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GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 1

INTRODUCCIÓN
Esta guía de los métodos de trabajo ha sido concebida para responder a las
expectativas de todos los que están cursando o reanudando estudios, de todos los
que desean “aprender a aprender”. Concierne también al entorno del estudiante:
padres, que, con esta herramienta, podrán aconsejar y apoyar mejor a sus hijos;
profesores, a quienes estas páginas proporcionarán una valiosa ayuda pedagógica.

Objetivos
Se presentan unos medios concretos, accesibles, para estimular la motiva-
ción y adquirir confianza, para permitir el ejercicio de la voluntad y de la atención,
para aprender a trabajar administrando del mejor modo posible las propias fuerzas.
Esta obra pretende, asimismo, desarrollar otras cualidades fundamentales,
para el éxito en los estudios: concienciación, mentalidad abierta, imaginación, orga-
nización, memorización, expresión, adaptación. Los métodos desarrollados aquí de-
ben permitir a cada uno mejorar su eficacia personal para acrecentar su saber y su
saber hacer, sus competencias y sus resultados.
A lo largo de toda esta guía, el aprendizaje va asociado con el comportamien-
to del cerebro; del mismo modo que el funcionamiento de la mente se encuentra
integrado en el del cuerpo. Este método intenta establecer puentes entre los estado
físico, psíquico e intelectual, es decir, entre lo corporal y lo incorpóreo. También bus-
ca una utilización óptima del tiempo en esta tarea de construcción personal. Este
método ayudará al estudiante a orientarse y a situarse en su evolución individual.
Utilización
Hemos concebido este apoyo metodológico como un complemento directa-
mente aplicable a las clases a los estudios.
Los primeros capítulos (1 y 11) están dedicados al aprendizaje en general,
apoyándose, cuando esto es posible, en el funcionamiento cerebral.
Los capítulos 12 y 28 se derivan de los precedentes y ponen en práctica los
instrumentos en la vida cotidiana, tanto en las clases como en casa. Se examinan,
particularmente, los relativos a la información y a la comunicación.
Los capítulos 29 y 43 abordan la forma física y psíquica, y conducen natural-
mente a una preparación directa de las pruebas escritas y orales.
Todos los capítulos son interdependientes, por los hilos conductores que los
sustentan, pero también por los múltiples campos interrelacionados en que se ha
dividido la obra. No obstante, han sido redactados para poder ser leídos por separa-
do, pues cada uno de ellos forma una unidad. Estos elementos en interacción, re-
agrupados, constituyen un conjunto: un sistema educativo individual centrado en el
éxito en los estudios, pero, sobre todo, orientado hacia un completo desarrollo per-
sonal.
Con objeto de sacar el mayor provecho de esta guía, conviene leerla, en un
primer momento, más rápidamente posible y por completo para descubrir las líneas
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maestras, pero también los problemas que puedan surgir; para preparar la acción
sin dejarse sorprender por las fechas. Posteriormente, la guía podrá consultarse rá-
pidamente; el índice alfabético situado al final del libro permite localizar fácilmente
los temas (el asterisco que aparece junto a algunas palabras remite al lector a dicho
índice, por ejemplo, para buscar una definición); por otro lado, cada capítulo va pre-
cedido de un resumen para facilitar la comprensión y la memorización.
Esta obra se ha concebido para ser leída y utilizada con facilidad. El estudian-
te podrá adaptar fácilmente los consejos a su situación particular y a su carácter,
adquirir o completar hábitos de trabajo y de pensamiento, mejorar sus métodos de
aprendizaje, recordando que lo que cuenta no es tanto lo que se aprende como la
manera en la que se aprende.
La utilización de esta guía y un entrenamiento permanente deben permitir a
todos adquirir y conservar unas herramientas indispensables para aprender cada
vez más fácilmente. Cada uno podrá así descubrir, y después aplicar, su propia es-
trategia para el éxito; ser uno mismo a la vez el artesano, el instrumento y el benefi-
ciario.

PRIMERA PARTE: CÓMO APRENDER


1. LA MOTIVACIÓN

EN POCAS PALABRAS....
¿Cómo imagina su porvenir? A menudo, sólo a medida en que vayan transcurriendo sus estudios es cuando usted descu-
brirá y desarrollará todas las posibilidades que lleva dentro.

1. Su objetivo: autorrealizarse
Querer desarrollar por completo las propias facultades, autorrealizarse, ¡esa es la clave del éxito!

2. Las consecuencias de la autorrealización


La acción y el trabajo se ven multiplicados, las cualidades van floreciendo y el placer aparece.

3. Las condiciones de una auténtica motivación


• Tener un equilibrio afectivo.
• Tomar conciencia de esa motivación por uno mismo o a través de las personas que le rodean.
• Ser animado en sus esfuerzos por sus allegados.
• Representarse mentalmente el éxito personal.

4. Las otras motivaciones


• Motivaciones internas: el deseo de valorizarse, de dominar, de ganar, de cautivar, de imitar, de agradar.
• Motivaciones por presiones externas: condicionamiento por recompensas y castigos, obtener a toda costa un título
para poder aspirar a un empleo, para no fracasar en la vida; esta última motivación, la más frecuente, es el origen de
gran número de éxitos individuales.
• Ninguna motivación puede sustituir, sin embargo, al deseo de autorrealización.

¿Para qué sirven los estudios? ¿Hacia qué profesión orientarse? El estudian-
te se hace a menudo estas preguntas. Si es éste su caso, ¡no se asuste! ¿Cómo
obtener una respuesta concreta si usted todavía no ha tenido nunca que enfrentarse
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con la realidad? Sólo a medida en que vaya acumulando experiencias se irá des-
arrollando en usted la tendencia hacia la actividad que más le conviene personal-
mente. La especialización, de hecho, sólo aparece muy progresivamente.
¿Cómo administrar, entonces, tantos años de aprendizaje, de espera? ¿Có-
mo evitar el hastío, la resignación en que tantas personas están inmersas? ¿Por qué
tantas personas se dejan simplemente ir o llevar por sus estudios, mientras que
otras actúan, progresan rápidamente, triunfan por sus propios medios? ¿Qué moti-
vación anima a estas últimos en su esfuerzo que les conduce al éxito? ¿Cuál es la
clave del éxito?
Para descubrir la mejor motivación es preciso, ante todo, ser conscientes de
nuestra propia naturaleza. Como ser humano, como todo organismo vivo, usted po-
see un programa genético construido en toro a tres grandes funciones: salvaguar-
darse, desarrollarse, reproducirse, garantizar su completo desarrollo; y más concre-
tamente, su desarrollo intelectual.
1.1 Su objetivo: autorrealizarse
Cuando uno desea superar un examen es por formarse, pero, al mismo tiem-
po (y, quizá, principalmente), para asegurarse el porvenir. Una cultura amplia, una
educación más completa, una formación cualificada, desarrolla las capacidades inte-
lectuales. Evolución, adaptación, reconversión, se vuelven así más fáciles. Las apti-
tudes para adquirir la información, para comunicar, se multiplican igualmente. La
posesión de títulos o diplomas cada vez más elevados facilita consecuentemente,
por regla general, la adquisición de una profesión, la obtención de un empleo, el
dominio de una carrera.
Sus estudios, sus calificaciones, deben permitirle acceder más fácilmente a
su trabajo agradable, así como a una mejor remuneración: de este modo, usted po-
drá satisfacer mejor sus deseos personales.
Desarrollarse por usted mismo debe ser su auténtico proyecto. El colegio, y la
enseñanza superior después, son instrumentos que le van a ayudar a forjarse a sí
mismo, a realizarse. Usted desea sacar a la luz todos sus recursos y talentos para
obtener el mejor partido de ellos, lo antes posible. Algunos comprenden esto mejor
que otros. Quieren (y saben) exigir y utilizar estos instrumentos para sí mismos, para
su propia formación. Quieren aprender y, sobre todo, y esto es actualmente primor-
dial, quieren saber aprender.
1.2 Consecuencias de la autorrealización
1.2.1 El deseo de actuar
Tener siempre presente el deseo de autorrealización le permitirá ser su propio
obrero, pero también su propio jefe. Si tiene un interés personal en progresar, usted
toma claramente el timón, se traza un rumbo. Es un voluntario.
Disposición, lucha, dinamismo, pasión, desplazan entonces a la somnolencia,
a la indiferencia, a las temerosas reservas, al derrotismo. La fe en sí mismo, en el
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porvenir, sirve de guía, proporciona vigor y energía mental, cristaliza las fuerzas físi-
cas y psíquicas. Esto permite entonces un esfuerzo continuado, vencer la fatiga, su-
perarse.
El deseo de tener éxito le revelará sus aptitudes, su personalidad. El trabajo,
la acción, van a facilitar este conocimiento. Para descubrir y hacer fructificar su po-
tencial personal, usted va a:
• interesarse, observar, informarse, percibir el mundo y a los demás;
• adquirir la experiencia y la forma de pensar del prójimo (llegar más le-
jos gracias a los demás);
• comprender, evaluar, aprender, estructurar su pensamiento, saber;
• saber actuar, comportarse, comunicarse, organizar, transformar, crear.
Usted sabe que para cambiar el mundo es necesario equiparse poderosa-
mente primero. Sólo entonces podrá encontrar su sitio en la sociedad, actuar, modi-
ficar su entorno social: ser, en fin, usted mismo, desempeñando plenamente su pa-
pel en la sociedad.
1.2.2 El placer
Esta motivación, este proyecto de realización personal, si se siente realmente,
tiene el mismo efecto que un turbo sobre un motor: proporciona al aprendizaje otra
potencia, otra dimensión. El concepto de trabajo desaparece tras lo de interés y de
placer; placer de la investigación, del descubrimiento, de la comprensión del mundo;
placer de jugar con las ideas, de ver la curiosidad satisfecha y el objetivo alcanzado,
placer del éxito; placer, a fin de cuentas, de la acción dominada, de la autonomía, de
la libertad conquistada sobre la ignorancia o el condicionamiento biológico y social.
Esta experiencia del placer, cuando queda grabada en la memoria, le propul-
sará en cada nueva ocasión hacia la etapa siguiente, para poder sentirla de nuevo.
Todas las barreras se levantan para favorecer este recorrido: atención y voluntad,
percepción consciente e inconsciente, comprensión, espíritu crítico, memorización,
se ponen en funcionamiento. Con gran rapidez, se va creando un hábito: el del tra-
bajo, el del placer, el del éxito.
Esta autorrealización se vuelve un compromiso total: tiempo, dinero, energía,
se consagran a ese objetivo. Éste se transforma en juego, en pasión. Corto plazo y
largo plazo se armonizan. Usted pensaba invertir su mente pensando en un largo
porvenir, pero los frutos del saber están ya presentes: autonomía, placer y éxito.
1.3 Condiciones de una auténtica motivación
El deseo de autorrealización no es algo evidente. Para que se dé, parecen in-
dispensables cuatro condiciones:
1.3.1 El estado de equilibrio afectivo
Nuestra programación biológica tiene por función principal garantizar nuestra
salvaguarda, nuestro equilibrio. En el plano físico, la protección y el desarrollo del
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cuerpo están normalmente asegurados. En el plano psíquico, en cambio, y particu-


larmente en lo que concierne al equilibrio afectivo, las dificultades son frecuentes.
Ahora bien, mientras ese estado no se alcance, el cerebro primitivo * moviliza, a ve-
ces conscientemente, pero sobre todo inconscientemente, las funciones intelectua-
les en torno a ese problema que hay que resolver. Cualquier otra acción se vuelve
secundaria. La escolaridad, los estudios, no escapan a esta ley. Mientras el cerebro
esté preocupado por esta prioridad vital no es posible profundizar en nada.
1.3.2 La concienciación
Toda auténtica motivación proviene del propio estudiante. No es posible im-
ponerla desde fuera. Es preciso sentir la autorrealización como una necesidad, ser
consciente de esa prioridad impuesta por uno mismo. Desdichadamente, para un
buen número de personas, ese sentimiento no existe. En ese caso, el papel del en-
torno es fundamental.
Los familiares deben asegurar entonces esa concienciación mediante su
comportamiento, su ejemplo. Deben, ante todo, estar ellos mismos convencidos de
la importancia de la escuela y de los estudios para el desarrollo personal.
1.3.3 El estímulo
Una actitud constructiva consiste en suscitar, como en la publicidad, el interés
por un producto que se llama el colegio, la formación. Hay que demostrar que se
cree en ello, adherirse totalmente. Un seguimiento de las notas y de las evaluacio-
nes, contactos con la administración y con los profesores, estimulan a los alumnos,
pero también a los profesores en sus esfuerzos. Hay que saber reconocer el dina-
mismo y el éxito cuando existen, para hacer que se renueven, para que exista cada
vez una búsqueda de gratificación, de placer. Si se trata de fracasos pasajeros, el
reconocimiento de los aspectos positivos permite recuperarse más fácilmente.
Los fracasos prolongados, por su parte, plantean varias cuestiones. ¿Se trata
de una falta de madurez, de una falta de método? (piense en recomenzar el curso,
pida consejo a sus profesores, ¡y lea atentamente este libro!) El objetivo ¿es mo-
mentáneamente demasiado ambicioso? (piense en repetir el curso o en una reorien-
tación que pueda poner de relieve sus facultades, descubra y aproveche a fondo sus
capacidades). Lo que importa, a fin de cuentas, no es tanto el camino seguido, a
veces sinuoso, sino el resultado; éste puede, en efecto, llegar bastante más tarde,
en la vida adulta, como demuestran cantidad de ejemplos en la vida profesional. No
considere nunca los fracasos como una fatalidad. La evolución, la madurez, pueden
llegar después de la edad escolar, y recuperar entonces el retraso. Pregúntese
siempre dónde reside su verdadero interés a largo plazo: ¿Qué puedo perder o ga-
nar si dejo los estudios, si me reoriento, si continúo? A veces, uno se da cuenta de
que es preferible seguir hasta la próxima bifurcación antes de pararse tontamente a
mitad del camino, sin nada en los bolsillos.
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1.3.4 La representación mental del éxito


Hay que dejar de complacerse en el fracaso, abandonar lo que va pronto a
convertirse en pereza, en una dimisión intelectual. Es preferible cuestionarse a uno
mismo, querer salir del atolladero tarde o temprano. En lugar de auto despreciarse,
vale más respetarse a uno mismo, ocuparse de sí mismo, tomar las riendas de la
propia vida. Se trata de llegar al fondo de nuestras posibilidades.
Para aprender, hay que creer en uno mismo, en sus posibilidades, en sus fa-
cultades intelectuales o manuales; saber que es uno mismo el propio actor de su
desarrollo. El cerebro sólo se construye si él lo desea y de la forma en que le pare-
ce. Para autorrealizarse hay que querer aprender a aprender. Todos, desde que na-
cemos, nos encontramos ante una escalera por la que debemos trepar para alcan-
zar nuestro desarrollo: algunos franquean todos los peldaños; pero otros ignoran
incluso la existencia de dicha escalera. Confíe en sus propias capacidades, descú-
bralas para conocerlas y aprovecharlas mejor.
Comience por anotar en un papel sus deseos más profundos; a continuación,
anote las vías que desea seguir para realizarlos. Fíjese objetivos claros, realizables,
jalonados en etapas precisas; determine los medios concretos que va a utilizar. Ten-
ga permanentemente ese escrito a la vista y considérelo como un contrato consigo
mismo, así ya no podrá librarse de él y pondrá todos los medios a su alcance para
cumplirlo. Esta conducta activa desemboca entonces en realizaciones positivas. Con
cada nuevo éxito, esta actitud se ve fortalecida, se obtiene un placer, el aburrimiento
desaparece, aparece el entusiasmo.
Para consolidar su interés practique cada día la representación mental (ver
capítulo 32). Esos breves instantes cotidianos de reflexión son la mejor motivación
para ponerse a trabajar. De este modo se consolida una forma de pensar, se crea
una estructura * mental positiva, que se convierte entonces en una auténtica necesi-
dad. Usted intenta constantemente satisfacerla, reducir la distancia entre la realidad
y dicha necesidad: esta energía mental es lo que le hará ir progresando.
1.4 Otras motivaciones
La autorrealización no es el único estímulo que puede conducir al éxito en los
estudios. Existen otros, menos ricos a veces, pero que tienen el mérito de existir.
1.4.1 Motivaciones internas
Poseer uno o varios títulos permite valorizarse, hacer que la sociedad reco-
nozca oficialmente nuestras cualidades, nuestro rango intelectual. Se trata, en este
caso, de satisfacer una necesidad de estima, de consideración.
Para algunos, el brillar en sus estudios provoca pulsiones de agresividad. De-
beres, exámenes, se convierten en competiciones, en desafíos. Su objetivo: rivalizar,
situarse entre líderes. No estamos lejos tampoco de la idea de juego y de victoria
por el solo placer de ganar. Todos podrían utilizar esta motivación con las asignatu-
ras que les parezcan más difíciles.
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Otros también, y tal vez los mismos, obedecen, consciente o inconsciente-


mente, a conductas de seducción, conductas sexuales; brillar intelectualmente para
agradar, para atraer a otra persona, es bastante habitual.
Otros, por último, prosiguen sus estudios por motivaciones afectivas, con fre-
cuencia sin ser conscientes de ello. Bien porque se identifican con unos modelos o
bien porque no quieren contrariar a sus padres, a sus profesores, etc., para conser-
var su afecto. Inconscientemente, existe en ellos un desequilibrio afectivo. Estas
situaciones idílicas son siempre muy frágiles, y su ruptura provoca también la de los
estudios. El entorno familiar debe interesarse por el alumno o por el estudiante, pero
hay que evitar que esto se convierta en una presión moral.
1.4.2 Motivaciones por presiones externas
Este tipo de motivación todavía existe en los estudios secundarios. Vigilar, re-
compensar y sancionar mediante notas permite crear conductas impuestas, actos
repetidos, un condicionamiento. Hábitos y motivaciones se confunden entonces. El
miedo guía nuestras acciones. Estamos lejos de la autorrealización y de una forma-
ción para la autonomía. Este tipo de motivación, basada en la obligación, en la pre-
sión, posee virtudes benéficas para las personas de carácter débil, sin disciplinar.
No obstante, conviene asociarla rápidamente con una concienciación sobre el inte-
rés por los estudios, para no fracasar después en la enseñanza superior.
Otras motivaciones externas son las que conducen al alumno a proseguir
cueste lo que cueste unos estudios hacia los cuales no siente ninguna inclinación o,
incluso, que detesta. Estas motivaciones son bastante frecuentes, por ejemplo:
• Estudiar una asignatura obligatoria para hacer un examen.
• Obtener un diploma para poder empezar otra cosa o, simplemente, para
salir decorosamente, y lo antes posible, del colegio.
• Cursar estudios para superar la condición de sus padres o porque es la
única forma de conseguir un empleo, de no fracasar en la vida.
Este tipo de presión se asemeja a una necesidad imperiosa. En realidad, se
trata más de una apuesta sobre el porvenir o de una inversión que de una libre elec-
ción del presente; se trata de salir cuanto antes de una situación dada para dirigirse
hacia un futuro mejor.
Este deseo de hacer algo, sin saber qué exactamente al principio, en vez de
pararse en el camino, es el origen de un gran número de éxitos individuales. Es a
través de la acción como se van revelando las potencialidades. El tiempo * y la vo-
luntad * resultan, en estas situaciones, los aliados más valiosos.
RECUERDE:
• Las motivaciones secundarias merecen tenerse en cuenta. Pueden dar un
significado provisional o definitivo a los estudios. Cada cual puede encon-
trar en ellas la justificación o justificaciones a sus esfuerzos. Evitan sobre
todo la principal causa de fracaso en el aprendizaje: la falta de deseo, la
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falta de motivación. De hecho, cuanto más elevado sea el nivel de interés,


tanto más probable será el éxito.
• Nada puede reemplazar al motor de todo éxito: la sed de autorrealización.
Los exámenes no son ya un fin en sí mismos, sino la oportunidad de reali-
zarse. Aprender deviene una fuente de placer. Esta motivación permanece
estable, puesto que sus miras son a largo plazo. Profunda, se apoya en el
interés individual. Total, moviliza la totalidad del ser. Noble y superior, se
basa en una conciencia que se descubre a sí misma, en un cerebro en au-
toformación. Basada en el conocimiento, es también su fuente.

2. CÓMO FUNCIONA NUESTRO CEREBRO

EN POCAS PALABRAS...
El hombre, gracias a su cerebro superior, puede superar sus condicionamientos y progresar hacia el conocimiento.
1. El cerebro primitivo
El cerebro primitivo transmite a la conciencias las informaciones provenientes de los sentidos, de la realidad, y las defor-
ma con arreglo a los instintos o a la experiencia vivida. Motiva o desmotiva al individuo para encontrar el placer o evitar el
desagrado. En realidad, reproduce siempre los mismos esquemas de funcionamiento.
Todos nuestros comportamientos y razonamientos dependen inicialmente de este cerebro primitivo.
2. El córtex, o cerebro superior
Éste corrige los excesos del cerebro primitivo. Permite controlar, durante el aprendizaje, algunas de nuestras emociones
por medio de la razón. Intenta percibir el mundo lo mejor posible y comunicarse con él.
Su fuerza con respecto al cerebro primitivo reside en su posibilidad de apertura. Esto le permite, entonces, mediante in-
tercambios constantes, adquirir nuevos procesos de funcionamiento, ponerlos en práctica y, por ende, memorizarlos: se
perfecciona a sí mismo.
3. Las neuronas y sus conexiones
Las neuronas permiten, gracias a sus interconexiones, el tratamiento de los datos. Cuando la información sigue varias
veces un mismo trayecto, aparece una estructura, se realiza un aprendizaje. Es un fenómeno acumulativo, exponencial:
cuanto más aprende la persona, más ganas tiene de aprender; cuantos más medios tiene, más rápido aprende.
4. Los dos hemisferios
El cerebro está dividido en dos hemisferios, uno de los cuales predomina sobre el otro generalmente.
• El hemisferio izquierdo se caracteriza por sus capacidades de análisis, de lógica, y por su predominio sobre el
lenguaje. Permite la memorización gracias al sentido auditivo.
• El hemisferio derecho favorece la comprensión global, la intuición, el campo visual. La memorización se efectúa
gracias a la vista.
Cada uno debe saber utilizar lo mejor posible su hemisferio predominante, desarrollando a la vez el otro.

¿Por qué cuando proyectamos ante un público infantil, entre otras diapositi-
vas, una foto de cerdos azules, todos afirman a continuación haber visto cerdos ro-
sa? Imposible interesarse por el aprendizaje sin conocer el funcionamiento del cere-
bro. Observándolo, descubrimos a la vez un aliado y un adversario.
Intentemos conocerlo para controlarlo mejor, para utilizarlo mejor. Descubra-
mos ese fabuloso instrumento, capaz de pensar por sí mismo, de destruirse o de
desarrollarse hasta límites insospechados.
A lo largo de la evolución de la especie humana, han aparecido tres cerebros
sucesivamente: los dos primeros –que aún seguimos poseyendo- constituyen nues-
tro cerebro primitivo; el tercero lleva el nombre de cerebro superior, o córtex.
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Examinemos, pues, brevemente el funcionamiento de nuestro cerebro a tra-


vés de los cuatro subsistemas siguientes:
• el cerebro primitivo (cerebro reptiliano [A] + sistema límbico [B]);
• el córtex, o cerebro superior (C);
• las neuronas y sus conexiones;
• los dos hemisferios: cerebro izquierdo (D) y cerebro derecho (E);
2.1 El cerebro primitivo
Cuando creemos reconocer a alguien de lejos, ciertos datos pueden inducir-
nos a error: la estatura, la envergadura... Un aspecto general puede recordarnos a
una persona, sin que ello responda a la realidad. En efecto, una parte de nuestro
cerebro primitivo, llamada sistema límbico, interroga permanentemente a nuestra
memoria y compara el contenido de ésta con los datos recibidos a través de nues-
tros sentidos. Uno o varios detalles bastan para orientarnos hacia unos esquemas
de funcionamiento, unas estructuras * previamente trazadas. Este cerebro primitivo,
el de la emoción, cree reconocer una situación. Funciona sin profundizar, a fin de
advertirnos lo antes posible para que reaccionemos rápidamente. Las estructuras
que tenemos en nuestra mente (experiencias favorables o desfavorables) orientan
nuestras percepciones: nuestros recuerdos personales deforman a menudo la reali-
dad. Así, todas las informaciones que recibimos pueden ser fuente de errores.
De hecho, el sistema límbico selecciona la información a fin de proteger la in-
tegridad de nuestro organismo físico, pero también psíquico, particularmente para
evitar cualquier desequilibrio. Por este motivo, rechaza lo desconocido, las ideas
nuevas, los elementos extraños. No acepta tampoco reconocer nuestras debilidades
ni las de nuestros allegados; se opone, asimismo, a las experiencias desagradables,
incluso positivas (alejarse temporalmente de los suyos, por ejemplo). Rechaza, ge-
neralmente, cambiar de esquema de funcionamiento o de estructura mental, aunque
sea eso lo que realmente más nos conviene.
La tarea fundamental del sistema límbico es la de reproducir constantemente
las experiencias favorables, en forma de secuencias de comportamiento. Cuanto
más impregnada esté la memoria, de forma innata o por aprendizaje, tanto más pre-
domina la respuesta condicionada sobre la respuesta razonada.
Nuestro cerebro primitivo puede, no obstante, innovar cuando, después de
una acción, el resultado obtenido no corresponde al resultado esperado, cuando se
produce un malestar, ya que, en ese caso, la estructura ya no le es favorable a
nuestro organismo; entonces, el programa inicial puede, a la larga, ser suprimido y
reemplazado por otro, más adecuado, que se almacenará en nuestra memoria.
La atención y la motivación se movilizan cuando la información percibida evo-
ca placer o disgusto. Si la impresión es neutra no ocurre nada. Esta movilización se
efectúa, desde el momento en que la información entra en nuestro cerebro, a nivel
del cerebro reptiliano, y más concretamente, en la formación reticulada.
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Estos comportamientos estándar, estos prejuicios, si son a veces su razón de


ser, son, sin embargo, muy limitados e insuficientes por lo general. Nuestro cerebro
superior (el córtex) debe movilizarse permanentemente y luchar para liberarse de
esas estructuras repetitivas, para adaptar mejor la respuesta del comportamiento a
cada situación, para conseguir nuevos esquemas e informaciones diferentes, de
manera que podamos perfeccionarnos mediante nuevos aprendizajes.
2.2 El córtex, o cerebro superior
Tanto por su volumen como por su función, es el subsistema más importante.
Nuestro córtex o corteza cerebral debe resolver los problemas más complejos, plan-
teados a la vez por la naturaleza y por las demás personas, pero, sobre todo, puede
actuar sobre su propia evolución. Detengámonos en este último punto: el auto-
aprendizaje, la autoevolución. Para ello, mencionemos brevemente las relaciones
que implica el pensamiento.
2.2.1 Representarse el mundo
Para comprender el mundo, nuestro córtex analiza, compara los elementos,
realiza síntesis. Esta representación del mundo se efectúa en forma de evocaciones
mentales (cuando pienso en el fuego, puedo hacer que aparezca en mi mente una
imagen, pero a veces también evocar una quemadura). Esta representación puede
también tener lugar bajo la forma de abstracciones o de símbolos, es decir, de pala-
bras (si me hablan de democracia me vendrán a la mente una serie de palabras que
especificarán ese concepto).
Nuestro córtex es capaz, a partir de una información, de un solo indicio *, de
una sola señal, de reconstruir impresiones (imágenes, palabras, sensaciones tácti-
les, gestuales, etc.). Aparecen estructuras completas, reproducciones mentales, que
representan la realidad. Sin embargo, esta representación no se corresponde exac-
tamente con la realidad. La impresión que tengo en mi cabeza del cuadro de la Gio-
conda es diferente del auténtico cuadro. Igualmente, mi discurso sobre la democra-
cia no es la democracia, sino sólo la idea que yo tengo de la democracia. Nuestras
representaciones de la realidad son siempre las del momento, influenciadas tanto
por nuestro estado afectivo como por el estado de las ciencias o de la sociedad en
un determinado momento histórico (para nosotros, el Sol ya no gira alrededor de la
Tierra).
Nuestro córtex debe, pues, estar alerta. Debe cuestionar todo lo que percibe,
lo que tiene por admitido. Así pues, como Copérnico o Einstein, por ejemplo, es pre-
ciso abrirse humildemente a la realidad, interrogarse permanentemente, interrogar al
mundo, sintonizar con él, romper a veces nuestras estructuras mentales.
2.2.2 Comunicar
El funcionamiento de nuestro cerebro superior se apoya en la comunicación.
El córtex recibe la información a través de los sentidos y del cerebro primitivo, la tra-
duce y, luego, la utiliza, emitiendo a su vez, a través del cuerpo o del lenguaje, otras
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informaciones. Comunicar consiste fundamentalmente, para nuestro cerebro supe-


rior, en actuar y reaccionar frente a toda clase de problemas, simples o complejos.
Debe dar muestras de estrategia, de programación, de decisión, sea a través de la
lógica o de la intuición. Debe proyectarse hacia el futuro, prever.
Nuestro córtex evalúa la diferencia entre sus previsiones y el resultado real de
su acción; a continuación, en respuesta, corrige sus errores a fin de adaptarse, de
progresar. Demuestra así su aptitud para aprender, para memorizar sus perfeccio-
namientos, para evolucionar.
2.3 Las neuronas y sus conexiones
Una parte importante de las capacidades de nuestro cerebro se basa en su
aptitud para tratar la información, combinarla, compararla con otros datos ya alma-
cenados. Esta comunicación se efectúa por medio de un tipo particular de células:
las neuronas.
2.3.1 Funcionamiento y el papel de las neuronas
Examinemos cómo funciona nuestro cerebro cuando vemos, por ejemplo, un
animal. Como toda percepción, ésta se compone de miles de datos. Cada uno de
estos datos activa una neurona concreta, que está interconectada con otras neuro-
nas. La imagen percibida excita así un círculo determinado, una estructura comple-
ta. Generalmente, esta estructura ya ha sido solicitada, existe en memoria; reapare-
ce, pues, completa y rápidamente. Así es como los cerdos azules, percibidos fu-
gazmente, se vuelven de color rosa: la imagen del presente desaparece en beneficio
de la del pasado.
Toda percepción, si no se profundiza en ella, se percibe sólo como una
aproximación, y es devuelta a lo que ya tenemos en memoria. Prestar una atención
especial afinará esta percepción y aportará nuevos datos, que serán inmediatamen-
te almacenados en la memoria: la realidad se vuelve entonces más rica, tanto para
el presente como para el futuro, cuando se trate de volver a encontrar esas estructu-
ras.
2.3.2 Una autoformación acelerada
Durante el aprendizaje de un gesto o de una operación mental, la información
sigue un determinado trayecto a través de las conexiones neuronales, camino siem-
pre idéntico. Este trayecto va formando una huella, se estabiliza, se consolida. Apa-
rece lo que nosotros hemos denominado una estructura. Esta vía neuronal es el re-
sultado, la mayoría de las veces, de una práctica repetida (a veces, también, de una
fuerte impresión, una especie de tormenta cerebral.
Las vías de comunicación a escala de un país o a escala mundial ilustran
bien el desarrollo de las estructuras del cerebro, de la red neuronal. Las más utiliza-
das, se cuida, se modernizan y, debido a ello, atraen todavía más vehículos; las po-
co frecuentadas, en cambio, se van desatendiendo, se vuelven inadaptadas y, poco
a poco, son olvidadas y abandonadas.
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La repetición, la consolidación, el aprendizaje, evitan la disipación de una es-


tructura neuronal. Por el contrario, si ciertas estructuras no son o dejan de ser utili-
zadas, se borran definitivamente. Ante la falta de solicitación, el potencial de las per-
sonas se evapora. El cerebro se construye por el uso. Funciona según un programa
genético innato, pero a condición de que su uso sea solicitado.
Es como si nosotros mismos diseñáramos y ordenáramos progresivamente
nuestras vías neuronales en torno a un esquema básico. Al principio, cuanto más
numerosos sean los requerimientos, más rápidamente puede desarrollarse el pro-
grama inicial, de ahí la importancia de los primeros aprendizajes, particularmente el
del lenguaje. En una determinada fase, a continuación, el cerebro llega a ser lo bas-
tante competente para mejorar, enriquecer, ciertas partes de ese programa, y por
consiguiente, perfeccionarse él mismo; así es como el cerebro consigue autodes-
arrollarse. A medida que van llegando nuevas informaciones, aparecen otras co-
nexiones, otras estructuras. Los datos recientes vienen a enriquecer a los antiguos y
se forman combinaciones. Éstas conducen a una necesidad de informaciones nue-
vas, las cuales a su vez hacen aparecer otras estructuras... El aprendizaje, en su
sentido más amplio, se ha desencadenado.
Nuestro cerebro, gracias a su fenomenal número de neuronas, reacciona así:
cuanta más información adquiere y aprende, más sabe adquirir y aprender, más se
desarrolla. El fenómeno es acumulativo, exponencial (cada vez se necesita menos
tiempo para aprender de nuevo). Dada su construcción, el cerebro superior, cuando
ha adquirido conciencia de sus posibilidades, tiende a conocer más y más. Tiende al
conocimiento.
2.4 Los dos hemisferios
Además de la división precedente, entre cerebro primitivo y cerebro superior,
podemos mencionar otra distinción útil para el aprendizaje, la del hemisferio derecho
y el hemisferio izquierdo.
Numerosas investigaciones demuestran la especificidad de cada uno de es-
tos hemisferios. Todos tenemos generalmente un predominio del uno sobre el otro.
Es muy útil conocer este predominio para facilitar nuestro aprendizaje y nuestra
memorización.
Intente, con arreglo a lo que viene a continuación, inscribirse en una de las
dos categorías (las tendencias, sin embargo, no siempre son evidentes).
2.4.1 El hemisferio izquierdo
• La capacidad de análisis es más importante en este hemisferio, que
examina las informaciones una por una para comprenderlas. El trabajo
se efectúa paso a paso, por secuencias sucesivas, ordenadas en el
tiempo.
• La lógica prevalece, acompañada de cifras y de cálculos. Es el territo-
rio de las matemáticas, de la abstracción.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 13

• El lenguaje es otro predominio del hemisferio izquierdo. Éste se expan-


siona con todo lo que sea oral, verbal.
• El tiempo, en fin, es un componente importante para el hemisferio iz-
quierdo. Para él, la acción requiere siempre unos plazos de reflexión, y
la preparación requiere un tiempo.
Los que poseen un hemisferio izquierdo predominante comprenden más fá-
cilmente y memorizan mejor las explicaciones cuando éstas se dan verbalmente.
Todo comienza por una escucha atenta. La fijación y el posterior recuerdo de las
informaciones tienen lugar evocando mentalmente la voz de quien las ha pronuncia-
do.
2.4.2 El hemisferio derecho
• La comprensión global se realiza en este hemisferio. Las informacio-
nes son integradas en un conjunto; las partes, en un todo. Este hemis-
ferio privilegia las relaciones, las asociaciones, las analogías, el trata-
miento gráfico, las estructuras, los conceptos.
• Intuición, imaginación, emoción, predominan: es el cerebro de los artis-
tas.
• El pensamiento se interioriza en vez de expresarse oralmente. El re-
cuerdo de los nombres de los objetos y de las personas es a veces di-
fícil. El hemisferio derecho concierne de hecho al terreno visual, el de
las imágenes, el espacio, las formas, lo concreto.
• Los poseedores de un cerebro derecho como cerebro principal tienen
problemas con la lógica y con lo auditivo. Son a veces un poco dema-
siado rápidos en la acción, y a menudo ganan reflexionando un poco
más.
Los que poseen este predominio deben, para memorizar, utilizar al máximo
los colores, imágenes, dibujos, fichas, diagramas, cuadros, esquemas; observar
bien lo que tienen ante la vista; utilizar también metáforas; por ejemplo, comparar el
sistema nervioso con una red eléctrica. Para fijar y restituir la información, hay que
evocar en la mente esas imágenes, volver a ver, siempre mentalmente, lo que se ha
escrito en el tablero, en las hojas, en un libro. Cuando ello sea posible, revivir, a tra-
vés de las imágenes, las escenas reales identificándose con los personajes.
2.4.3 Prueba: ¿predominio visual o auditivo?
¿Todavía no ha conseguido situarse? Haga la siguiente prueba:
1.ª fase: Haga que le lean, y repita después en voz alta, una lista de 20 nom-
bres y objetos; anote a continuación todos los que recuerde.
2.ª fase: Haga que le presenten una lista, bien legible, con otros 20 nombres
anotados en una hoja de papel. Concédase el mismo tiempo que en la primera fase
para memorizarlos visualmente. Anote los que recuerde de esta manera.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 14

Compare ambas listas con los nombres originales. Esta prueba le permitirá
saber cuál de los dos hemisferios predomina: en el primer caso, el cerebro izquier-
do, auditivo; en el segundo caso, el cerebro derecho, visual. Repita, eventualmente,
la prueba con otros nombres en caso de incertidumbre o para confirmar los resulta-
dos. Este descubrimiento será muy valioso para la memorización (ver capítulo 11).
2.4.4 En conclusión
Nuestros dos hemisferios tienen funciones diferentes, pero trabajan al mismo
tiempo, paralelamente: mientras uno analiza, el otro sintetiza; los dos se ayudan mu-
tuamente para reconstituir el mundo.
Nosotros debemos, por supuesto, conocer y utilizar al máximo nuestras capa-
cidades dominantes; por ejemplo, en la elección de una profesión. Pero no debemos
descuidar nuestras otras facultades, nuestro hemisferio más discreto. Al contrario,
debemos desarrollarlas más; así podremos descubrir y aprovechar en nosotros nue-
vos recursos, particularmente, para el aprendizaje.
Nuestro cerebro forma un todo; esta presentación en varios elementos no es
más que un enfoque para comprender mejor su funcionamiento. Cada actividad
mental moviliza el conjunto del cerebro, particularmente, la memoria, cuya localiza-
ción exacta todavía ignoramos.
Observación: Hemos insistido en el control que debe ejercer el córtex sobre el
cerebro primitivo, la razón sobre la emoción. Sería, en efecto, vano y nefasto negar
nuestras emociones y nuestros instintos. Es preciso, simplemente, ser conscientes
de que hay situaciones en las que no debemos dejar que los estados afectivos sigan
predominando, y, luego, actuar para corregir o utilizar la acción del cerebro primitivo
sobre el cerebro superior.
RECUERDE:
• Todos debemos saber que es posible librarse en parte del determinis-
mo natural de los genes, así como del determinismo social. Cada estu-
diante debe empezar por concienciarse de esto para adquirir confianza
en sí mismo; por saber que el cerebro superior puede, gracias a sus
facultades de apertura, de comunicación y de reflexión, descubrir cons-
tantemente nuevas estructuras, memorizarlas, y así perfeccionarse,
evolucionar por sí mismo, auto perfeccionarse.
• El córtex le permite un progreso permanente, una complejificación, un
avance del hombre hacia el conocimiento.

3. CÓMO REVELAR LA INTELIGENCIA

EN POCAS PALABRAS....
Conocer nuestra inteligencia es saber cómo actuar para resolver un problema nuevo.
1. Una resolución inteligente implica las siguientes cualidades:
• Tener presente el objetivo a alcanzar y, con arreglo a los datos existentes, encontrar los mejores medios para
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 15
alcanzarlo.
• Utilizar lo mejor posible esos medios, poniendo en práctica nuestras cualidades de análisis y de síntesis.
• Presentar y defender nuestra respuesta.
2. Tanto si es innata como adquirida, la inteligencia debe revelarse
Para ello hay que recorrer cuatro etapas sucesivas:
• Querer conocer: tener una mente abierta.
• Querer perfeccionarse regularmente enfrentándose con problemas nuevos: provocar saltos cualitativos en nuestro
pensamiento.
• Querer consolidar esas nuevas cualidades, memorizarlas: estructurarse.
• Querer expresarse para utilizarlas.

Para aprovechar la inteligencia hay que sacarla a la luz, revelarla. En ningún


caso se puede disponer de ella instantáneamente. Preguntémonos, entonces, cómo
poner de manifiesto las distintas riquezas que poseemos, cómo revelar las facetas
de cada inteligencia.
Comencemos por definirla. En la práctica, la inteligencia se comprueba por la
manera en que actuamos para llegar rápidamente a una solución frente a un pro-
blema complejo.
3.1 Las facultades propias de la inteligencia
Las facultades de la inteligencia las descubrimos a través de las tres sucesi-
vas fases de resolución de un problema.
3.1.1 Encontrar los datos útiles para la resolución
Es la fase más importante y la que condiciona las otras dos etapas. En primer
lugar, hay que prever, pensar en la meta que perseguimos: ¿qué debemos resolver?
Comparar constantemente los datos recogidos con esa meta, determinar su
pertinencia para afinar mejor su búsqueda.
Encontrar los datos supone o bien unos conocimientos (información que uno
posee gracias a su memoria) o bien unas puertas de acceso a esos conocimientos
(informaciones externas); en este último caso interviene particularmente la observa-
ción. A mayor número de datos pertinentes, más posibilidades de resolución de los
problemas.
3.1.2 Tratar esos datos
En esta fase son determinantes las capacidades de análisis y de síntesis, a
veces incluso la utilización de rodeos, de astucias, de vías indirectas para llegar a la
solución. Estamos en pleno campo del cerebro superior. Estas facultades se mani-
fiestan a menudo en la experiencia y el aprendizaje.
3.1.3 Presentar una respuesta
Se trata de expresarse, ya sea por escrito, oralmente o mediante gestos, para
dar a conocer o aplicar nuestra solución. A menudo es incluso necesario convencer
a los demás para imponérsela.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 16

La inteligencia es múltiple. Esta suma de facultades es difícilmente reducible


a la cifra aportada por un test, tanto menos cuanto que una medida no representa
más que un estado en un momento dado. La experiencia vivida hace aparecer en
efecto cualidades insospechadas, la inteligencia descubre entonces su diversidad,
evoluciona con el tiempo.
3.2 Cómo revelar la inteligencia
Despertar la inteligencia consiste en procurar ser cada vez más eficaz en la
acción, en resolver más fácilmente problemas nuevos y variados. Para esto se han
de superar cuatro fases fundamentales.
3.2.1 Tener la mente permanentemente abierta para buscar la información
Este espíritu de curiosidad, este interés intelectual por los demás y por el
mundo, debe ser nuestra actitud inicial. Esto requiere de entrada una motivación *.
No sólo hay que ser receptivos a lo que se dice, a lo que se hace o a lo que pasa,
sino que, además, hay que buscar activamente la información, particularmente, a
través de la lectura: así desarrollamos y aumentamos nuestra cultura. Nuestra inteli-
gencia se revela entonces apoyándose en la de los demás.
Esto significa negarse a permanecer en nuestro condicionamiento actual, lu-
char contra la barrera del cerebro primitivo *. Deseamos progresar, conocer. Así es
como descubrimos las cualidades propias de nuestra inteligencia: conociéndolas,
podremos utilizarlas mejor.
3.2.2 Provocar saltos cualitativos en nuestro pensamiento
Se trata de enfrentar nuestra inteligencia a problemas nuevos, cada vez más
difíciles: el colegio, los estudios, los exámenes de niveles cada vez más altos. Pero
también la vida, en su diversidad, puede aportarnos cientos de ocasiones para po-
ner a prueba nuestras cualidades de previsión, de razonamientos, de imaginación,
de astucia en el sentido más amplio del término. La vida nos permite descubrir en
nosotros mismos facetas que hasta entonces ignorábamos.
El pensamiento debe apropiarse regularmente de datos cada vez más com-
plejos y aprender así nuevas formas de tratamiento de los mismos. En cada oca-
sión, se van revelando nuevas asociaciones, nuevas conexiones neuronales, dife-
rentes estructuras * de funcionamiento. El córtex supera entonces un escalón en su
saber hacer, pero, sobre todo, en su saber aprender: efectúa un salto. Cada salto
constituye una etapa más en el desarrollo de la inteligencia.
3.2.3 Estabilizar, conservar estos nuevos datos: estructurar
Una vez adquirida la estructura mental, se trata de integrarla en las preceden-
tes y conservarla. Intervienen entonces la práctica repetida, el aprendizaje por en-
trenamiento, por imitación, por pruebas y errores, por experiencia *; por memoriza-
ción *. El momento y su duración son factores determinantes en la estabilización de
las estructuras. Esta etapa, aunque ingrata, es indispensable para conservar los
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 17

progresos realizados por nuestra inteligencia.


3.2.4 Expresarse
Se trata de no permanecer en nuestra torre de marfil intelectual. Comunican-
do, usted comparte su saber, pero también lo consolida mediante los complementos,
correcciones o confirmaciones que le va aportando: la memoria graba esta expe-
riencia afectiva nueva; para ella esto representa un aprendizaje suplementario, el
mejor. Todos los tipos de expresión son válidos y posibles: escrita, oral, manual, ges-
tual (el actor), vocal (el cantante), etcétera.
En un primer momento, es preciso adquirir los lenguajes apropiados. El cole-
gio y los estudios nos forman generalmente en la expresión escrita y oral; busque,
entonces, fuera de ellos otros tipos de expresión para encontrar la que más le con-
venga.
En una etapa posterior, aproveche, provoque incluso, todas las ocasiones pa-
ra experimentar y perfeccionar estos lenguajes.
La expresión conduce al diálogo, al intercambio y, finalmente, a la apertura al
mundo, umbral de una nueva etapa en el despertar de nuestra inteligencia. Obser-
vamos entonces que nuestro cerebro aprende y trabaja cada vez mejor, cada vez
más rápido. Su evolución se proyecta sobre el mundo que le rodea; uno y otro pro-
gresan mutuamente de manera exponencial hacia el conocimiento.

RECUERDE:
• La inteligencia no es un elemento estático: todos poseemos instrumentos
para pulirla, y el uso es el mejor de todos ellos.

4. LA APERTURA MENTAL

EN POCAS PALABRAS....
Progresar nos permite liberarnos de las limitaciones de nuestra herencia; para lograrlo, hay que saber abandonar nuestras
antiguas estructuras, poco a poco o mediante una ruptura brutal.

1. Abrirse uno mismo: querer aprender a aprender

El principal instrumento de su formación es usted mismo. Cuanto más aprende, más fácil le resulta aprender solo, y este
efecto se va amplificando. Lo más difícil es comenzar, motivarse, comprender lo que se aprende realmente para uno mismo,
por su propio interés.

2. Abrirse a los demás

La personalidad se enriquece a través de las contradicciones y confrontaciones. Para ello son indispensables la confianza
en uno mismo, la receptividad y la voluntad de comunicar.

3. Abrirse al mundo: la observación

Para conocer, es preciso, en primer lugar, observar objetivamente y, después, analizar lo que se haya descubierto.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 18
4. La apertura afectiva: la experiencia

Todo aprendizaje requiere experimentar por uno mismo, implicarse para que queden huellas en la memoria afectiva.

Ya sabemos cómo nuestro cerebro primitivo * filtra toda nueva información


para mantener una cierta coherencia en nuestras estructuras mentales. Así se con-
servan unos modelos de comportamiento, si es posible, sencillos y no muy numero-
sos, ya utilizado frecuentemente con anterioridad; éstos constituyen de hecho nues-
tra personalidad. Este conservadurismo biológico plantea un problema: el de la evo-
lución individual. ¿Cómo proseguir nuestros aprendizajes? ¿Cómo romper nuestros
hábitos para abrirnos al mundo y progresar?
Todo lo que sea nuevo, extraño, es a priori sospechoso para el cerebro primi-
tivo.
Quien desee progresar, aprender, debe vencer prioritariamente el rechazo de
este último. Éste es entonces el momento en que el cerebro superior * debe interve-
nir para superar este automatismo. Para que lo consiga, son indispensables dos
condiciones: ser conscientes de la necesidad de semejante apertura y romper, pro-
gresiva o bruscamente, con nuestras antiguas estructuras.
4.1 Abrirse a uno mismo
¿Quiere usted progresar, comprender mejor? Tome, entonces, conciencia
simplemente de que usted es su principal instrumento de formación. Desde ese pre-
ciso momento está ya aprendiendo a aprender. Muy pronto se dará cuenta de que,
cuanto más aprende por usted mismo, mejor sabe aprender y más fácil y rápido le
resulta ese aprendizaje, pues este fenómeno se acelera progresivamente. Cuanta
más información posee la memoria, más puede asimilar, integrando los nuevos co-
nocimientos al saber anterior.
Esto es algo que cada uno debe comprobar en el campo que le interese más.
Por ejemplo, un apasionado por el fútbol no tendrá ninguna dificultad para memori-
zar, durante muchos años y para un buen número de equipos, el nombre de los ju-
gadores y sus hazañas deportivas. Del mismo modo, cuanto más se lee, más fácil y
apasionante resulta la lectura. Cuanto más tome uno la palabra, más fácil le resulta
hablar. Cuanto más abierta esté una persona a la observación, menos barreras en-
cuentra. Cuanto más densa sea la red neuronal en un campo determinado, mejor
maneja la información y más eficaz se va volviendo.
4.2 Abrirse a los demás
Al igual que una célula dentro del organismo coopera con las demás células,
el hombre en la sociedad se relaciona con los demás hombres. El niño se forma a
través de la comunicación con sus padres, sus profesores o sus compañeros. Su
evolución está en función de lo que recibe, pero también de lo que él da a los de-
más. Su personalidad se forja, se enriquece, a través de las confrontaciones y con-
tradicciones con los terceros, con los extraños.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 19

Piense que todo intercambio con los demás es un traspaso de experiencias y


de conocimientos entre ellos y usted. Esto le permitirá ver más y más lejos, particu-
larmente, cuando se apoye en sus predecesores, ya se trate de Platón, Pascal, Vol-
taire, Einstein o de su profesor. Asimismo, el diálogo con los familiares y amigos, o
con un buen compañero de trabajo, por ejemplo, permite que aparezcan nuevas es-
tructuras de pensamiento, completarlas y afinarlas.
Para satisfacer el deseo de abrirse a los demás y la voluntad de comunica-
ción, se requieren dos cualidades esenciales: la confianza * en uno mismo (el valor),
para poder aprovechar todas las ocasiones de intercambio con los demás, y la re-
ceptividad, para poder captar la novedad y un máximo de datos sin deformarlos.
4.3 Abrirse al mundo: la observación
Esta receptividad no es una cualidad natural. Nuestro cerebro primitivo, como
hemos visto, nos lo impide, nos juega incluso malas pasadas, orientando las infor-
maciones nuevas hacia las que él ya conoce o, simplemente, rechazándolas.
Para conocer realmente, y no para reconocer, es preciso, tras haber tomado
conciencia de la acción de este cerebro primitivo, reducir las deformaciones con la
ayuda de la razón. Se trata de crear un estado de máxima receptividad, de hiperaler-
ta. La espera de la información debe efectuarse sin bloqueos, sin ideas preconcebi-
das, sin falta imaginación, sin voluntad de clasificarla inmediatamente dentro de una
categoría, sin juzgarla.

Primer momento: Ponga entre paréntesis todas sus relaciones afectivas. Se-
pa olvidarse de usted mismo; póngase en el lugar del que tiene enfrente para cap-
tarle mejor, para comprenderle mejor. Procure tener bien despiertos todos sus senti-
dos para captar la información en su multiplicidad y su riqueza.
Segundo momento: Analice los nuevos datos. Su córtex * debe captar las di-
ferentes lógicas existentes; conserve la suya, pero tenga también en cuenta la del
otro; tenga una lógica polivalente *.

Esta forma de observar, de percibir el mundo, este tipo de lectura intelectual,


exigen un esfuerzo inicial. Pero, rápidamente, la práctica repetida va creando un
hábito de pensamiento enriquecedor; a mayor percepción de todas las facetas de
una información, más comparaciones con otros datos puede efectuar el cerebro.
Cuantos más tratamientos de la información realice el córtex, más se desarrolla. De
este modo, la observación, generadora de datos, se torna para el cerebro no sólo en
fuente de su saber sino también en fuente de su propia expansión.
4.4 La apertura afectiva: la experiencia
Después de haber observado, hay que experimentar a continuación. En el
aprendizaje, estas dos labores, fundamentalmente diferentes, son complementarias.
Tan importante como tener una actitud neutral en la observación, resulta aquí,
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 20

por el contrario, el implicarse en la experimentación. Esta vez, usted tiene que


hacerse cargo de la información para integrarla y restituirla. Así, usted se movilizará
totalmente con motivo de la redacción de una disertación o cuando prepare un exa-
men de matemáticas o, simplemente, cuando discuta con un compañero: usted se
implicará.
Este paso por uno mismo deja sus huellas: la memoria recuerda el gesto, la
frase pronunciada, el error, el fracaso o el éxito. El cerebro primitivo no deja de gra-
bar toda esta carga afectiva, y guarda en su memoria esos momentos de placer o de
disgusto, para reproducir los primeros y evitar los segundos. Una sola experiencia lo
bastante fuerte en el plano emotivo es suficiente para hacer que emerja una estruc-
tura mental duradera: así se revelan, se aprenden, el amor o la quemadura. De la
acción nace el pensamiento, y éste retorna seguidamente a la acción.
Todo aprendizaje real implica este paso por la acción. El niño pequeño, para
hacerse comprender, utiliza el lenguaje y lo enriquece espontáneamente. De igual
modo, el aprendizaje de una lengua extranjera exige una práctica, una acción real
sobre el entorno: una experiencia sobre las cosas y los seres, con fracasos y éxitos,
satisfacciones y disgustos, y no palabras y clasificaciones teóricas o una simulación
desprovista de elementos afectivos. Esto se comprueba tanto en las disciplinas de
letras como en las científicas.
Estas experimentaciones, estas verificaciones, estas manipulaciones, estos
ejercicios de aplicación, estas prácticas más o menos repetidas, es lo que permite la
asimilación, lo que constituye el aprendizaje con detenimiento de las reglas, leyes y
teorías. Esta apropiación proviene de nuestras vivencias, de lo que experimentamos
durante nuestros cuestionamientos, dudas, ensayos y errores del diálogo: de la exis-
tencia afectiva.
Durante una experiencia personal, el cerebro primitivo * sabe que estamos
realmente implicados, de manera que suprime todas las barreras, y nuestra atención
se moviliza inmediatamente. Las estructuras neuronales inician su labor más rápi-
damente, más fácilmente, para resolver el problema al que nosotros mismos nos
hemos enfrentado: el córtex funciona en este caso al máximo de sus posibilidades.
Si la experiencia se renueva de manera más o menos idéntica, el cerebro
primitivo, gracias a esta carga afectiva grabada precedentemente, la reconoce; reac-
tiva entonces sus estructuras y se las recuerda al córtex. Nuestras experiencias an-
teriores intervienen en nuestros actos o en nuestros razonamientos siempre que un
indicio * permite efectuar la comparación. Una vez más, como en todo aprendizaje,
cuanto más se enriquecen las estructuras, más se afinan y consolidan, y más com-
petente y eficaz se vuelve la persona. Y esto hasta que sea necesario pasar a una
fase o estadio superior mediante una nueva apertura.

RECUERDE:
• Toda apertura es producto de una actuación voluntarista. Para progresar,
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 21

debemos aceptar el romper con nuestros hábitos y luchar contra las ten-
dencias de nuestro cerebro primitivo a reproducir únicamente lo que ya
conoce.
• Sólo en una fase posterior es cuando nuestro cerebro primitivo intervendrá
para grabar esas experiencias nuevas; entonces es cuando debemos con-
tar con nuestra memoria afectiva para conservarlas.

5. EL PAPEL DE LOS PADRES

EN POCAS PALABRAS....
Favorecer la autorrealización, ese es el objetivo de toda educación. Para el adolescente, se trata de alcanzar una autonomía
física, material e intelectual.
1. Actitud de los padres y estabilidad afectiva

• Crear una estabilidad afectiva en el estudiante es una necesidad primordial; la atención y la armonía familiares con-
tribuyen a lograrlo.
• La escucha y la disponibilidad mental proporcionan igualmente un apoyo moral.
• El equilibrio emocional debe buscarse evitando no tanto los choques emocionales como la repetición de estos cho-
ques; no se trata de agobiar al alumno con continuos reproches, sino más bien de ver dónde se encuentran en él las
mejores bazas a desarrollar.
La autoridad debe entonces ayudar a consolidad las estructuras mentales positivas.

1. Papel de los padres en la apertura mental

La verdadera motivación la suscita generalmente el entorno del estudiante. Mostrando los beneficios que se obtienen,
favoreciendo el optimismo, fomentando los contactos con otros ambientes, es como nace el deseo de realizarse auténtica-
mente. El papel de imitación no se debe tampoco desechar.

3. Padres y desarrollo de la autonomía

Ir asumiendo progresivamente responsabilidades crea una mentalidad abierta y la confianza en uno mismo, necesarias
para la autonomía.

Ayudar al adolescente a encontrar sus motivaciones profundas, a evolucionar


hasta que alcance una autonomía física, material, psíquica e intelectual: hacerle al-
canzar su autorrealización, concienciarle de que su acción, por modesta que ésta
sea, puede contribuir a la evolución de su mundo; ése es el papel de los padres, de
los profesores, de la educación.
Conociendo estos objetivos, queda por poner en práctica una estrategia para
alcanzarlos y elegir los medios para lograrlo. Toda autorrealización supone unas
condiciones precisas, que se desprenden del funcionamiento mismo del cerebro.
Como sabemos, toda clase de expansión se apoya, por un lado, en una fase de es-
tabilidad y, por otro, en la recepción de nuevos datos.
5.1 Actitud de los padres y estabilidad afectiva
La atención, el calor, la armonía, el amor de los familiares, son las principales
consideraciones que hay que tener con quien aprende (cuidado también con los ex-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 22

cesos, ¡que el estudiante no se sienta asfixiado!). Muchos fracasos repentinos o pa-


sajeros se explican en principio por una ausencia o ruptura de ese precario equilibrio
afectivo. El cerebro funciona a partir de estructuras * estables. Disputas frecuentes,
una separación, incluso un traslado de vivienda o un cambio de ritmo de vida, pue-
den desequilibrar al individuo y poner, por consiguiente, en peligro todo el aprendiza-
je. Las conductas de fracaso se convierten entonces, inconscientemente, en llama-
das de socorro, en medios para atraer la atención, en formas de indicar que existi-
mos, que estamos aquí. Sólo la atención de los demás, de los familiares particular-
mente,, fortalece el sentimiento de identidad. Mientras esa atención no se manifies-
te, no existirá el equilibrio necesario para el desarrollo de la persona. La conciencia
del propio yo, la confianza en uno mismo, la voluntad, el interés, el deseo de apren-
der, son producto de un reconocimiento, de una aprobación, de una disponibilidad
de los padres, particularmente, del padre.
5.1.1 Un apoyo moral
El adolescente, cuando nota que se le presta atención, se interesa por su in-
terlocutor y no lo rechaza. Sólo entonces es cuando se pueden dar consejos, que
serán, al menos, examinados. Si estos consejos son, además, llevados a la práctica
por quienes los formulan, tendrán algunas probabilidades de ser seguidos por el
efecto de imitación.
Los dos padres reforzarán este apoyo adoptando la misma actitud, sugiriendo
juntos una misma dirección, generalmente, la del esfuerzo, a fin de hacerle adquirir
al estudiante unos buenos hábitos de trabajo: ésta es una de las claves del éxito.
5.1.2 Transmitir la confianza en uno mismo
No son los choques emocionales lo que hay que rechazar, sino su repetición.
Los padres tienen razón de extrañarse, por ejemplo, de los malos resultados y de
pedir una explicación. No se trata de evitar los conflictos; al contrario, éstos dan lu-
gar a menudo a una toma de conciencia y a una recuperación espectacular. Pero,
así como pueden ser beneficiosos cuando son excepcionales, resultan verdadera-
mente nefastos cuando se repiten continuamente.
Sabemos cómo le gusta al cerebro primitivo * reproducir lo que ya conoce, su
funcionamiento se basa siempre en esquemas previamente trazados. Indicarle cons-
tantemente a alguien que “es nulo” es proporcionarle esa estructura, convencerle de
que realmente lo es. El estudiante reproducirá entonces ese esquema en su com-
portamiento mental. Resulta, pues, inútil, de todos modos, agobiar a alguien repi-
tiéndole sin cesar sus defectos, inútil también manifestar una agresividad o una hos-
tilidad permanentes; de nada sirve remover el pasado; lo que importa es el futuro
cimentado en la acción presente.
Así pues, en un primer momento, hay que intentar transformar completamen-
te la situación, construir nuevas estructuras mentales positivas. Resulta entonces
necesario apoyarse en todos los aspectos aprovechables existentes: el interés por
un determinado campo, los progresivos realizados, la voluntad de tener éxito... Des-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 23

afortunadamente, a menudo, los resultados no estarán, al principio, a la altura de los


esfuerzos, la distancia entre el nivel alcanzado y el nivel requerido será demasiado
grande. En el campo escolar se ofrecen entonces dos soluciones: o repetir el curso,
si existen esperanzas de recuperar un nivel satisfactorio, o pensar en una reorienta-
ción hacia otros campos que resulten más adecuados. Hay que desconfiar de los
deseos obstinados de seguir por una vía diferente de la propia, aunque socialmente
goce de más prestigio. Tenga siempre presente la autorrealización; todos nosotros,
por nuestra disposición genética, por nuestras estructuras preexistentes, por nues-
tras diferentes experiencias (nuestro pasado), poseemos facultades propias y, a la
inversa, carecemos igualmente de determinadas aptitudes. Hay que conocer y saber
reconocer dónde se encuentran nuestras mejores bazas.
Después de esto, la confianza puede volver, el derrotismo alejarse. La fuerza
para luchar nace de los pensamientos positivos, de los estímulos. Hay que tener
confianza en el porvenir, tratar al adolescente como si fuera a triunfar. “No preste
sólo a los ricos”; el colegial, el estudiante, tendrán confianza si usted les otorga esa
confianza, si usted les apoya razonablemente.
5.1.3 Dominar las emociones
Todos debemos procurar también no comunicar nuestras alteraciones emo-
cionales. Que la angustia de los padres, o del entorno en general, no repercuta en el
estudiante. Evite, por ejemplo, la obsesión por el examen, cree durante ese período
una atmósfera distendida para evitar el aislamiento del estudiante en su nerviosis-
mo.
Que una debilidad emocional no se transmita tampoco a través de una autori-
dad mal entendida, abusiva. Intente que ésta resulte estimulante. Se trata de lograr
que el estudiante reconozca la validez de los consejos que recibe, de desencadenar
así su concienciación, y no de dramatizar exageradamente corriendo el peligro de
provocar un bloqueo. La autoridad debe ser una manifestación del córtex *, un cál-
culo al servicio de los objetos perseguidos y no una acción impulsiva provocada por
el cerebro primitivo. Debe ser una guía para el fortalecimiento de las estructuras
mentales del adolescente.
La disciplina de trabajo, el orden de las ideas, los métodos, deben afirmarse
gracias a la presencia y a la seguridad emocional de los padres y profesores.
5.2 El papel de los padres en la apertura mental
5.2.1 Suscitar la motivación
Éste es, sin duda, uno de los puntos más delicados, pero también uno de los
más importantes de la educación. Todos los padres y todos los profesores se hacen
esta pregunta: ¿por qué algunos tienen deseos de aprender, de desarrollarse inte-
lectualmente, mientras que otros no sienten esa necesidad? Además de lo que ya
hemos mencionado en el primer capítulo, precisemos que las reacciones del alumno
dependen a menudo de la familia. Ésta es la que inculcará o no el deseo de triunfar.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 24

Los familiares son los que deben mostrar la satisfacción y el beneficio que se obtie-
nen con ello:
• beneficio a corto plazo, por las felicitaciones y los ánimos recibidos por los
buenos resultados; todos los estudiantes, aunque no lo digan, los esperan
y, como acabamos de indicar, los necesitan;
• beneficio a largo plazo, favoreciendo el conocimiento de profesiones que,
por su ejercicio, contactos que permiten con los demás y beneficios que
proporcionan, resultan muy satisfactorios.

Provocar el deseo, suscitar el optimismo, la ambición, puede encaminar al es-


tudiante por la vía del éxito. Algunas familias, y no pocas por cierto, pecan de exce-
so de modestia; no deben extrañarse, entonces, de reproducir ese mismo esquema
en sus hijos.
Abrir los ojos sobre un mejor porvenir significa favorecer el trato con los de-
más, las relaciones, la experiencia en otros campos diferentes de los propios: las
actividades sociales o deportivas, los viajes, los intercambios, permiten, a costa de
algunos esfuerzos a veces, crear esos contactos, suscitar el interés por otros mun-
dos, otros ambientes sociales o culturales, hacer que se adquiera conciencia de su
existencia, de su realidad posible. No se trata de soñar, como ante el televisor, sino
de codearse verdaderamente con una realidad múltiple, de comenzar a vivir sin
complejos.
5.2.2 Contar con la imitación
La necesidad de modelos es fundamental en el adolescente: los comporta-
mientos no se inventan, generalmente se copian. Los padres son los primeros imita-
dos; el parecido intelectual existe tanto como el parecido físico. La mayoría de las
estructuras mentales provienen, al principio, de los padres (antes de ser, a veces, si
su asimilación es mala, bruscamente rechazadas). Uno no puede, por ejemplo, pedir
a sus hijos que cojan gusto por la lectura si no lee él mismo, si se pasa 1.000 horas
al año (¡40 días de 24 horas!) delante del televisor como hacen la mitad de las fami-
lias europeas. Sólo la presencia, la familiaridad con un libro, con un periódico, su
contacto físico, provocan inicialmente el deseo de echarles un vistazo y, después, de
adquirir la costumbre de leerlos. Lo mismo ocurre con la expresión escrita u oral. No
dirigir, por ejemplo, la palabra a sus hijos, aunque sólo sea para pedirles que cuen-
ten qué tal han pasado el día, es fomentar su mutismo en clase. Por supuesto, tam-
poco hay que caer en el extremo opuesto, y convertir el salón familiar en un examen
oral, que acabaría suscitando un bloqueo.
Una vez más, el equilibrio es la regla; se trata de despertar la curiosidad, el in-
terés por determinados asuntos, comentando simplemente una película, un artículo,
un suceso. El comportamiento de los padres y el efecto de imitación abarcan todos
los campos espirituales, manuales, culturales, deportivos...
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 25

5.3 Los padres y el desarrollo de la autonomía


El segundo aspecto de la educación, tras la autorrealización, concierne a la
autonomía; en realidad, ambos forman un todo: están necesariamente vinculados. Al
terminar la segunda enseñanza, el estudiante debe ser capaz de guiarse por sí solo;
tiene que haber adquirido su autonomía, al menos, desde el punto de vista moral e
intelectual. Abandonado a sí mismo durante sus estudios superiores, debe ser capaz
de responsabilizarse a sí mismo, de discernir su interés a largo plazo; ciertos fraca-
sos de buenos alumnos en la continuación de sus estudios después del instituto se
explican por esa falta de madurez ante la libertad que de repente gozan.
Hacerse cargo uno mismo se aprende a través de las responsabilidades pau-
latinamente asumidas, mediante prácticas sucesivas. Responsabilidades en los clu-
bes o en el instituto, como delegado, por ejemplo; pero también en la familia, con-
fiando al adolescente algunas tareas; un presupuesto, aceptando y favoreciendo
separaciones temporales (fines de semana, vacaciones, viajes), evitando toda pro-
tección excesiva. De este modo, la confianza en uno mismo se va desarrollando, se
multiplican las aptitudes para la comunicación, el sentido de análisis de una situa-
ción, el aprendizaje de la elección, de la acción: la autonomía.
Procure evitar toda protección nefasta, todo agobio. Favorezca, por el contra-
rio, el contacto con la vida activa, los intercambios, la acción sobre el entorno.
El entrenamiento a la apertura consiste en practicar dicha apertura; en un
momento dado, resulta necesario salir del propio entorno para desarrollarse real-
mente, para realizarse totalmente. Una vez más, el equilibrio debe ser la regla; no se
trata, por supuesto, de que la actividad escolar se resienta por este aprendizaje de
la acción, al contrario, debe beneficiarse de él; según los individuos, habrá que esti-
mular más una u otra para lograr una armonía entre ellas.

