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ELEMENTOS DEL TIPO PENAL

LA TIPICIDAD

Dentro de la TEORIA CAUSALISTA PENTATOMICA, se estima que el delito se compone


de cinco elementos del delito, LA TIPICIDAD es el segundo elemento de delito: “…es la
adecuación de la conducta humana al tipo penal…”
El estado crea un catálogo de conductas que afectan de modo importante la vida de la
comunidad, estos se le llaman TIPOS PENALES a los cuales tiene sanciones que habrán
de imponerse a las individuos o personas que las lleven a cabo estas determinadas
conductas.

El tipo penal o modelo legal, es entonces la descripción


que hace el legislador, de una conducta especialmente
grave y atentatoria en contra del núcleo social.
Esto quiere decir, que de los millones de conductas
posibles, si el autor realiza alguna de las que previamente
se encuentren descritas por la ley, dada su importancia
para la pacífica vida en sociedad, habrá entonces
tipicidad.
Resulta claro de esta forma, que cronológicamente
primero exista el tipo y luego la tipicidad.
Para afirmar la existencia de la tipicidad, antes debe
hablarse de una conducta y para determinar si ésta es
una acción típica, será necesario ver si reúne los
requisitos del tipo. Por eso postulamos que la tipicidad es
la característica que tiene una conducta, por estar
adecuada a un tipo, es decir, por estar individualizada
como comprendida por un tipo penal.
No podremos comprender cabalmente qué es la tipicidad,
sin estudiar el tipo penal

