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Revista de Ingeniería

ISSN: 0121-4993
reingeri@uniandes.edu.co
Universidad de Los Andes
Colombia

Briones Gamboa, Fernando


Inundados, reubicados y olvidados: Traslado del riesgo de desastres en Motozintla, Chiapas
Revista de Ingeniería, núm. 31, enero-junio, 2010, pp. 132-144
Universidad de Los Andes
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=121015012005

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Inundados, reubicados y olvidados:
Traslado del riesgo de desastres en
132
dossier
Motozintla, Chiapas
Flooded, Resettlements and Forgotten:
Disaster Risk Transfer in Motozintla, Chiapas
Fernando Briones Gamboaa

Palabras claves Key words


Chiapas, reubicaciones, riesgo, vulnerabilidad. Chiapas, resettlements, risk, vulnerability.

Resumen Abstract
Por sus condiciones de vulnerabilidad, la ciudad de Because of its vulnerable situation, the city of Moto-
Motozintla (Chiapas, México) está expuesta al riesgo zintla (Chiapas, Mexico) is exposed to the risk of hydro-
de desastres hidrometeorológicos. Las lluvias de 1998 y meteorological disasters. Both the rains of 1998 and
la tormenta Stan en 2005 provocaron daños materiales Hurricane Stan in 2005 caused a great deal of damage
y pérdidas humanas. Las respuestas de las autoridades and many casualties. The authorities responded by im-
fueron medidas estructurales en el río Xelajú y la reubi- posing structural measures in the Xelajú River and by
cación de familias de las zonas de riesgo. La creación resettling families from risk areas. Creating the new
  

       

 

    
      

 

espacio, desarticulando redes sociales y redistribuyendo the space by disrupting social networks and redistri-
el riesgo. Exponemos algunas implicaciones de las reubi- buting risk. We expose some of the implications of the
caciones; hacemos énfasis en la necesidad de aplicar po- resettlement, emphasizing the need for applying parti-
líticas participativas y adaptar al contexto local el diseño cipatory policies and for adapting the disaster recovery
de los programas de recuperación de desastres. programs to the local context.

a PhD. en Antropología Social y Etnografía. Profesor e investigador, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social (CIESAS). Ciudad de México, México.
 briones@ciesas.edu.m

* Este trabajo forma parte de los resultados de una estancia posdoctoral en el CIESAS, inscrita el proyecto coordinado por
el Dr. Jesús Manuel Macías La intervención de SEDESOL en recuperación de desastres. Evaluación de acciones y omisiones en reubica-
ción de comunidades.
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INTRODUCCIÓN sus características más importantes es su condición 13
Si la célebre hipótesis de Prince [1] que argumenta evolutiva: el riesgo no es una condición estática sino
que las catástrofes son oportunidades para el cambio una en constante transformación. Así, la construc-
social es cierta, las reubicaciones por desastres son ción social del riesgo es un proceso que representa
potencialmente mecanismos transformadores. Sin el aumento de las condiciones de vulnerabilidad que
embargo, casi generalizadamente, las reubicaciones hacen de una sociedad susceptible de sufrir daños.
son representativas de una trasformación negativa y —en Los casos presentados son ilustrativos de un proceso
el mejor de los casos— se limitarán a la reducción de transformación social: ¿hacia dónde esos cambios
parcial y temporal de los riesgos, y no a la mitigación dirigen a las sociedades en cuestión?, ¿las reubicacio-
sostenible en el largo plazo. nes fueron mecanismos eficaces en la reducción del
riesgo o sirvieron únicamente para su traslado geo-
Los casos que presentamos analizan bajo una pers-
gráfico y temporal?
pectiva comparativa las reubicaciones Milenio III
(1998) y Vida Mejor III (2005) en la ciudad chiapa-
neca de Motozintla. El primer caso contiene elemen-
¿SON LAS REUBICACIONES UNA SOLUCIÓN A
tos que tendrían que haber servido para el diseño del
LA GESTIÓN DEL RIESGO?
segundo. Analizaremos las diferencias y similitudes
pero, sobre todo, las consecuencias de las acciones a En este trabajo no analizamos los mecanismos insti-
partir de las siguientes hipótesis: tucionales sobre la decisión de reubicar ni los proce-
sos de licitación sobre la construcción de los nuevos
  
     
   asentamientos; partiremos de la suposición que fue-
corresponden a las necesidades socioeconómicas ron resultado de legítimas estrategias de mitigación
ni a los patrones culturales de las comunidades; se del riesgo. No obstante, estudiamos la eficiencia de
puede esperar reticencia en la participación y bajo los modelos utilizados para ver si se cumplió el pro-
nivel de ocupación de las reubicaciones, si no se pósito de mitigación del riesgo.
ofrecen garantías de seguridad alimenticia.
Por el costo social y económico, reubicar tendría
     