RECUERDE:
• Los mejores aprendizajes se efectúan en un marco de armonía: en un
equilibrio físico y material (comida, sueño, ambiente de trabajo, horarios
regulares...), pero también, y sobre todo, en un equilibrio afectivo. Así
mismo, los valores de la familia y los del colegio han de poderse conciliar
también.
• Fomentar el gusto por el esfuerzo, la atención, crea una fuerza de carác-
ter, suscita hábitos de trabajo. Estos últimos constituyen, por sí mismos,
motivaciones. Estos actos repetidos, unidos a una sólida cultura general, a
un interés por lo que nos rodea, permiten al adolescente encontrar su ca-
mino, adaptarse, ocupar su lugar, prepararse para actuar en la vida.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 26

6. EL PROCESO DE APRENDIZAJE

EN POCAS PALABRAS....
Saber aprender es saber, con respecto a los nuevos conocimientos, superar bien las tres etapas siguientes:

1. Preparar el registro de la información


• Encontrar nuestra motivación.
• Tener conciencia del objetivo que se pretende alcanzar.
• Tener conciencia también de nuestra estrategia en materia de transmisión de conocimientos: imitar, pero también in-
tentarlo por uno mismo, solo.
• Saber observar.
• Comprender lo que se desea registrar.

2. Memorizar
Esto constituye la base de todo aprendizaje. Diferentes métodos pueden ayudarnos.

3. Utilizar lo aprendido

• Imaginar el proceso antes de aplicarlo.


• Utilizarlo de manera variada (ejercicios que aplican automatismos y ejercicios de reflexión para adaptar nuestros co-
nocimientos a las situaciones particulares.
• Verificar nuestro aprendizaje; reactivarlos regularmente para corregir defectos.

Simplificando, aprender consiste en adquirir un saber hacer. Para ello, es pre-


ciso superar tres grandes etapas: preparar el registro de la información, memorizarla
después y, por último, utilizarla. Para los estudiantes, aprender consiste generalmen-
te en memorizar; en realidad, esta fase no es más que una parte de un proceso más
importante, ya que la que precede y la que sigue son igualmente indispensables.
6.1 Preparar el registro de la información
6.1.1 Encontrar nuestra motivación
El aprendizaje, como sabemos, depende en gran parte de nuestra motivación
inicial. En efecto, el cerebro primitivo * interviene en el registro; si no encuentra el
interés o el placer, puede provocar un bloqueo, ya que eso es propio de su funcio-
namiento; en cambio, si se levanta esa barrera, movilizará toda nuestra atención y
nuestra vigilancia para recibir y aceptar la información; ya no existe el riesgo de olvi-
dar.
Hay que saber para qué nos servirán estos nuevos conocimientos, para qué
aprenderlos, con qué finalidad. Estos conocimientos se deben relacionar con los
anteriores (ver Capítulo 3), considerarlos como un ladrillo en un edificio, discernir su
utilidad; ante cada nueva lección, debemos responder a las siguientes preguntas:
¿por qué estudiarla?, ¿qué medios anteriores utilizar?, ¿cuándo habremos de apli-
carla?, ¿qué resultados debemos esperar de ella?
6.1.2 Tener conciencia del objetivo que se persigue
Contrariamente a lo que piensan algunos, el objetivo de un aprendizaje no es
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 27

el de obtener una buena respuesta a un ejercicio, sino, lo que es más, comprender y


encontrar rápidamente los mecanismos que conducen a esa respuesta: conocer un
proceso, una manera de operar, que pueda aplicarse posteriormente a toda una se-
rie de problemas. Tengamos esto bien presente, no nos engañemos.
Así, cuando aprenda a resolver un problema, no intente llegar a su solución lo
antes posible mediante tanteos o sin comprender el procedimiento; analice, por el
contrario, las etapas de trabajo, a fin de seguir una progresión lógica hacia la solu-
ción. No pierda de vista el objetivo: adquirir, integrar los mecanismos y las operacio-
nes a efectuar, para ser después autónomo y saber efectuarlas uno mismo.
Tiene que meterse en la cabeza desde el principio que usted tendrá que re-
producir solo todo el procedimiento y que para hacerlo sólo cuenta con sus propios
medios. Esta previsión, este conocimiento de la distancia que media entre la situa-
ción inicial, en la que queda todo por aprender, y la situación de llegada, en la que
deberá saber actuar, crea una tensión, una cierta ansiedad: una nueva motivación.
Esta tensión es necesaria; aprender consiste en ir reduciéndola, acercándose pro-
gresivamente para ello al objetivo buscado.
6.1.3 Ser consciente de la propia estrategia en la transmisión de conocimien-
tos
Dos tipos de aprendizaje son posibles: bien aprovechar, cuando se pueda, los
progresos de los demás, por imitación; bien buscar por uno mismo, tanteando, reali-
zando sucesivos ensayos, corrigiendo errores. Hay que ser consciente de ambas
estrategias e intentar combinarlas con un máximo de eficacia.
6.1.4 Saber observar
La observación, base de la imitación, se apoya en los sentidos. Las informa-
ciones llegan, sepa captarlas. Ponga en acción las capacidades de su hemisferio *
izquierdo para las palabras pronunciadas, el lenguaje; y las facultades de su hemis-
ferio derecho, visual, para lo que esté escrito en el tablero o cuaderno: planes, pala-
bras clave, esquemas. Utilice estas competencias paralelamente, privilegiando las
que sean dominantes, sin descuidar las otras. Utilice también el gesto a través de la
escritura. Repita mentalmente lo que haya descubierto, revívalo para grabarlo en la
memoria *. De hecho, esta fase de observación, que se podría considerar pasiva,
moviliza todos nuestros sentidos. Es imprescindible pues, estar en plena forma física
* para mantener la atención * bien despierta.
6.1.5 Comprender lo que se desea registrar
Observar al profesor no es suficiente; se trata, sobre todo, de comprenderle:
comprender su lenguaje (vocabulario, técnico, signos, símbolos), pero también el
significado global de la lección. Para ello, efectúe siempre relaciones con sus apren-
dizajes paralelos o anteriores. Si no comprende algunos elementos, pida inmedia-
tamente explicaciones complementarias. No olvide que tendrá después que rehacer,
usted solo, todo el proceso. Una vez comprendidas las informaciones, usted las
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 28

memorizará para hacerlas suyas, y para restituirlas a continuación.


6.2 Memorizar
Aquí se encuentra el meollo del aprendizaje. Las diferentes técnicas que pue-
den utilizarse se encuentran agrupadas en un método completo de memorización en
el Capítulo 11: “Cómo memorizar.”
6.3 Utilizar lo aprendido
Todo aprendizaje requiere una utilización de lo ya aprendido para consolidar,
mediante la experiencia, nuestra estructura * mental. Antes de lanzarse a la acción
hay que preguntarse, no obstante, cómo vamos a proceder.
6.3.1 Imaginar el proceso antes de ponerlo en práctica
Su acción va a desencadenarse tras recibir una señal, es decir, generalmente
una palabra clave *; aprenda a reconocerla. Por ejemplo, cuando aparece en un
ejercicio “resolver una ecuación de segundo grado”, la palabra clave es “segundo
grado”: Cuidado, pues, con las confusiones en estas señales de partida que dan
lugar frecuentemente a errores *, a fracasos en el aprendizaje.
Una vez reconocida esta señal, hay que evocar inmediatamente el procedi-
miento a seguir antes de aplicarlo. Esta evocación será breve (a menudo la mejor
evocación es visual: efectuar un esquema, un plan, etc.). Esto permite ser coheren-
te, no esperar a la mitad del proceso para darnos cuenta que hemos tomado un ca-
mino equivocado: así evitaremos pérdidas de tiempo.
Usted debe preguntarse sucesivamente:
• ¿Cuál es el objeto de mi acción?
• ¿Cómo debo abordar el procedimiento? ¿Qué sucesión de operaciones he
de llevar a cabo?
• ¿Qué consejos particulares debo seguir para ganar tiempo, para evitar los
errores frecuentes?
• Por último, ¿cuál es el criterio de éxito en este aprendizaje? (Piense, por
ejemplo, en comprobar que las soluciones halladas sean las adecuadas.).
6.3.2 Utilice los conocimientos adquiridos de manera variada
Salvo raras excepciones, no existe aprendizaje sin repetición o uso (aun
cuando no fuera más que para verificar la exactitud de la memorización). La función
de esta repetición, de las pruebas y los errores, es trazar la estructura mental, con-
firmar, a través de varias pasadas sucesivas, el camino neuronal *. Cuando se reco-
rren varias veces los senderos adecuados, los resultados van mejorando progresi-
vamente. Este fortalecimiento se efectúa mediante la resolución de varios problemas
o ejercicios del mismo tipo o, también, repasando varias veces una lección hasta
memorizarla.
Nos referimos, evidentemente, a un mismo tipo de problema. No se trata de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 29

repetir exactamente el mismo ejercicio, sino de repetir el procedimiento que se debe


utilizar con una misma categoría de problemas. El cerebro tiene una gran flexibilidad
de funcionamiento, una gran adaptabilidad. El buen aprendizaje permite ser operati-
vo, eficaz, cualesquiera que sean las variantes de un mismo tipo de situaciones.
Ejemplo: Aprender a conducir no consiste en poder llegar a un determinado
lugar de la ciudad ni en saber seguir automáticamente un itinerario dado, sino que,
por el contrario, se trata de poder desplazarse en cualquier circunstancia, cambiar
de vehículo, de dirección, de adaptarse a las diversas densidades de circulación...
Son indispensables para ello unos mecanismos básicos, que se convierten en au-
tomatismos, en reflejos: arrancar, frenar...; esto se adquiere por repetición, por me-
morización. Otros mecanismos dependen de la apreciación del conductor, de su cór-
tex *: cuándo adelantar, dónde aparcar, etcétera.
Esos mecanismos reflejos, registrados en la memoria, y esos mecanismos
racionales se complementan. Asociados, permiten afrontar todas las situaciones,
todos los problemas de una misma categoría (en nuestro ejemplo, conducir un co-
che en cualquier tipo de situación).
El verdadero objetivo de todo aprendizaje es el de adquirir y memorizar auto-
matismos para reproducirlos tal cual en las situaciones simples, pero también el de
desarrollar las facultades de reflexión y de adaptación de dichos automatismos en
los casos más complejos.
Nuestro criterio de éxito es nuestra capacidad de adaptación dentro de la ca-
tegoría de los problemas de que se trate.
6.3.3 Verificar (nuestro aprendizaje)
La evaluación de los resultados ha de ser sistemática. Hemos de estar segu-
ros de nuestras bases para poder construir otros elementos. La confrontación con la
realidad, con cada caso particular, nos permite apreciar la solidez de nuestro nuevo
saber.
Hay que ser capaz de percibir claramente la distancia con el objetivo fijado
para reducirla eventualmente. Hay que saber realizar uno mismo un diagnóstico y
remediar los eventuales defectos. Se trata de autoevaluarse, para, después, auto
corregirse y alcanzar, finalmente, el objetivo fijado.

RECUERDE:
• La memorización es el meollo de todo aprendizaje, pero no es más que
una parte del mismo. Lo que verdaderamente importa, después de haber
aprendido, es poder utilizar ese nuevo saber en las más diversas situacio-
nes, poder progresar con ese nuevo instrumento. La práctica, a través de
la reactivación de nuestros conocimientos, nos permitirá mejorarlos, pulir-
los, hacerlos más eficaces: garantizará nuestra progresión.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 30

7. RESOLVER UN PROBLEMA HABITUAL

EN POCAS PALABRAS....
Resolver problemas de cualquier tipo, científicos, literarios o cotidianos, resulta sencillo si se siguen unas etapas bien defi-
nidas.

1. Siga constantemente estos consejos


• La razón debe guiar sus emociones.
• Confíe en usted.
• La mayoría de las veces, prefiera la solución más sencilla.
• Persevere en la búsqueda.

2. Buscar la información
• Dude sistemáticamente de los datos recibidos, desconfíe particularmente de los términos utilizados.
• Antes de responder, lea el conjunto de las preguntas para encontrar el sentido general.
• Encuentre a continuación, una a una, las soluciones a esas preguntas.
• Sírvase para comenzar de los indicios proporcionados.
• Razone confrontando los datos externos, por una parte, con los datos que tiene en memoria o almacenados y, por
otra parte, con su propio proceso de resolución. Utilice eventualmente un esquema para esclarecer el procedimiento
que va a emplear.
• Desbloquee de entrada las situaciones más sencillas.

3. Tratar la información
Utilice diferentes tipos de razonamiento (deductivo, inductivo, analógico), el análisis, la síntesis, maneje la lógica polivalen-
te.

4. Ejercítese
Para asimilar un procedimiento, repítalo mediante numerosos ejercicios.

Ante un problema dado, hay cuatro tipos de respuestas posibles para com-
prenderlo y resolverlo:
• Nivel 1: la respuesta instintiva; por ejemplo, correr en caso de peligro.
• Nivel 2: la respuesta aprendida; condicionada; por ejemplo, efectuar un
cálculo aritmético.
• Nivel 3: la respuesta lógica, simple; por ejemplo, resolver un ejercicio aná-
logo a otro ya realizado.
• Nivel 4: la respuesta creadora; por ejemplo, resolver un problema de tipo
nuevo o, también, comprender un concepto o una teoría absolutamente
nuevos para nosotros.

Estos niveles de respuesta o de comprensión varían, pues, fundamentalmen-


te de acuerdo con la fuerza de implantación de la estructura * en nuestro cerebro:
desde la estructura presente en nuestros genes, adquirida a lo largo de cientos de
generaciones (nivel 1), hasta la estructura que aparece por primera vez en nuestra
mente (nivel 4). El nivel 1 (respuesta instintiva) ya ha sido examinado en el Capítulo
2, referente al cerebro. El nivel 2, relativo al aprendizaje, concierne al Capítulo 6. El
nivel 4, resolución de nuevos tipos de problemas, es objeto del Capítulo 8. En este
Capítulo examinaremos únicamente la resolución de problemas habituales (nivel 3).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 31

Estos problemas pueden ser de toda índole, científicos o literarios; también


puede, por supuesto, referirse a la vida cotidiana. De modo general, toda resolución
pasa por las dos etapas siguientes:
• la comprensión del problema y la búsqueda de la información;
• su tratamiento; teniendo presentes un cierto número de observaciones pre-
vias.
7.1 Consejos generales para la resolución de problemas simples
Todos los subapartados que vamos a mencionar están basados en la razón.
No lo olvide, ésta debe, en cada etapa, en cada momento, dominar sus emociones.
7.1.1 Confíe en usted
Convénzase de que puede encontrar la solución. No se subestime. Evite sim-
plemente franquear con demasiada rapidez los peldaños en la progresión de las difi-
cultades. Tenga cuidado de no emprender un proceso de fracaso.
Usted sabe que el cerebro primitivo * refuerza todas las estructuras: el fraca-
so conduce al fracaso, pero también el éxito llama al éxito. Si no consigue resolver
los problemas actuales, comience nuevamente con ejercicios más sencillos, realiza-
bles por usted: así irá adquiriendo la necesaria confianza.
7.1.2 Reflexione antes de actuar
Aprenda a perder un poco de tiempo al principio para reflexionar, a fin de ga-
nar mucho luego en la acción. Adquiera este hábito de trabajo. Proceda sistemáti-
camente de esta manera.
7.1.3 Administre sus fuerzas
Evite gastar toda su energía en complicadas demostraciones cuando existen
soluciones sencillas. Si duda entre dos métodos, elija siempre el más fácil, el que
requiera menos tiempo y energía o el que presente menos riesgos en la cadena de
razonamientos.
7.1.4 No trate más de una cuestión al mismo tiempo
No se disperse tampoco intentando pensar en todo a la vez, avance sistemá-
ticamente pasito a pasito, pero progrese. Acometa una sola cosa cada vez y termí-
nela.
7.1.5 Persevere lo necesario
No abandone demasiado pronto. Vuelva a examinar el problema desde otro
ángulo, planteándose otras preguntas. Aproveche los datos de modo diferente. Que
su córtex * estimule a su cerebro primitivo, que lo domine, que le obligue a interesar-
se por la novedad, por las dificultades. No se deje engañar por ese cerebro primitivo
que le indica fatiga y deseos de abandonar. Dígase que todo se encuentra, bien en
el texto (tome la precaución de seguir toda la información en los documentos, de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 32

leer estos últimos por ambas caras), bien en su memoria (teoremas, clases, etc.),
bien en las respuestas ya redactadas.
7.2 Búsqueda de la información
La búsqueda de la información debe efectuarse metódicamente. No espere
que el azar le vaya mostrando lo que es o no utilizable. Antes de examinar las eta-
pas de este método, detengámonos sobre dos consejos fundamentales: dude sis-
temáticamente de las informaciones recibida y desconfíe del lenguaje.
Dude sistemáticamente de las informaciones recibidas. Busque sin ideas pre-
concebidas, y no acepte nada como evidente; ni los datos (descubra, eventualmen-
te, las trampas del lenguaje, los sobreentendidos) ni el procedimiento (puede que
sea necesario adaptar lo aprendido en clase). Vea las cosas con una mentalidad
nueva.
Dude de las informaciones suministradas por su cerebro primitivo, que, si bien
no rechaza las del texto, tiene la fastidiosa tendencia a amalgamarlas con las que ya
posee. Tras un indicio, por ejemplo, corre el riesgo de confundir ese problema con
otro ya tratado precedentemente en clase; ambos pueden parecerse, aun siendo
muy diferentes.
No se regocije ante un problema aparentemente sencillo ni, a la inversa, tam-
poco se desanime ante un ejercicio, según usted, inabordable. Aténgase a los
hechos y razone. Por ejemplo, si ve un “valor absoluto” en un problema, no abando-
ne la cuestión sistemáticamente: lea completamente la frase, tal vez encuentre todo
lo necesario para efectuar su resolución.
Profundice en la información. Ejemplo: tomemos la siguiente proposición: “si
hace bueno, voy a la playa”, y examinemos bien lo que implica:
1. Hace bueno, luego voy a la playa.
2. No hace bueno, pero nada me impide ir a la playa (esto no está escrito en
el texto).
3. Voy a la playa, luego hace bueno o no hace bueno.
4. No voy a la playa, luego no hace bueno (de lo contrario iría a la playa, de
acuerdo con el texto).
De la proposición sólo se infiere o deduce una implicación (1) y su recíproca
(4). Tenga siempre una mentalidad abierta, descubra toda la riqueza de un texto.
Cuidado con un detalle, una palabra, un signo, una fracción. Ese detalle pue-
de cambiarlo todo. Cada término tiene un significado preciso; ejemplo: la conjunción
y no equivale a o. Respete exactamente el enunciado. Estudie atentamente todos
los documentos: tenga un espíritu crítico.
Desconfíe del lenguaje. El lenguaje plantea un problema delicado. Muchas
confusiones y errores se derivan de él.
Normalmente no debe usted interpretar el texto. Las ambigüedades provienen
generalmente de usted, porque su vocabulario es demasiado limitado o su lectura
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 33

demasiado rápida; sitúe mejor los términos dentro del contexto, vuelva a leer even-
tualmente todo el párrafo. Cualquier equívoco debe ser suprimido inmediatamente.
Busque precisiones adicionales en el texto. Aténgase a la realidad de las pa-
labras, a lo que está escrito únicamente. Encuentre su significado gracias a la sin-
taxis (palabras, frases, que acompañan el término en litigio), al estilo (puntuación,
giros, estructuras especiales de las frases).
Busque la etimología; encuentre la raíz, las palabras de la misma familia. Re-
formule la frase utilizando un sinónimo.
Recurra a su memoria, a su experiencia. ¿Dónde ha encontrado anteriormen-
te ese término, en qué ejercicio? ¿Cuál era el contexto de ese ejercicio? ¿Qué signi-
fica concretamente tal término técnico empleado?
Teniendo presente estos dos consejos fundamentales que acabamos de
mencionar, usted podrá abordar las diferentes etapas que presenta la búsqueda de
la información.
7.2.1 Primera lectura: buscar el sentido general
Todo razonamiento comienza por una búsqueda de la información. Antes de
acometer los pormenores de los elementos, examine el problema en su conjunto
para captar todo su sentido. ¿Cuál es el hilo conductor, el objetivo a alcanzar? ¿Cuál
es el auténtico problema planteado, en qué contexto, a qué campos concierne? Pa-
ra ello, es preciso, cuando sea posible, leer en un primer momento el conjunto de
preguntas; seguidamente, la nueva lectura del texto completo será dinámica, se
efectuará siguiendo las pistas de búsqueda, la memoria ya estará conectada con la
estructura de resolución.
Plantear bien el problema permite encontrar más fácilmente el camino a se-
guir para resolverlo; ¿cuáles son la estrategia, el plan de trabajo, las sucesivas
transformaciones necesarias? Recuerde entonces a qué parte de lo aprendido en
clase concierne el problema. Evóquela visual u oralmente.
En caso de dificultad, no dude en concebir rápidamente en el borrador un es-
quema, un eje temporal, un cuadro, para comprender lo que pasa y encontrar las
diferentes etapas del problema; esto permite evitar las falsas pistas, las operacio-
nes, cálculos y pérdidas de tiempo inútiles. Sepa, aquí también, perder primero un
poco de tiempo para ganar luego mucho. Complete estas representaciones con los
datos que vaya descubriendo.
7.2.2 Segunda lectura: resuelva las preguntas
Sabiendo ahora la dirección que se impone tomar, ya puede ponerse en mar-
cha: vuelva a leer la primera pregunta, después todos los datos que la conciernan,
todo esto con el bolígrafo en la mano, con la máxima atención, período de frase por
período de frase.
Esta nueva lectura de los datos ha de efectuarse recordando en todo momen-
to el objetivo a alcanzar. Compare este objetivo con la información que usted posee
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 34

(datos del texto más datos en memoria). Evalúe la distancia entre ese objetivo y los
datos iniciales; intente reducirla por diferentes etapas de resolución (usted las tiene
en la cabeza, revívalas mentalmente, recuerde los gestos, las imágenes, las frases
pronunciadas, etc.).
No pierda de vista la pregunta concreta que le plantean. A pregunta y contexto
específicos, respuesta específica. Sepa tener de vez en cuando una nueva visión de
conjunto, dejando a un lado momentáneamente los detalles. Verifique sistemática-
mente la adecuación entre la pregunta planteada y el procedimiento seguido para
resolverla: no siga falsas pistas. Evite una vez más, toda precipitación, desconfíe
sistemáticamente de sus automatismos.
7.2.3 Antes de utilizar los datos
Anote progresivamente los datos según sus necesidades, claramente, en el
borrador y señálelos mediante una cruz, u otro signo, en el texto.
Conviértalos, eventualmente, en signos, símbolos, ecuaciones, igualdades...
Agrupe después todas esas ecuaciones, igualdades, etcétera.
7.2.4 Utilice los indicios para comenzar
En las sucesivas lecturas, para extraer lo esencial o los detalles, deberá reco-
nocer prioritariamente los indicios que le sitúen sobre la buena pista. Se trata de las
palabras clave, de cifras clave, que son auténticas llaves de contacto que ponen en
marcha las estructuras mentales.
Ejemplo: En un ejercicio, si un cuadrilátero es un “paralelogramo”, este último
término es un indicio que le permitirá recordar al momento sus propiedades (sus
diagonales se cortan en el centro.
Nada más percibir estos indicios, la memoria debe revelar los elementos de
procedimiento, de resolución. Estos indicios tienen la ventaja de permitir el inicio de
resolución del problema. Después, usted debe continuar el proceso con la ayuda de
los demás datos; eventualmente, usted deberá modificar su procedimiento si apare-
cen nuevos datos que contradicen su primer indicio.
7.2.5 ¿Cómo guiar el pensamiento?
Resolver un problema consiste en efectuar constantes idas y venidas:
• por una parte, entre los datos del texto y el proceso de resolución elegido;
• por otra parte, entre ese proceso y las informaciones complementarias al
texto, las que usted tiene en la memoria (leyes, teoremas, axiomas, etc.).
Para encontrar la solución es, pues, indispensable, aparte de una buena lec-
tura de los datos, poseer en memoria los procesos y, al mismo tiempo, un cierto nú-
mero de reglas, leyes, teoremas, que completen los datos del texto.
7.2.6 ¿Cómo encontrar otros datos?
• Volver de vez en cuando hacia atrás, releer el texto total o parcialmente,
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 35

no olvidar los anexos.


• Encontrar, eventualmente, lo que no está dicho expresamente pero que se
sobreentiende; para esto, plantearse preguntas, por ejemplo, a partir de
los indicios.
• Utilizar las respuestas a las precedentes preguntas del problema: pregun-
tarse si se puede utilizar, y cómo, lo que acabamos de resolver.
• Las preguntas, su sucesión, los títulos, los subtítulos, pueden también
aportar a veces algunos indicios suplementarios.
• Piense también en utilizar los datos que todavía no ha empleado; piense
también en lo aprendido recientemente.
• En caso de incertidumbre, pregúntese cómo ocurren las cosas en la reali-
dad y actúe con lógica.
7.2.7 ¿Cómo utilizar los datos?
Si, después de un tiempo de búsqueda, sigue sin contestar nada, y si las pre-
guntas son independientes, deje un espacio en blanco y pase a otra pregunta. Re-
suelva siempre en primer lugar lo que sepa hacer. Esto le permitirá adquirir moral,
evitar el nerviosismo e ir acumulando puntos. Así, cuando vuelva sobre esa pregun-
ta, tendrá la mente más despejada.
Al afrontar de nuevo esa dificultad, considérela como un reto que hay que su-
perar. Ponga todos sus sentidos en ello y piense en la satisfacción que experimenta-
rá solucionándola.
Localice a partir de qué punto aparece el bloqueo. Descomponga si es posi-
ble esta dificultad en partes, en elementos conocidos.
Busque otras informaciones en el texto y en su memoria.
Verifique el método empleado. Las condiciones ¿son las mismas que cuando
usted lo aprendió? (Visualice las condiciones precisas en las que usted lo ha em-
pleado anteriormente). Compare los datos del texto y los conocimientos que usted
utiliza (leyes, teoremas, etc). Centre su atención en las magnitudes, en la lógica o en
el detalle de los cálculos.
Eventualmente, cambie de procedimiento, de método.
Sólo después de este trabajo de búsqueda de la información es cuando usted
podrá pensar en tratarla verdaderamente para resolver su problema.
7.3 Tratamiento de la información
Tratar la información consiste en poner orden en los datos. Es entonces
cuando usted elegirá un tipo de razonamiento adaptado a los elementos presentes y
al objetivo buscado.
7.3.1 Los tipos de razonamiento
Para encontrar una solución, sea lógico, racional; obtendrá así mejores resul-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 36

tados que a través de la intuición o de los tanteos. Utilice la reflexión tanto como el
método aprendido, así no se verá sorprendido por las dificultades. Tres categorías
de razonamiento pueden serle útiles.
7.3.1.1 El razonamiento deductivo
Se trata de partir de un principio general para extraer de él aplicaciones parti-
culares. El razonamiento deductivo resulta de una serie de preguntas y comparacio-
nes.
Ejemplo: M.C., hombre, ¿es mortal? La información de nuestra memoria nos
indica que todos los hombres son mortales. Deducimos, pues, que M.C. es mortal.
Principio general: todos los hombres son mortales.
Aplicación particular: M.C. es mortal.
Del razonamiento se deduce otra información; esto no es exactamente un
hallazgo, la información era conocida. Se trata más bien de una demostración. En
un razonamiento deductivo, se aplica un fenómeno general a un caso particular. El
razonamiento deductivo se aplica habitualmente en matemáticas, en las demostra-
ciones.
7.3.1.2 El razonamiento inductivo
Consiste en sacar una conclusión general de numerosos casos particulares.
Contrariamente al razonamiento inductivo, aquí pasamos de lo particular a lo gene-
ral.
Ejemplo: Por experiencia, constatamos que M.D., M.E., M.F., etc., son a la
vez hombres y mortales. De ahí inferimos inductivamente entonces que todos esos
hombres son mortales.
El razonamiento inductivo, a partir de observaciones, de constataciones, in-
venta leyes. Esas leyes son hipótesis verificadas a continuación; deben aplicarse a
todos los fenómenos en cuestión, verificarse más tarde por deducción. El razona-
miento inductivo no es una demostración, sino un hallazgo. Este tipo de razonamien-
to se utiliza en las ciencias de la observación: física, química, ciencias naturales.
7.3.1.3 El razonamiento analógico

Se apoya en las similitudes existentes entre las cosas o los acontecimientos.


Se trata de efectuar comparaciones entre campos variados gracias a las similitudes,
a las características comunes.
Ejemplo: es frecuente comparar, por analogía, el cerebro con un ordenador, o
la circulación de la sangre con la red de comunicación vial.
Este tipo de razonamiento se apoya en estructuras mentales que funcionan
de modo idéntico. Entre esas estructuras pueden efectuarse comparaciones por ra-
zón o al hilo de ciertos indicios comunes. La analogía es un tipo de razonamiento
que facilita la comprensión: se explica lo abstracto por lo concreto. Así, el cerebro
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 37

primitivo acepta mejor la información nueva cuando ésta se relaciona con otra que
ya está en memoria. Para ello se utilizan imágenes, símbolos, metáforas. Se pueden
construir modelos, gráficos, comparándolos con otros ya existentes.
En la realidad, los razonamientos deductivo, inductivo y analógico forman una
secuencia. La analogía sugiere una hipótesis, esta hipótesis, por inducción, nos da
unas leyes, estas leyes son, finalmente, verificadas por deducción.
7.3.2 Pensar con lógica
Los tres procedimientos lógicos precedentes consisten en comparar unas in-
formaciones dadas con las que ya existen en memoria. El objetivo es hallar seme-
janzas. Estos procedimientos se apoyan, al parecer, en un funcionamiento neuronal
básico, que consiste en unir las informaciones y compararlas. De hecho, este fun-
cionamiento se efectúa en dos tiempos.
Para agrupar y comparar las informaciones, es preciso, en primer lugar, des-
componerlas en elementos simples, analizarlas (identificarlas, seleccionarlas, com-
pletarlas); el trabajo de comparación, de agrupación, sólo se efectúa después, en la
fase de síntesis, para dar un sentido nuevo al conjunto.
De hecho, cuanto más se habitúe uno a efectuar comparaciones entre ele-
mentos, entre clases, entre situaciones, más fácil resulta resolver los problemas, y
más se desarrolla la inteligencia.
7.3.3 La lógica polivalente
Los procedimientos lógicos precedentes se basan únicamente en las similitu-
des o en las diferencias (y contradicciones) entre elementos. Se trata de lógicas bi-
valentes. Existe otra lógica cuya base es la pluralidad de las posibles situaciones: la
lógica polivalente. Esta última establece una relación entre todos los componentes
de un término y todos los de otro término.
Ejemplo: Cuando la lógica bivalente indica que M.C., hombre, es mortal, se si-
túa en un nivel exclusivamente físico. La lógica polivalente, por el contrario, se sitúa
en todos los niveles. Analiza a fondo el nivel físico (por la transmisión de sus genes,
M.C. se perpetúa físicamente en el tiempo); incluso sitúa al hombre en el plano espi-
ritual (M.C., para numerosas religiones, es, en cierto modo, inmortal).
La lógica polivalente combina todos los datos entre sí. Procura evitar el ser
reduccionista como la lógica bivalente. Supera las contradicciones aparentes.
En cada categoría o en cada sistema, se asocian las relaciones existentes
entre los unos y los otros. El término y sustituye a la palabra o. Así, M.C. es mortal y,
también, inmortal.
7.4 Ejercítese
Tras haber resuelto un problema habitual, comprendido una demostración,
hay que asimilar ese procedimiento, continuar reproduciéndolo, para que esa estruc-
tura mental quede impresa mediante repeticiones, ejercicios, trabajos prácticos, ex-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 38

periencias, evocaciones orales (reexplicaciones a uno mismo o a otras personas).


¿No ha comprendido usted un problema? No se acompleje: haga que se lo
vuelvan a explicar, o reexplicar, de otra forma. No obstante, puede tratarse de un
desarrollo o de un ejercicio mucho más complejo (nivel 4), aplique entonces la estra-
tegia indicada en el capítulo siguiente.

RECUERDE:
• Resolver un problema habitual consiste en tratar la información asociando
la que se nos da con la que tenemos en memoria. La más difícil es combi-
nar los buenos elementos entre sí; para lograrlo, ponga el máximo cuidado
a la hora de buscar los datos que necesita.
• Cuando el proceso sea complejo, abstracto o verbal no dude en transfor-
marlo en imágenes concretas, vivas; realice un esquema en un borrador
para descomponerlo etapa por etapa. En cuanto pueda, visualice sus in-
formaciones o reviva las situaciones que las implican.
• Habitúese a sintetizar los datos, así desarrollará rápidamente sus faculta-
des intelectuales.
• Utilizar la lógica polivalente permite que nuestro cerebro funcione a un ni-
vel superior. Hacerle coger este hábito es prolongar nuestra reflexión y en-
riquecernos con ello.

8. EL SALTO INTELECTUAL

EN POCAS PALABRAS....
Para comprender o resolver un nuevo tipo de problemas, usted debe adquirir una nueva forma de pensar. Rompa con sus
antiguos esquemas y ábrase a las nuevas informaciones, a los elementos extraños.

1. Cambiar de estado de ánimo

• Sea optimista.
• Salga de sus razonamientos tradicionales. No se censure, imagine y ensaye todas las posibilidades.

2. Plantear el problema de otro modo

• Presente las preguntas de otro modo, reorganícelas.


• Tenga una visión global; imagine el problema resuelto con todas sus implicaciones.
• Simplifique los datos, replantee el conjunto de preguntas, la totalidad del problema.

3. Recurrir a un elemento externo

• Busque más documentación.


• Pida ayuda a su profesor, a sus compañeros.

4. Salir del problema


• Cambie de terreno, de esfera; puede que así surjan analogías.
• Relájese. Deje pasar una o dos noches, los elementos se irán decantando.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 39

4. Las evidencia
Después de descubrir súbitamente esta nueva forma de ver las cosas, después de efectuar este “salto intelectual”, refuerce
y estabilice esta estructura con la práctica

Con más o menos frecuencia, usted se encuentra ante una cuestión comple-
ja. Esto puede ocurrir bien durante una explicación en clase (de matemáticas, de
filosofía, etc.), bien cuando tiene usted que resolver una parte de un problema. Pese
a sus esfuerzos, usted no siempre comprende las explicaciones del profesor o no
consigue avanzar en el ejercicio que tiene que realizar: los métodos de reflexión
habituales no aportan nada.
En realidad, se trata para usted de franquear una nueva etapa, un nuevo pel-
daño: asimilar un procedimiento reciente, una teoría nunca encontrada hasta ese
momento, otro saber. Su cerebro debe ahora funcionar con esquemas diferentes,
debe hacer que aparezca una nueva estructura *.
Intente resolver el problema que planteamos a continuación, y anote parale-
lamente en una hoja el procedimiento que sigue, así como todas las observaciones
que le vengan a la mente. Compare después su actitud con el método de este capí-
tulo (al final de éste se encuentra la solución de la prueba).
Ejemplo: Una los nueve puntos de la figura (cuadrado de 3 x 3) adjunta me-
diante cuatro líneas rectas, sin levantar el lápiz del papel.

...
...
...
Para encontrar la solución, tiene que romper con sus esquemas de pensa-
miento habituales, efectuar un salto intelectual. Es necesaria una amplitud de miras,
una mente abierta, para descubrir en usted mismo o en el exterior la información
que falta.
8.1 Cambiar de estado de ánimo
8.1.1 Sea optimista
Los períodos que preceden a la comprensión son, a menudo, penosos. Des-
dichadamente, no puede ser de otro modo. El córtex se forma enfrentándose a las
dificultades, a las experiencias, a las sucesivas representaciones del mundo. Usted
sabe que el desasosiego actual sólo es provisional; el placer por la comprensión, por
el descubrimiento, no va a tardar en hacer acto de presencia.
La primera reacción de rechazo es puramente epidérmica. Repóngase rápi-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 40

damente, no se abandone a su cerebro primitivo *, no acepte permanecer en ese


estado negativo. Evite, por ejemplo, decir que es usted nulo para las matemáticas,
no desprecie su inteligencia. Su pensamiento deberá ser, por el contrario, positivo.
Esta actitud estimulará todas sus funciones, generará motivación, atención, memo-
ria, reflexión (toda su energía mental). Tenga confianza en el instrumento que está
aprendiendo a forjar, su cerebro superior. Como cualquier otro, usted puede com-
prender y resolver cualquier problema lógico.
Véase reflexionando, ábrase ante todo a usted mismo. Es a usted mismo a
quien usted quiere formar. El cuestionado es usted, no el problema. Usted posee
todo lo necesario para resolverlo, ¿por qué no da el salto? ¡Pregúnteselo y sea su
propio juez!
8.1.2 Rompa con sus antiguas estructuras mentales
En realidad, como usted ya sabía, su cerebro primitivo continúa jugándole
malas pasadas. Como siempre, le orienta hacia lo que él tiene en memoria, hacia
las antiguas estructuras, ¡es tan fácil! ¿Usted pensaba realmente reflexionar? Su
córtex no reproduce por el momento más que lo que ya conoce, funciona por auto-
matismos, dando vueltas y vueltas a lo mismo.
Sea consciente de la insuficiencia de sus propias estructuras: olvídelas, rom-
pa con ellas. Usted tiene razón al decir “el problema es imposible de resolver”; lo es,
en efecto, con sus métodos tradicionales. No persevere por esa vía. No se aferre a
su limitado saber actual, a sus ideas concretas; pues caerá siempre en los mismos
errores, recorrerá los mismos derroteros y moldes mentales, afectivos: fortalecerá el
círculo vicioso. Ponga fin a todo esto y, antes de continuar, relájese un poco.
Ahora usted tiene que construir algo nuevo. Situarse en unas nuevas disposi-
ciones mentales. Ha dejado a un lado sus antiguos esquemas y se ha convertido en
un extraño para con usted mismo. Ahora usted es un neófito, mental y afectivamen-
te, su córtex va a poder así imaginar, construir, con un mínimo de insuficiencias pa-
rásitas.
Está solo, nadie se preocupa por usted; puede, pues enunciar con toda tran-
quilidad de espíritu las hipótesis que le vengan a la cabeza. No dude, no se censure.
Ninguna idea es estúpida; acepte lo inesperado. En vez de tener un a priori y blo-
quear las ideas que fluyen, plásmelas en un papel, ya las examinará después. Tiene
usted que imaginar alguna cosa en la que usted inconscientemente se niega a pen-
sar. Láncese al ruedo. Asuma el riesgo, dé el salto. El niño que aprende a montar en
bicicleta no se plantea cuestión alguna, lo intenta simplemente. Al principio puede
que fracase, pero nunca se le ocurre pensar que es imposible mantener el equilibrio.
Practica sin a prioris, y lo acaba consiguiendo.
8.2 Plantear el problema de otro modo
Tiene usted que provocar la chispa que haga surgir bruscamente un nuevo
esquema en su cerebro, mediante la conexión de circuitos neuronales * muy próxi-
mos. Estos circuitos son lo suficientemente densos como para que una sola idea
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 41

desencadene una resonancia en todo el conjunto, una reacción en cadena. Una sola
información establecerá todas las conexiones. La situación se le aparecerá desde
un punto de vista totalmente diferente.
Para tomar posesión de esta información, de esta idea, usted debe, a través
de las acciones siguientes, buscar y, paradójicamente, al mismo tiempo, dejar que
lleguen esos datos.
8.2.1 Reorganice las preguntas
Usted comenzó dividiendo el problema y analizando minuciosamente las pre-
guntas, ha intentado aportar las respuestas tradicionales sin ningún resultado. Re-
pase esas preguntas; a menudo son ellas las que le bloquean: las soluciones que
usted intenta darles no se aplican al problema actual, éste es diferente de lo que
usted conoce.
Examine nuevamente la división de esas preguntas. ¿Podría presentarlas de
otra manera: juntarlas, separarlas, agruparlas, de otro modo? Agrupándolas de otra
forma, usted combina también sus ideas de otra manera. Dele un nuevo enfoque al
problema para captar mejor todos los elementos.
8.2.2 Globalice
Pase ahora a otro nivel. Globalice, pase por alto los detalles. Tenga una visión
de conjunto de lo que busca. Tome perspectiva, ¿adónde queremos llegar? ¿cuál es
el sentido general del problema?
Imagine el resultado, el ejercicio resuelto, las consecuencias, la forma global
de la respuesta. Para fijar su atención y suscitar nuevas ideas, visualice *, material o
mentalmente, esos resultados globales. Pronuncie asimismo, en voz alta o en voz
baja, lo que está pensando.
Después, a partir de esta forma general, vuelva hacia el principio, descienda
sucesivamente por escalones, por divisiones progresivas, hasta el detalle, hasta su
punto de partida.
8.2.3 Cuestiónelo todo
¿Ninguna pista? Cuestiónese entonces todo. Las preguntas no son las que
usted cree leer, el problema no es el que usted piensa tratar. Cambie todos los tér-
minos: utilice su vocabulario, adopte sinónimos, palabras concretas, reconstruya las
frases, comiéncelas, por ejemplo, por “Cómo hacer para”. Desmonte todo el proble-
ma y reconstrúyalo.
Imagine preguntas más amplias, más fáciles. Reduzca después sus posibili-
dades hasta la verdadera pregunta. Así, para la prueba de los nueve puntos del
principio de este capítulo, amplíe el problema reformulándolo de la siguiente mane-
ra: “Cómo hacer, por dónde pasar, en todo el espacio de la hoja, para unir los nueve
puntos de la figura”. No reduzca hasta después: “cuatro líneas rectas, sin levantar el
bolígrafo del papel.”
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 42

Proceda del mismo modo con lo concerniente a los datos. Imagínelos más
flexibles, suprima los que sean secundarios o restrictivos. Vuelva después progresi-
vamente al verdadero problema.
8.3 Recurrir a un elemento externo
8.3.1 Busque otras informaciones
Finalmente, si todavía no ha ocurrido nada, salga totalmente de su esfera,
busque la información en el exterior. Si puede, utilice todas las posibilidades que se
puedan presentar para completar sus datos iniciales. Reúna la documentación más
clara, más detallada. Cuanto más ricas sean sus informaciones, más conexiones se
establecerán y más accesible resultará el problema.
8.3.2 Consiga ayuda
Dentro de esta óptica, pídale ayuda a alguien: recurra a un compañero (al-
guien ajeno al problema, que tendrá una visión nueva) o a un profesor (especialista
competente). Ellos podrán suministrarle las informaciones pertinentes para resolver
su problema o, si se trata de que le expliquen nuevamente un procedimiento, podrán
enfocar esta explicación de un modo distinto (dos explicaciones sucesivas idénticas
son inútiles).
Plantee las preguntas sin escogerlas: la forma en que las plantee permitirá
comprender mejor sus bloqueos. Cuanto más espontáneas, incluso ingenuas, sean
sus preguntas, más cerca estará usted del nudo de su problema, y más fácil le resul-
tará a su interlocutor captarlo con precisión, y desenredarlo.
Intente también explicarle a alguien lo que comprende, hasta llegar al blo-
queo; esto puede servirle a usted para ver más claro. Plantee después preguntas,
utilice un esquema, un gráfico. Cree, de hecho, dos circuitos de intercambio, uno
entre su cerebro y los datos, y otro, entre usted y la persona que le ayude. No deje
de cuestionar, de criticar lo que le digan; así, una vez más, la persona que le ayuda
verá mejor dónde reside su bloqueo. Tenga siempre una actitud activa, hágase car-
go de lo que le explican.
8.4 Salirse del problema
8.4.1 Cambie de terreno
Pregúntese si no es posible comparar ese problema insoluble con otro ya re-
suelto. ¿No habrá una analogía con una cuestión idéntica, en una situación o en un
terreno diferentes? Sitúe el problema dentro de otros conjuntos más amplios. Trace
un esquema para comparar, construya metáforas.
Utilice eventualmente el humor; exagere un poco los rasgos, las característi-
cas. La exageración puede provocar bruscamente la chispa.
No dude en dar un rodeo, aléjese aparentemente del problema, pase a otro
terreno (conserve el primero en la cabeza, no obstante). Tal vez así se establezcan
vínculos, analogías, que permitan resolverlo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 43

8.4.2 No piense más en ello


¿Sigue sin encontrar la solución? No piense más en ello. Relájese. Escuche
música. Deje pasar una, dos o varias noches, pero vuelva de vez en cuando sobre el
problema. No es raro que la solución llegue bruscamente, cuando uno menos se lo
espera. Durante los períodos de descanso, particularmente, durante el sueño para-
dójico *, el córtex continúa funcionando; ordena las informaciones de la jornada, las
trata, las analiza, las combina, las integra o no; se hace cargo de las experiencias,
de las preocupaciones.
Finalmente, una vez preparado el terreno, puede surgir bruscamente una
asociación, y esto tanto durante el día como durante la noche. Usted se verá doble-
mente sorprendido, en primer lugar por el fenómeno en sí, pero también, y sobre
todo, por la evidencia de la idea sobrevenida. Se ha producido una maduración; el
tiempo, como tan frecuentemente ocurre en el aprendizaje, se ha vuelto su aliado.
8.5 La evidencia
Lo que le parecía complicado se ha vuelto de repente sencillo. Usted se pre-
gunta cómo es que no la encontraba, ¡la solución parece ahora tan evidente...! En
realidad, usted acaba de franquear un nuevo peldaño. El terreno estaba preparado
en su cerebro, pero faltaba una pequeña conexión para recorrer la nueva estructura
de un extremo al otro. Una información, un catalizador, ha provocado una reacción
en cadena. Usted no está ya en la misma longitud de onda que antes, ha pasado a
otro estado intelectual, como el hielo cuando se transforma en agua. Su red neuro-
nal ha adquirido una nueva dimensión.
La nueva eficacia de su córtex, si la emoción es lo bastante fuerte, puede
considerarse definitivamente adquirida. Usted es ahora capaz de resolver todos los
tipos de problemas similares. De ahora en adelante, usted puede utilizar un nuevo
esquema de funcionamiento, incluso sin ser consciente de ello. No obstante, todavía
es preciso, mediante la práctica, la repetición, la resolución de otros problemas, afi-
narlo, fortalecerlo y estabilizarlo.

RECUERDE:
• La creación de nuevas estructuras mentales, el salto intelectual, no
pueden efectuarse si no es rompiendo con sus antiguos esquemas de
pensamiento. Usted debe abrirse para encontrar un elemento ajeno en-
tre usted y el problema, una información que precipite una reacción
neuronal en cadena. Utilice este procedimiento, en sus estudios, pero
también en su vida cotidiana, para resolver los problemas difíciles.
Solución al problema de los nueve puntos:

2 4
x x x
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 44

x x x

x x x

3 1
Esta solución parece evidente si usted no limita la respuesta o los datos (nada
le obliga a permanecer dentro del cuadrado.

9. SABER ENTRENARSE

EN POCAS PALABRAS....
No tema los exámenes ni los controles; aprovéchelos, en cambio, para evaluar y mejorar su rendimiento.

1. ¿Por qué entrenarse?

• Para aprender: esto le obliga a revisar sus conocimientos, pero también a conocer los procedimientos y las formas
de emplearlos, a adquirir experiencia.
• Para verificar su aprendizaje y, a través de sus resultados, mejorar. La nota le indicará su nivel. De todos modos,
debe ser un estímulo para usted. Olvide los malos resultados, ya que no son más que etapas hacia el éxito.

2. ¿Cómo entrenarse?

Con la ayuda de los deberes para hacer en casa o en clase.

3. Aproveche al máximo las correcciones

Estos son los puntos fuertes de las clases. Preocúpese por el camino a seguir, por el método, y no por el resultado. Pre-
gúntese dónde están sus fallos de procedimiento. Anote y clasifique cuidadosamente todas las observaciones formuladas para
utilizarlas de nuevo.

Aprender, perfeccionarse, es el objetivo del entrenamiento. Como en el depor-


te, se trata de seguir un plan de acción y de sacar después las enseñanzas de esa
acción.
9.1 ¿Por qué entrenarse?
Entrenarse es indispensable, en primer lugar, para aprender y, después, para
poner a prueba nuestro aprendizaje.
9.1.1 Entrénese para aprender

9.1.1.1 Para asimilar los datos


Los entrenamientos, tales como ejercicios, deberes, controles en clase, obli-
gan a revisar regularmente los conocimientos adquiridos, tanto los antiguos como
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 45

los recientes. Estas preparaciones son un estímulo para memorizar * y reactivar esa
memorización. Como los exámenes deben ser regulares, divida su programa en par-
tes y prevea, en su plan de trabajo *, la revisión * de esas partes a lo largo de todo el
año. No espere pasivamente los deberes, las pruebas. Construya, desde el comien-
zo del curso, su propio plan de entrenamiento. Si no, se arriesgará a verse sorpren-
dido por las fechas y la falta de tiempo.
9.1.1.2 Para asimilar procedimientos
Situarse en condiciones de examen permite también aprender los procedi-
mientos y las formas de aplicarlos. Elegir un tema, trabajar sin ayuda exterior, con
un tiempo limitado, sin ponerse nervioso, es algo que no se improvisa: es necesaria
una preparación, unas repeticiones. Todas las disciplinas se prestan a este entre-
namiento, incluidas las disciplinas orales, con sus mecanismos específicos.
Ninguna materia debe descuidarse. Ni siquiera ésa que se nos da tan bien
(una falta de práctica disminuye los resultados), como tampoco ésa en la que nos
consideramos tan malos. No se avergüence ante unos resultados deplorables; en
este caso, exija más de su colegio, de sus profesores. Están a su servicio y deben
hacerle progresar. Piense que cualquier progreso es posible a través de una práctica
reflexiva; pero que, por el contrario, ninguna mejora es posible sin confrontación con
la realidad, es decir, con las pruebas, con los exámenes. Para ser competente en
una disciplina es necesario aplicarla, experimentar *.
9.1.2 Entrénese para verificar y mejorar

9.1.2.1 Para verificar su aprendizaje


Un control permite dar cuenta del estado de nuestro saber, del grado de asi-
milación de los conocimientos, del nivel de rendimiento alcanzado. Esta función no
debe en absoluto descuidarse; los resultados son anotados a veces en el libro esco-
lar destinado al examen, así como en los expedientes de candidatura para ser admi-
tido en ciertas instituciones o empresas.
9.1.2.2 Para mejorar
No obstante, la función principal, a largo plazo, de un examen no es ratificar
un estado del saber petrificándolo, sino, más bien, para dinamizar ese saber, mejo-
rarlo. Los resultados sirven de indicadores de adaptación al objetivo: señales de
alerta cuando se aleja de él o semáforos en verde cuando uno se va acercando. Es
preciso, ante todo, reconocer, admitir esas señales, no perturbarlas trampeando con
ellas, no ponerse la venda en los ojos buscando falsas excusas para justificar los
fallos. Para mejorar, es preciso que conozcamos sistemáticamente nuestros resulta-
dos y que evaluemos la distancia que existe entre éstos y los objetivos que quere-
mos alcanzar. En función de esa distancia, las reacciones serán diferentes:
• Si los resultados son buenos, el cerebro primitivo * se encargará de gratifi-
carle: usted sentirá un placer, una satisfacción. Eso le animará a volver a
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 46

emplear, en una experiencia posterior, la misma estructura para expresar


su saber o para resolver un problema. Si se trata del mismo tipo de pro-
blema, usted tendrá confianza y sabrá utilizar sus puntos fuertes. En ese
caso, usted repetirá sus buenos resultados.
• Si los resultados son malos, el cerebro primitivo conservará el recuerdo.
Ante cualquier experiencia similar, se cerrará para evitarle a usted un nue-
vo electrochoque. Su función es la de protegerle a usted contra cualquier
daño físico o psíquico. Este ángel de la guarda le desanimará, pues, le
hará detestar la disciplina en cuestión, para que no tenga usted que luchar
otra vez con ella, para que no vuelva a sentir ese tipo de disgusto. Desdi-
chadamente, en lo que a usted concierne, usted no puede abandonar.
En esta última hipótesis, usted debe hacer callar al cerebro primitivo, a la
emoción, y asegurarse de que sea el cerebro superior, la razón, quien se haga cargo
de su comportamiento. Usted es consciente de que existe un fallo en sus aptitudes.
Usted toma cartas en el asunto para mejorar.
El control, para usted, resulta estimulante, y no desalentador, es un desafío
que hay que superar. Usted conoce sus errores y sabe cómo corregirlos y evitarlos
(ver capítulo siguiente). Usted y su profesor desbloquean la situación.
Como todo el mundo, usted ha caído cuando aprendía a caminar y, sin em-
bargo, nunca se quedó definitivamente en el suelo. Unos deberes mal realizados o
una serie de malas notas deben ser para usted un acicate, un estímulo, para proyec-
tarse hacia delante. No deben ser nunca un objetivo en sí, a lo sumo, unas etapas
rápidamente olvidadas, unos escalones hacia el examen y, sobre todo, hacia la au-
torrealización.
9.2 ¿Cómo entrenarse?
9.2.1 Los deberes para hacer en casa
Prevea para ellos un tiempo suficiente para la búsqueda de la documentación
y para dejar que maduren sus ideas. Divida las etapas en su plan de trabajo. Co-
mience por repasar la lección antes de enfrascarse en los deberes.
9.2.2 Los controles en clase
Generalmente se efectúan en las mismas condiciones del examen. Además
de la limitación de tiempo, le sitúan a usted ante las dificultades reales que tendrá
que soportar en esa ocasión: la pequeñez de las mesas, los ruidos del aula (sillas,
reglas que caen, salidas...), los del exterior (portazos, coches...), el calor, el sol...
Así, el día del examen no habrá sorpresas ni nerviosismo.
9.2.3 El plan personal de entrenamiento
Usted debe completar la preparación para las pruebas que realiza en clase
con otras realizadas por su propia cuenta. Solo o con uno o varios compañeros, us-
ted puede comprobar sus conocimientos. Puede utilizar anales corregidos, con la
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 47

condición de ser honrado en el juego, es decir, de no mirar la corrección hasta el


final del ejercicio, si no, nunca podrá conocer sus errores y sus reacciones durante
la verdadera prueba. Para construir su plan de entrenamiento, vea el Capítulo 12,
“Saber organizarse”.
9.3 Aproveche al máximo las correcciones
Los momentos en que se corrigen los ejercicios o los controles son, con mu-
cho, los más importantes del año. Esté imperativamente atento durante esos instan-
tes.
En efecto, sólo el profesor, a la vez especialista y mirada ajena y objetiva so-
bre su trabajo, es capaz de analizar su nivel y, sobre todo, de descifrar sus estructu-
ras mentales, con sus verdaderos defectos. Considérele como el asesor técnico de
su desarrollo, como una especie de “consultor”, que le permitirá a usted alcanzar
sus objetivos.
Copie la corrección en hojas independientes. Que no haya errores, que esté
clara, bien legible: usted volverá a servirse de ella. Indique, mediante signos, las par-
tes más importantes.
Como siempre, fíjese más en el camino seguido durante la corrección que en
los resultados brutos. Aprenda cómo llegar a la solución, y no cuál es la respuesta.
Examine atentamente los cambios de etapa, los pasos clave, por qué, cómo y dónde
efectuarlos.
Pregúntese qué es lo que, en el razonamiento que usted ha seguido, le ha
impedido seguir la misma vía. Intente leer en el interior de usted mismo, descifrar
sus estructuras mentales. ¿Qué camino ha seguido su pensamiento? Analícelo para
encontrar sus fallos. Sólo a través del conocimiento de sus defectos es como usted
logrará corregirse, reconstruir sus estructuras (ver el capítulo siguiente). Pregúntese
sobre qué puntos concretos debe usted incidir para mejorar sus resultados. Unos
días después de la corrección, compruebe que la ha asimilado bien, repitiendo, us-
ted solo, todos los pasos delicados.
Estas correcciones y sus trabajos personales los clasificará en unas carpetas,
una para cada disciplina o asignatura, según el orden del programa o por orden cro-
nológico. Cada carpeta comenzará por una o varias fichas de control * recapitulando
sus errores y su correspondiente corrección.

RECUERDE:
• Sólo usted puede responsabilizarse realmente de usted mismo y poner en
práctica los medios para su propio progreso. Su cerebro es un instrumento
de formación; láncelo decididamente por el camino de la autoconstrucción.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 48

10. PROGRESAR GRACIAS A LOS ERRORES

EN POCAS PALABRAS....
Sus errores forman parte del proceso normal de aprendizaje, y deben permitirle progresar.

1. Tipos de errores

• Recepción del saber: errores de trascripción y de comprensión.


• Recuerdo o evocación del saber: errores referentes al significado de lo que se solicita o los relativos a la fase de re-
memorización (esto, particularmente, a causa de la confusión originada por un indicio).
• Razonamiento: bien los puntos de partida son falsos, o bien no existe relación entre los elementos.
• Creatividad: dificultad para encontrar ideas.

2. Elimine los defectos de expresión del saber

• La destreza (el saber hacer).


• La legilibilidad
• La ortografía, el vocabulario.
• La distracción.

3. Las condiciones de una auténtica motivación


• Utilice sus errores en fichas (una por asignatura).
• Analícelos buscando dónde residen sus defectos; compare los deberes y los modelos de corrección (soluciones).
• Para verificar si aún existen errores, haga otros ejercicios.
• Repase sus fichas de control antes de cada prueba

Los errores provienen del procedimiento seguido, reflejan la estructura * men-


tal de la persona que los comete. Si el funcionamiento de esas estructuras no está
adaptado a la realidad, los errores permiten darse cuenta de ello y, consecuente-
mente, modificarlos para ser más efectivo. En este sentido, pueden considerarse
positivos. Es un error sentirse culpable de haberlos cometido, ya que son parte inte-
grante del progreso; sin ellos, en efecto, las cualidades intelectuales no podrían
desarrollarse plenamente. Deberían culparse, más bien, aquellos que, por un amor
propio fuera de lugar, no quieren reconocerlos o, peor aún, los que prefieren no se-
guir adelante por no arriesgarse a cometerlos al avanzar.
10.1 Identifique y corrija sus errores
Los errores que conciernen al saber afectan esencialmente a la recepción, al
recuerdo y a la transmisión de esos conocimientos.
10.1.1 La recepción del saber

10.1.1.1 Errores de codificación


Se trata de la toma de apuntes defectuosa (apuntes confusos, incompletos),
las ideas y las palabras clave omitidas, mal interpretadas, embrolladas. Vea el Capí-
tulo 16 “Saber tomar apuntes” y no olvide leer sus apuntes al final de la jornada.
10.1.1.2 Errores de comprensión
Pueden ser conscientes (uno sabe que no ha comprendido). No espere a que
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 49

la dificultad sea aún mayor. Resuelva el problema rápidamente (vuelva a mirar los
Capítulos 7 y 8).
Otros errores pueden, también, ser inconscientes (uno cree haber compren-
dido). Efectúe regularmente ejercicios y deberes para comprobar sus conocimientos.
10.1.2 El recuerdo del saber

10.1.2.1 Errores referentes a la pregunta


El objetivo, el enunciado, el tema, no se leen correctamente o se comprenden
mal. Usted se sale del tema o no lo trata en su totalidad. Ha captado mal ciertas pa-
labras clave. ¡Reflexione siempre antes de actuar!
Pregúntese qué es lo que se espera de usted (ver Capítulo 23: “El vocabula-
rio”, y 38: “Consejos para el examen escrito y el oral”).
10.1.2.2 Errores de la memoria
Se trata de informaciones olvidadas, imprecisas o falsas. La memoria es un
instrumento del que hay que saber servirse. El recuerdo de los elementos es la fase
más delicada (ver Capítulo 11: “Cómo memorizar”, y 39: “Cómo encontrar las
ideas”).
10.1.2.3 Errores debidos al indicio de recuerdo
A una palabra o grupo de palabras que orientan sobre una idea, un procedi-
miento, se las llama indicio. Este indicio puede conducir a una respuesta falsa por-
que:
• esa respuesta se parece a la respuesta buena.
• ese indicio se parece a otro.
Estos errores, muy frecuentes, se repiten constantemente debido a una con-
fusión entre dos estructuras que se asemejan; el problema reside en tomar inicial-
mente la buena, y no la que presenta una analogía con la buena y resulta ser falsa.
En ese caso, conviene recomenzar totalmente el aprendizaje. Hay que saber retro-
ceder antes de proseguir. Para esto, usted debe:
• darse cuenta primero del origen exacto (a menudo se trata de una confu-
sión de lenguaje);
• desmontar las dos estructuras en cuestión, situar ante su vista sus respec-
tivas representaciones con ayuda de ejemplos, poner de manifiesto la po-
sible confusión, visualizar y releer después varias veces en voz alta;
• reconstruirlas, rehaciendo ejercicios o problemas que puedan generar di-
cha confusión (proceder por orden creciente de dificultad).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 50

10.1.3 Los errores de razonamiento

10.1.3.1 Los puntos de partida son falsos


Esto proviene a menudo de errores de comprensión que conciernen: bien a
los conocimientos en sí mismos, bien al tema (en ambos casos, ver los consejos
mencionados en el Capítulo 11).
10.1.3.2 Falta de relación entre los elementos del razonamiento
A causa de una confusión entre las categorías, las clases.
A causa de una comparación demasiado apresurada, por falta de reflexión.
A causa de una subjetividad excesiva (imaginación, creencia afectiva, juicio
sobre las apariencias, número excesivamente corto de experiencias).
Una vez más, tómese un tiempo para reflexionar antes de afirmar o de utilizar
una idea. Dude sistemáticamente. Acordarse de lo que se percibe o se nombra no
es más que un aspecto y no abarca toda la riqueza de la realidad. Desconfíe cons-
tantemente de su cerebro primitivo * (repasar el Capítulo 2: “Cómo funciona nuestro
cerebro”, y 4: “La apertura mental”).
10.1.4 La falta de creatividad
En los deberes es frecuente carecer de ideas y repetirse. Puede tratarse,
desde el comienzo, de una laguna en los datos o, más frecuentemente, de un pro-
blema de recordación (ver Capítulo 8: “El salto intelectual”, el 11: “Cómo memorizar”,
el 24: “Saber informarse” y el 39: “Cómo encontrar las ideas”).
10.2 Fallos en la expresión del saber
10.2.1 Fallos de destreza (en el saber hacer)
El procedimiento, el modo de aplicarlo, están mal asimilados o se utilizan mal.
Las etapas no se respetan (olvidos, desorden) o no son las adecuadas al problema
planteado (no es la buena estrategia) o, también, no se recorren en su totalidad (el
tiempo se nos ha echado encima).
Conocer el procedimiento no es suficiente, es preciso, sobre todo, practicarlo.
Profundice más en el aprendizaje. Interésese más por el camino a seguir que por el
resultado bruto (deténgase más en los puntos de bloqueo). Repita lo suficiente para
afianzar la estructura. Concédase el tiempo necesario para madurarlo todo (repasar
el Capítulo 6: “El proceso de aprendizaje”, y 9: “Saber entrenarse”):
10.2.2 Problemas de legibilidad
Su saber resulta incomprensible para su interlocutor:
• en cuanto al fondo: las ideas son demasiado numerosas, están mal orde-
nadas, son confusas, incoherentes;
• en cuanto a la forma: la escritura es ilegible, la presentación incomprensi-
ble, el pánico le impide ser claro.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 51

Para eliminar este importante defecto, métase en la cabeza que su interlocu-


tor está en su propia esfera mental y no en la de usted. Es usted quien debe dirigirse
hacia él, y no a la inversa.
Es usted quien está en situación de solicitante, la presentación de su trabajo
no debe contrariar en nada al destinatario. Hay, pues, que salirse de uno mismo,
dejar de considerarse el centro del mundo. Aquí también, el córtex debe controlar al
cerebro primitivo.
Ningún intercambio es posible mientras no se supere esta primera etapa. De-
be usted darse cuenta de que su saber es totalmente inútil si no consigue que sea
percibido y retenido por los demás.
Ante todo, sea claro: construya un plan, y haga que resulte legible, visual u
oralmente (ver Capítulo 38: “Consejos para el examen escrito y oral”).
10.2.3 Fallos en ortografía, en vocabulario
Se trata de una carencia en el saber, pero, sobre todo, de un defecto de legi-
bilidad que frena la comprensión del conjunto. Deje siempre algo de tiempo para
releer lo escrito antes de entregarlo (ver Capítulo 22: “La gramática”, y 23: “El voca-
bulario, la ortografía”).
10.2.4 Fallos provocados por un descuido
Como en el caso anterior, estos defectos frenan la legibilidad del conjunto, y
pueden incluso cambiar su sentido; esto ocurre, por ejemplo, en el caso de un error
de cálculo. Marque sistemáticamente en los documentos, en el borrador, los datos
que está utilizando o transcribiendo (para no olvidar una parte del trabajo solicitado).
Verifique la coherencia, el orden de magnitud de las operaciones así como las uni-
dades. Reserve algo de tiempo para repasar.
10.3 Utilización de las fichas de control
Sepa sacar provecho de sus errores. ¡Son suyos! ¡Le pertenecen! Rentabilí-
celos y, para ello, haga primero un inventario de los mismos.
10.3.1 Haga una lista de sus errores
Clasifique en una ficha, una por cada disciplina o asignatura, los errores co-
metidos, tomando como referencia los entrenamientos, los controles realizados por
el profesor, las observaciones escritas u orales. Anótelos bien claro (subrayando, por
ejemplo, los puntos en los que tropieza).
Haga una señal cada vez que se repitan.
Cuando ya no cometa más esos errores, póngalos entre paréntesis, pero tén-
galos siempre, por si acaso, a la vista.
Cada nuevo control debería, así, enriquecer esta ficha (por los nuevos errores
anotados), pero, y sobre todo, aligerarla (por los progresos realizados).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 52

10.3.2 Saque provecho de sus errores


Estudie primero sus errores más frecuentes, sus auténticos puntos flacos.
Desmóntelos comenzando por los más sencillos. Anote en la ficha, frente a cada
error, la causa o causas que usted encuentra, así como la corrección que permite
tratarla.
10.3.2.1 Busque la causa inmediata
Utilice modelos de corrección, compárelos con sus deberes; por ejemplo, se-
gún las correcciones-modelo, ¿qué etapas hay que seguir para descubrir la estructu-
ra de un texto que debe resumir? (Búsqueda de términos de unión, palabras que se
repiten, indicadores temporales...).
10.3.2.2 Descubra sobre todo la causa remota, fundamental
Por ejemplo, ante una falta de ortografía repetida, hay que preguntarse por
qué la seguimos cometiendo desde hace tantos años. Conocemos la regla, la
hemos aprendido varias veces, pero sin comprenderla nunca realmente. Hemos de
pedir que nos la expliquen de nuevo, preferentemente de otra forma, para que se
instale en nosotros una nueva estructura coherente que sustituya a la anterior o a la
ausencia de estructura. Corregir nuestros errores, es modificar nuestra estructura
mental (repasar el apartado 1.2 de este Capítulo).
10.3.3 Verifique su nuevo aprendizaje
Ponga a prueba su nuevo saber con otros ejercicios. ¿Subsisten los mismos
errores? Si es así, recomience el análisis, profundice más, pida nuevos datos, expli-
caciones complementarias a un compañero o a un profesor; después, verifique de
nuevo. Estas idas y venidas son necesarias para ir progresando, para lograr asentar
los nuevos conocimientos. Una vez alcanzado el objetivo, no olvide apuntalar regu-
larmente lo adquirido mediante aplicaciones prácticas.
10.3.4 Repase sus fichas de control antes de cada prueba
Así tendrá en la cabeza sus errores, lo que le evitará repetirlos. Paralelamen-
te, dispondrá también de la solución para evitarlos. Visualice bien, repita en voz alta.

