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REVOLUCIÓN INDUSTRIAL E INDUSTRIALIZACIÓN

Introducción e interpretaciones

El desarrollo tecnológico de la humanidad ha sido una constante


desde tiempos inmemoriales, pero a partir del siglo XVIII ese desarrollo
ha ido más rápido que anteriormente, al encontrar, rápidamente, una
aplicación práctica a los avances científicos. Estos avances se
fundamentan en la observación de la naturaleza y tienen aplicación en el
mundo cotidiano. Esto es lo que se ha dado en llamar revolución
industrial. La primera fase de esta revolución industrial, moderna, surge
en Inglaterra en el siglo XVIII y XIX con el despegue tecnológico como
hecho más destacado. Lo fundamental de la revolución industrial es la
transformación del sistema económico.

En fecha tan temprana como 1837-1838 Engels, que es el primero en


utilizar el término revolución industrial, en su libro «Situación de la
clase obrera en Inglaterra», estudia las relaciones que existen entre el
surgimiento de la producción en fábricas y el desarrollo del proletariado
industrial y la transformación de las estructuras sociales. Todo esto lo
sistematizará más tarde Marx en «El capital», un esquema teórico de
interpretación de la revolución industrial. También John Stuart Mill
describe el proceso en 1848, en su libro «Principios de economía
política».

Durante la revolución industrial se establece la división entre


propiedad y trabajo, y la concentración de los recursos económicos. Es el
fin de una época con un determinado concepto de la propiedad y de la
producción (el feudal) en el que las relaciones de intercambio estaban
poco desarrolladas, en un marco de obligaciones serviles y de relaciones
de trabajo dependientes y semidependientes. Se crean nuevas formas de
generar plusvalías. Se mercantilizan las relaciones sociales. También se
estudian las leyes del movimiento y de la transformación de la sociedad
capitalista. Se examinan las formas de trabajo asalariado, comprado y
vendido como fuerza de trabajo, la división del trabajo y el sistema de
fábrica, en las que se emplea la máquina, para la producción, como medio
de reducir los costes unitarios, incrementando así los beneficios. Para
lograr esto es necesario concentrar los medios de producción. Además, el
incremento de los productos industriales implica el aumento del mercado,
ya que es necesario un número mayor de personas que compren los productos
fabricados. Esto se consigue gracias a la reducción del precio unitario,
y a que, en un principio, los consumidores principales de los productos
industriales son la propia industria y los transportes, aunque también el
proletariado que compra productos, textiles sobre todo.

Para los contemporáneos, en el siglo XVIII y XIX, la revolución


industrial es ante todo la destrucción de las costumbres y las
comunidades de trabajo tradicionales. Los contemporáneos ven el
desarrollo tecnológico como un empeoramiento de las condiciones de vida
de los sectores más humildes ya que se quedan sin el amparo de los
gremios. Los gremios son, además, los garantes de la calidad de los
productos. Lo más llamativo para los contemporáneos fue el éxodo rural,
ya que probablemente fue la manifestación más espectacular, e inmediata,
del proceso. En 1906 Paul Mantoux estudia este tema en su libro «La
revolución industrial en el siglo XVIII», junto con el asunto del
colonialismo mercantil que marcó la política económica y exterior de
todos los países industrializados. Existen teorías que explican la
revolución industrial desde el punto de vista demográfico, demostrando
sus tesis gracias al éxodo rural, al aumento del salario rural y a la
disminución de los ingresos señoriales, que obligaría a la población a
buscar otros medios de vida.

Adam Smith es uno de los primeros teóricos de la economía, que se


dedica a estudiar cómo funciona el capitalismo. Sus tesis se apoyan en
las decisiones económicas y en las actitudes sociales de la burguesía
industrial. Sus ideas revolucionaron los conceptos sobre el trabajo, el
valor, el dinero, etc.; y mostró a la sociedad de la época cómo funciona
el capitalismo. Esto le valió los ataques más airados de la burguesía y,
también, la toma de conciencia de los males del capitalismo por parte de
algunos burgueses ilustrados, que tomarán una postura moral ante los
desmanes del capitalismo, y tratarán de reformarlo buscando fórmulas que
se recogerán en la ideología comunista. Estudiosos como Werner Sombart y
Henry Sée mantienen la tesis de la continuidad, y no de la ruptura, de la
revolución industrial. La tesis de la ruptura se establece a posteriori
al comprobar que fue un proceso continuo y sin marcha atrás que duró tan
sólo 20 años. Sin embargo, para el triunfo de la revolución industrial
fue necesario que se formaran los Estados nacionales, se redefinieran los
derechos sobre la propiedad, se identificara el beneficio privado con el
progreso colectivo, se desarrollara el mercado y la ciudad, y que
disminuyeran los costes de producción gracias a la máquina y el sistema
de producción en fábricas.

Una interpretación más cercana a nuestros días es la que nos ofrece


Keynes, según la cual la revolución industrial tuvo una parte de ruptura
y otra de continuidad. Durante la revolución industrial aumentan las
rentas per cápita, y no sólo el producto interior bruto. Se modifican las
formas de producción, al utilizar máquinas, de distribución y de mercado.
El aumento de la renta per cápita supone nuevos usos de las rentas y un
cambio en la composición de la demanda, que implican una transformación
en el sistema social de valores. La revolución industrial supone el fin
de las crisis de subsistencia por falta, o aumento, de la fuerza de
trabajo.

Pero, en realidad, todas estas cosas son causas y condiciones


determinantes del desarrollo industrial. En la revolución industrial
actúan una serie de factores de tipo endógeno y otros de tipo exógeno que
determinan su curso.

