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FACTORES PROTECTORES INDIVIDUALES Y FAMILIARES

La Organización Mundial de la Salud definió la salud como un “estado de completo bienestar


físico, psíquico y social” y con ello abrió nuevas perspectivas en el concepto de salud. Ya no
solo se entiende la salud como “ausencia de enfermedad”, sino que se incorpora a la
dimensión biológica del hombre, la dimensión psicológica y social. Es una visión de salud
integral y colectiva en que no solo es importante la esfera de lo individual, sino también lo
familiar, lo social y el ecosistema.

Y en ese contexto, la familia cumple un rol central en la salud de sus miembros y en especial
en los estilos de vida individuales, ya que ellos han sido moldeados con relación a conductas
protectoras o de riesgo, en el seno de la familia. Los miembros de la familia pueden ejercer una
influencia mutua sobre sus estilos de vida y hábitos de salud. Es mucho más probable que los
adolescentes fumen si uno de sus padres lo hace. Por otra parte, las familias suelen compartir
la misma dieta y por lo tanto ingieren similares cantidades de sal, grasas, e incluso calorías. La
importancia que se concede a la actividad física y al mantenimiento del peso ideal con
frecuencia son también valores familiares compartidos.
Por ello mismo, la familia es cada vez más un tema de reflexión y estudio dada su influencia en
la salud de sus miembros.

La importancia del análisis de los factores protectores tanto individuales como familiares es
central dada su participación en la salud física y mental de los individuos. Los factores
biopsicosociales que influyen sobre el estado de salud de las personas se pueden dividir en
dos grandes categorías: factores de riesgo y factores protectores.
En esta primera parte nos ocuparemos de los factores protectores tanto individuales como
familiares.

Se entiende como factores protectores las características de las personas o de las situaciones
que al estar presentes protegen o aminoran el efecto de estímulos nocivos sobre el individuo.
Los factores protectores cumplen un rol de protección en la salud, mitigan el impacto del riesgo
y motivan al logro de las tareas propias de cada etapa del desarrollo. Enfocado el asunto desde
esta perspectiva, los factores protectores al aumentar la tolerancia ante los efectos negativos,
disminuyen la vulnerabilidad y la probabilidad de enfermar.

De acuerdo a lo anterior, tendremos en consideración la siguiente composición de factores


protectores individuales:

Uno de ellos es el estilo de vida. Un estilo de vida saludable constituye un importante factor
protector, con esto nos referimos a comportamientos que disminuyen el riesgo de enfermar,
como por ejemplo, un buen régimen de ejercicios, sueño y esparcimiento; el control y la
evitación del abuso de sustancias como la nicotina, el alcohol, la cafeína; un adecuado control
de las tensiones, y una adecuada utilización y distribución del tiempo, entre otros.

Otra característica individual que actúa como factor protector es la autoestima alta, entendida
como el juicio personal de valía y que se expresa en las actitudes que el individuo adopta hacia
sí mismo. Es tener sensación de logro y valoración frente a lo que se hace, poseer sensación
de autoeficacia.

Tener o percibir sentimiento de control sobre las situaciones, expresado en un locus de control
interno, es decir, ser capaz de establecer una relación directa entre la conducta y el resultado
obtenido. Este sentimiento de control aumenta el grado de tolerancia y disminuye la severidad
de los efectos negativos.

Poseer habilidades de resolución de problemas intentando la solución de los mismos,


regulando las emociones, protegiendo la autoestima y manejando las interacciones sociales. Lo
importante como factor protector es desarrollar una actitud ante los problemas que lleve a
buscar en cada caso aquella manera de afrontarlos de la forma más realista posible. Y además
con una menor tendencia a la evitación de problemas.

Las redes de contacto social son un elemento protector para el ser humano también; el apoyo
social consiste en los recursos e información que ofrecen personas del entorno, minimizando
con ello la percepción de amenaza y aumentando la sensación de control y dominio de la
situación. La sensación de disponer de apoyo necesario en caso de dificultades protege al
individuo.

