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ISSN: 0121-4993
reingeri@uniandes.edu.co
Universidad de Los Andes
Colombia
Resumen Abstract
Por sus condiciones de vulnerabilidad, la ciudad de Because of its vulnerable situation, the city of Moto-
Motozintla (Chiapas, México) está expuesta al riesgo zintla (Chiapas, Mexico) is exposed to the risk of hydro-
de desastres hidrometeorológicos. Las lluvias de 1998 y meteorological disasters. Both the rains of 1998 and
la tormenta Stan en 2005 provocaron daños materiales Hurricane Stan in 2005 caused a great deal of damage
y pérdidas humanas. Las respuestas de las autoridades and many casualties. The authorities responded by im-
fueron medidas estructurales en el río Xelajú y la reubi- posing structural measures in the Xelajú River and by
cación de familias de las zonas de riesgo. La creación resettling families from risk areas. Creating the new
espacio, desarticulando redes sociales y redistribuyendo the space by disrupting social networks and redistri-
el riesgo. Exponemos algunas implicaciones de las reubi- buting risk. We expose some of the implications of the
caciones; hacemos énfasis en la necesidad de aplicar po- resettlement, emphasizing the need for applying parti-
líticas participativas y adaptar al contexto local el diseño cipatory policies and for adapting the disaster recovery
de los programas de recuperación de desastres. programs to the local context.
a PhD. en Antropología Social y Etnografía. Profesor e investigador, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social (CIESAS). Ciudad de México, México.
briones@ciesas.edu.m
* Este trabajo forma parte de los resultados de una estancia posdoctoral en el CIESAS, inscrita el proyecto coordinado por
el Dr. Jesús Manuel Macías La intervención de SEDESOL en recuperación de desastres. Evaluación de acciones y omisiones en reubica-
ción de comunidades.
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INTRODUCCIÓN sus características más importantes es su condición 13
Si la célebre hipótesis de Prince [1] que argumenta evolutiva: el riesgo no es una condición estática sino
que las catástrofes son oportunidades para el cambio una en constante transformación. Así, la construc-
social es cierta, las reubicaciones por desastres son ción social del riesgo es un proceso que representa
potencialmente mecanismos transformadores. Sin el aumento de las condiciones de vulnerabilidad que
embargo, casi generalizadamente, las reubicaciones hacen de una sociedad susceptible de sufrir daños.
son representativas de una trasformación negativa y —en Los casos presentados son ilustrativos de un proceso
el mejor de los casos— se limitarán a la reducción de transformación social: ¿hacia dónde esos cambios
parcial y temporal de los riesgos, y no a la mitigación dirigen a las sociedades en cuestión?, ¿las reubicacio-
sostenible en el largo plazo. nes fueron mecanismos eficaces en la reducción del
riesgo o sirvieron únicamente para su traslado geo-
Los casos que presentamos analizan bajo una pers-
gráfico y temporal?
pectiva comparativa las reubicaciones Milenio III
(1998) y Vida Mejor III (2005) en la ciudad chiapa-
neca de Motozintla. El primer caso contiene elemen-
¿SON LAS REUBICACIONES UNA SOLUCIÓN A
tos que tendrían que haber servido para el diseño del
LA GESTIÓN DEL RIESGO?
segundo. Analizaremos las diferencias y similitudes
pero, sobre todo, las consecuencias de las acciones a En este trabajo no analizamos los mecanismos insti-
partir de las siguientes hipótesis: tucionales sobre la decisión de reubicar ni los proce-
sos de licitación sobre la construcción de los nuevos
asentamientos; partiremos de la suposición que fue-
corresponden a las necesidades socioeconómicas ron resultado de legítimas estrategias de mitigación
ni a los patrones culturales de las comunidades; se del riesgo. No obstante, estudiamos la eficiencia de
puede esperar reticencia en la participación y bajo los modelos utilizados para ver si se cumplió el pro-
nivel de ocupación de las reubicaciones, si no se pósito de mitigación del riesgo.
ofrecen garantías de seguridad alimenticia.
