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ÍNDICE
1. Principios generales.
2. El proceso de ósmosis inversa.
3. Elementos básicos de una instalación de ósmosis inversa.
4. Parámetros fundamentales de la ósmosis.
5. Parámetros importantes de diseño.
6. Ensuciamiento.
7. Polarización.
8. Efectos asociados a las condiciones de uso de las membranas.
9. Standarización de membranas.
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1. PRINCIPIOS GENERALES
La ósmosis inversa es un proceso que realiza la separación de sales haciendo pasar el líquido a
través de membranas semipermeables.
Una solución con una concentración determinada de sales desarrolla en su interior una ten-
sión, conocida como presión osmótica. Si esa solución se pone en contacto con otra de dife-
rente concentración, a través de una membrana semipermeable, se produce un flujo desde la
solución más diluída hacia la más concentrada que cesa cuando las concentraciones a ambos
lados de la membrana se igualan.
Se trata de un proceso natural que se produce por ejemplo en los seres vivos, de forma que
las celulas realizan su alimentación mediante ósmosis producida a través de la membrana ce-
lular.
Si este proceso lo simulamos en el laboratorio, al final se observa que existe una diferencia
en la altura o columna del líquido a un lado y otro de la membrana. Ese desnivel o altura es la
presión osmótica como consecuencia de la diferencia de concentraciones.
Pero en el proceso de desalación el agua debe desprenderse de las sales y por tanto el flujo de-
bería realizarse desde la solución concentrada hacia la diluida. Como ese proceso no se puede
realizar de forma directa o natural, es necesaria la aplicación de una energía o fuerza externa
para provocar la separación.
De ahí el nombre de ósmosis inversa como consecuencia de la reversibilidad que hay que pro-
vocar en el fenómeno o proceso natural.
En consecuencia para desalar por osmosis inversa es preciso disponer de una membrana se-
mipermeable y de una fuerza exterior que impulse el agua a través de la membrana, en la
dirección aconsejable.
Podría pensarse por tanto que se trata de un sistema especial de filtración, aunque realmente
es un proceso bastante distinto y más complejo.
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Para comprobarlo podemos analizar la tabla general de los procesos de separación, en la que
encontramos que la osmosis realiza una separación de las partículas de menor tamaño.
Además si en la escala se compara con los procesos que están inmediatamente próximos,
como la Ultra y Microfiltración, no habría que extrañarse de que se tratara de un proceso en el
que las membranas tuvieran un poder de corte o reducción mayor y por tanto podría pensar-
se, que se trata también de una filtración más fina.
Sin embargo hay una diferencia importante respecto a los procesos citados.
Si la comparamos con la filtración normal, no es solo que esta separe únicamente sólidos,
mientras que la osmosis separa moléculas, sino que además en la filtración, toda el agua pasa a
través de las membranas, menos las partículas sólidas y en consecuencia hay un flujo o caudal
de entrada y otro de salida que son sensiblemente iguales.
A su vez respecto a las presiones Pa = Pp + Δh, es decir se produce una pérdida de carga en el
agua producto más o menos importante en función de la suciedad del agua y la densidad del
filtro.
Los filtros o membranas se ensucian o tupen por procesos puramente físicos, acumulación
de partículas sólidas, y por tanto se limpian parando el flujo a través del filtro y provocándole
un flujo en sentido inverso, en el que el agua empuja desde un lado las partículas que se han
quedado adheridas en el otro.
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• De un lado se utilizan unos filtros previos para hacer una primera eliminación de partículas
sólidas, filtro de unas 100 micras.
• Se deriva un pequeño caudal para que constantemente esté arrastrando los sólidos que se
depositan sobre la pared de las membranas.
El lavado se realiza también a contracorriente y según los casos se realiza con agua y aire o
solamente con agua. Cuando tras sucesivos e intermitentes lavados, cada 5 a 15 minutos, no
se recupera el poder de filtración se realiza el lavado con productos químicos.
Por último en la ósmosis inversa el caudal de alimentación se bifurca en otros dos, uno que
atraviesa la membrana y constituye el producto libre de sales, y otro que no la atraviesa y
se dedica a diluir las sales que han sido separadas por la membrana y que de no arrastrarse
precipitarían sobre la superficie de la misma y provocarían un ensuciamiento o precipitación
irreversible. Este caudal constituye el rechazo o salmuera.
