La distinción entre ética y moral

Recurso para la actividad 2.1, EIP
Arturo Navarro y Mónica Márquez

Este documento de aprendizaje nos ayudará a definir con mayor claridad

algunas nociones y conceptos sobre la ética, a fin de establecer un lenguaje
común en nuestro curso.  
 ¿Cuándo escuchas la palabra ética, en qué piensas?

Origen del término

El concepto de ética aparece por primera vez entre los griegos, en la antigüedad
clásica. Platón, Aristóteles y Sócrates son quienes comenzaron a usar el término cuando
se detuvieron a pensar en los actos humanos y en sus consecuencias.

Etimológicamente, ética viene de Ethos, que en griego significa: costumbres y manera

de ser del hombre adquiridas por hábitos. El objeto de estudio de la ética eran los actos
humanos en su relación con lo bueno y lo malo.

Poco a poco, se fue creando una terminología específica para hablar de las
cuestiones que se derivaban de la ética, y más adelante, los romanos tradujeron el
término como Mos y Moris, agregándole distintos significados.

Surge así la distinción entre Ética y Moral.

Pareciera que hay una línea muy frágil entre una y otra noción, pues en realidad
forman una unidad compleja. Varios autores las usan como sinónimos, lo cual hace
más difícil establecer la distinción. Pero en nuestro curso conviene que distingamos
entre ética y moral, como dos dimensiones del mismo objeto: los actos humanos.

La moral se refiere a las costumbres

Hemos dicho que la palabra moral (moralis en latín) se deriva de la palabra mos, que
significa “costumbre”.

Ese conjunto de principios, criterios, normas y valores que dirigen nuestro

comportamiento es la moral. Son esas costumbres, basadas en valores, que regulan la
vida cotidiana.

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La moral orienta la acción

Nuestra moral nos hace actuar de una

determinada manera y nos permite saber qué
debemos hacer en una situación concreta. Es
como una especie de brújula que nos orienta,
nos dice cuál es el camino a seguir, dirige
nuestras acciones en una determinada
dirección.

Por tanto, la moral responde a ¿cuáles de nuestras acciones están bien y cuáles están
mal?

Es como una especie de brújula que nos orienta y nos ofrece una respuesta concreta a
la pregunta ¿qué está bien y qué está mal? Pero desde el nivel práctico de la acción
humana.

La moral es colectiva

La moral orienta la conducta individual a partir de la

costumbre socialmente aceptada. Es decir, la moral
está unida a las costumbres y tradiciones de cada
pueblo.

El grupo humano en que cada persona nace

privilegia, a través de la educación, un conjunto de
valores, actitudes y conductas que se vuelven una
especie de principio de lo que debe hacerse y
evitarse. Con esto nos encontramos ante la creación de un horizonte de comprensión
moral que acompañará toda la vida a los seres humanos.

Esto explica cómo la moral es individual, pero surgida socialmente y aplicada

colectivamente.

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 La moral está unida a una cultura

Dicho en otras palabras: la moral está unida a las

costumbres y a las tradiciones específicas de cada pueblo,
vinculada a un sistema de valores, propio de cada cultura.
Por tanto, la moral es siempre plural.

Existen muchas morales, tantas cuantas culturas existan.

La moral es particular

La moral aunque es colectiva, es también particular, es decir, referida al grupo

humano que la ha construido. Sin embargo encontramos múltiples ejemplos de cómo
hay grupos que pretenden hacer universal su sistema moral e imponerlo a otros.

Así por ejemplo, la imposición de la moral cristiana de los españoles a los indígenas
americanos implicó la destrucción del modo de vida indígena; o la lucha por imponer
un credo religioso durante las cruzadas, o simplemente el cambio de país de una
persona le conduce a aprender a conducirse dentro de un horizonte moral que no
siempre se parece al propio.

La ética es reflexión sobre la moral

La ética es la reflexión sobre los hábitos y las

costumbres. Su objeto de estudio es la
discusión en torno a los modos de vida de la
sociedad.

No es un conjunto de saberes definitivamente establecidos, sino un modo de proceder

para analizar los actos humanos. Se encarga de discutir y fundamentar reflexivamente
ese conjunto de principios o normas que constituyen nuestra moral.

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Así, la ética es una re-flexión de los actos: antes, durante y después de realizados.
Responde a: ¿por qué esto está bien y esto está mal? ¿quién lo dijo? Es una reflexión de
segundo nivel.

La ética es individual pero trascendental

La ética es cuestión individual, pues cada uno es responsable de su reflexión, de la

reflexión sobre sus actos y de sus conductas con los demás. La ética es propia de cada
uno de nosotros, pero
referida a valores
universales. Cada uno
la usa y la opera, la
aplica a sus hechos
cotidianos, pero
atendiendo a lo
reflexionado sobre los
valores trascendentes,
universales, que son
comunes a todo ser
humano, como la libertad, la verdad o la solidaridad. Tiene que ver con el sentido de la
vida.