  
  que ser la última alternativa. En la gestión del riesgo
de un proceso de traslado y redistribución del ries- reubicar es una de la decisiones más difíciles porque
go, en la medida en que sus habitantes ocupan un representa, como recuerda Musset “un fracaso para
nuevo espacio expuesto a nuevas amenazas y con los habitantes obligados no solamente a abandonar
deficientes mecanismos para la reintegración a la su lugar de residencia y patrimonio inmobiliario, sino
comunidad de sus redes sociales, fuentes de pro- también pone en causa el estatus social que ellos pu-
ducción y servicios públicos. dieron adquirir al ser miembros de la comunidad, con
La metodología utilizada en la recuperación de los todas las ventajas económicas y políticas que esta si-
datos presentados se basa esencialmente en el trabajo tuación les podía aportar” [2]. Desde esta perspectiva,
de campo etnográfico; se realizaron entrevistas semi- las reubicaciones son resultado de una política territo-
estructuradas en los barrios originalmente dañados, rial deficiente y supone procesos sociales sensibles, al
en las comunidades reubicadas y con funcionarios implicar la reconfiguración casi total de las redes so-
públicos locales. Esto se analiza a través de un marco ciales y medios productivos de los afectados o bene-
teórico fundamentado en los estudios sociales sobre ficiados, según quiera verse. Barrios [3], recuperando
reubicaciones humanas por desastres y en la noción las reflexiones de Cernea (1997) y Partridge (1982),
de construcción social del riesgo. Al estudiar el riesgo sostiene que “la reubicación de comunidades, ya sea
como construcción social, reconocemos que una de causada por un desastre o un proyecto de desarrollo,
134 se caracteriza por varios riesgos sociales y de salud menos energía en el proceso de adaptación, lo que
pública. Estos riesgos incluyen el desempleo, la pér- implica recurrir a sus esquemas organizativos y pro-
dida de tierras, la pérdida de hogares, marginalización ductivos ya conocidos, situados en los antiguos asen-
y seguridad alimentaria, el acceso a la propiedad co- tamientos.
munal, la polarización económica, la desarticulación
Son pocos los casos exitosos expuestos en la biografía
social y los aumentos en la mortalidad y morbilidad”.
sobre reubicaciones. Wilches-Chaux expone que «un
¿De qué depende el éxito o fracaso de una reubicación? “modelo de intervención” o una “estrategia”, que en
La tendencia general en la discusión del “éxito” o “fraca- una situación determinada puede considerarse como
so” es evaluar el porcentaje de ocupación en las nuevas “un éxito”, en otro momento o en otras circunstancias
casas; la participación y disponibilidad de los afectados a puede resultar totalmente inaplicable o conducir al fra-
reubicarse depende de factores de exposición al riesgo fí- caso» [8]. Es decir, el éxito o fracaso está sujeto a un
sico y la restructuración del sistema comunitario que per-    
       !   

mitiría efectivamente consolidar el nuevo asentamiento. planeación de reubicaciones, ya que cada proyecto ten-
    
 expulsor del dría que ser original y adaptado a los esquemas cultura-
antiguo asentamiento para la determinación de compor- les, ecológicos y económicos. Argüello argumenta que
tamiento individual y colectivo de los que se reubican” “deben diseñarse verdaderos asentamientos y no sólo
[4]. Desde la perspectiva comunitaria, Vera muestra que conglomerados de casas” [9], como ha sido el caso en
algunas de las consecuencias de las reubicaciones son la Motozintla y en numerosos lugares de Latinoamérica.
“desintegración familiar y desarticulación de las comuni-
dades” [5]. Las reubicaciones corren el riesgo de fracasar
si los proyectos no consideran a las comunidades como MOTOZINTLA, ¿VULNERABLES A QUÉ Y POR QUÉ?

sujeto principal, entendiendo por esto el ensamble de En México la temporada lluvias de 1998 ha sido re-
redes sociales que mantienen en actividad un territorio; cordada como una de las más destructivas de la última
estas redes incluyen relaciones de parentesco, sistemas década del siglo pasado, a tal punto que el mismo Pre-
productivos, comerciales y relaciones políticas. Sliwinski sidente Ernesto Zedillo comparó la destrucción con
recuerda que una reubicación “posiblemente tendrá altos el terremoto de 1985 en la Ciudad de México [10].

   
     Casi todo el sur del país se vio afectado por depresio-
incluidas como participantes activos durante el ciclo del nes tropicales y lluvias intensas que causaron daños
proyecto” [6]. principalmente en los estados de Puebla, Veracruz y
Pese a que la decisión de reubicar una comunidad Chiapas. Esta última entidad tuvo afectaciones en la
puede justificarse frente al valor indiscutible de una costa (municipios de Tapachula, Pijijiapan y Mapas-
amenaza natural o un desastre, para las comunidades tepec), destacándose la comunidad de Valdivia que
representa un impacto social tan alto que frecuen- quedó sepultada por el lodo proveniente de la Sierra.
temente la apuesta es mantenerse en sus lugares de Justamente, algunas de las hipótesis sobre la destruc-
origen. Oliver-Smith parafraseando a Wallace (1957) ción en la costa giran alrededor de la deforestación en
escribe: “Escogiendo mantenerse cerca del sitio ante- la Sierra, lo que supuestamente contribuiría a la dismi-
rior (o ciudad), los sobrevivientes (afectados) reducen nución en la capacidad de absorción de la tierra y en
la carga de reestructuración cognitiva para adaptarse consecuencia al aumento de las corrientes de agua que
al medio ambiente”[7]. Esto significa que los afec-   
    

 

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tados tienden a buscar las soluciones que requieran En la ciudad de Motozintla1, ubicada en el estado su-

1 58,115 habitantes según CONAPO, 2005.


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reño de Chiapas, lluvias intensas atípicas al inicio de 13
septiembre produjeron un escenario de devastación
que dejó por lo menos 800 casas destruidas por la
crecida de los arroyos que cruzan la ciudad y por el
desbordamiento del río Xelajú, un importante afluen-
te que domina el paisaje de la ciudad incrustada en
la Sierra Madre de Chiapas. Hay que destacar que la
ubicación misma de Motozintla la convierte en una
zona de riesgo con pocos espacios no expuestos a
las inundaciones por los desbordamientos de los ríos
y arroyos, y por los cerros de rocas del accidentado
terreno, producto de las fallas tectónicas Motagua y Figura 1. El Estado de Chiapas en la República Mexicana. Fuente:
Secretaría de Obras Públicas, Gobierno del Estado de Chiapas.
Polochic [11], además de la erosión que hace al terre-
no susceptible a deslaves.