Existe además una diferencia importante entre los caudales de entrada y salida de unos y otros
procesos, tanto en cuanto a las presiones como en cuanto a su salinidad.
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Y en cuanto a las presiones, la del agua a tratar y la del agua de rechazo son elevadas y con
diferencias variables en función de la perdida de carga por rozamiento sobre la superficie de
las membranas, mientras que la presión del agua producto es prácticamente igual a la atmos-
férica, pues en el paso del agua a través de las membranas es donde tiene lugar la pérdida de
carga o de energía.
Esto indica claramente que la presión que se debe aplicar al agua para atravesar las membra-
nas es muy superior a la que se requeriría de acuerdo con la permeabilidad de la membrana,
puesto que no solo debe vencer la resistencia que supone esta, sino además la propia presión
osmótica de la solución.
En la práctica la diferencia de presión necesaria sobre la osmótica debe ser importante para
producir un caudal aceptable.
- En la segunda, esta capa con el agua absorbida es drenada a través de los poros en la
membrana.
• La teoría alternativa propuesta por Merten parte de que la membrana no tiene poros y por
tanto el flujo convectivo no puede existir.
- En este segundo modelo el rechazo es función de la solubilidad relativa del soluto y del
solvente.
Los avances que se han producido a lo largo de los años y que han hecho de la O.I. una tecnolo-
gía asequible a muchos usos han venido de un lado por la mejora de las membranas, capaces
de aumentar su eficiencia en caudal y rechazo de sales, de otra de los equipos de bombeo que
han permitido elevar su rendimiento hasta unos niveles, que si no hubiera sido por la especifi-
cidad de estos procesos no hubiera sido posible conseguirlos, y por ultimo de la introducción
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de diseños de ingeniería, conducentes todos ellos a la reducción de los costes energéticos que
constituyen el capítulo mas importante de la producción de agua desalada.
Pero las membranas son elementos muy sensibles y dado que deben tener unos poros sufi-
cientemente pequeños para permitir separaciones a nivel iónico son también muy sensibles
al ensuciamiento, por lo que deben tomarse precauciones especiales para evitar que esto se
produzca.
Como el agua que se va a desalar sea cualquiera su origen, agua salobre o de mar, puede no
estar suficientemente limpia es necesario aplicarle una serie de tratamientos físicos y quími-
cos, conocidos como pretratamientos, que tratan de evitar que tanto las partículas de tamaño
pequeño, como algas, sólidos en suspensión, compuestos orgánicos o minerales lleguen a las
membranas y tengan efectos negativos sobre su funcionamiento.
Una instalación desaladora debe constar por tanto con todos esos elementos citados que de-
berán ser considerados en el diseño de la misma.
Por tanto el agua que se va a desalar, captada directamente de su origen, mar o ríos, o median-
te pozos filtrantes, es conducida hasta la estación de tratamiento o planta desaladora en la que
es sometida a una serie de tratamientos físicos y químicos, para llegar hasta las membranas en
unas condiciones adecuadas para no perturbar el proceso.
El proceso de desalación propiamente dicho está constituido por los equipos mecánicos ne-
cesarios para llevar el agua a tratar hasta la presión necesaria, bombas de media o alta presión,
que la introducen en un conjunto de membranas que se colocan en el interior de tubos de
presión, de los que se obtiene un flujo de agua desalada que sale a una presión próxima a la
atmosférica, y un flujo de concentrado que sale a una presión algo inferior a la de entrada.
Para aprovechar la energía de este flujo de salmuera se utilizan distintos tipos de equipos me-
cánicos que tienen como objeto reducir el consumo energético del proceso.
Finalmente el agua desalada se somete a una serie de post-tratamientos en función del uso
que se le vaya a dar, y la salmuera o rechazo, después de perder su presión, se elimina de forma
que no contamine el entorno.
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4. PARÁMETROS FUNDAMENTALES DE LA ÓSMOSIS
El proceso de osmosis desde el punto de vista de su aplicación a la desalación de agua viene
caracterizado por una serie de parámetros importantes que es preciso conocer, que afectan
fundamentalmente a la membrana y que deben ser tenidos en cuenta a la hora de diseñar una
instalación.
Presión osmótica
Es la fuerza con la que los iones contenidos en una solución son retenidos por ella. Varía en
consecuencia en función de la salinidad del agua y es tanto mas elevada cuanto mas concen-
trada es la solución que se quiere desalar.
