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De los núcleos que interesan para ser fisionados en los reactores (U, Th y Pu), los isótopos férti

les son aquellos que tienen un número par de nucleones, mientras que los fisionables son los q
ue disponen de un número impar de ellos. De entre los primeros: U-238, Pu-240, Th-232 son l
os más importantes, mientras que entre los fisionables destacan: U-233, U-235, Pu-239, Pu-241.

La capacidad de fisión de los núcleos se mide a través del valor de la sección eficaz que prese
ntan para la fisión (a mayor sección eficaz, mayor probabilidad de fisión), que depende de la e
nergía de los neutrones que interaccionan con dichos núcleos. A medida que dicha energía dis
minuye, la sección eficaz aumenta y, por tanto, la capacidad de fisión. Por tanto, la fisión es m
ás probable con neutrones térmicos (lentos) que con los rápidos. Así pues, los núcleos fisionable
s, a pesar de sufrir estas reacciones con cualquier neutrón, fisionarán en mayor cantidad cuando
los neutrones sean térmicos, mientras que los núcleos fértiles, al tener umbrales de fisión alto
s, sólo fisionarán con los rápidos.

El uranio, empleado como combustible de un reactor nuclear, aparece en forma natural con los
isótopos U-235 y U-238. El primero es un elemento fisionable, y el segundo es fértil. Mientras q
ue en el U-235 se producen cerca del 97% de todas las fisiones de un reactor con neutrones t
érmicos, el U-238 puede producir Pu-239 mediante reacciones de captura. Este elemento fisiona
de forma similar al U-235, aumentando la proporción de fisiones. El torio, elemento que existe
en forma abundante en la Naturaleza, se presenta en su totalidad como torio-232, que mediant
e reacciones de captura produce el uranio-233, empleado como elemento fisionable en los react
ores.

Tal como se ha indicado, en las reacciones de fisión inducidas por neutrones aparecen nuevos
neutrones en número comprendido entre 2 y 3 según sea el núcleo que sufra la fisión. Estos n
eutrones pueden, a su vez, provocar nuevas fisiones, existiendo la probabilidad de que se produ
zca una reacción en cadena.

A partir de este concepto, se define un reactor nuclear como la instalación capaz de iniciar, ma
ntener y controlar las reacciones de fisión en cadena. Éstas tienen lugar en el núcleo del reacto
r, compuesto por el combustible a base de núcleos fértiles y fisionables, el refrigerante, los ele
mentos de control, materiales estructurales y moderador en los reactores nucleares térmicos.
Uranio - combustible nuclear

El uranio es el combustible nuclear más utilizado en las reacciones de fisión nuclear. Se trata d
e un elemento natural que se puede encontrar en la naturaleza. De todos modos, para poder u
tilizar el uranio en un reactor nuclear debe experimentar un cierto tratamiento.

Para conocer las particularidades que hace al uranio tan diferente de las otras sustancias debem
os considerar primero algo de física nuclear básica.

Consideraciones físicas básicas del uranio

Un átomo de un núcleo y de electrones que rodean este núcleo. A su vez, un núcleo consta d
e protones y de neutrones. Un protón posee una carga positiva. Un neutrón no tiene carga elé
ctrica y es neutro.

Las cargas positivas de los protones intentan empujarse violentamente hacia afuera. Lo que impi
de que se separen es una nueva clase de fuerza: una fuerza de atracción de corto alcance, inm
ensamente poderosa, actúa indistintamente entre protones y neutrones (que desde este punto d
e vista, son todos nucleones). La fuerza nuclear de corto alcance los mantiene unidos, oponiénd
ose al efecto repulsivo de las cargas positivas de los protones. De esta forma, los neutrones act
úan como “cemento nuclear”.

Metales pesados

¿QUÉ ES?
Los metales pesados son un grupo de elementos químicos que presentan una densidad alta. So
n en general tóxicos para los seres humanos y entre los más susceptibles de presentarse en el
agua destacamos mercurio, níquel, cobre, plomo y cromo.

¿CÓMO SE PRODUCE LA CONTAMINACIÓN POR METALES PESADOS EN EL AGUA?

