matacos”,9 consideran a la lengua de su etnia como un símbolo del pasado
y, en algunos casos, hasta ignoran su existencia.
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Capítulo 4. Notas de campo sobre el rol de la lengua en comunidades wichí...
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Capítulo 4. Notas de campo sobre el rol de la lengua en comunidades wichí...
“Se dan muchos casos que la madre o el padre está identificado con otra
variedad y la madre con otra variedad hay un choque de variedades es
como que uno se siente menos y el otro menos y terminan hablando
castellano” (U1).
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“Vos los escuchás hablar, pero cuando les preguntás si saben, te dicen:
yo no soy mataco, soy gente” (AS11).�
[...] Para ser aborigen hay que tener las cosas completas, ¿no cierto? Tiene
que saber hablar la lengua, dominar el idioma y las costumbres y tiene
que tener todo lo que tiene un aborigen. ¿Cómo va a ser un aborigen
si no tiene ni la cuarta parte de aborigen? Aquí hay mucho de eso. Es
aborigen, sí, pero le duele cuando le dicen “sos un indio, un mataco”,
y ¿sabe por qué le duele? Porque no tiene nada. Es decir, no es criollo
pero tampoco está entre los aborígenes (AS5).
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4. Conclusiones
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Capítulo 4. Notas de campo sobre el rol de la lengua en comunidades wichí...
Referencias bibliográficas
Silva, Mercedes (ed.): Memorias del Gran Chaco, Resistencia, Edipén, 1998.
Terraza, Jimena: La langue wichi: possibilités de maintien et d’aménagement
linguistique, Tesina de Maestría, Québec, Université Laval, 2001.
105
Capítulo 5
Javier J. Carol
1. Introducción
107
Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
108
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
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Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
3. Variedades dialectales
110
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
de iyojwa’(a)ja (I) sino también los de iyo’awujwa (II a) afirman tener al-
gunas dificultades para comprender la variedad manjui (II b), muchos de
ellos manifiestan que esto se debe principalmente a la alta velocidad de
habla de esta última. Por otra parte, si los hablantes de iyo’awujwa’ logran
comprender el iyojwa’aja’ mejor que el manjui, esto debe explicarse sin
dudas a partir del mayor contacto con esta variedad y de la consecuente
adquisición de cierta competencia en ella, según han reconocido algunos
hablantes consultados (“no la hablamos pero la entendemos”).
Debe tenerse presente, por otra parte, que las fronteras políticas entre
Argentina y Paraguay están influyendo indudablemente en la subdivisión
interna del chorote. Por un lado, en territorio argentino ambas variedades
tienden a influirse mutuamente; son frecuentes los comentarios (y aun
quejas) de muchos hablantes acerca de las “mezclas” entre ambas varieda-
des que realizan otros hablantes, especialmente jóvenes, relativas tanto al
léxico como a la morfosintaxis. Por otro lado, las “subvariedades” argentina
y paraguaya de V2 –iyo’awujwa’ y manjui– tienden a distanciarse y, como
se expresó arriba, aun los hablantes de iyo’awujwa’ reconocen que tienen
dificultades para comprender el chorote del Paraguay.
Los nombres “iyojwa’(a)ja” e “iyo’(a)wujwa” son autónimos, aunque
al parecer están originados en exónimos recíprocos (cf. apartado 6). Si
bien el uso y los materiales didácticos y religiosos editados han difundi-
do las grafías iyojwa’ja e iyo’wujwa –adoptada por Ethnologue (Lewis,
2009)–, la pronunciación pausada de ambos términos es [i’yo’hwaʔahaʔ] e
[i’yoʔa’wuhwaʔ], según se indicó al comienzo de la sección, lo que supone
las grafías iyojwa’aja’ e iyo’awujwa’; para otras grafías de estos etnónimos,
véase el apartado 6.
Las subdivisiones dialectales de la variedad iyojwa’(a)ja son menores.
Gerzenstein (1978) menciona una división entre “abajeños” y “arribeños”
(isiamjlele’ y pijiamjlele’, respectivamente). Según numerosos hablantes consul-
tados, ambos términos suelen referir hoy a localizaciones geográficas relativas
a la ubicación del hablante, más bien que a subvariedades concretas; así, un
habitante de La Gracia llamaría “arribeño” a uno de La Merced y “abajeño”
a uno de Misión La Paz, comunidades localizadas río arriba y río debajo de
la primera respectivamente. Es posible que, en otro tiempo, ambos términos
designaran parcialidades concretas; sin embargo, tales divisiones hoy parecen
estar algo desdibujadas, tras la redistribución demográfica que tuvo lugar en
el siglo xx (apartado 5), la cual implicó el asentamiento en misiones angli-
canas y pentecostales, así como en la periferia de Tartagal. De esta manera,
esta redistribución está dando lugar a una nueva subdivisión relacionada con
la localización actual de las comunidades, que sólo parcialmente reflejaría
111
Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
4. Filiación
113
Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
5. Historia
114
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
parecen suficientes para dar por sentada la identificación de los palomos con los
chorotes actuales. Más aún, Siffredi (1982: 23) consigna, citando a Lozano (1941:
79, 83), que los palomos estarían casi extinguidos hacia comienzos del siglo xviii,
y que su nombre desaparece progresivamente de las fuentes escritas y de mapas
a lo largo del siglo mencionado.
13. La vinculación de estos etnónimos con el de ‘chorote’ es indisputable. Sin
embargo, quizá sea razonable mantener alguna reserva sobre su identificación
con los chorotes actuales en vista de que, como es bien conocido, los etnónimos
varían frecuentemente su referencia de una época a otra y de una fuente a otra;
en el Chaco, un claro ejemplo de esto es el término ‘chulupí’, que ha sido y aún
es utilizado para designar a los nivaclé pero que designaba también, en algunas
fuentes, a una parcialidad vilela. En relación con esto, además, téngase presente
que entre la mención de los chorotíes y xolotas, por un lado, y la de los actuales
chorotes, por otro, media un hiato de algo más de un siglo.
115
Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
6. Etnónimos
14. Algunos relatos compilados en Drayson et al. (2000) dan cuenta de las migra-
ciones a los ingenios y de la Guerra del Chaco en el recuerdo de algunos ancianos;
relatos en primera persona de esto último pueden verse también en AA. VV. (2007).
116
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
lengua’, que designa a los indígenas en general por oposición a los criollos.
Estos nombres son iyojwa’aja’. En trabajos realizados a partir de V2 se
han mencionado también como autónimos de toda la nación chorote los
nombres samijyé, (de sam, ‘nosotros’, e ijyé’, ‘otro’; Díaz y Gea, 2008), y
sam-kata, ‘sólo nosotros’ (Siffredi, 1973: 73); este último en contraposición
a sam, ‘nosotros’, que incluiría también alguna parcialidad chulupí. Por
otra parte, el nombre iyojwa’(a)ja es utilizado a veces en la Argentina para
designar todas las parcialidades, incluso por hablantes de V2.15
En Paraguay, el etnónimo más extendido es el mencionado man
juio manjuy,16 también exónimo, ya que es un término nivaclé (plural; su
singular es manuuc [manuʔuk]); desconozco que se haya establecido su
significado. De acuerdo con Tomasini (1995, apud Fabre, 2005), el autó-
nimo de los chorotes del Paraguay es enquíjwas, transcripto inkijwas por
Drayson (2009: 92) y traducido por este último como ‘los que comparten’.17
Por otro lado, Bareiro (2006: 4) menciona lumnanas como un etnónimo
difundido recientemente a partir de un consenso alcanzado en 2005; en
él se distingue [(h)lum’naʔ] ‘monte’ (en iyojwa’aja’, [hlim’naʔ]) y el sufijo
relacional [na].
Wikinawos o wikinawos ‘norteños; del viento norte’ es el nombre
con el que los chorotes de Argentina suelen denominar a los del Paraguay,
si bien el mismo nombre, según otras fuentes e informantes, designa sólo
a un subrgupo de los manjui. Con todo, debe señalarse que existen hoy
comunidades en Argentina que se autodenominan wikinawos, y que in-
cluso este etnónimo hoy es ocasionalmente utilizado como sinónimo de
lo que aquí se denomina V2.18 Téngase en cuenta que no siempre es fácil
establecer la referencia de los etnónimos, ya que parece que esta varía
15. Así, por ejemplo, la expresión napọ iyojwa’aja’ ‘los iyojwa’aja’’ puede usarse
para referirse a ‘la gente’ en general, aun cuando el narrador sea hablante de V2,
como he oído en ocasiones en Misión La Paz.
