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Migrañas

Qué es
Ni todos los dolores de cabeza son migrañas, ni todas las migrañas cursan
con dolores de cabeza. La cefalea o dolor de cabeza es una de las formas
más comunes de dolor. Aunque su causa es desconocida, el dolor que la
produce se debe a una dilatación de las arterias situadas en el cráneo.

Una migraña es un dolor de cabeza recidivante, pulsátil e intenso que


habitualmente afecta a un lado de la cabeza, aunque puede afectar a
ambos. El dolor empieza repentinamente y puede estar precedido o
acompañado de síntomas visuales, neurológicos o gastrointestinales.

Aunque la migraña puede iniciarse a cualquier edad, generalmente


empieza en personas entre 10 y 30 años de edad. A veces desaparece
después de los 50 y es más frecuente en mujeres que en varones. Si se
tiene en cuenta que más del 50 por ciento de las personas con migraña
tienen familiares que también la padecen, es de suponer que la tendencia
puede estar transmitida genéticamente. En general, el dolor de la migraña
es más grave que las cefaleas tensionales.
Etiología
El nervio trigémino se encuentra en el cerebro y transmite sensibilidad a
la cabeza. Una de las ramas de este nervio conecta con los vasos
sanguíneos de las meninges, tejido que recubre el cerebro. En ocasiones,
las meninges se inflaman provocando una sensación de dolor que es
transmitida al cerebro a través del trigémino y, por tanto, provoca el
dolor de cabeza: es decir, la migraña.

Causas
Las causas exactas de las migrañas se desconocen, aunque se han
estudiado varias teorías. Actualmente se cree que la migraña es un
trastorno constitucional con base genética. Las causas desencadenantes
son difíciles de identificar y diferentes en cada personas, pero las más
frecuentes son:

 Herencia: Aunque la forma de herencia no está totalmente


establecida, en algunas formas especiales de migraña ya se ha
identificado el gen que la transmite situado en el cromosoma 9.

 Edad: En la infancia la migraña se presenta por igual en niños y niñas.


A partir de la pubertad y debido a los cambios hormonales, se dispara
la incidencia de migraña en las mujeres.

 Estrés y ansiedad: Es necesario aprender a relajarse, buscar alguna


distracción en momentos estresantes.

 Hormonas: Lo más frecuente es padecer una o dos crisis al mes,


fundamentalmente en la época de primavera y otoño, y éstas pueden
llegar a durar de 4 a 72 horas. Además del intenso dolor de cabeza
estas dolencias van acompañadas de otros síntomas como náuseas,
fotofobia o vómitos. En menor medida pueden provocar irritabilidad,
anorexia, vértigos y mareos. La migraña suele empeorar con la
ovulación y la menstruación, así como con la toma de anticonceptivos
orales. El embarazo, sin embargo, suele mejorar transitoriamente la
migraña y muchas mujeres mejoran extraordinariamente cuando
desaparece la menstruación (menopausia).

 Ingestión de alcohol y dieta: Algunos alimentos y bebidas pueden


desencadenar ataques de migraña. Por ejemplo, el alcohol,
especialmente el vino tinto o burdeos; las comidas con glutamato
monosódico MSG; productos que contienen tiramina; o las carnes en
conserva con nitratos.

 Falta o exceso de sueño: También puede ser un desencadenante de la


migraña.

 Factores medioambientales: El tiempo o los cambios de temperatura,


las luces deslumbrantes o las fluorescentes, las pantallas de
ordenador, los fuertes olores y las elevadas altitudes.

Cronificación de la migraña
Una migraña puede reaparecer de manera crónica si el paciente no toma
las medidas adecuadas para contrarrestar sus efectos. Según la SEN,
cerca de un tres por ciento de las personas con migraña pasan de tener
una migraña episódica a una crónica cada año, mientras que un seis por
ciento pasa de una migraña de baja frecuencia a otra de alta frecuencia.
Algunas de las causas que pueden provocar esta cronificación son las
siguientes:

 Automedicación.

 Consumo excesivo de analgésicos.

 Falta de diagnóstico y tratamiento.

 Sobrepeso y obesidad.

 Trastornos respiratorios del sueño, como el SAHS (apnea del sueño).

