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Existen dos tipos de conservación en las carnes, los métodos físicos y los químicos.
Los físicos hacen referencia a todos aquellos métodos que se basan en la aplicación
de diversas técnicas y prácticas para alargar la vida del alimento tomando para ello sus
propiedades físicas. Los químicos son aquellos en los cuales se modifican las características
químicas de la carne.
TRATAMIENTO TÉRMICO
Esta implica la destrucción por el calor de todos los organismos en estado vegetativo,
que podrían provocar enfermedades, o la destrucción o reducción del número de organismos
productores de alteraciones en ciertos alimentos, como son los de acidez elevada (con un pH
menor de 4,6). En estos alimentos sólo se desarrollan microorganismos que alteran el
alimento, pero no son patógenos para el hombre.
Alteraciones microbianas
ESTERILIZACIÓN
Por ejemplo, un alimento de baja acidez (pH>4.6) exige un calentamiento por encima
de 100 °C, generalmente en el rango entre 116ºC y 130ºC, durante el tiempo suficiente para
conseguir una reducción de 12 ciclos logarítmicos en el número de esporas de Clostridium
Botulinum. Sin embargo, los alimentos de alta acidez (zumos de frutas) no se someten a
tratamientos tan intensos, puesto que el desarrollo de bacterias formadoras de esporas no
tiene lugar para esos valores de pH.
REFRIGERACIÓN
Se debe de considerar que para la refrigeración no se deben mezclar canales resientes con
canales refrigerados, para que no se mezclen temperaturas, tampoco juntar demasiado los
canales para no crear humedad y la proliferación de bacterias y por ultimo no mezclar canales
con otro tipo de productos cárnicos.
CONGELACIÓN
• 0°C a –5°C.
Velocidad de Congelación.
Métodos de Congelación.
•Congelador de placas.
•Túnel de congelación
CONGELACIÓN RÁPIDA
Después de enfriada, la carne fresca se almacena hasta que se distribuye hacia las
cámaras del detallista. Las condiciones ideales de almacenamiento de canales frescas son
temperaturas de 0°C y humedad relativa del 85-9 0%, con separación adecuada para colgar
las canales y que haya una buena circulación de aire a velocidades bajas de aire de unos 15-
30 cm/seg. Esto permite la maduración de la carne, haciéndola más tierna.
Un movimiento más intenso del aire frigorífico ejerce sin embargo resultado
negativo, ya que, siendo la misma humedad relativa e idéntico el tiempo, la evaporación
de agua es mayor que con un movimiento menor del aire. Esto significaría que las
mermas serían mayores en el sistema perfeccionado que antes. Pero como el tiempo de
refrigeración, y con ello el plazo de exposición de las canales a corrientes de aire
intensas, es bastante menor que en el método antiguo de refrigeración, la pérdida de
peso en las canales es en la refrigeración rápida menor que en la lenta. En la práctica
se obtienen disminuciones en las pérdidas de peso de 1,5% aproximadamente.
Empleando este método de refrigeración perfeccionada se consigue además que el
proceso de enfriamiento, a diferencia del método anterior, concluya en la nave de
refrigeración, tras ello la carne pasa al depósito refrigerado. De aquí que la sección en
cuestión se llame en la actualidad “nave de refrigeración” y no ya “nave de pre-
refrigeración”.
De aquí que, por ejemplo la nave de oreo antes habitual ejerza acción
perturbadora sobre el proceso de producción en el matadero, que obliga a recorrer
prolongadas vías de transporte. Además un local tan amplio induce siempre al empleo
de carriles de suspensión por los que se han de empujar las canales calientes, en
ocasiones no se dispone de tiempo para llenar la nave de refrigeración. Así mismo la
refrigeración rápida exige disponer de un dispositivo técnico-frigorífico capaz de
eliminar el calor en un tiempo más breve que el requerido hasta ahora. Por añadidura,
esta instalación debe estar completamente separada de la instalación frigorífica de la
nave de depósito. Las mejoras alcanzadas con el método de refrigeración rápida no sólo
se conocieron en el terreno teórico, sino también en la práctica.
