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Educacién comin, educacién universal, educaciin inclusiva, educacién para todo, ‘educacién bdsica son expresiones corrientes en los debates sobre la escuela que comprometen, de manera més 0 menos explicit, posiciones acerca de lo comin. En relaciSn con estas posiciones, los autores se preguntan: En qué consiste Jo comiin? -Lo comiin es un a priori de la educacin? Lo comin es efecto dela escuela? {Qué tenemos en comin? ;Cual sla relacién entre la educaci acto politico y la promesa de lo comiin? ;Cémo y por qué se constituye revés de lo comiin, el afuera de lo comin? :Bs la escuela lo comin? ;Qué mecanismos escolares coparticipan de la divisidn, de la produccién del nada en comin? Bajo el titulo «Posiciones desde lo politico», Fernandez Enguita, Gentili, Zerbino, Gagliano, Rodriguez y Guida tratarin el problema de la educacién yylo comin a través del andlisis del lugar del Estado, la cuestién de la ciuda- dania y la relaci6n individuo-comunidad. Cornu, Diker, Quiceno, Martinez Boom, Terigi y Skliar considerarin las «Posiciones desde la pedagogfa» y las implicancias de lo comin para la educacién y de la educacién para lo comtin. Finalmente, Frigerio, Candiodi, Vermeren, Barbagelata y Vauday compartirin sus posiciones sobre lo comiin en un didlogo «entre disciplinas». Identidades, responsabilidad, individuo, masa, cultura, arte serdn las nociones organiza- doras desu escricuras que, teniendo en la educaciGn su preocupacién principal, estin ~como todo el libro destinadas a pensar la vida junto a otros, aquello que lo vuelve posible y aquello que hace obscéculo y necesita ser removido. ‘como Tee ara serena ‘clon del estante nl ok7s9s7ibs08311 Educar: posiciones acerca de lo comin Gabriela Diker (comps.) Graciela Frigerio Gabriela Diker (comps.) Educar: posiciones acerca de lo comun SEMINARIOS DEL CEM Nada en comtin Sobre la pedagogia del desprecio por el otro Pablo Gentili 28 st sinicones mis nobles del proyecto moderna ha sido conside- rar que la educacién constituye un medio fundamental para universalizar los saberes cientificos y morales que nos ayudan a construit las bases de nuestra vida en comiin. La ciencia y los valores democréticos son, asi, considerados un requisito indispensable para la construccién del bien comin y la convivencia arménica, tolerante y pacifica entre los seres humanos. El optimismo pedagé- gico modezno ha sido, sin lugar a dudas, uno de los pilares fundamentales de toda aspiracién a constituit una educacién universal y pablica para las masas, alejéndolas de la ignorancia y, consecuentemente, accrcindolas a los beneficios del progreso. Desde esta perspectiva, el acceso a los conocimientos socialmente acumulados, el dominio de ciertas competencias cognitivas que permitan la intervencién consciente y calficada en un mundo cada vez més complejo, asi como el aprendizaje de normas y valores sobre los que se edifica una ética civica y republicana, constituyen una necesidad pedagégica inexcusable para la cons- truccidn de toda sociedad basada en el progreso y la libertad colectiva, La edu- cacién nos ayuda a vivir juntos porque mediante ellase edifican las razones que zhos unen y nos constituyen como comunidad. Los argumentos precedentes serian quiiz4 més convincentes si no hubieran sido puestos bajo sospecha nada menos que por quienes pretendieron ser, a mediados del siglo pasado, los herederos legitimos del pensamiento liberal sobre cl que se edificé la promesa civilizatoria del republicanismo moderno, En efecto, tuna de las ofensivas intelectuales més poderosas (y, probablemente, exitosas) del tltimo siglo ha sido la que llevaron a cabo un conjunto de liberals ilustres dispues- tos a descontaminar el pensamiento moderno de tn supuesto colectivismo per- ‘verso, asi como de las pretensiones racionalistas que no harfan més que conde- suat a la libertad y a los derechos individuales a un mero dispositivo legal sin 2 EDUCAR: POSICIONES ACERCA DE LO COMIN implicaciones efectivas. Durante los tltimos cincuenta afios, a veces de manera silenciosa y no siempre gozando del beneplicito del mainssream académico occi- dental, estos intelectuales levaron adelante una poderosa batalla teérica, 0 sea, politica, contra los principios que fundamentan toda pretensiin por construir tin sentido a lo que aspiramos a compartir ya tener en cominya las razones que justifican proyectos colectivos y universales y ala constitucién de sentidos y moti- ‘vos compartidos que nos ayudan a cimentar sociedades mds igualtaras y justas. Poner lo comin bajo sospecha, identficando toda aspiracién a construir lo que nos pertenece y nos iguala como comunidad, esto es, lo puiblico, como la Gausa de todos nucsties males y penuirias ha sido una de las mayor! vierorias del liberalismo dg, la segunda mitad del siglo xx, un liberalsmo, como di Bellamy (1994), «neutralizado» y que ha conseguido centrifugar cualquier as racién igualitaria. La derrota de lo ptiblico, de lo comin, ante la efervescencia supuestamentecreativa del individualismo egoisa se ha gestado en el plano de las ideas y se ha consolidado en el plano politico al imbricarsecapilarmente en la cotidiana de nuestras sociedades. La teorfa, dijo alguna vez Karl Marx, se vuelve tuna fuerza material muy efectiva una ver que se apodera de las masa, Poner lo comin bajo sospecha ha crcado condiciones para la promocién de politicas de desprestigio y debilitamiento de una de las instituciones fundamen- tales de todo otden democrético que aspira a sustentarse sobre la igualdad y la justicia social la escuela publica y el derecho a la educacién. Bl presente texto pretende contribuir a comprender las bases doctrinarias sobre las que se ha edi- ficado la critica del liberalismo tardfo a toda biisqueda de un orden comin basado en los derechos humanos universes, la igualdad y la juticia social. Iden- tificaré a este movimiento intelectual con la denominacién «necliberalismo», cen- trandome en algunos de sus principios e6ricos y metodolbgicos, sin identficarlo tiva-viscon las administraciones 0 gobiernos neoliberales que han dominado los aparatos estatales de numerosos paises, ano en ef Norte como en cl Sur, desde los afios setenta en adelante, Para llevar a cabo esta tarea, me concentraré en los aportes de Friedrich von Hayek (1899-1992), Ludwig von M:ses (1881-1973), ‘Murray Rothbard (1926-1995) y, finalmente, Milton Friedman (1912-2006), sin lugar a dudas, cuatro de los mas prominentes representantes de esta corriente del pensamiento social contemporineo. La sociedad como ilusion Hayek y Mises consideraban que la civilizacién occidental yelliberalismo fundian yy confundian sus fronteras. De tal forma, a crisis dl liberalismo (0 su amenaza) involucrarfa siempre, de manera inexorable, una crisis de la civlizacién occiden- tal y una consecuente amenaza a su sobrevivencia, Desde eta perspectiva, el liberalismo constituye mucho més que una doctrina politica Se trata de unit NADA EN COMON S| actitud espiritual que, en tanto tal, puede ser reconocida a lo largo de todo el proaso de constucinhistia de la cvilizacinocidenc ’ara comprender mejor esta cuestién es importante destacar que, en la obra hayckiana, existe una permanente ontrapsicon, algunas veces plicta oes implicita, entre un supuesto estadio primitivo del desarrollo humano y el orden civilizatorio actual, denominado pore! intelectual austriaco worden extenso de coo- peracién humana». Dicha contraposicién deriva de los fundamentos sobre los cuales cada tipo de orden histérico encuentra su base de sustentacién. En tal sentido, el orden primitivo alcanza cohesi6n mediante el desarrollo del instinto y del espiritn gregario, una solidaridad comunitaria basada en la existencia de pequefios grupos, as{ como en un altruismo ingenuo fundamentado en el reco- nnocimiento de que el individuo aislado carece de autonoma y capacidad de sobrevivencia, De alli que Hayek considerara la mentalidad primitiva como pro- totipicamente antiindividualista, clanica y wibal. El individualismo primitivo hobbesiano no ha sido, de esta forma, otra cosa que un mito carente de toda fundamentacién histérica, «Nunca se dio en nuestro planeta esa supuesta “gue- 1a de todos contra todos» sostendré Hayek en su tiima obra (1990:41). En un sentido exactamente contrario, ef orden extenso de cooperacién humana (estadio superador del orden primitivo) encuentra su fundamento en la climinacién de las tendencias instintivas que promueven el solidarismo comuni- tarista y el altruismo tribal. El proceso civlizatorio (y, en consecuencia, el ibera- lismo que, como actitud espiritual, con él coincide) se fandamenta en un rechazo clemental a cualquier forma de igualitarismo gregario'. En palabras de Hayek (1990:44), «un orden en el que todos tratasen a sus semejantes como a si mis- ‘mos desembocaria en un mundo en el que pocos dispondrian de la posibilidad de multiplicatse y fructficar». El antiindividualismo primitivo serd, af ado como escncialmente contradictorio con el orden extenso que promueve cl proceso civilizatorio burgués, cuya existencia depende ab origine de individuos dispuestos a superar sus impulsos naturales ¢ instintivos, 0 sea, comunitaristas. En rigor, el concepto de sociedad hayekiano coincide con la nocién de pro- ces0 civilizatorio, siendo este tiltimo expresién de una dinmica superadora de |i mentalidad y el orden salvaje colectivista propio de las hordas primnitivas’. En su estadio tribal, el hombre no construye sociedades, sino apenas comunidades agregarias fundadas en principios atdvicos. Superar ese estado de salvajsmo es, en [a 6ptica hayekiana, la precondicién necesaria para el desarrollo de un orden civi- 1, Deal qu, para Hayek brain como clmentoconstitvo del process cvlzatsio. ra naturament anterior adver format de epresentacin cepresentci yorganizacnpolica que fe conqustado una Ye define como campo doctinaro(vanse Hayek, 1976, 1990 y 199%) 2. Hayek sempre ruvo una gran desonfana hace wo sabusve de a plabra sided adj secel, dir (1990188) cai rorlmente cl significado del susan al case aplicae (por gjemplo, jc scia,sdemacacia soca, Est soca). 