El poblamiento de la ciudad se explica por su impor-


tancia como centro económico regional y cabecera
municipal. Frontera entre las regiones Sierra y Soco-
nusco, su cercanía a la costa del Pacífico y su proxi-
midad con Guatemala favorecieron a que Motozintla
fuera el punto de concentración para la distribución
de los productos de la región, entre los que destacan
la madera y el café. Todavía en esta década, pese a la
transición económica dirigida al desarrollo industrial
más que al agrícola, el municipio concentra 59% de
sus actividades productivas en el sector primario (ac-
tividades agropecuarias). La industria manufacturera Figura 2. La ciudad de Motozintla. Fuente: Secretaría de Obras
Públicas, Gobierno del Estado de Chiapas.
representa apenas el 11% de las actividades; mientras
que el sector terciario (servicios y comercio), el 30%. los migrantes llegaron de las comunidades aledañas
La mayoría de los motozintlecos de las comunidades con la finalidad de aprovechar el potencial comercial
aledañas se dedican a la agricultura; por su parte, en de la cabecera municipal y, al mismo tiempo, traslada-
la cabecera municipal predominan los servicios y el ron sus actividades agrícolas. Se trata de la transición
comercio. rural-urbana en su mayoría de familias de campesinos
que en un inicio no tuvieron vivienda propia y que
Uno de los patrones de poblamiento más evidentes
esperaban que sus hijos accedieran a servicios edu-
en muchos municipios del país es la concentración
cativos y de salud.
de los servicios y comercios en el centro de la ciudad
donde vive la clase media, mientras que la periferia Los pobladores de las orillas del río Xelajú son los
es receptora de población migrante. Las orillas de más expuestos al riesgo de inundación. Su vulnerabi-
Motozintla se comenzaron a poblar, según los testi- lidad no radica únicamente en su ubicación geográfi-
monios recuperados directamente con los rivereños, ca sino en una menor experiencia y memoria histórica
a partir de los años setentas, como consecuencia indi- de los fenómenos hidrometeorológicos. Se trata de
recta de una reforma agraria mal concluida. Esto res- un grupo social marginado y con elevado índice de
pondió también a la necesidad de vivienda y empleo: pobreza. Por sus características (agricultores de auto
136 sustento, sin seguridad social, con hábitos rurales en octubre del 2005, la tormenta tropical Stan 2 provocó
contextos urbanos y sin acceso permanente a servi- intensas lluvias en todo el municipio. En la ciudad
cios públicos), son un grupo con opciones limitadas. de Motozintla los arroyos Allende y La Mina, y el río
Xelajú se desbordaron nuevamente y provocaron una
A través del trabajo de campo etnográfico en la ribera
vez más daños a numerosas viviendas de los Barrios
del Xelajú podemos comprobar que aumentó la de-
Xelajú, Chico, Reforma, Miguel Hidalgo, Francis-
manda de servicios, debido al poblamiento paulatino
co Sarabia y Canoas. La respuesta fue enfocada a la
y fragmentado de sus orillas por parte de campesinos
reubicación de los afectados y a las canalizaciones del
de la Sierra y familias de comunidades aledañas que se
río Xelajú y los arroyos.
instalaron buscando empleo. En algunos casos, la mi-
gración se ha traducido en el acceso a la vivienda en
zonas de riesgo; parafraseando a uno de nuestros in-
ACCIONES Y CONSECUENCIAS
formantes: “Ya no quisiera estar aquí, pero aquí tengo
el terreno”. El riesgo se asume como una condición ¿Cuáles son las opciones de mitigación del riesgo de
inevitable e incluso preferible a la condición marginal inundaciones en Motozintla? Las políticas públicas y
de no-propietario. gestión del riesgo en México y el estado de Chiapas
tienen esencialmente un enfoque reactivo, se centran
El carácter aleatorio de los fenómenos hidrometeo-
en el pos-desastre, la ayuda a los afectados, la recons-
rológicos favorece a una percepción poco consisten-
trucción y en, algunos casos, la mitigación del riesgo.
te del riesgo; se asume la posibilidad de inundación
Sin embargo, ésta se realiza básicamente a través de
pero se considera también la posibilidad que ningún
grandes obras que recuerdan la vieja pero vigente vi-
daño se presente. Cada año a final de la temporada de
sión fisicalista. Pese a que las ciencias sociales han
lluvias (septiembre-noviembre) el río Xelajú aumenta
realizado aportaciones significativas al análisis de
su caudal, pero no cada año se desborda. Si bien mu-
los desastres y su gestión al centrarse en la compleja
chas casas fueron legalizadas colectivamente en los
realidad social, las reubicaciones de Motozintla son
años setentas y ochentas, con frecuencia los terrenos
ejemplos representativos de la manifestación —toda-
están en litigio, lo que aumenta su condición de vul-
vía presente— de un determinismo científico inspira-
nerabilidad al ser marginalizados de los trabajos mu-
do en la vieja guardia de las ciencias naturales y que
nicipales. Para los habitantes de las zonas de riesgo
hace más de un cuarto de siglo evidenciara Kenneth
de inundación, las opciones de mantenimiento coti-
Hewitt en Interpretations of Calamity [12]. Efectiva-
diano y recuperación del desastre están basadas en
mente, Hewitt expuso el paradigma dominante de los
sus propias redes de parentesco y vecindad. El trabajo
desastres naturales considerados como inevitables y
colectivo, con todo y sus límites, resulta muchas veces
el modo en el que el centro de atención de la inves-
más efectivo que los trabajos institucionales poco re-
tigación se limita al dominio geofísico, el cual pone
currentes y con frecuencia no concluidos.
mayor importancia a las amenazas que a la vulnerabi-
Si bien las inundaciones son frecuentes al final de la lidad social. Las acciones en Motozintla partieron de
temporada de lluvias, el desastre de 1998 marcó una la reducción de la vulnerabilidad a través del desarro-
ruptura en la gestión de los riesgos en Motozintla: la llo de la construcción de viviendas. A priori, esto es
respuesta de las autoridades se concentró en la crea- una medida eficiente para mitigar —a mediano pla-
ción de nuevos barrios para reubicar a los damnifica- zo— la exposición a las amenazas de las familias de
dos y así “mitigar” el riesgo. Trece años después, en ribereños y para dotar de techo a los damnificados;

