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INTRODUCCIÓN
Esta guía de los métodos de trabajo ha sido concebida para responder a las
expectativas de todos los que están cursando o reanudando estudios, de todos los
que desean “aprender a aprender”. Concierne también al entorno del estudiante:
padres, que, con esta herramienta, podrán aconsejar y apoyar mejor a sus hijos;
profesores, a quienes estas páginas proporcionarán una valiosa ayuda pedagógica.
Objetivos
Se presentan unos medios concretos, accesibles, para estimular la motiva-
ción y adquirir confianza, para permitir el ejercicio de la voluntad y de la atención,
para aprender a trabajar administrando del mejor modo posible las propias fuerzas.
Esta obra pretende, asimismo, desarrollar otras cualidades fundamentales,
para el éxito en los estudios: concienciación, mentalidad abierta, imaginación, orga-
nización, memorización, expresión, adaptación. Los métodos desarrollados aquí de-
ben permitir a cada uno mejorar su eficacia personal para acrecentar su saber y su
saber hacer, sus competencias y sus resultados.
A lo largo de toda esta guía, el aprendizaje va asociado con el comportamien-
to del cerebro; del mismo modo que el funcionamiento de la mente se encuentra
integrado en el del cuerpo. Este método intenta establecer puentes entre los estado
físico, psíquico e intelectual, es decir, entre lo corporal y lo incorpóreo. También bus-
ca una utilización óptima del tiempo en esta tarea de construcción personal. Este
método ayudará al estudiante a orientarse y a situarse en su evolución individual.
Utilización
Hemos concebido este apoyo metodológico como un complemento directa-
mente aplicable a las clases a los estudios.
Los primeros capítulos (1 y 11) están dedicados al aprendizaje en general,
apoyándose, cuando esto es posible, en el funcionamiento cerebral.
Los capítulos 12 y 28 se derivan de los precedentes y ponen en práctica los
instrumentos en la vida cotidiana, tanto en las clases como en casa. Se examinan,
particularmente, los relativos a la información y a la comunicación.
Los capítulos 29 y 43 abordan la forma física y psíquica, y conducen natural-
mente a una preparación directa de las pruebas escritas y orales.
Todos los capítulos son interdependientes, por los hilos conductores que los
sustentan, pero también por los múltiples campos interrelacionados en que se ha
dividido la obra. No obstante, han sido redactados para poder ser leídos por separa-
do, pues cada uno de ellos forma una unidad. Estos elementos en interacción, re-
agrupados, constituyen un conjunto: un sistema educativo individual centrado en el
éxito en los estudios, pero, sobre todo, orientado hacia un completo desarrollo per-
sonal.
Con objeto de sacar el mayor provecho de esta guía, conviene leerla, en un
primer momento, más rápidamente posible y por completo para descubrir las líneas
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maestras, pero también los problemas que puedan surgir; para preparar la acción
sin dejarse sorprender por las fechas. Posteriormente, la guía podrá consultarse rá-
pidamente; el índice alfabético situado al final del libro permite localizar fácilmente
los temas (el asterisco que aparece junto a algunas palabras remite al lector a dicho
índice, por ejemplo, para buscar una definición); por otro lado, cada capítulo va pre-
cedido de un resumen para facilitar la comprensión y la memorización.
Esta obra se ha concebido para ser leída y utilizada con facilidad. El estudian-
te podrá adaptar fácilmente los consejos a su situación particular y a su carácter,
adquirir o completar hábitos de trabajo y de pensamiento, mejorar sus métodos de
aprendizaje, recordando que lo que cuenta no es tanto lo que se aprende como la
manera en la que se aprende.
La utilización de esta guía y un entrenamiento permanente deben permitir a
todos adquirir y conservar unas herramientas indispensables para aprender cada
vez más fácilmente. Cada uno podrá así descubrir, y después aplicar, su propia es-
trategia para el éxito; ser uno mismo a la vez el artesano, el instrumento y el benefi-
ciario.
EN POCAS PALABRAS....
¿Cómo imagina su porvenir? A menudo, sólo a medida en que vayan transcurriendo sus estudios es cuando usted descu-
brirá y desarrollará todas las posibilidades que lleva dentro.
1. Su objetivo: autorrealizarse
Querer desarrollar por completo las propias facultades, autorrealizarse, ¡esa es la clave del éxito!
¿Para qué sirven los estudios? ¿Hacia qué profesión orientarse? El estudian-
te se hace a menudo estas preguntas. Si es éste su caso, ¡no se asuste! ¿Cómo
obtener una respuesta concreta si usted todavía no ha tenido nunca que enfrentarse
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con la realidad? Sólo a medida en que vaya acumulando experiencias se irá des-
arrollando en usted la tendencia hacia la actividad que más le conviene personal-
mente. La especialización, de hecho, sólo aparece muy progresivamente.
¿Cómo administrar, entonces, tantos años de aprendizaje, de espera? ¿Có-
mo evitar el hastío, la resignación en que tantas personas están inmersas? ¿Por qué
tantas personas se dejan simplemente ir o llevar por sus estudios, mientras que
otras actúan, progresan rápidamente, triunfan por sus propios medios? ¿Qué moti-
vación anima a estas últimos en su esfuerzo que les conduce al éxito? ¿Cuál es la
clave del éxito?
Para descubrir la mejor motivación es preciso, ante todo, ser conscientes de
nuestra propia naturaleza. Como ser humano, como todo organismo vivo, usted po-
see un programa genético construido en toro a tres grandes funciones: salvaguar-
darse, desarrollarse, reproducirse, garantizar su completo desarrollo; y más concre-
tamente, su desarrollo intelectual.
1.1 Su objetivo: autorrealizarse
Cuando uno desea superar un examen es por formarse, pero, al mismo tiem-
po (y, quizá, principalmente), para asegurarse el porvenir. Una cultura amplia, una
educación más completa, una formación cualificada, desarrolla las capacidades inte-
lectuales. Evolución, adaptación, reconversión, se vuelven así más fáciles. Las apti-
tudes para adquirir la información, para comunicar, se multiplican igualmente. La
posesión de títulos o diplomas cada vez más elevados facilita consecuentemente,
por regla general, la adquisición de una profesión, la obtención de un empleo, el
dominio de una carrera.
Sus estudios, sus calificaciones, deben permitirle acceder más fácilmente a
su trabajo agradable, así como a una mejor remuneración: de este modo, usted po-
drá satisfacer mejor sus deseos personales.
Desarrollarse por usted mismo debe ser su auténtico proyecto. El colegio, y la
enseñanza superior después, son instrumentos que le van a ayudar a forjarse a sí
mismo, a realizarse. Usted desea sacar a la luz todos sus recursos y talentos para
obtener el mejor partido de ellos, lo antes posible. Algunos comprenden esto mejor
que otros. Quieren (y saben) exigir y utilizar estos instrumentos para sí mismos, para
su propia formación. Quieren aprender y, sobre todo, y esto es actualmente primor-
dial, quieren saber aprender.
1.2 Consecuencias de la autorrealización
1.2.1 El deseo de actuar
Tener siempre presente el deseo de autorrealización le permitirá ser su propio
obrero, pero también su propio jefe. Si tiene un interés personal en progresar, usted
toma claramente el timón, se traza un rumbo. Es un voluntario.
Disposición, lucha, dinamismo, pasión, desplazan entonces a la somnolencia,
a la indiferencia, a las temerosas reservas, al derrotismo. La fe en sí mismo, en el
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porvenir, sirve de guía, proporciona vigor y energía mental, cristaliza las fuerzas físi-
cas y psíquicas. Esto permite entonces un esfuerzo continuado, vencer la fatiga, su-
perarse.
El deseo de tener éxito le revelará sus aptitudes, su personalidad. El trabajo,
la acción, van a facilitar este conocimiento. Para descubrir y hacer fructificar su po-
tencial personal, usted va a:
• interesarse, observar, informarse, percibir el mundo y a los demás;
• adquirir la experiencia y la forma de pensar del prójimo (llegar más le-
jos gracias a los demás);
• comprender, evaluar, aprender, estructurar su pensamiento, saber;
• saber actuar, comportarse, comunicarse, organizar, transformar, crear.
Usted sabe que para cambiar el mundo es necesario equiparse poderosa-
mente primero. Sólo entonces podrá encontrar su sitio en la sociedad, actuar, modi-
ficar su entorno social: ser, en fin, usted mismo, desempeñando plenamente su pa-
pel en la sociedad.
1.2.2 El placer
Esta motivación, este proyecto de realización personal, si se siente realmente,
tiene el mismo efecto que un turbo sobre un motor: proporciona al aprendizaje otra
potencia, otra dimensión. El concepto de trabajo desaparece tras lo de interés y de
placer; placer de la investigación, del descubrimiento, de la comprensión del mundo;
placer de jugar con las ideas, de ver la curiosidad satisfecha y el objetivo alcanzado,
placer del éxito; placer, a fin de cuentas, de la acción dominada, de la autonomía, de
la libertad conquistada sobre la ignorancia o el condicionamiento biológico y social.
Esta experiencia del placer, cuando queda grabada en la memoria, le propul-
sará en cada nueva ocasión hacia la etapa siguiente, para poder sentirla de nuevo.
Todas las barreras se levantan para favorecer este recorrido: atención y voluntad,
percepción consciente e inconsciente, comprensión, espíritu crítico, memorización,
se ponen en funcionamiento. Con gran rapidez, se va creando un hábito: el del tra-
bajo, el del placer, el del éxito.
Esta autorrealización se vuelve un compromiso total: tiempo, dinero, energía,
se consagran a ese objetivo. Éste se transforma en juego, en pasión. Corto plazo y
largo plazo se armonizan. Usted pensaba invertir su mente pensando en un largo
porvenir, pero los frutos del saber están ya presentes: autonomía, placer y éxito.
1.3 Condiciones de una auténtica motivación
El deseo de autorrealización no es algo evidente. Para que se dé, parecen in-
dispensables cuatro condiciones:
1.3.1 El estado de equilibrio afectivo
Nuestra programación biológica tiene por función principal garantizar nuestra
salvaguarda, nuestro equilibrio. En el plano físico, la protección y el desarrollo del
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EN POCAS PALABRAS...
El hombre, gracias a su cerebro superior, puede superar sus condicionamientos y progresar hacia el conocimiento.
1. El cerebro primitivo
El cerebro primitivo transmite a la conciencias las informaciones provenientes de los sentidos, de la realidad, y las defor-
ma con arreglo a los instintos o a la experiencia vivida. Motiva o desmotiva al individuo para encontrar el placer o evitar el
desagrado. En realidad, reproduce siempre los mismos esquemas de funcionamiento.
Todos nuestros comportamientos y razonamientos dependen inicialmente de este cerebro primitivo.
2. El córtex, o cerebro superior
Éste corrige los excesos del cerebro primitivo. Permite controlar, durante el aprendizaje, algunas de nuestras emociones
por medio de la razón. Intenta percibir el mundo lo mejor posible y comunicarse con él.
Su fuerza con respecto al cerebro primitivo reside en su posibilidad de apertura. Esto le permite, entonces, mediante in-
tercambios constantes, adquirir nuevos procesos de funcionamiento, ponerlos en práctica y, por ende, memorizarlos: se
perfecciona a sí mismo.
3. Las neuronas y sus conexiones
Las neuronas permiten, gracias a sus interconexiones, el tratamiento de los datos. Cuando la información sigue varias
veces un mismo trayecto, aparece una estructura, se realiza un aprendizaje. Es un fenómeno acumulativo, exponencial:
cuanto más aprende la persona, más ganas tiene de aprender; cuantos más medios tiene, más rápido aprende.
4. Los dos hemisferios
El cerebro está dividido en dos hemisferios, uno de los cuales predomina sobre el otro generalmente.
• El hemisferio izquierdo se caracteriza por sus capacidades de análisis, de lógica, y por su predominio sobre el
lenguaje. Permite la memorización gracias al sentido auditivo.
• El hemisferio derecho favorece la comprensión global, la intuición, el campo visual. La memorización se efectúa
gracias a la vista.
Cada uno debe saber utilizar lo mejor posible su hemisferio predominante, desarrollando a la vez el otro.
¿Por qué cuando proyectamos ante un público infantil, entre otras diapositi-
vas, una foto de cerdos azules, todos afirman a continuación haber visto cerdos ro-
sa? Imposible interesarse por el aprendizaje sin conocer el funcionamiento del cere-
bro. Observándolo, descubrimos a la vez un aliado y un adversario.
Intentemos conocerlo para controlarlo mejor, para utilizarlo mejor. Descubra-
mos ese fabuloso instrumento, capaz de pensar por sí mismo, de destruirse o de
desarrollarse hasta límites insospechados.
A lo largo de la evolución de la especie humana, han aparecido tres cerebros
sucesivamente: los dos primeros –que aún seguimos poseyendo- constituyen nues-
tro cerebro primitivo; el tercero lleva el nombre de cerebro superior, o córtex.
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Compare ambas listas con los nombres originales. Esta prueba le permitirá
saber cuál de los dos hemisferios predomina: en el primer caso, el cerebro izquier-
do, auditivo; en el segundo caso, el cerebro derecho, visual. Repita, eventualmente,
la prueba con otros nombres en caso de incertidumbre o para confirmar los resulta-
dos. Este descubrimiento será muy valioso para la memorización (ver capítulo 11).
2.4.4 En conclusión
Nuestros dos hemisferios tienen funciones diferentes, pero trabajan al mismo
tiempo, paralelamente: mientras uno analiza, el otro sintetiza; los dos se ayudan mu-
tuamente para reconstituir el mundo.
Nosotros debemos, por supuesto, conocer y utilizar al máximo nuestras capa-
cidades dominantes; por ejemplo, en la elección de una profesión. Pero no debemos
descuidar nuestras otras facultades, nuestro hemisferio más discreto. Al contrario,
debemos desarrollarlas más; así podremos descubrir y aprovechar en nosotros nue-
vos recursos, particularmente, para el aprendizaje.
Nuestro cerebro forma un todo; esta presentación en varios elementos no es
más que un enfoque para comprender mejor su funcionamiento. Cada actividad
mental moviliza el conjunto del cerebro, particularmente, la memoria, cuya localiza-
ción exacta todavía ignoramos.
Observación: Hemos insistido en el control que debe ejercer el córtex sobre el
cerebro primitivo, la razón sobre la emoción. Sería, en efecto, vano y nefasto negar
nuestras emociones y nuestros instintos. Es preciso, simplemente, ser conscientes
de que hay situaciones en las que no debemos dejar que los estados afectivos sigan
predominando, y, luego, actuar para corregir o utilizar la acción del cerebro primitivo
sobre el cerebro superior.
RECUERDE:
• Todos debemos saber que es posible librarse en parte del determinis-
mo natural de los genes, así como del determinismo social. Cada estu-
diante debe empezar por concienciarse de esto para adquirir confianza
en sí mismo; por saber que el cerebro superior puede, gracias a sus
facultades de apertura, de comunicación y de reflexión, descubrir cons-
tantemente nuevas estructuras, memorizarlas, y así perfeccionarse,
evolucionar por sí mismo, auto perfeccionarse.
• El córtex le permite un progreso permanente, una complejificación, un
avance del hombre hacia el conocimiento.
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Conocer nuestra inteligencia es saber cómo actuar para resolver un problema nuevo.
1. Una resolución inteligente implica las siguientes cualidades:
• Tener presente el objetivo a alcanzar y, con arreglo a los datos existentes, encontrar los mejores medios para
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alcanzarlo.
• Utilizar lo mejor posible esos medios, poniendo en práctica nuestras cualidades de análisis y de síntesis.
• Presentar y defender nuestra respuesta.
2. Tanto si es innata como adquirida, la inteligencia debe revelarse
Para ello hay que recorrer cuatro etapas sucesivas:
• Querer conocer: tener una mente abierta.
• Querer perfeccionarse regularmente enfrentándose con problemas nuevos: provocar saltos cualitativos en nuestro
pensamiento.
• Querer consolidar esas nuevas cualidades, memorizarlas: estructurarse.
• Querer expresarse para utilizarlas.
RECUERDE:
• La inteligencia no es un elemento estático: todos poseemos instrumentos
para pulirla, y el uso es el mejor de todos ellos.
4. LA APERTURA MENTAL
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Progresar nos permite liberarnos de las limitaciones de nuestra herencia; para lograrlo, hay que saber abandonar nuestras
antiguas estructuras, poco a poco o mediante una ruptura brutal.
El principal instrumento de su formación es usted mismo. Cuanto más aprende, más fácil le resulta aprender solo, y este
efecto se va amplificando. Lo más difícil es comenzar, motivarse, comprender lo que se aprende realmente para uno mismo,
por su propio interés.
La personalidad se enriquece a través de las contradicciones y confrontaciones. Para ello son indispensables la confianza
en uno mismo, la receptividad y la voluntad de comunicar.
Para conocer, es preciso, en primer lugar, observar objetivamente y, después, analizar lo que se haya descubierto.
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4. La apertura afectiva: la experiencia
Todo aprendizaje requiere experimentar por uno mismo, implicarse para que queden huellas en la memoria afectiva.
Primer momento: Ponga entre paréntesis todas sus relaciones afectivas. Se-
pa olvidarse de usted mismo; póngase en el lugar del que tiene enfrente para cap-
tarle mejor, para comprenderle mejor. Procure tener bien despiertos todos sus senti-
dos para captar la información en su multiplicidad y su riqueza.
Segundo momento: Analice los nuevos datos. Su córtex * debe captar las di-
ferentes lógicas existentes; conserve la suya, pero tenga también en cuenta la del
otro; tenga una lógica polivalente *.
RECUERDE:
• Toda apertura es producto de una actuación voluntarista. Para progresar,
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debemos aceptar el romper con nuestros hábitos y luchar contra las ten-
dencias de nuestro cerebro primitivo a reproducir únicamente lo que ya
conoce.
• Sólo en una fase posterior es cuando nuestro cerebro primitivo intervendrá
para grabar esas experiencias nuevas; entonces es cuando debemos con-
tar con nuestra memoria afectiva para conservarlas.
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Favorecer la autorrealización, ese es el objetivo de toda educación. Para el adolescente, se trata de alcanzar una autonomía
física, material e intelectual.
1. Actitud de los padres y estabilidad afectiva
• Crear una estabilidad afectiva en el estudiante es una necesidad primordial; la atención y la armonía familiares con-
tribuyen a lograrlo.
• La escucha y la disponibilidad mental proporcionan igualmente un apoyo moral.
• El equilibrio emocional debe buscarse evitando no tanto los choques emocionales como la repetición de estos cho-
ques; no se trata de agobiar al alumno con continuos reproches, sino más bien de ver dónde se encuentran en él las
mejores bazas a desarrollar.
La autoridad debe entonces ayudar a consolidad las estructuras mentales positivas.
La verdadera motivación la suscita generalmente el entorno del estudiante. Mostrando los beneficios que se obtienen,
favoreciendo el optimismo, fomentando los contactos con otros ambientes, es como nace el deseo de realizarse auténtica-
mente. El papel de imitación no se debe tampoco desechar.
Ir asumiendo progresivamente responsabilidades crea una mentalidad abierta y la confianza en uno mismo, necesarias
para la autonomía.
Los familiares son los que deben mostrar la satisfacción y el beneficio que se obtie-
nen con ello:
• beneficio a corto plazo, por las felicitaciones y los ánimos recibidos por los
buenos resultados; todos los estudiantes, aunque no lo digan, los esperan
y, como acabamos de indicar, los necesitan;
• beneficio a largo plazo, favoreciendo el conocimiento de profesiones que,
por su ejercicio, contactos que permiten con los demás y beneficios que
proporcionan, resultan muy satisfactorios.
RECUERDE:
• Los mejores aprendizajes se efectúan en un marco de armonía: en un
equilibrio físico y material (comida, sueño, ambiente de trabajo, horarios
regulares...), pero también, y sobre todo, en un equilibrio afectivo. Así
mismo, los valores de la familia y los del colegio han de poderse conciliar
también.
• Fomentar el gusto por el esfuerzo, la atención, crea una fuerza de carác-
ter, suscita hábitos de trabajo. Estos últimos constituyen, por sí mismos,
motivaciones. Estos actos repetidos, unidos a una sólida cultura general, a
un interés por lo que nos rodea, permiten al adolescente encontrar su ca-
mino, adaptarse, ocupar su lugar, prepararse para actuar en la vida.
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6. EL PROCESO DE APRENDIZAJE
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Saber aprender es saber, con respecto a los nuevos conocimientos, superar bien las tres etapas siguientes:
2. Memorizar
Esto constituye la base de todo aprendizaje. Diferentes métodos pueden ayudarnos.
3. Utilizar lo aprendido
RECUERDE:
• La memorización es el meollo de todo aprendizaje, pero no es más que
una parte del mismo. Lo que verdaderamente importa, después de haber
aprendido, es poder utilizar ese nuevo saber en las más diversas situacio-
nes, poder progresar con ese nuevo instrumento. La práctica, a través de
la reactivación de nuestros conocimientos, nos permitirá mejorarlos, pulir-
los, hacerlos más eficaces: garantizará nuestra progresión.
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EN POCAS PALABRAS....
Resolver problemas de cualquier tipo, científicos, literarios o cotidianos, resulta sencillo si se siguen unas etapas bien defi-
nidas.
2. Buscar la información
• Dude sistemáticamente de los datos recibidos, desconfíe particularmente de los términos utilizados.
• Antes de responder, lea el conjunto de las preguntas para encontrar el sentido general.
• Encuentre a continuación, una a una, las soluciones a esas preguntas.
• Sírvase para comenzar de los indicios proporcionados.
• Razone confrontando los datos externos, por una parte, con los datos que tiene en memoria o almacenados y, por
otra parte, con su propio proceso de resolución. Utilice eventualmente un esquema para esclarecer el procedimiento
que va a emplear.
• Desbloquee de entrada las situaciones más sencillas.
3. Tratar la información
Utilice diferentes tipos de razonamiento (deductivo, inductivo, analógico), el análisis, la síntesis, maneje la lógica polivalen-
te.
4. Ejercítese
Para asimilar un procedimiento, repítalo mediante numerosos ejercicios.
Ante un problema dado, hay cuatro tipos de respuestas posibles para com-
prenderlo y resolverlo:
• Nivel 1: la respuesta instintiva; por ejemplo, correr en caso de peligro.
• Nivel 2: la respuesta aprendida; condicionada; por ejemplo, efectuar un
cálculo aritmético.
• Nivel 3: la respuesta lógica, simple; por ejemplo, resolver un ejercicio aná-
logo a otro ya realizado.
• Nivel 4: la respuesta creadora; por ejemplo, resolver un problema de tipo
nuevo o, también, comprender un concepto o una teoría absolutamente
nuevos para nosotros.
leer estos últimos por ambas caras), bien en su memoria (teoremas, clases, etc.),
bien en las respuestas ya redactadas.
7.2 Búsqueda de la información
La búsqueda de la información debe efectuarse metódicamente. No espere
que el azar le vaya mostrando lo que es o no utilizable. Antes de examinar las eta-
pas de este método, detengámonos sobre dos consejos fundamentales: dude sis-
temáticamente de las informaciones recibida y desconfíe del lenguaje.
Dude sistemáticamente de las informaciones recibidas. Busque sin ideas pre-
concebidas, y no acepte nada como evidente; ni los datos (descubra, eventualmen-
te, las trampas del lenguaje, los sobreentendidos) ni el procedimiento (puede que
sea necesario adaptar lo aprendido en clase). Vea las cosas con una mentalidad
nueva.
Dude de las informaciones suministradas por su cerebro primitivo, que, si bien
no rechaza las del texto, tiene la fastidiosa tendencia a amalgamarlas con las que ya
posee. Tras un indicio, por ejemplo, corre el riesgo de confundir ese problema con
otro ya tratado precedentemente en clase; ambos pueden parecerse, aun siendo
muy diferentes.
No se regocije ante un problema aparentemente sencillo ni, a la inversa, tam-
poco se desanime ante un ejercicio, según usted, inabordable. Aténgase a los
hechos y razone. Por ejemplo, si ve un “valor absoluto” en un problema, no abando-
ne la cuestión sistemáticamente: lea completamente la frase, tal vez encuentre todo
lo necesario para efectuar su resolución.
Profundice en la información. Ejemplo: tomemos la siguiente proposición: “si
hace bueno, voy a la playa”, y examinemos bien lo que implica:
1. Hace bueno, luego voy a la playa.
2. No hace bueno, pero nada me impide ir a la playa (esto no está escrito en
el texto).
3. Voy a la playa, luego hace bueno o no hace bueno.
4. No voy a la playa, luego no hace bueno (de lo contrario iría a la playa, de
acuerdo con el texto).
De la proposición sólo se infiere o deduce una implicación (1) y su recíproca
(4). Tenga siempre una mentalidad abierta, descubra toda la riqueza de un texto.
Cuidado con un detalle, una palabra, un signo, una fracción. Ese detalle pue-
de cambiarlo todo. Cada término tiene un significado preciso; ejemplo: la conjunción
y no equivale a o. Respete exactamente el enunciado. Estudie atentamente todos
los documentos: tenga un espíritu crítico.