4 EDUCA POSICIONES ACEICA DE LO COMON lizado. De alli que ni el hombre primitivo puede ser liberal, ni el liberalismo coincidir con el orden instintive que domina las pequefias agrupaciones de hhumanos en estado salvaje. No existe «sociedad» sin liberalismo, no existe wlibe- ralismo» sin sociedad. Asi las cosas, los amados Estados de Bienestar serén con- siderados por Hayek como «a-sociales, en la medida en que acaban reconstru- yendo la trama de una solidaridad comunitarista basada en un pretensioso altruismo igualitario y en un amenazador antiindividualismo propio dc la légica colectivista tribal. Un orden que entra en franca contradiccién con una sociedad, competitva y dindmica. La socialdemocracia y, de forma mucho menos disfra- ‘ada, el socialisma canstimyen, desde la éprica de Hayek, concepcionés primi- tivas as del orden social. Entre tanto, el Autor de Camino de servidumbrereconocerd que x construc- cién de un orden civilizatorio nunca es producto de la voluntac ni del raciona- lismo prometeico de ciertas individuos (el fracaso de los regimenes comunistas y de los Welfare Staes serén, para él, una clara expresién de esto). La sociedad no es obra de la ingenierfa mental de los hombres que se reconoven dispuestos a sconstruirlay, El orden extenso se fundamenta en una serie de ‘normas regulatorias del comportamiento humano, plasthadas por la via cvoluia (especialmente, las que hacen referencia al eco compor- riento, al respero als obligaciones asumidas, al ineercambio, al comer- cio, ala competencia, al benefico y ala invilabilidad de la propiedad privada), las que generan tanto la intima estructura de ese peculiar ‘orden como el tamatio de la poblacién actual. Tales esquemas norma- tivos se basan en la tradicin, el aprendizaje y la imitacién més que en clinstintoy consisten, fandamentalmente, en un conjunto de prohi- biciones («no se debe hacer tal cosas), en virtud de las cuales quedan especificados los dominios privados de los distintos actors. La huma- nidad accedié ala eivilizacién porque fue capaz de elaborar y de trans- mitie~a través de los procesos de aprendizaje— esos imorescindibles esquemas normativos (inicialmente limitados al entorne tribal, pero extendidos més tarde a espacis cada ver mas amplios) que, por lo gene- ral, prohibfan al hombre ceder sus instintivas apetenciasy cuya eica- cia no dependia de la consensuada valoracién de la realidad crcundante, sas normas constituyen una nueva y diferente moralidad dirigida a reprimir la moral naturals, es deci, ee conjunto de instineos capaces de aglutinar a los seres humanos en agrupaciones reducidas,ascgu- rando en ellas la cooperacién, si bien a costa de entorpecero bloquear su expansién (Hayek, 1990:42-43), La cita precedente resume gran parte del contenido sustantivo que Hayek y los mis dcnacados inuclectules ncaliberales han aerbuido al consepto de orden NADA 24 COMUN . cextenso de cooperacién humana. A los efectos de definir mejor su contenido, me detendré en algunas dimensiones que lo caracterizan. Espontaneidad evolutiva. El orden extenso de cooperacién humana (o sea, la sociedad civilizada) es, por definicién, un agrupamiento de individuos libres. Sin embargo, es fundamental, en la perspectiva doctrinaria neoliberal, no suponer que esto implica afirmar la posibilidad de que los individuos dispongan, en vit- tud de tal atributo, una capacidad ilimitada de accién e intervencidn para trans- formar la sociedad en la cual viven segin sus particulars intereses y demandas. El individualismo hayekiano no se fundamenta en una viega confianza iluminista 6, como ya fue mencionado, en una visién prometeica acerca de las habilidades y aptitudes individuales para incerferir en el «normal y evolutivo» desarrollo del ‘orden social, Por el contratio, dicho individualismo hace referencia a la existen- cia de una esfera de libertad inalienable de la cual los individuos deben gozar en todo régimen histérico civilizado. Esta esfera tiene limites evidentes: silos indi- vviduos fueran libres de cambiar la sociedad como y cuando les viniera en gana, {a propia esfera de la libertad individual estarfa amenazada, en virtud de que no necesariamente todos los individuos aceprarian del mismo grado y con la misma simpatia los cambios efectuados por otros individuos que comparten con ellos el mismo orden social. De alli que, para Hayek, el orden extenso de cooperacién humana es resul- tado de miiltiples acciones individuales (en rigor, de la cooperacién humana), factor que lo torna inmune a la voluntad arbitraria de algunos pocos indivi. duos dispuestos a torcer el desarrollo de su natural evolucién. En tal sentido, tuna de las caracterfsticas més destacadas de dicho proceso evolutivo es la espon. ‘taneidad. El orden civilizatorio no sigue un plan predeterminado para su desa- rrollo; evoluciona de forma abierta a partir de un complejo proceso de ensayo y error, de la cooperacidn voluntaria entre individuos, del éxito y del fracaso de las acciones individuales, de las miltiples estrategias adaptativas desarrolladas por cada uno, de acucrdos y contratos siempre inestables entte personas que se disponen a realizar determinado tipo de intercambio, de descos cumplidos © frustrados que remiten a voluntades en permanente construccién y evolu- cidn, de ajustes y desajustes mutuos. Siendo as, es imposible saber el resultado © profetizar la direccién que asumirin dichos intercambios: la espontancidad es el requisito de armonia y equilibrio que precisa todo orden extenso de coo- peracién humana, «Armonia» y cequilibrio» del orden extenso no significa que cada uno tenga ue tener garantias preestablecidas para la satisfaccién de su voluntad y sus descos, sino la posibilidad de una esfera de intercambios abierta donde cada uno puede poner libremente en juego su voluntad y sus deseos sin la interferencia de ‘otros, asumiendo el riesgo subyacente a toda accién individual; esto es, la posi- bilidad de ganar 0 de perder. 36 EDUCAR:POSICIONES ACERCA DE LO COMUN, En la perspectiva docerinaria hayekiana, los hombres pueden, por medio de su accién libre, cambiar (esto es, mejorar o empeorar) su propia situacién en el mundo social, afirmacién que, formulada en direccién inversa, carece del ‘menor sentido. En suma, la naruraleza espontinea del orden extenso de coopera- cién humana hace que sea inmune a cualquier pretensién planificadora o racio- nalista El sistema es wordenado», sin que esto presuponga la existencia de erite- rios «deliberados» de ordenamiento?. Por tal motivo, desde la 6ptica neoliberal, fracasaron los Welfare States y por eso fracasardn siempre los socalismos. Es en este contexto que debe ser comprendida la enfitica critica que formu- Jara Hayele a las perspectivas denominadas constructvistas En la épria haye- kiana, el consteuctivismo parte de un falso presupuesto: «(si el hombre cre6 las instituciones de la shciedad y de la civilizacién, él debe ser capaz de modificar- Jas a voluntad para satisfacer sus descos y anhelos» (Hayele, 1981:3). Semejante posicién se inicia, segiin Hayek, con Descartes en la modernidad, siendo desa- rrollada por Voltaire y los mas conspicuos representantes de la Edad de la Razén’, para luego ser llevada al paroxismo por el contractualismo rousseauniano. Contra toda pretensién racionalista, el autor de La fatal arrogancia tratard de demostrar con insistencia a lo largo de toda su obra floséfica que «los hombres, en su c dducta, nunca actan guiados exclusivamence por su entendimiento de las reac res causales entre medios conocidos y ciertos fines deseados, sino que también actiian guiados por normas de conducta de las cuales rara vez tienen conciencia, das que ciertamente no han inventado conscientemente, y que distinguir a fun- ign y significacién de esto es una tarea dificil y solo parcialmente lograda por cl esfuerzo cientifico» (Hayek, 1981:6). La existencia de una serie de reglas y normas que van largo, complejo y esponténeo proceso evolutivo del desarrollo histérico orienta la accién de los individuos en las diferentes esferas sociales en las que deciden realizar sus intercambios y satisfacer sus necesidades. Reglas y normas que, sin ser deliberadamente construidas ni necesariamente conocidas por todos, son histéricamente acumuladas. De su respeto depende la preservacién del orden extenso de cooperacién humana. En la propia dinémica evolutiva de dicho orden, ese conjunto normative va pasando por un riguroso proceso de seleccién natural «durante el cual grupos que lograron un orden més eficiente las sustitu- fisonomia en 3. La distincién y concraposicidn entre sorden espontineos y worden deliveralo es Fundamen- ‘alen la cerminologiahayekiana. Tal como afirma Paloma de la Nuez(1994:202),seste orden [el orden extenso) surge del mucu y espontineoajuste de sus elementos; de a surocoordinacién de las acividades humanas, sin una organizacin deliberadao ineligenciadiectora que las ordenes 4, Boca es una de las tess que defiende Hayek en su célebre cftica alos regimenes socalsas realiada en La fatal arogancia (1990). 