2 La decimoctava tormenta tropical de la temporada. Alcanzó el grado de Huracán categoría 1, pero la afectación en Moto-
zintla ocurrió cuando su intensidad fue clasificada como tormenta tropical.
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sin embargo, las consecuencias —negativas— a largo que proyectaba la reubicación de 7000 familias; de es- 13
plazo se vislumbran a través de los efectos sociales tas viviendas, casi 700 se planearon para los nuevos
y no necesariamente de los físicos. Así, no son las barrios de Milenio I, II, y III en Motozintla [13]. Para
reubicaciones el problema fundamental sino los mo- Milenio III, se consideraron 172 casas y, según el cen-
delos implementados. so del proyecto La intervención de SEDESOL 3 en Recu-
peración de Desastres: Evaluación de Acciones y Omisiones en
El terreno, dominado por una abrupta geografía de
reubicación de comunidades (CIESAS- SEDESOL), fue-
cerros susceptibles a desgajarse y por una alta proba-
ron construidas 152 casas que beneficiaron a 576 per-
bilidad de inundaciones recurrentes, no ofrece opcio-
sonas de 143 familias. Según el mismo censo, para el
nes para nuevos espacios habitacionales. En ese sen-
2008, nueve casas estaban desocupadas. Si considera-
tido, las reubicaciones de las zonas afectadas tendrían
mos que las reubicaciones son una estrategia de largo
que ser cuidadosamente diseñadas, con programas de
plazo —ya que no se trata de desplazamientos tem-
acompañamiento a mediano y largo plazo. No obs-
porales— y son resultado de un proyecto estudiado
tante, desde el desastre de 1998 las reubicaciones fue-
y consensuado, representarían un éxito en la medida
ron estrategias institucionales para dotar de vivienda
en que logra reducir la exposición a las amenazas na-
a los afectados y evitar el repoblamiento de las zonas
turales y generar un contexto socioeconómico favo-
de riesgo.
rable que limite la reproducción de la vulnerabilidad
En 2005, además de la construcción de nuevos ba- social. A una década de la reubicación, ¿las familias
rrios, se consideraron como las soluciones más im- reubicadas en Milenio III están expuestas a menos
portantes la canalización de los arroyos que cruzan riesgos y son socialmente menos vulnerables?, ¿son
la ciudad (La Mina y Allende) y los trabajos de con- sus condiciones de vida acordes con la inversión eco-
tención (enrocamiento) del río Xelajú que domina la nómica y psicológica que representó la reubicación?
parte norte. Las obras hidráulicas fueron financia- Las respuestas a estas preguntas no son unilaterales;
das con recursos del Fondo Nacional de Desastres los datos arrojados por el trabajo de campo contras-
(FONDEN) y ejecutadas por el Departamento de tan una serie de insuficiencias frente al nuevo entorno
Obras Públicas del Estado de Chiapas, mientras que que terminan por ofrecer un escenario paradójico: los
la supervisión de su funcionamiento corresponde a la habitantes de Milenio III, al no tener mayor opción
Comisión Nacional del Agua. Por otra parte, las obras que adaptarse a su nuevo barrio, reconstruyen paula-
de vivienda para reubicación fueron implementadas a tinamente su cotidiano tomando como punto de par-
través del Programa Emergente de Vivienda desarro- tida la experiencia traumática de las inundaciones y
llado por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDE- sus hábitos anteriores.
SOL) bajo las reglas de operación del FONDEN.
La primera insuficiencia considerable radica en la
elección de los terrenos, delegada a las autoridades
municipales quienes directamente buscaron una ne-
MILENIO III: NUEVOS BARRIOS, NUEVAS
gociación con los propietarios de los terrenos elegi-
VULNERABILIDADES
dos. La negativa a la venta se tradujo en la presión
El desastre de 1998 provocó un significativo número para expropiar y, sobre todo, en la opacidad en el
de viviendas afectadas en el estado de Chiapas. Más proceso de selección de los terrenos. Dadas las ca-
de 26,000 casas sufrieron perjuicios, de las cuales casi racterísticas geográficas, la elección del espacio resul-
11,000 presentaban daños estructurales y fueron be- ta fundamental para cubrir el objetivo de reducción
neficiadas por el Programa Emergente de Vivienda del riesgo de desastres. El terreno elegido se situó

3 Secretaría de Desarrollo Social.


138 aproximadamente 1 km. arriba del río Xelajú en la como tradicionalmente se usa, adaptando una fosa
ladera norte, en una zona accidentada donde conflu- séptica y el lavadero.
yen (como en casi toda la región) pequeños riachue-
Las labores cotidianas en ese contexto requieren es-
los de temporal. Si bien la reubicación se alejaba del
pacio para almacenar herramientas, alimentos para los
riesgo de inundación, la erosión de los cerros aleda-
animales y la producción misma. El uso que se hace
ños sugiere el riesgo de deslaves y desgajamientos, lo
del espacio exterior e interior en las casas no es sólo
que ha desembocado en la incertidumbre por parte
habitacional sino utilitario, una casa práctica es aquélla
de los reubicados, que temen un nuevo desastre. En
donde caben todas las cosas. Un habitante de Milenio
ese sentido la elección de los terrenos se realizó con
III remarcó que “las casas se llenan rápido”, lo que
el argumento de completar el proyecto pero no para
limita sus posibilidades de trabajo y pone en riesgo su
cumplir los objetivos. Argüello recuerda que la ges-
seguridad alimentaria. Durante el trabajo de campo, se
tión de los riesgos termina por ser deficiente si sólo
pudo observar que la mayoría de las familias adaptan a
se funda en compromisos institucionales: “la satisfac-
sus pequeñas casas a sus antiguos hábitos. No obstan-
ción de la necesidades de vivienda lleva a una serie de
te, si esto podría argumentarse como capacidad de adap-
acciones constructivas que incluyen el uso de tierras
tación, también puede considerarse que las casas tienen
inadecuadas para habitar” [9]. El caso de Motozintla
un diseño que no corresponde a sus necesidades, que
no es la excepción.
no tienen mayor opción que forzar el uso del nuevo es-
Otra deficiencia importante es el tamaño de las casas. pacio que, al ser tan limitado, termina por convertirse
La reubicación de Milenio III fue diseñada bajo el en una vivienda menos práctica y de menor calidad de
esquema de conjunto habitacional urbano; se trata de vida que incluso aquélla situada en la zona de riesgo.
casas individuales de 8 x 20 m. (160 m2), cuyo espacio
Otro de los aspectos es el uso y cobro de los recursos
interior es de 40 m2. No hubo consulta previa sobre
hídricos. La cercanía con el río en las zonas de riesgo,
las necesidades de los habitantes. La mayoría de las
aún en temporada seca, les garantizaba agua para sus
familias reubicadas provenían de las riberas del río
actividades cotidianas (por recolección directa o ex-
Xelajú y de los arroyos, sus casas estaban distribuidas
tracción en pozo). En las nuevas viviendas, pese a que
en terrenos que, según las entrevistas, superaban los
están dotadas de drenaje y tuberías para agua corrien-
300 m² y los interiores rondaban por los 100 m². Al
te, el recurso es irregular y costoso. Muchas personas
tratarse de familias rural-urbanas, uno de sus espacios
mostraron su inconformidad por el pago del agua, en
privilegiados es el solar, un terreno de tamaño varia-
especial porque sus ingresos son menores que antes.
ble generalmente situado alrededor la casa. El solar
Lo que está en cuestión no es el cobro de los recursos
es de suma importancia porque es el espacio donde
sino la incapacidad para pagar, lo que se traduce en
se siembran algunos ingredientes de su subsistencia y
reticencia y desconfianza hacia las autoridades.
apoyo económico: maíz, frijol, tomate, chiles, hierbas
y árboles frutales. En el solar también se distribuyen La reubicación en Milenio III provocó igualmente
animales: gallinas, guajolotes, patos, cerdos y ovejas una reestructuración de la repartición del trabajo y un
que son el ahorro familiar. En el solar además se en- cambio en la frecuencia de los ingresos habituales.
cuentra la fosa séptica y el lavadero. En una de las A falta de un proyecto productivo de largo plazo, las
casas visitadas en Mileno III advertimos que el baño, familias instaladas en las nuevas casas tuvieron que
originalmente diseñado en el interior de la casa, se diseñar con sus propios medios los mecanismos para
adaptó como un pequeño altar para recordar a un fa- sus cubrir necesidades elementales. En primer lugar,
miliar fallecido4. El mingitorio se trasladó al exterior

