¿Como convivir con un bipolar?

El Trastorno Bipolar es una de las enfermedades mentales más conocidas del mundo, pero a pesar de su
popularidad, se desconoce las verdaderas implicaciones de la enfermedad o se tiende a concebir una
idea errada de esta. Comúnmente se alude que los constantes cambios de ánimo en una persona son la
principal característica para su diagnóstico, sin embargo, el padecimiento resulta ser más complejo que
un estado de ánimo cambiante. Es por eso que la convivencia con un bipolar, implica grandes desafíos,
tanto para el entorno social como para el individuo que lo padece. Debo aclarar que durante el
transcurso de este ensayo utilizaré los conceptos individuo y sujeto para referirme a una persona que
padece el trastorno de bipolaridad.

Un individuo con Trastorno Bipolar sufre estragos es sus relaciones interpersonales, siendo clave su
relación con el entorno social como factor incidente en la evolución de la enfermedad. Una persona con
bipolaridad , es un individuo que se relaciona con el medio que lo rodea, por ende no puede quedar
ajeno a su influencia, además muchas de sus decisiones serán el resultado de esta interacción. Por este
motivo, el propósito del ensayo sera plantear y argumentar; que una adecuada convivencia interpersonal
entre el individuo y su entorno será la herramienta principal para su rehabilitación.

Como autor de este ensayo, consideró crucial que los lectores de este, se predispongan a comprender al
Trastorno Bipolar como una enfermedad de alta gravedad, considerando que es la enfermedad
psiquiátrica con la tasa más alta de suicidios a nivel mundial (según Sergio Galván cazares, psiquiatra del
Hospital Ángeles en Tijuana), habiendo dicho esto y esperando que comprendan la importancia de este
documento, procedo a explicar qué es la bipolaridad como trastorno mental.

Cuándo hablamos de un individuo con Trastorno Bipolar, hablamos de alguien que transita entre 2 fases,
la fase maníaca y la fase depresiva.

En la primera se experimenta un sentimiento extremo de bienestar, energía, optimismo, euforia o ira. La

intensidad de esta fase lleva al individuo a distorsionar la realidad de su entorno e incluso la apreciación
de el mismo, estando expuesto a episodios de irritabilidad con personas que no comparten la misma
opinión, y cayendo en la búsqueda constante de diferentes formas de satisfacer las demandas que sus
múltiples pensamientos exigen. Todo lo anteriormente mencionado es la descripción de una fase que
lleva al individuo por una senda de descontrol, estando este impedido de razonar sus actos e incapaz de
alcanzar el tan anhelado auto control, dificultando así el establecimiento de lazos con su entorno.

Para ejemplificar este comportamiento desaforado, citaré las palabras de un individuo anónimo que
padece de Trastorno Bipolar; "El día que me traté de matar estaba fuera de mí, había pasado mucho
tiempo aplastado en un sillón o recostado en la cama, sin poder moverme, y, al día siguiente, luego de
despertar, me sentía pletórico. Invadido por una fuerza torrencial, destruí la habitación. Hice todo
añicos"(ruizhealytime.2015, 21de mayo).

Por el contrario, en la fase depresiva, el individuo experimenta sentimientos de depresión intensa y

desesperanza, aunque, no esta demás decir que el sentimiento de depresión es algo que todos vivimos
de vez en cuando, de hecho, la depresión es una etapa necesaria en la vida para la auto superación y la
auto realización, sin embargo en una depresión causada por un trastorno mental el sentimiento de
desolación y desesperanza es mucho peor, provocando que el individuo sea incapaz de disfrutar. En esta
fase, se puede experimentar múltiples sentimientos de culpa, que se es peor que cualquier otro
individuo e incluso que se ha dejado de existir. En la mayoría de los casos el sentimiento de culpa es un
derivado de la frustración, ya que el individuo se siente incapaz de superar la depresión y se culpabiliza
por ello.

La problemática que supone el transito entre ambas fases, radica en la presonalidad del individuo, ya
que una personalidad fragmentada no propicia un adecuado desarrollo de sus capacidades, es por eso
que la noción de autoimagen es difusa tanto para el sujeto como para el medio social que lo rodea.
Debemos tomar en cuenta que uno de los aspectos más importantes de nuestra personalidad es la
forma en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.

La interacción con nuestro entorno nos presenta constantemente múltiples opciones, ya sea de
opiniones o decisiones que debemos tomar en determinadas circunstancias, ahora bien, independiente
de las opiniones que formamos o decisiones que tomamos nuestro entorno ya ha establecido una idea
anticipada (inconscientemente) de cual deberá ser nuestra decisión, por este motivo nuestra
personalidad buscará satisfacer el cómo deseamos que nos vean, en relación a cómo nos ven realmente.
Si bien no todos buscan encajar en esta idea previamente establecida por nuestro entorno, sí
buscaremos un lugar en el cual podamos interactuar con total comodidad, sintiendonos acogidos y
aceptados, este lugar sera denominado como zona de confort.