El incremento de concentración en las aguas de estos compuestos se debe principalmente a co


ntaminación puntual de origen industrial o minero. Los lixiviados de vertederos o vertidos de ag
uas residuales pueden ser asimismo una fuente de contaminación. Hay que señalar también que
en algunos casos existen aguas que sufren un proceso de enriquecimiento natural en metales
pesados al atravesar acuíferos formados por rocas que los contienen en su composición.

¿CUALES SON LOS LÍMITES FIJADOS PARA LA PRESENCIA DE METALES PESADOS EN EL AGUA
DE CONSUMO HUMANO?

Los metales pesados son, en general, tóxicos para los seres humanos, y además su característica
de ser bioacumulativos (no pueden ser eliminados por el cuerpo) provoca que las concentracio
nes permitidas en el agua de consumo humano por la legislación vigente (RD 140/03) sean muy
pequeñas.

Al tratarse de varios elementos, mostraremos a modo de ejemplo una lista con los límites estab
lecidos en el agua de consumo humano para los principales metales pesados:

Mercurio: 1 microgramo/l

Níquel: 20 microgramos/l

Cobre: 2 miligramos/l

Plomo: 25 microgramos/l

Cromo: 50 microgramos/l
¿CÓMO PUEDE EVITARSE LA PRESENCIA DE ALTAS CONCENTRACIONES DE METALES PESADOS
EN EL AGUA?

Hay que señalar que la presencia de estos elementos es muy poco habitual y de aparecer lo h
acen mediante trazas, es decir, en concentraciones muy por debajo del límite legal estipulado p
ara aguas de consumo humano.

Como fuente de abastecimiento se utilizan, siempre que sea posible, captaciones que en origen
cumplen con el límite de concentración establecido por la legislación vigente al respecto. Sin e
mbargo existen zonas en la que esto no puede hacerse, debido a la presencia generalizada de
una concentración elevada de algún metal pesado en las agua subterráneas/superficiales de ese
área. En esos casos se realiza un tratamiento secundario permitido por la autoridad sanitaria qu
e elimine el metal.

Efectos de los metales pesados en la salud y cómo eliminarlos

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Los metales pesados forman parte de los componentes que hay de forma natural en la corteza
de la Tierra. Los metales pesados son únicamente aquellos elementos químicos que tienen un p
eso atómico y peso específico concreto. La peligrosidad de los metales pesados está en que ést
os se acumulan en nuestro organismo y no son eliminados. Estos compuestos son muy peligros
os para la salud y afectan a negativamente a nuestros órganos. Continuamente estamos expuest
os a metales pesados, ya sea a través de los alimentos, a través del agua o del aire que respir
amos. Los principales órganos que se ven dañados ante la acumulación de metales pesados en
el organismo son los riñones, hígado, pulmones y también el sistema nervioso (central y periféri
co).

Además de para nosotros, los metales pesados pueden ser también muy perjudiciales para el m
edio ambiente en general, para el resto de animales y la gran mayoría de las plantas, de hecho
, el incremento de metales pesados debido a la actividad industrial ha desequilibrado y contami
nado gravemente muchos ecosistemas naturales. Recordemos que, una vez que estos metales p
esados son liberados por la acción del hombre, pueden permanecer en el ambiente durante cie
ntos de años, por lo tanto, nuestra exposición a estos tóxicos se ve aumentada.

Efectos de los metales pesados en el cuerpo

En general, la exposición a metales pesados a lo largo del tiempo está relacionada con varios ti
pos de cáncer, problemas en el desarrollo de fetos y niños, artritis, enfermedades cardiovascular
es, dolencias renales, etc.

Plomo: afecta al sistema nervioso, está asociado a anemia, esclerosis, fatiga y a cáncer de riñón

Mercurio: asociado a alteraciones neurológicas, autismo, depresión, problemas del aparato respira
torio,

Arsénico: está asociado a enfermedades vasculares, bronquitis, cáncer de esófago, de pulmón, la


ringe y vejiga, produce hepatotoxicidad. No es exactamente un metal, pero es un contaminante
muy peligroso.

Berilio: asociado a cáncer de pulmón y a la irritación de las mucosas y la piel

Cromo: este metal pesado está asociado a cáncer de pulmón, hepatotoxicidad y nefrotoxicidad.
Cadmio: está asociado a enfisema, cáncer de próstata, bronquitis, infertilidad, enfermedades vasc
ulares, alteraciones neurológicas y toxicidad en riñones.

