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es cósmica? En que se funda sobre una visión del puesto del hombre
mala.
moral”, que puede ser tanto del objeto como de la acción. En efecto,
del deber puro: “Nos propone una ética sin fin último, liberada de
pura. Esto lleva a concluir que, mientras que el bien moral está
experiencia, pues ésta está cargada ya, por sí misma, del carácter
ley.
a la máxima.
7. El tercer y último estadio con el cual Maritain caracteriza
con el objeto, de suerte que la “bondad del acto hace que su objeto
lleva a cabo por sí mismo, y éste es el bien moral [n. 44]. El bien
absoluta, o sea, incondicional, pues es buena sin más, esto es, más
como la ética clásica convergen en que una voluntad es buena sin más
puede negarse que hay puntos de confluencia entre una y otra ética.
juicio, no fue querida por Kant [n. 3], pero que, con todo, es
Bergson.
13). Resulta que, a pesar de que han corrido muchos años desde que
universalidad o absolutez.
tesis central la lucha por la vida. Pero también puede tener otro
2 Elders, Leo, “The Ethics of St. Thomas Aquinas”, en: Anuario filosófico, XXXIX/2,
Universidad de Navarra, Pamplona, 2006, p. 450.
desastrosa y otra benéfica para la vida moral. En relación a la
deseable del todo iluminar con la luz de la razón todos los recovecos
que hunde sus raíces en la metafísica y la física; pero aun con todo,
digo que perdonar las ofensas es algo bueno y bello” (p. 28). En
efecto, “el valor moral es la cualidad que hace que una acción humana
4 “Metaphysics shows that the good, the object of our appetite, is being”, Elders,
Leo, art. cit., p. 444.
la voluntad, el bien honesto de la tradición filosófica occidental.
más allá de la acción misma para que sea considerada buena. El propio
gobernada por una máxima capaz de ser erigida en ley universal” (pp.
más bien el de ética del bien honesto (ética de los valores buenos
de la bondad.
25. Los conceptos prácticos [n. 21, ii] son los de deber,
conceptos con una semilla, que tiene una amplia envoltura que cubre
21iii] son los presupuestos que requiere la ética para ser completa,
que el ser, que tiene parte tanto en el dominio del sentido común
animales, que tienen, por así decir, una noción del bien que se
“Toda cosa es ser: y sin embargo cada cosa difiere de otra por un
ser o pertenece al ser en alguna medida. Cada cosa que es, es el ser
mismo, una manera o modo del ser; es verdad que el ser no se agota
es está fuera del ser. Mas Maritain introduce una sutil distinción
“esta realidad misma que capto en la noción de ser es más rica, está
multiplica son los entes, que participan ciertamente del ser con
distinta intensidad. Pero también en el caso del ente puede
“Sin duda el ser puede ser dividido, pero por eso mismo deja de ser,
trata de cualquier género de apetito, pues todo ser apetece, sea una
cuanto se ofrece al apetito. “He aquí aun una nueva epifanía del
Toda cosa “es una floración del ser, buena en sí, perfectiva de sí
amada por otra cosa, como perfectiva de otra cosa, porque esta cosa
buena hace que otra cosa florezca en el ser” (p. 40). Este “florecer”
Por eso el bien es definido por Aristóteles como aquello que apetecen
las cosas.
desde otros dos ángulos. Puede darse como bien concupiscible debido
hacia este tipo de bien es apetecido por algo más, o sea, por otra
cosa. Todas estas entidades son amadas o apetecidas por otra cosa,
más.
otra cosa, sino por sí misma, o sea, hay también algo que es
ama. Es el amor que cada uno tiene hacia sí mismo y hacia sus genuinos
las cosas.
determina por la medida en que tiene o participa del esse, esto es,
fundamentum in re. Una cosa es amada en tanto tiene ser, y tanto más
lo tiene, más amable ha de ser. Por eso es que toda cosa apetecible
se apetece porque es buena en alguna medida, es buena en cuanto tiene
ontologicum con el bonum morale, a saber, que “en toda clase de falta
es patente que hay una distinción entre uno y otro tipo de bondad,
se hace a la usanza del bien y el mal en las cosas, en los seres (in
rebus); así pues, cada cosa “habet de bono, quantum habet de esse”10.