4 Hijo migrante a Estados Unidos.


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# 31 revista de ingeniería
se transformó la mano de obra agrícola en comer- DE VIDA MEJOR A “VIDA PEOR” 13
cial pues las nuevas casas están ubicadas a varios ki- El barrio Vida Mejor III fue una de las respuestas ins-
lómetros de sus parcelas; en algunas entrevistas nos titucionales a la necesidad de cubrir con vivienda a las
afirmaron que prefirieron vender sus tierras y utilizar casi 800 familias afectadas en la cabecera municipal
ese dinero para “mejorar” la nueva casa y cambiar por la tormenta tropical Stan en 2005. Originalmente,
de actividad laboral y emplearse como albañiles. En el programa que implementó el gobierno estatal pre-
general, los trabajos de albañilería son temporales y veía que las reubicaciones contaran con un programa
motivan a muchos hombres a migrar temporalmente de actividades de traspatio y permitieran mantener
a comunidades cercanas en busca de trabajo, lo que algunas de las dinámicas productivas y de consumo
tiene como consecuencia el gasto adicional en pasajes de las familias. Se realizó con recursos del Fondo Na-
y la ausencia constante en sus hogares. cional del Habitaciones Populares, el fraccionamiento
Por otra lado, esto ha detonado una distribución de fue implementado por el Fondo Nacional del Apoyo
los roles familiares: las mujeres se dedican al trabajo Económico a la Vivienda. La distribución de casas
doméstico, poco valorado y sin seguridad social. En fue organizada por el Instituto Nacional de la Vivien-
algunos casos, al quedarse en casa, realizan adapta- da y la Secretaría de Desarrollo Social, que organizó
ciones al espacio exterior para transformarlo en una el patrón de beneficiarios con base en los daños es-
pequeña tienda; los ingresos obtenidos, menores pero tructurales en sus casas y un perfil socioeconómico
constantes, sirven para completar el gasto de la ca- determinado por un ingreso no mayor a dos y medio
nasta familiar. En términos generales, se puede apre- salarios mínimos mensuales [11].
ciar que las familias en Milenio III viven al límite de Los terrenos elegidos, situados en la parte norte del
sus capacidades materiales y sin posibilidades de un río Xelajú —al Este Fracionamiento Milenio III—
aumento real en su calidad de vida. Barrios recuerda aunque tuvieron que pasar por la aprobación de la
que “las poblaciones desplazadas son afectadas por Comisión Nacional del Agua y por el visto bueno del
un período de vulnerabilidad elevada a la marginali- Instituto de Protección Civil del Estado de Chiapas,
zación, el cual se extiende mucho más allá de la etapa están situados a sólo 900 m. del basurero municipal.
de emergencia de los desastres” [3]. Desde esa pers- Sin duda, se trata de un defecto mayor pues las conse-
pectiva, la mayoría de los habitantes de Milenio III se cuencias en la calidad de vida de las personas son de
mantienen en una situación de contingencia de baja un impacto evidente: mal olor, enfermedades respira-
escala y, por su ubicación geográfica, vulnerables a torias, gastrointestinales y conjuntivitis. Al tratarse de
una amenaza física. Como lo señala Macías, las reubi- un grupo social de recursos económicos limitados, el
caciones implican “la imposición de un cambio y di- aumento de enfermedades crónicas se traduce en un
cha imposición asume responsabilidades de mejoría, mayor gasto económico y en la degradación de sus
de manera que reubicar no puede reducirse al cambio condiciones de salud, además, la falta de una clínica
de vivienda por el conjunto de viviendas, dado que familiar favorece al sentimiento de exclusión. En el
esto supondría que el diseño del plan y/o proyecto de trabajo de campo constatamos que algunos habitan-
reubicación se limitaría al problema de construcción tes —en especial personas mayores— expresan su
de un conjunto de casas” [14]. La reubicación en este estrés por la presencia de moscas y mosquitos; para
caso se limitó a la construcción de viviendas, con un algunos, la única opción es tener las ventanas y puer-
diseño arquitectónico inadecuado y no a la reducción tas permanentemente cerradas, lo que la mayor parte
de los elementos fundamentales de reproducción de del año es incómodo debido a las altas temperaturas.
la vulnerabilidad social: falta de empleo, actividades
El tamaño de las 62 casas, de 7 x 15m (105 m²), resul-
económicas sustentables y servicios eficientes.
ta pequeño para las necesidades de sus habitantes: el
140 espacio de construcción no es mayor de 38 m². Nue- las autoridades de hacer caso omiso a la necesidad de
vamente, se trata de un diseño de tipo multifamiliar los miembros de una comunidad de quedarse juntos,
urbano para usuarios rurales. Uno de los habitantes de la falta de sostenibilidad económica después del
argumentó su incomodidad en la nueva casa diciendo reasentamiento y la ruptura de actividades culturales
que el terreno no es mayor a 15 x 8 m²: “Antes tenía como resultado del desplazamiento. El resultado fre-
un terreno de 40 x 20 m² para seis personas en la casa, cuente es la pérdida de la lógica de la vida, de una
ahora tenemos que estar todos amontonados”. A sólo razón de ser que otorga un sentido y significado a la
tres años de la reubicación, es posible constatar que existencia” [15]. A diferencia de los habitantes que
el uso del espacio interior ha sido adecuado a los há- viven en la ribera del Xelajú, los habitantes de Vida
bitos del medio rural. Esto no se puede comprobar Mejor III cierran las puertas por temor a robos. La
por afuera ya que el exterior de las casas tiene po- sensación de inseguridad pública no favorece el in-
cas capacidades de ampliación, pero el pequeño patio tercambio social, base elemental para la construcción
ubicado en la parte trasera ya ha sido transformado de redes sociales que tradicionalmente han servido
por los habitantes que almacenan animales domésti- como motor alterno para la sobrevivencia cotidiana.
cos y objetos para sus actividades. La acumulación en Macías recuerda al respecto que “las redes sociales
un espacio tan pequeño conlleva un riesgo sanitario: informales que son parte de la manutención cotidia-
la presencia de cucarachas y roedores es constante y na (…) pero el principal riesgo identificado se refiere
favorece alergias y cuadros asmáticos. al empobrecimiento de los desplazados como conse-
cuencia del deterioro de sus relaciones con su trabajo,
La reubicación Vida Mejor III presenta un alto nú-
posiciones, salud y pérdida generalizada de los acce-
mero de viviendas desocupadas, 29 casas, según el
sos reconstruidos a todos los servicios” [16].
censo realizado por el proyecto CIESAS-SEDESOL.
Durante el trabajo de campo, identificamos algunas La presión en tiempo y presupuesto por realizar los
familias que se vieron beneficiadas por el programa proyectos, por parte de las instituciones encargadas
pero que prefirieron no trasladarse. Los argumentos de la gestión del riesgo —en los tres ámbitos de go-
que exponen son los siguientes: bierno—, se traduce en este caso en un desarrollo ha-
bitacional que literalmente, como recuerda Argüello,
 $      &

