UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA, DEPARTAMENTO

DE ARQUEOLOGÍA DEL MEDITERRÁNEO CLÁSICO

EL CULTO DE AQUILES EN LA ISLA DE LEUCE

Por:

Jesús Duarte Ruz

GRIEGOS EN OCCIDENTE

Madrid, XIX de 2018

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

ÍNDICE.

1. Introducción
2. Colonización griega en el Ponto Euxino
3. Pueblos del Ponto Euxino y su relación con Aquiles, los escitas
4. El culto a Aquiles en Leuce
5. El culto a Aquiles en Olbia Póntica
6. El culto a Aquiles en Berezan
7. Conclusiones
 El templo de Aquiles en Leuce o la Isla Blanca (actualmente conocida como
Zmeinÿi) fue descubierto en 1823 por el capitán de la flota rusa, N.D. Kristikii (FIG. 1.).

Está en el Mar Negro, situada a 50 quilómetros aproximadamente al sureste de la

desembocadura del brazo septentrional del Danubio, dentro de una vía comercial que
englobaba todo el litoral occidental y septentrional del Ponto, convirtiendo la isla en un
lugar conocido y frecuentado por los navegantes.

En la Etiópida de Arctino de Mileto encontramos quizá, la primera relación entre la

isla y el culto a Aquiles. Esta obra, actualmente perdida, nos ha llegado a través de
Proclo, que describió los episodios principales de la obra, un compendio de relatos en
los que participaban buena parte de los héroes homéricos. Describió escenas como el
combate contra la amazona Pentesilea, el asesinato de Tersites, el viaje a la isla de
Lesbos, el combate contra Memnón y la muerte de Aquiles a manos de la flecha de
Paris y Apolo. Según Proclo,
Tetis y las Nereidas
condujeron, tras los
funerales, a Aquiles hacia la
Isla Blanca.

Arctino ya situaba la isla

en la desembocadura del
Istro. Según el análisis
arqueológico, el
establecimiento del culto de
Aquiles en Leuce podría ser
anterior al último tercio del
siglo VII a.C.

Fig.— 1 Plano de la Isla de Leuce con el templo de Aquiles realizado por

Kritskii

G. Hedreen (1991) defendió que la concepción mítica de Aquiles estaba

intrínsicamente relacionada con Memnón, ya que los enclaves de sus tumbas estaban
geográficamente opuestos, norte y sur. Con el desarrollo de la colonización y la mejora
de la geografía los milesios creyeron encontrar, quizás, la isla de Aquiles en Leuce,
estableciendo un culto en su honor.

Fig. — 2 Detalles de piedra y terracota de la isla de
Leuce procedentes del museo de arqueológico de Odessa.
dos templos de dos épocas distintas y que en ambos se
veneró al héroe de Troya (FIG. 2.).
En cuanto al templo, es discutible a
día de hoy no solo el tipo de
estructura, sino también, su rol dentro
del culto al héroe, Anna S. Rusyaeva
(2003) hace un extraordinario
recorrido histórico sobre las distintas
campañas y visitas que recibió el
yacimiento desde su descubrimiento
por parte del capitán ruso N.D. Kristii
hasta tiempos más próximos, donde
defiende que en la isla han existido

En el Museo Arqueológico de Odesa, en Ucrania, se

conservan restos de arquitectura monumental que Fig.— 3. Discos votivos procedentes

de Leuce, grabados conservados en el
proceden de la isla, extraídos del mismo lugar de dónde British Museum. S. VI a.C.

Kristikii localizó el templo de Aquiles.

Hay indicios de que el culto al héroe adquirió una faceta oracular, que queda constatada
por la cantidad de exvotos en forma de disco depositados en la isla, donde vemos
decoraciones variopintas, como serpientes o barcos y los anagramas Α, ΑΧΙ, ΑΧΙΛΛ,

ΑΧΙΛΛΕ o ΑΧΙΛΛΕΙ, que se refieren al mismo Aquiles (FIG. 3.). Los restos
hallados nos establecen un mapa cronológico que va desde el siglo VI a.C. hasta el III
d.C.

Parece ser, que los discos de arcilla, son

ofrendas votivas apropiadas para los héroes.
En cuanto a su función, algunos académicos
las identifican como piezas de juego. Según
está interpretación se establece una

Fig.— 3 Ánfora de Exequias, Aquiles y Áyax

jugando a un juego de tablero, Museos Vaticanos
550-530 a.C.
comparativa con los tableros y dados encontrados en algunas necrópolis de época
arcaica en Grecia.

En algunas representaciones, vemos a Aquiles jugando a juegos de mesa, actividad de la

que disfrutaba también en su vida futura (FIG. 4).