Desconfíe del lenguaje. El lenguaje plantea un problema delicado. Muchas
confusiones y errores se derivan de él.
Normalmente no debe usted interpretar el texto. Las ambigüedades provienen
generalmente de usted, porque su vocabulario es demasiado limitado o su lectura
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demasiado rápida; sitúe mejor los términos dentro del contexto, vuelva a leer even-
tualmente todo el párrafo. Cualquier equívoco debe ser suprimido inmediatamente.
Busque precisiones adicionales en el texto. Aténgase a la realidad de las pa-
labras, a lo que está escrito únicamente. Encuentre su significado gracias a la sin-
taxis (palabras, frases, que acompañan el término en litigio), al estilo (puntuación,
giros, estructuras especiales de las frases).
Busque la etimología; encuentre la raíz, las palabras de la misma familia. Re-
formule la frase utilizando un sinónimo.
Recurra a su memoria, a su experiencia. ¿Dónde ha encontrado anteriormen-
te ese término, en qué ejercicio? ¿Cuál era el contexto de ese ejercicio? ¿Qué signi-
fica concretamente tal término técnico empleado?
Teniendo presente estos dos consejos fundamentales que acabamos de
mencionar, usted podrá abordar las diferentes etapas que presenta la búsqueda de
la información.
7.2.1 Primera lectura: buscar el sentido general
Todo razonamiento comienza por una búsqueda de la información. Antes de
acometer los pormenores de los elementos, examine el problema en su conjunto
para captar todo su sentido. ¿Cuál es el hilo conductor, el objetivo a alcanzar? ¿Cuál
es el auténtico problema planteado, en qué contexto, a qué campos concierne? Pa-
ra ello, es preciso, cuando sea posible, leer en un primer momento el conjunto de
preguntas; seguidamente, la nueva lectura del texto completo será dinámica, se
efectuará siguiendo las pistas de búsqueda, la memoria ya estará conectada con la
estructura de resolución.
Plantear bien el problema permite encontrar más fácilmente el camino a se-
guir para resolverlo; ¿cuáles son la estrategia, el plan de trabajo, las sucesivas
transformaciones necesarias? Recuerde entonces a qué parte de lo aprendido en
clase concierne el problema. Evóquela visual u oralmente.
En caso de dificultad, no dude en concebir rápidamente en el borrador un es-
quema, un eje temporal, un cuadro, para comprender lo que pasa y encontrar las
diferentes etapas del problema; esto permite evitar las falsas pistas, las operacio-
nes, cálculos y pérdidas de tiempo inútiles. Sepa, aquí también, perder primero un
poco de tiempo para ganar luego mucho. Complete estas representaciones con los
datos que vaya descubriendo.
7.2.2 Segunda lectura: resuelva las preguntas
Sabiendo ahora la dirección que se impone tomar, ya puede ponerse en mar-
cha: vuelva a leer la primera pregunta, después todos los datos que la conciernan,
todo esto con el bolígrafo en la mano, con la máxima atención, período de frase por
período de frase.
Esta nueva lectura de los datos ha de efectuarse recordando en todo momen-
to el objetivo a alcanzar. Compare este objetivo con la información que usted posee
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(datos del texto más datos en memoria). Evalúe la distancia entre ese objetivo y los
datos iniciales; intente reducirla por diferentes etapas de resolución (usted las tiene
en la cabeza, revívalas mentalmente, recuerde los gestos, las imágenes, las frases
pronunciadas, etc.).
No pierda de vista la pregunta concreta que le plantean. A pregunta y contexto
específicos, respuesta específica. Sepa tener de vez en cuando una nueva visión de
conjunto, dejando a un lado momentáneamente los detalles. Verifique sistemática-
mente la adecuación entre la pregunta planteada y el procedimiento seguido para
resolverla: no siga falsas pistas. Evite una vez más, toda precipitación, desconfíe
sistemáticamente de sus automatismos.
7.2.3 Antes de utilizar los datos
Anote progresivamente los datos según sus necesidades, claramente, en el
borrador y señálelos mediante una cruz, u otro signo, en el texto.
Conviértalos, eventualmente, en signos, símbolos, ecuaciones, igualdades...
Agrupe después todas esas ecuaciones, igualdades, etcétera.
7.2.4 Utilice los indicios para comenzar
En las sucesivas lecturas, para extraer lo esencial o los detalles, deberá reco-
nocer prioritariamente los indicios que le sitúen sobre la buena pista. Se trata de las
palabras clave, de cifras clave, que son auténticas llaves de contacto que ponen en
marcha las estructuras mentales.
Ejemplo: En un ejercicio, si un cuadrilátero es un “paralelogramo”, este último
término es un indicio que le permitirá recordar al momento sus propiedades (sus
diagonales se cortan en el centro.
Nada más percibir estos indicios, la memoria debe revelar los elementos de
procedimiento, de resolución. Estos indicios tienen la ventaja de permitir el inicio de
resolución del problema. Después, usted debe continuar el proceso con la ayuda de
los demás datos; eventualmente, usted deberá modificar su procedimiento si apare-
cen nuevos datos que contradicen su primer indicio.
7.2.5 ¿Cómo guiar el pensamiento?
Resolver un problema consiste en efectuar constantes idas y venidas:
• por una parte, entre los datos del texto y el proceso de resolución elegido;
• por otra parte, entre ese proceso y las informaciones complementarias al
texto, las que usted tiene en la memoria (leyes, teoremas, axiomas, etc.).
Para encontrar la solución es, pues, indispensable, aparte de una buena lec-
tura de los datos, poseer en memoria los procesos y, al mismo tiempo, un cierto nú-
mero de reglas, leyes, teoremas, que completen los datos del texto.
7.2.6 ¿Cómo encontrar otros datos?
• Volver de vez en cuando hacia atrás, releer el texto total o parcialmente,
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tados que a través de la intuición o de los tanteos. Utilice la reflexión tanto como el
método aprendido, así no se verá sorprendido por las dificultades. Tres categorías
de razonamiento pueden serle útiles.
7.3.1.1 El razonamiento deductivo
Se trata de partir de un principio general para extraer de él aplicaciones parti-
culares. El razonamiento deductivo resulta de una serie de preguntas y comparacio-
nes.
Ejemplo: M.C., hombre, ¿es mortal? La información de nuestra memoria nos
indica que todos los hombres son mortales. Deducimos, pues, que M.C. es mortal.
Principio general: todos los hombres son mortales.
Aplicación particular: M.C. es mortal.
Del razonamiento se deduce otra información; esto no es exactamente un
hallazgo, la información era conocida. Se trata más bien de una demostración. En
un razonamiento deductivo, se aplica un fenómeno general a un caso particular. El
razonamiento deductivo se aplica habitualmente en matemáticas, en las demostra-
ciones.
7.3.1.2 El razonamiento inductivo
Consiste en sacar una conclusión general de numerosos casos particulares.
Contrariamente al razonamiento inductivo, aquí pasamos de lo particular a lo gene-
ral.
Ejemplo: Por experiencia, constatamos que M.D., M.E., M.F., etc., son a la
vez hombres y mortales. De ahí inferimos inductivamente entonces que todos esos
hombres son mortales.
El razonamiento inductivo, a partir de observaciones, de constataciones, in-
venta leyes. Esas leyes son hipótesis verificadas a continuación; deben aplicarse a
todos los fenómenos en cuestión, verificarse más tarde por deducción. El razona-
miento inductivo no es una demostración, sino un hallazgo. Este tipo de razonamien-
to se utiliza en las ciencias de la observación: física, química, ciencias naturales.
7.3.1.3 El razonamiento analógico
primitivo acepta mejor la información nueva cuando ésta se relaciona con otra que
ya está en memoria. Para ello se utilizan imágenes, símbolos, metáforas. Se pueden
construir modelos, gráficos, comparándolos con otros ya existentes.
En la realidad, los razonamientos deductivo, inductivo y analógico forman una
secuencia. La analogía sugiere una hipótesis, esta hipótesis, por inducción, nos da
unas leyes, estas leyes son, finalmente, verificadas por deducción.
7.3.2 Pensar con lógica
Los tres procedimientos lógicos precedentes consisten en comparar unas in-
formaciones dadas con las que ya existen en memoria. El objetivo es hallar seme-
janzas. Estos procedimientos se apoyan, al parecer, en un funcionamiento neuronal
básico, que consiste en unir las informaciones y compararlas. De hecho, este fun-
cionamiento se efectúa en dos tiempos.
Para agrupar y comparar las informaciones, es preciso, en primer lugar, des-
componerlas en elementos simples, analizarlas (identificarlas, seleccionarlas, com-
pletarlas); el trabajo de comparación, de agrupación, sólo se efectúa después, en la
fase de síntesis, para dar un sentido nuevo al conjunto.
De hecho, cuanto más se habitúe uno a efectuar comparaciones entre ele-
mentos, entre clases, entre situaciones, más fácil resulta resolver los problemas, y
más se desarrolla la inteligencia.
7.3.3 La lógica polivalente
Los procedimientos lógicos precedentes se basan únicamente en las similitu-
des o en las diferencias (y contradicciones) entre elementos. Se trata de lógicas bi-
valentes. Existe otra lógica cuya base es la pluralidad de las posibles situaciones: la
lógica polivalente. Esta última establece una relación entre todos los componentes
de un término y todos los de otro término.
Ejemplo: Cuando la lógica bivalente indica que M.C., hombre, es mortal, se si-
túa en un nivel exclusivamente físico. La lógica polivalente, por el contrario, se sitúa
en todos los niveles. Analiza a fondo el nivel físico (por la transmisión de sus genes,
M.C. se perpetúa físicamente en el tiempo); incluso sitúa al hombre en el plano espi-
ritual (M.C., para numerosas religiones, es, en cierto modo, inmortal).
La lógica polivalente combina todos los datos entre sí. Procura evitar el ser
reduccionista como la lógica bivalente. Supera las contradicciones aparentes.
En cada categoría o en cada sistema, se asocian las relaciones existentes
entre los unos y los otros. El término y sustituye a la palabra o. Así, M.C. es mortal y,
también, inmortal.
7.4 Ejercítese
Tras haber resuelto un problema habitual, comprendido una demostración,
hay que asimilar ese procedimiento, continuar reproduciéndolo, para que esa estruc-
tura mental quede impresa mediante repeticiones, ejercicios, trabajos prácticos, ex-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 38
RECUERDE:
• Resolver un problema habitual consiste en tratar la información asociando
la que se nos da con la que tenemos en memoria. La más difícil es combi-
nar los buenos elementos entre sí; para lograrlo, ponga el máximo cuidado
a la hora de buscar los datos que necesita.
• Cuando el proceso sea complejo, abstracto o verbal no dude en transfor-
marlo en imágenes concretas, vivas; realice un esquema en un borrador
para descomponerlo etapa por etapa. En cuanto pueda, visualice sus in-
formaciones o reviva las situaciones que las implican.
• Habitúese a sintetizar los datos, así desarrollará rápidamente sus faculta-
des intelectuales.
• Utilizar la lógica polivalente permite que nuestro cerebro funcione a un ni-
vel superior. Hacerle coger este hábito es prolongar nuestra reflexión y en-
riquecernos con ello.
8. EL SALTO INTELECTUAL
EN POCAS PALABRAS....
Para comprender o resolver un nuevo tipo de problemas, usted debe adquirir una nueva forma de pensar. Rompa con sus
antiguos esquemas y ábrase a las nuevas informaciones, a los elementos extraños.
• Sea optimista.
• Salga de sus razonamientos tradicionales. No se censure, imagine y ensaye todas las posibilidades.
4. Las evidencia
Después de descubrir súbitamente esta nueva forma de ver las cosas, después de efectuar este “salto intelectual”, refuerce
y estabilice esta estructura con la práctica
Con más o menos frecuencia, usted se encuentra ante una cuestión comple-
ja. Esto puede ocurrir bien durante una explicación en clase (de matemáticas, de
filosofía, etc.), bien cuando tiene usted que resolver una parte de un problema. Pese
a sus esfuerzos, usted no siempre comprende las explicaciones del profesor o no
consigue avanzar en el ejercicio que tiene que realizar: los métodos de reflexión
habituales no aportan nada.
En realidad, se trata para usted de franquear una nueva etapa, un nuevo pel-
daño: asimilar un procedimiento reciente, una teoría nunca encontrada hasta ese
momento, otro saber. Su cerebro debe ahora funcionar con esquemas diferentes,
debe hacer que aparezca una nueva estructura *.
Intente resolver el problema que planteamos a continuación, y anote parale-
lamente en una hoja el procedimiento que sigue, así como todas las observaciones
que le vengan a la mente. Compare después su actitud con el método de este capí-
tulo (al final de éste se encuentra la solución de la prueba).
Ejemplo: Una los nueve puntos de la figura (cuadrado de 3 x 3) adjunta me-
diante cuatro líneas rectas, sin levantar el lápiz del papel.
...
...
...
Para encontrar la solución, tiene que romper con sus esquemas de pensa-
miento habituales, efectuar un salto intelectual. Es necesaria una amplitud de miras,
una mente abierta, para descubrir en usted mismo o en el exterior la información
que falta.
8.1 Cambiar de estado de ánimo
8.1.1 Sea optimista
Los períodos que preceden a la comprensión son, a menudo, penosos. Des-
dichadamente, no puede ser de otro modo. El córtex se forma enfrentándose a las
dificultades, a las experiencias, a las sucesivas representaciones del mundo. Usted
sabe que el desasosiego actual sólo es provisional; el placer por la comprensión, por
el descubrimiento, no va a tardar en hacer acto de presencia.
La primera reacción de rechazo es puramente epidérmica. Repóngase rápi-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 40
desencadene una resonancia en todo el conjunto, una reacción en cadena. Una sola
información establecerá todas las conexiones. La situación se le aparecerá desde
un punto de vista totalmente diferente.
Para tomar posesión de esta información, de esta idea, usted debe, a través
de las acciones siguientes, buscar y, paradójicamente, al mismo tiempo, dejar que
lleguen esos datos.
8.2.1 Reorganice las preguntas
Usted comenzó dividiendo el problema y analizando minuciosamente las pre-
guntas, ha intentado aportar las respuestas tradicionales sin ningún resultado. Re-
pase esas preguntas; a menudo son ellas las que le bloquean: las soluciones que
usted intenta darles no se aplican al problema actual, éste es diferente de lo que
usted conoce.
Examine nuevamente la división de esas preguntas. ¿Podría presentarlas de
otra manera: juntarlas, separarlas, agruparlas, de otro modo? Agrupándolas de otra
forma, usted combina también sus ideas de otra manera. Dele un nuevo enfoque al
problema para captar mejor todos los elementos.
8.2.2 Globalice
Pase ahora a otro nivel. Globalice, pase por alto los detalles. Tenga una visión
de conjunto de lo que busca. Tome perspectiva, ¿adónde queremos llegar? ¿cuál es
el sentido general del problema?
Imagine el resultado, el ejercicio resuelto, las consecuencias, la forma global
de la respuesta. Para fijar su atención y suscitar nuevas ideas, visualice *, material o
mentalmente, esos resultados globales. Pronuncie asimismo, en voz alta o en voz
baja, lo que está pensando.
Después, a partir de esta forma general, vuelva hacia el principio, descienda
sucesivamente por escalones, por divisiones progresivas, hasta el detalle, hasta su
punto de partida.
8.2.3 Cuestiónelo todo
¿Ninguna pista? Cuestiónese entonces todo. Las preguntas no son las que
usted cree leer, el problema no es el que usted piensa tratar. Cambie todos los tér-
minos: utilice su vocabulario, adopte sinónimos, palabras concretas, reconstruya las
frases, comiéncelas, por ejemplo, por “Cómo hacer para”. Desmonte todo el proble-
ma y reconstrúyalo.
Imagine preguntas más amplias, más fáciles. Reduzca después sus posibili-
dades hasta la verdadera pregunta. Así, para la prueba de los nueve puntos del
principio de este capítulo, amplíe el problema reformulándolo de la siguiente mane-
ra: “Cómo hacer, por dónde pasar, en todo el espacio de la hoja, para unir los nueve
puntos de la figura”. No reduzca hasta después: “cuatro líneas rectas, sin levantar el
bolígrafo del papel.”
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 42
Proceda del mismo modo con lo concerniente a los datos. Imagínelos más
flexibles, suprima los que sean secundarios o restrictivos. Vuelva después progresi-
vamente al verdadero problema.
8.3 Recurrir a un elemento externo
8.3.1 Busque otras informaciones
Finalmente, si todavía no ha ocurrido nada, salga totalmente de su esfera,
busque la información en el exterior. Si puede, utilice todas las posibilidades que se
puedan presentar para completar sus datos iniciales. Reúna la documentación más
clara, más detallada. Cuanto más ricas sean sus informaciones, más conexiones se
establecerán y más accesible resultará el problema.
8.3.2 Consiga ayuda
Dentro de esta óptica, pídale ayuda a alguien: recurra a un compañero (al-
guien ajeno al problema, que tendrá una visión nueva) o a un profesor (especialista
competente). Ellos podrán suministrarle las informaciones pertinentes para resolver
su problema o, si se trata de que le expliquen nuevamente un procedimiento, podrán
enfocar esta explicación de un modo distinto (dos explicaciones sucesivas idénticas
son inútiles).
Plantee las preguntas sin escogerlas: la forma en que las plantee permitirá
comprender mejor sus bloqueos. Cuanto más espontáneas, incluso ingenuas, sean
sus preguntas, más cerca estará usted del nudo de su problema, y más fácil le resul-
tará a su interlocutor captarlo con precisión, y desenredarlo.
Intente también explicarle a alguien lo que comprende, hasta llegar al blo-
queo; esto puede servirle a usted para ver más claro. Plantee después preguntas,
utilice un esquema, un gráfico. Cree, de hecho, dos circuitos de intercambio, uno
entre su cerebro y los datos, y otro, entre usted y la persona que le ayude. No deje
de cuestionar, de criticar lo que le digan; así, una vez más, la persona que le ayuda
verá mejor dónde reside su bloqueo. Tenga siempre una actitud activa, hágase car-
go de lo que le explican.
8.4 Salirse del problema
8.4.1 Cambie de terreno
Pregúntese si no es posible comparar ese problema insoluble con otro ya re-
suelto. ¿No habrá una analogía con una cuestión idéntica, en una situación o en un
terreno diferentes? Sitúe el problema dentro de otros conjuntos más amplios. Trace
un esquema para comparar, construya metáforas.
Utilice eventualmente el humor; exagere un poco los rasgos, las característi-
cas. La exageración puede provocar bruscamente la chispa.
No dude en dar un rodeo, aléjese aparentemente del problema, pase a otro
terreno (conserve el primero en la cabeza, no obstante). Tal vez así se establezcan
vínculos, analogías, que permitan resolverlo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 43
RECUERDE:
• La creación de nuevas estructuras mentales, el salto intelectual, no
pueden efectuarse si no es rompiendo con sus antiguos esquemas de
pensamiento. Usted debe abrirse para encontrar un elemento ajeno en-
tre usted y el problema, una información que precipite una reacción
neuronal en cadena. Utilice este procedimiento, en sus estudios, pero
también en su vida cotidiana, para resolver los problemas difíciles.
Solución al problema de los nueve puntos:
2 4
x x x
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 44
x x x
x x x
3 1
Esta solución parece evidente si usted no limita la respuesta o los datos (nada
le obliga a permanecer dentro del cuadrado.
9. SABER ENTRENARSE
EN POCAS PALABRAS....
No tema los exámenes ni los controles; aprovéchelos, en cambio, para evaluar y mejorar su rendimiento.
• Para aprender: esto le obliga a revisar sus conocimientos, pero también a conocer los procedimientos y las formas
de emplearlos, a adquirir experiencia.
• Para verificar su aprendizaje y, a través de sus resultados, mejorar. La nota le indicará su nivel. De todos modos,
debe ser un estímulo para usted. Olvide los malos resultados, ya que no son más que etapas hacia el éxito.
2. ¿Cómo entrenarse?
Estos son los puntos fuertes de las clases. Preocúpese por el camino a seguir, por el método, y no por el resultado. Pre-
gúntese dónde están sus fallos de procedimiento. Anote y clasifique cuidadosamente todas las observaciones formuladas para
utilizarlas de nuevo.
los recientes. Estas preparaciones son un estímulo para memorizar * y reactivar esa
memorización. Como los exámenes deben ser regulares, divida su programa en par-
tes y prevea, en su plan de trabajo *, la revisión * de esas partes a lo largo de todo el
año. No espere pasivamente los deberes, las pruebas. Construya, desde el comien-
zo del curso, su propio plan de entrenamiento. Si no, se arriesgará a verse sorpren-
dido por las fechas y la falta de tiempo.
9.1.1.2 Para asimilar procedimientos
Situarse en condiciones de examen permite también aprender los procedi-
mientos y las formas de aplicarlos. Elegir un tema, trabajar sin ayuda exterior, con
un tiempo limitado, sin ponerse nervioso, es algo que no se improvisa: es necesaria
una preparación, unas repeticiones. Todas las disciplinas se prestan a este entre-
namiento, incluidas las disciplinas orales, con sus mecanismos específicos.
Ninguna materia debe descuidarse. Ni siquiera ésa que se nos da tan bien
(una falta de práctica disminuye los resultados), como tampoco ésa en la que nos
consideramos tan malos. No se avergüence ante unos resultados deplorables; en
este caso, exija más de su colegio, de sus profesores. Están a su servicio y deben
hacerle progresar. Piense que cualquier progreso es posible a través de una práctica
reflexiva; pero que, por el contrario, ninguna mejora es posible sin confrontación con
la realidad, es decir, con las pruebas, con los exámenes. Para ser competente en
una disciplina es necesario aplicarla, experimentar *.
9.1.2 Entrénese para verificar y mejorar
RECUERDE:
• Sólo usted puede responsabilizarse realmente de usted mismo y poner en
práctica los medios para su propio progreso. Su cerebro es un instrumento
de formación; láncelo decididamente por el camino de la autoconstrucción.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 48
EN POCAS PALABRAS....
Sus errores forman parte del proceso normal de aprendizaje, y deben permitirle progresar.
1. Tipos de errores
la dificultad sea aún mayor. Resuelva el problema rápidamente (vuelva a mirar los
Capítulos 7 y 8).
Otros errores pueden, también, ser inconscientes (uno cree haber compren-
dido). Efectúe regularmente ejercicios y deberes para comprobar sus conocimientos.
10.1.2 El recuerdo del saber
RECUERDE:
• Sus errores provienen generalmente de unos malos hábitos. Su razón de-
be detectarlos y corregirse a sí misma, o corregir las estructuras nefastas
de su cerebro primitivo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 53
EN POCAS PALABRAS...
La memoria también se trabaja. Con un buen método y un entrenamiento apropiado, usted puede desarrollarla considera-
blemente.
1. Póngase en unas condiciones favorables
• Conozca su motivación.
• Salga como ganador.
• Imagine la pregunta.
• Favorezca la concentración: tenga una buena forma física, active todos sus sentidos, cronométrese.
• Implíquese, viva lo que está aprendiendo.
jor.
11.1.1 Comience por crear unas buenas disposiciones físicas y mentales
Conozca su motivación. Gracias a que usted debe salvar los obstáculos natu-
rales que se oponen a la atención; el cerebro primitivo *, nuestro cerebro afectivo, es
quien debe levantar esas barreras. Éste, en efecto, desea sentir una implicación
frente a cualquier nueva información. Sentirse concernido, esa es la primera clave
para aligerar el trabajo de memorización.
Usted debe ser optimista en cuanto a los resultados esperados. Evite toda
idea negativa. Son las ideas positivas, fuentes de placer inmediato o futuro, las que
abren las puertas de la atención.
Cree un ambiente estimulante. Los visuales deberán tener a la vista una ima-
gen que les incite al trabajo (por ejemplo, una foto de alguien que admiren) y que
permitirá, por asociación, recordar lo registrado (ver más adelante, en este mismo
capítulo, la memoria visual). Los auditivos pueden proceder de la misma manera con
una música que les guste; al menos, justo antes y justo después de la lección que
hay que aprender (no se deje, por supuesto, distraer por esa música o por la ima-
gen...).
Busque una situación física agradable. Para aprender, siéntese cómodamen-
te en un lugar que le agrade: en su casa o en la biblioteca, por ejemplo. Evite, sin
embargo, un exceso de comodidad, para no adormecerse, o un exceso de distrac-
ción, para no dejarse perturbar.
11.1.2 Anticípese
Al sentarse para estudiar, piense en lo que tiene que realizar; adopte siempre
esa costumbre. Antes de memorizar, dígase por ejemplo: “Mi cerebro debe retener
hoy tal lección.”
Manténgase alerta. Sea consciente del espacio y del tiempo en el que está,
pero también del porvenir.