5. Hayek se refera a ella coma ola itrazonable Edad de la Raxéins, Vése au clebre conferencia sor crores del constructivism (en Hayek, 181). NADA EN COMUN - yerono fueron imitadas— por otros, a menudo sin saber a que se debfa su supe- tioridad» (Hayek, 1981: a ena = Resulta importante destacar que la perspectiva evolucionista de Hayek, a dle ser profundamente antisracionalista, no niega al individuo ure limbecls capacidad de previsién y evaluacién sobre su vida y sobre los acontecimientos sociales. Si no fuera as, el propio neoliberalismo deberia ser considerado tambien tun amenazador subproducto de la vordgine consttuctivista. Semejante cues. plantca al esquema analtico hayekiano un enorme problema argumentativo, En efecto, si el espontancismo y la imprevisin fueran totales y absolutas, edmo predecir que el keynesianismo, la socialdcimucracia y el socialismo son shexore.. blemente negativos para el bienestar de los individuos y condenarin sempre a ues. tras sociedadesarecotrer un dictatorial camino de servidumbre? Podrfarnos, siendo ficles a la doctrna esencialista neoliberal, afirmar que keynesianos, socilclemé. cratas y socialistas han desempefiado un papel trigico en lo que se reliere a {a construccién de una sociedad de hombres libres. Pero goimo atibuit valid universal y perpetua a dicha observacién? El propio Hayek reconoceré, en su importante obra Lo fundamentos de la libertad, uc «somos tan poco capaces de concebir lo que lacvlzacin seed o podrd ser de aqua cen aos,» inclio de aqui a veinticinco anos, como nuestros antepasados medievales o incluso nucs, tos abuelos lo fueron para prever nucstra forma de vivir hoy» (199 1:42). $i aceptamos esta premisa, ;cémo creerle al propio Hayek cuando profetiaa de forma vehemente acerca del destino que nos cabri #1 tiunfa el colectvieme intervencionista? El anticonstructivismo hayekiano puede llegar, de esta maneta, a tansformarse en un verdadero contrasentido capaz de nega las protic pe, visiones del intelectual austriaco 0, en el mejor de los casos, una navaja de dos filos capaz de herir @ quien de ella se vale para protegerse del sintelectua, lismo arrogantes. Hayek pretenderd dar respuesta, aunque de manera no muy convincents, a este dilema, Peo, para entender mejor sus argumentos, deteng, 38 EDUCA POSICIONES CIRCA DE LO COMON ‘monos primero en una caracterizacién més precisa del concepto de accién indi- vidual, pilar doctrinario del neoliberalismo esencialista. Accién indi al e inexistencia de la sociedad. La conceptualizacién de la acti- vidad individual constituye una cuestién de fundamental relevancia analitica para los autores pertenecientes a la llamada Escuela Austrfaca, inaugurada por Carl Menger, su eficiente sucesor Eugen von Béhm-Bawerk y Friedrich von ‘Wieser hacia fines del siglo x1x’. Una de las figuras més destacadas de esta pers- pectiva tedrica ha sido Ludwig von Mises, referencia central del campo doctri- nario neoliberal y maestro de dos de sus exponentes mde signifcativos el pro- pio Friedrich von Hayek y Murray Rothbard’. Mises ha sido, sin lugar a dudas, quien con mas derfsidad y profundidad conceptual ha tratado la dimensién individual de la accién social en su monumental obra Human Action. A Treatise on Economics, publicada por primera vez en 1949". Para Mises, la accién humana individual reviste una importancia central en los fenémenos sociales: fuera de la ineraccién establecida entre individuos que aettian, la sociedad carece de existencia real. El intelectual vienés reconocerd que wel individuo vive y actiia en sociedad. Pero la sociedad no es més que esa combi- nacién de esfuerzos individuales. La sociedad en sf no existe, a no ser através de la accién de los individuos. Es una ilusién imaginarla fuera del ambito de las accio- nes individuales. Hablar de una existencia auténoma ¢ independiente de la sociedad, de su vida, su alma y sus acciones, es una metéfora que puede fécil- mente conducir a errores groseros» (Mises, 1995a:143)", Observacién que seria repetida afios mds tarde por Margaret Thatcher en una alocucién que dio répi- damente la vuelta al mundo, sociedad es una entidad sin existencia propia, la accién individual se converte en el nticleo constiruyente de todo intercambio, acuerdo, contrato, y de toda actividad institucional. Nada, en rigor, de lo que aconteos en la esfera de aquello que denominamos «sociedad» puede ser comprendido si no se com- prende la accién humana que predetermina las interacciones encre las personas. ‘Ahora bien, :puede comprenderse la accién humana? La respuesta de Mises seré cautelosa y compleja. 7. Véanss, Dob (1975), especialmente el capitulo 7, y Rochbard (1985). 8, Hayek era también austfaco, mientras que la influencia miseana de Rethbard data de la escancia del maestro vienés en la Graduate School of Business de la New York University a parce de 1945. La imporcancia de Mises es fundamental en el pensamiento neoliberal, lo cual se revela en Ia influencia por ejercida en eres grandes figuras politias de la Europa de posguerr: Wil helm Ropke, Luigi Einaudi y Jacques Rueft 9. Las referencias que aqui haré a dicha obra corresponden ala eicin brasilea: Mises (19958). 10. H subrayado es nuestro, NADA 2 COMA 2 La accién humana puede ser comprendida si se la somete a un anilisis rigu- r0s0 y derivado del respeto a ciertos criterias metodoligicos que corresponden al campo de una ciencia especifica: la praveologia, o teorla general de la accién ‘humana. Uno de los componentes esenciales de la praxeologia, dir Mises, es la cataléctica, también denominada «teorfa del orden de mercado», esto es, de las telaciones de intercambio entre los individuos". La praxeologia parte de una serie de presupuestos fundamentales, algunos de los cuales son: J, Solo la accién torna al hombre sumano. El presupuesto basico de la tcoria ¢s queel hombre no es solo homo sapiens, sino también homo agens. De alli que: Seres humanos que, por nacimiento © por defectos adquitides, son ittemediablemente incapaces de cualquier accién (en cl estricto sen- tido del éemino y no solo en el sentido legal), précticamente no son ‘humanos. Aunque las leyesy la biologta los consideren humanos, les, falta I caracterstica esencial del hombre. El niio recién nacido tam- [poco es un ser agente. Todavia no recor el eamino de la concepcién, hasta el pleno desarrollo de sus capacidades. Entre tanto, al final de esta evolucién, se toma un ser agente (Mises, 1995a:15). 2. Los individuos stotales» son agentes, lo cual quiere decir que actian con el ‘objeto de satisfacer necesidades*. El motor de la accidn es la satisfaccién de determinados deseos, los cuales varian de individuo a individuo, escapando 4 cualquicr tipo de pretensién normativa o estandarizacién: los descos y las necesidades de cada uno son siempre deseos individuales. La existencia de deseos colectivos solo puede aceptarse, did Mises, en el terreno de las meté- foras y de los usos figurativos del lenguaje. 3. Como consecuencia de lo anterior, puede afirmarse que lo que mucve a los individuos a la accidn es un estado de fnsatisfaccion frente a determi- nadas circunstancias. 4. No existen criterios universales de satisfcién y confort. Cada individuo define, mediante ctiterios, principios y valores propios e inalicnables, las cosas, situaciones 0 condiciones que le crean incomodidad y, con ello, voluntad para actuar, La biisqueda de la felicidad es el estimulo de la accién, 11, Hayek usaba ef concepto de catlesia como sinénimo de economia, Para una comprensién de los argumentos hayekianos a favor dela valde y uilidad de esta noc, véase el capitulo vit de La fal arroganca (1990), ttulado locuentemente «Nuesto envenenade lengusjen 12, Aunque Mises no usa la distinc individuos stale 0, cansecuentement, parcial, me romo Ja lberad de hacerlo, ya que permite comprender mejor su incerpretacién acerca de ls dimen- siones de a accin humana, Teale son, de esta forma, os individuos agentes Percale, aquellos que, incapactados de actuar, extn limitados en la relizacién de su libertad. La inclusin dels nifios ‘en esta categoria es por dems interesante «0 EDUCAR:POSIIONES ACERCA DE LO COMON Sin embargo, «nadie tiene condiciones para determinar lo que harfa a alguien més feliz» (Mises, 19952:15). : | eee ers neutral indiferente ante los criterios, principios y valores de los individuos. No juzga. Siendo asf ‘sus conclusiones son validas para todos los tipos de accién, independien- temente de los objetivos pretendidos. Es una ciencia de los medios y no de los fines. Emplea el término felicidad en un sentido meramente formal [...] {ya que) no implica ninguna afirmacién sobre la situacién de la cual el hombre espera obtener felicidad» (Mises, 1995a:16). 6. Fn el actuar, el hombre cantrola sus instintos e impulsos. Ausf cuando movido por la necesidad de satsfacer un instinto brutal, el individuo tiene la posibilidad th diferencia de los animales) de elegir i insist en la tealiza- cidn de su deseo a pesar de las consecuencias que tal accién le acarreard. Los individuos que, por los motivos que sean, no pueden controlar sus impul- 0s estén inhibidos de actwar (no son agente) y, en consccuencia, no pue- den ser considerados plenamente humanos®, : 7. Actuando, el hombre es siempre racional (ractuar racionab es, consecuer temente, una expresién redundante). No existe, por lo tanto, acc irracio- nah, ya que esto supone una contradiccién en el significado de ambos té- ‘minos'. Se tata, naturalmente, de una razén reductible al individuo y que no existe fuera de él. El objetivo Final de la accién es siempre la satisfaccién de algiin deseo del agente hombre. En la medida en que nadie tiene condi- ciones de sustituir los juicios de valor de un individuo por su propio juicio, ¢ indtl o trivial hacer juicios acerca de los objetivos y de las voluntades de otras personas. Nadie esté en condiciones de afirmar lo que harfa otro hom- bre ms feliz 0 més infeliz. Aquel que critica esté informndonos lo que magina que harfa si escuviera en el ugar desu semejanteo esti proclamando, con arrogancia dictatorial, el comportamiento que a su semejante le serfa més conveniente (Mises, 19952:20). 