Por el costo social y económico, reubicar tendría
que ser la última alternativa. En la gestión del riesgo
de un proceso de traslado y redistribución del ries- reubicar es una de la decisiones más difíciles porque
go, en la medida en que sus habitantes ocupan un representa, como recuerda Musset “un fracaso para
nuevo espacio expuesto a nuevas amenazas y con los habitantes obligados no solamente a abandonar
deficientes mecanismos para la reintegración a la su lugar de residencia y patrimonio inmobiliario, sino
comunidad de sus redes sociales, fuentes de pro- también pone en causa el estatus social que ellos pu-
ducción y servicios públicos. dieron adquirir al ser miembros de la comunidad, con
La metodología utilizada en la recuperación de los todas las ventajas económicas y políticas que esta si-
datos presentados se basa esencialmente en el trabajo tuación les podía aportar” [2]. Desde esta perspectiva,
de campo etnográfico; se realizaron entrevistas semi- las reubicaciones son resultado de una política territo-
estructuradas en los barrios originalmente dañados, rial deficiente y supone procesos sociales sensibles, al
en las comunidades reubicadas y con funcionarios implicar la reconfiguración casi total de las redes so-
públicos locales. Esto se analiza a través de un marco ciales y medios productivos de los afectados o bene-
teórico fundamentado en los estudios sociales sobre ficiados, según quiera verse. Barrios [3], recuperando
reubicaciones humanas por desastres y en la noción las reflexiones de Cernea (1997) y Partridge (1982),
de construcción social del riesgo. Al estudiar el riesgo sostiene que “la reubicación de comunidades, ya sea
como construcción social, reconocemos que una de causada por un desastre o un proyecto de desarrollo,
134 se caracteriza por varios riesgos sociales y de salud menos energía en el proceso de adaptación, lo que
pública. Estos riesgos incluyen el desempleo, la pér- implica recurrir a sus esquemas organizativos y pro-
dida de tierras, la pérdida de hogares, marginalización ductivos ya conocidos, situados en los antiguos asen-
y seguridad alimentaria, el acceso a la propiedad co- tamientos.
munal, la polarización económica, la desarticulación
Son pocos los casos exitosos expuestos en la biografía
social y los aumentos en la mortalidad y morbilidad”.
sobre reubicaciones. Wilches-Chaux expone que «un
¿De qué depende el éxito o fracaso de una reubicación? “modelo de intervención” o una “estrategia”, que en
La tendencia general en la discusión del “éxito” o “fraca- una situación determinada puede considerarse como
so” es evaluar el porcentaje de ocupación en las nuevas “un éxito”, en otro momento o en otras circunstancias
casas; la participación y disponibilidad de los afectados a puede resultar totalmente inaplicable o conducir al fra-
reubicarse depende de factores de exposición al riesgo fí- caso» [8]. Es decir, el éxito o fracaso está sujeto a un
sico y la restructuración del sistema comunitario que per-
!
mitiría efectivamente consolidar el nuevo asentamiento. planeación de reubicaciones, ya que cada proyecto ten-
expulsor del dría que ser original y adaptado a los esquemas cultura-
antiguo asentamiento para la determinación de compor- les, ecológicos y económicos. Argüello argumenta que
tamiento individual y colectivo de los que se reubican” “deben diseñarse verdaderos asentamientos y no sólo
[4]. Desde la perspectiva comunitaria, Vera muestra que conglomerados de casas” [9], como ha sido el caso en
algunas de las consecuencias de las reubicaciones son la Motozintla y en numerosos lugares de Latinoamérica.
“desintegración familiar y desarticulación de las comuni-
dades” [5]. Las reubicaciones corren el riesgo de fracasar
si los proyectos no consideran a las comunidades como MOTOZINTLA, ¿VULNERABLES A QUÉ Y POR QUÉ?
sujeto principal, entendiendo por esto el ensamble de En México la temporada lluvias de 1998 ha sido re-
redes sociales que mantienen en actividad un territorio; cordada como una de las más destructivas de la última
estas redes incluyen relaciones de parentesco, sistemas década del siglo pasado, a tal punto que el mismo Pre-
productivos, comerciales y relaciones políticas. Sliwinski sidente Ernesto Zedillo comparó la destrucción con
recuerda que una reubicación “posiblemente tendrá altos el terremoto de 1985 en la Ciudad de México [10].
