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Monsalve, Diego, 1899-1941

Colombia cafetera / Diego Monsalve ; prologuista Diego


Pizano. -- Edición Comité Bicentenario Malcom Deas, Roberto
Junguito, Adolfo Meisel, Jorge Orlando Melo, Diego Pizano,
María Teresa Ramírez, Miguel Urrutia. -- Bogotá : Banco de la
República, 2017.
1.062 páginas ; 23 cm.
ISBN 978-958-664-350-4
1. Industria del café - Historia - Colombia - Libros electrónicos 2. Café - Producción
- Colombia - Estadísticas - Libros electrónicos 3. Café - Aspectos económicos -
Colombia - Libros electrónicos
I. Pizano, Diego, prologuista II. Deas, Malcom, editor III. Junguito Bonnet, Roberto,
editor IV. Meisel, Adolfo, editor V. Melo, Jorge Orlando, editor VI. Pizano, Diego,
editor VII. Ramírez, María Teresa, editora VIII. Urrutia Montoya, Miguel, editor
IX. Tít.
LE633.73 cd 21 ed.
A1567763

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

ISBN 978-958-664-350-4

Comité Bicentenario
Malcolm Deas
Roberto Junguito
Adolfo Meisel
Jorge Orlando Melo
Diego Pizano
María Teresa Ramírez
Miguel Urrutia

Edición y adaptación
Banco de la República

Digitalización
Editorial Kimpres S. A. S.

Coordinación editorial
Consuelo Páez
Mónica Roldán
Richard Sanabria

Preprensa e impresión
Contacto Gráfico Ltda.

Impreso en Colombia, abril de 2017

Edición facsimilar sobre el ejemplar disponible en la sala de libros raros y manuscritos


de la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Monsalve, Diego, 1899-1941
Colombia cafetera / Diego Monsalve ; prologuista Diego
Pizano. -- Edición Comité Bicentenario Malcom Deas, Roberto
Junguito, Adolfo Meisel, Jorge Orlando Melo, Diego Pizano,
María Teresa Ramírez, Miguel Urrutia. -- Bogotá : Banco de la
República, 2017.
1.062 páginas ; 23 cm.
ISBN 978-958-664-350-4
1. Industria del café - Historia - Colombia - Libros electrónicos 2. Café - Producción
- Colombia - Estadísticas - Libros electrónicos 3. Café - Aspectos económicos -
Colombia - Libros electrónicos
I. Pizano, Diego, prologuista II. Deas, Malcom, editor III. Junguito Bonnet, Roberto,
editor IV. Meisel, Adolfo, editor V. Melo, Jorge Orlando, editor VI. Pizano, Diego,
editor VII. Ramírez, María Teresa, editora VIII. Urrutia Montoya, Miguel, editor
IX. Tít.
LE633.73 cd 21 ed.
A1567763

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

ISBN 978-958-664-350-4

Comité Bicentenario
Malcolm Deas
Roberto Junguito
Adolfo Meisel
Jorge Orlando Melo
Diego Pizano
María Teresa Ramírez
Miguel Urrutia

Edición y adaptación
Banco de la República

Digitalización
Editorial Kimpres S. A. S.

Coordinación editorial
Consuelo Páez
Mónica Roldán
Richard Sanabria

Preprensa e impresión
Contacto Gráfico Ltda.

Impreso en Colombia, abril de 2017

Edición facsimilar sobre el ejemplar disponible en la sala de libros raros y manuscritos


de la Biblioteca Luis Ángel Arango.
0M 11\
TBR1\
INFORMACIÓN HISTÓRICA, POLÍ'J'lCA, CTVU,, ADlllNISTRATlVA, GEOGRÁFWA.
UEMOGRÁFICA, ETNOGRÁFICA, FISCAI,, ECONÓ!UICA, BANCARIA, POS'I'Al,,
'fELEGRÁFICA, EDUCACIONISTA, SANITARIA, DEPARTAMENTAL, IINEU.A,
AGRlCOLA, JND STRIAL, COMERCIAL, }'ERROVfARlA, DIPLO:\IÁTICA Y GENERAL.
PRODUCCIÓN Y EXPORTACIÓN DE CAFE DE LA REPÚBLICA DE COLO~IBIA