RECUERDE:
• Sus errores provienen generalmente de unos malos hábitos. Su razón de-
be detectarlos y corregirse a sí misma, o corregir las estructuras nefastas
de su cerebro primitivo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 53

11. CÓMO MEMORIZAR

EN POCAS PALABRAS...
La memoria también se trabaja. Con un buen método y un entrenamiento apropiado, usted puede desarrollarla considera-
blemente.
1. Póngase en unas condiciones favorables
• Conozca su motivación.
• Salga como ganador.
• Imagine la pregunta.
• Favorezca la concentración: tenga una buena forma física, active todos sus sentidos, cronométrese.
• Implíquese, viva lo que está aprendiendo.

2. Utilice sus aptitudes naturales


• Memoria visual: esté atento a lo que se escribe en el tablero y al marco que le rodea: pase a limpio sus lecciones,
apuntes, tenga las fichas bien claras.
• Memoria auditiva: pronuncie, explique.
• Memoria del movimiento: escriba.

3. Clasifique para retener


• Comprenda y póngase un título a lo que aprenda.
• Extraiga las ideas principales.
• Establezca relaciones y comparaciones con los conceptos y nociones anteriores.
• Ordene lo que aprende.
• Construya esquemas y cuadros de síntesis.
• Memorice por bloques de cinco elementos, de siete como máximo.

4. Utilice eventualmente procedimientos mnemotécnicos


• Encuentre imágenes, fuentes, asócielas entre sí.

5. Repita para registrar


• Construya fichas de revisión. Repita varias veces para aprender, y deje unos intervalos de tiempo cada vez mayores
entre las repeticiones. Utilice, en cuanto le sea posible, sus conocimientos.

6. Sepa recordar lo aprendido


• Implíquese
• Reviva mentalmente las condiciones del aprendizaje

¿Por qué todos tenemos problemas con nuestra memoria? Sencillamente,


porque el olvido es natural, indispensable; no podríamos vivir conservando constan-
temente en nuestra cabeza todas las informaciones o sensaciones vividas. Para en-
contrar algunas de ellas, hemos de efectuar un acto voluntario. Cuanto más útiles
sean esos elementos, mejor los recordamos, más, en principio, los memorizamos;
los que no nos afectan particularmente, o que no tienen ninguna utilidad, son rápi-
damente olvidados. La cuestión está en saber cómo proceder para introducir los da-
tos en memoria y encontrar después la información, el comportamiento o la expe-
riencia que necesitamos, sin gastar por ello demasiada energía. Desarrollemos to-
dos los elementos relativos a la memorización a largo plazo (que es la que a usted le
interesa).
11.1 Póngase en unas condiciones favorables
He aquí las disposiciones iniciales que usted debe tomar para memorizar me-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 54

jor.
11.1.1 Comience por crear unas buenas disposiciones físicas y mentales
Conozca su motivación. Gracias a que usted debe salvar los obstáculos natu-
rales que se oponen a la atención; el cerebro primitivo *, nuestro cerebro afectivo, es
quien debe levantar esas barreras. Éste, en efecto, desea sentir una implicación
frente a cualquier nueva información. Sentirse concernido, esa es la primera clave
para aligerar el trabajo de memorización.
Usted debe ser optimista en cuanto a los resultados esperados. Evite toda
idea negativa. Son las ideas positivas, fuentes de placer inmediato o futuro, las que
abren las puertas de la atención.
Cree un ambiente estimulante. Los visuales deberán tener a la vista una ima-
gen que les incite al trabajo (por ejemplo, una foto de alguien que admiren) y que
permitirá, por asociación, recordar lo registrado (ver más adelante, en este mismo
capítulo, la memoria visual). Los auditivos pueden proceder de la misma manera con
una música que les guste; al menos, justo antes y justo después de la lección que
hay que aprender (no se deje, por supuesto, distraer por esa música o por la ima-
gen...).
Busque una situación física agradable. Para aprender, siéntese cómodamen-
te en un lugar que le agrade: en su casa o en la biblioteca, por ejemplo. Evite, sin
embargo, un exceso de comodidad, para no adormecerse, o un exceso de distrac-
ción, para no dejarse perturbar.
11.1.2 Anticípese
Al sentarse para estudiar, piense en lo que tiene que realizar; adopte siempre
esa costumbre. Antes de memorizar, dígase por ejemplo: “Mi cerebro debe retener
hoy tal lección.”
Manténgase alerta. Sea consciente del espacio y del tiempo en el que está,
pero también del porvenir.
Todo lo que aprende deberá reproducirlo después usted solo. Pregúntese
cuándo le servirá; primero, a corto plazo (¿cuándo va a verificar por usted mismo lo
que ha aprendido?), pero también a largo plazo (¿cuándo puede “caerle” esto en un
ejercicio o en un examen? ¿Cuándo le servirán estos conocimientos en la vida acti-
va?).
Imagine las condiciones de la pregunta. Imagínese el lugar, el tema plantea-
do, el examinador. Usted es un actor en esa obra. ¿Conoce perfectamente su pa-
pel? Piense en las preguntas concretas que le pueden plantear sobre la lección, re-
curriendo a los elementos ¿quién, qué, dónde, por qué, cuándo, cómo? Evoque su
respuesta: ¿qué diría usted, cómo se expresaría, por escrito, en examen oral? Ad-
quiera el reflejo, antes de aprender cada lección, de ponerse en esa situación men-
tal. Proyéctese hacia el futuro. Así, usted se sentirá personalmente implicado: el ce-
rebro primitivo levantará la barrera que se opone a la atención.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 55

11.1.3 Favorezca la concentración


El acto mental de memorización es uno de los más fatigosos. Sólo si está us-
ted en posesión de todos sus medios físicos, si está en plena forma, es cuando con-
seguirá movilizar su atención. Ponga, pues, la máxima atención en evitar comidas
pesadas o indigestas, en particular, cuando deba estudiar una lección seguidamen-
te. Si su organismo trabaja demasiado o está fatigado, la memorización se torna
penosa, si no imposible; es entonces cuando aparece el desánimo.
Evite también todo lo que pueda desconcentrarle: visitas, teléfono, ruido, fa-
milia, televisión, radio, etc. Aprenda a decir no a las diversas tentaciones. Esté dis-
ponible sólo para su trabajo. Es muy difícil interesarse seriamente por dos cosas a la
vez.
Lea en voz baja y escriba en su ficha de revisión *; esto le obligará a tener su
mente concentrada.
Calcule también el tiempo necesario para el estudio de cada parte, y contróle-
se. Tenga permanentemente conciencia del tiempo transcurrido. Acostúmbrese a
aprender limitando su tiempo.
Elija preferentemente los períodos de estudio favorables, en el día, en la se-
mana (ver capítulo 12: “Saber organizarse”).
Estudie la misma materia durante una hora u hora y media, y pase después a
otra; elija entonces un tipo de trabajo diferente (evite memorizar una segunda vez);
deje decantar lo que acaba de asimilar.
Si no consigue concentrarse, deténgase. No está rindiendo y se está agotan-
do inútilmente. Salga, recargue sus pilas (coma un palote de cereales o una fruta,
beba agua). Aprenda a trabajar con su organismo. Respételo (sin machacarlo), no lo
fatigue inútilmente.
Láncese a un desafío cuando la lección sea difícil. Otórguese una recompen-
sa al final si consigue aprenderla. Tenga un espíritu competitivo consigo mismo.
11.1.4 Implíquese
Viva las situaciones del texto que lee. Póngase en el lugar del autor. ¿Qué ha
querido decir, cuáles son las etapas de su pensamiento, las características de su
estilo? ¿Cómo habría procedido usted? Viaje mentalmente en el espacio y en el
tiempo. Como en los juegos de representación de papeles, póngase en el lugar de
los personajes evocados, métase en su pellejo. Reaccione ante lo que aprenda para
apropiárselo realmente.
Participe tanto como pueda en las clases; esto le permite a su cerebro primiti-
vo sentirse implicado, y la atención será máxima; así, una gran parte de la memori-
zación se produce ya en ese momento. Este punto es muy importante, muchos de
los que tienen éxito en sus estudios actúan de este modo.
Cualquiera que sea la disciplina, experimente, aplique usted solo los procedi-
mientos, por ejemplo, mediante la realización de ejercicios.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 56

11.2 ¿Cómo utilizar sus aptitudes naturales?


Comencemos la primera fase de la memorización, el registro de la informa-
ción, por la selección de los datos. De entrada, usted debe saber con exactitud lo
que hay que memorizar. Trabaje en función de lo que sea útil, sin más, ahorre su
energía; una vez más, reflexione antes de actuar: a menudo, por ejemplo, no es ne-
cesario recordar los pormenores de una demostración matemática, basta con recor-
dar el procedimiento. No vacile en preguntar a su profesor, al principio, para saber lo
que hay que retener; rápidamente, usted deberá discernirlo después por sí solo.
Veamos ahora cuáles son los mejores canales y cómo servirse de ellos para
retener la información útil. Cada uno tiene sus vías preferidas de circulación de la
información. Usted ya sabe ahora (capítulo 2: “Cómo funciona nuestro cerebro”) si
es usted una persona auditiva o visual.
Nada le impide, sin embargo, utilizar varios canales paralelamente, pues ello
facilita mucho la tarea; privilegie sus aptitudes naturales, pero no deseche las otras.
Aunque menos desarrolladas, también pueden servirle de ayuda: utilice todas, com-
bínelas.
11.2.1 La memoria visual
La vista es el sentido generalmente más utilizado para el aprendizaje; la ma-
yoría de las informaciones pasan por esta vía. Para la entrada y la restitución de los
datos, la memorización prefiere a menudo este canal. Téngalo en cuenta en los pun-
tos siguientes.
11.2.1.1 La clase
Esté atento a lo que figura en el tablero: plan, palabras clave, fórmulas, es-
quemas, correcciones... Entrénese para observar al máximo lo que ocurre ante us-
ted. Localice bien los indicios * (el profesor insiste generalmente sobre esos puntos
determinantes), pues son éstos los que desencadenan en usted el recuerdo de va-
rias ideas.
11.2.1.2 El entorno del aprendizaje
Sea consciente del marco en el que aprende la lección: la habitación, la mesa
de trabajo. Los que poseen una gran memoria visual pueden tener a la vista una
foto, un cartel, una postal. Registre la imagen y la lección. La restitución será más
fácil cuando usted comience por recordar el entorno y esa imagen (eventualmente,
cambie esa foto cada mes, para diferenciar mejor los capítulos, para relacionarlos
entre sí en el tiempo).
11.2.1.3 Los soportes de la información
Además de sus libros, anales y manuales, los soportes de la información se-
rán, esencialmente, sus apuntes de clase y sus fichas de revisión. Usted debe, im-
perativamente, distinguirlo todo a la primera ojeada, visualizarlo todo y, consiguien-
temente, memorizar rápidamente lo esencial.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 57

La presentación de todos sus documentos debe efectuarla con arreglo a esta


visualización. Usted debe poder, situándolos uno al lado del otro (escritos únicamen-
te por una cara), descubrir toda la arquitectura de un capítulo: partes, subpartes,
palabras-clave.
Cada capítulo comienza en una nueva hoja. Espacie bien las diferentes par-
tes y subpartes. Subraye los títulos, los subtítulos. Para las palabras-clave utilice el
subrayador (sin abusar, de lo contrario, acabaría anegando lo esencial). También
debe localizar visualmente, fotografiar, los esquemas, las figuras, las fórmulas, los
cuadros, el vocabulario nuevo, las dificultades ortográficas.
Como ya hemos indicado anteriormente, imagínese usted también lo que está
aprendiendo. Reviva, a través de imágenes mentales, la literatura, la historia, la
geografía, etcétera.
Cuanto más visualice, mejor será su estructuración mental y menos esfuerzo
le costará retener.
11.2.2 La memoria auditiva
En este caso, la entrada de la información se ve facilitada, en primer lugar,
por la escucha de la voz del profesor y, después, por la lectura que usted hace de la
lección. Lea, en voz alta o en voz baja, primeramente lo esencial, las palabras-clave,
agrupadas en bloques, con un máximo de siete elementos (ver más adelante en es-
te capítulo) para memorizar mejor. Evite una lectura neutra: varíe su entonación, in-
tente acompasarla. Grabe, eventualmente, su lectura en un casete para escuchar
varias veces la lección.
No dude: exponga, explique lo que aprende, coméntelo. Utilizando frecuen-
temente su propio lenguaje usted retendrá mejor.
Hable. Explíquese, en voz alta o en voz baja, los conceptos complejos. Recí-
tese. Este método resulta particularmente apto para el estudio de los idiomas, pero
también puede, evidentemente, utilizarse para cualquier otra disciplina.
11.2.3 La memoria del movimiento
La memoria del movimiento, o memoria kinestésica, concierne a las sensa-
ciones que nos proporcionan los movimientos de nuestro cuerpo. El hecho de escri-
bir, de esquematizar, de elaborar cuadros..., aumenta la entrada y la conservación
de la información en el cerebro. Utilizará particularmente este tipo de memorización
recopiando planos, palabras clave, fórmulas, nombres propios, curvas, términos de
ortografía complicada. Cuando haya que reproducir estas informaciones, usted en-
contrará más fácilmente el gesto de origen.
Aproveche al máximo su memoria predominante, tanto para la entrada como
para la restitución de los datos. Los visuales transformarán las ideas y los objetos en
imágenes mentales, los auditivos en palabras, en sonoridades; todos utilizamos
también la memoria de nuestros gestos y de lo vivido por todo nuestro cuerpo. Culti-
ve todas las vías de acceso; los canales fortalecen entre sí las estructuras y, consi-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 58

guientemente, la memorización. Aumente el número de sensaciones asociando va-


rias acciones, por ejemplo, escribir y pronunciar, o, también, explicarle algo a un
compañero mediante la palabra, mediante un esquema, etcétera.
11.3 ¿Cómo clasificar para retener?
Sigamos todavía en la primera fase, el registro de la información. Después de
la selección de los datos, abordemos ahora la codificación. Se trata de dirigir la in-
formación, gracias a un código, al lugar apropiado dentro de su memoria. En primer
lugar, hay que saber que no son las palabras lo que hay que retener, sino su signifi-
cado, las ideas; éstas son las que hay que clasificar. Deben integrarse en las prece-
dentes, en las que pertenecen al mismo campo; para esto hay que relacionarlas.
11.3.1 Comprender y nombrar
Aprender es guardar para sí. Antes de dirigir los datos hacia las casillas apro-
piadas de su memoria, usted debe, como en una consigna automática, etiquetarlos.
Luego de entender los conceptos o los procedimientos que usted debe memorizar,
deles un nombre (¿cómo se llaman, cuáles son sus características), empleando su
propio vocabulario? Descríbalos, explíquelos, de hecho, a su manera. Puede efec-
tuar este trabajo, bien, verbalmente, con un compañero, bien usted solo, en un bo-
rrador.
11.3.2 Extraiga las ideas principales
¡No recargue su memoria! Almacene sólo las ideas principales, las ideas cla-
ve, prescindiendo de las ideas secundarias; éstas vendrán, eventualmente, des-
pués, en una segunda etapa. He aquí como proceder:
• En una primera lectura, extraiga el hilo conductor de lo que tiene que al-
macenar, si es posible la misma tarde de la lección. Ponga de relieve el
sentido global, la coherencia: tenga una visión de conjunto. Descifre, con
la ayuda del diccionario o del manual, los pasajes más difíciles de la lec-
ción. Plantéese preguntas. En resumen, comprenda lo que está apren-
diendo, si no, a largo plazo, nunca conseguirá recordarlo.
• Encuentre, a continuación, en una segunda lectura, las ideas clave, las
que hacen surgir otras ideas a partir de ellas. Estas ideas clave tienen por
soporte unas palabras clave *, subráyelas. Se trata de efectuar, gracias a
este análisis, un resumen del conjunto, de encontrar la arquitectura, el
plano. Simplifique sus informaciones, prescinda de los detalles.

11.3.3 Relacione los nuevos conceptos con los anteriores


Para clasificar los nuevos conocimientos, para almacenarlos, hay que pasar a
través del cerebro primitivo. Éste, cumpliendo su función, rechaza todo lo nuevo,
para proteger el equilibrio del organismo; es, pues, necesario indicarle el modo en
que estos conocimientos le conciernen, qué elementos de esta información él posee
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 59

ya. Indique en qué ramificaciones se sitúan estos conocimientos, en qué se relacio-


nan con lo que su cerebro primitivo ha memorizado precedentemente. Sitúe, por
ejemplo, la nueva lección con respecto al conjunto del programa y, sobre todo, con
respecto a la lección precedente; ¿de qué modo estas nuevas informaciones la pro-
longan, qué vínculos existen entre ellas? (Visualice lo precedente, lo que usted ya
conoce, reviva la imagen del profesor dando la lección anterior en el tablero, así co-
mo la de las páginas correspondientes del libro). Tenga una visión sintética, clasifi-
que lo nuevo dentro de alguna de las grandes categorías. Si se trata de una nueva
clasificación, relaciónela con las precedentes. Pregúntese asimismo qué relaciones
existen con lo aprendido en años anteriores, con las otras asignaturas, con lo que
usted conoce de la actualidad, con lo que ha visto u oído en la televisión o en la ra-
dio.
Cuantas más preguntas se plantee, más rápidamente se establecerán las re-
laciones y las conexiones neuronales. Así, la información nueva se engarza mejor a
la memoria precedente, a los circuitos que ya funcionan. Pregúntese en qué casillas
situar el nuevo tema (desconfíe, no obstante, de las falsas semejanzas, de las falsas
analogías; cuidado con la mezcla de conceptos en las clases, con las interferencias
inoportunas, comprueba la exactitud de sus comparaciones).
Observación: Utilice particularmente metáforas (por ejemplo, compare la me-
moria con una consigna); éstas le permitirán establecer relaciones simples, encon-
trar numerosas asociaciones de ideas, conectar con lo que ya existe en memoria.
Intente también, si es posible, asociar los nuevos datos con recuerdos agradables;
así, su cerebro primitivo no se opondrá a la información, sino que, por el contrario, la
buscará.
11.3.4 Clasifique lo que aprenda
Disponga después los elementos en un orden lógico. Clasifique lo que apren-
de según sus propios criterios. Jerarquice bien, establezca regularmente puentes
para poder pasar fácilmente de una idea a otra. Que los eslabonamientos sean na-
turales, que haya relación entre las partes y las subpartes. Las palabras clave, si
están en un orden coherente, son índices de recuperación fáciles de utilizar (ver ca-
pítulo 14: “Elaborar fichas de revisión”): Utilice también lo más posible los cuadros
de síntesis o los esquemas para clasificar la información; gracias a nuestra memoria
visual, los retenemos bastante mejor que un texto.
11.3.5 Agrupe siete elementos como máximo
Numerosas experiencias indican, sin que conozcamos todavía la explicación,
que no retenemos generalmente más que siete elementos a la vez, por ejemplo,
siete palabras clave. Este parece ser un fundamento esencial del funcionamiento de
nuestra memoria y tal vez de nuestro cerebro.
Organice, en consecuencia, todas las informaciones con cinco elementos pa-
ra retener, siete como máximo. Si son más elementos, forme con ellos varios blo-
ques yuxtapuestos y equilibrados.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 60

Los bloques se eslabonan fácilmente los unos en los otros si el último ele-
mento de un bloque pasa a ser también el primero del bloque siguiente (esto es fácil
para memorizar palabras clave, pero es menos evidente con las cifras, por los ries-
gos de una doble utilización de la séptima cifra).
Ejemplo: Para retener la siguiente lista de nombres: Alfredo Rueda, Javier
Santibáñez, Félix Roca, Fernando Huidobro, Ignacio Polo, Luis Bilbao, Jorge Núñez,
Roberto Durán, Mario Zúñiga, memorice primero: Alfredo Rueda, Javier Santibáñez,
Félix Roca, Fernando Huidobro, Ignacio Polo; después, en una segunda fase, Igna-
cio Polo, Luis Bilbao, Jorge Núñez, Roberto Durán, Mario Zúñiga.
11.3.6 Para memorizar un capítulo
Proceda de este modo (tras haber elaborado un plan en su ficha de revisión o
en un borrador):
1.er tiempo: Memorice las palabras clave de los diferentes títulos.
2.º tiempo: Memorice la palabra clave de un título más los elementos impor-
tantes vinculados con él (o sea, los subtítulos), para formar un bloque A (de
siete elementos como máximo).
3.er tiempo: Si quedan otros subtítulos en esta misma parte, memorícelos en
un bloque B, unido al bloque A como en el ejemplo anterior.

Continúe así, primero, correlativamente para todas las subpartes, y después,


a continuación, profundizando en ellas, detallando dentro de cada subparte...
Ejemplo: Los elementos importantes que hay que memorizar en este capítulo:
1.er tiempo: Las palabras o expresiones clave de los títulos son condiciones,
aptitudes, clasificar, procedimientos mnemotécnicos, repetir, recordar.
2.º tiempo: Para el primer título habría que retener: condiciones, disposiciones
mentales, físicas, anticiparse, favorecer la concentración, implicarse.
Visualice siempre las clasificaciones: relaciónelas bien entre sí. Aprenda en
sus fichas las palabras clave exactamente en su orden lógico. Así, en el momento
de la restitución, las recordará precisamente en ese mismo orden. Cada palabra cla-
ve le dará seguidamente una serie de ideas; de hecho, gracias a ellas usted recor-
dará toda la lección.
11.4 Utilice los procedimientos mnemotécnicos
Sigamos en la fase de codificación y utilicemos un método particular para los
casos difíciles. Usted ya conoce esas asociaciones ingeniosas efectuadas con la
intención de retener varios elementos. Este procedimiento, si tiene que inventárselo
usted mismo, requiere tiempo y energía; en ese caso, prefiera el método tradicional,
y utilice esos procedimientos sólo para las memorizaciones realmente complicadas.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 61

11.4.1 La construcción de un procedimiento mnemotécnico


Este procedimiento debe obedecer a los principios de funcionamiento del ce-
rebro:
• Utilice los sentidos, es decir, transforme lo abstracto en imágenes concre-
tas y precisas, en consonancia o cadencias.
• Haga funcionar su cerebro afectivo: Para ser bien retenidas, las imágenes
deben ser, si es posible, fuertes (grotescas, exageradas, humorísticas, tri-
viales eventualmente), las consonancias o cadencias deben ser agrada-
bles.
• Componga u organice por asociaciones.
• Encadene los elementos dentro de un límite de siete como máximo; si es
necesario, construya varios bloques.

11.4.2 Ejemplos de construcción


He aquí, a título de ejemplo, algunos procedimientos mnemotécnicos:
• Por aproximación según las letras del alfabeto. Ejemplo: “estalactita, cae;
estalagmita, monta (sube)”.
• Por agrupamiento de los elementos en una frase. Ejemplo “Dalí Miró a Pi-
casso Gris”.
• Por construcción de una frase con la primera letra o sílaba de cada ele-
mento que hay que retener. Ejemplo: en publicidad hay que acordarse
siempre de AIDA, es decir: suscitar la atención, después el interés, provo-
car el deseo, después la acción. Otro ejemplo: para retener el código ban-
cario 2913, memorice, por ejemplo, la frase siguiente: la dosis (2) mueve
(9) un (1) tren (3).
• Por visualización de lugares, procedimiento descrito por el poeta griego
Simónides de Ceos. Este método es fácil de utilizar y muy eficaz. Ejemplo:
imagine el trayecto familiar de su habitación a su clase: 1.ª etapa, la puerta
de su habitación; 2.ª etapa, la puerta de la casa; 3.ª etapa, el primer semá-
foro, etc. Instale mentalmente un elemento de los que deba recordar (obje-
tos, personajes, cifras) en cada etapa. Para recordar, repita el trayecto, re-
corra mentalmente esas etapas familiares y vaya recogiendo los objetos
colocados en cada una de ellas.
• Por asociación de imágenes fuertes con cifras. Ejemplo: 0, puchero; 1, ti-
mo; 2, tos; tres, tren; 4, parto; 5, hinco; 6, veis; 7, tete; 8, pocho; 9, llueve.
Retenga, en lugar de las cifras, las imágenes evocadas por estas pala-
bras, o construya una frase con ellas. No tema construir frases incoheren-
tes o, incluso, de mal gusto. Su cerebro primitivo se sentirá implicado, y no
olvidará ya esa imagen y lo que usted pretendía recordar al construirla.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 62

11.5 Repita para registrar


Abordemos ahora la segunda fase de la memorización, el almacenamiento de
la información. La memoria es exigente: si no se ocupa usted de los datos registra-
dos, los deja desaparecer. Sólo el uso estabiliza lo memorizado. El camino neuronal
se consolida mediante sucesivas pasadas. La repetición, las revisiones, son así una
forma de uso acelerado. Efectuadas en buenas condiciones, consolidan eficazmente
la estructura mental. Entre estas modalidades, el tiempo es un factor esencial: es
preciso dejar unos determinados intervalos entre estas repeticiones, para que duran-
te esos tiempos muertos, el subconsciente trabaje sin tener que aportar ningún es-
fuerzo.
Así pues, para memorizar, elabore un plan de repeticiones, de aprendizaje.
He aquí, por ejemplo, cómo se puede memorizar una lección, un capítulo:
er
1. tiempo (el más importante): Si le es posible, justo al finalizar la clase, re-
suma, reviva brevemente (por espacio de 5 ó 10 minutos) los puntos esencia-
les explicados por el profesor.
2.º tiempo: Repase la lección esa misma noche, cuando todavía está fresca
en la memoria, preferentemente antes de acostarse (su cerebro trabaja para
usted durante el sueño). Tiempo: alrededor de 15 minutos.
Se trata de ordenar, de esclarecer la lección, de plantearse preguntas para
estar seguro de haberla comprendido. Ponga de relieve lo esencial, subraye
el plan y las palabras clave. Efectúe una lectura en voz alta o en voz baja;
después, una segunda mentalmente. Resuelva las dificultades de vocabula-
rio, de ortografía, o las dificultades técnicas, con el uso de diccionarios, ma-
nuales, lecciones precedentes, etc. Repase los razonamientos, repita rápida-
mente los ejercicios.
3.er tiempo: Tiene lugar entre dos y cuatro días después de la lección. Así, las
clases del viernes, sábado y lunes se retoman el miércoles siguiente; y las del
martes, miércoles y jueves se retoman el sábado. Intente restituir o reproducir
lo que se ha comprendido, y contrólese después con los apuntes. Elabore, a
continuación, la ficha de revisión efectuando una síntesis entre los apuntes y
el manual (ver Capítulo 14). Duración: 20 minutos.
4.º tiempo: Una semana después, intente restituir o reproducir otra vez lo que
sabe, compare, releyendo su ficha y sus apuntes, una vez oralmente y otra
mentalmente. Duración: 10 minutos. Así habrá un eslabonamiento con el ca-
pítulo siguiente que deberá pasar a las fichas ese mismo día.
5.er tiempo: Revisiones. Aprovechando los deberes, las preguntas, los ejerci-
cios, póngase a prueba, intente restituir o reproducir lo esencial. Entrénese de
entrada partiendo de la ficha de revisión, 5 a 10 minutos por lección.

Es decir, un total de alrededor de una hora por capítulo a lo largo del año. Es
claramente preferible proceder de acuerdo con esta división que dedicarle, por
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 63

ejemplo, dos veces 30 minutos la víspera de los ejercicios:


• Los esfuerzos en pequeñas dosis son mucho menos penosos y, sobre to-
do, la rentabilidad es bastante mayor. El subconsciente los digiere, clasifi-
ca, fortalece cada vez que los elementos le son recordados, particular-
mente, durante el sueño, período de puesta en orden de la información.
• En los dos primeros tiempos usted prepara también la clase siguiente, lo
que le permitirá una menor aportación de atención; la comprensión y la
memorización de ese nuevo capítulo se verán así facilitadas.
• Evitará, sobre todo, la principal fuente de olvidos: el tiempo transcurrido
entre la adquisición y el uso de la información.

Las cuatro primeras repeticiones son las más importantes. Son las que exigen
un mayor esfuerzo, una mayor concentración. Deben efectuarse con gran aplica-
ción.
Observemos el progresivo espaciamiento entre los recuerdos: poco tiempo
entre ellos al principio, mucho al final. Al principio, la memoria es frágil, de ahí la ne-
cesidad de una consolidación cercana en el tiempo; después, a medida que la im-
pronta se hace más profunda, más difícil es que se borre, y menos necesidad hay
de seguir recordando. Así, usted llegará a las revisiones finales sin necesidad de
grandes “empolladas”; unas breves revisiones bastarán para unas lecciones ya
aprendidas.
Finalmente, no se olvide, entre cada repetición, aplicar, utilizar, en cuanto le
sea posible, sus conocimientos. Nada hay comparable a asumirlos a través de la
propia experiencia para memorizarlos; los conocimientos enraízan a través de la
práctica.
11.6 ¿Cómo recordar lo aprendido?
Abordemos ahora la tercera y última fase de la memorización: el recuerdo de
la información. En el tercero y cuarto tiempo del registro (memorización) precedente,
comienza a intervenir la restitución o reproducción. Es una prueba que le sirve para
saber donde está, pero también para hacer trabajar a sus neuronas. Comprueba la
diferencia entre la ficha y lo que usted ha intentado recordar y que ha anotado en un
borrador (planes, esquemas, palabras clave, únicamente). Complete por escrito lo
que falta o corrija lo que esté equivocado. Recomience, eventualmente, la prueba al
final de cada sesión.
Para restituir o reproducir la información, sea en la revisión o en los exáme-
nes, sigua exactamente el mismo camino que para su entrada. Usted se ajustará a
su comportamiento mental, basado en la asociación de ideas.
11.6.1 Nivel afectivo
Póngase de nuevo en las mismas condiciones. Usted está hiperalerta, con-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 64

centrado, sin estar angustiado. Usted se implica totalmente, le gusta esta clase de
desafío, quiere triunfar. En caso de ansiedad, utilice la respiración profunda *.
11.6.2 Nivel sensitivo
Reviva mentalmente, en primer lugar, la clase (el tablero, la voz del profesor)
y, después, su aprendizaje. Eventualmente, visualice la foto de su cuarto de estudio.
Imagine los soportes que utiliza (hojas, manuales, libros, fichas). Evoque la redac-
ción de su ficha de revisión. Acuérdese de todo lo concerniente al tema: deberes,
correcciones, anales, esquemas, ejercicios, etc. Para los que tienen un predominio
auditivo, que recuerden las frases pronunciadas por ellos mismos o por un compa-
ñero, que recuerden, eventualmente, su música preferida.
Los indicios (planes, títulos, bloques, subbloques, palabras clave) deben apa-
recer en forma de imágenes, de sonidos, de gestos automáticos, cuando usted los
escriba de nuevo.
Restituya en el orden en que ha aprendido, sobre todo no cambie ese orden,
para no mezclarlo todo. Vaya de lo general a lo particular, del conjunto al detalle.
11.6.3 En caso de bloqueo
Respire profundamente, piense en otra cosa y vuelva después sobre su pro-
blema planteando la cuestión de otro modo, por ejemplo, utilizando los términos que
usted emplea normalmente.
Finalmente, si usted ha olvidado realmente, intente determinar la causa: falta
de motivación, que ha producido una atención insuficiente; mala selección de la in-
formación (interferencia de los elementos entre sí); dificultad de codificación (apun-
tes embrollados, por ejemplo); almacenamiento incompleto por causa de unas re-
cordaciones insuficientes, de ahí la desaparición de algunos elementos; mal proce-
dimiento de recuerdo (carece usted de buenos indicios para recuperar las informa-
ciones).
Observación: Para terminar, indiquemos simplemente que no existe ningún
medicamento milagroso para resolver los problemas de memorización. Algunos re-
comiendan, no obstante, especialmente durante los períodos de las revisiones fina-
les, el uso de compuestos a base de fósforo o de corticosuprarrenales, o de ácido
glutamínico; o también de vitamina B6. Otros prefieren los preparados homeopáticos
a base de ácido fosfórico compuesto. Pregunte a su médico de cabecera lo que
piensa de toda esta panoplia; él sabrá eventualmente determinar la posología que
más le convenga. De todas formas, haga una prueba antes de la preparación de los
exámenes finales; no espere al último momento para constatar eventualmente unos
efectos negativos en su organismo. De hecho, cuente más bien con un entrena-
miento metódico y regular. La memoria es compleja, y hace uso de un gran número
de partes y de funciones del cerebro; sólo una práctica larga y consciente permite
acceder realmente a todas su capacidades.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 65

RECUERDE:
1. Su cerebro primitivo gobierna la memorización, implíquele al máximo. Es
esencial el siguiente ciclo:
• en el momento del aprendizaje, piense y viva el futuro examen;
• en el momento del examen, piense y reviva el aprendizaje pasado.
2. Memorice en primer lugar los planes, las grandes clasificaciones; divídalas
a continuación en otras clasificaciones, éstas son las que usted retendrá
primeramente.
3. Visualice siempre lo que aprende.
4. La memorización es el meollo del aprendizaje; para que sea realmente efi-
caz, primero, debe prepararse, verificarse luego regularmente y prolongar-
se mediante una utilización variada (repasar el Capítulo 6: “El proceso de
aprendizaje”.).

SEGUNDA PARTE: LAS HERRAMIENTAS DEL APRENDIZAJE

12. SABER ORGANIZARSE

EN POCAS PALABRAS....
¿Cómo imagina su porvenir? A menudo, sólo a medida en que vayan transcurriendo sus estudios es cuando usted descu-
brirá y desarrollará todas las posibilidades que lleva dentro.
1. ¿Por qué planificar?
• Usted ganará mucho tiempo agrupando las tareas, pero, sobre todo, limitando su duración
• Equilibrando sus trabajos, evitará la fatiga y disminuirá el tiempo de las “empolladas” finales.
• Usted ganará en eficacia fijándose unas prioridades y controlando el cumplimiento de las mismas.
• Desarrollará su espíritu de síntesis.
• Se librará de los riesgos propios de las dificultades materiales.
2. ¿Cómo realizar un plan de trabajo?
• Planifique desde principios de año; determine sus prioridades; trabaje regularmente.
• Detalle su objetivo en objetivos realizables uno tras otro. Fíjese planes anuales y luego mensuales y semanales para
lograrlo.
• Detalle y controle semanalmente sus realizaciones, incluya períodos de descanso.
• Comience el día visualizando el conjunto de la jornada; reparta entonces sus tareas de acuerdo con las horas dispo-
nibles, elimine rápidamente las pequeñas preocupaciones. Aprenda a variar sus trabajos; recapitule el estado de sus
avances al final de la jornada. Sepa apoyarse en los buenos hábitos.

El tiempo limitado de que disponemos es uno de nuestros bienes más esca-


sos y, por consiguiente, más preciosos. Para el estudiante adquiere un valor todavía
mayor, ya que el aprendizaje requiere siempre una cierta duración. Toda estructura-
ción, toda consolidación, toda maduración, toda autorrealización, se apoya en el
tiempo; el cerebro debe saber apropiárselo, transformarlo en un aliado y no en un
enemigo. Algunos lo descubren a mitad del curso, demasiado tarde para enderezar
una situación mal orientada desde el comienzo, mientras que otros, durante ese
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 66

tiempo, han podido revelar sus potencialidades gracias a la repetición de hábitos


favorables.
Cada uno debe adaptarse al ritmo de progresión que se haya impuesto, pero
guardando fuerzas para el sprint final. Los hábitos de trabajo se adquieren rápida-
mente. Buenos o malos, condicionan el cerebro; éste los reproduce sin cesar.
Sepa con exactitud cómo se desarrollan sus jornadas, cuáles son sus tiempos
muertos, sus períodos más eficaces, sus ritmos de trabajo. Piense siempre en cómo
evitar las interrupciones intempestivas y los despilfarros de tiempo. Procúrese las
herramientas que le ayuden eficazmente.
12.1 ¿Por qué planificar el trabajo?
Un buen plan de trabajo se convierte rápidamente en una buena costumbre.
Unos minutos diarios de reflexión proporcionan grandes ventajas:
12.1.1 Ganar mucho tiempo
Al racionalizar el empleo del tiempo, usted puede primeramente simplificar su
trabajo reagrupando las tareas y suprimiendo etapas inútiles (reflexionando, usted
podrá, por ejemplo, reducir sus desplazamientos). Sobre todo, fijando unos límites
precisos a cada trabajo, usted le creará a su cerebro unas fronteras que éste inten-
tará respetar. Su cerebro, naturalmente, no sabe nada del tiempo; si usted no le en-
seña lo contrario, dedicar a una tarea dos o seis horas será exactamente lo mismo
para él; estructúrelo también en ese sentido. Siempre se trabaja más eficazmente
cuando el tiempo está limitado.
12.1.2 Evitar la fatiga
Esto se puede conseguir:
• Evitando trabajar a golpes por oleadas. Las “empolladas” desaparecen si
el aprendizaje se ha escalonado durante un largo período, por ejemplo,
recurriendo a las fichas de revisión *. Cuando uno sabe adónde va, el tra-
bajo parece menos difícil, la motivación lo simplifica.
• Equilibrando los períodos de estudio y de ocio durante la jornada o la se-
mana, variando los tipos de trabajo, las asignaturas.
• Liberando la mente de todas las preocupaciones relacionadas con los re-
trasos, los olvidos, los problemas acumulados. Un plan de trabajo alivia el
trabajo de la memoria.
12.1.3 Ser eficaz
Un plan de trabajo proporciona ganas de terminar lo que se ha comenzado y,
de forma general, ganas de trabajar; marca las prioridades, evita abordar las tareas
de forma desordenada; permite actuar positivamente, controlar la acción, evita el
soñar: usted controla sus elecciones.
Tomar una cierta perspectiva proporciona una mayor objetividad sobre uno
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 67

mismo, una mejor crítica de los propios actos, permite conocerse mejor, auto des-
arrollarse. Uno puede administrar su energía, su ritmo; trabajar siempre con sus po-
sibilidades óptimas.
12.1.4 Favorecer el espíritu de síntesis
Un plan de trabajo indica globalmente el camino que se ha de seguir. La cos-
tumbre de organizarse estructura, a su vez, la mente.
12.1.5 Liberarse
Planificar significa, ante todo, elegir voluntariamente los propios actos, acep-
tarlos. El concepto de esfuerzo desaparece detrás del de los objetivos a alcanzar;
considere este plan como un contrato con usted mismo.
Planificar es también liberarse de las dificultades modificando los proyectos
que uno tiene cuando las circunstancias lo exijan; es, además, disfrutar mejor de los
ratos de ocio, de la vida, dotarse de los medios para realizarse. Se trata de una ver-
dadera autonomía, es uno mismo quien asume sus responsabilidades sin que nadie
más intervenga.
12.2 ¿Cómo realizar un plan de trabajo?
Planifique sus tareas desde el principio de año. No espere a febrero o a Se-
mana Santa para examinar su situación o para pasar a otra clase. Recupere sus
retrasos desde las primeras semanas, cuando el ritmo aún no es demasiado fuerte;
no espere que el buen tiempo del mes de junio le vaya a estimular.
Acostúmbrese a realizar un trabajo regular y organícelo gracias a un plan en
el que se definan sus prioridades. Una vez más: pierda regularmente un poco de
tiempo para ganar después mucho.
Conozca perfectamente las modalidades del examen. Sepa lo que se espera
de usted; pregúntese adónde va antes de lanzarse a la acción.
¿Cuáles son los programas? (¿se parecen a los de los años precedentes?),
¿en qué consisten las pruebas? (¿qué competencias se le exigen al candidato?);
¿cuáles son los coeficientes, la duración y las herramientas que se permiten...? Para
el examen oral, ¿qué tiempo de preparación se concede?
En la elección de las asignaturas, limite sus opciones, trabaje más bien las
materias obligatorias, para evitar perder puntos. En determinados exámenes, no du-
de en pasar por segunda vez una prueba, cuando esto no sea posible, si cree que
puede mejorar, aunque sea ligeramente, su nota (para esto es preciso haber segui-
do bien las clases a lo largo del curso...). Para el examen oral, prepare todas las
asignaturas, ya que aun cuando no brille usted demasiado en una materia, puede
verse obligado a elegirla (es más fácil subir de 4,5 a 6 en inglés que de 7 a 8,5 en
matemáticas). Examínese de nuevo, también en examen oral, de las asignaturas en
las que haya sacado mejor nota en los dos tipos de pruebas (escrita y oral); no tiene
nada que perder.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 68

Por supuesto, ¡no se lo juegue todo con una o dos asignaturas simplemente!
De ser así, usted se arriesga, por un lado, a llevarse desagradables sorpresas...,
pero también a perjudicar seriamente su futuro tras los estudios (su expediente no
debe presentar puntos débiles; la selección de candidatos no se efectúa, general-
mente, sobre una sola materia, sino sobre el conjunto de éstas). Piense también en
el libro escolar que se presenta a veces en el examen; su perfil debe permitir una
eventual repesca si su nota está rozando el límite del aprobado en el examen escrito
u oral, y esto no ocurre nunca en el caso de un candidato que basa todo el año en la
apuesta por una o dos materias.
¡No preste ninguna atención a los cotilleos que circulen! Las respuestas pre-
cisas a todas las cuestiones que acabamos de tratar las encontrará en los progra-
mas oficiales (pregunte a su profesor o formador dónde conseguirlos). Así tendrá a
la vista todo el trabajo que debe repartir. Sabrá en todo momento el estado de sus
progresos, podrá situar cada elemento de aprendizaje dentro de un conjunto y cono-
cerá, en fin, los principales puntos sobre los que deberá documentarse. Pida, por
supuesto, cualquier precisión complementaria a sus profesores, que también han
analizado a su vez esos documentos.
La progresión de las diferentes materias la fijarán los profesores; usted no
puede, pues, planificarlas. Lo que a usted le interesa, de hecho, es conocer las la-
gunas personales que deberá superar y los progresos que debe realizar. Su trabajo
se referirá pues, a lo efectuado en clase, pero también a sus prioridades personales.
12.2.1 Metas, objetivos y plan de trabajo anual

12.2.1.1 Una meta


Al comenzar el curso, usted se ha fijado, por supuesto, una meta personal:
pasar al curso siguiente, superar un examen, entrar en determinado curso prepara-
torio o en determinada rama de la enseñanza superior o de la formación profesional.
12.2.1.2 Unos objetivos
Defina entonces unos objetivos concretos; por ejemplo, obtener la media re-
querida en todas las asignaturas, mejorar un grupo o una materia en particular en
función de los estudios deseados, salvar una o varias lagunas (inglés, expresión es-
crita...). Sepa discernir bien sus prioridades, esto es, evidentemente, fundamental,
distinga particularmente el largo plazo y el corto plazo. Cuidado, no obstante, con
privilegiar demasiado ciertas disciplinas en detrimento de otras.
Estos objetivos deberán ser siempre realizables; si no, serán probablemente
rechazados por el inconsciente. Deben estar cuantificados (qué medias fijarse suce-
sivamente) y fechados (qué velocidad de progresión). A partir de aquí, dejan de ser
considerados como imposiciones, puesto que usted los ha elegido.
Jerarquice estos objetivos en el ámbito de las diversas disciplinas, así como
en el marco de cada una de ellas. Usted centrará sus esfuerzos en los objetivos
prioritarios, trabaje primero lo esencial y, después, si tiene tiempo, lo accesorio. Ano-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 69

te las acciones que piensa realizar para alcanzarlos. Evalúe, en fin, el tiempo que
requiere toda tarea (en semanas, meses, trimestres).
12.2.1.3 Un plan de trabajo
Enumere los medios de que dispone: su disponibilidad en tiempo (vacacio-
nes, momentos libres durante la semana), sus puntos fuertes (en qué disciplina tra-
baja usted más deprisa), sus herramientas (libros, apuntes de clase), sus apoyos
(profesores, clases particulares, compañeros); tenga en cuenta también sus puntos
débiles.
Con arreglo a sus objetivos y a estos medios, usted diseñará un plan general
para todo el curso, que anotará a bolígrafo sobre papel. En unas hojas horizontales,
colocadas unas tras otras, construya en primer lugar, en la parte de arriba, un eje de
tiempos y, después, sitúe las asignaturas unas debajo de otras, en ordenadas.
12.2.1.4 Medios de control
Todos los objetivos deben traducirse a resultados identificables mediante cri-
terios de éxito. Usted debe hacer un seguimiento paulatino de sus progresos, bien a
través de notas, bien a través de las apreciaciones de sus profesores. Como ya
hemos dicho, determine con precisión lo que debe alcanzar y establezca unas fe-
chas para controlar el buen desarrollo de su plan:
• Al comienzo del curso, descomponga sus objetivos y medios en etapas
trimestrales, sin entrar en detalles. Por ejemplo: “En inglés, para alcanzar
la media, debo repasar, con el manual del año anterior, toda la gramática
durante el primer trimestre.”
• Seguidamente, al principio de cada trimestre, divida el conjunto de traba-
jos de ese trimestre en trabajos mensuales, por ejemplo: “El mes de octu-
bre lo dedicaré a tal parte de la gramática que no domino.”
• Luego descomponga, al principio de cada mes, el conjunto de trabajos de
ese mes en trabajos semanales.
• Por último, al principio de semana, divida el conjunto de trabajo semanal
en trabajos diarios; traslade esos trabajos a su cuaderno.
Como para los objetivos, las actividades que se fije diariamente deberán ser
siempre realizables, estar fechadas (tal día, tal hora para tal asignatura) y claramen-
te definidas (tal capítulo, tal ejercicio). Así usted conocerá en todo momento el esta-
do de su progresión.
Prevea un margen de una a dos semanas, al final de cada trimestre, para re-
cuperar un retraso si ha surgido algún imprevisto (no recargue demasiado los meses
de febrero y marzo, a causa de las enfermedades de invierno, ni los meses de mayo
y junio, con esos días soleados...). No olvide contar con los períodos de vacaciones
cada trimestre. Recuerde también los exámenes de febrero si tiene alguna asignatu-
ra pendiente; sitúe en ese caso, esas revisiones en primer lugar y después el resto,
si dispone de tiempo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 70

Observación: Anote claramente a principios de año las diferentes fechas de


inscripción o preinscripción para los exámenes y oposiciones, así como las relativas
a los diversos expedientes o papeles que deba elaborar para proseguir sus estudios.
12.2.2 Planificación semanal
Al principio de la semana, usted debe planificar el trabajo de cada día. Ese
cuarto de hora de preparación durante el fin de semana servirá también para contro-
lar lo realizado la semana precedente. Piense siempre en sus objetivos y en su es-
trategia global de aprendizaje: analice la situación, interróguese sobre su eficacia en
el trabajo; ¿cómo podría mejorarlo? Corrija sus nuevos fallos a medida que los de-
tecte, no espere a que se acentúen. Reajuste su plan de acción lo antes posible; si
es preciso, en función de las circunstancias: revíselo nuevamente.
Sepa que los lunes (según los crono biólogos) es un día poco favorable para
el trabajo. Sábado y domingo son días de inestabilidad y de bajos rendimientos; esto
es particularmente cierto para los jóvenes estudiantes de BUP.
Incluya períodos de esparcimiento a lo largo de la semana: ocio, actividades
físicas (los fines de semana deben incluirse en los planes); éstos son tan importan-
tes cómo los períodos de trabajo para el equilibrio físico y psíquico. Consulte el pro-
grama de televisión al comienzo de la semana. No seleccione más que lo que real-
mente le interese; planifique en función de su tiempo disponible (y no según el pro-
grama de TV). Procediendo así, se obligará a no permanecer pegado a su aparato.
Prevea también unas zonas de tiempo totalmente disponibles, en primer lu-
gar, para preservar su libertad, pero también para disponer, una vez más, de un
margen de seguridad. Evite, sin embargo, las interrupciones importantes en el trans-
curso de la semana (veladas en casa de los amigos...); la recuperación resulta a
menudo demasiado difícil.
12.2.3 Planificación diaria

12.2.3.1 Al comenzar la jornada, visualice


Por la mañana, comience por prever lo que va a hacer ese día. Reflexione
nuevamente sobre la forma de efectuar las tareas y en qué orden. Reserve los mejo-
res momentos para los trabajos más difíciles. Establezca una clara diferencia entre
lo que es importante, o incluso esencial, y lo accesorio; ¡piense a largo plazo! Traba-
je de ahí en adelante en función de sus preocupaciones, de sus necesidades, y no
de su humor o de sus antiguos hábitos.
Cuando usted organiza y visualiza su jornada, su cerebro se prepara, funcio-
na ya para las tareas que le esperan; de modo particular, se instala en él una espe-
cie de cronómetro biológico que marca el ritmo del tiempo: los trabajos se realizan
así más rápidamente y de manera más eficaz, pero también de manera mucho más
gratificante, puesto que usted sabe adónde va, lo cual fortalece su confianza en us-
ted mismo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 71

12.2.3.2 Las mejores horas del día


Ciertas horas del día son más favorables que otras para el trabajo intelectual;
resérvelas para los trabajos más difíciles. Las investigaciones de los crono biólogos
permiten componer así una jornada ideal:
• De 9 a 12 h., buen período de trabajo, con los mejores resultados hacia
las 10 h (aprovéchelo para efectuar trabajos de reflexión, de creación; re-
solución de problemas, disertación...). Para evitar el bajón de las 11 h, no
emprenda tareas antes de las 9 h.
• Las primeras horas de la tarde son un mal período para el trabajo intelec-
tual; sitúe en éstas otro tipo de actividades, si le es posible. En cambio, de
las 15 ó 15:30 h. a las 18:30 h. (el mejor momento, alrededor de las 17 h.);
el período es favorable para la memorización a largo plazo (aprendizaje de
lecciones, repasos).
Estos datos representan medias estadísticas. Los ritmos individuales pueden
diferir según la edad, según el temperamento (depende de que uno sea más o me-
nos madrugador o trasnochador), según el horario de comidas y según las costum-
bres familiares. Cada uno debe descubrir sus horas fuertes y sus horas flojas, y utili-
zarlas de la mejor manera posible.
12.2.3.3 ¿Cómo ser eficaz a lo largo del día?
• ¡Mantenga su mente libre! Nadie puede trabajar intelectualmente pensando en
otra cosa. Libérese inmediatamente de las servidumbres materiales que pueda
solucionar fácilmente (llamadas de teléfono, citas a concertar, etc.). Cuando le
vengan ideas a la mente, anótelas sistemáticamente en un pequeño bloc que lle-
vará siempre consigo. Este es un buen método para no olvidarlas y, al mismo
tiempo, una forma de no recargar la mente o la memoria.
• Prevea el tiempo necesario. Dedique el tiempo mínimo a lo fácil y reserve el
máximo de tiempo a lo difícil o a lo que menos le agrade. Comience su jornada
realizando los trabajos más arduos o los más importantes, así se quitará de en-
cima unas importantes preocupaciones. Evite asimismo, si es posible, abandonar
su tarea antes de terminarla, ya que lo que a menudo fatiga más es lo que no se
ha hecho.
• Varíe las tareas. Alterne las disciplinas a lo largo de su jornada; eso le evitará la
fatiga, además, esos diversos trabajos pueden complementarse unos con otros.
Varíe también los tipos de actividad, por ejemplo, las sesiones de memorización
y después los ejercicios. Cuando termine una tarea, antes de efectuar un corte,
prepare inmediatamente la siguiente buscando los documentos necesarios. Así,
cuando vuelva a reiniciar el trabajo, su mente reposada acometerá directamente
lo esencial.
• Prevea los momentos de descanso. Efectúe pausas de 10 minutos cada hora y
media como máximo. Para el descanso son preferibles varias pausas cortas que
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 72

una sola pausa larga. Una o dos veces por la mañana y por la tarde, coma algo
para recobrar energías sin recargar el estómago (piense particularmente en los
palotes de cereales y en la fruta). Beba también agua mejor que un excitante
como el té o el café. Durante los momentos de descanso, no piense más en su
tarea; relaje su mente para que vuelva al trabajo en buena disposición, pero
también para que estructure sus nuevos conocimientos (ella los reorganizará sin
que usted se dé cuenta, el trabajo de construcción se efectúa solo): Aprovéche-
los para airearse (y para airear también su cuarto de estudio); practique even-
tualmente la relajación *.
12.2.3.4 Al final de la jornada, recapitule
Todas las noches, prepare rápidamente las clases del día siguiente mediante
un breve repaso del capítulo precedente y una rápida ojeada al capítulo siguiente
(releer el Capítulo 11: “Cómo memorizar.”).
Realice un rápido balance de lo que ha efectuado ese día, cuantifique sus
trabajos y resultados (número de páginas, etc.). Señalar lo que uno ha realizado es
estimulante y tranquilizador. Prepare, en fin, su jornada del día siguiente para no
perder el precioso período matinal, que está reservado para el aprendizaje; así, su
inconsciente estará preparado para las futuras tareas, las aceptará y parecerán me-
nos duras. Al prever su trabajo, usted evitará también verse sorprendido por lo im-
previsto. Interróguese sobre la forma en que puede ganar tiempo (piense en la do-
cumentación, en el trabajo en grupo, etc.). Adapte su plan de trabajo si lo exigen las
circunstancias.

RECUERDE:
• Resulta inútil trabajar si no se tiene un plan coherente, si ese trabajo no
entra en un plan de conjunto.
• Algunas personas sienten el tiempo como una amenaza suspendida sobre
sus cabezas; otras lo controlan y lo administran eficazmente. Considere
que, en lo que a usted concierne, usted es el jefe, con la única limitación
de sus propias elecciones: el plan debe permitirle ser autónomo.
• Como un campeón de alto nivel, marque un ritmo a sus jornadas; unos
buenos hábitos de organización le permitirán reequilibrar sus esfuerzos sin
sobrecargas puntuales; así, usted progresará eficazmente sin malgastar
energía mental.
• Uno de los secretos del éxito está en la organización metódica, tanto en
clase como en casa; hay que ser a la vez meticuloso y ordenado, pero
también saber cuánto tiempo nos llevará la realización de una determina-
da acción, saber, en fin, prever, adelantarse siempre a los acontecimien-
tos: ser eficaz.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 73

13. ORDENAR EL CUARTO DE ESTUDIO

EN POCAS PALABRAS....
Procúrese las mejores condiciones posibles de trabajo, ordenando su cuarto de estudio y eligiendo sus herramientas.

1. El rincón de trabajo
Al organizarlo, piense exclusivamente en simplificarse la tarea.

2. La clasificación de los documentos


Sea racional, para encontrar siempre sus documentos rápidamente.

3. Las herramientas básicas


Elija sus herramientas con miras a ahorrarse los esfuerzos inútiles y las pérdidas de tiempo:
• Plan de trabajo para las grandes líneas de acción, agenda para la puesta en práctica.
• Libros de clase, diccionarios, manuales de gramática para las lenguas. Todo ello se deberá conservar si es posible
hasta la finalización de los estudios.
• Un clasificador de anillas para las hojas de clase y una pequeña libreta de bolsillo para anotar las clases.

4. Otras herramientas
• Para revisar, utilice libros de ejercicios; evite las guías que lo dan todo hecho, prefiera sus propias fichas de revisión.
Tenga a la vista los puntos importantes, utilice la grabadora de casete.
• No dude en telefonear, en utilizar el minitel.
• Tenga los pequeños objetos de escritorio por partida doble; esto le facilitará las cosas.

Examine su rincón de trabajo y sus herramientas. Pregúntese si son adecua-


dos, si no existirá algo más eficaz. A igual valor pedagógico, elija siempre lo que le
ahorre más esfuerzos y tiempo. Eventualmente, haga varias pruebas. He aquí algu-
nas ideas.
13.1 Su lugar de trabajo
Las condiciones materiales de organización influyen en nuestra manera de
trabajar; en realidad, reflejan a menudo nuestras estructuras mentales y, en justa
reciprocidad, las modelan. El primer imperativo es trabajar con tranquilidad. Resér-
vese una habitación independiente; en su defecto, exija que se respeten tajantemen-
te sus horas de trabajo.
Si tiene que cambiar la tapicería o el empapelado de este cuarto, elija más
bien los colores neutros, para evitar que sean una fuente de distracción o de agre-
sión visual; evite los motivos que le puedan distraer y los colores chillones; elija pre-
ferentemente el blanco, el amarillo o el naranja pálidos.
La mesa debe ser lo suficientemente grande para instalar en ella los docu-
mentos de trabajo y permitirle al mismo tiempo escribir. Estará situada lo más cerca
posible de la luz del día, y estará bien iluminada por la noche para evitar toda fatiga
suplementaria. Piense en una buena lámpara (flexo) o en una lámpara de arquitecto
e incluso en un variador de luz; la iluminación estará siempre a su izquierda si escri-
be usted con la derecha para evitar la sombra de su mano cuando escriba. A su al-
rededor deberá tener las estanterías suficientes y, eventualmente, una segunda me-
sa; tenga siempre los documentos al alcance de la mano. La silla será lo bastante
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 74

cómoda para poder estar sentado en ella durante varias horas, pero sin que por ello
incite al sueño.
Aleje, a ser posible, de ese rincón de trabajo todo lo que pueda distraerle, en
particular, todo el material audiovisual o revistas. Separe bien su rincón de trabajo y
su rincón de ocio, materialmente, pero también en su cabeza.
13.2 Clasificación de los documentos
Reagrupe en un mismo lugar (cajón, estantería...) todo lo que concierne a una
asignatura determinada; este debe ser el criterio básico de su clasificación. Separe
claramente unas materias de otras. Reserve un color de clasificación para cada una
de ellas, color que figurará en todo lo que a éstas se refiera (libros, carpetas...).
Evite apilar los documentos, pues esto hace su utilización incómoda. Ordéne-
los verticalmente, como en una biblioteca o, mejor aún, si puede, en carpetas sus-
pendidas. Divida cada una de estas carpetas en subapartados para acceder muy
fácilmente a la información. Especifique siempre de manera muy legible el título de
estos apartados. Si dispone de una documentación importante, clasifíquela según
sus propios criterios, por ejemplo, por autores o bien por temas, por períodos... (ver
Capítulo 25: “Leer y utilizar la prensa”). Usted debe poder en todo momento conocer
y utilizar fácilmente su archivo (piense en su desarrollo e incremento). De este mo-
do, usted podrá ordenar y encontrar instantáneamente cualquier documento. Como
usted sabe por experiencia, nada es tan enervante como perder el tiempo buscando
una cosa o, peor aún, darse cuenta de que la ha perdido definitivamente.
13.3 Herramientas básicas
13.3.1 El plan de trabajo
El plan de trabajo le indica las acciones a realizar. Hágalo en unas grandes
hojas horizontales donde irán anotadas, asignatura por asignatura, las tareas perso-
nales que debe realizar para alcanzar sus objetivos.
13.3.2 La agenda
La agenda, por su parte, recoge las grandes líneas indicadas en el plan de
trabajo; las detalla día a día. Anotará también en ella, naturalmente, los trabajos de
clase. Considérela como su primera herramienta. Debe marcar el ritmo de su vida y
estar siempre con usted. Anote en ella todas las informaciones permanentes que
pueda necesitar (números de teléfono, horas de apertura de los lugares que fre-
cuenta...).
13.3.3 El libro de clase
El libro de clase lo impone generalmente el profesor. De no ser así, compare
cuidadosamente todos los manuales; écheles una ojeada en el centro de documen-
tación o en las librerías. Elija el más claro, el más visual; compruebe si el contenido
responde concretamente al programa. Seleccione siempre la edición más reciente si
compra uno ya usado. Es preferible poseer solamente un libro por asignatura y co-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 75

nocerlo bien, antes que dispersarse en varios (nada le impide tomar prestados oca-
sionalmente otros manuales). En la medida de lo posible, conserve ese libro hasta el
momento del examen, aun cuando éste tenga lugar dos años más tarde. En nume-
rosas pruebas y exámenes, los controles pueden abarcar varios años de enseñanza
(infórmese sobre este asunto). No tenga un falso respeto: el manual es una herra-
mienta y no una obra de arte. Hacer anotaciones puede permitirle ganar tiempo y
facilitar su trabajo de síntesis.
13.3.4 Un diccionario y un manual de gramática
Tanto para el estudio de la lengua como para el de los idiomas extranjeros,
deberá poseer un buen diccionario y un manual de gramática sencillo y completo
(también aquí, pida consejo a sus profesores); tenga también al día una libreta para
el vocabulario y la ortografía. Este material, particularmente el de las lenguas, irá
con usted de una clase a otra.
13.3.5 Un clasificador
Para ordenar las hojas que usted debe llevar a clase, un clasificador de ani-
llas o de fuelle es una buena solución: así nunca mezclará las asignaturas y no olvi-
dará ninguna en casa. Elíjalo resistente; si no, las numerosas manipulaciones a las
que deberá someterle acabarán por estropearlo rápidamente.
13.3.6 Una pequeña libreta y un bolígrafo
Lleve también siempre con usted una pequeña libreta y un bolígrafo para ano-
tar en ella ideas e informaciones; de esta forma aligerará su mente y su memoria sin
correr el riesgo de olvidar.
13.4 Otras herramientas
Para preparar los exámenes, efectuar revisiones, entrenarse, utilice, además
del libro de texto, libros o recopilaciones de ejercicios. Una vez más, ponga el máxi-
mo cuidado al elegirlos (pida consejo a su profesor). Escoja la última edición. Sepa,
sin embargo, que los libros con soluciones plantean siempre un problema de utiliza-
ción: ¿será usted lo bastante paciente para no hacerse trampa y terminar un ejerci-
cio sin mirar la solución? Cuidado también con los errores en las soluciones, ya que
no son infrecuentes.
13.4.1 Utilice sus fichas de revisión
En lugar de las guías que ofrecen resúmenes de los cursos, utilice preferen-
temente sus fichas de revisión *; usted las comprende, son más completas, le sirven
para memorizar mejor dado que usted mismo las ha confeccionado. Eventualmente,
para determinadas asignaturas, complete sus fichas con una o varias libretas donde
haya anotado y clasificado el vocabulario técnico.
13.4.2 Tener a la vista los puntos esenciales
Instale en la pared de su cuarto de estudio una placa plastificada o algún otro
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 76

soporte para tener a la vista los puntos esenciales que debe retener o algunas ideas
estimulantes. También puede disponer, si lo desea, de adhesivos que se puedan
despegar y que no dejen ninguna clase de marcas.
13.4.3 Utilice una grabadora de casete
Utilice una grabadora de casete para grabar usted mismo las lecciones que
tenga que repasar; de este modo, podrá escucharlas en cualquier lugar durante sus
tiempos muertos.
13.4.4 Utilice el teléfono
No dude en utilizar el teléfono cuando se encuentre bloqueado con un pro-
blema o cuando no consiga resolver una dificultad. Antes de quedarse “elevado”,
pida información a un compañero; esto le evitará muchas veces perder una tarde
dando vueltas a un problema (que esto no se convierta, por supuesto, en un hábito
que le exima a usted de realizar su trabajo personal). Sepa también emplear ade-
cuadamente el minitel: sus servicios pueden permitirle ganar tiempo, particularmente
en época de exámenes.
13.4.5 Utilice pequeños objetos de escritorio
Los pequeños objetos de escritorio (hojas para el cuaderno de anillas o clasi-
ficador, bolígrafos, lápices, rotuladores, lápices correctores...) deberán estar siempre
en buen estado y disponibles en cantidad suficiente. ¿Por qué no tenerlos por parti-
da doble, un juego permanente en casa y otro para clase?

RECUERDE:
• En este tema, más que en ningún otro, sea racional; ganará un tiempo
precioso y evitará fatiga y nerviosismo.
• Pregúntese sistemáticamente sobre lo que pueda simplificarle la vida. No
dude en ”invertir” para economizar tiempo y energías.

14. ELABORAR FICHAS DE REVISIÓN

EN POCAS PALABRAS....
Elaborar fichas de revisión sigue siendo una de las mejores inversiones posibles en tiempo y energía.

1. Interés
• Estas fichas permiten fijar la atención, comprender y estructurar el pensamiento, pero, sobre todo, memorizar mejor.
• Las revisiones son muy rápidas y pueden efectuarse en cualquier momento y lugar.

2. Presentación y contenido
• Prevea el mismo formato para todas las fichas, por ejemplo, el A5 (21 x14’8) Escriba sólo en el anverso.
• Deberá anotar en ellas una síntesis condensada de las clases y del manual. Los planes, frases clave, palabras cla-
ve, definiciones, esquemas, cuadros, figurarán en ellas legiblemente. No redacte nada sin comprenderlo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 77

La elaboración regular de fichas de revisión ha sido siempre una de las mejo-


res inversiones en tiempo y energías. A principios de curso, cuando los exámenes
todavía están lejos, puede que tenga usted la impresión de trabajar inútilmente, pe-
ro, a partir de los primeros controles, empezará a recoger sus frutos. Las fichas de
revisión son, junto con los apuntes de clase, las dos herramientas principales para el
éxito.
14.1 Interés
14.1.1 Durante el aprendizaje de la lección
El hecho de redactar le permite concentrar su atención, pues permanece acti-
vo.
Elaborar regularmente fichas le obliga a comprender la lección, al extraer me-
jor los puntos importantes: a estructurar su pensamiento.
Tratar la información, reformularla, permite ya memorizarla parcialmente.
Al tener el plan a la vista, su memoria visual se pone también en funciona-
miento, así como la relativa al gesto.
Conseguir aclarar y ver el resultado del propio trabajo proporciona igualmente
una cierta satisfacción.
Por todas estas razones, prefiera siempre, como ya hemos dicho, sus propias
fichas a los compendios.
14.1.2 Durante las revisiones
Gracias a las fichas, antes de realizar un trabajo o cuando se prepara para los
exámenes, evitará tener que revisarlo todo en cada ocasión para extraer nuevamen-
te lo esencial. Unos minutos serán suficientes para revisarlo todo; usted ganará así
unas energías y un tiempo precioso; se ahorrará también mucho nerviosismo. Su
mente podrá dedicarse únicamente a la memorización (repasar Capítulo 11).
El hecho de alinear unas fichas junto a otras permite sintetizar también un
conjunto de capítulos. Así, usted establecerá más fácilmente relaciones, compara-
ciones u oposiciones entre los diversos elementos: las informaciones se enriquecen
mutuamente.
Usted se dotará así de un verdadero banco de datos rápidamente utilizable.
Las fichas pueden ser consultadas, transportadas a cualquier lugar, bien para prepa-
rar un trabajo o bien para hacer un repaso antes de los controles o de los exáme-
nes. No deje de guardar todas sus fichas, ya que éstas le servirán a lo largo de to-
dos sus estudios e incluso en su futura vida activa. De este modo, una vez termina-
da su formación, usted podrá disponer de una síntesis de sus conocimientos.
14.2 Presentación y contenido: deben siempre estar muy claros
14.2.1 Presentación
Elija el mismo formato de cartulina para todas sus fichas (el más utilizado es
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 78

el 21 x 14,8, es decir, el A5, que es la mitad de una hoja A4). Se aconseja un color
pálido o blanco, a fin de facilitar la lectura. Piense en perforar las fichas para agru-
parlas en clasificadores y poderlas manipular mejor; no olvide numerarlas. Escriba
verticalmente y por una sola cara para poder alinear estas fichas y sintetizar el con-
junto de su contenido.
14.2.2 Contenido
Las fichas contienen un resumen de las informaciones recibidas. Su conteni-
do puede versar, bien sobre las clases, bien sobre emisiones de televisión, confe-
rencias, etc. (para las fichas de lectura ver Capítulo 27: “Leer eficazmente”). Si se
trata de una clase, cada capítulo irá en una o en varias fichas para realizar así una
síntesis entre la clase y el manual. Las informaciones van habitualmente de lo gene-
ral a lo particular, de lo esencial al detalle. Tenga cuidado de no deformar los datos
al abreviarlos.
14.2.2.1 Plan (completo)
Haga que figure primeramente el plan completo (partes, subpartes...) y des-
pués, dentro de cada división, las frases clave escritas abreviadamente. Evite los
adjetivos inútiles, los artículos, las preposiciones; conserve más bien lo que propor-
ciona la información esencial: nombres, verbos, cifras...
14.2.2.2 Palabras clave
Las frases abreviadas transmiten las ideas clave; éstas pueden figurar incluso
únicamente como palabras clave * (estas últimas permiten encontrar, cuando se
leen, varias ideas evocadas en la clase o en el texto; las resumen).
14.2.2.3 Todo lo que sea esencial
Las fichas deberán contener también, aparte de esas frases o de esas ideas
clave, todo lo que sea esencial, es decir: definiciones, esquemas, cuadros, que faci-
liten la comprensión o la comparación; en matemáticas o en ciencias: teoremas,
fórmulas, leyes, así como las etapas de una demostración; en idiomas: vocabulario,
giros utilizados, reglas gramaticales. Haga figurar todo lo que deba ser memorizado.
Las fichas le van a servir a usted para aprender: su presentación debe, pues,
facilitarle el trabajo. Usted debe poder orientarse instantáneamente de forma visual;
no vacile en espaciar los bloques de informaciones. No olvide limitar estos datos;
siete elementos como máximo en cada subdivisión (ver Capítulo 11). Presentación y
contenido deben estar siempre muy claros.