La ética es abierta

Hay sistemas morales que permanecen inalterados a través de los siglos. Son
reproducidos siempre de nuevo y vividos por determinados pueblos o regiones
culturales. Por ejemplo la poligamia entre los árabes y la monogamia entre los
occidentales. Estos son ejemplos de morales cerradas hasta ahora.

La ética, en cambio, es por definición un sistema abierto porque permite al sujeto que
vive una determinada moral, preguntarse por el sentido de lo que hace, por los valores
que están a la base de sus decisiones, por el tipo de sociedad que construye con sus
opciones.

La ética reflexiona sobre los cambios e impide que la moral se cierre sobre sí misma.
Acude a universales como el respeto; respeto a otras costumbres, a otros credos.
Obliga a la moral a una constante renovación en el sentido de garantizar un bien
mayor.

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La ética es una constante pregunta

La ética tiene como función desinstalar la moral para solicitarle que dé

cuenta de lo que se hace.

La ética reconoce los valores, tradiciones y costumbres de una cultura,

pero plantea preguntas –a veces incómodas- a la moral, para que
pueda dar razón de lo que se da por sentado que es lo correcto, lo
justo o lo bueno.

Va a las raíces de la moral y la cuestiona en función de los cambios que toda sociedad
vive, del surgimiento de los nuevos problemas, de lo que puede resultar un reto para la
misma moral, cuando da respuestas viejas a problemas nuevos.

Ética y moral se articulan

Con todo lo dicho antes podemos ver claramente que ética y

moral no son lo mismo, pero sí están articuladas.

 La ética es la moral pensada, como diría Aranguren.

 La ética es una reflexión sobre la moral.
 La ética permite ubicar cada moral en su sitio y en su propia dimensión.
 La ética se pregunta por el sentido de los actos morales, por sus valoraciones,
por los fundamentos de lo que se hace y por la utopía de vida y sociedad que
se pretende.
 La ética está íntimamente ligada con la moral, pero la trasciende.

Las normas morales son impuestas por la conciencia de cada uno, basadas siempre en
una moral colectiva, que coincide en una serie de valores éticos.

Por tanto, la moral y la ética están estrechamente relacionadas y expresadas en la

propia persona:

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 Una  persona:  

Entonces, ¿ser éticos o morales?

Pues las dos cosas.

La moral orienta nuestra vida cotidiana. La ética hace preguntas incómodas a la moral
vigente para que no pierda su sentido.

La moral se construye en un contexto determinado. La ética está atenta a los cambios

históricos, a las mentalidades y alas sensibilidades cambiantes, a los nuevos retos
derivados de las transformaciones sociales.

La ética cuestiona constantemente el sentido de nuestras acciones morales y los

valores que nos guían. La ética solicita a la moral que no olvide su carácter provisional.
Cuando la ética y la moral se articulan y se atienden una a la otra, surge una ética
verdaderamente humana.

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El filósofo Leonardo Boff lo explica así:

No basta con ser solamente morales, apegados a valores de la tradición. Eso nos
haría moralistas y tradicionalistas, cerrados en nuestro sistema de valores.
Conviene que seamos también éticos, es decir, abiertos a valores que superan
los del sistema tradicional o los de una
determinada cultura. Abiertos a valores que
interesan a todos los humanos, como la
preservación de la casa común, nuestro
esplendoroso planeta azul-blanco. Valores
de respeto a la dignidad del cuerpo, de
defensa de la vida bajo todas sus formas,
de amor a la verdad, de compasión con los
que sufren y con los indefensos. Valores de
combate a la corrupción, la violencia y la
guerra. Valores que nos hacen sensibles a lo
nuevo que surge, con responsabilidad,
seriedad y sentido de actualidad.

La ética se transforma a sí misma

Sabemos que través del tiempo las cosas cambian, y lo que aparentemente era algo
definitivo, se percibe posteriormente con matices e incluso se puede dejar de lado por
algo diferente.Así sucede con las costumbres, con la moral y también con la
perspectiva desde donde se hace la reflexión ética.

Porque la ética está atenta a los datos del contexto y a las personas mismas, es que la
ética constantemente está en movimiento.

En la historia de la filosofía hay orientaciones distintas y formulación de criterios diversos

desde dónde ver lo que es la Vida Buena. Así, a lo largo del tiempo identificamos
diversas posiciones éticas:

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 Buscar  actuar  
Buscar  el  bien  
siempre  haciendo   El  amor  al  prójimo  
mayor  
el  bien  

Procurar  lo  que  

Cumplir  con  el   nos  da  mayor  
Buscar  la  felicidad  
deber   placer  y  menos  
dolor  

Alejarnos  de  los  

apegos…  

Nuestra postura ética

Es posible que no hayamos reparado en ello, pero aunque no lo pensemos, nuestras

acciones y nuestras elecciones reflejan una postura ética.

Van para ti algunas preguntas para pensar al

respecto:

 ¿Lo que tus acciones reflejan es lo

que tú quieres?
 ¿No estarás asumiendo una moral
colectiva sin reflexión ética?
 ¿Qué modelos de acción quieres
que dirijan tus decisiones?

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 Ética, identidad y profesión
ITESO
Otoño 2012
Mónica Márquez

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