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- Acrópolis (o ciudad alta).

Fortaleza o ciudadela fortificada que se construía aprovechando alguna elevación del terreno
como la cima de una colina y era el lugar donde se resguardaban, en caso de conflicto bélico, todos los miembros de la
comunidad (ciudadanos, artesanos, campesinos, mercaderes y esclavos) y donde se construían los edificios políticos,
económicos y religiosos de la polis. Algunas acrópolis se convirtieron en el centro religioso de la ciudad como sucedió en
Atenas.

- Ágora o plaza pública, constituía el centro neurálgico de la polis en el que se concentraban la actividad comercial
(mercado), cultural y pública. Era el lugar donde se reunían los ciudadanos. Solía ubicarse junto al puerto en las ciudades
marítimas. El ágora ateniense estaba situada frente a la entrada de la acrópolis.

- Muralla defensiva que rodeaba los principales barrios de la polis. Cuando el núcleo urbano era pequeño las murallas no
eran necesarias porque los habitantes podían resguardarse en la acrópolis, pero conforme la ciudad crecía y se extendía
surgía la necesidad de construir murallas. Algunas polis como Esparta nunca tuvieron murallas. En caso de guerra los
vencedores solían imponer a los vencidos la demolición de todas las murallas y la prohibición de reconstruirlas.

El templo griego era una estructura construida para albergar la imagen de culto en la religión de la Antigua Grecia. Los
templos en sí no solían servir como lugar de culto, ya que la veneración del dios, así como los sacrificios a él dedicados,
se realizaban fuera de ellos.

Comercio marítimo

Peso de plomo, encontrado en el Ágora de Atenas, que era utilizado con fines comerciales. Museo Arqueológico
Nacional de Atenas.

Muy pronto en la historia de Grecia, su posición geográfica y la necesidad de importar grano forzaron a su
población a embarcarse en el comercio marítimo. Las áreas geográficas en las que los griegos encontraban el
trigo que necesitaban eran Cirenaica, Egipto, Italia (especialmente el área de la Magna Grecia y la isla de
Sicilia) y las regiones que rodean el Mar Negro. Atenas y Corinto servían como estaciones de paso del comercio
para las islas del Mar Egeo.

Además del grano, se importaron productos como el papiro, especias, productos manufacturados, metales y
materiales de construcción de naves como la madera, el lino o resina. Por otra parte, las ciudades griegas
exportaban vino, cerámicas y aceite de oliva. Atenas vendía el mármol que extraía del monte de Pentélico, que
tenía un gran renombre en el mundo griego, así como monedas de plata, conocidas por su elegante acuñación y
por la calidad de su aleación. Las monedas no solo servían como dinero, sino que eran una fuente de metal
(plata) en aquellos lugares en los que no se usaban como dinero.

Las fuentes actuales no tienen suficiente información como para evaluar con una gran precisión el volumen de
bienes intercambiados en el comercio griego. Sin embargo, sí que existen algunas estimaciones imprecisas de la
importancia relativa del comercio en su economía: Daniel Jew, por ejemplo, calcula que cerca de la mitad de la
riqueza generada en la Atenas del siglo IV a. C. debía proceder de los beneficios del comercio. Ian Morris, por
su parte, estima que el volumen de comercio del siglo IV a. C. en el mar Mediterráneo era aproximadamente el
20 % del volumen de comercio del siglo I.
Los impulsores del comercio griego eran los pertenecientes a la clase social de los comerciantes, conocidos
como emporoi (ἕμποροι), a los que el estado imponía ciertos impuestos a la carga que transportaban. En el
puerto del Pireo (el principal de Atenas) el impuesto fue inicialmente fijado en un 1 % de la carga, y luego fue
aumentado al 2 %. Para finales del siglo V a. C., el impuesto se había incrementado hasta 33 talentos.2

En el año 413 a. C. Atenas perdió los ingresos que le suponían la recaudación de impuestos de la Liga de Delos
e impuso una tarifa del 5 % en todos los puertos de su imperio3 esperando con ello aumentar los ingresos. Los
impuestos no tenían una finalidad proteccionista, sino meramente recaudadora.

El crecimiento del comercio en Grecia llevó al desarrollo de técnicas financieras. Muchos mercaderes, ante la
ausencia de suficientes activos líquidos, recurrían a la financiación de todas o de parte de sus expediciones. Uno
de los préstamos típicos para este tipo de actividades en el siglo IV a. C. en Atenas era normalmente una
importante suma de dinero (aunque no solía ser superior a 2000 dracmas), prestada por un corto plazo de tiempo
(la duración del viaje, que podía ser de varias semanas o meses), a un alto tipo de interés (a menudo del 12 %, si
bien podía alcanzar niveles del 100 %). Las condiciones contractuales siempre se establecían por escrito, y se
diferenciaban de los préstamos entre amigos (eranoi). El prestador asumía todos los riesgos del viaje, y a
cambio el prestatario garantizaba el préstamo con la carga y con su flota, que como precaución era inmovilizada
al retorno del viaje en el puerto del Pireo.