RECUERDE:
• Para redactar estas fichas, no copie sin comprender; a menos que se trate
de un vocabulario técnico, utilice preferentemente sus propios términos, ya
que ello le obligará a sintetizar. Por otro lado, el carácter personal de este
trabajo le facilitará la memorización.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 79

15. APROVECHAR MEJOR LAS CLASES

EN POCAS PALABRAS....
Dótese de los medios para rendir más en clase.

1. Suprima las causas materiales de desaprovechamiento de las clases

Alejamiento, distracción, ausencia de herramientas adecuadas, pueden hacerle desaprovechar una clase.

2. Conserve la forma, las energías

Trabaje sin nerviosismo. Recargue sus energías durante las pausas, relájese.

3. Elimine los bloqueos psíquicos

• No piense en nada más que en su clase. Memorice viviendo y reviviendo las imágenes mentales y los sonidos.
• Si no ha comprendido algo, haga que se lo vuelvan a explicar inmediatamente; participe; así el profesor apoyará sus
esfuerzos.
• Confíe en sus profesores. Dialogue con ellos con toda simpatía. Aproveche al máximo las competencias de estos
especialistas puestos a su disposición.

Cuando penetre en el centro donde se desarrollan sus estudios, tenga siem-


pre presente su meta: desarrollarse, poner al día todas sus potencialidades para
sacar el mejor partido de ellas lo antes posible. Sea consciente de su valor comer-
cial. Los esfuerzos cotidianos, los sacrificios que usted realiza deben conducirle al
éxito. Usted no puede permitir que la inversión que realiza sobre sí mismo fracase.
Usted es ahora responsable de sí, de lo que usted ha elegido ser. Entre los
profesores y usted existe un contrato de educación, de formación; usted está allí
para adquirir su autonomía, para aprender a descubrir y a dominar unos hechos,
unos procesos, unas ideas; para aprender a conocer y a dar a conocer, pero, sobre
todo, para aprender a aprender.
Pregúntese qué ha sacado en limpio de una hora de clase ese mismo día por
la tarde: plan, ideas clave, ejemplos, términos nuevos, demostraciones... ¿De dónde
proceden las pérdidas, cómo reducirlas? ¿Cómo, en lo que a usted concierne, evitar
malgastar esa cantidad de tiempo pasado en clase?
15.1 Suprima las causas materiales de desaprovechamiento de las clases
Cuanto más lejos esté usted del profesor, tanto menos información le llegará.
Corre el riesgo de sufrir confusiones visuales y auditivas. Por otro lado, pueden in-
troducirse parásitos entre los datos y usted (charlas intempestivas, fuentes de dis-
tracción).
Si puede, sitúese preferentemente enfrente del tablero. Así evitará a veces la
mala iluminación, particularmente, cuando se utilice el retroproyector.
Que sus vecinos le ayuden a comprender o a resolver las dificultades, que
participen en la clase y, de este modo, le estimulen. Evite, pues, instalarse demasia-
do cerca de esos que por su total mutismo pueden paralizarle; aléjese también de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 80

los que se están moviendo permanentemente y que le distraerán continuamente.


Tenga siempre a mano sus herramientas; particularmente, sus libros de texto.
Utilice un verdadero cuaderno para borrador (y no hojas sueltas); así, usted siempre
podrá, llegado el caso, encontrar en ese cuaderno una demostración efectuada pre-
cedentemente o cualquier otro tipo de información; guarde todas las muestras de su
trabajo, así su profesor o usted mismo, podrá descubrir mejor el origen de sus erro-
res de razonamiento, de cálculo o de método, y saber cómo solucionarlos.
Tenga al alcance de la mano la pequeña libreta de vocabulario relativa a la
asignatura, a fin de anotar en ella lo que sea nuevo o encontrar un término ambiguo.
Usted habrá preparado los últimos capítulos de cada asignatura en su clasifi-
cador de anillas, con sus correspondientes fichas de revisión *, así como hojas y
fichas en blanco listas para ser utilizadas.
Evidentemente, su material deberá estar siempre en buen estado. Prevea lo
necesario en materia de recambios de tinta o pilas de calculadora.
Todas estas disposiciones reflejan de hecho su estado de ánimo. ¿Quiere o
no quiere ser activo y actor en clase? ¿Quiere o no quiere asegurarse la captación
de los conocimientos que le proponen? Usted evitará así el aburrimiento y pondrá
todas las posibilidades de su lado para comprender bien las lecciones.
15.2 Conserve la forma, las energías
En clase, usted trabajará solo la mayor parte del tiempo; sabe, en efecto, que
es usted sólo quien tendrá que poner en práctica, en la vida profesional, lo adquirido
durante la enseñanza. Esta implicación constante, esta tensión nerviosa, crea fatiga.
Ahora bien, es preciso que usted esté siempre en una forma óptima: ésta debe man-
tenerse hasta el final de la hora, momento en el que se resumen los puntos impor-
tantes de la lección, y, evidentemente, hasta el final de la jornada. Para ello:
• Haga provisión de energías. Además del sueño *, vigile su alimentación *.
Eventualmente, tome a media mañana (y a media tarde) una pequeña carga
energética (palotes de cereales, fruta, etc.). Relájese física y psíquicamente
entre cada clase; cambie de expresión y de ideas, rompa la tensión. Evite que
se instale en su mente una continuidad directa entre las asignaturas.
• Suprima las pérdidas de energía (vigilias prolongadas por la noche, práctica
abusiva del deporte...). Evite también trabajar con nerviosismo, tanto en su
casa como en clase.
15.3 Elimine los bloqueos
A menudo, usted mismo es la causa de un mal rendimiento de trabajo en cla-
se.
15.3.1 Si está pensando en otra cosa
Al atravesar la puerta de su centro de estudios, considere que lo único que
cuenta es su futuro. Deje en la entrada su pasado y los recuerdos de eventuales
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 81

fracasos... ¡Sea constructivo!


15.3.2 Si no ha comprendido....

15.3.2.1 Si no ha comprendido... y sabe que no ha comprendido


Pida inmediatamente explicaciones a su profesor o a su formador. Especifí-
quele el punto en que usted se bloquea, vuelva a examinar el esquema o el cuadro
malinterpretado. No espere a que el profesor siga avanzando con la lección, ya que
entonces sería más complicado volver hacia atrás. Si usted tiene miedo de parecer
ridículo por hacerle preguntas, piense que usted no es seguramente el único en es-
tar bloqueado sobre ese punto en cuestión y que, en el fondo, los demás estarán
bien contentos de su gesto. Participe, tanto para responder a las preguntas como
para plantearlas. Esto le da vitalidad a la clase. El profesor no tiene la impresión de
estar hablando en el vacío, se da cuenta de los efectos producidos, y se irá adap-
tando a las reacciones que observe.
Si las lecciones amenazan con ser particularmente difíciles, prepárelas de an-
temano con ayuda de su manual. Sea ante todo, exigente consigo mismo. Su profe-
sor observará su interés y le apoyará siempre en sus esfuerzos.
15.3.2.2 Si no ha comprendido.... y creía haber comprendido
Usted se da cuenta más tarde, en el momento de hacer un ejercicio o de te-
ner que explicar usted solo un razonamiento, de que no encuentra la manera de
hacerlo. Repase entonces el trabajo de memorización *, particularmente los indicios
* de recuerdo. Si no ha comprendido nada de uno o de varios pasajes esenciales de
la lección, haga que se los expliquen de nuevo de manera diferente, bien el profesor,
bien un compañero; repase entonces todos los conocimientos relacionados con esta
lección. Verifique bien esta vez su nuevo saber (ver Capítulo 8: “El salto intelectual”).
15.3.3 Si no consigue retener la lección
Interróguese sobre su comportamiento mental en clase. Usted debe comen-
zar allí su trabajo de memorización. Para ello, implíquese, piense que todo lo dicho
en clase se lo van a preguntar en el futuro. Haga trabajar, entonces, a su memoria
visual y auditiva.
Esté atento; registre y repase en su cabeza de manera consciente, justo an-
tes de salir de clase, las imágenes y los sonidos de las ideas principales o de las
diferentes etapas que hay que seguir. Reviva esa misma tarde la clase con ayuda de
sus apuntes.
15.3.4 Si rechaza, consciente o inconscientemente, al profesor
Usted no confía en él, piensa que su discurso es incompleto o poco interesan-
te. No pierda por ello su tiempo. Capte todo lo que se diga y complete la lección,
bien allí mismo, bien más tarde en su casa. Piense que usted debe sacar el máximo
partido de las posibilidades que se le ofrecen en un momento determinado, inde-
pendientemente de que la personalidad de su profesor le agrade o no. De manera
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 82

general, confíe, sin embargo, en sus profesores. Acoja sus conocimientos, sus
ideas, sin apriorismos, sin bloqueos. Curiosidad intelectual, escucha, mentalidad
abierta, favorecerán su progresión. Hágale preguntas a su profesor, dialogue con él
de forma constructiva: ¡comunique! La comprensión, el interés, la simpatía, crean
vínculos: la idea de un trabajo ingrato y obligatorio se va disipando así poco a poco.
15.3.5 Confíe en su profesor
Sea consciente de todo lo que el profesor o el formador le aporta personal-
mente. Usted tiene al alcance de la mano a un profesional, un especialista está a su
disposición. Saque partido de los campos de competencia de este guía o de este
asesor que:
• conoce las partes más importantes del programa y le indica las articula-
ciones y los matices;
• le aconseja a usted en la elección de obras, corrige sus errores, las com-
plementa, las actualiza;
• adapta y divide el trabajo con arreglo a las necesidades de usted y le pre-
para una progresión a su medida;
• descompone los conocimientos en elementos más asimilables, los analiza
y se los explica de acuerdo con sus capacidades naturales, visuales o au-
ditivas, simplificándole la tarea, y sabe cómo ayudarle a comprender y a
aprender;
• efectúe las síntesis y las comparaciones necesarias entre los diversos co-
nocimientos y le enseña cómo aplicar a continuación dichos conocimien-
tos;
• verifica sus adquisiciones, le corrige, le apoya y le estimula en el esfuerzo
para que alcance usted su completo desarrollo;
Observaciones: Diferentes razones pueden justificar el recurso a una ense-
ñanza por correspondencia o a las lecciones particulares: estar excesivamente flojo
en una asignatura, tener un ritmo personal demasiado lento, una enfermedad... Las
clases pueden ser onerosas, pero razone siempre en términos de inversión, pueden
permitirle salvar un año, particularmente, un año bisagra. No espere a que una si-
tuación se degrade de una manera catastrófica. Usted puede trabajar en colabora-
ción con su profesor habitual. Él le dará consejos para progresar y así superar su
retraso, le recomendará un libro o un manual, series de ejercicios, las lecciones im-
portantes que debe repasar, etc. Infórmese sobre la experiencia de la persona que
se le ofrece para darle clases. Establezca con ella un programa preciso con plazos
bien determinados. Aproveche al máximo la presencia de su profesor particular, ex-
plíquele lo que comprende, hágale toda clase de preguntas sobre lo que le resulte
complicado: dialogue. Aplique sus consejos entre cada lección, entrénese y haga
que le verifique después su trabajo: sea, una vez más, activo. Siga los consejos pre-
cedentes para clases particulares en la que los alumnos son poco numerosos, in-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 83

fórmese particularmente sobre la seriedad de esta ayuda.

RECUERDE:
• Prepare las clases echando una ojeada rápida al manual a fin de sensibili-
zarse. Comprenda siempre lo que escribe y sea riguroso en la toma de
apuntes.
• Haga trabajar a su memoria visual y auditiva. Asimile al máximo durante
las clases identificando la trama, los puntos esenciales o útiles, así como
los pasajes difíciles; vuelva a repasar brevemente las ideas principales al
finalizar la clase, esto le ahorrará una parte del trabajo en casa. Esto es
fundamental para tener éxito.
• Rompa la monotonía; por supuesto, esté atento, pero sobre todo, sea acti-
vo. No se salte nunca una clase, sígala siempre con interés, ya tendrá la
oportunidad de sacarle provecho.
• Al finalizar la clase, relájese, efectúe un encuadre mental para estructurar
lo que acaba de aprender.

16. SABER TOMAR APUNTES

EN POCAS PALABRAS....
La toma de apuntes requiere y desarrolla atención y espíritu de síntesis. Se debe efectuar con el máximo esmero, a fin de
preparar la memorización.

1. El material necesario

Utilice hojas perforadas DIN A4 y escriba solamente por el anverso.

2. La toma de apuntes

• Se debe poner siempre de relieve la trama, el hilo conductor de la clase, de la manera más visual posible.
• Se debe extraer y anotar lo esencial, es decir, las ideas clave.
• Utilice el estilo telegráfico y las abreviaturas.

La toma de apuntes requiere una gran participación, ya que exige y desarrolla


importantes cualidades intelectuales. Intervienen simultáneamente: la atención *, la
concentración incluso, para no perder de vista el objetivo y lo esencial de la lección,
la comprensión, el razonamiento y el espíritu de síntesis, para no seleccionar más
que las ideas principales. Esta comprensión de la clase, unidad a la claridad de la
presentación, permite a la memoria iniciar su asimilación. Normalmente, a la salida
de la clase, usted debe tener en su mente lo esencial de la lección.
La técnica de la toma de apuntes forja todas sus capacidades y, sobre todo,
gracias a la información captada, le enriquece, aumenta sus resultados y su rendi-
miento; cuanto más exactos y numerosos sean sus datos, tanto mejores serán sus
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 84

condiciones para responder a las preguntas, para resolver los problemas plantea-
dos. Saber tomar apuntes es una necesidad, no sólo durante el desarrollo de los
estudios, sino también en la vida profesional.
16.1 El material necesario
Facilitar la ulterior memorización y la eficacia de la toma de apuntes: ése de-
be ser el criterio primordial a la hora de elegir el material para utilizar en la clase.
Todas las lecciones se anotarán sobre un mismo tipo de soporte: hojas de formato
A4 (21 x 29,7); si son más pequeñas, no contienen las suficientes informaciones
para visualizar. Elija hojas blancas (preferentemente) o de un color muy claro, para
que resalte bien la escritura; prefiera las hojas cuadriculadas, en las que resulta más
fácil ordenar los elementos. Estas hojas las perforará para así poderlas introducir
luego en un clasificador de anillas. Podrá intercalar todas las fotocopias, apuntes o
lecciones suplementarias, ejercicios de entrenamiento, deberes, problemas corregi-
dos, etc., que le interesen. También le será fácil transportarlas en un clasificador de
fuelle. Una vez clasificadas y numeradas las páginas, tendrán todas las ventajas de
un cuaderno.
Escriba solamente por una cara: por el anverso (perforaciones a la izquierda).
Así, en el momento de aprender su lección, podrá tener a la vista dos o tres hojas,
dispuestas una junto a otra, y visualizar de una sola ojeada toda la estructura de esa
lección. Haga la prueba un trimestre, y comprobará cómo no necesita hacer tantos
esfuerzos para memorizar *. En el reverso de la hoja, es decir, en una página que
quedará a la izquierda del clasificador, puede usted hacer anotaciones personales,
precisiones recibidas posteriormente, abreviaturas o palabras nuevas, ejercicios
complementarios...
El inconveniente de este método es de orden económico, ya que deberá du-
plicar sus gastos en papel. Considere, sin embargo, la rentabilidad de esta inversión;
le permite ahorrar sus bienes más valiosos; las energías (le evita una fatiga inútil) y
el tiempo (puesto que usted memorizará más rápidamente). El hecho, al escribir por
una sola cara, de poder extender las hojas y tener a la vista todos los elementos que
hay que retener, desarrolla igualmente su espíritu de síntesis, cualidad preciosa para
el aprendizaje, para la preparación de los exámenes y para toda su vida activa. Este
hábito de trabajo facilita la estructuración mental.
Elija una tinta de color oscuro, azul, o mejor aún, negra (evite las tintas de co-
lores vivos, que cansan la vista). Utilice un buen bolígrafo de punta fina o una estilo-
gráfica, que permiten una escritura más clara y legible; recuerde, no obstante, que
tiene que escribir rápidamente; elija esta herramienta con el máximo cuidado, para
que le facilite el trabajo. Provéase asimismo de un rotulador corrector, que le hará
ganar tiempo y contribuirá a que la presentación de sus apuntes sea más clara.
Todo el material deberá estar listo antes de que el profesor pronuncie la pri-
mera palabra; prevea el suficiente número de hojas y de tinta para no perder nunca
el hilo de una clase (nada de bolígrafos a punto de acabarse, reglas partidas y otras
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 85

“joyas” por el estilo). Recuerde: la eficacia en la acción comienza por la elección de


las herramientas.
16.2 La toma de apuntes
El objetivo es conservar, para poder utilizarlas después, todas las informacio-
nes importantes, así como las que las sustentan. Su toma de apuntes debe cumplir
los dos requisitos siguientes:
• la legibilidad, su mejor baza para la memorización.
• la fidelidad a lo dicho, evitando que se deslicen errores, particularmente,
de trascripción numérica.
Usted debe, por una parte, poder extraer lo esencial de un discurso y, por
otra, ser capaz de anotarlo en estilo telegráfico (por supuesto, estos apuntes son
definitivos, y no los volverá a copiar en su casa).
16.2.1 La trama de una clase
La trama de una clase viene generalmente dada en el tablero, pero, en caso
contrario, usted debe descubrirla. Siga el plan del profesor o, si no, adopte la nume-
ración decimal siguiente, que tiene la ventaja de ser lógica; así, no tendrá que andar
haciendo cábalas para saber dónde se inserta tal o cual párrafo.
Ejemplo: 1.ª parte...
Cap. 1.
1 ...
1.1 ...
1.1.1. ...
1.1.2. ...
1.2. ...
Evite las sangrías, difíciles de compaginar eficazmente; es preferible poner
todos los números alineados en el margen izquierdo. Este pequeño margen permiti-
rá, si es preciso, poner señales o indicaciones (flechas, signos de interrogación...),
que marquen lo que es importante o lo que no haya entendido.
Tenga siempre presente la futura utilización de sus apuntes: facilitan la com-
prensión y la memorización. Prepárelos mediante la visualización. Usted debe des-
cubrir en sus hojas, de una rápida ojeada, la trama de una lección y poder así me-
morizarla rápidamente:
• Cada capítulo comenzará en una hoja nueva; así no los confundirá men-
talmente.
• Airee suficientemente la estructura visual de sus apuntes saltando un nú-
mero variable de líneas entre los diversos elementos de acuerdo con una
jerarquía lógica.
• Incluya muchos apartados, que le evitarán guardar demasiados datos para
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 86

memorizar.
• Favorezca la visualización con ayuda de signos, puntos, comas, guiones,
llaves, a lo largo del margen de la izquierda.
• Subraye, en su casa, todos los títulos del plan; subraye las palabras clave,
rodee con un círculo las fórmulas.
• Cuide de modo especial los esquemas, cuadros y todo lo que sintetice sus
ideas. No dude para ello en darles el espacio necesario, evite los micro
esquemas.
• Numere consecutivamente las páginas en el extremo superior derecho.
Utilice los bis, ter, quater, para las páginas suplementarias.
La presentación y jerarquización de sus apuntes deberán ser siempre racio-
nales, sencillas, directas; inspírese en los mejores manuales.
No subraye ni haga recuadros durante las clases para no perder el hilo del
discurso; hágalo en su casa. Normalmente, el plan es ya visible en su hoja. Aprove-
che los tiempos muertos para tomar regularmente perspectiva, para saber en qué
punto preciso de la lección se encuentra y cuáles son los hilos conductores. Al se-
guir constantemente la estructura, usted ya comienza a memorizarla.
16.2.2 Cómo extraer lo esencial de una clase
Extraer los elementos principales de una lección supone, en primer lugar, que
uno comprenda lo que en ella se dice. Forme, si puede, representaciones mentales,
reviva en su cabeza lo que se ha dicho (pida explicaciones a su profesor en caso de
dificultades).
Va a necesitar una gran calidad de escucha, un estado de alerta, una aten-
ción *; el problema a menudo es conseguir comprender al mismo tiempo que se to-
man apuntes.
Usted debe poder seguir la clase de principio a fin, conservando una cierta
perspectiva para extraer sus grandes líneas. Los detalles tampoco son para ello
desdeñables, ya que tienen con frecuencia una función ilustrativa. Para apartar las
ideas parásitas de su mente, anótelas al vuelo en un pequeño bloc o en las páginas
vacías de la izquierda.
16.2.2.1 Apuntes, ideas clave y palabras clave
Lo que cuenta para usted son las ideas emitidas y no su trascripción literal.
Inútil, pues, copiar literalmente todo lo dicho. Escriba exclusivamente con su propio
lenguaje, de manera telegráfica. Diversos indicios le indicarán lo que es importante:
la entonación del profesor, la repetición de determinadas fórmulas, el hecho de que
escriba en el tablero, el empleo de ejemplos, para insistir, explicar. Una palabra cla-
ve, una idea clave, deben permitirle acordarse de otras varias ideas que las desarro-
llan. Generalmente, usted las encontrará resumidas al final de la lección. Estas cla-
ves son las que debe memorizar.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 87

Ejemplo: El párrafo anterior, tomado en apuntes, quedaría así: Anotar ideas,


no literal. Lenguaje propio, telegráfico. Seguir indicios (entonación, repeticiones, ta-
blero...). Palabras clave son nuevas ideas y generalmente fin lección, deben memo-
rizarse.
16.2.2.2 Anote sistemáticamente
Además de las palabras e ideas clave, apunte:
• toda nueva idea abstracta, por ejemplo, el juicio emitido por el autor so-
bre...;
• toda demostración o razonamiento nuevos;
• todas las causas, consecuencias, objetivos, similitudes, antagonismos;
• todas las definiciones, teoremas, fórmulas, enumeraciones, nombres cla-
ve, gráficos, esquemas, cuadros;
• todas las palabras portadoras de información: nombres, verbos, cifras,
etc.;
• todos los términos nuevos: términos técnicos, nombres propios, ortogra-
fía...;
• los resúmenes, conclusiones y referencias.
16.2.2.3 No anote lo que no resulte útil memorizar
Omita lo que no guarde relación con el tema, los ejemplos para confirmar lo
ya anotado, los detalles no significativos, las repeticiones, los adjetivos inútiles, los
artículos, las preposiciones. No desdeñe, sin embargo, ciertas ideas secundarias
que son preciosas explicaciones o argumentos utilizables. Algunas clases deben,
incluso, ser anotadas prácticamente en su totalidad, dada su riqueza no reductible:
por ejemplo, ciertas clases científicas o técnicas.
16.2.2.4 Si ha perdido el hilo
Deje en blanco algunas líneas y reengánchese más adelante. No intente re-
cuperar al instante lo que se ha dicho interrumpiendo al profesor, ya que esto puede
desestabilizarle a usted para las siguientes frases y perturba la clase. Espere un
cambio de párrafo. No obstante, si su profesor va realmente demasiado deprisa, no
vacile en indicárselo, así le hará un favor a toda la clase.
16.2.3 El estilo telegráfico, las abreviaturas
Para poder anotar lo esencial del mensaje, debe usted escribir frases cortas
utilizando símbolos y abreviaturas. Suprima los nexos entre palabras, conserve sólo
los verbos o los calificativos esenciales. Prefiera siempre las representaciones visua-
les (esquemas, croquis, cuadros, ejes de tiempo...) a los largos desarrollos.
16.2.3.1 Los símbolos
Proceden generalmente de las matemáticas y son, por ejemplo:
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 88

+ más, - menos > mayor que


± más o menos < menor que
= igual a ? hasta, produce, da lugar a, implica
? distinto de ? en total
˜ aproximadamente ∀ cualquiera que sea
16.2.3.2 Las abreviaturas
Se abrevian las palabras que aparecen más a menudo. Generalmente se
conserva la primera y la última letra y, a veces, la letra del medio; se suprimen las
vocales, las últimas sílabas, ciertos sufijos. Lo fundamental para usted es reconocer
inmediatamente sus abreviaturas, que no haya confusión ni incomodidad visual al
releer sus apuntes.
¡Ojo! Las palabras que presentan dificultad ortográfica no se deben abreviar
o, de hacerlo, hay que conservar lo que plantea el problema; por ejemplo: irrevoca-
ble irrvble. Muchos jóvenes estudiantes pierden, en efecto, debido a la toma de
apuntes mal concebida, una parte de los reflejos ortográficos que tanto les ha costa-
do adquirir. ¡Esté alerta!
Ejemplo: el párrafo del apartado 2.2 trascrito antes en estilo telegráfico que-
daría así: Anotar ideas, no lit. Leng. propio, telegráf. Seguir indic. (enton., repet.,
tabl. ...). Pbras clave son nvas ideas y gral. fin lek. deben memrzar.
He aquí algunas abreviaturas comunes:

a.: antes h.: hombre


a/f.: a favor hab. :habitante
admón.: administración ib.: ibídem, en el mismo lugar
al.: alemán id.: ídem, idéntico, lo mismo
aprox.: aproximado, aproximadamente inf.: información
art.: artículo inflª.: influencia
b.º: beneficio inflº.: inflación
c.: como int.: interior
c.º: cambio intl.: internacional
c/u: cada uno inv.: invariable
cdo.: cuando it.: italiano
cf.: confer lím.: límite
cód.: código ltdo.: limitado
c.q.d.: como queríamos demostrar máx.: máximo
cta.: cuenta mín.: mínimo
cva.: cursiva min.: minuto
d.: después mtro.: maestro
d.º: derecho n.º: número
n
d.ª derecha op .: operación
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 89
doc.: documento pb.: problema
dpto.: departamento pdo.: pasado
e
: -mente (terminación adverbial) pral.: principal
e.d.: es decir s/: según, sobre
exc.: excepto s.º: servicio
fig.: figura sdad.: sociedad
fr.: francés soc.: social
fra.: factura spre.: siempre
gd.: grande tb.: también
gpo.: grupo tpo.: tiempo
gr.: griego últ.: último
gral.: general var.: variable

RECUERDE:
• Implíquese en la toma de apuntes; recogiendo datos y reformulándolos,
usted se va formando; esto representa un verdadero entrenamiento men-
tal.
• Piense siempre que el futuro usuario de esos apuntes es usted mismo;
trabaje con la mayor eficacia en clase para ganar tiempo en su casa (esta
es una de las claves de las personas que tienen éxito).

17. PARTICIPAR EN LA EXPRESIÓN ORAL

EN POCAS PALABRAS....
Usted desea responsabilizarse de sí mismo, formarse para actuar en nuestra sociedad de comunicación.

1. El origen de sus dificultades

Sus dificultades para participar (síntomas fisiológicos o psicológicos) provienen de su cerebro primitivo, inclinado a re-
producir siempre la misma estructura nefasta. Sólo su cerebro superior creará la ruptura necesaria para que usted se per-
feccione.

1. Cómo participar?

• Suéltese progresivamente; entrénese mediante una práctica regular.


• Perfeccione seguidamente su dicción y su expresión.

1. Cómo participar?

• Usted debe aniquilar el poder simbólico de esa persona sobre usted.


• Mírela a lo alto de la nariz, justo entre los dos ojos.
• Imagínela en una situación embarazosa.

Participe oralmente en las clases, pero también en el resto de la vida de su centro de estudios.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 90

Participando, usted se sentirá libre interiormente; estará en el camino de la


autonomía. Usted debe estructurarse para en lo sucesivo funcionar mentalmente de
esa manera. Al ser ese dinamismo global reconocido por los profesores, los exami-
nadores, la sociedad, la satisfacción que usted obtenga favorecerá esa actitud posi-
tiva: progresará continuamente y se autorrealizará.
A veces su expresión será torpe y puede que no interese siempre a sus pro-
fesores o a sus compañeros, pero al menos usted participa. Ya conoce la regla del
juego: aprender a expresarse. Usted debe intentar decir lo que piensa o siente. Es-
cuchando los medios de comunicación, ya habrá observado que no son desgracia-
damente las ideas en sí mismas las que seducen, sino, mucho más, la manera de
tomar la palabra y de servirse de ella. La manera de presentar las cosas, la forma,
cuenta a menudo tanto o más que el fondo.
Nuestra sociedad es una sociedad de comunicación; usted lo ha entendido y
desea influir en ella. Quiere ejercer ese poder de la palabra, del verbo. Quiere
aprender a comunicar.
17.1 El origen de las dificultades
Usted sabe que debe expresarse y comunicar, pero carece de confianza en sí
mismo. Cada vez que intenta intervenir, se desencadenan los mismos síntomas pa-
ralizantes: fisiológicos (palpitaciones, dificultades de respiración, rubor, transpira-
ción), psicológicos (pánico, imposibilidad de recordar sus ideas, de responder con
coherencia a las preguntas). Su cerebro primitivo * rechaza cualquier riesgo de dis-
gusto. ¿Ha tenido usted tal vez, en sus comienzos, una mala experiencia que le
haya bloqueado de una forma que usted creyó definitiva? ¿O bien desea usted in-
conscientemente que se sigan haciendo cargo de usted como cuando era niño? Se
han creado unas estructuras nefastas que le conducen a reproducir comportamien-
tos perjudiciales. Ya no libre de sus actos, está condicionado negativamente. Feliz-
mente, su cerebro superior * está ahí para romper ese círculo vicioso de fracaso, va
usted a tomar la palabra y a vencer en este desafío (lea atentamente el Capítulo 37:
“Adquirir confianza en uno mismo”, que es un complemento del presente).
17.2 ¿Cómo participar?
17.2.1 Soltarse
Sea prudente en su modo de actuar para evitar que se reproduzcan otras ma-
las experiencias. Tome la palabra progresivamente, yendo de lo más sencillo a lo
más difícil. Por ejemplo: fíjese como objetivo para el primer mes intervenir oralmente
una vez a la semana, en el momento en que usted lo desee más. Elija al profesor
con el que tenga más confianza o bien la asignatura que domine mejor o incluso el
momento en que el grupo sea más reducido.
Aumente progresivamente la frecuencia de sus intervenciones. Por último, a
medida que vaya progresando, intervenga más extensamente y en temas más difíci-
les.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 91

La seguridad sólo llega con la práctica. Gracias a ella, usted adquirirá con-
fianza, desarrollará, poco a poco, un dominio de la expresión y una capacidad de
improvisación.
Al principio, esto le va a costar trabajo. No busque ninguna excusa para justi-
ficar su rechazo a hablar, al contrario, fuerce los acontecimientos: reflexiones unos
instantes y, después, levante la mano inmediatamente. Una vez iniciada la acción,
todo resulta más fácil. Usted debe sentirse tan cómodo como con un compañero; de
hecho, es a él a quien usted habla. Al principio, su discurso será sin duda un poco
brusco, entrecortado. Para comenzar, repita en voz alta el principio de la frase que
ha construido en su cabeza; seguidamente, todo será más sencillo y usted simple-
mente conversará. Después de todo, en una conversación, usted no reflexiona con-
tinuamente sobre todo lo que va a decir, y las ideas le van llegando a medida que
ésta se desarrolla. En clase, con la expresión oral, proceda exactamente del mismo
modo, converse, simplemente.
17.2.2 Perfeccionarse
Cuando haya adquirido más seguridad, prepare sus argumentos escribiendo
unas notas ordenadas en un papel, lo que le permitirá multiplicar su poder de per-
suasión. No olvide responder con precisión a las preguntas planteadas.
De todos modos, su elocución debe ser lo bastante fuerte como para permitir
que le escuchen todos, y lo bastante lenta como para que cada uno tenga el tiempo
necesario de asimilar su lenguaje. Paulatinamente, cuando domine las bases de la
comunicación oral, podrá ir afinando progresivamente su expresión, variando el vo-
cabulario y cuidando la sintaxis.
No ponga el carro delante de los bueyes: lo esencial es que manifieste con
sus actos su deseo de comunicar y, al principio, es completamente normal sentirse
torpe y confuso.
17.3 Desafíe mentalmente a la persona que le intimida
Cuando una persona le impresione, considere este hecho como un desafío
más que debe vencer. Tómeselo como un juego o como un duelo; usted debe ani-
quilar el poder totalmente simbólico que concede a esa persona; debe liberarse.
No mire a su interlocutor a los ojos, sino a la parte alta de la nariz, justo entre
los dos ojos, así no se sentirá perturbado por su mirada. Recuérdelo cada vez que
tema perder su aplomo. Imagínese a su interlocutor mal afeitado, mal peinado, en
pijama o con bigudís, despojado de su personaje social, símbolo del poder que tanto
le impresiona. Así, usted irá ganando progresivamente la apuesta consigo mismo.
Los profesores apreciarán su participación reflexiva; una vez que se hayan fijado en
usted, intentarán estar más atentos a sus progresos y, como ya hemos dicho, inten-
tarán ayudarle más. Tal vez sus compañeros le envidien en secreto. Las clases pre-
sentarán para usted un interés mayor por el hecho de que se implicará en ellas
completamente. Verá entonces cómo aumentan sus capacidades de memorización
a través de esta responsabilidad, de esta experiencia personal.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 92

De esta forma, preparará por partida doble su examen; su participación será


señalada en el documento recapitulativo de sus rendimientos, y usted perfeccionará
su entrenamiento verbal.
Pero, sobre todo, usted se dotará así de unas armas que le servirán más ade-
lante para defender sus ideas, sus intereses. Aprenderá a hacer uso de la palabra y
a servirse de ella profesionalmente.

RECUERDE:
• Al participar, usted implica a su cerebro primitivo, el de la emoción, todas
las puertas de la atención están abiertas, la memorización está al máximo:
esto explica en parte por qué los que tienen éxito intervienen generalmen-
te mucho en las clases.
• La palabra proporciona un poder a quien la domina; aprenda a utilizarla.
Participe también en las actividades de su centro de estudios, asuma res-
ponsabilidades. Estas acciones, bien llevadas, forman su personalidad y le
dotan de unas armas muy poderosas.

18. LA TÉCNICA DE LA EXPOSICIÓN ORAL

EN POCAS PALABRAS....
Este entrenamiento en la comunicación oral revela y desarrolla muchos conocimientos y destrezas; facilita igualmente la
memorización de la información presentada.

1. La preparación

• Para buscar la información: consulte, a partir de las palabras clave, los ficheros del centro de documentación o de la
biblioteca y extraiga después las ideas esenciales formuladas en los documentos básicos.
• Ordene el conjunto dentro de un plan lógico.
• No redacte la exposición oral.

2. La presentación

Presente u plan. Sea tan claro tanto en su procedimiento como en la expresión y el contenido; manifiéstese lleno de vida
y conserve su naturalidad.

La exposición oral presenta numerosos puntos de interés. Este difícil ejercicio


permite en primer lugar entrenarse en el uso de la palabra. También revela y desa-
rrolla diversas capacidades: capacidad de análisis de la información, para buscar y
retener únicamente la que le resulte pertinente, pero también capacidad de síntesis,
para presentar de forma clara un desarrollo en respuesta a los problemas plantea-
dos.
La exposición oral asegura, además, la memorización de los datos presenta-
dos. A causa del fuerte valor emocional que se concede a este ejercicio, el cerebro
primitivo * abre de par en par las barreras que obstaculizan la atención *. La implica-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 93

ción personal es total: usted sabe que deberá dar cuenta de sus conocimientos ante
todo un auditorio.
18.1 Preparación de la exposición oral
18.1.1 La búsqueda de la información
Elija preferentemente el tema en función del interés que éste despierte en us-
ted; asegúrese, sin embargo, de que podrá disponer de un fondo de documentación
que le permita tratarlo convenientemente. Defínalo bien de principio. No pierda el
tiempo antes de ponerse manos a la obra, ya que después tendrá que dejarlo que
se decante al menos una semana.
Comience por plantearse algunas preguntas sobre el tema elegido, busque
las palabras clave y sus sinónimos, luego, a partir de esos indicios, encuentre la do-
cumentación utilizando la que usted posee, pero, sobre todo, sirviéndose de los fi-
cheros de los centros de documentación y de las bibliotecas (ver Capítulo 26). No
olvide tampoco las enciclopedias. Si trabajan entre varios, repártanse la tarea de
una forma racional (no trabajen dos sobre la misma cuestión).
Una vez encontrados los documentos, écheles una ojeada (ver Capítulo 27:
“Leer eficazmente”) para anotar únicamente las ideas clave que le interesen. De na-
da sirve copiarlo todo palabra por palabra. Anote los elementos interesantes en unas
hojas y clasifíquelas en diferentes apartados según la cuestión tratada. Seleccione
sus datos según su coherencia y su utilidad para el asunto que deba tratar. Localice
los ejemplos, las ilustraciones más reveladoras; retenga las referencias bibliográfi-
cas.
Pregúntese cómo interesar de modo particular a las personas que le escu-
chan. Utilice anécdotas, fotos, documentos... Para el principio de su exposición, re-
serve un punto fuerte que pueda despertar el interés o incluso la curiosidad de su
público.
18.1.2 La construcción del plan
Inspírese en los consejos dados para la construcción de una disertación (ver
Capítulo 40). Elija siempre el plan más lógico, el menos artificial; así todos podrán
seguir el eslabonamiento de sus desarrollos.
18.1.3 La redacción de la exposición
Dejando a un lado eventualmente la introducción, no redacte lo que va a de-
cir. Anote simplemente en un papel su plan bien claro y, dentro de este marco, todas
las ideas clave en forma de etapas. De hecho, no tenga a la vista más que la arqui-
tectura y un resumen consistente. No construya frases, para no sentir la tentación de
leerlo todo palabra por palabra, el efecto sería catastrófico (si siente realmente mu-
cha ansiedad, redacte sucintamente algunos puntos delicados; pero deje ese trabajo
a un lado, ya que solamente debe servirle de “rueda de respuesto” en caso de blo-
queo).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 94

Entrénese en una reunión con compañeros o amigos para presentar la cues-


tión a partir de sus notas, pero sin aprenderla de memoria. Cronométrese; aclare,
eventualmente, esas notas; utilice colores, trazos gruesos, para distinguir mejor las
diferentes partes. Coloque, en las obras que pueda tener que citar, separadores de
papel, eventualmente, numerados. Finalmente, prevea un tiempo suficiente para
responder a las preguntas, o bien, si tiene la posibilidad, para abrir un debate.
18.2 Presentación de la exposición oral
Ordene bien sus notas, las obras que vaya a necesitar, y tenga a la vista un
reloj para controlar el tiempo.
En la medida que le sea posible, distribuya una fotocopia en que se recoja el
plan de la exposición y todas las indicaciones complementarias útiles: un mapa, de-
finiciones, bibliografía... Antes de hacer la presentación de su exposición, indique su
plan en el tablero, de manera clara y legible para todos. Espere para comenzar a
que todos estén preparados. Comience presentando con claridad el tema, indique
por qué lo ha elegido y anuncie sus diferentes partes (puede leer algunas frases que
tenga redactadas para comenzar).
Mire seguidamente a los asistentes, pero sin fijar su mirada en nadie en parti-
cular; recorra con la mirada el fondo de la sala, de un extremo al otro; olvídese del
profesor, usted está hablando a su público. Su plan debe servirle de guía; usted ha
asimilado bien las ideas y su pensamiento se desarrolla normalmente. Muéstrese
natural, relajado, sonría de vez en cuando, sea usted mismo. Adopte simplemente
un ritmo de palabra más lento que el normal; articule y hable lo bastante fuerte para
que se le comprenda bien y para que sus interlocutores tengan tiempo de tomar
apuntes. Tómese también tiempo para respirar profundamente, eso le relajará. Siga
a su público con la mirada y adáptese a su ritmo.
Elija un estilo más parecido al estilo hablado que al escrito, pero sin ceder a la
vulgaridad. Sus frases deberán ser cortas; su vocabulario, corriente sin ser trivial.
Evite los tics, los silencios demasiado ostentosos. Sea claro en la forma y en el fon-
do. Permanezca constantemente animado, dinámico, convincente y expresivo. Varíe
su entonación, utilice pausas o anécdotas para romper la monotonía.
Recuerde regularmente el punto en el que se encuentra el desarrollo de su
plan (indique cada cambio de parte, eventualmente, mediante un simple movimiento
en el tablero). Resuma lo que acaba de exponer antes de abordar el siguiente punto,
presente lo que vendrá a continuación. No vacile en repetirse variando los términos.
No olvide que una idea importante debe siempre repetirse tres veces: una primera
vez indicando que se va a mencionar, una segunda desarrollándola y una tercera
resumiéndola. Así, todos podrán captarla.
Utilice el tablero para anotar en él los nombres propios, los términos técnicos
o las cifras clave; ¡cuidado con estas últimas, pues aburren rápidamente! (en lugar
de datos en bruto o de números, utilice más bien comparaciones ilustrativas y con-
vincentes).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 95

Su conclusión será breve y dinámica; debe recoger el conjunto de los desa-


rrollos en unas cuantas frases importantes. Comparta con el público su interés por el
tema y cáusele una fuerte impresión. Su última frase podrá ser una pregunta capaz
de suscitar un debate.

RECUERDE:
• No tema la exposición oral; usted será siempre el principal beneficiario.
Por una parte, el tema que haya escogido quedará definitivamente graba-
do en su memoria, por otra, y sobre todo, puede que usted descubra sus
aptitudes para la expresión, para la comunicación; hablar en público se
convertirá entonces en un auténtico placer.

19. TRABAJAR EN GRUPO

EN POCAS PALABRAS....
Aunar nuestras aptitudes con las de los demás puede permitirnos progresar más rápidamente y más agradablemente.

1. El interés

El trabajo en grupo:

• permite entrenarse en la comunicación.


• facilita la comprensión y la memorización.
• multiplica la productividad individual.
• por último, desde un punto de vista afectivo, desbloquea ciertas situaciones de fracaso o de desvalorización perso-
nal.

2. Las condiciones de eficacia

• Elegir al compañero de trabajo en función de lo que éste pueda aportar.


• Mostrarse afectivo y respetuoso con el plan de trabajo definido.

De una manera general, el trabajo en grupo es, sobre todo, un complemento al trabajo personal.

El trabajo en grupo (es decir, entre dos o más) puede ser muy útil si se ha
preparado bien; en ningún caso debe improvisarse.
19.1 El interés
El trabajo en grupo resulta provechoso por varias razones:
a) Para salir de un bloqueo. La información externa proporcionada por los
otros miembros del grupo permite generalmente completar unos datos in-
suficientes o reorientar un procedimiento mal comenzado. Es una fuente
de estímulo. En período de desánimo, para recuperar la moral; el hecho
de afrontar con otros la misma tarea, permite tomar una cierta perspectiva
con respecto a los propios problemas e incita a entregarse al trabajo.
b) El trabajo en grupo debe asegurar un efecto de sinergia. Agrupándose, se
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 96

produce proporcionalmente más. Los datos intercambiados se vuelven


complementarios, las cuestiones complejas se resuelven más fácilmente.
c) Facilita la comprensión. El hecho de explicarle alguna cosa a alguien nos
obliga a aclarar nuestro propio enfoque intelectual, a descubrir y corregir
nuestros errores, a precisar nuestro pensamiento.
d) Permite una mejor memorización *. El contacto con los demás produce
una implicación afectiva; la memoria conserva una huella de esta expe-
riencia y registra más fácilmente las reformulaciones efectuadas por cada
uno en su propio lenguaje.
e) Es un buen entrenamiento en la comunicación *. El intercambio, aunque
sea con un amigo, es un medio de prepararse tanto para el examen escri-
to como para el oral: esquematizar y estructurar nuestras ideas para
hacernos entender, requiere un esfuerzo de adaptación, una mentalidad
abierta, un cuestionario de la propia forma de pensar.
Por todas estas razones, el trabajo entre dos o entre varios resulta ser un
buen método para progresar, a condición de que esté bien enfocado y dirigido.
19.2 Las condiciones de la eficacia

a) La elección del compañero o compañeros debe efectuarse en función de


varios elementos, el primero de los cuales es la buena armonía, a fin de
poder comunicar fácilmente y de forma relajada y amistosa. No se con-
forme, sin embargo, con esta única condición. Intente encontrar un
compañero de equipo que le complemente, que pueda aportarle algo. Este
intercambio ha de ser enriquecedor para ambos. Que su interlocutor esté
lo bastante motivado para ser activo, pero tenga cuidado de que su ritmo
no sea demasiado rápido para usted; en ambos casos, no pierda su
tiempo. Sólo la práctica le permitirá saber lo que va a ocurrir.
b) Decida reunirse sólo cuando sea realmente necesario: por ejemplo, para
entrenarse con unas miras precisas o bien para resolver determinadas di-
ficultades; en caso contrario, sus reuniones acabarán convirtiéndose en
sesiones de charla fútil.
c) Preparen esta sesión cada uno por su lado, por ejemplo, repartiéndose la
documentación que hay que reunir, comenzando ya los ejercicios, redac-
tando algunas partes de la exposición... Ustedes deben saber, al comen-
zar su reunión, dónde se encuentran concretamente las dificultades.
d) Sea activo. A lo largo de esta sesión de trabajo, todos deben tener la posi-
bilidad de expresarse: plantéense preguntas, intercambien sus fichas de
revisión...
e) Respete un plan de trabajo y un horario preciso, siga el avance de sus
trabajos, saque conclusiones de los ya realizados; de no ser así, ustedes
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 97

correrán el riesgo de desaprovechar su tiempo y de verse obligados a fijar


otra reunión...
f) Resérvese el trabajo de expresión escrita; la redacción de los trabajos no
puede concebirse de otro modo.
g) Generalmente, resulta mejor no ser más de dos para trabajar; pueden, no
obstante, reunirse tres para las exposiciones orales o cuando las cuestio-
nes que se han de resolver sean realmente complejas. Evite superar este
número: si no, siempre penderá sobre ustedes el peligro de la dispersión
y, rápidamente, los inconvenientes superarán las ventajas. De todos mo-
dos, desconfíe de los “efectos de estructura”: un grupo demasiado grande
pasa más tiempo definiendo cómo debe trabajar que trabajando realmen-
te...

RECUERDE:
• El trabajo individual es siempre preferible para descubrir uno mismo una
nueva lección y las dificultades que ésta presenta, para asimilar y para
memorizar. Cuando sepa exactamente qué es lo que le plantea un pro-
blema, recurra al trabajo en grupo, pero únicamente como complemento al
trabajo personal.

20. COMUNICAR

EN POCAS PALABRAS....
Comunicar, o sea, recibir y emitir, comprender y hacerse comprender, permite adaptarse a la realidad o influir sobre ella.

1. El emisor, el mensaje, el destinatario

Sepa siempre lo que se espera de usted; ajuste exactamente su respuesta, su mensaje, al destinatario

2. El lenguaje o código de la información

Usted debe saber utilizar el lenguaje particular de cada disciplina.

3. El canal o soporte

Evite cualquier clase de parásitos en su expresión escrita u oral; debe usted ser claro y comprensible.

4. El efecto de retroacción

Tenga siempre en cuenta los juicios emitidos sobre su primera acción antes de lanzarse a la siguiente; ese es el modo de
progresar.

Imagine que usted acaba de redactar un trabajo. Dos actitudes son entonces
posibles; o usted considera que ha terminado su labor (sólo espera la nota, dispues-
to, eventualmente, a protestarla si es mala), o bien usted se dice que la corrección
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 98

forma igualmente parte integrante de su entrenamiento, de su aprendizaje.


De hecho, las diferentes informaciones recibidas durante esta corrección van
a permitirle darse cuenta de sus errores, rectificarlos y poder así progresar. El profe-
sor, por su parte, a la vista del trabajo que usted ha realizado, podrá darse cuenta
también de sus problemas de adquisición de conocimientos, y adaptará las clases a
sus necesidades y a las del grupo. La comunicación nos abre a la realidad, nos ayu-
da a conocerla, a adaptarnos a ella e incluso transformarla.
Comprender y hacerse comprender: todos los estudios se basan en esta do-
ble formación. Recibir y emitir, en eso consiste de hecho la comunicación. Interesar-
se por ésta es interrogarse sucesivamente sobre el emisor (usted mismo), sobre el
destinatario o destinatarios (sus profesores), sobre su mensaje (el contenido de su
respuesta o de su pregunta), sobre el lenguaje o código (es decir, su expresión); fi-
nalmente, es plantearse preguntas sobre el soporte o canal de la información (el
trabajo que va a redactar o su intervención oral).
20.1 El emisor, el lenguaje, el destinatario
La iniciativa de la comunicación la tomará generalmente su profesor. Por
ejemplo, él le pedirá que resume en quince líneas como máximo un artículo de
prensa. Comience, en primer lugar, por leer nuevamente lo que se le solicita para
estar seguro de responder adecuadamente: el término “resumir” no tiene el mismo
significado que “comentar”; no se confunda sobre la tarea exigida y, lo que es menos
evidente, no supere las quince líneas. Su mensaje debe ajustarse siempre con pre-
cisión a la consigna, que, en el ejemplo presentado, es doble (resumir en quince
líneas). Así, el contenido de su trabajo se adaptará exactamente a las exigencias y a
los límites definidos por el destinatario.
Tal vez su cerebro sienta deseos de responder según su costumbre, de re-
producir comportamientos anteriores (por ejemplo, comentar el artículo). Para evitar
ese error, usted debe tener presente en cada ocasión el objeto de su mensaje (por
lo tanto, leer detenidamente el tema solicitado). De no actuar así, usted puede co-
meter el defecto más grave, el que consiste en no responder a lo que se le ha pedi-
do (el salirse del tema).
Ejemplo: Imaginemos que usted compra un casete. Usted no admitirá que le
vendieran con una cierta etiqueta otra grabación diferente de la que buscaba. ¡Lola
Flores en lugar de Michael Jackson! Usted volvería corriendo a la tienda para exigir
que le devolvieran su dinero. La reacción de profesor o del corrector ante algo “que
no viene al caso” es idéntica: todo lo que hará será devolverle a usted su mensaje
sin interesarse por él.
Tanto en situaciones de aprendizaje como en las de la vida cotidiana, sepa en
primer lugar qué es lo que se espera de usted. Adapte exactamente su respuesta a
las exigencias y a los límites definidos por el solicitante.
Póngase en el lugar del destinatario. ¿Qué es lo que quiere? ¿Qué contenido
hay que presentarle? ¿Bajo qué forma lo quiere? Abandone para ello su subjetividad
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 99

y tenga la mente lo más abierta posible.


20.2 El lenguaje o código de la información
Cada destinatario (en este caso, cada profesor o corrector) practica el lengua-
je de su disciplina e intenta enseñárselo a usted. Él espera que usted se exprese
recurriendo a ese lenguaje en cuestión. Por ejemplo: si se trata de su profesor de
matemáticas, le va a exigir la utilización de símbolos, de teoremas, de técnicas de
demostración determinadas. Los controles van a referirse a lo que él le ha enseña-
do, a ese lenguaje particular. Usted no puede permitirse utilizar ningún otro, aunque
especifique su sentido o significado. Así, en un trabajo, no emplee el lenguaje oral
familiar, pues no es ése el que su profesor le ha enseñado.
20.3 El canal o soporte
Imagine que acaba de comprar otra vez un casete de música favorita. ¡Sor-
presa! Al escucharla, usted se da cuenta que presenta un cierto número de defectos
técnicos que la hacen inaudible (se trata, de hecho, de una cinta pirata de calidad
más que dudosa). Pregúntese usted igualmente si su expresión no estará parasitada
por problemas específicos:
• expresión escrita: escritura ilegible, ortografía exótica, vocabulario y estilo
inadecuados, disgresiones inútiles...;
• expresión oral: silencios, titubeos, baches, despropósitos, precipitaciones,
tics de lenguaje (eee..., bien, o sea..., ¿no?, bueno...), etc.
Sea siempre claro y lógico; en una palabra, comprensible, de forma que su
destinatario le reciba siempre perfectamente y que aprecie plenamente su dominio
del tema.
20.4 El efecto de retroacción
Para verificar la calidad de la recepción y la exactitud de su mensaje, tenga
bien en cuenta el retorno de la información, es decir, la corrección hecha a su traba-
jo. Usted deberá fundarse en la corrección que le proporciona su profesor cuando,
más adelante, tenga que redactar otro trabajo, otro mensaje.
En la figura, su segunda acción (3) estará modificada por la información de
retorno (2) suscitada en la primera acción (1). Usted efectúa una auto corrección.
Este proceso, basado en la información de retorno, se llama retroacción (feedback).
Todos sus progresos se apoyarán en ese funcionamiento en bucle. En cada oca-
sión, usted se perfeccionará y se volverá cada vez más eficaz.
Busque las ocasiones de comunicación y de control, y esté muy atento a los
mensajes de retorno. Evalúe constantemente su acción para mejorarla (ver Capítulo
10: “Progresar gracias a los errores”).
A través de este triple movimiento, emisión del mensaje, recepción de una
respuesta y nueva emisión después, es como se construyen y se consolidan las
nuevas estructuras mentales.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 100

El efecto de retroacción:
----------- (1) Primer trabajo --------------------------
Emisor <------------(2) Corrección------------------- Destinatario
(usted mismo) (el profesor)
----------- (3) Segundo trabajo ---------------------

RECUERDE:
• La comunicación, una vez que usted la domine, revela sus cualidades de
análisis, de comprensión de la realidad y su aptitud para influir sobre esa
realidad.
• Comunicar es salir de uno mismo. No permanezca obnubilado consigo
mismo; ábrase al destinatario; reaccione sólo en función de éste.
• Recíprocamente, cuántas más informaciones comprensibles, procedentes
de usted, reciba su interlocutor, más comprenderá y más capaz será de
responder a las necesidades que usted le plantee; más capacitado estará
para compartir su saber. Así, la comunicación es una fuente constante de
evolución hacia el conocimiento.

21. EL LENGUAJE

EN POCAS PALABRAS....
El lenguaje no es sólo una forma de reconocimiento y un medio de transmisión de las ideas, sino también un instrumento
para estructurar el pensamiento.

1. El lenguaje, instrumento de conocimiento

El lenguaje nos permite acceder a las riquezas de una disciplina; gracias a él, usted puede actuar de manera autónoma y
descubrir nuevas capacidades mentales.

2. El lenguaje, instrumento de desarrollo

A través del lenguaje las ideas nacen y se ordenan.


Cuanto más complejo es el lenguaje, más se desarrolla el cerebro.

3. ¿Cómo aprender mejor un lenguaje, una lengua?

Utilice concretamente símbolos y reglas; exprésese y actúe sirviéndose de ese código.

Entre amigos, entre compañeros, ustedes se reúnen generalmente por afini-


dades; para comunicarse, ustedes utilizan el mismo código: palabras de argot, forma
de comportarse, vestimenta, son idénticas. Ese código facilita la comprensión mu-
tua. Demuestra también su adhesión al grupo, y los que no lo poseen no se mezclan
con ustedes. A menudo, los problemas entre instituciones de enseñanza y los alum-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 101

nos o estudiantes provienen de ese código, del medio de comunicación, es decir, del
lenguaje. Aunque con su familia, con sus compañeros, y, más generalmente, duran-
te todos sus ratos de ocio, usted utilice un lenguaje familiar, en clase debe abando-
narlo y reemplazarlo por uno o varios códigos diferentes:
• Códigos gráficos: conjunto de símbolos, de signos y de reglas que asocian
diferentes elementos. Ejemplo: la escritura del alfabeto, del vocabulario y
de la gramática.
• Códigos fonéticos: conjuntos de pronunciaciones. Ejemplo: pronunciar fo-
néticamente en inglés “lesen” por “lesson”; en matemáticas “dos elevado a
(la potencia) tres” por 23.
21.1 El lenguaje, instrumento de conocimiento
Cada campo del conocimiento tiene su lenguaje propio; así, en la física, se
utilizan símbolos para representar las fuerzas, el trabajo, la energía...
Desarrollar los conceptos y las aptitudes en un campo determinado requiere
un dominio de su código, de su lenguaje. Cuando usted conoce las reglas y los sím-
bolos puede descubrir todas las riquezas del universo del álgebra, del solfeo o de la
programación. Un abanico de conocimientos se abre ante usted.
Utilizándolos, usted también puede ampliar su acción. Dominando las repre-
sentaciones del mundo, usted tiene la posibilidad de influir más y mejor sobre él. Así,
gracias a la comprensión de un esquema eléctrico, usted consigue arreglar su moto;
o bien, en otro campo, usted analiza una oferta de crédito o un contrato laboral.
El lenguaje proporciona autonomía. Cuando posee las reglas y las palabras,
puede comunicar sin necesidad de ayuda. Se vuelven posibles las descripciones,
explicaciones, diálogos, con el especialista o el grupo que utiliza ese lenguaje.
Aprender es, en primer lugar, asimilar los códigos que permiten comprender los co-
nocimientos y a las personas que lo utilizan (matemáticas y matemáticos, por ejem-
plo).
21.2 El lenguaje, instrumento de desarrollo
Este aprendizaje de lenguajes es, en sí mismo, formativo; desarrolla, en efec-
to, las estructuras * mentales adecuadas para que merced a ellas usted pueda des-
cubrir sus posibilidades.
a) Nacimiento de las ideas: Las ideas toman forma y se desarrollan cuando
se expresan. A menudo, defendiendo nuestro punto de vista frente a argumentos
serios es como encontramos nuevas ideas o cómo éstas se afirman.
b) Ordenación de las ideas: Todo verdadero lenguaje exige un ordenamiento,
una clasificación de las ideas, una elaboración del pensamiento. Hay que analizar,
sintetizar, a fin de ordenar y aclarar las ideas. Todos sabemos que no se puede te-
ner una conversación o redactar un trabajo sin un mínimo de lógica.
c) Estructuración del pensamiento:
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 102

• Cuanto más complejo sea el lenguaje, tanto más ricas será la organización
del cerebro (las estructuras mentales).
• Cuanto más desarrollado esté el lenguaje, más posibles resultarán los in-
tercambios, más fácil será comunicar un saber, una experiencia, un pen-
samiento (es posible, por ejemplo, encontrar nuevas formas de presentar-
los para hacerse comprender); también resulta más fácil, como sabemos,
recibir y adquirir conocimientos (por tanto, perfeccionar el lenguaje).
• Por último, cuanto más rico es el lenguaje, tanto más fácil resulta resolver
problemas, abstraer nuestra representación del mundo, desarrollar al
máximo las capacidades mentales.
21.3 Aprender un lenguaje o una lengua
El aprendizaje de un lenguaje, de una lengua, exige la asimilación de sus
símbolos (por ejemplo, las letras y las palabras) y de sus reglas (como la construc-
ción de frases).
• La primera etapa se basa en el aprendizaje de las definiciones y de las ca-
tegorías, es decir, en la memorización del código. Así se aprenden las re-
glas gramaticales, las definiciones, las categorías matemáticas...
• La segunda etapa consiste en utilizar ese código, bien con motivo de de-
terminadas aplicaciones, bien en situaciones concretas: por ejemplo, re-
dactando una disertación, resolviendo un problema algebraico, sin olvidar
corregirse a continuación.
¿Qué lugar conceder a cada una de estas etapas? ¿Cómo, gracias a ellas,
aprender del mejor modo posible un lenguaje, una lengua? Para algunos, estas dos
fases son indispensables; para otros, la segunda etapa genera automáticamente la
primera; por ejemplo, un niño, por el solo hecho del entorno y en unas pocas sema-
nas, puede aprender una lengua extranjera cuando se le traslada a otro país.
La situación vivida es siempre preferible a la aplicación artificial; provoca una
auténtica asunción del lenguaje, de la lengua.
Como ya hemos visto (Capítulo 6: “El proceso de aprendizaje”), el hecho de
tener que resolver problemas concretos, de tener que experimentar por uno mismo,
abre las puertas de la atención. El cerebro primitivo busca la información cuando
sabe que el organismo está personalmente implicado: la motivación es total. Ade-
más, toda experiencia * realmente vivida encuentra o una aprobación que la refuer-
za o una contradicción que la elimina. Un lenguaje, una lengua, se forman a través
de los intentos y los errores sucesivos, con la práctica.
Hay, pues, que provocar las situaciones de utilización personal para fijar la
adquisición de esos códigos recientemente adquiridos:
• Para las lenguas extranjeras: lecturas, ver películas en versión original,
buscar la conversación con los autóctonos, cursos en el país.
• Para la lengua propia: lectura de la prensa, de textos antiguos o modernos
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 103

que nos agraden; redacción de diferentes tipos de correspondencia, artí-


culos en los periódicos o publicaciones del centro de estudios; hacer uso
de la palabra en clase, en grupo, en público.
• Para las matemáticas, utilización de las reglas en aplicaciones cotidianas
o científicas.

RECUERDE:
• Todo aprendizaje de un lenguaje, de una lengua, de un código, pasa por
su uso. Sólo éste permite verificar su asimilación. En realidad, el objetivo
no es conocer el funcionamiento de un código, sino, mucho más, aplicarlo,
resolver problemas, influir, gracias a él, sobre la realidad.

22. LA GRAMÁTICA

EN POCAS PALABRAS....
Tener problemas con la gramática está lejos de ser inevitable. También en este campo puede usted progresar.

1. El interés de la gramática

Ser bueno en gramática permite, en primer lugar, hacerse comprender mejor, pero es también una necesidad para prose-
guir los estudios o triunfar en una profesión.

2. Rompa sus antiguas estructuras mentales.

Con paciencia y método, usted puede corregirse.

3. Construya nuevas estructuras


• No se culpe.
• Sea lógico y sírvase de su manual.
• Olvide a veces su sentido común cuando existan justificaciones históricas.
• Memorice.

Relea sistemáticamente sus escritos.

Cada lengua posee su código, que se halla contenido en una gramática. Ésta
se aplica tanto a nivel de lengua hablada como escrita, y se divide en tres partes:
• el vocabulario, es decir, el conjunto de palabras que pertenecen a la len-
gua (la ortografía es la forma de escribirlas correctamente);
• la morfología, o la naturaleza y la forma de las palabras, permite, por
ejemplo, reconocer que tal verbo está en la segunda persona del plural.
• la sintaxis, es decir, la relación de las palabras entre sí: por ejemplo, la
concordancia de ciertos términos entre sí.
22.1 El interés de la gramática
Aceptado por todos para comunicar, este código se impone a cada uno de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 104

nosotros. El no respetarlo aleja del grupo de los usuarios y acarrea numerosas des-
ventajas: el desconocimiento o desprecio de este código puede dar lugar a confu-
siones o contrasentidos; el destinatario tropieza igualmente con las faltas y deja de
seguir el hilo de lo que usted le expone (por otro lado, acabará dudando de las ca-
pacidades de quien así se expresa).
22.2 Rompa sus antiguas estructuras mentales
Con el paso del tiempo se han ido creando en usted algunas malas estructu-
ras * mentales. Ante unos fracasos sucesivos, un bloqueo o un rechazo inconsciente
de la gramática, de la ortografía, se pueden perpetuar en usted. El cerebro primitivo
* rechaza toda apertura, todo intento de comprensión, por miedo a un nuevo fraca-
so. Se limita a indicarla a usted su falta de capacidad, haciéndole creer que no hay
nada que hacer.
Esto no es cierto. Comience por romper esa estructura mental antes de co-
rregirse. Cualquiera, con un poco de paciencia y de método, puede enorgullecerse
de una ortografía correcta. Decida, de una vez por todas, no arrastrar más ese las-
tre. Rechace ese determinismo, responsabilícese de usted mismo: ¡reaccione!
22.3 Construya nuevas estructuras
En primer lugar, desculpabilícese. Olvide ahora los malos recuerdos. Usted
cometía errores y no faltas (¿Por qué se habla siempre de faltas de ortografía, y no
de faltas en matemáticas? ¿Por qué mezclar la moral en este asunto?). Las reglas
gramaticales y la ortografía evolucionan, de hecho, como toda estructura viva.
En segundo lugar, ármese. Hágase con un buen diccionario y con un buen
manual de gramática; escójalos en función del contenido, pero también de la clari-
dad del texto y de la facilidad de lectura. Pida consejo a su profesor o a su formador.
Estas herramientas deberá tenerlas siempre al alcance de la mano. Recurrirá a ellas
regularmente, las utilizará y las conservará toda la vida.
Para corregir su ortografía, tenga presente las siguientes reglas fundamenta-
les.
22.3.1 Sea lógico
Catalogue bien los términos. En función de la naturaleza, de la categoría a la
que pertenezcan estos términos –nombres, adjetivos, artículos, pronombres, verbos,
adverbios, preposiciones, conjunciones-, usted aplicará las reglas oportunas. Así
evitará los errores a que puede dar lugar la confusión entre palabras o expresiones
homófonas (a ver, haber; herrar, errar; balón, valón...), los errores en el ejemplo de
proposiciones, los errores por confusión entre adjetivos y pronombres posesivos,
entre artículos y pronombres, etc.
Tenga en cuenta el lugar que ocupan esos términos en la frase cuando apli-
que las reglas gramaticales; así evitará:
• Errores relacionados con los verbos: empleo de modos y de tiempos (indi-
cativo, condicional, imperativo, subjuntivo); conjugaciones de los verbos
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 105

irregulares e irregulares. Ejemplo: usted no escribirá “si tendría la oportu-


nidad”.
• Errores de concordancia: singular, plural; masculino, femenino; sujeto y
verbo; adjetivo y nombre. Ejemplo: usted evitará escribir: “los periódicos y
revistas examinadas”.
• Errores de construcción: formas interrogativas, negativas, emplazamiento
de las subordinadas. Ejemplo: no diga: “él no lo desea ni yo igualmente”.
22.3.2 Vuélvase hacia la historia
Muchas reglas nos parecen ilógicas. En realidad, hay que acudir a la historia
para conocer su verdadero sentido y la razón de su existencia. La lengua ha acumu-
lado un considerable número de accidentes en el curso de los siglos y muchas ve-
ces los ha conservado sin adaptarse a los cambios (esto, en parte, para mantener el
poder de los letrados sobre los iletrados). Estamos agobiados hoy por el peso de las
escorias del pasado. Conocer mejor estas “aberraciones” permite recordarlas mejor
y localizarlas más fácilmente.
Así que, antes o al tiempo de aprender las reglas de gramática y ortografía,
es convincente entender su significación y su historia. Su profesor podrá segura-
mente ayudarle en esto; si no, provéase de un buen diccionario, que le enseñará la
etimología y el origen de las palabras. No trate de buscar explicaciones con la lógica
actual, sino indague en la historia el porqué de tal o cual ortografía. Este estudio es
apasionante: hará usted interesantes descubrimientos, hallará placer en ello y, con-
siguientemente, recordará mejor las reglas.
22.3.3 Memorice
En algunos casos, no encontrará una explicación lógica para determinadas
grafías. Sólo queda una solución: memorice (ver Capítulo 11). Para ello preocúpese,
sobre todo después de aprender nuevas reglas, de efectuar ejercicios prácticos; si
no, como usted ya sabe, no retendrá realmente.
Como para cualquier otro aprendizaje, practique; no tema más a la ortografía,
busque todas las oportunidades de escribir, de utilizar cotidianamente sus adquisi-
ciones.