16. Manjui es la grafía más extendida actualmente en Paraguay y es la que se
suele utilizar en documentos oficiales. La grafía manjuy, en cambio, es la que más
frecuentemente se halla en textos de antropología y lingüística producidos fuera
del Paraguay, al menos hasta hace unos pocos años.
17. En su diccionario, Drayson (inkijwa) vincula el nombre con el tema verbal
-kijwan–e ‘comer con’. Allí puede reconocerse también un sufijo -jwa, aproxima-
damente ‘compañero de’ (cf. si–’li–jwa –1pl.pos–lengua–?compañero– lit. ‘compañero
de lengua’). En la misma entrada, Drayson traduce el término como “manjuy,
wikinawo” y aclara luego “chorote montaraz de la zona de Wonta [=Santa Rosa]”.
18. Nótese que el plural –s en wikinawo–s, inkijwa–s etc., es patrimonial (<pro-
tomataguayo *–ts) y no un préstamo del español.
117
Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
118
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
119
Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
120
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
25. Si esta actitud hacia la lengua es novedosa o no es algo que debe aún inves-
tigarse. De todos modos, la siguiente anécdota, narrada por uno de mis maestros
chorotes de Tartagal, parece evidenciar un cambio de actitud relativamente reciente.
Esta persona reprochó hace pocos años a su hijo (de algo más de 20 años) que
no hablara chorote; insistía sobre la importancia de preservar la lengua. A esto, su
hijo respondió con otro reproche: el padre nunca había hablado con él en chorote
en su infancia, de allí que él no supiera la lengua. Hoy la actitud del padre es
radicalmente diferente, ya que se dirige sistemáticamente en chorote a cualquiera
en su comunidad, incluso si le responden en español, y solo cambia al español
(y circunstancialmente al wichí) si verifica incomprensión.
26. Debe tenerse en cuenta también que la competencia en español en los mayo-
res de 50 o 60 años del Pilcomayo es a menudo limitada, de modo que sustituir
el chorote por el español en el hogar difícilmente sea una medida practicable.
27. En las comunidades inmediatamente adyacentes a Tartagal los hechos debie-
121
Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
fluido con la comunidad criolla y las instituciones estatales tiene poco más
de un siglo y, en el caso de los iyo’(a)wujwa, aún menos.
8. Conclusiones
122
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Referencias bibliográficas
123
Capítulo 5. La lengua chorote en Argentina: cuando vitalidad no es cantidad de...
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del Gran Chaco y de su periferia (enfoque etnológico), Resistencia, Uni-
versidad Nacional del Nordeste, 1972.
124
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
125
Capítulo 6
Ana Gerzenstein
1. Introducción
*
Trabajo póstumo presentado por la autora en el Congreso Internacional de Ameri-
canistas, Quito, Ecuador, realizado del 7 al 11 de julio de 1997 en el simposio “Las
causas sociales de la desaparición y el mantenimiento de las lenguas en América”.
1. Sobre familia lingüística mataguaya véase, entre otros, J. Greenberg (1987), M.
Ruhlen (1991), C. Loukotka y A. Tovar y C. Larrucea De Tovar (1984).
127
Capítulo 6. El contacto maká-español: un caso de resistencia etnolingüística
128
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
3. La resistencia lingüística
4. La situación sociolingüística
129
Capítulo 6. El contacto maká-español: un caso de resistencia etnolingüística
• El monolingüismo
130
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
• La socialización
• La valoración de la lengua
8. Hacia 1978, Manelis Klein y Stark (1983: 173) señalan que “es muy interesante
estudiar el caso de este grupo lingüístico que, a pesar de haberse instalado en los
suburbios de la capital de un país sudamericano, y a pesar de haberse integrado
de alguna forma en la economía nacional, no ha aprendido ninguna de las dos
principales lenguas del país”.
131
Capítulo 6. El contacto maká-español: un caso de resistencia etnolingüística
5. La incorporación de neologismos
5.1. Préstamos
132
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
5.2.1. La derivación
133
Capítulo 6. El contacto maká-español: un caso de resistencia etnolingüística
5.2.2. La composición
134
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
(20) feti-l ‘cinturón de plumas que usaban los hombres en las fiestas’,
‘plumero’
(21) -lo’ ‘semilla’, ‘bala de revólver’
6. Conclusiones
135
Capítulo 6. El contacto maká-español: un caso de resistencia etnolingüística
Referencias bibliográficas
136
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
137
Capítulo 7
1. Introducción
Hace casi dos décadas, Ana Gerzenstein (1997) afirmaba que, pese al
contacto cotidiano con el español, “la lengua maká se caracteriza princi-
palmente por su alto grado de vitalidad determinado por factores demo-
gráficos, culturales y sociolingüísticos. A partir de los nuevos datos obte-
nidos durante sucesivos trabajos de campo, nos proponemos continuar el
análisis iniciado por la autora y actualizar la información sobre el pueblo
y la lengua maká, mediante la descripción de las estrategias desarrolladas
por esta comunidad en un contexto de un contacto cultural y lingüístico
cotidiano y permanente.
Para tal fin, nuestro objetivo es dar cuenta de los nuevos factores que
inciden en los cambios tanto al interior de la lengua como en la actitud
de los propios hablantes hacia esta. En primer lugar, examinamos algunas
prácticas socioculturales relacionadas con el contacto entre los maká y la
sociedad global, como el turismo y la venta de artesanías como fuente de
trabajo, la vestimenta de las mujeres, la celebración del culto, y la educa-
ción; para luego describir los fenómenos específicamente lingüísticos que
dan cuenta de la resistencia de los maká frente al contacto.
*
Este capítulo toma como punto de partida el trabajo pionero de Gerzenstein
publicado en este volumen.
139
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
1. La Guerra del Chaco fue librada entre los países de Paraguay y Bolivia por el
control del Chaco Boreal entre 1932 y 1935.
140
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
1.3. Metodología
141
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
142
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
143
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
3.3 La educación
144
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
director del turno tarde, que no es maká, indicó que es muy alta la deser-
ción de los alumnos. Del mismo modo, si bien la entrada, salida y cambios
de hora están estipulados, la asistencia no es obligatoria, y los alumnos
suelen entrar y retirarse sin respetar los horarios señalados. En esta última
característica reconocemos un afán de sostener un ritmo cotidiano, a la
vez que observamos que no han incorporado estrictamente los hábitos
escolares provenientes del afuera.
Por otro lado, el director del turno tarde expresó que en general la
elección de las carreras universitarias de los egresados de la escuela maká
varía entre la Licenciatura en Enfermería y la Licenciatura en Ciencias de la
Educación. Estas elecciones tienen que ver con la vuelta a la comunidad, ya
que son carreras que se podrían ejercer dentro de ella y, según el director,
es con esta perspectiva que las eligen. En otras palabras, al ingresar a los
estudios universitarios se produce una integración de los jóvenes maká a
la sociedad global; no obstante, en la elección de las disciplinas existe un
interés por formarse académicamente y conservar, a la vez, la posibilidad
de volcar los conocimientos obtenidos dentro de la propia comunidad.
3.4 El culto
4. Las iglesias bautistas son cristianas evangélicas; sus pastores son elegidos por
la congregación y no necesitan ser ordenados.
145
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
146
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
4. Resistencia lingüística
147
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
148
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
4.3 Neologismos
4.3.1 Derivación
149
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
150
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
• Neologismos locativos
151
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
- wet: Otro sufijo que indica lugar es -wet. En este caso, a diferencia
de -jii, se adjunta sólo a bases nominales, como vemos en el ejemplo
(13a):
• Nominalizaciones
(14) wit-faakan-ek
posind-preguntar-nmnz
‘Libro/papel/cuaderno/carta’.
152
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
(15)
wit’i’titjii
‘Celular’.
(16) k’ofk’of
‘Moto’.
(17)
jakjak
‘Serrucho’ (Gerzenstein, 1997).
(18) jak’
‘Cierre’.
(19) nełełel
‘Ventilador’ (de neł ‘fresco’).
4.3.3. Compuestos
(20) haq-ł-oqo-y
auto-pos3-mano-pl
‘Rueda’ (lit. ‘manos del auto’).
153
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
(21) qi-ts-ł-ekfi-i
grande-pl-pos3-oreja-pl
‘Elefante’ (lit. ‘orejón’).
4.4. Préstamos
154
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
(26) nalanka
‘Naranja’.
Asimismo, en (27) la bilabial sonora del español es reemplazada
por el segmento labial continuo, existente en el sistema fonológico maká.
(27) waka
‘Vaca’.
(28) tsahaq
‘chajá’ (Chauna torquata) (Arenas, 1983).