OBRA. 1LUSTRA.DA CON 470 i'OTOGRABA.DOS Y 27 PÁGINAS ES COLORE

por

OIBGE) ME)NS1\LVB
i ~OEN I BKO AUnfCOI..A V UB. MINAS. J~FU D E l .. SERVICIO INFORMATIVO Y (U~ PflOPAOANOA DE LA
REP ÚBL ICA (r9'ZO A 1924). PHOYBSOft U8 AOHICUt.•TUilA Y DE CIENCIAS NATUitALES EN LA UNl•
\'ERSIDAD Y ESCUELA, OR>IAL DE I>;STIT UTORF.S DE I'OPAYÁN (1911 A 1914). RECTOR &1!1,
I. ICEO DE TULUÁ (1915-1916). SUUDIAECTOII \ ' SECRETARIO OL< I.A ESCUELA TROP ICAL
DE AUH ICULTUilA (1916-1917·1 9 18). DIPUTADO A LA ASAMIII. IlA DE CUNDINAMARCA
I'OR LA CI RCUNSCR IPCIÓN DE ZIPAQUIRÁ (19Z3·1924), REPRF:SENTANTE AL CON·
01\ESU N A CIONAL POR LOS DEPARTAMENTOS DE A..'IT IOQU IA (t9'Z3 A 1926\
Y DI; CUNDINMIAI\CA (1923•1924). SENADOH DE L.~ REPÓBLICA POR
EL DEPARTAMENTO DE ANTIOQUIA EN EL PERIODO 1927 1\ 19 30.
DELEGADO Y SECRETARIO DEL PRIMER CONGRESO DE CAFE•
TEROS DEL PAfS . l\URMURO DE VAlUOS CENTROS CrBNTf 6

FlCO S Y DE ESTUDIOS SOCIALES. AUTOH PR.EMIA_DO


CON M.SDALLA DE O.RO POR LA OOJ\A. " INPLUBN·
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DE LA MORBI\A. Y DEL
GUSANO DE SUDA11 •
PRÓLOGO

Este libro es considerado como un aporte significativo al entendimiento


de la historia económica de Colombia en la primera mitad del siglo XX.
Los principales analistas que han examinado el período 1900-1940 lo citan
como una fuente importante para sus investigaciones1. A pesar de su
relevancia, este texto no se consigue en las librerías hace varias décadas y las
personas interesadas en leerlo tienen que buscar un ejemplar en las grandes
bibliotecas públicas o en las universitarias. Esta circunstancia motivó al
Comité Editorial de esta colección a recomendar su reedición.

Debo confesar que la primera vez que tuve la oportunidad de examinar


con detenimiento un ejemplar de esta magnífica publicación fue en 1973,
en una de las oficinas de la Federación de Cafeteros. Quedé gratamente
sorprendido por la riqueza de su información sobre el país y por la alta
calidad de su edición. Muchos años más tarde logré conseguir un ejemplar,
con un librero especializado en este tipo de joyas históricas.

Nota biográfica

Diego Monsalve nació en Santo Domingo (Antioquia) en la década de los


años ochenta del siglo XIX2. Este es un municipio cafetero en el nordeste
antioqueño, a solo 69 kilómetros de la capital del departamento, tierra
del célebre escritor Tomás Carrasquilla. En 1908 Monsalve se graduó de
la Escuela Técnica Agrícola de Medellín, cuyo rector era Tulio Ospina. Su
tesis de grado versó sobre el cultivo del maíz y fue dirigida por Joaquín
Santamaría, un ingeniero agrónomo antioqueño que se había graduado
en Francia. También, culminó la carrera de ingeniería de minas. Años
más tarde fue convocado por la Universidad del Cauca para organizar
la Facultad de Ciencias Agropecuarias. Tuvo una relación cercana con la
Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC); fue delegado y secretario
del primer Congreso Nacional de Cafeteros que se reunió en 1920 en
Bogotá, convocado precisamente por la SAC. Fue senador por Antioquia