 Depresión, estrés y ansiedad.

Síntomas
No se dispone de ninguna prueba de laboratorio que sea útil para el
diagnóstico de la migraña, aunque, debido a su patrón específico del
dolor, suele resultar fácil identificarla. Alrededor del 20 por ciento de las
personas manifiestan síntomas de depresión, irritabilidad, inquietud,
náuseas o falta de apetito, que aparecen unos 10 a 30 minutos antes de
iniciarse el dolor de cabeza (período denominado aura o pródromo).

Un porcentaje similar de personas pierde la visión en un área específica


(denominado punto ciego o escotoma), o perciben luces dispersas o
centelleantes; con menos frecuencia sufren una distorsión de las
imágenes, como por ejemplo, cuando los objetos parecen más pequeños o
más grandes de lo que en realidad son. Algunas personas experimentan
sensaciones de hormigueo o, con menor frecuencia, debilidad en un brazo
o pierna. Es habitual que estos síntomas desaparezcan poco antes de
iniciarse la cefalea, pero a veces se mezclan con el dolor.

Las etapas de un ataque de migraña se pueden clasificar de la siguiente


manera:

1. Síntomas premonitorios (pródromos)


Aparecen entre dos horas y dos días antes de iniciarse el dolor. Se pueden
detectar ciertos síntomas que podrían mantener relación con un mal
funcionamiento del hipotálamo, región del cerebro que controla el
equilibrio interno del cuerpo. Algunos de estos síntomas son cansancio,
dificultad para concentrarse, aumento del apetito, bostezos y retención
excesiva de líquidos. Estos síntomas aparecen en un 60 por ciento de los
pacientes.

2. Aura
Son los síntomas neurológicos transitorios, que se instauran de forma
progresiva y provocan alteraciones en la visión en la mayoría de los casos
y, en menor medida, de sensibilidad o del lenguaje. Se debe a una
depresión cortical propagada: el lóbulo occipital del cerebro lanza una
onda que se emite de atrás a adelante provocando una disfunción en las
estructuras cerebrales. El aura sólo se da entre el 15 y el 20 por ciento de
los pacientes con migraña, y tiene una duración entre 10 y 30 minutos. No
todas las migrañas presentan aura.

Los tipos de aura más frecuentes son:

 Aura visual: Es la más común, aparece en un 90 por ciento de las


migrañas con aura. Su forma tiende a ser la de un destello en la mitad
del campo de visión que se va extendiendo en forma de líneas en
zigzag que se desplazan hacia uno de los lados. Existen a su vez
distintos tipos de alteración de la visión:

o Formas negativas: El campo visual se ve afectado en ciertos


puntos.
o Formas positivas: Aparecen imágenes falsas, con destellos o
distorsiones.
o Formas complejas: Alteran la visión, ya sea cambiando el color
o el tamaño de los objetos del campo visual.

 Aura sensitiva: Aparece en un 60 por ciento de los casos. Consiste en


una sensación de hormigueo que aparece en los dedos de la mano y
se extiende hacia los hombros y, en ocasiones, hasta la boca y la
lengua.

 Aura del lenguaje: Es poco frecuente. La persona que sufre este tipo
de aura presenta problemas para articular palabras o para entender a
otros.

 Aura retiniana: Es muy poco habitual. Sus síntomas son los mismos
que los del aura visual, pero afecta a un solo ojo.

 Aura del troncoencéfalo: Es muy poco frecuente. Los síntomas


aparecen en el tronco encefálico y son comunes a los de las auras
visual, sensitiva y del lenguaje.

 Aura motora: Muy poco frecuente. Produce una parálisis temporal de


una parte o la totalidad del cuerpo, aunque no suele durar más de un
día.

3. Fase de dolor
Se suele presentar como una molestia leve de cefalea que se va
incrementando en intensidad. Tiene una duración de entre cuatro y 72
horas, aunque sólo una sexta parte de los pacientes la sufren durante más
de 48 horas. El tipo de dolor y su zona afectada varía en cada paciente.
4. Fase de resolución o de “resaca” (postdromos)
El dolor provocado por la migraña va desapareciendo, aunque el 80 por
ciento de los afectados afirma encontrarse mal tras el episodio de dolor
intenso. Su duración es variable: desde pocas horas hasta varios días.