5. Conclusiones
155
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
156
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Abreviaturas
Referencias Bibliográficas
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157
Capítulo 7. Resistencia étnica y creatividad lingüística entre los maká
158
Capítulo 8
Florencia Ciccone
1. Introducción
159
Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
160
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
2. ara un análisis más detallado acerca del significado y del debate en torno a la
escritura de la lengua tapiete, véase Ciccone y Hirsch (2010).
161
Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
3. De acuerdo con Hirsch (2006), las migraciones de las familias tapietes a los
ingenios azucareros de Salta y Jujuy comienzan por lo menos en 1908, según las
referencias encontradas en Nordenskiöld (2001 [1912]), y se extienden hasta 1950.
En ese período, los tapietes tenían serios conflictos con los pobladores criollos del
Chaco boliviano, quienes estaban usurpando su territorio. Los contratistas, denomi-
nados “enganchadores”, que atraían a trabajadores mediante promesas de buenas
retribuciones materiales, jugaron un rol importante en este proceso migratorio de
impacto profundo en los aspectos materiales y socioculturales. El abandono de su
territorio y de sus prácticas sociales y económicas para incorporarse como mano
de obra barata, en situaciones de precariedad, maltrato y condiciones de vida
insalubres, ha dejado una profunda marca en el modo de vida, en la economía
y en la visión de mundo de los tapietes y de otros grupos indígenas del Chaco
(Hirsch, 2006: 29-30).
4. Actualmente denominados chulupíes en la provincia de Salta, y nivaclés en la
provincia de Formosa –Argentina– y en Paraguay.
5. Quelques Tapietes et Ashluslays y viennent aussi, mais ils se présentent comme
étant des Tobas ou des Matacos (Nordenskiöld, 2001 [1912]: 5-6).
162
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
(2) Yo soy tapi’i y nada más, lengua tapi’i y nada más (Tomás Ferreira,
III Encuentro Trinacional Tapiete, abril de 2004).
(3) Subir su autoestima de ese estudiante, que esté donde esté no se
avergüence de su idioma, no se avergüence de su raza (Reinaldo
Baldera, III Encuentro Trinacional Tapiete, abril de 2004).
163
Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
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Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
↓
Interlocutores Cónyuge Tapiete Tapiete/ weenhayek
Hijos Tapiete Tapiete
↓
Interlocutores Cónyuge Tapiete/ español Español
Hijos Tapiete Tapiete
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Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
↓
Interlocutores Cónyuge Tapiete Weenhayek
Hijos mayores Tapiete Tapiete
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
↓
Interlocutores Cónyuge Tapiete Weenhayek
Hijos Tapiete Weenhayek
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Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
↓
Interlocutores Cónyuge Español/ tapiete Weenhayek/ español
Hijos Español/ tapiete Español/ weenhayek
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
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Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
↓
Interlocutores Cónyuge Español/ tapiete Chorote/ español
Hijos Español/ tapiete Español
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Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
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Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
20%
0%
71-80
61-70
51-60
41-50
31-40
21-30
11-20
3-10
Edad
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Hablante tapiete
Lengua/s de Lengua/s de
(habla tapiete y español)
producción recepción
↓
Interlocutores Cónyuge Español/ tapiete Español
Hijos Español/ tapiete Español
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Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
(9) [En] la lengua materna de los tapiete, los consejos son consejos
de sabio que daban antes nuestros ancestros, que nos daban
para que sigamos adelante, que nunca agarremos la cosa mala.
Por ejemplo, eso es lo que a veces queremos mantener, hablarle
en nuestra lengua, enseñarle más nuestro idioma, de que ellos
también puedan ser el sabio de nuestra cultura. Porque no sólo
es saber el idioma sino es tener contacto con la naturaleza, los
mitos, y son cosas que nosotros valoramos, dentro de todo lo
primero es el idioma para nosotros.
180
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
4. Conclusiones
181
Capítulo 8. Multilingüismo, prácticas lingüísticas y situación de la lengua tapiete...
Abreviaturas
Referencias bibliográficas
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
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184
Capítulo 9
1. Introducción
185
Capítulo 9. Bilingüismo e identidad en comunidades indígenas del Gran Buenos...
Rankulche
Huarpe
Tehuelche Ona Toba
Ava Guaraní
Diaguita/diaguita
calchaquí
Tupí Guaraní
Kolla
Mapuche
Guaraní
186
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
187
Capítulo 9. Bilingüismo e identidad en comunidades indígenas del Gran Buenos...
188
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
189
Capítulo 9. Bilingüismo e identidad en comunidades indígenas del Gran Buenos...
grantes en las grandes ciudades. A partir del siglo xix –luego de la conquista
y colonización de la región del Gran Chaco– y hasta la actualidad, los tobas3
se vieron obligados a llevar un modo de vida cada vez más sedentario al
perder el acceso al “monte”, territorio donde deambulaban estacionalmente
para obtener recursos para la vida. Merced a varios factores acerca de los
cuales no nos extenderemos en este capítulo, las condiciones de vida fue-
ron cada vez más adversas, y se inició el proceso de desterritorialización4.
En la década del 50, despojados de sus tierras, debieron abandonar su
territorio originario y trasladarse a otros asentamientos en busca de nuevos
recursos de subsistencia. Así, muchas familias tobas migraron hacia los
centros urbanos de la región chaqueña (Formosa, Resistencia, Sáenz Peña,
Santa Fe, entre otros) y hacia otras grandes ciudades de Argentina (Rosa-
rio, Buenos Aires y La Plata) (cf. Vázquez, 2000; Tamagno, 2001; Wright,
2001). No obstante, a partir de la reforma de la Constitución Nacional y del
reconocimiento de los derechos indígenas en nuestro país, estas familias
tobas dispersas en diferentes villas y asentamientos precarios de la ciudad
comenzaron a reagruparse para reclamar sus derechos constitucionales,
especialmente el de la propiedad de las tierras. Así, merced a las políticas
de reconocimiento, obtuvieron títulos territoriales y se originaron estos
nuevos asentamientos denominados barrios tobas.
190
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
191
Capítulo 9. Bilingüismo e identidad en comunidades indígenas del Gran Buenos...
192
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
sin embargo, en la escuela a la que asisten los niños del barrio no se está
efectuando ningún tipo de estrategia didáctica particular ni en el área de
lengua ni en la de sociales. En consecuencia, se carece de programas es-
pecíficos para la enseñanza del idioma toba, mientras que se cuenta con
clases de inglés desde el preescolar hasta el polimodal. Respecto de la
educación formal, gran parte de los niños tobas no terminan el tercer ciclo
de la educación inicial. La dificultad de hablar correctamente español (según
el registro más o menos estándar de alumnos no indígenas y docentes) y
la discriminación son causas importantes –además de las limitaciones de
índole socioeconómica– que obligan a los niños a abandonar la escuela.
La mayoría de los adultos no sabe leer ni escribir, aunque algunos de ellos
–los más jóvenes– han adquirido esta habilidad en las escuelas bilingües
del Chaco, o unos pocos la han desarrollado mediante la tarea de traducir
la Biblia al toba. Por otra parte, también funciona en el barrio un programa
de educación para adultos en horario nocturno.
que habita en el Gran Buenos Aires son invisibles para la legislación que afirma
este derecho tal como: a) Ley Nacional N° 23.302 sobre Política Indígena y Apoyo
a las Comunidades Aborígenes (1985); b) Decreto Reglamentario N° 155 (1989); c)
Artículo 75, inciso17) de la Constitución Nacional Argentina (1994); d) Resolución
107 del Consejo Federal de Cultura y Educación (1999); y e) Ley de Educación
Nacional 26.206 (2006).
193
Capítulo 9. Bilingüismo e identidad en comunidades indígenas del Gran Buenos...
194
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Por otro lado, en el ámbito del hogar, las conversaciones entre esposos
y entre los demás adultos de la casa se dan particularmente en lengua toba.
Si bien la mayoría de las interacciones entre niños y adultos suceden en
español, existe una situación doméstica particular en la que el toba es la
lengua de preferencia. Se trata de instrucciones o consignas muy simples
que le indican al niño cómo comportarse en la vida diaria, como por ejem-
plo: ‘anachil (‘bañate’), ‘anso’ooñi (‘sentate’), ‘anapogui na lasom (‘cerrá
la puerta’), ‘asoma (‘andá’), etcétera. Las órdenes domésticas constituyen
piezas centrales en la socialización infantil toba, ya que regulan la conducta
cotidiana, el control social, así como también la organización cooperativa
del trabajo en la familia. Los chicos ayudan en las tareas domésticas, cuidan
a sus hermanos/as más pequeños/as, y participan de la economía familiar
colaborando en la producción y la comercialización de artesanías. Por
ende, estas emisiones sirven para transmitir conductas sociales esperadas.