8. Laracionalidad de la accién no garantiza su éxito. En efeco, un individuo ppuede determinar racionalmente su deseo, actuar con la pretensi6n de satis- facerlo y fracasar en el intento. La falibilidad de la razén resume la falibili- dad de la accién humana. La sociedad progresa gracias a este mecanismo". 13. hombre afims Mis (1995237) oe lun animal tment to oy ioe incr qu doesent cmd vida = Sein el exquema anltco mean, quiee Se depen de oma se aonal no pucden ‘rcs pment human Lov ior ia veneer an ben Sep de natal incomplen dels induc snepaco pars sean 15, Naeamene qu eos jue files dears sj rk densi man son dat pars cuatro de inexgacin, no on pase de mayor anti, La prnclgi ii cn fs meds yeas scion par sein der cj fale Su abe son los medias, no los fines» (Mises, 1995a:23). — NADA EN COMON a 9. Fiel a las enseftanzas de la Escuela Austriaca, Mises afirma que la praxeologia es esencialmente subjesivista. Los juicios y acciones individuales son un dato J; como tal, dependen de criterios subjetivos que estén por encima de cual- ‘quier deliberacién 0 juicio colectivo, asi como de cualquier evaluacién cien- tfica o de cualquier interferencia moral externa al propio individuo. 10. La accién presupone la existencia de relaciones causa-efecto. El hombre actiia 0 deja de actuar porque reconoce la causalidad de los acontecimien- (0s. Insistiendo en lo ya afirmado en el punto octavo: esto no quiere decir que la decisién individual de actuar o dejar de actuar garantice a las perso- nas éxito en la satisfaccidn de sus deseos 0 cn la realizacién de su felicidad. 11. Las relaciones de causalidad permiten comprender, en la perspectiva praxeo- l6gica, cbmo los individuos, en el transcusso de su accidn, se mucven por un criterio de weilidad. Los agentes actian para maximizar su felicidad y para minimizar su falta de confort: el utilitarismo guia sus procedimientos y elec- clones. Usilidad para la teoria general de la accién humana quiere decir: simportancia atribuida a alguna cosa en razén de su supuesta capacidad para reducir citcunstancias incémodas» (Mises, 1995a:120). La validez de dicho criterio utilcarista es también de indole individual. No todos los agentes atti buyen a los mismos acontecimientos el mismo grado de malestar, ni todos definen el mismo rumbo de accién ante semejantes 0 idénticassituaciones de infelicdad. Tampoco en este caso la praxcologia se preocupa por la coinciden- cia 0 no entre el valor de uso esubjetivor que los individuos atribuyen a deter. minado bien y el supuesto valor de uso «objetivo» que dicho bien posee. Los crtiterios de utilidad y, consecuentemente, el valor atsibuido por los indivi- duos a determinados acontecimientos y bienes dependen de cada individuo. Como veremos més adelante, existe un factor de conocimiento e ignoran- cia imponderable que entra en juego en todo tipo de eleccién, Determinada accién puede maximizar la felicidad de un individuo y minimizar la de otro. Enambos casos, se ponen en juego conocimientos y experiencias acumuladas Tambign un determinado grado de ignorancia: la persona puede desconocer otras altemativas de accién tt otros bienes que podsfan permitir un acceso més directo al ansiado bienestar. Lo importance, para la praxeologia, es que sélo el individuo tiene legitima soberania sobre estas elecciones. La pretensién de tra tar de torcer el sumbo de las decisioned individuales (con la excusa de eaytt- dar» a determinados individuos a maximiear su felicidad evitando que «se equivoquen») tendré consecuencias siempre més riesgosas que los serrores» que eventualmente cada individuo pueda cometer en la implementacién de sus opciones electivas. Este tipo de intervencin, dirdn los praxeélogos, es el preanuncio del totaliarismo, el comienzo de todo camino de servidumbse", 16, Fl problema de la wrilidad se vincula de modo genetal, en el aniliss de la Excucla Austrtaca, om la llamada sley de ucla aug decrecientes en la eterminacion del vos. El toma cscapa alos limites del presente trabajo, Véase, al respecto, Rothbard (1987). 2 DUCAR: POSICIONES ACEICA DE 10 COMON 12, Llegados a este punto, estamos en mejores condiciones de comprender que, para Mises y otros exponentes del neoliberalismo, la mal larmada eesfera de Ia sociedad» no es otra cosa que el Ambito donde los individuos se retinen voluntariamente para el ejercicio de su accién y la puesta en prictica de sus clecciones. En efecto, como queda claro en la posicién de Hayek, la satis- faccién de las necesidades individuales precisa del intercambio, ya que este ‘constituye el mecanismo apropiado para la maximizacién de los beneficios. Los individuos aislados no podrfan realizar de forma plena su felicidad sin cl concurso de acciones basadas en la cooperacién. La sociedad no existe. Los que existen son los individaos que la crean, porque gracias a ella (yn ella) realizan sus fines particulares. Tal como afirma Ludwig von Mises: Los hechos fundamentales que hicieron existr la cooperacén, la socie- dad y la cvilizacion, y que teansformaron el animal hombre en un ser ‘humano, son el hecho de que el trabajo efectuado valigndoxe de la divi- sin del trabajo es mas productivo que el trabajo solitaro, y el hecho de «que aranén humana escapaz de percibir esta verdad. ino Fiera por 0, Jos hombres permanecerian siempre enemigos morales unos de otro, rivalesitreconciables en sus esferzos para asegurar una parte de los ‘scasos recursos que la naturaleza oftece como medio de subsistenca ‘Cada hombre seria forzado a ver a los otros como sus enemigos; su intenso deseo de satisicer sus propios apetits lo conducisa a un con- fliro implacable con sus vecinos. Ningin sentimiento de simpatia podria florecer en tales condiciones. (...] En un mundo hipotético donde la divisién del trabajo no aumentase la productividad, no habria, sociedad. No habria sentimiento de benevolencia y de buena voluntad. El principio de la divisin del trabajo es uno de los grandes principios dal devenir césmico y del cambio evolutivo (Mises, 1995a:144), La contribucién realizada por Mises en Human Action no Wegaré a resolver los problemas analiticos del espontaneismo hayekiano y al mismo tiempo abriré tun niimero no menor de dificultades argumentales. Analizar el papel atribuido a las nociones de conocimiento e ignorancia nos permitiré avanzar mejor por los laberintos de esta ret6rica. Conocimiento e ignorancia En el capitulo «El poder creador de la sociedad libre» de Los fiendamentos de la libertad (1991) (The Constitution of Liberty, 1959], Hayek teconocerd que la nnaturaleza siempre limitada del saber pone en evidencia que la ignorancia es el -mowor de la evolucién social. En contraposicién alas perspectivas que atcibuyen NADA EN COMIN 4“ al conocimiento un papel protagénico en el desarrollo humano, especialmente al conocimienco cientfico y tecnolégico, Hayek sostendré que «para entender de qué forma funciona la sociedad hay que intentar definir la naturaleza general de nuestra ignorancia». Lo cual conduce a accprar que «la idea de que el hom- bre esté dotado de una mente capaz de concebir y crear la civlizacién es fun- damentalmente falsa» (Hayck, 1991:41). Siendo asi, el desarrollo de la mente y_del conocimiento se subordina al desarrollo de la civlizacién y no al contra tio, como podrfan suponer las interpretaciones racionalistas o contractwalistas Esta cuestién, también cardinal en el esquema analitico neoliberal, se funda. rmenta en tres premisas 1. El conocimiento solo tiene existencia real si se lo define como producci EL anoci ncia real si se lo define como produccién 2. De tal forma, el conocimiento es siempre una entidad disperse. 3. Es ligica y empiricamente imposible predeterminar el conocimiento pose- ‘do por todos los individuos y, mucho més, tratar de predecir lo que cada tuno hard con el conocimiento que posce, Tal como afirma Hayek (1991:43) El conocimiento existe tinicamente como conocimiento individu: aque una metifors, Jams existe como total general la suma de conoci- tientos de todos los individuos. El gran problema estriba en la mancra de aprovechatse de ese conocimiento, que existe solamente disperso como partes diferentes y separadas y a veces como creencias en con- flico de todos los hombres. En otras palabras: como miembro de una sociedad civilizada, el hom- bre puede persegut sus fines individuales con mucho més éxito del ue obtendria actuando como fancotirados, porque la civilizacién ‘os facia constantemente el aprovechamicnto del conocimiento que individualmente no poseemos y porque cada individuo, al utilizar su particular conocimiento, ayuds a ottos individuos desconocidos. Sabe- 'mos poco de los singulares hechos a que continuamente se ajusta toda 4s actividad social para proporcionar lo que hemos aprendido a espe- tar. Pero atin sabemos menos de las fucrzas que operan este ajuste mediante una coordinacién apropiada de ls actividades individuale, Nuestra actitud cuando descubrimos nuestro limitado conocimiento de lo que nos hace cooperar es, en conjunto, una acttud de resent mmiento més que de admiracién o de curiosidad. Mucho de nuestro Jimpetuoso y ocasional deseo de destrozar la total e intrincada maqui- naria de la evilizacién se debe a esa incapacidad del hombre para comprender fo que esté haciendo. “ DUCAR: POSIIONES ACIRCA DE LO COMUN Los conocimientos individuales son, por definicién, dispersos, aunque no por lo se encuentran atomizados yen un perpetuo desordn, En fro, dese a pesspectivahaekiana, exe en ellos un orden derivado de un juste no deli berado, esponténeo y acumulativamente variable. Esto es, los saberes (00 slo tos cienfins,sin oda lat de saber) se encuentran en nexcambio y fj per manente, produciéndose entre ellos innumerables reajustes orientados a solucién de problemas. Dichos reajustes nunca crstalizan de forma definitiva, estén sujetos a cambios permanentes que son aplicados por los propios indivi- duos a partir y en virtud de sus también innumerables e impredecibles inter- ios y de su permanente caoperacién. No existe un conoci cue eae cman en jucgo cuando los individuos ee dsponen a satis idades. 