El cerebro vacío
Su cerebro no procesa información, recupera conocimiento ni
almacena recuerdos. En resumen: tu cerebro no es una
computadora
Por muy duro que lo intenten, los
científicos del cerebro y los
psicólogos cognitivos nunca
encontrarán una copia de la Quinta
Sinfonía de Beethoven en el
cerebro, o copias de palabras,
imágenes, reglas gramaticales o
cualquier otro tipo de estímulo
ambiental. El cerebro humano no
está realmente vacío, por supuesto.
Pero no contiene la mayoría de las
cosas que la gente piensa que tiene,
ni siquiera cosas simples como
"recuerdos".
Nuestro pensamiento de mala
calidad sobre el cerebro tiene
profundas raíces históricas, pero la
invención de las computadoras en
la década de 1940 nos dejó
especialmente confundidos.
Durante más de medio siglo,
psicólogos, lingüistas,
neurocientíficos y otros expertos
en el comportamiento humano
afirman que el cerebro humano
funciona como una computadora.
Para ver cuán vacía es esta idea,
considere los cerebros de los
bebés. Gracias a la evolución, los
recién nacidos humanos, como los
recién nacidos de todas las demás
especies de mamíferos, ingresan al
mundo preparados para interactuar
con ella de manera efectiva. La
visión de un bebé es borrosa, pero
presta especial atención a las caras
y rápidamente puede identificar la
de su madre. Prefiere el sonido de
las voces para los sonidos que no
son de voz, y puede distinguir un
sonido de voz básico de otro.
Estamos, sin duda, construidos
para hacer conexiones sociales.
Un recién nacido sano también está
equipado con más de una docena
de reflejos, reacciones preparadas
para ciertos estímulos que son
importantes para su supervivencia.
Gira la cabeza en dirección a algo
que roza su mejilla y luego chupa
lo que entra por su boca. Contiene
la respiración cuando se sumerge
en el agua. Agarra cosas colocadas
en sus manos con tanta fuerza que
casi puede soportar su propio peso.
Quizás lo más importante es que
los recién nacidos están equipados
con poderosos mecanismos de
aprendizaje que les permiten
cambiar rápidamente para que
puedan interactuar cada vez más
eficazmente con su mundo, incluso
si ese mundo es diferente al que
enfrentaron sus ancestros distantes.
Sentidos, reflejos y mecanismos de
aprendizaje: esto es con lo que
comenzamos, y es bastante,
cuando lo piensas. Si careciéramos
de estas capacidades al nacer,
probablemente tendríamos
problemas para sobrevivir.
Pero aquí es con lo que no
nacemos: información, datos,
reglas, software, conocimiento,
léxicos, representaciones,
algoritmos, programas, modelos,
memorias, imágenes,
procesadores, subrutinas,
codificadores, decodificadores,
símbolos o almacenamientos
intermedios: elementos de diseño
que permitir que las computadoras
digitales se comporten de forma
inteligente. No solo no nacemos
con esas cosas, tampoco las
desarrollamos, nunca.
No almacenamos palabras o las
reglas que nos dicen cómo
manipularlas. No creamos
representaciones de estímulos
visuales, las almacenamos en un
búfer de memoria a corto plazo y
luego transferimos la
representación a un dispositivo de
memoria a largo plazo. No
recuperamos información o
imágenes o palabras de registros de
memoria. Las computadoras hacen
todas estas cosas, pero los
organismos no.
Las computadoras, literalmente,
procesan información: números,
letras, palabras, fórmulas,
imágenes. La información primero
tiene que estar codificada en un
formato que las computadoras
pueden usar, lo que significa
patrones de unos y ceros ('bits')
organizados en pequeños trozos
('bytes'). En mi computadora, cada
byte contiene 8 bits, y un cierto
patrón de esos bits representa la
letra d, otro para la letra o, y otro
para la letra g. Uno al lado del otro,
esos tres bytes forman la palabra
perro (dog en inglés). Una sola
imagen, por ejemplo, la fotografía
de mi gato Henry en mi escritorio,
está representada por un patrón
muy específico de un millón de
estos bytes ('un megabyte'),
rodeado de algunos caracteres
especiales que le dicen a la
computadora que debe esperar una
imagen, ni una palabra.