1
Entre ellos, Luis Ospina Vásquez, Malcolm Deas, Charles Bergquist, Mar-
co Palacios, José Antonio Ocampo, Robert Beyer, Eduardo Posada Carbó,
Jorge Orlando Melo y María Teresa Ramírez. Cuando con Roberto Junguito
preparamos el libro sobre la Producción de café en Colombia (Bogotá, 1991),
también lo consultamos.
2
Esta sección está basada en información de varias fuentes, entre ellas, Luis
Álvaro Gallo, Diccionario biográfico de antioqueños, Medellín, 2004. Tam-
bién, Hugo Valdés, “Los agrónomos y la técnica del café en Colombia”, Agri-
cultura tropical, Colombia, vol. 26, núm. 8, 1970.
1
entre 1927 y 1930, y entre 1930 y 1932 jefe del Servicio Técnico de la
Federación Nacional de Cafeteros. Autor de varias publicaciones, entre
ellas importantes monografías sobre el gusano de seda y la avena, además
de escritos relacionados con la agricultura en Boyacá, las estadísticas de
Antioquia y el General Santander y la agricultura3. Falleció en 1941 en
Bogotá y la Revista de la Facultad de Agricultura de la Universidad Nacional
en Medellín preparó un elogioso obituario por sus contribuciones a esta
área del conocimiento4.

Libros sobre Colombia

Grandes exploradores como Alexander Von Humboldt despertaron


en Europa y en el exterior un importante interés en conocer mejor las
Américas. Existía naturalmente la expectativa de grandes riquezas naturales
y oportunidades para el comercio, la inversión, la migración y la generación
de nuevos conocimientos. Una de las publicaciones especializadas en
las crónicas de viajeros, Le Tour du Monde, preparada en Paris, editó 56
fascículos sobre Colombia entre 1850 y 1890, como se puede apreciar en la
reciente reedición promovida por don Pablo Navas, rector de la Universidad
de los Andes5.

Entre 1880 y 1930 varios analistas consideraron que era necesario


complementar la visión de estos viajeros con textos un poco más especializados.
Permítanme dar algunos ejemplos para ilustrar esta afirmación. En 1883
don Vicente Restrepo publicó su libro sobre las minas de oro y de plata en
Colombia6, pues con su experiencia ya que había montado en 1856 uno de los
primeros talleres de fundición de oro del país y había recorrido buena parte
del territorio nacional visitando minas. Una de las motivaciones para escribir
su libro fue la de llenar un vacío, ya que en su concepto no existía una obra
que abordara el tema con seriedad y rigor. Restrepo consideraba que el sector
minero tenía un gran potencial en Colombia y que era importante atraer los
capitales nacionales y extranjeros. Tuvo tal acogida que la obra se tradujo al
inglés, francés e italiano.


3
Entre sus escritos están: Monografía estadística del departamento de Antio-
quia, Medellín, Imprenta Oficial, 1929; Santander y la agricultura nacional,
Bogotá, Ed. Prag, 1940; El cultivo de la avena, Bogotá, Ministerio de la Eco-
nomía Nacional, 1940; Apuntes para la historia agrícola de Boyacá, Bogotá,
agosto de 1941.
4
Diego Monsalve, Revista de la Facultad Nacional de Agronomía, núms. 14 y
15, Medellín, 1941.
5
Pablo Navas (ed. y comp.), Colombia en Le Tour du Monde 1858-1898 (3
tomos), Bogotá, Ediciones Uniandes, 2013.
6
Vicente Restrepo, Estudio sobre las Minas de Oro y Plata en Colombia, Bogo-
tá, 1883 (varias ediciones). En 1979 fue reeditada esta obra por la Fundación
Antioqueña para los Estudios Sociales (FAES) en Medellín.

2
Después de la guerra de los Mil Días y de la administración del presidente
Rafael Reyes, el país volvió a una época de mayor estabilidad. Se aceleró el
crecimiento económico y la situación fiscal y monetaria mejoró en forma
significativa. En 1913 Phanor J. Eder publicó en Londres y Nueva York un
interesante libro sobre Colombia7. Eder consideraba que existía una gran
ignorancia en el exterior sobre la historia, la economía, la cultura y el sistema
legal y político del país, por lo que eso lo llevó a escribir esta obra. Tiene
capítulos sobre diversos aspectos, incluyendo la historia, el gobierno y
las leyes, la banca, los transportes, la educación, la geografía, el comercio
y la agricultura. Es una obra muy bien documentada, y escrita con seriedad.
El autor se graduó de abogado en la Universidad de Harvard y era hijo de
Santiago Eder, uno de los pioneros del sector azucarero en el Valle del Cauca.