Factores de tipo endógeno

La revolución industrial tienen lugar gracias a una serie de


factores que tienen que ver exclusivamente con cambios en la propia
industria, y en la economía, que se emplea en su impulso. Estos son: el
progreso tecnológico, la acumulación de capital y la política
empresarial.

El progreso tecnológico

Durante el periodo que se conoce como revolución industrial se


multiplican las innovaciones técnicas que se pueden aplicar en la
industria. Este es un factor decisivo para el proceso de revolución
industrial, y condición indispensable para su desarrollo. Pero no sólo se
producen innovaciones tecnológicas, sino que, además, se aplican en el
sistema productivo, con lo que se consiguen reducir los costes unitarios.
La aparición de maquinaria en el trabajo, que era capaz de realizar
las tareas que estaban haciendo los obreros, supone un cambio en las
relaciones entre el empresario y el trabajador, y en las condiciones de
compra y venta de la fuerza de trabajo; no sólo porque las máquinas hagan
la tarea de los obreros con mayor eficacia, sino, también, porque estos
deben hacer otro tipo de tareas, como el manejo de la máquina, y no el
trabajo de producción directo.

Los avances científicos y tecnológicos comienzan a madurar cuando


responden a una necesidad de la burguesía. Las primeras innovaciones se
dan en la industria textil. En 1733 John Kay inventa la lanzadera
volante, y en 1764 James Hargreavas la Spinning Jenny. Estas máquinas
están destinadas a aumentar la productividad, con lo que se ahorra mano
de obra. En realidad, no son más que hiladoras múltiples. Pero, también,
Henry Cort inventa un nuevo sistema de pudelación y laminación del
hierro, James Watt la máquina de vapor, en 1767, de tanta transcendencia,
y con tantas aplicaciones en la revolución industrial. Estos inventos se
aplican, sobre todo, en la siderurgia, y posibilitan la mecanización de
la producción, hacer hierro a bajo coste, y permiten la transformación
sencilla del producto. La fabricación de hierro es fundamental en los
inicios de la revolución industrial, por que la propia industria y los
transportes son grandes consumidores de hierro y acero.

La acumulación de capital

Para que sea posible el uso de maquinaria en la industria, una


condición previa es que los empresarios que van a utilizarla tengan el
capital suficiente como para desembolsar las grandes cantidades de dinero
inicial que cuestan las máquinas. Es necesario, pues, una acumulación
previa de capital. Esta acumulación se produce gracias al aumento de la
tasa de ahorro en la agricultura.

Sin embargo, se ha discutido mucho sobre el problema de la


acumulación primitiva de capital. Otra teoría cree que fue posible
gracias a la gran disponibilidad de metales preciosos que había en
Europa, debido a la política colonial y mercantilista que se practicaba
en la época. El comercio con América, principalmente de esclavos, era una
importante fuente divisas para los países europeos; de bastante
importancia en la Inglaterra del siglo XVIII, ya que el monopolio español
sobre el comercio americano se estaba resquebrajando.

Además del incremento del ahorro en la agricultura, o en la


burguesía mercantilista, fue necesario el desarrollo de instituciones
financieras que concentrasen los diferentes capitales ahorrados por
particulares y los prestasen a la burguesía industrial que comenzaba a
despuntar. El desarrollo de estas instituciones financieras de préstamo
está vinculado al negocio mercantil, ya que en muchas ocasiones, para
financiar una gran empresa comercial con el extranjero era necesario el
concurso de muchos empresarios dispuestos a invertir: de compañías de
seguros y de empresas de capital anónimo y por acciones.

La política empresarial

Además de la disponibilidad de tecnología y de capitales, fue


necesaria una política empresarial que estuviese dispuesta a aplicar esos
avances en sus fábricas, y a pedir el dinero necesario para comprar las
nuevas máquinas.
La moral protestante utilitaria, y la ideología liberal que estaba
surgiendo en la época, favoreció la asunción de riesgos económicos por el
deseo de acumular riqueza. La riqueza se había convertido en el nuevo
modo de diferenciación social, que pronto sería más importante que el
nacimiento o la pertenencia a la nobleza o el clero.

Factores exógenos

Además de las circunstancias internas que favorecieron la revolución


industrial, se dieron otros factores externos que ayudaron a su
implantación y difusión, como la situación en el campo, el incremento
demográfico, y el comercio internacional y nacional.

La contribución del campo

El campo proporciona a la industria emergente no sólo los capitales,


sino, también, la fuerza de trabajo sobrante en el campo, y las
mercancías necesarias para alimentar a una población que ya no vive del
campo, y que por lo tanto debe comprar en el mercado los productos
necesarios para su alimentación.

Esta población supone un aumento del mercado interno, ya que demanda


tanto productos agrícolas, como productos industriales, sobre todo
textiles.

Capitales, fuerza de trabajo y mercancías son las tres cosas que el


campo ofrece a la industria, y sin las cuales el triunfo de la revolución
industrial hubiese sido mucho más difícil.

El incremento demográfico

El aumento de población que se da gracias (o como consecuencia) de


la revolución industrial supone la ampliación del mercado de la fuerza de
trabajo, lo que influye en sus condiciones de contratación. Pero, además,
el aumento de población también supone un incremento de la demanda
interna de productos, tanto agrícolas como industriales.

El aumento de población supone una carga para las familias


jornaleras y los pequeños propietarios del campo, por lo que se comienza
una emigración del campo a la ciudad en busca de nuevas oportunidades.
Esta emigración, que en principio afecta a los excedentes de población,
pronto influyen también a toda la población del campo, generando así un
auténtico éxodo hacia la ciudad que dejará despobladas amplias zonas
rurales.