La presión osmótica del agua de mar es muy superior a la presión osmótica del agua salobre,
pero es inferior a la presión osmótica de la salmuera o rechazo de la planta deseadora.
Π = CRT
Π = iMRT,
Siendo
Una regla aproximada de cálculo consiste en que cada 1.000 ppm de sales en solución equiva-
len a una presión de 0,77 kg/cm2.
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Presión neta de transferencia
Es la presión que hay que aplicar sobre la membrana para revertir el proceso de osmosis.
• Vencer la resistencia o permeabilidad de la membrana, que redunda por una parte en una
pérdida de carga pero además en el caudal que la membrana produce, que debe ser impor-
tante, para hacerla eficiente y rentable.
• Superar la presión osmótica del agua a desalar, o mejor aún de la diferencia entre las pre-
siones osmóticas de las soluciones existentes a un lado y otro de la membrana.
A lo largo de los años se han ido mejorando la calidad de las membranas en lo que se refiere
a su permeabilidad y hoy día se dispone de membranas mucho más permeables que las que
existían hace años, sin que por ello hayan perdido otras propiedades inherentes a las mismas,
que también se han mejorado.
En consecuencia las presiones que se aplican a las modernas membranas de osmosis inversa,
para producir un mismo caudal, son bastante inferiores a las que se aplicaban antaño, o dicho
de otra forma las actuales membranas de osmosis dan caudales superiores a las de hace unos
pocos años.
Caudales
Si partimos de los flujos ó caudales que se generan en el proceso podemos distinguir:
• flujo o caudal de producto, que corresponde al agua a la que se le han eliminado o reduci-
do las sales. Fp.
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• flujo o caudal de concentrado (rechazo), que arrastra las sales que han sido separadas por
la membrana y que se depositarían sobre ella. Fr (Fb en la citada bibliografía).
Fa = Fp + Fr
Del mismo modo tendremos las concentraciones del agua de alimentación, Ca (Cf ), producto,
Cp; y rechazo, Cr (Cb), relacionados entre sí también mediante:
Ca x Fa = Cp x Fp + Cr x Fr
A partir de aquí se consideran las dos ecuaciones principales que hacen referencia a la mem-
brana que son:
En el interior del tubo de presión como consecuencia del aumento de la presión osmótica al
pasar el agua de una membrana a otra, y de la dismiución de la presión neta se produce un
descenso del caudal por membrana.
Fa = A x Z x (Pm - ΔØm)
siendo:
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De esta ecuación se deduce que el caudal es directamente proporcional a la presión neta apli-
cada, es decir a la diferencia de presiones que aparece entre paréntesis en la fórmula, y al
coeficiente de transporte; es decir a una característica propia de la membrana y a otra propia
del funcionamiento.
El caudal que atraviesa la membrana queda definido en unas condiciones de presión y tempe-
ratura predeterminadas, y en cada situación deben aplicarse las correcciones oportunas para
adaptarlo a las condiciones reales de funcionamiento; esto es lo que se conoce como norma-
lización de la membrana.
Como la producción de una membrana depende también de su superficie, tendrá un valor de-
terminado comprendido entre unos límites no muy amplios. Para conseguir una producción
superior es necesario colocar varias membranas en serie.
Su formula es:
Fs = Ks x (Ca - Cp)
donde:
Influencia de la temperatura
Al aumentar la temperatura aumentan tanto los coeficientes de permeabilidad de la membra-
na, como el de permeabilidad a las sales
Rechazo de sales
Es el parámetro más importante de la membrana y depende del proceso de fabricación y de
los compuestos químicos o polímeros que forman parte de la membrana.
Este valor no es sin embargo el mismo para todos los iones, siendo superior para los iones
bivalentes que para los monovalentes. Esta es la razón por la que las aguas desaladas son po-
bres en calcio o magnesio, pues al ser iones de «gran tamaño» son rechazados en porcentajes
importantes.
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Cuando de forma general se dice que una membrana tiene un rechazo del 90%, se refiere a
que los iones más pequeños como el sodio y el cloro son al menos rechazados en esa propor-
ción.
En la actualidad las membranas de agua salobre tienen rechazos superiores al 90% y las mem-
branas de agua de mar superiores al 99,6%., aunque esto no ha sido siempre así. Por ejemplo
cuando se empezaron a utilizar las membranas en la desalación de agua de mar, hace unos
20 años, el rechazo no superaba el 99,2 5 y de esta forma no era posible conseguir un agua
desalada de salinidad inferior a 500 mg/l en un solo paso.