1 Joumont als mporanedexacar qu losses queen juego durante toda y cualquier dindmica de intercambio no necesariamente son «cono- ios racionamente por todos os individos, La inci, st fi, ba la experimentacién desempefian un papel fundamental en este jeg. El vt deur soda He (oon du orden ead) widen osibil ida individuo pueda desplegar sin cocrcién o interferen- appre perme experiencia, la imitaci6n y la habilidad. Si bien este es un proceso que se lleva a cabo en la esfera de lo que podriamos denominar «sociedad, slo tiene sentido y solo se leva ala préctica como actividad estrictamence individual. La combinacién de conocimiento y apitud que leva a éxito no es fro de una deliberacién comin de gentes que buscan una solucién 4.54 problema mediante un esfurzo conjunto sel producto de indi- vidualidades que imitan a aquellos que han logrado més éxito en su cxistncia al guiase por signos o simboos tales como los precios obte- nidos por sus productos © por expresiones de estima moral o estética al observar determinadas normas de conducta. Para abrevar, el pro- exo consiste en utilizar los resultados de la experiencia de otros. Es csencial que a cada individuo se le permita actuar de acuerdo con su especial conocimiento -siempre inico, al menos en cuanto se refiere a alguna especial circunstancia~ y al propio tiempo usar sus oportuni- dades y habilidades individuales dentro de los Kites por él conoci- dos y para su propio interés individual (Hayek, 1991:471, loracién que Hayek realiza del conocimiento y la ignorancia se deriva, Hosifcincae eee en toda su obra. En ever y predecir los comportamientos humanos mediante Gh dont trl da conodent done no habla pace par aH tad individual. El hombre es libre porque no conoce todo y porque, a partir de NADA EN cOMGN : fo que conoce, acta”. No todos conocen las mismas cosas y, si esto fuera posi- ble, dos personas que poseyeran exactamente el mismo conocimiento nunca actuarian de la misma manera. Nuestra inevitable ignorancia es el fundamento de la libertad, Se derivan de aqui vatios asuntos relevantes, En primer lugar, toda actividad de planificacién que se arroga la potestad sobre las acciones y decisiones individuals de otras personas acaba negando la libertad que debe disponer cualquier individuo a la hora de decidit como actoar én virtud de lo que conoce o ignora. La actividad econdmica es un buen ejemplo de ello, En los intercambios econémicos, los individuos despliegan conocimicn, ‘08, aprovechan informaciones disponibles, imicanaccioneso estategas ya imple. ‘mentadas o crean otras todavia nunca levadas a Ja préctica. Los intercambios consimicos son libres si los individuos lo son para establecer el rumbo y sentido de sus acciones y elecciones, Se trata, claro, de un silogismo cutioso: el sistema ¢: libre silos individuos y los intercambios que entre ellos se realizan también 4o son, Problema que, para Hayek, se resuelve reconociendo que la falta de cer. ‘e2as 0, mejor, la permanente presencia de probabilidades inciertas detivadas de ‘ucstraignorancia deben ser respetadas, porque es alli donde se realza la pd. tica de la libertad: frente a las miltiples opciones que se les presentan a los indi. ‘duos para actuat (en el campo econémico o en cualquier oto), cada uno elige su propio camino y, de tal forma, asume sus propios riesgos. La planificacién de las acciones o decisiones ajenas, lejos de abrir opciones, las cerra,impidiendo, bajo un manto de paternalismo, que sean las propias personas quienes elijan suy alternativas o caminos a seguir, gozando (o suftiendo, segtin el caso) los resulta, dos indetcrminados de sus respectivas elecciones. Por otto lado, y consecuentemente, la experiencia dela libertad ~entendida desde la matriz analitica hayekiana— no presupone la existencia de fines 0 metas Predeterminados. Esto es, contra toda pretensién socializante, desde el punto de vista de la filosofia politica neoliberal, la libertad no se conquista a partir de la satisaecién de una serie de objetivos 0 condiciones expecifcas. Por ejemplo, establecer que para alcanzar un grado mfnimo de libertad los individuos prec san tenet un ingreso medio determinado constituye un contrasentido, ademés de un alarde de autoritarismo antiliberal. En la perspectiva doctrinatia del neo. liberalismo, los individuos deben ser libres para poder llevar a cabo las acciones ¥ las decisiones que crean mas convenientes para alcanzar una determinada capacidad adquistiva, A tal efeco, pondrén en juego una serie de estrategias vinculadas alo que han aprendido y, naturalmente, eambign a lo que ignoran, Libremente, cada uno ird conquistando aquello que merece. La competenc se vuelve de esta forma uno de los pilares fundamentales de la libertad 17, Bl concepto de aeién aqui es concordante con la perspectiva claborada por Mists de ind vido agent 18. Bn cata disu.iu, una distibucion del sngresoaltamente polatiada no nieg la libertad de {os individuos si esta ha sido resultado de un juego competitive interindividual, 46 EDUCAR: POSICIONES ACERCA DE 10 COMON ‘Asimismo, esta concepeién de libertad se asienta en un radical antiintelec- twalismo que el neoliberalismo fundamentalista aproxima a la flosofla politica conservadora. En la perspectiva hayekiana, los intelectuales suelen asumir vani- dosa y arrogantemente la supuesta representaci6n de individuos, grupos y hasta sociedades en la determinacién de los «mejores caminos» para resolver proble- ‘mas o satisfacer necesidades. Apoyados en la falsa validez universal de los cono- cimientos cientificos y tecnol6gicos, los intelectuales, para Hayek, pretenden autoproclamarse intérpretes de la voluntad colectiva, impidiendo, de esta forma, la libre circulacién de experiencias ¢ intercambios individuales que permiten el verdadero progreso social. La conclusién de Hlayolesoher este aspecta es Simaria: «a esto se debe que los intoxicados con el progreso del conocimiento se convier- tan tan a menudo eh enemigos de la libertad» (Hayek, 199145). Podemos observar que el dilema al cual nos habfamos referido anterior- ‘mente, mds que dilucidarse, se ha oscurecido. En efecto, para Hayek, la navuraleza espontinea ¢ imprevisible del desarrollo social vuelve inocuo cualquier esfuerzo de prediccién intelectual y negativa toda planificacién racional de politicas que involucren acciones o decisiones individuales. He afirmado anteriormente que, desde el punto de vista de Hayek, espontane- ‘mo no quiere decir ausencia de orden, sino, por el contrario, en una sociedad de hombres libres, su sinénimo. También que el conocimiento, a pesar de ser siem- pre individual y disperso, no por elo se encuentra en estado de cacs. De tal modo, aunque el orden espontineo no tiene una estructura predefinida, sf posee una coherencia, un conjunc de regularidades y un componente que, en a perspectiva doctrinaria del neoliberalismo, suele ser presentado con la fuerza de un verdadero «prior: la propiedad privada como derecho inalienable de los individuos libres. En el orden extenso de cooperacién humana, la espontaneidad tiene como limite inviolable el derecho de propiedad de las personas. Siendo ast, dispone- ‘mos de un criterio valorativo que nos permite saber y distinguir de manera general lo ebueno» de lo «malo», lo «justo» de lo sinjusto». No podemos predecir qué es lo que los individuos hardin en el futuro, cSmo ellos se comportarén frente a determinadas citcunstancias, ni siquiera podemos prever cules serin esas circunstancias. Estamos inexorablemente condenados a una ignerancia produe- tiva®, Hayek reconocers que, frente a tamafa incertidumbre, a certeza de la propiedad privada es el prerrequisito bisico para evitar que nos precipitemos en el ‘aos. De allf Ia condena al proyecto keynesiano y socialista: ambos no acaban siendo otra cosa que un mecanismo de violacién de los derechos de propiedad ys de esta forma, idealizaciones autoritarias e inevitablemente contrarias al orden ‘ivilizatorio. Violando los derechos de propiedad, el Estado de Bienestar y el Estado Socialista se ponen a contramano de Ja historia como dirémicas involu- 19, sProductiva» porque, segin hemos vst, I ignoranca acaba constituyende no un limite para ls aecién, sino un verdadero escimulo que potenca las acciones y los incrcamsios individuals, NADA EN COMON A tivas, De alli que, en la perspectiva de Hayek, podemos condenar a dichas alter nativas sin transformamos por eso en pretensiosos profetas intelectuales que aspiran a orientar el rumbo del unormaly desatrollo evolutivo de las sociedades realmente existentes. Condenando este tipo de proyectos, protegemos las con. diciones que hacen del orden social una esfera de libertad. En suma, nos volve- mos activos defensores de la incertidumbre y del espontaneismo a partir del reconocimiento humilde de que solo la accién individual puesta en intercam- bio, en interaccidn, permite la evolucién de la especie. La solucién hayekiana al citado dilema es limitada en varios aspectos, pero fandamentalmense en uno: a patti: de qué argumentos podemos llegar aa conclusién de que la propiedad privada merece ser defendida a tal punto que «lla impone la