Es significativo el comentario de los padres, quienes afirman que sus hijos
responden y actúan –es decir, comprenden– de manera más eficaz cuando
se les habla en toba. Ellos sostienen que una orden o un pedido emitido
en la lengua indígena posee mayor “fuerza”, y que no es necesario repetir
la consigna varias veces como cuando utilizan el español.
Esta valoración de la competencia receptiva se ve también reflejada
en afirmaciones como la siguiente: “Lo tienen en la cabeza [el idioma toba]
pero no pueden pronunciarlo”. A su vez, esa misma capacidad receptiva
alimenta la esperanza de la preservación y continuidad de la lengua en un
futuro próximo, tal como ilustran los siguientes testimonios de entrevistas
de distintos adultos sobre los niños:
“Los chicos cuando sean grandes van a hablar”; “Ellos ya están listos, ya
tienen… para hablar, ellos están cargados, es como un disquete, no habla
pero está cargado… porque desde chico le hablás, entonces escuchan
y ese disquete va a funcionar”; “Porque lo llevan en la sangre, por eso
no lo pueden hablar pero lo entienden. Ellos cuando se lo propongan
lo van a lograr, eso viene de herencia, ellos lo van a hablar y entender”.
195
Capítulo 9. Bilingüismo e identidad en comunidades indígenas del Gran Buenos...
196
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
6. Conclusiones
197
Capítulo 9. Bilingüismo e identidad en comunidades indígenas del Gran Buenos...
Referencias bibliográficas
198
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
199
Capítulo 10
Patricia Dante
1. Introducción
201
Capítulo 10. El cambio de código como estrategia en las prácticas discursivas ...
2. Perspectiva teórica
202
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
203
Capítulo 10. El cambio de código como estrategia en las prácticas discursivas ...
3. Marco etnográfico
Junto con los pilagás, los mocovíes y los caduveos (además de los ya
extintos abipones y mbayás), los tobas integran el grupo étnico y lingüístico
denominado guaycurú3. Tradicionalmente, han habitado la región del Gran
Chaco, territorio que abarca tres países: Argentina, Bolivia y Paraguay. En
Argentina, se encuentran en las provincias de Chaco, Formosa y hacia el este
de Salta. Sin embargo, muchas familias han migrado, en busca de mejores
condiciones de vida, hacia distintos centros urbanos o suburbanos de las
provincias de Chaco (por ejemplo, la ciudad de Resistencia y Roque Sáenz
Peña), de Santa Fe y de Buenos Aires, y se instalaron en asentamientos
permanentes denominados barrios.
En relación con las creencias religiosas, la presencia de distintas
iglesias protestantes desde mediados del siglo xx ha tenido un enorme
impacto en las prácticas religiosas de los tobas4. La iglesia anglicana –la
primera que se estableció en la zona–, la Misión Emmanuel y la iglesia
menonita se instalaron en distintos momentos y lugares, pero realizaron
labores similares: fundaron escuelas, establecieron almacenes y, en algunos
casos, capacitaron a los indígenas para liderar iglesias. Esto permitió que
las congregaciones pudieran continuar, hasta hoy, bajo el mandato de los
propios aborígenes; hecho que, de acuerdo con distintos autores, dio lugar
al surgimiento de los denominados “cultos”. Tal vez el más destacado de
estos, dado que fue el primero que alcanzó su formalización institucional,
sea la Iglesia Evangélica Unida (IEU)5. Se trata de una iglesia que, al igual
que otras organizaciones sociorreligiosas similares (por ejemplo, la Iglesia
Evangélica Pentecostés y la Iglesia Cuadrangular), combina elementos de
la cosmovisión indígena con el pentecostalismo protestante.
La existencia de los cultos entre los tobas ha dado lugar, por ejem-
plo, a la incorporación de nuevos mandatos, muchos de los cuales están
vinculados a prohibiciones, tales como no fumar y no tomar bebidas
alcohólicas, y a la distribución de nuevos roles en lo que Hymes define
3. Los tobas son, de acuerdo con Censabella (2005: 66), la etnia más numerosa
dentro de esta familia (aproximadamente 60.000).
4. Estas iglesias también han tenido un fuerte impacto entre otros grupos étnicos,
como es el caso de los matacos de Carboncito (Salta). Tal como sostiene Messi-
neo (1992: 115), la religión fue aceptada por este grupo, que aparentemente (el
destacado es de la autora) dejó de lado sus prácticas tradicionales.
5. Esta iglesia nació hacia fines de 1950 en la provincia de Chaco. De acuerdo
con Wright (2008), obtuvo el permiso legal para funcionar como culto en 1958.
204
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
6. Citro (2005: 254) sostiene que “un ‘corito’ se compone de una serie de grupos
estróficos, desarrollado cada uno en aproximadamente cuatro u ocho frases me-
lódicas y separados entre sí por interludios instrumentales”. Cada grupo estrófico,
señala la autora, repite “un sintagma muy breve de temática bíblica (por ejemplo,
¡Oración y sanidad!)”.
205
Capítulo 10. El cambio de código como estrategia en las prácticas discursivas ...
(2)
Pastor 1: {incomprensible} en esta
noche vamos a estar- cantando una
canción (con todos) aleluya en el
nombre de Jesús/
((guitarras)) ((palmas))
Aleluya::
Gloria a dios::
<Cantemos hermanos todos juntos
So’ onaxanaq ỹaqaỹanicpi enauac
alabemos el nombre de nuestro padre>
da shenaqta sho’oxodenaq da
le’enaxat ñi qadta’a
So’ onaxanaq ỹaqaỹanicpi enauac
<Cantemos hermanos todos juntos
da shenaqta sho’oxodenaq da
alabemos el nombre de nuestro padre>
le’enaxat ñi qadta’a
206
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
207
Capítulo 10. El cambio de código como estrategia en las prácticas discursivas ...
Pastor 1: vamos a cantar esta canción que pescadores de hombres/ qami’ < los
dice: os haré hago a ustedes pescadores de hombres>
208
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
(4)
Pastor 1: en el nombre de Jesús- cuánta
{incomprensible} en esta noche// por
escuchar esa hermosa-palabra de nuestro
señor Jesucristo/ aleluya/ ca lcata na
<¿cuántos están contentos esta noche?>/
ỹaỹamaqchiguiñi na pe?
aleluya en el nombre de Jesús//
aleluya ((suena una guitarra))//
¿Cuánto me ama el señor?
209
Capítulo 10. El cambio de código como estrategia en las prácticas discursivas ...
5. Conclusiones
210
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Pautas de transcripción
/ Micropausa intraturno
// Pausa corta intraturno
0.0 Tiempo de silencio
[ Superposición
– Corte abrupto en la corriente sonora
= No hay silencio o pausa entre palabras o emisiones
(…) Omisión
{ } Pasaje inaudible o incomprensible
( ) Duda o reconstrucción
( ( ) ) Acción no verbal
: Sílaba levemente alargada
:: Sílaba alargada
MAY Aumento de volumen
. . Disminución de volumen
sub: Énfasis en una palabra o en una parte de la misma
itálicas: Indican el cambio de código del toba al español o viceversa.
< > traducción
Referencias Bibliográficas
211
Capítulo 10. El cambio de código como estrategia en las prácticas discursivas ...
212
Capítulo 11
Virginia Unamuno
1. Introducción
* Quiero agradecer a Alejandro Raiter, Leonor Acuña y Ana Carolina Hecht por
las lecturas de los borradores de este texto; a Camilo Ballena por su ayuda en la
transcripción; a los docentes bilingües del Chaco por sus aportes al análisis de
las clases que se comentan en el presente texto; a Alejandro Raiter, también, por
la discusión de las conclusiones y el trabajo conjunto a lo largo de su redacción.
1. “Formación docente y educación plurilingüe para las escuelas de modalidad
aborigen en el Chaco (Argentina)” es un proyecto de cooperación entre el CIFMA
y el GREIP (UAB), financiado por la Fundació Autònoma Solidaria – Fons de So-
lidaritat de la UAB (Ref. FSXXVIII–4). El equipo de trabajo está formado por los
siguientes profesionales: del CIFMA: Sandra Flores (coord.), Camilo Ballena, Carlos
Fernández, Estela Valenzuela, Maximiliano Eme, Otto Schmidt, Sandra Segovia,
Sergio Rojas y Timoteo Gómez; de la Universitat Autònoma de Barcelona: Luci
Nussbaum (coord.), Artur Noguerol, Dolors Masats y Melinda Dooly; del CONI-
CET, UBA: Virginia Unamuno; de la Universidad Nacional del Nordeste: Carolina
Gandulfo. También participaron estudiantes del Profesorado de Educación Bilingüe
tanto del CIFMA como de la Universitat Autònoma de Barcelona.