Las computadoras, literalmente,
mueven estos patrones de un lugar
a otro en diferentes áreas de
almacenamiento físico grabadas en
componentes electrónicos. A veces
también copian los patrones y, a
veces, los transforman de varias
maneras, por ejemplo, cuando
corregimos errores en un
manuscrito o cuando retocamos
una fotografía. Las reglas que
siguen las computadoras para
mover, copiar y operar en estas
matrices de datos también se
almacenan dentro de la
computadora. Juntos, un conjunto
de reglas se llama 'programa' o
'algoritmo'. Un grupo de
algoritmos que trabajan juntos para
ayudarnos a hacer algo (como
comprar acciones o encontrar una
fecha en línea) se llama una
"aplicación", lo que la mayoría de
la gente ahora llama una
"aplicación".
Perdónenme por esta introducción
a la informática, pero tengo que ser
claro: las computadoras realmente
operan en representaciones
simbólicas del mundo. Realmente
almacenan y recuperan.
Realmente procesan. Realmente
tienen memorias físicas.
Realmente se guían en todo lo que
hacen, sin excepción, mediante
algoritmos.
Los humanos, por otro lado, no lo
hacen, nunca lo hicieron, nunca lo
harán. Dada esta realidad, ¿por qué
tantos científicos hablan de nuestra
vida mental como si fuéramos
computadoras?
En su libro In Our Own Image
(2015), el experto en inteligencia
artificial George Zarkadakis
describe seis metáforas diferentes
que la gente ha empleado en los
últimos 2.000 años para tratar de
explicar la inteligencia humana.
En la primera, eventualmente
preservada en la Biblia, los
humanos se formaron a partir de
arcilla o tierra, que un dios
inteligente luego infundió con su
espíritu. Ese espíritu 'explicó'
nuestra inteligencia,
gramaticalmente, al menos.
La invención de la ingeniería
hidráulica en el siglo III a. C. llevó
a la popularidad de un modelo
hidráulico de inteligencia humana,
la idea de que el flujo de diferentes
fluidos en el cuerpo -los "humores"
- explicaba nuestro
funcionamiento físico y mental. La
metáfora hidráulica persistió
durante más de 1.600 años,
perjudicando la práctica médica
todo el tiempo.
Para el año 1500, se habían ideado
autómatas propulsados por resortes
y engranajes, lo que finalmente
inspiró a pensadores destacados
como René Descartes a afirmar
que los humanos son máquinas
complejas. En la década de 1600,
el filósofo británico Thomas
Hobbes sugirió que el pensamiento
surgía de pequeños movimientos
mecánicos en el cerebro. En el
siglo XVIII, los descubrimientos
sobre la electricidad y la química
condujeron a nuevas teorías de la
inteligencia humana, de nuevo, en
gran medida metafóricas. A
mediados de la década de 1800,
inspirado por los avances recientes
en las comunicaciones, el físico
alemán Hermann von Helmholtz
comparó el cerebro con un
telégrafo.
Cada metáfora reflejaba el
pensamiento más avanzado de la
era que lo engendró. Como era de
esperar, solo unos pocos años
después del inicio de la tecnología
informática en la década de 1940,
se decía que el cerebro funcionaba
como una computadora, con el
papel de hardware físico
desempeñado por el cerebro y
nuestros pensamientos como
software. El evento histórico que
lanzó lo que ahora se conoce como
"ciencia cognitiva" fue la
publicación de Language and
Communication (1951) del
psicólogo George Miller. Miller
propuso que el mundo mental
podría estudiarse rigurosamente
utilizando conceptos de teoría de la
información, computación y
lingüística.
Este tipo de pensamiento fue
llevado a su máxima expresión en
el libro corto La computadora y el
cerebro (1958), en el cual el
matemático John von Neumann
afirmó rotundamente que la
función del sistema nervioso
humano es "prima facie digital".