El comercio internacional

Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la


revolución industrial no hubiese podido prosperar sin el concurso y el
desarrollo de los transportes, que llevarán las mercancías producidas en
la fábrica hasta los mercados donde se consumían.

Esta es, también, la época del desarrollo del comercio y de los


sistemas de transporte, se crea una nueva tecnología de transportes, en
la que el ferrocarril y el barco de vapor son los reyes, ya que pueden
transportar grandes cantidades de mercancía a una velocidad que ningún
otro sistema de transporte de la época es capaz de alcanzar. Además, la
tecnología del transporte demanda productos industriales, con lo que
impulsa la revolución industrial.

Estos nuevos transportes se hacen necesarios no sólo en el comercio


interior, sino también en el comercio internacional, ya que en esta época
se crean los grandes mercados nacionales e internacionales, en los que
las mercancías pueden viajar libremente por el país sin necesidad de
pagar aduanas. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras
el Tratado de Utrecht (1713), que liberaliza las relaciones comerciales
de Inglaterra, y otros países europeos, con la América española. Se
termina con las compañías privilegiadas y con el proteccionismo
económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación de
los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras
eclesiásticas, señoriales y comunales, para poner en el mercado nuevas
tierras y crear un nuevo concepto de propiedad.

Crisis y conflictos de la revolución industrial

En la década de 1860 comienza en los países industrializados una


crisis económica que se conocerá en la época como la gran depresión. En
realidad es una crisis del mercado, que debe ser regulado. En esta época
el desarrollo industrial es ha extendido a otros países, cuyos productos
saturan el mercado. Se dan tensiones inflacionistas, debido a la
superproducción, que hacen bajar el precio de los bienes por debajo del
coste de producción. Aunque la demanda de mercancías industriales hace
aumentar la producción.

El desarrollo del transporte, sobre todo del ferrocarril, es uno de


los grandes negocios del siglo, ya que es necesario crear una nueva
infraestructura para generar un mercado nacional. Para poner en marcha
estos grandes negocios es necesario el desarrollo del sector financiero,
pero también en esta época entran en crisis, a pesar de su auge.

Con el desarrollo y la expansión de la revolución industrial se


agudizan los conflictos sociales. Aparece la sociedad de clases, y los
obreros se organizan en sindicatos para reivindicar sus derechos. Son muy
comunes los abusos en el trabajo: largas jornadas, trabajo infantil y
femenino, condiciones de trabajo insalubres y paro.

La clase media forja el mito del individualismo y de la posibilidad


de hacerse rico por medio del propio trabajo. Tratará de consolidar el
sistema en el que prosperan sus pequeños negocios, ya que teme que un
cambio les saque del mercado.

El valor de la fuerza de trabajo baja, debido al aumento de las


máquinas, ya que aunque el sueldo nominal de los trabajadores aumente, el
valor de las mercancías que puede fabricar es mucho mayor, y su sueldo es
proporcionalmente una parte menor del total producido.

La revolución en Inglaterra

Inglaterra es la cuna de la revolución industrial; es el primer país


donde se da y el lugar donde más se desarrolla, en el siglo XIX. Para
Inglaterra la revolución industrial significa un momento de crecimiento
económico y de aumento de la productividad.

El decenio decisivo es el de 1780 en el que hay un crecimiento


sostenido y sin marcha atrás. En sentido estricto este es el momento de
la revolución industrial. Este crecimiento no se detendrá hasta la década
de 1850.

Durante el periodo de la revolución industrial se difunden las


nuevas tecnologías, tanto en el sistema productivo como en los
transportes. Se racionaliza la producción manufacturera. Se hacen
importantes progresos en la producción agrícola, y en la extensión de la
red comercial, mejorando las infraestructuras. Y, también, se hacen
avances en el desarrollo del sector financiero.

El desarrollo del mercado

Una de las condiciones para el desarrollo de la revolución


industrial es el crecimiento del mercado, ya que debe existir un mercado
que consuma los productos industriales. Este aumento del mercado se debe,
por un lado, al incremento de las necesidades, y por otro, al desarrollo
de la población. La población está permanentemente aumentando desde la
década de 1780; en el proceso que se conoce como transición demográfica.
Gracias a este incremento de la población aumenta el mercado interior,
que será la base del impulso de la revolución industrial.

Además de aumentar el mercado, el crecimiento de la población supone


la creación de una fuerza de trabajo barata, debido a su abundancia,
aunque no es esta la causa del paro.

El comienzo de la transición demográfica es posible gracias al


progreso coyuntural de las condiciones de vida de la población. Se mejora
la alimentación gracias a los nuevos alimentos venidos de América, como
la patata, el tomate y el maíz. Además, a esta mejoría de la alimentación
se suma al sostenimiento de la tasa de natalidad, y como la mortalidad
disminuye, debido al fin de las crisis de alimentación, a los avances
médicos y al descenso de la morbilidad de las enfermedades contagiosas y
las epidemias catastróficas, la población aumenta. Por otro lado, la
fecundidad se adelanta, ya que los hombres y las mujeres no están sujetos
a los ciclos de producción campesina y pueden casarse antes, al
asegurarse los ingresos gracias al trabajo en la fábrica. Cambia el
modelo de matrimonio europeo. Este aumento de la población supone su
rejuvenecimiento.

El comercio recibe el impulso de la demanda exterior, que aún tiene


una economía feudal y esclavista. Desde la firma de Tratado de Utrecht en
1713, se caen los privilegios proteccionistas del comercio de España con
América. Esto supone una competencia de productos industriales ingleses
con los autóctonos. Los productos industriales son mucho más baratos y de
una calidad, aunque menor, suficientemente buena como para desplazar la
producción autóctona.

