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El desarrollo económico

Reportaje a Walt Whitman Rostow.


En: Biblioteca Salvat de Grandes Temas, N°25, Barcelona, 1973

En el pensamiento económico existen dos acepciones diferentes acerca del


subdesarrollo: la primera, cuyo exponente más significativo es usted, sostiene que el
subdesarrollo es un estado previo al desarrollo, es decir, constituye una etapa normal en
el proceso de industrialización de cualquier país, y la segunda, de los autores
estructuralistas sudamericanos y de toda la corriente de pensamiento marxista, opina
que el subdesarrollo es una consecuencia del desarrollo de unos países y el atraso de
otros; constituye una unidad, cuyos términos no pueden explicarse el uno sin el otro.
¿Cuál es su opinión respecto a este problema?

Primeramente, déjeme resumir las que yo considero etapas de crecimiento. Comienzo


con el estudio de la sociedad tradicional, definida como aquella que no absorbe de
manera regular un flujo de tecnología. Las sociedades tradicionales, históricamente no
eran estáticas, tenían ciencia e invenciones, pero no existía en ellas un flujo estable de
innovaciones tecnológicas. Por esto su historia es cíclica, ya se trate de pequeñas tribus
africanas o de dinastías chinas, imperios, griegos, romanos, persas o hindúes. Estas
sociedades podían expansionarse hasta cierto punto, pero siempre se encontraban con un
techo tecnológico que las llevaría a crisis complicadas y a una posterior decadencia.

Ahora bien, este módulo cíclico de la historia se rompió en Gran Bretaña a finales del
siglo XVIII. Europa occidental y las colonias estadounidenses se hallaban, en los siglos
XVII y XVIII, en lo que yo llamo condiciones previas al take – off. O despegue. Todos
estos países estaban avanzando. La Francia de Colbert, en el XVIII, la Rusia de Pedro el
Grande, y de Catalina, la España de los Borbones, y por supuesto la Holanda del siglo
XVI.

Cuando digo que estos países se encontraban en condiciones previas al despegue, quiero
decir que se realizaban ciertas tareas funcionales necesarias para la industrialización,
pero lejos aún de la moderna acepción del término. Estaban mejorando sus mercados
nacionales con carreteras y canales, de modo que las interconexiones de mercado fueron
más eficientes. Expansionaban su comercio tanto interior como exterior; habían llegado
a producir en gran escala objetos de artesanía y productos manufacturados. En el sentido
más amplio, sus sistemas educativos se transformaban.

En este proceso dinámico se tejió la revolución científica. De distintos modos y en


conjunción con otras fuerzas, se generó una concentración de talentos innovadores. La
Gran Bretaña de los siglos XVII y XVIII no fue el único país en descubrir que la ciencia
podía proporcionar inventos provechosos, pero los británicos fueron los primeros en
despegar, iniciar el take – off, en llegar a la primera fase de la industrialización basada
en la absorción de nuevas tecnologías. La tarea con que se enfrentó la Europa del siglo
XVIIII no fue distinta a la que tuvo que enfrentarse África hacia 1960: construir una
infraestructura, educar a los seres humanos para que fueran capaces de utilizar la
ciencia, la tecnología y las innovaciones, desarrollar el comercio exterior y prepararse
para la industrialización. El take – off se produce habitualmente en un pequeño grupo
de sectores y, a veces, solamente en una región del país. En el camino hacia la madurez
tecnológica (que ocurre generalmente una generación más tarde), la industrialización se
extiende a los otros sectores, en espacial al metalúrgico, químico, eléctrico, electrónico
e incluso al agrícola.

El estadio siguiente, al que llamo de consumo masivo, es aquel en que todas estas
tecnologías coinciden con un alto nivel de renta media, alrededor de 600 dólares per
cápita, para producir automóviles en serie, bienes de consumo duraderos, viviendas
residenciales, supermercados, etc. Los Estados Unidos fueron los pioneros de este
estadio en los años veinte, Europa Occidental y Japón entraron en él en las décadas de
los cincuenta y sesenta.