213
Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
214
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
3. Ver Rubin (1983) y Hamel (1993) para una revisión crítica de este concepto.
215
Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
3. Un contexto en transformación
216
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
4. Los bilingües
217
Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
educación primaria (de primero a tercer grado). Sin embargo, esta forma
de organización de los recursos humanos en las escuelas, según los direc-
tivos entrevistados, no responde a un modelo de educación bilingüe de
transición4 (Arnau et al., 1992); sino más bien está ligado a las formas de
comprender el rol de los docentes indígenas en las escuelas.
Lejos de describirlos como profesionales cuyas competencias son
mayores que las de sus colegas, al contar con una formación especializada
en educación intercultural bilingüe, los docentes indígenas eran presentados
a los investigadores externos como actores “necesarios” en función de las
dificultades de comprensión del español por parte de los niños indígenas.
Según se desprende de las entrevistas, su localización en los primeros cursos
respondía, en general, a la lógica de un modelo educativo monolingüe en
español, que se veía dificultado por otro monolingüismo: el de los niños
y niñas. Este fragmento de entrevista es representativo de esto:
218
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
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Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
220
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
7. El 31 de mayo de 2012, el diario Norte publicó una denuncia del IDACH (Insti-
221
Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
tuto del Aborigen Chaqueño) acerca de la discriminación que sufren los docentes
indígenas en las escuelas públicas de la provincia: “Representantes del IDACH
realizaron una conferencia de prensa en la que señalaron que los maestros in-
dígenas recientemente incorporados al sistema educativo chaqueño para dictar
clases de enseñanza bilingüe sufren ‘maltratos y aislamiento’ en las instituciones
primarias en las que trabajan”.
222
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
223
Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
224
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
[Angélica (MA) escribe en la pizarra unas frases para leer junto a unos
cuadros que separan sílabas. Pide a los niños que pasen a completar los
cuadros con las sílabas de las palabras subrayadas en las frases]
225
Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
8. Para una revisión del concepto de traducción en EIB, ver Zidarich (2010: 248-251).
226
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
227
Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
que considera los usos alternantes y mixtos como prácticas que van en
detrimento del desarrollo de las competencias escolares.
En estas tensiones –por poder hacer y poder decir– se construye el
sentido de los usos lingüísticos, y quizá allí puedan verse algunas pistas para
observar la forma en que los cambios de estatus públicos de las lenguas
en el Chaco pueden impactar en los usos lingüísticos escolares. El análisis
de la gestión de las lenguas en las aulas puede ofrecer, en este sentido,
datos que permitan valorar las prácticas lingüísticas de los docentes bilin-
gües de forma situada; es decir, en relación con las constricciones locales
e institucionales donde estas se llevan a cabo.
6. Conclusiones
228
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Pautas de transcripción
Referencias Bibliográficas
229
Capítulo 11. Plurilingüismo y estatus práctico de las lenguas en el contexto ...
230
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
231
Capítulo 12
233
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
234
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
3. Weinreich siempre aclaró, sin embargo, que él no era el autor de la frase sino
que la había tomado de otro autor, quien hasta hoy no pudo ser determinado.
4. Sustantivo abstracto derivado de ídish (‘judío’), traducible por ‘judeidad’.
5. Los judíos reciben diferentes denominaciones según su procedencia. Los que
provienen de Europa Central y Oriental reciben el nombre de ashkenazíes, de
Ashkenaz, término de origen bíblico que en el siglo xi se aplicó a la zona que
hoy se conoce como Alemania. Por otra parte, dado que la península ibérica es
referida como Sefarad según interpretaciones bíblicas, se denomina sefaradíes a
los descendientes de los expulsados por la inquisición. Finalmente, otros grupos
provienen de los países árabes y asiáticos.
6. Frecuentemente se diferencia entre dos variedades del hebreo: por un lado, el
hebreo clásico, utilizado para la redacción del Pentateuco y, por otro lado, el de-
nominado ‘hebreo rabínico’, desarrollado en Europa sobre la base de la unificación
de los conocimientos que se conservaban del hebreo y del arameo. En ídish esta
última variedad no se denomina “hebreo” sino “lengua sagrada” (loshn koydesh).
235
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
En este extenso período, el hebreo rabínico era utilizado sólo por las
elites religiosas de la región pero, con el surgimiento del sionismo político77
en Europa en el siglo xix, prestigiosos escritores enrolados en esta corriente
privilegiaron la publicación de obras en hebreo, y junto a los militantes
de movimientos juveniles promovieron la valorización categórica de esta
lengua por sobre el ídish. Las ideologías lingüísticas subyacentes en la
promoción del hebreo lo asociaban a la juventud, al vigor y las esperanzas
de un futuro promisorio, mientras que progresivamente se fortalecía una
tendencia a feminizar al ídish, al caracterizarlo como portador de atributos
femeninos. Por una parte, este proceso le adjudicaba cierta carga positi-
va concomitante con lo materno pero por otra parte, en tanto lengua de
mujeres, lo ubicaba en un lugar secundario y lo ligaba a rasgos como la
debilidad o la impureza (Seidman, 2012).
Durante la Segunda Guerra Mundial fue asesinada la mayoría de
los hablantes de ídish, y “las tramas vitales de la cultura desaparecieron
con ellos” (Kaufman, 2006: 39). Tras el Holocausto, el ídish constituyó
un índice del pasado diaspórico y traumático que los sobrevivientes –y
muchos de sus descendientes– deseaban dejar atrás. Parte de la historia
del ídish se desarrollaba paralelamente en Argentina, donde llegó como
lengua de inmigración desde fines del siglo xix para constituir, más de un
siglo después, una de las lenguas minoritarias.
A continuación, nos centraremos en el ídish como lengua minoritaria
de la Argentina. Si bien atraviesa un momento en el que es considerada
una “lengua en peligro”, sostenemos que los procesos de mantenimiento
7. Corriente surgida en la segunda mitad del siglo xx, que abogaba por la creación
de un Estado judío como solución al antisemitismo europeo, y para la concreción
de una identidad judía secular.
236
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
237
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
238
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
11. La noción de red social permite referirse a un nivel de abstracción inferior que
el de comunidad de habla, y resalta las relaciones establecidas dentro de un grupo
como determinadas por normas de intercambio por sobre la competencia lingüís-
tica o la homogeneidad del código compartido (Milroy; citado en Romaine, 2000).
239
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
240
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Por ejemplo, shlisl (‘llave’) me resultaba tan poco misteriosa como des-
agradable. Sentí aversión por esa lengua; no, por el sonido sentía aver-
sión; no, yo creo que era por la vejez… o tal vez por los sobrevivientes.
Pero mis padres no eran sobrevivientes. Habían venido a la Argentina
a los diez o doce años justo antes de la Guerra y hablaban muy bien el
castellano (Klein, 2006: 205).
AD: Mi ex mujer tenía vergüenza de hablar en ídish afuera en la calle/ no
sé por qué ocultaba su judaísmo, ¿viste?/ una cosa que era muy curiosa
seguramente que si hablara inglés no lo hubiera ocultado/ pero con el
ídish viste como que sé si se sentía perseguida o discriminada entonces
no lo hacía (Skura, 1998).
EK: Mis abuelos hablaban en ídish con mi mamá. Entre ellos en alguna
época hablaban en ídish; yo llego de alguna manera medio tarde a la
familia, o sea cuando yo nací mi mamá tenía 41 años, o sea yo tenía un
hermano mayor quince años mayor que yo, [en]tonces yo llego tarde
a la familia y cuando yo llego el único representante de los abuelos
era mi abuela paterna, que es la única abuela que yo conocí […] ella
todavía hablaba en ídish pero poco, o sea se fue perdiendo con los años
el ídish en la familia.
241
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
242
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
243
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
12. Krupnik cita también las palabras del protagonista de una de las obras que
mayor impacto produjo en el teatro judío argentino en ese período, Réquiem
para un viernes a la noche, quien decide abandonar la casa paterna exclamando:
“¡Estoy cansado de hablar mitad en ídish y mitad en castellano! […] ¡Estoy cansado
de vivir en el pasado, estoy cansado de ser un extranjero!” (Rosenmacher, 1964,
citado en Krupnik, 2006).
244
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
245
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
Con el fin de la llamada Guerra Fría, tras la caída del muro de Berlín
en 1989, el multiculturalismo, como ideología que se impuso globalmente,
cambió la subjetividad sobre las lenguas étnicas. Se relativizó el rol del
Estado y prevalecieron proyectos de rescate de la diversidad lingüística
y cultural. Después de un extenso período de rechazo y desprestigio, en
la última década han comenzado a integrarse, a las políticas culturales
comunitarias, espacios dedicados a intentos de revitalización del ídish.