En 1914 el señor René Roger, doctor en Derecho, publica en París un libro


sobre la economía colombiana8. Consideraba que la apertura del Canal de
Panamá (obra originalmente impulsada por los franceses) traería importantes
beneficios para Colombia, entre ellos la ampliación del comercio y de la
inversión. Examina diversos aspectos locales y concluye que el país tiene un
gran potencial y podría atraer una parte significativa de las migraciones de
europeos que se estaban dirigiendo a la Argentina.

En 1918 el gobierno del presidente José Vicente Concha apoyó la edición del
denominado Libro azul de Colombia9. Contiene una historia condensada
del país y artículos sobre el comercio, la agricultura y la minería. Hay una
sección sobre los principales líderes del país, e inclusive otra sobre las damas
más hermosas y distinguidas. El país, al igual que otras naciones, buscaba
atraer la inversión extranjera y ampliar las oportunidades de comercio, una
vez terminada la Primera Guerra Mundial. El autor de esta publicación fue
el señor Jorge Posada Callejas y el texto se imprimió en edición bilingüe
(español-inglés).

En 1921 el Departamento de Comercio de los Estados Unidos apoyó


la publicación de un importante Manual comercial e industrial sobre la
República de Colombia, escrito por el señor P. L. Bell, comisionado de
dicha entidad. Este libro ha sido recientemente reeditado como parte de la
Colección Bicentenario, con prólogo de Miguel Urrutia10. Se trata de una
obra con muy valiosa información cuantitativa sobre diversos aspectos de
la economía colombiana.

7
Phanor J. Eder, Colombia, Nueva York, Charles Scribner’s and Sons, 1913.
En el año 2001 la empresa Manuelita S. A. publicó la versión en español.
8
René Roger, La Colombie Économique, París, E.Grevin-Imprimerie de Lag-
ny, 1914.
9
Jorge Posada Callejas, Libro azul de Colombia, Nueva York, J.J. Little and
Ives Company, 1918.
10
P. L. Bell, Colombia, manual comercial e industrial, Archivo de la Economía
Nacional, Colección Bicentenario, Bogotá, Banco de la República, 2012.

3
La expansión cafetera y el crecimiento económico 1905-1925

Después de la guerra de los Mil Días Colombia recibió un distinguido


profesor brasileño11, quien además visitaría otros países cafeteros para
evaluar el potencial de producción de café de cada nación. Brasil estaba
iniciando un programa de valorización del grano en los mercados
internacionales y naturalmente sus autoridades no estaban muy interesadas
en estimular la producción en otros países. El profesor visitó a Colombia
hacia 1906 y encontró un país devastado por la guerra mencionada. En
su informe escribió que Colombia no tenía muchas posibilidades de
incrementar sus niveles de producción, que en ese momento eran de apenas
500 mil sacos anuales, pero la realidad lo desmentiría: entre 1905 y 1925
Colombia aumentó la producción de café en cerca de un 500%, al pasar
de 500 mil sacos a 2,4 millones. Esta expansión tuvo diversos orígenes,
entre ellos, la mayor estabilidad política y económica, los precios externos,
la disponibilidad de tierras y de mano de obra y el mejoramiento de la
infraestructura de transportes; además, tuvo un gran efecto multiplicador
sobre el conjunto de la economía: la industria, la banca y los servicios
crecieron gracias a la ampliación del mercado interno. Entre 1905 y 1925 la
tasa de crecimiento de la economía fue del orden del 5,4% promedio anual,
una de las más altas en la historia económica del país.

