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Antecedentes históricos de la seguridad social en Colombia

Desde los albores de la República fue el propio libertador quien habló de


seguridad social en el discurso de Angostura de febrero de 1819 al decir que
“el sistema de gobierno más perfecto es aquel que comparta mayor cantidad de
bienestar, de seguridad social y estabilidad política”, pero este enunciado básico
no tenían los alcances técnicos como conjunto de medidas empleadas por el
estado para proporcionar vas quién estará al hombre librarla de las
contingencias sociales que puedan crear un estado de necesidad sino el de una
seguridad índole militar y policial única concebible en su tiempo.
Podría decirse que un primer inicio de lo que es actualmente nuestro sistema de
seguridad social sería el montepío militar establecido mediante la ley del 9 de
junio 1843, esto, ha pedido de los muchos militares por el desamparo de las
familias de quienes fallecieron en la guerra de la independencia y
posteriormente en las campañas libertadoras; dicha ley establece un fondo de
descuento de los sueldos y pensiones de los generales, jefes y oficiales del
ejército permanente y la marina. Establece asignaciones o prestaciones
económicas a favor de las viudas de Mitades fallecidos en servicio estación se
pierde si la vida contrae matrimonio y no hay derecho a ella cuando la viuda
separado de su marido con mala conducta de esta.
Paralelo a este sistema, nace otro tipo de leyes de cobertura de pensiones a favor
de militares, viudas y huérfanos de aquellos con servicios en las campañas
libertadoras o por muerte en acciones de distinguido valor.
Respecto a los civiles, el gobierno ensaya en la ley 29 de 22 de abril de 1905 un
régimen de pensiones a favor de los magistrados, principalmente de la corte
suprema de justicia, mayores de 60 años; y los empleados civiles que hayan
desempeñado distintos cargos públicos por 30 años, con derecho, como pensión
de jubilación, a la mitad del sueldo del ultimo empleo que hubieren ejercido,
pero limitan tal derecho a la honradez y consagración al cargo, a la prueba de
que carecen de medios de subsistencia, a la observancia de buena conducta y a
la edad correspondiente (60 años)
La ley 86 de 1923 consagra que todo empleado público nacional tendrá derecho
a la mitad del sueldo que devenga mensualmente, hasta por 6 meses, cuando
por consecuencia la enfermedad contraída en el servicio o agravada por causa
de este, se haya imposibilitada para presentarlo.
La ley 102 de 1927, en el parágrafo del artículo 6 consagra pensiones a favor
de las viudas de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de los
tribunales superiores qué hubieran servido por más de 20 años en la rama
judicial.
Hacia 1928-1929 el gobierno desea poner en la legislación existente en
consideración el auge de los seguros sociales en Alemania y diferentes países
de Europa y América, y frente al éxito de los seguros comerciales, el doctor
José Antonio Montalvo, entonces ministro de industrias, presenta a
consideración del parlamento un proyecto de ley sobre seguros del trabajo,
mediante el cual se autoriza al gobierno para fundar una caja de seguros del
trabajo, ya sea como entidad oficial, ya como sociedad en el cual el gobierno en
calidad de accionista, ya sea contratando la fundación de dicha caja con alguna
compañía de seguros.
Esta caja debía cubrir los riesgos de invalidez, vejez, enfermedad y muerte, y
también los cuidados de la maternidad de la Obrera y de la mujer del obrero.
A pesar de la cantidad de ideas importantes dadas este tiempo,
desgraciadamente el enfoque de la caja de seguros comerciales que se le dio no
podía tener un ambiente favorable y el proyecto fracasó.
En el año de 1931 se presenta un proyecto de ley por parte de los representantes
Gonzalo Restrepo Jaramillo, Jorge Eliécer Gaitán, José L López, Guillermo
Rodríguez, Juan María Agudelo, Carlos Villegas y M. Roco Castelo, mediante
la cual se crea bajo la dependencia del Ministerio de industrias, el fondo de
previsión social. La importancia de este proyecto radica en la creación de la
“estampilla del fondo social” con destino exclusivo a los fines del fondo de
previsión social. Entre los riesgos asumidos esta, además, el de desocupación.
En julio de 1935 se presenta otro proyecto de ley por la cual se ordena establecer
una caja de seguros sociales. En ese mismo año se presenta el proyecto muy
importante sobre el ahorro obligatorio de los empleados y obreros y se crea la
caja de ahorro y previsión social.
