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APRENDIZAJE DE LA LENGUA SEGÚN BLOOMFIELD, ADQUISICIÓN SEGÚN

CHOMSKY Y DESARROLLO SEGÚN HALLIDAY

A.

En términos de Bloomfield (quien pertenece al estructuralismo descriptivista), el lenguaje


se aprende. Para Bloomfield, cada niño que nace en un grupo adquiere el hábito de
hablar (la lengua es un hábito) y responder en los primeros años de vida. No se sabe con
exactitud cómo aprenden a hablar los niños, pero el proceso parece tener los siguientes
pasos:

1. Bajo ciertos estímulos el niño emite y repite sonidos vocales, lo que parece ser un
rasgo hereditario.

El niño, supongamos, emite un sonido que se puede representar como “da”. Las
vibraciones sonoras llegan al tímpano del niño mientras él sigue repitiendo los
movimientos articulatorios. Ello trae como consecuencia un hábito: cada vez que un
sonido similar llega a su oído, el niño va probablemente a repetir los mismos movimientos
bucales, repitiendo el sonido “da”.

2. Alguna persona, por ejemplo, la madre, emite delante del niño un sonido que se
asemeja a alguna de las sílabas del balbuceo de él. Por ejemplo, ella dice “doll” (muñeca).
Cuando estos sonidos llegan al oído del niño, su hábito entra en acción, y él emite la
sílaba de su balbuceo más aproximada, “da”. Entonces el niño está empezando a imitar.

3. La madre dice “doll” cuando está frente a una muñeca. El ver la muñeca, y el oír y
decir la palabra “muñeca” ocurren simultáneamente en repetidas ocasiones, hasta que el
niño adquiere un nuevo hábito: la visión de la muñeca o el agarrarla bastan para hacerle
decir “da”. Ahora tiene el uso de una palabra.

4. Luego el niño, que está acostumbrado, por ejemplo, a recibir su muñeca después
del baño, nombra a la muñeca cuando esta no está presente después del baño. Se trata
del empleo del habla abstracta o desplazada: él nombra una cosa aun cuando la cosa
no está presente.

5. Luego la lengua del niño es perfeccionada por los resultados obtenidos. Cuando
el niño dice “da, da” y le dan la muñeca, esto actúa como un estímulo adicional, y el niño
repite y practica su versión de la palabra. Sus intentos son mejorados por la repetición y
sus fallas son borradas por la confusión (si no dice bien la palabra, los padres no
entienden y no le dan la muñeca).

Posteriormente, este proceso continúa porque cuando él diga algo incorrectamente, la


respuesta será desilusionadora (No se dice “papa lo trajio”! Se dice “papa lo trajo”!), y
viceversa, ante frases correctas recibirá respuestas favorables.
Al mismo tiempo y por el mismo proceso, el niño aprende a llevar a cabo la parte del
oyente. Oye a su madre decir “saluda a papa” mientras él lo está haciendo y adquiere los
hábitos necesarios para actuar en las formas convencionales.

Hay un doble carácter de los hábitos: aprende la relación “estímulo práctico-respuesta


lingüística” (por ejemplo, decir “muñeca” cuando ve a la muñeca), y aprende la relación
“estimulo lingüístico-respuesta practica” (agarrar una muñeca cuando escucha la palabra
“muñeca”).

Tan pronto como el niño aprende una nueva palabra, está en condiciones de responder
cuando la oye pronunciar a otros. Y viceversa, tan pronto como aprende a reaccionar
frente a una nueva palabra, está generalmente en condiciones de pronunciarla en la
ocasión propicia.

B.

En términos de Chomsky, la lengua no se aprende, sino que se adquiere. Chomsky


va a decir que la idea de aprender a hablar por generalización, la idea de producir e
interpretar nuevas formas por analogía, no permite resolver el problema de Platón, es
decir, el problema de cómo ante estímulos lingüísticos tan escasos el niño posee un
conocimiento lingüístico tan rico y complejo.

Además, cómo es posible que los niños que escuchen un número finito de expresiones, y
sean capaces de producir y comprender un número potencialmente infinito de
construcciones complejas nuevas.

Y también, el hecho de que los niños aprendan la lengua sin prestar atención y sin
esfuerzo, sin que se les enseñe a hablar, y en muy poco tiempo.

Por eso Chomsky va a plantear que la facultad del lenguaje es innata, y que la
adquisición del lenguaje se produce con la maduración del órgano del cerebro en donde
está la facultad del lenguaje, y no con la analogía. Se trata de una teoría del lenguaje
racionalista (ya que piensa que la información sobre el mundo externo que percibimos a
través de los sentidos activa ideas y principios innatos) e internista (porque dice que el
lenguaje es en esencia una propiedad del código genético de la especie y un estado de la
mente de los individuos). También se trata de un enfoque naturalista (porque se
considera al lenguaje un órgano mental, y se estudia cuál es su organización morfológica
y cómo es su desarrollo).

