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¿Estamos preparados para el mercado oriental o seremos domados por el fuego del dragón?
¿O es que, acaso aún, no nos sentimos seguros de pertenecer al competitivo escenario internacional
y ser nosotros también actores en el mercado chino?
Sabemos que China es el país que se ha adaptado rápidamente a las megatendencias y que
posee la población más grande del mundo, siendo llamada a convertirse en centro económico de
poder mundial por las estrategias externas de inserción que despliega en la economía; mediante
alianzas empresariales, intercambio comercial, la inversión y las vinculaciones tecnológicas que
desarrolla como resultado los países latinoamericanos, entre ellos la economía peruana, se verán
beneficiados por el auge de la economía China.
Entonces, ¿De qué manera el Perú al firmar el TL con China, incrementará sus negociaciones?
Al inicio el comercio entre estos países no era tan significativo, pero en las últimas décadas ha
ido aumentando en forma rápida, es por ello, que China a partir del año 1990 se convirtió en el
principal comprador de harina de pescado y uno de los más importantes del hierro, permitiéndonos
de esta manera que más del 90% de nuestras exportaciones se destinen a la futura potencia
mundial, con un ritmo de crecimiento anual alto a diferencia de los demás países que enfrentan
dificultad.
Somos uno de los países más beneficiados con recursos naturales que deben ser explotados,
pero para ello necesitamos personal especializado y financiamiento económico. Además contamos
con mayores posibilidades de convertirnos en el punto HUB de Latinoamérica, y por ende un país
poderoso. ¿Cómo lograrlo?
Preparándonos para vender en grandes cantidades, creando una oferta exportable de los
productos agroindustriales, textiles como las ropas de algodón pima y la explotación de nuestro mar
peruano ya que está reconocido como uno de los más ricos en biodiversidad, también lanas de
camélidos y la artesanía que son capaces de competir en el mundo; se sabe también que el último
acuerdo firmado entre China y Perú es una gran oportunidad para los exportadores peruanos al
permitirles ingresar con mayor facilidad al mercado oriental.
En primer lugar desarrollar una inteligencia comercial, es decir, hacer un estudio del mercado
para saber como los consumidores chinos quieren estos productos, cómo presentarlos y como
marketearlos. Por otro lado establecer contacto estratégico con personas especializadas y empresas
conocedoras de este amplio mercado. Sabemos que no va a ser fácil, ya que no conocemos
suficientemente su cultura, su idioma, su política y las regulaciones diversas, es diferente al resto del
mundo y muy diferente a la nuestra
Perú, quizá no logre dominar el fuego comercial del dragón, pero sin duda alguna, nos estamos
asegurando un espacio fundamental con una de las economías más grandes del mundo y futura
potencia mundial.