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México, Distrito Federal I Diciembre 2009-Enero 2010 I Año 4 I Número 23 I Publicación Bimestral

UNA MISTERIOSA EXPLOSIÓN


ÁLVARO MARÍN MARÍN
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL DE MÉXICO

“A ognuno puzza questo barbaro dominio”


Nicolo Machiavelli

E
n su reciente libro sobre Los nazis en México, Juan Alberto
Cedillo Guerrero afirma que “México fue considerado por la Ale-
mania de Adolfo Hitler como una pieza estratégica antes y
durante la Segunda Guerra Mundial”.
Para la Alemania nazi, los combustibles derivados del
petróleo así como el hierro, aluminio, manganeso, mercurio,
estaño y tungsteno, eran vitales en la fabricación de armas indispensables
en la guerra que se avecinaba, y que debían asegurarse en fuentes no
europeas, pues la guerra se realizaría a partir de ese continente.
Otra de las actividades que realizaron los oficiales del tercer Reich
era la de utilizar a nuestro país como plataforma para infiltrar espías a Es-
tados Unidos y conseguir información sobre sus fuerzas armadas, usando
incluso a personal militar mexicano fácilmente corruptible, como el general
Francisco Javier Aguilar González 1, agregado militar de nuestro país en
Washington.
Los agentes nazis no tuvieron que hacer mucho esfuerzo para
allegarse la ayuda de políticos con gran fuerza regional como Gonzalo N.
Santos y Donato Bravo Izquierdo; además de gobernadores como los de
Veracruz Miguel Alemán Valdés, cooptado por una bella espía a la que
puso departamento en la capital del país y Maximino Ávila Camacho, em-
pecinado en suceder a su hermano en la presidencia de la república 2.
Este proceder de la Alemania nazi no hacía sino continuar la política
de gobiernos anteriores, como el del Káiser en la primera guerra mundial,

1 Juan Alberto Cedillo Guerrero 2007, Los nazis en México. México: Random House Mondadori, p.
15.
2 Juan Alberto Cedillo Guerrero, Op. Cit.

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con el ya célebre telegrama Zimmermann, que prometía a México ga-


nancias territoriales imposibles de cumplir su participaba a su lado contra
los Estados Unidos.
Con la experiencia imperialista de al menos cincuenta años, los
agentes nazis actuaron en varios campos a la vez: introdujeron espías,
compraron lealtades de políticos corruptos, invirtieron en empresas es-
tratégicas para ellos como las mineras, de comunicaciones telefónicas, de
transportes, apoyaron a movimientos locales profascistas, cultivaron la
discordia y el descontento de políticos de oposición al gobierno y tra-
bajaron a la opinión pública asegurando incondicionales entre los inte-
lectuales como José Vasconcelos y los medios de comunicación.
“En los informes de Washington destaca también la influencia
germana en los medios de comunicación mexicanos. El agregado de prensa
de la embajada alemana literalmente “compró” periódicos, revistas y fre-
cuencias de radio. Tenía a prestigiados periodistas en su nómina, quienes
difundían la propaganda nazi en toda Latinoamérica” 3
Para “cubrir” las actividades reales de sus espías en México, las
compañías alemanas en nuestro país los empleaban como “comisionistas”,
con lo que podían viajar sin restricciones por todo el país. Bayer, la Unión
Química y AGFA daban “empleo” a los hombres de Hitler. “La trasnacional
sueca Ericsson, …que en México era dueña de la Compañía de Teléfonos
Ericsson, interceptó todos los aparatos telefónicos de políticos y militares,
entregando informes puntuales a los hombres del Fürher. Esta actividad
ilícita era encabezada por el director técnico de la empresa, un alemán que
apenas ha podido ser identificado, cuyo apellido era Ohm.” 4
Parece que la enemistad y luego la beligerancia alemana contra
nuestro país surgió del hecho ahora comprobado de que México, proveedor
de petróleo crudo al tercer Reich desde 1938, cambio su política de ex-
portaciones por presión de Estados Unidos, país que fue atacado por