Un adecuado nivel de fortaleza personal, considerando aspectos tales como grado de


compromiso que se asume con lo que se inicia, la tendencia a evaluar las dificultades como un
desafío, como algo que pone a prueba las capacidades y no como una amenaza, la
predisposición a enfocar los problemas de forma realista y con optimismo.

La tenencia de un sistema de valores y creencias que posibilite enfrentar con solidez y


constancia las dificultades de la vida, que canalice las inquietudes y otorgue un sentido a la
propia existencia.

Las habilidades intelectuales y cognitivas, tener sentido de humor, ser una persona con menor
tendencia al fatalismo, ser capaz de destinar un lugar para el placer en la vida diaria, ser
querido por los amigos y poseer habilidades de relaciones interpersonales, forman parte
también para los investigadores tanto nacionales como extranjeros de factores de protección
para el individuo.

Todos estos factores constituyen un campo de fuerza que interactúa entre sí en forma
equilibrada. Si esto se logra, se compensan los factores de riesgo y con ello se evita la
aparición de conductas derivadas de estos. Por supuesto que no tener todos estos factores
presentes en su máxima intensidad no significa que la persona esté en riesgo; lo importante es
la tendencia positiva con la cual se expresan estos factores. La expresión de una tendencia
negativa configuraría un perfil de riesgo.

Según Rutter, un mismo factor dependiendo de las circunstancias y el grado en que se


presenten, puede ser de riesgo o protección. Y añade que el haber tenido gradual exposición al
riesgo, posibilita a responder en forma efectiva buscando alternativas de solución constructivas
y crecedoras.

A continuación, vamos a revisar el desarrollo de la protección a nivel familiar, máxima que para
algunos autores es lo más importante del modelo de factores de riesgo y factores protectores.
Se ha demostrado en múltiples investigaciones la influencia fuertemente protectora de factores
familiares, tales como, buenas relaciones al interior del grupo familiar, confianza entre los
adolescentes y sus padres, el nivel de escolaridad de estos últimos, la estabilidad y satisfacción
laboral, pero, por supuesto con distinto nivel de beneficio cada uno de ellos. Por lo tanto deben
ser tomados en cuenta como una fortaleza y apoyo hacia los miembros de la familia, su salud y
su desarrollo, componentes importantes de los estilos de vida saludable.
La familia como factor protector, entendiendo a la familia como un sistema que interactúa con su
medio y considerándola además como elemento intermedio entre el individuo y la sociedad, es
un grupo que realiza actividades vitales que hasta el momento otros grupos no han
desarrollado tan eficazmente.
La familia cumple funciones importantes, concibiendo como tales las tareas y actividades que
realizan todos los miembros que la conforman, de acuerdo con la posición y el papel que
desempeñan en el sistema familiar y con el fin de alcanzar los objetivos psicobiológicos
(reproducción, desarrollo y crecimiento de los hijos y adquisición del sentido de identidad
familiar), socioculturales y educativos (transmisión de conocimientos y habilidades, valores y
creencias) y económicas (capacidad de producción y consumo).

Para el desarrollo del funcionamiento familiar y con ello la protección, el sistema familiar requiere
de :

Una comunicación adecuada entre sus miembros; la congruencia entre el lenguaje verbal y
no verbal es básica para el desarrollo y equilibrio emocional de ellos.

La afectividad; la expresión de cariño es el instrumento de intercambio especialmente en


momentos de crisis. Una familia protectora constituye un núcleo donde se da lugar a la ternura
y a la reciprocidad afectiva.

El apoyo, ya sea económico o afectivo suele solucionar desequilibrios y momentos de


conflicto de crisis individual o familiar.

La adaptabilidad a los cambios debido a transiciones en el ciclo de vida individual o familiar;


las relaciones de la familia con el entorno social, educativo y laboral requiere de una entrenada
capacidad de adaptación de respuesta.