El comercio con América se intensifica, sobre todo con las trece


colonias americanas, después de su independencia. Uno de los comercios
más prósperos fue la trata de negros. Pero no sólo con América se
intensificó el comercio, sino también con Asia, a través de la Compañía
de las Indias Orientales, que terminará por ser la vanguardia del
colonialismo británico en este continente.

El crecimiento del mercado, tanto exterior como, y sobre todo,


interior fue el gran impulsor de la revolución industrial. Además del
aumento del consumo personal, lo que de verdad relanzó la producción
industrial fue el consumo de bienes de equipo para la propia industria y
el transporte. La industria y el transporte es el gran mercado y el gran
consumidor de los productos industriales.

Las infraestructuras de comunicación

Uno de los problemas para las economías de todos los países era la
insuficiencia de la red de comunicaciones para el transporte de
mercancías. En todos los países se hicieron grandes esfuerzos para
conseguir una red rápida y segura, capaz de transportar grandes
cantidades de mercancía. El medio de transporte que garantizaba tales
requisitos era el barco, por lo que se había hecho, en todos los países,
una amplia red de canales navegables y de aprovechamiento de ríos. En
España se había construido el canal de Castilla y el canal Imperial de
Aragón. En Inglaterra se había densificado la red de canales durante las
décadas de 1750 y 1760, con lo que la red de comunicaciones no era muy
mala, y estaban comunicadas por canales las principales ciudades de
Inglaterra.

Sin embargo, era necesario crear una red más versátil, ya que la
construcción de canales estaba limitada por las condiciones geográficas,
y no llegaban a todas partes. Para ello se construyó la red de
ferrocarriles, una vía nueva adaptada a una máquina nueva, y se
complementó con la mejora de la red viaria de carreteras, ya que tampoco
el ferrocarril llegó a todas partes.

La minería

El desarrollo de la minería es esencial parra el progreso de la


revolución industrial, ya que el carbón es el combustible de la fuente de
energía que mueve las máquinas, particularmente la máquina de vapor. El
carbón, sobre todo el carbón de hulla, pasa de ser consumido en el ámbito
doméstico a ser utilizado en el ámbito industrial, en mayores cantidades.

Las regiones mineras se convierten en las regiones industriales por


excelencia, ya que resulta más caro transportar el carbón que el hierro,
por tener menos peso y por necesitarse mayores cantidades para conseguir
una tonelada de acero.

Capitales y crédito

El desarrollo de los sistemas financieros posibilita el triunfo de


la revolución industrial, ya que pone a disposición de la burguesía los
capitales necesarios para invertir y comprar una maquinaria, cuya
inversión inicial es muy grande. Facilitan las posibilidades de inversión
proporcionando liquidez.

Las instituciones financieras y de seguros, pasan de fomentar


operaciones mercantiles a financiar operaciones industriales, mucho más
seguras.

La industria textil

La industria textil es la primera, y la que más, se desarrolla ya


que los productos textiles son los que más se demandan. Esta demanda se
hace masiva gracias al aumento de población, y a la desvinculación de los
obreros de las tareas rurales. Además, la inversión en maquinaria para la
mecanización de la producción textil es, relativamente, baja.
Los primeros inventos que se aplican a la industria son máquinas
textiles. En 1733 John Kay inventa la Spinning Jenny, la lanzadera
volante que economiza trabajo en el proceso del hilado, con un sistema de
hilado múltiple. En 1780 Samuel Crompton inventa la Mule Jenny, otra
máquina de hilado múltiple, pero que permite fabricar hilos de diversos
grosores.

Lancashire, en las proximidades del puerto de Liverpool, la gran


ciudad de la industria textil, se especializa en el comercio de algodón
con América.

La producción de textil pasa de ser doméstica a realizarse en


fábricas, lo que rebaja los costes unitarios.

Junto con la industria textil se desarrolla la industria química,


que le proporciona colorantes, productos para el lavado, etc.

La mecanización

Además de la producción textil, se mecaniza la extracción minera, la


metalúrgica y en general todas las actividades industriales
tradicionales.

En 1704 se comienza la fundición del hierro con carbón de coque en


horno alto, lo que implica el aumento de la producción de acero. El acero
obtenido por este procedimiento es mucho más barato y la calidad, aunque
peor, es homologable.

La revolución industrial en el siglo XIX

En el siglo XIX se extiende la revolución industrial por toda


Europa, al tiempo que la burguesía toma el poder. La Revolución francesa
supuso el inicio del proceso de toma del poder de la burguesía en toda
Europa, a pesar de los periodos contrarrevolucionarios.

Los países seguidores: Francia y Bélgica

Después de que se iniciase la revolución industrial en Inglaterra,


esta pasó a otros países. Los primeros que recibieron el impulso de la
revolución industrial fueron Bélgica y Francia.

En Bélgica y en Francia actúan los mismos factores,


fundamentalmente, que en Inglaterra, sobre todo los agentes demográficos
y el éxodo rural. A partir de la década de 1830 el proceso de
industrialización se acelera hasta llegar a los niveles de Inglaterra.

El proceso de industrialización se centra en la región de Renania y


Westfalia, que es la gran cuenca carbonífera de Europa.

Pero en Francia y en Bélgica, a diferencia de Inglaterra, el primer


impulso industrializador llega de la mano del Estado, gracias a la
existencia de monarquías ilustradas durante la Restauración.

Lo primero que se desarrollan son las infraestructuras de


comunicación, los ferrocarriles, en los que se invierte incluso en el
extranjero, como en España, que permitirán llevar los productos
industriales a los mercados.
Como en Inglaterra, el primer sector que se industrializa es el del
textil, y sin embargo el sector de la siderurgia es más reacio a la
industrialización. En los segundos países aún se observan tendencias
proteccionistas, ultramontanas, de los sectores más reaccionarios de la
burguesía y los gremios.