Aunque reconoció que se sabía
muy poco sobre el papel que el
cerebro desempeñaba en el
razonamiento humano y la
memoria, trazó un paralelo,
paralelo al paralelo entre los
componentes de las máquinas de
computación del día y los
componentes del cerebro humano.
Impulsado por los avances
posteriores en la tecnología
informática y la investigación
cerebral, se desarrolló
gradualmente un ambicioso
esfuerzo multidisciplinario por
comprender la inteligencia
humana, firmemente arraigado en
la idea de que los humanos son,
como las computadoras,
procesadores de la información.
Este esfuerzo ahora involucra a
miles de investigadores, consume
miles de millones de dólares en
fondos y ha generado una vasta
literatura que consta de artículos y
libros tanto técnicos como
convencionales. El libro de Ray
Kurzweil Cómo crear una mente:
el secreto del pensamiento humano
revelado (2013) ejemplifica esta
perspectiva, especulando sobre los
"algoritmos" del cerebro, cómo el
cerebro "procesa datos" e incluso
cómo se parece superficialmente a
los circuitos integrados en su
estructura
La metáfora del procesamiento de
la información (IP) de la
inteligencia humana ahora domina
el pensamiento humano, tanto en la
calle como en las ciencias.
Prácticamente no hay ninguna
forma de discurso sobre la
conducta humana inteligente que
prosiga sin emplear esta metáfora,
del mismo modo que ninguna
forma de discurso sobre el
comportamiento humano
inteligente podría proceder en
ciertas épocas y culturas sin
referencia a un espíritu o deidad.
La validez de la metáfora de IP en
el mundo de hoy generalmente se
asume sin cuestionar.
Pero la metáfora de IP es, después
de todo, solo otra metáfora: una
historia que contamos para dar
sentido a algo que realmente no
entendemos. Y al igual que todas
las metáforas que lo precedieron,
ciertamente será desechado en
algún momento, ya sea
reemplazado por otra metáfora o,
al final, reemplazado por el
conocimiento real.
Hace poco más de un año, en una
visita a uno de los institutos de
investigación más prestigiosos del
mundo, desafié a los
investigadores a explicar el
comportamiento humano
inteligente sin hacer referencia a
ningún aspecto de la metáfora de la
PI. No podían hacerlo, y cuando
educadamente planteé el tema en
posteriores comunicaciones por
correo electrónico, todavía no
tenían nada que ofrecer meses
después. Vieron el problema. No
descartaron el desafío como trivial.
Pero no podían ofrecer una
alternativa. En otras palabras, la
metáfora de IP es 'pegajosa'. Grava
nuestro pensamiento con lenguaje
e ideas que son tan poderosas que
tenemos problemas para pensar a
su alrededor.
La lógica defectuosa de la
metáfora IP es fácil de expresar. Se
basa en un silogismo defectuoso:
uno con dos premisas razonables y
una conclusión errónea.
Argumento razonable n. ° 1: todas
las computadoras son capaces de
comportarse de forma inteligente.
Argumento razonable n. ° 2: todas
las computadoras son procesadores
de información. Conclusión
errónea: todas las entidades que
son capaces de comportarse de
manera inteligente son
procesadores de información.
Dejando de lado el lenguaje
formal, la idea de que los humanos
deben ser procesadores de
información solo porque las
computadoras son procesadores de
información es simplemente una
tontería, y cuando, algún día, la
metáfora IP finalmente se
abandone, es casi seguro que los
historiadores la verán de esa
manera. como ahora vemos que las
metáforas hidráulicas y mecánicas
son tontas.
Si la metáfora de IP es tan tonta,
¿por qué es tan pegajosa? ¿Qué nos
impide detenerlo, al igual que
podemos apartar una rama que
estaba bloqueando nuestro
camino? ¿Hay alguna manera de
comprender la inteligencia humana
sin apoyarse en una débil muleta
intelectual? ¿Y qué precio hemos
pagado por apoyarnos tanto en esta
muleta en particular durante tanto
tiempo? La metáfora de IP,
después de todo, ha guiado la
escritura y el pensamiento de un
gran número de investigadores en
campos múltiples durante décadas.