frontera entre lo justo y lo injusto, entre la ley y el delito, entre lo bueno y lo malo? Siguiendo el razonamiento de Hayek, Ja propiedad privada, 48i como cualquier otra insttucién, no ha sido producto de la mentalidad pro mete yconstuctvsa de alguns indvuosluminados, sino ol esukado de tun largo proceso evolutivo que le brinda existencia real en los individuos y mds all de ellos. Sila propiedad privada cs producto de la evelucién esponcinea, qué nos garantiza que ella, como muchas otras instituciones, no vaya a desapa- recer? El surgimiento de la propiedad privada ha sido fundamental para la cons- truccién del proceso civilizatorio: quién puede asegurarnos que su desapaticiin (spontanea y no propositiva) no traeré también consigo un enorme impulso libe- rador para los individuos? ;Quué hace de la propiedad privada un atributo perenne en la sociedad de hombres libres? Nuevamente, entonces: silos individuos son verdaderamente libres, ,por qué no pueden serlo para, mediante sus inteream- bios y en el largo proceso del desarrollo histérico, sin que medien decisiones coerctivas, autoritarias o cualquier pretensién directivista, acabar de una buena vex por todas con la propiedad privada? Ella, como el resto de la instituciones, ha surgi dl ibe y ‘pontinco interambioetblecido ent los individaos uuso del chupete cn los nifios también. ;Por qué la propiedad privada es m: inalienable que el derecho de los infantes a suceonar sus ape OMe sees Hayek no resuelve el problema y debe apelat a criterios aprioristicos destina- dos a justficar la defensa irestricta de la propiedad privada oa simples argumen- tos dogméticos que desestabilizan la propia argumentacidn evolucionista del padre del neoliberalismo tedrico. Varios hayekianos se han percatado de esta evi dente contradiccién, aunque no por ello se han tomado el trabajo de superatla™ 20, Pama de Noe rsp cs pola ob otis hi camp els lt pics sia ses pps peste neo is ala, compas dt ene socal ence es fe se eens ned propia pinis aa oa adeno ‘ninnorbls xi maaintscsinanden Stenbage ie a ian, oq shan lpm declined hen ‘Sm nav de sco airion oboe eee ye 4“ EDUCAR: POSCIONES ACERCA DE LO COMIN Quien si ha conseguido hacerlo, aunque introduciendo neevos y variados problemas en la légica argumental de la doctrina neoliberal, es Murray Roth- bard, referencia fundamental del libertarianismo, Me decendré en su provocativa contribucién teérica en la seccién siguiente. La propiedad privada como derecho natural Dando continuidad y profundizando atin més las contribuciones formuladas ten ous obras Man, Economy and State (1962) y Power and Market (1970), Murray Rothbard elabora en The Ethics of Liberty (1982) «un sistema ético positivo para defertder con sélidos argumentos la causa de la libertad indivi- dual» (Rothbard, 1995:20)". La clave de la teoria de la libertad es la cara delimiacién de los dere- hos de la propiedad privada, Solo es posible, en efecto deimitar la esfera en que las acciones de los individuos coneretos estén justifcadas tuna ver bien fijados yestablecidos sus derechos de propialad. Solo en- tonces psede definiesey analizarse con precision el adelitoe como inva- sin violenta 0 agresién contra la justa propiedad (incuida la propie- dad sobre su propia persona) de otros individuos. La terla postiva de Ia libertad se convierte ast en un andliss de guées lo que fuede ser con- siderado como un derecho de propiedad y también ala invers, qué es lo que se puede entender como delito (Rothbard, 1995:21) Rothbard pretende superar las limitaciones del esquema analttico hayekiano posicionando la propiedad privada en la esfera de los derechos naturales indivi- duales, recuperando, aunque de forma extempordnea y limitida, la tradicién liberal lockeana. Asi, cl intelectual norteamericano, uno de los principales refe- rentes del lbertarianiomo®, consideraré que la propiedad privada no es producto de un evolutivo desarrollo del proceso civilizatorio, sino que constituye un at buto natural del hombre, un componente de la esencia humana, de la ley nati- ral que tige el comportamiento de los individuos en tanto individuos. Para desarrollar este argumento, Rothbard considerard necesaio recurtir a una heuristica teoria robinsoniana que permite, al menos en su opinién, demostrar la imbricacién de la propiedad privada con la ley natural y, consecuentemente, cestablecer su sentido y validez universal, asf como su incuestionable perennidad. < quia la nica respuesta posible seal acepacion hayekiana de una acepracin dogma y per- rmanentea tales principios, sin més justificacdns (1994:225). 21, Las ctas se refer a la edicidn espafiola: Rothbard (1995). 22. El liberearianime consicaye na cortiente intelectual y politica de amplio desarrollo en los > NADA eN COMUN Sila propiedad fuera producto de la evolucién, diré Rothbard, podria ser peema- rnentemente cuestionada. Si, por el contratio, es producto de la ley natutal que define al hombre en tanto hombre (y, como veremos, a la sociedad libre en tanto sociedad libre), debe ser permanentemente defendida, ya que su cuestiona- 'miento interpela no solo a la evolucién humana, sino ala propia esencia humana, En La ética de la libertad, Rothbard se distancia de los principales teéricos de Ia filosofia politica neoliberal, especialmente de los representantes de la Escuela Austriaca, como Hayek y Mises, por considerarlos extremadamente subjetivistas y, por ello, insuficientes para la comprensién de las leyes naturales que rigen el justo comporramiento humano®. El problema central cr4, para Rothbard, establecer un conjunto de bases racionales y de alcance universal que justifiquen la defensa de la libertad individual y de una sociedad plena y radi- calmente libre: la sociedad libercaria* Aunque no sea el objetivo de este trabajo establecer un pormenorizado and- lisis de los debates y las polémicas llevadas a cabo en el interior de la filosofla < sds Unidos Las bacon queen cra del a de Mry Roti ope sin defn unas dea cascers fdas ees ant al dl lore liao nls hipernvdalso dees ncnsond dls ppc ade te do como prime onal propiedad prada de propa cao), a sere toon imerencin ubenamenal (login nso a propen le sacn dd ses) decane ric de un pogams de prstinctn pogeseO n algunos cn oa) secs ses: A rnd oon moins pres cn Ear Ut = tran endear brian, ne cle, pr empl, ups frre a egdncan stony del wo de droga soc: de ge a, mornin dlise cone camo cuca ends foils aa Ubrliain del wo deans ye van lossiemas de seguridad pli, eas contains ajc eens al da cho a ie dermiacin ll de a amintcin de uc haps ences scons Exe compo yhawopinc ape decade pllcasy cae sosependes cy no eno sroginc mac dca us en paren, ery leit ceo lnraian. Redenemen, por cna, Dard Bout dels incceele at eo dsl mevimins ha publeao une complcn del pipe eran et he eae cecilia cineca dl beraanisnclelaclae ste come loa eas Thome Pain Janes Matson, Ales de TocquoileJbn eae Mil, bs Soe Hokey Spence, anual Kan Bejan Constant, Thome efewen, Lond Aton Pane oe Usdvg von Mis, Muray Rca, Rober. Nove, Mion Pasinn, Foci tag, Michal Plny, Anoio Marino, Ava Tr, id Ep. Biny Lae Toe Bag ince amore, angue no mos bia y cose ron ioe reeds Tam Fle (he Litt of Libr), Ve Bs (1997) 23, Rohr! fdicilode uig on Min hc que po de silos ans, ipa una gan mic. Ls ded de at el incline one eee cei nun poe eploiicoli ldoZa ail Eda Mes nak cxdo oc dle muere dl pentru sca 1973 Reed 909, 24. Tange cul siiieave spntar eldntanctnieo beara dln sea» 50 EDUCAR: POSICIONES ACERCA DE LO COMUN politica neoliberal, vale destacar que la distancia analitica entre el pensamiento libertariano de Rothbard y el subjetivismo espontaneista de Hayek y Mises es bisa, (Esto debe lamar nue enc sob I equiva spon de que el pensamiento doctrinario neoliberal es un todo homogénco sin rupturas ee clara y elocuente como todo su texto: La ley natural aclara, pues, qué es mejor para el hombre ~que fines se deben persegur por ser los mas acordes con su naturaeza y los que mejor rienden a ralizarla. En un sentido profundo, la ley natural pro- porciona al hombre una weiencia dela felicidad» le muestra los cami- ‘nos quéllevan ala dicha real. En cambio, la praxeologia ola economia ~y lo mismo cabe decir de la filosofia usltaista con Ik que aquella ciencia tiene estrchas relaciones~ analizan la oflicidade on un sentido puramente formal, como logeo de las metas que la gente suele poner por las razones que scan~ ent os peldafos ms elevados de su escala de valores. La satisfaccién de estos fines depara al hombre ss sutilidad © «satisfacidnw 0 aelicdads, El valor, entendido como valoracidn 0 uti- lidad, es puramente subjetivo y lo fia cada individuo. Este proceder resulta perfectamente adecuado en la ciencia formal de a praxeologla ‘en la teoria econémies, pero no necesariamente en todos los demés ‘campos, Por lo que respecta ala ética de la ley natural, se ha compro- bado que los fines pueden ser buenos o malos para el hombre en dlivetsos grados. El valores aqui objeto —determinado por la ley natu- ral del ser humano~ y la felicidad» humana es entendida en su sen- tido racional, es decix, en atencin «su contenido (Rothbard, 1995:37). La ley natural es presocial, preestatal y no deriva de un proceso zcumulativo que, ee erie a pee pee eae brinda coherencia y sentido histérico, Racionalmente sabemos qué es lo justo y lo injusto, cudl es la frontera entre la legalidad y el delito, en la medida en que podemos reco- nnocer los alcances objetivos de la ley natural. Una sociedad solo es verdadera- mente libre si sus bases de sustentacién legal se fundamentan en la objetividad de estos principios®. ‘inleventn locke En ens ben Rothbard considera que cl bre Send Tari on Gourmet Sze ade rel qr cil oh Locke consi a primers bor