Prevención
Puesto que no están claras cuáles son las causas concretas de una
migraña, resulta difícil determinar una forma de prevenirla. Sin
embargo, se pueden seguir unas recomendaciones relacionadas con
algunos de los síntomas frecuentes de los pacientes que sufren migraña,
de forma que las probabilidades de que aparezca sean más bajas:

 Dieta: algunos pacientes relacionan la ingesta de ciertos alimentos


con un episodio de migraña. Es por lo tanto importante saber con
certeza cuál es el alimento desencadenante y evitar sólo aquel que lo
provoque. Entre los alimentos que actúan como posible
desencadenante se encuentran el alcohol, la comida china, los
ahumados, el chocolate, los frutos secos, los cítricos o la cafeína.
Ayunar se asocia igualmente con la aparición de migraña, por lo que
es importante comer varias veces a lo largo del día en horarios
regulares.

 Higiene del sueño: mantener unos hábitos de sueño saludables,


descansando las suficientes horas y con un horario constante, puede
evitar un episodio de migraña.

 Nivel de hormonas: especialmente indicado para las mujeres que


sufren migraña durante los ciclos menstruales. Las variaciones de
estrógenos que pueden provocar, por ejemplo, los anticonceptivos
pueden empeorar los episodios de migraña.

Tipos
Existen diversos tipos de migrañas: la migraña con aura está precedida
de alteraciones de visuales, como manchas negras en el campo visual o
visión de puntos o líneas luminosa. La migraña acompañada aparece con
pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo o con alteraciones en el sistema
nervioso central. Otro tipo de migraña, sin cefalea, se caracteriza por
vómitos, náuseas y abatimiento, sin que aparezca dolor de cabeza. El 90
por ciento de los pacientes que sufren los tipos de migraña más
frecuentes, que son:

 Cefalea de tensión: es un dolor leve o moderado. Puede estar


provocado por el estrés, malas posturas, fatiga o depresión.

 Cefalea de racimo: Es más frecuente en mujeres. Se trata de un dolor


en uno de los lados de la cabeza que se extiende hasta llegar al ojo.
Puede durar unos 15 minutos y a menudo ocurre por la noche.

 Migrañas o jaquecas: Constituye un conjunto de síntomas entre los


que se encuentran, además del dolor de cabeza, vómitos, náuseas,
sensibilidad a la luz y al ruido. Las migrañas son trastornos que tienen
base hereditaria. El dolor suele localizarse en una parte de la cabeza
o en toda. Tiene un carácter pulsátil y se acompaña de un malestar
generalizado. Este dolor empeora normalmente con la actividad física
y mejora con el reposo. Afecta a 17 de cada 100 mujeres y a un 5 por
ciento de los hombres.
Migrañas crónicas
Son aquellas que aparecen durante más de 15 días al mes. Son poco
frecuentes, ya que sólo aparecen en el dos por ciento de todos los casos de
migraña. Sus causas pueden ser diversas: herencia, uso frecuente de
analgésicos, malos hábitos higiénicos o dietéticos, ansiedad o depresión.
Afectan más a las mujeres.

Migrañas menstruales
Es la migraña que aparece durante el inicio o fin del ciclo menstrual.
Suele comenzar a ocurrir en la menarquia y tiende a desaparecer con la
menopausia. Se relaciona con la caída de estrógenos que se produce antes
de la menstruación. Existen dos tipos:

 Migraña menstrual pura: La migraña ocurre desde dos días antes del
sangrado hasta dos días después, pudiendo variar su duración. No se
dan más episodios a lo largo del resto del ciclo.
 Migraña relacionada: La migraña ocurre de la misma manera que la
menstrual pura, pero además aparecen más episodios de dolor a lo
largo del ciclo.

Diagnóstico
El diagnóstico de la migraña es de difícil identificación, según advierte la
SEN. La media de tiempo en que se tarda en diagnosticar una migraña es
de 28,7 meses. Esto se debe a la baja frecuencia con la que las personas
afectadas acuden al médico en busca de un tratamiento, y a que la mitad
de las personas que padecen de migraña desconocen que la tienen.