En este marco, la organizadora de Buenos Aires Ídish se preguntaba en
la presentación de esas jornadas por la “extraña actualidad del ídish”,
al observar que “ha devenido, en la actualidad objeto de devoción casi
religiosa –quizás como retorno del desprecio que otrora concitara este
zhargon– adquiriendo una extraña existencia virtual junto a un reconoci-
miento académico impensable hace treinta o cuarenta años” (Sneh, 2006).
Mientras unos señalan el mantenimiento y la creatividad de esta len-
gua, es decir, su vitalidad, otros convocan a un espacio para el réquiem, a
una ceremonia nostálgica en su memoria. Ambos constituyen parte de un
246
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
movimiento dentro de las políticas culturales que toman al ídish como ob-
jeto, y la tensión que generan va dando forma a las políticas de la memoria
que, además de dar cuenta de la dimensión de la producción cultural en
ídish en décadas anteriores, se tornan relevantes en los posicionamientos
políticos actuales.13
Se requiere de una enorme autoafirmación social y psicológica para
que cualquier grupo pequeño pueda insistir en la importancia que tiene
retener una lengua ancestral. Es precisamente ese tipo de autoafirmación
la que es difícil de conseguir en comunidades que han sufrido la presión
de una ideología de menosprecio durante un largo período (Dorian, 1998).
EM: Mi abuelo sabía muy bien ídish y además como era de Besarabia
él y su mujer hablaban el mejor ídish del mundo… no te olvides que el
ídish de mi familia era de mome (mamá) y tote (papá) ya empecemos
con que era un ídish distinto se suponía que sonaba mucho mejor cosa
que a mí me suena mucho mejor/ hace muy poco tiempo estaba en
Canning y Corrientes estaba trabajando por esa zona un domingo y fui
a tomar con una socia mía en un bar y escuché dos viejos hablando
igual que mi abuela/ la primera vez que recuerdo haber oído hablar de
esa manera el ídish y fue una sensación muy emocionante porque era
un sonido que yo no tenía presente, hace muchísimos años mi abuela
murió, cuando yo tenía creo que quince, una cosa así, pero normalmente
el ídish me es, eh, me es familiar en cierto sentido y ajeno en otro y en
general no me gusta la gente que mete palabras en ídish/ me produce
un cierto rechazo/ …resulta bastante insoportable/ creo que para mí
describe un medio poco agradable generalmente un medio de bajo nivel/
¿no es cierto? (Skura, 1998).
SH: En realidad yo le enseño cosas/ hay cosas que mi hijo dice en ídish
también sin tener mucha idea de que es en ídish/ shlufn (‘dormir’)…
digamos, el noni noni de él es shlufn shlufn/ pero yo no sé si, o sea
nunca le pregunté si él sabía que es en ídish o no/ pero bueno las cosas
que él aprendió son, o sea que él alguna vez me preguntó, mishígene
que es ‘loco’, y le causó mucha gracia tsherepakhe que es ‘tortuga’ [ri-
sas] le parece muy cómico el sonido y bueno entonces se aprendió eso
(Skura, 2007).
247
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
248
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
4. Conclusiones
249
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
250
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Referencias bibliográficas
251
Capítulo 12. Ídish en Argentina: ideologías lingüísticas, silenciamiento y transmisión
252
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
253
Capítulo 13
Patricia Dreidemie
255
Capítulo 13. “Me gustaría que no se pierda, que adonde vayas lo lleves…”...
256
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
257
Capítulo 13. “Me gustaría que no se pierda, que adonde vayas lo lleves…”...
[…] nuestros padres nos han enseñado/ “no ser flojo/ no ser mentiroso
y no ser vago”/ y todo eso transmitimos// acá en la Argentina tenemos
que seguir transmitiéndolo/ porque se va alejando nuestras costumbres//
mis hijos/ por ejemplo/ mis hijitos tres saben quechua/ y el otro ya no
sabe/ mis nietos me:nos ya no saben/ y es necesario// cuando hablamos
todos entienden/ es necesario// tienen que estar muy orgullosos de eso/
yo me siento muy orgullosa de eso// cuando voy a otro lado/ yo me
valoro/ siento que tengo algo que no tiene nadie/ es necesario// porque
algunos de nuestros paisanos no quieren ser bolivianos/ quieren ser “de
Juju:y/ de Sa::lta”/ ¡dicen “no entienden el quechua!”/ están negando lo
que somos:// […] (N: mujer, 45 años, líder comunitaria; Escobar, 8 de
agosto de 2005).
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
[…] los otros chicos no quieren hablar/ les da vergüenza así/ dicen/
hablar en quechua en la escuela// esa escuela/ la mayoría son hijos
de bolivianos/ algunos son bolivianos// en la escuela/ dicen que no
hablan/ que no saben quechua/ después salen y sí: están habla:ndo//
tienen vergüe::nza:// […] (R: hombre, 40 años, constructor; Escobar, 12
de abril de 2008).
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Capítulo 13. “Me gustaría que no se pierda, que adonde vayas lo lleves…”...
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del grupo. En los casos a los que me he enfrentado, el factor decisivo para
que algunos jóvenes decidan mantener la lengua, aun conscientes de que
la lengua vernácula está pasando rápidamente a ser la menos favorecida
en la escena local, es la socialización lingüística transgeneracional. Rela-
ciones intergeneracionales, que se constituyen fuera del núcleo familiar
conviviente y en las que la figura relevante es la abuela o personas mayores
muy valoradas, juegan un rol fundamental que parece contrabalancear la
decisión –a veces consciente y muchas veces inconsciente– de los padres
de no transmitir la lengua quechua a sus hijos.
En los niños, existe una fuerte tendencia al abandono de la lengua
aborigen y a la incorporación del español como lengua primera, especial-
mente en las zonas más urbanizadas, a diferencia de una mayor preserva-
ción en la zona de quintas frutihortícolas del conurbano. Como expresan:
“Acá un chiquito nace y con castellano nomás ya crece” (Ciudadela, abril de
2002). En numerosos ámbitos, los niños incorporan patrones de interacción
extraños al quechua. Sin embargo, ellos entienden frases rutinizadas de
la lengua quechua (órdenes, retos, juegos de palabras), pero se expresan
en un español precario que incorporan con dificultad. De alguna manera,
los más pequeños son la población minorizada. Los niños crecen en un
contexto que condiciona su lugar localizándolos como a mitad de camino.
Por un lado, por la mediación de ideologías lingüísticas contradictorias,
tienen acceso restringido al capital cultural de sus mayores: ellos expli-
citan la valoración de su lengua y su cultura y dicen, en general (no en
todos los casos), que les importa que los niños la adquieran pero, en la
práctica, asocian el quechua al pueblo de origen, al pasado y al campo e
inmediatamente luego a la pobreza y a la falta de oportunidades; mientras
que el español representa posibilidades de ascenso social, de formación
sistemática (escolarización) y de progreso.
Por otro lado, los más pequeños se desarrollan dentro de un contexto
hispano que los subestima de entrada y, mediando la distribución diferencial
de posibilidades formativas y de socialización, difícilmente superan las ba-
rreras impuestas por la sociedad circundante, que tiende a ser fuertemente
racista. La situación se agudiza con el ingreso a la escolaridad, en la que
se evidencian numerosas contradicciones.10 Al mismo tiempo, en relación
con el ámbito escolar, se recogen testimonios de parte de los padres como
10. Internamente, las familias impulsan a sus hijos a asistir a clases, relacionan la
escuela con el ascenso social y la castellanización. Sin embargo, los sentimientos
hacia la escuela son ambiguos y, en algunos casos, hostiles por parte de los ma-
yores, porque han experimentado diferentes violencias en su infancia.
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[…]
1- R: lavarro-pi yaku ka-sha-n-chu ↑
lavarropas-LOC agua v. existencial-DUR-3S-APEL
‘¿Hay agua en el lavador?’.
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
(Hymes, 1981; Sherzer, 2002 [1987]; Briggs, 1988; Bauman y Briggs, 1990;
entre otros), he analizado cómo las diversas rutinas discursivas desempe-
ñan un rol performativo fundamental en los procesos de comunalización
del grupo. Por ejemplo, a través de prácticas y géneros del discurso se da
soporte, implícita o explícitamente, a la (re)producción social de vínculos,
a determinados lugares sociales (de liderazgo, de base, de mediación con
las instituciones), así como a la transmisión y transformación de valores y
conductas. En el ámbito migratorio, incluso es posible que las formas de
habla creativamente reconfiguradas estén siendo recategorizadas dentro de
un sistema interno de solidaridad comunitaria y que, en su diferenciación,
se recreen estratificaciones sociales en el interior del mismo grupo.