Todo lo que aprende deberá reproducirlo después usted solo. Pregúntese
cuándo le servirá; primero, a corto plazo (¿cuándo va a verificar por usted mismo lo
que ha aprendido?), pero también a largo plazo (¿cuándo puede “caerle” esto en un
ejercicio o en un examen? ¿Cuándo le servirán estos conocimientos en la vida acti-
va?).
Imagine las condiciones de la pregunta. Imagínese el lugar, el tema plantea-
do, el examinador. Usted es un actor en esa obra. ¿Conoce perfectamente su pa-
pel? Piense en las preguntas concretas que le pueden plantear sobre la lección, re-
curriendo a los elementos ¿quién, qué, dónde, por qué, cuándo, cómo? Evoque su
respuesta: ¿qué diría usted, cómo se expresaría, por escrito, en examen oral? Ad-
quiera el reflejo, antes de aprender cada lección, de ponerse en esa situación men-
tal. Proyéctese hacia el futuro. Así, usted se sentirá personalmente implicado: el ce-
rebro primitivo levantará la barrera que se opone a la atención.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 55
Los bloques se eslabonan fácilmente los unos en los otros si el último ele-
mento de un bloque pasa a ser también el primero del bloque siguiente (esto es fácil
para memorizar palabras clave, pero es menos evidente con las cifras, por los ries-
gos de una doble utilización de la séptima cifra).
Ejemplo: Para retener la siguiente lista de nombres: Alfredo Rueda, Javier
Santibáñez, Félix Roca, Fernando Huidobro, Ignacio Polo, Luis Bilbao, Jorge Núñez,
Roberto Durán, Mario Zúñiga, memorice primero: Alfredo Rueda, Javier Santibáñez,
Félix Roca, Fernando Huidobro, Ignacio Polo; después, en una segunda fase, Igna-
cio Polo, Luis Bilbao, Jorge Núñez, Roberto Durán, Mario Zúñiga.
11.3.6 Para memorizar un capítulo
Proceda de este modo (tras haber elaborado un plan en su ficha de revisión o
en un borrador):
1.er tiempo: Memorice las palabras clave de los diferentes títulos.
2.º tiempo: Memorice la palabra clave de un título más los elementos impor-
tantes vinculados con él (o sea, los subtítulos), para formar un bloque A (de
siete elementos como máximo).
3.er tiempo: Si quedan otros subtítulos en esta misma parte, memorícelos en
un bloque B, unido al bloque A como en el ejemplo anterior.
Es decir, un total de alrededor de una hora por capítulo a lo largo del año. Es
claramente preferible proceder de acuerdo con esta división que dedicarle, por
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 63
Las cuatro primeras repeticiones son las más importantes. Son las que exigen
un mayor esfuerzo, una mayor concentración. Deben efectuarse con gran aplica-
ción.
Observemos el progresivo espaciamiento entre los recuerdos: poco tiempo
entre ellos al principio, mucho al final. Al principio, la memoria es frágil, de ahí la ne-
cesidad de una consolidación cercana en el tiempo; después, a medida que la im-
pronta se hace más profunda, más difícil es que se borre, y menos necesidad hay
de seguir recordando. Así, usted llegará a las revisiones finales sin necesidad de
grandes “empolladas”; unas breves revisiones bastarán para unas lecciones ya
aprendidas.
Finalmente, no se olvide, entre cada repetición, aplicar, utilizar, en cuanto le
sea posible, sus conocimientos. Nada hay comparable a asumirlos a través de la
propia experiencia para memorizarlos; los conocimientos enraízan a través de la
práctica.
11.6 ¿Cómo recordar lo aprendido?
Abordemos ahora la tercera y última fase de la memorización: el recuerdo de
la información. En el tercero y cuarto tiempo del registro (memorización) precedente,
comienza a intervenir la restitución o reproducción. Es una prueba que le sirve para
saber donde está, pero también para hacer trabajar a sus neuronas. Comprueba la
diferencia entre la ficha y lo que usted ha intentado recordar y que ha anotado en un
borrador (planes, esquemas, palabras clave, únicamente). Complete por escrito lo
que falta o corrija lo que esté equivocado. Recomience, eventualmente, la prueba al
final de cada sesión.
Para restituir o reproducir la información, sea en la revisión o en los exáme-
nes, sigua exactamente el mismo camino que para su entrada. Usted se ajustará a
su comportamiento mental, basado en la asociación de ideas.
11.6.1 Nivel afectivo
Póngase de nuevo en las mismas condiciones. Usted está hiperalerta, con-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 64
centrado, sin estar angustiado. Usted se implica totalmente, le gusta esta clase de
desafío, quiere triunfar. En caso de ansiedad, utilice la respiración profunda *.
11.6.2 Nivel sensitivo
Reviva mentalmente, en primer lugar, la clase (el tablero, la voz del profesor)
y, después, su aprendizaje. Eventualmente, visualice la foto de su cuarto de estudio.
Imagine los soportes que utiliza (hojas, manuales, libros, fichas). Evoque la redac-
ción de su ficha de revisión. Acuérdese de todo lo concerniente al tema: deberes,
correcciones, anales, esquemas, ejercicios, etc. Para los que tienen un predominio
auditivo, que recuerden las frases pronunciadas por ellos mismos o por un compa-
ñero, que recuerden, eventualmente, su música preferida.
Los indicios (planes, títulos, bloques, subbloques, palabras clave) deben apa-
recer en forma de imágenes, de sonidos, de gestos automáticos, cuando usted los
escriba de nuevo.
Restituya en el orden en que ha aprendido, sobre todo no cambie ese orden,
para no mezclarlo todo. Vaya de lo general a lo particular, del conjunto al detalle.
11.6.3 En caso de bloqueo
Respire profundamente, piense en otra cosa y vuelva después sobre su pro-
blema planteando la cuestión de otro modo, por ejemplo, utilizando los términos que
usted emplea normalmente.
Finalmente, si usted ha olvidado realmente, intente determinar la causa: falta
de motivación, que ha producido una atención insuficiente; mala selección de la in-
formación (interferencia de los elementos entre sí); dificultad de codificación (apun-
tes embrollados, por ejemplo); almacenamiento incompleto por causa de unas re-
cordaciones insuficientes, de ahí la desaparición de algunos elementos; mal proce-
dimiento de recuerdo (carece usted de buenos indicios para recuperar las informa-
ciones).
Observación: Para terminar, indiquemos simplemente que no existe ningún
medicamento milagroso para resolver los problemas de memorización. Algunos re-
comiendan, no obstante, especialmente durante los períodos de las revisiones fina-
les, el uso de compuestos a base de fósforo o de corticosuprarrenales, o de ácido
glutamínico; o también de vitamina B6. Otros prefieren los preparados homeopáticos
a base de ácido fosfórico compuesto. Pregunte a su médico de cabecera lo que
piensa de toda esta panoplia; él sabrá eventualmente determinar la posología que
más le convenga. De todas formas, haga una prueba antes de la preparación de los
exámenes finales; no espere al último momento para constatar eventualmente unos
efectos negativos en su organismo. De hecho, cuente más bien con un entrena-
miento metódico y regular. La memoria es compleja, y hace uso de un gran número
de partes y de funciones del cerebro; sólo una práctica larga y consciente permite
acceder realmente a todas su capacidades.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 65
RECUERDE:
1. Su cerebro primitivo gobierna la memorización, implíquele al máximo. Es
esencial el siguiente ciclo:
• en el momento del aprendizaje, piense y viva el futuro examen;
• en el momento del examen, piense y reviva el aprendizaje pasado.
2. Memorice en primer lugar los planes, las grandes clasificaciones; divídalas
a continuación en otras clasificaciones, éstas son las que usted retendrá
primeramente.
3. Visualice siempre lo que aprende.
4. La memorización es el meollo del aprendizaje; para que sea realmente efi-
caz, primero, debe prepararse, verificarse luego regularmente y prolongar-
se mediante una utilización variada (repasar el Capítulo 6: “El proceso de
aprendizaje”.).
EN POCAS PALABRAS....
¿Cómo imagina su porvenir? A menudo, sólo a medida en que vayan transcurriendo sus estudios es cuando usted descu-
brirá y desarrollará todas las posibilidades que lleva dentro.
1. ¿Por qué planificar?
• Usted ganará mucho tiempo agrupando las tareas, pero, sobre todo, limitando su duración
• Equilibrando sus trabajos, evitará la fatiga y disminuirá el tiempo de las “empolladas” finales.
• Usted ganará en eficacia fijándose unas prioridades y controlando el cumplimiento de las mismas.
• Desarrollará su espíritu de síntesis.
• Se librará de los riesgos propios de las dificultades materiales.
2. ¿Cómo realizar un plan de trabajo?
• Planifique desde principios de año; determine sus prioridades; trabaje regularmente.
• Detalle su objetivo en objetivos realizables uno tras otro. Fíjese planes anuales y luego mensuales y semanales para
lograrlo.
• Detalle y controle semanalmente sus realizaciones, incluya períodos de descanso.
• Comience el día visualizando el conjunto de la jornada; reparta entonces sus tareas de acuerdo con las horas dispo-
nibles, elimine rápidamente las pequeñas preocupaciones. Aprenda a variar sus trabajos; recapitule el estado de sus
avances al final de la jornada. Sepa apoyarse en los buenos hábitos.
mismo, una mejor crítica de los propios actos, permite conocerse mejor, auto des-
arrollarse. Uno puede administrar su energía, su ritmo; trabajar siempre con sus po-
sibilidades óptimas.
12.1.4 Favorecer el espíritu de síntesis
Un plan de trabajo indica globalmente el camino que se ha de seguir. La cos-
tumbre de organizarse estructura, a su vez, la mente.
12.1.5 Liberarse
Planificar significa, ante todo, elegir voluntariamente los propios actos, acep-
tarlos. El concepto de esfuerzo desaparece detrás del de los objetivos a alcanzar;
considere este plan como un contrato con usted mismo.
Planificar es también liberarse de las dificultades modificando los proyectos
que uno tiene cuando las circunstancias lo exijan; es, además, disfrutar mejor de los
ratos de ocio, de la vida, dotarse de los medios para realizarse. Se trata de una ver-
dadera autonomía, es uno mismo quien asume sus responsabilidades sin que nadie
más intervenga.
12.2 ¿Cómo realizar un plan de trabajo?
Planifique sus tareas desde el principio de año. No espere a febrero o a Se-
mana Santa para examinar su situación o para pasar a otra clase. Recupere sus
retrasos desde las primeras semanas, cuando el ritmo aún no es demasiado fuerte;
no espere que el buen tiempo del mes de junio le vaya a estimular.
Acostúmbrese a realizar un trabajo regular y organícelo gracias a un plan en
el que se definan sus prioridades. Una vez más: pierda regularmente un poco de
tiempo para ganar después mucho.
Conozca perfectamente las modalidades del examen. Sepa lo que se espera
de usted; pregúntese adónde va antes de lanzarse a la acción.
¿Cuáles son los programas? (¿se parecen a los de los años precedentes?),
¿en qué consisten las pruebas? (¿qué competencias se le exigen al candidato?);
¿cuáles son los coeficientes, la duración y las herramientas que se permiten...? Para
el examen oral, ¿qué tiempo de preparación se concede?
En la elección de las asignaturas, limite sus opciones, trabaje más bien las
materias obligatorias, para evitar perder puntos. En determinados exámenes, no du-
de en pasar por segunda vez una prueba, cuando esto no sea posible, si cree que
puede mejorar, aunque sea ligeramente, su nota (para esto es preciso haber segui-
do bien las clases a lo largo del curso...). Para el examen oral, prepare todas las
asignaturas, ya que aun cuando no brille usted demasiado en una materia, puede
verse obligado a elegirla (es más fácil subir de 4,5 a 6 en inglés que de 7 a 8,5 en
matemáticas). Examínese de nuevo, también en examen oral, de las asignaturas en
las que haya sacado mejor nota en los dos tipos de pruebas (escrita y oral); no tiene
nada que perder.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 68
Por supuesto, ¡no se lo juegue todo con una o dos asignaturas simplemente!
De ser así, usted se arriesga, por un lado, a llevarse desagradables sorpresas...,
pero también a perjudicar seriamente su futuro tras los estudios (su expediente no
debe presentar puntos débiles; la selección de candidatos no se efectúa, general-
mente, sobre una sola materia, sino sobre el conjunto de éstas). Piense también en
el libro escolar que se presenta a veces en el examen; su perfil debe permitir una
eventual repesca si su nota está rozando el límite del aprobado en el examen escrito
u oral, y esto no ocurre nunca en el caso de un candidato que basa todo el año en la
apuesta por una o dos materias.
¡No preste ninguna atención a los cotilleos que circulen! Las respuestas pre-
cisas a todas las cuestiones que acabamos de tratar las encontrará en los progra-
mas oficiales (pregunte a su profesor o formador dónde conseguirlos). Así tendrá a
la vista todo el trabajo que debe repartir. Sabrá en todo momento el estado de sus
progresos, podrá situar cada elemento de aprendizaje dentro de un conjunto y cono-
cerá, en fin, los principales puntos sobre los que deberá documentarse. Pida, por
supuesto, cualquier precisión complementaria a sus profesores, que también han
analizado a su vez esos documentos.
La progresión de las diferentes materias la fijarán los profesores; usted no
puede, pues, planificarlas. Lo que a usted le interesa, de hecho, es conocer las la-
gunas personales que deberá superar y los progresos que debe realizar. Su trabajo
se referirá pues, a lo efectuado en clase, pero también a sus prioridades personales.
12.2.1 Metas, objetivos y plan de trabajo anual
te las acciones que piensa realizar para alcanzarlos. Evalúe, en fin, el tiempo que
requiere toda tarea (en semanas, meses, trimestres).
12.2.1.3 Un plan de trabajo
Enumere los medios de que dispone: su disponibilidad en tiempo (vacacio-
nes, momentos libres durante la semana), sus puntos fuertes (en qué disciplina tra-
baja usted más deprisa), sus herramientas (libros, apuntes de clase), sus apoyos
(profesores, clases particulares, compañeros); tenga en cuenta también sus puntos
débiles.
Con arreglo a sus objetivos y a estos medios, usted diseñará un plan general
para todo el curso, que anotará a bolígrafo sobre papel. En unas hojas horizontales,
colocadas unas tras otras, construya en primer lugar, en la parte de arriba, un eje de
tiempos y, después, sitúe las asignaturas unas debajo de otras, en ordenadas.
12.2.1.4 Medios de control
Todos los objetivos deben traducirse a resultados identificables mediante cri-
terios de éxito. Usted debe hacer un seguimiento paulatino de sus progresos, bien a
través de notas, bien a través de las apreciaciones de sus profesores. Como ya
hemos dicho, determine con precisión lo que debe alcanzar y establezca unas fe-
chas para controlar el buen desarrollo de su plan:
• Al comienzo del curso, descomponga sus objetivos y medios en etapas
trimestrales, sin entrar en detalles. Por ejemplo: “En inglés, para alcanzar
la media, debo repasar, con el manual del año anterior, toda la gramática
durante el primer trimestre.”
• Seguidamente, al principio de cada trimestre, divida el conjunto de traba-
jos de ese trimestre en trabajos mensuales, por ejemplo: “El mes de octu-
bre lo dedicaré a tal parte de la gramática que no domino.”
• Luego descomponga, al principio de cada mes, el conjunto de trabajos de
ese mes en trabajos semanales.
• Por último, al principio de semana, divida el conjunto de trabajo semanal
en trabajos diarios; traslade esos trabajos a su cuaderno.
Como para los objetivos, las actividades que se fije diariamente deberán ser
siempre realizables, estar fechadas (tal día, tal hora para tal asignatura) y claramen-
te definidas (tal capítulo, tal ejercicio). Así usted conocerá en todo momento el esta-
do de su progresión.
Prevea un margen de una a dos semanas, al final de cada trimestre, para re-
cuperar un retraso si ha surgido algún imprevisto (no recargue demasiado los meses
de febrero y marzo, a causa de las enfermedades de invierno, ni los meses de mayo
y junio, con esos días soleados...). No olvide contar con los períodos de vacaciones
cada trimestre. Recuerde también los exámenes de febrero si tiene alguna asignatu-
ra pendiente; sitúe en ese caso, esas revisiones en primer lugar y después el resto,
si dispone de tiempo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 70
una sola pausa larga. Una o dos veces por la mañana y por la tarde, coma algo
para recobrar energías sin recargar el estómago (piense particularmente en los
palotes de cereales y en la fruta). Beba también agua mejor que un excitante
como el té o el café. Durante los momentos de descanso, no piense más en su
tarea; relaje su mente para que vuelva al trabajo en buena disposición, pero
también para que estructure sus nuevos conocimientos (ella los reorganizará sin
que usted se dé cuenta, el trabajo de construcción se efectúa solo): Aprovéche-
los para airearse (y para airear también su cuarto de estudio); practique even-
tualmente la relajación *.
12.2.3.4 Al final de la jornada, recapitule
Todas las noches, prepare rápidamente las clases del día siguiente mediante
un breve repaso del capítulo precedente y una rápida ojeada al capítulo siguiente
(releer el Capítulo 11: “Cómo memorizar.”).
Realice un rápido balance de lo que ha efectuado ese día, cuantifique sus
trabajos y resultados (número de páginas, etc.). Señalar lo que uno ha realizado es
estimulante y tranquilizador. Prepare, en fin, su jornada del día siguiente para no
perder el precioso período matinal, que está reservado para el aprendizaje; así, su
inconsciente estará preparado para las futuras tareas, las aceptará y parecerán me-
nos duras. Al prever su trabajo, usted evitará también verse sorprendido por lo im-
previsto. Interróguese sobre la forma en que puede ganar tiempo (piense en la do-
cumentación, en el trabajo en grupo, etc.). Adapte su plan de trabajo si lo exigen las
circunstancias.
RECUERDE:
• Resulta inútil trabajar si no se tiene un plan coherente, si ese trabajo no
entra en un plan de conjunto.
• Algunas personas sienten el tiempo como una amenaza suspendida sobre
sus cabezas; otras lo controlan y lo administran eficazmente. Considere
que, en lo que a usted concierne, usted es el jefe, con la única limitación
de sus propias elecciones: el plan debe permitirle ser autónomo.
• Como un campeón de alto nivel, marque un ritmo a sus jornadas; unos
buenos hábitos de organización le permitirán reequilibrar sus esfuerzos sin
sobrecargas puntuales; así, usted progresará eficazmente sin malgastar
energía mental.
• Uno de los secretos del éxito está en la organización metódica, tanto en
clase como en casa; hay que ser a la vez meticuloso y ordenado, pero
también saber cuánto tiempo nos llevará la realización de una determina-
da acción, saber, en fin, prever, adelantarse siempre a los acontecimien-
tos: ser eficaz.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 73
EN POCAS PALABRAS....
Procúrese las mejores condiciones posibles de trabajo, ordenando su cuarto de estudio y eligiendo sus herramientas.
1. El rincón de trabajo
Al organizarlo, piense exclusivamente en simplificarse la tarea.
4. Otras herramientas
• Para revisar, utilice libros de ejercicios; evite las guías que lo dan todo hecho, prefiera sus propias fichas de revisión.
Tenga a la vista los puntos importantes, utilice la grabadora de casete.
• No dude en telefonear, en utilizar el minitel.
• Tenga los pequeños objetos de escritorio por partida doble; esto le facilitará las cosas.
cómoda para poder estar sentado en ella durante varias horas, pero sin que por ello
incite al sueño.
Aleje, a ser posible, de ese rincón de trabajo todo lo que pueda distraerle, en
particular, todo el material audiovisual o revistas. Separe bien su rincón de trabajo y
su rincón de ocio, materialmente, pero también en su cabeza.
13.2 Clasificación de los documentos
Reagrupe en un mismo lugar (cajón, estantería...) todo lo que concierne a una
asignatura determinada; este debe ser el criterio básico de su clasificación. Separe
claramente unas materias de otras. Reserve un color de clasificación para cada una
de ellas, color que figurará en todo lo que a éstas se refiera (libros, carpetas...).
Evite apilar los documentos, pues esto hace su utilización incómoda. Ordéne-
los verticalmente, como en una biblioteca o, mejor aún, si puede, en carpetas sus-
pendidas. Divida cada una de estas carpetas en subapartados para acceder muy
fácilmente a la información. Especifique siempre de manera muy legible el título de
estos apartados. Si dispone de una documentación importante, clasifíquela según
sus propios criterios, por ejemplo, por autores o bien por temas, por períodos... (ver
Capítulo 25: “Leer y utilizar la prensa”). Usted debe poder en todo momento conocer
y utilizar fácilmente su archivo (piense en su desarrollo e incremento). De este mo-
do, usted podrá ordenar y encontrar instantáneamente cualquier documento. Como
usted sabe por experiencia, nada es tan enervante como perder el tiempo buscando
una cosa o, peor aún, darse cuenta de que la ha perdido definitivamente.
13.3 Herramientas básicas
13.3.1 El plan de trabajo
El plan de trabajo le indica las acciones a realizar. Hágalo en unas grandes
hojas horizontales donde irán anotadas, asignatura por asignatura, las tareas perso-
nales que debe realizar para alcanzar sus objetivos.
13.3.2 La agenda
La agenda, por su parte, recoge las grandes líneas indicadas en el plan de
trabajo; las detalla día a día. Anotará también en ella, naturalmente, los trabajos de
clase. Considérela como su primera herramienta. Debe marcar el ritmo de su vida y
estar siempre con usted. Anote en ella todas las informaciones permanentes que
pueda necesitar (números de teléfono, horas de apertura de los lugares que fre-
cuenta...).
13.3.3 El libro de clase
El libro de clase lo impone generalmente el profesor. De no ser así, compare
cuidadosamente todos los manuales; écheles una ojeada en el centro de documen-
tación o en las librerías. Elija el más claro, el más visual; compruebe si el contenido
responde concretamente al programa. Seleccione siempre la edición más reciente si
compra uno ya usado. Es preferible poseer solamente un libro por asignatura y co-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 75
nocerlo bien, antes que dispersarse en varios (nada le impide tomar prestados oca-
sionalmente otros manuales). En la medida de lo posible, conserve ese libro hasta el
momento del examen, aun cuando éste tenga lugar dos años más tarde. En nume-
rosas pruebas y exámenes, los controles pueden abarcar varios años de enseñanza
(infórmese sobre este asunto). No tenga un falso respeto: el manual es una herra-
mienta y no una obra de arte. Hacer anotaciones puede permitirle ganar tiempo y
facilitar su trabajo de síntesis.
13.3.4 Un diccionario y un manual de gramática
Tanto para el estudio de la lengua como para el de los idiomas extranjeros,
deberá poseer un buen diccionario y un manual de gramática sencillo y completo
(también aquí, pida consejo a sus profesores); tenga también al día una libreta para
el vocabulario y la ortografía. Este material, particularmente el de las lenguas, irá
con usted de una clase a otra.
13.3.5 Un clasificador
Para ordenar las hojas que usted debe llevar a clase, un clasificador de ani-
llas o de fuelle es una buena solución: así nunca mezclará las asignaturas y no olvi-
dará ninguna en casa. Elíjalo resistente; si no, las numerosas manipulaciones a las
que deberá someterle acabarán por estropearlo rápidamente.
13.3.6 Una pequeña libreta y un bolígrafo
Lleve también siempre con usted una pequeña libreta y un bolígrafo para ano-
tar en ella ideas e informaciones; de esta forma aligerará su mente y su memoria sin
correr el riesgo de olvidar.
13.4 Otras herramientas
Para preparar los exámenes, efectuar revisiones, entrenarse, utilice, además
del libro de texto, libros o recopilaciones de ejercicios. Una vez más, ponga el máxi-
mo cuidado al elegirlos (pida consejo a su profesor). Escoja la última edición. Sepa,
sin embargo, que los libros con soluciones plantean siempre un problema de utiliza-
ción: ¿será usted lo bastante paciente para no hacerse trampa y terminar un ejerci-
cio sin mirar la solución? Cuidado también con los errores en las soluciones, ya que
no son infrecuentes.
13.4.1 Utilice sus fichas de revisión
En lugar de las guías que ofrecen resúmenes de los cursos, utilice preferen-
temente sus fichas de revisión *; usted las comprende, son más completas, le sirven
para memorizar mejor dado que usted mismo las ha confeccionado. Eventualmente,
para determinadas asignaturas, complete sus fichas con una o varias libretas donde
haya anotado y clasificado el vocabulario técnico.
13.4.2 Tener a la vista los puntos esenciales
Instale en la pared de su cuarto de estudio una placa plastificada o algún otro
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 76
soporte para tener a la vista los puntos esenciales que debe retener o algunas ideas
estimulantes. También puede disponer, si lo desea, de adhesivos que se puedan
despegar y que no dejen ninguna clase de marcas.
13.4.3 Utilice una grabadora de casete
Utilice una grabadora de casete para grabar usted mismo las lecciones que
tenga que repasar; de este modo, podrá escucharlas en cualquier lugar durante sus
tiempos muertos.