En Francia y Bélgica el desarrollo del sector financiero tiene una


importancia fundamental, pero aquí se crean bancos nacionales y
centrales. El centralismo financiero es una de las características de la
industrialización de los segundos países.

La industrialización tardía

Algo más tarde que Inglaterra, Francia y Bélgica se industrializan


países como Alemania, Polonia, Rusia, España o Italia, todos ellos con
unas características similares, aunque no con los mismos resultados.

Alemania y otros países

Alemania se preparó para la revolución industrial haciendo una unión


económica y aduanera: el Zollverein, que se crea en 1835. Este Zollverein
está dominado por Prusia, que a la postre será quien consiga la unidad
alemana.

Además, en Alemania, se crea una tupida red de ferrocarriles que


favorece las relaciones comerciales entre los estados del Zollverein.

También en Alemania el impulso industrializador llega del lado del


Estado, aunque la iniciativa privada pronto toma parte en el proceso.
Este modelo se observa también en otros países, aunque en ellos la
iniciativa privada tiene menos importancia. Son países como Polonia,
Rusia, España, Italia, etc. En estos países las tensiones entre la
burguesía revolucionaria y la aristocracia del despotismo ilustrado de la
Restauración son muy importantes.

La extensión de la revolución industrial a otros países supone una


menor dependencia de las regiones industriales extranjeras, y una
reducción del mercado, por lo que se hace necesario buscar mercados
privilegiados donde vender productos industriales y comprar materias
primas para la industria, es el inicio del colonialismo.

Durante la primera parte del desarrollo de la revolución industrial,


y la mayor parte del siglo, los mercados para los productos industriales
crecen espectacularmente, lo que implica un importante crecimiento
económico. Pero a finales de siglo el crecimiento de los mercados se
detiene.

1873: la gran depresión

Entre 1873 y 1890 tiene lugar una crisis económica que en la época
se conoce como la gran depresión. En esta época se quiebra el monopolio
industrial inglés al aparecer otros países industrializados que compiten
en el mercado internacional. Esta competencia satura el mercado y hace
caer los precios de los productos industriales, reduciéndose, así, los
beneficios. Además, durante décadas se han venido fabricando los mismos
productos, con lo que comienza a haber rendimientos decrecientes.
Otra causa de la reducción de beneficios es el aumento nominal de
los salarios, gracias a la actividad sindical.

Además de estas causas, también hay que tener en cuenta que la mayor
parte de la producción industrial estaba dirigida a fabricar bienes de
equipo para la propia industria y los transportes, y en esta época se ha
agotado el mercado, en buena medida.

La crisis económica hace que los gobiernos vuelvan a tomar medidas


proteccionistas para salvaguardar la industria nacional. Vuelven también
los privilegios y los monopolios.

Una de las primeras manifestaciones de la crisis económica es la


caída de los precios agrícolas. Pero, también, entran en bancarrota
numerosos negocios de inversión, sobre todo en el exterior, las colonias,
España o Turquía, por ejemplo.

Al final del siglo se recuperan las inversiones en maquinaria y


transporte, ya que las fábricas se han quedado obsoletas. Además, se
reanuda la innovación en productos industriales, centrándose en los
bienes de consumo, se hacen grandes fábricas, mayores que las de la
primera generación, y se emplea un nuevo sistema de producción en serie,
el sistema ford. Esta recuperación se logra, también, gracias al aumento
del sector servicios.

PRECURSORES DE LA INGENIERIA INDUSTRIAL


DATOS BIOGRAFICOS

FREDERICK WINSLOW TAYLOR (20 DE MARZO DE 1856 - 21 DE MARZO DE 1915)

Fue un ingeniero mecánico y economista


estadounidense, promotor de la organización
científica del trabajo y es considerado el padre
de la Administración Científica.[1] En 1878
efectuó sus primeras observaciones sobre la
industria del trabajo en la industria del acero.
A ellas les siguieron una serie de estudios
analíticos sobre tiempos de ejecución y
remuneración del trabajo. Sus principales puntos,
fueron determinar científicamente trabajo
estándar, crear una revolución mental y un
trabajador funcional a través de diversos
conceptos que se intuyen a partir de un trabajo
suyo publicado en 1903 llamado Shop Management.

Según Antonio Serra Moneda,[2] Taylor desde su


adolescencia comenzó a perder la vista, además,
su cuerpo era de contextura débil y no podía
participar de los juegos que los otros
organizaban como el béisbol y el tenis. “Obligado
al degradante, para un muchacho, papel de
espectador, dedicó su vida a concebir cómo
mejorar el rendimiento del esfuerzo físico derrochado por los jugadores
mediante un diseño más adecuado de los instrumentos por ellos
utilizados”. Esta actitud lo marcaría de por vida, para él lo importante
era medir el esfuerzo, el lugar y los movimientos para obtener una vasta
información y, de ahí, sacar provecho de manera que se diera la mayor
eficiencia posible tanto en el deporte como en la producción. Sus
biógrafos también lo califican como una persona de actitud inflexible
frente a las reglas del juego “incluso un juego de criquet representaba
para él una fuente de estudio y de análisis”.

HENRY FORD

Empresario norteamericano (Dearborn,


Michigan, 1863-1947). Tras haber recibido
sólo una educación elemental, se formó
como técnico maquinista en la industria
de Detroit. Tan pronto como los alemanes
Daimler y Benz empezaron a lanzar al
mercado los primeros automóviles (hacia
1885), Ford se interesó por el invento y
empezó a construir sus propios
prototipos. Sin embargo, sus primeros
intentos fracasaron.