Paso de sales
PS (%) = Cp / Ca x 100 (7)
Recuperación
También conocida como conversión o recobro del sistema (recovery), es el porcentaje de pro-
ducto que se obtiene a partir de un determinado volumen de agua de alimentación:
R (%) = Fp / Fa x 100
Este factor es muy distinto según se trate de membranas individuales o de módulos en los que
intervienen más membranas colocadas en serie.
En las membranas espirales por ejemplo dicho factor no suele ser superior al 1215% si se trata
de membranas de agua salobre y del 10% en caso de agua de mar.
En membranas de fibra hueca sin embargo dicho factor se eleva hasta el 85% en agua salobre
y al 60% en agua de mar.
Como ese factor es muy pequeño para las membranas de arrollamiento en espiral, con objeto
de elevar la conversión y mejorar la eficiencia del sistema, las membranas se colocan en serie,
hasta 7 por tubo de presión, de forma que el rechazo de la 1ª membrana constituye la alimen-
tación de la segunda y así sucesivamente.
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El rechazo máximo de un tubo de presión de 6 a 7 membranas puede llegar hasta un 52- 54%,
aunque normalmente no supera el 50% en la desalación de aguas salobres y el 45% en la de-
salación de agua de mar.
Para aumentar la conversión, en el caso de aguas salobres, se colocan varios tubos en serie de
forma que, como anteriormente se ha dicho, el flujo saliente del 1er tubo o del conjunto de tu-
bos que se colocan en paralelo constituye la alimentación del 2º tubo o conjunto de tubos. En
esta segunda fase puede conseguirse también una recuperación del 50%, del flujo entrante,
es decir el 25% del flujo inicial.
En consecuencia para recuperar el 75% son necesarios dos fases y para cantidades superiores
(87,5%) tres fases.
A partir de aquí se obtienen otras formulas útiles también a la hora de diseñar una instalación
par un uso determinado.
Pasos y etapas
Como consecuencia de lo comentado surgen dos nuevos conceptos: paso y etapa.
Se llama etapa a cada una de las fases o trenes de membranas por las que se hace pasar el
agua a tratar, de forma que el rechazo de una fase constituye la alimentación de la fase si-
guiente.
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Se llama paso a cada una de las fases o trenes de membranas por las que se hace pasar el agua a
tratar, de forma que el producto de una fase constituye la alimentación de la fase siguiente.
Trenes
Llamados también bastidores o racks, en la terminología anglosajona, es el conjunto de tubos
de presión, con sus correspondientes membranas que se colocan en paralelo, dentro de una
estructura de soportación.
A veces un tren puede constar de mas de una etapa, o incluso y según el diseño que se haga
de mas de un paso.
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Concentración del producto
Cp = (1 - RS) x (Ca + Cr) / 2 (9)
6. ENSUCIAMIENTO
Todas las aguas contienen diferentes tipos de contaminantes o componentes que pueden
afectar el normal funcionamento de las membranas.
A pesar de los sistemas de protección que se colocan antes de las membranas es prácticamen-
te imposible eliminar todos los componentes sólidos u orgánicos que lleva el agua que se va
a tratar.
Los componentes de pequeño tamaño acaban depositándose sobre los canales de salmuera
de las membranas obstruyéndolos y producen el ensuciamiento de las membranas.
El azufre coloidal se forma al oxidarse el SH2 y es difícil de eliminar. Esta oxidación puede evi-
tarse eliminando el aire y otros oxidantes.
En otros casos el ensuciamiento se produce por precipitación sobre las membranas de las sa-
les, cuando se supera su limite de solubilidad.
El ensuciamiento orgánico tiene lugar por la presencia en el agua a tratar de materia orgánica,
ácidos fúlvicos y húmicos.
La membrana rechaza estos compuestos, pero se depositan sobre la misma y forman una capa
que también ensucian la membrana.
Finalmente los componentes biológicos del agua de mar, microalgas, bacterias, virus, etc, aca-
ban también depositándose sobre la membrana y la ensucian.
Cuando esto ocurre es necesario llevar a cabo una limpieza de las membranas.