13.4.4 Utilice el teléfono
No dude en utilizar el teléfono cuando se encuentre bloqueado con un pro-
blema o cuando no consiga resolver una dificultad. Antes de quedarse “elevado”,
pida información a un compañero; esto le evitará muchas veces perder una tarde
dando vueltas a un problema (que esto no se convierta, por supuesto, en un hábito
que le exima a usted de realizar su trabajo personal). Sepa también emplear ade-
cuadamente el minitel: sus servicios pueden permitirle ganar tiempo, particularmente
en época de exámenes.
13.4.5 Utilice pequeños objetos de escritorio
Los pequeños objetos de escritorio (hojas para el cuaderno de anillas o clasi-
ficador, bolígrafos, lápices, rotuladores, lápices correctores...) deberán estar siempre
en buen estado y disponibles en cantidad suficiente. ¿Por qué no tenerlos por parti-
da doble, un juego permanente en casa y otro para clase?
RECUERDE:
• En este tema, más que en ningún otro, sea racional; ganará un tiempo
precioso y evitará fatiga y nerviosismo.
• Pregúntese sistemáticamente sobre lo que pueda simplificarle la vida. No
dude en ”invertir” para economizar tiempo y energías.
EN POCAS PALABRAS....
Elaborar fichas de revisión sigue siendo una de las mejores inversiones posibles en tiempo y energía.
1. Interés
• Estas fichas permiten fijar la atención, comprender y estructurar el pensamiento, pero, sobre todo, memorizar mejor.
• Las revisiones son muy rápidas y pueden efectuarse en cualquier momento y lugar.
2. Presentación y contenido
• Prevea el mismo formato para todas las fichas, por ejemplo, el A5 (21 x14’8) Escriba sólo en el anverso.
• Deberá anotar en ellas una síntesis condensada de las clases y del manual. Los planes, frases clave, palabras cla-
ve, definiciones, esquemas, cuadros, figurarán en ellas legiblemente. No redacte nada sin comprenderlo.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 77
el 21 x 14,8, es decir, el A5, que es la mitad de una hoja A4). Se aconseja un color
pálido o blanco, a fin de facilitar la lectura. Piense en perforar las fichas para agru-
parlas en clasificadores y poderlas manipular mejor; no olvide numerarlas. Escriba
verticalmente y por una sola cara para poder alinear estas fichas y sintetizar el con-
junto de su contenido.
14.2.2 Contenido
Las fichas contienen un resumen de las informaciones recibidas. Su conteni-
do puede versar, bien sobre las clases, bien sobre emisiones de televisión, confe-
rencias, etc. (para las fichas de lectura ver Capítulo 27: “Leer eficazmente”). Si se
trata de una clase, cada capítulo irá en una o en varias fichas para realizar así una
síntesis entre la clase y el manual. Las informaciones van habitualmente de lo gene-
ral a lo particular, de lo esencial al detalle. Tenga cuidado de no deformar los datos
al abreviarlos.
14.2.2.1 Plan (completo)
Haga que figure primeramente el plan completo (partes, subpartes...) y des-
pués, dentro de cada división, las frases clave escritas abreviadamente. Evite los
adjetivos inútiles, los artículos, las preposiciones; conserve más bien lo que propor-
ciona la información esencial: nombres, verbos, cifras...
14.2.2.2 Palabras clave
Las frases abreviadas transmiten las ideas clave; éstas pueden figurar incluso
únicamente como palabras clave * (estas últimas permiten encontrar, cuando se
leen, varias ideas evocadas en la clase o en el texto; las resumen).
14.2.2.3 Todo lo que sea esencial
Las fichas deberán contener también, aparte de esas frases o de esas ideas
clave, todo lo que sea esencial, es decir: definiciones, esquemas, cuadros, que faci-
liten la comprensión o la comparación; en matemáticas o en ciencias: teoremas,
fórmulas, leyes, así como las etapas de una demostración; en idiomas: vocabulario,
giros utilizados, reglas gramaticales. Haga figurar todo lo que deba ser memorizado.
Las fichas le van a servir a usted para aprender: su presentación debe, pues,
facilitarle el trabajo. Usted debe poder orientarse instantáneamente de forma visual;
no vacile en espaciar los bloques de informaciones. No olvide limitar estos datos;
siete elementos como máximo en cada subdivisión (ver Capítulo 11). Presentación y
contenido deben estar siempre muy claros.
RECUERDE:
• Para redactar estas fichas, no copie sin comprender; a menos que se trate
de un vocabulario técnico, utilice preferentemente sus propios términos, ya
que ello le obligará a sintetizar. Por otro lado, el carácter personal de este
trabajo le facilitará la memorización.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 79
EN POCAS PALABRAS....
Dótese de los medios para rendir más en clase.
Alejamiento, distracción, ausencia de herramientas adecuadas, pueden hacerle desaprovechar una clase.
Trabaje sin nerviosismo. Recargue sus energías durante las pausas, relájese.
• No piense en nada más que en su clase. Memorice viviendo y reviviendo las imágenes mentales y los sonidos.
• Si no ha comprendido algo, haga que se lo vuelvan a explicar inmediatamente; participe; así el profesor apoyará sus
esfuerzos.
• Confíe en sus profesores. Dialogue con ellos con toda simpatía. Aproveche al máximo las competencias de estos
especialistas puestos a su disposición.
general, confíe, sin embargo, en sus profesores. Acoja sus conocimientos, sus
ideas, sin apriorismos, sin bloqueos. Curiosidad intelectual, escucha, mentalidad
abierta, favorecerán su progresión. Hágale preguntas a su profesor, dialogue con él
de forma constructiva: ¡comunique! La comprensión, el interés, la simpatía, crean
vínculos: la idea de un trabajo ingrato y obligatorio se va disipando así poco a poco.
15.3.5 Confíe en su profesor
Sea consciente de todo lo que el profesor o el formador le aporta personal-
mente. Usted tiene al alcance de la mano a un profesional, un especialista está a su
disposición. Saque partido de los campos de competencia de este guía o de este
asesor que:
• conoce las partes más importantes del programa y le indica las articula-
ciones y los matices;
• le aconseja a usted en la elección de obras, corrige sus errores, las com-
plementa, las actualiza;
• adapta y divide el trabajo con arreglo a las necesidades de usted y le pre-
para una progresión a su medida;
• descompone los conocimientos en elementos más asimilables, los analiza
y se los explica de acuerdo con sus capacidades naturales, visuales o au-
ditivas, simplificándole la tarea, y sabe cómo ayudarle a comprender y a
aprender;
• efectúe las síntesis y las comparaciones necesarias entre los diversos co-
nocimientos y le enseña cómo aplicar a continuación dichos conocimien-
tos;
• verifica sus adquisiciones, le corrige, le apoya y le estimula en el esfuerzo
para que alcance usted su completo desarrollo;
Observaciones: Diferentes razones pueden justificar el recurso a una ense-
ñanza por correspondencia o a las lecciones particulares: estar excesivamente flojo
en una asignatura, tener un ritmo personal demasiado lento, una enfermedad... Las
clases pueden ser onerosas, pero razone siempre en términos de inversión, pueden
permitirle salvar un año, particularmente, un año bisagra. No espere a que una si-
tuación se degrade de una manera catastrófica. Usted puede trabajar en colabora-
ción con su profesor habitual. Él le dará consejos para progresar y así superar su
retraso, le recomendará un libro o un manual, series de ejercicios, las lecciones im-
portantes que debe repasar, etc. Infórmese sobre la experiencia de la persona que
se le ofrece para darle clases. Establezca con ella un programa preciso con plazos
bien determinados. Aproveche al máximo la presencia de su profesor particular, ex-
plíquele lo que comprende, hágale toda clase de preguntas sobre lo que le resulte
complicado: dialogue. Aplique sus consejos entre cada lección, entrénese y haga
que le verifique después su trabajo: sea, una vez más, activo. Siga los consejos pre-
cedentes para clases particulares en la que los alumnos son poco numerosos, in-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 83
RECUERDE:
• Prepare las clases echando una ojeada rápida al manual a fin de sensibili-
zarse. Comprenda siempre lo que escribe y sea riguroso en la toma de
apuntes.
• Haga trabajar a su memoria visual y auditiva. Asimile al máximo durante
las clases identificando la trama, los puntos esenciales o útiles, así como
los pasajes difíciles; vuelva a repasar brevemente las ideas principales al
finalizar la clase, esto le ahorrará una parte del trabajo en casa. Esto es
fundamental para tener éxito.
• Rompa la monotonía; por supuesto, esté atento, pero sobre todo, sea acti-
vo. No se salte nunca una clase, sígala siempre con interés, ya tendrá la
oportunidad de sacarle provecho.
• Al finalizar la clase, relájese, efectúe un encuadre mental para estructurar
lo que acaba de aprender.
EN POCAS PALABRAS....
La toma de apuntes requiere y desarrolla atención y espíritu de síntesis. Se debe efectuar con el máximo esmero, a fin de
preparar la memorización.
1. El material necesario
2. La toma de apuntes
• Se debe poner siempre de relieve la trama, el hilo conductor de la clase, de la manera más visual posible.
• Se debe extraer y anotar lo esencial, es decir, las ideas clave.
• Utilice el estilo telegráfico y las abreviaturas.
condiciones para responder a las preguntas, para resolver los problemas plantea-
dos. Saber tomar apuntes es una necesidad, no sólo durante el desarrollo de los
estudios, sino también en la vida profesional.
16.1 El material necesario
Facilitar la ulterior memorización y la eficacia de la toma de apuntes: ése de-
be ser el criterio primordial a la hora de elegir el material para utilizar en la clase.
Todas las lecciones se anotarán sobre un mismo tipo de soporte: hojas de formato
A4 (21 x 29,7); si son más pequeñas, no contienen las suficientes informaciones
para visualizar. Elija hojas blancas (preferentemente) o de un color muy claro, para
que resalte bien la escritura; prefiera las hojas cuadriculadas, en las que resulta más
fácil ordenar los elementos. Estas hojas las perforará para así poderlas introducir
luego en un clasificador de anillas. Podrá intercalar todas las fotocopias, apuntes o
lecciones suplementarias, ejercicios de entrenamiento, deberes, problemas corregi-
dos, etc., que le interesen. También le será fácil transportarlas en un clasificador de
fuelle. Una vez clasificadas y numeradas las páginas, tendrán todas las ventajas de
un cuaderno.
Escriba solamente por una cara: por el anverso (perforaciones a la izquierda).
Así, en el momento de aprender su lección, podrá tener a la vista dos o tres hojas,
dispuestas una junto a otra, y visualizar de una sola ojeada toda la estructura de esa
lección. Haga la prueba un trimestre, y comprobará cómo no necesita hacer tantos
esfuerzos para memorizar *. En el reverso de la hoja, es decir, en una página que
quedará a la izquierda del clasificador, puede usted hacer anotaciones personales,
precisiones recibidas posteriormente, abreviaturas o palabras nuevas, ejercicios
complementarios...
El inconveniente de este método es de orden económico, ya que deberá du-
plicar sus gastos en papel. Considere, sin embargo, la rentabilidad de esta inversión;
le permite ahorrar sus bienes más valiosos; las energías (le evita una fatiga inútil) y
el tiempo (puesto que usted memorizará más rápidamente). El hecho, al escribir por
una sola cara, de poder extender las hojas y tener a la vista todos los elementos que
hay que retener, desarrolla igualmente su espíritu de síntesis, cualidad preciosa para
el aprendizaje, para la preparación de los exámenes y para toda su vida activa. Este
hábito de trabajo facilita la estructuración mental.
Elija una tinta de color oscuro, azul, o mejor aún, negra (evite las tintas de co-
lores vivos, que cansan la vista). Utilice un buen bolígrafo de punta fina o una estilo-
gráfica, que permiten una escritura más clara y legible; recuerde, no obstante, que
tiene que escribir rápidamente; elija esta herramienta con el máximo cuidado, para
que le facilite el trabajo. Provéase asimismo de un rotulador corrector, que le hará
ganar tiempo y contribuirá a que la presentación de sus apuntes sea más clara.
Todo el material deberá estar listo antes de que el profesor pronuncie la pri-
mera palabra; prevea el suficiente número de hojas y de tinta para no perder nunca
el hilo de una clase (nada de bolígrafos a punto de acabarse, reglas partidas y otras
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 85
memorizar.
• Favorezca la visualización con ayuda de signos, puntos, comas, guiones,
llaves, a lo largo del margen de la izquierda.
• Subraye, en su casa, todos los títulos del plan; subraye las palabras clave,
rodee con un círculo las fórmulas.
• Cuide de modo especial los esquemas, cuadros y todo lo que sintetice sus
ideas. No dude para ello en darles el espacio necesario, evite los micro
esquemas.
• Numere consecutivamente las páginas en el extremo superior derecho.
Utilice los bis, ter, quater, para las páginas suplementarias.
La presentación y jerarquización de sus apuntes deberán ser siempre racio-
nales, sencillas, directas; inspírese en los mejores manuales.
No subraye ni haga recuadros durante las clases para no perder el hilo del
discurso; hágalo en su casa. Normalmente, el plan es ya visible en su hoja. Aprove-
che los tiempos muertos para tomar regularmente perspectiva, para saber en qué
punto preciso de la lección se encuentra y cuáles son los hilos conductores. Al se-
guir constantemente la estructura, usted ya comienza a memorizarla.
16.2.2 Cómo extraer lo esencial de una clase
Extraer los elementos principales de una lección supone, en primer lugar, que
uno comprenda lo que en ella se dice. Forme, si puede, representaciones mentales,
reviva en su cabeza lo que se ha dicho (pida explicaciones a su profesor en caso de
dificultades).
Va a necesitar una gran calidad de escucha, un estado de alerta, una aten-
ción *; el problema a menudo es conseguir comprender al mismo tiempo que se to-
man apuntes.
Usted debe poder seguir la clase de principio a fin, conservando una cierta
perspectiva para extraer sus grandes líneas. Los detalles tampoco son para ello
desdeñables, ya que tienen con frecuencia una función ilustrativa. Para apartar las
ideas parásitas de su mente, anótelas al vuelo en un pequeño bloc o en las páginas
vacías de la izquierda.
16.2.2.1 Apuntes, ideas clave y palabras clave
Lo que cuenta para usted son las ideas emitidas y no su trascripción literal.
Inútil, pues, copiar literalmente todo lo dicho. Escriba exclusivamente con su propio
lenguaje, de manera telegráfica. Diversos indicios le indicarán lo que es importante:
la entonación del profesor, la repetición de determinadas fórmulas, el hecho de que
escriba en el tablero, el empleo de ejemplos, para insistir, explicar. Una palabra cla-
ve, una idea clave, deben permitirle acordarse de otras varias ideas que las desarro-
llan. Generalmente, usted las encontrará resumidas al final de la lección. Estas cla-
ves son las que debe memorizar.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 87
RECUERDE:
• Implíquese en la toma de apuntes; recogiendo datos y reformulándolos,
usted se va formando; esto representa un verdadero entrenamiento men-
tal.
• Piense siempre que el futuro usuario de esos apuntes es usted mismo;
trabaje con la mayor eficacia en clase para ganar tiempo en su casa (esta
es una de las claves de las personas que tienen éxito).
EN POCAS PALABRAS....
Usted desea responsabilizarse de sí mismo, formarse para actuar en nuestra sociedad de comunicación.
Sus dificultades para participar (síntomas fisiológicos o psicológicos) provienen de su cerebro primitivo, inclinado a re-
producir siempre la misma estructura nefasta. Sólo su cerebro superior creará la ruptura necesaria para que usted se per-
feccione.
1. Cómo participar?
1. Cómo participar?
Participe oralmente en las clases, pero también en el resto de la vida de su centro de estudios.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 90
La seguridad sólo llega con la práctica. Gracias a ella, usted adquirirá con-
fianza, desarrollará, poco a poco, un dominio de la expresión y una capacidad de
improvisación.
Al principio, esto le va a costar trabajo. No busque ninguna excusa para justi-
ficar su rechazo a hablar, al contrario, fuerce los acontecimientos: reflexiones unos
instantes y, después, levante la mano inmediatamente. Una vez iniciada la acción,
todo resulta más fácil. Usted debe sentirse tan cómodo como con un compañero; de
hecho, es a él a quien usted habla. Al principio, su discurso será sin duda un poco
brusco, entrecortado. Para comenzar, repita en voz alta el principio de la frase que
ha construido en su cabeza; seguidamente, todo será más sencillo y usted simple-
mente conversará. Después de todo, en una conversación, usted no reflexiona con-
tinuamente sobre todo lo que va a decir, y las ideas le van llegando a medida que
ésta se desarrolla. En clase, con la expresión oral, proceda exactamente del mismo
modo, converse, simplemente.
17.2.2 Perfeccionarse
Cuando haya adquirido más seguridad, prepare sus argumentos escribiendo
unas notas ordenadas en un papel, lo que le permitirá multiplicar su poder de per-
suasión. No olvide responder con precisión a las preguntas planteadas.
De todos modos, su elocución debe ser lo bastante fuerte como para permitir
que le escuchen todos, y lo bastante lenta como para que cada uno tenga el tiempo
necesario de asimilar su lenguaje. Paulatinamente, cuando domine las bases de la
comunicación oral, podrá ir afinando progresivamente su expresión, variando el vo-
cabulario y cuidando la sintaxis.
No ponga el carro delante de los bueyes: lo esencial es que manifieste con
sus actos su deseo de comunicar y, al principio, es completamente normal sentirse
torpe y confuso.
17.3 Desafíe mentalmente a la persona que le intimida
Cuando una persona le impresione, considere este hecho como un desafío
más que debe vencer. Tómeselo como un juego o como un duelo; usted debe ani-
quilar el poder totalmente simbólico que concede a esa persona; debe liberarse.
No mire a su interlocutor a los ojos, sino a la parte alta de la nariz, justo entre
los dos ojos, así no se sentirá perturbado por su mirada. Recuérdelo cada vez que
tema perder su aplomo. Imagínese a su interlocutor mal afeitado, mal peinado, en
pijama o con bigudís, despojado de su personaje social, símbolo del poder que tanto
le impresiona. Así, usted irá ganando progresivamente la apuesta consigo mismo.
Los profesores apreciarán su participación reflexiva; una vez que se hayan fijado en
usted, intentarán estar más atentos a sus progresos y, como ya hemos dicho, inten-
tarán ayudarle más. Tal vez sus compañeros le envidien en secreto. Las clases pre-
sentarán para usted un interés mayor por el hecho de que se implicará en ellas
completamente. Verá entonces cómo aumentan sus capacidades de memorización
a través de esta responsabilidad, de esta experiencia personal.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 92
RECUERDE:
• Al participar, usted implica a su cerebro primitivo, el de la emoción, todas
las puertas de la atención están abiertas, la memorización está al máximo:
esto explica en parte por qué los que tienen éxito intervienen generalmen-
te mucho en las clases.
• La palabra proporciona un poder a quien la domina; aprenda a utilizarla.
Participe también en las actividades de su centro de estudios, asuma res-
ponsabilidades. Estas acciones, bien llevadas, forman su personalidad y le
dotan de unas armas muy poderosas.
EN POCAS PALABRAS....
Este entrenamiento en la comunicación oral revela y desarrolla muchos conocimientos y destrezas; facilita igualmente la
memorización de la información presentada.
1. La preparación
• Para buscar la información: consulte, a partir de las palabras clave, los ficheros del centro de documentación o de la
biblioteca y extraiga después las ideas esenciales formuladas en los documentos básicos.
• Ordene el conjunto dentro de un plan lógico.
• No redacte la exposición oral.
2. La presentación
Presente u plan. Sea tan claro tanto en su procedimiento como en la expresión y el contenido; manifiéstese lleno de vida
y conserve su naturalidad.
ción personal es total: usted sabe que deberá dar cuenta de sus conocimientos ante
todo un auditorio.
18.1 Preparación de la exposición oral
18.1.1 La búsqueda de la información
Elija preferentemente el tema en función del interés que éste despierte en us-
ted; asegúrese, sin embargo, de que podrá disponer de un fondo de documentación
que le permita tratarlo convenientemente. Defínalo bien de principio. No pierda el
tiempo antes de ponerse manos a la obra, ya que después tendrá que dejarlo que
se decante al menos una semana.
Comience por plantearse algunas preguntas sobre el tema elegido, busque
las palabras clave y sus sinónimos, luego, a partir de esos indicios, encuentre la do-
cumentación utilizando la que usted posee, pero, sobre todo, sirviéndose de los fi-
cheros de los centros de documentación y de las bibliotecas (ver Capítulo 26). No
olvide tampoco las enciclopedias. Si trabajan entre varios, repártanse la tarea de
una forma racional (no trabajen dos sobre la misma cuestión).
Una vez encontrados los documentos, écheles una ojeada (ver Capítulo 27:
“Leer eficazmente”) para anotar únicamente las ideas clave que le interesen. De na-
da sirve copiarlo todo palabra por palabra. Anote los elementos interesantes en unas
hojas y clasifíquelas en diferentes apartados según la cuestión tratada. Seleccione
sus datos según su coherencia y su utilidad para el asunto que deba tratar. Localice
los ejemplos, las ilustraciones más reveladoras; retenga las referencias bibliográfi-
cas.
Pregúntese cómo interesar de modo particular a las personas que le escu-
chan. Utilice anécdotas, fotos, documentos... Para el principio de su exposición, re-
serve un punto fuerte que pueda despertar el interés o incluso la curiosidad de su
público.
18.1.2 La construcción del plan
Inspírese en los consejos dados para la construcción de una disertación (ver
Capítulo 40). Elija siempre el plan más lógico, el menos artificial; así todos podrán
seguir el eslabonamiento de sus desarrollos.
18.1.3 La redacción de la exposición
Dejando a un lado eventualmente la introducción, no redacte lo que va a de-
cir. Anote simplemente en un papel su plan bien claro y, dentro de este marco, todas
las ideas clave en forma de etapas. De hecho, no tenga a la vista más que la arqui-
tectura y un resumen consistente. No construya frases, para no sentir la tentación de
leerlo todo palabra por palabra, el efecto sería catastrófico (si siente realmente mu-
cha ansiedad, redacte sucintamente algunos puntos delicados; pero deje ese trabajo
a un lado, ya que solamente debe servirle de “rueda de respuesto” en caso de blo-
queo).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 94
RECUERDE:
• No tema la exposición oral; usted será siempre el principal beneficiario.
Por una parte, el tema que haya escogido quedará definitivamente graba-
do en su memoria, por otra, y sobre todo, puede que usted descubra sus
aptitudes para la expresión, para la comunicación; hablar en público se
convertirá entonces en un auténtico placer.
EN POCAS PALABRAS....
Aunar nuestras aptitudes con las de los demás puede permitirnos progresar más rápidamente y más agradablemente.
1. El interés
El trabajo en grupo:
De una manera general, el trabajo en grupo es, sobre todo, un complemento al trabajo personal.
El trabajo en grupo (es decir, entre dos o más) puede ser muy útil si se ha
preparado bien; en ningún caso debe improvisarse.
19.1 El interés
El trabajo en grupo resulta provechoso por varias razones:
a) Para salir de un bloqueo. La información externa proporcionada por los
otros miembros del grupo permite generalmente completar unos datos in-
suficientes o reorientar un procedimiento mal comenzado. Es una fuente
de estímulo. En período de desánimo, para recuperar la moral; el hecho
de afrontar con otros la misma tarea, permite tomar una cierta perspectiva
con respecto a los propios problemas e incita a entregarse al trabajo.
b) El trabajo en grupo debe asegurar un efecto de sinergia. Agrupándose, se
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 96
RECUERDE:
• El trabajo individual es siempre preferible para descubrir uno mismo una
nueva lección y las dificultades que ésta presenta, para asimilar y para
memorizar. Cuando sepa exactamente qué es lo que le plantea un pro-
blema, recurra al trabajo en grupo, pero únicamente como complemento al
trabajo personal.
20. COMUNICAR
EN POCAS PALABRAS....
Comunicar, o sea, recibir y emitir, comprender y hacerse comprender, permite adaptarse a la realidad o influir sobre ella.
Sepa siempre lo que se espera de usted; ajuste exactamente su respuesta, su mensaje, al destinatario
3. El canal o soporte
Evite cualquier clase de parásitos en su expresión escrita u oral; debe usted ser claro y comprensible.
4. El efecto de retroacción
Tenga siempre en cuenta los juicios emitidos sobre su primera acción antes de lanzarse a la siguiente; ese es el modo de
progresar.
Imagine que usted acaba de redactar un trabajo. Dos actitudes son entonces
posibles; o usted considera que ha terminado su labor (sólo espera la nota, dispues-
to, eventualmente, a protestarla si es mala), o bien usted se dice que la corrección
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 98
El efecto de retroacción:
----------- (1) Primer trabajo --------------------------
Emisor <------------(2) Corrección------------------- Destinatario
(usted mismo) (el profesor)
----------- (3) Segundo trabajo ---------------------
RECUERDE:
• La comunicación, una vez que usted la domine, revela sus cualidades de
análisis, de comprensión de la realidad y su aptitud para influir sobre esa
realidad.
