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Kuhn tiene como objeto el desarrollo histórico de las ciencias y propone un rechazo al
concepto tradicional de ciencia como acumulación progresiva y lineal de nuevos logros.Lo
más característico de la concepción de Kuhn es el carácter revolucionario del progreso
científico. Una revolución supone el abandono de una estructura teórica y su reemplazo por
otra, incompatible con la anterior.
Por otra parte, es claro que según Kuhn un paradigma está constituido por los supuestos
teóricos generales, las leyes y las técnicas para su aplicación que adoptan los miembros de
una comunidad científica. Trabajar dentro de un paradigma implica poner en práctica lo que
se llama “ciencia normal” – Kuhn define ciencia normal como las fases de una disciplina
científica en las que predomina un paradigma que es aceptado por toda la comunidad
científica, que articula y desarrolla el paradigma–.En esa medida es pertinente decir que sin
un paradigma una ciencia no tendría orientaciones ni criterios de elección; en otras palabras
un paradigma actúa como una guía para la ciencia y el desarrollo de la misma.
Por tanto es necesario comprender que la ciencia normal es la actividad para resolver
problemas (teóricos o experimentales) gobernada por las reglas de un paradigma. Sólo
desde el paradigma se logran los medios adecuados para resolver problemas. Los
fenómenos inexplicados son anomalías, responsabilidad del científico, no de la teoría. El
científico “vive” en el paradigma.
Una ciencia madura está regida por un solo paradigma (o matriz disciplinaria). Este
paradigma establece las normas necesarias para legitimar el trabajo dentro de la ciencia que
gobierna ante la quiescencia de sus practicantes. Coordina y dirige la actividad de “resolver
Problemas” que efectúan los científicos normales que trabajan en su seno. La característica
que distingue a la ciencia de la no ciencia es, según Kuhn, la existencia de un paradigma
capaz de apoyar la tradición que constituye la ciencia normal.
Por ello, toda ciencia madura tiene, en cada momento de su historia, un paradigma propio.
Este representa una especie de ‘visión que orienta’, una perspectiva teórica aceptada por la
comunidad de científicos que dirige la investigación, determinando qué estudiar y
formulando hipótesis explicativas de los fenómenos observados.
Es las ciencias sociales los dos paradigmas que han orientado la investigación desde sus
inicios han sido el positivismo y el interpretativismo. Por un lado el paradigma positivista
se consolido en la investigación social en el siglo XIX, tras el éxito de las ciencias
naturales. El positivismo sostenía que la realidad social se debe estudiar con la misma
lógica investigadora y el mismo método utilizados en las ciencias naturales.
Un desarrollo reciente del paradigma interpretativo ha sentado las bases del denominado
post-modernismo, una suerte de rechazo del concepto tradicional de ciencia, entendida
como orden y racionalidad, simplicidad y generalización, a favor de la paradoja, la
contradicción y la exaltación de las diferencias.
BIBLIOGRAFIA