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Turbidez e índice de colmatación
Son medidas que se realizan en la instalación para comprobar la calidad del agua que llega a
las membranas.
Se filtra a través del aparato 500 ml del agua a tratar, que se recoge en un depósito en la parte
inferior, a la vez que se anota el tiempo necesario para llenar ese depósito de la capacidad
citada. (ti)
Se deja que continúe el líquido pasando por el filtro y se vuelve a realizar la misma operación
al cabo de 5, 10 y 15 minutos. (tf )
SDI = % P / tt = 100 (1 - ti / tf ) / tt
7. POLARIZACIÓN
Las membranas de ósmosis tienen un rechazo limitado por lo que la concentración de sales en
el producto depende de la concentración a la entrada de la interfase.
Como su difusión a través de la misma no se realiza a la misma velocidad, se produce una acu-
mulación de sales en la capa próxima a la superficie de la membrana. Es lo que se conoce como
concentración de la polarización.
Es decir que junto a la membrana se desarrolla una capa límite de disolución no agitada, es-
tancada, de la que se extrae constantemente agua y en la que las sales rechazadas se van
acumulando en concentraciones excepcionalmente altas.
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Este fenómeno tiene una serie de efectos negativos:
• Dado que las membranas siempre dejan pasar algunas de las sales presentes en el agua de
alimentación, la concentración de sales en el agua producto aumenta.
La eliminación de esta capa de la superficie de la membrana sólo puede realizarse por difusión
mediante un proceso de transferencia de masa, así como por una variedad de movimientos
hidrodinámicos.
a) Haciendo la solución turbulenta para mantener dicha capa límite lo más delgada posible.
En consecuencia existe una velocidad máxima de flujo por unidad de área para cada mem-
brana, mas allá de la cual un incremento de la presión no produce un aumento en el flujo del
disolvente sino que sólo provoca un aumento de la presión osmótica.
Esa degradación junto a la presión ala que las membranas están sometidas durante su funcio-
namiento da lugar a un fenómeno conocido como compactación, que produce una reducción
del caudal y un aumento de la presión de operación.
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Pero este descenso no es continuo, sino que en el primer año de funcionamiento es más pro-
longado, y luego se estabiliza y el descenso es más lento.
Efecto de la temperatura
Cuanto más elevada es la temperatura mayor es el riesgo de compactación.
Sin embargo aunque la compactación produce una disminución del flujo, al aumentar la tem-
peratura también aumenta dicho flujo, lo que debe tenerse en cuenta y en consecuencia re-
ducir la superficie de membrana en el diseño.
Kt = 1,03(T-25)
Es decir se corrige frente al valor de 25 ºC, que es el que se considera para determinar el caudal
nominal de la membrana.
Por todo ello cuando se proyecta una instalación no solo se consideran las condiciones ini-
ciales de funcionamiento, sino las que existen al cabo de tres años, con objeto de garantizar
que la instalación va a funcionar durante tiempo dando un caudal y calidad del agua desalada
adecuado.
También hay que realizar sustitución de membranas anualmente para poder mantener esas
condiciones, y aunque el porcentaje de membranas que se sustituye es variable según las
condiciones de operación de la planta entre 7 y 15%, una buena practica consiste en prever un
reemplazo de membranas anual del 10%. Eso no quiere decir que obligatoriamente haya que
cambiar ese 10% todos los años, pero si que pensando en un periodo de tiempo de explota-
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ción determinado, por ejemplo 5 años, al final del mismo es probable que haya que cambiar
el 50%, bien sea un 10% cada año, o un 20% al 2º año, o 30% al tercer año, 40% al cuarto año
o 50% al quinto año.
9. STANDARIZACIÓN DE MEMBRANAS
Como existen distintos fabricantes de membranas que se pueden aplicar a aguas de salinida-
des muy distintas, con objeto de poder comparar las membranas y conocer exactamente sus
características, las membranas se prueban en una condiciones idénticas en todos los casos, y
se determinan sus características nominales.
Dichas condicione varías según se trate de agua salobre (BW) o de mar (SW) y normalmente
son:
Asimismo y a la hora del diseño de la instalación, se suelen respetar con carácter general los
siguientes valores.
Agua
Agua salobre Agua de mar
salobre Agua de mar pozo
pozo toma abierta
superficial
SD! 15 ≤3 ≤3 ≤3 ≤3
Nº Particulas < 2 micras < 100 < 100 < 100 < 100
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