¿A qué costo?
En un ejercicio de aula que realicé
muchas veces a lo largo de los
años, comienzo reclutando a un
alumno para que haga un dibujo
detallado de un billete de un dólar:
"lo más detallado posible", digo, en
la pizarra frente a la sala. Cuando
el estudiante haya terminado,
cubro el dibujo con una hoja de
papel, retiro un billete de un dólar
de mi billetera, lo pego con cinta
adhesiva al tablero y le pido al
estudiante que repita la tarea.
Cuando termina, quito la portada
del primer dibujo y la clase
comenta las diferencias.
Debido a que es posible que nunca
haya visto una demostración como
esta, o porque podría tener
problemas para imaginar el
resultado, le pedí a Jinny Hyun,
uno de los estudiantes internos del
instituto donde realizo mi
investigación, que haga los dos
dibujos. Aquí está su dibujo "de la
memoria" (observe la metáfora):
Y aquí está el dibujo que posteriormente hizo con un billete de un dólar
presente:
Jinny estaba tan sorprendida por el
resultado como probablemente lo
estés, pero es típico. Como puede
ver, el sorteo realizado en ausencia
del billete de un dólar es horrible
en comparación con el sorteo
hecho a partir de un ejemplar,
aunque Jinny ha visto miles de
veces un billete de un dólar.
¿Cuál es el problema? ¿No
tenemos una 'representación' del
billete de dólar 'almacenada' en un
'registro de memoria' en nuestros
cerebros? ¿No podemos
simplemente 'recuperarlo' y usarlo
para hacer nuestro dibujo?
Obviamente no, y mil años de
neurociencia nunca encontrarán
una representación de un billete de
un dólar almacenado dentro del
cerebro humano por la simple
razón de que no está allí para ser
encontrado.
Una gran cantidad de estudios del
cerebro nos dice, de hecho, que las
áreas múltiples y, a veces, grandes
del cerebro a menudo participan
incluso en las tareas de memoria
más mundanas. Cuando hay
emociones fuertes involucradas,
millones de neuronas pueden
volverse más activas. En un
estudio de 2016 de sobrevivientes
de un accidente aéreo del
neuropsicólogo de la Universidad
de Toronto Brian Levine y otros,
recordando el accidente, aumentó
la actividad neuronal en 'la
amígdala, el lóbulo temporal
medial, la línea media anterior y
posterior y la corteza visual' de los
pasajeros.
La idea, avanzada por varios
científicos, de que los recuerdos
específicos se almacenan de alguna
manera en neuronas individuales
es absurda; en todo caso, esa
afirmación simplemente lleva el
problema de la memoria a un nivel
aún más desafiante: ¿cómo y
dónde, después de todo, está
almacenada la memoria en la
celda?
Entonces, ¿qué está ocurriendo
cuando Jinny dibuja el billete de un
dólar en su ausencia? Si Jinny
nunca hubiera visto un billete de un
dólar antes, su primer dibujo
probablemente no se habría
asemejado al segundo. Habiendo
visto billetes de un dólar antes, ella
fue cambiada de alguna manera.
Específicamente, su cerebro fue
cambiado de una manera que le
permitió visualizar un billete de un
dólar, es decir, volver a
experimentar al ver un billete de un
dólar, al menos hasta cierto punto.
La diferencia entre los dos
diagramas nos recuerda que
visualizar algo (es decir, ver algo
en su ausencia) es mucho menos
preciso que ver algo en su
presencia. Es por eso que somos
mucho mejores en reconocer que
en recordar. Cuando re-escribimos
algo (del latín re, "otra vez" y
memorari, "ten en cuenta"),
tenemos que intentar revivir una
experiencia; pero cuando
reconocemos algo, debemos ser
simplemente conscientes del hecho
de que hemos tenido esta
experiencia perceptiva antes.