 
puede convertirse en una bomba de tiempo: “Tanto la
particular falta de agua, alumbrado público y segu-
localización en territorios de alto riesgo como la baja
ridad.
calidad de materiales, su uso inadecuado y descono-
 ' +    < 
      - cimiento de las técnicas, implica la construcción de
meabilizados, fugas, casas sin puertas5. refugios que se pueden convertirse en trampas mor-
  = 
!    => 
@# tales” [9] .

Otro aspecto que desfavorece el porcentaje de ocu- La reubicación se dio de forma centralizada y sin un
pación fue el sistema de atribución de las viviendas. diagnóstico que permitiera el diseño de un modelo
Realizado a través de un sorteo, fue el azar el que adecuado a los hábitos y necesidades de los usuarios
definió las nuevas relaciones de vecindad; si bien és- en cuestión. Quarantelli afirma que “la falta de reco-
tas posiblemente terminarán por tejerse con los años, nocimiento de los conflictos y carencias y en la co-
el período de adaptación al nuevo entorno favorece munidad; el uso inadecuado de las fuentes de super-
un esquema de aislamiento. Oliver-Smith al respecto vivencia; una estática organización de la movilización;
escribe “el estrés cultural nace de la falla por parte de pobre coordinación inter organizacional; dificultades

5 Según el programa de construcción, corresponde a las familias asumir ese gasto.


dossier

# 31 revista de ingeniería
en la información de los grupos; y otros factores or- Prácticamente en todos los barrios de la parte occi- 14
ganizacionales y a nivel de comunidad generan pro- dental de la ribera del Xelajú la mayoría de los habi-
blemas en la preparación para proveer correctas con- tantes fueron afectados por las inundaciones de 1998
diciones en albergues y casas” [17]. El caso de Vida y 2005. En las conversaciones con los pobladores
Mejor III ilustra la implementación de medidas en se- surge generalmente la falta de opciones que les per-
rie que mitigan el riesgo de inundación a corto plazo mitan una mejor reinserción en el nuevo barrio. Los
pero trasladan a sus habitantes a escenarios con otras argumentos presentados para quedarse en una zona
amenazas e incertidumbres económicas mayores. Una de riesgo, en orden de importancia, son:
vez concluida la emergencia y terminada la construc-
  

!    =
 
ción de las casas, no se aplican proyectos de largo
en sus lugares de trabajo.
plazo de reactivación económica y empleo. Depen-
dientes únicamente de la oferta en la construcción,  
  &
 
  <
los albañiles, otrora campesinos, recurren a la migra- agua, drenaje, luz, seguridad.
ción o la renta de sus nuevas casas. Vida Mejor III es  
  
  
  
^#
un barrio olvidado, aunque paradójicamente es uno
 \
^ 
    
de los más nuevos de la cabecera municipal.
necesidades de espacio.

     _     +  


LOS NO-REUBICADOS, ¿POR QUÉ SE QUEDAN?      
 
