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Diego Galperin2
Astronomy is a discipline that awakens great interest in people of all ages and, in
consequence, we all are very informed on the last advances in the matter.
However, most of the population ignores basic questions regarding how the stars
can be observed with the naked eye in the sky. School reproduces this failure in
information and the students conclude their studies without being able to relate
their knowledge on the topic with the daily celestial phenomena that happen
around them. It is important then, to elaborate strategies so that the systematic
observation of the sky begins to be a daily practice within the educational system.
Some proposals are presented here for their development in the classroom.
1. LA ASTRONOMÍA Y LA GENTE
La Astronomía ha sido desde siempre un área de especial interés para gran parte de la
población. Los planetas, estrellas y demás cuerpos celestes han despertado motivo para la
curiosidad, el cuestionamiento, la formulación de preguntas y, sobre todo, para la revisión de
nosotros mismos, de nuestro lugar en el universo. Es así como las series, películas, artículos y
demás materiales referidos a este tema son de habitual lectura y admiración por parte de gran
parte de la población. Es más, hasta podría afirmarse que, debido a la gran difusión que tiene
la temática, sabemos más acerca de los cuerpos que forman nuestro universo, tales como
estrellas, planetas o galaxias, que de nuestro propio entorno cercano. En consecuencia, la
mayoría de la población no se encuentra acostumbrada a levantar la vista para observar el
cielo y los fenómenos que allí ocurren. Se prefiere, en todo caso, especular sobre las
características de objetos celestes que sólo pueden ser observados mediante instrumentos
tecnológicos. Pareciera ser que a simple vista no se puede aprender Astronomía. A su vez, es
habitual encontrar una creencia bastante común que el paso por los años de escolaridad y las
modernas teorías científicas no han logrado transformar: que en el cielo ocurren cosas muy
diferentes a las que suceden en la Tierra y que le dan a éste un carácter divino. O sea, pese a
1
Desarrollado en base a una charla dada en el 1er. Congreso de Astronomía del Centro de Estudios Astronómicos de Mar del
Plata, noviembre de 2004.
2
Profesor de Enseñanza Media y Superior en Física, FCEN, UBA. Profesor regular del área de Ciencias Naturales del
Instituto de Formación Docente Continua de El Bolsón.
que la información que se nos transmite día a día evidencia la universalidad de los fenómenos
físicos, la gente sigue pensando que los fenómenos terrestres no tienen conexión con lo que
sucede fuera de la Tierra. De esta forma, no resulta extraño que gran parte de la población
consulte diariamente su horóscopo y preste enorme atención a teorías pseudocientíficas
basadas en esta dicotomía cielo - tierra.
En consecuencia, la mayoría de la gente poco sabe respecto a cómo los astros pueden ser
reconocidos y observados a simple vista en el cielo. Esto se debe a que la información que
habitualmente se nos brinda está relacionada con lo que se podría visualizar en el espacio
exterior; o sea, desde afuera de la Tierra. Nos hablan del Sistema Solar pero nunca nos dicen
cómo pueden verse los planetas en el cielo. Nos cuentan acerca de la Luna, pero no se nos
explica acerca de cómo son sus movimientos vistos desde nuestra posición de observación.
Hasta nos hablan mucho del Sol, de su temperatura, sus explosiones, etc, pero no conocemos
cómo éste se mueve en el cielo a lo largo de los meses, hecho sumamente notorio que provoca
una consecuencia tan importante como las estaciones del año. A su vez, la mayoría de esta
información nos llega a través de los medios de comunicación en un formato periodístico muy
compactado y sin desarrollo suficiente, lo que hace que nos cueste decodificarla y
comprenderla.