Mientras que antaño en casi todas las naves de pre-refrigeración los dispositivos
de transporte de las canales se componían de carriles elevados, como los expuestos en
la fig. 1, en el curso del desarrollo de los frigoríficos de refrigeración rápida se pasó a
utilizar para cerdos y pequeños animales el transporte bajo, en forma de rodillos, por
medio de los cuales estos animales sacrificados pueden trasladarse sin colgar hasta los
recintos de refrigeración. Partiendo de la idea de que una cantidad de aire
relativamente pequeña permite su impulsión en buenas condiciones económicas, se
reducen al máximo las dimensiones de las naves frigoríficas. De aquí que se
abandonasen los canales de ventilación que pueden verse en la parte alta de los dibujos
izquierdos y central de la fig. 1, donde se empleaba como canal de ventilación la sección
transversal del espacio de refrigeración en forma de túnel recorrido longitudinalmente
por el aire. En el ejemplo señalado se emplearon ganchos dobles para las medias canales
porcinas, de manera que entre las sillas de estas se formaban pequeños pasillos. Con
esta medida se conseguía que, con un cambio de aire uniforme, solo debieran ser
volteados por el ventilador dos tercios del volumen del aire, con lo cual se lograba
reducir alrededor de un 45% las necesidades de fuerza motriz. Los recintos nuevos de
refrigeración rápida de canales bóvidos todavía fueron equipados al principio con
carriles elevados, ya que era habitual refrigerar los bóvidos en medias canales. Pero en
las nuevas edificaciones, la gran altura de estos recintos encarecía mucho la
construcción, ya que la altura de edificación de la totalidad del frigorífico debía regirse
por esta dimensión. De aquí que mas tarde también se previese la refrigeración de
cuartos de bóvidos suspendidos en carriles bajos.
TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO DE CANALES
Almacenamiento no refrigerado
La carne fresca encoge, pierde peso y es rápidamente atacada por bacterias del aire,
de las manos y de la ropa de limpieza, así como de los medios de transporte. Como la
reproducción de las bacterias aumenta con la temperatura y la humedad, el peligro es mayor
en los trópicos; por este motivo, cuando no se dispone de refrigeración, tradicionalmente la
carne se vende al por menor en un plazo de doce horas desde la matanza, incluso con el
peligro de pérdidas debidas al encogimiento, desechos y deterioro.
Los cambios físicos, químicos y micróbicos que se producen en la carne fresca son
estrictamente una función de la temperatura y la humedad. El control de la temperatura y la
humedad constituye, consecuentemente, en la actualidad el método más importante de
conservación de la carne para atenerse a las necesidades de los procedimientos o del comercio
al por menor de los países industrialmente desarrollados del mundo y está siendo cada vez
más empleado en las zonas urbanas, particularmente por parte de hoteles, abastecedores de
comidas e instituciones hospitalarias de los países en desarrollo. Por ejemplo, el aumento de
las bacterias se reduce a la mitad con cada descenso de la temperatura de 10 °C y
prácticamente se detiene en el punto de congelación; es decir, la carne se conservará por lo
menos el doble de tiempo a 0 °C que la carne con un nivel análogo de contaminación, pero
conservada a 7 °C; o se conservará por lo menos cuatro veces más tiempo a 0 °C que ha 10
°C.
De ello se deduce que, cuando la carne se conserva por enfriamiento, debe procederse
al enfriamiento lo más rápidamente posible después de la matanza, independientemente de
su destino final (consumo local o despacho a otros lugares). Al mismo tiempo es preciso
asegurarse de que la res muerta ha llegado al rigor mortis antes de enfriarse a 10 °C o a menos
para que no se produzca una disminución del frío. Debe conservarse también posteriormente
la temperatura de enfriamiento hasta que se utilice, es decir, debe existir una cadena del frío
ininterrumpida desde el matadero hasta el consumidor. Todo el desarrollo de la refrigeración
ha tendido a la realización de este fin.