 
    > 
Para entender mejor las dinámicas sociales que se ge-        +@  
    -
neran alrededor de las reubicaciones, es preciso anali- motiva a los ciudadanos a concluir el proceso de
zar los argumentos de los pobladores que no aceptan reubicación.
o no tienen acceso a los programas de reubicación.  \
  _  
  
        +  
\    
  
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     casas.
los proyectos ejecutados. Conviene recordar que una
   +       #
reubicación por desastre no es únicamente el traslado
de los habitantes sino “la relocalización el ensamble Para los ribereños, la reubicación representa entonces
de estructuras y funciones urbanas” [18]. Sin embargo, la pauperización de sus condiciones de vida. Acep-
en el caso de Motozintla las reubicaciones se limitaron tar o no la nueva vivienda es una decisión tomada
la construcción de viviendas y la puesta en marcha de en función no del riesgo de inundación sino de la in-
algunos programas sociales de carácter asistencialista. certidumbre alimenticia que el nuevo entorno genera.
En la medida que no se aplican propuestas de desarro- Una familia que, por ejemplo, dentro de su margen de
llo de largo plazo, coincidentes con el tipo de actividad pobreza tenga garantizado acceso al empleo y educa-
previa de los afectados, es muy probable que la reubi- ción en la zona de riesgo, difícilmente apostará por
cación conlleve a transformaciones sociales como la una reubicación que implicará comenzar desde cero el
transición de agricultor, ejidatario o propietario, a la tejido de sus redes sociales, única garantía en caso de
de asalariado temporal. Durante las entrevistas reali- mayor necesidad. Es probable que prefieran quedarse
zadas en el trabajo de campo, se pudo observar que la junto al río y reconstruir su casa lentamente con la
mayoría de los hombres que se trasladaron se emplea- garantía de una vida cotidiana relativamente estruc-
ron como albañiles, mientras que aquéllos que se que- turada. Si bien es cierto que el riesgo de inundación
daron en las colonias de riesgo mantenían su actividad de su casa queda presente, éste resulta menor que la
agrícola, precaria pero segura. “certeza” de la degradación de sus condiciones de
142 vida en las reubicaciones. El sentimiento generalizado CONCLUSIONES

es que reubicarse es un fracaso familiar que represen- Las inundaciones de 1998 y 2005 tuvieron considera-
ta, como cita Oliver-Smith con base en Hansen, “una bles consecuencias en la ciudad de Motozintla. Inde-
significativa pérdida de poder social” [15]. pendientemente de las lamentables pérdidas humanas
Paradójicamente, las zonas de riesgo ofrecen cierto y materiales, una parte de la población ha tenido que
grado de seguridad que las reubicaciones no pueden sumar al estrés post traumático del desastre, un es-
garantizar. Una mujer del barrio Xelajú Chico, que fuerzo considerable por adaptarse a las reubicaciones
se dedica a lavar ropa, argumenta que reubicarse re- desarrolladas por diferentes programas de gobierno.
duciría sus ingresos: “Aquí por lo menos conozco Pensadas como una estrategia de mitigación del ries-
gente que me da ropa para lavar, allá no”. En el mis- go, las reubicaciones Milenio III y Vida Mejor III
mo sentido un campesino y albañil del barrio Canoas han reducido la exposición a la amenaza natural de
sostiene: “No quisiera estar aquí junto al río. Pedí la aproximadamente 700 personas, pero han desencade-
vivienda (reubicación) pero no está terminada, está nado una serie de consecuencias sociales que conlle-
en mal estado, sin agua, no hay drenaje. Aquí no hay van al deterioro en la calidad de vida de un grupo
drenaje pero tengo fosa séptica”. El testimonio ante- social con tendencia a preferir vivir en una zona de
rior revela la preocupación por el acceso los servicios riesgo y asegurar sus ingresos y recursos naturales.
públicos: las reubicaciones resultan poco interesantes Las reubicaciones, como opción última en la gestión
si no cuentan con los servicios básicos funcionando, de los riesgos, tienen que venir acompañadas de me-
una vez más se prefiere mantenerse en la zona de ries- didas de reestructuración socioeconómica de largo
go donde durante años se ha invertido en pequeños plazo, adaptadas a las condiciones económicas regio-
trabajos de adaptación como la construcción de fo- nales y los hábitos de las personas involucradas. Su
sas sépticas y bordos que sirven como improvisadas objetivo debe ser la reducción del riesgo y la trans-
barreras en caso de inundación. Otra mujer expresa: formación positiva de las condiciones sociales. Sin em-
“Estamos aquí porque mi esposo siembra maíz y to- bargo, los ejemplos mostrados sugieren procesos de
mate. Yo tengo una tienda de pollo. Si nos vamos a transformación negativa, de reducción parcial y temporal
otro lado no tenemos espacio, ni mi esposo traba- de los riesgos. Los procesos de toma de decisiones
jo”. La resistencia a reubicarse, explica Oliver-Smith, que van desde la elección el terreno, el modelo de ur-
“constituye una afirmación de la identidad y defensa banización, el diseño arquitectónico de las casas hasta
contra el colapso cultural” [7] y, agregaríamos, contra la distribución de los lotes, se basa en un centralismo
el colapso económico. Mientras que las reubicaciones asistencialista y temporal que favorece a una exclu-
no ofrezcan garantías de integración a un mercado sión de facto de los reubicados.
laboral similar o mejor al anterior, y se respeten las
Es pertinente recordar las moralejas que escribiera
redes de parentesco y organización social, difícilmen-
Robinson: “sin información en el dominio público y
te la gente que goce de ciertas opciones elementales
al alcance de los habitantes, no sólo aumenta el riesgo
para mantenerse en las zonas de riesgo se convence-
de conflictos, también se niega la dimensión partici-
rán de reubicarse. El cambio de vivienda, que institu-
pativa tan importante en una democracia. Otra mo-
cionalmente representa la mitigación del riesgo, para
raleja: nunca un pueblo nuevo para desalojados sin
los pobladores representa el aumento en su incerti-
comprender la dinámica anterior, sus preferencias y
dumbre cotidiana.
sin investigar otras opciones productivas”