RECUERDE:
• Cuando se encuentre ante una dificultad gramatical insoluble al redactar
un trabajo, transforme la frase para eludir el problema.
• Corrija sistemáticamente los errores de distracción o de negligencia repa-
sando siempre lo que acaba de escribir; hágalo mentalmente o en voz ba-
ja. Usted mejorará así la puntuación, los acentos, las mayúsculas, la orto-
grafía de los nombres propios y, de paso, los errores de vocabulario o las
repeticiones. Reforme las letras ilegibles.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 106

• Fíjese un plan * de trabajo con unos plazos precisos para asimilar los pun-
tos esenciales, y sígalo imperativamente.

23. EL VOCABULARIO, LA ORTOGRAFÍA

EN POCAS PALABRAS....
Aumente y haga más profundo su vocabulario; así facilitará tanto su comunicación como su poder.

1. Los defectos que hay que evitar

Intente suprimir los contrasentidos, inexactitudes e imprecisiones. No reacciones afectivamente ante ciertas palabras.

2. Las acciones a largo plazo para mejorar

Enriquezca su vocabulario, utilícelo atinadamente, comunique.

3. Las acciones a corto plazo

Ante un nuevo término o una dificultad ortográfica:


• Busque usted solo echando mano del contexto, de su memoria, de su raíz etimológica.
• Compruebe en el diccionario y anote en su agenda de términos.
• Memorice visualizando, escribiendo varias veces dicho término.

La lengua, código de comunicación, se apoya principalmente en el vocabula-


rio. Éste sirve para definir la realidad, para designar los seres y las cosas. La mane-
ra de escribir las palabras correctamente constituye la ortografía.
Objetivamente, la ortografía continúa siendo un elemento de selección a to-
dos los niveles: para obtener diplomas, para aprobar una oposición, encontrar un
empleo o seguir una carrera.
Para algunos, las dificultades ortográficas son un auténtico obstáculo. Para
superarlo hay que rechazar todo sentimiento de irreversibilidad, que consiste en
creer que uno es nulo en ese campo y que nada puede hacer para corregirse, acti-
tud que no es sino una fácil escapatoria, una forma de pereza intelectual.
Cuanto más rico es su vocabulario mejor es la comunicación entre usted y el
mundo, y más sutilmente puede usted reflejar su pensamiento, más fácil le resulta
también recibir informaciones variadas y aumentar sus conocimientos. Cada una de
las palabras que usted emplea evoca una vivencia, una representación personal del
mundo. Todas juntas son una riqueza. Cada término adquirido hace surgir una nue-
va estructura * mental. Diferentes posibilidades se abren a la mente. Cada prueba o
examen (comunicación escrita u oral) verifica, de hecho, su saber y su poder de
evocación.
Emplear las palabras con maestría significa también asegurarse –más ade-
lante, en la vida activa- un cierto poder, bien para protegerse ocultando el pensa-
miento de uno (piense en las respuestas que dan a veces los políticos a los periodis-
tas), bien para defenderse argumentando (ese es el objetivo de un alegato), bien, en
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 107

fin, para cautivar mediante un escrito o un discurso convincente (para vender una
mercancía o para solicitar un empleo).
23.1 Los defectos que hay que evitar en el uso del vocabulario
23.1.1 Utilizar términos sin conocer exactamente su significado
Usted se abstendrá, por ejemplo, de tomar “tuétanos” por una enfermedad o
el Watergate por un presidente.
23.1.2 Efectuar contrasentidos
Equivocándose sobre el significado de una expresión o mezclando las ideas o
los significados cuando la palabra tiene varios; así, no emplee ilegal en lugar de ile-
gítimo, y a la inversa.
23.1.3 No utilizar el término exacto
Ejemplo: altura, tamaño, talla, altitud, no se emplean en los mismos contex-
tos.
23.1.4 Mencionar trivialidades o impresiones
Y, debido a ello, no ser perfectamente comprendido o no poder matizar el
pensamiento, ejemplo: “El progreso técnico lleva manifestándose desde hace algún
tiempo.”
23.1.5 Carecer de vocabulario
Carecer de vocabulario para hacerse entender, para evitar las repeticiones,
los circunloquios y las perífrasis inútiles.
23.1.6 No poder captar todos los matices de una información
Así, la frase “No ha venido so pretexto de estar enfermo” da a entender que la
persona en cuestión ha mentido o ha exagerado su indisposición.
23.1.7 Cometer errores de lenguaje
Barbarismos (palabras que usted construye, pero que constituyen una burda
falta de lenguaje), como “comunicabilidad”; impropiedades (términos que no con-
cuerdan), ejemplo, “ejercer un teorema”; expresiones del lenguaje hablado, ejemplo:
“es por eso que”.
23.1.8 Reaccionar afectivamente ante ciertas palabras
Ejemplo: el término “control” es a menudo mal recibido por usted, ¿tal vez po-
dríamos utilizar en su lugar “inspección”, “verificación”, “examen”, etc.? Defina las
palabras cargadas de significado, ejemplo: el capitalismo, el socialismo. No conceda
a esos términos más importancia de la que poseen. Evite usted mismo provocar, sin
quererlo, con el vocabulario que emplea, reacciones afectivas.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 108

23.2 Las acciones a largo plazo para mejorar


23.2.1 Enriquezca su vocabulario
Utilice un mayor número de términos. No se conforme, como muchos, con uti-
lizar un millar de vocablos entre los varios cientos de miles que forman nuestra len-
gua. Asimile también los múltiples significados, así como los matices que llevan apa-
rejados. Véalo detenidamente. Por ejemplo, cuando se habla de socialización, el
término puede aplicarse a un niño, pero también a una doctrina económica. Utilice,
cuando sea posible, un diccionario técnico.
23.2.2 Comunique
Si el vocabulario no va hacia usted, vaya usted a su encuentro. Frecuente
asiduamente los quioscos de periódicos, las bibliotecas. Participe en las discusio-
nes, tome la palabra. Siga las discusiones culturales de la radio (no cuente dema-
siado con la televisión, la norma para ese medio es hacerse comprender por todos,
evitar precisamente los términos que presentan dificultades). Redacte tanto como le
sea posible.
23.2.3 Utilice las nuevas adquisiciones
Emplee los términos nuevos en sus escritos o discusiones. La experiencia, el
uso, confirman, como sabemos, toda nueva estructura.
23.2.4 Cuide su vocabulario
• Comience por reemplazar sistemáticamente los términos; ser, tener, hacer,
poner, hay.
• Utilice un vocabulario exacto, preciso, matizado, variado.
• Defina siempre los términos abstractos o complejos.
23.3 Las acciones a corto plazo
Asimile de manera activa. Al principio deberá manejar constantemente su dic-
cionario y su agenda de términos. Ponga cuidado en tenerlos siempre cerca, si no,
no tendrá ánimos para ir a buscarlos cuando los necesite. He aquí el procedimiento
que debe seguir ante un término nuevo.
23.3.1 Primera fase: Busque usted solo
No se detenga en esa palabra, termine atentamente la escucha o la lectura
de la frase. Descubra entonces su significado gracias al contexto. Sitúelo bien de-
ntro de toda la frase o del párrafo. Examine todo lo que está relacionado con ese
término. Averigüe el pensamiento del autor. Dé el sentido exacto que tiene en el tex-
to (evite el error de una definición que contenga el propio término, por ejemplo:
“mercado inmobiliario = mercado de bienes inmuebles”).
Busque en su memoria los diferentes sentidos posibles (acuérdese de la cla-
se y de los términos con los que esa palabra iba asociada).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 109

Busque mentalmente la raíz griega o latina, así como otros términos de la


misma familia. Ejemplo: jerarquía, del griego hierós, sagrado, y arkhéin, mandar.
Descompóngala para encontrar el sentido (significado) gracias al prefijo.
Ejemplo: ambidextro (ambos); o al sufijo. Ejemplo: neurosis (enfermedad).
Utilice eventualmente sinónimos (palabras que tienen más o menos el mismo
significado). Ejemplo: nutrición y alimentación.
Desconfíe de los homófonos (palabras que suenan igual, pero que tienen una
ortografía y un significado diferentes). Ejemplo: grabar y gravar. Tampoco se deje
engañar por los parónimos (palabras que se asemejan a otras en su forma, su orto-
grafía, su sonoridad). Ejemplo: callado y cayado; espirar y expirar.
Desarrolle su pensamiento con ayuda de un ejemplo.
Compruebe, por último, la exactitud de sus afirmaciones cada vez que en-
cuentre un término nuevo en el texto.
Puede usted considerar esta búsqueda activa como un juego, destinado a
poner a prueba sus aptitudes mentales. Ante una dificultad ortográfica, siga el mis-
mo tipo de procedimiento.
23.3.2 Segunda fase: Compruebe
Para sostener su comprobación, utilice un diccionario, especializado si es
preciso; por ejemplo, un diccionario filosófico o una buena enciclopedia; no se que-
de nunca con una hipótesis o una incertidumbre.
Copie ese término en su agenda o libreta, subrayando la dificultad ortográfica
(remunerar y no renumerar, frustrar y no fustrar). Indique bien su origen, su forma-
ción (etimología), el sentido principal, los sentidos derivados. Copie, eventualmente,
la frase en la que lo ha descubierto. Anote, si lo desea, las palabras que pertenecen
a la misma familia, los sinónimos y los términos contrarios (antónimos).
23.3.3 Tercera fase: Memorice
Para memorizar, evoque mentalmente la página de su agenda, visualice las
palabras una a una; escriba el término en su borrador, subraye el error que hay que
evitar, deletree, si es posible, en voz baja. Compruebe en su agenda. Repita la ope-
ración dos o tres veces.
Observación: para comprobar una grafía dudosa, pruebe a escribir el término
en el borrador de diferentes formas; la que le parezca más natural corresponderá
generalmente a la correcta. En caso de dificultad real, encuentre un sinónimo o
transforme su frase.

RECUERDE:
• Para adquirir vocabulario y ortografía, además de las repeticiones de ejer-
cicios, es necesario un procedimiento activo, curiosidad, deseo, voluntad,
atención, deben crear la apertura mental necesaria.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 110

• Usted logrará retener lo que sea nuevo o difícil visualizando bien, escri-
biéndolo, pronunciándolo, utilizándolo.

24. SABER INFORMARSE

EN POCAS PALABRAS....
Consideremos como información todo material capaz de alimentar el pensamiento.

1. El interés de la información

Cuanto más rico en datos es el cerebro, más fácilmente puede resolver un problema, más competente se vuelve y más
capacidades descubre en el mismo.

2. ¿Informarse a través de la lectura o de la televisión?

La lectura es, con mucho, preferible a la televisión para recibir informaciones. Las razones son: mejor disponibilidad, mayor
elección, mayor rapidez de examen, un tratamiento de los datos más completo, así como un aporte netamente superior a nivel
de funcionamiento mental y de aprendizaje.

3. La búsqueda y el tratamiento de la información

• Ábrase permanentemente a todo lo que tenga alguna relación con sus estudios, ya que así fortalecerá sus aptitudes
en ese campo.
• Esté al tanto de la actualidad, consulte las bibliotecas, ábrase a los demás.
• Prevea el tiempo suficiente para recogerla la información.
• Tenga cuidado con sus hábitos e inercias durante la recepción; no interprete nada; esté alerta.
• Seleccione y complete lo que recibe. Que sus datos sean fiables y coherentes.
• Preséntelos claramente, clasifíquelos para usted o para el destinatario.

¿Por qué más del 70 por 100 de los hijos de profesores terminan el bachille-
rato, mientras que entre los hijos de obreros sólo lo consiguen el 25 por 100? Una
de las principales razones se relacionan con la calidad de las informaciones que re-
ciben de sus padres. Saben, por una parte, qué especialidad les conviene más y,
por otra, lo que el centro de estudios espera de ellos. Son los que mejor se adaptan
al modelo, a las exigencias impuestas por el sistema escolar.
La información es vital para orientar la acción. Alimenta la mente del mismo
modo que la alimentación proporciona energías al cuerpo. Así pues, nosotros lla-
mamos información a cualquier material capaz de alimentar el pensamiento: datos,
hechos, mensajes, experiencias de los demás, lecturas, etc.
24.1 El interés de la información
Resumamos lo que hemos aprendido en los primeros capítulos y examine-
mos el papel jugado por la información en la elaboración de nuestras estructuras *
mentales, de nuestra inteligencia:
1.ª fase: la mente se abre al mundo exterior. Acepta la información, es decir,
lo que, de hecho, le es ajeno (datos, experiencias, etc.).
2.ª fase: se producen entonces una ruptura con los antiguos esquemas de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 111

funcionamiento del cerebro; se trata de un salto intelectual, un brusco cambio cuali-


tativo que provoca una progresión de las capacidades gracias a la revelación de un
nuevo circuito neuronal *.
3.ª fase: la información, es decir, la nueva destreza adquirida (saber hacer),
se va asimilando con el tiempo; es un período de estabilización del circuito.
4.ª fase: esta maduración se acelera gracias a la restitución, la comunicación
consolida el circuito neuronal hasta que se produzca una nueva apertura.
Como podemos observar, la información tiene una papel fundamental a lo lar-
go de todo el desarrollo individual. Así, el niño no aprende a andar él solo; copia lo
que ve o que le enseñan; si no, continúa arrastrándose a cuatro patas. El cerebro no
resuelve un problema más que en función de los datos de que dispone en ese cam-
po. Cuanto más rica sea su alimentación intelectual, tantas más posibilidades ten-
drá.
Supongamos que usted conociera el tema de que se va a tratar un examen.
¿Cómo actuaría? Su cerebro, informado, se siente estimulado; va a completar sus
datos, aprender mejor, reflexionar sobre lo que asimila. Los elementos confidencia-
les de que usted dispone de entrada le incitan a preparar y a pensar mejor la acción,
usted no aprende ya por reflejo, sino con reflexión. Gracias a la información, usted
ya no está desorientado, estresado. Comprende mejor lo que pasa, aprende casi sin
darse cuenta. La adaptación al entorno, al cambio, es posible. Sus estructuras men-
tales evolucionan más deprisa; usted revela sus capacidades, avanza hacia la meta
en los puestos de cabeza. Mejores datos le permiten actuar mejor, tener un poder
sobre los que no lo poseen.
¿Le parece muy evidente todo esto? Pero, entonces, ¿por qué actuar siempre
en sentido inverso? ¿Se informa usted sobre su orientación? ¿Lee regularmente un
periódico, revistas que guarden relación con su formación? ¿Qué tipos de progra-
mas de radio o de televisión sigue usted? ¿Cuáles son sus informaciones? ¿Qué
alimentación intelectual, qué materia prima escoge usted para despertar su inteli-
gencia, construir y hacer funcionar su cerebro?
24.2 ¿Informarse a través de la lectura o de la televisión?
Comparemos la lectura * y la televisión * sólo desde el punto de vista de la
aportación de informaciones.
24.2.1 La disponibilidad
Los soportes escritos le permiten disponer rápidamente de los datos que ne-
cesite para comprender una cuestión, preparar un trabajo, llevar a cabo un proyecto
concreto. Usted trabaja cuando y donde desea con quien usted quiere. Su libertad
es total. ¡Nada que ver con el condicionamiento al que le somete la televisión!
24.2.2 La elección
Con el libro, usted selecciona el campo que le interesa y amplía así, por sus
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 112

propios medios, sus posibilidades. Se libera, elige usted solo. A partir de los escritos
usted puede profundizar en un tema, dominarlo. En cambio, las prioridades acorda-
das, las elecciones practicadas en la información televisada (a menudo, en función
de las imágenes disponibles) pueden no convenirle.
24.2.3 La rapidez
Haga la siguiente prueba: mire una noche las informaciones en la televisión y,
después, al día siguiente, examine un diario durante el mismo tiempo. Un lector ab-
solutamente común adquiere al menos tres veces más información por vía escrita
que por vía oral. Usted puede que supere incluso esos resultados. ¿Por qué esta
rentabilidad de lo escrito? Se trata de un fenómeno puramente mecánico; se emplea
simplemente mucho más tiempo en decir algo que en leerlo: la velocidad máxima de
elocución es de 12.000 palabras por hora (éste es igualmente, de hecho, el límite de
la comprensión verbal), mientras que un lector medio dobla fácilmente esa veloci-
dad, y un excelente lector la cuadruplica.
24.2.4 El tratamiento de la información
En la pequeña pantalla, el tiempo para desarrollar un asunto es limitado; por
ese motivo los reportajes en los que se analiza un tema con detenimiento son raros
y, a menudo, truncados. Los temas o los hechos se suceden: se pasa rápidamente
de un contenido a otro y la jerarquía de los niveles de importancia no se puede per-
cibir; la abundancia y la rapidez del tratamiento producen en el espectador una con-
fusión mental y, finalmente, provocan una apatía llena de indiferencia.
En comparación con la prensa escrita, los comentarios en televisión son casi
inexistentes. Los hechos se presentan a menudo sin ningún análisis, de un modo
banal. La pequeña pantalla se dirige al conjunto de la población; y lo más probable
es que no se adapte a su nivel de exigencia o a sus necesidades como puede estar-
lo el soporte escrito, libremente elegido.
24.2.5 La lectura y el desarrollo personal
Lo más solicitado, cuando usted mira la televisión en su casa, es su persona-
lidad afectiva, su cerebro primitivo *, a causa de la fuerza emocional de las imáge-
nes. Su cerebro superior * sólo interviene en un segundo tiempo, siempre que no se
sucedan otras visiones, otras emociones. Nada podemos hacer ante esto, estamos
construidos de una forma tal, que la emoción (repasar Capítulo 2) precede siempre
a la reflexión. Esta última es, por naturaleza, segunda en el tiempo. El peligro de la
televisión no es el de crear esta emoción, sino, a causa de una solicitación constan-
te de ésta, el de no dejar tiempo para la reflexión.
La emoción también existe durante una lectura; a través de las palabras se
forman imágenes mentales. Sin embargo, siempre se puede efectuar una pausa,
reflexionar, releer un pasaje o continuar el texto. Las micro pausas o las interrupcio-
nes más importantes constituyen la ocasión de hacer funcionar el cerebro superior.
Así, los datos adquiridos son trabajados de nuevo, tomados a su cargo por el córtex
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 113

*, antes de ser memorizados y clasificados, lo cual permite corregir las deformacio-


nes introducidas por el cerebro primitivo. Funcionando así, con detenimiento y no en
la superficie, el cerebro se perfecciona continuamente, se estructura mejor. La re-
flexión personal se desarrolla gracias a la lectura. Usted va pasando a niveles de
comprensión cada vez más elevados; evoluciona, se desarrolla por sus propios me-
dios. Cuanto más asimila, más fácil le resulta. Cuanto más lee, más placer obtiene.
Seleccionando la información, usted puede especializarse rápidamente en un
tema del que puede llegar a ser un experto. Encuentra respuestas a las cuestiones
planteadas, las integra, las asimila. Desarrolla constantemente su saber. Siguiendo
sus preferencias, usted descubrirá cuáles son sus deseos y, progresivamente, irá
encontrando su futura profesión.
24.3 La búsqueda y el tratamiento de la información
Su meta ahora es saber recoger, tratar, utilizar la información.
Ejemplo: Usted está perdiendo comba este trimestre a causa de un compañe-
ro de clase que le distrae. ¿Cómo reacciona?
• 1.er tiempo: usted se da cuenta del problema y se abre a las sugerencias
e informaciones que le dan otros compañeros.
• 2.º tiempo: usted rompe con su compañero y decide instalarse un poco
más lejos. Esta ruptura es un acto consciente, usted la provoca delibera-
damente (estas rupturas con situaciones anteriores, se deciden a menudo
después de un fracaso):
• 3.er tiempo: la clase llega a usted ahora en condiciones normales. Se
vuelve usted activo, se plantea preguntas, va a buscar la información,
siente esa necesidad. Esto le hace progresar rápidamente.
Apertura a la novedad, ruptura con los hábitos estériles, procedimiento activo
para buscar los datos, son los primeros reflejos que se han de adquirir para estar
informado.
24.3.1.1 ¿Qué información buscar?
Son posibles dos modos de proceder:
• La búsqueda selectiva. Cuando usted prepara una exposición oral, por ejem-
plo, conoce el tema que debe investigar, su proyecto le guía. A partir de las
palabras clave, usted examinará los ficheros del centro de documentación *,
las bibliotecas.
• La búsqueda exhaustiva. Cuando usted se interesa por el deporte, su proce-
dimiento es diferente: cualquier información relativa a ese campo le concier-
ne, usted sigue toda la actualidad deportiva.
Para las disciplinas que usted estudia, siga más bien esta segunda actitud. In-
terésese por ellas de forma permanente y no episódica; busque y lea regularmente
artículos relacionados con sus estudios o con lo que a usted le guste. Rodéese de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 114

información. Algunas revistas muy interesantes ofrecen tarifas preferenciales de


abono para los estudiantes.
Estas informaciones específicas le permiten adquirir lenguajes especializa-
dos, comprender los hechos y las teorías, encontrar ideas y formarse sus propias
opiniones. Todo proceder voluntarista desarrolla una reflexión original, personal. Ca-
da nueva lectura aumenta además su interés por el tema (de paso, elabore “dossie-
rres” * para tener la información a mano).
24.3.1.2 ¿Dónde encontrar la información?
¿Concede usted tanta importancia a su cerebro como a su cuerpo? Al menos
una vez a la semana, hace de “caddie” y se sacrifica al rito del supermercado; no se
plantea la cuestión; tiene que ir para comprar su alimentación. ¿Hace lo mismo para
su alimentación intelectual? ¿Va usted a consultar los semanarios aparecidos? ¿Se
aprovisiona sistemáticamente cuando se le ha acabado la lectura? ¿Es usted fiel a
una biblioteca o a una librería donde pueden aconsejarle? Alimentarse intelectual-
mente supone lectura, escucha, visión, regulares: una voluntad de cultivarse.
24.3.1.2.1 Leer
Acostúmbrese a seguir la actualidad en la prensa escrita, en un diario o, al
menos, en un semanario. Intente leer los textos fundamentales de nuestra cultura,
antiguos o modernos, y, por supuesto, los que a usted le gusten. Sus gastos en ese
campo pueden ser reducidos, ya que los grandes autores están editados en formato
de bolsillo. Consulte sistemáticamente las bibliotecas, también para la prensa. No
olvide abrir las enciclopedias, atlas, diccionarios especializados (bilingües, técnicos).
Tiene usted a su disposición tesoros de información.
24.3.1.2.2 Mirar
Mirar es también, a la inversa que ver, un proceder activo. Arrellanarse delan-
te de la televisión no es mirarla. Es precisa una orientación hacia el mundo, una ma-
nifestación que parta de uno mismo, voluntaria y crítica. Usted no sufre el espectá-
culo, se hace cargo de él, lo integra en su memoria. El apasionado del fútbol no ve
un partido en la televisión, lo mira, participa... Cuando examine una revista que le
interese, tenga la misma actitud, hágase cargo de ella hasta localizar los artículos
que le parezcan más importantes.
24.3.1.2.3 Escuchar
Para orientarse o para cualquier problema específico, consulte a los organis-
mos especializados: cámaras de comercio, museos, oficinas de turismo, centros de
información y documentación de la juventud.
Escuche a sus profesores, son auténticas bibliotecas. Conociendo sus nece-
sidades, sabrán proporcionarle la información que usted precisa.
Participe en las conversaciones que se desarrollan en su entorno, búsquelas.
La diversidad de sus relaciones, de sus informaciones, le abre nuevos mundos; así,
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 115

por ejemplo, usted tendrá más ideas para su orientación. Frecuentando diferentes
medios, ambientes, usted podrá situarse mejor y elegir el suyo; no se quede clavado
en el universo donde ha nacido por azar, tome las riendas de su destino.
24.3.1.3 ¿Cuándo y cómo buscar la información?
Para utilizar las fuentes de información, es preciso conocer bien primero su
funcionamiento. Imposible, por ejemplo, visitar un museo nacional el día que no esté
abierto al público. Inútil también lanzarse al azar, al asalto de unas estanterías que
contengan cincuenta mil volúmenes. SI tiene que realizar una redacción, comience
por buscar inmediatamente la información. Puede que alguien haya tomado presta-
do los libros que usted necesita o que la biblioteca esté cerrada durante las vacacio-
nes. Anticipándose, usted reduce los imprevistos y puede tener soluciones de re-
cambio para informarse. La documentación, la búsqueda de la información, requie-
ren tiempo; sea consciente de ello e incluya ese componente en sus planes de ac-
ción.
24.3.1.4 La recepción de la información
Imaginemos que usted tiene que hacer un examen; y he aquí que, entre las
noticias del informativo, la televisión anuncia una reducción de los programas. Inme-
diatamente, usted intenta saber más al respecto. Discute con sus compañeros, con
sus profesores, compra el periódico: reacciona. De entre todas las informaciones de
la noche, usted no ha retenido más que ésa. La ha filtrado, la ha seleccionado. Su
cerebro primitivo ha tomado las riendas. Usted sabe (repase el Capítulo 2) cómo
éste selecciona e interpreta la información (recuerde los cerdos azules). Deja pasar
o no los mensajes que le transmiten los sentidos con arreglo a lo que él ya conoce,
a los centros de interés de usted (sus experiencias pasadas, su entorno, sus pre-
ocupaciones en ese momento: sus hábitos, sus clasificaciones, sus prejuicios).
Usted sabe que lo que nos traiciona no son nuestros sentidos, sino nuestros
hábitos, nuestras estructuras preexistentes que se han instalado precedentemente
en nuestro cerebro. Nuestras informaciones internas difícilmente aceptan ser cues-
tionadas por unas informaciones externas. Sea consciente de ello y reaccione en
consecuencia.
En un primer momento, ábrase objetivamente a los nuevos datos. Para elimi-
nar esa selección del cerebro, sepa esperar la información (no se adelante mental-
mente a ella). Permanezca a la escucha de lo que se dice o escribe. Haga repetir
cuando pueda (por ejemplo, lea dos veces un párrafo, una pregunta, cuando realice
un trabajo). Contemple esa información en el marco del contexto para precisar las
palabras o las ideas clave.
Esté alerta, haga trabajar a su córtex. No seleccione más inconscientemente,
no sobrevalore más la información. No interprete lo dicho o escrito. Intente conser-
var en cada caso un máximo de objetividad.
En un segundo momento, sepa criticar la información. Reaccione con su ce-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 116

rebro superior. Tenga la mente libre para examinar lo que recibe. Relativice la infor-
mación dada, compárela con otras informaciones. Evalúe, juzgue, critique, comente,
consigo mismo. Esté siempre despierto, vigilante, tome perspectiva, particularmente
ante el desfile de imágenes de la pequeña pantalla. Permanezca mentalmente acti-
vo.
24.3.1.5 La selección de la información
¿”Cuáles son los problemas de la juventud”? Imagine este tema para una di-
sertación. Usted corre el riesgo de verse desbordado por la cantidad de datos que
se deben aportar. Usted comienza por efectuar una larga lista, pero, rápidamente, el
asunto le resulta imposible de controlar. La superabundancia de información puede
ser, en efecto, tan nefasta como su escasez. Los datos deben poderse utilizar en
cualquier momento. Lo que cuenta para usted no es poseerlos o presentarlos de
manera desordenada, sino poder utilizarlos en el momento oportuno, pertinentemen-
te, de manera atinada. Por lo tanto:
• No conserve más que las informaciones útiles para su objetivo, para su
demostración, por ejemplo. Elimine las que sean secundarias, a fin de
aclarar su pensamiento. Elija este primer criterio para seleccionar los da-
tos. Siguiendo el razonamiento inverso sepa ir en busca de los elementos
indispensables que le faltan.
• Para la disertación mencionada, tal vez haya encontrado estadísticas so-
bre la cuestión. Pregúntese entonces de cuándo datan. No utilice cifras
concernientes a otra generación. La fiabilidad, la pertinencia de sus datos,
son primordiales.
• Puede que entre los datos que usted ha reunido existan contradicciones.
Intente mantener una coherencia, una cierta lógica. Si persisten esos pun-
tos opuestos, compruebe sus datos: éstos deben ser siempre exactos y
precisos.
• Finalmente, tome perspectiva; deje que los elementos se asienten unos
días si es posible; después, usted los analizará con un criterio distinto.
24.3.1.6 El tratamiento de la información
Coteje sus nuevas informaciones con los datos que usted ya posee; asócielas
entre sí, enriquézcalas, transfórmelas; elabore nuevas ideas y, después, clasifíque-
las (ver Capítulos 7 y 8).
24.3.1.7 Dar forma a la información
Adapte su información a la utilización prevista o al destinatario. Si se trata de
su disertación, redáctela en un lenguaje correcto; pero, para la confección de fichas,
sea conciso y acorte su expresión. Para que sea bien percibida, la forma que haya
dado a la información ha de ser lo más clara posible y, no obstante, rica, para que
sea útil y aprovechable. Ponga de relieve las relaciones complejas, así como las in-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 117

formaciones más importantes (utilice partes, subpartes, apartados; según los casos,
titule, subraye, utilice colores, etc.). Indique, eventualmente, sus fuentes.
Clasifique, haga un índice. En su redacción, indique el tema elegido, pagine
sus hojas. Habrá de clasificar sistemáticamente todas las notas tomadas, fichas,
“dossieres”, lo más rápidamente posible, para que todas sus informaciones sean así
utilizables (no espere, por ejemplo, al final de un trimestre para comenzar a exami-
nar una pila de periódicos).

RECUERDE:
• La riqueza de su pensamiento depende en gran parte de la información
que lo alimente. Las palabras, las ideas que usted expresa, son su resul-
tante. Antes que la televisión, prefiera usted la información escrita.
• Como un niño que empieza a desarrollarse, interésese usted por todo. Es-
to permitirá que se efectúen comparaciones en su mente y que surjan
nuevos elementos: usted ampliará así su saber. Seguidamente, usted emi-
tirá a su vez la información, lo que le permitirá actuar más eficazmente.

25. LEER Y UTILIZAR LA PRENSA

EN POCAS PALABRAS....
Si adopta usted la costumbre de leer regularmente la prensa, se dará cuenta de que es una fuente de placer a la vez que de
informaciones.

1. La importancia de leer la prensa

La prensa permite distraerse, abrirse al mundo, desarrollar la imaginación; pero su papel es también el de informar al públi-
co e, indirectamente, educarle.

2. Las trampas de la prensa

• Tenga cuidado con sus apelaciones a la emoción y con los tratamientos superficiales de la información.
• Tenga una actitud abierta: varíe sus soportes y utilice los medios de comunicación menos marcados ideológicamen-
te.

3. ¿Cómo leer la prensa

• Fíjese unos límites de tiempo.


• Seleccione lo que le interesa según el sumario o los títulos.
• Antes de profundizar en la lectura, sepa de qué trata el artículo (lea la introducción).
• Lea de manera eficaz.

4. Interés de los dossieres

Los “dossieres” le serán útiles para poner al día sus conocimientos, intensificarlos y personalizarlos.

5. Elaborar “dossieres”

Lea los artículos antes de clasificarlos, péguelos sobre unas hojas y subraye las palabras clave. Elimine los recortes
de prensa que no tengan ya interés. Sea riguroso en su clasificación.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 118

Para muchas personas, su jornada comienza con la lectura de la prensa.


¿Por qué ese momento proporciona tan frecuentemente un auténtico placer? ¿Por
qué, una vez cogida esa costumbre, es tan difícil dejarla? A través de la lectura de la
prensa, usted puede desarrollar sus capacidades al tiempo que se distrae. Además,
al elaborar dossieres, usted se provee de un banco de datos útiles para sus estudios
y también para su vida profesional.
25.1 La importancia de leer la prensa
La prensa (periódicos y revistas), como la televisión, es ante todo una venta-
na abierta al mundo. Su lectura es una buena manera de entretenerse formándose y
cultivándose.
25.1.1 Distracción
La prensa le ofrece una imagen de la realidad; de hecho, esta actualidad su-
pera a menudo a la ficción. Historias vividas, hechos sorprendentes, acontecen en
todos los campos; el periódico rivaliza a menudo con los libros y las películas. Esta
función de la prensa no es nada desdeñable. En unas dosis razonables, desbloquea
la imaginación; permite salirse de uno mismo.
25.1.2 Información, educación
Gracias a los artículos, a las ilustraciones, los estudios toman cuerpo, se
vuelven vivos. Se pueden contemplar todas las disciplinas en la prensa, basta con
saber elegir bien el soporte o medio de comunicación.
Entre las numerosas ventajas que proporciona la lectura de la prensa (ver
Capítulo 24: “Saber informarse”), señalemos, si sabe usted elegir los títulos, la ad-
quisición del lenguaje y de la ortografía. La escritura periodística difiere de la exigida
en los estudios, por ejemplo, de enseñanza media (particularmente, en los títulos
que suelen incluir numerosos juegos de palabras), pero familiarizarse con ella es
muy beneficioso, sin embargo, para la expresión escrita y oral, que a menudo gana
en claridad y eficacia.
25.2 Las trampas de la prensa
Pese a todos los méritos de la prensa, sea usted consciente de los defectos
de algunos soportes o medios, evite las trampas que se le tienden frecuentemente al
lector.
25.2.1 Vender
El recurso a la emoción, al sensacionalismo, la dramatización de un hecho,
permiten atraer un cierto tipo de clientela. Rápidamente, usted puede darse cuenta
de que no hay nada detrás de esos títulos. La utilización o el aprovechamiento de la
sangre, del sexo, del dinero, del poder, deleita al cerebro primitivo *, a las emocio-
nes: influye en la compra.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 119

25.2.2 Conseguir lectores


La simplificación, el tratamiento superficial de la información, es una elección
deliberada de determinados soportes para conseguir el mayor número posible de
lectores. Una vez más, prefiera el tratamiento con detenimiento (por ejemplo, el co-
mentario ajustado a los hechos). Seleccione los periódicos o las revistas en función
de su contenido. No se desanime ante algunos artículos que pueden resultar difíci-
les, prefiera una lectura de un nivel ligeramente superior al suyo, su comprensión se
desarrollará así paralelamente a su cultura.
25.2.3 Influenciar
La prensa de opinión existe, afortunadamente. No crea demasiado en la obje-
tividad (aunque sólo sea por el hecho de que existe una selección de las informacio-
nes presentadas). Pregúntese simplemente qué tipo de opinión representa tal sopor-
te (esto no siempre es fácil, pues a veces se trata de matices poco perceptibles).
Para cambiar de sistema de ideas, para desarrollar una mentalidad abierta, cambie
de vez en cuando su soporte de información. Sepa reconocer y utilizar los medios
de comunicación menos marcados ideológicamente.
25.3 ¿Cómo leer la prensa?
En primer lugar, para ser eficaz, fije unos límites de tiempo para la lectura de
los periódicos o de las revistas. Su objetivo es doble: por una parte, usted debe bus-
car informaciones nuevas y, por otra, desea profundizar en los temas ya abordados
(particularmente los que guarden relación con sus programas de estudio). Debe us-
ted detectar, entre la masa de datos ofrecidos, los que más le interesan y los que
vaya a utilizar, y todo ello sin perder demasiado tiempo leyendo los demás. Practi-
que, pues, una lectura * activa, consciente, metódica. Practique la técnica del “des-
natado”.
25.3.1 Seleccione
Comience por mirar antes que de leer. Tenga una perspectiva inicial, selec-
cione. Cuando exista un sumario, recórralo con la vista y diríjase directamente hacia
sus puntos o centros de interés. Otra posibilidad: ojee paulatinamente las páginas,
observando los títulos de las rúbricas que aparecen en el encabezamiento de cada
página (política, deportes...). Examine los principales títulos en el interior de cada
rúbrica; aunque no le interesen directamente, léalos; así, se hará una idea de los
problemas del momento. Observe, de paso, la importancia que se le concede a cada
artículo dentro de la página.
25.3.2 Profundice
Si una palabra, un indicio *, retiene su atención dentro del título, lea la presen-
tación, es decir, las primeras líneas en negrita; usted obtendrá así lo esencial de la
información. Prosiga o no la lectura del artículo según el interés que le encuentre y
el tiempo de que disponga. Léalo de manera eficaz (ver Capítulo 27: “Leer eficaz-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 120

mente”). Tenga siempre el “reflejo-diccionario” para aclarar las palabras nuevas, par-
ticularmente, el vocabulario especializado. Después de cada lectura, interróguese
rápidamente sobre las causas y las consecuencias de lo que acaba de leer. No olvi-
de completar sus dossieres.
Usted puede leer la prensa con algunos días de retraso, así la información se
habrá ido decantando. Sin embargo, se arriesga a perder las ganas de examinarla;
por otra parte, se desconectaría usted de su entorno (por ejemplo, puede perderse
un espectáculo interesante).
25.4 La importancia de elaborar “dossieres”
En poco tiempo, usted puede mejorar claramente sus redacciones y sus ex-
posiciones. Para ello, cuando usted examine su periódico o una revista, recorte los
artículos que más le interesen. Adjunte a estos “dossieres” las fichas * de lectura ya
elaboradas. Así usted pondrá fácilmente al día sus conocimientos, pero también los
intensificará y los personalizará.
Cada “dossier” puede servir para variar disciplinas al mismo tiempo, lenguaje
o historia, por ejemplo, o historia y economía. Debe usted, pues, encontrar un crite-
rio de clasificación riguroso y extensible: autores, familias de pensamiento, división
del programa, temas... Inspírese en los ya existentes, por ejemplo, en la Clasifica-
ción Decimal Universal (ver Capítulo 26).
25.5 La realización de los “dossieres”
Una vez recortado el artículo interesante, anote en él la fecha y el nombre del
periódico. Espere 15 días antes de clasificarlo, ya que un nuevo artículo sobre la
cuestión puede aparecer y reemplazarlo. Pegue uno o dos artículos sobre el mismo
tema sobre una hoja estándar. Deje un espacio para añadir nuevos comentarios
personales. Subraye palabras y frases clave.
Usted puede clasificar, por ejemplo, un artículo en el “dossier” titulado “Condi-
ción femenina”. Si ha abierto otro “dossier” al que también le atañe este artículo, por
ejemplo, “Escolaridad, coloque una ficha de referencia en la que indicará: ver “Con-
dición femenina”, nombre del periódico, fecha y título del artículo. Esto le permitirá
encontrar a la primera ojeada el contenido del artículo.
Para ser eficaz:
• No clasifique nada sin haberlo leído, pues se arriesgaría a no leerlo nunca
y no sabría lo que contiene su documentación.
• Varíe sus fuentes de información (revistas, periódicos diferentes).
• Elimine sistemáticamente los datos caducados: algunos documentos que
incluyen cifras se hacen viejos muy rápidamente. La abundancia de infor-
mación anula la eficacia; selecciónelas.
• Utilice el color para visualizar (carpetas, separadores...). Si sus documen-
tos no son muy abundantes, almacénelos en cuadernos con separadores
transparentes.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 121

• Su clasificación debe ser siempre de fácil acceso: usted debe poder en-
contrar rápidamente cualquier clase de documento (así ganará tiempo,
evitará irritarse y no los extraviará).

RECUERDE:
• Compare televisión y prensa escrita. Dentro de la prensa escrita, compare
los diferentes soportes entre sí, elija el que mejor convenga a su nivel y a
su formación. Pronto esperará usted con impaciencia su periódico, su re-
vista: se cultivará, se formará a través del placer de la lectura de la prensa.
• Al elaborar los “dossieres” piense constantemente en términos de eficacia,
de utilización. Elija usted bien su criterio de clasificación: éste debe ser ri-
guroso y fácil de retener.

26. UTILIZAR UN CENTRO DE DOCUMENTACIÓN

EN POCAS PALABRAS....
Comience sus indagaciones en el centro de documentación de su centro de estudios, utilizando, en primer lugar, los fiche-
ros.

1. Los ficheros

Utilice los ficheros de temas o materias, los ficheros de autores, los ficheros de títulos.

2. Las clasificaciones

Cada obra lleva una signatura que obedece a su clasificación. La obra que usted busca está clasificada en las estanterías
siguiendo esta signatura.

3. Las aplicaciones

Seleccione bien sus palabras clave para guiar su búsqueda.

En cada centro de enseñanza existe generalmente un centro de documenta-


ción. Comience su búsqueda documental por este centro; usted podrá orientarse
después hacia otras bibliotecas.
En estos centros encontrará diferentes documentos: libros, por supuesto, re-
vistas (que pueden ser, de hecho, útiles complementos de los primeros al proporcio-
nar informaciones más recientes), pero también, a menudo, dossieres clasificados
por temas, películas, diapositivas, cintas magnetofónicas, casetes de vídeo, etcéte-
ra.
Utilice inicialmente los ficheros. En ellos encontrará las referencias de los do-
cumentos que existen, bien en las estanterías, bien archivados, bien prestados. Us-
ted debe aprender a utilizarlos solo, sin tener que recurrir en cada ocasión al encar-
gado del centro de documentación (él sabrá, no obstante, aconsejarle en sus inda-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 122

gaciones más delicadas, por ejemplo, si no consigue usted delimitar bien su tema de
investigación).
26.1 Los ficheros
Cada documento, para ser localizado, tiene una o varias fichas en cada fiche-
ro:
• El fichero de temas (se le conoce también como fichero de materias o te-
mático, o índice alfabético). Este fichero contiene diferentes fichas orde-
nadas por temas determinados; todas las fichas referentes a la Economía,
por ejemplo, están agrupadas bajo este vocablo. Los temas se suceden
por orden alfabético.
• Los ficheros de autores. El nombre del autor está clasificado aquí como
palabra clave. La clasificación es, también, en este caso, alfabética.
• Los ficheros de títulos. Por regla general, sólo los títulos de novelas se
clasifican por orden alfabético. Atención, cuando busque, no tenga en
cuenta el artículo si éste se encuentra al principio del título, ejemplo: para
Las uvas de la ira, busque en Uvas.
26.2 Las clasificaciones
Cada ficha incluye una signatura compuesta de un número variable de cifras
seguidas de tres letras, las primeras del nombre del autor. Las cifras son las de la
clasificación practicada por el centro de información. En los centros de enseñanza la
más utilizada es la Clasificación Decimal Universal (CDU). En ésta, cada categoría
está dividida en 10 partes y luego nuevamente en otras 10, etc. Cada cifra de la de-
recha añade una nueva precisión.
Ejemplo: 3 representa las ciencias sociales; 31, estadísticas; 312, demografía
y estadísticas de la población; 312,1, natalidad, nacimientos, etc.
He aquí las grandes líneas de la CDU:

000 OBRAS GENERALES


030 Enciclopedias, diccionarios
100 FILOSOFÍA, MORAL
150 Psicología
151 Religión
152 CIENCIAS SOCIALES, DERECHO
153 Estadísticas, demografía
154 Ciencias políticas
155 Economía
156 Derecho
157 Enseñanza
158 Comercio
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 123
159 Costumbres
160 CIENCIAS PURAS, CIENCIAS NATURALES
161 Matemáticas
162 Astronomía
163 Física
164 Química
165 Geología
166 Botánica
167 Zoología
168 CIENCIAS APLICADAS, TECNOLOGÍA
169 Medicina
170 Ingeniería, mecánica
171 Agricultura
172 Comunicación, transporte
173 Obras, construcción
174 BELLAS ARTES
175 Arquitectura
176 Escultura
750 Pintura
780 Música
781 Deportes, juegos
782 LINGÜÍSTICA Y LITERATURA
783 GEOGRAFÍA, HISTORIA
784 Geografía, viajes
930 a 990 Historia

Las bibliotecas municipales utilizan a menudo otra clasificación, la clasifica-


ción de Dewey (la CDU es una modalidad perfeccionada de ésta). A nuestro nivel de
utilización, no existe una diferencia fundamental salvo para la categoría 4; en la cla-
sificación de Dewey esta categoría está reservada a la lingüística (400 a 410, lin-
güística general; 420 a 499, lenguas del mundo) y salvo, igualmente, para la catego-
ría 8, utilizada únicamente para la literatura general.
Las bibliotecas municipales comienzan también a clasificar los libros por cen-
tros de interés, por ejemplo, agrupan en el mismo lugar todas las obras sobre “la
Naturaleza y la Tierra”, o “el hombre en el trabajo”, o “el arte y los artistas”, etc. Esto
le facilitará la búsqueda.
De manera general, para encontrar un libro, basta con dirigirse a la estantería
correspondiente a la signatura (las novelas están clasificadas generalmente por el
nombre del autor). Si no sabe dónde se encuentra esa estantería, anote simplemen-
te la signatura del libro que aparece en el fichero (el número de arriba a la izquierda)
y presénteselo al bibliotecario, que podrá, así, ayudarle fácilmente.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 124

26.3 Las aplicaciones


26.3.1 La búsqueda de una novela
Ejemplo: Usted desea tomar prestado el libro de John Steinbeck titulado Las
uvas de la ira.
Para ello, usted puede dirigirse directamente hacia las estanterías donde se
encuentran las novelas y buscar las primeras letras del nombre del autor STE, pues-
to que las novelas están generalmente clasificadas por orden alfabético del nombre
del escritor. Varios libros llevan la misma signatura N STE; N de Novela y STE de
Steinbeck, Stendhal, Stevenson, etc. Tiene usted que leer entonces los títulos de
cada obra del autor que lleven esa signatura hasta encontrar el que le interesa (si,
después de haber mirado bien, no lo encuentra, no se sorprenda, tal vez lo ha solici-
tado alguien antes que usted).
Si conoce usted el título, sin conocer el nombre del autor, consulte el fichero
de títulos, como ya hemos dicho, en Uvas. Allí encontrará la siguiente ficha:
N Las Uvas de la ira
STE Steinbeck (John)
Si no conoce el título ni el autor, pero sabe sin embargo que la acción se de-
sarrolla en los Estados Unidos, busque en el fichero de temas o materias en “Esta-
dos Unidos”. Dentro de esta rúbrica encontrará a veces, en ciertas bibliotecas, una
subdivisión novelas. En ese caso, allí figurarán unas fichas que incluyen, en su parte
superior, algunas referencias sobre la obra (aquí lugar y período de la acción), estas
indicaciones le ayudarán en su búsqueda. Así, podrá leer en una de ellas:
N Estados Unidos, sur (1929-1945), tema, novela.
STE Steinbeck (John). Las uvas de la ira.
26.3.2 La búsqueda de documentación
Supongamos que tiene usted que efectuar un trabajo sobre la evolución de la
industria japonesa. Para tal trabajo no existe una ficha que corresponda a ese título;
ésta sólo existe generalmente para las novelas.
En el fichero de temas o materias: Usted buscará primeramente en la rúbrica
Economía una obra sobre el tema. Encontrará, por ejemplo, la ficha siguiente:
338 (52) TAJIMA (Toshihiro)- Japón hoy, nuevo modelo /
TAJ APD, Madrid, 1983,
304 páginas, 17 x 23 cm.
ISBN: 84-7019-097-0
Número de inventario
4296

También podía haber encontrado este libro en otra ficha, en la rúbrica Japón.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 125

En el fichero de autores: En ese fichero puede encontrar las coordenadas de


ese documento, si sabe que tal autor ha escrito una obra sobre el tema buscado.
Observación: La rúbrica Economía, si está muy desarrollada, puede contener
únicamente obras que traten asuntos generales sobre el tema. Para encontrar los
otros volúmenes, hay que dirigirse entonces directamente hacia el tema abordado
por el libro (en el ejemplo anterior, dirigirse a la subrúbrica Japón dentro de la rúbrica
Economía o a la subrúbrica Economía dentro de la rúbrica Japón.

RECUERDE:
• Antes de lanzarse a una búsqueda de documentación, comience por pen-
sar en las palabras clave que pueden guiarle. Según el número y la preci-
sión de esos índices, usted descubrirá una mayor o menor información.
• En caso de dificultad, no dude en pedirle ayuda al bibliotecario. Formule
claramente su pregunta y sea lo más preciso posible; si tiene que efectuar,
por ejemplo, un trabajo sobre “Las flores del mal”, no se contenta con pre-
guntar qué existe sobre la literatura francesa del siglo XIX. Exprese clara-
mente el tema que debe tratar, y así obtendrá el máximo de datos.

27. LEER EFICAZMENTE

EN POCAS PALABRAS....
Para utilizar de la mejor manera posible el limitado tiempo de que usted dispone, es muy importante adoptar un método de
lectura eficaz.

1. ¿Qué leer?

Organice un plan de lectura que incluya, además de la prensa:


• los libros que le gusten: confíe en su gusto, pero acuérdese también de los clásicos.
• los libros impuestos: mantenga entonces un estado de atención permanente, como para realizar un trabajo.

2. ¿Cómo leer eficazmente un texto o un libro?

De manera general, limite su tiempo; para leer rápidamente, utilice únicamente la vista, evite articular incluso inconscien-
temente. ¡Ojo!, no proyecte de entrada sus ideas sobre el texto. Su lectura debe estar siempre orientada hacia las ideas prin-
cipales y las respuestas a las cuestiones planteadas. Para tomar apuntes, utilice preferentemente sus propios términos.
Siga cuatro etapas:
• Tenga una visión sintética leyendo únicamente lo que rodea al texto.
• Extraiga lo esencial a través de las conclusiones e introducciones de las diferentes partes o capítulos. Busque las
primeras palabras clave y la lógica del conjunto.
• Lea el texto íntegro, entre en los detalles, encuentre otras ideas clave y relaciones entre ellas, respondan a las pre-
guntas que se planteaba usted al comienzo. Resuma en una ficha de lectura.
• Eche una nueva ojeada general al conjunto para verificar la exactitud de lo que ha retenido.

3. La ficha de lectura

Constituye una ayuda para su memoria y un instrumento de formación intelectual.


Indique en la parte superior de la ficha todas las coordenadas.
En la parte principal, mencione los elementos importantes del texto.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 126
Anote su análisis en la parte inferior de la ficha.

El interés de la lectura es múltiple (repasar los capítulos 4 y 24). Recordemos


que, además del placer proporcionado, la lectura permite conocer o proporciona de-
seos de conocer. La apertura que provoca sobre el mundo hace progresar las capa-
cidades intelectuales, desbloquea la imaginación y suscita el deseo de actuar por
uno mismo.
Sin embargo, el tiempo de que usted dispone para la lectura está forzosa-
mente limitado; es, pues, vital para usted leer mejor y seleccionar sus libros. Poste-
riormente, gracias a sus fichas de lectura, usted podrá rentabilizar el tiempo em-
pleado en leer conservando una muestra utilizable en el futuro.
27.1 ¿Qué leer?
Como siempre, organícese; sus lecturas deben integrarse en un plan * de
conjunto. Éste comprenderá los libros que a usted le agradan, así como las obras
impuestas, sin olvidar la lectura de la prensa *.
27.1.1 La lectura como placer
En primer lugar, fíese de su gusto, elija lo que le gusta y deje a un lado ini-
cialmente lo que le desagrada. Intente, no obstante, abrirse de vez en cuando a
otros campos; pida consejo eventualmente a los libreros, a los bibliotecarios, a sus
padres, a sus compañeros, a los profesores. No dude tampoco en abordar, algunas
veces, obras que estén ligeramente por encima de sus posibilidades actuales de
comprensión.
De todos modos, su proceder debe ser natural y, sobre todo, no hacerle per-
der el gusto por la lectura. Vuelva a los textos sencillos si las dificultades son dema-
siado grandes. No se deje atrapar por los libros de moda. Acuérdese de los clásicos,
su calidad ha sido suficientemente contrastada, y sabrán seducirle y enriquecerle al
mismo tiempo. Para conservar el recuerdo de sus lecturas, proceda como con las
lecturas impuestas.
27.1.2 Las lecturas impuestas
Le han dado una lista de obras o de textos que tiene que leer durante el año.
Éstos no le apasionan necesariamente pero debe usted conocerlos. En ese caso,
actúe como cuando tiene que redactar un trabajo. Sitúese en unas condiciones favo-
rables para la concentración: retírese a un lugar donde no vaya a ser molestado.
Siéntese cómodamente, relájese y dispóngase a elaborar sus fichas de lectura. Esta
actividad requiere un estado de atención, de alerta, idéntico al de la toma de apun-
tes. Aproveche los períodos en que se encuentre en plena forma: no piense en nin-
guna otra cosa.
Trabaje con un diccionario, una agenda o una libreta para el vocabulario y un
reloj para evitar dormirse en sus lecturas. Si el libro le pertenece, subráyelo even-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 127

tualmente, anote en el margen directamente sobre las páginas; el libro es una


herramienta y no una obra de arte. Redacte seguidamente, a partir de esas marcas
sus fichas de lectura.
27.2 ¿Cómo leer eficazmente?
El método que acabamos de describir prefigura un método de lectura rápida.
Se trata de que usted trate más eficazmente la información: de extraer rápidamente
de un texto los elementos esenciales o aquellos que le interesen, de comprenderlos
y de memorizarlos.
De manera general, para permanecer activo impóngase unos límites horarios,
limite usted mismo su tiempo de lectura; así, usted irá mucho más rápido sabiendo
que tiene que terminar en un plazo determinado. Varíe la rapidez de su lectura en
función de la dificultad abordada y del interés que ella despierte en usted. Para ga-
nar tiempo y leer mejor, adopta una lectura mental: recorra los párrafos con la vista,
no pronuncie nada ni siquiera inconscientemente, permanezca con los labios y la
lengua inmóviles. No mire palabra por palabra ni siquiera línea por línea si el conte-
nido es fácil, recorra con la vista más bien bloques enteros de palabras.
Imagine siempre que tiene que resumir el texto o el libro, por ejemplo, a un
amigo. Debe usted extraer las grandes ideas. Sepa igualmente por qué lee. ¿Cuáles
son las preguntas que le plantean? ¿Qué busca usted? Toda su lectura debe orien-
tarse en torno a esos índices. Su procedimiento será, consecuentemente, constan-
temente activo.
Esté atento, eso le permitirá descubrir el sentido del texto, las respuestas que
usted busca y memorizar el conjunto al mismo tiempo.
Para captar bien y conservar sólo lo que le interesa, debe usted efectuar su
lectura en varias etapas: el principio es el de no quedarse inicialmente más que con
lo esencial (es lo que se llama “desnatar”); usted profundizará después en cada lec-
tura suplementaria. La primera fase le permite, pues, descubrir el conjunto del do-
cumento y le hace ganar tiempo sobre las siguientes. Las segunda y tercera fases
son verdaderas lecturas para comprender el texto, reaccionar ante él y asimilarlo.
27.2.1 Primera fase: descubra
Eche una ojeada general a todo el texto o al libro: usted debe obtener una vi-
sión sintética. Interésese por todo salvo por la redacción propiamente dicha. Consul-
te el sumario para conocer el plan, el contenido; luego, con arreglo a su objetivo, a
sus indicios, usted no leerá más que lo que le interese. Si existe un índice, examíne-
lo, ya que especificará un poco más las cuestiones abordadas en la obra. Mire el
número de páginas, la fecha de publicación (las ideas pueden estar quizá supera-
das). Extraiga los elementos importantes gracias a la tipografía, a los títulos, subtítu-
los, ilustraciones y gráficos. Lea igualmente las solapas y la contraportada, y, si exis-
te, la introducción y el prefacio. Después de esta primera etapa, usted debe tener ya
algunas ideas sobre el autor y sobre sus intenciones. No vacile en descartar bien
una parte del texto o del libro, bien su totalidad, si no responde a sus necesidades;
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 128

no lea más que lo que realmente le interese.


27.2.2 Segunda fase: seleccione lo esencial
Debe usted adquirir lo esencial. Para ello, lea atentamente, con el rotulador
en la mano, el final del documento o del capítulo. Usted descubrirá así las principa-
les ideas resumidas, las conclusiones. Leyendo seguidamente la introducción, en-
contrará el anuncio eventual de esas ideas, la presentación del problema. Subraye
las ideas principales, las palabras clave; sepárelas, numérelas.
Las palabras clave son los términos más importantes del texto; son los pilares
en los que se sustentan las ideas principales y las resumen; generalmente se repi-
ten. Las encontrará a menudo en los títulos, así como al principio o al final de un
párrafo. Para ponerlas de relieve, elimine todos los términos imprecisos y las expre-
siones destinadas únicamente a articular el texto. Después de estas primeras pala-
bras clave, descubra también los vínculos entre esas ideas principales, busque la
lógica del conjunto.
Usted debe tener ahora una comprensión total del documento; conoce su
sentido y puede descubrir el pensamiento de su autor. ¿Tiene usted ya las respues-
tas a las preguntas que se planteaba inicialmente? Antes de proseguir, anote en el
borrador los elementos obtenidos.
27.2.3 Tercera fase: profundice
Tras estas dos fases de preparación, usted puede comenzar la lectura del do-
cumento o del libro, pero solamente los pasajes que le conciernan (en caso de duda,
léalos). Esta lectura sigue siendo activa para poder extraer y conservar su riqueza;
usted puede redactar eventualmente las respuestas o su ficha de lectura. Tenga
siempre presente las preguntas planteadas (¡ojo!, una vez más, no proyecte sus
ideas en el texto, permanezco objetivo). Interésese por el vocabulario, por la ortogra-
fía, por las ilustraciones, gráficos, fotos (éstas condensan a menudo las ideas).
Recorra las frases o lea por grupos de palabras, con mayor o menor rapidez
según el tiempo de que disponga. En lo que concierne a las dificultades, no se de-
tenga, no vuelva hacia atrás. Coloque más bien un punto de interrogación en el
margen frente a las frases difíciles: no las vuelva a leer hasta más tarde; en efecto,
el sentido tal vez se haya aclarado según avanza la lectura del texto, ya que, con
frecuencia, un autor desarrolla los conceptos complejos varias veces seguidas, bajo
formas diferentes.
Subraye las nuevas ideas. Descubra sus relaciones. Vuelva a leer también la
introducción y la conclusión para confirmar lo que usted acaba de descubrir. Utilice
los puntos de exclamación, las abreviaturas, etc. ¡Que su lectura sea viva! Al final de
cada parte del texto o de cada capítulo, responda a los puntos de interrogación que
ha anotado en el margen.
Resuma seguidamente lo esencial con sus propias palabras o elabore un es-
quema sintético, un cuadro, bien en el borrador, bien en sus fichas. Trabaje a partir
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 129

de lo que ha subrayado. ¿Cuáles son el tema del texto, el pensamiento del autor?
¿Cuál es su propio punto de vista sobre el problema? ¿Presenta algún interés el
estilo? Responda a todas las preguntas que usted se planteaba inicialmente e ilús-
trelas con ejemplos. Compare lo que usted acaba de leer con lo que usted ya cono-
cía: piense en la vida del autor, no olvide otras lecturas que traten del mismo tema,
recurra eventualmente a la actualidad... (tenga un pensamiento polivalente *).
27.2.4 Cuarta fase: compruebe
Inmediatamente después de la redacción de la ficha, eche una rápida ojeada
a la parte o al capítulo que acaba de leer, evoque mentalmente después las ideas
principales. Compárelas con lo que usted ha escrito. No tiene que haber ningún
desacuerdo. Ante la duda, vuelva a repasar inmediatamente, profundice, sitúe nue-
vamente la palabra, la frase, dentro de su contexto. Evite el más grave de los erro-
res: el contrasentido. Comprueba la claridad y la correcta anotación de todo lo que
sea importante.
27.3 Las fichas de lectura
Las fichas o los apuntes que usted haya tomado en una agenda o cuaderno
se pueden redactar también con ocasión de cualquier tipo de acontecimiento que
usted desee retener: emisión de televisión, conferencia, visita... Se trata de que us-
ted elabore una documentación a partir de sus experiencias vividas. Más adelante,
cuando ejerza su profesión, este hábito le resultará muy útil. Estas fichas supondrán
una preciosa ayuda para su memoria y usted podrá recurrir frecuentemente a ellas
para la preparación de su acción.
En la parte superior de la ficha, indique las coordenadas del documento:
nombre del autor, título de la obra, fecha de publicación, editor, temas abordados en
forma de palabras clave *, fecha de su lectura. Piense en la facilidad de utilización
de esta ficha y en su clasificación en los dossieres; para ello, coloque una referencia
en función de la clasificación de su documentación (repasar Capítulo 25).
En la parte principal de la ficha, haga figurar todos los elementos importantes
concernientes al texto propiamente dicho:
• fecha de redacción, circunstancias, acontecimientos vinculados a la escri-
tura;
• estructura del texto o, en el caso de una novela, el resumen, el nombre de
los personajes principales, los temas...;
• ideas más importantes expuestas.
La parte inferior de la ficha ha de contener su propio análisis: comentarios so-
bre las ideas, sobre el estilo. ¿Qué comparaciones puede usted efectuar? Anote
eventualmente para terminar algunos elementos bibliográficos.
La ficha deberá estar siempre redactada en forma de resumen y utilizando
sus propias palabras; ese trabajo de transposición personal le obliga a comprender y
le permite asimilar mejor. Además, esta escritura supone un entrenamiento comple-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 130

mentario para los ejercicios de redacción; su cerebro se beneficiará de esta auténti-


ca elaboración mental, lo que no ocurre cuando uno se limita simplemente a copiar.
Observación: Las fotocopias sólo son útiles cuando se trata de conservar la
totalidad de un texto. Si se trata de retener únicamente ideas, es preferible transcri-
birlas inmediatamente a una ficha en vez de tener que leer nuevamente más tarde
toda la fotocopia.

RECUERDE:
• Con la lectura, debe usted encontrar la respuesta a sus preguntas y detec-
tar en el texto o en el libro los problemas planteados. Usted dialoga acti-
vamente con el documento: selecciona y anota todo lo que le interesa gra-
cias a las palabras clave.
• La ficha de lectura es una herramienta de formación intelectual, el hecho
de redactarla con sus propias palabras desarrolla sus capacidades, parti-
cularmente, las de atención, comprensión y síntesis.

28. DESPEGARSE DE LA TELEVISIÓN

EN POCAS PALABRAS....
La televisión puede ser una fuente irreemplazable de informaciones si sabe usted no permanecer pasivo ante ella.

1. Interés de la televisión

Permite la apertura al mundo y, teóricamente, la multiplicación de la información.

2. Inconvenientes de la televisión

• La calidad del lenguaje es baja y el vocabulario limitado: contrariamente a la lectura, la televisión muestra pero no
explica, está muy lejos de las exigencias de la enseñanza.
• En lo que se refiere al aprendizaje, es imposible seguir un modelo, como en un escrito, para volver hacia atrás, repe-
tir... Además, la falta de implicación personal produce una excesiva pasividad.
• La falta de libertad se manifiesta a través de limitaciones materiales (horarios...) y una elección de temas muy res-
tringida.
• A menudo domina la banalidad: poco análisis, poca reflexión, ronroneo general.

3. La televisión como pasatiempo

No mire ningún programa sin haberlo escogido previamente y practique otros entrenamientos.

4. ¿Cómo utilizar la televisión?

Localice, en el marco de un programa crítico, las buenas emisiones y, si puede, véalas en el magnetoscopio.

5. Despegarse de la televisión

• Elija y fíjese un número máximo de horas por semana.