La autonomía necesaria para favorecer el crecimiento y maduración de sus miembros en un


equilibrio de dependencia versus independencia, tanto al interior del grupo familiar como con el
ecosistema.

Las reglas y normas, que aún cuando las primeras no están escritas, todos los miembros las
conocen ya que les permite mantener con orden y armonía el comportamiento de sus
integrantes. Las normas a su vez, permiten identificar el rol y función de cada uno en la familia.

También se enmarcan dentro de los factores protectores familiares:

tener un mayor nivel socioeconómico.

tener una relación emocional estable con uno de los padres u otro significativo (puede
ser incluso un profesor o un amigo).

ver en los padres a dos adultos competentes y estimuladores.

la ausencia de separación o pérdidas tempranas en la familia.

los rituales o rutinas familiares, entendiendo como tal los patrones o hábitos de conducta
que las familias desarrollan en su vida diaria. Muchas veces corresponden a tradiciones que la
familia hereda. Esto da a los integrantes de la familia un sentido de identidad, pertenencia y
estabilidad. Además, favorece la comunicación y relación entre ellos.

El modelo de factores de riesgo y factores protectores, como se dijo anteriormente es motivo de


permanente estudio e investigación tanto en el extranjero como en nuestro país. Pero no hay
duda en que el conocimiento de los factores protectores y su mecanismo de interacción radica
en la posibilidad que brindan de contrarrestar o reducir el impacto del riesgo, permitiendo con
esto que los integrantes de la familia logren una mejor calidad de vida.

La condición de estar en riesgo se define por la interacción de factores externos (influencia de


pares, familia, escuela, comunidad y cultura) con vulnerabilidades individuales (características
cognitivas, capacidad de resolución de conflictos, tolerancia a la frustración, etc.) que
sensibilizan a ciertos individuos que se encuentran más expuestos ante estos. El concepto de
vulnerabilidad da cuenta, de una intensificación de la reacción de un individuo frente a
estímulos que en circunstancias normales conduce a una desadaptación. Lo contrario ocurriría
en las circunstancias en las cuales actúa un factor de atenuación el que es considerado como
mecanismo protector (Kotliarenco, M. A., Cáceres, I., Fontecilla,M. 2003)El modelo de factores
de riesgo, busca identificar variables que aumenten la probabilidad de afectar negativamente el
desarrollo de las personas Para facilitar el análisis de factores de riesgo, diversos autores han
propuesto clasificarlos en seis ámbitos de procedencia, de acuerdo a un continuo que va desde
el nivel individual hasta el nivel sociocultural. (Strudel yPuentes Neuman, 2000, citado en Hein ,
A., 2004)

a. Factores individuales: Los factores de riesgo individuales se refieren a rasgos


personales que pueden generar dificultades en la relación con el entorno, como por ejemplo
una baja capacidad de resolución de conflictos, actitudes y valores favorables hacia conductas
de riesgo, trastornos de aprendizaje, entre otros.
b. Factores familiares: Las características familiares, como, por ejemplo, la baja cohesión
familiar, padres con enfermedad mental, presencia de estilos parentales coercitivos,
ambivalentes o permisivos, entre otros, han sido considerados como factores de riesgo
asociados a diversas problemáticas. También se ha vinculado la pobreza familiar como un
estresor que tiene un importante impacto sobre el desarrollo de niños y jóvenes.
c. Factores ligados al grupo de pares: Se considera que el ser rechazado por los pares,
el pertenecer a un grupo con una actitud favorable hacia comportamientos de riesgo, como, por
ejemplo, el consumo abusivo de drogas son eventos que aumentan la probabilidad que niños y
jóvenes manifiesten comportamientos problemáticos.
d. Factores escolares: La escuela también es una de las instituciones más relevantes en el
desarrollo de niños y jóvenes, en la que estos pasan gran parte de su tiempo .Por ejemplo el
que profesores den un bajo apoyo, el sentimiento de alienación, o tener compañeros violentos,
pueden tener efectos importantes sobre los estudiantes
e. Factores social comunitarios: Las organizaciones de nivel mayor como las
comunidades también influyen en forma importante sobre la vida de niños y jóvenes por medio
del nivel de apoyo que les den y el nivel de inclusión o exclusión de actividades comunitarias,
entre otros.
f.Factores socioculturales: Finalmente, los estereotipos que se manejan a nivel cultural como
por ejemplo “los jóvenes pobres son delincuentes”. Estos conceptos son manejados por
personas e instituciones determinando su actitud hacia los jóvenes, que pueden abrir o
cerrarles oportunidades.
García-Vesga, M. C., Domínguez-de la Ossa, E. (2013). Desarrollo teórico de factores y de
riesgo su aplicación en situaciones adversas: Una revisión analítica. Revista Latinoamericana
de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud.
Transcripción de Factores protectores y de riesgo escolar
Factores protectores y de riesgo escolar
- Bajo rendimiento y problemas conductuales
- Ambiente familiar deficiente
- Presencia de drogadicción
- Bajo nivel socio económico
- Bajo nivel educativo de los padres
- Falta de apoyo parental
- Bajo desempeño de los profesores