De forma general, se realizan las siguientes observaciones:

 Duración: puede durar de 4 a 72 horas.


 Localización: puede estar en un lado de la cabeza o ambos.
 Cualidad: el dolor es sordo o pulsátil.
 Intensidad: moderada o severa.
 Influencia de la actividad física.
 Otros síntomas: nauseas, vómitos, fotofobia, fonofobia.
Tratamientos
Aunque todas las migrañas están asociadas con el dolor, difieren en su
severidad y su frecuencia. Por ello es necesario crear un tratamiento a
medida que atienda las necesidades individuales de cada enfermo. La
medicación intensa es empleada para tratar cefaleas determinadas y
deben usarse rápidamente en la fase inicial. En ocasiones también son
efectivas para la reducción de otros síntomas del ataque, como las
náuseas, los vómitos o la sensibilidad al ruido o la luz. Las terapias
preventivas son empleadas de forma diaria para prevenir los ataques o
reducir su frecuencia y severidad.

Dentro de estas terapias se encuentran las farmacológicas y las no


farmacológicas, como las terapias físicas y de comportamiento. Por
último, los medicamentos de rescate se aplican cuando la medicación
intensa falla. Generalmente pueden administrase en casa, aunque algunas
terapias más agresivas que requieren inyecciones intramusculares o
intravenosas se dan en el consultorio médico o en el servicio de urgencias.
Este tratamiento puede causar somnolencia, lo que resulta adecuado para
aliviar el dolor, aunque algunos pacientes se quejan porque les impide
continuar con sus actividades cotidianas. Existen cinco agentes diferentes
para el tratamiento individual de las migrañas:

 Analgésicos: aspirinas, ibuprofeno, paracetamol o metamizol. No


presentan altos índices de eficacia en el tratamiento, por lo que sólo
resultan efectivos en migrañas leves o moderadas. Se deben evitar
aquellos con barbitúricos, codeína y cafeína.

 Antiinflamatorios: sólo están indicados en episodios de leve o


moderada intensidad y deben estar prescritos por un profesional
médico. Los antiinflamatorios con eficacia demostrada son ácido
acetilsalicílico, naproxeno sódico, ibuprofeno, dexketoprofeno y
diclofenaco.

 Antieméticos: se usan para crisis de migraña con náuseas y vómitos.

 Ergotamina.
 Triptanes: se consideran los medicamentos más efectivos para las
migrañas de intensidad moderada o grave. Algunos tratamientos
combinan varios agentes, pero su abuso puede agudizar el problema
en lugar de aliviarlo. Su consumo es prescrito por un médico y deben
tomarse al inicio del episodio de migraña. Algunos de ellos son
sumatriptán, zolmitriptán, naratriptán, rizatriptán, almotriptán,
eletriptán o frovatriptán, y cada uno tiene indicaciones específicas.

Existen también varios medicamentos que pueden prevenir la aparición


de una crisis de migraña:

 Betabloqueantes: para migrañas sin aura, por hipertensión arterial o


embarazo.

 Neuromoduladores: para migrañas con o sin aura, de epilepsia,


crónicas o de sobrepeso.

 Calcioantagonistas: para migrañas con o sin aura en casos de


intolerancia de betabloqueantes o topiramato.

 Antidepresivos: para migrañas por depresión o cefaleas de tensión.

 Antihipertensivos: para migrañas por hipertensión arterial o por


intolerancia a betabloqueantes.

 Bótox: para migrañas crónicas. Se trata de un nuevo tratamiento


preventivo que puede reducir a la mitad los días de migraña y
cefalea. Para que resulte eficaz, debe inyectarse al menos en 31
puntos de la cabeza y el cuello con una técnica que sigue la
distribución de los nervios pericraneales.
Terapias alternativas
Existen además varias terapias no farmacológicas que están siendo
utilizadas con éxito en el abordaje o prevención de las cefaleas.

Terapias alimentarias
La alimentación tiene una relación importante con la aparición de
cefaleas y migrañas. No sólo el tipo de alimentos influye en este aspecto,
sino también en los horarios en que se producen las comidas. Así, por
ejemplo, el ayuno es uno de los principales motivos de migraña, por lo
que se debe evitar prolongar el tiempo sin comer y mantener un horario
de comidas regulares.