El café fue, sin duda, el más importante motor de este crecimiento, pero
no fue el único. La industria, el comercio y el sector financiero también
se expandieron. En la década de los veinte el pago de la indemnización
por la pérdida de Panamá y la apertura del crédito externo fueron factores
que tuvieron un impacto positivo sobre la actividad económica. Desde
la perspectiva de hoy 25 millones de dólares no parecerían ser una cifra
extraordinaria. Sin embargo, habría que hacer dos importantes precisiones
para entender esa magnitud. En primer lugar, esa cifra en 1922 sería
equivalente aproximadamente a 350 millones de dólares de hoy. En segundo
lugar, en ese momento esa cifra era superior a las reservas internacionales y
era mayor al presupuesto nacional2. Se trataba de una economía mucho más
pequeña que la actual y, en consecuencia, una inyección de recursos de esta
magnitud tuvo un impacto significativo. A eso hay que agregarle la apertura
del crédito externo, que permitió financiar proyectos de infraestructura.

El presidente Pedro Nel Ospina y su ministro de Hacienda, don Félix Salazar


(1922-1926) tomaron la iniciativa de fortalecer la estructura institucional del

11
Se trata del informe del Profesor Augusto Ramos. Agradezco al profesor
Robert Bates de la Universidad de Harvard por llamar mi atención sobre
esta interesante referencia.
12
Véase, entre otros, Alfonso Patiño Rosselli, La prosperidad a debe y la gran
crisis 1925-1935, Banco de la República, 1981; también, James Robinson y
Miguel Urrutia (eds.), Economía colombiana del siglo XX, Bogotá, FCE y
Banco de la República, 2007.
4
país para hacerle frente a esta situación. Se crearon el Banco de la República,
la Superintendencia Bancaria y la Contraloría General de la República. En
este contexto de crecimiento económico y cambio institucional es donde
Diego Monsalve prepara un ambicioso libro encaminado a explicar a la
opinión nacional e internacional algunos de los principales aspectos del
desenvolvimiento de la nación.

Los temas fundamentales del libro

El libro busca ofrecer al lector nacional e internacional una visión general de


la nación en la década de los veinte del siglo pasado. Casi la mitad del texto
se dedica a estos aspectos. Hay secciones sobre la historia, la demografía,
la geografía, la geología, los transportes, el marco institucional y legal, la
educación, la salud, el comercio, la banca, la industria, el sector externo
y las relaciones internacionales. En estas dimensiones el libro actualiza la
información sobre temas que ya habían sido tratados en las publicaciones
mencionadas. En algunos aspectos, como los costos de transporte, la minería
y la demografía, ofrece información interesante para los historiadores
económicos. Pero creo que no sería exagerado afirmar que el gran aporte de
la obra es la otra mitad, que está dedicada al sector cafetero colombiano. Es
la primera vez que se intenta adelantar un censo tan detallado del número
de fincas y del número de árboles en los municipios cafeteros del país.

Entre 1870 y 1920 varios analistas habían intentado cuantificar variables


claves del sector cafetero colombiano. En la Revista Nacional de Agricultura
(publicación de la SAC), por ejemplo, se pueden consultar diversos artículos
que intentaron estimar la producción, las áreas sembradas, el valor de las
exportaciones y el número de fincas. En las Memorias de Ministros también
hay intentos de cuantificación, pero estas mediciones no correspondían
con censos completos, y es posible que en varios casos los márgenes de
error fueron importantes. Cuando el historiador José Antonio Ocampo
preparó su libro sobre la economía colombiana en el siglo XIX13, encontró
información fragmentaria y deficiente sobre la expansión cafetera entre
1850 y 1910. Le tocó recurrir a estimativos de tipo provisional de autores
como Salvador Camacho Roldán y Manuel Ancízar.

El ingeniero Monsalve dedicó cuatro años completos para preparar su


libro. Visitó más de 400 municipios cafeteros y logró identificar el nombre
de los propietarios, el número de las fincas y el número de árboles de cada
plantación. Esta es una labor titánica que despierta admiración, lo digo por
mi experiencia: en 1981 fui designado como director de Investigaciones
Económicas de la Federación Nacional de Cafeteros (Federacafé) y me
correspondió dirigir la fase final de la elaboración del Censo Cafetero.

José Antonio Ocampo, Colombia y la economía mundial, 1830-1910 , Bogo-


13

tá, Siglo XXI Editores, 1984.