Factores de riesgo en escolares y adolescentes


• Vínculos estrechos en la familia
• Padres involucrados
• Disciplina y normas claras de conducta
• Fortalecimiento y desarrollo de habilidades personales y sociales en los hijos
• Por parte de los padre, actitud y comportamiento preventivo
• Estilo de comunicación adecuado
• Estilo de resolución de conflictos correcto
• Padres informados
• Vínculos en el colegio

Agentes protectores ante factores de riesgo


La resiliencia es la capacidad de superar circunstancias dolorosas o adversidades.
¿Qué es la resiliencia?
El temperamento del niño es fundamental a la hora de usar la resiliencia.
La resiliencia en el ámbito escolar
Al tratar de superar sus conflictos en el ámbito escolar es necesario mantener la calma y no
exasperarse.
El docente tiene que estar presente y ser una especie de contención para el niño o escolar al
cual le aqueja esta circunstancia.
Fundamentos en los que se basa la resiliencia
• Necesidades básicas
• Aceptación de la persona
• Búsqueda de sentido
Autoestima
• Aptitudes personales y sociales
• Sentido del humor
La resiliencia como factor protector ante agentes sociales adversos
• Hacer y tener amigos
• Enseñarle a ayudar a los demás
• Mantener una rutina diaria
• Combatir la preocupación y la inquietud
• Enseñar a que se cuiden
Daños generados por factores de riesgo a nivel cognitivo
bajo ambiente familiar
poco apoyo parental
presencia de drogas en personas cercanas
violencia familiar
¿Es la escuela un factor protector importante?
La violencia está en todas partes
En la escuela es común naturalizar la violencia
Es común, también, justificarla
Se ejerce de profesores a alumnos y viceversa

Es importante saber con qué se cuenta dentro de la comunidad educativa para transformar una
escuela violenta en una escuela armoniosa. la escuela es una institución que afecta las
experiencia sociales, educativas y cognitivas de los niños y niñas
es un ámbito protector en donde se pueden relacionar de forma agradable, sin violencia de por
medio, involucrando sentimientos, conocimientos, emociones, actitudes y demás conductas,
fomentando de esta manera la convivencia escolar.

FACTORES DE RIESGO Y FACTORES PROTECTORES.

Los factores biopsicosociales que influyen sobre el estado de salud de las personas pueden ser
divididos en dos grandes categorías:

Características de las personas o de las situaciones que tienen consecuencias negativas sobre
el estado de salud individual. Estos son los factores de riesgo. Los factores de riesgo
constituyen condiciones o aspectos biológicos, psicológicos y/o sociales que están
estadísticamente asociados a una mayor probabilidad de morbilidad o mortalidad futura. Son
factores de riesgo problemas tales como alteraciones psiquiátricas familiares, baja autoestima
de los individuos, factores de personalidad, etc. Se han identificado condiciones familiares que
pueden ser señaladas como factores de riesgo respecto de determinadas problemáticas de
salud. A modo de ejemplo, las familias uniparentales, la separación y divorcio de los padres, los
conflictos conyugales, el maltrato doméstico, la negligencia parental, el embarazo precoz, etc.,
son todos factores de riesgo para la salud, tanto de los adultos como de los adolescentes e
infantes.