2. LA ASTRONOMÍA Y LA ESCUELA
3. LA PROPUESTA
Para generar cambios en esta forma de relacionar los fenómenos celestes con explicaciones
“sobrenaturales” y con la idea de la necesidad de objetos tecnológicos para estudiarlos es
necesario que la escuela comience a mostrar que dichos fenómenos pueden ser registrados y
descriptos a partir de observaciones sencillas del cielo realizadas en forma sistemática y para
las cuales podemos brindar explicaciones adecuadas a cada nivel de escolaridad. En este
sentido, es importante destacar que los niños poseen experiencias astronómicas concretas e
ideas ligadas a ellas desde muy temprana edad (Nussbaum, 1989), por lo cual las experiencias
didácticas que se propongan deben comenzar por describir estos fenómenos desde la posición
del observador; o sea, desde su posición topocéntrica (Camino, 1999). De esta manera, se
comenzará a relacionar a los fenómenos celestes con los sucesos que nos rodean y no
quedarán desconectados de nuestras percepciones cotidianas, como si fuese sólo una temática
para los más “sabios” de la comunidad. A su vez, esto provocará la necesidad de investigar
sus explicaciones y de comprender sus causas físicas, mostrando lo natural de estos
fenómenos, tal como ocurre con otros procesos naturales de los que somos testigos todos los
días.
Por último, es importante destacar la fascinación que provoca el cielo, tanto en niños como en
adultos, debido a que nos brinda ideas para reflexionar acerca del lugar que ocupamos en el
universo y acerca del origen de nosotros mismos. Mirando el cielo uno se siente mirando el
pasado, el presente y el futuro y, por lo tanto, nos despierta infinidad de sentimientos e ideas
apasionantes.
Por todos estos motivos es que tiene gran importancia la realización de actividades de
observación a simple vista del cielo ya que son indispensables para cumplir con el propósito
de volver a reconciliar la Astronomía con la observación y para poder recuperar la costumbre
ancestral que ligaba al hombre con su entorno, del cual el cielo era una parte más que
trascendente. Estas actividades deben estar dirigidas a reconocer los astros más importantes
que podemos ver en el cielo, a conocer sus nombres y a tratar de determinar cómo éstos
modifican sus posiciones a lo largo del tiempo, siempre desde una posición centrada en
nuestro propio punto de referencia. Es por eso que deben ser realizadas en forma sistemática a
lo largo de todo el año para poder comparar lo observado en distintas fechas. De esta forma, a
partir de propuestas de observación y registro del cielo, tanto diurno como nocturno, los
docentes podrán desarrollar contenidos sumamente importantes para la Astronomía y
totalmente alejados actualmente del ámbito escolar:
- La observación del cielo diurno. Los movimientos aparentes del Sol y su relación con los
fenómenos del día y la noche y las estaciones del año. La variación de la trayectoria del
Sol y su relación con la latitud. Sus consecuencias históricas para la determinación del
perímetro terrestre. Los solsticios y equinoccios. Los trópicos y círculos polares. El
mediodía solar y la determinación de la línea norte-sur. La diferencia entre la hora solar y
civil. El sistema de husos horarios.
Por otro lado, es importante indicar que un problema a la hora de llevar a cabo este tipo de
actividades es que la mayoría de los docentes no poseen experiencia en el desarrollo de las
mismas ya que nunca las han realizado ni como alumnos, ni en su formación de grado ni
como docentes en ejercicio. Por ese motivo, es indispensable que se comience a formar a los
futuros docentes y a brindar capacitaciones a los que se encuentran en actividad con el fin de
brindar experiencias significativas de trabajo vivencial acerca de la temática y para poner a
disposición material didáctico sobre la enseñanza de la Astronomía.
