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En el artículo de Christina Karageorgou-Bastea, “Saldo literario de un destino histórico: Don Álvaro en el

límite del tiempo” se analiza la obra de teatro escrita por el Duque de Rivas, Don Álvaro o la fuerza del

sino; en este, se utiliza un enfoque en el que la liminalidad se presenta como elemento principal y

desencadenante de toda la obra; asimismo, el análisis toma a este mismo elemento como reflejo de lo

que era el contexto de la España de la época en que esta obra fue estrenada.

La liminalidad se puede definir como un estado intermedio que se caracteriza por la indeterminación o

ambigüedad, donde lo liminal se encuentra en un espacio casi inexistente entre dos fronteras, donde no

se es ni lo uno ni lo otro y a su vez, se es ambas. De esta manera, el artículo se encarga de exponer los

diferentes aspectos en que la obra se presenta como liminal, y como esto se relaciona con la cuestión de

definir a España en un punto importante de su formación como Nación; es así, que esta obra abordaría la

cuestión de quién es ciudadano en una España que ha perdido sus colonias, o lo que es más importante,

qué es ser español.

El primer aspecto que aborda el artículo es el de la temporalidad, dado que en la obra no se da una fecha

explicita que nos indique la época en que suceden los hechos, sino que en su lugar, se nos da una serie de

señales referenciales a ser tomadas en cuenta. Según Mansour, la clave para situar la obra en el siglo XVIII

es la batalla de Velletri en 1744, lo cual nos da una figura objetiva de la época en que nos encontramos;

sin embargo, lo liminal se presenta al tomar en cuenta los detalles que denotan la decadencia del estilo

de vida de la época, lo cual corresponde con el hecho de que la obra fue estrenada en el siglo XIX. De esta

forma, los valores característicos del Siglo de las Luces contrastan con los elementos de escenografía que

a pesar de ser típicos de la época se notan deteriorados, como ejemplificando la pérdida próxima de poder

que se sabe está sucediendo en el siglo XIX.

De la misma manera, la figura del indiano –criollo, mestizo o inmigrante español que regresa de las Indias-

en el contexto llega a demostrar cierta ambigüedad en la temporalidad; mientras en el siglo XVIII, el

mestizo no es considerado como un sujeto peligroso para la sociedad española, es el intelectual mismo

por medio del teatro quien lo convertiría en una paria para la España del siglo XIX; así, en la figura de Don

Álvaro ocultándose en plena escena encontramos el reflejo del imperio que ha perdido sus colonias.
El siguiente aspecto en el que la liminalidad se ve representada, se relaciona directamente con la identidad

del personaje principal; es decir, que el conflicto se nos presenta en tanto las características que rodean

a Don Álvaro corresponden las del ciudadano español ejemplar de manera tal que el espectador le perciba

como el sujeto heroico, sin embargo, la carga de misterio e incertidumbre acerca de su pasado

característicos del personaje indiano, nos recuerda que el sujeto no es digno de confianza y que por lo

tanto, no pertenece. De igual manera, la búsqueda de legitimización de este por parte de sus pares

españoles, refleja que él mismo no puede aceptar el estar fuera de la sociedad –molestia misma que

terminaría por desencadenar las luchas por la independencia en América-; en consecuencia, el transcurso

de la obra terminará por revelar a los personajes principales que no se puede ser individuo y a su vez parte

de una sociedad que constriñe, de forma que, los personajes de Don Álvaro y Doña Leonor pasarán de ser

idealistas a personajes de una personalidad obscura y conformista.

En correspondencia, la muerte de ambos representa el castigo a aquellos que pretenden cruzar la frontera

en la que se encuentran; mientras que, en Doña Leonor se ve al sujeto que se retira de la sociedad

perteneciendo a ella, en Don Álvaro se encuentra al sujeto que pretende entrar en una sociedad a la que

no pertenece. En contraste, la muerte de este tambien implicaría una referencia a la independencia de

las Américas, donde el sujeto ya no lucha por pertenecer, y la España colonizadora pervertirá su moral

para impedir que este sea inserto en la sociedad como ciudadano pleno.

Finalmente, de forma mucho más explícita, se observará que los personajes tenderán a cruzar o detenerse

físicamente en umbrales o puertas con una sensación de duda que caracteriza al miedo a romper las

estructuras; así como todas estas figuras, la seriedad del conflicto tratado en la obra que expresa un punto

de inflexión en la historia española como parte de la decadencia de un imperio, los efectos paródicos

producidos por la burla y la comicidad sustentados en la ignorancia de los personajes de clase baja,

terminan por dilatar de forma ambigua lo trágico de esta obra.

Ariadna Delgado

20154189

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