Casi todo el sur del país se vio afectado por depresio-
incluidas como participantes activos durante el ciclo del nes tropicales y lluvias intensas que causaron daños
proyecto” [6]. principalmente en los estados de Puebla, Veracruz y
Pese a que la decisión de reubicar una comunidad Chiapas. Esta última entidad tuvo afectaciones en la
puede justificarse frente al valor indiscutible de una costa (municipios de Tapachula, Pijijiapan y Mapas-
amenaza natural o un desastre, para las comunidades tepec), destacándose la comunidad de Valdivia que
representa un impacto social tan alto que frecuen- quedó sepultada por el lodo proveniente de la Sierra.
temente la apuesta es mantenerse en sus lugares de Justamente, algunas de las hipótesis sobre la destruc-
origen. Oliver-Smith parafraseando a Wallace (1957) ción en la costa giran alrededor de la deforestación en
escribe: “Escogiendo mantenerse cerca del sitio ante- la Sierra, lo que supuestamente contribuiría a la dismi-
rior (o ciudad), los sobrevivientes (afectados) reducen nución en la capacidad de absorción de la tierra y en
la carga de reestructuración cognitiva para adaptarse consecuencia al aumento de las corrientes de agua que
al medio ambiente”[7]. Esto significa que los afec-
"#
tados tienden a buscar las soluciones que requieran En la ciudad de Motozintla1, ubicada en el estado su-
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reño de Chiapas, lluvias intensas atípicas al inicio de 13
septiembre produjeron un escenario de devastación
que dejó por lo menos 800 casas destruidas por la
crecida de los arroyos que cruzan la ciudad y por el
desbordamiento del río Xelajú, un importante afluen-
te que domina el paisaje de la ciudad incrustada en
la Sierra Madre de Chiapas. Hay que destacar que la
ubicación misma de Motozintla la convierte en una
zona de riesgo con pocos espacios no expuestos a
las inundaciones por los desbordamientos de los ríos
y arroyos, y por los cerros de rocas del accidentado
terreno, producto de las fallas tectónicas Motagua y Figura 1. El Estado de Chiapas en la República Mexicana. Fuente:
Secretaría de Obras Públicas, Gobierno del Estado de Chiapas.
Polochic [11], además de la erosión que hace al terre-
no susceptible a deslaves.
2 La decimoctava tormenta tropical de la temporada. Alcanzó el grado de Huracán categoría 1, pero la afectación en Moto-
zintla ocurrió cuando su intensidad fue clasificada como tormenta tropical.
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sin embargo, las consecuencias —negativas— a largo que proyectaba la reubicación de 7000 familias; de es- 13
plazo se vislumbran a través de los efectos sociales tas viviendas, casi 700 se planearon para los nuevos
y no necesariamente de los físicos. Así, no son las barrios de Milenio I, II, y III en Motozintla [13]. Para
reubicaciones el problema fundamental sino los mo- Milenio III, se consideraron 172 casas y, según el cen-
delos implementados. so del proyecto La intervención de SEDESOL 3 en Recu-
peración de Desastres: Evaluación de Acciones y Omisiones en
El terreno, dominado por una abrupta geografía de
reubicación de comunidades (CIESAS- SEDESOL), fue-
cerros susceptibles a desgajarse y por una alta proba-
ron construidas 152 casas que beneficiaron a 576 per-
bilidad de inundaciones recurrentes, no ofrece opcio-
sonas de 143 familias. Según el mismo censo, para el
nes para nuevos espacios habitacionales. En ese sen-
2008, nueve casas estaban desocupadas. Si considera-
tido, las reubicaciones de las zonas afectadas tendrían
mos que las reubicaciones son una estrategia de largo
que ser cuidadosamente diseñadas, con programas de
plazo —ya que no se trata de desplazamientos tem-
acompañamiento a mediano y largo plazo. No obs-
porales— y son resultado de un proyecto estudiado
tante, desde el desastre de 1998 las reubicaciones fue-
y consensuado, representarían un éxito en la medida
ron estrategias institucionales para dotar de vivienda
en que logra reducir la exposición a las amenazas na-
a los afectados y evitar el repoblamiento de las zonas
turales y generar un contexto socioeconómico favo-
de riesgo.
rable que limite la reproducción de la vulnerabilidad
En 2005, además de la construcción de nuevos ba- social. A una década de la reubicación, ¿las familias
rrios, se consideraron como las soluciones más im- reubicadas en Milenio III están expuestas a menos
portantes la canalización de los arroyos que cruzan riesgos y son socialmente menos vulnerables?, ¿son
la ciudad (La Mina y Allende) y los trabajos de con- sus condiciones de vida acordes con la inversión eco-
tención (enrocamiento) del río Xelajú que domina la nómica y psicológica que representó la reubicación?