Una de las piezas más significativas de la isla de Leuce es un lécito de barniz negro,
del siglo IV a.C. donde aparece inscrito lo siguiente:

Fig.— 4. Lécito votivo de barniz negro hallado en Leuce, s.IV a.C.

Γλαὺκος, ὲσπλῦν αἳδεο

«Glauco, mira con respeto el hacerte a la mar»

Γλαὺκóς, με ὰνέθηκεν ᾽Αχιλλῆι Λευκἠ (ς) μεδέοντι παῖ(ε)ς πασιδἡō

«Glauco, hijo de Posideo, me consagró a Aquiles, Protector de Leuce»

En las dos inscripciones, nos encontramos ante la consulta al oráculo de Leuce con
una respuesta. Glauco consultó al oráculo si las condiciones para partir a la mar eran
propicias y los sacerdotes le aconsejaron que lo mejor era permanecer en tierra. Al
observar el marinero que el aviso fue propicio para él, dedicó el lécitos en honor a la
Aquiles.

Flavio Arriano en su Periplo por el

Ponto Euxino, afirmó que en esta isla
existía un oráculo (χρησμός) del héroe al
que acudían los navegantes y marineros
asiduamente, bien por ser un destino
enmarcado en la ruta comercial o bien por
las inclemencias del tiempo. Es interesante Fig.— 5. Fragmento de cántaro firmado por Epiktetos
Nikostenes, 525 – 475 a.C.
la descripción de los elementos votivos del recinto, de gran valor algunos, como el
kantharos firmado por Epiktetos Nikosthenes (FIG. 5.), que presenta una escena de
symposium, además del poder de elección de los que se dedicaban al vaticinio, sobre
todo en los animales a sacrificar.

21. La isla está despoblada, se observan pocas cabras, consagradas a Aquiles […] Y
otras muchas ofrendas, ricas muchas ellas, están expuestas en el templo, todas ellas en
agradecimiento para Aquiles. 22.1. […] Muchos trasladan víctimas a la isla para
sacrificarlas, en honor a él; otros, en cambio, se ven obligados a atracar por las
inclemencias del invierno, estos últimos dedican una víctima ante el oráculo del dios.
Éste, decide que víctima es la más grata para él […].

Siguiendo la misma línea del texto, algo más abajo, vemos otro fragmento que nos
manifiesta el poder de Aquiles como guardián y salvador de los marineros, a los que se
presenta en epifanías, ya sea en sueños o en vigilia. El héroe-dios tiene una
preponderancia y un poderío similar al de los Dioscuros y como ellos, puede convocar a
otros aliados como Patroclo, no obstante, todo esto esta limitado única y exclusivamente
a la isla de Leuce.

Tanto por el epígrafe vascular, como por las inscripciones votivas en los discos,
donde además en algunos casos aparecen figuras de barcos y serpientes, podemos
aseverar que Aquiles estuvo ligado a la navegación y al mar.

25. (Se cuenta también que) Aquiles se aparece en sueños a aquellos que hacen es- cala
en la isla, y a los que van navegando, cuando están a poca distancia, y que les dice por
dónde es mejor abordar la isla y dónde echar el ancla. Otros incluso dicen que a ellos
se les apareció Aquiles, estando despiertos, en el mástil de la nave o en el extremo de la
verga de la vela, exactamente igual que los Dioscuros. En un solo aspecto Aquiles es
inferior a los Dioscuros, en que los Dioscuros se hacen visibles a los que navegan por
cualquier sitio y al aparecerse se convierten en sus salvadores, mientras que (Aquiles)
se aparece a los que están ya cerca de la isla. Otros dicen que en sueños han visto
también a Patroclo. Esto que he escrito sobre la isla de Aquiles procede de la tradición
oral de quienes se han acercado a ella o han recibido la información de otros.

En conclusión, aunque a día de hoy no queda muy clara la estructura del templo de
Aquiles en la isla, si que podemos confirmar que la relación mítica y divina entre el
héroe de Troya y el Mar Negro se establece desde por lo menos el siglo VI a.C, gracias
al pie de lécito con la consulta y respuesta oracular.

Aunque es un hecho epigráfico aislado, la suma de otros materiales, como los discos
votivos analizados anteriormente o los restos de estructuras monumentales que
permanecen en el museo de Odesa nos ayuda a asociar la veneración de Aquiles a
Leuce.

Gracias a Arriano, vemos detalles como el funcionamiento del oráculo en la isla,

destacando la frecuentación del enclave por parte de navegantes que acudían y
mercadeaban por el Mar Euxino.

Si realizamos una comparación entre lo obtenido en Leuce con otras regiones como en
Olbia Póntica o Berezan, vemos elementos en común que permite extender el culto más
allá de la isla.
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Bibliografía clásica

Flavio Arriano, Periplo por el Ponto Euxino (trad. De Carlos Sarmiento,

Gredos)