Sólo Dios, según esta filosofía, al poseer la plenitud del ser, posee
que es, hay que decirlo, magistral: “Quantum igitur habet de esse,
2010, 116pp.
caso de la acción moral, resulta que la bondad viene a contribuir a
la plenitud del ser del ente inteligente, esto es, del hombre. Y
actividad suprema.
intrínsecamente bueno.
del ser. Aquí tenemos el bien como valor moral, estamos en el orden
que soy yo, mi propia persona, de tal suerte que yo soy responsable
Sólo un ente inteligente puede ser capaz de este tipo de actos; los
niño. Por tanto, el bien y el mal (moral) se relaciona con los entes
cuanto hay actos morales también que requieren menos energía para
puede haber ya moralidad ahí, sin que la libertad tenga que ser
17 Ya decía Cirilo de Alejandría que: “Genus humanum factum est sui juris, et
liberum, et suae voluntatis, momento transiens ad potestatem quantumcumque vellet
faciendi, sive bonum sive malum”, Contra Jul., VIII. El texto griego: “πεποίηταί
γε μὴν αὐτοκρατὴς καὶ ἐλεύθερος, καὶ ταῖς τῶν ἰδίων θελημάτων ῾ροπαῖς διάττων επ᾽
ἐξουσίας ἐφ᾽ ὃπερ ἂν ἕλοιτο τυχὸν, εἴτ᾽ οὗν ἀγαθὸν, εἴτε φαῦλον”, PG, 76, 926, B.
Nuestra traducción: “el género humano, por derecho propio, es libre, y está en
posesión de su voluntad, en un instante se da el poder hacer lo que quiere, o el
bien o el mal”.
18 Nos parece que, más que hacer referencia a la libertad, sería suficiente con
que no está especificado por lo que las cosas son, sino por lo que
habla del ente como bueno se afirma una cualidad objetiva del mismo,
que haría que el ente tenga valor en sí. Los valores hacen referencia
a un sujeto para el cual son tales. Entre bien y valor hay, sin duda,
que el bonum como trascendental significa que todo ente como tal es
bueno. Y lo sería porque es, porque tiene ser, por el hecho de ser.
del acto bueno. De ahí que, por amor a uno mismo, si se quiere, se
ver al bien honesto como fin. Así pues, el bien honesto es amado en
y por sí mismo como “fin”, pero como “valor” es amado en cuanto me
viene dada siempre del objeto, ya sea objeto del acto exterior, u
o “este hombre tiene treinta años”; o bien pueden ser juicios con
están en relación con los grados de ser (aunque Maritain asume que
trata, pues, de los grados de intensidad del ser. Así, hay grados o
mal, como bien reza el tomismo, consiste en una privación, esto es,
juicios que versan sobre el mal o débito ontológico [n. 107 para el
hábito moral].
que en la conformidad del acto humano (aunque sería más exacto decir
obligado a hacer el bien” (p. 61). Siendo así, resulta claro que los
etcétera.
como “dar a cada uno lo que le es debido”. Este acto envuelve dos
que, al obrar así, hay un acuerdo con “algo verdadero que llevamos
21Tal vez esto se engarza con lo que dice en otra parte: “tout grand système moral,
en effet, est en réalité un effort pour demander à l´homme, d´une manière ou d´une
autre et à un degré ou un autre, de dépasser en quelque façon sa condition
naturelle”, Maritain, Jacques, La philosophie morale. Examen historique et critique
des grands systèmes, Gallimard, Paris, 1960, p. 560. Lo natural, en efecto, se
entiende como en el caso de la tendencia animal a eliminar a los otros, a la
competencia humana, y la manera en que la moral busca sobrepasar esta condition
para tratar al otro, a pesar de los inconvenientes subjetivos que encauce, como
persona.
animales, que a veces están en discordia con la razón, son absorbidas
manera por la razón que aparece una nueva dimensión. En el caso del
man que nos ocupa llegará, frente a los casos que hemos escogido
como ejemplos, a decir: este patrón [es] justo, y ser justo está
natural.