En el mes de agosto de 1936 se presenta el proyecto de ley sobre la reforma a
la ley de accidentes de trabajo y se dictan disposiciones sobre la jubilación y
bonificación de retiro.
En el artículo 48 de tal proyecto se faculta al gobierno para organizar una caja
que preste los servicios de seguros sociales, simultánea o paulatinamente, según
lo aconsejan las necesidades en todos o algunos de los siguientes ramos:
a) Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales;
b) Accidentes y enfermedades generales;
c) Invalidez, muerte, vejez, cesantía, auxilios en caso de enfermedad.
La parte importante de este proyecto está en la cobertura familiar en los
servicios asistenciales y en la unificación del campo de aplicación, pues de
manera expresa ordena que se ingresaran a ella todos los asalariados, sean
oficiales o particulares, que trabajen dentro del territorio de la república y cuyo
salario sea hasta 2400 pesos anuales.
En agosto de 1942 se presenta un proyecto de ley por el cual se crea el seguro
obrero obligatorio; dicho seguro favorece a todos los trabajadores asalariados,
sean oficiales o particulares que trabajen dentro del territorio nacional y cuyo
salario sea hasta 2400 pesos anuales; incorpora también a los trabajadores del
campo y a los independientes.
Característica de este proyecto, la unidad, incorpora en la caja colombiana de
previsión social a todos los empleados y obreros nacionales, departamentales y
municipales, patrones y obreros de las Industrias privadas.
En el año de 1943 se presentan varios proyectos sobre creación del Banco
Nacional del seguro; caja de previsión Social para los empleados de notarías y
registro civil; caja de previsión social de profesorado de segunda enseñanza; y
uno sobre política social que establece el seguro social obligatorio.
La ley 6 de 1945 el 19 de febrero establece un régimen de prestaciones sociales
para los trabajadores particulares y para los empleados y obreros nacionales de
carácter permanente.
Esta ley bifurco el régimen de prestaciones sociales y estableció desde entonces
dos grandes vertientes: la de los particulares y la del sector oficial.
El día 26 de julio de 1945, el doctor Adán Arriaga Andrade, en su condición de
ministro de trabajo, higiene y previsión social, presenta al senado un proyecto
de ley “por el cual se establece el seguro social obligatorio y se crea el Instituto
colombiano de seguros sociales” que pasa a convertirse en ley el día 26 de
diciembre de 1946 bajo el número 90.
El campo de aplicación de esta ley se encuentra conforme al trazado por la ley
6 de 1945, se concreta a todos los individuos, nacionales y extranjeros, que
presenten sus servicios a otra persona en virtud de un contrato expreso o
presunto, de trabajo o aprendizaje, inclusive los trabajadores a domicilio y a los
del servicio doméstico. Excluye expresamente a quienes estén afiliados a la caja
de previsión social de empleados y obreros nacionales o a otras instituciones
similares de previsión social; y establece las correspondientes prestaciones
como asistencia médica, quirúrgica, farmacéutica y ontológica, subsidio en
dinero, hospitalización, examen médico para investigación y prevención de las
enfermedades y periodos de reposo preventivo o de convalecencia.
La Ley 90 de 1946 creó el Instituto Colombiano de Seguros Sociales, en
reemplazo del sistema de prestaciones exclusivamente patronales vigente para
esa época. Para antes del 1º de enero de 1967 el Instituto solo había comenzado
a funcionar para los riesgos de enfermedad, maternidad y de accidentes
profesionales. Es hasta la década de los sesentas que el sistema de seguridad
social comienza decididamente un periodo de expansión (1967-1977). Si bien
el Instituto Colombiano de Seguros Sociales fue inaugurado por el Presidente
Mariano Ospina Pérez el 19 de junio de 1948, su implementación a lo largo del
país llevó décadas.
Si en los años cuarenta y cincuenta la ampliación del sistema “se llevó a cabo a
un nivel exclusivamente horizontal (extensión de la cobertura geográfica), los
años sesentas se caracterizan, además, por una extensión considerable a nivel
vertical o de la cobertura de los riesgos amparados por el Seguro Social”.
