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Qué es Democracia:

La democracia es una forma de gobierno del Estado donde el poder es


ejercido por el pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la
toma de decisiones políticas.
El mecanismo fundamental de participación de la ciudadanía es el sufragio
universal, libre, igual, directo y secreto, a través del cual elige a sus dirigentes o
representantes para un período determinado.

El máximo representante de los ciudadanos en una democracia es quien


ejerce el poder ejecutivo, es decir, el presidente del gobierno. No obstante, otros
cargos ejecutivos de rango regional o local, lo mismo que cargos legislativos, son
también atribuidos democráticamente mediante el voto.
El término democracia es extensivo a las comunidades o grupos de personas
donde todos los individuos participan en la toma de decisiones: “Aquí se decide
qué programa de televisión vamos a ver como en una democracia”.Tomando en
cuenta, lo dicho por Platón y Aristóteles, se puede considerar como democracia al
gobierno de la multitud o de la mayoría.

Democracia directa
Se dice que existe una democracia directa o pura cuando son los mismos
ciudadanos, sin intermediación de representantes, participan directamente en la
toma de decisiones de carácter político a través del voto directo.
En la democracia directa, se lleva a cabo ciertos mecanismos por medio del cual
el pueblo participa de manera continua en el ejercicio directo de poder, como en el
caso de la participación ciudadana, plebiscito, referéndum, iniciativa popular, entre
otros.

Democracia representativa o indirecta


La democracia representativa, también llamada indirecta, es aquella donde los
ciudadanos ejercen el poder político a través de sus representantes, elegidos
mediante el voto, en elecciones libres y periódicas. De este modo, el ejercicio de
los poderes del Estado y la toma de decisiones deberá expresar la voluntad
política que los ciudadanos han hecho recaer sobre sus dirigentes.
Democracia participativa
La democracia participativa es un modelo de organización política que otorga a
los ciudadanos una mayor, más activa y más directa, capacidad de intervención e
influencia en la toma de decisiones de carácter público.
LA DEMOCRACIA COMO SISTEMA POLITICO
Las democracias no pueden considerarse resultados de una decisión democrática (como
pretenden, en el fondo, las teorías del pacto social). La sociedad que se constituye como
democracia debe estar ya constituida anteriormente como sociedad; y en su origen, una sociedad
humana [553-557] estaría más cerca de la tiranía o de la aristocracia que de la democracia
(tampoco una sociedad primitiva puede considerarse teísta, sin que por ello pueda ser llamada
atea). Obviamente, esto no significa que la democracia, no por no ser originaria, tenga menos
dignidad porque, si así fuera, el salvaje sería más digno siempre que el hombre civilizado. Pero
tampoco por ello puede ser considerada la democracia, como la situación a través de la cual la
humanidad ha alcanzado su realización suprema, el “fin de la historia”. Quienes proclaman: “todos
los demócratas condenamos este atentado terrorista”, parece que quieren sugerir que la razón
formal desde la cual se condenan esos atentados terroristas es la de “demócratas”. ¿Acaso un
aristócrata no condenaría también el terrorismo? ¿Acaso no se condenan los actos terroristas en
las sociedades organizadas como “dictaduras del proletariado”? Damos por supuesto que la
democracia es un sistema político con múltiples variantes “realmente existentes”. Pero la
democracia es también un “sistema de ideologías”, es decir, de ideas confusas, por no decir
erróneas, que figuran como contenidos de una falsa conciencia, vinculada a los intereses de
determinados grupos o clases sociales, en tanto se enfrentan mutuamente de un modo más o
menos explícito. Vamos a presentar dos consideraciones previas que sirvan de referencia de lo
que entendemos por “realidad” en el momento de hablar de las democracias como nombre de
realidades existentes en el mundo político efectivo.
Primera consideración. La democracia, en cuanto término que se refiere a alguna entidad real,
dice ante todo, una forma (o un tipo de formas), entre otras (u otros), según las cuales (los cuales)
puede estar organizada una sociedad política. Por tanto, “democracia”, en cuanto realidad, no en
cuanto mero contenido ideológico, es una forma (una categoría) política, a la manera como la
circunferencia es una forma (una categoría) geométrica. Esta afirmación puede parecer trivial o
tautológica, en sí misma considerada; pero no lo es de hecho en el momento en que advertimos,
por ejemplo, el uso, muy frecuente en el lenguaje cotidiano, de la distinción entre una “democracia
política” y una “democracia económica”. Una confusión que revela una gran confusión de
conceptos, como lo revelaría la distinción entre una “circunferencia geométrica” y una
“circunferencia física”. La confusión tiene, sin embargo, un fundamento: que las formas (políticas,
geométricas) no “flotan” en sí mismas, como si estuviesen separadas o desprendidas de los
materiales a los cuales con-forman. La circunferencia es siempre geométrica, sólo que está
siempre “encarnada” o vinculada a un material corpóreo (a un “redondel”); por tanto, si la expresión
“circunferencia geométrica” significa algo en la realidad existente, es sólo por su capacidad de
“encarnarse” en materiales corpóreos (mármol, madera, metal…) o, más propiamente, estos
materiales primogenéricos, en tanto puedan conceptuarse como conformados circularmente, serán
circunferencias geométricas, realizadas en determinada materia corpórea, sin que sea legítimo
oponer la circunferencia geométrica a la circunferencia física, como se opone la circunferencia de
metal a la circunferencia de madera. La forma democrática de una sociedad política está también
siempre vinculada a “materiales sociales” (antrópicos) más o menos precisos, dentro de una gran
diversidad; y esta diversidad de materiales tendrá mucho que ver con la propia variabilidad de la
“forma democrática” en su sentido genérico, y ello sin necesidad de considerar a la diversidad de
los materiales como la fuente misma de las variedades formales específicas, que es lo que
probablemente pensó Aristóteles: “Hay dos causas de que las democracias sean varias; en primer
lugar… que los pueblos son distintos (uno es un pueblo de agricultores, otro es un pueblo de
artesanos, o de jornaleros, y si el primero se añade al segundo, o el tercero a los otros dos, la
democracia no sólo resulta diferente, porque se hace mejor o peor, sino porque deja de ser la
misma”. Política 1317a).

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