Este proceso irá creciendo como una bola de nieve; pues tanto las
la esclavitud por guerra, que en otros tiempos era vista como parte
del castigo que se debía infringir. Era “justo” esclavizar. Pero una
tabúes; en suma, la tradición. “El solo hecho de que nos son así
la razón” (p. 72). El medio social es, en este sentido, un faro que
a sus crías. Por ello Maritain insiste en distinguir las dos grandes
moral, sino que ésta tiene su sede en la inteligencia, sin más. “Es
campo de acción mucho más amplio del que suelen pensar los
como se lee en San Agustín: “Ipse sum expertus sudare hominem solere
cum vellet”22, esto es, el propio santo de Hipona decía que era
narración que hace del padre Restituto. Éste podía alienar los
así que las voces altas las percibía como si viniesen de lejos: en
como bien apunta el filósofo tomista, pues para ellos los “valores
que tales juicios no contienen más que eso, cosa que no es solamente
61. Por último, Maritain busca tocar el tema que habla sobre
con ciertas cosas del mundo natural, que son repugnantes, aunque no
allá del bien y del mal” (p. 84). Por tanto, el orden moral, como
siempre.
§ 5. Valores morales y finalidad
del valor estético, sino del valor moral. El valor moral, o valores
todo certera, porque puede haber moralidad sin libertad, como en los
Por ello en el caso de la moral no hay un más allá del bien y del
mal, pues hay algo que regula lo que es bueno y malo, a saber, la
razón. Esto no quiere decir, sin embargo, que la razón humana sea
absoluta, y que por tanto todo juicio que se desprenda de ella tenga
tal carácter. Es lo que sucede con las normas cada vez más cercanas
vitandum”24.
es que el hombre lo usa cuando quiere, o, como decía más arriba Santo
25 González, Ana Marta, Moral, razón y naturaleza, Eunsa, Pamplona, 2006 (2a. ed.),
pp. 192-193.
26 “La universalidad del precepto no dice nada en contra de su carácter práctico,
que en el caso del mal físico “no dice relación a un orden particular
ente en cuestión que los carece. Puede ser que, en estos casos, mal
físico que padecen estos entes sea un bien desde el punto de vista
dice que el mal moral “no será jamás, bajo ningún aspecto, un bien
con respecto a un orden superior cualquiera que éste sea, sino que
balanza entre ellos permanezca estable” (p. 92), pues el bien moral
alguna manera. Este mal moral engendra, a su vez, más mal, o sea,
explica así: “Nada puede escapar al influjo del orden universal que
27Esta idea está ya plasmada en la monumental De Civitate Dei del santo de Hipona,
pues se percata, con toda agudeza, de que el mal moral proviene de una mala voluntad,
y la mala voluntad lo es por la soberbia. “Initium enim omnis peccati superbia est.
Quid est autem superbia, nisi perversae celsitudinis appetitus? Perversa enim
celsitudo est, deserto eo cui debet animus inhaerere principio, sibi quodammodo
fieri atque esse principium. Hoc fit, cum sibi nimis placet. Sibi vero ita placet,
cum ab illo bono immutabili deficit, quod ei magis placere debuit quam ipse sibi”,
XIV, 13, 1.
si cambiara a cada momento. Además, el mal moral es el único
buenos, como todo ser es más o menos bueno, pero siempre bueno en
tanto que ser” (p. 96). Si todo es visto sub specie aeternitatis,
etcétera.
68. Ahora bien, un aspecto del bien es el “fin” [nn. 22, 23,
el ser posee. Todo agente obra, pues, por un fin, propter finem,
un acto que no se haga sin una finalidad. Tal vez el motivo del acto
el mal.
puede ser visto como medio-fin, pues posee su propia bondad. Este
fin en cuanto tal. Así sucede con el ejemplo del comer, que puede
ser visto como un simple medio, pero también como un medio-fin, pues
del bien total o “felicidad” [nn. 3, 22, 23, 24], lo cual está
que nada puede ser querido sino bajo el aspecto del bien; que es
confusa, pero que se busca con necesidad, por ser el bien total y
fines, sus propios objetivos. La grandeza del hombre, por ello, está
“la moralidad está pues suspendida del fin último, porque tenemos
precisamente bajo todo aspecto, sea real, sea ideal, sea moral. Pero
de tal dinámica, de guisa que “el fin último domina todo el campo
todo mundo sabe inicia con esta cuestión la Secunda secundae. Sin
cual propone como camino la vía que debe seguir el filósofo para
29 La ética tomista puede ser vista como genuinamente filosófica, aunque pueda
redirigirse a la teología, pues Santo Tomás tiene presente siempre la vida
supranatural, Cf. Elders, Leo, “The Ethics of St. Thomas Aquinas”, en: Anuario
filosófico, XXXIX/2, Universidad de Navarra, Pamplona, 2006, p. 441.