El Decreto 3041 del 19 de diciembre de 1966 representa un momento
fundamental. Con él se aprueba el reglamento general del seguro social
obligatorio de invalidez, vejez y muerte; de este modo quedan cubiertos la
totalidad de contingencias previstas originalmente en la Ley 90 de 1946, o sea
el estatuto orgánico de esta entidad. En su artículo 11 consagra los requisitos
para la obtención de la pensión de vejez:
“Artículo 11. Tendrán derecho a la pensión de vejez, salvo lo dispuesto en el
artículo 57 del presente reglamento, los asegurados que reúnan los siguientes
requisitos:
a. Tener 60 años, o más de edad si es varón y 55 o más años si es mujer;
b. Haber acreditado un número de 500 semanas de cotización pagadas durante
los últimos 20 años anteriores al cumplimiento de las edades mínimas, o haber
acreditado un número de un mil semanas de cotización, sufragadas en cualquier
tiempo”.
Aunque la disposición es más estricta en relación con la edad mínima de
aseguramiento que la dispuesta por el Código Sustantivo del Trabajo, el Decreto
3041 también contempla un régimen de transición dependiendo del número de
años laborado por un empleado para una misma empresa.
En síntesis, la entrada en funcionamiento del seguro social se efectuó de manera
paulatina y progresiva, tardándose un tiempo importante después de la
expedición de la ley que establecía su creación. Así, y condicionado por el
número de años laborados por un trabajador a una misma empresa, el régimen
de transición contemplaba que la pensión de vejez podía quedar a cargo
exclusivo del empleador siguiendo las disposiciones del Código Sustantivo del
Trabajo, o ser compartida con el Instituto de Seguros Sociales.
En los años posteriores el sistema nacional del seguro social obligatorio, al
tiempo que aumentaba su cobertura en diferentes zonas del país, también
enfrentó profundas crisis financieras que comprometieron su eficacia:
En 1985, se presentaron problemas financieros con los seguros del IVM
[invalidez, vejez y muerte], que pusieron en riesgo a acerca de 120.000
trabajadores del sector privado en cuanto al pago de sus mesadas pensionales y
cuyo déficit se estimó en su momento 4.470 millones de pesos. Para este mismo
año, se registraron costos adicionales en las finanzas del I.S.S., por su
vinculación a través de la atención médica en la tragedia de Armero y la
posterior atención de la población afectada.
También se promovieron normas que intentaban disminuir los exigentes
requisitos para acceder a la pensión de vejez. Prueba de ello es la Ley 71 de
1988, que buscó fortalecer la situación de los pensionados, para quienes dispuso
reglas más benéficas como la prohibición de mesadas inferiores al salario
mínimo legal mensual (art. 2º). Además, creó la “pensión de jubilación por
aportes”, que permitía por primera vez en el país la unificación de los tiempos
pensionales en los sectores público y privado.
Pero fue solo bajo el nuevo marco constitucional dispuesto en la Carta Política
de 1991 que se configuró una reforma estructural del sistema pensional
colombiano. Su preámbulo consagra el trabajo como uno de los objetivos
primordiales del pueblo colombiano y al definir la estructura fundacional del
Estado Social de Derecho en su artículo 1º presenta al trabajo y a la solidaridad
como dos pilares del sistema jurídico, político y social nacional.
La Corte por su parte ha destacado la trascendencia constitucional de la
seguridad social, indicando que ésta “se comporta como patrón y prototipo
específico a través del cual el Estado cumple con sus fines esenciales, y por
ende se manifiesta como un instrumento de justicia distributiva, así como agente
emancipador social, de garantía general y particular para hacer efectivos
derechos fundamentales de los asociados”. Bajo esta perspectiva, el pago
pensional no se asume como una dádiva, sino como el justo “reintegro que del
ahorro constante durante largos años, es debido al trabajador”.
Es bajo este marco histórico y jurídico que se produce la Ley 100 de 1993, con
el objetivo de superar la dispersión normativa, la desarticulación institucional y
la ineficacia de los proyectos de aseguramiento, “que se traducía en inequidades
y desventajas para los trabajadores”. Se formula en consecuencia un nuevo
sistema nacional para unificar la prestación efectiva de este servicio a lo largo
del territorio nacional.

Bibliografía:
Un siglo de seguridad social en Colombia, Álvaro Benedetti, 1990, Suarez Impresores.
Derecho de la seguridad social, Oscar Cortez, 2011, Librería Ediciones del profesional
LTDA.

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