3 Juan Alberto Cedillo Guerrero, Op. Cit. p. 17.


4 Juan Alberto Cedillo Guerrero, Op. Cit. p. 27.

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Japón el 7 de diciembre de 1941 en Pearl Harbor; a raíz de lo cual el pre-


sidente estadounidense Franklin D. Roosevelt emitió un acta que prohibía
comerciar con las potencias del eje.
Los alemanes habían establecido en México una empresa deno-
minada Compañía Veracruzana de Petróleo que enviaba el combustible en
buques panameños a través del Caribe y Sudamérica a la empresa
Eurotank de Hamburgo. Los servicios de inteligencia estadounidenses
alertaron a nuestro gobierno de las cantidades enormes de petróleo ex-
portado supuestamente para consumo de Centroamérica, entonces una
zona sin ningún tipo de industria, por lo que el presidente Ávila Camacho
tuvo que elegir aliado y prohibió este tipo de comercio 5.
Una vez definida la política que seguiría el gobierno federal durante
la segunda guerra mundial, era de esperar una reacción agresiva de los
nazis, quienes no respetaron a sus aliados rusos, por lo que era previsible
que menos lo hicieran con México, un país pequeño hasta entonces no be-
ligerante.
El jueves 4 de junio de 1942, el periódico Excélsior consignó en su
segunda sección, páginas 1 y 8 que había ocurrido una catástrofe en los
laboratorios de municiones de artillería del ejército mexicano, en su fábrica
de Santa Fe, Distrito Federal.
Sin causa aparente, había explotado el polvorín dejando una secuela
de cuatro muertos y ocho heridos.
“En el laboratorio de municiones de artillería, de la fábrica de pól-
vora y artificios de guerra, situada en Belén de las Flores, Santa Fe, estalló
ayer en la mañana un incendio seguido de tremendas explosiones de
bombas para aviones y granadas de mano, y la muerte y la tragedia se
cebaron en el heroico cuerpo de bomberos, cuatro de los cuales, inclusive
dos oficiales perecieron, y ocho resultaron gravemente heridos, al caer

5 Juan Alberto Cedillo Guerrero, Op. Cit. p. 33.

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envueltos entre los escombros del edificio, cuando se desplomaba el se-


gundo piso, a impulsos de una última y más terrorífica explosión.”
No parecía un hecho fortuito en vista de que hacía doce días, el
presidente de la República, general Manuel Ávila Camacho, había decla-
rado la guerra a las potencias del Eje, después del hundimiento por sub-
marinos alemanes del buque tanque petrolero Potrero del Llano, el 13 de
mayo de 1942 por el submarino alemán U-564, tipo VII C, al mando del
teniente Reinhard Suhren; siete días después, el petrolero Faja de Oro fue
hundido por el submarino alemán U-106 dirigido por el teniente de navío
Hermann Rasch.
Los ataques alemanes contra México continuaron el 26 de junio de
ese año, cuando Hans Witt, al mando de un sumergible U-129, tipo IX C,

hundió al buque tanque Tuxpan, a cuarenta millas náuticas de la barra de


Tecolutla, Veracruz; y al día siguiente al transportador de petróleo Las
Choapas; un mes más tarde el carguero Oaxaca fue hundido por el
submarino alemán U-171 tipo IX C, comandado por Günther Pfeffer, mismo
individuo que hundió el buque tanque Amatlán, el 4 de septiembre de
1942 a 62 millas de Tampico en el Golfo de México 6. Al menos los ale-
manes habían demostrado sobrada capacidad para dañar los intereses
económicos de México.
El entonces Secretario de la Defensa Nacional, general y ex
presidente de México Lázaro Cárdenas del Río, solicitó al ingeniero Cerrillo
su colaboración para enfrentar esta emergencia que se tradujo en el di-
seño, construcción y prueba de unidades piloto de bombas de profundidad
antisubmarinos de media tonelada, en la Fábrica Nacional de Pólvora, para
la que también construyó otros equipos. 7
El ingeniero Cerrillo y los hermanos Juan y Walter Cross Buchanan
recibieron el encargo de estudiar los entonces novedosos radares ingleses y

6Mario Moya Palencia 1992, ¡Mexicanos al grito de guerra! México: Miguel Ángel Porrúa.
7Jesús Flores Palafox y otros, La ESIME en la historia de la enseñanza técnica, México, IPN, 1993, p.
229.