74. Para partir de esta “experiencia moral”, Maritain se
que todo hombre, llegado el momento, pero parece que desde la tierna
infancia, experimenta.
en que Pedro reniega de su Maestro, sabe que no debe hacer eso, que
prohibido renegar del Justo, no tienen ya nada que ver con un tabú
pura generosidad.
preceptos los hay desde los más socializados hasta los más elevados
África.
con peligro de su vida, sabe que debe obedecer a una ley no escrita,
vería que todo lo que es tabú y coerción social es como una ganga
cual estamos obligados” (p. 117). Así pues, el valor por sí solo no
que ella tiene de estar obligada, sino también el acto que ella
presenta no solamente como mejor en sí, sino también como mejor para
gravedad.
la noción inteligible del bien como tal, y por tanto del Bien que
libre, sin duda, pero en el cual mi libertad no hace más que reconocer
inútil y hasta perversa, existe ese Bien infinito que colma todas
de que Dios es la cabeza del orden moral [nn. 40-42]. La vida moral,
81. Ahora bien, Dios es fin último no sólo del hombre, sino
natural, este conocimiento, pero también la unión con Ella. “El deseo
31A pesar de que el hombre esté en estado caído, lo cual se traduce por una suerte
de debilidad de la voluntad, no pierde del todo su fuerza práctica, en especial en
relación a la “elección”. Así lo expresan grandes teólogos, como San Isidoro de
Sevilla, cuando escribe: “Postquam vero seductione serpentis cecidit (homo) a
naturae bono, perdidit pariter et vigorem arbitrii, non tamen electionem”, De
ecclesiasticis dogmatibus, c. XXI, (PL, 83, 1232), (el subyadado es nuestro). Se
pierde, entonces, por el pecado original, vigor del arbitrio, pero no la elección.
83. En este sentido, la teología, y en especial la teología
hombre no está contento con las solas “cosas humanas”, sino que vemos
“signos” que nos hacen constatar que el hombre busca superar las
“cosas humanas”.
84. ¿Por qué este deseo a traspasar las cosas humanas? ¿Por qué
a su fin último. “Es así como el problema del fin último se hace
[nn. 81 y 83]. Pero Maritain tiene una opinión muy particular sobre
32Es frecuente que se piense en la Edad Media como un monolito sólido en donde el
solo Cristianismo tiene cabida, en donde el culto al Dios que es Jesucristo era lo
único que se efectuaba en Europa. No es más que una caricatura de esta amplia etapa
de la historia occidental. En efecto, se piensa que el paganismo no tenía ningún
género de culto, tanto jurídica como fácticamente. Nada más falso, sin embargo. El
libro de Jules Michelet, el famoso historiador francés, intitulado La bruja. Una
biografía de mil años fundamentada en las actas judiciales de la Inquisición,
convence a cualquiera de que por las venas de Europa siempre ha corrido el paganismo.
A su luz, es innegable el matrimonio entre Cristianismo y paganismo en la Edad
Media, y ciertamente en lo que sigue. Libro, por otra parte, muy criticable, pero
en lo que respecta a tal argumento, certerísimo.
realidad, y por ello el sabio pagano ha venido a ser realizado en
el seno de Occidente.
que torna más humana y menos mala en su término medio la vida moral
simplemente.