El análisis de un amplio corpus de discurso natural puso en evidencia
que las claves genéricas, apoyadas en la estructura retórica de los discursos
(Woodbury, 1985) –en especial, por medio del componente prosódico, la
marcación modal, la unidad textual de la línea y la proxemia–, son ex-
plotadas por los hablantes para actualizar marcos interpretativos, marcos
de participación (inclusión y exclusión de interlocutores) y presupuestos
culturales propios de la comunidad étnica (Dreidemie, 2008). Asimismo,
el análisis mostró cómo las regularidades pragmáticas de los modos de
habla vernáculos trascienden la mezcla o el cambio de código, conforman
rasgos distintivos de las nuevas formas de habla y configuran un terreno
empírica y metodológicamente fértil para indagar la relación entre el uso
de las lenguas y las transformaciones en las prácticas comunicativas. De
este modo, en el marco amplio de los estudios sobre los procesos de
socialización lingüística (Ochs y Schieffelin, 1986), el análisis (meta)prag-
mático constituye una vía de acceso a la comprensión del mantenimiento
y/o la diversificación de las comunidades de habla quechua-boliviano en
Buenos Aires.
En el ámbito del análisis microinteraccional, es evidente cómo en
cada encuentro comunicativo los participantes, a través de múltiples re-
cursos (verbales y no verbales), activan las regulaciones interaccionales;
las que –en algunos casos– trascienden la elección del código (quechua,
mezclado o español), condicionan siempre las interpretaciones “válidas”,
las expectativas y evaluaciones de los sujetos, y afectan así las relaciones
sociales y los (des)entendimientos en diferentes ámbitos (entre ellos, los
institucionales). De este modo, ninguno de los elementos coocurrentes en
la comunicación resulta arbitrario, tampoco ninguno de ellos puede ser
significativo completamente de manera aislada (Gumperz, 1982: 6). Una
variedad de recursos (lingüísticos, paralingüísticos o escénicos) operan
como mecanismos que activan los parámetros contextuales desde los
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Capítulo 13. “Me gustaría que no se pierda, que adonde vayas lo lleves…”...
//
P: y ahora: ¿en quechua nos podés contar algo:?
T: sí/ sí/ por qué no:/eh::
kay-man jamu-rqa-ni e:
aquí-ALAT venir-PAS.PROX-1S (hesitación)
acá vine eh: //
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
mana saya-chu-qa-ni //
NEG parar-NEG-TOP-1S
no paraba.
//
entonces: /
conector(ESP)
entonces.
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Capítulo 13. “Me gustaría que no se pierda, que adonde vayas lo lleves…”...
bueno…
OP.DISC(ESP)
bueno…
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Glosas morfológicas
Referencias bibliográficas
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Capítulo 14
Carolina Gandulfo
1. Introducción
281
Capítulo 14. Significaciones de los usos del guaraní y del castellano en una...
2. Marco metodológico
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
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Capítulo 14. Significaciones de los usos del guaraní y del castellano en una...
relatos de los padres y vecinos del paraje, que describían con detalle los
castigos que se les imponían en la escuela si hablaban guaraní. A partir de
la repetición de estos relatos vinculados a la prohibición, hemos podido
construir lo que llamaremos el discurso de la prohibición del guaraní. Si
bien hemos visto los diferentes matices que adquiere según los actores,
hemos encontrado algunas características comunes que le dan unidad in-
cluso entre vecinos del paraje y entre los maestros que viven en el pueblo
cabecera del departamento.2
Planteamos sintéticamente los aspectos centrales de este discurso: 1)
cuando se menciona la prohibición siempre hay una referencia al pasado,
no se nombra de ese modo a las situaciones que podrían ser caracterizadas
de prohibición actual; 2) los relatos mencionan los castigos que recibían
quienes relatan si hablaban el guaraní en presencia de algún adulto; 3) los
ámbitos centrales de la prohibición eran la casa y la escuela; 4) los ámbitos
de contacto con el guaraní siempre eran espacios intersticiales que suponían
una transgresión para los niños (el camino entre la casa y la escuela, detrás
de una puerta, escuchar a escondidas, con los peones en el campo o en
el boliche); 5) la referencia al contexto de uso y prohibición del guaraní
era la vida en el “campo”, aludiendo a que es en el ámbito rural donde se
usaba el esta lengua; 6) la prohibición va dirigida centralmente a los niños.
5. Ámbitos de usos
286
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
5.1. En la escuela
287
Capítulo 14. Significaciones de los usos del guaraní y del castellano en una...
5.2. En el paraje
Haciendo una recorrida por el paraje con María del Rosario, una
joven que realiza algunas tareas de auxiliar docente en la escuela,4 nos
detuvimos en la casa del tío de Santiago y Carlos, dos alumnos de la es-
cuela. En la tranquera de la casa, nos encontramos con su esposa, Rosa, y
con sus hijas mellizas. María del Rosario y Rosa comenzaron a conversar
en guaraní. Entendí que en un momento Rosa le preguntaba por mí, y se
dirigió a mí en guaraní. Luego, cuando se dio cuenta de que yo no enten-
día todo, lo hizo en castellano. Me preguntó de dónde era, si era de San
Luis del Palmar. Le dije que venía de Corrientes.5 Entonces hizo un gesto
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
como expresando que eso era muy lejos. En ese momento pensé que
evidentemente Corrientes “era muy lejos”, pero lejos no en kilómetros, ya
que eran apenas 50. Para Rosa esta cantidad de kilómetros parecían ser
“muy lejos”, y lo era quizá en nuestra posibilidad de comunicación. Pensé
en ese momento que para ella el guaraní era “cerca” y el castellano era
“lejos”; distancias construidas con base en las posibilidades de comunica-
ción, posibilidades determinadas en gran parte por una situación social
que nos ponía en lugares distintos y asimétricos.
Lo que quiero señalar de este encuentro es que ambas mantuvieron
la totalidad del intercambio en guaraní; sólo usaron el castellano cuando
me incluyeron en el diálogo. Mientras ellas conversaban, yo centraba mi
atención en las nenas de casi dos años que estaban allí con su abuela.
Aunque intenté comunicarme, no pudimos intercambiar ninguna palabra.
Les pregunté si hablaban, y Rosa entonces me dijo que ellos, aludiendo
a ella y su marido, les hablaban en castellano: querían que aprendieran
castellano para que “no tengan problemas en la escuela, y puedan enten-
derles a las maestras”. Sin embargo, en el mismo momento, con las niñas
presentes, Rosa conversaba en guaraní con María del Rosario.
Entendí que dirigirse a los niños es otra cosa; que tal vez el hecho de
que no les hablaran a sus hijos en guaraní tenía que ver con un intercambio
voluntario y controlado por parte de los adultos; que todo otro contacto de
los niños con el guaraní (con ellos u otras personas) no era considerado
como el tipo de intercambio a través del cual los niños aprenderían una
lengua. Incluso, como veremos enseguida, el intercambio que los mismos
padres tenían entre ellos, pero que no estaba dirigido a los niños, también
quedaba catalogado como fuera del destinado a enseñar la lengua, en este
caso el castellano.
Aquí el discurso de la prohibición no se expresaba como un relato
sobre el pasado, sino que, de manera implícita, se actualizaba en la expli-
citación acerca de la conveniencia de que los niños aprendan castellano
“para que les vaya bien en la escuela”. Paradójicamente, la casa en el
contexto rural tampoco sería lugar propicio para que los niños hablaran
guaraní. En este sentido encontramos de nuevo la ideología lingüística
acerca del lugar correcto para hablar el castellano: la escuela. De nuevo
una contradicción con lo que dicen los vecinos: que el guaraní se usaría
en los ámbitos domésticos. Vemos cómo esta afirmación, por demás ho-
mogeneizadora, tapa las diferentes variantes que efectivamente se hacen
de los usos de las lenguas.
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6. Conclusiones
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Referencias bibliográficas
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Capítulo 15
1. Introducción
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3. Herramientas y perspectivas
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menzar con algo muy sencillo: dejar que los chicos hablen quichua en
el aula. Un director escolar de una localidad cercana observó que esto
permitía a los niños preguntar con más frecuencia; con el tiempo, hubo
muchos egresados con buenas notas en el colegio secundario. Otro maestro
hizo circular un cuaderno entre las familias para que escribieran lo que
desearan. Comenzaron en castellano, pero el quichua inevitablemente se
fue “colando”, hasta ocupar una proporción descollante en ese “librito
viajero”. En otro caso similar, entre 2008 y 2010, trabajamos con 15 jóve-
nes quichuahablantes –estudiantes secundarios de 14 a 18 años– a través
de la metodología de taller. Elaboraron íntegramente un corpus de textos
diversos en quichua (relatos, adivinanzas, artículos de opinión, noticias,
testimonios, informes de investigación, entrevistas) para su libro Wawqes
Pukllas (‘hermanos jugando’, Guillín et al., 2012) y para afiches didácticos.