• Comunicar es salir de uno mismo. No permanezca obnubilado consigo
mismo; ábrase al destinatario; reaccione sólo en función de éste.
• Recíprocamente, cuántas más informaciones comprensibles, procedentes
de usted, reciba su interlocutor, más comprenderá y más capaz será de
responder a las necesidades que usted le plantee; más capacitado estará
para compartir su saber. Así, la comunicación es una fuente constante de
evolución hacia el conocimiento.
21. EL LENGUAJE
EN POCAS PALABRAS....
El lenguaje no es sólo una forma de reconocimiento y un medio de transmisión de las ideas, sino también un instrumento
para estructurar el pensamiento.
El lenguaje nos permite acceder a las riquezas de una disciplina; gracias a él, usted puede actuar de manera autónoma y
descubrir nuevas capacidades mentales.
nos o estudiantes provienen de ese código, del medio de comunicación, es decir, del
lenguaje. Aunque con su familia, con sus compañeros, y, más generalmente, duran-
te todos sus ratos de ocio, usted utilice un lenguaje familiar, en clase debe abando-
narlo y reemplazarlo por uno o varios códigos diferentes:
• Códigos gráficos: conjunto de símbolos, de signos y de reglas que asocian
diferentes elementos. Ejemplo: la escritura del alfabeto, del vocabulario y
de la gramática.
• Códigos fonéticos: conjuntos de pronunciaciones. Ejemplo: pronunciar fo-
néticamente en inglés “lesen” por “lesson”; en matemáticas “dos elevado a
(la potencia) tres” por 23.
21.1 El lenguaje, instrumento de conocimiento
Cada campo del conocimiento tiene su lenguaje propio; así, en la física, se
utilizan símbolos para representar las fuerzas, el trabajo, la energía...
Desarrollar los conceptos y las aptitudes en un campo determinado requiere
un dominio de su código, de su lenguaje. Cuando usted conoce las reglas y los sím-
bolos puede descubrir todas las riquezas del universo del álgebra, del solfeo o de la
programación. Un abanico de conocimientos se abre ante usted.
Utilizándolos, usted también puede ampliar su acción. Dominando las repre-
sentaciones del mundo, usted tiene la posibilidad de influir más y mejor sobre él. Así,
gracias a la comprensión de un esquema eléctrico, usted consigue arreglar su moto;
o bien, en otro campo, usted analiza una oferta de crédito o un contrato laboral.
El lenguaje proporciona autonomía. Cuando posee las reglas y las palabras,
puede comunicar sin necesidad de ayuda. Se vuelven posibles las descripciones,
explicaciones, diálogos, con el especialista o el grupo que utiliza ese lenguaje.
Aprender es, en primer lugar, asimilar los códigos que permiten comprender los co-
nocimientos y a las personas que lo utilizan (matemáticas y matemáticos, por ejem-
plo).
21.2 El lenguaje, instrumento de desarrollo
Este aprendizaje de lenguajes es, en sí mismo, formativo; desarrolla, en efec-
to, las estructuras * mentales adecuadas para que merced a ellas usted pueda des-
cubrir sus posibilidades.
a) Nacimiento de las ideas: Las ideas toman forma y se desarrollan cuando
se expresan. A menudo, defendiendo nuestro punto de vista frente a argumentos
serios es como encontramos nuevas ideas o cómo éstas se afirman.
b) Ordenación de las ideas: Todo verdadero lenguaje exige un ordenamiento,
una clasificación de las ideas, una elaboración del pensamiento. Hay que analizar,
sintetizar, a fin de ordenar y aclarar las ideas. Todos sabemos que no se puede te-
ner una conversación o redactar un trabajo sin un mínimo de lógica.
c) Estructuración del pensamiento:
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 102
• Cuanto más complejo sea el lenguaje, tanto más ricas será la organización
del cerebro (las estructuras mentales).
• Cuanto más desarrollado esté el lenguaje, más posibles resultarán los in-
tercambios, más fácil será comunicar un saber, una experiencia, un pen-
samiento (es posible, por ejemplo, encontrar nuevas formas de presentar-
los para hacerse comprender); también resulta más fácil, como sabemos,
recibir y adquirir conocimientos (por tanto, perfeccionar el lenguaje).
• Por último, cuanto más rico es el lenguaje, tanto más fácil resulta resolver
problemas, abstraer nuestra representación del mundo, desarrollar al
máximo las capacidades mentales.
21.3 Aprender un lenguaje o una lengua
El aprendizaje de un lenguaje, de una lengua, exige la asimilación de sus
símbolos (por ejemplo, las letras y las palabras) y de sus reglas (como la construc-
ción de frases).
• La primera etapa se basa en el aprendizaje de las definiciones y de las ca-
tegorías, es decir, en la memorización del código. Así se aprenden las re-
glas gramaticales, las definiciones, las categorías matemáticas...
• La segunda etapa consiste en utilizar ese código, bien con motivo de de-
terminadas aplicaciones, bien en situaciones concretas: por ejemplo, re-
dactando una disertación, resolviendo un problema algebraico, sin olvidar
corregirse a continuación.
¿Qué lugar conceder a cada una de estas etapas? ¿Cómo, gracias a ellas,
aprender del mejor modo posible un lenguaje, una lengua? Para algunos, estas dos
fases son indispensables; para otros, la segunda etapa genera automáticamente la
primera; por ejemplo, un niño, por el solo hecho del entorno y en unas pocas sema-
nas, puede aprender una lengua extranjera cuando se le traslada a otro país.
La situación vivida es siempre preferible a la aplicación artificial; provoca una
auténtica asunción del lenguaje, de la lengua.
Como ya hemos visto (Capítulo 6: “El proceso de aprendizaje”), el hecho de
tener que resolver problemas concretos, de tener que experimentar por uno mismo,
abre las puertas de la atención. El cerebro primitivo busca la información cuando
sabe que el organismo está personalmente implicado: la motivación es total. Ade-
más, toda experiencia * realmente vivida encuentra o una aprobación que la refuer-
za o una contradicción que la elimina. Un lenguaje, una lengua, se forman a través
de los intentos y los errores sucesivos, con la práctica.
Hay, pues, que provocar las situaciones de utilización personal para fijar la
adquisición de esos códigos recientemente adquiridos:
• Para las lenguas extranjeras: lecturas, ver películas en versión original,
buscar la conversación con los autóctonos, cursos en el país.
• Para la lengua propia: lectura de la prensa, de textos antiguos o modernos
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 103
RECUERDE:
• Todo aprendizaje de un lenguaje, de una lengua, de un código, pasa por
su uso. Sólo éste permite verificar su asimilación. En realidad, el objetivo
no es conocer el funcionamiento de un código, sino, mucho más, aplicarlo,
resolver problemas, influir, gracias a él, sobre la realidad.
22. LA GRAMÁTICA
EN POCAS PALABRAS....
Tener problemas con la gramática está lejos de ser inevitable. También en este campo puede usted progresar.
1. El interés de la gramática
Ser bueno en gramática permite, en primer lugar, hacerse comprender mejor, pero es también una necesidad para prose-
guir los estudios o triunfar en una profesión.
Cada lengua posee su código, que se halla contenido en una gramática. Ésta
se aplica tanto a nivel de lengua hablada como escrita, y se divide en tres partes:
• el vocabulario, es decir, el conjunto de palabras que pertenecen a la len-
gua (la ortografía es la forma de escribirlas correctamente);
• la morfología, o la naturaleza y la forma de las palabras, permite, por
ejemplo, reconocer que tal verbo está en la segunda persona del plural.
• la sintaxis, es decir, la relación de las palabras entre sí: por ejemplo, la
concordancia de ciertos términos entre sí.
22.1 El interés de la gramática
Aceptado por todos para comunicar, este código se impone a cada uno de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 104
nosotros. El no respetarlo aleja del grupo de los usuarios y acarrea numerosas des-
ventajas: el desconocimiento o desprecio de este código puede dar lugar a confu-
siones o contrasentidos; el destinatario tropieza igualmente con las faltas y deja de
seguir el hilo de lo que usted le expone (por otro lado, acabará dudando de las ca-
pacidades de quien así se expresa).
22.2 Rompa sus antiguas estructuras mentales
Con el paso del tiempo se han ido creando en usted algunas malas estructu-
ras * mentales. Ante unos fracasos sucesivos, un bloqueo o un rechazo inconsciente
de la gramática, de la ortografía, se pueden perpetuar en usted. El cerebro primitivo
* rechaza toda apertura, todo intento de comprensión, por miedo a un nuevo fraca-
so. Se limita a indicarla a usted su falta de capacidad, haciéndole creer que no hay
nada que hacer.
Esto no es cierto. Comience por romper esa estructura mental antes de co-
rregirse. Cualquiera, con un poco de paciencia y de método, puede enorgullecerse
de una ortografía correcta. Decida, de una vez por todas, no arrastrar más ese las-
tre. Rechace ese determinismo, responsabilícese de usted mismo: ¡reaccione!
22.3 Construya nuevas estructuras
En primer lugar, desculpabilícese. Olvide ahora los malos recuerdos. Usted
cometía errores y no faltas (¿Por qué se habla siempre de faltas de ortografía, y no
de faltas en matemáticas? ¿Por qué mezclar la moral en este asunto?). Las reglas
gramaticales y la ortografía evolucionan, de hecho, como toda estructura viva.
En segundo lugar, ármese. Hágase con un buen diccionario y con un buen
manual de gramática; escójalos en función del contenido, pero también de la clari-
dad del texto y de la facilidad de lectura. Pida consejo a su profesor o a su formador.
Estas herramientas deberá tenerlas siempre al alcance de la mano. Recurrirá a ellas
regularmente, las utilizará y las conservará toda la vida.
Para corregir su ortografía, tenga presente las siguientes reglas fundamenta-
les.
22.3.1 Sea lógico
Catalogue bien los términos. En función de la naturaleza, de la categoría a la
que pertenezcan estos términos –nombres, adjetivos, artículos, pronombres, verbos,
adverbios, preposiciones, conjunciones-, usted aplicará las reglas oportunas. Así
evitará los errores a que puede dar lugar la confusión entre palabras o expresiones
homófonas (a ver, haber; herrar, errar; balón, valón...), los errores en el ejemplo de
proposiciones, los errores por confusión entre adjetivos y pronombres posesivos,
entre artículos y pronombres, etc.
Tenga en cuenta el lugar que ocupan esos términos en la frase cuando apli-
que las reglas gramaticales; así evitará:
• Errores relacionados con los verbos: empleo de modos y de tiempos (indi-
cativo, condicional, imperativo, subjuntivo); conjugaciones de los verbos
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 105
RECUERDE:
• Cuando se encuentre ante una dificultad gramatical insoluble al redactar
un trabajo, transforme la frase para eludir el problema.
• Corrija sistemáticamente los errores de distracción o de negligencia repa-
sando siempre lo que acaba de escribir; hágalo mentalmente o en voz ba-
ja. Usted mejorará así la puntuación, los acentos, las mayúsculas, la orto-
grafía de los nombres propios y, de paso, los errores de vocabulario o las
repeticiones. Reforme las letras ilegibles.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 106
• Fíjese un plan * de trabajo con unos plazos precisos para asimilar los pun-
tos esenciales, y sígalo imperativamente.
EN POCAS PALABRAS....
Aumente y haga más profundo su vocabulario; así facilitará tanto su comunicación como su poder.
Intente suprimir los contrasentidos, inexactitudes e imprecisiones. No reacciones afectivamente ante ciertas palabras.
fin, para cautivar mediante un escrito o un discurso convincente (para vender una
mercancía o para solicitar un empleo).
23.1 Los defectos que hay que evitar en el uso del vocabulario
23.1.1 Utilizar términos sin conocer exactamente su significado
Usted se abstendrá, por ejemplo, de tomar “tuétanos” por una enfermedad o
el Watergate por un presidente.
23.1.2 Efectuar contrasentidos
Equivocándose sobre el significado de una expresión o mezclando las ideas o
los significados cuando la palabra tiene varios; así, no emplee ilegal en lugar de ile-
gítimo, y a la inversa.
23.1.3 No utilizar el término exacto
Ejemplo: altura, tamaño, talla, altitud, no se emplean en los mismos contex-
tos.
23.1.4 Mencionar trivialidades o impresiones
Y, debido a ello, no ser perfectamente comprendido o no poder matizar el
pensamiento, ejemplo: “El progreso técnico lleva manifestándose desde hace algún
tiempo.”
23.1.5 Carecer de vocabulario
Carecer de vocabulario para hacerse entender, para evitar las repeticiones,
los circunloquios y las perífrasis inútiles.
23.1.6 No poder captar todos los matices de una información
Así, la frase “No ha venido so pretexto de estar enfermo” da a entender que la
persona en cuestión ha mentido o ha exagerado su indisposición.
23.1.7 Cometer errores de lenguaje
Barbarismos (palabras que usted construye, pero que constituyen una burda
falta de lenguaje), como “comunicabilidad”; impropiedades (términos que no con-
cuerdan), ejemplo, “ejercer un teorema”; expresiones del lenguaje hablado, ejemplo:
“es por eso que”.
23.1.8 Reaccionar afectivamente ante ciertas palabras
Ejemplo: el término “control” es a menudo mal recibido por usted, ¿tal vez po-
dríamos utilizar en su lugar “inspección”, “verificación”, “examen”, etc.? Defina las
palabras cargadas de significado, ejemplo: el capitalismo, el socialismo. No conceda
a esos términos más importancia de la que poseen. Evite usted mismo provocar, sin
quererlo, con el vocabulario que emplea, reacciones afectivas.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 108
RECUERDE:
• Para adquirir vocabulario y ortografía, además de las repeticiones de ejer-
cicios, es necesario un procedimiento activo, curiosidad, deseo, voluntad,
atención, deben crear la apertura mental necesaria.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 110
• Usted logrará retener lo que sea nuevo o difícil visualizando bien, escri-
biéndolo, pronunciándolo, utilizándolo.
EN POCAS PALABRAS....
Consideremos como información todo material capaz de alimentar el pensamiento.
1. El interés de la información
Cuanto más rico en datos es el cerebro, más fácilmente puede resolver un problema, más competente se vuelve y más
capacidades descubre en el mismo.
La lectura es, con mucho, preferible a la televisión para recibir informaciones. Las razones son: mejor disponibilidad, mayor
elección, mayor rapidez de examen, un tratamiento de los datos más completo, así como un aporte netamente superior a nivel
de funcionamiento mental y de aprendizaje.
• Ábrase permanentemente a todo lo que tenga alguna relación con sus estudios, ya que así fortalecerá sus aptitudes
en ese campo.
• Esté al tanto de la actualidad, consulte las bibliotecas, ábrase a los demás.
• Prevea el tiempo suficiente para recogerla la información.
• Tenga cuidado con sus hábitos e inercias durante la recepción; no interprete nada; esté alerta.
• Seleccione y complete lo que recibe. Que sus datos sean fiables y coherentes.
• Preséntelos claramente, clasifíquelos para usted o para el destinatario.
¿Por qué más del 70 por 100 de los hijos de profesores terminan el bachille-
rato, mientras que entre los hijos de obreros sólo lo consiguen el 25 por 100? Una
de las principales razones se relacionan con la calidad de las informaciones que re-
ciben de sus padres. Saben, por una parte, qué especialidad les conviene más y,
por otra, lo que el centro de estudios espera de ellos. Son los que mejor se adaptan
al modelo, a las exigencias impuestas por el sistema escolar.
La información es vital para orientar la acción. Alimenta la mente del mismo
modo que la alimentación proporciona energías al cuerpo. Así pues, nosotros lla-
mamos información a cualquier material capaz de alimentar el pensamiento: datos,
hechos, mensajes, experiencias de los demás, lecturas, etc.
24.1 El interés de la información
Resumamos lo que hemos aprendido en los primeros capítulos y examine-
mos el papel jugado por la información en la elaboración de nuestras estructuras *
mentales, de nuestra inteligencia:
1.ª fase: la mente se abre al mundo exterior. Acepta la información, es decir,
lo que, de hecho, le es ajeno (datos, experiencias, etc.).
2.ª fase: se producen entonces una ruptura con los antiguos esquemas de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 111
propios medios, sus posibilidades. Se libera, elige usted solo. A partir de los escritos
usted puede profundizar en un tema, dominarlo. En cambio, las prioridades acorda-
das, las elecciones practicadas en la información televisada (a menudo, en función
de las imágenes disponibles) pueden no convenirle.
24.2.3 La rapidez
Haga la siguiente prueba: mire una noche las informaciones en la televisión y,
después, al día siguiente, examine un diario durante el mismo tiempo. Un lector ab-
solutamente común adquiere al menos tres veces más información por vía escrita
que por vía oral. Usted puede que supere incluso esos resultados. ¿Por qué esta
rentabilidad de lo escrito? Se trata de un fenómeno puramente mecánico; se emplea
simplemente mucho más tiempo en decir algo que en leerlo: la velocidad máxima de
elocución es de 12.000 palabras por hora (éste es igualmente, de hecho, el límite de
la comprensión verbal), mientras que un lector medio dobla fácilmente esa veloci-
dad, y un excelente lector la cuadruplica.
24.2.4 El tratamiento de la información
En la pequeña pantalla, el tiempo para desarrollar un asunto es limitado; por
ese motivo los reportajes en los que se analiza un tema con detenimiento son raros
y, a menudo, truncados. Los temas o los hechos se suceden: se pasa rápidamente
de un contenido a otro y la jerarquía de los niveles de importancia no se puede per-
cibir; la abundancia y la rapidez del tratamiento producen en el espectador una con-
fusión mental y, finalmente, provocan una apatía llena de indiferencia.
En comparación con la prensa escrita, los comentarios en televisión son casi
inexistentes. Los hechos se presentan a menudo sin ningún análisis, de un modo
banal. La pequeña pantalla se dirige al conjunto de la población; y lo más probable
es que no se adapte a su nivel de exigencia o a sus necesidades como puede estar-
lo el soporte escrito, libremente elegido.
24.2.5 La lectura y el desarrollo personal
Lo más solicitado, cuando usted mira la televisión en su casa, es su persona-
lidad afectiva, su cerebro primitivo *, a causa de la fuerza emocional de las imáge-
nes. Su cerebro superior * sólo interviene en un segundo tiempo, siempre que no se
sucedan otras visiones, otras emociones. Nada podemos hacer ante esto, estamos
construidos de una forma tal, que la emoción (repasar Capítulo 2) precede siempre
a la reflexión. Esta última es, por naturaleza, segunda en el tiempo. El peligro de la
televisión no es el de crear esta emoción, sino, a causa de una solicitación constan-
te de ésta, el de no dejar tiempo para la reflexión.
La emoción también existe durante una lectura; a través de las palabras se
forman imágenes mentales. Sin embargo, siempre se puede efectuar una pausa,
reflexionar, releer un pasaje o continuar el texto. Las micro pausas o las interrupcio-
nes más importantes constituyen la ocasión de hacer funcionar el cerebro superior.
Así, los datos adquiridos son trabajados de nuevo, tomados a su cargo por el córtex
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 113
por ejemplo, usted tendrá más ideas para su orientación. Frecuentando diferentes
medios, ambientes, usted podrá situarse mejor y elegir el suyo; no se quede clavado
en el universo donde ha nacido por azar, tome las riendas de su destino.
24.3.1.3 ¿Cuándo y cómo buscar la información?
Para utilizar las fuentes de información, es preciso conocer bien primero su
funcionamiento. Imposible, por ejemplo, visitar un museo nacional el día que no esté
abierto al público. Inútil también lanzarse al azar, al asalto de unas estanterías que
contengan cincuenta mil volúmenes. SI tiene que realizar una redacción, comience
por buscar inmediatamente la información. Puede que alguien haya tomado presta-
do los libros que usted necesita o que la biblioteca esté cerrada durante las vacacio-
nes. Anticipándose, usted reduce los imprevistos y puede tener soluciones de re-
cambio para informarse. La documentación, la búsqueda de la información, requie-
ren tiempo; sea consciente de ello e incluya ese componente en sus planes de ac-
ción.
24.3.1.4 La recepción de la información
Imaginemos que usted tiene que hacer un examen; y he aquí que, entre las
noticias del informativo, la televisión anuncia una reducción de los programas. Inme-
diatamente, usted intenta saber más al respecto. Discute con sus compañeros, con
sus profesores, compra el periódico: reacciona. De entre todas las informaciones de
la noche, usted no ha retenido más que ésa. La ha filtrado, la ha seleccionado. Su
cerebro primitivo ha tomado las riendas. Usted sabe (repase el Capítulo 2) cómo
éste selecciona e interpreta la información (recuerde los cerdos azules). Deja pasar
o no los mensajes que le transmiten los sentidos con arreglo a lo que él ya conoce,
a los centros de interés de usted (sus experiencias pasadas, su entorno, sus pre-
ocupaciones en ese momento: sus hábitos, sus clasificaciones, sus prejuicios).
Usted sabe que lo que nos traiciona no son nuestros sentidos, sino nuestros
hábitos, nuestras estructuras preexistentes que se han instalado precedentemente
en nuestro cerebro. Nuestras informaciones internas difícilmente aceptan ser cues-
tionadas por unas informaciones externas. Sea consciente de ello y reaccione en
consecuencia.
En un primer momento, ábrase objetivamente a los nuevos datos. Para elimi-
nar esa selección del cerebro, sepa esperar la información (no se adelante mental-
mente a ella). Permanezca a la escucha de lo que se dice o escribe. Haga repetir
cuando pueda (por ejemplo, lea dos veces un párrafo, una pregunta, cuando realice
un trabajo). Contemple esa información en el marco del contexto para precisar las
palabras o las ideas clave.
Esté alerta, haga trabajar a su córtex. No seleccione más inconscientemente,
no sobrevalore más la información. No interprete lo dicho o escrito. Intente conser-
var en cada caso un máximo de objetividad.
En un segundo momento, sepa criticar la información. Reaccione con su ce-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 116
rebro superior. Tenga la mente libre para examinar lo que recibe. Relativice la infor-
mación dada, compárela con otras informaciones. Evalúe, juzgue, critique, comente,
consigo mismo. Esté siempre despierto, vigilante, tome perspectiva, particularmente
ante el desfile de imágenes de la pequeña pantalla. Permanezca mentalmente acti-
vo.
24.3.1.5 La selección de la información
¿”Cuáles son los problemas de la juventud”? Imagine este tema para una di-
sertación. Usted corre el riesgo de verse desbordado por la cantidad de datos que
se deben aportar. Usted comienza por efectuar una larga lista, pero, rápidamente, el
asunto le resulta imposible de controlar. La superabundancia de información puede
ser, en efecto, tan nefasta como su escasez. Los datos deben poderse utilizar en
cualquier momento. Lo que cuenta para usted no es poseerlos o presentarlos de
manera desordenada, sino poder utilizarlos en el momento oportuno, pertinentemen-
te, de manera atinada. Por lo tanto:
• No conserve más que las informaciones útiles para su objetivo, para su
demostración, por ejemplo. Elimine las que sean secundarias, a fin de
aclarar su pensamiento. Elija este primer criterio para seleccionar los da-
tos. Siguiendo el razonamiento inverso sepa ir en busca de los elementos
indispensables que le faltan.
• Para la disertación mencionada, tal vez haya encontrado estadísticas so-
bre la cuestión. Pregúntese entonces de cuándo datan. No utilice cifras
concernientes a otra generación. La fiabilidad, la pertinencia de sus datos,
son primordiales.
• Puede que entre los datos que usted ha reunido existan contradicciones.
Intente mantener una coherencia, una cierta lógica. Si persisten esos pun-
tos opuestos, compruebe sus datos: éstos deben ser siempre exactos y
precisos.
• Finalmente, tome perspectiva; deje que los elementos se asienten unos
días si es posible; después, usted los analizará con un criterio distinto.
24.3.1.6 El tratamiento de la información
Coteje sus nuevas informaciones con los datos que usted ya posee; asócielas
entre sí, enriquézcalas, transfórmelas; elabore nuevas ideas y, después, clasifíque-
las (ver Capítulos 7 y 8).
24.3.1.7 Dar forma a la información
Adapte su información a la utilización prevista o al destinatario. Si se trata de
su disertación, redáctela en un lenguaje correcto; pero, para la confección de fichas,
sea conciso y acorte su expresión. Para que sea bien percibida, la forma que haya
dado a la información ha de ser lo más clara posible y, no obstante, rica, para que
sea útil y aprovechable. Ponga de relieve las relaciones complejas, así como las in-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 117
formaciones más importantes (utilice partes, subpartes, apartados; según los casos,
titule, subraye, utilice colores, etc.). Indique, eventualmente, sus fuentes.
Clasifique, haga un índice. En su redacción, indique el tema elegido, pagine
sus hojas. Habrá de clasificar sistemáticamente todas las notas tomadas, fichas,
“dossieres”, lo más rápidamente posible, para que todas sus informaciones sean así
utilizables (no espere, por ejemplo, al final de un trimestre para comenzar a exami-
nar una pila de periódicos).
RECUERDE:
• La riqueza de su pensamiento depende en gran parte de la información
que lo alimente. Las palabras, las ideas que usted expresa, son su resul-
tante. Antes que la televisión, prefiera usted la información escrita.
• Como un niño que empieza a desarrollarse, interésese usted por todo. Es-
to permitirá que se efectúen comparaciones en su mente y que surjan
nuevos elementos: usted ampliará así su saber. Seguidamente, usted emi-
tirá a su vez la información, lo que le permitirá actuar más eficazmente.
EN POCAS PALABRAS....
Si adopta usted la costumbre de leer regularmente la prensa, se dará cuenta de que es una fuente de placer a la vez que de
informaciones.
La prensa permite distraerse, abrirse al mundo, desarrollar la imaginación; pero su papel es también el de informar al públi-
co e, indirectamente, educarle.
• Tenga cuidado con sus apelaciones a la emoción y con los tratamientos superficiales de la información.
• Tenga una actitud abierta: varíe sus soportes y utilice los medios de comunicación menos marcados ideológicamen-
te.
Los “dossieres” le serán útiles para poner al día sus conocimientos, intensificarlos y personalizarlos.
5. Elaborar “dossieres”
Lea los artículos antes de clasificarlos, péguelos sobre unas hojas y subraye las palabras clave. Elimine los recortes
de prensa que no tengan ya interés. Sea riguroso en su clasificación.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 118
mente”). Tenga siempre el “reflejo-diccionario” para aclarar las palabras nuevas, par-
ticularmente, el vocabulario especializado. Después de cada lectura, interróguese
rápidamente sobre las causas y las consecuencias de lo que acaba de leer. No olvi-
de completar sus dossieres.
Usted puede leer la prensa con algunos días de retraso, así la información se
habrá ido decantando. Sin embargo, se arriesga a perder las ganas de examinarla;
por otra parte, se desconectaría usted de su entorno (por ejemplo, puede perderse
un espectáculo interesante).
25.4 La importancia de elaborar “dossieres”
En poco tiempo, usted puede mejorar claramente sus redacciones y sus ex-
posiciones. Para ello, cuando usted examine su periódico o una revista, recorte los
artículos que más le interesen. Adjunte a estos “dossieres” las fichas * de lectura ya
elaboradas. Así usted pondrá fácilmente al día sus conocimientos, pero también los
intensificará y los personalizará.
Cada “dossier” puede servir para variar disciplinas al mismo tiempo, lenguaje
o historia, por ejemplo, o historia y economía. Debe usted, pues, encontrar un crite-
rio de clasificación riguroso y extensible: autores, familias de pensamiento, división
del programa, temas... Inspírese en los ya existentes, por ejemplo, en la Clasifica-
ción Decimal Universal (ver Capítulo 26).
25.5 La realización de los “dossieres”
Una vez recortado el artículo interesante, anote en él la fecha y el nombre del
periódico. Espere 15 días antes de clasificarlo, ya que un nuevo artículo sobre la
cuestión puede aparecer y reemplazarlo. Pegue uno o dos artículos sobre el mismo
tema sobre una hoja estándar. Deje un espacio para añadir nuevos comentarios
personales. Subraye palabras y frases clave.
Usted puede clasificar, por ejemplo, un artículo en el “dossier” titulado “Condi-
ción femenina”. Si ha abierto otro “dossier” al que también le atañe este artículo, por
ejemplo, “Escolaridad, coloque una ficha de referencia en la que indicará: ver “Con-
dición femenina”, nombre del periódico, fecha y título del artículo. Esto le permitirá
encontrar a la primera ojeada el contenido del artículo.
Para ser eficaz:
• No clasifique nada sin haberlo leído, pues se arriesgaría a no leerlo nunca
y no sabría lo que contiene su documentación.
• Varíe sus fuentes de información (revistas, periódicos diferentes).
• Elimine sistemáticamente los datos caducados: algunos documentos que
incluyen cifras se hacen viejos muy rápidamente. La abundancia de infor-
mación anula la eficacia; selecciónelas.
• Utilice el color para visualizar (carpetas, separadores...). Si sus documen-
tos no son muy abundantes, almacénelos en cuadernos con separadores
transparentes.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 121
• Su clasificación debe ser siempre de fácil acceso: usted debe poder en-
contrar rápidamente cualquier clase de documento (así ganará tiempo,
evitará irritarse y no los extraviará).
RECUERDE:
• Compare televisión y prensa escrita. Dentro de la prensa escrita, compare
los diferentes soportes entre sí, elija el que mejor convenga a su nivel y a
su formación. Pronto esperará usted con impaciencia su periódico, su re-
vista: se cultivará, se formará a través del placer de la lectura de la prensa.
• Al elaborar los “dossieres” piense constantemente en términos de eficacia,
de utilización. Elija usted bien su criterio de clasificación: éste debe ser ri-
guroso y fácil de retener.
EN POCAS PALABRAS....
Comience sus indagaciones en el centro de documentación de su centro de estudios, utilizando, en primer lugar, los fiche-
ros.
1. Los ficheros
Utilice los ficheros de temas o materias, los ficheros de autores, los ficheros de títulos.
2. Las clasificaciones
Cada obra lleva una signatura que obedece a su clasificación. La obra que usted busca está clasificada en las estanterías
siguiendo esta signatura.
3. Las aplicaciones
gaciones más delicadas, por ejemplo, si no consigue usted delimitar bien su tema de
investigación).
26.1 Los ficheros
Cada documento, para ser localizado, tiene una o varias fichas en cada fiche-
ro:
• El fichero de temas (se le conoce también como fichero de materias o te-
mático, o índice alfabético). Este fichero contiene diferentes fichas orde-
nadas por temas determinados; todas las fichas referentes a la Economía,
por ejemplo, están agrupadas bajo este vocablo. Los temas se suceden
por orden alfabético.
• Los ficheros de autores. El nombre del autor está clasificado aquí como
palabra clave. La clasificación es, también, en este caso, alfabética.
• Los ficheros de títulos. Por regla general, sólo los títulos de novelas se
clasifican por orden alfabético. Atención, cuando busque, no tenga en
cuenta el artículo si éste se encuentra al principio del título, ejemplo: para
Las uvas de la ira, busque en Uvas.
26.2 Las clasificaciones
Cada ficha incluye una signatura compuesta de un número variable de cifras
seguidas de tres letras, las primeras del nombre del autor. Las cifras son las de la
clasificación practicada por el centro de información. En los centros de enseñanza la
más utilizada es la Clasificación Decimal Universal (CDU). En ésta, cada categoría
está dividida en 10 partes y luego nuevamente en otras 10, etc. Cada cifra de la de-
recha añade una nueva precisión.
Ejemplo: 3 representa las ciencias sociales; 31, estadísticas; 312, demografía
y estadísticas de la población; 312,1, natalidad, nacimientos, etc.
He aquí las grandes líneas de la CDU:
También podía haber encontrado este libro en otra ficha, en la rúbrica Japón.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 125
RECUERDE:
• Antes de lanzarse a una búsqueda de documentación, comience por pen-
sar en las palabras clave que pueden guiarle. Según el número y la preci-
sión de esos índices, usted descubrirá una mayor o menor información.
• En caso de dificultad, no dude en pedirle ayuda al bibliotecario. Formule
claramente su pregunta y sea lo más preciso posible; si tiene que efectuar,
por ejemplo, un trabajo sobre “Las flores del mal”, no se contenta con pre-
guntar qué existe sobre la literatura francesa del siglo XIX. Exprese clara-
mente el tema que debe tratar, y así obtendrá el máximo de datos.
EN POCAS PALABRAS....
Para utilizar de la mejor manera posible el limitado tiempo de que usted dispone, es muy importante adoptar un método de
lectura eficaz.
1. ¿Qué leer?
De manera general, limite su tiempo; para leer rápidamente, utilice únicamente la vista, evite articular incluso inconscien-
temente. ¡Ojo!, no proyecte de entrada sus ideas sobre el texto. Su lectura debe estar siempre orientada hacia las ideas prin-
cipales y las respuestas a las cuestiones planteadas. Para tomar apuntes, utilice preferentemente sus propios términos.
Siga cuatro etapas:
• Tenga una visión sintética leyendo únicamente lo que rodea al texto.
• Extraiga lo esencial a través de las conclusiones e introducciones de las diferentes partes o capítulos. Busque las
primeras palabras clave y la lógica del conjunto.
• Lea el texto íntegro, entre en los detalles, encuentre otras ideas clave y relaciones entre ellas, respondan a las pre-
guntas que se planteaba usted al comienzo. Resuma en una ficha de lectura.
• Eche una nueva ojeada general al conjunto para verificar la exactitud de lo que ha retenido.
3. La ficha de lectura
de lo que ha subrayado. ¿Cuáles son el tema del texto, el pensamiento del autor?
¿Cuál es su propio punto de vista sobre el problema? ¿Presenta algún interés el
estilo? Responda a todas las preguntas que usted se planteaba inicialmente e ilús-
trelas con ejemplos. Compare lo que usted acaba de leer con lo que usted ya cono-
cía: piense en la vida del autor, no olvide otras lecturas que traten del mismo tema,
recurra eventualmente a la actualidad... (tenga un pensamiento polivalente *).
27.2.4 Cuarta fase: compruebe
Inmediatamente después de la redacción de la ficha, eche una rápida ojeada
a la parte o al capítulo que acaba de leer, evoque mentalmente después las ideas
principales. Compárelas con lo que usted ha escrito. No tiene que haber ningún
desacuerdo. Ante la duda, vuelva a repasar inmediatamente, profundice, sitúe nue-
vamente la palabra, la frase, dentro de su contexto. Evite el más grave de los erro-
res: el contrasentido. Comprueba la claridad y la correcta anotación de todo lo que
sea importante.
27.3 Las fichas de lectura
Las fichas o los apuntes que usted haya tomado en una agenda o cuaderno
se pueden redactar también con ocasión de cualquier tipo de acontecimiento que
usted desee retener: emisión de televisión, conferencia, visita... Se trata de que us-
ted elabore una documentación a partir de sus experiencias vividas. Más adelante,
cuando ejerza su profesión, este hábito le resultará muy útil. Estas fichas supondrán
una preciosa ayuda para su memoria y usted podrá recurrir frecuentemente a ellas
para la preparación de su acción.
En la parte superior de la ficha, indique las coordenadas del documento:
nombre del autor, título de la obra, fecha de publicación, editor, temas abordados en
forma de palabras clave *, fecha de su lectura. Piense en la facilidad de utilización
de esta ficha y en su clasificación en los dossieres; para ello, coloque una referencia
en función de la clasificación de su documentación (repasar Capítulo 25).
En la parte principal de la ficha, haga figurar todos los elementos importantes
concernientes al texto propiamente dicho:
• fecha de redacción, circunstancias, acontecimientos vinculados a la escri-
tura;
• estructura del texto o, en el caso de una novela, el resumen, el nombre de
los personajes principales, los temas...;
• ideas más importantes expuestas.
La parte inferior de la ficha ha de contener su propio análisis: comentarios so-
bre las ideas, sobre el estilo. ¿Qué comparaciones puede usted efectuar? Anote
eventualmente para terminar algunos elementos bibliográficos.
La ficha deberá estar siempre redactada en forma de resumen y utilizando
sus propias palabras; ese trabajo de transposición personal le obliga a comprender y
le permite asimilar mejor. Además, esta escritura supone un entrenamiento comple-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 130
RECUERDE:
• Con la lectura, debe usted encontrar la respuesta a sus preguntas y detec-
tar en el texto o en el libro los problemas planteados. Usted dialoga acti-
vamente con el documento: selecciona y anota todo lo que le interesa gra-
cias a las palabras clave.
• La ficha de lectura es una herramienta de formación intelectual, el hecho
de redactarla con sus propias palabras desarrolla sus capacidades, parti-
cularmente, las de atención, comprensión y síntesis.
EN POCAS PALABRAS....
La televisión puede ser una fuente irreemplazable de informaciones si sabe usted no permanecer pasivo ante ella.
1. Interés de la televisión
2. Inconvenientes de la televisión
• La calidad del lenguaje es baja y el vocabulario limitado: contrariamente a la lectura, la televisión muestra pero no
explica, está muy lejos de las exigencias de la enseñanza.
• En lo que se refiere al aprendizaje, es imposible seguir un modelo, como en un escrito, para volver hacia atrás, repe-
tir... Además, la falta de implicación personal produce una excesiva pasividad.
• La falta de libertad se manifiesta a través de limitaciones materiales (horarios...) y una elección de temas muy res-
tringida.
• A menudo domina la banalidad: poco análisis, poca reflexión, ronroneo general.
No mire ningún programa sin haberlo escogido previamente y practique otros entrenamientos.
Localice, en el marco de un programa crítico, las buenas emisiones y, si puede, véalas en el magnetoscopio.
5. Despegarse de la televisión
28.2.2.3 La banalidad
Cuando usted apaga el televisor por la noche, tiene la impresión de haberse
dejado guiar. Su pensamiento ha desfilado tan rápido como las imágenes. Usted
desearía tener tiempo para reflexionar más, para seguir a su ritmo. Usted encuentra
que el sistema televisivo no pone nada en tela de juicio. Se muestran imágenes, se
repite siempre la misma cosa con las mismas palabras, las mismas frases. Usted
tiene la impresión de que no se quiere asustar al telespectador, ni siquiera molestar-
le. Todo parece natural, nadie eleva el tono de voz, nadie se apasiona, ni realiza jui-
cios sobre los hechos o sobre las personas: el ronroneo general adormece su re-
flexión.
Las ilustraciones desfilan, pero, a menudo, no hay, ni en la pantalla ni en su
casa, ningún razonamiento. Nadie analiza, nadie saca conclusiones de los hechos
presentados. No hay ni juicio ni personalización; todo es insulso y anodino. No sabe
usted qué pensar. Todo, o casi todo, le parece simple, fácil de entender.
Sin embargo, al finalizar la velada, cuando usted apaga el receptor, las imá-
genes se entremezclan; usted ya no sabe muy bien a qué, a quién, se referían. Por
otro lado, las pausas publicitarias vienen a sumarse a la dispersión, a la confusión
existente en su cabeza. Usted acaba fatigado mientras que, paradójicamente, usted
no ha aportado ningún esfuerzo, no ha tomado ninguna iniciativa, salvo la de mirar
con los ojos abiertos. Mañana será idéntico, usted habrá olvidado ya las imágenes
de hoy. ¿Dónde están sus capacidades intelectuales?
28.3 La televisión como entretenimiento
Dado que la televisión aporta tan poco a los estudios, ¿qué lugar puede tener
entre los pasatiempos? No hay nada como apretar el botón cada tarde para cam-
biarse las ideas. El mundo entero desfila ante sus ojos para distraerle. Pero, ¿son
realmente esas imágenes las que usted desea? ¿No siente usted una inclinación
por algún tema particularmente interesante? No mire nada sin haberlo realmente
escogido. Existen periódicos o revistas que, a través de sus críticas, pueden ayudar-
le en su selección. Si no ha seleccionado nada de particular, no se deje tentar por la
facilidad: ¿por qué no comprar un libro o tomarlo prestado de la biblioteca? ¿Por qué
no ejercer alguna actividad manual, crear, practicar algún deporte, desarrollar sus
cualidades artísticas, etc.? ¿No sería todo esto mucho más satisfactorio, más apro-
piado para su desarrollo? Y, si la fatiga es realmente grande para comenzar una ac-
tividad, ¿por qué no descansar realmente para estar en forma los días siguientes?
28.4 ¿Cómo utilizar la televisión?
Algunas emisiones son particularmente interesantes, bien por el tema, bien
por la forma en que éste es tratado. Localícelas en el programa en cuanto aparezca.
Si le resulta imposible, grabe en el magnetoscopio el programa que ha selec-
cionado y mírelo una tarde que tenga ganas de relajarse.
Si el tema le aburre o si se prolonga excesivamente, acelere el desfile de
imágenes, pero vuelva hacia atrás para ver de nuevo los pasajes difíciles. Utilice a
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 134
RECUERDE:
• Prevea cada tarde una actividad para reemplazar su droga televisiva. Sea
actor y no espectador.
• Usted existe, viva las experiencias por sí mismo. Reaccione, actúe para
realizar sus sueños. Crea en sí mismo, en su fuerza interior, en su desa-
rrollo, sin la televisión.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 135
EN POCAS PALABRAS....
Debe existir una armonía entre el cuerpo, la mente y el entorno.
• Encuentre su equilibrio energético gracias a la alimentación y la respiración; incluya unas pausas en su programa de
trabajo; cuide su sueño. Evite perder sus fuerzas inútilmente: elimine las toxinas, evite el nerviosismo y la crispación.
Autorregúlese.
• Tabaco, alcohol, estupefacientes, tienen unos efectos desfavorables similares: dependencia, estado de carencia, to-
lerancia, acción nefasta sobre el cerebro.
• Para evitar estas conductas, es preciso: ser conscientes del papel del cerebro primitivo para no actuar más bajo su
influencia; encontrar una posibilidad de diálogo; suprimir los condicionamientos, particularmente gracias a la autosu-
gestión; abandonar el grupo negativo en el que uno se encuentre.
Una vez más, no deje que su cerebro primitivo le condicione, conserve el control gracias a su cerebro superior.
• Desconfíe de los medicamentos. No fuerce artificialmente las capacidades de su cuerpo, incluido su cerebro; des-
canse cuando sea necesario.
Analice sus necesidades con su médico de cabecera. Piense siempre en las consecuencias de sus actos sobre su salud;
evite todo abuso.
excesos;
• respirar * profundamente de vez en cuando gracias al deporte *, a los pa-
seos a pie o a determinados ejercicios de respiración;
• captar regularmente un poco más de energía solar, a través de unos ba-
ños de sol moderados (evite las exposiciones prolongadas, los excesos
peligrosos para la piel);
• recuperarse gracias a las pausas * durante la jornada y a un sueño * repa-
rador;
• evitar los gastos inútiles de energías: para prevenir ciertas enfermedades,
elimine las toxinas bebiendo cotidianamente litro y medio de agua durante
y fuera de las comidas, favorezca el tránsito intestinal, observe las reglas
de higiene;
• evite el nerviosismo; fíjese unos planes * de acción, sígalos y no se deje
sorprender; evite también a las personas estresantes.
Autorregúlese: adáptese a los eventuales cambios para reencontrar su equili-
brio. Así, si pierde el sueño un día, concédase una buena noche al día siguiente;
evitará acumular la fatiga, pero sepa que el sueño perdido no se recupera. Si ha
comido poco, de pie y con prisa, compense su alimentación en la siguiente comida.
Recupere siempre su potencial energético, no deje nunca que sus baterías se
descarguen completamente, ya que, cuando uno se da cuenta que está al límite de
sus fuerzas, es a menudo demasiado tarde, entonces falta la energía para poder
reaccionar eficazmente.
29.1.2 Equilibrio psicológico
Para poseer un buen equilibrio, para sentirse bien en su propia piel, comience
por conocerse a sí mismo, descubra cuál es su estado ideal de forma, sus propios
ritmos *, sus capacidades, sus límites; no vaya contra su naturaleza; acéptese; des-
de la adolescencia hasta la tercera edad, acepte igualmente, sin complejos, su evo-
lución, su propia transformación física.
Manténgase optimista, lleno de confianza *; intente distinguir siempre el lado
positivo de la situación; incluso en los períodos difíciles, piense prioritariamente en
su autorrealización.
Sepa también abrirse * a los demás, en primer lugar, para progresar, pero
también en caso de problemas; sobre todo no se quede encerrado dentro del mismo
esquema de funcionamiento mental negativo.
29.2 No estabilice conductas peligrosas
29.2.1 Los efectos del tabaco, del alcohol y de los estupefacientes
Tabaco, alcohol y estupefacientes son comparables en algunos de sus efec-
tos.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 137
Estos productos actúan en primer lugar sobre los centros del placer situados
en el cerebro primitivo *. Éste va a intentar renovar constantemente esa sensación
inmediata agradable. Sabemos que siempre busca y repite las experiencias que co-
noce, y más aun cuando éstas le agradan, y esto aunque la voluntad se oponga a
ellas.
Toda droga lo es precisamente porque arrastra al cerebro primitivo a esa re-
petición de un gesto o de un comportamiento. La droga crea, pues, una relación de
dependencia con el producto que uno mismo se administra: nicotina, alcohol, estu-
pefacientes, pero también café.
Como cerebro primitivo y sustancias tóxicas están vinculados entre sí, es ex-
tremadamente difícil después, una vez consolidado este vínculo, el cortarlo. Nuestra
naturaleza es así; todo lo que nos proporciona una satisfacción inicial se convierte
rápidamente en un reflejo, en un automatismo indispensable. La privación es casi
siempre dolorosa. La abstinencia produce un estado de carencia en el organismo.
Se constata, por otra parte, la necesidad de aumentar la dosificación inicial para
conservar el mismo placer sin trastornos inmediatos, es lo que se conoce como el
problema de la tolerancia.
Finalmente, una propiedad particularmente nefasta del conjunto de esas dro-
gas es el perjuicio temporal causado al funcionamiento del cerebro. Esto es así por
lo que se refiere al alcohol y a los estupefacientes, pero también es cierto, aunque
en menor medida, por supuesto, para el tabaco; por una parte la nicotina se fija pre-
ferentemente en el sistema nervioso, por otra, el óxido de carbono que se despren-
de de la combustión impide una buena oxigenación del cerebro y, con ello, reduce
las posibilidades de éste, particularmente, en lo que se refiere a la memoria de las
palabras.
29.2.2 Cómo evitar esas conductas nefastas
En primer lugar, hay que ser conscientes de las necesidades del cerebro pri-
mitivo para poder responder a ellas: romper la antigua estructura negativa para crear
una nueva más favorable. Ante todo, hay que desear no funcionar, o dejar de hacer-
lo, bajo la influencia del sistema límbico *; evitar ese comportamiento regresivo;
adoptar otra actitud: controle su carácter, sus reacciones, desarrolle todas las capa-
cidades de su cerebro superior *.
Escucha, diálogo, son siempre cualidades primordiales. Permiten, en primer
lugar, no entrar en esa estructura mental nefasta, cerrada sobre sí misma, pero tam-
bién, si esto se produce, adquirir conciencia de ello y salirse: intercambio y comuni-
cación * crean la apertura necesaria.
Después de esta toma de conciencia y de este deseo de abandonar una con-
ducta negativa, hay que conseguir suprimir el proceso reflejo en el que uno puede
encontrarse comprometido. La voluntad o la razón (el cerebro superior) son a menu-
do impotentes; sólo gobierna el cerebro primitivo, y es a éste a quien hay que condi-
cionar de nuevo. Dirigirse a este último no es cosa fácil, pero es, sin embargo, posi-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 138
RECUERDE:
• Si bien el cerebro actúa sobre el cuerpo, lo contrario también es cierto; es
a través de todo el organismo como se equilibra el estado mental.
• Debe usted conocer bien su físico y su psique (o psiquismo), a fin de de-
tectar sus propias señales de alarma y responder así rápidamente a cual-
quier inestabilidad peligrosa.
• No espere nunca a que una situación se degrade para intentar ponerle
remedio, ya que, a menudo, la pendiente es luego mucho más difícil de
remontar.
• Evite muchos problemas llevando una vida sana y regular; evite todo abu-
so.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 140
EN POCAS PALABRAS....
El cansancio debe considerarse como una advertencia del cuerpo de que existe un desequilibrio.
• Resuelva los conflictos que se derivan de la doble tensión provocada por un deseo y una prohibición.
• Evite las emociones negativas; oriente su pensamiento hacia el futuro.
• Relájese abandonando su marco habitual.
2. Su ritmo de vida
De inmediato:
• Tome conciencia de su situación
• Suspenda a tiempo toda actividad (momentáneamente).
• Recupere su sueño natural.
• Consulte al médico que le trata habitualmente.
Cada día:
• Relájese.
• Piense en las necesidades de su cuerpo, particularmente en las necesidades energéticas.
RECUERDE:
Sepa encontrar períodos de calma después de los períodos de agitación.
Un abuso de medicamentos puede ser también una fuente de fatiga; evite en
cualquier caso los psicotropos, sedantes, tónicos... Busque más bien la causa o
causas profundas de sus problemas; resuélvalos a través de su estado de ánimo
positivo, pregúntese siempre dónde reside su interés a largo plazo; intente, también
aquí, razonar, no dejarse dominar por sus emociones.
31. EL SUEÑO
EN POCAS PALABRAS....
El papel del sueño es determinante en el equilibrio físico y psíquico, así como en el desarrollo funcional.
gún su edad y su naturaleza; de ocho a nueve horas por la noche es la media cons-
tatada para los adolescentes, mientras que la de los adultos es de siete a ocho
horas (se recomienda, no obstante, no bajar de las seis a siete horas, particularmen-
te, en los períodos de preparación de exámenes). En realidad, es necesario respetar
el ritmo propio; en efecto, en una misma familia, se observan madrugadores y dormi-
lones (para conocer su propio ritmo, observe su comportamiento natural durante las
vacaciones). Debe evitar alterar su reloj interno.
Conserve sus propios hábitos; no rompa su equilibrio entre vigilia y sueño;
asegúrese un período de reposo suficiente y encuentre su armonía en función de las
limitaciones y obligaciones existentes; así, no ajuste su hora de acostarse en función
de los programas de televisión, sino, más bien, en función de su hora de levantarse
la mañana siguiente.
31.2.1 Las condiciones
RECUERDE:
• Sus jornadas se preparan por la noche.
• Haga que se respete su sueño tanto como su trabajo.
• Para dormir bien, no altere sus ritmos personales y deje sus preocupacio-
nes a la puerta de su dormitorio; entre en el mundo de los sueños, desco-
necte, por fin, su razón.
• Sepa también que el sueño perdido no se recupera.
EN POCAS PALABRAS....
Para ayudarle a sentirse en forma y para abordar sin temor los momentos difíciles, existen varias técnicas.
1. La respiración profunda
Ayuda a reponer la fatiga y estimula el cerebro. La respiración es nasal, rítmica y profunda. Siga bien los cinco tiempos que
se indican.
2. Interés de la relajación
A veces es necesario reducir nuestro funcionamiento mental para suprimir las tensiones y la fatiga, así como para estructu-
rar nuestros conocimientos.
Aísle sus sentidos. Relaje su mente y sus párpados; piense sólo en su respiración; sienta cómo sus miembros se vuelven
cada vez más pesados.
4. Métodos de distensión
Practique los mensajes de la cabeza y del cuello mediante movimientos repetidos. Tome duchas calientes, practique una
gimnasia suave y la natación.
5. La autosugestión
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 148
Instale en su cerebro primitivo una idea positiva; así, éste no se opondrá ya a su acción; usted podrá también gobernar
mejor su cuerpo. Para ello, repita una frase positiva cuando esté en estado de relajación, o hágase también una representa-
ción mental, varias veces al día, de lo que usted desea lograr.
RECUERDE:
• Para eliminar la fatiga, relaje regularmente las tensiones de su cuerpo, pe-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 152
33. LA ALIMENTACIÓN
EN POCAS PALABRAS....
La alimentación condiciona parcialmente nuestras capacidades y nuestro estado mental.
1. Diversifique su alimentación
• Para conservar su equilibrio, modérese y varíe su alimentación para obtener glúcidos, prótidos y lípidos en propor-
ciones adecuadas.
• Beba litro y medio de agua cada día.
• Busque los productos con vitaminas A, B, C, D, PP, así como los que contienen calcio, fósforo, hierro, magnesio,
cobre.
• Diversifique su alimentación.
• Reduzca azúcares, grasas.
• Mastique, no coma maquinalmente.
• No pique nada entre horas.
trigo; la leche, yogures, quesos de pasta dura; los pescados de mar, huevos, levadu-
ra de cerveza, cacao no azucarado (por el magnesio).
Evite picar entre comidas, especialmente productos azucarados, salados o
chocolateados; no beba tampoco bebidas azucaradas.
Evite, de manera general, los azúcares de asimilación rápida: azúcar refinado
o en polvo, sodas, helados, dulces..., pues favorecen la transformación de los lípidos
en grasa, provocan bajones durante la mañana y también cortan el apetito para las
siguientes comidas. Prefiera los azúcares complejos de asimilación lenta contenidos
en el pan, las pastas, el arroz, la patata; el cerebro encontrará en ellos una fuente de
energía para funcionar (éste consume, él solo, el 20% de la glucosa del organismo).
Reduzca las grasas visibles u ocultas: charcutería, carnes grasas, mantequi-
lla, fritos, demasiado pesadas de digerir. No abuse de la sal.
No suprima ni minimice ninguna comida, particularmente el desayuno. A la in-
versa, no haga ninguna comida demasiado copiosa, especialmente por la noche,
para evitar la somnolencia de después de la cena y despertarse luego a media no-
che.
Diversifique su alimentación; así no tendrá que calcular cada día lo que nece-
sita; evitará, igualmente, carencias o excesos de tal o cual elemento.
Varíe la presentación de las comidas para conservar el buen apetito.
Sepa que la forma de comer es tan importante como lo que se come. Ponga
el máximo cuidado en masticar bien, para insalivar y facilitar la digestión.
No coma maquinalmente delante de la televisión o leyendo. No desprecie sus
alimentos hasta el punto de desinteresarse de ese modo por ellos; no desdeñe tam-
poco a su familia. La comida es una doble apertura: usted se enriquece con lo que
come, pero también con las conversaciones en torno a la mesa familiar. Por esta
razón, una comida requiere un cierto tiempo: de 30 a 45 minutos es una duración
razonable.
Relájese después de las comidas; usted sabe que este período no es bueno
para el trabajo intelectual (ver “La siesta”, en el apartado correspondiente del Capítu-
lo 31).
RECUERDE:
• En caso de desfallecimiento, prevea, durante los períodos de trabajo in-
tensivo, un aporte de energía suplementaria (fruta fresca, frutos secos, pa-
lotes de cereales poco azucarados, vaso de leche...). Esto le permitirá no
estropear sus finales de mañana o de tarde. Acuérdese de beber agua.
• Junto al sueño, la alimentación es un pilar básico de su equilibrio; ocúpese
seriamente de ella. Evite los excesos, siempre nefastos (sal, azúcar...)
propios de los antiguos hábitos alimenticios o de los nuevos (fast-food).
Sepa conciliar placer inmediato y verdadero interés.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 158
• Por último, no modifique nada justo antes del examen; esto le perturbaría
demasiado (en este campo hay que proceder poco a poco). Busque, como
en tantas otras cosas, el equilibrio a largo plazo.
EN POCAS PALABRAS....
Los beneficios de la práctica regular de un deporte y de la educación física son múltiples.
1. Aporte psíquico
La gimnasia y el deporte proporcionan placer, juego y relajación psíquica. Forman asimismo el carácter y la personalidad.
2. Aporte intelectual
El proceso de memorización interviene en el aprendizaje de una habilidad motriz como en el de cualquier otra disciplina.
Después de haber retenido un gesto o una coordinación, hay que repetirlo las veces que sean necesarias hasta poder recordar
automáticamente ese resultado en el momento deseado. Importantes facetas de la inteligencia se ponen de manifiesto en el
transcurso de esas etapas.
3. Aporte corporal
Educación física y deporte proporcionan un alivio al sistema nervioso, una desintoxicación del organismo, particularmente,
del cerebro, una resistencia muscular y una mayor vitalidad.
4. Aporte social
Deporte y educación física deben ayudarle a sentirse bien en su piel; permiten, igualmente, el aprendizaje.
habilidad motriz pone en juego las mismas actividades mentales. Realizar una mar-
ca (es decir, ejecutar una acción para obtener un resultado concreto) no es un obje-
tivo en sí; esta marca debe poderse reproducir en condiciones variadas, de ahí la
existencia de un proceso de memorización * y la aplicación de una reflexión profun-
da.
Llegar a reproducir una serie de movimientos precisos, coordinados, rápidos,
supone un entrenamiento, una repetición, un trabajo de resistencia. Como para
cualquier trabajo intelectual – o más exactamente, para cualquier memorización -, es
preciso superar varias etapas, transformar un estado, limitado inicialmente, en una
conducta determinada por diferentes criterios, como, por ejemplo, la velocidad o la
precisión.
34.2.1 Primera fase: registrar la información
Para esto es preciso, en primer lugar, estar motivado, encontrar un interés en
lo que se desea reproducir, fijarse un desafío, saber también que uno será juzgado
por sus resultados: el cerebro primitivo abrirá entonces todas las puertas de la aten-
ción.
Seleccionar la información: hay que conocer qué movimientos, actitudes o
coordinaciones se deben reproducir; adquirir conciencia de la meta que hay que al-
canzar y de los diferentes objetivos intermedios para lograrlo (por ejemplo, ganar un
partido de balonvolea), y para ello aprender a efectuar un servicio eficaz. En reali-
dad, determinar con el entrenador una estrategia para alcanzar ese objetivo. Inme-
diatamente después, se requieren todas las facultades de observación para no per-
der de vista el modelo que hay que seguir, para comprender y no retener más que lo
que sea útil.
Codificar esas informaciones: hacerlas suyas reproduciendo uno mismo, in-
mediatamente, esos movimientos aislados o esas coordinaciones. La información
externa se integra, así, a nivel psíquico.
34.2.2 Segunda fase: almacenar la información
Para memorizar los gestos, es preciso intentar reproducirlo, repetir los movi-
mientos mejorándolos poco a poco gracias a los consejos del entrenador. Hay que
pensar en el procedimiento a seguir. Controlar siempre los resultados gracias a los
indicadores, a los criterios de éxito o de rendimiento; analizar la distancia que nos
separa del objetivo (efecto de retroacción *); recomenzar la acción corrigiendo el
procedimiento, el estilo, la preparación: encontrar, eventualmente, el propio método,
después de haber imitado el de los demás. Ser capaz de alcanzar la habilidad de-
seada, pero comprender también lo que ocurre sobre el terreno, anticiparse y adap-
tarse a las situaciones evolutivas.
Estas repeticiones incesantes son indispensables, ya que permiten suprimir
las conductas inadecuadas, crear, estabilizar, consolidar, afinar, ciertos circuitos neu-
ronales *, conectarlos entre sí. El tiempo, la duración, se convierte en un factor de-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 160
todos los productos estimulantes, pero beba mucho agua para recuperar la elimina-
da.
Evite todo gasto excesivo de energías, toda fatiga o sobrecarga nefastas para
el trabajo intelectual; cuatro horas por semana, en total, incluida la educación física,
parece una medida razonable. Vigile la evolución de sus notas y la de sus rendi-
mientos deportivos... Sepa, si llega el caso, elegir a tiempo entre competición y es-
tudios, entre satisfacción a corto plazo e inversión a largo plazo. Practique regular-
mente el deporte, pero de forma moderada.
34.4 El aporte social
Desde un punto de vista social, el atreverse a manifestar su cuerpo ante los
demás, aun cuando los resultados no sean muy buenos, es aprender a aceptarse tal
cual uno es, a vencer sus complejos, a sentirse a gusto dentro del propio pellejo an-
te las miradas ajenas. Los juegos en grupo, el espíritu de equipo o de competición,
el entrenamiento entre varios, son también una de las escasas ocasiones que se le
ofrecen de captar y comprender los comportamientos sociales.
RECUERDE
• El aprendizaje de una actividad deportiva se apoya, como todos los de-
más, en tres elementos: usted mismo, su entrenador y los resultados que
debe conseguir. Sepa armonizar lo mejor posible estos tres elementos.
• Considere el deporte y la educación física como unos momentos privile-
giados de su aprendizaje, de su desarrollo intelectual, de su autorrealiza-
ción; en ninguna otra actividad tendrá esta oportunidad de poner de mani-
fiesto algunas de sus cualidades; no se prive de esta disciplina fundamen-
tal. Abordando la educación física y el deporte desde ese punto de vista,
usted desarrollará todas sus facultades para aprender y, paralelamente, su
práctica le proporcionará grandes satisfacciones.
EN POCAS PALABRAS....
La voluntad y la atención permiten la concentración, que es el origen de las numerosas capacidades que se necesitan para
el aprendizaje: a nivel de recepción de la información, de su comprensión, de su memorización y de su restitución.
El cerebro primitivo bloquea la información si ésta no evoca en él un recuerdo agradable. Así, pues, es preferible efectuar
una asociación entre una idea positiva y la acción solicitada.
Elimine todo lo que pueda distraerle (ver Capítulo 13: “Ordene su cuarto de
estudio”). No permita que le molesten (compañero hablador en clase, familia o telé-
fono en casa).
Evite a los que se mueven inútilmente o que hablan sin actuar. Piense sólo en
usted mismo, pero evite también sus propias trampas. Aíslese física o mentalmente
y haga que se respete su elección.
35.3.2 Sea consciente de lo que efectúa
El mejor aprendizaje se efectúa en un estado de alerta total; más que en si-
tuación activa, usted debe estar en hiperalerta. Sea consciente, en primer lugar, de
usted mismo y, después, de su entorno. Escuche en lugar de oír, mire en lugar de
ver. Que su actitud sea crítica, comparativa, interrogativa, frente a las ideas propues-
tas. Su mente será analítica o sintética según las situaciones; compare las ideas
entre sí. Observe todos los detalles, las palabras clave, los grandes ejes. Viva cada
elemento en forma de representaciones mentales.
Su pensamiento debe concentrarse precisamente en su tarea; sólo debe inte-
resarle una cosa, la que esté haciendo en ese momento (si le vienen otras ideas a la
cabeza, anótelas en una hoja aparte, y no piense más en ellas). Trabaje con una
escritura esmerada, trate los datos con método, exprésese con claridad.
Usted sabe que será controlado. Piense en que sus resultados sean verifica-
bles, cuantificables, ahora o más tarde. Nada mejor que esto para evitarle dormitar
sobre su trabajo.
35.3.3 Ejercicios de atención
Tómese las clases y sus sesiones de trabajo personal como unos juegos:
efectúe ejercicios de observación para controlar su poder de atención. Así:
• Cuando tenga que aprender una lección, localice bien en el cuaderno su
estructura (títulos, subtítulos...); visualícela. Después, intente reproducirla
en el borrador. Compruebe las diferencias entre ambas. Usted debe poder
retener cada vez más elementos. A medida que vaya progresando, distan-
cie la verificación en el tiempo para recordarla por espacios de tiempo ca-
da vez más largos. Proceda siempre con buen sentido y aumente la difi-
cultad poco a poco.
• Proceda de igual modo con los cuadros, los gráficos...
• En clase, intente descubrir las grandes divisiones de la lección durante su
mismo desarrollo.
• Puede divertirse ejercitándose a partir de los rostros de sus compañeros,
de su vestimenta... Entrénese, sin embargo, preferentemente con algo que
le resulte útil en el plano escolar, ya que así le será doblemente provecho-
so.
Cuanto más ejercite por juego, por placer, su atención y sus capacidades de
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 166
RECUERDE:
• Unas buenas motivaciones y una mentalidad positiva le permiten pasar a
la acción fácilmente, actuar rápidamente, sin esfuerzo, con comodidad.
• Apóyese, de todos modos, en unos buenos hábitos de trabajo: condició-
nese. La repetición regular del esfuerzo puede, por sí misma, aliviar el es-
fuerzo de la voluntad, favorecer su concentración.
EN POCAS PALABRAS....
Los exámenes se preparan a largo plazo.
Identifique sus objetivos con precisión. Piense en los repasos durante su trabajo cotidiano. Planifique (a largo y a corto
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 167
plazo) los aspectos intelectuales, físicos y psíquicos, exigidos para superar la prueba.
2. ¿Cuándo repasar?
Vaya aprendiendo paulatinamente lo necesario para pasar cada uno de los controles o exámenes parciales. Repase en las
vacaciones de febrero y de Semana Santa, y luego continuamente, a partir, según los casos, de una u otra de esas dos fe-
chas; las tres últimas semanas las dedicará a los repasos intensivos.
Para entrenarse a efectuar los repasos, para saber afrontar las condiciones del examen, para hacer un balance, por último
de los propios logros y las propias lagunas.
4. ¿Cómo repasar?
• Puede usted trabajar con otro compañero para entrenarse en las pruebas orales o para controlar sus progresos.
• Trabaje según su propio ritmo, con tal que termine todos sus repasos.
• Repase sobre las fichas; no entre en detalles.
• Verifique su asimilación.
• Alterne las asignaturas.
• Tenga siempre una moral de vencedor.
Como para una prueba deportiva, prepárese mucho tiempo antes en el plano
intelectual, por supuesto, pero también en el físico o psíquico. Solucione todas sus
dificultades en el transcurso del año, sin acumular los problemas.
Para sus repasos, proceda del mismo modo que para sus adquisiciones: ela-
bore planes de trabajo a largo plazo y a corto plazo (ver Capítulo 12: “Saber organi-
zarse”). Haga el inventario de todo lo que tiene que repasar, divídalo en sesiones de
trabajo que incluirá en su tiempo disponible. Para comenzar, indique únicamente las
grandes líneas, ya irá detallando a medida de sus necesidades.
36.1 Preparación a principios de curso
¿Quiere usted tener éxito realmente en su examen o en sus oposiciones?
Prevea, entonces, sus revisiones desde el principio de curso; esto le ahorrará mu-
chos esfuerzos inútiles posteriormente.
Sepa cuáles son los niveles requeridos en cada asignatura, cuáles son exac-
tamente los programas, cuántos años (cursos) pueden abarcar los exámenes... Pre-
párese precisamente para lo que se le va a solicitar.
Tenga unas herramientas fiables, fáciles de manejar y que le permitan ganar
tiempo (ver Capítulo 13).
Piense en sus revisiones dentro de su trabajo diario: sus apuntes, sus fichas,
sus ejercicios, sus trabajos, deben ser lo más claros posible, legibles, evidentemen-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 168
te, puestos al día y clasificados paulatinamente. Aprenda las lecciones en los docu-
mentos que utilizará durante sus repasos, es decir, en sus apuntes, sus fichas, sus
libros de texto eventualmente; evitar cambiar de herramientas en el transcurso del
año, eso complicaría el trabajo a su memoria.
Sepa organizarse *. Sin organización, sus repasos serán caóticos o se con-
vertirán en un calvario. Sobre todo, no se imagine que va a poder efectuar su trabajo
en las últimas semanas antes del examen: por un lado, porque es materialmente
imposible; por otro, porque usted estará sin duda fatigado después de todo el curso
y una “empollada” le agotaría aun más (además, en esa época los profesores acele-
ran para terminar el programa). No olvide que los últimos controles tendrán también
lugar a un ritmo constante. Por último, en mayo y junio comienza a hacer buen tiem-
po y las tentaciones de levantarse de la mesa y salir a la calle son grandes. Los re-
petidores no se libran tampoco de estas reglas: ellos también deben preparar sus
revisiones desde principios de curso.
36.2 ¿Cuándo repasar?
Para evitar el pánico de finales de año, vaya aprendiendo poco a poco y re-
pase después, con motivo de cada control o examen parcial, lo aprendido. Estas
revisiones acumulativas frecuentes son las que le permitirán fijar progresivamente
los conocimientos en la memoria y no verse agobiado por el tiempo. Así se asegura-
rá contra los imprevistos, lo que será su mejor remedio contra el estrés.
36.2.1 Si tiene que examinarse
El período de exámenes se sitúa, por regla general, antes del verano para los
ciclos de formación que han comenzado en septiembre. Usted no podrá comenzar
sus revisiones hasta tener los suficientes elementos, es decir, hacia las vacaciones
de Navidad, pero, sobre todo, en las vacaciones de febrero (día D – 120 más o me-
nos). Después, usted volverá a repasar completamente otra vez durante las vaca-
ciones de Semana Santa (alrededor del D – 60); probablemente, a la vuelta de una
de estas vacaciones se realicen algunos ensayos de examen. Finalmente, usted
realizará sus últimas revisiones tres semanas antes del examen (es decir, D – 20).
Realice esas tres revisiones serias; así, la última, la del examen, será netamente
menos importante y mucho más eficaz:
• Gracias a los repasos de febrero, mejore sus notas del segundo trimestre,
las últimas que figuran generalmente en su expediente de candidatura a
los centros donde usted desea proseguir sus estudios.
• Las revisiones de vacaciones de Semana Santa permiten hacer balance
de los conocimientos adquiridos durante los dos primeros trimestres.
• Usted aprovechará seguidamente los numerosos puentes del mes de ma-
yo para asimilar y consolidar lo aprendido en el tercer trimestre. Así estará
listo para abordar los últimos repasos (D – 20) sin estrés, en plena forma
intelectual, física y psíquica.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 169
Sus primeros repasos deben, pues, tener lugar durante las vacaciones de fe-
brero. Calcule los días que necesitará para repasar, repártalos a lo largo de esos
días libres, en medias jornadas, eventualmente; dedique el resto del día al ocio,
obedezca sus propios ritmos para descansar (duerma por la mañana o por la noche,
según sus preferencias.
En Semana Santa, un segundo repaso le exigirá más tiempo; proceda de la
misma manera, situando sus días de descanso al comienzo y al final de las vacacio-
nes, los demás días deben estar ocupados por su trabajo.
A partir de aquí, usted debe entrar en un período de revisiones continuas, pa-
ralelamente al aprendizaje de las nuevas lecciones; sepa utilizar bien sus fines de
semana para este fin. Las tres últimas semanas se dedicarán a los repasos intensi-
vos (ver el apartado 5 de este capítulo).
36.2.2 Si se trata de unas oposiciones
¡La competencia es dura! Usted deberá trabajar durante un período más largo
para destacarse de los demás. Proceda del mismo modo que precedentemente, pe-
ro adelantando las fechas: primeras revisiones en Navidad, revisiones continuas a
partir de las vacaciones de febrero; después de un último descanso, la Semana
Santa la dedicará completamente a los repasos (a partir de febrero, sus fines de
semana no estarán de más para llevar a buen término su tarea).
36.3 ¿Por qué hacer uno o varios exámenes de prueba?
En primer lugar, se trata de que usted se entrene en efectuar revisiones. Du-
rante estas pruebas, usted deberá pasar todas las disciplinas, una por una, tendrá
como para los exámenes reales, que repasarlas todas juntas y no a medida que se
vayan realizando los ejercicios. Deberá, pues, mantener un ritmo de trabajo constan-
te, lo que produce generalmente una cierta decepción en los que no están bien pre-
parados. A menudo, esta es una buena ocasión para darse cuenta del trabajo que
queda por hacer; felizmente, en esta época, aún no es demasiado tarde para cam-
biar los hábitos de estudio.
Seguidamente, hay que afrontar las condiciones del examen, es decir, man-
tener la tensión a lo largo de las pruebas, mantener la concentración, dominar el
cansancio, el pánico eventualmente: aprender a conservar una excelente forma físi-
ca y psíquica. Esta es una buena ocasión para someter nuevamente a prueba la
alimentación para los períodos de exámenes, los consejos para dormir, las infusio-
nes y los medicamentos eventuales (usted ya los habrá puesto a prueba, no obstan-
te, una primera vez, pero en circunstancias en las que no iba a ser juzgado).
Por último, los exámenes de “fogueo”, o exámenes de ensayo, son un medio
de descubrir, a través de los temas planteados, el nivel real de exigencia y poder así
autoevaluarse; hacer un análisis de nuestros conocimientos y nuestras carencias,
replantearse el plan de trabajo en función de la diferencia constatada entre los obje-
tivos y los resultados. Si estos últimos son malos, no hay que desmoralizarse, sino
adoptar la actitud positiva adecuada, es decir, buscar las causas profundas de nues-
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 170
RECUERDE:
• Su entrenamiento es comparable al de un deportista de élite, no espere al
último mes para elegir el calzado.
• Su plan de trabajo en las últimas revisiones es absolutamente imperativo:
su programa debe estar concluido a final de curso; ésta será su única pre-
ocupación, pero también su obsesión.
• Movilice su cerebro primitivo, regularmente, por autosugestión *, escuche
unos breves pasajes de música estimulante; este cerebro primitivo le da
confianza *, él es quien le animará en sus esfuerzos.
EN POCAS PALABRAS....
Vencer la ansiedad es posible, y más fácil de lo que usted cree.
El cerebro primitivo considera que existe una amenaza. Moviliza entonces al organismo para permitirle huir o luchar.
4. La acción
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 174
• Póngase en situación de vencedor.
• El nerviosismo desaparece con la acción.
ticamente detrás.
37.2.5 Exprese su miedo
Si realmente usted siente miedo ante estos exámenes, exprese sus aprensio-
nes tantas veces como sea necesario (particularmente, antes de los exámenes).
Comuníqueselo a alguien que le escuche sin juzgarle. Evite a las personas ante las
cuales no desearía verse desvalorizado y también a aquellas con las que le unan
vínculos afectivos. Desahóguese con alguien de su clase o del exterior (de un grupo,
un club, etc.): elija un “confesor”. El hecho de mencionar sus temores le liberará en
gran parte de los mismos; así se librará de esa tensión provocada por el hecho de
no poder expresar espontáneamente su temor, y trabajará con la mente libre y rela-
jada.
37.3 A la espera del examen
Durante los períodos de espera de los exámenes es cuando se producen las
más fuertes movilizaciones de su organismo, el nerviosismo está en su punto culmi-
nante. Es, pues, muy importante para usted poder suprimir, en ese momento preci-
so, todos los bloqueos. Comience por evitar la excitación ambiental. Procure aislar-
se, no se quede esperando en los pasillos, salga a tomar el aire, sin alejarse dema-
siado. ¡Ojo! No sienta la tentación de huir, no encuentre ninguna razón para esca-
parse, ¡ni lo piense siquiera! Como todo el mundo, usted está nervioso, pero ya co-
noce la manera de combatir ese nerviosismo; en el peor de los casos, usted sabe
que se le pasará en cuanto comience la acción.
37.3.1 Respiración, relajación
Si es usted consciente de que su estado es nefasto para el éxito, intente re-
cuperar su equilibrio anterior mediante la respiración profunda *. Son posibles dos
soluciones:
• bien caminar respirando conscientemente, de manera profunda, amplia,
tranquila y controlada, lanzando largos suspiros; así usted oxigena su ce-
rebro y se relaja;
• bien practicar la respiración profunda, sentado o de pie, con los ojos ce-
rrados preferentemente.
Sus ritmos corporales se lentificarán de forma progresiva, y alcanzará la rela-
jación física. Sentirá entonces en usted una energía, una fuerza, una potencia psí-
quica, que le permitirán enfrentarse al reto: se sentirá a gusto en su piel.
37.3.2 Desbloqueo psicológico
ra. Olvide los fracasos del pasado, imagine la victoria final: tenga una moral de ven-
cedor, que así pone las cosas a su favor.
De manera general, aparte de su mente toda idea negativa. Sea optimista,
piense sólo en los aspectos positivos, en sus bazas para triunfar:
• Usted conoce el examen y se ha preparado metódicamente; no tiene,
pues, que temer ninguna sorpresa.
• Los examinadores no son verdugos; sabrán reconocer y apreciar sus cua-
lidades.
• Si está usted flojo en una materia, puede usted agarrarse a las demás y,
eventualmente, salir adelante a través del juego de coeficientes.
37.3.2.2 Encuentre la fuerza que le impulse a actuar
¿Cuáles son las ventajas que espera obtener, cuáles son sus motivaciones?
Sitúe el acontecimiento actual dentro de su plan a largo plazo; usted debe al-
canzar su objetivo. Usted ha invertido en sí mismo, y debe sacar partido de esa in-
versión; concédase el lugar que usted mismo se ha fijado. Piense que sus familiares
y amigos confían en usted, eso le dará seguridad.
Crea firmemente en sí mismo, en sus posibilidades: usted va a demostrar to-
da su valía.
37.3.2.3 Practique la autosugestión
Durante esta espera, como durante todo el año, recuerde las frases positivas
que se dirigía antes de realizar un trabajo y repítalas mentalmente.
37.4 La acción
¿No está del todo convencido con lo que acabamos de mencionar? Piense
entonces que, de todas formas, estos exámenes se pueden comparar a un juego
social, un juego de representación de papeles: póngase en el papel del vencedor y
luche entonces para ganar. Piense en las personas a las que le gustaría imitar, en
los obstáculos que ellas también han tenido que superar. Tararee esa canción que le
proporciona habitualmente energía, vigor. Piense que usted tiene la garra y la con-
vicción necesarias, que posee una agresividad positiva: esta fuerza interior es la que
le hará ganar el desafío.
Por fin, ya puede usted actuar. Lo más difícil ya ha pasado, la acción está
emprendida, está usted totalmente movilizado sobre su trabajo, el nerviosismo ha
desaparecido.
Observación: Si le hablan de medicamentos milagrosos contra el nerviosismo
(los betabloqueantes), sepa que se deben utilizar bajo prescripción médica a causa
de un cierto número de contraindicaciones (asma, problemas cardíacos, úlceras). Si
bien es cierto que presentan menos problemas que los tranquilizantes clásicos, sus
efectos secundarios, nefastos para el aprendizaje, no se deben, sin embargo, des-
deñar (disminución de las capacidades de concentración, cansancio, insomnios).
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 178
RECUERDE:
• Todas sus limitaciones, sus bloqueos, provienen de su mente. Visualice
siempre su éxito o lo que usted desea lograr, así podrá conseguirlo mucho
mejor.
• Su poder reside en la confianza en usted mismo, en la fe en su futuro.
EN POCAS PALABRAS....
Tenga confianza en sí mismo: usted desea expresarse para que se reconozca su valía. Movilícese totalmente.
Manténgase activo. Rellene la parte superior de la hoja con sus datos, prepare su material.
2. Gane tiempo
Detecte claramente los problemas planteados. Cuidado con salirse del tema, con los contrasentidos. Comience por las
preguntas más fáciles y distribuya bien su tiempo.
4. La preparación en el borrador
Su preparación debe ser clara. Si se bloquea, pase a la siguiente pregunta; sepa tomar perspectiva.
5. La expresión
Debe usted imperativamente conseguir que su destinatario le comprenda. Sea claro y coherente en su demostración, en su
expresión y en su presentación.
Memorizando sus conocimientos, pero también a través de la lectura, la redacción de ejercicios y la preparación de expo-
siciones.
RECUERDE:
• Comience por crear las condiciones favorables para un intercambio entre
usted y el corrector. Piense en él, ya que también a él va destinado su tra-
bajo; sienta simpatía por el examinador y él la sentirá por usted. Favorezca
así la comunicación entre ustedes, cree una corriente positiva.
• No funcione de un modo reflejo, sino reflexivo. Sepa adaptarse con preci-
sión al tema del examen, domínelo, muestre su inteligencia.
EN POCAS PALABRAS....
Para encontrar ideas, proceda por asociación y respete las etapas siguientes:
1. Fase de espontaneidad
• Deje llegar sin restricciones todas las evocaciones a su mente, anótelas en el borrador.
• Recuerde todo lo que ha leído, visto, oído: personalice su reflexión a través de sus experiencias.
2. Fase de profundización
• Plantéese las preguntas tradicionales: ¿qué hace cada cual, dónde y cuándo, por qué y cómo?
• Asocie las ideas por contraste, semejanza, oposición, clasificación, elabore cuadros. Siga un procedimiento lógico.
• Razone (descubra, defina, explique, analice, deduzca, aplique).
Todo ejercicio, ya sea escrito u oral, requiere una búsqueda de ideas; éste es
a menudo el punto flaco del trabajo: “demasiado breve”, “demasiado seco”, “carente
de ideas”, son entonces las apreciaciones de los profesores. Los datos personales
condicionan a menudo la riqueza de un ejercicio. Para encontrarlos, he aquí algunas
técnicas que se apoyan todas en el funcionamiento normal del cerebro, es decir, en
un pensamiento esencialmente asociativo.
Una vez elegido y comprendido el tema, proceda como sigue, y por este or-
den: en un primer momento, es preferible que usted deje trabajar a su cerebro primi-
tivo; en un segundo momento, profundice o analice detenidamente sirviéndose de
su razón; en un tercer momento, ordene el conjunto de sus elementos.
39.1 Primera fase: la espontaneidad
39.1.1 El estado de ánimo
Tenga confianza en sí mismo. Esta actitud mental es muy importante, ya que
favorece la aparición espontánea de ideas. De manera general, evite todo bloqueo;
debe usted encontrar un máximo de elementos. Descondiciónese, no tenga ningún
prejuicio, trabaje ingenuamente, sin orden preconcebido, anote incluso las ideas ex-
travagantes, ya que el borrador es su terreno personal; ya seleccionará usted poste-
riormente. No se concentre, levante las barreras, déjese llevar; haga trabajar a su
inconsciente. Que su cerebro funcione como en un sueño, reaccione impulsivamen-
te, emocionalmente en un primer momento; más tarde vendrá la parte racional.
Al leer el tema, surgirán evocaciones visuales y auditivas, déjelas llegar, bús-
quelas; ellas son su riqueza. Viva y reviva mentalmente las situaciones, las contra-
dicciones del problema planteado.
Si le resulta difícil arrancar, cree, inicialmente, el vacío mental durante unos
segundos, no piense más que en su respiración profunda *, esto le relajará y des-
bloqueará su mente.
39.1.2 Los campos de investigación
Cada página recibe una misma familia de ideas. Dos posibilidades se abren enton-
ces ante usted: si conoce o no los temas centrales.
39.1.2.2 Si conoce los temas centrales
Si tiene claramente en su cabeza las ideas principales, anote cada una de
ellas en el centro de cada hoja; por ejemplo, para un tema cuyo título es la crisis de
1929, usted anotará la palabra causas en una hoja, en otra, consecuencias, y en
una tercera, remedios. No vacile en reformular el tema, en utilizar su propio vocabu-
lario, así desbloqueará mejor su pensamiento.
Anote a continuación todas las ideas en dichas hojas en forma de palabras
clave. Distribúyalas alrededor de los elementos centrales, agrupándolas por afinida-
des sobre las mismas ramificaciones o sobre ramificaciones derivadas, cada ramifi-
cación da origen a otras ramificaciones. Las ideas próximas, similares, se hallan y
se encuentran en las ramificaciones vecinas, próximas.
39.1.2.3 Si no conoce los temas centrales
Anote entonces sin ningún orden preestablecido sus ideas, situando las que
se asemejen entre sí lo más agrupadas posible. Agrupe por afinidades las que va-
yan surgiendo; de ahí se irán desprendiendo seguidamente las ideas principales.
39.2 Segunda fase: la reflexión con detenimiento
Esta vez se trata de aprovechar al máximo sus posibilidades. Tras la fase de
espontaneidad, haga ahora que intervenga también la reflexión.
Al cabo de cierto tiempo, tras haber leído una vez más el tema, compruebe
que sus ideas responden precisamente a la pregunta, tache lo que esté de más.
Clasifique bien sus ideas en torno a los temas centrales de cada hoja; la visualiza-
ción de las palabras debe provocar en su mente asociaciones de ideas; lea even-
tualmente estos términos en voz baja, esto también puede ser un factor desencade-
nante.
39.2.1 Plantéese preguntas a partir de sus ideas
• ¿Quién, de quién, por quién, a quién, con quién?
• ¿Dónde y cuándo?
• ¿Por qué y cómo: en nombre de qué, por qué, en qué condiciones, con
qué medios, qué función?
• ¿Cuánto?
• ¿Con qué consecuencias?
RECUERDE:
Haga que participen a fondo todas sus capacidades cerebrales. Viva las si-
tuaciones a través de evocaciones visuales o auditivas; combine búsqueda racional
y no racional.
Una sola idea debe poder desencadenar muchas otras. Esto es lo propio de
nuestro funcionamiento cerebral, basado en la asociación.
40. LA REDACCIÓN
EN POCAS PALABRAS....
Sepa, en primer lugar, administrar bien el tiempo.
No decida elegir a priori un tema. No se precipite, ya que no debe usted retractarse de su decisión.
Elija el que usted comprenda bien y del que crea tener mayor conocimientos.
4. La introducción
La introducción despierta la curiosidad del lector. El primer párrafo anuncia el tema, el segundo lo presenta, el tercero
aporta el hilo conductor del ejercicio.
5. La conclusión
Compóngala inmediatamente después de la introducción. El primer párrafo efectúa una síntesis del desarrollo, el segundo
profundiza en el problema.
6. El desarrollo
Redáctelo directamente en su hoja de examen. Ha de seguir un hilo conductor y, paralelamente, una progresión.
7. El estilo
• Sea coherente gracias a los encadenamientos.
• Sea directo por medio de la concisión y la precisión.
RECUERDE:
• No tenga apriorismos antes de elegir un tema; evalúe sus capacidades de
éxito en los diversos temas que se le proponen; pregúntese sinceramente
cuál será el mejor para revelar al corrector sus cualidades personales.
• Sea lo más comunicativo posible, pero sea ante todo riguroso; de este
modo, la razón de su corrector se identificará y se rendirá ante sus argu-
mentos.
EN POCAS PALABRAS....
El tratamiento de este tipo de temas responde a unas exigencias específicas.
1. El trabajo en el borrador
2. La presentación
RECUERDE:
• El rigor de su pensamiento se manifiesta durante la preparación del ejerci-
cio a través del recurso al borrador, así como en su hoja de examen a tra-
vés de la estructuración y la presentación de su trabajo.
EN POCAS PALABRAS....
Tenga una moral de vencedor: no se sobreestime, pero tampoco se subestime.
1. Las condiciones
Si es posible, preséntese de nuevo a las asignaturas en las que le falten más puntos. Procure ser de los primeros en pre-
sentarse.
3. El primer contacto
Conserve su naturalidad.
4. El trabajo en el borrador
• Movilícese totalmente.
• Ordene sus ideas en un plan, pero no redacte.
4. Ante el examinador
• Responda exactamente a su pregunta, no dé nunca una mala imagen de sí mismo.
• Anuncie las diferentes partes, justifique sus ideas, concluya.
• Adáptese al corrector, incida en sus puntos fuertes.
•
4. El lenguaje oral
Haga frases cortas, sea directo y preciso, vivaz y convincente.
4. Cómo entrenarse
Participe en las clases, prepare exposiciones orales, entrénese con sus compañeros.
42.4.2 La construcción
Prevea el tiempo necesario para construir imperativamente un plan demostra-
tivo. Claridad y lógica serán, una vez más, sus cualidades principales. Ordene, clasi-
fique, coordine sus ideas. Adapte un plan sencillo, claro, identificable inmediatamen-
te en la exposición oral, por ejemplo: plan cronológico * o plan dialéctico *. Conserve
un hilo conductor, una lógica, una coherencia. Construya una demostración convin-
cente.
No redacte completamente, anote simplemente sus ideas de forma resumida;
suprima las que considere secundarias si anda escaso de tiempo. Aténgase a lo
esencial. Muestre su espíritu de síntesis.
Para esclarecer su mensaje, sea concreto: utilice términos ilustrativos, ejem-
plos, visualice mediante croquis, cuadros legibles por el corrector: facilite la com-
prensión y la memorización de lo que dice.
Tampoco dispondrá de tiempo para redactar completamente su introducción.
Conténtese con una frase inicial. Comience siempre por presentar claramente el
tema: ¿cuál es concretamente el problema planteado? Imagine que le está expo-
niendo la cuestión a un compañero que no la conoce. Intente eventualmente desper-
tar el interés del corrector mediante una pregunta bien elegida. Indique los puntos
que va sucesivamente a abordar. Consiga, en resumen, que el examinador se en-
cuentre en una buena disposición para la escucha. Mientras espera su turno, repase
tranquilamente su plan.
42.5 Ante el examinador
42.5.1 Su actitud
Identifíquese con un vendedor: lo que usted ofrece debe satisfacer al exami-
nador. Póngase en su lugar. ¿Qué es lo que éste desea? Responda exactamente a
su pregunta. Su comportamiento debe producir una reacción positiva. Muéstrese
vivaz, expresivo, convincente; así se destacará usted de la monotonía del resto de
candidatos. Implíquese totalmente.
Sus respuestas deberán ser personales y no simplemente conocimientos
aprendidos de memoria. Utilice sus propios ejemplos, demuestre, explique con con-
vicción. Apóyese en los textos, en esquemas, gráficos, cuadros. Justifique siempre
sus juicios. Haga como si tuviera que convencer a alguien que no conoce la cues-
tión. Así usted afirmará su dominio, su personalidad. Facilite la comunicación, el diá-
logo. Haga que el corrector se sienta interesado por su intervención.
Evite todo lo que pueda producir una reacción negativa. Su comportamiento
general debe ser natural y no balbuceante (no exhiba sus debilidades). No sea tam-
poco arrogante o “farol”, no invente nada, no intente engañar al corrector, pues éste
se dará cuenta y la comunicación quedará bloqueada. Por supuesto, no sea agresi-
vo o provocador ni, menos aún, hostil. No presente jamás una mala imagen de sí
mismo, no transmita sus sentimientos negativos: no dé nunca la impresión de salir
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 204
prueba oral.
De hecho, usted tendrá muy pocas ocasiones de situarse en las condiciones
del examen. Sólo la participación en las clases puede ayudarle; particularmente, en
el lenguaje y en las asignaturas de letras. Para familiarizarse con esta técnica de la
expresión oral, aproveche todas las oportunidades de hacer uso de la palabra: res-
ponda a las preguntas, suscite observaciones, prepare intervenciones orales. Inter-
cambie también ideas con sus compañeros, discuta de libros, de películas, de pro-
gramas de televisión que le hayan interesado. Explique la clase a los demás; habi-
túese así a responder a las preguntas, a esclarecer su pensamiento, a improvisar.
Usted logrará entonces una experiencia * en la expresión oral.
Si tiene usted la oportunidad de pasar un examen de prueba, o de “fogueo”,
aprovéchelo; prepare esta prueba con el máximo cuidado y saque las lecciones per-
tinentes de ella.
Entrénese también con un compañero: situándose uno en el lugar del profe-
sor y el otro en el del alumno, y viceversa. Así, cada uno podrá descubrir las dificul-
tades propias de un examen oral: prepararlo en un tiempo limitado, saber seguir un
plan en la exposición, escuchar las preguntas, responder rápidamente. Trabaje es-
tos puntos importantes, así los asimilará mejor.
Finalmente, usted puede también utilizar un magnetófono para corregir sus
principales defectos; particularmente, para mejorar su acento en los idiomas.
Sepa también cultivarse mediante la lectura de un diario, particularmente, pa-
ra poseer informaciones, ejemplos personales. Para los exámenes de idiomas, ten-
ga también conocimientos sobre el país y su cultura.
Por último, trabaje regularmente; no olvide el importante papel que juega el li-
bro escolar en determinados exámenes (el examinador durante o después de su
exposición mirará sus notas y las evaluaciones), para los que están rozando la me-
dia requerida, el libro escolar puede permitirles ser repescados por el jurado.
Las revisiones para la prueba oral las efectuará a partir de sus fichas * y,
eventualmente, de los trabajos de clase completados por los ejercicios corregidos.
No deje nada sin repasar. Si está apurado de tiempo, profundice menos en
las lecciones antes que correr un enorme riesgo.
RECUERDE:
• Sea tan riguroso con las pruebas orales como con las escritas; así, duran-
te su preparación y durante su exposición, se olvidará de su nerviosismo.
• Sienta el placer de comunicar sus conocimientos; una vez más, sea franco
y abierto con su interlocutor, sienta una cierta simpatía por él; esto genera-
rá una corriente positiva y un intercambio favorable.
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 207
EN POCAS PALABRAS....
Su preparación está terminada. Siga ahora estos últimos consejos.
1. El día D - 1
2. El día D
43.2 El día D
43.2.1 Antes del examen
Dése una ducha rápida para despertarse y tonificarse. Cuide de que su des-
ayuno le proporcione todas las energías necesarias para la mañana, por ejemplo:
leche con cereales azucarados, pan, mantequilla y una buena mermelada que le
despierte el apetito; añada, eventualmente, un zumo de fruta natural. Si tiene usted
la costumbre, tome también un huevo preparado como prefiera. Sobre todo, no vaya
al examen con el estómago vacío, pues padecería hasta el final de la mañana una
bajada de forma nefasta para su concentración. Antes de salir de su casa, asegúre-
se de llevar consigo todo lo que preparó la víspera, no olvide sobre todo su reloj;
escuche también su fragmento de música favorita para estimularse.
Llegue al lugar con un cuarto de hora de adelanto, como medida de seguri-
dad. Con sus compañeros, hable de cualquier cosa salvo del examen o, mejor aún,
aléjese de ellos. Tome perspectiva con respecto a su situación, observe la espera de
los demás. Seguidamente, movilícese totalmente de nuevo.
Sienta la fuerza interior que habita en usted. No se preocupe de la emoción
del momento, usted sabe que va a desaparecer en cuanto llegue la acción, esté us-
ted seguro de sí mismo. Entre en la sala del examen con satisfacción: va usted a
poder liberar toda la tensión positiva que tiene dentro. Por fin, tiene usted la oportu-
nidad, con la mente lúcida para resolver las dificultades, de demostrar sus capaci-
dades y de hacer frente realmente a lo concreto.
43.2.2 Después del primer examen
Vaya primeramente a relajarse, tome el aire. No se quede a comentar el exa-
men, huya de los chismorreos y de los candidatos agitados que sólo conseguirían
ponerle nervioso.
Eventualmente, entre las pruebas escritas, repase algunas fichas si le pre-
ocupan algunos puntos particulares. No piense más en lo que acaba de pasar, pien-
se sólo en el futuro.
Una vez terminado el examen escrito, concédase un día de descanso com-
pleto, duerme profundamente. Para tener una idea de sus notas, consulte, si es po-
sible, las correcciones o soluciones.
Según las modalidades del examen que haya pasado, y si no está muy segu-
ro de haber dado excelentes respuestas en su examen escrito, prepárese intensa-
mente para el oral. En realidad, usted se va aproximando al objetivo, siga estando
movilizado, no abandone hasta comprobar que su nombre no figura en la lista de
admitidos. Su programa de revisión está ya preparado; sígalo en las mismas condi-
ciones que para el examen escrito; en especial, mantenga un ritmo de trabajo idénti-
co.
Si el primer grupo de pruebas no ha sido muy satisfactorio, no se desanime,
todos los años se observan remontadas espectaculares de notas. Tenga en cuenta
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 210
sus lagunas o sus errores de las primeras pruebas para no cometerlos de nuevo. No
olvide repasar el Capítulo 42: “El examen oral”).
RECUERDE:
• Una vez terminadas las revisiones, vaya al examen confiado, pero lúcido.
Tiene usted pasta de ganador, movilícese totalmente en ese sentido. Esta
voluntad de combatir le asegura al mismo tiempo esa maestría personal;
está usted en la vía del éxito.
• Finalmente, sepa que un examen aprobado o suspendido no lo es todo: la
vida ofrece otras metas y, por supuesto, muchas otras pruebas. Ojalá este
libro pueda seguir siéndole útil, le sirva de herramienta para adquirir con-
fianza en sí mismo y le ayude a menudo, a lo largo de las distintas vicisitu-
des, a descubrir y utilizar todas sus capacidades: es decir, a autorrealizar-
se.
Índice alfabético
A
Abreviaturas
Acción
Agenda
Alcohol
Alimentación
Anfetaminas
Ansiedad
Apertura mental
Aprendizaje
Aptitudes
Apuntes
Apuntes (toma de)
Asignaturas (elección de)
Atención
Auditivo
Autonomía
Autorrealización
Autosugestión
B
Bachillerato
Barbitúricos
Betabloqueantes
Biblioteca
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 211
C
Café
Cansancio
Capítulo
Cerebro primitivo
Cerebro reptiliano
Cerebro superior
Cifras
Clases
Clases (cursos) por correspondencia
Clases particulares
Clasificación
Clasificar
Códigos
Coeficientes
Comidas
Comprender
Comunicar
Concentración
Confianza en uno mismo
Conocimientos
Correcciones
Córtex
Cronobiología
Cuarto de estudio
D
Demostración
Deporte
Depresión
Descanso
Descuidos (distracción)
Desequilibrios
Día D
Día D – 1
Día D – 20
Documentación (centro de)
Dossieres
Droga
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 212
E
Educación física
Eficacia
Ejercicios
Ejercicios científicos
Ejercicios literarios
Ejercicios técnicos
Empleo del tiempo
Energía
Entrenamientos
Equilibrio afectivo
Equilibrio emocional
Equilibrio energético
Equilibrio psicológico
Errores
Espera
Estilo
Estímulos
Estrategia
Estrés
Estructura (mental)
Estructuras (aprendizaje)
Examen de prueba
Examen escrito (consejos para el)
Examen oral (consejos para el)
Exámenes
Examinador
Éxito
Experiencia
Exposición oral
Expresión
Expresión oral (en clase)
F
Fatiga (eliminar)
Fichas de control
Fichas de lectura
Fichas de revisión
Ficheros
Forma física
Fracaso
G
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 213
Gramática
Gimnasia
H
Hemisferios
Herramientas
I
Ideas
Ideas clave
Imitación
Indicio
Información
Información (almacenamiento)
Información (búsqueda)
Información (recepción)
Información (selección)
Información (tratamiento)
Inscripciones
Inteligencia
L
Lecciones
Lectura
Lectura eficaz
Lengua viva
Lenguaje
Lógica
M
Matemáticas
Medicamentos
Memorizar
Miedo
Mnemotécnicos (procedimientos)
Motivación
N
Nerviosismo
Neuronas
Normas vigentes
O
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 214
Objetivos
Observación
Opcciones
Oposición
Organizarse
Orientación
Ortografía
P
Padres
Palabras clave
Participación
Pensamiento
Pensamientos positivos
Placer
Planes (redacciones)
Planificar su trabajo
Polivalente (lógica)
Prensa
Preparación para los exámenes
Presentación de los ejercicios
Problemas habituales
Profesor
Progresos
Pruebas y errores
Psicoestimulantes
R
Razonamiento
Redacción
Reflejo
Reflexión
Reflexión en profundidad (con detenimiento)
Relajación
Relajación psíquica
Repetición
Representaciones mentales
Resolver
Respiración profunda
Resumir
Retroacción (efecto de)
Revisiones (repasos)
Ruptura
GUÍA DE ESTUDIO Y APRENDIZAJE 215
S
Saber (el)
Saber hacer
Salud
Siesta
Siete elementos
Sistema límbico
Sueño
T
Tabaco
Televisión
Tema (lectura)
Temas (elección)
Tiempo
Timidez
Toma de conciencia
Trabajo
Trabajo en grupo
Tranquilizantes
V
Verificar
Visual
Vocabulario
Voluntad