§ 7. Libertad, norma moral y fin último
se explica que quien elige ser bueno busca hacer actos buenos. Pero
sea, hay quien de inicio busca hacer el mal y, por tanto, efectuar
que por primera vez delibera acerca de sí mismo. Vive una cuestión
33 Cf. De Finance, Joseph, “La filosofía della libertà in Maritain”, en: AA.VV.,
Jacques Maritain, Cinque Lune, Roma, 1958, pp. 141-175. La palabra libertad no es
anarquía, sino plena autonomía de decisión, posibilidad concreta para instalarse
en la verdad; por tanto, toda coartación de la libertad es una ofensa a la verdad,
pues la instancia primaria de toda realidad es la libertad para ser lo que se debe
y puede ser, Cf. Zappone, Giuseppe, L´ultimo Maritain, Nuova Cultura, Napoli, 1969,
pp. 87ss.
crucial, solemne; no se la plantea en términos explícitos, la vive.
mismo de una importancia muy secundaria, pero esa elección, que puede
a la vida moral” (p. 149). Así pues, en este acto, que el niño puede
sentido cabe cuestionar: ¿qué hace que un acto moral sea moralmente
o de ese poder activo” (p. 159). Una cosa es la mano del obrero que
otra los trazos que efectúa para llevar a cabo su obra. Así, la
inteligencias separadas.
92. Ahora bien, según este autor el concepto de norma no es
en nosotros, una consecuencia del valor del acto […] Así, la norma
de la moral, es la razón.
una condición necesaria para que el acto sea bueno, síguese de ahí
que muy bien relata Kierkegaard con Abraham. “El problema filosófico
hay derecho sin que haya deber en otra persona. Pero, ¿no hay deber
sin que haya derecho en otra persona? Sobre este tema las opiniones
algunos argumentos. Por ejemplo, se dice que Jack Ketch puede tener
quiere decir que este último reclame el derecho a ser colgado. “Por
sino el derecho del grupo social a ser protegido contra este último,
sino una idea moral, que prohíbe relacionarse sexualmente con los
aunque Maritain pondría en duda esta misma tesis, pues las sociedades
(p. 182).
primitivos llega a ser más estricta, más dura, en ellos que en los
99. Para mostrar que hay obligaciones sin derechos que les
y otros ecologistas. Más bien, los deberes que se tienen hacia los
animales son una clase de deberes hacia los seres humanos, porque en
Esto no quiere decir que no haya deberes hacia los animales per se;
sucede más bien que no hay en ellos derechos, por la simple razón
decir también que tienen deberes, cosa que nadie sostiene” (pp. 186-
fundamento de los derechos, por cierto. Mas los deberes hacia ellos
patente ver que hay deberes de justicia, que vendrían a ser una
suerte de mínimos, pero ¿no hay además algo que va más allá de la
no es, ante todo, el deber ante un derecho que posea alguien más,
cabo o no, como cualquier otra obligación. Pero junto a esta libertad
está unida una coerción, una coerción interna, que es una suerte de
ligado por el bien que veo” (p. 190). La recta ratio, en este sentido,
mismo. Por ello es que se dice, con razón, que el bien moral, que
moralmente malo” (p. 192). Así pues, según esta teoría nadie puede
querer ser moralmente malo per se; se es malo moralmente por otras
justamente moral.
que una acción humana sea intrínsecamente buena, esto es, atractiva
lo que puede saberse; las segundas, en cambio, dicen algo nuevo sobre
es, los principios son por definición per se notae. Pero las
y las otras “supositivas” (per se secundo modo). Las que llama per
(p. 196). Las que llama per se secundo modo poseen “materialmente”
obrar”.
que el hombre esté dotado de razón, y que la razón tenga la idea del
malo, vale decir, obrar en conformidad con la razón misma” (p. 198).
hecha para medir nuestras acciones” (p. 199). Siendo así, la razón
crea el mandato moral, sino el ser mismo de las cosas, que se conoce
jurídico. No debe pasarse por alto que Maritain ha sido uno de los
39 Cf. Maritain, Jacques, Los derechos del hombre, Palabra, Madrid, 2001, 168pp;
además Cf. Beuchot, Mauricio, “La fundamentación filosófica de los derechos humanos
en Jacques Maritain”, en: Tópicos, No. 4, Universidad Panamericana, México, 1993,
pp. 9-26.
