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La escuela ante

las nuevas
configuraciones
familiares
LA ESCUELA ANTE LAS
NUEVAS CONFIGURACIONES
FAMILIARES
¿Debemos reinventar el concepto de familia? Consideramos que la
evolución social ha conseguido que alberguemos en el imaginario colectivo
un concepto de familia que se ha reinventado, siquiera sin darnos cuenta.
La democratización de la familia y la inclusión de nuevos modos de
convivencia han facilitado la constitución de nuevos esquemas que, cada
vez con mayor incidencia, parecen permanecer inherentes a la condición
ciudadana; esto es, como ciudadanos hemos asumido nuevas formas de
establecer relaciones humanas y, por tanto, no solo las hemos aceptado
como habituales, sino que las estamos asumiendo como positivas. No
podemos pasar por alto que hay una parte de la sociedad, ciertamente poco
cuantativa, que se niega a asumir que el concepto de familia ha adquirido
una polisemia social. Puesto que el concepto de familia ha cambiado en
todos los sentidos, también la escuela cambia de concepción, pues ya no se
concibe como transmisora de conocimientos, sino también de valores,
buscando la formación integral del alumno y, además, incorporando la
nueva concepción de familia con la cotidianeidad propia del desarrollo de los
tiempos.

La familia y la escuela han de aliarse y constituir una unidad en la que


el objetivo sean los niños y las niñas, dejando atrás prejuicios y
mentalidades conservadoras, buscando el bienestar y la conformidad de los
pequeños. De esa forma, el niño que no posea un entorno familiar
tradicional no se sentirá apartado o diferente, y es que se debe reflejar
normalidad a la hora de hablar de familia, de todos los tipos de familia,
puesto que de una u otra forma, todas son iguales y buscan lo mejor para
los niños.

En este sentido entra en juego la labor del docente, en la medida en


que el docente debe ser el primero que transmita esa normalidad, para
evitar influir al alumnado con consideraciones conservadoras que se
correspondan con una realidad obsoleta. La escuela debe evolucionar con la
propia realidad social y no quedarse estancada en una sociedad pasada que
nada tiene que ver con la actual.

Esto se ha de reflejar en las aulas y en las actividades que se realicen


dentro de ellas, también se debe de ser cauto con los términos que se
utilicen para referirnos a las familias.

Hay que tener en cuenta que el término "familia" está impuesto


socialmente y que como dice el artículo, a aquellos niños que se les invitó a

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señalar una persona para que les acompañara a una fiesta, eligieron a las
personas que invertían más tiempo en ellos y no a sus propios padres. Este
hecho nos hace darnos cuenta de que la carga social de familia = padre +
madre, la imponemos nosotros mismos, y es que los adultos tenemos una
influencia muy relevante en los niños.

En los últimos años ha variado bastante el concepto de "familia". Ya


no está constituida únicamente por un padre, una madre y el hijo, sino que
nos encontramos con una gran variedad de modelos familiares. El problema
se plantea cuando tanto en los hogares como en el centro escolar no hay
consciencia de que se ha producido un cambio en la sociedad actual,
llegando esto a afectar al modo de pensar de los propios alumnos. Lo idóneo
sería que tanto los docentes como los propios miembros de la familia
establecieran una comunicación fluída y, de esta forma, se conseguiría que
el alumnado no sufriera las consecuencias, en particular aquellos alumnos
que vivencian los nuevos modelos familiares, que pueden sentirse
señalados por sus compañeros. Se debe evitar cualquier tipo de
estigmatización.

Es preciso señalar que los referentes intrafamiliares han sufrido una


evolución de los roles, quedando estos a merced de las particularidades que
entraña cada tipo de familia. Esta suerte de heterogeneidad no es óbice
para el natural desarrollo del niño/adolescente. Consideramos que
desdibujar los roles tradicionales no solo no resulta negativo sino que puede
favorecer la eliminación del tradicional patriarcado, así como la eliminación
de conductas machistas. La superación de los roles tradicionales
transciende de la raigambre de la clásica concepción de los valores, una
concepción influida por el catolicismo imperante en la España del
franquismo y la Transición. Un claro ejemplo de esa concepción clásica y
desfasada de “valor” es la que aparece en el texto para tratar de explicar
las razones de esa evolución en los tipos de familias: “No hay crisis de la
institución familiar, lo que hay es crisis de valores tradicionales. Los valores
propios de la familia tradicional, como la estabilidad matrimonial, por
encima del conflicto entre los esposos, el sometimiento de las mujeres a los
maridos, la reclusión en el hogar y la maternidad como destino natural de
las mujeres, fue una forma de entender la familia que está desapareciendo”.

Los docentes deben asumir la realidad actual en cuanto a modelos de


familia se refiere, puesto que si ellos cambian su mentalidad, aportarán
normalidad a esas situaciones y contribuirán a que los alumnos también lo
hagan y, por consiguiente, alcalnzarán una adaptación respecto de
situaciones que hasta ahora les parecían extrañas.

Nos parece adecuado comentar, en relación al tema, una experiencia


de un componente del grupo, el cual ha crecido únicamente con su madre y,
cuando los alumnos hacían regalos en el dia del padre, este alumno se
sentía frustrado, puesto que le recordaba la ausencia de la figura paterna,
ya que no se contemplaba la posibilidad de que alguno de los alumnos
careciera de padre en su día a día.

En lo relativo al límite entre los docentes y la familia, hemos de


señalar que no debe existir una frontera entre ambos agentes de
socialización, puesto que de la buena relación de ambos depende, en parte,
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que el proceso de maduración académica y personal del adolescente sea
positivo. Los docentes no deben restringir su labor únicamente al aula, sino
que deben adoptar una posición colaborativa que involucre todos los
ámbitos a los que pueda afectar el contexto académico del alumno, entre
los que ocupa un lugar preeminente la familia.

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