• Sustituya, en un primer momento, la televisión por la radio. Prevea una ocupación para cada tarde.
• Sea actor y no espectador. Prefiera la razón a la emoción.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 131

Mientras que la mayoría de las personas pasa entre 20 y 30 horas a la sema-


na mirando la televisión, resulta sorprenderse enterarse de que algunas familias no
poseen este aparato. Resulta más asombroso aún constatar que se trata general-
mente de familias acomodadas: profesiones liberales, cuadros superiores... En rea-
lidad, se trata para ellos de una elección, de una voluntad real. ¿Cómo pueden vivir
sin ver la televisión? ¿Qué rechazan de este modo? ¿Por qué se privan de todos
esos beneficios catódicos?
28.1 Interés de la televisión
La televisión sigue siendo una irreemplazable ventana abierta sobre el mun-
do. Gracias a ella, usted puede, teóricamente, multiplicar sus informaciones. Senta-
do cómodamente en su casa, ve cómo se abordan todos los problemas, todos los
acontecimientos; casi todas las disciplinas se ven así implicadas. En contacto con
ella, su cultura general se amplía, usted se familiariza incluso con otras culturas. Los
conocimientos se vuelven vivos, concretos y, al ser visuales, fáciles de memorizar.
Infinidad de maestros están allí para presentárselos. Saben despertar en usted el
apetito del conocimiento; por ejemplo, después de una emisión científica o literaria,
usted siente deseos de profundizar en el tema o de leer el libro presentado.
28.2 Inconvenientes de la televisión
28.2.1 Para los estudios
Los problemas fundamentales son los del lenguaje y del aprendizaje.
28.2.1.1 El lenguaje
En lo que se refiere al vocabulario, la televisión, con objeto de que sea acce-
sible a todos, limita voluntariamente la complejidad de los términos utilizados. Ade-
más, en caso de dificultad, es imposible volver hacia atrás para situar la palabra de-
ntro del contexto a fin de comprenderla mejor.
Para la gramática y la ortografía, la televisión es evidentemente inútil; el escri-
to es indispensable para descubrir y memorizar mediante la visualización.
Por lo que se refiere a la expresión de las ideas, la televisión muestra gene-
ralmente lo que pasa; no describe, no explica. La enseñanza, por el contrario, se
sirve constantemente de otros lenguajes, de códigos escritos u orales, para designar
y hacer entender el funcionamiento del mundo.
Así, pues, la televisión, con las imágenes y los sonidos (las ideas se captan
en segundo lugar), y la enseñanza, con el vocabulario, las frases, la gramática, las
ideas, representan dos mundos opuestos. El mundo escolar o universitario conserva
todavía sus referencias tradicionales, su lenguaje; exige descripciones, explicacio-
nes, razonamientos.
28.2.1.2 El aprendizaje
Mejor que cualquier otro soporte, la televisión permite una primera apertura y
una sensibilización ante los fenómenos, ante el mundo; ¿pero adónde conducen
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 132

estas cualidades si no existen después ideas suficientes o una ordenación de las


mismas por usted mismo, si no existe reflexión? ¿Cómo describir la complejidad,
ejercitarse en sintetizarla, si todo ya está uniformemente reducido?
Todo aprendizaje necesita mirar atrás, repeticiones, entrenamientos sucesi-
vos con un modelo a la vista. Ese intercambio entre usted y el modelo, llevado a un
ritmo adecuado, es absolutamente necesario. ¿Cómo responsabilizarse de uno
mismo frente a la pasividad ante la oleada de imágenes? ¿Dónde se materializa su
voluntad de progresar, de triunfar? ¿Dónde están la tensión y las implicaciones per-
sonales?
Las 30 horas o más, que muchos pasan cada semana ante el televisor, se
convierten entonces en un serio impedimento, ya que aportan poco y devoran todo
el tiempo de lectura o de estudio. La distancia entre los que no ven televisión y los
que sí la ven se va haciendo cada vez mayor.
Mientras que los primeros desarrollan sus aptitudes, los segundos adquieren
y consolidan los hábitos rechazados por la enseñanza: pasividad o reacciones emo-
cionales; de hecho, funcionamiento del cerebro primitivo * en lugar del cerebro supe-
rior *. Las buenas relaciones entre la televisión y el sistema educativo, entre la emo-
ción y la reflexión, son todavía desafortunadamente raras.
28.2.2 En la vida cotidiana

28.2.2.1 El tratamiento superficial de la información


Ya hemos abordado la comparación entre la prensa y la televisión en lo que
se refiere al tratamiento de la información (ver nuevamente Capítulo 24: “Saber in-
formarse”). Entre las desventajas de la televisión precedentemente mencionadas,
citemos esa falta de profundidad en la información. Usted siente a menudo ganas de
conocer más sobre los problemas presentados. Si usted está ya un poco sensibili-
zado ante el tema abordado, tiene la impresión de no haber aprendido nada funda-
mental. Las ideas están ilustradas, pero no son nuevas.
Usted se da cuenta de la agresividad de las imágenes, de las tensiones pro-
vocadas artificialmente, no es de los que se dejan engañar. En lugar de esto, usted
preferiría más debates de ideas. Le gustaría aprender, comprender mejor el funcio-
namiento del mundo y de las personas que le rodean en vez de no percibir más que
hechos. Usted desearía más análisis que datos.
28.2.2.2 La falta de libertad
Las limitaciones de la televisión son a veces difíciles de soportar (horarios in-
adecuados, imposibilidad de detenerse, de volver hacia atrás, de poder conservar
algunos elementos). Los temas impuestos no le interesan necesariamente: a usted
le gustaría poder elegir otras emisiones en lugar de unas series construidas invaria-
blemente sobre los mismos esquemas (poder, amor, violencia, dinero). ¿Tal vez de-
searía usted ver abordados temas científicos, por ejemplo? Puede ser también que
esos modelos, ese modo de vida trivial, ese sistema de valores, no sean lo suyo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 133

28.2.2.3 La banalidad
Cuando usted apaga el televisor por la noche, tiene la impresión de haberse
dejado guiar. Su pensamiento ha desfilado tan rápido como las imágenes. Usted
desearía tener tiempo para reflexionar más, para seguir a su ritmo. Usted encuentra
que el sistema televisivo no pone nada en tela de juicio. Se muestran imágenes, se
repite siempre la misma cosa con las mismas palabras, las mismas frases. Usted
tiene la impresión de que no se quiere asustar al telespectador, ni siquiera molestar-
le. Todo parece natural, nadie eleva el tono de voz, nadie se apasiona, ni realiza jui-
cios sobre los hechos o sobre las personas: el ronroneo general adormece su re-
flexión.
Las ilustraciones desfilan, pero, a menudo, no hay, ni en la pantalla ni en su
casa, ningún razonamiento. Nadie analiza, nadie saca conclusiones de los hechos
presentados. No hay ni juicio ni personalización; todo es insulso y anodino. No sabe
usted qué pensar. Todo, o casi todo, le parece simple, fácil de entender.
Sin embargo, al finalizar la velada, cuando usted apaga el receptor, las imá-
genes se entremezclan; usted ya no sabe muy bien a qué, a quién, se referían. Por
otro lado, las pausas publicitarias vienen a sumarse a la dispersión, a la confusión
existente en su cabeza. Usted acaba fatigado mientras que, paradójicamente, usted
no ha aportado ningún esfuerzo, no ha tomado ninguna iniciativa, salvo la de mirar
con los ojos abiertos. Mañana será idéntico, usted habrá olvidado ya las imágenes
de hoy. ¿Dónde están sus capacidades intelectuales?
28.3 La televisión como entretenimiento
Dado que la televisión aporta tan poco a los estudios, ¿qué lugar puede tener
entre los pasatiempos? No hay nada como apretar el botón cada tarde para cam-
biarse las ideas. El mundo entero desfila ante sus ojos para distraerle. Pero, ¿son
realmente esas imágenes las que usted desea? ¿No siente usted una inclinación
por algún tema particularmente interesante? No mire nada sin haberlo realmente
escogido. Existen periódicos o revistas que, a través de sus críticas, pueden ayudar-
le en su selección. Si no ha seleccionado nada de particular, no se deje tentar por la
facilidad: ¿por qué no comprar un libro o tomarlo prestado de la biblioteca? ¿Por qué
no ejercer alguna actividad manual, crear, practicar algún deporte, desarrollar sus
cualidades artísticas, etc.? ¿No sería todo esto mucho más satisfactorio, más apro-
piado para su desarrollo? Y, si la fatiga es realmente grande para comenzar una ac-
tividad, ¿por qué no descansar realmente para estar en forma los días siguientes?
28.4 ¿Cómo utilizar la televisión?
Algunas emisiones son particularmente interesantes, bien por el tema, bien
por la forma en que éste es tratado. Localícelas en el programa en cuanto aparezca.
Si le resulta imposible, grabe en el magnetoscopio el programa que ha selec-
cionado y mírelo una tarde que tenga ganas de relajarse.
Si el tema le aburre o si se prolonga excesivamente, acelere el desfile de
imágenes, pero vuelva hacia atrás para ver de nuevo los pasajes difíciles. Utilice a
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 134

fondo las posibilidades de su magnetoscopio. Tras el desfile de las imágenes, grabe


eventualmente el sonido en una casete. A menudo, las emisiones más interesantes
(por sus ideas) pueden escucharse fácilmente. Usted podrá así seguirlas en cual-
quier lugar utilizando sus cascos. Recuerde, sin embargo, que se retiene mejor lo
que se ve.
¿Desea usted seguir únicamente el comienzo de una emisión? Tengo prepa-
rada entonces otra ocupación. Fíjese también un tiempo limitado y no se instale de-
masiado cómodamente en una butaca, pues sucumbiría fácilmente.
Sobre todo, tenga siempre una apreciación crítica de lo que mira y discuta
sobre las emisiones interesantes con los que están con usted; así podrá profundizar
en ellas, esclarecerlas.
28.5 Despegarse de la televisión
Calcule el número de horas que pasa usted cada semana delante de la pan-
talla. ¿Qué ha retenido realmente de interesante a lo largo de los días transcurridos?
¿Qué se habría perdido realmente de no mirarla? ¿No hubiera preferido realizar
más bien otra cosa? Sea consciente, eventualmente, de su dependencia.
Como con una droga, usted puede estar sometido a sus hábitos. Usted repite
cada día los mismos gestos, su cerebro primitivo guía sus actos. Éste se siente
atraído por lo que conoce bien: las emociones fuertes, agradables (raramente des-
agradables), acuden a la cita, y él se apresta a renovarlas. Su cerebro superior (su
voluntad) ya no tiene el control, ha sido dominado.
Para despegarse de la televisión, sobre todo, no la encienda sin un objetivo
concreto; proceda entonces en dos tiempos:
Como ya hemos dicho, elija a partir del programa de la semana lo que le in-
teresa o, si no, concédase un cierto número de horas que no deberá superar; limite
así su dependencia; decida ser libre en sus ocios.
Al comienzo de este período de alejamiento, sustituya el gesto automático de
puesta en marcha del televisor por otro, oriéntese eventualmente hacia la radio (in-
formaciones, música..., lo que a usted le agrade). Así, encontrará una mayor libertad
y podrá comenzar más fácilmente una ocupación.
Ante la televisión, piense continuamente en usted. Pregúntese si le sirve, si
desarrolla su potencial. No se quede fascinado por la pequeña pantalla, abandone el
terreno de las emociones arcaicas.

RECUERDE:
• Prevea cada tarde una actividad para reemplazar su droga televisiva. Sea
actor y no espectador.
• Usted existe, viva las experiencias por sí mismo. Reaccione, actúe para
realizar sus sueños. Crea en sí mismo, en su fuerza interior, en su desa-
rrollo, sin la televisión.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 135

TERCERA PARTE: PREPARARSE PARA LOS EXÁMENES


29. SU ESTADO DE FORMA, SU SALUD

EN POCAS PALABRAS....
Debe existir una armonía entre el cuerpo, la mente y el entorno.

1. Encuentre y conserve el equilibrio

• Encuentre su equilibrio energético gracias a la alimentación y la respiración; incluya unas pausas en su programa de
trabajo; cuide su sueño. Evite perder sus fuerzas inútilmente: elimine las toxinas, evite el nerviosismo y la crispación.
Autorregúlese.

2. No estabilice conductas peligrosas

• Tabaco, alcohol, estupefacientes, tienen unos efectos desfavorables similares: dependencia, estado de carencia, to-
lerancia, acción nefasta sobre el cerebro.
• Para evitar estas conductas, es preciso: ser conscientes del papel del cerebro primitivo para no actuar más bajo su
influencia; encontrar una posibilidad de diálogo; suprimir los condicionamientos, particularmente gracias a la autosu-
gestión; abandonar el grupo negativo en el que uno se encuentre.
Una vez más, no deje que su cerebro primitivo le condicione, conserve el control gracias a su cerebro superior.
• Desconfíe de los medicamentos. No fuerce artificialmente las capacidades de su cuerpo, incluido su cerebro; des-
canse cuando sea necesario.

3. Actúe preventivamente: ábrase a la información

Analice sus necesidades con su médico de cabecera. Piense siempre en las consecuencias de sus actos sobre su salud;
evite todo abuso.

Pretender separar el funcionamiento de la mente y la del cuerpo sería artifi-


cial. Todos hemos comprobado, en efecto, la influencia de nuestra forma física, de
nuestras energías, sobre nuestras capacidades intelectuales. La fatiga * repercute
automáticamente sobre nuestra forma de ver las cosas, sobre nuestras capacidades
para razonar objetivamente, sobre nuestra conciencia, nuestra lucidez, sobre el do-
minio de nosotros mismos, pero también simplemente sobre nuestra dificultad para
abordar un trabajo.
29.1 Encontrar y conservar el equilibrio
Hay que considerar el cuerpo y la mente como una unidad cuyas partes reac-
cionan la una sobre la otra, particularmente, a través de un intercambio mutuo de
energía. Debe existir una armonía entre cuerpo, mente y entorno.
Cuando esta armonía se rompe, cuando se crea una inestabilidad, aparecen
entonces los problemas de salud. Conservar la forma es mantener los equilibrios
fundamentales.
29.1.1 Equilibrio energético
Para poseer y mantener un buen equilibrio energético es preciso:
• alimentarse * inteligentemente, sanamente, variadamente, sin carencias ni
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 136

excesos;
• respirar * profundamente de vez en cuando gracias al deporte *, a los pa-
seos a pie o a determinados ejercicios de respiración;
• captar regularmente un poco más de energía solar, a través de unos ba-
ños de sol moderados (evite las exposiciones prolongadas, los excesos
peligrosos para la piel);
• recuperarse gracias a las pausas * durante la jornada y a un sueño * repa-
rador;
• evitar los gastos inútiles de energías: para prevenir ciertas enfermedades,
elimine las toxinas bebiendo cotidianamente litro y medio de agua durante
y fuera de las comidas, favorezca el tránsito intestinal, observe las reglas
de higiene;
• evite el nerviosismo; fíjese unos planes * de acción, sígalos y no se deje
sorprender; evite también a las personas estresantes.
Autorregúlese: adáptese a los eventuales cambios para reencontrar su equili-
brio. Así, si pierde el sueño un día, concédase una buena noche al día siguiente;
evitará acumular la fatiga, pero sepa que el sueño perdido no se recupera. Si ha
comido poco, de pie y con prisa, compense su alimentación en la siguiente comida.
Recupere siempre su potencial energético, no deje nunca que sus baterías se
descarguen completamente, ya que, cuando uno se da cuenta que está al límite de
sus fuerzas, es a menudo demasiado tarde, entonces falta la energía para poder
reaccionar eficazmente.
29.1.2 Equilibrio psicológico
Para poseer un buen equilibrio, para sentirse bien en su propia piel, comience
por conocerse a sí mismo, descubra cuál es su estado ideal de forma, sus propios
ritmos *, sus capacidades, sus límites; no vaya contra su naturaleza; acéptese; des-
de la adolescencia hasta la tercera edad, acepte igualmente, sin complejos, su evo-
lución, su propia transformación física.
Manténgase optimista, lleno de confianza *; intente distinguir siempre el lado
positivo de la situación; incluso en los períodos difíciles, piense prioritariamente en
su autorrealización.
Sepa también abrirse * a los demás, en primer lugar, para progresar, pero
también en caso de problemas; sobre todo no se quede encerrado dentro del mismo
esquema de funcionamiento mental negativo.
29.2 No estabilice conductas peligrosas
29.2.1 Los efectos del tabaco, del alcohol y de los estupefacientes
Tabaco, alcohol y estupefacientes son comparables en algunos de sus efec-
tos.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 137

Estos productos actúan en primer lugar sobre los centros del placer situados
en el cerebro primitivo *. Éste va a intentar renovar constantemente esa sensación
inmediata agradable. Sabemos que siempre busca y repite las experiencias que co-
noce, y más aun cuando éstas le agradan, y esto aunque la voluntad se oponga a
ellas.
Toda droga lo es precisamente porque arrastra al cerebro primitivo a esa re-
petición de un gesto o de un comportamiento. La droga crea, pues, una relación de
dependencia con el producto que uno mismo se administra: nicotina, alcohol, estu-
pefacientes, pero también café.
Como cerebro primitivo y sustancias tóxicas están vinculados entre sí, es ex-
tremadamente difícil después, una vez consolidado este vínculo, el cortarlo. Nuestra
naturaleza es así; todo lo que nos proporciona una satisfacción inicial se convierte
rápidamente en un reflejo, en un automatismo indispensable. La privación es casi
siempre dolorosa. La abstinencia produce un estado de carencia en el organismo.
Se constata, por otra parte, la necesidad de aumentar la dosificación inicial para
conservar el mismo placer sin trastornos inmediatos, es lo que se conoce como el
problema de la tolerancia.
Finalmente, una propiedad particularmente nefasta del conjunto de esas dro-
gas es el perjuicio temporal causado al funcionamiento del cerebro. Esto es así por
lo que se refiere al alcohol y a los estupefacientes, pero también es cierto, aunque
en menor medida, por supuesto, para el tabaco; por una parte la nicotina se fija pre-
ferentemente en el sistema nervioso, por otra, el óxido de carbono que se despren-
de de la combustión impide una buena oxigenación del cerebro y, con ello, reduce
las posibilidades de éste, particularmente, en lo que se refiere a la memoria de las
palabras.
29.2.2 Cómo evitar esas conductas nefastas
En primer lugar, hay que ser conscientes de las necesidades del cerebro pri-
mitivo para poder responder a ellas: romper la antigua estructura negativa para crear
una nueva más favorable. Ante todo, hay que desear no funcionar, o dejar de hacer-
lo, bajo la influencia del sistema límbico *; evitar ese comportamiento regresivo;
adoptar otra actitud: controle su carácter, sus reacciones, desarrolle todas las capa-
cidades de su cerebro superior *.
Escucha, diálogo, son siempre cualidades primordiales. Permiten, en primer
lugar, no entrar en esa estructura mental nefasta, cerrada sobre sí misma, pero tam-
bién, si esto se produce, adquirir conciencia de ello y salirse: intercambio y comuni-
cación * crean la apertura necesaria.
Después de esta toma de conciencia y de este deseo de abandonar una con-
ducta negativa, hay que conseguir suprimir el proceso reflejo en el que uno puede
encontrarse comprometido. La voluntad o la razón (el cerebro superior) son a menu-
do impotentes; sólo gobierna el cerebro primitivo, y es a éste a quien hay que condi-
cionar de nuevo. Dirigirse a este último no es cosa fácil, pero es, sin embargo, posi-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 138

ble. Siguiendo su funcionamiento básico, la repetición, se le puede influenciar.


Para llegar a él, desconecte de entrada el cerebro superior mediante la rela-
jación *. Repita seguidamente usted mismo (o haga que se le repitan o escuche en
grabación) la frase positiva que desee meterse en la cabeza, por ejemplo: “He deci-
dido dejar de fumar, me siento muy bien ahora.” Pronúnciela una docena de veces
en forma de letanía, repítala regularmente, por supuesto, durante su período de
“desenganche”.
Paralelamente, hay que estar alerta a la influencia que puede ejercer el en-
torno; no vacile en separarse de un grupo negativo y orientarse hacia una estructura
más favorable psicológicamente: asociación humanitaria, clubes deportivos o cultu-
rales (representaciones de papeles, teatro, etc.). Luche contra la sensación de vacío
interior realizando una acción en la que se autorrealice.
Aceptar el mundo tal como es o enfrentarse con él es una elección siempre
posible; no retrocediendo, sino, por el contrario, progresando, superando debilidades
o bajezas provocadas, en la mayoría de las personas, por ese cerebro primitivo.
29.2.3 Desconfíe de los medicamentos
De todos modos, no inicie un tratamiento sin seguimiento médico. No abuse
de los medicamentos, pues son productos activos, y su absorción no siempre está
exenta de riesgos. No prolongue su utilización inútilmente, pueden fatigarle. Siga los
consejos de su médico (si tiene que hacer un examen o unas oposiciones, indíque-
selo a fin de que conozca perfectamente su situación). Efectúe siempre algunas to-
mas de prueba antes de los exámenes para conocer su reacción y su dosificación
personal; si no, se expondrá usted a una catástrofe el día fatídico.
Sobre todo, no tome ningún medicamento por “consejo” de amigos bien in-
tencionados; particularmente si se trata de productos de venta libre. Usted se arries-
ga, en caso de abuso o de inadaptación, no sólo el fracaso escolar, sino también a
perjudicar seriamente su integridad física y mental.
Los tratamientos homeopáticos o fitoterapéuticos (curación a través de las
plantas) se incluyen también en las observaciones precedentes. Asegúrese siempre,
con el tiempo suficiente, de su eficacia.
Los tranquilizantes.- Somníferos, calmantes, antidepresivos, ¡no suprimen el
problema! Remedian únicamente sus manifestaciones. Usted se arriesga a un bajón
en su vigilancia durante el trabajo, a una disminución de la memoria y, lo que es
también muy grave, a una dependencia: de manera general, perturban el funciona-
miento del cerebro. Sea muy prudente en este punto, no prolongue la utilización (pa-
ra los somníferos, ver Capítulo 31: “El sueño”).
Los productos psicoestimulantes.- Aspartatos y glutamatos, productos a base
de ácidos aminados, pueden ser calmantes o excitantes, según la naturaleza de ca-
da uno; evite las prescripciones de larga duración.
Anfetaminas y betabloqueantes.- Elimine las anfetaminas a causa de las difi-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 139

cultades de concentración que provocan. No supere artificialmente sus fuerzas, el


cerebro necesita descanso para funcionar correctamente. Además, pueden surgir
problemas depresivos graves al suspender el tratamiento.
Son desaconsejables asimismo por los serios trastornos cardíacos que pue-
den originar.
Por lo que se refiere a los betabloqueantes, las opiniones están divididas: pi-
da consejo a un médico.
Los laxantes.- Aunque a veces formen parte de la vida cotidiana, no por ello
dejan de ser medicamentos y, por esta razón, sólo se deben utilizar, como los de-
más medicamentos, de forma adecuada.
29.3 Actúe preventivamente: ábrase a la información
Al finalizar las vacaciones, preocúpese de su salud a título preventivo. Si quie-
re practicar algún deporte, debe visitar a su médico para obtener un certificado de
aptitud, ésta será una buena ocasión para efectuar un rápido balance: tensión, talla,
peso, capacidad pulmonar, detección de escoliosis; hágase también una revisión de
la vista, del oído y de su dentadura; piense asimismo en un control ginecológico. Si
tiene que hacer un examen o unas oposiciones, hágase vacunar contra la gripe, du-
rante la segunda quincena de octubre; esta vacunación le evitará perder una sema-
na de clases y quedar debilitado para un mes.
De manera general, no se busque problemas; piense en las consecuencias
de sus actos (por ejemplo, para evitar el SIDA y las enfermedades de transmisión
sexual, utilice preservativos).
Para cualquier consejo o examen, prefiera a su médico de familia; él le cono-
ce a usted mejor, sigue su evolución y sabrá hacerle sugerencias con arreglo a sus
antecedentes y a sus necesidades actuales.

RECUERDE:
• Si bien el cerebro actúa sobre el cuerpo, lo contrario también es cierto; es
a través de todo el organismo como se equilibra el estado mental.
• Debe usted conocer bien su físico y su psique (o psiquismo), a fin de de-
tectar sus propias señales de alarma y responder así rápidamente a cual-
quier inestabilidad peligrosa.
• No espere nunca a que una situación se degrade para intentar ponerle
remedio, ya que, a menudo, la pendiente es luego mucho más difícil de
remontar.
• Evite muchos problemas llevando una vida sana y regular; evite todo abu-
so.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 140

30. ELIMINE EL CANSANCIO

EN POCAS PALABRAS....
El cansancio debe considerarse como una advertencia del cuerpo de que existe un desequilibrio.

1. Causas y remedios psicológicos

• Resuelva los conflictos que se derivan de la doble tensión provocada por un deseo y una prohibición.
• Evite las emociones negativas; oriente su pensamiento hacia el futuro.
• Relájese abandonando su marco habitual.

2. Su ritmo de vida

• Suscite pausas en sus actividades.


• Trabaje inteligentemente, organícese.
• Evite las acciones agotadoras y las trampas a sus energías.

3. Las condiciones de una auténtica motivación

De inmediato:
• Tome conciencia de su situación
• Suspenda a tiempo toda actividad (momentáneamente).
• Recupere su sueño natural.
• Consulte al médico que le trata habitualmente.
Cada día:
• Relájese.
• Piense en las necesidades de su cuerpo, particularmente en las necesidades energéticas.

El cansancio es un fenómeno natural que a todos nos afecta. Aparece perió-


dicamente. Hay que distinguir la fatiga física de la fatiga nerviosa, pues no tienen ni
las mismas causas ni los mismos remedios. Sus manifestaciones son numerosas y
diversas: un despertar pesado, falta de vigor durante la jornada con bajones intermi-
tentes, somnolencia, falta de concentración e inestabilidad emocional, dificultad para
memorizar o para asociar ideas, desánimo ante el esfuerzo, nerviosismo, agresivi-
dad hacia todo el mundo, sensibilidad particular al ruido y al estrés, angustias fre-
cuentes, falta de confianza, depresión al final de la jornada. A veces, esta fatiga re-
fleja o anuncia la enfermedad, con la aparición de trastornos físicos: pérdida prolon-
gada del apetito, migrañas, problemas relacionados con la visión o con la digestión,
sueño irregular con falta de ganas de dormir.
El cansancio es normal después de un período de esfuerzo físico o intelec-
tual; pero, cuando se prolonga, es un signo, una advertencia del cuerpo para indicar
una superación de la medida, un estado de desequilibrio grave. No hay que desde-
ñarla ni disimularla con excitantes como: tabaco, alcohol, café, medicamentos; por el
contrario, hay que buscar sus orígenes y actuar sobre ellos antes de que se produz-
ca la enfermedad física o un estado depresivo.
Existen causas sobre las que no se puede actuar individualmente: ritmo de
estudios, programas y sobrecargas de trabajo, entorno urbano, clima... Examinare-
mos entonces únicamente los orígenes frecuentes que uno puede suprimir. A menu-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 141

do se relacionan con desequilibrios * fundamentales, como ya hemos indicado (ver


el Capítulo 29: “Su estado de forma, su salud”).
30.1 Causas y remedios psicológicos
La ansiedad * proviene a menudo de un conflicto entre un deseo y una prohi-
bición (ejemplo, tener regularmente ganas de salir cuando se tiene trabajo). La fuen-
te de la angustia puede residir también en el temor de un acontecimiento futuro que
uno piensa que va a ser desfavorable (examen, entre otros). En todos esos casos,
uno siente deseos de realizar la acción, pero, al mismo tiempo, teme llevarla a cabo
porque quiere evitar los resultados que se intuyen como desfavorables; se es vícti-
ma de una doble tensión contradictoria; una fuerza nos impulsa a avanzar, pero otra
nos retiene. Ese tipo de agotamiento inútil es más frecuente de lo que se pueda
creer.
Comience por buscar esas causas psicológicas profundas, esas contradiccio-
nes agotadoras y estériles. Conociéndolas, podrá resolverlas; si tiene ganas de salir,
evádase de una vez por todas, desahóguese sin preocupación alguna y vuelva des-
pués al trabajo; si teme al examen, entrénese al máximo con algunos compañeros y
preséntese después confiado al mismo: no tiene nada que perder. Resuelva todos
sus problemas que tengan un origen conflictual. Cuando sean complejos, redúzcalos
a problemas más simples, precisos, concretos, para encontrar más fácilmente las
soluciones.
Evite preferentemente las fuentes de agotamiento mental provocadas por el
cerebro primitivo *: emociones y sentimientos negativos, dudas prolongadas, mie-
dos, remordimientos, lamentaciones, descontento de sí. Su pensamiento debe ser
positivo, orientado hacia el futuro, hacia su éxito personal. Viva positivamente cada
acontecimiento. Tome clara conciencia de ese estado de ánimo, de esa motivación
*. Así, usted desdramatizará tanto los problemas familiares y escolares como los
conflictos sentimentales. Sea decididamente optimista, siempre hay un aspecto útil
que aprovechar en lo que parecer ser un fracaso o un callejón sin salida.
No se haga cargo de los demás si con ello puede perturbar su propio equili-
brio; preocúpese primero de sí mismo. Que su carácter, su acción, sirvan de ejemplo
a los que tienen dudas. Que ellos le sigan a usted, sobre todo, no se deje, a la in-
versa, hundir con o a causa de ellos: todos saldrían perdiendo.
Relájese, en fin, cambiando las ideas, particularmente gracias a la música;
pero, ¡ojo!, como en el caso de la televisión, evite el embrutecimiento; esos momen-
tos de distracción son sólo paréntesis y no lo esencial. Preferentemente, abandone
su marco habitual; vaya a dar una vuelta solo o con amigos (el contacto con la natu-
raleza puede ayudarle). Trate con personas que también tengan un pensamiento
positivo y frecuéntelas con preferencia a las demás. Aproveche las ocasiones de reír
y de pasar un buen rato. No olvida tampoco, simplemente, esa llamada telefónica
que le sube la moral.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 142

30.2 Causas y remedios relacionados con su empleo del tiempo


Su cuerpo tiene unos límites y se los indica. A usted le corresponde tenerlos
en cuenta. ¿Tal vez sobrepasa usted sus posibilidades físicas? Pregúntese si no
emprende demasiadas acciones a la vez, si no se dispersa excesivamente (dema-
siadas actividades, demasiado deporte...). Analice su ritmo de vida. Todo el mundo
necesita pausas para equilibrarse. Examine detenidamente su empleo del tiempo e
introduzca en él períodos de descanso; permita a su cuerpo y a su mente descansar
regularmente.
No trabaje durante los períodos de fatiga intensa, pues sólo conseguiría agra-
varla; deténgase, es mejor. Descomprímase y tómese un tiempo para recargarse de
energía. Si esto se produce por la noche, acuéstese o haga si no otra cosa (a me-
nudo cambiar de ocupación es la mejor forma de relajarse). Después, usted em-
prenderá el trabajo con buen pie. No vacile en dormir de vez en cuando 24 horas de
un tirón.
Para prevenir la fatiga sepa también trabajar inteligentemente: organícese *,
gane tiempo. Evite la desmesura; reparta sus esfuerzos para no verse desbordado.
Presérvese de todas las pequeñas acciones agotadoras (perder tiempo y energías
buscando alguna cosa, desplazamientos inútiles para hacer compras...). En período
de tensión nerviosa, evite toda iniciativa inútil o inoportuna, economice sus fuerzas
(no prepare, por ejemplo, sus vacaciones durante las revisiones finales). Como nor-
ma general, no efectúe más de una cosa importante al mismo tiempo.
Cuidado con las trampas a sus energías, las veladas prolongadas de trabajo
o de diversión, los fines de semana fatigosos que a veces se acumulan.
30.3 ¿Cómo restablecer el equilibrio?
30.3.1 De inmediato
• Sea plenamente consciente del peligro que entraña el desequilibrio.
• Prevea un reposo inmediato de 24 ó de 48 horas según las necesidades,
proyecte también unas próximas y auténticas vacaciones.
• Reequilibre inmediatamente el sueño.
• Consulte a tiempo a su médico; no espere a que la situación se deteriore.
30.3.2 Cada día
• Efectúe ejercicios respiratorios, elimine toxinas mediante esa aportación
suplementaria de oxígeno (ver Capítulo 32).
• Relaje tensiones, practique la relajación * mental y física.
• Reduzca la fatiga con una ducha tonificante, pero evite los baños, que
producen el efecto inverso.
• Practique regularmente un deporte *, pero moderadamente, sólo para rela-
jarse.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 143

• Vigile el funcionamiento del hígado, de los intestinos, de los riñones, y


drene las sobrecargas de toxinas. Cuidado también con los desequilibrios
hormonales.
• Por supuesto, piense también en la alimentación *. Pregúntese si las co-
midas son equilibradas y las fuentes de energía suficientes; la ausencia de
fósforo, calcio, hierro o de vitamina B puede provocar la fatiga.

RECUERDE:
Sepa encontrar períodos de calma después de los períodos de agitación.
Un abuso de medicamentos puede ser también una fuente de fatiga; evite en
cualquier caso los psicotropos, sedantes, tónicos... Busque más bien la causa o
causas profundas de sus problemas; resuélvalos a través de su estado de ánimo
positivo, pregúntese siempre dónde reside su interés a largo plazo; intente, también
aquí, razonar, no dejarse dominar por sus emociones.

31. EL SUEÑO

EN POCAS PALABRAS....
El papel del sueño es determinante en el equilibrio físico y psíquico, así como en el desarrollo funcional.

1. Las aportaciones del sueño

• En el plano físico: juega un papel en el desarrollo corporal y en la recuperación de la fatiga.


• En el plano cerebral, el sueño parece cumplir dos funciones: por una parte, efectuar la memorización a largo plazo;
por otra, verificar las programaciones del cerebro para que éste sea operativo durante la jornada. Participa en el
mantenimiento de la personalidad y de la autorrealización.

2. ¿Cómo dormir bien?

• Repose según sus ritmos propios; no los altere.


• Evite, antes del sueño, todo lo que pueda excitar al cerebro; oxigénelo; duerma cómodamente, sin excesivo calor.
• En caso de dificultades frecuentes, beba un vaso de leche caliente o una tisana antes de acostarse. Relájese; tome
un baño caliente.
• Si no duerme, levántese a picar algo y airéese; desconfíe de los barbitúricos.
• Despiértese poco a poco, pausadamente.
• Eche eventualmente la siesta.

El sueño puede dividirse en una sucesión de ciclos de alrededor de noventa


minutos cada uno. Un ciclo comprende dos fases principales: la primera es la del
sueño profundo, y la segunda la de los sueños o sueño paradójico.
31.1 Las aportaciones del sueño
Sobre todo, no hay que pensar que el sueño supone un tiempo perdido. Su
papel es determinante para el equilibrio físico y psicológico, así como para el desa-
rrollo intelectual.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 144

31.1.1 Aportaciones en el plano físico


Es durante el sueño profundo cuando la hormona del crecimiento se segrega
en gran cantidad; ésta es muy importante para el desarrollo corporal, particularmen-
te, a lo largo de la adolescencia. Durante esta fase interviene también la restaura-
ción de las moléculas deterioradas durante la jornada; esto permite, en especial,
recuperar fatigas musculares; es una especie de recarga de energía.
31.1.2 Aportaciones en el plano cerebral
Estamos comenzando a descubrir la importancia del sueño en la edificación
del sistema nervioso, en la consolidación del aprendizaje y en la adquisición del
pensamiento abstracto.
Durante la fase de sueño paradójico, el cerebro efectúa a la vez un trabajo de
formalización, de clasificación y de asimilación de los conocimientos adquiridos du-
rante la jornada; memoriza a largo plazo lo que se ha retenido a corto plazo; consoli-
da las informaciones obtenidas y las estructuras * trazadas. Parece como si el cere-
bro retomara entonces todos los datos de la jornada para encontrar en qué casillas
almacenarlos definitivamente. Este acto de tomar a su cargo, de búsqueda de ele-
mentos similares para asociar los nuevos a los antiguos, es la verdadera memoriza-
ción, la que permite conservar la información y, si el camino ha sido recorrido varias
veces, recuperarla. De ahí el interés de aprender antes de acostarse, pues a través
del sueño es como se fija ese aprendizaje.
A la vista de ciertas experiencias, parece haberse establecido otra función del
sueño paradójico. En el estado de vigilia, el cerebro no efectúa todas las aportacio-
nes de que es capaz. Para no olvidar las posibilidades que existen en él, las repite
entonces durante el sueño, como un alumno repite su lección; las imágenes se en-
trecruzan, chocan; son los sueños. De manera general, todo el programa genético
registrado en memoria puede expresarse regularmente, el camino neuronal recorri-
do mantiene la estabilidad del circuito y el registro perenne de ese programa.
El cerebro se reprograma, se autoverifica, durante el sueño. Se mantiene así
en condiciones de asegurar las secuencias requeridas durante el estado de vigilia.
Este funcionamiento explica las dificultades que experimenta un estudiante tras una
falta de sueño: pérdidas de memoria, anomalías en la vigilancia, en la reproducción
de secuencias de acciones (por ejemplo, dificultades en la comunicación), inestabili-
dad, falta de atención en clase, necesidades de ensoñación (las informaciones da-
das por el profesor no son registradas). A esto hay que añadir la falta de dinamismo
y de vigor, dado que la reparación muscular es incompleta.
El sueño estructura * los conocimientos; considérelo fundamental para el
aprendizaje y, paralelamente, para la construcción y el afianzamiento de su persona-
lidad, para su autorrealización.
31.2 ¿Cómo dormir bien?
El sueño debe ser suficiente en cantidad. Ésta varía según las personas, se-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 145

gún su edad y su naturaleza; de ocho a nueve horas por la noche es la media cons-
tatada para los adolescentes, mientras que la de los adultos es de siete a ocho
horas (se recomienda, no obstante, no bajar de las seis a siete horas, particularmen-
te, en los períodos de preparación de exámenes). En realidad, es necesario respetar
el ritmo propio; en efecto, en una misma familia, se observan madrugadores y dormi-
lones (para conocer su propio ritmo, observe su comportamiento natural durante las
vacaciones). Debe evitar alterar su reloj interno.
Conserve sus propios hábitos; no rompa su equilibrio entre vigilia y sueño;
asegúrese un período de reposo suficiente y encuentre su armonía en función de las
limitaciones y obligaciones existentes; así, no ajuste su hora de acostarse en función
de los programas de televisión, sino, más bien, en función de su hora de levantarse
la mañana siguiente.
31.2.1 Las condiciones

31.2.1.1 Preparar la habitación


Debe protegerse la calidad del sueño a fin de garantizar los necesarios perío-
dos de sueños; esto implica:
• elegir una decoración en un color apropiado para favorecer la llegada na-
tural del sueño: el color azul es conocido por tener esta propiedad;
• ausencia de perturbación auditiva, es decir, no un silencio absoluto, sino
una supresión de los ruidos irregulares o bruscos; utilice cortinas y moque-
tas gruesas para atenuar los sonidos;
• unas condiciones de comodidad suficientes: mantas que abriguen, pero li-
geras; una temperatura de dieciocho grados como máximo; evite los exce-
sos de calefacción (en invierno, coloque un humectador junto a los radia-
dores).
• una ventilación suficiente de la habitación, para oxigenar el cuarto;
• una cama lo suficientemente dura para evitar cualquier deformación del
cuerpo.
31.2.1.2 Preparar el sueño
Las alteraciones del sueño pueden manifestarse, bien a través de dificultades
para conciliar el sueño, bien despertándose a mitad de la noche, bien despertándo-
se tempranamente por la mañana. Cuando se aproximan las fechas de los exáme-
nes, estos problemas aumentan. Para evitarlos, comience por preparar bien su sue-
ño:
• Absténgase de todo tipo de excitantes después de las 17 horas: café, ta-
baco, té, alcohol, pero también vitamina C (naranjas) o incluso bebidas
con menta.
• Suprima de su cena los platos pesados e indigestos.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 146

• Evite antes de acostarse todo lo que pueda estimular la mente: conversa-


ciones apasionadas, lecturas o trabajos demasiado absorbentes. Evite
darle a su cerebro problemas sobre los que vaya a seguir dando vueltas,
recorriendo los mismos circuitos. Rompa ese funcionamiento repetitivo au-
toalimentado, leyendo, por ejemplo, un libro sin relación alguna con sus
preocupaciones; evite las obras demasiado apasionantes; elija un tema de
pura evasión o, eventualmente, poco atractivo.
• Si es necesario, tome un poco el aire antes de dormir; no dé más vueltas a
sus problemas; comience su ensoñación asomado a la ventana.
31.2.2 En caso de dificultades para dormir
• Adopte, de entrada, unos ritmos regulares para acostarse y despertarse;
por la noche, no deje pasar su hora habitual de acostarse.
• Beba eventualmente un vaso de leche caliente con miel o una infusión de
flores de naranjo, de tila, de majullo o de verbena (pida consejo a su far-
macéutico).
• Efectúe unos ejercicios de relajación frente a la ventana abierta.
• Tome eventualmente un baño caliente, por su efecto calmante.
31.2.3 Si no consigue dormir
Para librarse de las ideas fijas demasiado absorbentes que le impiden dormir,
pruebe, paradójicamente, a mantener los ojos abiertos, a fijar su mirada en el techo
y a contar siguiendo el ritmo de su respiración. Mire bien y concéntrese en el desfile
de cifras: este método es frecuentemente eficaz.
Si el efecto es nulo, de nada sirve quedarse en la cama para ponerse nervio-
so. Levántese a picar algo (una manzana en particular) o beber un vaso de leche.
Efectúe ejercicios respiratorios frente a la ventana o salga a dar una vuelta: airéese
suficientemente.
Observación: si utiliza un medicamento para favorecer el sueño (hipnótico),
¡tenga cuidado! Excluya los barbitúricos y evite los derivados de la benzodiacepina.
Esos hipnóticos tradicionales disminuyen la parte del sueño paradójico, cuando éste
es indispensable para la estructuración de la información durante el aprendizaje;
esto acarrea, particularmente, un déficit de la memoria. También se produce un fe-
nómeno de dependencia *; durante el período de deshabituación el insomnio apare-
ce de nuevo. Como para cualquier otro problema de salud, consulte a su médico
para encontrar con él la solución que mejor le convenga.
31.2.4 El despertar
Para comenzar bien la jornada, despiértese poco a poco; utilice, por ejemplo,
un despertador de sonidos intermitentes. Deje que transcurran al menos cinco minu-
tos desde que se despierta hasta que se levanta para permitir que el cuerpo y la
mente vayan recuperando el ritmo de la vida activa; evite saltar bruscamente de la
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 147

cama, lo que impone al corazón un esfuerzo violento e inútil.


31.2.5 La siesta
La siesta parece ser un fenómeno natural tanto en los animales como en el
hombre. Si puede, échese la siesta con la condición de que sea breve (de 20 a 30
minutos como máximo); una simple cabezada sobre la cama es suficiente; en su
defecto, practique el reposo, la relajación. Esta pausa será la nueva ocasión para
que su cerebro reorganice sus conocimientos, para estructurarlos. Absténgase, sin
embargo, si ello le ocasiona problemas para dormir por la noche; en efecto, usted
estaría demasiado en forma por la noche, y el hecho de recuperar durante el día
mantendría su insomnio. De todas formas, si puede, no trabaje en firme después del
almuerzo, ya que eso requiere mucha energía, para unos resultados poco convin-
centes.

RECUERDE:
• Sus jornadas se preparan por la noche.
• Haga que se respete su sueño tanto como su trabajo.
• Para dormir bien, no altere sus ritmos personales y deje sus preocupacio-
nes a la puerta de su dormitorio; entre en el mundo de los sueños, desco-
necte, por fin, su razón.
• Sepa también que el sueño perdido no se recupera.

32. RESPIRAR, RELAJARSE

EN POCAS PALABRAS....
Para ayudarle a sentirse en forma y para abordar sin temor los momentos difíciles, existen varias técnicas.

1. La respiración profunda

Ayuda a reponer la fatiga y estimula el cerebro. La respiración es nasal, rítmica y profunda. Siga bien los cinco tiempos que
se indican.

2. Interés de la relajación

A veces es necesario reducir nuestro funcionamiento mental para suprimir las tensiones y la fatiga, así como para estructu-
rar nuestros conocimientos.

3. Métodos clásicos de relajación

Aísle sus sentidos. Relaje su mente y sus párpados; piense sólo en su respiración; sienta cómo sus miembros se vuelven
cada vez más pesados.

4. Métodos de distensión

Practique los mensajes de la cabeza y del cuello mediante movimientos repetidos. Tome duchas calientes, practique una
gimnasia suave y la natación.

5. La autosugestión
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 148

Instale en su cerebro primitivo una idea positiva; así, éste no se opondrá ya a su acción; usted podrá también gobernar
mejor su cuerpo. Para ello, repita una frase positiva cuando esté en estado de relajación, o hágase también una representa-
ción mental, varias veces al día, de lo que usted desea lograr.

Respiración y vida mental están estrechamente relacionadas. Acostúmbrese


a practicar la respiración profunda. Utilice igualmente la relajación para reducir su
funcionamiento mental, para suprimir las tensiones y la fatiga. Una vez adquiridas
estas dos técnicas, usted podrá practicar eventualmente la autosugestión para do-
minar mejor su cerebro primitivo *.
32.1 Interés de la respiración profunda
La respiración, fenómeno químico, permite a la sangre cambiar, dentro de los
pulmones, residuos tóxicos por oxígeno. Elimina las toxinas propias de la fatiga, libe-
ra a la sangre, y consecuentemente a los músculos y a las neuronas *, del gas car-
bónico.
La respiración profunda acelera ese fenómeno de depuración; desarrolla la
capacidad de oxigenación del organismo, aportándole un máximo de combustible.
Uno de los principales beneficiarios es el cerebro, que se encuentra así fuertemente
irrigado; sus necesidades son, en efecto, muy importantes: consume el 20 por 100
del oxígeno utilizado por el organismo, mientras que su peso sólo representa el 2
por 100 de este último.
Toda la energía psíquica se encuentra “dopada”, estimulada por la respiración
profunda: memorización, capacidad de atención, trabajo intelectual, se ven facilita-
dos. Gracias a ella, usted se beneficia también, de un mayor dominio del pensa-
miento y de usted mismo; permite asimismo combatir la falta de seguridad *, la timi-
dez o el miedo nervioso. Utilícela, en fin, para recuperar la fatiga, pero también, si es
necesario, antes de acostarse, para evitar el insomnio.
32.2 La técnica de la respiración profunda
La respiración profunda se practica preferentemente por la mañana y por la
noche o cuando, tras un trabajo intelectual intenso, las ideas se embrollan o la ca-
beza está sobrecargada: cuando se deja sentir una falta de energías. Se puede
efectuar este ejercicio respiratorio caminando y sincronizándolo con los pasos (un
segundo, un paso) o en casa, con la ventana abierta, si el aire no está demasiado
contaminado. En este último caso, permanezca de pie, en posición de firme (talones
unidos, cabeza recta), pero relajado; o bien túmbese boca arriba, pero con el cuerpo
relajado.
Se han de respetar los puntos siguientes: la respiración es nasal, rítmica y
profunda. Proceda como sigue y por este orden:
• Espire el aire que tiene en los pulmones, hundiendo el vientre a la altura
del estómago.
• Aspire, después, lentamente por la nariz, llenando primero la parte baja
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 149

del abdomen; usted saca ligeramente la tripa y el diafragma baja.


• Sin detenerse, usted continúe con la tripa hinchada, pero rellenando la zo-
na de más arriba (a nivel de las costillas).
• Continúe aspirando, hinchando ahora la parte superior del pecho.
• Espire por la nariz, expulsando el aire en el mismo orden, el vientre (méta-
lo), después las costillas, luego la parte superior del pecho. La espiración
se efectúa como la inspiración, por la nariz, de abajo hacia arriba, pero es
más rápida.
Repita el ciclo de 10 a 15 veces (duración total: de tres a ocho minutos). De-
téngase si nota que su corazón late de manera anormal o si siente vértigos. Estos
movimientos deben efectuarse con soltura, sin llevar los diferentes movimientos al
extremo, y sin apresuramiento. Piense simplemente en lo que está haciendo, inspi-
rar y espirar. Mantenga siempre el cuerpo recto y relajado. Durante el día, cada vez
que se acuerde, transforme su respiración inconsciente en respiración consciente,
particularmente si está usted al aire libre.
32.3 Interés de la relajación
Relajarse consiste en reducir la influencia del estado mental sobre el orga-
nismo. Las tensiones se anulan: usted siente un sosiego físico. Las contracciones
musculares se alivian, particularmente a nivel de la nuca, de los hombros y de la
espalda: aparece un estado de alivio, de calma. Gracias a esta armonía entre lo
mental y el cuerpo, le será posible evitar el estrés * o lugar contra la fatiga *, sin utili-
zar excitantes (tabaco, café, alcohol); así podrá controlar mejor el funcionamiento de
su cuerpo.
La relajación también se puede utilizar tanto para estructurar * el aprendizaje
entre dos actividades, como para recargarse de energía; es igualmente útil antes de
los controles, los exámenes, especialmente orales. Para sacar el máximo provecho
de ella, practíquela regularmente; si es posible, una vez al día, particularmente,
cuando se sienta fatigado.
32.4 Métodos clásicos de relajación
Retírese a una habitación silenciosa o colóquese tapones contra el ruido en
los oídos; reduzca la luz o póngase un antifaz sobre los ojos: aísle sus sentidos.
Adopte una de las dos posiciones siguientes:
• instálese, bien sentado, en una silla o en una butaca; la espalda apoyada
y relajada; sin cruzar las piernas y si es posible, con ellas en alto; manos
relajadas, apoyadas sobre los muslos o sobre los brazos de la butaca.
• túmbese boca arriba, las manos sueltas a lo largo del cuerpo, todos los
músculos relajados, las piernas levantadas igualmente si es posible.
Cierre entonces los ojos sin contraer los párpados, relaje la frente. Respire
suavemente según el método recomendado en el apartado precedente, no piense
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 150

en nada más que en el aire que circula por dentro de su cuerpo.


Relaje sus músculos uno a uno, perciba cómo sus miembros se vuelven más
pesados unos tras otros: relaje bien el brazo derecho, luego el brazo izquierdo, la
pierna derecha, la pierna izquierda, finalmente, los músculos abdominales.
Usted se encontrará entonces en estado de somnolencia: sentirá la pesadez
de sus miembros, pero, mentalmente, se sentirá aliviado, relajado. Según sus posi-
bilidades y sus necesidades, permanezca así de 5 a 15 minutos; después, vuelva
progresivamente a la realidad.
32.5 Métodos de distensión
Durante su trabajo, sentado ante su mesa, usted puede practicar un sencillo
ejercicio de distensión. Deje caer la cabeza hacia delante, inclínela hacia la derecha,
continúe con un movimiento circular hacia atrás y luego siga hacia la izquierda; repi-
ta el movimiento en sentido inverso. También puede inclinar la cabeza de un hombro
a otro o de adelante hacia atrás. Todos los movimientos se efectuarán lentamente y
con soltura. En caso de dolor, suspenda el ejercicio.
Una ducha bien caliente puede favorecer la descontracción muscular; haga
recorrer el agua a lo largo de la columna vertebral y sobre los riñones para calmar
los nervios. Una gimnasia suave y la natación favorecen asimismo una cierta disten-
sión.
32.6 Práctica de la autosugestión
32.6.1 Principio
Se puede aprovechar la relajación profunda para reacondicionar el cerebro
primitivo cuando éste es el origen de problemas de dependencia (ver Capítulo 29:
“Su estado de forma, su salud”), de bloqueos inconscientes en una disciplina escolar
o de cualquier dificultad que tenga como origen una flaqueza de la voluntad (ver Ca-
pítulo 35: “Saber concentrarse”). Se trata de instalar, en ese centro nervioso, nuevos
reflejos o pensamientos positivos. Éste los asimilará al cabo de numerosas repeti-
ciones (de acuerdo con su modo de funcionamiento) y, después, los pondrá automá-
ticamente en práctica sin que usted se dé cuenta. Así, usted habrá transformado en
herramienta a su servicio ese cerebro primitivo que le parecía inicialmente un obstá-
culo.
Una vez que haya usted desconectado su cerebro superior * gracias a la rela-
jación, pronuncie sencillamente, sin reflexionar, como una larga enumeración, una
frase positiva que recoja su objetivo, por ejemplo: “Estoy volviéndome bueno en ma-
temáticas..., mis capacidades se desarrollan, se desarrollan..., he mejorado mucho
en matemáticas, soy bueno, soy excelente.” También puede escuchar repetidamente
una grabación de estos términos.
Pronuncie esa frase, en voz alta o mentalmente, al menos una docena de ve-
ces cada día, preferentemente por la noche antes de dormirse. Su cerebro primitivo
funcionará con esa idea, y ya no pondrá más barreras, como hacía, por ejemplo,
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 151

ante un ejercicio; al contrario, abrirá todas sus percepciones al aprendizaje y a la


comprensión. Asimismo, ese centro nervioso podrá gobernar su cuerpo en el sentido
deseado, para vencer el nerviosismo ante el examen, por ejemplo; o para ayudarle a
poner fin a un fenómeno de dependencia.
El doctor Coué comprendió bien la insuficiencia de la voluntad para salir a ve-
ces de una situación y la necesidad de instalar otras ideas en el cerebro mediante la
autosugestión. Este procedimiento repetitivo ha demostrado su validez. Todavía hoy,
nuestra sociedad, a través de la publicidad entre otras, se apoya parcialmente en
ese fenómeno de la repetición y en esa forma de funcionamiento de nuestra mente.
32.6.2 Procedimientos complementarios

32.6.2.1 Mensajes escritos


La autosugestión puede ser reforzada fijando en diversos lugares unos carte-
litos de papel en los que usted habrá escrito en grandes caracteres la frase positiva,
de manera que se la encuentre constantemente; así le irá penetrando inconsciente-
mente, que es de lo que se trata (esto es lo que ocurre con las vallas publicitarias o
con la publicidad en la televisión).
32.6.2.2 Representaciones mentales
Es importante utilizar regularmente, al mismo tiempo que las técnicas prece-
dentes, un método de sugestión activa a lo largo del día:
• Imagínese en la situación. Hágase una representación mental de sus me-
tas sucesivas. Evalúe concretamente lo que desea alcanzar (¡ojo!, sea re-
alista). Visualice así, la papeleta de examen con la nota que usted desea,
su buena intervención en la prueba oral y, evidentemente, su nombre en la
lista de los que han superado el examen. Imagínese ejerciendo la profe-
sión que le gusta; visualice su nueva situación material, su marco de vida,
etcétera.
• Piense también en las fechas y en los medios puestos en práctica; imagí-
nese sus planes * de acción (y sus metas), téngalos en la cabeza y a la
vista constantemente.
• Eventualmente, pronuncie en voz alta sus objetivos cuando esté solo.
• Asocie también, si lo desea, esas imágenes mentales con la escucha de
una música que le guste y que le estimule cuando sea necesario.
Haga vivir constantemente la imagen de su futuro a través de estas represen-
taciones mentales; así ya no dudará más de sus posibilidades (esta técnica se utili-
za, entre otras cosas, en los entrenamientos deportivos de alto nivel).

RECUERDE:
• Para eliminar la fatiga, relaje regularmente las tensiones de su cuerpo, pe-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 152

ro también las de su mente.


• Si creemos en las nuevas teorías matemáticas sobre la complejidad y el
caos, un simple detalle infinitesimal puede dar lugar a cambios y trastor-
nos considerables; esta observación se aplica también al funcionamiento
del cerebro. Una sola idea provechosa puede abrirle los más amplios hori-
zontes; no vacile en condicionarse, positivamente esta vez, a través de la
repetición, de la autosugestión: sus representaciones mentales se traduci-
rán en actos.
• Seguidamente, actúe siempre como si estuviera seguro de triunfar, no du-
de más de usted mismo, asuma compromisos que le obliguen a seguir
adelante: usted debe ponerse en situación imperiosa de éxito.

33. LA ALIMENTACIÓN

EN POCAS PALABRAS....
La alimentación condiciona parcialmente nuestras capacidades y nuestro estado mental.

1. Diversifique su alimentación

• Para conservar su equilibrio, modérese y varíe su alimentación para obtener glúcidos, prótidos y lípidos en propor-
ciones adecuadas.
• Beba litro y medio de agua cada día.
• Busque los productos con vitaminas A, B, C, D, PP, así como los que contienen calcio, fósforo, hierro, magnesio,
cobre.

2. Equilibre sus comidas

• Tómese el tiempo necesario para prepararse un auténtico desayuno.


• Si almuerza fuera, cuide bien lo que elige.
• No desdeñe la merienda.
• En la cena, complete los elementos esenciales que han estado ausentes de las otras comidas del día.

3. Reglas alimentarias básicas

• Diversifique su alimentación.
• Reduzca azúcares, grasas.
• Mastique, no coma maquinalmente.
• No pique nada entre horas.

Para funcionar bien, el cerebro, además de una importante cantidad de oxí-


geno *, requiere ciertas sustancias nutritivas de una calidad determinada. Para
aprender, para evitar la fatiga intelectual, para conservar la moral, hay que saber
recargarse de energía. De la alimentación es de donde usted sacará principalmente
sus fuerzas y los elementos indispensables para su pleno desarrollo. La alimenta-
ción, intermediaria entre la energía y el pensamiento, condiciona en parte nuestras
capacidades intelectuales y nuestro estado mental; sepa sacar el máximo partido de
su aportación.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 153

33.1 Composición de su alimentación


El equilibrio es, una vez más, la principal regla que hay que seguir; equilibrio
alimenticio, es decir, diversidad y moderación en la composición de su alimentación.
33.1.1 Diversidad de los alimentos
Las necesidades de glúcidos, prótidos y lípidos, sales minerales, vitaminas,
oligoelementos, son difíciles de dosificar; para estar seguros de encontrarlos, hay
que tomarlos de muchos alimentos diferentes.
Por eso hay que alimentarse de manera variada, pero en cantidades razona-
bles, no obstante. Para ello, basta con comer cada día un elemento al menos de los
grupos de alimentos siguientes:
Carnes, pescados, huevos, menudillos, aves.- Estos alimentos proporcionan
los materiales de construcción y de reparación del organismo (músculos y tejidos);
cantidad recomendable por día: 100 g de carne pueden reemplazarse por 100 g de
pescado o de pollo o por dos huevos. No abuse de los huevos (seis por semana
como máximo).
Leche, yogures, quesos.- Aportan el calcio necesario para el crecimiento y el
mantenimiento de los huesos y los dientes. Se deben incluir en cada una de las cua-
tro comidas, en forma de leche, de yogures, de queso fresco o curado, y dentro de
diversas formas de preparación. Los adolescentes tienen particulares necesidades a
este respecto (de medio a tres cuartos de litro de leche por día).
Verduras, hortalizas y frutas frescas.- Proporcionan la vitamina C, antiinfec-
ciosa y antifatiga. Deben figurar por la mañana, al mediodía y por la noche, en forma
de verduras, frutas o zumos de frutas naturales.
Verduras, hortalizas y frutas cocidas.- Aportan la celulosa necesaria para el
buen funcionamiento del intestino. Sin ellas, el estreñimiento es inevitable. Pueden
consumirse a discreción y, al menos, una vez al día como plato principal (almuerzo o
cena), alternándolas con las féculas.
Materias grasas.- Aportan los lípidos necesarios para la producción de ener-
gía, así como los ácidos grasos esenciales. Hay que elegirlas bien (utilizar preferen-
temente grasas de origen vegetal), respetar los usos y limitar la cantidad (si no, los
riesgos cardiovasculares aumentan). Cuidado con las frituras, no las consuma más
de una vez por semana.
Féculas.- Importantes para el trabajo intelectual, aportan los glúcidos para la
energía, así como las vitaminas del grupo B.
El pan debe figurar en todas sus comidas (particularmente en el desayuno).
Las patatas, las pastas, el arroz, las legumbres, se deben consumir una vez al día,
alternándose con las verduras y hortalizas cocidas.
Productos azucarados.- Aportan glúcidos que se absorben demasiado aprisa
y que provocan variaciones muy bruscas de la glucemia (índice de azúcar en san-
gre). Consumidos en gran cantidad, pueden favorecer la aparición de la diabetes.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 154

Aumentan asimismo considerablemente el riesgo de caries dental. El consumo coti-


diano no debe superar el equivalente a seis terrones de azúcar por día (un terrón de
azúcar = una cucharilla de café de azúcar o de mermelada = una onza de chocola-
te...).
Cuidado con los azúcares ocultos de los pasteles y tartas, de los helados, de
las bebidas azucaradas (limonadas, sodas, siropes, aportan tres terrones de azúcar
por vaso).
33.1.2 La bebida
Es indispensable beber en total (bebida del desayuno y sopa incluidas) un li-
tro y medio de líquido al día, ya que hay que renovar el agua perdida continuamente
por evaporación o por eliminación. Este líquido favorece la circulación de los ele-
mentos nutritivos y la eliminación de los residuos orgánicos.
Evite las bebidas azucaradas, en las que un litro equivale como mínimo a 20
terrones de azúcar. Por supuesto, no beba alcohol que (como el té y el café) afecta
al sistema nervioso y destruye además, entre otras, una vitamina esencial, la vitami-
na B1 (el tabaco, por su parte, destruye la vitamina C). Beba mucho entre las comi-
das.
33.1.3 Las vitaminas
Señalemos las vitaminas particularmente útiles en caso de esfuerzo intelec-
tual continuado:
La vitamina A, para la vista, el sueño, el crecimiento. Se encuentra en el híga-
do, la mantequilla, las verduras y hortalizas y las frutas (las más coloreadas son las
más ricas en vitamina A).
El grupo de vitaminas B permite luchar contra la fatiga, el agotamiento intelec-
tual y los trastornos de la memoria. Las encontrará en las legumbres, en las almen-
dras, las nueces, las avellanas, los menudillos, las ostras, las naranjas, la levadura
de cerveza, los cereales integrales (arroz, trigo...).
La vitamina C.- Es también muy útil para luchar contra el agotamiento intelec-
tual; está particularmente recomendada cuando se acercan los exámenes. Permite,
entre otras cosas, combatir las infecciones. Esta vitamina se encuentra en la fruta
(naranjas, limones, pomelos), el perejil y la ensalada (tomates, lechuga). Una buena
naranja al día bastará para cubrir sus necesidades. Atención: su efecto estimulante
puede perturbar el sueño si se la toma al final de la tarde.
La vitamina D.- Es necesaria para asegurar el crecimiento y útil contra la fati-
ga intelectual. Se encuentra en pequeñas cantidades en los alimentos: mantequilla,
huevos, chocolates, ostras, pescados grasos (atún, caballa, sardina); cuente sobre
todo con los rayos de sol para obtenerla.
La vitamina PP, igualmente útil para el trabajo intelectual, se encuentra en el
trigo, la zanahoria, la patata, el arroz y el pescado marino.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 155

33.1.4 Los minerales


No olvide añadir a estas vitaminas los minerales recomendados para el cre-
cimiento físico y el trabajo intelectual:
• el calcio: se encuentra en la mantequilla, la leche y los productos lácteos,
en las ostras, los huevos, el germen de trigo, las frutas y las legumbres.
• el fósforo: en la leche, los pescados, los huevos, la carne, las nueces, las
avellanas, el germen de trigo. Se deben asociar el fósforo y el calcio, de
ahí el interés de consumir productos lácteos, ya que contienen los dos.
He aquí también tres de los más importantes oligoelementos (sustancias ne-
cesarias en muy pequeña cantidad):
• el hierro: se encuentra en las lentejas (sin embargo, no es biológicamente
útil al no poderse absorber de este alimento), las alubias, las legumbres,
las ostras, los pescados, la yema de huevo, la carne (particularmente en el
hígado);
• el magnesio: se encuentra en el pan integral, el germen de trigo, la sal ma-
rina, el chocolate, los frutos secos, las verduras y hortalizas y las legum-
bres.
• el cobre, aportado por el hígado, la yema de huevo, las espinacas, las len-
tejas, los guisantes, la levadura de cerveza.
Prefiera las vitaminas y las sales minerales presentes en los productos natu-
rales a las de los preparados farmacéuticos.
33.2 Equilibre sus comidas
33.2.1 El desayuno
Debe usted considerarlo como una comida más. Es, en efecto, muy importan-
te, ya que nuestro cuerpo se encuentra en ayunas desde el día anterior y debe re-
poner fuerzas. Además, su organismo, reposado, asimilará mejor la alimentación.
Para pasar una buena mañana sin cansancio (ni bajones a media mañana),
el desayuno debe aportar del 20 al 25 por 100 de las calorías cotidianas (un adoles-
cente activo necesita alrededor de 3.000 calorías por día); un reparto equilibrado de
las calorías permite mantener constantes la atención y la eficacia a lo largo de todo
el día. Un desayuno copioso permite, igualmente, tomar un almuerzo menos copioso
al mediodía, y reducir así la somnolencia del principio de la tarde.
Son esenciales los siguientes alimentos:
• leche o queso, que favorecen la conducción nerviosa y, consiguientemen-
te, el trabajo intelectual (contrariamente a las ideas recibidas, la leche no
es indigesta, salvo, a veces, si se la mezcla con café);
• otro líquido, si no toma usted leche, para rehidratar el cuerpo para el co-
mienzo de la jornada;
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 156

• pan o cereales, que proporcionan una energía que se distribuye lentamen-


te en el organismo.
Complételo con un poco de azúcar o de miel añadida a la leche y con un poco
de mantequilla o de mermelada sobre el pan. Puede comenzar este desayuno con
fruta – particularmente, una naranja en temporada – o, si no, con un vaso de zumo
de naranja (lo más natural posible y sin azúcar) para limpiar el organismo y aportar
la vitamina C, que es un buen estimulante.
Tómese el tiempo necesario para preparar bien ese desayuno y para asimilar-
lo bien, aunque ello le obligue a levantarse un cuarto de hora antes. No lo descuide,
particularmente si almuerza fuera de casa.
33.2.2 El almuerzo
Debe estar compuesto por los siguientes elementos:
• verduras o frutas frescas, o ambas cosas;
• plato de carne o de pescado o de huevos;
• verduras cocidas o alimentos feculentos: alternándolos con la cena;
• productos lácteos: leche, yogur, queso, en estado natural o como ingre-
dientes de algún plato; añada una fruta si no ha consumido ensalada.
33.2.3 La merienda
Es recomendable merendar para equilibrar la jornada y efectuar una pausa
después de las clases. Utilice los mismos ingredientes que en el desayuno, incluido
un producto lácteo.
33.2.4 La cena
• una sopa casera;
• pescado fresco o un huevo, verduras o un plato de cereales, pasta o pata-
tas. Todo esto alternándolo con el almuerzo. No vuelva a comer carne;
admita, eventualmente, una pequeña cantidad en un plato de pasta o en
una pizza, por ejemplo;
• como postre, se puede elegir un producto lácteo o una fruta (salvo naran-
jas). Eventualmente, usted puede tomar un vaso de leche antes de acos-
tarse.
La cena debe permitirle reequilibrar su ración diaria proporcionándole el ele-
mento básico que haya podido faltar en las otras comidas del día; particularmente,
las verduras, para los que hacen almuerzos rápidos.
33.3 Las reglas alimentarias básicas
En resumen, busque particularmente por su riqueza las verduras, hortalizas y
frutas frescas o secas lo más a menudo posible, particularmente: zanahorias, perejil,
limón, almendras, nueces, higos, dátiles; los cereales integrales y los gérmenes de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 157

trigo; la leche, yogures, quesos de pasta dura; los pescados de mar, huevos, levadu-
ra de cerveza, cacao no azucarado (por el magnesio).
Evite picar entre comidas, especialmente productos azucarados, salados o
chocolateados; no beba tampoco bebidas azucaradas.
Evite, de manera general, los azúcares de asimilación rápida: azúcar refinado
o en polvo, sodas, helados, dulces..., pues favorecen la transformación de los lípidos
en grasa, provocan bajones durante la mañana y también cortan el apetito para las
siguientes comidas. Prefiera los azúcares complejos de asimilación lenta contenidos
en el pan, las pastas, el arroz, la patata; el cerebro encontrará en ellos una fuente de
energía para funcionar (éste consume, él solo, el 20% de la glucosa del organismo).
Reduzca las grasas visibles u ocultas: charcutería, carnes grasas, mantequi-
lla, fritos, demasiado pesadas de digerir. No abuse de la sal.
No suprima ni minimice ninguna comida, particularmente el desayuno. A la in-
versa, no haga ninguna comida demasiado copiosa, especialmente por la noche,
para evitar la somnolencia de después de la cena y despertarse luego a media no-
che.
Diversifique su alimentación; así no tendrá que calcular cada día lo que nece-
sita; evitará, igualmente, carencias o excesos de tal o cual elemento.
Varíe la presentación de las comidas para conservar el buen apetito.
Sepa que la forma de comer es tan importante como lo que se come. Ponga
el máximo cuidado en masticar bien, para insalivar y facilitar la digestión.
No coma maquinalmente delante de la televisión o leyendo. No desprecie sus
alimentos hasta el punto de desinteresarse de ese modo por ellos; no desdeñe tam-
poco a su familia. La comida es una doble apertura: usted se enriquece con lo que
come, pero también con las conversaciones en torno a la mesa familiar. Por esta
razón, una comida requiere un cierto tiempo: de 30 a 45 minutos es una duración
razonable.
Relájese después de las comidas; usted sabe que este período no es bueno
para el trabajo intelectual (ver “La siesta”, en el apartado correspondiente del Capítu-
lo 31).

RECUERDE:
• En caso de desfallecimiento, prevea, durante los períodos de trabajo in-
tensivo, un aporte de energía suplementaria (fruta fresca, frutos secos, pa-
lotes de cereales poco azucarados, vaso de leche...). Esto le permitirá no
estropear sus finales de mañana o de tarde. Acuérdese de beber agua.
• Junto al sueño, la alimentación es un pilar básico de su equilibrio; ocúpese
seriamente de ella. Evite los excesos, siempre nefastos (sal, azúcar...)
propios de los antiguos hábitos alimenticios o de los nuevos (fast-food).
Sepa conciliar placer inmediato y verdadero interés.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 158

• Por último, no modifique nada justo antes del examen; esto le perturbaría
demasiado (en este campo hay que proceder poco a poco). Busque, como
en tantas otras cosas, el equilibrio a largo plazo.

34. GIMNASIA Y DEPORTE

EN POCAS PALABRAS....
Los beneficios de la práctica regular de un deporte y de la educación física son múltiples.

1. Aporte psíquico

La gimnasia y el deporte proporcionan placer, juego y relajación psíquica. Forman asimismo el carácter y la personalidad.

2. Aporte intelectual

El proceso de memorización interviene en el aprendizaje de una habilidad motriz como en el de cualquier otra disciplina.
Después de haber retenido un gesto o una coordinación, hay que repetirlo las veces que sean necesarias hasta poder recordar
automáticamente ese resultado en el momento deseado. Importantes facetas de la inteligencia se ponen de manifiesto en el
transcurso de esas etapas.

3. Aporte corporal

Educación física y deporte proporcionan un alivio al sistema nervioso, una desintoxicación del organismo, particularmente,
del cerebro, una resistencia muscular y una mayor vitalidad.

4. Aporte social

Deporte y educación física deben ayudarle a sentirse bien en su piel; permiten, igualmente, el aprendizaje.