TIPO PENAL
Es de suma importancia para el Derecho Penal, el estudio
del tipo como concretización de la conducta que prohíbe
u ordena la norma.
El ordenamiento jurídico penal tiene por objeto sancionar
con una pena o medida de seguridad, aquellos
comportamientos humanos que considera relevantes
para la sociedad por su importancia cultural y que
lesionan o ponen en riesgo la vida armónica de la misma,
pues como hemos dicho, las otras conductas que en nada
afectan al desempeño eufónico de la sociedad, sería
absurdo encerrarlas dentro de un tipo penal.
Sin embargo, la materia de la prohibición debe ser
concretada exhaustivamente en su contenido, pues sólo
de esta manera se satisface el principio “nulla poena sine
lege”, que en nuestro medio tiene el rango de derecho
fundamental que le da el artículo 14 constitucional.
El derecho penal, a través del tipo, se preocupa en
preservar ciertos bienes que se consideran
importantísimos para el ser humano, para el núcleo social
y para el Estado, a estos se les denomina bienes
jurídicamente tutelados.
Esa es la razón por la cual no podría adoptarse como
fórmula un tipo tan general que pretendiera comprender
cualquier conducta humana, y a la vez impidiera la
posibilidad de reconocer qué conducta concreta sería la
prohibida, porque se abriría el camino al capricho del
tirano, o a la arbitrariedad de los órganos del Estado.
Si fuera dable expresar en un tipo penal: “Quien actúe
contrariamente a los intereses de la sociedad, será sancionado
con alguna de las penas autorizadas por la ley”, significaría
que ni la autoridad judicial y menos los gobernados,
distinguirían las conductas que concretamente,
contrariarían ese comunitario interés.
De igual forma, es clara la necesidad de formular tipos
precisos y no fórmulas ambiguas y genéricas, de modo
que no bastaría con decir “al ladrón se le impondrá tal o
cual pena”, sino que debe definirse la acción que erige al
individuo como ladrón, expresándose en la fórmula: “al
que se apodere de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin
consentimiento de la persona que pueda disponer de ella con
arreglo a la ley… se le impondrá tal pena”.
Surge así la exigencia de que el ordenamiento legal,
delimite de manera objetiva la conducta que ordena o
prohíbe, especificando la materia del mandato o de la
prohibición.
A esto se le conoce como: “principio de exhaustividad del
tipo penal”.
Estas razones, determinan que el tipo satisfaga el ideal
de descripción exhaustiva, cercando, por así decirlo, el
objeto del diseño legal.
Resulta claro que, en la formulación del tipo, el legislador
debe tener presentes los intereses de la colectividad en la
cual regirá la norma. Por ello, se habla de bienes
jurídicamente tutelados al aludirse a los intereses de la
colectividad que, por su importancia, ha estimado el
legislador como dignos de una especial protección y, al
describir las conductas que los afectan o pueden
afectarlos, las ha conminado con una pena o con una
medida de seguridad.
Podemos decir que “el tipo penal es un instrumento legal,
lógicamente necesario y de naturaleza
predominantemente descriptiva, que tiene por función la
individualización de conductas humanas penalmente
relevantes (por estar penalmente mandadas o
prohibidas)”.[1]
Zaffaroni nos da algunas características del tipo penal:[2]
a) El tipo pertenece a la ley. Es en la ley donde hallamos
los tipos penales: en la “parte especial” del Código Penal
y en las leyes especiales… “Tipos” son las fórmulas
legales mismas, es decir, las fórmulas que nos sirven para
individualizar las conductas que la ley penal prohíbe.
b) El tipo es lógicamente necesario, porque sin el tipo nos
pondríamos a averiguar la antijuridicidad y la culpabilidad
de una conducta que en la mayoría de los casos resultaría
sin relevancia penal alguna.
c) El tipo es predominantemente descriptivo, porque los
elementos descriptivos son los más importantes para
individualizar una conducta y entre ellos de especial
significación es el verbo, que es precisamente la palabra
que sirve gramaticalmente para connotar una acción.[3
TIPO LEGAL. Es necesario que sea el legislador y no el
juez quien cree, modifique o derogue los tipos (a éstos se
denominan tipos legales), como ocurre en otros sistemas
jurídicos, diferentes del nuestro, en los que se alude a los
llamados tipos judiciales. Es necesario el proceso
legislativo para la creación de un tipo penal, y es
únicamente éste el proceso válido para la creación,
modificación o derogación de tipos penales. En nuestro
medio, los artículos 71 y siguientes de la Constitución del
país, determinan el proceso legislativo. No obstante, el
sistema legal de formulación de los tipos, no se da en
forma químicamente pura, por las severas limitaciones
que existen en la individualización de las distintas
conductas.
TIPOS ABIERTOS Y TIPOS CERRADOS:
Cuando el tipo penal es incapaz de delimitar
perfectamente la conducta materia de la prohibición,
violando aparentemente el principio de exhaustividad, se
hace necesario que el juez lo haga, siguiendo para ello
las reglas generales ubicadas fuera del tipo. Pero no se
piense que los tipos abiertos son inconstitucionales, lo
que ocurre es que, por la amplia gama de conductas que
encierra el actuar humano, la ley se encarga sólo de
describir una parte de los caracteres del tipo, y señala el
criterio conforme al cual deberán completarse, dejando al
juez semejante tarea. Ejemplos gráficos de tipos abiertos,
los encontramos en los artículos 139 y 288 de nuestro
Código Penal para el Distrito Federal, que aluden
concretamente a los delitos de terrorismo y lesiones, en
su orden.El primero de ellos, expresa: “…al que utilizando
explosivos, sustancias tóxicas, armas de fuego o por incendio,
inundación, o por cualquier otro medio violento.”
El otro señala: “Bajo el nombre de lesión se comprende
no solamente las heridas, escoriaciones, contusiones,
fracturas, dislocaciones, quemaduras, sino toda alteración
de la salud y cualquier otro daño que deje huella material en el
cuerpo humano, si esos efectos son producidos por una causa
externa.”
Como apuntamos arriba, en esta especie de tipos que si
bien no son muchos los que contiene nuestra ley
represiva, es el juez quien tiene que cerrarlos.
Sin embargo, no cuenta con una total libertad para
hacerlo, porque de otra manera quedaría burlada la
garantía individual a la que hemos hecho referencia con
antelación. El legislador deja al juez la potestad de cerrar
el tipo pero lo encausa dentro de la voluntad legislativa,
señalando en la parte correspondiente, casos que sean
asimilables a los ejemplos que se proporcionan en
el, cuidando el legislador que la autoridad judicial no se
aleje de la voluntad legislativa.
En el citado caso del terrorismo, ejemplifica el tipo
algunos de los medios violentos a través de los cuales
puede cometerse el delito, como son la utilización
de explosivos, sustancias tóxicas, armas de fuego, incendio,
inundación, etc., y encarga al juzgador la determinación de
otros que figuren en el caso concreto, que constituirían
precisamente el cierre del tipo, para ese efecto, la
autoridad jurisdiccional deberá cuidar que no se rompa
con la tónica que respecto de esos medios violentos le ha