No alcanzó el éxito hasta su tercer


proyecto empresarial, lanzado en 1903: la Ford Motor Company. Consistía
en fabricar automóviles sencillos y baratos destinados al consumo masivo
de la familia media americana; hasta entonces el automóvil había sido un
objeto de fabricación artesanal y de coste prohibitivo, destinado a un
público muy limitado. Con su modelo T, Ford puso el automóvil al alcance
de las clases medias, introduciéndolo en la era del consumo en masa; con
ello contribuyó a alterar drásticamente los hábitos de vida y de trabajo
y la fisonomía de las ciudades, haciendo aparecer la «civilización del
automóvil» del siglo XX.

La clave del éxito de Ford residía en su procedimiento para reducir los


costes de fabricación: la producción en serie, conocida también como
fordismo. Dicho método, inspirado en el modo de trabajo de los mataderos
de Detroit, consistía en instalar una cadena de montaje a base de correas
de transmisión y guías de deslizamiento que iban desplazando
automáticamente el chasis del automóvil hasta los puestos en donde
sucesivos grupos de operarios realizaban en él las tareas encomendadas,
hasta que el coche estuviera completamente terminado. El sistema de
piezas intercambiables, ensayado desde mucho antes en fábricas americanas
de armas y relojes, abarataba la producción y las reparaciones por la vía
de la estandarización del producto.

La fabricación en cadena, con la que Ford revolucionó la industria


automovilística, era una apuesta arriesgada, pues sólo resultaría viable
si hallaba una demanda capaz de absorber su masiva producción; las
dimensiones del mercado norteamericano ofrecían un marco propicio, pero
además Ford evaluó correctamente la capacidad adquisitiva del hombre
medio americano a las puertas de la sociedad de consumo.

HENRY LAURENCEGANTT (CONDADO DE CALVERT, MARYLAND, ESTADOS UNIDOS, 1861 -


PINE ISLAND, NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS, 23 DE NOVIEMBRE DE 1919)

Ingeniero estadounidense que destacó por sus


aportaciones a la organización científica del
trabajo, especialmente con el diagrama que lleva
su nombre. Trabajó para Frederick W. Taylor, con
quien colaboró en la aplicación de su célebre
doctrina para mejorar la productividad. El
diagrama de Gantt se ha empleado frecuentemente
desde principios del siglo XX como herramienta
en operaciones que requieran una estricta
planificación temporal. Su preocupación se
centró, más que en los métodos de trabajo, en el
rendimiento del que lo ejecuta, lo cual dependía
a su juicio de la buena disposición para emplear
los métodos y habilidades correctas.

En 1908 presentó ante la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos el


Entrenamiento de los obreros en hábitos de diligencia y colaboración, en
donde expuso la necesidad de cambiar la táctica patronal; no se trataba
sólo de formar al obrero en las técnicas que debía utilizar y vigilar su
cumplimiento, sino de inculcarle hábitos que hicieran más eficiente su
trabajo. Como complemento a esto, ideó un sistema de bonos que se añadían
al salario si se ejecutaba el trabajo dentro de una norma de tiempo
estandarizada. Con estas medidas pretendió elevar, no sólo la cantidad,
sino sobre todo la calidad del trabajo en la línea ya expuesta por Taylor
en su teoría de la "prosperidad común": el obrero descubre la
satisfacción personal que le proporciona el trabajo "bien hecho" -
entendido en términos de cantidad y calidad-, se siente orgulloso de él y
por tanto se esfuerza más; por su parte, el empresario ve aumentada la
productividad y reducidos los conflictos laborales. Su obra más
importante fue Trabajo, salarios y beneficios (1913).

WILLIAM EDWARDS DEMING

"Aquellos años austeros…" Así comenzaba una de las


más significativas piezas autobiográficas de
William Edwards Deming. En ella, hacía referencia
a su difícil paso por la Universidad de Wyoming,
donde se graduó en Ingeniería Eléctrica en 1921.

Este muchacho, nacido en octubre de 1900 en un


humilde hogar de Sioux City (Iowa), a los 17 años
tomó todos sus ahorros y caminó unas cuantas
millas desde la estación de ferrocarril hasta la
Universidad de Wyoming. De aquella época, todavía
se recuerda al joven Deming barriendo y fregando
el suelo del hall principal.
Aquellos difíciles orígenes fueron determinantes en su exitosísima
carrera profesional. De ahí provienen tres de sus cualidades más
importantes, la humildad, la austeridad y la voluntad de servicio.

En 1925, Deming obtuvo un master en Matemáticas en Colorado y en 1928, un


doctorado en Física en Yale. Poco después, entró a trabajar en el
departamento de Agricultura de los Estados Unidos, donde cultivó la base
de los conocimientos por los que se hizo conocido: la estadística y un
extraordinario rigor y constancia en todos sus planteos.

En aquellos años, Deming conoció a Walter Shewhart, reputado miembro del


staff técnico de la telefónica Bell, quien le sugirió que aplicara sus
conocimientos al management. En 1939, Deming empezó a trabajar en la
oficina norteamericana del Censo y, tiempo después, comenzó su actividad
docente en Stanford.

En aquellas aulas, Deming comprobó que la mayor parte de los directivos


estadounidenses que acudían a sus clases, no daban importancia a la
aplicación de la estadística en la mejora de la calidad y de la gestión.
Así, Deming concluyó que la calidad solo podía ser mejorada
sustancialmente si el "top management" se involucraba en la solución.