5
Teníamos un equipo de cientos de encuestadores y de analistas y contábamos
con aereofotografías tomadas por helicópteros y con los más modernos
computadores del momento. Es evidente que en 1922-1926 el sector cafetero
colombiano no era tan grande como en 1980-1982, pero causa asombro que
un investigador solitario, con el apoyo de unos pocos asistentes, haya podido
obtener información de más de 39.000 fincas en más de 400 municipios.
Monsalve no explica en detalle la metodología para recoger la información,
pero parecería estar basada en una encuesta adelantada en los municipios
cafeteros del país. Este método puede generar márgenes de error de cierta
importancia, ya que no todos los productores suministran cifras exactas sobre
el número de árboles en producción. Monsalve también aporta información
sobre el número de despulpadoras y trilladoras en cada departamento y sobre
los principales exportadores de café de cada región.

El presidente Miguel Abadía Méndez (profesor de derecho constitucional)


conoció esta obra al inicio de su gobierno y en su primer Consejo de Ministros
autorizó financiar sus costos de edición en una muy buena imprenta de
Barcelona. En ese momento Colombia ya era el segundo productor mundial
de café y el Gobierno consideró que este libro representaba un apoyo para
el desarrollo del sector. La edición fue de 4.000 ejemplares, lo cual era
un número elevado para ese momento. Tiene más de 400 fotografías e
ilustraciones de Coroliano Leudo, un pintor distinguido de la época.

Calidad de la información

No es fácil adelantar una evaluación rigurosa sobre la información recogida


por Monsalve. Sin embargo, dada su buena preparación técnica y los trabajos
que había realizado con anterioridad, daría la impresión de que su trabajo se
adelantó con seriedad. Al inicio de los años cincuenta Luis Ospina Vásquez
consultó el libro de Monsalve para preparación de su gran libro sobre
Industria y protección en Colombia. Comparó las cifras de Monsalve con las
suministradas por Federacafé y llegó a la conclusión de que las diferencias
no eran significativas. Esto supondría que en el nivel agregado (cifras sobre
exportaciones y producción) esta afirmación es apropiada y por eso yo he
utilizado sus cifras14. El doctor Mario Samper de la Universidad de Costa
Rica también las utilizó en un detallado estudio sobre la agricultura en el
suroeste de Antioquia15. Más recientemente el doctor José Alberto Pérez
Toro también las usó y las comparó con las del censo de 193216.

14
Diego Pizano, El café en la encrucijada, Bogotá, Alfaomega, 2001.
15
Mario Samper K., “Uso del suelo, ciclo agrícola y unidades productivas en
el suroeste de Antioquia, 1912-1935”, Lecturas de Economía, núms. 25-26,
Medellín, 1988.
16
José Alberto Pérez Toro, Economía cafetera y desarrollo económico de Colom-
bia, Bogotá, Universidad Jorge Tadeo Lozano, 2013.

6
Monsalve también confirmó dos grandes tendencias que los analistas venían
comentando en años anteriores. En primer lugar, la importancia creciente
de Antioquia y Caldas en la producción cafetera. Hacia 1900 estos dos
departamentos (que formaban solo uno) suministraban aproximadamente
el 14,75% de la producción nacional. En 1926 tenían el 41% del total de los
árboles del café del país y, de acuerdo con las cifras de Monsalve, tenían
un nivel de producción equivalente al 43,6% del total del país. En el censo
de 1932 se estimó que representaban el 46% de la producción colombiana,
lo cual mostraría que las cifras de Monsalve podrían estar reflejando una
situación cercana a la realidad en 1925-1926.

La segunda gran tendencia es la relacionada con el número de fincas. En 1906


el señor Luis M. Mejía, en un artículo preparado para la Revista Nacional
de Agricultura17, estimó que en Colombia solamente había 750 plantaciones
cafeteras. En 1926 Monsalve recoge información de más de 39 mil fincas.
Este proceso de aumento en el número de fincas y de disminución de su
tamaño promedio continuó en los años subsiguientes.