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norteamericanos, y el uso de la ultra alta frecuencia (UHF) como medio de


detección del enemigo, 8 para establecer una red defensiva del territorio
nacional, en vista de las agresiones militares alemanas, impensables pocos
años antes.
No obstante, la explosión del laboratorio seguía siendo un misterio,
pues no existían huellas visibles de sabotaje y las instalaciones militares
habían redoblado su seguridad, por lo que se encomendó al ingeniero Ce-
rrillo iniciar una investigación científica que explicara el fenómeno.
Manuel Cerrillo Valdivia estudió las centellas o bolas de fuego 9 en el
Desierto de los Leones. En su introducción, Cerrillo menciona que en las
grandes tempestades se puede observar la aparición de bolas luminosas
que parecen flotar en el aire y se esfuman súbitamente. Señala que este fe-
nómeno sucede en recintos cerrados, aunque también puede ocurrir en
campo abierto.
Con motivo de que en la ermita del Desierto de los Leones ocurrió un
fenómeno de esta naturaleza, que electrocutó y carbonizó a varias de las
personas que allí se guarecían de la lluvia, mientras que a otras no las
tocó a pesar de estar cerca, Cerrillo decidió visitar el lugar. El ingeniero
consideraba que el estudio de este fenómeno podía tener una aplicación
práctica en la protección técnica de depósitos de combustible, explosivos y
zonas habitacionales, por lo que formuló un programa de investigación que
incluía al fenómeno de las centellas.
Escribe Cerrillo que entre 1942 y 1943, recogió más de treinta
informaciones de personas que decían haber visto centellas en todo el país
y con el apoyo de la única bibliografía 10 disponible, hizo una lista de
quince puntos que él llama hechos consistentes acerca de las condiciones
necesarias para que aparezcan centellas:

8 María de los Ángeles Rodríguez Álvarez y otros, 50 años en la historia de la educación tecnológica,
México, IPN, 1988, p. 117.
9 Manuel Cerrillo 1943, “Sobre las posibles interpretaciones electromagnéticas del fenómeno de las

centellas”, México, Departamento Electromagnético de la CICIC, Anuario.


10 C de Jans 1910, Ciel et terre, París; Walter Brand 1923, Der Kugelblitz, Hamburg; W.J. Humpreys

1929, Physics of the Air, New York: McGraw Hill.

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1.- Existencia de fuertes tempestades


2.- Descargas eléctricas intensas
3.- Lluvia en pleno apogeo
4.- 75% durante la noche
5.-85% dentro de recintos cerrados, aislados
de otras construcciones.15% en el aire abierto.
6.- En cuartos aislados de mampostería o adobe, vacíos
7.- La mayoría en lugares montañosos
8.- Se observaron una especie de bolas luminosas, de contornos bien
definidos y no chispas ni arcos eléctricos
9.- Dichos globos se mueven y “siguen a cada persona”
10.- Hay confusión en precisar si son silenciosas o van acom-
pañadas de ruidos intensos o de explosiones, puesto que para un mismo
caso hay datos contradictorios
11.- En el mismo recinto, unas personas mueren electrocutadas y
otras, cerca de las primeras, resultan ilesas
12.- Ningún informante sintió el más leve choque eléctrico
13.- “Entran por puertas o ventanas”
14.- La duración del fenómeno se estima en uno o dos segundos
15.- El fenómeno es de rara ocurrencia, puesto que son contadas las
personas que lo han visto.
Después de estas observaciones básicas, Cerrillo desarrolla su
trabajo donde explica las centellas mediante la teoría de los campos
eléctricos, la generación y la distribución de las cargas, sugiriendo la
posibilidad de resonancia electromagnética de algunas cavidades, exci-
tadas por descargas eléctricas atmosféricas. 11
Había sido una centella o “rayo esférico” la causa del incendio y
explosión del laboratorio de Santa Fe. Cerrillo cumplió su misión con el

11Manuel Cerrillo 1943, “Sobre las posibles interpretaciones electromagnéticas del fenómeno de las
centellas, México: Departamento Electromagnético de la CICIC, Anuario.