Decepcionado por la escasa repercusión de sus teorías entre los


empresarios norteamericanos, en 1947 se unió al equipo dirigido por el
General Douglas Mac Arthur, encargado de promover la reconstrucción del
Japón. Y fue allí donde se produjo su gran eclosión. La devastada
economía nipona fue el perfecto caldo de cultivo para el desarrollo de su
filosofía empresarial.

Bajo los auspicios de la JUSE (Japanese Union of Scientists and


Engineers), Deming difundió sus teorías sobre la calidad total y el
management a la alta dirección de las compañías más importantes del país.

Sus lecciones empezaron a publicarse en todo Japón. Pero en aquel


momento, Deming se negó a cobrar royalties por sus publicaciones. Así, en
reconocimiento a su trabajo y a su generosidad, en diciembre de 1950, la
JUSE instituyó el internacionalmente reconocido Premio Deming que
galardona la excelencia en la gestión de la calidad.

En 1960, el Primer Ministro japonés, Nobusuke Kishi, en nombre del


Emperador Hirohito, concedió al Dr. Deming la Orden Japonesa del Sagrado
Tesoro, en reconocimiento a su contribución al renacimiento de la
industria japonesa.

El éxito de las empresas japonesas en el mundo atrajo las miradas de la


alta dirección americana hacia las teorías de Deming. De vuelta a los
Estados Unidos, en 1980, Deming protagonizó un programa emitido por la
NBC con el título de "Si Japón puede… ¿Por qué no podemos nosotros?" Así,
la demanda de sus servicios creció espectacularmente.

En 1982, el MIT publicó un libro donde Deming sintetizaba su teoría de


gestión basada en sus famosos "14 puntos" para impulsar la calidad y en
las "siete enfermedades" que lo impiden (reeditado posteriormente en
1986).

Según Deming, para orientar a una empresa hacia la calidad total, es


necesario un cambio cultural, que sólo es posible con el compromiso a
largo plazo de los directivos de primer nivel. En el fondo, un fiel
reflejo de su propia vida y, probablemente, es por ello por lo que su
impacto en el mundo empresarial ha sido tan importante, profundo y
duradero.

En el transcurso de su carrera, Deming recibió docenas de reconocimientos


académicos. Entre ellos, se destacan diversos doctorados "honoris causa"
y el premio a toda su carrera otorgado por la Academia Nacional de las
Ciencias Americanas en 1988.

En 1993, Dr. Deming publicó su último libro, en el que introdujo su


también famoso "sistema de gestión basado en los conocimientos
profundos". En diciembre de ese mismo año, murió en su casa de Washington
rodeado de su familia.

FRANK GILBRETH, (BUNKER) 1868 -- 1925

Ingeniero y consultor en administración de


empresas; nació en Fairfield, Maine. Comenzó
como aprendiz de albañil, hasta hacerse
contratista general en Boston (1895 -- 1911).
Con la colaboración de su esposa, Lillian
Evelyn Gilbreth (1878 -- 1972), ideó los
procesos para estructurar trabajos en segmentos
establecidos, contribuyendo así a la fundación
del tiempo-y-movimiento. Estableció Frank B.
Gilbreth, Inc., ingenieros asesores (1911), y
condujo una escuela de verano de gerencia
científica en Providence, R.I. Junto a su
esposa, escribió una teoría sobre la gerencia
científica (1911) y del estudio de la fatiga
(1916).

Colaboró con F. Taylor en los estudios de organización del trabajo, con


objeto de establecer unos principios de simplificación para disminuir el
tiempo de ejecución y la fatiga. Su esposa, Lilian Evelyn Moller,
continuó sus trabajos y llevó a cabo una labor de divulgación de los
conceptos de la organización laboral especialmente orientados a valorar
el factor humano.

METODOLOGIAS

KANBAN
KANBAN se define como "Un sistema de producción altamente efectivo y
eficiente". KANBAN significa en japonés: ‘etiqueta de instrucción’. Su
principal función es ser una orden de trabajo, es decir, uun dispositivo
de dirección automático que nos da información acerca de que se va ha
producir, en que cantidad, mediante que medios y como transportarlo.
KANBAN cuenta con dos funciones principales: control de la producción y
mejora de procesos. Por control de la producción se entiende la
integración de los diferentes procesos y el desarrollo de un sistema JIT.
La función de mejora continua de los procesos se entiende por la
facilitación de mejora en las diferentes actividades, así como la
eliminación del desperdicio, reducción de set-up, organización del área
de trabajo, mantenimiento preventivo y productivo, etc.
KANBAN se enfoca a (en producción):
· 1.- Poder empezar cualquier operación estándar en cualquier momento.
· 2.- Dar instrucciones basados en las condiciones actuales del área de
trabajo.
· 3.- Prevenir que se agregue trabajo innecesario a aquellas ordenes ya
empezadas y prevenir el exceso de papeleo innecesario.
Y en movimiento de materiales.
· 1.- Eliminación de sobreproducción.
· 2.- Prioridad en la producción, el KANBAN con más importancia se pone
primeto que los demás.
· 3.- Se facilita el control de material.
NOTA: KANBAN sólo puede aplicarse en fábricas que impliquen producción
repetitiva.