parte norte. Las obras hidráulicas fueron financia- Las respuestas a estas preguntas no son unilaterales;
das con recursos del Fondo Nacional de Desastres los datos arrojados por el trabajo de campo contras-
(FONDEN) y ejecutadas por el Departamento de tan una serie de insuficiencias frente al nuevo entorno
Obras Públicas del Estado de Chiapas, mientras que que terminan por ofrecer un escenario paradójico: los
la supervisión de su funcionamiento corresponde a la habitantes de Milenio III, al no tener mayor opción
Comisión Nacional del Agua. Por otra parte, las obras que adaptarse a su nuevo barrio, reconstruyen paula-
de vivienda para reubicación fueron implementadas a tinamente su cotidiano tomando como punto de par-
través del Programa Emergente de Vivienda desarro- tida la experiencia traumática de las inundaciones y
llado por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDE- sus hábitos anteriores.
SOL) bajo las reglas de operación del FONDEN.
La primera insuficiencia considerable radica en la
elección de los terrenos, delegada a las autoridades
municipales quienes directamente buscaron una ne-
MILENIO III: NUEVOS BARRIOS, NUEVAS
gociación con los propietarios de los terrenos elegi-
VULNERABILIDADES
dos. La negativa a la venta se tradujo en la presión
El desastre de 1998 provocó un significativo número para expropiar y, sobre todo, en la opacidad en el
de viviendas afectadas en el estado de Chiapas. Más proceso de selección de los terrenos. Dadas las ca-
de 26,000 casas sufrieron perjuicios, de las cuales casi racterísticas geográficas, la elección del espacio resul-
11,000 presentaban daños estructurales y fueron be- ta fundamental para cubrir el objetivo de reducción
neficiadas por el Programa Emergente de Vivienda del riesgo de desastres. El terreno elegido se situó
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se transformó la mano de obra agrícola en comer- DE VIDA MEJOR A “VIDA PEOR” 13
cial pues las nuevas casas están ubicadas a varios ki- El barrio Vida Mejor III fue una de las respuestas ins-
lómetros de sus parcelas; en algunas entrevistas nos titucionales a la necesidad de cubrir con vivienda a las
afirmaron que prefirieron vender sus tierras y utilizar casi 800 familias afectadas en la cabecera municipal
ese dinero para “mejorar” la nueva casa y cambiar por la tormenta tropical Stan en 2005. Originalmente,
de actividad laboral y emplearse como albañiles. En el programa que implementó el gobierno estatal pre-
general, los trabajos de albañilería son temporales y veía que las reubicaciones contaran con un programa
motivan a muchos hombres a migrar temporalmente de actividades de traspatio y permitieran mantener
a comunidades cercanas en busca de trabajo, lo que algunas de las dinámicas productivas y de consumo
tiene como consecuencia el gasto adicional en pasajes de las familias. Se realizó con recursos del Fondo Na-
y la ausencia constante en sus hogares. cional del Habitaciones Populares, el fraccionamiento
Por otra lado, esto ha detonado una distribución de fue implementado por el Fondo Nacional del Apoyo
los roles familiares: las mujeres se dedican al trabajo Económico a la Vivienda. La distribución de casas
doméstico, poco valorado y sin seguridad social. En fue organizada por el Instituto Nacional de la Vivien-
algunos casos, al quedarse en casa, realizan adapta- da y la Secretaría de Desarrollo Social, que organizó
ciones al espacio exterior para transformarlo en una el patrón de beneficiarios con base en los daños es-
pequeña tienda; los ingresos obtenidos, menores pero tructurales en sus casas y un perfil socioeconómico
constantes, sirven para completar el gasto de la ca- determinado por un ingreso no mayor a dos y medio
nasta familiar. En términos generales, se puede apre- salarios mínimos mensuales [11].
ciar que las familias en Milenio III viven al límite de Los terrenos elegidos, situados en la parte norte del
sus capacidades materiales y sin posibilidades de un río Xelajú —al Este Fracionamiento Milenio III—
aumento real en su calidad de vida. Barrios recuerda aunque tuvieron que pasar por la aprobación de la
que “las poblaciones desplazadas son afectadas por Comisión Nacional del Agua y por el visto bueno del
un período de vulnerabilidad elevada a la marginali- Instituto de Protección Civil del Estado de Chiapas,
zación, el cual se extiende mucho más allá de la etapa están situados a sólo 900 m. del basurero municipal.