Características de las personas o de las situaciones que protegen o aminoran el efecto de


estímulos nocivos o ambientales sobre el individuo. Estos son los factores protectores. Estos
factores cumplen una función beneficiosa o de protección en el estado de salud del individuo,
ayudándolo a su adaptación al ambiente físico y social. Los factores protectores son aquellos
que reducen la probabilidad de emitir conductas de riesgo o de tener consecuencias negativas
cuando se involucran en ellas. Son factores que reducen el impacto del riesgo en la conducta
del individuo y que lo motivan al logro de las tareas propias de esta etapa del desarrollo. Los
procesos protectores tienen que ver con la manera como enfrentan las situaciones y cambios
en la vida.

FACTORES DE RIESGO: CLASIFICACIÓN.


Los factores de riesgo pueden ser clasificados en:

1. PERSONALES
1.1. Etapas
a) En niños:
- Síndrome Bronquial Obstructivo (S.B.O) recurrente o Asma
- Insuficiencia Renal Aguda (I.R.A) grave
- Ritmicidad biológica inestable (control de esfínteres, patrones de sueño y alimentación)
- Desnutrición
- Riesgo desnutrición (menor de 1 año)
- Temperamento difícil

b) En adolescentes:
- Embarazo
- Sin escolaridad o escolaridad incompleta
- Adicción alcohol y/o drogas
- Conductas delictuales
- Actividades antisociales
- Conducta sexual temprana

c) En adultos:
- Hipertensión arterial severa
- Diabetes
- Depresión mayor
- Consumo alcohol, drogas y/o cigarrillos
- Embarazo añoso
- Cesantía prolongada o trabajo inestable
- Sin escolaridad o escolaridad incompleta
- Conductas delictuales
- Mala adherencia a regímenes medicamentosos.

1.2. Características del funcionamiento psicológico


- Baja autoestima
- Baja motivación de logro
- Sentimiento negativo de autoeficacia
- Baja conciencia interpersonal
- Dificultades en la resolución de problemas, tendencia a la evitación de problemas
- Tendencia al fatalismo en situaciones difíciles
- Incapacidad para planificar
- Bajas habilidades intelectuales

2. FAMILIARES
- Bajos ingresos económicos
- Ingresos no monetarios (mendicidad, ayuda municipal, donaciones, etc.)
- Maltrato intrafamiliar
- Abuso sexual
- Violencia conyugal
- Conflictos de pareja (maritales y/o sexuales)
- Separación de los padres
- Mujer sola como jefe de hogar
- Hijos con discapacidad
- Ausencia de planificación familiar
- Tensiones por embarazo, crianza, enfermedad
- Dificultades con la ley
- Embarazo temprano
- Enfermedades terminales
- Crisis en el ciclo de vida familiar

3. SOCIALES
- Ausencia de apoyo social (ausencia de ayuda que el individuo obtiene de la red de
relaciones sociales en la cual está inmerso) y de modelos socia les positivos.
- Ausencia de redes institucionales (sistema educativo, sistema de salud, iglesias, etc.)

FACTORES PROTECTORES: CLASIFICACIÓN.