Níquel: la exposición a largo plazo puede producir dolencias cardiacas, irritación de la piel y da
ños en el hígado.

Cobre: causa daño en el hígado, en los riñones, está asociado a anemia y a irritaciones del inte
stino delgado e intestino grueso.

Manganeso: daña el páncreas, el hígado, el aparato respiratorio, los riñones, el sistema nervioso
central y está asociado al Parkinson.

Estaño: asociado a dolor de cabeza, irritación de mucosas y piel, daños en el sistema inmunoló
gico, depresión, trastorno del sueño y daños hepáticos.

Zinc: dolor de estómago e infección de las mucosas.

Principales fuentes de exposición a los metales pesados

Agua: una descontaminación pobre del agua o el uso de tuberías de plomo puede hacer que e
stemos tomando metales pesados cada vez que usamos el agua para beber, cocinar, ducharnos,
regar, etc.

Aire: muchos de los contaminantes los incorporamos a nuestro organismo a través del aire que
respiramos y por la piel.
Alimentos: los vegetales producidos con fertilizantes sintéticos y en zonas en las que el suelo es
tá contaminado con metales pesados, pasan a formar parte de las hortalizas, frutas, cereales y l
egumbres y de ahí a nuestra cadena alimentaria. De ahí la importancia de consumir alimentos d
e confianza, ecológicos u orgánicos.

Salud y metales pesados

Los metales pesados en la salud y ecosistemas

Los metales pesados son componentes naturales de la corteza de tierra. Como elementos de ra
stro, algunos metales pesados (ejem. cobre, selenio, cinc) son esenciales mantener el metabolism
o del cuerpo humano. Sin embargo, en concentraciones más altas pueden conducir al envenena
miento. El envenenamiento por metal pesado podría resultar, por ejemplo, de la contaminación
del agua potable (ej. tuberías del plomo), las altas concentraciones en el aire cerca de fuentes
de la emisión, o a través de la cadena alimenticia.

Los metales pesados son peligrosos porque tienden a bioacumularse. La bioacumulación significa
un aumento en la concentración de un producto químico en un organismo biológico en un ci
erto plazo, comparada a la concentración del producto químico en el ambiente.

Qué es la contaminación por metales pesados

La actividad industrial y minera arroja al ambiente metales tóxicos como plomo, mercurio, cadmi
o, arsénico y cromo, muy dañinos para la salud humana y para la mayoría de formas de vida.
Además, los metales originados en las fuentes de emisión generadas por el hombre (antropogé
nicas), incluyendo la combustión de gasolina con plomo, se encuentran en la atmósfera como
material suspendido que respiramos. Por otro lado, las aguas residuales no tratadas, proveniente
s de minas y fábricas, llegan a los ríos, mientras los residuos industriales contaminan las aguas
subterráneas. Cuando se abandonan metales tóxicos en el ambiente, contaminan el suelo y se a
cumulan en las plantas y los tejidos orgánicos.
La peligrosidad de los metales pesados es mayor al no ser química ni biológicamente degradabl
es. Una vez emitidos, pueden permanecer en el ambiente durante cientos de años. Además, su
concentración en los seres vivos aumenta a medida que son ingeridos por otros, por lo que la
ingesta de plantas o animales contaminados puede provocar síntomas de intoxicación. De hecho
, la toxicidad de estos metales ha quedado documentada a lo largo de la historia: los médicos
griegos y romanos ya diagnosticaban síntomas de envenenamientos agudos por plomo mucho a
ntes de que la toxicología se convirtiera en ciencia.

Daños para la salud

La exposición a estos elementos está relacionada con problemas de salud como retrasos en el
desarrollo, varios tipos de cáncer, daños en el riñón, e, incluso, con casos de muerte.

La relación con niveles elevados de mercurio, oro y plomo ha estado asociada al desarrollo de l
a autoinmunidad (el sistema inmunológico ataca a sus propias células tomándolas por invasoras).
La autoinmunidad puede derivar en el desarrollo de dolencias en las articulaciones y el riñón, t
ales como la artritis reumática, y en enfermedades de los sistemas circulatorio o nervioso central
.

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