dado el legislador. Quizás pudieran ser buenas hipótesis
para el cierre del tipo, casos en que ejemplificativamente
se involucren pólvoras, bombas, gases, venenos,
catástrofes, igniciones, riadas, cataclismos.
Así también ocurre en las lesiones, pues el legislador al
citar algunos ejemplos de ellas, obliga al juez a cerrar el
tipo, en el caso concreto sometido a su jurisdicción, pero
sin abandonar la senda que está trazada en esos
ejemplos, constituidos por la cita que contiene de
ellos: heridas, escoriaciones, contusiones, etc.
ELEMENTOS INTEGRANTES DEL TIPO
En la tarea de formular un tipo penal de manera
exhaustiva, en ocasiones el legislador requiere no sólo de
describir la conducta del individuo, sino construirlo
lógicamente, con el total contenido del reproche penal,
que en su momento, resultará indispensable para la
formulación del reproche judicial.
En general la doctrina acepta que el tipo se integra con
distintas clases de elementos:
ELEMENTOS OBJETIVOS, o materiales que son los
que pueden captarse a través de los sentidos, figurando
entre ellos:
a) La conducta, que es un elemento constante en todos
los tipos penales.
b) Los sujetos activos (intervienen en la realización del delito
como autores, coautores o cómplices) podrán
ser indiferentes si el tipo no precisa que posean alguna
particularidad o peculiaridad especial, como en el
homicidio que cualquiera puede ejecutarlo; o calificados,
cuando el tipo requiera para su configuración de alguna
característica especial en el activo, como por ejemplo en
el delito de traición a la patria que requiere que el activo
sea mexicano (123 CPF); los delitos de servidores
públicos (212 y siguientes CPF); el artículo 331 hace
alusión a que el delito deba cometerlo un médico,
comadrona o partera, etc.
c) Igual ocurre con el sujeto pasivo que podrá
ser indiferente como en el robo o las lesiones, o
bien calificado, como en el delito de homicidio cometido
en razón del parentesco o la relación, en que para la
integración del tipo, el pasivo tendrá que ser padre, hijo,
hermano, etc., del activo. (323 CPF); en el incesto (272
CPF); evasión de presos (150 CPF); trata de personas
(205 CPF); en el abandono de deberes de asistencia
(336); “menor de siete años” en el delito de exposición de
infantes (artículo 342) etc.
d) También los medios comisivos, como sucede en el
fraude, en que al lucro indebido o a la ganancia ilícita
tendrá que arribarse por medio del engaño o el
aprovechamiento del error del pasivo (386 CPF) o en la
violación en la que la cópula deberá obtenerse por medio
de la violencia física o moral (265 CPF).
e) El resultado material, que requieren la mayoría de los
tipos (276-bis CPF).
f) El nexo de causalidad, que sólo se refiere a los delitos
cuyo tipo exige un resultado material.
g) El objeto material. Algunos tipos requieren que sea
alguna cosa particularizada, como en el delito de
alteración de moneda (236 CPF); falsificación de sellos,
marcas, punzones, matrices, planchas, etc. (241 CPF);
ultraje a las insignias nacionales (191-192 CPF).
h) Las circunstancias de tiempo fijadas por algunos tipos,
para que tenga lugar la conducta, como en el delito de
traición a la patria (123-VI); encontramos este elemento
objetivo también, en los tipos penales descritos en los
artículos 329 (CPF) que esquematiza el aborto,
requiérese que ocurra “en cualquier momento de la
preñez”; la fracción XX del artículo 225 alude al a
realización de una aprehensión, sin poner al detenido a
disposición del juez “dentro de las veinticuatro horas
siguientes a ésta”. etc.
i) Las circunstancias de Lugar, como en el robo en lugar
cerrado, por ejemplo (381 CPF); los artículos 285 aluden
a “departamento, vivienda, aposento o dependencia de una casa
habitada”; el 286 que exige que los hechos ocurran “en
despoblado o paraje solitario”
A las circunstancias de modo hace referencia el artículo
315 cuando se expresa: “con alevosía” ó “con ventaja”;
Las circunstancias de Ocasión. Robo aprovechando la
confusión (381-VIII CPF)
ELEMENTOS SUBJETIVOS. El principal elemento del
tipo subjetivo es el dolo. Por excepción, los tipos permiten
elementos subjetivos diferentes al dolo que lo definimos
como el querer el resultado típico, en el concepto de que
el querer presupone el conocer. En la sistemática
finalista, el dolo es el conocimiento y voluntad de
realización de los elementos objetivos del tipo.[4]
Para que exista el dolo, es menester un conocimiento
real, actual de todos los elementos objetivos del tipo, no
basta con un conocimiento potencial o con una
probabilidad de conocer. Por eso, el artículo 9º. del
Código Penal, define el obrar doloso, como el de aquel
“que conociendo los elementos del tipo penal, o previendo como
posible el resultado típico, quiera o acepte la realización del
hecho descrito por la ley”.
Hay que subrayar que en la sistemática finalista, estos
elementos subjetivos son estudiados, no en la tipicidad,
sino en la culpabilidad, aunque los causalistas, al
encuadrar el dolo dentro de la culpabilidad, se encuentran
con el insalvable problema de no tener un lugar para
ubicar a la tentativa, tal se advierte en Pavón
Vasconcelos,[5] Castellanos Tena,[6] Vela
Treviño,[7] Miguel Angel Cortés Ibarra,[8] Antonio de P
Moreno;[9]Carlos Franco Sodi[10] y en el mismo
Mezger,[11] etc. El resultado es que todos ellos al final
de cuentas, tienen que reconocer que el dolo se
encuentra en el tipo.
Aluden al motivo o fin de la conducta, se les llama también
elementos subjetivos del injusto y son el dolo y la culpa.
Ejemplos de tipos dolosos
Para el finalismo cuando falta alguno de ellos, o bien
alguno de los elementos subjetivos del tipo, entre ellos
principalmente el dolo y la culpa.
En el sistema finalista, como ya lo hemos indicado,
aparece la llamada teoría del error de tipo, o sea cuando
se obra con desconocimiento o error sobre la existencia
de los elementos objetivos del tipo de injusto, excluyen el
dolo; exclusión que se presenta si el error de tipo de
invencible o insuperable; si es vencible, tomando la
previsión o cuidado que es dable exigir, debió el sujeto
superar su error, y al no hacerlo, queda subsistente la
culpa.
Hay tipos penales que aluden a los elementos subjetivos
específicos, Robo “a sabiendas” (368 bis, 368 ter, 377
CPF).
ELEMENTOS NORMATIVOS.
Por último los elementos normativos requieren una
necesaria valoración del juez, para poder captar su
sentido, pudiendo ser esa valoración de orden cultural o
jurídico, de acuerdo con el contenido propio del elemento
en análisis. Al decir de Carlos Creus “en verdad tales
elementos normativos no son tanto elementos de la
acción en sí misma, cuanto valoraciones con las que
caracterizan ciertos elementos descriptivos”[12]
Así, requerirá una valoración cultural aquel elemento
normativo que alude en el delito del artículo 200 CPF,
a imágenes u objetos pornográficos, o bien el que señala los
“ fines lascivos”, en el 201-f y 202 CPF).
La valoración de nivel jurídico, será requerida por el juez
para fijar el sentido de los artículos 173-I y II (abrir o
interceptar indebidamente una comunicación escrita no
dirigida a él); 179: “al que sin excusa legal se negare a
comparecer”; 178: “al que sin causa legítima”; 197-II: “Al
que ilegalmente introduzca o saque del país”, etc.