Dicho lo anterior sobre las grandes tendencias, cuando se examinan


cifras departamentales y municipales y se comparan con las del censo de
1932, surgen inconsistencias, como lo ha señalado Marco Palacios en su
importante obra sobre el café18. Monsalve estima el número de árboles de
cada finca, pero no tiene datos precisos de las áreas sembradas por cada
productor individual. Tampoco tiene cifras sobre otras actividades que se
dan con frecuencia en las fincas cafeteras como zonas de pastos, bosques y
otros cultivos. Para el cálculo de calcular las productividades por hectárea
en el nivel municipal, hay que hacer un supuesto sobre el número de árboles
por hectárea, pero, como él mismo lo señala, estas densidades pueden variar
(entre menos de dos mil hasta más de tres mil árboles) dependiendo de la
calidad del suelo y otros factores. Por estas razones, las cifras de Monsalve
deben ser utilizadas con cautela y deben ser contrastadas con otras fuentes
y con las del Censo de 1932. En su obra, Marco Palacios tuvo que recurrir a
notarías y a otras fuentes para complementar la información.

En relación con las cifras demográficas, Monsalve postula lo que el historiador


Jorge Orlando Melo19 ha denominado como una correlación divertida: al
comparar la tasa de nupcialidad en Antioquia con los precios externos del café
en el período 1910-1925, encuentra una buena correlación estadística entre
estos dos fenómenos y eso lleva a Monsalve a pensar que cuando los precios
externos del café son buenos los jóvenes antioqueños encuentran empleo y

17
Luis Mejía, Revista Nacional de Agricultura, Bogotá, junio de 1906.
18
Marco Palacios, El café en Colombia, 1850-1970 (cuarta edición), El Colegio
de México, 2009.
19
Jorge Orlando Melo, Historia de la población y ocupación del territorio co-
lombiano, Bogotá, CEDE-CCRP, 1990.
7
mejores ingresos y eso los lleva a contraer matrimonio y con el tiempo esto se
traduce en una mayor tasa de crecimiento de la población.

¿Qué dirían los expertos sobre esta hipótesis? Veamos qué pensaba el
profesor Álvaro López Toro, uno de los más importantes demógrafos que
ha tenido América Latina en la historia. En su ensayo sobre la migración y
el cambio social en Antioquia en el siglo XIX20, este distinguido académico
señala que la colonización antioqueña tuvo un impacto positivo sobre la
tasa de crecimiento de la población. Esto se debió al traslado de la población
a climas más benéficos y a la solución del problema de la escasez de
alimentos; otros factores, como la repartición de tierras en proporción al
número de miembros de la familia, pudo haber aumentado la frecuencia
de los matrimonios, según este autor. En el caso del período estudiado
por Monsalve es posible que la expansión cafetera sí haya sido uno de los
factores que impactó la tasa de nupcialidad y el crecimiento demográfico.
Esto ocurrió naturalmente en un contexto histórico, geográfico y económico
muy específico durante el cual el modelo de la pequeña empresa familiar en
el sector cafetero de Antioquia estaba en crecimiento. Por eso no es posible
convertir esta correlación en una ley demográfica general aplicable a todas
las épocas y todas las sociedades.

Los fenómenos demográficos son multidimensionales; diversos factores


influyen en la tasa de crecimiento de la población, entre ellos el nivel de
educación de la mujer y sus oportunidades laborales, las tendencias
de urbanización, las condiciones de higiene y el acceso y la cobertura de los
programas de salud. En un importante documento escrito en 1970 sobre las
tendencias de la población y el desarrollo en América Latina21, el profesor
López Toro examinó cifras de 19 países de la región y concluyó que “no surge
asociación estadística significativa entre tasas de crecimiento de la población
y del producto por habitante”. Es claro que los fenómenos de la historia
económica no se pueden explicar utilizando un solo factor. Por eso sería
arriesgado otorgarle el estatus de causalidad a la correlación de Monsalve.
En efecto, en períodos posteriores es posible encontrar una relación inversa
entre los precios del café y el crecimiento de la población, lo cual no debe
sorprender, dado que estaban interactuando numerosas variables y que el país
estaba en otra fase de la transición demográfica.