cots de or ey i tad rs iis nic be Csaba expustn, sr noon de propa prada de ey nacre noconempln los recon {oe propio ade dllinlimo aig a dihasnoions. sa cus, coma snerion ‘Spells del preset, Pra xia dl econo ieearno seca dea ob 4 Lake, debe conse acre rade MacPheon (2003), epeiinenc cl expo 25, Esa cl oestin qu, al no ser cepa por Haye, corms defena dl deteho de> to NADA EN COMUN a La posicién jusnaturalistarlibertaria de Rothbard se comprende asf mucho mejor: la sociedad en la que impera cl régimen de libertad pura se fundamenta en la ley nacural y, por eso, se torna radicalmente contraria a statu quo vigente. En efecto, la ley positiva impuesta por el Estado, asi como determinadas cos. tumbres 0 acuerdos politicos establecidos entre individuos, puede contradecir 0 violar a la ley natural, El Estado (cesa vasta maquinaria de la delincuencia y de la agresién institucionalizada») serd, para Rothbard, una esfera inevitablemente confiscatoria, cuyos efectos en la vida de los individuos no se distinguen de los. que produce cualquier otra «organizacién criminal», La ley natural es revole ionaria, porque se corna una herramienta de lucha contca la aubitcariedad del aparato estatal, contra los abusos siempre permanentes del gobierno y de as cor oraciones. Es esencialmente transformadora, porque mueve a los individuos a tun tipo de accién radical contra la negacién de su derecho inalienable a ser pro- pietarios de sus propias vidas y de sus legitimas posesiones. Alrdgimen de libertad pura—Ia sociedad libetaria~ se lo puede desribie ‘como una sociedad en la que na se wdistribupens ls tials de propiedad, «deci, en la que nadie perturba, menoscaba, viola o interfere en los derechos de propiedad que las personas tienen sobre s{ mismas o sobre otros bienes tangibles. Y esto significa que puede disfrucar de la liber. tad absolute, entendida en su sentido social, no solo Crusoe en su isla solitaria, sino cualquier persona en cualquier sociedad, sex cual fuere su nivel de progreso o su complejdad. Toco hombre disfuta, en efecto, de absolut libertad ~de libertad purs~ si, como le ocurre a Crusoe, sus propicdades «naturales (sobre su persona y sobre sus bienestangibles) «estén a salvo de invasiones o de injurias por parte de otros hombres. Y viviendo en una sociedad de intercambios voluntarios, cada persona puede, por supuesto, disfrutar de libertad absoluta no al estilo soltario Y sslado de Crusoe, sino en un entorno de civlizacién, de armonie, de sociabilidad y de productividad incomparablemente superior en virtud de los intercambios de propiedad con sus semejantes. No es, Pues, necesario que tengamos que pagar el advenimiento dela civilza. ciéval precio de a périda de a libertad absoluta. Los hombres son libres por nacimiento y jams necesitan las cadenas, Se puede alcanzar la liber- tad y la abundancia la libertad y la cvilizaién (Rothbard, 1995:77). << propiedad argumentalmente débil y,finalmence, dogmatca. En rigor, la posicién sothbariana también encuentra su fundamento en un 2 priori dogmitco, en una fcc docrinara: a ley satura. Sin embargo, como cs evdente, se cata de un dogmatism que encuentra bates argu. ‘mentales més coherences, aunque inaceptables. 26, Las citas correspond al capfculo xxitt de Le dice de la libertad: «El range moval cle as el cones con el Esador (1995:253). 2 DUCA POSICONES ACIRCA DE LO COMON El épico pasaje de Rothbard brinda una sintesis clocuente de la posicién liberta- riana. Sobre algunas de sus consecuencias éticas y politicas volveré al final del texto. La esfera del mercado Uno de los conceptos més recurrentes en la estructura analitica neoliberal es la nnocién de intercambio, Tal como hemos visto, si bien en la esfera de la sociedad la accién es siempre irreductiblemente individual, los agentes precisan del incer- ‘cambio para satisfacer de manera eficiente y productiva aquello que, ‘tislados, nunca conseguirfan. El intercambio es, en tl sentido, una necesidad individual. Sin embargo, esto ilo debe conducir a la falsa suposicién de que los intercam- bios, siendo necesarias, estin determinados subordinados a estructuras institu- . Asimismo, el no reconocimiento del cargcter esencialmente esttuc- tural de esta precondicién para la existencia del mercado (o sea, de fa sociedad libre) seré una de las caracteristicas con més énfasis criticadas por los intelec- tuales neoliberales en su referencia alas politicas keynesianas, socialdemécratas y socialistas. Este seré uno de los ejes de Cimino de serviduonbre de Hayek, de Capitalismo y libertad de Friedman, del optsculo panfletario de Mises, La mentalidad anticapitalista, ask como de Power and Market de Rothbard. 7. Solo hay mercado cuando la dinémica institucional no actia de forma com- pulsoria o coercitiva, impidiendo la competencia entre los individuos por los bienes y servicios que permiten el intercambio orientado a lt maximizacién de utilidades y a la sealizacién de la felicidad individual. 8, Toda actividad competitiva en el mercado carece de resultados prefjados. La competencia es un proceso de descubrimiento, segtin la conocida tesis desarrollada por Hayek en un ensayo que lleva ese mismo titulo. Com- pitiendo se ponen en juego habilidades, destrezas, experiencias, intuiciones ys como ya ha sido destacado, procesos de conocimiento que conviven con una alta dosis de ignorancia en el actuar individual. La competencia, en la perspectiva neoliberal, es un requisito esencial contra la opresién y el tota~ lirarismo. Una forma justa de distribucién de bienes y de recursos 31. Friedman afrma, en Fre to Choos (1980:37}, que «cuando todos son duetios de todo, nadie cs ducfio de ninguna cosa y nadie tiene interés directo en mantenerla 0 mejoratias [32. Vease La competencia como metodo de descubrimientos, en Hayek (1981), [NADA EN COMON 37 aH mercado es inherentemente una esfera descentralizada. Los criterios de centralizacién contradicen la légica flexible e incierea del actuar libre y com. Pettivo de los agentes. La centrlizacién tiende al monopolio, negacion empirica y conceptual de todo sistema mercantil. En sums, log mereados son drdenes policénericasy, en tanto tales, se diferencian de los sistemas morte. énsrices, clos cuales disponen y usan menos cantidad de informacién, son torpes a oe ae las funciones para las cuales fueron creados y uieren de una pirimide de autoridad que poco favorece ls libere Fxg de una pice de aria que pe orc a iberads (De 10. Ganancia y pérdida son cousponentes constitutive de la accién humana y como tales, no pueden ser sometidosacricrios valorativs extermos ala po, Pia definicién de principios establecidos por cada individuo. Toda carga la iv ‘Muchas personas son absolutamente incapaces de lidiar con el fené- eno eller compres in manifsar un eimiento dosti cnvidiosa Para estas personas, la fuente de la gananciaes la explotacin de los asaraosy de lor cosumtore, exo cr a je sl cid de los salaios y un no menos i ‘menos injusto aumento en los precios de los productos. De derecho no deberia haber ningtin tipo de lucr. La sconomi indent en elacén aes juice de valor arbi los. No le interes saber si las ganancias deben ser aprobads 0 conde- nnadas desde el punto de vista de una pretendida ley natural ode un pre- tendido cdigo de moraidad eterno e inmutable que solo puede ser comprendid a rv dela inuci personal o dea revelaci divin, 4 economia meramente establece el hecho de que ganancias y péri- das son fenémenos esenciales en la economia de mercado, No puede haber una economia de mercado sn ellos. Cicrtamente, es posible, para 1a polica, confiscar las ganancias. Entre tanto, una politica semejante, necesariamente, convertria la economia de mercado en un caos, No ‘iste In menor duda de que ef hombre tiene el poder de destrit ‘muchas cosas y, a lo largo de la historia, ha usado ampliamente ese poder. El también puede destruir la economia de mercado, 33, Fle pli deos mcr soda por Mica Ry un en de sii pment acl Te Lag fib Dh hae en fdr dla Soe ea Pc 1) To de mb 54. Vease Acton (1978), 6 EDUCAR:POSICIONES ACERCA DE LO COMIN, Sic supuos montis no ven gals porn propia vii scibisfan que no se puede hablar de ganancia sin refertse simulti- eames cla pérda, Nolen obec echo de ue ls condiciones preiminares para el desarcollo econémico son cre- fdas por aquellos cay aboro acumula el epi adcoraly po los inventotes: y de que la urilizacién de esas condiciones favorabies al pro- gr comic feta prox empress. Las ders pean no contribuyen para el progreso, pero son beneficiadas por fa cornu- copia de abundancia que la actividad de otros hombres les brinda, Contra la pedagogta del desprecio ética descripcidn de algunos de los aportes formulados por Mises, Hayek, Rodard Y Fviedman aqui realzada pone en evidencia los funcamentos te6ri- cos de una encarnizada batalla contra toda posibilidad de aspirara construir una sociedad iguaitaria, Los blancs del ataque de eta erca del desigualdad se extenden en un amplio specto doctnario, dee el liberlsmo ico de le filosofa politica moderna, pasando por el pensamiento socialdemdcratay social- cristiano, hasta el socialismo en cualquiera de sus vertientes y colores, Se trata de deconstruir toda y cualquier condicién analtica de pensar en lz temota posibi- lidad de una sociedad donde los seres humanos encuentren, inventen, imaginen 0 luchen por edificar las bases de su igualdad, un espacio de singularidades y universalidades compartidas, de diversidad y de aloralidad En sama de cons én de lo que tenemos, de lo que somos 0 podemos ser y tener en comiin. Eleeaicricas etait atcund nea posibilidad misma de dotar alo piblico de un significado democritico, aribuyendo a toda pretensién por la conquista de la igualdad una de las causas