derecho a existir, a vivir, y eso implica que los demás hombres están
por lo cual es evidente que la máxima posesión que una persona tiene
realmente algo que, por su propia esencia, es ya poseído por ese yo,
cual explicaría solamente los derechos que tengo hacia mí), sino que
clásica, consiste en dar a cada uno lo suyo, esto es, en dar a cada
40Aquinatis, Thomae, Summa theologiae, II-II, q. 58, a. 1c. Santo Tomás retoma la
noción de hábito en su definición con estos términos: “iustitia est habitus secundum
quem aliquis constante et perpetua voluntate ius suum unicuique tribuit”. Más abajo
el propio Aquinate da cuenta de por qué es la voluntad la sede del hábito de la
justicia. Y lo es por la simple razón de que para ser justo no basta con conocer
qué es la justicia y saber qué se le debe dar a cada uno, sino precisamente en
darlo, o sea, en la vis appetitiva que se denomina “voluntad”, Cf. Aquinatis,
Thomae, Summa theologiae, II-II, q. 58, a. 5c.
112. Maritain se concentra ahora en la noción de “falta”. Según
208). Así pues, mientras que al inicio parece que se juzgaba el solo
intención del agente. Por ello es que puede decirse que la falta se
la falta, Maritain lleva a cabo algo así como una suerte de excursus
la idea griega que vincula falta con fatalidad, pues para la tragedia
41“Human acts are called good also because of the end to which they are ordered”,
Elders, Leo, art. cit., p. 452.
acto de una falta genuina, pues carece del elemento “voluntario”. Se
o buen demonio o custodio. Sucede que este infortunio, más que ser
no es malo moralmente, sino que puede hasta incluso ser bueno o bien
casos aparecer como muy grave, y en otros como una mera imprudencia,
cigarrillo.
a inocentes, o bien pudiera verse como una recompensa para los más
es más profunda, más ontológica que las precedentes. Hay que buscar
una teoría que al mismo tiempo sea una manera de equilibrar el mal
al mal de otro, como sucede por ejemplo con los males físicos, las
las ondas sobre la superficie del lago a partir del guijarro caído
voluntad de poder. Pues bien, estos males no son aun castigos (salvo
como hemos dicho mediante un mal. ¿Cuál es, pues, este bien? El
equilibrio, de manera que el agente moral es, por decirlo así, movido
una falta contra Dios, pues se ha visto privado de algo que Él quiere
y ama. La falta moral es, en este sentido, una ofensa contra Dios
impone, en cierta medida adquiere más ser del que poseía previamente.
agente moral obtiene del mal acto un mal fruto, que puede aprovechar
negativa. Pero antes, hay que señalar la enorme deuda que el tomismo
las Neuf leçons pueden ser recuperadas para dialogar con estas
mérito mayor del libro, subraya con toda claridad que el elemento
formal es el fundamental y definitorio de la moral, de suerte que
superfluo.
ocurría pensar que lo menos corteses eran justamente los que aún
imaginativo: dos horas más tarde encontró un medio para probar que
no le cabía semejante mancha; tomó algunos doblones, y se los envió
en préstamo al deudor”43.
según una hermosa metáfora: “Dado que la grulla que vigila a las
otras es la prudencia, que debe cuidar a todas las virtudes del alma,
y las patas son la voluntad. Porque del mismo modo como se camina
grulla coloca bajo sus patas las piedras con el fin de no alcanzar
Veracruzana, Xalapa, 2012, p. 62. “La cola del pavo real simboliza la prudencia,
y, en cuanto está colocada detrás, representa aquello que está por venir, mientras
que el hecho de que esté colmada de ojos significa que es menester estar atentos
al porvenir. Por eso digo que la cola del pavo real simboliza la prudencia, y se
llama prudencia al hecho de estar atentos a lo que vendrá”, p. 63. “Es por eso que
digo que, así como es feo un pavo real sin cola, es grande la pobreza de un hombre
sin prudencia”, p. 64. “Por eso digo que se posa en el agua quien hace todo con tal
prudencia que puede ver desde lejos a todos aquellos que le quieren perjudicar. Y
por eso digo que el agua simboliza la prudencia”, p. 90.
de la φρόνησις, la han vuelto a poner en circulación en la filosofía
hodierna.
§ 11. Bibliografía