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DEFINICIÓN:
La conducta humana es la manifestación del
comportamiento, es decir, lo que hacemos. Nuestra conducta
puede analizarse desde una óptica psicológica, desde la
reflexión ética o en un sentido específico (por ejemplo, la
conducta de los consumidores). Por otra parte, el concepto de
conducta es también aplicable a los animales y la etología es
la disciplina que se ocupa de esta cuestión.
La psicología intenta conocer los mecanismos que influyen en
nuestra conducta. Tradicionalmente la psicología se ha
ocupado de los aspectos mentales que determinan nuestras
acciones. Sin embargo, la corriente del conductismo ha
cambiado esta tendencia. Como su mismo nombre indica, los
psicólogos conductistas se centran en la conducta, es decir,
en lo que realizamos y no en los procesos internos que nos
impulsan a la acción. Según el planteamiento del conductismo
existen unas leyes de la conducta (concretamente unas leyes
del aprendizaje) combinadas con mecanismos de
condicionamiento (por ejemplo, cuando una acción particular
la asociamos con algo que deseamos).
Lóbulo parietal
Se encuentra entre los lóbulos frontal y occipital (de color amarillo en la imagen). Se
encarga principalmente de procesar información sensorial que llega de todas las partes
del cuerpo, como el tacto, la sensación de temperatura, el dolor y la presión, y es capaz
de relacionar esta información con el reconocimiento de números. También hace posible
el control de los movimientos gracias a su cercanía a los centros de planificación del
lóbulo frontal.
Además, recibe información visual proveniente del lóbulo occipital y trabaja creando
asociaciones entre este tipo de datos y otros inputs provenientes de otras áreas.
Lóbulo occipital
En los seres humanos, es el menor de los cuatro principales lóbulos del cerebro y se
encuentra en la zona posterior del cráneo, cerca de la nuca (aparece pintado de rojo en
la ilustración). Es la primera zona de la neocorteza a la que llega la información visual.
Por lo tanto, tiene un papel crucial en el reconocimiento de objetos cuya luz es
proyectada sobre la retina, aunque por sí misma no tiene la capacidad para crear
imágenes coherentes. Estas imágenes son creadas a partir del procesamiento de estos
datos en unas zonas del cerebro llamadas áreas de asociación visual.
El lóbulo occipital manda información sobre la visión hacia otros lóbulos cerebrales a
través de dos canales de comunicación diferentes.
El primero de ellos, que va hacia la zona frontal del cerebro a través de la zona ventral
(es decir, la más alejada de la zona superior de la cabeza), procesa información sobre
el "qué" de lo que se ve, es decir, el contenido de la visión.
El segundo canal, que va hacia la parte frontal a través de la zona dorsal (cercana a la
coronilla), procesa el "cómo" y el "dónde" de lo que se ve, es decir, aspectos del
movimiento y la localización en un contexto más amplio.
Lóbulo temporal
Los lóbulos temporales de cada hemisferio se encuentran a los laterales del cerebro,
dispuestos horizontalmente y pegados a las sienes (uno de ellos aparece marcado
en verde en la imagen). Reciben información de muchas otras áreas y lóbulos del
cerebro y sus funciones tienen que ver con la memoria y el reconocimiento de patrones
en los datos provenientes de los sentidos. Por lo tanto, juega un papel en
el reconocimiento de rostros y voces, pero también en el recuerdo de palabras.
Sistema Límbico y Conducta
¿Qué es el sistema Límbico?
El sistema límbico es un conjunto de
estructuras del encéfalo con límites
difusos que están especialmente
conectadas entre sí y cuya función tiene
que ver con la aparición de los estados
emocionales o con aquello que puede
entenderse por "instintos", si usamos
este concepto en su sentido más amplio.
El miedo, la felicidad o la rabia, así como
todos los estados emocionales llenos de
matices, tienen su principal base
neurológica en esta red de neuronas.
El Tálamo
El tálamo es, básicamente, un conjunto de sustancia gris (cuerpos de neuronas) formado
por dos estructuras encefálicas con forma de huevo que se encuentran por debajo de la
corteza cerebral. Estas estructuras están situadas la una junto a la otra, y además de
tener la misma forma y tamaño guardan una disposición simétrica, al igual que los dos
hemisferios cerebrales que las cubren. Se comunican entre ellas a través de una especie
de puente que las mantiene unidas y que es llamado conexión intertalámica.
2. El ciclo sueño-vigilia
El tálamo, al igual que su hermano menor el hipotálamo, interviene a la hora de
regular el ritmo con el que la sensación de sueño va y viene. Esta función también
está relacionada con la siguiente.
3. La atención y la consciencia
Recientes investigaciones indican que el tálamo podría tener un papel muy
importante en la aparición de la consciencia y todo lo que está relacionado con
ella. Sin embargo, es importante señalar que esos procesos relacionados a los
estados conscientes no son la consciencia en sí misma, aunque aparecen en
paralelo. No podemos centrar nuestra atención en nada cuando no nos damos
cuenta de que existimos, y tampoco podemos hablar ni reflexionar; pero cuando
estamos conscientes, hay aspectos de la atención y del lenguaje que están más
allá de la consciencia.
Como el tálamo está tan bien conectado con muchas áreas de la corteza a la vez,
podría ser capaz de intervenir en la sincronización de la actividad neuronal
necesaria para que se mantenga el nivel de consciencia.
El Hipotálamo
El hipotálamo es, junto con el tálamo, una de las partes de una estructura cerebral
llamada diencéfalo, que se encuentra en el centro del encéfalo de los seres humanos,
por debajo de la corteza cerebral y por encima del tronco del encéfalo.
La parte más característica del encéfalo es su superficie llena de pliegues y grietas, pero
debajo de esta capa de células se encuentran otras muchas estructuras encefálicas sin
las cuales no podríamos ni pensar ni adaptarnos al entorno.
Funciones del Hipotálamo
El hipotálamo es una de las estructuras cerebrales con un papel más importante en
la regulación de los estados de ánimo, de la temperatura corporal, del sueño, de los
impulsos sexuales y del hambre y la sed.
Se puede decir que el hipotálamo se encarga de poner en marcha y coordinar entre
sí buena parte de los procesos que nos permiten sobrevivir y adaptarnos a
situaciones cambiantes.
Además de actuar como puente entre el cerebro y el sistema endocrino, coordina
todo lo que que se realiza a través del sistema nervioso autónomo, es decir, el que
le envía órdenes a partes del cuerpo para que estas se adapten a cada situación.
Entre los procesos que se encarga de regular el hipotálamo se encuentran: