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Perdiocidad Quimica
La química se dedica al estudio de los elementos y sus compuestos. En la
actualidad se conocen más de 100 elementos cuyas combinaciones entre sí
forman miles de compuestos diferentes, pero su estudio sería sumamente
complicado y tendría un conjunto de hechos separados si no fuera porque los
científicos han descubierto muchas semejanzas que se repitan de manera regular
en el comportamiento de los diferentes elementos químicos, y por que han
desarrollado diversas teorías que tratan de explicarlas, esto permite comprender
no solo el comportamiento químico de los elementos, si no también de los
innumerables compuestos que forman.
Al observar semejanzas físicas y químicas entre los elementos conocidos, fue
necesario encontrar un sistema que permitiera ordenarlos y agruparlos. Entre los
sistemas de clasificación que se han propuesto, debe mencionarse el de
Mendeleiev, quien señaló que las propiedades de los elementos son función
periódica de sus pesos atómicos.
Esta tabla periódica conste de 7 periodos (arreglo horizontal) y 18 columnas
llamadas grupos (arreglo vertical), que están subdivididos en subgrupos A y B.
Años más tarde, Werner modificó la clasificación de Mendeleiev, separando los
subgrupos A y B. La “tabla larga” de Werner es una de las que más se utilizan
actualmente, con algunas adaptaciones, y coincide con las configuraciones
electrónicas de los elementos.
Este sistema periódico se rige por la ley periódica de Moseley: las propiedades de
los elementos son función periódica de sus números atómicos.
Moseley demostró experimentalmente que en el átomo existe una cantidad
fundamental que varía en forma escalonada de un elemento a otro y que fue
llamada “número atómico”.+
Cuerpo negro
Un cuerpo negro es un objeto teórico o ideal que absorbe toda la luz y toda la
energía radiante que incide sobre él. Nada de la radiación incidente se refleja o
pasa a través del cuerpo negro. A pesar de su nombre, el cuerpo negro emite luz y
constituye un sistema físico idealizado para el estudio de la emisión de radiación
electromagnética. El nombre Cuerpo negro fue introducido por Gustav Kirchhoff en
1862. La luz emitida por un cuerpo negro se denomina radiación de cuerpo negro.
Todo cuerpo emite energía en forma de ondas electromagnéticas, siendo esta
radiación, que se emite incluso en el vacío, tanto más intensa cuando más elevada
es la temperatura del emisor. La energía radiante emitida por un cuerpo a
temperatura ambiente es escasa y corresponde a longitudes de onda superiores a
las de la luz visible (es decir, de menor frecuencia). Al elevar la temperatura no
sólo aumenta la energía emitida sino que lo hace a longitudes de onda más cortas;
a esto se debe el cambio de color de un cuerpo cuando se calienta. Los cuerpos
no emiten con igual intensidad a todas las frecuencias o longitudes de onda, sino
que siguen la ley de Planck.
A igualdad de temperatura, la energía emitida depende también de la naturaleza
de la superficie; así, una superficie mate o negra tiene un poder emisor mayor
que una superficie brillante. Así, la energía emitida por un filamento de carbón
incandescente es mayor que la de un filamento de platino a la misma temperatura.
La ley de Kirchhoff establece que un cuerpo que es buen emisor de energía es
también buen absorbente de dicha energía. Así, los cuerpos de color negro son
buenos absorbentes.
Modelo atómico de Bohr
principio de incertidumbre
La explicación "divulgativa" tradicional del principio de incertidumbre afirma que las
variables dinámicas como posición, momento angular, momento lineal, etc. se
definen de manera operacional, esto es, en términos relativos al procedimiento
experimental por medio del cual son medidas: la posición se definirá con respecto
a un sistema de referencia determinado, definiendo el instrumento de medida
empleado y el modo en que tal instrumento se usa (por ejemplo, midiendo con una
regla la distancia que hay de tal punto a la referencias ).
Sin embargo, cuando se examinan los procedimientos experimentales por medio
de los cuales podrían medirse tales variables en microfísica, resulta que la medida
siempre acabará perturbada por el propio sistema de medición. En efecto, si por
ejemplo pensamos en lo que sería la medida de la posición y velocidad de un
electrón, para realizar la medida (para poder "ver" de algún modo el electrón) es
necesario que un fotón de luz choque con el electrón, con lo cual está modificando
su posición y velocidad; es decir, por el mismo hecho de realizar la medida, el
experimentador modifica los datos de algún modo, introduciendo un error que es
imposible de reducir a cero, por muy perfectos que sean nuestros instrumentos.
Esta descripción cualitativa del principio, sin ser totalmente incorrecta, es
engañosa en tanto que omite el principal aspecto del principio de incertidumbre: el
principio de incertidumbre establece un límite más allá del cuál los conceptos de la
física clásica no se pueden emplear. La física clásica concibe sistemas físicos
descritos por medio de variables perfectamente definidas en el tiempo (velocidad,
posición,...) y que en principio pueden conocerse con la precisión que se desee.
Aunque en la práctica resultara imposible determinar la posición de una partícula
con una precisión infinitesimal, la física clásica concibe tal precisión como
alcanzable: es posible y perfectamente concebible afirmar que tal o cual partícula,
en el instante de tiempo exacto 2 s, estaba en la posición exacta 1,57 m. En
cambio, el principio de incertidumbre, al afirmar que existe un límite fundamental a
la precisión de la medida, en realidad está indicando que si un sistema físico real
se describe en términos de la física clásica, entonces se está haciendo una
aproximación, y la relación de incertidumbre nos indica la calidad de esa
aproximación.
Por motivos culturales y educativos, las personas se suelen enfrentar al principio
de incertidumbre por primera vez estando condicionadas por el determinismo de la
física clásica. En ella, la posición de una partícula puede ser definida como una
función continua en el tiempo, . Si la masa de esa partícula es y se
mueve a velocidades suficientemente inferiores a la de la luz, entonces el
momento lineal de la partícula se define como masa por velocidad, siendo la
Aportacion de Schrödinger
La ecuación de Schrödinger es fundamental tanto en Física como en Química. A
cada orbital atómico (definido por 3 números cuánticos n, l y m) le corresponde
una función de onda, que es solución de la ecuación de Schrödinger, la cual sólo
tiene solución analítica exacta para el átomo de hidrógeno e hidrogenoides
(sistemas atómicos con un único electrón). Hay que recordar que el orbital es la
descripción en tamaño, forma y orientación de la región del espacio en la que se
puede encontrar un electrón; es, en cierto modo, la representación gráfica de la
función de ondas de Schrödinger ψ(x, y, z) (de hecho, la amplitud de ψ,
determinada por el cuadrado o conjugado complejo de ψ); por lo tanto, ψ no puede
ser medida directamente, sino que es una herramienta matemática. También hay
que recordar que cada orbital tiene una energía; y que ésta es la que establece el
orden de llenado de los orbitales de un átomo, lo que, a su vez, se traduce en las
propiedades químicas del elemento químico.