Se debe tener en cuenta también que no hay alimentos que desencadenen


una migraña como tal, pero si pueden favorecer a su aparición. Los
alimentos que favorecen esta aparición son los que contienen tiramina
(quesos), nitratos (carne curada), chocolate, conservantes y edulcorantes
artificiales. Por otra parte, el alcohol sí parece tener un efecto directo
sobre la aparición de la migraña.

Existen componentes de alimentos que, por otro lado, favorecen la no


aparición de una migraña:

 Vitaminas: Especialmente la riboflavina (B2), de la que se


recomiendan consumir 400 miligramos diarios.

 Magnesio: Se recomienda una toma diaria de un mínimo de 500


miligramos.
 Coenzima Q: Se recomienda un mínimo de 150 miligramos al día.

 Preparados botánicos: Inhalación de vapores, masajes con lavanda o


anís, baños de eucalipto o hierbabuena, la aplicación de compresas
de hierbabuena o jengibre o infusiones.

Terapias físicas
 Acupuntura.

 Masajes.

 Medicina adyuvédica (medicina india).

 Medicina osteopática.

 Medicina quiropráctica.

 Qijong.

 Tratamientos corporales.

 Yoga.
Terapias mentales
 Biofeedback: La terapia de retroalimentación eléctrica monitoriza las
sensaciones del cuerpo, desde la temperatura hasta la tensión
muscular. Conocida esta información, el paciente intenta mejorar el
control sobre la tensión muscular y la temperatura con el fin de
eliminar los síntomas asociados a las cefaleas y reducir la frecuencia y
severidad de los ataques.

 Hipnoterapia.

 Meditación.

 Psicoterapia: Consiste en aprender a controlar los pensamientos y


reducir los de naturaleza negativa. Esto permite que el enfermo
controle el estrés y las situaciones en la que es probable que se
desencadene un ataque.
Otros datos
Las migrañas en niños
Antes de la pubertad no hay diferencias entre la cantidad de niños y niñas
que padecen cefaleas, pero tras esta fase de la vida, la migraña es mucho
más común en las adolescentes. En algunas ocasiones finalizan en la
adolescencia, pero pueden volver cuando se alcanza la edad adulta. Los
niños más pequeños suelen sufrir migrañas en las dos partes de la cabeza,
mientras que los mayores suelen sentirlo en una parte sólo.
Afortunadamente los ataques son más cortos en los niños que en los
adultos. Los síntomas relacionados más comunes en los niños son la
náusea y los vómitos, la diarrea, un aumento de la necesidad de orinar,
sudores, sed, e hinchazón.

Las "auras" visuales no son tan comunes en los niños como en los adultos.
Frecuentemente los dolores de cabeza provocados por la migraña se
atenúan en un año, incluso sin tratamiento. Al igual que en los adultos,
hay que identificar y evitar los factores que provocan las crisis o las
potencian. Los médicos suelen recomendar mantener una hora fija para
acostarse y para comer y evitar una sobrecarga de actividades. Los
tratamientos no farmacológicos, como la biorretroalimentación o las
técnicas de relajación se recomiendan especialmente en los niños de esta
edad, que suelen ser más receptivos a estas terapias que los adultos. Si
fuese necesario el tratamiento farmacológico, el médico comenzará
empleando un solo analgésico.

Las combinaciones de estos fármacos que se emplean en los adultos se


recetan en dosis menores. Dependiendo de la frecuencia, duración e
intensidad de los dolores de cabeza, y de la respuesta del niño al
analgésico, se puede recetar un plan de tratamiento farmacológico
preventivo.
Consejos a tener en cuenta:
 Mantener un diario el que ha de escribirse lo siguiente:

o La fecha y el momento en el que comienza cada cefalea y su


duración.
o Cualquier otro signo de migraña, tales como náuseas, vómitos,
sensibilidad a la luz, sonido u olores; o aura.
o Cualquier causa que pueda provocar un ataque.
o En las mujeres, el día de comienzo del periodo menstrual. Con
toda esa información, un médico podrá identificar el patrón de
los dolores de cabeza y ajustar el tratamiento.