Para Chomsky los seres humanos nacen con una facultad lingüística, que es un sistema
diferenciado de la mente/cerebro con un estado inicial S(O) común a toda la especie,
el cual, con una experiencia apropiada, pasa del estado S (O) a un estado relativamente
estable S (S), que sólo experimenta una modificación periférica (por ejemplo, la
adquisición de nuevos elementos léxicos). Ese estado alcanzado incorpora una lengua-I
(una lengua I determinada).

(La GU es la teoría del estado inicial; las gramáticas particulares son las teorías de las
diferentes lenguas-I. )

Tanto la Gramática Universal como el estadio final del proceso de adquisición, son
caracterizadas de manera diferente en el modelo de Aspectos de la teoría de la sintaxis, y
en la teoría de los Principios y Parámetros.

Para el modelo de Aspectos, la GU contiene, por un lado, un conjunto de universales


lingüísticos sustantivos y formales, que determinan la forma de la gramática que el
niño escoge para que encaje con los datos lingüísticos que percibe en su entorno. Y por
otro lado, un mecanismo de evaluación (una medida de simplicidad), para seleccionar la
gramática más simple de entre las gramáticas restringidas por los universales de la GU.

En cuanto al estadio final, se trata de una gramática mental que consiste en un léxico y
en un conjunto de reglas (de estructura sintagmática y transformacionales). En esta
primera etapa de la lingüística chomskiana se cree, por lo tanto, que adquirir una lengua
materna equivale a aprender sistemas de reglas.

Los cambios que conciernen a la teoría de Principios y Parámetros se deben a la


búsqueda de mayor simplicidad a la hora de explicar el proceso de adquisición. Además,
no parece realista suponer que lo que “aprende” el niño sean reglas tan numerosas y
complejas.

Por lo tanto, se abandona la idea de que el conocimiento gramatical incluye un sistema de


reglas (sólo sobrevive una operación transformacional, “muevase-a”). El niño que
adquiere su lengua materna aprende exclusivamente unidades léxicas y propiedades
idiosincrásicas asociadas con ellas (fonéticas, formales y semánticas).

Además, se dota de mayor contenido a la GU. Se refinan los universales sustantivos, y los
universales formales que restringían el modo de aplicación de las reglas en la Teoría
Estándar, son sustituidos por principios universales de mucho mayor alcance, como los
axiomas de la teoría de la X con barra para la formación de frases, el Criterio Temático, el
Filtro de Caso, etc.(DEFINIR PRINCIPIO)

Por último, desaparece el mecanismo de evaluación que el niño emplea en el modelo de


Aspectos para medir la complejidad de las reglas. En lugar de comparar gramáticas
cuando adquiere su lengua, el niño fija parámetros (u opciones abiertas) de la GU.

Los parámetros recogen aspectos centrales de la combinatoria de las palabras que varían
de una lengua a otra.
C.

Por su parte, Halliday va a diferenciarse de la perspectiva chomskiana, que es, en sus


términos, una perspectiva intraorganismos ya que estudia la estructura cerebral y los
procesos cerebrales que participan el proceso de aprendizaje.

Halliday va a adoptar una perspectiva interorganismos, ya que para él el lenguaje se


conforma a partir de la interacción entre los individuos.

Se trata de un enfoque funcional, en el sentido de que lo que le interesa es lo que el


hablante puede hacer con el lenguaje.

Desde un enfoque funcional el niño no “adquiere” un conocimiento, sino que


desarrolla un potencial de significado en la interacción. Es importante señalar que
Halliday no niega el componente genético, pero para él lo fundamental es el desarrollo del
lenguaje en la interacción. El potencial de significado consiste en el dominio de un
pequeño número de funciones elementales de la lengua y en una amplitud de opciones
de significado dentro de cada una de ellas.

En un principio, las opciones son muy reducidas, pero aumentan rápidamente a medida
que el potencial funcional del sistema se ve reforzado por el éxito: los sonidos que el niño
emite en efecto producen resultados deseados, y eso da impulso para llevar el proceso
adelante.

Halliday estudia los progresos en el desarrollo de su hijo Nigel, cuyos primeros sonidos
verbales, aunque todavía prelingüísticos, eran utilizados para transmitir distintas
intenciones: para obtener bienes o servicios (instrumental), para influir en el
comportamiento de los más allegados (reguladora). Estas funciones implican expresar
significados.

Para Halliday el lenguaje es un potencial, es lo que el hablante puede hacer, es decir, lo


que puede significar. De allí la descripción del lenguaje como potencial de significado.

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