Quizás te opondrás a esta
demostración. Jinny había visto
billetes de dólares antes, pero no
había hecho un esfuerzo deliberado
para "memorizar" los detalles. Si lo
hubiera hecho, podría argumentar
que, presumiblemente, podría
haber dibujado la segunda imagen
sin que la factura estuviera
presente. Incluso en este caso, sin
embargo, ninguna imagen del
billete de un dólar ha sido
'almacenada' en el cerebro de
Jinny. Simplemente se ha
preparado mejor para dibujar con experiencias, si ahora podemos
precisión, de la misma manera que, recitar un poema o cantar una
a través de la práctica, un pianista canción, si somos capaces de
se vuelve más hábil tocando un seguir las instrucciones que se nos
concierto sin inhalar de algún dan, si respondemos a los
modo una copia de la partitura. estímulos sin importancia más
como lo hacemos con los estímulos
A partir de este ejercicio simple,
importantes, si nos abstuvimos de
podemos comenzar a construir el
comportarnos de maneras que
marco de una teoría libre de
fueron castigadas, si nos
metáforas del comportamiento
comportamos con más frecuencia
humano inteligente, una en la cual
en formas que fueron
el cerebro no está completamente
recompensadas.
vacío, pero al menos está vacío del
bagaje de la metáfora de la PI.
A pesar de los titulares engañosos,
nadie tiene la menor idea de cómo
A medida que navegamos por el
cambia el cerebro después de haber
mundo, somos cambiados por una
aprendido a cantar una canción o
variedad de experiencias. De
recitar un poema. Pero ni la
especial interés son las
canción ni el poema han sido
experiencias de tres tipos: (1)
'almacenados' en él. El cerebro
observamos lo que sucede a
simplemente ha cambiado de una
nuestro alrededor (otras personas
manera ordenada que ahora nos
se comportan, los sonidos de la
permite cantar la canción o recitar
música, las instrucciones dirigidas
el poema bajo ciertas condiciones.
a nosotros, las palabras en las
Cuando se me pide que actúe, ni la
páginas, las imágenes en las
canción ni el poema se "recuperan"
pantallas); (2) estamos expuestos a
en ningún lugar del cerebro, de la
la combinación de estímulos poco
misma manera que los
importantes (como las sirenas) con
movimientos de mis dedos no se
estímulos importantes (como la
"recuperan" cuando toco el dedo
aparición de coches de policía); (3)
con el dedo en mi escritorio.
somos castigados o
Simplemente cantamos o
recompensados por comportarse
recitamos, no es necesaria la
de ciertas maneras.
recuperación.

Nos volvemos más efectivos en

Hace algunos años, le pregunté al
nuestras vidas si cambiamos de
neurocientífico Eric Kandel de la
manera consistente con estas
Universidad de Columbia, ganador
del Premio Nobel por identificar
algunos de los cambios químicos
que tienen lugar en las sinapsis
neuronales del Aplysia (un caracol
marino) después de que aprende
algo: cuánto tiempo pensamos que
nos llevaría a comprender cómo
funciona la memoria humana.
Rápidamente respondió: 'Cien
años'. No pensé en preguntarle si
creía que la metáfora de la IP
estaba frenando la neurociencia,
pero algunos neurocientíficos
están empezando a pensar que es
impensable, que la metáfora no es
indispensable.
Algunos científicos cognitivos,
especialmente Anthony Chemero
de la Universidad de Cincinnati,
autor de Radical Embodyied
Cognitive Science (2009), ahora
rechazan por completo la idea de
que el cerebro humano funciona
como una computadora. La
opinión principal es que nosotros,
al igual que las computadoras,
damos sentido al mundo realizando
cálculos sobre representaciones
mentales de él, pero Chemero y
otros describen otra forma de
entender el comportamiento
inteligente, como una interacción
directa entre los organismos y su
mundo.
Mi ejemplo favorito de la
diferencia dramática entre la
perspectiva de IP y lo que algunos
llaman ahora la visión
"antirrepresentativa" del
funcionamiento humano implica
dos formas diferentes de explicar
cómo un jugador de béisbol logra
atrapar un elevado:
maravillosamente explicado por
Michael McBeath, ahora en la
Universidad Estatal de Arizona, y
sus colegas en un documento de
1995 en Science. La perspectiva de
IP requiere que el jugador formule
una estimación de varias
condiciones iniciales del vuelo de
la bola -la fuerza del impacto, el
ángulo de la trayectoria, ese tipo de
cosas- luego para crear y analizar
un modelo interno de la ruta a lo
largo del cual el la pelota
probablemente se moverá, luego
usará ese modelo para guiar y
ajustar los movimientos del motor
continuamente a tiempo para
interceptar la pelota.
Eso está muy bien si funcionamos
como lo hacen las computadoras,
pero McBeath y sus colegas dieron
una explicación más simple: para
atrapar la pelota, el jugador
simplemente necesita seguir
moviéndose de una manera que
mantenga la pelota en una relación
visual constante con respecto a
plato de origen y el paisaje
circundante (técnicamente, en una
"trayectoria óptica lineal"). Esto consciencia humana es
puede parecer complicado, pero en supuestamente como un software
realidad es increíblemente simple y de computadora, pronto será
está completamente libre de posible descargar mentes humanas
cálculos, representaciones y en una computadora, en los
algoritmos. circuitos de lo cual nos volveremos
inmensamente poderosos
Dos profesores de psicología
intelectualmente y, muy
decididos en la Universidad de
posiblemente, inmortales. Este
Leeds Beckett en el Reino Unido -
concepto impulsó la trama de la
Andrew Wilson y Sabrina Golonka
película distópica Transcendence
- incluyen el ejemplo del béisbol
(2014) protagonizada por Johnny
entre muchos otros que se pueden
Depp como el científico parecido a
ver de manera simple y sensata
Kurzweil cuya mente fue
fuera del marco de la propiedad
descargada a internet, con
intelectual. Han estado blogueando
resultados desastrosos para la
durante años sobre lo que
humanidad.
denominan un enfoque "más
coherente y naturalizado para el
estudio científico de la conducta
Afortunadamente, debido a que la
humana ... en desacuerdo con el
metáfora de IP no es ni siquiera
enfoque de neurociencia cognitiva
ligeramente válida, nunca
dominante". Esto está lejos de ser
tendremos que preocuparnos de
un movimiento, sin embargo; las
que una mente humana se vuelva
principales ciencias cognitivas
loca en el ciberespacio; por
continúan revolcándose
desgracia, nunca alcanzaremos la
acríticamente en la metáfora de la
inmortalidad mediante la descarga.
PI, y algunos de los pensadores
Esto no es solo debido a la ausencia
más influyentes del mundo han
de software de conciencia en el
hecho grandes predicciones sobre
cerebro; aquí hay un problema más
el futuro de la humanidad que
profundo, llamémoslo el problema
dependen de la validez de la
de la singularidad, que es a la vez
metáfora.
inspirador y deprimente.
Debido a que ni los "bancos de
Una predicción, hecha por el memoria" ni las "representaciones"
futurista Kurzweil, el físico de estímulos existen en el cerebro,
Stephen Hawking y el y porque todo lo que se requiere
neurocientífico Randal Koene, para que podamos funcionar en el
entre otros, es que, debido a que la mundo es que el cerebro cambie de
manera ordenada como resultado
de nuestras experiencias, no hay
Esto es inspirador, supongo,
razón para creer que dos de
porque significa que cada uno de
nosotros somos cambiados de la
nosotros es verdaderamente único,
misma manera por la misma
no solo en nuestra constitución
experiencia. Si usted y yo
genética, sino incluso en la forma
asistimos al mismo concierto, los
en que nuestros cerebros cambian
cambios que ocurren en mi cerebro
con el tiempo. También es
cuando escucho el quinto de
deprimente, porque hace que la
Beethoven serán casi
tarea del neurocientífico sea
completamente diferentes de los
desalentadora casi más allá de la
cambios que ocurren en su cerebro.
imaginación. Para cualquier
Esos cambios, sean lo que sean, se
experiencia dada, el cambio
basan en la estructura neuronal
ordenado podría involucrar mil
única que ya existe, cada estructura
neuronas, un millón de neuronas o
se ha desarrollado a lo largo de una
incluso todo el cerebro, con un
vida de experiencias únicas.
patrón de cambio diferente en cada
cerebro.
Es por eso que, como lo demostró
Sir Frederic Bartlett en su libro
Peor aún, incluso si tuviéramos la
Remembering (1932), ninguna
capacidad de tomar una
persona repetirá una historia que
instantánea de todos los 86 billones
hayan escuchado de la misma
de neuronas del cerebro y luego
manera y por qué, con el tiempo,
simular el estado de esas neuronas
sus recitaciones de la historia
en una computadora, ese vasto
divergirán cada vez más. Nunca se
patrón no significaría nada fuera
hace 'copia' de la historia; más
del cuerpo del cerebro que lo
bien, cada individuo, al escuchar la
produjo. Esta es quizás la forma
historia, cambia en cierta medida,
más atroz en que la metáfora de IP
lo suficiente como para que cuando
ha distorsionado nuestra forma de
se le pregunta sobre la historia más
pensar sobre el funcionamiento
tarde (en algunos casos, días,
humano. Mientras que las
meses o incluso años después de
computadoras almacenan copias
que Bartlett le leyera la historia),
exactas de los datos, copias que
puedan volver a experimentar la
pueden permanecer inalteradas
audición. la historia en cierta
durante largos periodos de tiempo,
medida, aunque no muy bien (ver
incluso si la energía se ha apagado,
el primer dibujo del billete de un
el cerebro mantiene nuestro
dólar, más arriba).
intelecto solo mientras permanezca
vivo. No hay interruptor de
encendido / apagado. O el cerebro
sigue funcionando o para descubrir la conectividad
desaparecemos. Además, como
señaló el neurobiólogo Steven
Rose en The Future of the Brain
(2005), una instantánea del estado
actual del cerebro también podría
carecer de significado a menos que
conozcamos la historia completa
de la vida del propietario de ese
cerebro, tal vez incluso sobre el
contexto social en que él o ella fue
criado.
Piensa en lo difícil que es este
problema. Para entender incluso
las bases de cómo el cerebro
mantiene el intelecto humano, es
posible que necesitemos saber no
solo el estado actual de los 86
billones de neuronas y sus 100
billones de interconexiones, no
solo las diferentes fortalezas con
las que están conectados, y no solo
el estado de más de 1,000 proteínas
que existen en cada punto de
conexión, pero cómo la actividad
momento a momento del cerebro
contribuye a la integridad del
sistema. Agregue a esto la
singularidad de cada cerebro,
provocada en parte por la
singularidad de la historia de vida
de cada persona, y la predicción de
Kandel comienza a sonar
demasiado optimista. (En un
reciente artículo de opinión en The
New York Times, el
neurocientífico Kenneth Miller
sugirió que tomaría "siglos" solo
neuronal básica).
Mientras tanto, se están
recaudando grandes sumas de
dinero para la investigación del
cerebro, basadas en algunos casos
en ideas defectuosas y promesas
que no se pueden cumplir. La
instancia más flagrante de la
neurociencia que salió mal,
documentada recientemente en un
informe de Scientific American, se
refiere al Proyecto Cerebro
Humano de 1.300 millones de
dólares lanzado por la Unión
Europea en 2013. Convencido por
el carismático Henry Markram de
que podría crear una simulación de
todo el cerebro humano en una
supercomputadora para el año
2023, y que dicho modelo
revolucionaría el tratamiento de la
enfermedad de Alzheimer y otros
trastornos, los funcionarios de la
UE financiaron su proyecto
prácticamente sin restricciones.
Menos de dos años después, el
proyecto se convirtió en un
"accidente cerebrovascular" y se le
pidió a Markram que renunciara.
Somos organismos, no
computadoras. Supéralo.
Continuemos con el negocio de
tratar de entendernos a nosotros
mismos, pero sin estar agobiados
por un equipaje intelectual
innecesario. La metáfora de IP ha
tenido una ejecución de medio
siglo, produciendo pocos, si
alguno, ideas en el camino. Ha
llegado el momento de presionar la
tecla ELIMINAR.