[1] ZAFFARONI Raúl Eugenio.- Manual.- Pág. 391.- Tratado Tomo III.- Pág. 167.
[2]Manual.- Pags.- 391 y 392.
[3]Abundando sobre este tema, podemos decir que no todas las conductas que describen los tipos penales
son las conductas prohibidas por el legislador, ya que algunos tipos exigen la conducción humana de acuerdo
a los lineamientos que él mismo da, tal es el caso de los tipos omisivos.
[4]”Dolo es la voluntad realizadora del tipo objetivo, guiada por el conocimiento de los elementos de éste en
el caso concreto. (ZAFFARONI.- Tratado.- Tomo III.- Pág. 297.
[5]Cfr. PAVÓN Vasconcelos Francisco.- Op. Cit. Págs. 375 y sigus.
[6]Cfr. CASTELLANOS Tena Fernando.- “Lineamientos elementales de Derecho Penal”.- Edit. Porrúa.-
Vigésima Edición.- México, 1984.- Págs. 245 y sigs.
[7]Cfr. VELA Treviño Sergio.- “Culpabilidad e Inculpabilidad”.- Edit. Trillas.- México, 1973.- Págs. 210 y sigs.
[8]Cfr. CORTES Ibarra Miguel Angel.- “Derecho Penal Mexicano”.- Edit. Porrúa.- México, 1971.- Pags. 110 y
sigs.
[9]Cfr. MORENO de P. Antonio.- “Curso de Derecho Penal Mexicano”.- Edit. Porrúa.- México, 1968.- Pág.
70.
[10]Cfr. FRANCO Sodi Carlos.- “Nociones de Derecho Penal”.- Edit. Porrúa.- México, 1950.- Pags. 67 y sigs.
[11]MEZGER.- Op. Cit.- Pags. 100 y sigs.
[12]CREUS Carlos.- “Derecho Penal. Parte General”.- Edit. Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma.- Buenos
Aires, 1988.- Pág. 170.

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