A su vez, existe una dificultad adicional para los docentes que desean realizar observaciones
del cielo con sus alumnos: el no saber cómo hacer para guiarlos de forma tal que puedan
llevarlas a cabo solos (o en compañía de sus padres) ya que suele ser muy complicado, en la
mayoría de los casos, el poder juntar a los alumnos regularmente en horario extraescolar. Por
ese motivo, en este trabajo presentamos algunas guías utilizadas por alumnos de nivel medio
y terciario para la realización de este tipo de actividades. La idea de las mismas es contar con
un material didáctico que permita a los alumnos hacer las observaciones en forma autónoma,
desde sus casas y fuera del horario escolar, de forma tal de poder socializarlas, revisarlas,
cuestionarlas y analizarlas posteriormente en el aula de clase. Al respecto, es importante
indicar que la Guía para el registro y la sistematización de las Actividades de Observación
del Cielo que aquí se presenta no pretende en manera alguna iniciar y cerrar una unidad
temática sino que, por el contrario, debe ser encuadrada dentro de una secuencia didáctica
constructivista que permita lograr aprendizajes significativos en nuestros alumnos (Ausubel,
1976). En este sentido, deberán llevarse a cabo actividades problematizadoras previas que
permitan poner en juego y explicitar las ideas propias de nuestros alumnos, posibilitando la
discusión grupal, y acciones didácticas posteriores con el fin de socializar las observaciones
realizadas, extraer conclusiones y aportar información que permita construir nuevos conceptos
explicativos. A su vez, es importante planificar actividades que permitan que los alumnos
utilicen lo aprendido para explicar otros fenómenos y que reflexionen acerca de su propio
proceso de aprendizaje (Galagovsky, 1993).
Por último, es relevante mencionar que una dificultad asociada con este modo de desarrollar
los contenidos de Astronomía es que el docente debe tener en cuenta que esta propuesta está
fuertemente condicionada por el estado del tiempo. Este factor imprevisible es muy
importante a la hora de planificar las actividades ya que los alumnos tienen que poder contar
con mucho tiempo para realizarlas (por si el estado del tiempo no es el ideal) y tener muy en
claro que deben aprovechar los días despejados que se les presenten.
5. LA GUÍA PARA LAS ACTIVIDADES DE OBSERVACIÓN DEL CIELO
Fijen una cartulina u hoja al suelo en una zona al aire libre despejada de árboles o
construcciones. Importante: cuiden que la hoja no se mueva y que, en las próximas horas,
ningún objeto nos tape el Sol.
Claven una estaca o gnomón de unos 10 cm de altura en su centro de forma tal que quede fija
en posición vertical. Importante: tengan en cuenta que la sombra de la estaca no debe
sobresalir en ningún momento de la cartulina.
Dibujen en la cartulina las posiciones que va ocupando la sombra cada 10 minutos (no se
olviden de anotar la hora en la que realizan cada medición) durante un período de, por lo
menos, 4 horas: de 11 a 15 hs3. En el tramo en el que la sombra varíe su longitud cada vez más
lentamente, realicen el registro cada 2 minutos. Midan el largo de cada sombra y anótenlo en la
cartulina.
Pónganle número a cada sombra y completen una tabla en la que indiquen el número de
sombra, la longitud y la hora correspondiente. Una vez que noten que las sombras comienzan
a alargarse, presten atención y traten de registrar tres o cuatro sombras cuyas longitudes sean
iguales a las de otras sombras medidas anteriormente mientras las mismas se iban acortando.
Determinación de la línea norte - sur: Al finalizar, sin mover la cartulina, unan los extremos de
las sombras de igual longitud con unas líneas auxiliares finas. Marquen los puntos medios de
ellas y tracen una línea que pase por dichos puntos. Esa línea indica la dirección norte – sur o
meridiana del lugar (ver Figura 1). Continúen esa línea en el suelo y, utilizando un hilo y
clavos, indiquen esta dirección sobre el suelo del lugar donde hicieron la medición como para
que les quede registrada.
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Aclaración: este período puede reducirse si conocemos el horario del mediodía solar en el lugar en que nos encontramos.
NORTE
Figura 1:
SUR
Determinación del mediodía solar: Busquen en la hoja donde dibujaron cuál fue la longitud y el
horario de la sombra más cercana a la línea norte – sur trazada anteriormente. ¿Es la más corta
de todas? Debería serlo ya que el Sol en ese momento se encuentra en su posición más alta
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del día . Ese instante se llama mediodía solar. En caso de no ser la más corta, deberán repetir
la medición realizada utilizando los mismos elementos y prestando atención a qué horario pasa
la sombra por la meridiana del lugar. Al finalizar, completen la siguiente tabla:
Al finalizar…
1. ¿Hacia qué punto cardinal se corrieron las puestas del Sol?