El paso próximo era circular este libro en las escuelas cercanas y medir
su impacto en niños y jóvenes. En contra de los diagnósticos críticos, ob-
servamos que hay un bagaje narrativo quichua muy abundante en niños
y jóvenes bilingües (Andreani, 2013c): modifican estructuras de relatos,
agregan elementos novedosos, pero la identificación pública con sus sa-
beres narrativos-familiares no se manifiesta. En Figueroa hay docentes no
conscientes de la promoción “lingüística” que, sin embargo, están desen-
cadenando procesos de seguridades discursivas quichuas en los alumnos
(Andreani, 2013b). Una vez, un docente dejó (como “al descuido”) cajas
vidaleras en el patio de la escuela. Los niños comenzaron a jugar a que
cantaban vidalas; de este modo, el quichua fue “colándose”. En otro caso,
un profesor hizo participar a un estudiante muy silencioso en una obra
de teatro costumbrista. Su papel era, justamente, lo que mejor sabía hacer:
cantar payadas en quichua, y el profesor hizo como si no conociera sus
cualidades artísticas. Partiendo del caso de este muchacho, se generaron
nuevas reflexiones docentes.
Estas prácticas son parcelas casi “ilegales” dentro de la clase. Obser-
vamos que algunos docentes actúan (muchas veces involuntariamente)
por fuera del discurso de la interculturalidad que “baja” como propuesta
ministerial, y abren espacios intersticiales donde una atmósfera explícita
de “picardía” impregna significativamente todo el proceso con los niños.
No solo es “pícaro” por los efectos en los alumnos, sino también porque
su operatividad evade las burocracias educativas habituales, y esto último
sí es deliberado en los maestros. Cabe aclarar, sin embargo, que no son
políticas lingüísticas que intenten desarrollar deliberadamente la quichua
de sus alumnos.
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7. Conclusiones
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Capítulo 15. De conflictos y tácticas: notas antropológicas para un perfil ...
Referencias bibliográficas
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Capítulo 16
1. Introducción
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Capítulo 16. Hablar de hacerse grande, hacerse grande al hablar. ciclo ...
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función de las franjas etarias (Meek, 2001; Paugh, 2005). En otras pala-
bras: al comprender las prácticas lingüísticas como prácticas sociales, se
develan lazos subyacentes que exponen cómo ciertos factores ideológicos
intervienen en la transmisión (o no) de la lengua.
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lenguas entre las edades de la vida, sino que adultos y niños diferencian
sus prácticas discursivas según la franja etaria del interlocutor. Tal como
se analizó en Messineo y Hecht (2014), existen múltiples categorías de
hablantes según las competencias en toba y/o español; pero la mayoría
de los niños puede ser catalogada como bilingüe (in)activo –en vez de
bilingüe pasivo o semihablante bilingüe (Dorian, 1982)–, justamente por
la compleja interrelación entre la competencia receptiva, por la teoría na-
tiva sobre la adquisición del toba y por la identificación étnica, como se
entenderá según avance el capítulo.
Acá [el barrio] casi hay muchos más chicos que vivieron acá, están ha-
blando en castellano […] entonces ellos ahora están creciendo y entre
ellos no más juegan, se hablan […] adonde se va habla castellano, nos
encontramos con una nenas y habla en castellano [mirando a su hija],
entonces no precisa que le esté enseñando el castellano, ella misma
parece que guían con el otro compañerito […] a veces le hablo en toba
y ella entiende, entiende lo que hablo en toba, pero cuando sale ya se
habla, ella también guía como… como estas [refiriéndose a sus otras
hijas], se van a jugar y están con los otros chicos, hablan, hablan, cada
vez más […]. Ya está hablando en castellano, yo no estoy al lado de ella
enseñando el castellano.2
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“Es una forma de ser aborigen y el orgullo está presente”; o también, como
una vez afirmó uno de los ancianos: “Hablando en qom me siento más feliz
de ser indio”. Relacionado con esto, también es interesante cómo algunos
niños suelen bromear sobre esta estrecha relación entre lengua-identidad,
a partir de la expresión que tienen los adultos para referirse a la lengua
toba como “la idioma”, parafraseándola en términos de “la indioma”. No
sólo de manera unánime aparecen como intrínsecamente unidas, sino que
además la lengua vernácula funciona como un diacrítico étnico que porta
un valor positivo4.
La lengua toba no sólo representa una marca explícita de pertenencia
al grupo qom para aquellos que la hablan, sino que ese significado tam-
bién se expande curiosamente a las personas que no la hablan. A modo
de ejemplo, durante una conversación con una niña, frente a la pregunta
acerca de la justificación del nombre del barrio donde vive (“barrio toba”),
contestó: “Porque ese es el idioma de los tobas”, aunque ella, a pesar de
autodefinirse como “toba”, no es hablante de la lengua. De manera similar,
otra niña narraba una anécdota en la cual personas ajenas al barrio les
pedían que pronunciaran palabras en toba, aclarando: “Como nosotros
hablamos el idioma”, aunque ella efectivamente no lo supiera.
A partir de lo antedicho, pueden entenderse las múltiples contradic-
ciones que viven muchos niños, porque pese a reconocerse como tobas
carecen de competencia productiva oral en la lengua. Esto es particular-
mente evidente frente a la mirada ajena, tanto de los no indígenas como
de sus parientes hablantes de toba del Chaco. Un adolescente del barrio
reflexionó sobre este asunto:
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de una lengua particular, a la vez que varían los registros y los eventos
comunicativos de los que se participa en diferentes momentos. Por lo tanto,
un código puede presentarse como más apropiado para un momento de
la vida que para otro.
En contraste con las perspectivas que oponen a los “ya sí” (adultos,
hablantes del toba, competentes culturalmente, etc.) frente a los “aún no”
(niños, no hablantes del toba, incompetentes culturalmente, etc.), en este
análisis sostenemos que la socialización lingüística es un proceso que
abarca no sólo la primera infancia, sino todo el ciclo vital. En este sentido
observamos que, durante el desarrollo de las distintas etapas de la vida,
las prácticas e ideologías lingüísticas se van modificando en función de los
cambios en los contextos socioculturales. La competencia lingüística de los
niños a medida que crecen no está “en proceso de completarse”, sino que
los niños a medida que crecen van viviendo experiencias distintas a la de
los adultos en relación con los sentidos y usos del lenguaje.
Por ende, creemos que la vitalidad de la lengua no debe ser pensada
sólo desde la perspectiva del presente, considerando el corte sincrónico
que dictamina si hay niños/as que efectivamente hablan la lengua, ya
que esa fotografía que estamos observando hoy no necesariamente se
proyecta diacrónicamente igual a sí misma. No debe considerarse solo
quién habla o no la lengua en la actualidad, sino también reflexionar en
función de sus perspectivas futuras sobre los sentidos que se esconden
detrás de “saber una lengua”, así como sobre la relación que existe entre
la lengua y otras categorías culturales. Por ello, reivindicamos las poten-
cialidades y los estímulos que tienen estos niños y niñas para que en un
futuro hablen la lengua y, como dijera un niño a propósito de su interés
por aprenderla: “Yo, que soy toba, ya tenía que saber, no tengo que…, ya
tenía que saber hace una rebanda”. O sea, el potencial que tiene la lengua
toba para mantenerse vital en el futuro está depositado en la agencia que
se les atribuye a aquellos que la van a aprender, en tanto explícitamente
se reconocen como tobas y la lengua pareciera representárseles como un
“emblema” de su pueblo.
Referencias bibliográficas
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
333
CV abreviados de los autores
(por orden alfabético)
Luisina Abrach
335
CV abreviados de los autores (por orden alfabético)
Héctor A. Andreani
Javier Carol
Florencia Ciccone
336
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Paola Cúneo
Patricia Dante
337
CV abreviados de los autores (por orden alfabético)
Patricia Dreidemie
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Lucas Fiszman
Carolina Gandulfo
339
CV abreviados de los autores (por orden alfabético)
Marisa Malvestitti
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Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
Cristina Messineo
Susana Skura
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CV abreviados de los autores (por orden alfabético)
Temis Tacconi
Jimena Terraza
Virginia Unamuno
342
Lenguas indígenas y lenguas minorizadas
343