El comercio en la Antigua Grecia era una actividad libre en la que el estado sólo controlaba el suministro de
grano. En Atenas, después de la primera reunión de los Pritanos, la normativa sobre el comercio fue revisada y
se creó un comité especial para la supervisión del comercio del trigo, la harina y el pan.

El número de naufragios encontrados en el mar Mediterráneo nos da una evidencia muy valiosa del desarrollo
del comercio en la antigüedad. Sólo dos naufragios han sido fechados antes del siglo VIII a. C., mientras que los
arqueólogos han encontrado 46 del siglo IV a. C. Esto da una idea de que hubo un gran incremento del volumen
de comercio entre estos siglos y, considerando el aumento medio del tonelaje de los navíos, se calcula que el
volumen de comercio total probablemente se incrementó unas 30 veces.

El estadio del sitio arqueológico de Olimpia (Grecia) está situado al este del santuario de Zeus. Era el lugar
donde se celebraban muchos de los eventos deportivos de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad.

Para los antiguos griegos, el estadio era un lugar sagrado, ya que era en él donde se realizaban las actividades
deportivas dedicadas al dios Zeus. Originalmente, el estadio se encontraba dentro del témenos, y los
espectadores podían seguir las carreras desde las laderas del monte Cronos. Su ubicación se fue trasladando
paulatinamente hacia el este hasta que llegó a su actual situación a principios del siglo V a. C. El estadio está
comunicado con el santuario por un pasaje con bóveda de piedra.

La pista mide 212,54 m (697,3 pies) de largo y 28,5 m (94 pies) de ancho, y está rodeada por bancales de hierba.
Los asientos estaban hechos de barro, y en la ladera sur había una plataforma de piedra, la exedra, en la que se
sentaban los helanódicas (jueces). Enfrente, en la parte norte, había un altar dedicado a Démeter. El estadio tenía
un aforo de 50 000 espectadores.

Los Juegos se celebraron entre el 776 a. C. y el 393 a. C. Aunque las leyendas griegas sugieren que los juegos se
celebraban incluso antes, en el siglo XI o X a. C. , en la Edad de Bronce, no hay registros antes de los juegos
organizados durante las fiestas de Zeus de 776 a. C. Al principio se celebraban cada cuatro años y a mediados de
«gran año» (el gran año era un sistema de los antiguos griegos para diferenciar entre años solares y lunares).
Se construyeron tres estadios. El primero se erigió durante el periodo arcaico. Se utilizaba sobre todo para
celebrar juegos entre las ciudades-estado griegas de la zona próxima. El segundo estado se construyó al este del
primero con la intención de ampliar el número de pruebas. También se construyó una pista de carreras cerca de
una colina que servía como graderío para el público. El tercer estadio se erigió principalmente para albergar a un
gran número de asistentes. A lo largo de los taludes que rodean el estado hay varias fuentes de bronce que no
sólo servían para suministrar agua, también se utilizaban como ofrendas votivas.

Como se ha mencionado, se cree que los Juegos Olímpicos comenzaron en 776 a. C. Los reyes Ífito de Elis,
Licurgo de Esparta y Cleóstenes de Pisa acordaron una tregua para hacer posible la participación de las
ciudades-estado. La tregua garantizaba el cese de las hostilidades entre las tres ciudades y la suspensión de las
ejecuciones durante la duración de los juegos. A partir de las listas de vencedores de esos Juegos Olímpicos
sabemos que atrajeron participantes de distintas partes del mundo, algunas tan remotas como Sicilia y el Norte
de África.

Hacia mediados del siglo VII a. C., los vencedores de las pruebas olímpicas ofrecían estatuas al estadio para
agradecer que se les hubiera permitido participar. Para las mujeres se celebraban los Juegos Hereos, en honor de
Hera, reina de los dioses y esposa de Zeus.

Las Olimpiadas de la Antigüedad se celebraron por última vez en el año 393 de la era cristiana, ya que después
el emperador romano Teodosio I prohibió todo acto pagano y cualquier tipo de actividad en los santuarios.12

En 1989, el sitio arqueológico de Olimpia, incluyendo su estadio, fue declarado Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco.3

Durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en el estadio se celebraron las pruebas de atletismo.4

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