2. ¿Hubo algún día en que el Sol se puso muy cercano al punto cardinal oeste?
3. ¿Cambiaron los horarios de puesta del Sol? ¿Cómo?
4. Comparen sus observaciones con las realizadas por otros compañeros del curso.
¿Qué similitudes y qué diferencias notan? ¿A qué se deben? Comparen sus
conclusiones con las elaboradas por otros compañeros del curso. ¿Son las
mismas?
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Aclaración: Aunque este método no es sumamente preciso, permite saber con bastante aproximación el
horario del mediodía solar. Para calcularlo con mayor precisión, consultar los textos de Néstor Camino
mencionados en la bibliografía.
Una media hora más tarde realicen una nueva observación del cielo teniendo en la
mano las hojas anteriores. ¿Se desplazaron las estrellas? ¿Hacia dónde?
Registren en las mismas hojas pero con otro color la nueva ubicación de las
estrellas visualizadas previamente y la hora de observación.
Realicen estas mismas observaciones en distintas épocas del año. Por ejemplo, en
marzo, en julio y en noviembre. Comparen sus observaciones con las de otros
compañeros y traten de identificar algunas de las constelaciones más importantes
del cielo. Para ello, ayúdense consultando mapas del cielo extraídos de libros o de
programas de computación.
Al finalizar…
1. ¿Hacia dónde se desplazaron las estrellas situadas mirando hacia el este? ¿Y las
ubicadas hacia el oeste?
2. ¿Cómo se desplazaron las estrellas que se encuentran en la hoja mirando hacia el
sur? ¿Igual que las del este y el oeste? Indiquen las diferencias. ¿Se nota el giro
de estas estrellas?
3. ¿Qué constelaciones pudieron distinguir? ¿Son las mismas y se encuentran
siempre en la misma posición a lo largo del año? ¿Podrías decir cuáles de estas
constelaciones son las que llamamos “de verano”, cuáles son las “de invierno” y
cuáles son “de todo el año”?
Actividad 3: Observación del movimiento aparente realizado por la
Luna día a día
Realicen por lo menos 3 observaciones nocturnas del cielo que permitan poner en
evidencia cómo cambia la posición de la Luna respecto a las estrellas de una
noche a otra. Para ello, deben dibujar dos mapas donde figuren las estrellas más
brillantes: uno mirando al este y otro hacia el oeste. Comiencen con los registros un
día en que la Luna se observe empezando a crecer hacia el oeste y dibujen la
forma que tiene nuestro satélite ese día y la posición en la que se encuentra
respecto a las estrellas cercanas (coloquen la fecha y la hora cada vez que realicen
un dibujo en el mapa). Repitan el procedimiento dibujando la posición de la Luna a
la misma hora aproximadamente cada 2 días (utilicen el mapa hacia el este cuando
se haga necesario) y continúen esto hasta que la Luna ya no se observe en el cielo
a esa hora.
Realicen por lo menos 3 observaciones del cielo durante las mañanas que
permitan poner en evidencia cómo cambia la posición de la Luna respecto al Sol y
al horizonte de un día al otro. Para ello, deben dibujar los horizontes este y oeste
del lugar en el que viven para tenerlos como referencia. Comiencen con los
registros un día en que la Luna se observe en su fase llena poniéndose hacia el
oeste temprano por la mañana: Dibujen la forma que tiene nuestro satélite ese día
y la posición en la que se encuentra respecto al horizonte indicando, a su vez, la
fecha y la hora. Registren la ubicación del Sol en el mapa y repitan el
procedimiento dibujando con distintos colores la posición de la Luna a la misma
hora aproximadamente cada 2 días (utilizando el mapa hacia el este cuando sea
necesario). Continúen esto hasta que la Luna ya no se observe en el cielo a esa
hora.
Comparen sus registros con los de otros compañeros del curso y extraigan
conclusiones:
6. CONCLUSIONES