 Pedir a un amigo o familiar que ayude a vigilar los síntomas de aviso


de los dolores de cabeza. Estos síntomas de advertencia pueden
ocurrir en cualquier momento, bien pocas horas, o pocos días antes
de que el dolor de cabeza comience. Pueden ser variados: sed;
bostezos, fatiga, depresión, euforia, irritabilidad, mareos, sensibilidad
a las luces o sonidos, tortícolis, sentimiento de frío, mayor necesidad
de orinar, diarrea, estreñimiento, etcétera.

 Tener siempre consigo una dosis de los fármacos recetados por el


médico y tomar los medicamentos de la forma descrita por el médico.

 Consumir sólo los medicamentos prescritos por el médico. No utilizar


dosis más altas de las recomendadas. No dejar de tomarlos sin
consultar antes con el médico. Algunos fármacos hay que dejar de
consumirlos gradualmente para evitar efectos secundarios no
deseados.

 Si no se ha podido tomar una dosis, hacerlo lo antes posible -excepto


si es el momento de la toma de la siguiente. En ese caso olvidar la
anterior, ya que no se deben doblar las cantidades recomendadas.

 Después de tomar un fármaco contra las migrañas, túmbese en la


oscuridad, en una habitación silenciosa hasta que el dolor comience a
desaparecer.

 Recuerde que usted y su médico son socios en su cuidado. Es por su


bien seguir los consejos de su médico, y hacer todos los cambios en el
estilo de vida que puedan ayudar a controlar las cefaleas.

Historia
Los primeros datos sobre la migraña datan de la antigüedad, apareciendo
ya descripciones de sus síntomas en poemarios de más allá del año 3.000
a.C. Posteriormente, Hipócrates también describió los diferentes síntomas
gracias a los conocimientos que obtuvo de la medicina egipcia sobre el año
460 a.C.

Areteo de Capadocia fue quien realizó la definición de la migraña más


completa en el siglo II d.C., aunque por entonces se conocía como
“heterocránea”.
Las migrañas y la cultura popular
La migraña podría haber servido como inspiración en algunos artistas y
personajes célebres de la historia. El pintor Vicent van Gogh podría
haber basado algunas de sus obras en las visiones que percibía en sus
crisis de migrañas con aura. También el escritor Lewis Caroll podría
haberse visto influenciado por estos episodios al escribir algunos capítulos
de su famosa obra Alicia en el País de las Maravillas.

Epidemiología
Según la SEN, existen más de 3,5 millones de personas en España que
padecen migraña, entre el 12 y el 13 por ciento de toda la población. Para
las mujeres, este índice es más alto, ya que presentan migraña entre el 17
y 18 por ciento. De todos ellos, cerca de un millón tienen dolor de cabeza
durante más de 15 días al mes. El 80 por ciento de los pacientes tiene
menos de 30 años.

Su tratamiento cuenta con altos índices de recuperación: según David


Ezpeleta, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN, un 60
por ciento de los pacientes mejora siguiendo correctamente el tratamiento
para la migraña.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) además lista la migraña


como una de las 20 enfermedades más discapacitantes que existen: algo
menos de la mitad de las personas que la padecen, un 42,5 por ciento, la
sufre en un grado moderado o elevado. Pese a ello, existe entre un 20 y un
25 por ciento de personas con migraña que nunca ha consultado a un
profesional médico sobre sus dolencias, y cerca de un 50 por ciento de los
pacientes que lo hacen abandona el tratamiento tras las primeras
sesiones.

Complicaciones
Una migraña puede derivar en casos excepcionales en complicaciones que
van más allá de los síntomas habituales:

 Estado migrañoso: Se establece cuando la crisis de migraña dura más


tiempo de lo habitual, más de 72 horas. Esto provoca síntomas como
hormigueo en las manos, calambres musculares o rigidez.

 Aura persistente sin infarto: Se da cuando el aura permanece más de


una semana sin que haya habido otra complicación, como un infarto
cerebral.

 Infarto migrañoso: Aparecen síntomas relacionados con la migraña


tras haber sufrido una lesión isquémica cerebral. Es un caso
extremadamente excepcional.

 Cefalea por abuso de medicación.

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