La zona de confort es el lugar físico y mental en el cual nos sentimos seguros, protegidos y con un
mediano control de nuestra vida. Esta zona abarca tanto un lugar físico como un conjunto de acciones
que componen nuestra rutina diaria, siendo así todo conocido y sin la presencia de factores estresores.

Ahora bien, cualquier individuo que padezca un trastorno mental como lo es el caso de la bipolaridad,
esta expuesto a estresores que generan tensión cronica, tensión que agravaria el transito entre la fase
maníaca y depresiva, es por eso que la construcción de la zona de confort debe estar sujeta a la realidad
socio-ambiental del sujeto.

La construcción de esta zona depende de todos quienes rodean al individuo, iniciando por el entorno
familiar; ellos deben asegurar un ambiente libre de variables de riesgos, ya que estas propician los
factores estresores, como por ejemplo la exposición a conflictos familiares constantes, a barrios con
viviendas en malas condiciones, trazados urbanísticos caóticos con alto indice de contaminación
acústica; que impiden y entorpecen enormemente las relaciones interpersonales. También es influyente
el aporte de aquellos que forman parte de la vida diaria del individuo, por eso el retó dicta
principalmente de la disposición a colaborar por parte del entorno social.

Otro punto importante es la construcción de la personalidad, como mencioné anteriormente es

importante para conseguir una adecuada interacción con nuestro entorno, pero ¿Por qué es
importante?. Definir nuestra personalidad es relevante ya que con ella puedo saber quién soy, de dónde
vengo y a dónde voy, que quiero y que no quiero. Habiéndonos conocido y definido podremos arovechar
nuestras cualidades poniéndolas en disposición de nuestras metas. De no ser así, sere considerado inútil,
siendo marginado y catalogado con una connotación negativa.

Supongamos que un compañero de nuestro entorno padece Trastorno Bipolar, y que nosotros
mantenemos una interacción constante con él, en está interacción nos encontramos con una persona
sin postura ni personalidad definida, asumiendo así la imagen de una persona inestable, con opinión y
postura variantes. Siendo así el caso, inconscientemente terminaremos catalagondo a la persona con una
connotación negativa, como alguien con quien es difícil establecer una relación de cualquier índole, ya
que jamás lograremos crear un lazo de empatía, compartir un mismo interés u opinión.

Si no somos capaces de integrar a un individuo con bipolaridad, y si por el contrario, lo marginamos, nos
transformamos en otro factor incidente de la inestabilidad emocional del individuo, además de relegar
su persona a una posición en la cual se le considera inservible. Pero, si decidimos integrarlo, aceptando
su condición mental y con total disposición a ayudarlo en el desarrollo de sus capacidades, nos
transformamos en factores influyentes en su rehabilitación, pues el incentivo de superación personal
conlleva beneficios en post del desarrollo de aptitudes y cualidades, propiciando al mismo tiempo el
auto control y la auto disposición del individuo para ser parte de un tratamiento que lo ayude en su
rehabilitación.

Inconscientemente identificamos a las personas de nuestro entorno, ya sea por sus características fisicas
o por sus capacidades, y al mismo tiempo las catalogamos. En la mayoría de los casos la categorización
de personas define cuál será nuestro círculo de interacción o círculo social. Teniendo en cuenta este
sistema y conociendo a la vez la importancia de las relaciones interpersonales, invito a los lectores a
expandir este círculo, compartiendo e integrando a cualquier individuo que padezca de algún trastorno
mental.

En el caso de un sujeto con Trastorno Bipolar, no será posible su integración si no aceptamos su

condición, a sabiendas de que le enfermedad es producida por un desequilibrio químico en el cerebro a
la par de factores socio-ambientales. Es por eso que no debemos culpar al individuo bipolar por su
condición, ya que la enfermedad no es causado a voluntad; como muchos creen, si no por el contrario, la
enfermedad se desarrollo independientemente de la voluntad de su portador.

Las malas condiciones de trabajo, la deserción escolar y muchos otros factores negativos en los cuales
tanto la família como la sociedad inciden, hacen que un sujeto bipolar vea cada vez más confuso su
proyecto de vida y/o su razon de existir.

Todo aquél que conviva o sea parte de la vida de un bipolar tiene la responsabilidad moral de
desempeñar una importante labor cotidiana, en esta labor debemos transformarnos en referentes
positivos que doten de herramientas al individuo para que se relacione con la sociedad. Nuestra labor es
incentivar desafíos que promuevan el progreso de la confianza personal, la perseverancia, la
autoevaluación y la autonomía de un individuo bipolar, de esta forma la enfermedad evolucionará
decrecientemente y con el tiempo facilitará el tratamiento empleado por especialistas.
De todo lo expuesto recomiendo al entorno familiar de un individuo bipolar buscar asesoramiento con
especialistas, las áreas de psicología trabajan con los familias y los instruyen para un adecuado
acompañamiento, ya que el Trastorno Bipolar no sólo afecta a quien lo padece, también afecta a quienes
velan por la seguridad del individuo, por eso la enfermedad debe ser abordada con seriedad y
responsabilidad.

Bibliografía

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