En mi libro, Politics and the Stages of Growth (La política y las etapas de crecimiento),
añadí un estadio adicional que denominé “la búsqueda de la calidad”. Técnicamente, es
un estadio en el que ciertos servicios tanto públicos como privados, se expansionan
rápidamente: educación, salud, control de la contaminación urbana… Los Estados
Unidos entraron en este estadio en los años setenta, Europa occidental lo hace en la
actualidad y Japón lo hará en el transcurso de esta década. Es un estadio del que nos
queda mucho por aprender. Ahora bien, ¿cómo se relacionan con Marx? Por mi parte,
mis estadíos son una alternativa a los de Marx. Para éste son: feudalismo, capitalismo,
socialismo y comunismo. Los míos so los que acabo de describir. Ambos empiezan a
converger cuando se llega al último estadio, a la “búsqueda de la calidad”. Para Marx, el
comunismo es el estadio en que la escasez ha dejado de pesar sobre la espalda de los
hombres. Como romántico del siglo XIX, creyó que hasta entonces los hombres habían
sido dominados por lo que él llamó cash nexus, definiéndolo como un deseo egoísta por
esas cosas materiales en un mundo de escasez. Pero cuando ésta terminara, creía que la
buena naturaleza humana afloraría a la superficie y el trabajo se convertiría en una
necesidad para vivir bien, pero no en una condición necesaria para la supervivencia.
Como digo en Las etapas del crecimiento económico, creo que si todo va bien, podemos
llegar a un tiempo en que el trabajo semanal se acorte considerablemente sin la
preocupación de la lucha contra la escasez. Pero aún estamos bastante lejos de esto, y no
se alcanzaría de una manera tan sencilla como la descripta por la visión romántica de
Marx.

En cuanto a la opinión de que el subdesarrollo debe ser explicado en términos de


dependencia –doctrina comunista actualmente muy popular-, creo que toda la historia de
la evolución de las naciones, a través de todos sus estadíos, no es la de un desarrollo
equilibrado, sino de naciones que se destacan y otras que luego las alcanzan en la
carrera por el desarrollo. En uno u otro estadio todas las naciones han sentido la
sensación de dependencia derivada de su relativo desarrollo. Los ingleses, en el siglo
XVII, la sentían respecto a los holandeses, como muchos países subdesarrollados de hoy
la sienten respecto a Estados Unidos, porque los holandeses compraban materias primas
a los ingleses y las vendían transformadas en productos manufacturados. La obsesión de
Colbert, en el siglo XVII, era la dependencia de los franceses respecto a los holandeses.
Incluso el comercio costero francés estaba controlado por barcos holandeses. El
subdesarrollo se debe a la dependencia. Éste es un hecho que surge cuando unas
naciones van más adelantadas que otras en las etapas del crecimiento, y las que se han
quedado atrás se sienten dependientes, vulnerables y reaccionan intentando conseguir el
equilibrio. Algunas veces esta dependencia ha sido directa, como en el colonialismo; en
otras, adopta la forma de situaciones seudocoloniales, como en el caso de China, desde
las guerras del opio de 1840 hasta entrado el siglo XX. Lo que ha sucedido no se ajusta
a las teorías izquierdistas de reducir la dependencia de las naciones más atrasadas
intentando la autonomía y prescindiendo del capital extranjero. En el caso de Estados
Unidos y Japón, ambos han explotado oportunidades de los contactos exteriores, de
capital y de comercio, para modernizarse.

Los estadounidenses fueron los primeros en exponer la doctrina que relaciona la


industrialización con un sentido de la dependencia y la independencia. Después de
conseguir su independencia política dependían aún en gran manera de los ingleses,
respecto a los productos manufacturados. No podían controlar su propio comercio. En
1791, Alexander Hamilton, en un documento presentado al Congreso de Estados
Unidos, fue el primero en manifestar la doctrina que hoy hacen suya los países
subdesarrollados: “Debe desarrollarse el sector de productos manufacturados, no sólo
por la prosperidad, sino para la independencia de nuestra nación”. Desde entonces, ésa
ha sido la única respuesta.

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