TERNERA 1 – 3 semanas 90
CORDERO 10 – 15 días 90 – 95
CERDO 1 – 2 semanas 90 – 95
DESPOJOS
7 días 85 – 90
COMESTIBLES
En condiciones comerciales las temperaturas de la carne raramente se mantienen entre
-1 °C y 0 °C, por lo que los períodos efectivos de almacenamiento son inferiores a lo previsto.
Los tiempos también se reducirían si la humedad relativa fuera superior al 90 por ciento
Las canales en espera de ser recogidas deben colgar de carriles en una nave de
suspensión. En esas cámaras no refrigeradas pero bien aisladas se consigue enfriar la carne
en grado considerable. Las cámaras deben ser altas en relación con su anchura y el techo debe
tener una forma que contribuya a que se produzca el “efecto embudo” de movimiento
ascendente del aire para extraer la humedad de los lomos (fig. 78).
Después de determinar el número y la cantidad de los carriles para carne, los centros
de los carriles, el número aproximado, el tamaño y el emplazamiento de los refrigeradores
de aire, el tipo de carriles para carne que descargan por metro de recorrido y el método de
apoyo, estos datos se pueden transponer en una forma y dimensión física inicial, y a
continuación será posible determinar si el espacio de que se dispone resultará adecuado.
Aislamiento
Las variaciones en las presiones y en los ritmos de la corriente de vapor a través del
aislamiento durante el ciclo de enfriamiento a menudo no se tienen en cuenta. La presión del
vapor en la cámara fría puede ser mayor que fuera, con lo que se invierte la corriente normal
del vapor. Este fenómeno tiende a causar expansión y contracción de algunos materiales de
aislamiento insuficientemente endurecidos y provoca resquebrajaduras de los acabados de
cemento o yeso si están insuficientemente reforzados para los compartimentos más grandes.
En general son suficientes compartimentos de 2,5 m. El agrietamiento del material tratado
crea huecos para las bacterias y permite que la humedad penetre en el sistema de aislamiento
durante el lavado. Los acabados de láminas de metal o plástico que utilizan junturas cerradas
en las paredes y los techos proporcionan una mayor protección al sistema de aislamiento, se
limpian con mayor facilidad y son menos vulnerables a los daños mecánicos.
Debe ser resistente a la sangre, las grasas y los ácidos, y no ha de ser resbaladizo, se
debe poder limpiar fácilmente, etc. Debe estar inclinado hacia un canal de drenaje en el cuarto
o hacia las puertas de acceso con los canales de desagüe directamente fuera. Se debe prestar
atención a los detalles de la juntura entre el suelo y la pared para asegurarse de que se
mantiene herméticamente cerrado en las condiciones más duras.
Puertas
El método de dar un apoyo a los carriles para la carne requiere una particular atención
ya que las estructuras de acero primaria y secundaria pueden producir un efecto importante
en la distribución del aire dentro de la cámara fría. Estas estructuras de acero de apoyo se
pueden disponer encima o debajo del aislamiento del techo. Lo más común es que la
estructura de acero de apoyo esté situada dentro de la cámara fría con columnas de acero
independientes o con columnas incorporadas a la estructura del edificio. El acero secundario
se fija a continuación con pernos a la estructura de acero primaria a ángulos rectos,
bloqueando así eficazmente cualquier distribución del aire a alto nivel. En la práctica se
puede disponer que los refrigeradores de aire insuflen aire entre la estructura de acero
primaria. Otro método consiste en disponer la estructura de acero primaria y secundaria
encima de los techos aislados. El carril para la carne se sostiene en este caso utilizando
varillas de suspensión sobre el techo aislado para reducir al mínimo el efecto de la conducción
de calor a lo largo de las varillas. Estas deben estar fijadas debajo del techo para reducir al
mínimo el efecto de la carga de choque y del movimiento que, de lo contrario, tenderían a
alterar el techo aislado y a ensanchar los agujeros en el techo. Las piezas de sujeción deben
estar colocadas lo más cerca posible del lado de abajo del aislamiento. La colocación de la
estructura de acero de apoyo fuera de la cámara fría deja un techo despejado para la
circulación del aire. Este sistema particular es más aplicable a las cámaras frías para
“animales pequeños”.