de emergencia de los desastres” [3]. Desde esa pers- Sin duda, se trata de un defecto mayor pues las conse-
pectiva, la mayoría de los habitantes de Milenio III se cuencias en la calidad de vida de las personas son de
mantienen en una situación de contingencia de baja un impacto evidente: mal olor, enfermedades respira-
escala y, por su ubicación geográfica, vulnerables a torias, gastrointestinales y conjuntivitis. Al tratarse de
una amenaza física. Como lo señala Macías, las reubi- un grupo social de recursos económicos limitados, el
caciones implican “la imposición de un cambio y di- aumento de enfermedades crónicas se traduce en un
cha imposición asume responsabilidades de mejoría, mayor gasto económico y en la degradación de sus
de manera que reubicar no puede reducirse al cambio condiciones de salud, además, la falta de una clínica
de vivienda por el conjunto de viviendas, dado que familiar favorece al sentimiento de exclusión. En el
esto supondría que el diseño del plan y/o proyecto de trabajo de campo constatamos que algunos habitan-
reubicación se limitaría al problema de construcción tes —en especial personas mayores— expresan su
de un conjunto de casas” [14]. La reubicación en este estrés por la presencia de moscas y mosquitos; para
caso se limitó a la construcción de viviendas, con un algunos, la única opción es tener las ventanas y puer-
diseño arquitectónico inadecuado y no a la reducción tas permanentemente cerradas, lo que la mayor parte
de los elementos fundamentales de reproducción de del año es incómodo debido a las altas temperaturas.
la vulnerabilidad social: falta de empleo, actividades
El tamaño de las 62 casas, de 7 x 15m (105 m²), resul-
económicas sustentables y servicios eficientes.
ta pequeño para las necesidades de sus habitantes: el
140 espacio de construcción no es mayor de 38 m². Nue- las autoridades de hacer caso omiso a la necesidad de
vamente, se trata de un diseño de tipo multifamiliar los miembros de una comunidad de quedarse juntos,
urbano para usuarios rurales. Uno de los habitantes de la falta de sostenibilidad económica después del
argumentó su incomodidad en la nueva casa diciendo reasentamiento y la ruptura de actividades culturales
que el terreno no es mayor a 15 x 8 m²: “Antes tenía como resultado del desplazamiento. El resultado fre-
un terreno de 40 x 20 m² para seis personas en la casa, cuente es la pérdida de la lógica de la vida, de una
ahora tenemos que estar todos amontonados”. A sólo razón de ser que otorga un sentido y significado a la
tres años de la reubicación, es posible constatar que existencia” [15]. A diferencia de los habitantes que
el uso del espacio interior ha sido adecuado a los há- viven en la ribera del Xelajú, los habitantes de Vida
bitos del medio rural. Esto no se puede comprobar Mejor III cierran las puertas por temor a robos. La
por afuera ya que el exterior de las casas tiene po- sensación de inseguridad pública no favorece el in-
cas capacidades de ampliación, pero el pequeño patio tercambio social, base elemental para la construcción
ubicado en la parte trasera ya ha sido transformado de redes sociales que tradicionalmente han servido
por los habitantes que almacenan animales domésti- como motor alterno para la sobrevivencia cotidiana.
cos y objetos para sus actividades. La acumulación en Macías recuerda al respecto que “las redes sociales
un espacio tan pequeño conlleva un riesgo sanitario: informales que son parte de la manutención cotidia-
la presencia de cucarachas y roedores es constante y na (…) pero el principal riesgo identificado se refiere
favorece alergias y cuadros asmáticos. al empobrecimiento de los desplazados como conse-
cuencia del deterioro de sus relaciones con su trabajo,
La reubicación Vida Mejor III presenta un alto nú-
posiciones, salud y pérdida generalizada de los acce-
mero de viviendas desocupadas, 29 casas, según el
sos reconstruidos a todos los servicios” [16].
censo realizado por el proyecto CIESAS-SEDESOL.