1. PERSONALES
1.1. Características del funcionamiento psicológico
- Habilidades intelectuales y competencias cognitivas
- Mayor sentimiento de autoeficacia y motivación de logro
- Mayor autoestima
- Humor más positivo
- Mayor empatia y conciencia interpersonal
- Mejores habilidades de resolución de problemas y estrategias de enfrentamiento tales como:
orientación hacia las tareas, menor tendencia a la evitación de problemas
- Menor tendencia al fatalismo en situaciones difíciles
- Disposición y capacidad para planificar

2. FAMILIARES
- Mayor nivel socioeconómico
- Ambiente familiar cálido y sin discordia
- Cohesión familiar
- Relación emocional estable, con al menos uno de los padres o un otro significativo (más allá
si esa persona es un pariente, un padre, un Profesor o un amigo; lo central es que el interés del
niño sea estable en el tiempo)
- Estructura familiar sin disfuncionalidades importantes
- Padres competentes y estimuladores
- Ausencia de separación o pérdidas tempranas
- Adaptabilidad familiar
- Flexibilidad (capacidad para el cambio)

3. SOCIALES
- Apoyo social (emocional, material, informativo, entrega de valores, etc.»
- Mejores redes de relaciones informales
- Clima educacional y/o laboral emocionalmente positivo, abierto y guía do por normas
- Modelos sociales (por ejemplo parientes, amigos o profesores) que fortalezcan y
estimulen un enfrentamiento constructivo del individuo.

MECANISMOS PROTECTORES Y DE RIESGO.

Es importante identificar variables o factores, tanto en la persona como en el ambiente, con el


objetivo de explicar las variaciones de las respuestas de los individuos frente a situaciones
difíciles. Sin embargo, no es suficiente tener sólo conocimiento de ellos, sino también del
conjunto de factores envueltos en una situación de riesgo. Al respecto, los factores -protectores
o de riesgo- son importantes como información sobre posibles condicionantes de una
determinada conducta, pero no constituyen en sí mismos un mal funcionamiento. Son
herramientas bien definidas, pero tienen un valor limitado para realizar nuevas aproximaciones
hacia la prevención. Es por esto que la búsqueda y el trabajo no deben centrarse únicamente
en los factores sino más bien, en los mecanismos situacionales envueltos en los procesos
protectores. En este sentido, cabe destacar la importancia de la distinción entre factores y
mecanismos. En primer lugar, un factor no tiene un valor explicativo en sí al considerarlo en
forma aislada; más bien, es la interacción de los distintos factores (tanto personales, familiares,
como sociales) la que determinará el cómo la persona va a experienciar y reaccionar frente a
una situación de riesgo determinada. Los factores - protectores o de riesgo- no son
independientes unos de otros. Por ejemplo, un factor protector individual (niño con
temperamento fácil), puede gatillar reacciones de apoyo en redes sociales (reacciones
positivas hacia él en su familia). Se puede desprender
entonces, que los factores vendrían a ser relevantes sólo si se consideran dentro del proceso
de enfrentamiento de la situación de riesgo, proceso que es determinado por la interacción
entre ellos.

En segundo lugar, y en relación a lo anterior, cualquier factor puede actuar como factor de
riesgo o protección según sea el proceso de interacción de los distintos factores involucrados
en el enfrentamiento de una situación de riesgo.

Mecanismos protectores: Se usa este término cuando una trayectoria de riesgo previa es
cambiada hacia una alta probabilidad de resultado adaptativo. Se produce una mejoría de la
reacción frente a la situación de riesgo, que en circunstancias comunes conduciría a un
resultado más desadaptativo.

Mecanismos de riesgo : Producen una intensificación de la situación de riesgo. Para finalizar,


es importante destacar que, al hablar de mecanismos, el foco de atención deja de ser un factor-
protector o de riesgo-, ampliándose la mirada hacia el proceso de cambio que altera la
trayectoria del desarrollo, ya sea hacia patrones adaptativos o desadaptaivos. Lo anterior nos
da una visión mucho más dinámica en relación a los factores asociados a las distintas
situaciones de riesgo y, por lo tanto, amplían nuestras posibilidades de intervención.

Extracto: Hidalgo, C. y Carrasco, E.,(2000). Salud Familiar: un modelo de Atención Integral en


APS: “Factores de protectores y riesgo familiar

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