El optimismo de los años veinte

En el momento en que Monsalve terminaba su libro (1925-1926) se vivía un


momento de euforia y optimismo, tanto en Colombia como en los Estados

20
Álvaro López Toro, Migración y cambio social en Antioquia durante el siglo
XIX, Bogotá, CEDE-Universidad de los Andes, 1976.
21
Álvaro López Toro, Temas sobre Población y Desarrollo en América Latina,
Bogotá, CEDE- Universidad de los Andes, 1970.
8
Unidos. Monsalve afirma que la población de Colombia es pacífica y que
sus libertades públicas no se registran en ningún otro país del mundo. En su
concepto, la paz interna está “cimentada en forma imperecedera”. En 1927 se
estaban celebrando 25 años de paz interior, después de la catastrófica guerra
de los Mil Días y esta situación ayuda a entender el optimismo de Monsalve.
Como lo ha señalado el historiador Eduardo Posada Carbó, esa experiencia
renueva nuestra esperanza sobre este proceso “que nos ha sido tan esquivo”22.

Comentario final

La lectura del libro de Monsalve permite entender mejor la situación de


Colombia en la década de los veinte. Fueron dos lustros de importantes
transformaciones, que es necesario estudiar en mayor profundidad.

En esa década se crearon dos organizaciones de la mayor importancia para el


desarrollo económico del país: el Banco de la Repúbica (1923) y la Federación
Nacional de Cafeteros (1927). Estas dos entidades contribuyeron en forma
positiva a la estabilidad macroecnómica del país durante el siglo XX.

A pesar de estos desarrollos institucionales, en las décadas subsiguientes el país


vivió épocas de gran turbulencia política; daría la impresión de que el avance
registrado en las instituciones económicas fue mayor al de las instituciones
políticas. Hay que comprender mejor en qué medida la inestabilidad política
posterior puede tener algunas raíces en la década de los veinte. Los autores
que prepararon la Nueva historia de Colombia, que dirigió el profesor
Jaime Jaramillo, han hecho aportes en esta dirección. Los profesores David
Bushnell23, Frank Safford y Marco Palacios24 tienen buenos capítulos sobre
esta época en sus libros sobre Colombia. El profesor Ricardo Arias, de la
Universidad de los Andes25, también ha trabajado el tema, pero todavía
hay múltiples posibilidades de investigaciones adicionales. No existe,
por ejemplo, un gran libro sobre la administración del presidente Pedro
Nel Ospina (1922-1926). Para el estudio de esa década el libro de Diego
Monsalve es una referencia útil e importante.

Diego Pizano

22
Eduardo Posada Carbó, “Café y democracia en Colombia: reflexiones des-
de la historia”, Revista de Economía Institucional, vol. 14, núm. 27, Bogotá,
2012.
23
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25
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Universidad de los Andes, 2011.

9
Monsalve, Diego, 1899-1941
Colombia cafetera / Diego Monsalve ; prologuista Diego
Pizano. -- Edición Comité Bicentenario Malcom Deas, Roberto
Junguito, Adolfo Meisel, Jorge Orlando Melo, Diego Pizano,
María Teresa Ramírez, Miguel Urrutia. -- Bogotá : Banco de la
República, 2017.
1.062 páginas ; 23 cm.
ISBN 978-958-664-350-4
1. Industria del café - Historia - Colombia - Libros electrónicos 2. Café - Producción
- Colombia - Estadísticas - Libros electrónicos 3. Café - Aspectos económicos -
Colombia - Libros electrónicos
I. Pizano, Diego, prologuista II. Deas, Malcom, editor III. Junguito Bonnet, Roberto,
editor IV. Meisel, Adolfo, editor V. Melo, Jorge Orlando, editor VI. Pizano, Diego,
editor VII. Ramírez, María Teresa, editora VIII. Urrutia Montoya, Miguel, editor
IX. Tít.
LE633.73 cd 21 ed.
A1567763

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

ISBN 978-958-664-350-4

Comité Bicentenario
Malcolm Deas
Roberto Junguito
Adolfo Meisel
Jorge Orlando Melo
Diego Pizano
María Teresa Ramírez
Miguel Urrutia

Edición y adaptación
Banco de la República

Digitalización
Editorial Kimpres S. A. S.

Coordinación editorial
Consuelo Páez
Mónica Roldán
Richard Sanabria

Preprensa e impresión
Contacto Gráfico Ltda.

Impreso en Colombia, abril de 2017

Edición facsimilar sobre el ejemplar disponible en la sala de libros raros y manuscritos


de la Biblioteca Luis Ángel Arango.

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