Durante el trabajo de campo, identificamos algunas La presión en tiempo y presupuesto por realizar los
familias que se vieron beneficiadas por el programa proyectos, por parte de las instituciones encargadas
pero que prefirieron no trasladarse. Los argumentos de la gestión del riesgo —en los tres ámbitos de go-
que exponen son los siguientes: bierno—, se traduce en este caso en un desarrollo ha-
bitacional que literalmente, como recuerda Argüello,
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puede convertirse en una bomba de tiempo: “Tanto la
particular falta de agua, alumbrado público y segu-
localización en territorios de alto riesgo como la baja
ridad.
calidad de materiales, su uso inadecuado y descono-
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- cimiento de las técnicas, implica la construcción de
meabilizados, fugas, casas sin puertas5. refugios que se pueden convertirse en trampas mor-
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@# tales” [9] .
Otro aspecto que desfavorece el porcentaje de ocu- La reubicación se dio de forma centralizada y sin un
pación fue el sistema de atribución de las viviendas. diagnóstico que permitiera el diseño de un modelo
Realizado a través de un sorteo, fue el azar el que adecuado a los hábitos y necesidades de los usuarios
definió las nuevas relaciones de vecindad; si bien és- en cuestión. Quarantelli afirma que “la falta de reco-
tas posiblemente terminarán por tejerse con los años, nocimiento de los conflictos y carencias y en la co-
el período de adaptación al nuevo entorno favorece munidad; el uso inadecuado de las fuentes de super-
un esquema de aislamiento. Oliver-Smith al respecto vivencia; una estática organización de la movilización;
escribe “el estrés cultural nace de la falla por parte de pobre coordinación inter organizacional; dificultades
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en la información de los grupos; y otros factores or- Prácticamente en todos los barrios de la parte occi- 14
ganizacionales y a nivel de comunidad generan pro- dental de la ribera del Xelajú la mayoría de los habi-
blemas en la preparación para proveer correctas con- tantes fueron afectados por las inundaciones de 1998
diciones en albergues y casas” [17]. El caso de Vida y 2005. En las conversaciones con los pobladores
Mejor III ilustra la implementación de medidas en se- surge generalmente la falta de opciones que les per-
rie que mitigan el riesgo de inundación a corto plazo mitan una mejor reinserción en el nuevo barrio. Los
pero trasladan a sus habitantes a escenarios con otras argumentos presentados para quedarse en una zona
amenazas e incertidumbres económicas mayores. Una de riesgo, en orden de importancia, son:
vez concluida la emergencia y terminada la construc-
!
=
ción de las casas, no se aplican proyectos de largo
en sus lugares de trabajo.
plazo de reactivación económica y empleo. Depen-
dientes únicamente de la oferta en la construcción,
&
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los albañiles, otrora campesinos, recurren a la migra- agua, drenaje, luz, seguridad.
ción o la renta de sus nuevas casas. Vida Mejor III es
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un barrio olvidado, aunque paradójicamente es uno
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de los más nuevos de la cabecera municipal.
necesidades de espacio.
es que reubicarse es un fracaso familiar que represen- Las inundaciones de 1998 y 2005 tuvieron considera-
ta, como cita Oliver-Smith con base en Hansen, “una bles consecuencias en la ciudad de Motozintla. Inde-
significativa pérdida de poder social” [15]. pendientemente de las lamentables pérdidas humanas
Paradójicamente, las zonas de riesgo ofrecen cierto y materiales, una parte de la población ha tenido que
grado de seguridad que las reubicaciones no pueden sumar al estrés post traumático del desastre, un es-
garantizar. Una mujer del barrio Xelajú Chico, que fuerzo considerable por adaptarse a las reubicaciones
se dedica a lavar ropa, argumenta que reubicarse re- desarrolladas por diferentes programas de gobierno.
duciría sus ingresos: “Aquí por lo menos conozco Pensadas como una estrategia de mitigación del ries-
gente que me da ropa para lavar, allá no”. En el mis- go, las reubicaciones Milenio III y Vida Mejor III
mo sentido un campesino y albañil del barrio Canoas han reducido la exposición a la amenaza natural de
sostiene: “No quisiera estar aquí junto al río. Pedí la aproximadamente 700 personas, pero han desencade-
vivienda (reubicación) pero no está terminada, está nado una serie de consecuencias sociales que conlle-
en mal estado, sin agua, no hay drenaje. Aquí no hay van al deterioro en la calidad de vida de un grupo
drenaje pero tengo fosa séptica”. El testimonio ante- social con tendencia a preferir vivir en una zona de
rior revela la preocupación por el acceso los servicios riesgo y asegurar sus ingresos y recursos naturales.