fundamentales que explican nuestro inforcunio y la estrasinsticuciones. tne conests tous cue svi a cra neolbeal aa caca piiblica yal derecho a la educacién. Me detendré en algunas de las consecuen- Gas ques dervan del enfoguepresenado y de su obssiva prochain por desprecio hacia el otro como una precondicién para el progreso econdmico y la conquista dela libertad humana. : : : Decierta forma, el republicanismo liberal ha vivido siempre aferrado a la idea de quel formacn de ey garni su fcc, Lees igual consign mundos igualtaros,lyes universes garantizan lacs a bene univers, Por su parte, los socialistas, en su acertada critica al formalism juridico y igualitarismo meritocratico, casi siempre han afirmado que la lucha por la igual- dad supone la lucha contra las relaciones de clase que le brindan sentido, asi como contra la alienacin y la explotacién, que otorgan los fundamentos mate- — NADA BN COMON - Fiales a una sociedad dividida c inevitablemente desigual, basada en la primacta del mercado y en la propiedad privada. Las modestas aspiraciones politicas del liberalismo democrético y kis no siempre realizadas aspiraciones emancipadoras del socialismo realmente exis- fente poco importan aqui. Lo cierto es que las propuestas de sociedad y el evhas democrético que fundamentan las aspiraciones politicas del liberalismo republi- «ano, la socialdemocraciao el socialismo no pasan, ante los ojos de un filbsofo neoliberal, de un pirotécnico despliegue de argumentos totalitarios cuyas con. Secuencias son desastrosas para la libertad individual y el funcionamiento del mercado. 1 libertad y la igualdad entan en contradicciéu includible, se recha- an en el imantado espacio de sociedades que aspiran a la opulencia y al desa- rrollo, al desaffo de recorrer la larga, pero inexorable, marcha del progreso a la que nos invita el mercado cuando actia sin las interposiciones de la politica y de los anhelos totaltarios de los dictadores de turno, Desde la perspectiva docttinaria del neoliberalismo, la igualdad, en su re- cto socialdemscrata 0 en su aspiracién revolucionaria, no es otra cosa que tin invento para imponer la dictadura de un grupo dominante sobre el universo dlispetso dc las minoria que forman y conforman el orden espontineo de coope- racién humana, el mercado, la esfera de los intercambios. En suma, nada parecido a la polis, a una comunidad igualitaria de hombres libres ni, mucho ‘menos, a la alucinada utopia de una sociedad sin clases, Es en este marco en el que cualquier discurso acerca del cuidado o del inte- #6 hacia el otro suena como una hipdcrita argucia, un embusteideoldgico des- tinado a ocultar intereses individuales tras el velo de un falso espiritu solidario, La democracia, el bien comiin y la propia aspiracién a la construccién de una sociedad protectora e incluyente no pasan de falaces estratagemas de la razén cinica propia del inteleceualismo libertario, de la fatal arrogancia de individuos ue aspiran a trazar los planos de un ambicioso y totalitario ejerccio de inge. nierfa social basado en el desprecio al motor del crecimiento y del desarrollo hhumano: la competencia, la defensa inalienable de la propiedad privada y de los derechos individuales por sobre todo y cualquier derecho colectivo o social El neoliberalismo teérico traba asf su batalla ideolégica contra la justicia social y la igualdad, contra todo proyecto emancipador, sea basado en un inge- ‘uo formalismo jutfdico, sea en una liberadora promesa revolucionar En el liberalismo democritico y en la socialdemocracia, bajo la fErmula del ciudadano, o en el socialismo, bajo la formula de la clase revolucionaria, la «escuela paiblica estd llamada a cumplir un papel redentor. Ella libera, iguala, socializa los saberes, eleva los corazones y las mentes, educa al soberano, redime al oprimido, construye los suetios y utopias sobre los que se refleja, incslume, un horizonte de felicidad y de fraternidad entre las masas. La escucla piiblica exifica lo comin en el ideal moderno que disputan republicanos de recatadas ee oo DUCAR: POSICIONES ACHRCA DE LO COMUN, virtudes democréticas y socialistas de vocacién revolucionaria, La escuela univer- sal edifica lo publice, lo que nos pertenece y debemos construir entre todos, lo que nos han robado y debemos recuperar, lo que hemos sofiado o estamos dispuestos a sofiar. La escuela publica construye la igualdad, y es la igualdad radical lo que la sustenta. El neoliberalismo tedrico reaccionard enfitico ante tal galimatias de pésimas intenciones y desequilibrios emocionales derivados de un enfermizo y pesti- lente igualitarismo cinico. La educacién, lejos de ser un derecha, es una opor- ‘tunidad o, como dirfan los mas contempordneos idedlogos del mundo.empre- sarial, una sventaja comparativas. La educacién, sea la que se imparié en las cescuclas o la que se aprehende en los diversos niveles de socializacién, es un fac- tor de produccién que nos diferencia y nos califica, nos porencia y nos refuerza ppara la lucha competitiva. La educacién es un medio para convertirnos en lo que ueremos ser y diferenciarnos de aquellos que se interponen en auestro camino con la pretensién de enajenar el derecho a ser portadores de nuestro propio des- tino, La educacién, dirdn los neoliberales como Mises, Hayek, Rothbard y Fried- ‘man, no nos iguala, por el contrario, nos diferencia. No nos une, por el contrario, rnos separa, No nos agrega en la hipocresfa del amor fraterno, nes sumerge en la lucha por llevar a cabo nuestros idealese intereses en un mundo donde no hay espacio para que todos nos realicemos y en el que impera la ley que rige la evo- lucién humana: los mejores sobreviven, los peores sucumben ex-el intento. La educacién no nos hace parte de un universo comtin. Simplemente porqut, silo hiciera, deseruiria nuestra vocacién productiva y creativa, nuestro vital despre- cio por el destino del otro y nuestro ilimitado deseo de maximizar las ventajas y oportunidades que el mercado nos offece. Asf, el neoliberalismo doctrinario onsagra la victoria del individualismo exacerbado contra toda aspiracién a hacer de lo comin, de lo ptiblico, en suma, de la igualdad, un seatido, una meta que oriente nuestras vidas y nuestros suefios, nuestros ideales y nuestras ener gias utdpicas (Gentili, 2007). Elespacio de la politica es el espacio de la lucha por los sentidos, de la impo- sicién autocrética o de la construccién colectiva de una agenda que establezca los limites de lo que es posible imaginar, producir ¢ inventar. El neoliberalismo académico, en una coyuntura en la que el neoliberalismo politics ha marcado el rumbo de nuestras socicdades cada ver ms excluyentes y desigeales, ha ganado buena parte de las batalas libradas. La lucha por la hegemonia es la lucha por la produccién de una frontera dentro de la cual ciertas posibilidades y opor- tunidades son viables, mientras que otras son condenadas al desvén de las uto- plas files e ingenuas, del idealismo o del infancilismo, La hegemonia impone los limites al realismo. a El descrédito que contamina a toda posibilidad efectiva de construir algo ‘que nos pertcnece, nos conforma y define como sujetos iguales es una de las més poderosas victorias del nevlibetulisaw y de las fuerzas politicas de derecha que, EN COMON, a bajo un vestuario més o menos clegante © brutal, han colonizado nuestros gobiernos y, también, nuestros corazones y mentes. __Elespacio de la politica es el espacio de la lucha por los sentidos. No puedo dejar de imaginar que continta siendo un imperativo ético inexcusable luchar por el derecho que tenemos a vivir en un mundo donde la justicia social y la igualdad scan un patrimonio comiin, donde la solidaridad y el respeto revolu- cionario a la dignidad de todos los seres humanos sean el motor que alimenta ‘nuestro aprendizaje incansable por tornarnos, cada dia, una sociedad mejor. Bibliografia Actow, Harold B. (1978), Le moral de! mercado, Madeid, Unig ANDERSON, Pecry (1995), «Alem do nolberalismon, en Emir Sade y Pablo Gentil eds) Pés-Neoliberalioma. As poitcassocias e o estado demeocrdsco, San Pablo, Pan e Terra, ‘Asuronp, Nigel y Stephen Davis (eds, (1992), Dicianari del pnsamiento canseroador anne ib Buns ie, Nuc Vii. barry, Norman (1997), «La tradicién del orden espontineos, en Revita Acta Acadé- nica 2, Universidad Autinoma de Cento America, Buttawy, Richard (1994), Liberalsmoe wcedade moderna, San Pablo, Uncsp. Boaz, David (19972), The Libertarian Reader. 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Fuera de lo comtin Subjetividades extemporaneas ‘Mario Carlos Zerbino ‘A veces sucede, sin embargo, que el pensar efecti- vamente se deiene, deja de movers, se inhibe, En esas ocasiones, el movimiento queda reducido a la agitacibn, a una especie de intento infruc- tose de correr en el mismo lugar. Cuando ello ocurte, el afecto se conoce con un nombre més ‘specfico: angusia. Joan Coryec (2006) No perdamos nada de nuestro tiempo; quiz los hhubo mas bellos, pero este es el nuestro. Jean-Paut Saree Los cobardes son los que ecobijan bajo ls norms. Jean-Paur Sartre Algunas referencias Hts ens discatrsbre lo comiin en estos tempos nos dig hacia os acontecimientos de marzo de 1871 en Francia. Momento inaugural y apa- rentemente olvidado de una historia que, a pesar de todo, no muere. __ Esta serd una de las referencias que orientaré nuestro recortido. No seré la Ainica, ya que por lo menos otras tres la acompafiarén y es conveniente nom- brarlas desde ahora para ayudarnos a pensar. A parti de la primera referencia, de la que nos ocuparemos enseguida,ire- ‘mos necesariamente hacia ls infiesuos porque, en efecto, la historia de los infier-

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