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ejército mexicano, entregando una copia de su publicación a las auto-


ridades.
El doctor Onofre Rojo dice que nadie hizo caso de las reflexiones de
Cerrillo en 1943 debido a que las publicó en una revista científica en espa-
ñol y no en inglés. Por tanto, se tuvo que esperar hasta el año de 1955,
cuando el físico ruso Piotr Leonídovitch Kapitsa hizo una aportación simi-
lar en Dokl. Akad. Nauk 3, bajo el título “Sobre la naturaleza del rayo
esférico”, en un trabajo en lengua rusa publicado prontamente en inglés12.
El profesor Rojo aprovecha para lamentar la poca difusión de la ciencia en
español. Pudiera ser que Cerrillo mantuviera comunicación por carta en
inglés con Kapitsa 13, a quien conocía personalmente desde la década
anterior, por haberlo visitado cuando vivía en Londres. ¿Acaso el científico
ruso decidió analizar con calma y más a fondo el problema que le
planteara su admirador mexicano?
El Excélsior publicó la lista y también las fotos de los bomberos
muertos: Capitán Joaquín Ruiz, David Rodríguez, Cástulo Pastén, Baltasar
Torres; heridos: Adolfo Vázquez, Gilberto Mayo, José Temimilpa, Manuel
Suárez, Aurelio Melgoza y Rosalindo Guerrero. “Uno de los soldados que
trabajaba en el laboratorio, también resultó gravemente herido”. No se
menciona su nombre.
No obstante la agresión germana a México, los espías alemanes no
cesaron de conspirar para generar problemas a nuestro gobierno, alen-
tando las aspiraciones presidenciales del general Maximino Ávila Ca-
macho, hermano del presidente, exgobernador de Puebla y Secretario de
Comunicaciones en el período de 1941-1945.

12 Onofre Rojo, La prioridad en los descubrimientos y su relación con la infraestructura científica,


Avance y Perspectiva, Volumen 20 en:
http://www.cinvestav.mx/publicaciones/avayper/marabr/ONOFRE.pdf, consultado el 16 de julio de
2004, 17:39 hrs.
13 Piotr Leonídovitch Kapitsa, físico ruso, Premio Nóbel de Física en 1978, conocido por sus trabajos

de física de las bajas temperaturas y sobre la licuefacción del helio y del hidrógeno. Estudio los
efectos de las bajas temperaturas y los campos magnéticos intensos sobre los metales.

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Un empresario alemán de apellido Wenner apoyaba abiertamente


estas intenciones y usaba su relación con Maximino para acercarse al
presidente con la promesa de invertir cien millones de pesos, entonces una
cantidad enorme, en el desarrollo de diversas industrias, incluyendo la de
fabricación de aviones 14.
Con el aval del secretario de Comunicaciones Maximino Ávila Cama-
cho, los nazis pudieron vincularse a la prensa y la radio mexicanas, espe-
cíficamente a las dos más poderosas de América Latina por entonces la
XEW y la XEQ-AM.

“Los agentes norteamericanos descubrieron, además, que los jefes de


la xew no sólo apoyaban a los fascistas en sus espacios noticiosos. Los
nazis utilizaban la infraestructura de la estación para los enlaces entre la
Embajada Alemana y los altos mandos de Berlín” 15.
Se dice que Maximino Ávila Camacho falleció de un paro cardíaco
después de una reunión con simpatizantes en Puebla. Cedillo Guerrero su-
giere que fue eliminado por los servicios secretos británicos, quienes
hacían lo mismo con todos los colaboradores de los nazis 16.

14 Juan Alberto Cedillo Guerrero, Op. Cit. p. 102.


15 Juan Alberto Cedillo Guerrero, Op. Cit. p. 117.
16 Juan Alberto Cedillo Guerrero, Op. Cit. p. 103.

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