públicos: las reubicaciones resultan poco interesantes Las reubicaciones, como opción última en la gestión
si no cuentan con los servicios básicos funcionando, de los riesgos, tienen que venir acompañadas de me-
una vez más se prefiere mantenerse en la zona de ries- didas de reestructuración socioeconómica de largo
go donde durante años se ha invertido en pequeños plazo, adaptadas a las condiciones económicas regio-
trabajos de adaptación como la construcción de fo- nales y los hábitos de las personas involucradas. Su
sas sépticas y bordos que sirven como improvisadas objetivo debe ser la reducción del riesgo y la trans-
barreras en caso de inundación. Otra mujer expresa: formación positiva de las condiciones sociales. Sin em-
“Estamos aquí porque mi esposo siembra maíz y to- bargo, los ejemplos mostrados sugieren procesos de
mate. Yo tengo una tienda de pollo. Si nos vamos a transformación negativa, de reducción parcial y temporal
otro lado no tenemos espacio, ni mi esposo traba- de los riesgos. Los procesos de toma de decisiones
jo”. La resistencia a reubicarse, explica Oliver-Smith, que van desde la elección el terreno, el modelo de ur-
“constituye una afirmación de la identidad y defensa banización, el diseño arquitectónico de las casas hasta
contra el colapso cultural” [7] y, agregaríamos, contra la distribución de los lotes, se basa en un centralismo
el colapso económico. Mientras que las reubicaciones asistencialista y temporal que favorece a una exclu-
no ofrezcan garantías de integración a un mercado sión de facto de los reubicados.
laboral similar o mejor al anterior, y se respeten las
Es pertinente recordar las moralejas que escribiera
redes de parentesco y organización social, difícilmen-
Robinson: “sin información en el dominio público y
te la gente que goce de ciertas opciones elementales
al alcance de los habitantes, no sólo aumenta el riesgo
para mantenerse en las zonas de riesgo se convence-
de conflictos, también se niega la dimensión partici-
rán de reubicarse. El cambio de vivienda, que institu-
pativa tan importante en una democracia. Otra mo-
cionalmente representa la mitigación del riesgo, para
raleja: nunca un pueblo nuevo para desalojados sin
los pobladores representa el aumento en su incerti-
comprender la dinámica anterior, sus preferencias y
dumbre cotidiana.
sin investigar otras opciones productivas”
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productivas y laborales, la desarticulación de redes History, Economics and Public Law. New York: Columbia 14
sociales y el traslado de un grupo social a una zona University Press, 1920, Vol. 94, pp.1-152,
también de riesgo donde lo que cambia es la amenaza.
En Milenio III, el riesgo de deslave y desgajamiento [2] A. Musset.
genera condiciones de incertidumbre; mientras que Villes nomades du Nouveau Monde. Paris: Éditions de
en Vida Mejor III, la cercanía con el basurero mu- l’EHESS, 2002, pp. 203.
Por su costo económico y social, las reubicaciones “Procesos de reubicación y desarticulación social”. En G.
tendrían que ser diseñadas como acciones compar- Vera (coord.) Devastación y éxodo. Memoria de seminarios sobre
tidas entre la población y los diferentes ámbitos de reubicaciones por desastres en México. Papeles de la Casa Chata,
gobierno. Se necesitan marcos normativos que gene- CIESAS. México, pp. 2009135.
[8] G. Wilches-Chaux.
[1] S. M. Prince. La reubicación de San Cayetano. Bogotá: Gobernación de
“Catastrophe and Social Change: Based upon a Cundinamarca y Universidad de los Andes, 2000, pp. 15.
Sociological Study of the Halifax Disaster”. Studies in
144 [9] M. Argüello. [17] E. Quarantello.
“Riesgo, vivienda y arquitectura”. Conferencia. Congreso “Patterns of sheltering and housing in U.S. disasters”.
ARQUISUR, Universidad de San Juan, Argentina, 2004, Disaster prevention and Management, Vol. 4, No. 3, 1995, pp.
pp. 11. 43-53.
[15] A. Oliver-Smith.
“Consideraciones teóricas y modelos del reasentamiento
de comunidades”. En J.M. Macías. Reubicación de
comunidades humanas. Entre la producción y la reducción
de desastres. Universidad de Colima, 2001, pp. 49.
[16] J. M. Macías.
“La reubicación del riesgo”. En J.M. Macías. Reubicación
de comunidades humanas. Entre la producción y la reducción de
desastres. Universidad de Colima, 2001, pp. 29.