Las consecuencias sociales más importantes de las


ubicaciones son la transformación de las dinámicas
dossier

# 31 revista de ingeniería
productivas y laborales, la desarticulación de redes History, Economics and Public Law. New York: Columbia 14
sociales y el traslado de un grupo social a una zona University Press, 1920, Vol. 94, pp.1-152,
también de riesgo donde lo que cambia es la amenaza.
En Milenio III, el riesgo de deslave y desgajamiento [2] A. Musset.

genera condiciones de incertidumbre; mientras que Villes nomades du Nouveau Monde. Paris: Éditions de

en Vida Mejor III, la cercanía con el basurero mu- l’EHESS, 2002, pp. 203.

nicipal genera una condición de permanente desas-


[3] R. E. Barrios.
tre sanitario. Las respuestas sociales se sitúan en la
Reconstruyendo la marginalidad: la economía política de la
reticencia generalizada frente a las instituciones; los
reubicación después del huracán Mitch en el sur de Honduras.
grupos vulnerables optan por desarrollar mecanis-
Honduras: CRID - Centro Regional de Información sobre
mos propios de resistencia y adaptación que incluyen
Desastres para América Latina y el Caribe, 2000, pp. 1.
la aceptación misma del riesgo. Las reubicaciones en
Motozintla sugieren, más que mitigación del riesgo,
[4] J. M. Macías.
el afianzamiento de programas de vivienda urbanos
“Desastres y reubicaciones. Conceptos, mitos y
en un contexto rural que trasladan el riesgo de lugar
realidades”. En G. Vera (coord.) Devastación y éxodo.
por falta y/u omisión de proyectos productivos y al-
Memoria de seminarios sobre reubicaciones por desastres en México.
ternativas para el bienestar social, lo cual favorece la
México: Papeles de la Casa Chata, CIESAS, 2009, pp. 33.
degradación paulatina de las condiciones de vida y
estandarización en la pobreza. [5] G. Vera.

Por su costo económico y social, las reubicaciones “Procesos de reubicación y desarticulación social”. En G.

tendrían que ser diseñadas como acciones compar- Vera (coord.) Devastación y éxodo. Memoria de seminarios sobre

tidas entre la población y los diferentes ámbitos de reubicaciones por desastres en México. Papeles de la Casa Chata,

gobierno. Se necesitan marcos normativos que gene- CIESAS. México, pp. 2009135.

ren la participación y el fortalecimiento de capacida-


[6] A. Sliwinsk.
des locales; esto es desde capacitación a los gestores
“Social dynamics in participatory reconstruction: an
locales hasta el impulso de programas de desarrollo
anthropological analysis from El Salvador”. En Post-
basados en los contextos culturales y laborales. Por
Disaster Reconstruction: Meeting Stakeholder Interests Proceedings
último, no se debe olvidar que la tendencia de los gru-
of a Conference held at the Scuola di Sanità Militare. Florence,
pos vulnerables frente al riesgo es la de considerar
Italy, 17-19 May 2006. Florence: Firenze University Press.
a los desastres como eventos con una temporalidad
puntual; por lo general, se prefiere vivir en una zona
[7] A. Oliver-Smith.
de riesgo esporádico, que reubicarse en una zona de
“Here there is life: The social and cultural dynamics of
exclusión permanente. Para garantizar el éxito de los
successful resistance to resettlement in postdisaster Perú”.
reubicación se tienen que asegurar mejores condicio-
En A. Hansen and A. Oliver - Smith (Eds). Involuntary
nes de vida que las anteriores.
migration and resettlement: The problems and responses of dislocated
people. Boulder, Colorado: Westview Press, 1982, pp.85-
103.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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[1] S. M. Prince. La reubicación de San Cayetano. Bogotá: Gobernación de
“Catastrophe and Social Change: Based upon a Cundinamarca y Universidad de los Andes, 2000, pp. 15.
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144 [9] M. Argüello. [17] E. Quarantello.
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ARQUISUR, Universidad de San Juan, Argentina, 2004, Disaster prevention and Management, Vol. 4, No. 3, 1995, pp.
pp. 11. 43-53.

[10] La Jornada. México, 13 de Septiembre de 1998. Sección [18] A. Musset.


Estados, pp. 3. “Le déplacement des villes en Amérique Hispanique”.
Revue Villes en parallèle (De Séville à Lima) No. 25,
[11] E. Macías. Laboratoire de Géographie Urbaine, Université de Paris
Reconstrucción de la vulnerabilidad social en una comunidad X-Nanterre, 1997, pp. 179.
reubicada por desastre: el fraccionamiento Vida Mejor III
en Motozintla, Chiapas. Tesis de licenciatura. México: [19] S. Robinson.
Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, 2009, “El caso de la presa Caracol”. En J.M. Macías. Reubicación
pp. 35 y 104. de comunidades humanas. Entre la producción y la reducción de
desastres. Universidad de Colima, 2001, pp. 95.
[12] K., Hewitt (Ed.).
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Tesis de licenciatura. México: Universidad Nacional
Autónoma de México UNAM, 2009, pp. 49. A. Musset
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[14] J. M. Macías. Hispanoamericanas y Desastres [Siglos XVI-XVIII]”. En
Reubicaciones por desastre. Análisis de intervención gubernamental V. García Acosta (Coord.) Historia y desastres en América
comparada. CIESAS, México. 2008, pp. 23. Latina. Vol. I. La Red, CIUDAD, 1996, pp.23-45.

[15] A. Oliver-Smith.
“Consideraciones teóricas y modelos del reasentamiento
de comunidades”. En J.M. Macías. Reubicación de
comunidades humanas. Entre la producción y la reducción
de desastres. Universidad de Colima, 2001, pp. 49.

[16] J. M. Macías.
“La reubicación del riesgo”. En J.M. Macías. Reubicación
de comunidades humanas. Entre la producción y la reducción de
desastres. Universidad de Colima, 2001, pp. 29.

Recibido 22 de Junio de 2010, modificado 5 de Julio de 2010, aprobado 7 de Julio de 2010.

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