La práctica regular de un deporte y las clases de gimnasia permiten despertar


en usted un cierto número de facultades físicas e intelectuales; en este sentido, par-
ticipan en su autorrealización.
34.1 El aporte psíquico
La parte de libertad que contiene toda actividad deportiva es motivadora para
usted, ya que aumenta las ideas de placer, de juego y de relajación psíquica. Estas
funciones pueden ayudar fuertemente a su equilibrio o reequilibrio mental, así como
a la estructuración de sus conocimientos anteriores.
El resto de las aportaciones que a nivel psíquico proporciona el deporte, pero
también las clases de educación física, tampoco son desdeñables. También se des-
arrollan, en efecto, la habilidad, la precisión, la paciencia, la atención, la resistencia,
la voluntad, el control de las emociones, la evaluación del riesgo, la confianza en
uno mismo, el espíritu de realización, de desafío, de superación: de hecho, la for-
mación del carácter y de la personalidad.
34.2 El aporte intelectual
Formarse en la práctica de un deporte puede desarrollar en usted aptitudes
intelectuales que participan en el conjunto de su formación. El aprendizaje de una
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 159

habilidad motriz pone en juego las mismas actividades mentales. Realizar una mar-
ca (es decir, ejecutar una acción para obtener un resultado concreto) no es un obje-
tivo en sí; esta marca debe poderse reproducir en condiciones variadas, de ahí la
existencia de un proceso de memorización * y la aplicación de una reflexión profun-
da.
Llegar a reproducir una serie de movimientos precisos, coordinados, rápidos,
supone un entrenamiento, una repetición, un trabajo de resistencia. Como para
cualquier trabajo intelectual – o más exactamente, para cualquier memorización -, es
preciso superar varias etapas, transformar un estado, limitado inicialmente, en una
conducta determinada por diferentes criterios, como, por ejemplo, la velocidad o la
precisión.
34.2.1 Primera fase: registrar la información
Para esto es preciso, en primer lugar, estar motivado, encontrar un interés en
lo que se desea reproducir, fijarse un desafío, saber también que uno será juzgado
por sus resultados: el cerebro primitivo abrirá entonces todas las puertas de la aten-
ción.
Seleccionar la información: hay que conocer qué movimientos, actitudes o
coordinaciones se deben reproducir; adquirir conciencia de la meta que hay que al-
canzar y de los diferentes objetivos intermedios para lograrlo (por ejemplo, ganar un
partido de balonvolea), y para ello aprender a efectuar un servicio eficaz. En reali-
dad, determinar con el entrenador una estrategia para alcanzar ese objetivo. Inme-
diatamente después, se requieren todas las facultades de observación para no per-
der de vista el modelo que hay que seguir, para comprender y no retener más que lo
que sea útil.
Codificar esas informaciones: hacerlas suyas reproduciendo uno mismo, in-
mediatamente, esos movimientos aislados o esas coordinaciones. La información
externa se integra, así, a nivel psíquico.
34.2.2 Segunda fase: almacenar la información
Para memorizar los gestos, es preciso intentar reproducirlo, repetir los movi-
mientos mejorándolos poco a poco gracias a los consejos del entrenador. Hay que
pensar en el procedimiento a seguir. Controlar siempre los resultados gracias a los
indicadores, a los criterios de éxito o de rendimiento; analizar la distancia que nos
separa del objetivo (efecto de retroacción *); recomenzar la acción corrigiendo el
procedimiento, el estilo, la preparación: encontrar, eventualmente, el propio método,
después de haber imitado el de los demás. Ser capaz de alcanzar la habilidad de-
seada, pero comprender también lo que ocurre sobre el terreno, anticiparse y adap-
tarse a las situaciones evolutivas.
Estas repeticiones incesantes son indispensables, ya que permiten suprimir
las conductas inadecuadas, crear, estabilizar, consolidar, afinar, ciertos circuitos neu-
ronales *, conectarlos entre sí. El tiempo, la duración, se convierte en un factor de-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 160

terminante en el desarrollo de esta fase.


Sea bien consciente del importante papel de su profesor en este estadio; sólo
él puede guiarle, indicarle, en función de su pasado, de su morfología, qué tipo de
actividad es la más deseable para usted en particular, qué progresos puede usted
realizar: así le mantendrá constante su motivación.
34.2.3 Tercera fase: recordar la información
Todo el aprendizaje precedente está destinado a reproducir casi automática-
mente una actividad motriz, un rendimiento. Todo lo precedentemente registrado es
ahora reproducido, bien de forma idéntica (como las coordinaciones de gimnasia),
bien teniendo en cuenta las variables propias del entorno, entre otras, la actitud de
los compañeros o de los adversarios. Habrá que verificar este aprendizaje a través
de situaciones variadas, enfrentarse con los demás en el transcurso de competicio-
nes o de partidos, por ejemplo; cada vez que esto suceda será una oportunidad de
aumentar su rendimiento personal.
Todo aprendizaje, toda práctica, todo acto, necesita del proceso de memori-
zación precedentemente descrito. En educación física o en deporte, cada nueva ac-
ción debería así ser provechosa para los músculos implicados, pero también para
las estructuras mentales. Si, durante las actividades corporales, toma usted con-
ciencia de las etapas de reflexión descritas anteriormente, utilizará en todos los
campos de su vida esa facultad de tratar la información, ese tipo de funcionamiento
intelectual, esas estructuras mentales. Nada más alejado del típico “musculitos” de
cabeza hueca. No es nada raro comprobar, por el contrario, que muchos hombres
con responsabilidades importantes en la actualidad, fueron igualmente deportistas
de alto nivel. A través de esta gestión de la acción corporal se desarrollan cualidades
de análisis de datos, de previsión, de paciencia, de resistencia, de autoevaluación,
de adaptación, de eficacia; importantes facetas de la inteligencia pueden ponerse de
manifiesto.
34.3 El aporte corporal
Los beneficios de la práctica de un deporte y de la educación física para el
cuerpo son reales y palpables: relajamiento nervioso, desintoxicación del organismo
gracias a la oxigenación (particularmente del cerebro), resistencia cardíaca y muscu-
lar en general, aumento del vigor, de la vitalidad. El deporte proporciona también la
posibilidad de conocer mejor el propio cuerpo, sus capacidades y sus límites, y la de
seguir su evolución.
Elija más bien una actividad de resistencia (esfuerzo prolongado, como la na-
tación, el “jogging”, la bicicleta) que un deporte de puro esfuerzo (corta duración,
fuerte capacidad, como la halterofilia); esto permite desarrollar mejor las cualidades
enumeradas precedentemente, particularmente, la oxigenación del cerebro. Practi-
que preferentemente también un deporte que se efectúe al aire libre, combínelo si lo
desea con un deporte a practicar en espacios cerrados. Por último, trabaje suave-
mente antes que de forma brutal. Lleve un seguimiento médico de su actividad; evite
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 161

todos los productos estimulantes, pero beba mucho agua para recuperar la elimina-
da.
Evite todo gasto excesivo de energías, toda fatiga o sobrecarga nefastas para
el trabajo intelectual; cuatro horas por semana, en total, incluida la educación física,
parece una medida razonable. Vigile la evolución de sus notas y la de sus rendi-
mientos deportivos... Sepa, si llega el caso, elegir a tiempo entre competición y es-
tudios, entre satisfacción a corto plazo e inversión a largo plazo. Practique regular-
mente el deporte, pero de forma moderada.
34.4 El aporte social
Desde un punto de vista social, el atreverse a manifestar su cuerpo ante los
demás, aun cuando los resultados no sean muy buenos, es aprender a aceptarse tal
cual uno es, a vencer sus complejos, a sentirse a gusto dentro del propio pellejo an-
te las miradas ajenas. Los juegos en grupo, el espíritu de equipo o de competición,
el entrenamiento entre varios, son también una de las escasas ocasiones que se le
ofrecen de captar y comprender los comportamientos sociales.

RECUERDE
• El aprendizaje de una actividad deportiva se apoya, como todos los de-
más, en tres elementos: usted mismo, su entrenador y los resultados que
debe conseguir. Sepa armonizar lo mejor posible estos tres elementos.
• Considere el deporte y la educación física como unos momentos privile-
giados de su aprendizaje, de su desarrollo intelectual, de su autorrealiza-
ción; en ninguna otra actividad tendrá esta oportunidad de poner de mani-
fiesto algunas de sus cualidades; no se prive de esta disciplina fundamen-
tal. Abordando la educación física y el deporte desde ese punto de vista,
usted desarrollará todas sus facultades para aprender y, paralelamente, su
práctica le proporcionará grandes satisfacciones.

35. SABER CONCENTRARSE

EN POCAS PALABRAS....
La voluntad y la atención permiten la concentración, que es el origen de las numerosas capacidades que se necesitan para
el aprendizaje: a nivel de recepción de la información, de su comprensión, de su memorización y de su restitución.

1. La barrera del cerebro primitivo

El cerebro primitivo bloquea la información si ésta no evoca en él un recuerdo agradable. Así, pues, es preferible efectuar
una asociación entre una idea positiva y la acción solicitada.

2. Cómo abordar el trabajo

• Tenga siempre el objetivo en su cabeza.


• Cree pensamientos positivos.
• Elimine toda idea negativa.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 162
• Actúe inmediatamente.

3. Cómo trabajar con atención

• Concéntrese en una sola tarea; evite todo lo que pueda distraerle.


• Permanezca en un estado de hiperalerta.
• Ejercite regularmente su atención.

4. Conservar la voluntad y la atención

• Sepa efectuar pausas.


• En caso de cansancio prolongado, tome inmediatamente las medidas pertinentes para recuperar su equilibrio lo an-
tes posible.

La voluntad y la atención favorecen la concentración, punto de partida de nu-


merosas aptitudes necesarias para el aprendizaje:
• Las que se ponen en práctica para la recepción o la recogida de la infor-
mación: escucha, toma de apuntes, lectura de textos, de cuadros... Todas
las capacidades de percepción, todos los sentidos, deben estar alerta; los
datos aparecen rápidamente y son entonces más completos y más varia-
dos.
• La comprensión: análisis, síntesis, claridad intelectual.
• La facultad de asimilación, de memorización.
• La facultad de restitución de la información en el transcurso del diálogo: la
acción es más rápida, más eficaz.
En resumen, existe una estrecha relación entre las capacidades intelectuales
de una persona y su energía mental, sus facultades de concentración. Demasiados
fracasos escolares tienen su origen en un fallo en este campo.
35.1 La barrera del cerebro primitivo
Podemos pensar que la voluntad determina la atención y la acción; esto sólo
es cierto en parte. Así, intente caminar sobre una viga situada a cuatro metros de
altura; pese a toda su voluntad, usted no conseguirá hacerlo de entrada; sin embar-
go, usted no tendrá ningún problema cuando esta viga se encuentre a nivel del sue-
lo. Para explicar este fracaso de la voluntad, recordemos brevemente el funciona-
miento de nuestro cerebro (Capítulo 2):
• El cerebro primitivo, de manera general, pone obstáculos a toda la infor-
mación, salvo a aquellas que ya conoce; intenta encontrar lo que tiene en
memoria. Si este recuerdo es agradable, busca la información; si no, la re-
chaza.
• El cerebro superior (la voluntad) puede, por su parte, solicitar cierta infor-
mación, pero debe pasar por ese cerebro primitivo: si la experiencia es
desagradable, este último rechaza, también aquí, la solicitud. Así se expli-
ca la imposibilidad de caminar sobre la viga situada en altura; existe el te-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 163

mor a caer y a hacerse daño (experiencia anterior desagradable).


Nuestro problema es, pues, el de asociar a las informaciones que deseamos
introducir en la memoria de este cerebro primitivo unas ideas positivas, agradables,
a fin de que éste levante todas las barreras; en realidad, para que cree la motivación
y la atención necesarias para la acción.
En esta situación, la voluntad ni siquiera tiene ya que intervenir, toda vez que
el cerebro primitivo la reemplaza, y es él el que dirigirá la atención. Esta voluntad no
significa ni tensión ni esfuerzo, es dominio; la concentración es menos necesaria, ya
que ese cerebro primitivo selecciona entonces, por sí mismo, las informaciones,
conservando únicamente las que le interesan y rechazando todas las que puedan
perturbarle.
Así, el individuo que ha conseguido dominar su cerebro primitivo, actúa sin
esforzarse, sin fatiga, con placer; de ahí que esto le proporcione una impresión de
plenitud, de autonomía, de libertad creativa. Consigue todo lo que se propone, y de
este modo consolida ese sentimiento positivo; esto le permite mejorar constante-
mente sus capacidades.
En cambio, una voluntad que proceda únicamente de la razón, del cerebro
superior, tropieza con el sistema límbico. Surgen entonces los conflictos, las tensio-
nes mentales, que dan lugar a la frustración, al rechazo, a la fatiga física e intelec-
tual. Los resultados son el estrés, el fracaso y el fortalecimiento del sentimiento de
impotencia.
35.2 ¿Cómo abordar el trabajo?
Sea consciente de que cuando hay una tarea que realizar, lo más difícil gene-
ralmente es comenzarla. Hay que vencer la propia inercia, rechazar todas las dudas
eventuales sobre las propias capacidades o sobre el éxito de la acción. Una vez que
ésta se pone en marcha, nuestros propios pasos nos conducen a concluirla. No se
deje asustar por estas dificultades iniciales.
35.2.1 Tenga siempre presente el objetivo
Cada una de sus acciones deberá incluirse en un plan * de conjunto accesi-
ble, realizable. Usted sabrá adónde se dirige, lo que ha decidido efectuar para al-
canzar sus objetivos; su meta estará dedicada de manera precisa; fechas concretas
jalonarán el recorrido que permitirá alcanzarla. Tenga constantemente en su cabeza
este plan que le permitirá representarse continuamente imágenes del futuro.
Esta motivación le pondrá realmente en tensión. Usted estará totalmente im-
pregnado de ese objetivo. Este interés le proporcionará confianza en sí mismo, le
animará y le proporcionará el vigor y la energía necesarios.
De este modo se sentirá satisfecho con lo que hace y lo realizará sin esfuer-
zo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 164

35.2.2 Estimúlese antes de la acción


Hágalo principalmente mediante la autosugestión *, repitiendo frases positivas
adecuadas a su objetivo. Ayúdese también de representaciones mentales: piense en
esa persona a la que usted admira y a la que le gustaría imitar, imagine el futuro tal
como usted lo desea y como usted lo construye.
Lea algunos párrafos estimulantes, escuche las primeras notas de un tema
musical que le dé ánimos; fabríquese una especie de “anuncio publicitario” para lan-
zarse a la acción.
Póngase en un estado de tensión, de competición, como para el deporte.
35.2.3 Elimine toda idea negativa
Sobre todo, no provoque los bloqueos de su cerebro primitivo. Usted ya ha
analizado, de una vez por todas, sus puntos flacos con sus profesores; ¡ahora ya no
piense más en ello!, usted está en el presente, reforzando sus puntos fuertes, com-
batiendo sus puntos débiles, preparándose para el futuro. Olvídese del pasado.
No vacile en empezar, no espere más, sea inflexible con los numerosos pre-
textos que podrían retenerle (dejarlo para mañana, hacer otra cosa más urgente,
tener miedo del resultado, pensar en las dificultades...). Atrévase a afrontar su traba-
jo. No tenga en su cabeza más que el lado positivo de su acción: el resultado que
desea obtener.
35.2.4 Actúe inmediatamente
¡Arrancar es difícil! Ofrézcase una recompensa simbólica después de esta ta-
rea. Instálese inmediatamente en su mesa, bolígrafo en mano; comience a leer lo
que tiene que efectuar. No espera, ya que cuanto más espere más penoso resulta el
comienzo. Actúe como si acudiera a un trabajo. Comience con una acción modesta,
simple, pero precisa, realizable en un tiempo corto y determinado, ejemplo: resolver
tal pregunta fácil de tal ejercicio en un cuarto de hora. Cronométrese; acometa se-
guidamente lo que resulte más difícil, siempre con una limitación de tiempo. Avance
así progresivamente, fijándose en cada ocasión una etapa suplementaria que su-
perar.
Compruebe usted mismo sus progresos, el camino recorrido. Llegará un mo-
mento en el que usted se sentirá obligado a continuar porque se va acercando al
final; usted desea terminar. No abandone a mitad de camino (reserve lo que le pa-
rezca realmente insuperable para períodos más favorables).
35.3 ¿Cómo trabajar con atención?
35.3.1 Las condiciones para actuar eficazmente
Evite malgastar sus energías, vaya a lo esencial, concéntrese en una sola ta-
rea y no la deje hasta haberla terminado totalmente. No se complique la existencia
con actividades múltiples, piense en una sola cosa cada vez.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 165

Elimine todo lo que pueda distraerle (ver Capítulo 13: “Ordene su cuarto de
estudio”). No permita que le molesten (compañero hablador en clase, familia o telé-
fono en casa).
Evite a los que se mueven inútilmente o que hablan sin actuar. Piense sólo en
usted mismo, pero evite también sus propias trampas. Aíslese física o mentalmente
y haga que se respete su elección.
35.3.2 Sea consciente de lo que efectúa
El mejor aprendizaje se efectúa en un estado de alerta total; más que en si-
tuación activa, usted debe estar en hiperalerta. Sea consciente, en primer lugar, de
usted mismo y, después, de su entorno. Escuche en lugar de oír, mire en lugar de
ver. Que su actitud sea crítica, comparativa, interrogativa, frente a las ideas propues-
tas. Su mente será analítica o sintética según las situaciones; compare las ideas
entre sí. Observe todos los detalles, las palabras clave, los grandes ejes. Viva cada
elemento en forma de representaciones mentales.
Su pensamiento debe concentrarse precisamente en su tarea; sólo debe inte-
resarle una cosa, la que esté haciendo en ese momento (si le vienen otras ideas a la
cabeza, anótelas en una hoja aparte, y no piense más en ellas). Trabaje con una
escritura esmerada, trate los datos con método, exprésese con claridad.
Usted sabe que será controlado. Piense en que sus resultados sean verifica-
bles, cuantificables, ahora o más tarde. Nada mejor que esto para evitarle dormitar
sobre su trabajo.
35.3.3 Ejercicios de atención
Tómese las clases y sus sesiones de trabajo personal como unos juegos:
efectúe ejercicios de observación para controlar su poder de atención. Así:
• Cuando tenga que aprender una lección, localice bien en el cuaderno su
estructura (títulos, subtítulos...); visualícela. Después, intente reproducirla
en el borrador. Compruebe las diferencias entre ambas. Usted debe poder
retener cada vez más elementos. A medida que vaya progresando, distan-
cie la verificación en el tiempo para recordarla por espacios de tiempo ca-
da vez más largos. Proceda siempre con buen sentido y aumente la difi-
cultad poco a poco.
• Proceda de igual modo con los cuadros, los gráficos...
• En clase, intente descubrir las grandes divisiones de la lección durante su
mismo desarrollo.
• Puede divertirse ejercitándose a partir de los rostros de sus compañeros,
de su vestimenta... Entrénese, sin embargo, preferentemente con algo que
le resulte útil en el plano escolar, ya que así le será doblemente provecho-
so.
Cuanto más ejercite por juego, por placer, su atención y sus capacidades de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 166

percepción, tanto más se desarrollarán esas capacidades.


35.4 Mantener la concentración
35.4.1 En caso de cansancio pasajero
¿Comienza a sentirse cansado? No insista, concédase una pausa (de 5 a 10
minutos cada hora o cada media hora según su estado de forma). Airéese, relájese,
cambie momentáneamente de actividad, altérnelas; prepare, por ejemplo, las próxi-
mas tareas o las del día siguiente. No olvide tampoco, si ha alcanzado su objetivo, la
recompensa que se había usted eventualmente fijado al comienzo. Acuérdese de
ventilar su cuarto de estudio.
Hay que saber desconectar a tiempo para no provocar un cansancio inútil.
Los descansos, físicos, emocionales, intelectuales, completos son indispensables
para recuperar la atención. El tiempo transcurrido hasta volver a retomar el trabajo
no debe ser, no obstante, demasiado largo; no rompa su ritmo.
35.4.2 En caso de cansancio prolongado
Pese a su deseo y a sus reiteradas tentativas, usted no consigue, o ha dejado
de conseguir, movilizar su voluntad, se siente cansado desde la mañana; tal vez
haya usted superado un cierto umbral de cansancio, tenga bien en cuenta esta se-
ñal (repasar el Capítulo 30: “Eliminar la fatiga”). Trate a su cerebro como a cualquier
otro organismo, no abuse de él. Reaccione rápidamente, no espere a que todo vaya
peor, no malgaste las pocas energías que le quedan. Se arriesga usted a tener, o tal
tenga ya, un problema de salud (trastornos digestivos o de crecimiento, infección,
depresión...). Analice de nuevo su equilibrio (alimentación *, sueño *, pensamientos
positivos). Repose, practique la relajación *. Consulte, por supuesto, a su médico de
familia. Póngase nuevamente en marcha, lo antes posible, sobre buenas bases.

RECUERDE:
• Unas buenas motivaciones y una mentalidad positiva le permiten pasar a
la acción fácilmente, actuar rápidamente, sin esfuerzo, con comodidad.
• Apóyese, de todos modos, en unos buenos hábitos de trabajo: condició-
nese. La repetición regular del esfuerzo puede, por sí misma, aliviar el es-
fuerzo de la voluntad, favorecer su concentración.

36. CÓMO REPASAR

EN POCAS PALABRAS....
Los exámenes se preparan a largo plazo.

1. Al comienzo del curso

Identifique sus objetivos con precisión. Piense en los repasos durante su trabajo cotidiano. Planifique (a largo y a corto
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 167
plazo) los aspectos intelectuales, físicos y psíquicos, exigidos para superar la prueba.

2. ¿Cuándo repasar?

Vaya aprendiendo paulatinamente lo necesario para pasar cada uno de los controles o exámenes parciales. Repase en las
vacaciones de febrero y de Semana Santa, y luego continuamente, a partir, según los casos, de una u otra de esas dos fe-
chas; las tres últimas semanas las dedicará a los repasos intensivos.

3. ¿Por qué hacer uno o varios exámenes de prueba?

Para entrenarse a efectuar los repasos, para saber afrontar las condiciones del examen, para hacer un balance, por último
de los propios logros y las propias lagunas.

4. ¿Cómo repasar?

• Puede usted trabajar con otro compañero para entrenarse en las pruebas orales o para controlar sus progresos.
• Trabaje según su propio ritmo, con tal que termine todos sus repasos.
• Repase sobre las fichas; no entre en detalles.
• Verifique su asimilación.
• Alterne las asignaturas.
• Tenga siempre una moral de vencedor.

5. Los últimos repasos

• Prepare de antemano sus revisiones.


• No falte a las últimas horas de clase.
• No deje ningún capítulo de lado en su planificación de los repasos.
• Trabaje de forma intensiva unas 10 horas al día. Es imprescindible que se concentre usted en su tarea.
• Preocúpese de un modo especial de su forma física y psíquica.

Como para una prueba deportiva, prepárese mucho tiempo antes en el plano
intelectual, por supuesto, pero también en el físico o psíquico. Solucione todas sus
dificultades en el transcurso del año, sin acumular los problemas.
Para sus repasos, proceda del mismo modo que para sus adquisiciones: ela-
bore planes de trabajo a largo plazo y a corto plazo (ver Capítulo 12: “Saber organi-
zarse”). Haga el inventario de todo lo que tiene que repasar, divídalo en sesiones de
trabajo que incluirá en su tiempo disponible. Para comenzar, indique únicamente las
grandes líneas, ya irá detallando a medida de sus necesidades.
36.1 Preparación a principios de curso
¿Quiere usted tener éxito realmente en su examen o en sus oposiciones?
Prevea, entonces, sus revisiones desde el principio de curso; esto le ahorrará mu-
chos esfuerzos inútiles posteriormente.
Sepa cuáles son los niveles requeridos en cada asignatura, cuáles son exac-
tamente los programas, cuántos años (cursos) pueden abarcar los exámenes... Pre-
párese precisamente para lo que se le va a solicitar.
Tenga unas herramientas fiables, fáciles de manejar y que le permitan ganar
tiempo (ver Capítulo 13).
Piense en sus revisiones dentro de su trabajo diario: sus apuntes, sus fichas,
sus ejercicios, sus trabajos, deben ser lo más claros posible, legibles, evidentemen-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 168

te, puestos al día y clasificados paulatinamente. Aprenda las lecciones en los docu-
mentos que utilizará durante sus repasos, es decir, en sus apuntes, sus fichas, sus
libros de texto eventualmente; evitar cambiar de herramientas en el transcurso del
año, eso complicaría el trabajo a su memoria.
Sepa organizarse *. Sin organización, sus repasos serán caóticos o se con-
vertirán en un calvario. Sobre todo, no se imagine que va a poder efectuar su trabajo
en las últimas semanas antes del examen: por un lado, porque es materialmente
imposible; por otro, porque usted estará sin duda fatigado después de todo el curso
y una “empollada” le agotaría aun más (además, en esa época los profesores acele-
ran para terminar el programa). No olvide que los últimos controles tendrán también
lugar a un ritmo constante. Por último, en mayo y junio comienza a hacer buen tiem-
po y las tentaciones de levantarse de la mesa y salir a la calle son grandes. Los re-
petidores no se libran tampoco de estas reglas: ellos también deben preparar sus
revisiones desde principios de curso.
36.2 ¿Cuándo repasar?
Para evitar el pánico de finales de año, vaya aprendiendo poco a poco y re-
pase después, con motivo de cada control o examen parcial, lo aprendido. Estas
revisiones acumulativas frecuentes son las que le permitirán fijar progresivamente
los conocimientos en la memoria y no verse agobiado por el tiempo. Así se asegura-
rá contra los imprevistos, lo que será su mejor remedio contra el estrés.
36.2.1 Si tiene que examinarse
El período de exámenes se sitúa, por regla general, antes del verano para los
ciclos de formación que han comenzado en septiembre. Usted no podrá comenzar
sus revisiones hasta tener los suficientes elementos, es decir, hacia las vacaciones
de Navidad, pero, sobre todo, en las vacaciones de febrero (día D – 120 más o me-
nos). Después, usted volverá a repasar completamente otra vez durante las vaca-
ciones de Semana Santa (alrededor del D – 60); probablemente, a la vuelta de una
de estas vacaciones se realicen algunos ensayos de examen. Finalmente, usted
realizará sus últimas revisiones tres semanas antes del examen (es decir, D – 20).
Realice esas tres revisiones serias; así, la última, la del examen, será netamente
menos importante y mucho más eficaz:
• Gracias a los repasos de febrero, mejore sus notas del segundo trimestre,
las últimas que figuran generalmente en su expediente de candidatura a
los centros donde usted desea proseguir sus estudios.
• Las revisiones de vacaciones de Semana Santa permiten hacer balance
de los conocimientos adquiridos durante los dos primeros trimestres.
• Usted aprovechará seguidamente los numerosos puentes del mes de ma-
yo para asimilar y consolidar lo aprendido en el tercer trimestre. Así estará
listo para abordar los últimos repasos (D – 20) sin estrés, en plena forma
intelectual, física y psíquica.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 169

Sus primeros repasos deben, pues, tener lugar durante las vacaciones de fe-
brero. Calcule los días que necesitará para repasar, repártalos a lo largo de esos
días libres, en medias jornadas, eventualmente; dedique el resto del día al ocio,
obedezca sus propios ritmos para descansar (duerma por la mañana o por la noche,
según sus preferencias.
En Semana Santa, un segundo repaso le exigirá más tiempo; proceda de la
misma manera, situando sus días de descanso al comienzo y al final de las vacacio-
nes, los demás días deben estar ocupados por su trabajo.
A partir de aquí, usted debe entrar en un período de revisiones continuas, pa-
ralelamente al aprendizaje de las nuevas lecciones; sepa utilizar bien sus fines de
semana para este fin. Las tres últimas semanas se dedicarán a los repasos intensi-
vos (ver el apartado 5 de este capítulo).
36.2.2 Si se trata de unas oposiciones
¡La competencia es dura! Usted deberá trabajar durante un período más largo
para destacarse de los demás. Proceda del mismo modo que precedentemente, pe-
ro adelantando las fechas: primeras revisiones en Navidad, revisiones continuas a
partir de las vacaciones de febrero; después de un último descanso, la Semana
Santa la dedicará completamente a los repasos (a partir de febrero, sus fines de
semana no estarán de más para llevar a buen término su tarea).
36.3 ¿Por qué hacer uno o varios exámenes de prueba?
En primer lugar, se trata de que usted se entrene en efectuar revisiones. Du-
rante estas pruebas, usted deberá pasar todas las disciplinas, una por una, tendrá
como para los exámenes reales, que repasarlas todas juntas y no a medida que se
vayan realizando los ejercicios. Deberá, pues, mantener un ritmo de trabajo constan-
te, lo que produce generalmente una cierta decepción en los que no están bien pre-
parados. A menudo, esta es una buena ocasión para darse cuenta del trabajo que
queda por hacer; felizmente, en esta época, aún no es demasiado tarde para cam-
biar los hábitos de estudio.
Seguidamente, hay que afrontar las condiciones del examen, es decir, man-
tener la tensión a lo largo de las pruebas, mantener la concentración, dominar el
cansancio, el pánico eventualmente: aprender a conservar una excelente forma físi-
ca y psíquica. Esta es una buena ocasión para someter nuevamente a prueba la
alimentación para los períodos de exámenes, los consejos para dormir, las infusio-
nes y los medicamentos eventuales (usted ya los habrá puesto a prueba, no obstan-
te, una primera vez, pero en circunstancias en las que no iba a ser juzgado).
Por último, los exámenes de “fogueo”, o exámenes de ensayo, son un medio
de descubrir, a través de los temas planteados, el nivel real de exigencia y poder así
autoevaluarse; hacer un análisis de nuestros conocimientos y nuestras carencias,
replantearse el plan de trabajo en función de la diferencia constatada entre los obje-
tivos y los resultados. Si estos últimos son malos, no hay que desmoralizarse, sino
adoptar la actitud positiva adecuada, es decir, buscar las causas profundas de nues-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 170

tras dificultades; eliminarlas o intentar eliminarlas progresivamente integrándolas en


nuestro plan de acción. Siempre es posible enderezar una situación, la primera con-
dición es creérselo uno mismo; una vez más, la victoria final es lo único que importa;
ésta borrará todos los fracasos pasajeros. Por todas estas razones, aproveche estos
exámenes de prueba y, si no existen en su centro de estudios, reclámelas a través
de sus delegados.
36.4 ¿Cómo repasar a lo largo del curso?
36.4.1 ¿Trabajar solo o con otro?
Es cierto que se comprende y que se aprende mejor explicándole las cosas a
otro. Así pues, si algunos temas son particularmente difíciles, no dude en trabajar
con un compañero. Entrénese con él, particularmente, para las pruebas orales (ésta
es probablemente su única posibilidad de prepararse para ese tipo de pruebas). Re-
pasen sus lecciones, pero preparen también, cada uno por su lado, una serie de
preguntas, ya que esto les hará descubrir ciertas dificultades. Para el trabajo de re-
visión propiamente dicho, usted solamente podrá memorizar, evidentemente, cuan-
do esté solo. Reúnase eventualmente con algunos compañeros para controlar sus
progresos, pero decidiendo claramente lo que quiere verificar y ateniéndose a ese
programa (repasar Capítulo 19: “Trabajar en grupo”).
36.4.2 Procedimiento de repaso
Relea en primer lugar los Capítulos 11: “Memorizar”; 12: “Saber organizarse”;
35: “Saber concentrarse”; eventualmente, releer el Capítulo 14: “Elaborar fichas de
revisión”.
Ya sabe que no se trata de aprender, sino de repasar el trabajo ya efectuado.
Utilice para ello su capacidad de síntesis, discierna el conjunto de una cuestión sin
entrar en los detalles. Analice de nuevo los procedimientos, los procesos fundamen-
tales.
Verifique la memorización de lo que está en sus fichas, ya que éstas son sus
herramientas básicas; por ejemplo, en matemáticas: las fórmulas, los teoremas, las
leyes, las etapas de una demostración; en idiomas: el vocabulario, los giros utiliza-
dos, las reglas gramaticales.
Conozca el significado exacto de los términos utilizados, pero no aprenda las
frases de memoria (salvo excepciones, como las definiciones fundamentales).
Detecte las relaciones entre las cuestiones y, a veces, entre las disciplinas.
Controle sistemáticamente sus conocimientos efectuando ejercicios o tratan-
do temas de examen sacados de los anales. No entre en detalles si no tiene tiempo;
asegúrese de sus conocimientos y de su procedimiento. Reduzca entonces la dis-
tancia entre lo que debe conocer y lo que conoce realmente: cuente con estos últi-
mos entrenamientos para progresar. Sea consciente de sus puntos fuertes y de sus
puntos flacos, pero también de los progresos realizados y del avance de sus repa-
sos, esto le dará ánimos.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 171

Evite el cansancio alternando las asignaturas o pasando de un tema práctico


a un tema teórico; introduzca regularmente unas pausas en su plan de trabajo; re-
cárguese de energía mediante el reposo * o mediante la alimentación *, antes de
llegar a agotarse.
Finalmente, y este es uno de los puntos más importantes, conserve constan-
temente una moral de vencedor durante estas revisiones. No piense más que en su
objetivo: tenga en la cabeza su éxito y todo lo que de él se derivará. Piense perma-
nentemente en este éxito (utilice los consejos del Capítulo 32). Este estado de áni-
mo mantendrá su empeño y le será de gran ayuda.
36.5 Los últimos repasos (día D-20)
Lo ideal sería efectuar dos revisiones generales, una durante 15 días, parale-
lamente con las clases, y la última durante la semana precedente a los exámenes.
Pero no falte sobre todo a los últimos días de clase; en ellos encontrará los puntos
importantes del programa que aún no han sido tratados, un repaso a las principales
dificultades y, finalmente, los últimos consejos útiles antes de los exámenes.
36.5.1 Plan de revisiones
Su plan de revisiones lo habrá preparado previamente, con un margen de se-
guridad de media jornada, deduzca también el día D – 1, durante el cual usted se
relajará. Tenga en cuenta el tiempo disponible entre las pruebas escritas y las ora-
les, para preparar estas últimas. Usted se habrá encargado, como ya hemos dicho,
de solucionar previamente o de poner entre paréntesis, sus problemas físicos o psí-
quicos (nada de citas con el dentista durante ese período, por ejemplo).
36.5.2 Cómo efectuar los últimos repasos
Trabaje solo; su rendimiento debe ser intensivo; debe repasarlo todo en un
minuto de tiempo, para tenerlo fresco en la memoria. Unos días antes del examen,
evite también el nerviosismo, descarte cualquier salida. No abandonará su cuarto de
estudio más que para tomar el aire y relajarse un poco, para volver inmediatamente
al trabajo en mejores condiciones.
De hecho, llegada esta última etapa, es fundamental asegurarse una capaci-
dad de trabajo y una concentración importantes: mantener un ritmo constante. Su
mente debe movilizarse totalmente sobre su objetivo. Ponga al mundo exterior entre
paréntesis, aíslese (haga que sea otra persona la que atienda las llamadas telefóni-
cas). Nada debe existir ya a su alrededor, ni las preocupaciones materiales ni afecti-
vas ni problemas psicológicos.
Transmita la consigna a sus familiares, exija que la respeten. Sus horas de
trabajo deben ser eficaces al 100 por 100. Concentrándose así su rentabilidad será
la mejor posible; usted mismo se sorprenderá de los resultados obtenidos.
Su horario se adaptará a su propio ritmo; por ejemplo, para la última semana,
éste puede ser:
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 172

9,30 – 11; 11,15 – 13,30


luego, tras una corta siesta para recuperarse un poco:
15,30 – 17,15; 17,30 – 20
y por último:
21,15 – 23,15
lo que nos da un total de 10 horas de repasos eficaces. Procure no superar
este número de horas, para estar en plena forma física el día de los exámenes. In-
troduzca, si lo cree necesario, unos momentos suplementarios de descanso en al-
gunas medias jornadas.
36.5.3 ¿Qué revisar?
Una vez más, no deje de lado ningún capítulo: todas las preguntas pueden
ser planteadas, incluidas, a veces, las concernientes a programas de los años pre-
cedentes; asimismo, no privilegie demasiado ciertas asignaturas en detrimento de
las demás. Si no dispone de tiempo, detalle un poco menos algunos capítulos se-
cundarios, pero mírelos de todas formas; usted no puede jugarse un año a una sola
carta. Lea nuevamente los consejos dados para las revisiones precedentes; sígalos,
sepa sobre todo ir a lo esencial de los conocimientos, sin profundizar más, ya es
demasiado tarde para eso. No olvide repasar la lista de errores que debe corregir en
cada disciplina; si no la ha realizado, lea las anotaciones realizadas por sus profeso-
res al corregir sus ejercicios.
Aténgase a los conocimientos fundamentales y no entre en detalles más que
en función del tiempo de que disponga. Cuando conozca bien los temas, avance
rápidamente; profundice más bien en los puntos difíciles. En ese caso, utilice los
libros y los apuntes, no trate nuevamente los ejercicios ni los temas de los trabajos
realizados, retenga únicamente el procedimiento seguido o las grandes ideas de un
plan. Repase de esta forma los anales; por supuesto, no mire la solución antes de
haber buscado; compare seguidamente y localice lo que resulta inexacto.
Al comienzo, repase lo que conozca mejor o lo que no sea demasiado impor-
tante, ya que el examen todavía está lejos. No deje, sin embargo, lo más importante
para el último día; usted debe tener la mente despejada para abordar esas partes,
prevea también un margen de seguridad; deje, pues, para el final los elementos me-
nos esenciales. Pero, una vez más, no deje nada de lado, se arriesgaría a llevarse
unas desagradables sorpresas después de todo el esfuerzo invertido; eso sería una
verdadera lástima.
36.5.4 Conserve la forma
Para evitar el cansancio, pero sólo cuando sienta la necesidad, alterne las
asignaturas o los tipos de trabajos, teóricos y prácticos (ahora ya no tiene esencial-
mente más que trabajos teóricos). Efectúe también pausas, simplemente cuando le
parezca necesario.
Debe estar usted particularmente atento a su forma física. Vigile su sueño * y
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 173

su alimentación *. Tome el aire antes de dormir y mantenga su número habitual de


horas de reposo. Tenga una alimentación variada, rica y muy digerible para que no
le perturbe durante su trabajo, particularmente, por la noche. No obstante, no modi-
fique radicalmente sus hábitos fundamentales para no alterar su cuerpo (no olvide
releer los Capítulos 29 al 35 dedicados a la salud.
Algunos recomiendan, para mantener la forma durante estas revisiones, el
Cocculus 5 CH (homeopatía). Pregunte a su médico o a su farmacéutico qué piensa
al respecto. Evite todo medicamento cuyos efectos secundarios podrían ser fatales
para su último trabajo del año y para su examen.
Termine sus revisiones con los consejos dados en clase y en este método pa-
ra las pruebas escritas y orales (Capítulos 38 a 42).

RECUERDE:
• Su entrenamiento es comparable al de un deportista de élite, no espere al
último mes para elegir el calzado.
• Su plan de trabajo en las últimas revisiones es absolutamente imperativo:
su programa debe estar concluido a final de curso; ésta será su única pre-
ocupación, pero también su obsesión.
• Movilice su cerebro primitivo, regularmente, por autosugestión *, escuche
unos breves pasajes de música estimulante; este cerebro primitivo le da
confianza *, él es quien le animará en sus esfuerzos.

37. ADQUIRIR CONFIANZA EN UN MISMO

EN POCAS PALABRAS....
Vencer la ansiedad es posible, y más fácil de lo que usted cree.

1. Causas y manifestaciones de la ansiedad durante el examen

El cerebro primitivo considera que existe una amenaza. Moviliza entonces al organismo para permitirle huir o luchar.

2. Entrenamiento a lo largo del año

• Imagínese en las condiciones de examen.


• Organice su plan de trabajo para obtener progresivamente mejores resultados.
• Entrénese de forma especial para las pruebas orales.
• Utilice la autosugestión.
• Exprese su miedo.

3. A la espera del examen

• Practique la respiración profunda.


• Olvide sus fracasos, piense sólo en los aspectos positivos.
• También aquí, sepa emplear la autosugestión.

4. La acción
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 174
• Póngase en situación de vencedor.
• El nerviosismo desaparece con la acción.

Justo antes de pasar a la acción es cuando generalmente aparecen, según la


intensidad de la emoción, todo un abanico de trastornos: la duda, la falta de confian-
za, la ansiedad, el miedo, la angustia y, a veces, el pánico total.
Para algunas personas, la emotividad es una auténtica amenaza psicológica;
primero, durante el proceso de aprendizaje (dudar de las propias posibilidades es ya
atrofiarlas, particularmente, a nivel de la comprensión y de la memorización); pero,
sobre todo, en el momento de hacer el examen, de dar el paso definitivo para alcan-
zar la meta.
37.1 La ansiedad ante el examen
37.1.1 Causas de la ansiedad
Nuestro cerebro primitivo * funciona para asegurar prioritariamente la seguri-
dad del organismo. Ante cualquier situación nueva, dispone de tres tipos de reac-
ción: la aceptación o la adaptación, la lucha y la huida. En caso de inseguridad, se
produce inmediatamente una movilización general para adoptar uno de los dos
comportamientos siguientes: lucha o huida. Así es como reacciona ante un examen,
ya que considera que existe en efecto una amenaza por las razones siguientes:
• Porque durante la espera la situación es desconocida; ninguna informa-
ción indica si ésta será favorable. En este tipo de situación, el cerebro pri-
mitivo, a consecuencia de un aprendizaje muy precoz, desconfía (durante
varias generaciones se ha educado a los niños para no dirigirse hacia lo
nuevo, lo extraño o lo desconocido).
• Porque existe un riesgo de desvalorización ante los demás, en caso de
fracasar en los exámenes: ésta es una amenaza psicológica.
• Porque anteriores experiencias de comunicación, particularmente en el
plano verbal, han sido quizá decepcionantes.
37.1.2 Manifestaciones de la ansiedad
La movilización general del organismo se produce con modificaciones de los
ritmos cardíaco (palpitaciones, rubor) y respiratorio (respiración entrecortada, opre-
sión dolorosa, constricción de la garganta); reacciones musculares (crispación, tem-
blores); modificaciones endocrinas (transpiración). Todas estas manifestaciones ar-
caicas, en realidad, preparan el cuerpo para que reaccione rápidamente, como
cuando en los primeros tiempos de la humanidad había que luchar contra los hom-
bres o contra los animales salvajes.
El cerebro primitivo se equivoca en esta circunstancia al movilizar todo el
cuerpo frente a un peligro psicológico hipotético. ¿Cómo evitar, entonces, estos
comportamientos instintivos?
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 175

37.2 Entrenamiento a lo largo del año


37.2.1 Sepa lo que le espera
¡No permanezca en la ignorancia! Pida información a sus profesores para co-
nocer el desarrollo de las pruebas (tiempo de preparación, tiempo de exposición pa-
ra las pruebas orales, documentos autorizados, etc.). Proyéctese hacia el futuro,
imagínese en las condiciones del examen.
Si se suspendió una vez, reviva el examen desdramatizándolo: relájese, re-
pase mentalmente el desarrollo de los acontecimientos en cuestión. Si le resulta
demasiado penoso, déjelo, e inténtelo un poco más tarde, procurando avanzar más.
Pregúntese por qué fracasó realmente; si sus respuestas fueron erróneas, imagíne-
se respondiendo las correctas; vuelva a vivir esa acción saliendo airoso de ella. Aho-
ra que conoce el motivo de su fracaso, saque las conclusiones pertinentes; encaje
rápidamente el golpe y no pierda más tiempo pensando en ello.
37.2.2 Alcance el nivel requerido
Repase sus planes * de trabajo, organícese bien, no descuide ningún detalle.
Usted se ha marcado una meta y unos objetivos realistas. El entrenamiento forma
parte de sus bazas. Sepa que con el tiempo usted progresará, alcanzará metas ca-
da vez más difíciles; estos éxitos sucesivos le darán confianza, le conducirán hasta
el nivel requerido para el examen.
37.2.3 Entrénese de modo especial para las pruebas orales
Fíjese objetivos de participación en clase, que serán desafíos, contratos reali-
zados con usted mismo: por ejemplo, el de intervenir una de cada dos veces en la
clase de un determinado profesor. No evite los contactos, busque las experiencias
que le parezcan interesantes, aun cuando inicialmente no sean gratificantes, con
objeto de progresar constantemente. Sepa, por último, abrirse a los demás, liberarse
de usted mismo, superarse por duro que le resulte a veces.
37.2.4 Practique la autosugestión *
En el transcurso del año, viva positivamente en su imaginación los ejercicios y
las preguntas orales. Pronuncie también en su casa, en voz alta o en voz baja, fra-
ses estimulantes para su cerebro primitivo, ya que es a éste a quien usted debe
convencer, por ejemplo, “este ejercicio me gusta, me permite mostrar mi valía, me
hace progresar”.
Considere siempre los controles como una fuente de desarrollo. Evite toda
idea negativa con respecto a ellos.
Si su pensamiento es positivo, también lo serán sus reacciones en el momen-
to del examen; encontrará en usted mismo paz interior y seguridad: dudas y miedo
habrán desaparecido. Sus emociones irán en el mismo sentido que su razón: armo-
nía física y psíquica se complementarán. Esta confianza recuperada elimina el ner-
viosismo, fortalece y multiplica su motivación: la voluntad y la atención irán automá-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 176

ticamente detrás.
37.2.5 Exprese su miedo
Si realmente usted siente miedo ante estos exámenes, exprese sus aprensio-
nes tantas veces como sea necesario (particularmente, antes de los exámenes).
Comuníqueselo a alguien que le escuche sin juzgarle. Evite a las personas ante las
cuales no desearía verse desvalorizado y también a aquellas con las que le unan
vínculos afectivos. Desahóguese con alguien de su clase o del exterior (de un grupo,
un club, etc.): elija un “confesor”. El hecho de mencionar sus temores le liberará en
gran parte de los mismos; así se librará de esa tensión provocada por el hecho de
no poder expresar espontáneamente su temor, y trabajará con la mente libre y rela-
jada.
37.3 A la espera del examen
Durante los períodos de espera de los exámenes es cuando se producen las
más fuertes movilizaciones de su organismo, el nerviosismo está en su punto culmi-
nante. Es, pues, muy importante para usted poder suprimir, en ese momento preci-
so, todos los bloqueos. Comience por evitar la excitación ambiental. Procure aislar-
se, no se quede esperando en los pasillos, salga a tomar el aire, sin alejarse dema-
siado. ¡Ojo! No sienta la tentación de huir, no encuentre ninguna razón para esca-
parse, ¡ni lo piense siquiera! Como todo el mundo, usted está nervioso, pero ya co-
noce la manera de combatir ese nerviosismo; en el peor de los casos, usted sabe
que se le pasará en cuanto comience la acción.
37.3.1 Respiración, relajación
Si es usted consciente de que su estado es nefasto para el éxito, intente re-
cuperar su equilibrio anterior mediante la respiración profunda *. Son posibles dos
soluciones:
• bien caminar respirando conscientemente, de manera profunda, amplia,
tranquila y controlada, lanzando largos suspiros; así usted oxigena su ce-
rebro y se relaja;
• bien practicar la respiración profunda, sentado o de pie, con los ojos ce-
rrados preferentemente.
Sus ritmos corporales se lentificarán de forma progresiva, y alcanzará la rela-
jación física. Sentirá entonces en usted una energía, una fuerza, una potencia psí-
quica, que le permitirán enfrentarse al reto: se sentirá a gusto en su piel.
37.3.2 Desbloqueo psicológico

37.3.2.1 Si cree que va a fracasar otra vez


Usted ya habrá analizado probablemente las razones de este temor, así que,
no le dé más vueltas. Ahora, justo antes del examen, es demasiado tarde para re-
mediarlo; deje de pensar en el pasado, pero actúe como si esa debilidad no existie-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 177

ra. Olvide los fracasos del pasado, imagine la victoria final: tenga una moral de ven-
cedor, que así pone las cosas a su favor.
De manera general, aparte de su mente toda idea negativa. Sea optimista,
piense sólo en los aspectos positivos, en sus bazas para triunfar:
• Usted conoce el examen y se ha preparado metódicamente; no tiene,
pues, que temer ninguna sorpresa.
• Los examinadores no son verdugos; sabrán reconocer y apreciar sus cua-
lidades.
• Si está usted flojo en una materia, puede usted agarrarse a las demás y,
eventualmente, salir adelante a través del juego de coeficientes.
37.3.2.2 Encuentre la fuerza que le impulse a actuar
¿Cuáles son las ventajas que espera obtener, cuáles son sus motivaciones?
Sitúe el acontecimiento actual dentro de su plan a largo plazo; usted debe al-
canzar su objetivo. Usted ha invertido en sí mismo, y debe sacar partido de esa in-
versión; concédase el lugar que usted mismo se ha fijado. Piense que sus familiares
y amigos confían en usted, eso le dará seguridad.
Crea firmemente en sí mismo, en sus posibilidades: usted va a demostrar to-
da su valía.
37.3.2.3 Practique la autosugestión
Durante esta espera, como durante todo el año, recuerde las frases positivas
que se dirigía antes de realizar un trabajo y repítalas mentalmente.
37.4 La acción
¿No está del todo convencido con lo que acabamos de mencionar? Piense
entonces que, de todas formas, estos exámenes se pueden comparar a un juego
social, un juego de representación de papeles: póngase en el papel del vencedor y
luche entonces para ganar. Piense en las personas a las que le gustaría imitar, en
los obstáculos que ellas también han tenido que superar. Tararee esa canción que le
proporciona habitualmente energía, vigor. Piense que usted tiene la garra y la con-
vicción necesarias, que posee una agresividad positiva: esta fuerza interior es la que
le hará ganar el desafío.
Por fin, ya puede usted actuar. Lo más difícil ya ha pasado, la acción está
emprendida, está usted totalmente movilizado sobre su trabajo, el nerviosismo ha
desaparecido.
Observación: Si le hablan de medicamentos milagrosos contra el nerviosismo
(los betabloqueantes), sepa que se deben utilizar bajo prescripción médica a causa
de un cierto número de contraindicaciones (asma, problemas cardíacos, úlceras). Si
bien es cierto que presentan menos problemas que los tranquilizantes clásicos, sus
efectos secundarios, nefastos para el aprendizaje, no se deben, sin embargo, des-
deñar (disminución de las capacidades de concentración, cansancio, insomnios).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 178

En ningún caso se deben tomar por primera vez la víspera de un examen, so


pena de provocar auténticas catástrofes. Vigile bien sus reacciones al comienzo de
su utilización, y esto aunque su médico de familia no vea ninguna contraindicación
en ellos.

RECUERDE:
• Todas sus limitaciones, sus bloqueos, provienen de su mente. Visualice
siempre su éxito o lo que usted desea lograr, así podrá conseguirlo mucho
mejor.
• Su poder reside en la confianza en usted mismo, en la fe en su futuro.

38. CONSEJOS PARA LOS EXÁMENES ESCRITO Y ORALES

EN POCAS PALABRAS....
Tenga confianza en sí mismo: usted desea expresarse para que se reconozca su valía. Movilícese totalmente.

1. En espera del tema

Manténgase activo. Rellene la parte superior de la hoja con sus datos, prepare su material.

2. Gane tiempo

Visualice todo su procedimiento.

3. La lectura detallada del tema

Detecte claramente los problemas planteados. Cuidado con salirse del tema, con los contrasentidos. Comience por las
preguntas más fáciles y distribuya bien su tiempo.

4. La preparación en el borrador

Su preparación debe ser clara. Si se bloquea, pase a la siguiente pregunta; sepa tomar perspectiva.
5. La expresión

Debe usted imperativamente conseguir que su destinatario le comprenda. Sea claro y coherente en su demostración, en su
expresión y en su presentación.

5. Prevea el tiempo necesario para repasar

Termine su examen a tiempo, pero no abandone el aula hasta el final.

6. Entrénese para los exámenes

Memorizando sus conocimientos, pero también a través de la lectura, la redacción de ejercicios y la preparación de expo-
siciones.

En primer lugar, confíe en sí mismo. No tema el examen: usted conoce muy


precisamente las reglas del juego (ha leído las instrucciones oficiales al principio de
curso). Usted sabe lo que le espera, sabe que los temas elegidos están relaciona-
dos con el programa. Usted está nervioso, pero este nerviosismo va a desaparecer;
puede eliminarlo gracias a la respiración * profunda (repase los Capítulos 32: “Respi-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 179

rar, relajarse”; y 37: “Adquirir confianza en uno mismo”).


Tenga una actitud activa y no pasiva a lo largo del examen. Sienta el deseo
de manifestar todas sus cualidades personales. Usted desea despertar el interés de
quien tiene enfrente: el lector o el oyente; hágale descubrir su verdadera valía. Se
trata de que se exprese usted y no de expresar conceptos aprendidos de memoria o
trivialidades. De este modo, usted será consciente de todos los medios de que dis-
pone. Usted posee lucidez y soltura. Saca partido de sus conocimientos, los domina,
alcanza por fin el objetivo que se había fijado. Entonces, el destinatario se interesará
por usted como individuo; le leerá o le escuchará: apreciará sus cualidades y reac-
cionará positivamente. Usted ha sabido levantar todas las barreras que impiden la
comunicación *.
A lo largo del examen, póngase en condiciones de reflexión intensiva, ya que
se trata de pruebas en el sentido estricto del término. Usted debe vencer intelec-
tualmente, y para ello debe movilizarse totalmente, combatir con todas sus fuerzas,
como si le fuera la vida en ello. Nada debe distraerle, ni los vecinos ni los profesores
ni el sol que brilla en el exterior; el único elemento que le vincule con la realidad de-
be ser su reloj (ya que, a menudo, responder en un tiempo limitado es la mayor difi-
cultad).
38.1 La espera
Una vez instalado en su sitio, prepare en un extremo de la mesa su convoca-
toria y su carné de identidad. Prepare todas sus herramientas (particularmente un
rotulador corrector y el reloj que tendrá que consultar regularmente). Esperando la
distribución de las preguntas, gane tiempo rellenando inmediatamente la parte supe-
rior de la hoja destinada a sus datos; esto le evitará además la angustia de la espe-
ra.
Una vez distribuidas las hojas de las preguntas, no las mezcle. Separe las
hojas con los textos de las hojas para los trabajos en sucio (generalmente, estas
últimas se suelen distribuir junto con las preguntas); si tiene que rellenar algunos
impresos, colóquelos en un extremo de la mesa para no estropearlos. No se desmo-
ralice al conocer el tema y todas las dificultades que deberá resolver, y no se pre-
ocupe tampoco de las caras de sus compañeros.
38.2 Gane tiempo reflexionando
Tenga bien presente esta regla fundamental para las siguientes etapas: todas
las pruebas se desarrollan en un tiempo limitado; no se trata necesariamente de una
carrera contra el reloj, pero todo lo que pueda hacerle ganar tiempo debe ser apro-
vechado.
La regla es siempre reflexionar antes de actuar (tanto si se trata de escribir
como de hablar). Antes de tomar un camino, debe usted saber exactamente qué
etapas va a seguir; visualice todo su procedimiento. Así evitará los caminos equivo-
cados, las pérdidas de tiempo, de energías y de moral. Actúe tras reflexionar y no
por reflejo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 180

38.3 La lectura detallada del tema


Comprenda el texto, descubra su sentido, detecte el problema o problemas
planteados, analice, razone, ordene sus ideas. Son necesarias varias lecturas del
tema y se deben efectuar en bolígrafo en mano. Como norma general, lea primera-
mente las preguntas antes de leer el texto. Subraye las palabras y las cifras clave
(únicamente lo que le parezca esencial).
Lea atentamente, período de frase por período de frase, finalmente, todo el
texto. Así, si el enunciado es complejo, usted descubrirá los detalles que lo aclara-
rán; esto hará desaparecer su angustia inicial.
Para empezar, pregúntese cuál es exactamente el problema planteado. Exa-
mine todos los puntos de vista; sopese cada término. ¿Qué es lo que hay que abor-
dar realmente? ¿Qué espera el exactamente el examinador? Una vez más, tenga
mucho cuidado de no caer en el grave error de salirse del tema. No parta de una
idea falsa, de apriorismos provenientes de su cerebro primitivo.
En general, los temas son claros, sin ambigüedades. En caso de duda, expli-
que bien su elección desde la introducción. Delimite precisamente su tema para evi-
tar particularmente las pérdidas de tiempo: en literatura, por ejemplo, no aborde la
biografía del autor si esto no aporta nada a su razonamiento: no intente decir todo lo
que sabe, exponer todos sus conocimientos únicamente por hacer gala de ellos,
debe usted asegurarse de no trabajar inútilmente. Responda a toda la pregunta, pe-
ro solamente a la pregunta.
Sepa leer los documentos, cíñase bien al texto, a los términos concretos; en
esta frase, he aquí los principales defectos que se deben evitar, los más graves, tan-
to en un ejercicio como en la prueba oral:
• Sepa distinguir bien los diversos problemas planteados, sin confundirlos
entre sí.
• No olvide tratar un problema si el tema lo menciona.
• Cuidado con ciertas palabras clave que cambian todo el significado de un
párrafo: y, o....
• Cuidado con los malentendidos: por ejemplo, las causas no son las moda-
lidades, la función no quiere decir los medios; igualmente, efectos es dife-
rente de metas.
• No invente nada, no imagine lo que no aparece en el texto.
• Finalmente, no busque dificultades que no existen: no trabaje más de lo
preciso.
Piense por cuál de las preguntas va a comenzar. Si son independientes, res-
ponda en primer lugar a las más fáciles, esto le subirá la moral y le hará ir asegu-
rando puntos. Para el resto, trabaje en función del baremo si es que lo conoce. Re-
parta bien su tiempo: divida su horario de manera que pueda responder a todas las
preguntas.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 181

De todas formas, adopte desde el comienzo un ritmo constante, pero pre-


viendo, en cualquier caso, el tiempo necesario para la reflexión.
38.4 La preparación en el borrador
A fin de encontrar un máximo de ideas y de ponerlas en orden, prepare siem-
pre su trabajo en un borrador, salvo para las preguntas muy fáciles. Escriba única-
mente en una cara de estas hojas de preparación; esto le evitará manipulaciones y
olvidos: por esta razón, no inscriba nada en los documentos impresos. Vea las co-
sas en grande, utilice varias páginas. Sea siempre muy claro en su trabajo prepara-
torio para saber constantemente dónde se encuentra (numere, por ejemplo, sus res-
puestas). Anote bien los datos antes de buscar la solución (para encontrar ideas en
el borrador, acuérdese de la fase de recuerdo en la memorización, ver Capítulo 11;
utilice también la técnica indicada en el Capítulo 38).
Si realmente no sabe tratar una pregunta, no malgaste su tiempo a causa de
ella. Pase a la siguiente pregunta para no perder los demás puntos (repasar: la reso-
lución de problemas, Capítulos 7 y 8). En caso de pánico, salga y camine un poco
practicando la relajación; no se quede sentado aumentando su nerviosismo.
En el examen escrito, en cuanto tenga resuelta una pregunta en el borrador,
trasládela inmediatamente a su hoja de examen. No cometa errores (olvido de un
término, cambio de un signo...). Tache sistemáticamente lo que ya haya copiado.
Subraye los elementos que ha utilizado en el texto del tema (cifras y palabras clave)
para verificar que no ha olvidado nada.
Sepa, sin embargo, que también puede usted utilizar esos elementos una se-
gunda vez. Proceda del mismo modo para cada elemento de la pregunta tratada (no
es raro, en efecto, descubrir que se han olvidado algunas partes de la pregunta).
Sepa tomar perspectiva de vez en cuando para ver el punto en que se en-
cuentra por referencia al tiempo de que dispone. No se deje nunca distraer, pero, si
la prueba es larga, sepa hacer una breve pausa permaneciendo o no en la sala de
examen; mastique un palote de cereales, tome fruta, azúcar, para reponer energías
(es preciso un aporte de energía cada hora y media más o menos); eventualmente,
rehidrátese.
38.5 La expresión
Ser comprendido por el destinatario es el principal objetivo que hay que al-
canzar en toda expresión escrita u oral. De nada sirve poseer conocimientos o re-
flexiones personales acertadas si éstas no son percibidas por el prójimo (ver Capítu-
lo 20: “Comunicar”).
Facilite el trabajo del corrector: generalmente, éste no puede dedicar dema-
siado tiempo a cada examen. No podrá y no querrá tener que releer su examen va-
rias veces. Usted debe poseer cualidades de expresión; él también le va a juzgar a
usted sobre ese punto, particularmente, si su examen le presenta problemas. Es
mucho más razonable, en situación de persona que espera una buena nota, realizar
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 182

uno mismo el esfuerzo de claridad en la expresión y en la presentación, en lugar de


imponerle este trabajo al examinador; de este modo, usted ganará puntos con toda
seguridad; claridad y coherencia deben ser, a lo largo de las pruebas escritas u ora-
les, sus dos imperativos fundamentales.
38.5.1 Claridad y coherencia de la demostración
Recuerde las reglas del juego. Ante cualquier ejercicio o exposición, actúe
como si tuviera que hacerse comprender por alguien que no conoce la cuestión. Las
ideas o los resultados nunca son suficientes en sí mismos, deben integrarse dentro
de las explicaciones: usted debe hacer que su procedimiento sea inteligible. Trabaje,
una vez más, en función de la persona que tiene enfrente: ¿será ésta capaz de cap-
tar su reflexión? ¿Cómo va a reaccionar? Póngase en el lugar del extraño que leerá
su trabajo.
Sus informaciones deben ser coherentes (integrarse en una lógica). Deben
ser tan completas, exactas y útiles como sea posible. Parte de una hipótesis para
llegar a una conclusión y no a la inversa. Demuestre antes de afirmar. Los diferentes
elementos de su reflexión deberán ordenarse lógicamente, sin contradicción, sin
vueltas hacia atrás ni repeticiones. No mezcle sus ideas, el corrector debe encontrar
siempre una progresión en su procedimiento.
Evite salirse del tema, ni siquiera por unos breves instantes. Pregúntese cons-
tantemente si está respondiendo con precisión a la pregunta planteada. Sus ideas y
sus ejemplos los utilizará únicamente para responder a dicha pregunta. Elija prefe-
rentemente ilustraciones o argumentos precisos y personales; usted se desmarcará
así de los demás candidatos. El profesor le estará agradecido por romper la mono-
tonía de la corrección, pero, sobre todo, por dar muestras de auténtica reflexión. Evi-
te, no obstante, las afirmaciones gratuitas, ¡no invente nada!, no confunda fuerza de
convicción con jactancia, ya que el corrector no ha nacido ayer.
38.5.2 Claridad y coherencia de la expresión
Su vocabulario deberá siempre ser preciso, exacto, técnico. Sus frases serán
simples, salvo, eventualmente, en los ejercicios de expresión de lenguaje; si usted
tiene dificultades, serán cortas y directas. Indique, preferentemente desde el co-
mienzo, lo esencial de su idea. Las palabras de transición le permitirán unir esas
frases entre sí (repasar también los Capítulos 22: “La gramática”, y 23: “El vocabula-
rio, la ortografía”).
38.5.3 Claridad y coherencia de la presentación
Cualquiera debe ser capaz de comprender y de seguir el desarrollo de su
ejercicio. Por su propio interés, evite todo lo que pueda cortar el hilo de la compren-
sión:
• La estructura general se descubre visualmente gracias a los espacios en-
tre las partes y las subpartes, gracias al empleo de apartados. Airee de un
modo razonable el texto.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 183

• Numere eventualmente las partes, las preguntas (infórmese previamente


para saber si puede proceder de este modo en todas las pruebas).
• Es preferible que presente las preguntas en el orden del tema del examen
(deje eventualmente espacios en blanco). Recuerde siempre las pregun-
tas, bien copiándolas de nuevo si son cortas, bien mediante algunas pala-
bras que las resuman.
• Cuide la escritura, forme bien sus letras y sus cifras (si tiene que tachar,
hágalo limpiamente, con una regla, pero prefiera, sin embargo, un rotula-
dor corrector).
• Vigile la ortografía, la puntuación, las mayúsculas; evite las abreviaturas.
• Emplee un vocabulario correcto y frases comprensibles.
En resumen, una vez más, trabaje siempre para la persona que va a leer su
trabajo y no en función de sus propios gustos. Haga que ésta se sienta en una dis-
posición favorable, de lo contrario, le quitará a usted, voluntaria o involuntariamente,
algunos puntos.
38.6 Los últimos minutos
Prevea el tiempo necesario para repasar su examen al menos una vez. Deje
su mente en blanco durante unos segundos para tomar perspectiva. Compruebe,
mediante un recuento, que todas las distintas partes de las preguntas hayan sido
tratadas, que todos los cuadros o impresos que hay que rellenar están correctamen-
te en su hoja de examen. Corrija las letras y las cifras mal escritas. Compruebe el
orden de importancia de las respuestas, subraye sus resultados, corrija la ortografía.
Compruebe los encabezamientos de las hojas y numérelas bien: por ejemplo, si va a
entregar tres hojas, la segunda llevará la referencia 2/3.
Debe usted terminar a tiempo. En principio, lo escrito a lápiz o en el borrador
no suele ser aceptado; no obstante, si no ha tenido usted tiempo de copiarlo, intro-
duzca su borrador entre las hojas del examen (nunca se sabe), pero no escriba su
nombre en él. Por último, no salga antes de tiempo; ¡un descubrimiento en el último
minuto puede hacerle ganar puntos! Tal vez se esté jugando todo el curso en esos
pocos instantes; tenga cuidado, no obstante, de no tachar respuestas correctas bajo
los efectos del pánico, como ocurre a menudo.
38.7 Cómo prepararse para los exámenes
Además del hecho de poseer los conocimientos suficientes (ver Capítulo 11:
“Cómo memorizar”), conseguir comunicar fácilmente por escrito u oralmente requie-
re una preparación a largo plazo en la lectura, en la escritura, en la exposición.
38.7.1 Leer
En primer lugar, para cultivarse: el contacto con los textos, con la prensa, le
aporta a usted ideas sobre los autores o sobre los temas de reflexión más destaca-
dos de nuestra época. En segundo lugar, para escribir o hablar: la familiaridad con lo
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 184

impreso desarrolla el vocabulario y la sintaxis, y suscita el deseo de expresarse uno


mismo.
38.7.2 Escribir
Entrénese regularmente en la escritura o en la resolución de problemas reali-
zando esmeradamente sus trabajos en el mismo tiempo que se le concederá cuan-
do llegue el examen. Trabaje de nuevo a partir de las correcciones para descubrir
sus puntos fuertes y sus puntos débiles (ver Capítulos 9 y 10): todo aprendizaje se
basa en la repetición, que es fuente de progreso.
38.7.3 Exponer
Para preparar las pruebas orales, adopte la costumbre de discutir sobre un
suceso, sobre una película o sobre un libro con un compañero o ante toda la clase.
Entrénese en la utilización del vocabulario adecuado, en la construcción de una ex-
posición oral. Grábese si es posible. Adquirir el hábito de estas preparaciones crea
en el cerebro unas estructuras de funcionamiento que son indispensables para us-
ted. Para las aplicaciones prácticas, ver los Capítulos 39 al 42.

RECUERDE:
• Comience por crear las condiciones favorables para un intercambio entre
usted y el corrector. Piense en él, ya que también a él va destinado su tra-
bajo; sienta simpatía por el examinador y él la sentirá por usted. Favorezca
así la comunicación entre ustedes, cree una corriente positiva.
• No funcione de un modo reflejo, sino reflexivo. Sepa adaptarse con preci-
sión al tema del examen, domínelo, muestre su inteligencia.

39. CÓMO ENCONTRAR IDEAS

EN POCAS PALABRAS....
Para encontrar ideas, proceda por asociación y respete las etapas siguientes:

1. Fase de espontaneidad

• Deje llegar sin restricciones todas las evocaciones a su mente, anótelas en el borrador.
• Recuerde todo lo que ha leído, visto, oído: personalice su reflexión a través de sus experiencias.

2. Fase de profundización

• Plantéese las preguntas tradicionales: ¿qué hace cada cual, dónde y cuándo, por qué y cómo?
• Asocie las ideas por contraste, semejanza, oposición, clasificación, elabore cuadros. Siga un procedimiento lógico.
• Razone (descubra, defina, explique, analice, deduzca, aplique).

3. Ordene sus ideas

Recuerde: todo el tema, nada más que el tema.


GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 185

Todo ejercicio, ya sea escrito u oral, requiere una búsqueda de ideas; éste es
a menudo el punto flaco del trabajo: “demasiado breve”, “demasiado seco”, “carente
de ideas”, son entonces las apreciaciones de los profesores. Los datos personales
condicionan a menudo la riqueza de un ejercicio. Para encontrarlos, he aquí algunas
técnicas que se apoyan todas en el funcionamiento normal del cerebro, es decir, en
un pensamiento esencialmente asociativo.
Una vez elegido y comprendido el tema, proceda como sigue, y por este or-
den: en un primer momento, es preferible que usted deje trabajar a su cerebro primi-
tivo; en un segundo momento, profundice o analice detenidamente sirviéndose de
su razón; en un tercer momento, ordene el conjunto de sus elementos.
39.1 Primera fase: la espontaneidad
39.1.1 El estado de ánimo
Tenga confianza en sí mismo. Esta actitud mental es muy importante, ya que
favorece la aparición espontánea de ideas. De manera general, evite todo bloqueo;
debe usted encontrar un máximo de elementos. Descondiciónese, no tenga ningún
prejuicio, trabaje ingenuamente, sin orden preconcebido, anote incluso las ideas ex-
travagantes, ya que el borrador es su terreno personal; ya seleccionará usted poste-
riormente. No se concentre, levante las barreras, déjese llevar; haga trabajar a su
inconsciente. Que su cerebro funcione como en un sueño, reaccione impulsivamen-
te, emocionalmente en un primer momento; más tarde vendrá la parte racional.
Al leer el tema, surgirán evocaciones visuales y auditivas, déjelas llegar, bús-
quelas; ellas son su riqueza. Viva y reviva mentalmente las situaciones, las contra-
dicciones del problema planteado.
Si le resulta difícil arrancar, cree, inicialmente, el vacío mental durante unos
segundos, no piense más que en su respiración profunda *, esto le relajará y des-
bloqueará su mente.
39.1.2 Los campos de investigación

39.1.2.1 No dude en comenzar leyendo varias veces el mismo tema


Intente encontrar todo lo que sabe (ver el apartado 6 del Capítulo 11). Acuér-
dese de sus fichas de revisión, de sus clases, de los manuales. Vaya aun más lejos,
supere los conocimientos puramente escolares, recuerde informaciones (hechos,
circunstancias), programas de televisión, lecturas, viajes, conferencias o discusio-
nes. Evoque su experiencia o la de los demás, la actualidad, la vida cotidiana o los
acontecimientos excepcionales. Describa, precise, personalice así sus conocimien-
tos; si se lo piden, aporte, después de reflexionar, su propio punto de vista. Para
hacerlas concretas y vivaces, ilustre sus ideas con referencias, citas, ejemplos per-
sonales; evite los tópicos y los lugares comunes. Trabaje con lapicero, sobre varias
hojas de borrador, únicamente por una cara, para facilitar la búsqueda. Escriba con
caracteres grandes para tener una visión más cómoda, airee al máximo su trabajo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 186

Cada página recibe una misma familia de ideas. Dos posibilidades se abren enton-
ces ante usted: si conoce o no los temas centrales.
39.1.2.2 Si conoce los temas centrales
Si tiene claramente en su cabeza las ideas principales, anote cada una de
ellas en el centro de cada hoja; por ejemplo, para un tema cuyo título es la crisis de
1929, usted anotará la palabra causas en una hoja, en otra, consecuencias, y en
una tercera, remedios. No vacile en reformular el tema, en utilizar su propio vocabu-
lario, así desbloqueará mejor su pensamiento.
Anote a continuación todas las ideas en dichas hojas en forma de palabras
clave. Distribúyalas alrededor de los elementos centrales, agrupándolas por afinida-
des sobre las mismas ramificaciones o sobre ramificaciones derivadas, cada ramifi-
cación da origen a otras ramificaciones. Las ideas próximas, similares, se hallan y
se encuentran en las ramificaciones vecinas, próximas.
39.1.2.3 Si no conoce los temas centrales
Anote entonces sin ningún orden preestablecido sus ideas, situando las que
se asemejen entre sí lo más agrupadas posible. Agrupe por afinidades las que va-
yan surgiendo; de ahí se irán desprendiendo seguidamente las ideas principales.
39.2 Segunda fase: la reflexión con detenimiento
Esta vez se trata de aprovechar al máximo sus posibilidades. Tras la fase de
espontaneidad, haga ahora que intervenga también la reflexión.
Al cabo de cierto tiempo, tras haber leído una vez más el tema, compruebe
que sus ideas responden precisamente a la pregunta, tache lo que esté de más.
Clasifique bien sus ideas en torno a los temas centrales de cada hoja; la visualiza-
ción de las palabras debe provocar en su mente asociaciones de ideas; lea even-
tualmente estos términos en voz baja, esto también puede ser un factor desencade-
nante.
39.2.1 Plantéese preguntas a partir de sus ideas
• ¿Quién, de quién, por quién, a quién, con quién?
• ¿Dónde y cuándo?
• ¿Por qué y cómo: en nombre de qué, por qué, en qué condiciones, con
qué medios, qué función?
• ¿Cuánto?
• ¿Con qué consecuencias?

39.2.2 Asocie las ideas


El mero hecho de tener a la vista sus ideas puede, por asociación, hacer que
surjan otras ideas. Entrecruzando (y contrastando) sus conocimientos usted puede
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 187

encontrar ideas transversales; en el ejemplo anterior concerniente a la crisis de


1929, si la demanda de créditos aumenta, el crédito es más caro, lo que origina un
descenso de las compras, etc. De una idea se desprenden varias ideas. Explore su
árbol rama a rama, proceda por:
• Semejanza: encuentre analogías en otros ámbitos, efectúe comparacio-
nes, paralelismos, entre ideas o entre disciplinas, utilice los sinónimos.
• Oposición: examine la idea contraria, las diferencias, las contradicciones.
Ejemplo: teoría, práctica; tiempo, espacio; tesis, antítesis; general, particu-
lar...
• Clasificación: sitúe un término dentro de su clasificación, busque también
todos los campos que le conciernen, todas las categorías, todos los tipos,
todas las clasificaciones. Ejemplo: causas demográficas, sociales, econó-
micas, políticas...
Efectúe eventualmente un esquema o cuadro; siga un boceto, un procedi-
miento tipo, un procedimiento aprendido; complete paulatinamente los elementos
que faltan.
39.2.3 Razone a partir de un texto o de sus conocimientos
• Observe, constate, presente, describa.
• Defina los términos clave, las ideas generales, las palabras difíciles, im-
precisas, sorprendentes, dentro del contexto.
• Detalle, precise, clarifique, explique, desarrolle.
• Analice, distinga, separe, sintetice, reagrupe, compare.
• Deduzca, evalúe, discuta, argumente, refute, juzgue.
• Imagine, sugiera, aplique, verifique.
Si trabaja a partir de un texto, examine el título, los subtítulos, la construcción,
el plan, las transiciones. ¿Cómo se articulan las diferentes partes, los elementos
entre sí, con qué objetivo? ¿Cuál es la idea general que hay que demostrar? Hable
del autor, del contexto (lugar, época, entorno); póngase en su lugar. Una vez más,
viva mentalmente la situación, el problema.
Piense siempre en su destinatario, en las embarazosas preguntas que éste
podría plantear (contradicciones, imprecisiones...).
39.3 Tercera fase: ordene sus elementos
Después de preguntarse si cada idea responde al tema, interróguese por úl-
tima vez para saber si no podrían figurar también otros datos esenciales. Recuerde:
“todo el tema, nada más que el tema.”
Reagrupe seguidamente sus ideas trazando un círculo en torno a las grandes
zonas de actividades, uniéndolas mediante flechas, utilizando el color... Ordénelas
finalmente de un modo lógico dentro de un plan * (ver Capítulo 40).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 188

Observación: si le es posible, deje reposar sus ideas y vuelva sobre ellas al


día siguiente o unos días más tarde. Algunos elementos nuevos aparecerán para
enriquecer su reflexión; en efecto, sin que usted sea consciente de ello, su cerebro
habrá continuado trabajando el tema, particularmente, durante el sueño.

RECUERDE:
Haga que participen a fondo todas sus capacidades cerebrales. Viva las si-
tuaciones a través de evocaciones visuales o auditivas; combine búsqueda racional
y no racional.
Una sola idea debe poder desencadenar muchas otras. Esto es lo propio de
nuestro funcionamiento cerebral, basado en la asociación.

40. LA REDACCIÓN

EN POCAS PALABRAS....
Sepa, en primer lugar, administrar bien el tiempo.

1. La lectura y elección de los temas

No decida elegir a priori un tema. No se precipite, ya que no debe usted retractarse de su decisión.
Elija el que usted comprenda bien y del que crea tener mayor conocimientos.

2. El análisis del tema

Lea repetidas veces el tema. Delimítelo bien.

3. La construcción del plan


• El plan debe poderse descubrir inmediatamente en su hoja de examen. Usted lo extraerá a partir de las ideas princi-
pales del borrador. Jerarquícelas.
• Éste puede ser progresivo, comparativo, dialéctico, o tomar una forma de inventario. Cree una dinámica interna.

4. La introducción
La introducción despierta la curiosidad del lector. El primer párrafo anuncia el tema, el segundo lo presenta, el tercero
aporta el hilo conductor del ejercicio.

5. La conclusión
Compóngala inmediatamente después de la introducción. El primer párrafo efectúa una síntesis del desarrollo, el segundo
profundiza en el problema.

6. El desarrollo
Redáctelo directamente en su hoja de examen. Ha de seguir un hilo conductor y, paralelamente, una progresión.

7. El estilo
• Sea coherente gracias a los encadenamientos.
• Sea directo por medio de la concisión y la precisión.

Comience por administrar inteligentemente el tiempo de que dispone. Sepa


respetar los límites establecidos, no se deje sorprender. Prevea un reparto preciso
de este tiempo. Para una prueba de cuatro horas esto nos da:
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 189

• Elección del tema: 15 minutos; análisis del tema: 25 minutos.


• Búsqueda de ideas: 40 minutos; construcción del plan: 20 minutos.
• Redacción de la introducción y de la conclusión: 30 minutos.
• Darle forma: 1 hora y 40 minutos; repaso: 10 minutos.
Usted debe haberse entrenado a lo largo del año en tratar el tema dentro del
tiempo requerido, habituándose a la división que acabamos de presentar.
Las primeras etapas son las más importantes, ya que condicionan el conjunto
del ejercicio.
No olvide repasar el Capítulo 38: “Consejos para las pruebas escritas y ora-
les”. Lo que viene a continuación es una prolongación de éste.
40.1 La lectura y elección de los temas
Reflexione detenidamente al principio; dedique a esta tarea el tiempo necesa-
rio, para no tener que volverse atrás de su decisión. Después de haber leído muy
atentamente todos los temas subrayando las palabras clave, usted deberá pregun-
tarse cuál es el que mejor se adapta a sus conocimientos y a sus capacidades.
No parta de un a priori, eligiendo sistemáticamente un tipo de tema antes que
otro –el comentario de textos antes que el resumen, por ejemplo -. Usted podría en
efecto toparse, el día del examen, con un tema particularmente difícil. Igualmente,
no elimina sistemáticamente un tema por encontrarlo demasiado extenso o porque
no capta usted todo su sentido tras la primera lectura.
No se precipite tampoco sobre una pregunta, con el pretexto de que cree
haber tratado ya este tema o esta cuestión en un ejercicio anterior; rara vez se en-
cuentran dos formulaciones equivalentes; una simple palabra cambia a veces el
sentido del conjunto, y se arriesga usted a no responder concretamente al problema
planteado.
Desconfíe si el tema le resulta agradable o si le parece muy sencillo. ¿Co-
rresponde exactamente a lo que usted desea exponer? ¿Es eso exactamente lo que
se le pregunta? Recuerde: usted no trabaja para agradarse a sí mismo, sino en fun-
ción de la expectativa concreta del corrector; usted debe adaptarse a lo que se le
solicita. El cerebro primitivo * funciona siguiendo sus hábitos, sus estructuras prees-
tablecidas. Tenga cuidado; no ponga el piloto automático, ponga en marcha su re-
flexión y trabaje de este modo a lo largo de todo el ejercicio. A usted se le evaluará,
por un lado, por su aptitud para reflexionar y, por otro, por sus cualidades de comu-
nicación * más que por sus conocimientos y su memoria. Esto supone que salga
usted de sí mismo, que se abra al tema y al corrector, ya que usted debe trabajar
únicamente en función de éstos.
Elija, pues, primeramente el tema que usted comprende bien y del que parece
tener mayores conocimientos e ideas personales (éstas aparecerán buscando, en el
borrador). Ante la duda, retenga el que generalmente le proporciona mejores notas
durante el curso. Elimine los que no le inspiren demasiado o aquellos para los que
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 190

sus conocimientos sean limitados. Una vez comprometido en la búsqueda de ideas,


es generalmente demasiado tarde para cambiar de tema, y hay que atenerse a la
primera elección.
40.2 El análisis del tema
Al igual que la fase precedente, esta etapa es decisiva para el ejercicio; se
trata en efecto de evitar el peor de los defectos, salirse del tema (de ahí las des-
agradables sorpresas que surgen a veces; su trabajo puede ser muy interesante,
pero la nota sería catastrófica si usted no responde exactamente a la pregunta plan-
teada). Lea repetidas veces el tema elegido, tomándose el tiempo necesario para
ello.
Separe eventualmente las diferentes partes. Deténgase sobre cada uno de
los elementos, subraye las palabras clave. Reexplique en el borrador determinados
términos o expresiones sustituyéndolos por sinónimos o por la definición personal
que usted les dé. Examine todos los sentidos posibles y no conserve más que el que
corresponda exactamente al contexto. Cuidado también con la construcción de las
frases; una palabra (una negación, una conjunción) puede cambiar todo el significa-
do. Usted puede igualmente salirse del tema a causa de un término leído con exce-
siva rapidez; por ejemplo, sería un grave error convertir a Víctor Hugo en el prototipo
del dulce soñador sentimental so pretexto de que era “romántico”. Cuide constante-
mente de no cometer contrasentidos.
Plantéese siempre las siguientes preguntas: ¿cuál es o cuáles son los pro-
blemas precisos que hay que resolver? ¿Qué espera el corrector, qué tipo de res-
puestas? Recomponga usted mismo el enunciado del tema, con sus propias pala-
bras; así usted descubrirá que “exponer” no es “comentar”, que “por qué” no significa
“cómo”. Imagínese planteando esas preguntas a otra persona y compare esa formu-
lación con el enunciado del texto. Si una palabra clave le crea realmente un proble-
ma, si, después de reflexionar, no consigue descubrir su verdadero significado,
piense que ahí existe un peligro. Es preferible entonces, únicamente en este caso,
cambiar de tema antes que arriesgarse a salirse de él.
40.3 La construcción del plan
40.3.1 Procedimiento
Tras haber delimitado el tema y buscado en el borrador sus ideas (ver Capítu-
lo 39), hay que comunicarlas. Esta fase es tan importante como la precedente, ya
que puede que algunas buenas ideas no lleguen a ser percibidas por el destinatario
y, consiguientemente, no van a servir de nada. Cada una de estas ideas debe estar
lo suficientemente clara y desarrollada para ser memorizada por su interlocutor. Lo
repetimos una vez más, usted trabaja para un destinatario concreto, el corrector; no
escriba únicamente para autoagradarse, sino para transmitir un contenido, remitir un
mensaje.
Usted debe hacerse comprender inmediatamente, ésta es la primera regla del
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 191

juego. No le deje al lector la tarea de descifrar o de reclasificar lo que usted le escri-


be; preséntele un trabajo determinado, comprensible en su estructura, agradable de
recibir. Facilite al máximo la labor del corrector, no olvide que éste tiene varias dece-
nas de exámenes para corregir.
El plan debe poder descubrirse de la primera ojeada. Este plan es, de alguna
manera, el esqueleto de su ejercicio. Debe presentar una gran coherencia, y cada
uno debe poder percibir en él el hilo conductor, la lógica. Para ello, las partes deben
estar en su lugar, sin omisión ni dilución o repeticiones.
Naturalmente, usted efectuará esta construcción después de haber anotado
sus ideas en el borrador y no antes (para evitar el bloquearse inmediatamente sobre
pistas de búsqueda demasiado limitadas). Proceda como sigue:
• Comience por relacionar entre sí en su borrador las ideas que van juntas:
numérelas, rodéelas con un círculo; si aparecen nuevas ideas durante es-
ta fase, anótelas.
• Extraiga seguidamente la idea principal dentro de cada grupo.
• Después de haber clasificado sus ideas importantes, proceda de la misma
manera con las secuencias. Guarde únicamente las que se correspondan
exactamente con el tema. Retenga sólo las más interesantes, las más úti-
les para la demostración; evite el alarde de conocimientos.
• Jerarquice sus ideas; puede usted, por ejemplo, exponer, en primer lugar,
las tesis contrarias y, después, sus propias ideas; ir de los argumentos
más débiles a los argumentos más fuertes, de lo concreto a lo abstracto,
de lo particular a lo general. Usted puede elegir otra lógica: de hecho, ca-
da etapa debe dinamizar su construcción a través de los elementos nue-
vos que aporte. Ponga en práctica una verdadera estrategia para conven-
cer cada vez más a su destinatario, sin repetirse por ello.
• No se contente con reproducir los elementos de las clases. Prevea siem-
pre ejemplos personales y citas para ilustrar sus palabras, pero que sean
siempre oportunos.
• Articule sus ideas entre sí mediante transiciones; así su plan parecerá
siempre lógico, natural, comprensible.
40.3.2 Ejemplo de planes tipo

40.3.2.1 Plan progresivo


Utilícelo para: explicar, discutir, ilustrar, justificar, comentar (el término comen-
tar significa por este orden: explicar, ilustrar y, luego, discutir). Puede elegir las par-
tes siguientes: problemas, causas, consecuencias, solución; o también: antes, aho-
ra, después).
Ejemplo: un tema que lleve como título “La toxicomanía” comprenderá: defini-
ción (amplitud del fenómeno) –causas – consecuencias - , medios de lucha.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 192

40.3.2.2 Plan comparativo


A fin de comparar, distinguir. Adopte, por ejemplo, la construcción siguiente:
divergencias, conclusión (guarde para antes de la conclusión la parte más fuerte,
según los casos, bien semejanzas, bien divergencias).
Ejemplo: “La economía de los países subdesarrollados ¿es una economía de
tipo artesanal?” Para responder, usted tomará unos países concretos y seguirá las
dos partes principales enumeradas anteriormente.
40.3.2.3 Plan inventario
Para describir, definir, desarrollar, exponer, enumerar. Encuentre entonces
una progresión, una demostración, un hilo conductor; evite las sucesiones triviales
que transforman un ejercicio en un catálogo, pues esto siempre se juzga muy mal.
Ejemplo: “Los problemas humanos dentro de la empresa”. Aquí usted podrá
reagrupar esos problemas en torno a dos grandes categorías: los que tienen una
causa material, por una parte, y los que tienen un origen psicológico, por otra. Se-
guidamente, dentro de cada clasificación, usted encontrará otros reagrupamientos.
40.3.2.4 Plan dialéctico
Con miras a discutir, apreciar, evaluar, demostrar. Según los diferentes temas,
construya su plan sobre el modelo de tesis, antítesis, síntesis (en esta última parte,
usted superará las contradicciones, bien mediante concesiones, o bien mediante
soluciones nuevas). Comience por definir e indicar la evolución del concepto.
Ejemplo: “Las políticas de lucha contra la toxicomanía”. Este tema podría
comprender: las políticas represivas –las políticas “liberales” -, toma de postura per-
sonal, síntesis.
Progresivamente, usted podrá construir planes más personales, que necesita-
rán de su espíritu de análisis, de comparación y de síntesis. Su originalidad, siempre
que permanezca dentro de la lógica, será su riqueza.
Como usted habrá comprobado a menudo, un mismo tema puede dar lugar a
la construcción de varios tipos de plan, no existe un plan absoluto para un ejercicio
determinado. A cada uno le corresponde descubrir, en función de las ideas que figu-
ren en el borrador, el que le parezca más adaptado al destinatario. En caso de duda,
elija el más sencillo.
Tiene usted, pues, ante sí: un plan que comprende una introducción, dos, tres
o cuatro partes como máximo, más una conclusión. Divida cada una de estas partes
en subpartes, que constarán a su vez de varios párrafos (un párrafo por cada idea
importante). Ahora queda por redactar todo el conjunto.
40.4 La introducción
La introducción despierta la curiosidad del lector, le coloca en una buena dis-
posición para recibir su trabajo. Usted no construirá esta introducción hasta después
de haber encontrado todas las ideas y su plan (en efecto, no puede pretender pre-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 193

sentar su ejercicio antes de saber lo que éste va a contener). Esta introducción la


redactará completamente en el borrador, a fin de “rodar” la mano para la escritura;
seguidamente usted podrá componer directamente sobre su hoja de examen el de-
sarrollo de los temas. Esta introducción, pensando siempre en la claridad, se cons-
truirá en tres partes, que formarán uno o dos párrafos o apartados.
La primera parte anuncia el tema. Anunciar el tema consiste en introducir la
cuestión planteada ante alguien que no la conoce (ésta es la regla del juego). Utilice
una idea para situar el problema dentro de su contexto (en el tiempo y en el espa-
cio). Evite las ideas demasiado generales o triviales (“en todas las épocas se ha po-
dido constatar”, “la gente piensa generalmente que”...). Utilice más bien un hecho
concreto sacado de la actualidad. Capte el interés de su lector con una información
que éste conozca, así su cerebro primitivo se abrirá y no rechazará inconsciente-
mente el mensaje. Estará, por el contrario, en condiciones de recibirlo. Presente, sin
embargo, este dato bajo un punto de vista nuevo, planteando, por ejemplo, un pro-
blema: la curiosidad, el deseo de leer la solución o soluciones que usted propone
para resolverlo mantendrán entonces despierta su atención.
La segunda parte presenta el tema. Presentar el tema brevemente consiste
en plantear el problema que hay que resolver, en definirlo, en delimitarlo. Retome en
este caso la idea principal del texto, la cita propuesta, o extractos de la misma si és-
ta es demasiado larga. Defina eventualmente la palabra o palabras clave si se pres-
tan a confusión.
La tercera parte presenta el hilo conductor del ejercicio. Anuncie las grandes
líneas directrices que va usted a seguir, pero sin revelar su postura. Utilice, por
ejemplo, una frase sintética o una pregunta; de todas formas, evite expresiones co-
mo: “En primer lugar, examinaremos...” ¡Sobre todo, no adelante la conclusión! Haga
que se despierte el interés, prepare un efecto de sorpresa para su lector, mantenga
despierta su curiosidad.
La introducción no es el desarrollo (no aborde la discusión de los problemas,
no dé su opinión). Si bien ésta debe ser, como el conjunto de su trabajo, clara y lógi-
ca, la primera condición es que debe ser más breve (una décima parte del ejercicio
como máximo). Limítese a anunciar lo que abordará a continuación. Ataque median-
te una primera fase dinámica, revele así su estilo.
40.5 La conclusión
Redáctela inmediatamente después de la introducción; se trata, en efecto, de
la respuesta a esta introducción. No espere a la precipitación del final del ejercicio
para escribirla completamente. Como usted ya conoce su plan, puede componerla
en el borrador antes de pasar a los desarrollos (no obstante, deberá leerla antes de
copiarla para poder así ajustarla en función de los cambios o de los olvidos que ob-
serve en su ejercicio). Esta conclusión, de igual extensión que la introducción, puede
constar de dos partes:
• Primera parte: síntesis del desarrollo. No se trata sólo de resumir las dife-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 194

rentes partes, sino más bien de efectuar un balance. Responda lógica-


mente a las preguntas planteadas en la introducción, en conformidad con
el desarrollo, con la demostración. Usted podrá tomar eventualmente pos-
tura, pero con matizaciones.
• Segunda parte: ampliación del problema. Sugiera acciones, pistas diferen-
tes, para el análisis, para el debate, bien planteando otra pregunta, bien
afirmando, a través de una frase, una idea nueva que pueda ser discutida.
Esta construcción clásica se la puede reemplazar por otra más personal, pero
tenga bien presente que esta es la última impresión que va a retener su interlocutor
antes de ponerle una nota; debe usted, pues, cuidar particularmente esta conclu-
sión: no la haga nunca deprisa y corriendo, en caso de verse apurado de tiempo,
abrevie más bien sus desarrollos. Utilice su espíritu de síntesis, su vivacidad, para
conseguir la adhesión final de su interlocutor.
40.6 El desarrollo
Después de componer en el borrador la introducción y la conclusión para ir
soltando la mano, pase directamente a su hoja de examen para redactar el desarro-
llo. No dispone usted de tiempo para efectuar una redacción de prueba, salvo para
dar forma a ciertas frases importantes o delicadas. Esta escritura parece penosa y
lenta al principio, pero con un buen entrenamiento, usted adquirirá rápidamente el
ritmo adecuado.
Como ya hemos indicado en el Capítulo 38: “Consejos para las pruebas escri-
tas y orales”, lógica y claridad deben seguir siendo sus dos preocupaciones perma-
nentes, piense siempre en su destinatario. Queremos insistir de modo especial en la
necesidad de ser lógico en una redacción. El ejercicio que usted redacta es una de-
mostración, se organiza en torno a un hilo conductor. Verifique paulatinamente la
progresión de su plan. Tache las ideas utilizadas para que no haya ni olvidos ni repe-
ticiones.
Equilibre su ejercicio, no sea demasiado breve por falta de ideas ni demasia-
do extenso por difuso. Persiga una armonía general. Siga, con el reloj a la vista, la
progresión de su trabajo, no se vea sobre todo obligado a suprimir o a resumir una
parte o la conclusión por falta de tiempo (el efecto es catastrófico), es preferible que
elimine unas cuantas ideas secundarias dentro de cada parte.
40.7 El estilo
La armonía, la elegancia del ejercicio, vienen dadas por el estilo. A falta de
originalidad, escúdese una vez más tras la coherencia y la claridad, para permitir al
menos que su lector le comprenda.
40.7.1 La coherencia
La coherencia del ejercicio depende de su construcción. Cada párrafo consta-
rá de una idea ilustrada con algunos argumentos o algunos ejemplos; estos párrafos
deben agruparse en subpartes.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 195

Los encadenamientos sirven de articulación al cuerpo del ejercicio, le propor-


cionan toda la flexibilidad necesaria para su funcionamiento. Ciertos términos, cier-
tas expresiones, permiten pasar de forma natural de una idea a otra sin que haya
una ruptura en el razonamiento. Algunos marcan la continuidad; por consiguiente,
así, finalmente, por todas estas razones, pues, debido a esto, a fin de...; otros, la
restricción o la oposición; aunque, pero, sin embargo, no obstante, por el contrario,
en cambio...; otros, la enumeración: en primer lugar, por una parte, primeramente,
por otro lado, además... Estos términos evitan la aridez de una mera sucesión de
ideas o la del estilo telegráfico. No abuse, sin embargo, de ellos, ya que su trabajo
resultaría rápidamente indigesto. Por último, encadene cada parte o subparte me-
diante frases completas de transición (éstas resumen lo que precede y presentan lo
que vendrá a continuación). Facilitan también el trabajo de memorización del lector.
Evite las construcciones más pesadas (ejemplo: “vamos a examinar ahora”), pues
molestan a determinados correctores.
40.7.2 Precisión, concisión, claridad
Haga que se perciba toda la fuerza de sus ideas. Busque la concisión, evite
sobre todo las largas cadenas de razonamiento, seleccione las ideas y las palabras,
evite la verborrea. En caso de dificultad, construya frases más bien cortas, comple-
tas, claramente comprensibles, fácilmente memorizables para el lector. Destierre los
términos inútiles. Así logrará usted una expresión rápida y eficaz. Existen otros ele-
mentos que pueden facilitar su legibilidad:
• Evite las perífrasis, los adverbios, el exceso de calificativos, las oraciones
subordinadas, los abusos de relativos, los participios, el exceso de voces
pasivas o negativas. Evite, sin embargo, las construcciones excesivamen-
te simplistas (sujeto, verbo, complemento), enriquezca sus frases.
• Utilice preferentemente un vocabulario activo, preciso, concreto, útil, no
repetitivo y, si es posible, gráfico.
• Aplique una ortografía rigurosa, una coherencia en la elección de los tiem-
pos de los verbos.
• Evite sobre todo la acumulación de elementos sacados del texto, el escri-
bir palabras o frases sin comprenderlas, no utilice términos técnicos in-
adecuados.
• Evite también las imprecisiones, por ejemplo: “hace varios años”; las trivia-
lidades: “el hombre tiene un cuerpo, pero también una cabeza”; las expre-
siones del lenguaje hablado: “la gente cree que...”.
• Suprima los verbos comodín: poner, hacer, hay... Inversamente, huya del
estilo grandilocuente; tenga sentido de la medida.
• Para evitar la monotonía, no dude en modificar regularmente el orden de
construcción, en alternar una frase de fuerte contenido con otra de menor
significación, frase corta y frase más larga. Coloque las palabras esencia-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 196

les al principio para suscitar el interés.


• Varíe la puntuación y la forma; por ejemplo, tras algunas afirmaciones,
plantee una pregunta. Insista, mediante repeticiones o ejemplos apropia-
dos, cuando la idea sea importante: ésta no debe pasarle desapercibida al
corrector.
• Finalmente, evite también el exceso en sus ideas. La tolerancia es otra de
las reglas del juego, impone discreción en las opiniones (resulta inútil pro-
vocar al lector) y elimina la personalización en los ejercicios (evite el “yo” y
el “nosotros”). Esto no significa en modo alguno que su trabajo deba ser
impersonal o anodino: las ideas personales tolerantes y justificadas siem-
pre son apreciadas.
Repase dos veces su ejercicio, una para verificar la comprensión y la legibili-
dad (palabras ausentes o mal escritas) y otra para comprobar la ortografía y la pun-
tuación.

RECUERDE:
• No tenga apriorismos antes de elegir un tema; evalúe sus capacidades de
éxito en los diversos temas que se le proponen; pregúntese sinceramente
cuál será el mejor para revelar al corrector sus cualidades personales.
• Sea lo más comunicativo posible, pero sea ante todo riguroso; de este
modo, la razón de su corrector se identificará y se rendirá ante sus argu-
mentos.

41. EL EJERCICIO CIENTÍFICO O TÉCNICO

EN POCAS PALABRAS....
El tratamiento de este tipo de temas responde a unas exigencias específicas.

1. El trabajo en el borrador

• Sepa perder un poco de tiempo en el borrador para ganar después mucho.


• No vaya demasiado aprisa, plantee lo que va a calcular y compruebe.

2. La presentación

• “Visualice” al máximo su trabajo: airee, subraye, ajuste, agrupe.


• Tenga una expresión clara, redacte sus explicaciones.
• Respete las normas en la escritura de los números, de las magnitudes, de las unidades y de los símbolos.
• Sea coherente en sus resultados.

Además de lo que ya usted conoce sobre la resolución de problemas (Capítu-


los 7 y 8) y además de los consejos generales (Capítulo 38), he aquí algunas reco-
mendaciones particulares, aplicables a los ejercicios no literarios.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 197

41.1 El trabajo en el borrador


Sepa, una vez más, tomarse un poco de tiempo para ganar después mucho;
reflexiones bien sobre lo que va a demostrar o calcular antes de meterse en opera-
ciones. Examine lo que le piden y las etapas que debe seguir.
Nuevamente, actúe más reflexión por reflejos: esto le evitará, por ejemplo,
verse desorientado por la forma en que le plantean el tema.
• Comience por escribir el enunciado de los teoremas o de las definiciones;
descomponga después esos datos y aplique de manera lógica sus capa-
cidades de reflexión. Sepa utilizar también los resultados de las preguntas
precedentes.
• No vaya demasiado aprisa para no aportar un trabajo inútil o para no tener
que empezar de nuevo; por ejemplo, no se lance a trazar un gráfico sin
saber qué forma general deberá tener; concíbalo primero en el borrador.
• Plantee por escrito, en su hoja o en el borrador, lo que quiere calcular, an-
tes de utilizar su calculadora.
• Verifique sus cálculos, paulatinamente, y al menos su orden de magnitu-
des, para no tener que volverlos a hacer.
• Respete las unidades propuestas y las reglas de redondeo.
• Si no comprende, descomponga el problema; visualícelo (repasar Capítu-
los 7 y 8).
• Debe usted comprender bien todo lo que figura en su borrador; particular-
mente, en el momento de pasarlo a su hoja de examen; no confunda un
guión con el signo menos, no olvide ninguna respuesta, tache lo que ya ha
pasado a limpio.
41.2 La presentación
Añada a los consejos que hemos dado en el Capítulo 38 éstos que vienen a
continuación.
41.2.1 Visualice al máximo su trabajo
• Airee sus respuestas construyendo diferentes bloques; utilice las rayas,
los puntos y aparte.
• Deje suficientes espacios en blanco para volver sobre una respuesta in-
conclusa.
• Ponga de relieve sus respuestas; subráyelas; no olvide las unidades. Es-
tas respuestas serán muy precisas e incluirán el número de cifras que sea
preciso después de la coma.
• Respete eventualmente las alineaciones verticales para facilitar la lectura
y la comparación de cifras; o bien coloque el texto a la izquierda y los ele-
mentos en cifras a la derecha.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 198

• Para facilitar la comparación entre los diversos elementos, estructure sus


respuestas; agrúpelas dentro de esquemas, cuadros, gráficos, curvas,
planos. Estos cuadros los trazará con una regla, y llevarán título y texto a
pie de cuadro. Recuerde que esta disposición puede ser vertical u horizon-
tal.
41.2.2 Respete las normas vigentes
Para escribir los números, los órdenes de magnitudes, las unidades y los
símbolos:
• Separe los números con un espacio o punto en bloques de tres cifras a
partir de la coma; ejemplo: escriba 4 271 413,12 ó 4.271.413,12, y no
4271413,12.
• Para multiplicar dos factores literales representativos de una magnitud,
evite utilizar el signo “x”, prefiera los paréntesis, por ejemplo: (a+2b) (4c +
1).
• Para las divisiones emplee una barra horizontal u oblicua antes que el sig-
no “:”, por ejemplo: 25 entre 3 verticalmente y separados por la línea hori-
zontal o bien 25/3, y no 25:3.
• Para las raíces, se pueden utilizar exponentes fraccionarios. La raíz n de
(a+b) se puede escribir (a+b) elevado a 1/n.
• Operaciones combinadas: cuando las expresiones matemáticas compren-
den dos o varias operaciones, es preciso especificar el orden en que hay
que efectuar las operaciones. Para ello se utiliza en primer lugar el parén-
tesis; esto es un indicador de prioridad: hay que calcular primero el conte-
nido del paréntesis. Cuando hay varios, hay que comenzar calculando el
contenido de los paréntesis que se encuentran más al interior. Utilice pre-
ferentemente llaves o corchetes en lugar de varios paréntesis; no olvide
cerrarlos.
• Cuidado con las prioridades en la escritura lineal. Cuando se sucedan adi-
ciones y sustracciones, hay que efectuar las operaciones de izquierda a
derecha. Ejemplo: x-y-z, equivale a (x-y)-z. Añada inmediatamente parén-
tesis en caso de riesgo de error.
• Las unidades se escriben con minúsculas y sin punto final: kg y no Kg., km
y no Km. No utilice sus propias abreviaturas; escriba mejor el término
completo en ese caso. No emplee tampoco un símbolo de unidad después
de haber escrito ese número con todas sus letras, por ejemplo, no escriba
“dos millones de ptas.”, sino “dos millones de pesetas”.
• Coloque los símbolos a la derecha del nombre completo, por ejemplo: es-
criba 76,5 m, y no 76 m 5, salvo si las unidades pertenecen a una división
no decimal, por ejemplo: 8 horas 20 minutos.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 199

41.2.3 Tenga una expresión clara


Su trabajo científico o técnico debe incluir una demostración y unas explica-
ciones redactadas en un lenguaje correcto; no se trata de anotar únicamente un
conjunto de signos, de símbolos y de resultados. Todas sus soluciones deben resul-
tar explicables y accesibles para un lector medianamente inteligente, esta es la regla
del juego.
• Descomponga su trabajo.
• Comience y termine sus respuestas con frases.
• Evite ser demasiado breve, pero también el ser difuso (el corrector conoce
la asignatura).
• Sus frases serán cortas, precisas, técnicas; no introduzca, en ninguna de
ellas, más que una sola idea. Respete la sintaxis (utilice siempre un sujeto
y un verbo). Limite las abreviaturas. Evite la primera persona del singular.
• Emplee palabras de enlace para pasar de una frase a otra; por ejemplo: o
sea, por consiguiente, de ahí resulta que, puesto que, etc.
41.2.4 Conserve una coherencia en sus resultados
Ejemplo: En un estudio de función, debemos seguir ciertas etapas:
a ) campo de definición;
b) cálculo de los límites;
c) sentido de variación con el estudio del signo de la derivada;
d) cuadro de variación; éste representa la síntesis de las tres primeras etapas
y debe permitir verificar la coherencia de los resultados, hacer su crítica.
Si usted ha hallado
lim f(x) = + ∞ cuando x → + ∞
lim f(x) = + ∞ cuando x → - ∞
y si su cuadro le da
x -∞ a +∞
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
f(x) + 0 -
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
f(x) +∞   +∞
¿Puede dejar este cuadro así? No, debe buscar usted de dónde viene su
error y no contentarse con borrar el signo + para reemplazarlo por el signo -. Me-
diante la autocorrección, usted debe conseguir una coherencia en sus resultados.
Evite la falta de honradez con el corrector, pues es algo que éste odia. Si no
encuentra su error, indique en su hoja que existe una contradicción en sus resulta-
dos; el corrector se dará cuenta de que es usted consciente de ello y esto puede ser
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 200

favorable para usted.

RECUERDE:
• El rigor de su pensamiento se manifiesta durante la preparación del ejerci-
cio a través del recurso al borrador, así como en su hoja de examen a tra-
vés de la estructuración y la presentación de su trabajo.

42. EL EXAMEN ORAL

EN POCAS PALABRAS....
Tenga una moral de vencedor: no se sobreestime, pero tampoco se subestime.

1. Las condiciones
Si es posible, preséntese de nuevo a las asignaturas en las que le falten más puntos. Procure ser de los primeros en pre-
sentarse.

2. Los criterios de puntuación


A usted se le juzgará por sus conocimientos, su cultura, su reflexión y su expresión.

3. El primer contacto
Conserve su naturalidad.

4. El trabajo en el borrador
• Movilícese totalmente.
• Ordene sus ideas en un plan, pero no redacte.

4. Ante el examinador
• Responda exactamente a su pregunta, no dé nunca una mala imagen de sí mismo.
• Anuncie las diferentes partes, justifique sus ideas, concluya.
• Adáptese al corrector, incida en sus puntos fuertes.

4. El lenguaje oral
Haga frases cortas, sea directo y preciso, vivaz y convincente.

4. Cómo entrenarse
Participe en las clases, prepare exposiciones orales, entrénese con sus compañeros.

Conserve la moral de vencedor para presentarse al examen oral. Tenga fe en


sí mismo, no se sobreestime, pero tampoco se subestime; una vez más va a tener
usted la oportunidad de demostrar sus cualidades personales.
Para conservar toda su seguridad y su confianza, es imprescindible que vuel-
va usted a leer el Capítulo 37: “Adquirir confianza en uno mismo”.
Además de los consejos generales (repasar el Capítulo 38) he aquí algunas
observaciones específicas del examen oral.
42.1 Las condiciones
Su aspecto externo el día del examen deberá ser, evidentemente correcto; no
será ni descuidado ni tampoco especialmente rebuscado. Sea natural. ¡Ojo!, no olvi-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 201

de su convocatoria y su carné de identidad.


Preséntese preferentemente voluntario para pasar lo antes posible; al co-
mienzo, el examinador aún no está cansado de oír respuestas prácticamente idénti-
cas, y usted mismo tampoco ha tenido tiempo de ponerse demasiado nervioso. No
espere a que se produzca un bajón físico y de moral. De nada sirve, sin embargo,
presentarse con mucho tiempo de antelación, pues sería esperar inútilmente. Sobre
todo, no preste atención a los rumores de pasillo: sólo conseguiría aumentar su pá-
nico. No cuente demasiado con sacar una pregunta que ya haya salido, ya que el
examinador, en principio, no volverá a introducirla a lo largo de esa jornada ni al día
siguiente; puede ocurrir, no obstante, que le plantee otra pregunta referida al mismo
tema.
Cuando tenga la posibilidad, comience por ser extremadamente prudente en
la elección de las asignaturas para las pruebas orales. ¿En cuáles tiene usted las
mayores posibilidades de aumentar sus puntos? Si ya tiene usted un 7 en matemáti-
cas, no espere conseguir mucho más, elija más bien la materia en la que tenga un
retraso que recuperar: le resultará más fácil pasar de 4,5 a 6 en inglés que de 7 a
8,5 en matemáticas; en ese caso, evite esta última asignatura, aun cuando la prefie-
ra al inglés.
Debe usted mantenerse en buena forma a lo largo de todos estos exámenes.
Coma alguna cosa entre las pruebas (azúcar, palotes de cereales, fruta, etc.) para
recuperar energías y para darse un pequeño estímulo (evite, sin embargo, todos los
excitantes). Si usted tiene el hábito de fumar, no intente dejarlo precisamente ese
día, pues sólo conseguiría ponerse aún más nervioso.
42.2 Los criterios de puntuación
Según el tipo de pruebas, el examinador le juzgará a usted sobre una o varias
de las cualidades siguientes:
• sus conocimientos y su cultura;
• sus capacidades de reflexión: comprensión del tema, observación y análi-
sis de los datos, razonamiento y resolución de la pregunta, aptitudes para
la aplicación y para la verificación, espíritu de síntesis en su conclusión;
• sus cualidades de expresión oral, su dominio de la lengua: lectura even-
tual de un texto, claridad en la presentación y en la resolución oral de una
cuestión, riqueza y corrección del vocabulario técnico y de la sintaxis.
42.3 El primer contacto
Conserve su naturalidad cuando se presente ante el examinador. No sea fata-
lista ni esté tampoco demasiado relajado. Si se trasluce su emoción, no se preocu-
pe, el examinador está acostumbrado a estas cosas y lo comprenderá. En caso de
problemas, piense en lo que ha leído en el Capítulo 32: “Respirar, relajarse”. Respire
profundamente; normalmente su emoción pasará durante la preparación. No des-
cuide la cortesía. Decir buenos días o gracias, aunque no figure en el programa,
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 202

forma, sin embargo, parte de las cualidades de expresión y de comunicación.


Cuando reciba usted la pregunta que debe tratar, no muestre ningún signo
particular de satisfacción o de decepción, no condicione conscientemente al correc-
tor en un sentido u otro. Diga simplemente gracias. En el momento en que conozca
usted dicha pregunta, intente comprenderla bien, captar claramente sus límites. En
caso de duda, pida especificaciones al corrector; esto le evitará partir sobre falsas
pistas. Si realmente no tiene usted nada que decir, pida inmediatamente otra pre-
gunta, excusándose por ello. Sepa, no obstante, que el examinador no está obligado
a aceptar su petición y que, en ese caso, la nota generalmente se divide por dos.
Evite, pues, encontrarse en esta lamentable situación.
Puede ocurrir que le pidan que elija usted mismo el tema. En este caso, esco-
ja evidentemente el que usted conozca mejor y no, como hacen algunos, el que
consideran puede impresionar más al corrector. Tenga, para esta eventualidad, un
tema particularmente bien preparado en cada una de las disciplinas del examen
oral.
42.4 EL trabajo en el borrador
42.4.1 La búsqueda de ideas
Como ya hemos indicado anteriormente, movilícese totalmente durante esos
minutos para encontrar lo esencial de las ideas (infórmese sobre el tiempo concedi-
do, variable según las pruebas). Usted no dispondrá de demasiado tiempo. Acuér-
dese entonces de lo más esencial del Capítulo 39 (“Cómo encontrar ideas”), es de-
cir:
• Anote rápidamente, de manera abreviada, pero, sin embargo, legible, un
máximo de ideas en el borrador. Siga los consejos dados en el Capítulo 11
para recordar lo aprendido.
• Visualice sus ideas. Construya esquemas, cuadros de comparaciones rá-
pidas, que pueden ayudarle a recordar más rápidamente los elementos.
• Responda a las preguntas fundamentales, ¿quién, cómo, por qué?
• Defina los términos difíciles u oscuros y las palabras clave.
• Describa, explique, analice, dé eventualmente su opinión, justifique siem-
pre lo que afirma.
• Encuentre ejemplos personales, comparaciones, citas, adaptados al tema.
• Sea siempre preciso, evite lo superficial o lo ambiguo, utilice los términos
técnicos adecuados.
• Cite regularmente el texto para apoyar sus análisis, y no para parafrasear.
• Para las disciplinas científicas o técnicas, anote el procedimiento seguido
para resolver sus ejercicios.
• Consulte constantemente su reloj para respetar los plazos.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 203

42.4.2 La construcción
Prevea el tiempo necesario para construir imperativamente un plan demostra-
tivo. Claridad y lógica serán, una vez más, sus cualidades principales. Ordene, clasi-
fique, coordine sus ideas. Adapte un plan sencillo, claro, identificable inmediatamen-
te en la exposición oral, por ejemplo: plan cronológico * o plan dialéctico *. Conserve
un hilo conductor, una lógica, una coherencia. Construya una demostración convin-
cente.
No redacte completamente, anote simplemente sus ideas de forma resumida;
suprima las que considere secundarias si anda escaso de tiempo. Aténgase a lo
esencial. Muestre su espíritu de síntesis.
Para esclarecer su mensaje, sea concreto: utilice términos ilustrativos, ejem-
plos, visualice mediante croquis, cuadros legibles por el corrector: facilite la com-
prensión y la memorización de lo que dice.
Tampoco dispondrá de tiempo para redactar completamente su introducción.
Conténtese con una frase inicial. Comience siempre por presentar claramente el
tema: ¿cuál es concretamente el problema planteado? Imagine que le está expo-
niendo la cuestión a un compañero que no la conoce. Intente eventualmente desper-
tar el interés del corrector mediante una pregunta bien elegida. Indique los puntos
que va sucesivamente a abordar. Consiga, en resumen, que el examinador se en-
cuentre en una buena disposición para la escucha. Mientras espera su turno, repase
tranquilamente su plan.
42.5 Ante el examinador
42.5.1 Su actitud
Identifíquese con un vendedor: lo que usted ofrece debe satisfacer al exami-
nador. Póngase en su lugar. ¿Qué es lo que éste desea? Responda exactamente a
su pregunta. Su comportamiento debe producir una reacción positiva. Muéstrese
vivaz, expresivo, convincente; así se destacará usted de la monotonía del resto de
candidatos. Implíquese totalmente.
Sus respuestas deberán ser personales y no simplemente conocimientos
aprendidos de memoria. Utilice sus propios ejemplos, demuestre, explique con con-
vicción. Apóyese en los textos, en esquemas, gráficos, cuadros. Justifique siempre
sus juicios. Haga como si tuviera que convencer a alguien que no conoce la cues-
tión. Así usted afirmará su dominio, su personalidad. Facilite la comunicación, el diá-
logo. Haga que el corrector se sienta interesado por su intervención.
Evite todo lo que pueda producir una reacción negativa. Su comportamiento
general debe ser natural y no balbuceante (no exhiba sus debilidades). No sea tam-
poco arrogante o “farol”, no invente nada, no intente engañar al corrector, pues éste
se dará cuenta y la comunicación quedará bloqueada. Por supuesto, no sea agresi-
vo o provocador ni, menos aún, hostil. No presente jamás una mala imagen de sí
mismo, no transmita sus sentimientos negativos: no dé nunca la impresión de salir
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 204

derrotado de antemano, conserve al menos la actitud de creer en sus posibilidades,


muestre principalmente su convicción, su dinamismo. Sea, sin embargo, prudente,
matice sus juicios, no predisponga a su interlocutor enfrentándose con él tras una
observación o, al contrario, apostando por la tranquilidad o la seducción torpemente
fingida. Por último, no critique el programa ni a su profesor.
Calme su nerviosismo llevando un bolígrafo en la mano, evite gesticular de-
masiado o permanecer rígido, sea natural, sin que esto signifique que pueda presen-
tarse mascando chicle ante el examinador.
42.5.2 Su exposición
Ya tiene ante sí toda su preparación. Comience por recordar la pregunta; pre-
sente su frase de introducción; sitúe el tema, el texto, el autor; plantee el problema;
anuncie su plan.
En sus desarrollos, indique los diferentes puntos que va abordando. Respete
su orden; no invierta nada; tampoco olvide nada, y para ello, tache paulatinamente
de su borrador lo que va enunciando. Apóyese en los textos. Explique las etapas de
su razonamiento, especifique todo lo que utiliza (teoremas, definiciones, etc.).
Para facilitar el paso de una idea a otra, eslabónelas igual que en las pruebas
escritas: utilice las palabras de enlace (por consiguiente, en segundo lugar, etc.). Su
razonamiento debe resultar claro para la persona que le escucha, su memorización
así será mejor. Eventualmente, repítase (anuncie lo que va a decir, dígalo, y, final-
mente, resuma lo dicho); de este modo, evitará las pérdidas propias de la comunica-
ción oral (el examinador no tiene la posibilidad de releer su razonamiento). Por este
motivo, no vacile en tener a la vista su plan y, si el examinador se lo pide, en comu-
nicárselo. Una vez más, sea lo más claro posible en la exposición de su plan y de
sus ideas.
No olvide la conclusión. Ésta es la última impresión que el corrector conserva-
rá antes de poner su nota. Muestre sus cualidades de síntesis. Concluya recordando
las ideas clave, tome eventualmente postura. Permanezca en una actitud dinámica,
la impresión será así favorable.
42.5.3 Las preguntas planteadas por el examinador
Preferentemente, conserve el uso de la palabra, no espera a las preguntas;
sin embargo, no derive hacia terrenos que no domina bien, pues se arriesgaría a
escuchar preguntas embarazosas; insista más bien en sus puntos fuertes.
Sepa escuchar atentamente cuando el examinador tome la palabra. Gene-
ralmente, éste desea conducirle sobre una vía determinada, bien porque usted la ha
olvidado, bien porque desea ponerle a prueba. Esté muy atento. Intente descubrir
adónde desea conducirle, y tome ese camino. Siga siempre las reacciones del exa-
minador, adáptese a ellas. Piense en lo que éste dice, no en usted mismo o en su
nerviosismo.
Reflexione antes de responder, pero evite, en cualquier caso, los largos silen-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 205

cios. Argumente siempre sus respuestas, no se contente con responder sí o no. En


caso de error, sepa reconocerlo. Si no comprende usted la pregunta, pida especifi-
caciones complementarias.
Si el examinador desea hablar, déjele explayarse. Apruebe lo que le parezca
exacto: él tendrá así tal vez la impresión de que usted participa. Si permanece indife-
rente, siga usted hablando; ponga bien de relieve su convicción si está usted seguro
de sus ideas. Si se nota claramente que usted duda, comuníqueselo al corrector, tal
vez éste le reconduzca al camino correcto; sobre todo, no invente, el efecto es
siempre desastroso, ya que el corrector piensa que se burlan de él.
42.6 El lenguaje oral
No copie ni el lenguaje escrito ni el lenguaje popular; imite preferentemente la
forma de expresarse de los presentadores de la radio o de la televisión. La claridad
es, una vez más, la regla fundamental. Utilice frases cortas, construidas con senci-
llez. No deje frases inconclusas, y evite asimismo resultar cargante.
Busque sistemáticamente el vocabulario técnico; así, evitará cualquier impre-
cisión o perífrasis, las palabras huecas o la verborrea. De manera general, evite las
trivialidades, por ejemplo: “toda la vida”; las expresiones hechas del lenguaje popu-
lar: “esto y aquello”; los tic verbales: “o sea...”; las expresiones o el vocabulario fami-
liar y, por supuesto, toda vulgaridad.
Usted conoce el tema: sea entonces directo, afirmativo, preciso con los nom-
bres, las fechas...; por ejemplo, en lugar de decir “él”, cite el nombre de la persona
en cuestión. No deje una frase en suspenso; acabe de expresar su idea o enlácela
con una idea semejante.
La claridad de su pensamiento producirá rápidamente el tono justo. La mono-
tonía de la exposición desaparece: su tono es vivaz, convencido y convincente,
emocionado incluso por los textos literarios. Cambie de ritmo gracias a los ejemplos,
citas, explicaciones..., no vacile en hacer cortas pausas para poner de relieve las
ideas clave... y recuperar su respiración.
No hable con demasiada rapidez, para que el profesor tenga tiempo de im-
pregnarse de su pensamiento. Articule bien, establezca claramente las redacciones;
tenga una dicción nítida. En resumen, exprésese con sencillez, pero con corrección.
Recuerde: la comunicación, cuando se trata de convencer, pasa también por
la mirada. Siéntese cómodo, mire al examinador a la base de la nariz. entre los dos
ojos. Frente a un jurado, recorra regularmente con su mirada a la totalidad de los
miembros. Piense también en utilizar el gesto para apoyar una idea o jalonar su
plan.
42.7 ¿Cómo entrenarse?
Todas las pruebas orales exigen un entrenamiento; ligero para las pruebas de
ciencias y más importantes para las disciplinas de letras. Seguir las enseñanzas del
profesor, tomar apuntes correctos, no garantiza directamente la preparación de una
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 206

prueba oral.
De hecho, usted tendrá muy pocas ocasiones de situarse en las condiciones
del examen. Sólo la participación en las clases puede ayudarle; particularmente, en
el lenguaje y en las asignaturas de letras. Para familiarizarse con esta técnica de la
expresión oral, aproveche todas las oportunidades de hacer uso de la palabra: res-
ponda a las preguntas, suscite observaciones, prepare intervenciones orales. Inter-
cambie también ideas con sus compañeros, discuta de libros, de películas, de pro-
gramas de televisión que le hayan interesado. Explique la clase a los demás; habi-
túese así a responder a las preguntas, a esclarecer su pensamiento, a improvisar.
Usted logrará entonces una experiencia * en la expresión oral.
Si tiene usted la oportunidad de pasar un examen de prueba, o de “fogueo”,
aprovéchelo; prepare esta prueba con el máximo cuidado y saque las lecciones per-
tinentes de ella.
Entrénese también con un compañero: situándose uno en el lugar del profe-
sor y el otro en el del alumno, y viceversa. Así, cada uno podrá descubrir las dificul-
tades propias de un examen oral: prepararlo en un tiempo limitado, saber seguir un
plan en la exposición, escuchar las preguntas, responder rápidamente. Trabaje es-
tos puntos importantes, así los asimilará mejor.
Finalmente, usted puede también utilizar un magnetófono para corregir sus
principales defectos; particularmente, para mejorar su acento en los idiomas.
Sepa también cultivarse mediante la lectura de un diario, particularmente, pa-
ra poseer informaciones, ejemplos personales. Para los exámenes de idiomas, ten-
ga también conocimientos sobre el país y su cultura.
Por último, trabaje regularmente; no olvide el importante papel que juega el li-
bro escolar en determinados exámenes (el examinador durante o después de su
exposición mirará sus notas y las evaluaciones), para los que están rozando la me-
dia requerida, el libro escolar puede permitirles ser repescados por el jurado.
Las revisiones para la prueba oral las efectuará a partir de sus fichas * y,
eventualmente, de los trabajos de clase completados por los ejercicios corregidos.
No deje nada sin repasar. Si está apurado de tiempo, profundice menos en
las lecciones antes que correr un enorme riesgo.

RECUERDE:
• Sea tan riguroso con las pruebas orales como con las escritas; así, duran-
te su preparación y durante su exposición, se olvidará de su nerviosismo.
• Sienta el placer de comunicar sus conocimientos; una vez más, sea franco
y abierto con su interlocutor, sienta una cierta simpatía por él; esto genera-
rá una corriente positiva y un intercambio favorable.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 207

43. EL DÍA D-1 Y EL DÍA D

EN POCAS PALABRAS....
Su preparación está terminada. Siga ahora estos últimos consejos.

1. El día D - 1

• Usted debe haber terminado sus repasos; déjelos ahora asentarse.


• Prepare sus cosas, tome el aire, tiene la impresión de haberlo olvidado todo, no se inquiete.
• Tome una cena ligera esa noche.

2. El día D

• Prepare un desayuno consistente.


• Prevea un margen de seguridad para llegar al lugar del examen.
• Antes de la prueba, movilícese mentalmente.
• Su emoción desaparecerá cuando comience la acción, entre en la sala con satisfacción.
• Después del primer grupo de pruebas, descanse una jornada completa y recupere eventualmente el mismo ritmo an-
terior de repasos para la segunda parte.

La víspera del examen debe usted conseguir un estado de reposo, de relaja-


ción. Usted ha realizado ya lo fundamental: formarse. Las pruebas sólo tienen la
finalidad de confirmar su nivel, considérelas como un procedimiento normal. Espe-
rándolas, aproveche su primer día de descanso.
43.1 El día D-1
Sus repasos han terminado. Déjelos ahora reposar durante toda esta jornada:
dele un descanso a su mente. Por el contrario, no repose demasiado su cuerpo; de-
berá usted dormir esa noche normalmente, por lo tanto, no se despierte muy tarde
esa mañana; evite también dormir la siesta ese día. Con esta misma finalidad, im-
póngase dar un buen paseo al aire libre esa tarde, para oxigenarse y favorecer el
sueño.
43.1.1 La mañana
Prepare todas sus cosas para el día siguiente: convocatoria, carné de identi-
dad, reloj, calculadora con pilas de repuesto, bolígrafos por partida doble, recambios
de tinta, regla, goma, rotulador corrector, cola, tijeras (para pegar eventualmente una
parte buena sobre una parte que contenga errores sin necesidad de rehacer toda la
página). Añada el material específico autorizado (plan contable, etc.). Compruebe
que todo funciona bien. Incluya el libro escolar y listas de textos si es necesario.
No olvide las provisiones para recargar sus baterías cada hora y media a lo
largo de las pruebas: terrones de azúcar, palotes de cereales, frutas, bebidas azuca-
radas para las pruebas largas.
Piense en una vestimenta con la que se encuentre cómodo; particularmente,
un jersey que pueda abrigarle por la mañana y quitárselo durante el examen si hace
calor en la sala. Lleve algunos pañuelos de papel.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 208

Tenga la precaución de calcular el tiempo necesario para el trayecto hasta el


lugar del examen; tal vez le convenga recorrerlo antes una vez. Sepa que no se tole-
ra ningún retraso (esto origina dramas en todos los exámenes). Tome, pues, todas
las precauciones para estar presente a tiempo.
43.1.2 La tarde
Airéese, dé un paseo por el campo; no se agote, sin embargo. Relájese, sim-
plemente, reponga sus energías al aire libre, disfrute, finalmente, del sol. Evite, evi-
dentemente, cualquier contacto con los demás candidatos o con personas estresan-
tes; si es posible, no se meta en el follón de unos grandes almacenes, busque más
bien la calma, relájese, deje sus ideas en el estado en que están, no añada ninguna
otra cosa, particularmente, ninguna preocupación.
¿Tendrá usted entonces quizá la impresión de haber olvidado todo, de no sa-
ber ya nada, de mezclarlo todo? Esta reacción es normal: usted se encuentra en un
estado de espera; no puede dar una respuesta puesto que no conoce todavía las
preguntas concretas; una vez más, su cerebro primitivo * desearía verse tranquiliza-
do; siente un pánico natural ante lo desconocido. Sobre todo, no pierda los papeles,
todo el mundo pasa por esta experiencia. Si se siente realmente atormentado, con-
sulte excepcionalmente durante unos breves minutos algunas fichas, elimine sus
dudas, esto le tranquilizará. Eventualmente, hojee algunos periódicos, revistas, te-
beos, para distraerse un poco. Por supuesto, practique la relajación * y la autosu-
gestión *.
43.1.3 Comidas y sueño
De una manera general, no cambie bruscamente sus hábitos, continúe, si es
su caso, tomando café y fumando, ya que no organismo no debe verse perturbado
por ninguna causa suplementaria. No aumente, sin embargo, la dosis.
Las comidas de este día deben ser muy apetitosas...; la de la noche, no obs-
tante, para preparar bien el sueño, no debe incluir excitantes ni ser demasiado pe-
sada; por estas razones, evite la carne, el arroz, los alimentos feculentos y la fruta
que contenga vitamina C. No cambie sus ritmos de sueño: particularmente, no se
acueste demasiado pronto (repasar Capítulo 31: “El sueño”). Finalmente, piense en
utilizar dos despertadores, uno junto a usted y el otro junto a una persona que acudi-
rá a despertarle si es preciso. Prevea, sobre el horario que usted haya calculado, un
pequeño margen de seguridad de un cuarto de hora a media hora sin más para no
tener que esperar impacientándose inútilmente.
Para vencer el nerviosismo, algunos especialistas recomiendan tomar, la vís-
pera del examen únicamente, el preparado homeopático Gelsemium 9 CH o tam-
bién, dentro de otro campo, una mezcla a base de varias plantas calmantes. Una
vez más, pida consejo a su médico de cabecera y compruebe previamente los efec-
tos; si no, se arriesga usted a una auténtica catástrofe (perturbaciones de la memo-
ria, somnolencia por la mañana, etc.).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 209

43.2 El día D
43.2.1 Antes del examen
Dése una ducha rápida para despertarse y tonificarse. Cuide de que su des-
ayuno le proporcione todas las energías necesarias para la mañana, por ejemplo:
leche con cereales azucarados, pan, mantequilla y una buena mermelada que le
despierte el apetito; añada, eventualmente, un zumo de fruta natural. Si tiene usted
la costumbre, tome también un huevo preparado como prefiera. Sobre todo, no vaya
al examen con el estómago vacío, pues padecería hasta el final de la mañana una
bajada de forma nefasta para su concentración. Antes de salir de su casa, asegúre-
se de llevar consigo todo lo que preparó la víspera, no olvide sobre todo su reloj;
escuche también su fragmento de música favorita para estimularse.
Llegue al lugar con un cuarto de hora de adelanto, como medida de seguri-
dad. Con sus compañeros, hable de cualquier cosa salvo del examen o, mejor aún,
aléjese de ellos. Tome perspectiva con respecto a su situación, observe la espera de
los demás. Seguidamente, movilícese totalmente de nuevo.
Sienta la fuerza interior que habita en usted. No se preocupe de la emoción
del momento, usted sabe que va a desaparecer en cuanto llegue la acción, esté us-
ted seguro de sí mismo. Entre en la sala del examen con satisfacción: va usted a
poder liberar toda la tensión positiva que tiene dentro. Por fin, tiene usted la oportu-
nidad, con la mente lúcida para resolver las dificultades, de demostrar sus capaci-
dades y de hacer frente realmente a lo concreto.
43.2.2 Después del primer examen
Vaya primeramente a relajarse, tome el aire. No se quede a comentar el exa-
men, huya de los chismorreos y de los candidatos agitados que sólo conseguirían
ponerle nervioso.
Eventualmente, entre las pruebas escritas, repase algunas fichas si le pre-
ocupan algunos puntos particulares. No piense más en lo que acaba de pasar, pien-
se sólo en el futuro.
Una vez terminado el examen escrito, concédase un día de descanso com-
pleto, duerme profundamente. Para tener una idea de sus notas, consulte, si es po-
sible, las correcciones o soluciones.
Según las modalidades del examen que haya pasado, y si no está muy segu-
ro de haber dado excelentes respuestas en su examen escrito, prepárese intensa-
mente para el oral. En realidad, usted se va aproximando al objetivo, siga estando
movilizado, no abandone hasta comprobar que su nombre no figura en la lista de
admitidos. Su programa de revisión está ya preparado; sígalo en las mismas condi-
ciones que para el examen escrito; en especial, mantenga un ritmo de trabajo idénti-
co.
Si el primer grupo de pruebas no ha sido muy satisfactorio, no se desanime,
todos los años se observan remontadas espectaculares de notas. Tenga en cuenta
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 210

sus lagunas o sus errores de las primeras pruebas para no cometerlos de nuevo. No
olvide repasar el Capítulo 42: “El examen oral”).

RECUERDE:
• Una vez terminadas las revisiones, vaya al examen confiado, pero lúcido.
Tiene usted pasta de ganador, movilícese totalmente en ese sentido. Esta
voluntad de combatir le asegura al mismo tiempo esa maestría personal;
está usted en la vía del éxito.
• Finalmente, sepa que un examen aprobado o suspendido no lo es todo: la
vida ofrece otras metas y, por supuesto, muchas otras pruebas. Ojalá este
libro pueda seguir siéndole útil, le sirva de herramienta para adquirir con-
fianza en sí mismo y le ayude a menudo, a lo largo de las distintas vicisitu-
des, a descubrir y utilizar todas sus capacidades: es decir, a autorrealizar-
se.

Índice alfabético
A
Abreviaturas
Acción
Agenda
Alcohol
Alimentación
Anfetaminas
Ansiedad
Apertura mental
Aprendizaje
Aptitudes
Apuntes
Apuntes (toma de)
Asignaturas (elección de)
Atención
Auditivo
Autonomía
Autorrealización
Autosugestión

B
Bachillerato
Barbitúricos
Betabloqueantes
Biblioteca
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 211

Bloqueo (sobre problemas)


Borrador

C
Café
Cansancio
Capítulo
Cerebro primitivo
Cerebro reptiliano
Cerebro superior
Cifras
Clases
Clases (cursos) por correspondencia
Clases particulares
Clasificación
Clasificar
Códigos
Coeficientes
Comidas
Comprender
Comunicar
Concentración
Confianza en uno mismo
Conocimientos
Correcciones
Córtex
Cronobiología
Cuarto de estudio

D
Demostración
Deporte
Depresión
Descanso
Descuidos (distracción)
Desequilibrios
Día D
Día D – 1
Día D – 20
Documentación (centro de)
Dossieres
Droga
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 212

E
Educación física
Eficacia
Ejercicios
Ejercicios científicos
Ejercicios literarios
Ejercicios técnicos
Empleo del tiempo
Energía
Entrenamientos
Equilibrio afectivo
Equilibrio emocional
Equilibrio energético
Equilibrio psicológico
Errores
Espera
Estilo
Estímulos
Estrategia
Estrés
Estructura (mental)
Estructuras (aprendizaje)
Examen de prueba
Examen escrito (consejos para el)
Examen oral (consejos para el)
Exámenes
Examinador
Éxito
Experiencia
Exposición oral
Expresión
Expresión oral (en clase)

F
Fatiga (eliminar)
Fichas de control
Fichas de lectura
Fichas de revisión
Ficheros
Forma física
Fracaso

G
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 213

Gramática
Gimnasia

H
Hemisferios
Herramientas

I
Ideas
Ideas clave
Imitación
Indicio
Información
Información (almacenamiento)
Información (búsqueda)
Información (recepción)
Información (selección)
Información (tratamiento)
Inscripciones
Inteligencia

L
Lecciones
Lectura
Lectura eficaz
Lengua viva
Lenguaje
Lógica

M
Matemáticas
Medicamentos
Memorizar
Miedo
Mnemotécnicos (procedimientos)
Motivación

N
Nerviosismo
Neuronas
Normas vigentes

O
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 214

Objetivos
Observación
Opcciones
Oposición
Organizarse
Orientación
Ortografía

P
Padres
Palabras clave
Participación
Pensamiento
Pensamientos positivos
Placer
Planes (redacciones)
Planificar su trabajo
Polivalente (lógica)
Prensa
Preparación para los exámenes
Presentación de los ejercicios
Problemas habituales
Profesor
Progresos
Pruebas y errores
Psicoestimulantes

R
Razonamiento
Redacción
Reflejo
Reflexión
Reflexión en profundidad (con detenimiento)
Relajación
Relajación psíquica
Repetición
Representaciones mentales
Resolver
Respiración profunda
Resumir
Retroacción (efecto de)
Revisiones (repasos)
Ruptura
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 215

S
Saber (el)
Saber hacer
Salud
Siesta
Siete elementos
Sistema límbico
Sueño

T
Tabaco
Televisión
Tema (lectura)
Temas (elección)
Tiempo
Timidez
Toma de conciencia
Trabajo
Trabajo en grupo
Tranquilizantes

V
Verificar
Visual
Vocabulario
Voluntad

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