Antes de implementar KANBAN es necesario desarrollar una producción


"labeled/mixed production schedule" para suavizar el flujo de material
(ésta debera ser practicada en la línea de ensamble final). No funcionará
si existe una fluctuación muy grande entre la integración de los
procesos. Se creará desorden y se tendrá que implementar sistemas de
reducción de set-ups, de lotes pequeños, así también ayudarse de
herramientas de calidad para poder introducir KANBAN.
KANBAN se implementa en cuatro fases:
Fase 1: Entrenar a todo el personal en los principios de KANBAN, y los
beneficios de usarlo.
Fase 2: Implementar KANBAN en aquellos componentes con más problemas para
facilitar su manufactura y para resaltar los problemas escondidos. El
entrenamiento con el personal continua en la línea de producción.
Fase 3: Implementar KANBAN en el resto de los componentes, esto no debe
ser problema ya que para esto los operadores y a han visto las ventajas
de KANBAN, se deben tomar en cuenta todas las opiniones de los operadores
ya que ellos son los que mejor conocen el sistema. Es importante
informarles cuando se va estar trabajando en su área.
Fase 4: Esta fase consiste de la revisión del sistema KANBAN, los puntos
de reorden y los niveles de reorden, es importante tomar en cuenta las
siguientes recomendaciones para le funcionamiento correcto de KANBAN:
· a) Ningún trabajo debe ser hecho fuera de secuencia.
· b) Si se encuentra algún problema notificar al supervisor
inmediatamente.
Reglas de KANBAN:
· Regla 1: NO SE DEBE MANDAR PRODUCTO DEFECTUOSO A LOS PROCESOS
SUBSECUENTES.
· Regla 2: LOS PROCESOS SUBSECUENTES REQUERIRAN SOLO LO QUE ES NECESARIO.
· Regla 3: PRODUCIR SOLAMENT LA CANTIDAD EXACTA REQUERIDA POR EL PROCESO
SUBSECUENTE.
· Regla 4: BALANCEAR LA PRODUCCIÓN.
· Regla 5: KANBAN ES UN MEDIO PARA EVITAR ESPECULACIONES.
· Regla 6: ESTABILIZAR Y RACIONALIZAR EL PROCESOS.
Información necesaria en una etiqueta de KANBAN.
· 1.- Número de parte del componente y su descripción.
· 2.- Nombre/Número del producto.
· 3.- Cantidad requerida.
· 4.- Tipo de manejo de material requerido.
· 5.- Donde debe ser almacenado cuando sea terminado.
· 6.- Punto de reorden.
· 7.- Secuencia de ensamble/producción del producto.
Ventajas del uso sistemas JIT y KANBAN.
· 1.- Reducción de los niveles de inventario.
· 2.- Reduccion de WIP (Work In Process).
· 3.- Reducción de tiempos caídos.
· 4.- Flexibilidad en la calendarización de la producción y la producción
en sí.
· 5.- El rompimiento de las barreras administrativas (BAB) son archivadas
por KANBAN.
· 6.- Trabajo en equipo, círculos de calidad y autonomación (decisión del
trabajador de detener la línea).
· 7.- Limpieza y mantenimiento (housekeeping).
· 8.- Provee información rápida y precisa.
· 9.- Evita sobreproducción.
· 10.- Minimiza desperdicios.

KAIZEN

Kaizen

KAI significa 'cambio'.


ZEN significa 'bueno'.

El significado de la palabra kaizen es mejoramiento continuo y esta


filosofía se compone de varios pasos que nos permiten analizar variables
criticas del proceso de producción y buscar su mejora en forma diaria con
la ayuda de equipos multidisciplinarios. Esta filosofia lo que pretende
es tener una mejor calidad y reducción de costos de producción con
simples modificaciones diarias.

Al hacer kaizen los trabajadores van ir mejorando los estándares de la


empresa y al hacerlo podran llegar a tener estandares de muy alto nivel y
alcanzar los objetivos de la empresa. Es por esto que es importante que
los estándares nuevos creados por mejoras o modificaciones sean
analizados y contemplen siempre la seguridad, calidad y productividad de
la empresa.

Su origen es Japonés como consecuencia de la segunda Guerra Mundial, por


lo que el Dr. William Edwards Deming introduce nueva metodologia para
mejorar el sistema empresarial.

El kaizen utiliza el Circulo de Deming como herramienta para la mejora


continua. Este circulo de Deming también se le llama PDCA por sus siglas
en inglés.

Plan (Planear): en esta fase el equipo pone su meta analiza el problema y


define el plan de acción

Do (Hacer): Una vez que tienen el plan de acción este se ejecuta y se


registra.

Check (Verificar): Luego de cierto tiempo se analiza el resultado


obtenido.

Act (Actuar): Una vez que se tienen los resultados se decide si se


requiere alguna modificación para mejorar

“Es extremadamente difícil incrementar las ventas un 10%, pero no es


difícil reducir los costos de manufactura en un 10% para obtener el mismo
efecto”
3.3 JIT (JUST IN TIME)

“Just in time” (que también se usa con sus siglas JIT), literalmente
quiere decir “Justo a tiempo”. Es una filosofía que define la forma en
que debería optimizarse un sistema de producción.
Se trata de entregar materias primas o componentes a la línea de
fabricación de forma que lleguen “justo a tiempo” a medida que son
necesarios. El JIT no es un medio para conseguir que los proveedores
hagan muchas entregas y con absoluta puntualidad para no tener que
manejar grandes volúmenes de existencia o componentes comprados, sino que
es una filosofía de producción que se orienta a la demanda.

La ventaja competitiva ganada deriva de la capacidad que adquiere la


empresa para entregar al mercado el producto solicitado, en un tiempo
breve, en la cantidad requerida. Evitando los costes que no producen
valor añadido también se obtendrán precios competitivos. Con el concepto
de empresa ajustada hay que aplicar unos cuantos principios directamente
relacionados con la Calidad Total.

El concepto parece sencillo. Sin embargo, su aplicación es compleja, y


sus implicaciones son muchas y de gran alcance.

2. CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES
El JIT tiene 4 objetivos esenciales:
Poner en evidencia los problemas fundamentales.
Eliminar despilfarros.
Buscar la simplicidad.
Diseñar sistemas para identificar problemas.

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